Psiquiatria Enlace Vol 1
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DE ENLACE
Selección de casos clínicos 1
SÍNDROMES Y CASOS PARADIGMÁTICOS DE
PSIQUIATRÍA EN EL HOSPITAL GENERAL
Enríquez Estrada V. M.
Vázquez-Raposo A. S.
Molina Campuzano R.A.
Corlay-Noriega I.S.
Acerca de los autores
Víctor Manuel Enríquez Estrada. Psiquiatra, psicólogo y maestro en ciencias médicas.
Actualmente trabaja en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Su experiencia en inves-
tigación es en Psicología aplicada, Psiconeuroendocrinología, Medicina Psicosomática,
Género y personalidad. Sus temas de investigación son principalmente “técnicas psicote-
rapéuticas con enfoque breve”, “Psiquiatría de enlace” y “Psicosomática”.
Alan Suresh Vázquez Raposo. Licenciado en Psicología por la UNAM FES Iztacala. Ac-
tualmente se dedica a la consulta clínica privada. Es colaborador con la Coordinación Au-
xiliar Médica de Investigación en Salud de la Delegación Estado de México Oriente, IMSS.
Los temas de investigación son sobre psicología clínica, de la salud y psicología social.
Irma Corlay Noriega. Psiquiatra jefa del departamento de psiquiatría del Hospital de Espe-
cialidades de CMN SXXI IMSS, puesto de trabajo que actualmente preside. Enfocada en la
formación académica de más de 10 generaciones de residentes en psiquiatría con enfoque
de Psiquiatría de Hospital General siendo la sede principal en México, su experiencia en
investigación es amplia, enfocándose principalmente en el “Trastorno bipolar y sus másca-
ras”, “Trastornos Psicosomáticos en Psiquiatría de Enlace” y “Enfermedades Neuropsiquiá-
tricas poco prevalentes”.
Índice
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Caso 1. Movimientos
involuntarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Caso 2. Pérdida
de peso en estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Caso 3. Manía por causa desconocida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Caso 4. Tratamiento final para la disforia de género. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Caso 5. Chocolates mágicos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Caso 6. Habilidad extraordinaria para las matemáticas . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Caso 7. Acumulación dionisiaca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Caso 8. Cuando tú familia no es lo que aparenta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Caso 9. Estar muerto en vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Caso 10. Embarazo no planeado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Caso 11. Múltiples remedios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Caso 12. Cuando estar enfermo es causa de desatención médica . . . . . . . . . 44
Caso 13. Psicoterror en medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Caso 14. Perder la vista fugazmente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Caso 15. Entre el odio y el amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Caso 16. Social y antisocial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Caso 17. Despreciable, ¿yo?, no, ellos... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Caso 18. Todo menos una enfermedad psiquiátrica por favor . . . . . . . . . . . . 65
Caso 19. La mujer calva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
Caso 20. Casanova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Caso 21. ¿Toxicidad? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Caso 22. La psicopatología como escudo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Caso 23. Psicosis por cabergolina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Caso 24. Síndrome de Carney. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Caso 25. Caso bipolar abuso de levodopa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Prefacio
E ste es el primero de una serie de libros que tienen como objetivo servir como referencia
para los médicos especialistas de hospitales de segundo y tercer nivel, quienes se en-
cuentran día a día con enfermedades de diversa índole (médicas y quirúrgicas) las cuales
en gran parte se acompañan de entidades psiquiátricas en algunos casos pueden tener cur-
sos clínicos diversos de manera polarizada, algunas psicopatologías pueden evolucionar
de manera paralela a las otras enfermedades y en otros casos la psicopatología no puede
ser concebida sin la enfermedad médica, aumentando de manera sinérgica las dificultades
diagnosticas, sintomáticas, terapéuticas y pronósticas y que como se irá desarrollando en
muchos casos pueden llegar a pasar desapercibidas, estas sutiles conexiones.
Los casos clínicos presentados en este libro representan un importante apoyo para quie-
nes buscan abordar de una forma integral a sus pacientes, además de presentar una fuente
de reflexión para los psiquiatras en el contexto de la psiquiatría de enlace y la interacción
transdisciplinaria e interdisciplinaria que la medicina y la psiquiatría moderna poseen y que
es una necesidad su conocimiento y desarrollo.
La publicación de estos casos clínicos es una referencia para quienes deseamos difundir
el conocimiento y avance de esta rama de la psiquiatría que cada vez se constituye más
como un elemento indispensable en todos los protocolos diagnósticos, terapéuticos y de
seguimiento de las diversas especialidades.
Por último, cabe añadir que este libro está ubicado principal y exclusivamente en casos
pre-pandemia, podría considerarse ya un libro de consulta clásico y fundamental, el núme-
ro segundo de esta serie de libros de psiquiatría de enlace se enfocará en las interacciones
a nivel de psicopatología y COVID, lo que será el libro actualizado y en movimiento confor-
me a las necesidades de esta sociedad en constante cambio y las variaciones novedosas
de sus necesidades psicológicas.
Iniciamos tratamiento hospitalario con Clozapina en dosis de titulación con excelente re-
sultado, prácticamente asintomático a los 3 meses del tratamiento, sin alteración en labo-
ratorios de control.
PUNTOS CLAVE:
La discinesia tardía aparece de forma rara antes de los 6 meses con tratamiento adminis-
trando antipsicóticos. Una vez presente esta entidad motora, los efectos secundarios de
los medicamentos son potencialmente irreversibles.
Por lo general toma la forma de movimientos involuntarios coreiformes, principalmente
oro-linguales o de extremidades superiores, alteraciones de la marcha y dificultades para
realizar actividades de autocuidado cotidianas, dependiendo de la severidad de estos sín-
tomas motores se ha descrito una entidad de discinecia tardía predominantemente con
distonia.
A nivel de incidencia se considera que es más alta en la población anciana, sin embargo,
se considera que una proporción importante de casos se producen de manera espontánea.
Diversos estudios sugieren que el riesgo de desarrollar esta entidad con antipsicoticos de
primera generación es aproximadamente 5%, el cual aumenta con cada año de tratamiento,
llegando a tener un riesgo a lo largo de la vida del 60%.
Bibliografía
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Caso 2.
Pérdida de peso en estudio
F emenino de 23 años de edad estudiante de psicología, soltera, vive con sus padres. La
paciente fue nombrada como “B”; en el 2014 se le diagnosticó Neumonía Adquirida en
la Comunidad, tratándose de forma convencional, quedando como secuela, Fibrosis pul-
monar y dependencia al oxígeno suplementario 2 a 3 Lt/min. Se diagnóstico caso probable
de tuberculosis pulmonar y se inicia tratamiento estrictamente supervisado.
Un año después es ingresada nuevamente por hemoptisis y con un IMC al inicio de su inter-
namiento de 13, en esta ocasión se realiza interconsulta al servicio de psiquiatría.
En el examen mental destaca un lenguaje coherente, congruente, niega miedo a ganar peso,
se acepta delgada y por el contrario refiere el deseo de ganar kilos, en un principio, confor-
me se sigue entrevistando a la paciente, destacamos, una ausencia de preocupación, sobre
su salud, desea ser dada de alta para regresar a la escuela, se detectan síntomas afectivos
leves, de aproximadamente 4 años de evolución que no han recibido tratamiento. La pa-
ciente “B” además utiliza un contra-discurso, basado en negar el trastorno de alimentación
sistemáticamente, minimizando su sintomatología y con nula capacidad de introspección.
La autocrítica que realiza sobre sus patrones de conducta alimentaria es totalmente ina-
propiada, intentando dar un frente de tranquilidad y “normalidad” sobre su físico y su peso.
La evolución de la paciente ha sido tórpida, no siendo posible realizar la cirugía para las
cavidades y el aspergilloma, el servicio de Neumología señala que la paciente no es candi-
data por el grave riesgo de complicaciones quirúrgicas que tiene en este momento.
PUNTOS CLAVE:
Bibliografía
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Caso 3.
Manía por causa desconocida
PUNTOS CLAVE:
En este caso de TBP de larga evolución resulta relevante, junto con el deterioro propio de
esta patología, la asociación de un cuadro catatónico de inicio abrupto, del cual se obtiene
respuesta y remite con psicofármacos, sin embargo cabe destacar que la paciente en co-
rrelato temporal también presenta un tumor mamario, lo cual levanta una alta sospecha de
una probable etiología auto inmunitaria de tipo anti-NMDAR, como probable factor etiológi-
co del cuadro catatónico abrupto, por la asociación actualmente reportada entre tumores
mamarios, encefalopatía autoinmune y catatonia.
Bibliografía
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Caso 4.
Tratamiento final para la disforia de género
P aciente “D”, femenino de 41 años, con cuadro psiquiátrico de curso crónico de inicio
insidioso a partir de los 9 años caracterizado por una marcada incongruencia entre
el sexo asignado (masculino), entre el sexo que siente (femenino), junto con un poderoso
deseo de pertenecer al otro sexo, realizando travestismo desde los 11 a los 12 años sin
mostrar a familiares ni conocidos, continuando con esta conducta de manera esporádica
en fiestas, reuniones activistas del movimiento transexual y en viajes por cortos periodos
de tiempo hasta los 25 años sin mencionar de estas conductas a sus padres.
Es en el 2009 que inicia terapia de reemplazo hormonal, con adecuada evolución y poste-
riormente a partir del 2015 realiza cambio de rol genérico de tiempo completo (experiencia
de vida real). Recibiendo en febrero del 2018 la CRS, con el Dr. Suporn, la cual procede
sin complicaciones. En el presente continuamos con la vigilancia médico-psiquiátrica, del
caso.
PUNTOS CLAVE:
La desviación de los roles de géneros normativos produce una clara devaluación del esta-
tus social y estigmatización. Aunque las personas transgénero existen en todas las cultu-
ras del mundo son consideradas anormales porque trasgreden el concepto de la sexuali-
dad genérica binaria. Sin embargo, la percepción del transgénero puede variar de acuerdo
con los distintos países, culturas, religiones e historia. Por ejemplo, países como Tailandia
tienen una mayor aceptación del transgénero por considerarlo parte de un proceso dentro
de su religión budista, lo que desafortunadamente no pasa normalmente en otros países,
donde la principal reacción es estigmatización, rechazo e inclusive la transfobia.
La CRS se considera el tratamiento definitivo para la disforia de género, sin embargo, las
complicaciones que conlleva una cirugía de esta magnitud, tanto en los cuidados postqui-
rúrgicos que requiere, junto con los parámetros psicosociales y emocionales que conlleva
impacta de manera importante la calidad de vida y la vida laboral de las personas. Se hace
patente en la necesidad del establecimiento de un protocolo de seguimiento postquirúrgi-
co médico-psiquiátrico, a mediano y a largo plazo.
Bibliografía
1.- Moreno O. et al. Guías de práctica clínica para la valoración y tratamiento de la transexualidad.
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3.- Wylie K., Suporn W. et al. Serving transgender people: clinical care considerations and service
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Caso 5.
Chocolates mágicos
S e presenta el caso de paciente “E” de 34 años, quien ingresa a hospitalización con cua-
dro de manía aguda con síntomas psicóticos y lesión autoinfligida intencionalmente
por objeto cortante. Se trata de un masculino sin diagnóstico psiquiátrico previo, con con-
sumo perjudicial de cannabis desde los 22 años con patrón de consumo de 8 cigarrillos
anuales, sin otros antecedentes médico-quirúrgicos de interés.
Es ingresado al área de choque tratado con restitución de volumen sanguíneo por choque
hipovolémico grado III, con posterior ingreso a cirugía de lesiones y UCI. Durante su estan-
cia en hospitalización mantiene ideación delirante de daño y referencia, megalomanía e
incongruencia ideoafectiva. Tras la estabilización inicial es referido una semana después a
nuestra unidad psiquiátrica. En la primera valoración en urgencias psiquiátricas encontra-
mos paciente consciente, globalmente orientado, con inmovilización por aparato de yeso)
de ambas piernas y antebrazo izquierdo, discurso tangencial y circunstancial por momen-
tos disgregado, incoherente e incongruente, refiriendo ideas delirantes místico-religiosas,
megalomaniacas y paranoides de referencia y persecución, sin alteraciones sensopercep-
tuales. Afecto inadecuado, hipertímico, humor expansivo con incongruencia ideo-afectiva,
nula conciencia de enfermedad y sin introspección respecto al intento suicida refiriendo
que se trató de un “simple paroxismo” sic paciente.
Diagnóstico: Trastorno Bipolar tipo 1 con síntomas psicóticos congruentes con el estado
de ánimo, más trastorno mental y del comportamiento debido al consumo de alucinóge-
nos (chocolates con hongos alucinógenos) con otras complicaciones médicas, más daño
intencionalmente autoinfligido por un objeto cortante.
En este caso se conjuntan la combinación de una entidad psiquiátrica severa (Manía) con
consumo de alucinógenos de alta potencia, además de un intento suicida de letalidad alta,
siendo abordado interdisciplinariamente de manera oportuna por lo que el paciente sobre-
vive; sin embargo la visibilidad de las heridas, además del curso crónico de la patología de
base, junto con la pobre conciencia de las complicaciones del consumo de sustancias son
factores que afectan de manera negativa al pronóstico del paciente.
Se han reportado, aunque de manera limitada en la literatura una asociación entre el au-
mento de las complicaciones fatales, con el consumo de hongos psicoactivos (psilocibe)
y una entidad psiquiátrica comorbida. Esto causado por el potencial de este tipo particular
de alucinógeno a producir fuertes intoxicaciones, caracterizadas por “mal-viajes” (reacción
de tipo psicótica, acompañada de miedo, pánico y conductas peligrosas) con intención
autodestructiva.
En nuestro país el consumo de sustancias es una problemática que va en ascenso, por di-
versos factores, principalmente su fácil accesibilidad, falta de orientación en la población
de sus riesgos asociados, el acceso a la desinformación en internet, dan como resultado
un mayor consumo de estas sustancias ilícitas desconocidas o “nuevas”; estos factores
-entre muchos otros- son circunstancias que pueden exacerbar una sintomatología que ha
pasado desapercibida o normalizada por familiares y pacientes, cuestiones que dificultan
tanto el diagnóstico como el manejo posterior.
PUNTOS CLAVE:
Los individuos con el trastorno bipolar tienen un riesgo anual de intento suicida de un 30 a
60 veces más que la población general. Es una de las causas de mortalidad principales del
TB, con un 6-7% de pacientes falleciendo por suicidio.
Los estudios epidemiológicos muestran una alta concurrencia de trastorno por uso de sus-
tancias y de otros trastornos mentales. La presencia de una entidad psiquiátrica junto con
el trastorno por uso de sustancias aumenta el riesgo suicida hasta catorce veces.
1.- Guía de Práctica Clinica, Diagnóstico y Tratamiento de Trastorno Bipolar. México. Secretaria de
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2.- Vos T, Flaxman AD, Naghavi M, Lozano R, Michaud C, et al. Years lived with disability (YLDs) for
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8.- Gonda X, Pompili M, Serafini G, Montebovi F, Campi S, Dom e P, Duleba T, Girardi P, Rihmer Z.
Suicidal behavior in bipolar disorder: epidemiology, characteristics and major risk factors. J Affect
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9.- Webb RT, Lichtenstein P, Larsson H, Geddes JR, Fazel S. Suicide, hospital-presenting suicide
attempts, and criminality in bipolar disorder: examination of risk for multiple adverse outcomes. J
Clin Psychiatry. 2014;75:e809‐16.
Caso 6.
Habilidad extraordinaria para las matemáticas
El paciente “F” y su esposa tienen 10 años de casados, él tiene 26 años más de edad que
la esposa, tienen un hijo de 6 años. Las relaciones son armónicas. “F” destacó desde la
infancia por una habilidad para las matemáticas que lo hacían destacar llegando a concur-
sar en olimpiadas, en algunas ocasiones esta capacidad sobresaliente le facilitó su vida
académica, hasta concluir la licenciatura en Ingeniería sin ningún contratiempo.
En los últimos 10 años, la esposa señala que habla muy poco de otros temas y que su
forma de comunicación es hacer cuentas, sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, de
esta forma entretiene a su familia y amigos. La esposa refiere que en 4 ocasiones han
acudido con psiquiatras, “cuando se torna irritable, no duerme bien por estar contando y
aumentan sus síntomas”.
Tanto “F” como su familiar desconocen los medicamentos prescritos para la sintomatolo-
gía de irritabilidad y su perseverancia, en la valoración por nuestro servicio la exploración
mental fue difícil, el paciente sólo se concentra en los números con los que juega con una
habilidad asombrosa, escasamente contesta preguntas.
Se decide iniciar tratamiento con ISSR con titulación paulatina y benzodiacepina especial-
mente recargada la dosis en la noche para conciliar el sueño.
Sin embargo la obsesión con las operaciones matemáticas continua, la última llamada an-
tes de ser hospitalizado en nuestra unidad de psiquiatría fue la siguiente (en temporada de
elecciones de los EUA): “el número de barras de la bandera americana es de tanto, más el
número de estrellas, el día de las elecciones es tal, más el mes , más el año, dividido entre
dos candidatos da 666 (…) por lo que debe hablar a la embajada americana doctora, para
avisarles que el siguiente presidente es el anticristo”.
PUNTOS CLAVE:
Por lo general, se usan en dosis más altas y durante períodos más prolongados que en la
depresión. Desafortunadamente, la remisión es poco común. Los tratamientos de segunda
línea probados incluyen la clomipramina tricíclica y la adición de medicamentos neurolép-
ticos en dosis bajas. Se han explorado otras estrategias de aumento para pacientes refrac-
tarios a intervenciones comprobadas, pero hasta el momento no cuentan con el respaldo
sólido de estudios controlados.
A menudo se requieren dosis más altas y una mayor duración del tratamiento, en relación
con la práctica estándar en el tratamiento del TDM. La clomipramina proporciona una al-
ternativa a la monoterapia y puede ser ligeramente más eficaz, pero su perfil de efectos
secundarios mitiga su uso como agente de primera línea en la mayoría de los casos. Cuan-
do la monoterapia falla, la estimulación con neurolépticos en dosis bajas (especialmente
risperidona) o psicoterapia tiene un buen apoyo en la literatura. Otras estrategias de au-
mento están menos establecidas, pero a menudo son apropiadas cuando se han agotado
los enfoques de primera y segunda línea.
Sugerimos lo siguiente:
Bibliografía
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E l señor “G”, de 62 años está hospitalizado por insuficiencia hepática aguda, gastroen-
terología solicita nuestra intervención, porque detectan en la historia clínica síntomas
psicopatológicos, no especifican.
El señor “G”, es soltero, vive de su herencia, tiene un departamento el cual se describe como
descuidado puesto que se asegura tiene un trastorno por acumular cosas, dejar la ropa en
cajas, la basura en bolsas, libros viejos, conservar múltiples cosas que encuentra en la ca-
lle para después apilarlas hasta llegar al techo y dejando solo el espacio mínimo para que
camine una persona. Esta acumulación excesiva ha generado fauna nociva, especialmente
ratas, ratones y palomas, el olor de su vivienda ha sido denunciado por sus vecinos.
A la exploración, el señor “G” se encuentra con ropa percudida y expide un fuerte olor a ajo,
rancio y suciedad, con lenguaje concreto responde fundamentalmente de manera afirma-
tiva o negativa al interrogatorio, es coherente, orientado, afecto aplanado, en el contenido
del pensamiento sólo refiere una preocupación “tengo que regresar a cuidar mis cosas, ha
habido muchos asaltos últimamente”.
El señor “G” todos los días acude al panteón a visitar a su madre con la que habla y lleva
flores, sus únicos amigos son los empleados del panteón, a los que procura ocasionalmente
con regalos (panes, gelatinas, galletas, revistas, periódicos con noticias que él considera
importantes, principalmente la nota roja del gráfico).
Cuando su familia lo visita se muestra feliz, platica con sus familiares aunque es parco, agra-
dece los obsequios que le brindan, y generalmente acepta que su vivienda sea fumigada.
La dieta ha sido desde “toda la vida” nos dice su sobrino de “ajos, encurtidos en alcohol”, de
ahí la insuficiencia hepática.
El señor “G”, fallece tres días después de su internamiento, por complicaciones de síndrome
hepato-renal. Se encuentra su testamento, escrito por él mismo, donde deja una “escalera
que va al infinito” perdida en la maleza de su patio, esta es una escalera de caracol, sin fina-
lizar, de 5 metros de altura, escondida entre la maleza, a su sobrino favorito.
Diagnóstico: Trastorno de personalidad esquizotípica y síndrome de Dionisio
PUNTOS CLAVE:
Se ha estimado recientemente que la prevalencia de por vida del SPD en los Estados Unidos
(EE. UU.) Es de poco menos del 4%, con tasas ligeramente más altas entre los hombres
(4,2%) que entre las mujeres (3,7%). La probabilidad de SPD fue mayor entre las mujeres
negras, las de bajos ingresos y las personas que estaban separadas, divorciadas o viudas; y
las probabilidades de SPD fueron menores en los hombres asiáticos. Después de ajustar los
parámetros sociodemográficos y las comorbilidades, el SPD permaneció asociado signifi-
cativamente con los trastornos bipolares I y II, el TEPT, el TLP y el trastorno de personalidad
narcisista (NPD). Además, incluso después de ajustar los parámetros sociodemográficos y
las comorbilidades de los ejes I y II, los pacientes con SPD tenían una discapacidad signifi-
cativamente mayor que aquellos sin SPD.
Parecía que sólo la relación inadecuada y la comunicación extraña eran más pronunciadas
entre los esquizotípicos internos, en comparación con los esquizotípicos fuera del espectro
esquizofrénico. Los esquizotípicos fuera del espectro esquizofrénico, sin embargo, obtu-
vieron puntuaciones más altas que los esquizotípicos dentro del espectro esquizofrénico
en ideas de referencia, desconfianza, paranoia, ansiedad social, actos autodestructivos, ira
crónica, ansiedad flotante y sensibilidad al rechazo.
Curiosamente, las cuatro últimas características rara vez se observan entre los esquizotí-
picos dentro del espectro esquizofrénico. Los parientes monocigóticos no esquizofrénicos
de esquizofrénicos puntúan alto en relación inadecuada, comunicación extraña, aislamiento
social y delirios / alucinaciones. Los gemelos monocigóticos no esquizofrénicos de esqui-
zotípicos fuera del espectro genético esquizofrénico puntúan alto en ilusiones, despersona-
lización, desrealización y pensamiento mágico.
Las características esquizotípicas negativas parecen estar dentro del espectro esquizofré-
nico, mientras que las características similares al límite positivo están fuera y tienen otra
dotación genética.
Además, los síntomas del estado de ánimo y la ansiedad social también pueden aliviarse
durante un curso de tratamiento estimulante, sin embargo, no recomendamos su uso para
indicaciones distintas de las dificultades de atención o cognitivas. Las primeras pruebas
de nuestro grupo también apoyan un posible papel de la guanfacina, que también tiene una
indicación para el trastorno por déficit de atención.
No observamos ningún beneficio del antipsicótico atípico, risperidona, sobre la función cog-
nitiva en pacientes con SPD. Sin embargo, se ha demostrado que la risperidona (0,25-2 mg)
mejora la sintomatología tanto positiva como negativa en pacientes con SPD.
Los antipsicóticos deben usarse con prudencia en pacientes con SPD, especialmente porque
estos síntomas no son necesariamente los más perturbadores para los pacientes, ni son ne-
cesariamente los más problemáticos. Los antipsicóticos ciertamente juegan un papel impor-
tante cuando los pacientes con SPD desarrollan breves episodios psicóticos, a los que son
susceptibles durante períodos de elevado estrés psicosocial. También hemos descubierto
que las benzodiazepinas pueden desempeñar un papel importante en el tratamiento de la
ansiedad en el SPD; sin embargo, no es raro que los síntomas solo se alivien parcialmente.
A diferencia del tratamiento de la ansiedad generalizada, la ansiedad social y el trastorno de
pánico, no nos ha impresionado la eficacia de los inhibidores de la recaptación de serotoni-
na (SRI) en la ansiedad asociada al SPD. Además, no hemos encontrado que los antidepre-
sivos sean particularmente efectivos para los síntomas distímicos y anhedónicos del SPD.
La literatura sobre psicoterapia para pacientes con SPD es casi inexistente. El manuscrito
de Stone sobre su experiencia clínica en el tratamiento psicoterapéutico de pacientes es-
quizotípicos, aunque tiene cerca de 30 años, sigue siendo muy relevante. La psicoterapia
con pacientes con SPD puede verse limitada por una variedad de posibles complicaciones
interpersonales.
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sonality disorders. Psychiatry Res. 2013;210:498–504.
Caso 8.
Cuando tú familia no es lo que aparenta
“Sé cuándo empieza a recaer”, nos dice su mamá, “porque deja de hablarme”, “se encierra
en su cuarto y no sale para nada, le dejo los alimentos en la puerta, si se alimenta sé que no
está tan mal, una vez estuvo encerrado cinco meses (…) ahora ha estado encerrado por un
mes, pero creemos que lleva ya 7 días o más sin comer solo toma agua, y sin medicamentos
desde que salió del psiquiátrico hace tres meses no ha querido tomar nada”.
Le preguntamos si sus hermanos también han sido suplantados, nos contesta: “ellos no,
pero ella, la señora, los tiene engañados, los controla con la mente”. El paciente menciona
que los vecinos también están siendo sometidos a la mujer que suplanta a su madre, lo sabe,
porque “recién hicieron una fiesta en la noche para no dejarme dormir, para que me altere,
salga corriendo de mi cuarto y me hospitalicen para siempre”.
“H” fue tratado con haloperidol 15 mg/día, el delirio no se yuguló, sólo la irritabilidad, y me-
joró la cooperación, está menos paranoide, ya se alimenta de la comida del hospital, pero
no acepta nada de su madre y hermanos. Posterior a rehidratación y mejoría en el aspecto
nutricional, se le aplica terapia electroconvulsiva y después de 7 sesiones empieza a mejorar,
con clara disminución de sintomatología psicótica, empieza a aceptar comida de la madre y
le cambiamos tratamiento a antipsicótico atípico para seguimiento, tiene el plan de retomar
la preparatoria abierta.
PUNTOS CLAVE:
Asimismo, los médicos en el hospital se multiplicaron, cada uno socavando las órdenes da-
das por su antecesor. Los modelos explicativos de este intrigante fenómeno parecen prolife-
rar a un ritmo similar, aunque fue el propio Capgras quien estableció el abanico de opciones.
Su propuesta inicial fue sorprendentemente similar a los relatos neuropsiquiátricos cogniti-
vos contemporáneos. Algunos rostros que ve con sus rasgos normales, cuyo recuerdo no se
altera en modo alguno, ya no van acompañados de ese sentimiento de familiaridad exclusiva
que determina la percepción directa, el reconocimiento inmediato.
Desde entonces, una serie de condiciones neuropsiquiátricas se han asociado con el inicio
del delirio, socavando de alguna manera las interpretaciones arraigadas en el conflicto psi-
codinámico.
El delirio de Capgras es un fenómeno psicopatológico fascinante que se presenta en una am-
plia gama de trastornos psiquiátricos y neurológicos con patrones sutilmente diferentes que
dependen de la etiología subyacente. La diferencia entre casos orgánicos y funcionales está
en el nivel del contenido delirante, psicopatología asociada, hallazgos neuropsicológicos e
investigaciones biomédicas.
Vale la pena señalar que el delirio circunscrito sobre el que especulan los teóricos tiene una
comparación limitada con los fenómenos clínicos descritos aquí y en otros lugares; la ilusión
parece más amorfa de lo que los teóricos han supuesto. Si la ilusión de Capgras va a conver-
tirse en la piedra de Rosetta para la ilusión en general, entonces sus teorías deben explicar la
ilusión tal como se encuentra realmente, para que no sean acusados de sacar conclusiones
precipitadas y otros errores de razonamiento.
Hay estudios limitados sobre la eficacia de los tratamientos para el síndrome de Capgras. En
un reporte de caso por Capgras asociado a THC y meta-anfetamina con una combinación de
10 mg de aripiprazol al día y 10 mg de escitalopram al día fue eficaz para resolver los sínto-
mas. Se utilizó clonazepam para la ansiedad y 1 g de ácidos grasos omega-3 para efectos
antioxidantes.
Nuestro equipo determinó que la provocación más probable de su síndrome de Capgras fue
el uso de múltiples sustancias con la consiguiente paranoia. Ella mencionó que su paranoia
se exacerbó cuando el extraño con el que estaba cuestionó la validez de su propia imagen de
sí misma. Luego comenzó a sospechar mucho de su madre y de las fotos familiares en su
casa, a través de lo que parece haber sido una respuesta folie a deux. Si bien se ha documen-
tado que los antipsicóticos de segunda generación han sido efectivos en el tratamiento del
trastorno delirante, no está claro si la resolución del síndrome de Capgras de esta paciente
fue el resultado de la eliminación de THC y metanfetamina de su cuerpo o el efecto del aripi-
prazol. Se postula que se requería una combinación para provocar un desalojo tan profundo
del engaño fijo de Capgras. Es probable que la reincidencia de la sustancia provoque una
recaída de los síntomas. Otros estudios pueden investigar los efectos de una variedad de
causas y tratamientos para el síndrome de Capgras.
La recomendación de nuestro equipo ante un caso de Capgras de difícil control y alteracio-
nes del comportamiento sin uso de sustancias sugerimos tratar como esquizofrenia resis-
tente conforme a los protocolos establecidos.
En general, la propuesta de abordaje de las fuentes consultadas inicia con prescribir cloza-
pina. Gracias al estudio CATIE se sabe que, luego del fallo terapéutico con un antipsicótico
de segunda generación (ASG), la clozapina es más efectiva que iniciar otro ASG17. Entre 30
y 60% de los pacientes que no responden a antipsicóticos de primera o segunda generación,
pueden responder al tratamiento con clozapina.
Si lo anterior no funciona, se puede usar una de las siguientes estrategias (para decidir cuál,
se debe valorar como punto fundamental la presencia de efectos adversos de los medica-
mentos): añadir un fármaco diferente, no antipsicótico, como coadyuvante (estrategia de
aumento). Los agentes más usados para esto son: litio, anticonvulsivantes (ácido valproico,
carbamazepina, lamotrigina y topiramato), antidepresivos, benzodiacepinas, y terapia elec-
troconvulsiva (TEC).
Bibliografía
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Caso 9.
Estar muerto en vida
S e presenta el caso de paciente femenino "I" de 30 años, es traída de zona rural, referi-
da de su segundo nivel a psiquiatría de tercer nivel, para manejo de cuadro delirante.
En la entrevista “dice que está muerta, que su corazón se paró hace 20 años”, “Lleva casi 4
años así, pero desde hace un mes llora todo el tiempo de día y de noche, los familiares afir-
man que “ya no podemos dormir, y tenemos miedo, que nos traiga la salazón y esté llaman-
do a la muerte”, mientras sujeta un rosario. “I” constantemente afirma que está muerta.
La historia es la siguiente: vive con sus padres en una zona rural del sureste de México,
donde es señalada como “la loca” por todos los del pueblo, este sobrenombre se lo pusie-
ron a la edad de 21 años, cuando empezó a hablar y a reírse sin condicionante externo, dis-
minución de higiene y aliño, habla inteligible, con dromomania, errores de juicio y conducta.
El hermano refiere: “no se bañaba, se reía como tonta, los chamacos le aventaban piedras,
así que le hicimos una cerca en el patio y su cuarto para que no molestara a nadie y noso-
tros pudiéramos trabajar en paz, porque caminaba por horas y teníamos que salir a bus-
carla (..) recorría los pueblos, a veces nuestros amigos la veían y la traían (…) poco a poco
se fue curando, trabaja en la casa, hace su “quehacer”, “echa las tortillas”, se encarga de
los animales de la casa, los alimenta y limpia, de dos años a la fecha los amigos que nos
ayudaban antes a traerla ya le dan la vuelta si la ven, nadie se acerca a ella porque los es-
panta diciéndoles que ésta muerta (…) cuando se le acercan les dice que le ayuden que sus
órganos están pudriéndose, que los huele, y les pregunta si ellos lo huelen también (…) en
el pueblo, nos ven raro, ya nos evitan a todos, mis dos hermanos menores fueron dejados
por sus novias, por ella, dicen que trae la mala suerte”.
A examen mental, parece una anciana, de piel enjuta, seca, arrugada, el cabello más blanco
que gris, áspero, seco, le llega a la cadera, está desaseada y desaliñada, facie alucinada, se
encuentra alerta orientada, lentificada, en el contenido del pensamiento refiere estar “pu-
driéndose, sus órganos están muertos y su corazón está parado, argumenta no sentirlo, an-
tes lo sentía y oía, pero desde hace 20 años ya no”, es observable el aplanamiento afectivo.
PUNTOS CLAVE:
El término “síndrome de Cotard” se utiliza para describir una serie de características clíni-
cas, en su mayoría delirios hipocondríacos y nihilistas (necrofilicos), las más característi-
cas de las cuales son las ideas como “estoy muerto” y/o “mis órganos internos no existen”.
Además, se incluyen el estado de ánimo ansioso y deprimido, los delirios de condenación,
posesión e inmortalidad, conductas suicidas y de automutilación.
La primera descripción del síndrome fue hecha en 1880 por Cotard, quien presentó el caso
de una paciente en una conferencia. Originalmente lo llamó “delirio hipocondríaco”, y al-
gunos años más tarde “delirio de negaciones”, mientras que después de su muerte fue
nombrado “delirio de Cotard”. En la literatura internacional, los términos “delirio nihilista” y
“síndrome de Cotard” prevalecieron sobre “delirio de negaciones” y “delirio de Cotard”.
De igual forma nuestro equipo al encontrar sintomatología nihilista persistente, sin res-
puesta a TEC, recomendó seguir las pautas de tratamiento previamente mencionadas para
esquizofrenia resistente.
Bibliografía
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Caso 10.
Embarazo no planeado
L a Sra. “J”, tiene 73 años, es hipertensa en control con fármacos convencionales, está
en seguimiento desde hace 1 mes porque padeció neumonía por influenza H1N1, con
sobreinfección bacteriana agregada, en este momento con adecuada respuesta a esque-
ma antibiótico establecido. Es referida a nuestro servicio por parte de infectología para
diagnóstico y tratamiento, con motivo de consulta paciente delirante.
En esta ocasión, lo que dice está fuera de contexto, puntualiza su hijo mayor, dice que
está embarazada y no quiere tomar medicamentos. La exploración psiquiátrica revela lo
siguiente: Acepta estar embarazada, no sabe cómo, ni cuándo, ni quién la embarazó, le pre-
guntamos si fué su esposo, y se ríe diciéndonos: “¡claro que no!, dormimos en camas sepa-
radas, pero siento los movimientos del bebé” no logra señalar más datos de su embarazo,
salvo la ausencia de la menstruación, cuando se le confronta que esta desapareció hace
20 años, la paciente responde “no importa, siento los movimientos de mi hijo, ya patea”.
Regresa dos meses después con disminución de sintomatología delirante, reduciendo idea
de embarazo, no presenta otras patologías gastrointestinales, continua en nuestro segui-
miento por nuestro servicio.
Cabe destacar por último en este caso que los síntomas digestivos fueron interpretados
delirantemente, un síntoma frecuente, sin embargo, se desconoce la sensibilidad y especi-
ficidad de este.
PUNTOS CLAVE:
De acuerdo con la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos men-
tales (DSM-5), pseudociesis [de las palabras griegas pseudes (falso) y kyesis (embarazo);
también conocido como embarazo falso, imaginario, simulado, fantasma, histérico o es-
purio] es un trastorno poco común con rasgos somáticos característicos. Se incluye en la
sección “No clasificado” en otra parte de Trastornos de síntomas somáticos, un grupo de
trastornos que generalmente se presentan primero en entornos no psiquiátricos caracteri-
zados predominantemente por síntomas somáticos o preocupaciones que están asocia-
das con angustia y/o disfunción significativa. El hecho de que esté incluido en una sección
“No clasificado” en otra parte significa que está en una categoría en sí misma, diferente de
otros trastornos de síntomas somáticos como el trastorno neurológico funcional (anterior-
mente, trastorno de conversión).
La pseudociesis está definida por el DSM-5 como una falsa creencia de estar embarazada
que está asociada con signos objetivos y síntomas reportados de embarazo, que pueden
incluir agrandamiento abdominal, flujo menstrual reducido, amenorrea, sensación subjeti-
va de movimiento fetal, náuseas, congestión mamaria y secreciones y dolores de parto en
la fecha prevista de parto.
Algunos teóricos pueden diferenciar a partir del cuadro clínico general si es un delirio de
embarazo el cual estaría más relacionado con trastornos psicóticos o incluso sustancias y
la pseudociesis de tipo somatomorfo que tendría una base ansiosa, sin embargo, nuestro
equipo utiliza los términos de manera equivalente, por la utilidad comunicativa y que esta
diferenciación no ha sido establecida de manera precisa en los manuales diagnósticos.
Bibliografía
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Su piel está severamente dañada y seca, con múltiples excoriaciones como marcas de
uñas en brazos, muslos y abdomen. El envío a psiquiatría lo ha tomado con gusto, acepta
la consulta con agrado y esperanza “un especialista más me caería muy bien, lo mismo,
mi mal está en mi cabeza, ustedes me lo quitan” nos dice sonriente.
No existe historia personal para psicopatología. En el examen mental, se presenta con fa-
cie alegre, sociable, cooperadora orientada, sonríe constantemente durante la entrevista.
Niega cualquier otro síntoma, en el contenido del pensamiento “no los veo, son micros-
cópicos, sólo los siento, cuando caminan por dentro de mi cuerpo y me dan comezón (…)
los bichos no me molestan por la noche, supongo que ellos duermen también”; afecto
eutímico placentero.
Iniciamos tratamiento a base de Risperidona 4 mg por día iniciando con dosis de titu-
lación por la noche. A la consulta de seguimiento de nuestro servicio un mes después
manifiesta mejoría: “ya no siento los bichos, ya no me caminan, su medicina resultó muy
buena, de haberlo sabido, hubiera venido primero con ustedes (…) ahora sólo me molesta
la comezón”. Damos psicoeducación en cuanto al padecimiento, decidimos continuar
con su abordaje multidisciplinario, refiriendo al servicio de dermatología para la prescrip-
ción de lubricantes y otras medidas higiénicas.
Mantuvimos el tratamiento con risperidona por seis meses, la señora “K”, al sentirse li-
bre de síntomas disminuye paulatinamente la dosis, y continúa muy bien, pero al tomar
únicamente 1 mg de risperidona, “los bichos regresaron, así que me la volví tomar”. Doce
meses después intentamos reducir la dosis, hasta retirarla y constante observación. Seis
meses después sin medicamento y asintomática, fue dada de alta con la consigna si-
guiente “si los bichos reaparecen, regrese con nosotros”.
La Señora “K”, nos agradece infinitamente su alivio y nos dice “tengo guardadas unas
pastillas en mi botiquín, si reaparecen, los mato y ya, que DDT, remedios caseros ni que
nada, su medicina es más potente que cualquier otra, su medicina los mata desde la
mente”
PUNTOS CLAVE:
Hay varios trastornos mentales que pueden ir acompañados del síndrome de Ekbom,
como esquizofrenia, depresión, demencia, ansiedad y fobia, mientras que el tipo orgánico
está relacionado con hipotiroidismo, anemia, deficiencia de vitamina B12, hepatitis, dia-
betes, infecciones (p. Ej., VIH, sífilis) y abuso de cocaína.
Sin embargo, aún no se ha determinado la etiología exacta de este síndrome. Una posible
razón de esto es la interpretación falsa de la sensación de picazón, que es un síntoma
común. Siempre es necesario un examen completo para descartar muchas otras enfer-
medades que pueden causar picazón. Los pacientes que padecen este delirio suelen
informar otros síntomas, como hormigueo, sensación de movimiento debajo de la piel o
incluso dolor, que siempre están asociados con la certeza subjetiva de que los síntomas
son causados por la presencia de gusanos, insectos u otros parásitos en la piel.
Para probar la infestación, los pacientes pueden traer al consultorio del médico una caja
de fósforos u otro recipiente en el que el paciente haya colocado varias partículas de pol-
vo, trozos de piel, fibras, etc. Las muestras de estos materiales se envían muchas veces
a varios laboratorios, que no encuentran evidencia de parásitos.
Dado que este trastorno puede tener varios orígenes potenciales, es imperativo conside-
rar todas las posibles causas de este trastorno y luego seleccionar una terapia adecuada
para la forma específica de parasitosis delirante que padece el paciente. Los síntomas
persistentes, como los delirios, son siempre una indicación para la administración de
medicamentos antipsicóticos.
Faltan estudios que evalúen la disparidad en la eficacia entre los antipsicóticos de prime-
ra y segunda generación en el tratamiento de la parasitosis delirante. Actualmente, los
antipsicóticos de segunda generación como la risperidona o la olanzapina se consideran
terapias de primera línea, principalmente por sus perfiles más seguros y mejores tole-
rabilidades, como puede observarse en nuestro equipo nos inclinamos a tratamientos
antipsicóticos de segunda generación a dosis moderadas con adecuada respuesta.
Bibliografía
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Caso 12.
Cuando estar enfermo es causa de desatención médica
E l señor “L”, de 56 años, padece Esquizofrenia paranoide desde los 20 años de edad,
está hospitalizado en urgencias, por un cuadro abdominal doloroso. El servicio de ci-
rugía lo revisa diagnosticando colon espático, y lo da de alta con analgésicos y medidas
higiénico-dietéticas. Son las 23 horas, el paciente está sin familiares, por lo que permane-
ce en el hospital para ser dado de alta en cuanto se localice a éstos.
Psiquiatría realizó diagnóstico de Delirium e indicó haloperidol 2.5 mg con lo que el pacien-
te mejoró, pero tres horas más adelante el paciente se volvió a agitar, por lo que se aumen-
tó la dosis a 5 mg de haloperidol intravenoso.
PUNTOS CLAVE:
Sin embargo, más allá del contexto de la enfermedad médica, la práctica actual de la psi-
quiatría no proporciona explícitamente cuidados paliativos ni los nombra como tales. No
obstante -reflexionando-, varios enfoques clínicos en la psiquiatría contemporánea ya pue-
den considerarse paliativos porque tienen como objetivo reducir los síntomas y el sufri-
miento de enfermedades mentales en lugar de buscar lograr la remisión o modificación de
la enfermedad, por ejemplo, el enfoque de recuperación, buscando un enfoque de control y
sensibilización tanto de familiares y del personal, la cual es la corriente a la que nos adhe-
rimos y promovemos.
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S1470-2045(11)70002-X.
Caso 13.
Psicoterror en medicina
D ominicana, residente del 2o año de urología, "M" padece TB tipo 2 diagnosticada hace
4 años, ha estado eutímica hasta hace un año, desde el momento en el que migró al
país (México) y recién ingresó a la subespecialidad.
Solicita nuestra intervención debido a que literalmente dice: “tengo de nuevo síntomas de-
presivos, otra vez estoy pensando solamente en cosas tristes como abandonar la resi-
dencia, regresarme a mi país. Creo que el sacrificio es mucho, y no vale la pena” (...) “ mis
papás tienen un hospital allá. Y yo puedo trabajar como médico general”.
Acepta hipersomnia, sueño no reparador: “aunque duerma necesito dormir más, sigo can-
sada”. Esto ha generado conflictos con sus compañeros pues asegura que “me quedo dor-
mida por todos lados, fui a la UCI a revisar a un paciente, me senté y ahí me quedé dormida
como una hora, mis residentes me castigaron con una guardia de domingo”. Se le pregunta
directamente sobre su función cognitiva a lo que nos responde: “no puedo concentrarme,
no entiendo nada, tengo que anotar todo, me he equivocado en las nota e indicaciones
médicas” (...) “constantemente me hostilizan, me han insultado, hablan de mí en tercera
persona, por ejemplo: para que venir de tan lejos para no hacer nada”. Agrega que “Tiran al
suelo mi papelería para que yo la tenga que recoger” (...) “hace una semana que no llego
a mi casa, porque me ponen tareas extras, incluso no me han dejado salir, para que yo les
lleve la comida”. Explícitamente la paciente una vez comentó que: “el lunes el R4 me dijo:
vete a tu casa, te ves muy cansada, descansa un rato, empaca tu maleta bien, porque te
quedarás esta semana completa en el hospital”.
Se comenta este caso con la jefatura de Urología quien responde: “la residente empezó tra-
bajando bien, pero solo los primeros meses, es distraída, mal hecha, deja pendientes, se ha
equivocado en situaciones donde no se está permitido equivocarse, como en las indicacio-
nes médicas para enfermería, sus residentes de mayor jerarquía, la han sacado de problemas
pero ya están hartos de su negligencia” (...) “hace 2 días no programó una cirugía porque se
le olvidó, esa es función del R2, la repercusión fue grave: el paciente en ayunas, listo para
cirugía, baja a quirófano, no hay sala, se regresa a piso, después la familia y el paciente muy
molestos se quejaron en la dirección, y tuvimos una amonestación. La Doctora, está por ser
suspendida, su error fue muy grave, sólo va con ustedes a quejarse de nosotros”.
Diagnóstico: Depresión Bipolar y Burn out
PUNTOS CLAVE:
Aunado de la señalización, estigmatización, exclusión laboral y social, los cuales son facto-
res relevantes para tener presente en esta población con múltiples vulnerabilidades a nivel
psicosocial por la propia interacción que se produce en el constante lidiar con la dialéctica
de la salud y la enfermedad en elementos de la colectividad, cotidianidad y lo laboral.
Desde esta perspectiva, los MHP pueden tener un impacto serio en la vida de un estudiante,
afectando la capacidad para organizar horas de estudio muy exigentes, socializar y des-
empeñarse académicamente. Entre los estudiantes de las profesiones de la salud, esto
podría afectar la atención al paciente, ya que la empatía y el profesionalismo podrían verse
afectados.
La literatura informa que los estudiantes de medicina muestran un peor bienestar psico-
social en comparación con sus compañeros de la misma edad, exhiben una mayor preva-
lencia de depresión y agotamiento que la población general, presumiblemente debido a la
intensa carga de trabajo esperada.
A nivel de tratamiento nuestro equipo recomienda seguir las pautas recomendadas para
las entidades psiquiátricas presentes, hemos realizado grupos de intervención y Balin y fi-
nalmente monitorización constante del estado mental de los residentes y estudiantes, con
la oportunidad de acudir a un servicio de psiquiatría hospitalario de manera confidencial
tener seguimiento en el propio hospital y realizar intervenciones incluso a nivel de grupos
específicos de sensibilización y de acompañamiento psicoterapéutico.
Bibliografía
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Caso 14.
Perder la vista fugazmente
L a señora "N" de 33 años, casada, tiene un hijo de 4 años. Su situación económica es hol-
gada: es propietaria de una casa, las relaciones con su esposo e hijo son armónicas, sin
embargo, vive con sus padres con los que mantiene una relación áspera, caracterizada por
una agresión pasiva, se comunica con ellos escasamente, prácticamente con monosílabos
a pesar de compartir los momentos de las comidas, de la televisión, etc.
El papá de “N” fue descrito como frío, escasamente cariñoso, controlador, quien utilizaba
medidas disciplinarias, aunque no hubiera motivo alguno: hablar sin pedir permiso, incluso
opinar sobre un tema sin la autoridad otorgada son ejemplos claros, esto por supuesto le
era merecedora a un castigo corporal o de otra índole como escribir planas y planas de un
tema, era distante con sus hijos y esposa, aunque buen proveedor.
Durante las sesiones psicoterapéuticas se interpretó que la ceguera transitoria de “N” era
un recurso interno de castigar a su padre, ya que su constante discapacidad visual le im-
pedía salir de casa y encargarse de su propia familia y de esta manera, permanecía con la
familia de origen perpetuando la grave disfunción familiar.
“N” se salió de la casa paterna en la 6ta sesión de tratamiento, continúo en psicoterapia por
un año, los primeros 6 meses de tratamiento acudió a sesión cada semana o cada 15 días,
y posteriormente los siguientes meses cada 30 días.
Nunca más volvió a presentar amaurosis.
PUNTOS CLAVE:
El examen neurológico, tal como lo conocemos hoy, surgió a finales del siglo XIX, cuando
se volvieron cruciales los signos que discriminaran con confianza la debilidad por daño
estructural de la histeria, siendo el paradigma el caso Freudiano de Anna O.
Según la última versión del DSM5 los trastornos conversivos (parálisis, convulsiones, pér-
dida sensorial y trastornos de la marcha, ahora denominados Trastorno de síntomas neu-
rológicos funcionales) pertenecen al “síntoma somático y trastornos relacionados”, que
sustituyeron a los anteriores. llamados “trastornos somatomorfos”, recalcando que, para
el CIE, puede ser considerado como parte de los trastornos disociativos.
Ofrecer un medicamento placebo o, por ejemplo, aplicar un diapasón en la parte del cuerpo
afectada a menudo elimina los síntomas. Sin embargo, hemos documentado con nuestra
experiencia que este tipo de trastornos neurológicos funcionales, requieren de seguimiento
porque es común su exacerbación y recaída.
La ansiedad y la depresión son los acompañamientos psicológicos más comunes de los
trastornos de los trastornos neurológicos funcionales por lo que recomendamos la realiza-
ción del tratamiento específico para la variedad sintomática presentada según las conven-
ciones de primera línea con psicofármacos y acompañamiento psicoterapéutico.
Bibliografía
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Caso 15.
Entre el odio y el amor
Los sentimientos expresados hacia las personas de su alrededor son de amor-odio (pa-
dres, hermanos, jefes, compañeros, amigos, novios, etc.) los idealiza y cuando estos le
han fallado (por nimiedades) los ataca, agrede, insulta, para luego sentirse abandonada,
deprimida, con cierta culpa: “los insulté bien feo, me pasé, pero ellos tienen la culpa” afirma
con alta seguridad.
Tiene una historia de depresión recurrente, ideación suicida frecuente y ha intentado qui-
tarse la vida en 3 ocasiones, todas con fines manipulativos. Refiere episodios de mayor irri-
tabilidad, con síntomas hipomaníacos dudosos. No cuenta con una red de apoyo familiar
ni social, por la historia de conflictos interpersonales. Constantemente comenta que: “Los
humanos son un fraude”, “he sufrido mucho, la gente me rechaza, nadie valora mi esfuer-
zo” relata una historia dicotómica entre el rechazo y la aceptación, donde ella se posiciona
como víctima.
Ingresó al grupo de terapia grupal, siendo rechazada por sus compañeros, por su conducta,
majadería y hostilidad.
Los trastornos afectivos son comunes en la mayoría de los trastornos mentales. En busca
de las causas de estas alteraciones afectivas, las deficiencias en la regulación de los esta-
dos afectivos se han convertido en un gran interés en la psicología clínica. Las deficiencias
más prominentes y generalizadas en la regulación del afecto (RA) se encuentran en perso-
nas con trastorno depresivo mayor (TDM) o trastorno límite de la personalidad (TLP).
Cualquier estudio ha comparado directamente estos dos trastornos para desentrañar los
déficits compartidos y específicos del trastorno en la regulación del afecto. Además, los
modelos teóricos han vinculado la RA efectiva con las funciones de control cognitivo.
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line-ebook/dp/B094Z2BWV8
Bibliografía
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Caso 16.
Social y antisocial
P aciente "O" de 18 años, estudios truncos en secundaria por ser sometido a resección de
craneofaringioma a los 15 años de edad, quedando como secuela obesidad grado III.
Acepta todos los síntomas depresivos del DSM incluida ideación constante de muerte y
suicidio, al preguntarle porque no lo ha intentado el acto suicida responde “estoy esperan-
do un milagro para curarme”. La anamnesis dirigida a conducta alimentaria revela tras-
torno por atracones argumentando que “no puedo parar de comer, no tengo voluntad, me
siento lleno, sé que estoy gordo, pero no puedo dejar de comer”.
Nuestra hipótesis fue una gran ira hacia los demás como reacción mal adaptativa a su en-
fermedad, asociada a su edad, mecanismos de defensa y daño cerebral.
Treinta días después, “O” está sonriente, agradecido de haber sido escuchado y atendido,
igual de pueril, refiere sentirse mejor y “no tener tanta depresión”, los familiares afirman que
“Ya está más calmado, menos irritable, convive más”.
Entre los 12 y 15 años, robaba a sus primos, aparatos y juguetes eléctricos, celulares, a sus
hermanas les quitaba sus joyas, sustraía adornos de la casa para venderlos. Tomaba el di-
nero del negocio de su padre y culpaba a los empleados, “no era mucho” justifica la madre.
Tiene desde niño una “necesidad “de mentir, a veces no es necesario que mienta, pero él
miente por todo”. Siempre fue obeso. Muy simpático, un líder en la escuela. Las conductas
destructivas son planeadas o impulsivas (enojado-frustrado) cuando no consigue lo que
quiere. Sin reparo asegura que “Mis hermanas tienen todo, cuando les pido por la buena, no
me quieren dar, entonces hay que castigarlas”.
Los padres responsabilizan sin dudar los actos de “O” derivados de la cirugía sin contem-
plar algunos patrones previos a la cirugía que indudablemente fueron de atención para
identificar el origen del conflicto y los síntomas.
PUNTOS CLAVE:
El trastorno de personalidad antisocial (ASPD, por sus siglas en inglés) para el DSM 5 para
el CIE 10 personalidad disocial, términos equivalentes a nivel noso-taxonomico, es un pa-
trón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás que ocurre desde
los 15 años de edad e incluye tres o más de los siguientes indicadores: incumplimiento de
las normas sociales con respecto a conductas legales, engaño, impulsividad , irritabilidad
y agresividad, desprecio imprudente por la seguridad de uno mismo o de los demás, irres-
ponsabilidad constante y falta de remordimiento.
Una persona debe tener al menos 18 años y tener evidencia de un trastorno de conducta
(EC) que se inició antes de los 15 años para cumplir con los criterios para un diagnóstico.
El ASPD es el trastorno de personalidad más destructivo socialmente debido a su reciproci-
dad con graves problemas de conducta, violencia y delincuencia, produce costos sociales
extraordinarios y una carga social agregada, y es altamente prevalente en los perfiles de los
delincuentes más graves y antisociales.
La etiología precisa del ASPD sigue siendo desconocida. El ASPD es un constructo multi-
factorial con bases biológicas y ambientales, y su heredabilidad se ha estimado de diversas
formas en 38%, 50%, 56% y 69%. Aunque existe una responsabilidad genética sustancial
para el ASPD, las fuentes ambientales también juegan un papel en su curso de desarrollo,
y el estudio actual se enfoca en dos de estas fuentes ambientales: experiencias adversas
en la niñez y psicopatología infantil.
Por lo tanto, al igual que con los enfoques psicosociales, la farmacoterapia se ha centrado
en las dimensiones transdiagnósticas o la neurofisiología asumida en lugar de las cate-
gorías de diagnóstico para el tratamiento de este trastorno. Este enfoque ha llevado a la
investigación de medicamentos específicos para la desregulación afectiva o la desregula-
ción conductual impulsiva en lugar de medicamentos específicos para un diagnóstico en
el sentido clásico de diagnóstico-síntoma-medicamento.
Con respecto al ASPD, hay poca evidencia que respalde la farmacoterapia, y los medica-
mentos a menudo se usan para tratar los síntomas, pero no como un tratamiento indepen-
diente, se considera recomendable por expertos y en la experiencia de nuestro equipo la
utilización de ISRS y estabilizadores del ánimo, junto con seguimiento psicoterapéutico, en
nuestro equipo recomendamos la terapia doble: psicofármaco junto con psicoterapia de
enfoque conductual, algunos estudios recomiendan abordes dialectico conductuales.
Bibliografía
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Caso 17.
Despreciable, ¿yo?, no, ellos...
N uestro paciente “P” tiene 47 años, caucásico (abuelos ambas ramas de origen germa-
no), Licenciado en Actuaría, estatura 1.92 cm, practica deporte (cinta marrón en kara-
te, no obstante, no continuó por alteraciones en la conducta -a todos les quería golpear-)
maestría en altas finanzas, trabaja en la empresa familiar como administrador, casado en
3eras nupcias tiene un hijo de 13 años diagnosticado con TDAH y otros problemas de con-
ducta.
Fue sometido a una pancreatectomía hace 1 año, con evolución satisfactoria, Gastroqui-
rúrgica solicita nuestra intervención con el siguiente motivo: “Irritabilidad y problemas fa-
miliares. Probable depresión”. Acude acompañado de su esposa, quien previamente había
asistido un día antes de la consulta de “P” para relatar su conducta.
- Durante las horas de tráfico, constantemente va peleando con todos. “Se ha bajado
del auto para amenazar a otros”.
- En la empresa lo “utilizan” nos dice su esposa, “él es el malo del cuento, grita, maltra-
ta a sus empleados, los corre, y sus parientes muy contentos que al que odien sea
a mi esposo”, el paciente interrumpe a su esposa diciendo: “en realidad el que dirige
soy yo, yo soy el poder tras el trono”.
- El paciente acepta: tristeza, llanto ocasional, desesperanza “la vida no tiene tanto
sentido, es una mierda”, “mi preocupación y malestar son porque mi hijo tiene un
problema psiquiátrico, no se controla, lo quieren medicar” “yo no dejaré que lo dro-
guen”, acepta el mal humor de toda la vida, pero que ha aumentado de intensidad
en los últimos 12 meses “cómo no voy a estar enojado si todos son unos ineptos, el
negocio necesita mano dura” dicen con efusividad. Reconoce tener ideas de muerte,
de desaparecer, ocasionalmente ideaciones suicidas, sin embargo, dice: “pero no lo
haría, por mi hijo”.
Acepta la intervención nuestra señalando lo siguiente: “estoy en este hospital -aunque po-
dría pagar cualquier otro aquí o en cualquier parte del mundo- porque sé que este hospital
es el mejor por los médicos.
“P” solicita psicoterapia para “poder hablar con alguien que tenga estudios de cómo voy”,
se envía al psicólogo.
PUNTOS CLAVE:
La quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5)
ha heredado de ediciones anteriores la descripción del Trastorno Narcisista de la Persona-
lidad (NPD) como un patrón de grandiosidad, búsqueda de admiración y falta de empatía.
El CIE, mantiene un enfoque similar, estas circunstancias por la separación que se produjo
de los conceptos del narcisismo clásico psicoanalítico, el cual producía toda una concep-
tualización diferente al narcisismo taxonómico de la actualidad, por lo que puede dar la
impresión de ser un diagnóstico sencillo y sistematizado, aunque las características psi-
cológicas de las personas con estos elementos, pueden tener variabilidades y expresiones
sintomáticas tan multiplicables como podría ser la personalidad limítrofe, tomándola des-
de el enfoque original del punto intermedio entre la neurosis y la psicosis.
Se considera en la bibliografía más actual que los individuos con este trastorno muestran
escasa consideración por los sentimientos de los demás y exhiben comportamientos des-
agradables y sentimientos de envidia y desprecio. Varios autores han enfatizado que esta
descripción del DSM-5 captura solo un aspecto del narcisismo patológico, que correspon-
de al fenotipo grandioso. Sin embargo, existe un cuerpo de literatura que sugiere la existen-
cia de diferentes subtipos de narcisismo, corriente concordante con lo mencionado en el
párrafo previo del llamado a un entendimiento psicopatológico más profundo.
Aunque cada subtipo de narcisismo se caracteriza por una desregulación emocional y una
inestabilidad inestable de la autoestima, los narcisistas grandiosos típicamente muestran
una autoimagen inflada y ausencia de síntomas depresivos y angustia subjetiva. La ausen-
cia de angustia subjetiva, así como la falta de empatía, se han asociado con el deterioro de
la comprensión grandiosa de los pacientes con NPD de sus propios estados mentales y de
los estados mentales de los demás, en el caso presentado puede observarse la tendencia
a la falta de control de impulsos asociada a estas distorsiones cognitivas en el nivel más
superficial y a nivel de psicología profunda se pueden destacar elementos de superioridad
simbólica claramente asociado a su ascendencia germánica y la contradicción que esto
produce al vivir en un contexto tercermundista, y en el plano psíquico elemental, la falta de
la figura paterna y el desentendimiento del deseo del otro.
Los antipsicóticos atípicos son el tratamiento preferido de manera clásica para los tras-
tornos narcisistas con tendencia a la agresividad, irritabilidad y estados pseudopsicóticos
mantiformes. Mejoran la ira, la hostilidad, la irritabilidad, impulsividad y anomalías cogniti-
vo-perceptivas que subyacen a la psicosis observada en los trastornos de la personalidad.
Algunas personas responden a la monoterapia con ISRS, y a otros les va mejor con una
combinación de un ISRS y un estabilizador del estado de ánimo. Betabloqueantes y los
bloqueadores centrales de noradrenalina ayudan a reducir los niveles de noradrenalina que
se ha demostrado que están elevados con agresión, en nuestra experiencia la terapia dual
con psicofármaco y psicoterapia de corte psicodinámico son el tratamiento recomendable.
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Caso 18.
Todo menos una enfermedad psiquiátrica por favor
Desde hace 10 años toma Imipramina, 75 mg x la noche prescrita debido a que según la
paciente: “padecí una depresión y este medicamento me salvó, si lo dejo de tomar me
siento cansada, fatigada, tristona y no puedo dormir; ese medicamento me salvó la vida”,
de igual manera y con seguridad afirma que “Si lo dejo de tomar recaigo, lo he intentado
varias veces”.
Relata que “El ginecólogo, me mandó con un psicólogo, me dijo que mis síntomas eran
emocionales pero no mejoré, me dijo que no correspondía el cansancio con la dificultad
para caminar o moverme” (,,,) “usted está en la moda de ser vegana, no tiene problemas
de deglución, me reprendió, la verdad es que mi digestión es mejor, aunque soy carnívora”.
“También fui a terapia sexual, el resultado fue mejor, pero hay días, que no puedo, aunque
tenga todas las ganas del mundo”.
Solicitamos PFT por los síntomas 1, 2 y 3 ya que, aunque la imipramina tomada crónica-
mente podría estar produciendo el estreñimiento, los tres síntomas son sugestivos de hipo-
tiroidismo, aunados a fatiga, síntomas depresivos, género y edad. Enviamos a la paciente
a Reumatología para descartar Síndrome de Sjogren. Mismo que fue diagnosticado por la
clínica y laboratorio.
Este es un caso muy interesante y de gran reto diagnóstico, ya que los síntomas de la en-
fermedad autoinmune no graves se ocultaron en otras enfermedades (se trató sólo el sín-
toma no se buscó un síndrome-enfermedad). Lo que nos dio la pauta para el diagnóstico
correcto fue el empeoramiento con el uso de antihistamínicos (gripas, salpullido y prurito) y
sequedad en los ojos en climas calurosos. Sumados al resto de los síntomas presentados.
Este caso apoya lo reportado en la literatura puesto que los trastornos psiquiátricos más
frecuentes en padecimientos autoinmunes son la depresión y la ansiedad y que incluso
preceden la enfermedad inmunológica.
Los síntomas depresivos crónicos estaban paliados por el uso de la imipramina. Suspendi-
mos imipramina (efectos colaterales, sequedad de piel y faneras) en forma súbita y prescri-
bimos un ISRS, vigilando fase de la respuesta sexual (ya había liado con un trastorno sexual
por años, para que le produjéramos otros)
“Q” fue tratada con el síndrome de Sjogren, del trastorno afectivo y del trastorno sexual y
dada de alta por mejoría. En la última consulta nos dijo: “la primera vez que vine con uste-
des, acudí un poco a la fuerza, pensé, otra vez con psicólogos y me extrañó tanto que me
hicieran pocas preguntas psicológicas y muchas de síntomas físicos y me sorprendí más
de que me mandaran pruebas de laboratorio y que ustedes me hicieran el diagnóstico,
hasta pensé que me había equivocado de servicio, ahora entiendo la diferencia entre la
psicología y la psiquiatría”.
La ansiedad y/o la depresión pueden causar una disminución del nivel de actividad física y
un menor cumplimiento de la terapia, lo que puede provocar un empeoramiento de la enfer-
medad y peores resultados de salud.
El SSp es una enfermedad crónica debilitante que afecta principalmente a los pacientes
emocionalmente. Un problema de salud mental común entre los adultos con SSp es la de-
presión. La depresión en series de casos fue más común en los pacientes con SSp que en
los controles sanitarios, con una prevalencia del 32-45,8%.
Los pacientes con SSp se quejan más comúnmente de ansiedad y depresión que los con-
troles, y la salud bucal y los trastornos de la deglución son relevantes para la ansiedad
comórbida en los pacientes con SSp. Es importante centrarse en las comorbilidades men-
tales al tratar a los pacientes con SSp. Al mismo tiempo, de manera transdisciplinaria, los
reumatólogos también deben prestar más atención a la salud bucal y los trastornos de la
deglución en pacientes con SSp. Por lo tanto, la identificación temprana y la intervención
adecuada son vitales para minimizar el efecto negativo de la ansiedad y la depresión en la
calidad de vida del paciente y el resultado de su enfermedad.
Nuestro equipo recomienda los tratamientos convencionales para las entidades psicopato-
lógicas, seguimiento y comunicación con el equipo de reumatología.
Bibliografía
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Caso 19.
La mujer calva
La tricotilomanía inició desde la adolescencia, “R” comenta qué comenzó “en temporada
de exámenes a arrancar el pelo, no podía resistirlo, si no lo arrancaba me ponía muy an-
siosa, como inquieta, irritable y luego se me quitaba, no se notaba eran poquito cabello”.
Desde hace 7 años ha aumentado en intensidad por lo que ha acudido con varios derma-
tólogos y con una psiquiatra, quien le indicó, citalopram 10 mg, clonazepam 1 mg/noche y
risperidona 2 mg/noche, “el tratamiento me ha funcionado, me arranco menos el cabello, y
duermo muy bien, anteriormente no dormía”.
La paciente usa peluca ya que las áreas de alopecia son muy evidentes, están localizadas
en la nuca de lado derecho y miden aproximadamente 2 a 3 centímetros, en la frente tiene
un área de despitelización de 6 cm y otras áreas difusas en todo el cráneo.
En las siguientes consultas se revela que “R” vive fuera de casa, ya que sus padres la ex-
pulsaron del hogar, argumenta que “por mal manejo de mis finanzas”, la realidad es que la
paciente tuvo que vender su auto para pagar los gastos generados por su tesis, e iniciar su
maestría, ya que éstos no la apoyaron (a pesar de tener una posición económica holgada).
Le han reclamado que su alopecia es por el desorden de su vida, “porque no sabe cuidar
su dinero”.
El novio es abogado de igual manera, de quien recibe apoyo, es descrito como alcohólico,
de hecho, arrolló a una mujer, por estar intoxicado con alcohol a la once de la mañana, y
escapó del lugar de siniestro (la mujer atropellada murió), “estoy con él (nos dice) porque
es el único que me ha visto sin peluca, y así le gusto”.
Actualmente está cursando una maestría y buscando un mejor empleo.
Durante el proceso terapéutico se detecta acoso, celotipia, maltrato del novio, especial-
mente cuando está intoxicado, le pedimos que incorpore a los padres de él, para tratar la
adicción en forma sistémica, en un principio la ayuda es recibida y fomentada.
Seis meses después la paciente rompe con su novio, este la acosa en mayor medida, acude
a su trabajo, a su maestría, la observa, la amenaza vía celular, internet y redes sociales. “R”
cambia sus números y bloquea las otras vías de comunicación. En una ocasión la interrum-
pe en una discoteca, donde ella está con amigos, se tienen que salir de lugar por la conduc-
ta inapropiada de él, quien los persigue con el auto y choca. La familia de Juan levanta una
denuncia legal absurda acusándola de ser “R” la causante del accidente.
Solicitamos hablar con los padres, y diagnosticamos TOC en el padre del novio, manifesta-
do por tacañería. Al intentar buscar apoyo por parte de los familiares de la expareja el padre
de la misma comenta que “ella se lo buscó”, por lo que es nulo el actuar de los familiares
de la expareja.
PUNTOS CLAVE:
Trastorno de control no clasificado en otra parte. En la quinta edición del DSM (DSM-5), la
tricotilomanía se incluyó en el capítulo sobre trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos
relacionados con trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno de excoriación, trastorno
dismórfico corporal y trastorno de acumulación.
En los adultos, la tricotilomanía parece tener una gran preponderancia femenina (4: 1 muje-
res: hombres). En la infancia, se ha encontrado que la distribución por sexos es igual.
Estos estudios demuestran además que, como comportamiento, arrancarse el cabello pa-
rece ser bastante común y, a menudo, se presenta a lo largo de un continuo de leve a seve-
ro. Cuando el tirón del cabello cumple con los criterios de tricotilomanía, como en el caso
que se presenta, se deben considerar las intervenciones.
En la tricotilomanía, el tirón se puede realizar en cualquier región del cuerpo con cabello,
pero el cuero cabelludo es el sitio más común (72,8% de los pacientes) seguido de las ce-
jas (56,4%) y la región púbica (50,7%) (2). Los desencadenantes para tirar pueden ser sen-
soriales (p. Ej., Grosor, longitud y ubicación del cabello, y sensaciones físicas en el cuero
cabelludo), emocionales (p. Ej., Sentirse ansioso, aburrido, tenso o enojado) y cognitivos (p.
Ej., Pensamientos sobre el cabello y apariencia, pensamiento rígido y errores cognitivos).
Otros agentes que podrían ser beneficiosos para la tricotilomanía incluyen agentes glu-
tamatérgicos, medicamentos antipsicóticos y agonistas cannabinoides. En términos de
agentes de glutamato, la N-acetilcisteína (NAC) ha demostrado un beneficio en un estudio
doble ciego controlado con placebo para la tricotilomanía utilizando una dosis de 1200 mg
dos veces al día y dándole aproximadamente 9 semanas para actuar.
Los efectos secundarios de la NAC son generalmente leves y, por lo general, solo involu-
cran algunos sentimientos de hinchazón y flatulencia. El antipsicótico, la olanzapina, tam-
bién se ha estudiado en un pequeño ensayo doble ciego controlado con placebo (n = 23).
Después de 12 semanas usando una dosis media de 10,8 mg / día, la olanzapina redujo
significativamente los síntomas de tricotilomanía.
El dronabinol, un medicamento generalmente bien tolerado en estas dosis bajas con solo
una ligera sedación, puede ser una opción prometedora, pero sin un ensayo controlado, los
resultados deben considerarse con cautela.
La terapia de reversión de hábitos (TRH) fue desarrollada por primera vez hace aproxima-
damente 40 años por Azrin y Nunn para el tratamiento de los hábitos nerviosos y los tics.
Normalmente, la THS se realiza semanalmente, aunque la gravedad del trastorno puede
requerir sesiones más frecuentes.
La TRH ha mostrado beneficios en muchos formatos de frecuencia diferentes y puede ser
útil entre 4 y 22 sesiones (generalmente sesiones de 60 minutos). Los aspectos centrales
de la TRH incluyen la automonitorización (es decir, pedirle al paciente que rastree cómo se
tira del cabello, se pellizca, etc.), entrenamiento de conciencia, entrenamiento de respuesta
competitiva y procedimientos de control de estímulos (es decir, modificar el entorno para
reducir las señales de arrancarse el pelo o pellizcarse la piel).
Bibliografía
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Caso 20.
Casanova
E l ingeniero “S” tiene 66 años de edad, es atendido por padecer Cáncer de Próstata,
durante la consulta en Urología, se torna violento, agresivo, le grita al médico que le
atiende, es necesario llamar al personal de vigilancia para contenerlo, y solicitan nuestra
intervención inmediata, esta crisis de agresividad fue secundaria a un comentario amable
del médico hacia el familiar que le acompaña: “Cómo no me voy a enojar, ese doctor esta-
ba coqueteando con mi sobrina, que no le falte al respeto ni a ella ni a mí”. Su sobrina, se
encuentra gravemente sorprendida, la reacción del ing. “S” está fuera de contexto, según
nos señala ella.
Una vez que el paciente accede a hablar con nosotros recabamos la siguiente información:
PUNTOS CLAVE:
Está caracterizado por la creencia delirante de que otra persona (el objeto), que es social-
mente inalcanzable porque de brechas insuperables en la situación social y financiera, ama
apasionadamente al paciente.
Bibliografía
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PMCID: PMC1248176.
Caso 21.
¿Toxicidad?
L a señora “T” de 31 años, es enviada a nuestro servicio por presentar golpes en la na-
riz. Ella vive con su esposo e hijos en la provincia. A la entrevista psiquiátrica refiere
desconocer la causa de nuestra participación, se muestra parca y reticente durante el inte-
rrogatorio, nos solicita apresurarnos ya que su transporte está a punto de salir, su cuñada
-quien la acompaña- interrumpe la consulta y le reclama exaltada “esta es tu oportunidad,
ya déjate de tonterías, dile lo que pasa, deja de engañarlos, ya basta de cirugías o vas a
acabar muerta”.
Dice ser vigilado por la policía de su pueblo para que no se revele que su esposa lo engaña,
por eso no la puede descubrir, porque sus amigos y la policía lo tienen vigilado y le avisan
(a su esposa), “es por eso que no la puedo atrapar”, dice con seguridad que “Ella no me ha
acusado ante las autoridades, porque sabe que tengo razón”.
El síndrome de Otelo (OS), llamado así por el personaje de la obra de Shakespeare, se re-
fiere al delirio de infidelidad de una pareja, que a veces se usa indistintamente con celos
delirantes o mórbidos. La SG se ha relacionado con trastornos psiquiátricos y neurológicos
que incluyen accidentes cerebrovasculares, traumatismos cerebrales, tumores cerebrales,
trastornos neurodegenerativos, encefalitis, esclerosis múltiple, hidrocefalia por presión
normal, trastornos endocrinos y fármacos.
Sin embargo, muchos de estos informes se han publicado informes de casos únicos o
series de casos pequeñas. Varios informes de casos han sugerido que el lóbulo frontal de-
recho es el correlato neuroanatómico de la SG, aunque otros informaron lesiones del lóbulo
frontal izquierdo y del talámico.
No hay estudios de imágenes cuantitativos sobre la SG. En un estudio que evaluó la preva-
lencia de los celos delirantes en pacientes psiquiátricos, los celos delirantes se asociaron
con mayor frecuencia con una causa orgánica.
En nuestra experiencia y el caso presentado se observa una correlación clásica del tipo
psicopatología psicótica con síndromes delirantes, por lo que el tratamiento se considera
el convencional para los trastornos psicóticos, utilizando la primera línea y monitorización,
sin embargo, en el contexto hospitalario es importante la protocolización de estas entida-
des fenomenológicas, porque se ha observado en los recientes años, la correlación de este
síndrome con etiologías orgánicas.
Los antipsicóticos se han utilizado con éxito variable para tratar los delirios en los subgru-
pos neurodegenerativos. Estos medicamentos no lograron mejorar los delirios en los gru-
pos de demencia vascular o de lesión. El éxito del tratamiento no dependió de la dosis. Por
lo tanto, si alguien no responde al tratamiento antipsicótico, no se recomienda aumentar
la dosis y correr el riesgo de más efectos secundarios, siendo una causa orgánica proba-
blemente la etiología, por lo que podrían recomendarse estabilizadores del ánimo, como
alternativa de igual forma siguiendo las primeras líneas de tratamiento para los trastornos
de control de los impulsos.
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Caso 22.
La psicopatología como escudo
P aciente “U”, R2 de Alergia, enviada por la jefatura de su servicio por múltiples conflictos
interpersonales, mal aprovechamiento, conducta inapropiada y desempeño laboral de-
ficiente. “U” acepta los motivos de su envío con nosotros y nos dice “es cierto todo lo que
se dice, pero no es mi culpa, nadie se lleva conmigo, sólo mi novio (compañero de la misma
residencia), les causo mucha envidia, la verdad es que mis compañeras y adscritas son muy,
pues no agraciadas y mayores y yo pues despierto envidias y coraje, por eso la traen contra
mí, además si me enojo con mi novio y peleamos , pues no es asunto de ellas” (...) “me fui a
un congreso, compartimos la habitación, eso no tiene nada de malo, pero ellas se molesta-
ron y me criticaron.
Un día me sentí muy mal, estaba muy cansada, pedí permiso para salir más temprano y no
me lo dieron, la jefa del servicio seguro nunca se cansó en la vida, ¿cómo es posible tanta
deshumanización?, yo me sentía mal, ¿acaso quieren que renuncie?” (...) “si efectivamente
no he entregado tareas, pero no tiene importancia, ¡lo importante es que yo no dejo ningún
pendiente!, no dejo de trabajar, a pesar de estar cansada y enferma, como ejemplo, es que
me tatué el delineador , para estar siempre bonita y que no me hiciera perder tiempo el ma-
quillarme, me infecté y así fui a trabajar, eso no lo valoran mis adscritos, además estoy com-
prando mi departamento, tengo que lidiar con albañiles y obreros, más la organización de mi
boda, es mucho estrés, por eso mis residentes mayores que se quejan tanto, son solteras”.
Explican que fue muy desagradable, que, a una joven doctora, le dijo: “qué le estás viendo a
mi novio, respeta” con una actitud desafiante. “Constantemente se siente mal, pide permi-
sos, no entrega sus obligaciones, llegó un lunes con una infección en el parpado donde le
brotaba pus, y eses día se negó a irse a su casa porque tenía un compromiso moral con sus
pacientes”.
Diagnóstico: Trastorno facticio
PUNTOS CLAVE:
Los síntomas se producen de forma voluntaria y consciente sin intención de obtener bene-
ficios secundarios. Los pacientes asumen el papel de enfermos para recibir el cuidado y la
atención asociados de los demás para hacer frente a su angustia emocional o psicológica.
Se estima que la prevalencia del trastorno facticio es del 0,8% al 1,0% de los pacientes
atendidos para una consulta psiquiátrica. La prevalencia del trastorno facticio puede ser
difícil de determinar debido a muchos factores, incluidos los múltiples proveedores invo-
lucrados en la atención de estos pacientes, pacientes con El trastorno facticio es eficiente
para ocultar su comportamiento fraudulento y la falta de proveedores de atención médica
capacitados para hacer el diagnóstico.
Se estima que hasta el 5% de todos los encuentros con pacientes y médicos pueden de-
berse a la producción facticia de síntomas. Los estudios han examinado la tasa de varios
síntomas facticios producidos por los pacientes y han informado que entre el 2,2% y el 9,3%
de las fiebres son. inducidas o facticia en los que presentaban fiebre de origen descono-
cido, así como el 2,5% de las 3.300 muestras que se presentaron como cálculos renales
como artefactos.
No es raro que los pacientes presenten síntomas psiquiátricos que incluyen trastorno de
identidad disociativo, trastorno bipolar, depresión y psicosis. En un estudio de 100 pacientes
ingresados secuencialmente en una unidad psiquiátrica para pacientes hospitalizados, se
encontró una tasa de prevalencia del 6% de trastorno facticio con síntomas psiquiátricos.
Los pacientes con trastorno facticio a menudo presentan antecedentes o síntomas vagos,
que a menudo son exagerados y no se correlacionan con su apariencia física. Las señales
de advertencia para los proveedores de atención médica incluyen pacientes que buscan
tratamiento y pruebas en múltiples sitios, antecedentes inconsistentes y discrepancias
entre el comportamiento, los síntomas y los antecedentes del paciente. El examen físico
puede proporcionar pistas sobre lesiones autoinfligidas, como formas sospechosas o pa-
trones de lesiones o cultivos negativos.
Bibliografía
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Caso 23.
Psicosis por cabergolina
PUNTOS CLAVE:
Aunque la cabergolina tiene la ventaja de una dosis de un solo día, las desventajas de este
régimen de tratamiento aún no se han entendido completamente. Por ejemplo, esta acción
duradera puede causar dificultades para controlar algunos efectos secundarios como la
psicosis. Ya se sabe que el tratamiento dopaminérgico es un factor de riesgo importante
para el desarrollo de cuadros psicóticos.
Se ha informado de algunos estudios que es más seguro usar cabergolina que bromo-
criptina en términos de la inducción de cuadros psicóticos. Por lo tanto, la cabergolina se
prefiere más comúnmente en el tratamiento del Cushing. Sin embargo, esta situación pro-
bablemente se deba a un número insuficiente de estudios sobre los efectos secundarios
neuropsiquiátricos de la cabergolina.
Bibliografía
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Caso 24.
Síndrome de Carney
PUNTOS CLAVE:
El CNC es familiar en el 70% de los casos, con herencia autosómica dominante. Con res-
pecto al defecto molecular subyacente, las mutaciones que inactivan la línea germinal en
el gen PRKAR1A, situado en el locus 17q24.2-24.3 (locus CNC1) del brazo largo del cromo-
soma 17, se encuentran en el 37% de los pacientes con CNC esporádico y en más del 70%
de los pacientes con CNC familiar, con casi el 100% de penetrancia.
Este gen codifica la subunidad reguladora tipo 1α (R1α) de la proteína quinasa A (PKA). En
la mayoría de los casos restantes de CNC, el análisis de ligamiento genético de los tumores
ha revelado un segundo locus afectado en el cromosoma 2p16 (locus CNC2). Sin embargo,
aún no se ha identificado el gen responsable en este locus. Por último, se encontraron ga-
nancias en el número de copias del locus del gen PRKACB en el cromosoma 1 en un solo
paciente con CNC que presentaba pigmentación cutánea anormal, mixomas y acromegalia.
El “complejo de mixomas, pigmentación irregular e hiperactividad endocrina” fue descrito
por primera vez por el Dr. J. Aidan Carney en 1985, y designado como CNC en 1986.
La mayoría de los pacientes que habían sido diagnosticados con LAMB (lentigos, mixoma
auricular, mixoma mucocutáneo, nevo azul) o NAME (nevo, mixoma auricular, neurofibroma
mixoide, ephelide) ahora se clasifican más apropiadamente como CNC.
La vigilancia clínica, en pacientes con CNC, para la detección precoz de las manifestacio-
nes del síndrome difiere según el grupo de edad, ya que la mayoría de los tumores endocri-
nos no adquieren significación clínica hasta la segunda década de la vida. Los pacientes
pediátricos prepúberes deben someterse a una evaluación con ecocardiograma anualmen-
te (cada dos años para pacientes con antecedentes de mixoma cardíaco extirpado) a partir
de los 6 meses de edad.
Los niños deben someterse a una ecografía testicular. Se recomienda una estrecha vigi-
lancia de la tasa de crecimiento y la estadificación puberal anual, ya que las anomalías
pueden ser indicativas de un exceso de hormonas. Los pacientes pediátricos y adultos pos-
púberes deben someterse a un ecocardiograma anual (cada dos años para los pacientes
adolescentes con antecedentes de mixoma cardíaco extirpado), una ecografía testicular y
tiroidea y una medición del cortisol libre en orina y del IGF-1 sérico. Las mujeres con CNC
deben someterse a una ecografía pélvica transabdominal durante la evaluación inicial, que
no es necesario repetir a menos que se detecte una anomalía.
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Caso 25.
Caso bipolar abuso de levodopa
P aciente de 50 años de edad (“X”), con Parkinson de inicio temprano, en dosis de levodo-
pa adecuada 500 mg al día, posterior a diagnostico, seis meses después es ingresado
al hospital por encontrarse con sintomatología maniatiforme, expansibilidad, irritabilidad,
sin necesidad de dormir se dedicaba a mantener su negocio de mecánico abierto las 24 ho-
ras, conductas de riesgo como buscar parejas sexuales extramaritales, es en ese momento
después de tener esta conducta y la irritabilidad en crescendo (roughening) que es traído
al hospital, encontrándose abuso de levodopa con una dosis de 4 a 5 gramos al día, los
cuales refería le permitían trabajar, sin embargo se encontraba arrepentido por el adulterio,
del cual familiares desconocían y por eso accedió a su internamiento, en conjunto con el
servicio de neurología realizamos disminución gradual de levodopa observando de manera
paralela disminución de sintomatología maniatiforme.
PUNTOS CLAVE:
Sin embargo, el espectro completo de elevación del estado de ánimo, irritabilidad, exal-
tación, expansividad anímica, taquipsiquia, logorrea, hipersexualidad fuga de ideas o dis-
tracción no ha sido bien aclarado fuera del entorno inmediato posterior a la estimulación
cerebral profunda.
Una de las razones de este descuido puede ser los factores que complican la EP en sí mis-
ma y los posibles efectos de confusión de la terapia de reemplazo de dopamina, principal-
mente por los agonistas dopaminérgicos.
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Conclusiones
Este libro trata de visibilizar la importancia de la psiquiatría en todos los elementos que
constituyen un hospital y dar un paso en la reintegración de la superestructura hospitalaria,
para así lograr posicionarse como un elemento fundamental en la salud, así como una he-
rramienta de apoyo al alcance de todo médico.