Caso Manuela y Otros Vs El Salvador

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INTRODUCCION A LA VIDA UNIVERSITARIA

“Caso Manuela y otros Vs El


Salvador”

Integrantes/Grupo 10:

Número de palabras: 3264


Resumen:

El 2 de noviembre de 2021 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en


adelante “la Corte” o “este Tribunal”) dictó Sentencia mediante la cual declaró
internacionalmente responsable a la República de El Salvador (en adelante “el
Estado” o “El Salvador”) por la violación de los derechos: i) a la libertad
personal y a la presunción de inocencia en perjuicio de Manuela; ii) a la
defensa, a ser juzgada por un tribunal imparcial, a la presunción de inocencia,
el deber de motivar, la obligación de no aplicar la legislación de forma
discriminatoria, la igualdad ante la ley, el derecho a no ser sometida a penas
crueles, inhumanas o degradantes y la obligación de garantizar que la finalidad
de la pena privativa de la libertad sea la reforma y la readaptación social de las
personas condenadas, en perjuicio de Manuela; iii) a la vida, a la integridad
personal, a la vida privada, a la igualdad ante la ley, a la salud e igualdad ante
la ley, en perjuicio de Manuela, y iv) a la integridad personal en perjuicio de la
madre, el padre, el hijo mayor y el hijo menor de Manuela, en relación con las
obligaciones de respetar y garantizar los derechos y el deber de adoptar
disposiciones de derecho interno, en perjuicio de Manuela.
En consecuencia, la Corte concluyó que el Estado es responsable por la
violación de los artículos: i) 7.1, 7.3 y 8.2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2 del mismo
instrumento, en perjuicio de Manuela; ii) 8.1, 8.2, 8.2.d, 8.2.e, 24, 5.2 y 5.6 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos
1.1 y 2, en perjuicio de Manuela; iii) 4, 5, 11, 24 y 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con las obligaciones de
respetar y garantizar los derechos sin discriminación y el deber de adoptar
disposiciones de derecho interno, establecidos en los artículos 1.1 y 2 del
mismo instrumento, así como sus obligaciones bajo el artículo 7.a) de la
Convención de Belém do Pará, y iv) el artículo 5.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 del mismo
instrumento, en perjuicio de la madre, el padre, el hijo mayor y el hijo menor de
Manuela.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos responsabilizó al Estado
salvadoreño por la violación de múltiples derechos humanos en el caso de
Manuela y otros. El tribunal dictaminó que la criminalización absoluta del aborto
en El Salvador ha llevado al enjuiciamiento y encarcelamiento de mujeres que
experimentaron emergencias obstétricas. Manuela, una mujer de una zona
rural, fue condenada injustamente por homicidio después de sufrir una grave
emergencia obstétrica y dar a luz a un bebé que nació muerto. El tribunal
determinó que su arresto fue arbitrario, se violaron sus derechos a la
presunción de inocencia y los prejuicios de género influyeron en la
investigación. El tribunal también criticó la divulgación de información médica
confidencial de Manuela, que disuadía a las mujeres de buscar atención
médica adecuada. Además, el tribunal destacó violaciones a los derechos de
Manuela a la privacidad, la salud, la e igualdad. El fallo subraya la necesidad
de un enfoque más equitativo de la salud reproductiva y ordenó varias
reparaciones, es la primera vez que una corte internacional señala
directamente los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a servicios
de salud reproductiva en El Salvador, uno de los pocos países en el mundo que
todavía penalizan bajo cualquier circunstancia la interrupción voluntaria del
embarazo.
"sanción penal" Al referirse a la pena de 30 años de prisión, la CorteIDH señaló
que las emergencias obstétricas, por tratarse de una condición médica, no
pueden generar automáticamente una sanción penal, y advirtió que la
aplicación de la pena por homicidio agravado en este caso resulta "claramente
desproporcionada".

Adicionalmente, la Corte tuvo por demostrado que la denuncia presentada por


la médica que la trató incumplió la obligación de mantener el secreto
profesional y de proteger los datos personales sensibles. Tras este suceso la
Corte ordenó al Estado salvadoreño, entre otras cosas, a realizar un acto
público de reconocimiento de responsabilidad internacional, regular la
obligación de mantener el secreto profesional médico y la confidencialidad de la
historia clínica.
Hechos:

“Manuela”, seudónimo con el que se identificó a la víctima del caso, nació en


agosto de 1977. A los 20 años se casó, después de tener a su segundo hijo, el
esposo de Manuela partió hacia los Estados Unidos. Manuela no sabía leer ni
escribir.
En agosto de 2006 Manuela acudió a una Unidad de Salud por diversos
malestares; en esa primera ocasión se le diagnosticó con gastritis aguda. Sin
embargo, los malestares continuaron, de manera que, en mayo, junio y agosto
de 2007 acudió nuevamente a los servicios médicos, en donde, finalmente, se
le diagnóstico con adenitis D/C linfopatía.
El 26 de febrero de 2008 Manuela estaba embarazada. Mientras lavaba ropa
en un río sufrió una caída, lo cual le generó daños en la región pélvica y
sangrado transvaginal. Al día siguiente, Manuela perdió el conocimiento debido
al sangrado, Por lo que su padre la llevó al Hospital Nacional de San Francisco
Gotera. El personal médico consideró que el motivo de la consulta era un
aborto y diagnosticó a Manuela con parto extra hospitalario, retención de
placenta y desgarro perineal, por lo que ordenó un legrado y la sutura de la
lesión. Ese mismo día, la médica que atendió a Manuela presentó una
denuncia en su contra ante la Fiscalía Subregional de Morazán. Al día siguiente
se ordenaron una serie de diligencias entre las que destaca un reconocimiento
genital de la víctima y el allanamiento de su casa. En esa inspección se
encontró el cuerpo de un recién nacido El 6 de marzo de 2008 el Juzgado
Segundo de Primera. Instancia de San Francisco Gotera dictó el auto formal de
instrucción por el delito, de homicidio agravado y ratificó la medida cautelar de
prisión preventiva. Ese mismo día, la víctima fue dada de alta y llevada a las
bartolinas de la Delegación de la Policía Nacional Civil de Morazán. En julio de
2008, minutos antes de que iniciara la audiencia preliminar de Manuela, su
defensor solicitó ser sustituido para poder ir a otra audiencia. En agosto de
2008, el Tribunal de Sentencia de San Francisco Gotera condenó a Manuela a
30 años de prisión por el delito de homicidio agravado.
Mientras permanecía recluida, Manuela fue referida al Hospital Nacional
Rosales, en donde fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin con esclerosis
nodular en febrero de 2009. Pese a haber recibido quimioterapia, Manuela
falleció en abril de 2010.
El resultado deseado

Satisfacción
• Publicación de sentencia y su resumen.
• Acto público de reconocimiento de responsabilidad.
• Becas educativas para los hijos de Manuela.
Rehabilitación
• Tratamiento médico, psicológico y/o psiquiátrico gratuito para el padre y la
madre de Manuela.
Garantías de no repetición
• Adopción de protocolo para la atención de mujeres que requieran atención
médica de urgencia por emergencias obstétricas.
• Capacitación a funcionarios judiciales y personal médico en materia de
estándares sobre discriminación, estereotipos, uso de la fuerza, secreto
profesional y género.
Indemnizaciones compensatorias
• USD$80,000.00 (ochenta mil dólares de los Estados Unidos de América) de
daño material.
• USD$140,000.00 (ciento cuarenta mil dólares de los Estados Unidos de
América) de daño inmaterial.

Artículos violados

Artículo 4 (vida), artículo 5 (integridad personal), artículo 7 (libertad personal),


artículo 8 (garantías judiciales), artículo 11 (honra y dignidad), artículo 24 (igualdad
ante la ley), artículo 26 (desarrollo progresivo), artículo 1 (obligación de respetar) y
artículo 2 (deber de adoptar disposiciones de derecho interno) de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH), así como el artículo 7 de la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
la Mujer (Belém do Pará)
Conclusión:

La Corte concluyó que el defensor que le fue asignado a Manuela fue sustituido
por otro a escasos minutos previos de su audiencia preliminar, lo que incidió en
el desempeño de su defensa, además, no aportó pruebas, no consideró
necesaria la declaración de la víctima, ni promovió o informó sobre la
posibilidad de promover algún recurso en contra de la sentencia condenatoria.
Por otra parte, la Corte consideró que las autoridades incumplieron el deber de
seguir todas las líneas lógicas de investigación, pues ignoraron en todo
momento las lesiones y el Estado de salud que padecía Manuela como factores
relacionados con el parto prematuro, así como la posibilidad de que dicha
emergencia obstétrica no fuese atribuible a Manuela. Asimismo, el Tribunal
determinó que la pena de 30 años impuesta a Manuela resultó desproporcional,
debido a que las mujeres con emergencias obstétricas que son sancionadas
bajo el delito de homicidio se encuentran en un estado de fragilidad física y
psicológica, además, Manuela resintió de manera más grave dicha situación
por padecer una vulnerabilidad múltiple, al ser una mujer joven en condiciones
de pobreza, analfabetismo y aislamiento cultural. La Corte concluyó que la
atención médica ofrecida a Manuela no fue aceptable ni de calidad, pues al ser
recibida por la emergencia obstétrica, el personal médico priorizó la denuncia
antes que su atención.

Agregó que la práctica sistemática de esposar a mujeres sospechosas de


aborto como sucedió con Manuela constituyó un uso desproporcionado de la
fuerza que lesionó su derecho a la integridad personal pues no se buscaron
medios menos lesivos para asegurar un fin legítimo y porque tampoco
resultaba necesario debido a que Manuela se encontraba recuperándose de las
intervenciones médicas. En cuanto a la información médica de Manuela, la
Corte consideró que la información que compartió Manuela con el personal
médico era privada, por lo que su divulgación no autorizada constituyó una
restricción ilegítima de su derecho debido a que, si bien los requisitos de
finalidad, idoneidad y necesidad fueron satisfechos, los elementos de legalidad
y proporcionalidad no superaron el test. Pese a ello, el Tribunal determinó que
Manuela se vio forzada decidir entre no recibir atención médica o que dicha
atención fuese utilizada en su contra en el proceso penal, lo que puede inhibir
la búsqueda de la atención médica incluso en casos de riesgo o de contagio,
de tal forma que la medida no resultaba proporcional. Por otra parte, la Corte
concluyó que mantener a Manuela esposada mientras estaba hospitalizada
constituyó un uso desproporcional de la fuerza que atentó contra su dignidad
humana, pues no resultaba necesario dado su estado de salud.
En el análisis integral del caso, la Corte destacó la presencia de diversos
factores de discriminación que confluyeron de manera interseccional en
Manuela al ser una mujer analfabeta con escasos recursos económicos y
precisó que la ambigüedad de la legislación penal en materia de secreto
profesional impactaba de forma desproporcional en mujeres con perfiles
similares lo que adicionalmente constituyó una forma de violencia en contra de
la mujer. La Corte también concluyó que los familiares de Manuela
experimentaron un sufrimiento derivado de las violaciones sufridas por la
víctima, lo que comprometió su derecho a la integridad personal. pues no se
buscaron medios menos lesivos para asegurar un fin legítimo y porque
tampoco resultaba necesario debido a que Manuela se encontraba
recuperándose de las intervenciones médicas.
En cuanto a la información médica de Manuela, la Corte consideró que la
información que compartió Manuela con el personal médico era privada, por lo
que su divulgación no autorizada constituyó una restricción ilegítima de su
derecho debido a que, si bien los requisitos de finalidad, idoneidad y necesidad
fueron satisfechos, los elementos de legalidad y proporcionalidad no superaron
el test. En ese sentido, consideró que, si bien el código procesal penal
establecía que el secreto profesional configuraba una excepción a la obligación
de denunciar, el código penal tipificaba, sin excepción, la responsabilidad de
todo funcionario que no denunciara por lo que la legislación no resultaba lo
suficientemente clara. En cuanto a la finalidad, idoneidad y necesidad,
consideró que la finalidad de la denuncia fue cumplir con la obligación
internacional de investigar, juzgar y, en su caso, sancionar los delitos
cometidos en contra de niñas y niños, por lo que la finalidad era legítima y la
denuncia era idónea y, en este caso, necesaria, para cumplirla. Pese a ello, el
Tribunal determinó que Manuela se vio forzada decidir entre no recibir atención
médica o que dicha atención fuese utilizada en su contra en el proceso penal,
lo que puede inhibir la búsqueda de la atención médica incluso en casos de
riesgo o de contagio, de tal forma que la medida no resultaba proporcional.
Por otra parte, la Corte concluyó que mantener a Manuela esposada mientras
estaba hospitalizada constituyó un uso desproporcional de la fuerza que atentó
contra su dignidad humana, pues no resultaba necesario dado su estado de
salud.
Opiniones críticas constructivas

El caso Manuela y otros vs. El Salvador, llevado ante la Corte Interamericana


de Derechos Humanos, es un ejemplo de la violación de los derechos humanos
en el contexto de la criminalización del aborto y la falta de protección y
garantías judiciales en situaciones de emergencia obstétrica. La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos presentó el caso a la Corte en 2019,
luego de un proceso que se inició en 2012 con la petición inicial presentada por
organizaciones defensoras de los derechos reproductivos.
La Comisión concluyó que el Estado salvadoreño es responsable por la
violación de varios derechos fundamentales de la señora Manuela y su familia.
Entre las violaciones señaladas se encuentran los derechos a la vida, la
libertad personal, las garantías judiciales, la vida privada, la igualdad ante la
ley, la protección judicial y la salud de Manuela. Asimismo, se determinó que el
Estado también violó el derecho a las garantías judiciales y a la protección
judicial en perjuicio de la familia de Manuela debido a la falta de investigación y
esclarecimiento de la muerte ocurrida bajo custodia.
Es preocupante el tiempo transcurrido entre la presentación inicial del caso y su
llegada a la Corte, que supera los 7 años. Esta demora en la obtención de
justicia y reparación refleja una falta de prontitud y efectividad en la protección
de los derechos humanos de las presuntas víctimas. Además, la falta de
respuesta y cumplimiento por parte del Estado a las recomendaciones
formuladas por la Comisión evidencia una falta de voluntad política para
abordar y corregir las violaciones cometidas.
La sentencia emitida por la Corte Interamericana representa una oportunidad
para reflexionar sobre la necesidad de garantizar el respeto y la protección de
los derechos reproductivos de las mujeres, así como el acceso a una atención
médica adecuada en situaciones de emergencia obstétrica. También destaca la
importancia de que los Estados cumplan con sus obligaciones internacionales
en materia de derechos humanos y adopten medidas efectivas para prevenir y
abordar las violaciones de estos derechos.
En primer lugar, como se ha venido señalando, este caso no tiene ninguna
relación con la penalización del aborto en El Salvador, ya que Manuela no
solicitó ni se practicó un aborto, ni existe prueba de que hubiere querido
hacerlo. Tampoco fue condenada por este delito, sino por homicidio agravado.
Finalmente, Manuela fue atendida por un parto extra hospitalario, pre
eclampsia y placenta calcificada, enfermedades que como señaló el propio
Doctor Ortiz, perito presentado por los representantes de la presunta víctima en
este caso, no ocurren con ocasión a un aborto. Todas estas circunstancias
evidencian que ni en el proceso penal, ni en la atención médica de Manuela, la
penalización del aborto en El Salvador fue aplicada ni tuvo ningún impacto
directo. Y las penas q sufren complicadas o emergencias obtrecticas son
desproporcionadas también que la prisión preventiva no está está justificada en
el caso y que está es una realidad que tiene q cambiar el estado y también fue
Víctima de estereotipos de género y que hay que digamos hay. Q cambiar está
realidad Con los estereotipos de género que fue juzgado Manuela Se alega que
el
Estado violó el derecho a la libertad personal por la detención ilegal de la
presunta víctima, tomando en cuenta que fue detenida el 28 de febrero de 2008
bajo la figura de flagrancia sin que se llenaran los requisitos para ella y
mientras se encontraba recibiendo asistencia médica en el Hospital Nacional
de San Francisco de Gotera. Asimismo, se argumenta que el Estado violó el
derecho a no ser privada de libertad arbitrariamente, el principio de presunción
de inocencia y el derecho a la protección judicial ya que la decisión de prisión
preventiva se impuso tomando en cuenta la gravedad del delito, aplicando una
disposición legal que establecía que no procedía la sustitución de la detención
provisional por otra medida cautelar en el delito de homicidio agravado. Por
otra parte, se alude la violación del derecho de defensa y de protección judicial,
en virtud de que la presunta víctima no contó con un abogado defensor durante
las diligencias preliminares realizados el 28 de febrero de 2008 y, además, la
defensa técnica incurrió en ciertas deficiencias que impactaron sus derechos,
entre ellas, una grave que consistió en no presentar un recurso contra la
sentencia que la condenó a 30 años de prisión

Segunda opinión:
Para finalizar, no es solo nuestra opinión que este no es un caso sobre aborto.
Tanto la CIDH como los representantes de la presunta víctima lo reconocieron
en la audiencia pública. En efecto, los representantes señalaron expresamente
que entendían que “esto no es un caso de aborto” (minuto 1:32:59) y la CIDH
señaló que “no se pronunció específicamente en este caso respecto de la
convencionalidad digamos de las leyes que tiene El Salvador en relación con el
aborto” (minuto 1:55:24).
Este es el caso de una mujer y un niño, es el caso de Manuela y Dolores
Gabriel, ambos seres humanos dignos que merecen todo el respeto y
protección de sus derechos humanos. Por lo que, como hemos dicho en otras
ocasiones no resulta admisible que neguemos la existencia de un ser humano,
de un niño, porque resulta conveniente o inconveniente para los objetivos de un
litigio estratégico, pues el gran logro de los derechos humanos es hablar por
aquellos que no tienen voz: por Manuela, claro que sí, pero también por
Dolores Gabriel, que no tiene quien lo represente y por ese solo hecho, han
decidid Se arguye que el Estado violó el derecho a la vida, a la salud, a las
garantías judiciales y a la protección judicial, dado a que la presunta víctima no
recibió un diagnóstico médico integral cuando fue privada de libertad, ni
tampoco un tratamiento médico oportuno y adecuado, el cual hubiera permitido
prolongar la vida de Manuela, quien falleció luego de padecer de una
enfermedad cuyos indicios se manifestaron desde 2007. La muerte de la
presunta víctima, bajo custodia del Estado, no fue esclarecida mediante una
investigación adecuada.

En resumen, el caso Manuela y otros vs. El Salvador resalta la necesidad de


revisar y modificar las leyes y políticas que criminalizan el aborto, así como de
adoptar medidas concretas para garantizar el pleno respeto de los derechos
humanos de las mujeres, especialmente en lo que respecta a la atención
médica y la protección judicial. La sentencia de la Corte Interamericana debe
ser tomada como un llamado de atención no solo para las autoridades
salvadoreñas, sino también para otros países que enfrentan situaciones
similares. Solo a través de acciones concretas se podrá avanzar hacia
sociedades que respeten y protejan los derechos humanos de todas las
personas.

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