Compartimientos Corporales

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TEMA 1: Compartimientos corporales y transporte

El líquido extracelular se divide en dos componentes: el líquido intersticial y el plasma sanguíneo


circulante. El plasma y los elementos celulares de la sangre, principalmente los eritrocitos, llenan
el sistema vascular y conforman el volumen sanguíneo total. El líquido intersticial constituye la
parte del LEC que baña las células y se localiza en el exterior del sistema vascular. Cerca de un
tercio del agua corporal total (ACT) corresponde a la extracelular; los dos tercios restantes son
intracelulares y constituyen el líquido intracelular.

Difusión facilitada
La difusión facilitada también se denomina difusión mediada por un transportador porque
una sustancia que se transporta de esta manera difunde a través de la membrana utilizando
una proteína transportadora específica para contribuir al transporte. Es decir, el
transportador facilita la difusión de la sustancia hasta el otro lado.
La difusión facilitada difiere de la difusión simple en la siguiente característica importante:
aunque la velocidad de la difusión simple a través de un canal abierto aumenta de manera
proporcional a la concentración de la sustancia que difunde, en la difusión facilitada la
velocidad de difusión se acerca a un máximo, denominado Vmax, a medida que aumenta la
concentración de la sustancia que difunde.

La presión necesaria para evitar la migración de solvente es la presión osmótica de la solución. La presión
osmótica (al igual que la disminución de la presión del vapor, la disminución del punto de congelación y la
elevación del punto de ebullición) depende del número más que del tipo de partículas en una solución.

Por tanto, la osmolaridad se ve afectada por el volumen de diversos solutos en la solución y por la
temperatura.

Las fuerzas que actúan a través de la membrana celular sobre cada ion pueden analizarse por medios
matemáticos. Los iones cloruro (Cl–) están presentes en mayores concentraciones en el líquido extracelular
que en el interior de la célula, y tienden a difundirse siguiendo su gradiente de concentración hacia el
interior de la célula. El interior de la célula es negativo con respecto al exterior, y los iones cloruro son
desplazados hacia fuera de las células siguiendo su gradiente eléctrico.

Presión osmótica
Si en la figura 4-10 se aplicara presión a la solución de cloruro sódico, la osmosis de agua hacia esta
solución se enlentecería, se interrumpiría o incluso se invertiría. La cantidad exacta de presión
necesaria para detener la osmosis se denomina presión osmótica de la solución de cloruro
sódico.
El principio de una diferencia de presión que se opone a la osmosis se muestra en la figura 4-11,
que muestra una membrana con permeabilidad selectiva que separa dos columnas de líquido, una
que contiene agua pura y otra que contiene una solución de agua y de cualquier soluto que no
penetra en la membrana. La osmosis de agua desde la cámara B hacia la cámara A hace que los
niveles de las columnas de líquido se separen cada vez más, hasta que finalmente se produzca una
diferencia de presión entre los dos lados de la membrana que sea lo suficientemente grande como
para oponerse al efecto osmótico. Esta diferencia de presión a través de la membrana en este punto
es igual a la presión osmótica de la solución que contiene el soluto no difusible.

Para expresar la concentración de una solución en función del número de partículas se utiliza la
unidad denominada osmol en lugar de los gramos.

Esta bomba es responsable de mantener las diferencias de concentración de sodio y de potasio a


través de la membrana celular, así como de establecer un voltaje eléctrico negativo en el interior de
las células.

En las glándulas gástricas, las células parietales que están en las capas profundas tienen el
mecanismo activo primario más potente de transporte de iones hidrogeno de todo el cuerpo. Esta es
la base para secretar ácido clorhídrico en las secreciones digestivas del estómago. En el extremo
secretor de las células parietales de las glándulas gástricas la concentración del ion hidrogeno
aumenta hasta un millón de veces y después se libera hacia el estómago junto con iones cloruro para
formar ácido clorhídrico.

Transporte activo secundario: cotransporte y contratransporte

Cuando los iones sodio se transportan hacia el exterior de las células mediante transporte activo
primario habitualmente se establece un gran gradiente de concentración de iones sodio a través de la
membrana celular, con una concentración elevada fuera de la célula y una concentración baja en su
interior. Este gradiente representa un almacén de energía porque el exceso de sodio en el exterior de
la membrana celular siempre intenta difundir hacia el interior. En condiciones adecuadas esta
energía de difusión del sodio puede arrastrar otras sustancias junto con el sodio a través de la
membrana celular. Este fenómeno se denomina cotransporte-, es una forma de transporte
activo secundario.
Para que el sodio arrastre otra sustancia con él es necesario un mecanismo de acoplamiento. Esto se
consigue por medio de otra proteína transportadora de la membrana celular. En este caso el
transportador actúa como punto de unión tanto para el ion sodio como para la sustancia que se va a
cotransportar. Una vez que los dos están unidos, el gradiente de energía del ion sodio hace que este
ion y la otra sustancia sean transportados juntos hacia el interior de la célula.

En el contratransporte, los iones sodio intentan una vez más difundir hacia el interior de la
célula debido a su gran gradiente de concentración. Sin embargo, esta vez la sustancia que se va a
transportar está en el interior de la célula y se debe transportar hacia el exterior. Por tanto, el ion
sodio se une a la proteína transportadora en el punto en el que se proyecta hacia la superficie
exterior de la membrana, mientras que la sustancia que se va a contratransportar se une a la
proyección interior de la proteína transportadora. Una vez que ambos se han unido se produce un
cambio conformacional y la energía que libera el ion sodio que se mueve hacia el interior hace que
la otra sustancia se mueva hacia el exterior.
«Potencial de difusión» producido por una diferencia de concentración iónica a los dos
lados de la membrana. En la figura 5-LA la concentración de potasio es grande dentro de la
membrana de una fibra nerviosa, pero muy baja fuera de la misma. Consideremos que en este caso
la membrana es permeable a los iones potasio, pero no a ningún otro ion. Debido al gran gradiente
de concentración de potasio desde el interior hacia el exterior hay una intensa tendencia a que
cantidades adicionales de iones potasio difundan hacia fuera a través de la membrana. A medida
que lo hacen transportan cargas eléctricas positivas hacia el exterior, generando de esta manera
electropositividad fuera de la membrana y electronegatividad en el interior debido a los aniones
negativos que permanecen detrás y que no difunden hacia fuera con el potasio. En un plazo de
aproximadamente 1 ms la diferencia de potencial entre el interior y el exterior, denominada
potencial de difusión, se hace lo suficientemente grande como para bloquear la difusión adicional
neta de potasio hacia el exterior, a pesar del elevado gradiente de concentración iónica de potasio.

Por tanto, en general el canal de sodio no se puede abrir de nuevo sin que antes se repolarice la fibra
nerviosa.

Por tanto, la disminución de la entrada de sodio hacia la célula y el aumento simultaneo de la salida
de potasio desde la célula se combinan para acelerar el proceso de repolarización, lo que da lugar a
la recuperación completa del potencial de membrana en reposo en otras pocas diezmilesimas de
segundo.

Un ciclo de retroalimentación positiva abre los canales de sodio. Primero, siempre que no
haya alteraciones de la membrana de la fibra nerviosa, no se produce ningún potencial de acción en
el nervio normal. Sin embargo, si algún episodio produce una elevación suficiente del potencial de
membrana desde -9 0 mV hacia el nivel cero, el propio aumento del voltaje hace que empiecen a
abrirse muchos canales de sodio activados por el voltaje. Esto permite la entrada rápida de iones
sodio, lo que produce una elevación adicional del potencial de membrana y abre aún más canales de
sodio activados por el voltaje y permite que se produzca una mayor entrada de iones sodio hacia el
interior de la fibra. Este proceso es un círculo vicioso de retroalimentación positiva que, una vez
que la retroalimentación es lo suficientemente intensa, continúa hasta que se han activado (abierto)
todos los canales de sodio activados por el voltaje. Posteriormente, en un plazo de otra fracción de
milisegundo, el aumento del potencial de membrana produce cierre de los canales de sodio y
apertura de los canales de potasio, y pronto finaliza el potencial de acción.

Dirección de la propagación. Como se muestra en la figura 5-11, una membrana excitable no


tiene una dirección de propagación única, sino que el potencial de acción viaja en todas las
direcciones alejándose del estímulo (incluso a lo largo de todas las ramas de una fibra nerviosa)
hasta que se ha despolarizado toda la membrana.

Periodo refractario tras un potencial de acción, durante el cual no se puede generar


un nuevo estimulo No se puede producir un nuevo potencial de acción en una fibra excitable
mientras la membrana siga despolarizada por el potencial de acción precedente. El motivo de esto
es que poco después del inicio del potencial de acción se inactivan los canales de sodio (o los
canales de potasio, o ambos), y ninguna magnitud de la señal excitadora que se aplique a estos
canales en este momento abrirá las compuertas de inactivación. La única situación que permitirá
que se vuelvan a abrir es que el potencial de membrana vuelva al nivel del potencial de membrana
en reposo original o cerca del mismo. Entonces, en otra pequeña fracción de segundo se abren las
compuertas de inactivación del canal y se puede iniciar un nuevo potencial de acción.
El periodo durante el cual no se puede generar un segundo potencial de acción, incluso con un
estímulo intenso, se denomina periodo refractario absoluto. Para las fibras nerviosas mielinizadas
grandes este periodo es de aproximadamente 1/2.500 s.
Por tanto, se puede calcular fácilmente que una fibra de este tipo puede transmitir un máximo de
aproximadamente 2.500 impulsos por segundo.

Tipos de sinapsis: químicas y eléctricas


Hay dos tipos principales de sinapsis: 1) la sinapsis química y 2) la sinapsis eléctrica.
Casi todas las sinapsis utilizadas para la transmisión de señales en el sistema nervioso central del ser
humano son sinapsis químicas. En ellas, la primera neurona segrega un producto químico
denominado neurotransmisor (o muchas veces llamado sencillamente sustancia transmisora) a
nivel de la terminación nerviosa, que a su vez actúa sobre las proteínas receptoras presentes en la
membrana de la neurona siguiente para excitarla, inhibirla o modificar su sensibilidad de algún otro
modo. Hasta hoy se han descubierto más de 40 sustancias transmisoras importantes. Entre las mejor
conocidas figuran las siguientes: acetilcolina, noradrenalina, adrenalina, histamina, ácido y-
aminobutirico (GABA), glicina, serotonina y glutamato.
Por el contrario, las sinapsis eléctricas se caracterizan por la presencia de unos canales fluidos
abiertos que conducen electricidad directamente desde una célula a la siguiente. La mayoría de ellos
consta de pequeñas estructuras proteicas tubulares llamadas uniones en hendidura que permiten el
movimiento libre de los iones desde el interior de una célula hasta el interior de la siguiente. Estas
uniones se explicaron en el capítulo 4. En el sistema nervioso central no se han encontrado más que
unos cuantos ejemplos de uniones en hendidura. Sin embargo, los potenciales de acción se
transmiten a través de ellas y de otras uniones semejantes desde una fibra muscular lisa hasta la
siguiente en el musculo liso visceral (capitulo 8) y desde un miocito cardiaco al siguiente en el
musculo cardiaco (capitulo 10).

Conducción «unidireccional» en las sinapsis químicas.


Las sinapsis químicas poseen una característica sumamente importante que las convierte en un
elemento muy conveniente para transmitir la mayor parte de las señales en el sistema nervioso.
Siempre conducen las señales en un solo sentido: es decir, desde la neurona que segrega la sustancia
transmisora, denominada neurona presinaptica, hasta la neurona sobre la que actúa el transmisor,
llamada neurona postsinaptica. Este es el principio de la conducción unidireccional de las sinapsis
químicas y se aleja bastante de la conducción a través de las sinapsis eléctricas, que muchas veces
transmiten señales en ambos sentidos.

Cuando se propaga un potencial de acción por un terminal presinaptico, la despolarización de su


membrana hace que una pequeña cantidad de vesículas viertan su contenido hacia la hendidura. Por
su parte, el transmisor liberado provoca un cambio inmediato en las características de permeabilidad
de la membrana neuronal postsinaptica y esto origina la excitación o la inhibición de la célula, en
función de las propiedades del receptor neuronal.

La membrana del terminal presinaptico se llama membrana presinaptica. Contiene una gran
abundancia de canales de calcio dependientes de voltaje. Cuando un potencial de acción la
despolariza, estos canales se abren y permiten la entrada en el terminal de un número importante de
iones calcio. La cantidad de sustancia transmisora que sale a continuación hacia la hendidura
sináptica desde el terminal es directamente proporcional al total de iones calcio que penetran. No se
conoce el mecanismo exacto por el que estos iones.

Receptores excitadores o inhibidores en la membrana postsináptica


Algunos receptores postsinapticos, cuando se activan, provocan la excitación de la neurona
postsinaptica, y otros su inhibición. La importancia de poseer tanto el tipo inhibidor de receptor
como el excitador radica en que aporta una dimensión añadida a la función nerviosa, dado que
permite tanto limitar su acción como excitarla.
Entre los distintos mecanismos moleculares y de membrana empleados por los diversos receptores
para provocar la excitación o la inhibición figuran los siguientes.

Excitación
1. Apertura de los canales de sodio para dejar pasar grandes cantidades de cargas eléctricas positivas
hacia el interior de la célula postsinaptica. Esto eleva el potencial de membrana intracelular en
sentido positivo hasta el nivel umbral para la excitación. Es el medio que se emplea más a menudo
con diferencia para ocasionar la excitación.
2. Depresión de la conducción mediante los canales de cloruro, de potasio o ambos. Esto reduce la
difusión de los iones cloruro con carga negativa hacia el interior de la neurona postsinaptica o de los
iones potasio con carga positiva hacia el exterior. En cualquier caso, el efecto consiste en volver
más positivo de lo normal el potencial de membrana interno, que es excitador.
3. Diversos cambios en el metabolismo interno de la neurona postsinaptica para excitar la actividad
celular o, en algunas ocasiones, incrementar el número de receptores excitadores de la membrana o
disminuir el de los inhibidores.

Inhibición
1. Apertura de los canales del ion cloruro en la membrana neuronal postsinaptica. Esto permite la
difusión rápida de iones cloruro dotados de carga negativa desde el exterior de la neurona
postsinaptica hacia su interior, lo que traslada estas cargas al interior y aumenta la negatividad en
esta zona, efecto que tiene un carácter inhibidor.
2. Aumento de la conductancia para los iones potasio fuera de la neurona. Esto permite la difusión
de iones positivos al exterior lo que causa una mayor negatividad-dentro de la neurona; esto
representa una acción inhibidora.
3. Activación de las enzimas receptoras que inhiben las funciones metabólicas celulares encargadas
de aumentar el número de receptores sinápticos inhibidores o de disminuir el de los excitadores.

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