Modulo 2
Modulo 2
Modulo 2
Introducción
Las enfermedades autoinmunes (EA) son un grupo de patologías crónicas en las que
factores genéticos, ambientales y hormonales contribuyen a su aparición. Además de
tener un amplio espectro clínico, la interpretación de los diversos autoanticuerpos
(auto-ac) y técnicas utilizadas en el laboratorio también son un reto clínico. Dada la
complejidad de estas enfermedades, es muy importante apoyarse en las pruebas de
laboratorio para establecer un correcto diagnóstico, seguimiento y, en algunos casos
inclusive, establecer pronósticos o predicción de la posible aparición de
autoinmunidad. Con todo esto se pretende mejorar la calidad de vida de los pacientes
disminuyendo la gran morbimortalidad de este grupo de enfermedades, especialmente
al diagnosticarlas en etapas tempranas. La mayoría de las enfermedades autoinmunes
sistémicas (EARS) se caracterizan por la alta producción de auto-ac y reactantes de
fase aguda, los cuales están implicados en su fisiopatología produciendo daño directo
a nivel sistémico. Entre estas, el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis
reumatoide (AR) y el síndrome de Sjögren (SS) son las más reconocidas. Por tales
motivos, el objetivo del módulo 2 es hacer una revisión que permita conocer las
metodologías utilizadas para evaluar la presencia de los diferentes auto-ac y guiar la
interpretación clínica de los mismos en distintas EA.
Dentro del gran abanico de auto-ac que se han estudiado, la gran mayoría de los que
determinamos en la práctica clínica tienen un importante rol como marcador de
autoinmunidad y de diagnóstico en un contexto clínico determinado. Por el contrario,
dentro de este grupo de pruebas, muy pocos son indicadores de actividad de
enfermedad (por ejemplo, los ac anti-ADN de doble cadena en el LES) y patogénicos.
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UTILIDAD DE UNA PRUEBA DIAGNÓSTICA
Durante los últimos años el avance tecnológico ha permitido desarrollar técnicas que
ayudan al diagnóstico de múltiples enfermedades. En el caso de las EA, las técnicas
inmunológicas son de gran ayuda ya que permiten la detección de varios auto-ac
simultáneamente a partir de volúmenes de muestra pequeños. Aunado al desarrollo de
las nuevas técnicas, la sensibilidad y especificidad en la detección de las
especificidades de los anticuerpos también han ido en aumento, de tal manera que el
medico puede contar con pruebas que le permiten hacer los diagnósticos tempranos
con mayor certeza y hacer también el seguimiento del curso de la enfermedad en
función de la variación de los anticuerpos presentes en las muestras de los pacientes.
Según su tipo:
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b) Pruebas confirmatorias: las que sirven para confirmar un diagnóstico entre sujetos
con síntomas y signos similares pero con enfermedades diferentes.
Dado que los resultados de los test de laboratorios son comúnmente parte de la
clasificación y los criterios diagnósticos, es importante entender algunos conceptos
claves para poder utilizar los test en el diagnóstico y la toma de decisiones
terapéuticas.
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detectar la enfermedad cuando está presente. Las pruebas con sensibilidad
elevada son apropiadas para el cribado.
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Pruebas de Laboratorio en autoinmunidad
El laboratorio de autoinmunidad debe ser considerado una ayuda al diagnóstico y debe
complementar la información recolectada por una cuidadosa anamnesis y examen
físico.
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Para un diagnóstico correcto de laboratorio de las EARS, hay que partir de la
identificación de los síntomas clínicos del paciente, su asociación con cada
enfermedad y su correspondencia con la detección de los auto-ac. Eso hace que los
exámenes de laboratorio sean de gran importancia en la evaluación de los pacientes
ya que pueden:
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Los autoanticuerpos (auto-ac)
La presencia de auto-ac en un paciente por sí sola no significa el diagnóstico de un
EARS, pero acompañada de los signos y síntomas asociados ayuda a llegar al
diagnóstico definitivo y tienen una importancia crucial. Las pruebas serológicas para
detectar auto-ac tienen en su contra la presencia de auto-ac en personas sanas y en
pacientes sin EARS conocidas y la existencia de métodos de laboratorio imperfectos.
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fundamento general que es el reconocimiento de la unión antígeno-ac. El primer
método de inmunoensayo se introdujo en 1972 y desde entonces se han desarrollado
múltiples variantes: simples, estandarizadas y automatizadas.
Los ensayos tradicionales basados en reacciones de hemaglutinación, inmunodifusión,
y hasta la inmunofluorescencia indirecta (IFI), se han ido sustituyendo por pruebas
más sencillas basadas en técnicas de inmunoelectrotransferencia y ensayos
inmunoenzimáticos (ELISA) que pueden medir presencia y concentración de los auto-
ac individuales en fluidos biológicos, hasta llegar a los recién desarrollados sistemas
de inmunoensayos Multiplex que permiten la determinación simultánea de diferentes
auto-ac, donde un gran número de antígenos se inmovilizan sobre portadores sólidos
con arreglos espaciales (planares) o espectrales (basados en microesferas).
La utilidad clínica de los resultados del análisis depende de la calidad del sistema
comercial aplicado. El sistema ideal es aquel que combina una alta especificidad
con una elevada sensibilidad.
El laboratorio se puede enfrentar al dilema de qué técnica escoger, que sea relevante
y confiable para detectar a todos los auto-ac clínicamente importantes y que, además,
sea eficaz en cuanto a la salida masiva de resultados, eficiente, fácil de usar y poco
costosa.
El uso inadecuado de estas herramientas es uno de los principales retos a nivel
mundial en el estudio de la autoinmunidad, dando lugar a diagnósticos incorrectos y
tratamientos ineficaces.
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sencillo y de alta sensibilidad para la detección principalmente de ac antinucleares
(actualmente el “gold standard” para su búsqueda). Se usa también para la detección
de anticuerpos anti-ADN, ANCA y otros.
La técnica se basa en el reconocimiento de los ac que reconocen estructuras
antigénicas celulares nativas. La interacción se evidencia por medio de un anticuerpo
antiinmunoglobulina humana, producido en conejo, cabra o cobayo, dirigido contra las
fracciones constantes (Fc) de las inmunoglobulinas IgG, IgA y/o IgM. Este anticuerpo
antiinmunoglobulina humana esta conjugado o acoplado a un fluoroforo (generalmente
isotiocianato de fluoresceina [FITC]). Los resultados del reconocimiento de los
antígenos por los auto-ac presentes en el suero, plasma o cualquier otro lıquido, se
evalúan en un microscopio de fluorescencia.
Consiste en incubar suero del paciente en distintas diluciones, con células o tejidos
sustrato (HEp-2, Crithidia luciliae, neutrófilos, etc.), montados en un portaobjeto. Los
resultados son expresados como positivos o negativos a distintas diluciones 1/40,
1/80, 1/160 y así progresivamente mayores según el examen.
La gran desventaja de este método es que es operador dependiente y la lectura e
interpretación requieren de amplia experiencia, así la confiabilidad de sus resultados
está directamente relacionada a la experiencia del observador.
Enzimoinmunoensayo (ELISA)
Es una técnica simple frecuentemente utilizada para identificar o confirmar la
especificidad de los ac presentes en las muestras de los pacientes con enfermedades
autoinmunes, que se basa en la unión antígeno-ac. Si bien existen diferentes tipos de
ELISA, el más utilizado en el laboratorio de diagnóstico de autoinmunidad es el ELISA
indirecto, el cual se fundamenta en el reconocimiento de los ac específicos presentes
en las muestras de los pacientes. Para ello se incuba el suero del paciente en un
pocillo en cuyas paredes se encuentra adherido el antígeno específico luego se lava
quedando en el pocillo sólo los ac que se han unido al antígeno. Los antígenos
utilizados en las placas de ELISA pueden ser nativos, recombinantes (antígeno
completo o epítopo específico) o sintéticos (epítopo específico).
Se usa luego un segundo ac dirigido contra la porción Fc de la Ig (anti IgG, M, A o
polivalentes) que se uniría al primer ac (el del paciente). Finalmente, mediante un
sustrato colorimétrico (se activa mediante enzimas que se encuentran en el segundo
ac) se determina la cantidad de anticuerpo presente (a mayor intensidad del color,
mayor concentración sérica del auto-ac). Es de fácil procesamiento y generalmente
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automatizado lo que permite realizar un mayor número de exámenes, de menor costo
y menos operador dependiente.
Quimioluminiscencia (CLIA)
Los ensayos CLIA parten del mismo fundamento técnico que los ELISA, con la
diferencia de que en este caso la enzima acoplada al anticuerpo de detección cataliza
una reacción quimioluminiscente que resulta en la emisión de fotones produciendo luz
en vez de un cambio de color visible. En comparación con otros métodos analíticos, la
luminometría proporciona una sensibilidad excepcionalmente alta (1pg/mL) con un
rango de detección amplio y el uso de instrumentación no demasiado costosa.
Utiliza sustratos luminiscentes como luminol o éster de acridinio y presenta como
ventajas que utiliza reactivos altamente estables, poseen un mayor rango dinámico y
son fáciles de automatizar.
Turbidimetria y Nefelometría
Consiste en el análisis automatizado de la dispersión de la luz al chocar contra
complejos antígeno-ac formados al incubar suero del paciente con el
reactivo. A mayor concentración de complejos (mayor “turbidez” de la suspensión),
mayor la dispersión.
• En las determinaciones turbidimétricas se mide la cantidad de luz que
atraviesa la suspensión sin ser dispersada. El detector se sitúa de manera que
forme un ángulo de 0º con respecto a la dirección del rayo incidente.
• En nefelometría, por el contrario, el detector de radiación se sitúa a un ángulo
distinto de 0º (generalmente a 90º, pero no siempre) de modo que pueda
captar la cantidad de radiación dispersada en dicha dirección. Para amplificar
estas débiles señales se pueden emplear fotomultiplicadores.
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Inmunoensayo lateral o en línea (LIA)
Permiten la identificación de múltiples auto-ac frente a un determinante antigénico
simple de forma simultánea. Los inmunoensayos en tiras de transferencia (line-blot)
son inmunoensayos Multiplex que permiten el análisis paralelo de diferentes tipos de
auto-ac. Estos usan antígenos recombinantes casi exclusivamente (en algunos casos
nativos), inmovilizados en líneas rectas sobre una tira de nylon para pruebas, que
cuando se incuban con el suero, los auto-ac presentes se enlazan a los autoantígenos
en la tira y se visualizan a través de un sistema de detección de color, basado en la
actividad de la enzima fosfatasa alcalina. La prueba es cualitativa y se interpreta según
criterios de positividad establecidos por el fabricante, a través de la inspección visual
de la tira. Los resultados se interpretan mediante la comparación de las intensidades
del color de la línea de reacción con la del valor de corte.
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Anticuerpos antinucleares
Los ANA son un amplio grupo de auto-ac que reconocen macromoléculas integradas
en la estructura del núcleo celular y algunos componentes citoplasmáticos. En 1948, el
hematólogo Malcolm Hargraves describió un hallazgo observacional presente en
células de médula ósea de pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES), las
cuales nombró «células LE». Este sería el primer paso para la investigación de este
fenómeno y posteriores avances en técnicas de identificación de anticuerpos.
Inicialmente se identificaron los ANA usando tejido hepático de ratones por medio de
inmunofluorescencia; sin embargo, estos primeros intentos de identificación no fueron
exitosos, debido a la presencia de dificultades técnicas tales como la autofluorescencia
de los tejidos usados y la variabilidad de los patrones de inmunofluorescencia, entre
otros. No fue hasta 1970 cuando las células HEp-2, líneas epiteliales humanas
derivadas de carcinoma laríngeo, se comenzaron a utilizar en esta prueba, ya que
permitían un mejor desempeño de la IFI para la detección de los ANA. El test detecta
la presencia de ANA en la sangre del paciente las cuales se adhieren a las células del
sustrato formando diferentes patrones de fluorescencia que están asociados con
diferentes EA.
Un segundo tipo de ANA son los que se producen como resultado de procesos
infecciosos. En este sentido, los ANA cuyo origen son los procesos infecciosos no se
asocian a manifestaciones clínicas de enfermedad autoinmune y sus títulos bajan en
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cuanto se resuelve el proceso infeccioso que les dio origen. El tercer tipo es el de los
ANA autoinmunes, los cuales reflejan la pérdida de la tolerancia inmunológica y su
origen es multifactorial. Su producción depende de carga genética, medioambiente,
cambios hormonales, etc.
Para esta prueba se requiere del suero del paciente, el cual se diluye inicialmente en
1/80 o más, este se agrega sobre la preparación de las células HEp-2 permitiendo de
esta forma que los anticuerpos del paciente se unan con los antígenos diana
presentes en estas células. Después se realiza un lavado con una solución buffer
(PBS) y se aplica una solución con IgG antihumana acoplada a un fluorocromo
(generalmente FITC) que se une al complejo antígeno/ac presente en la muestra.
Finalmente, después de un segundo lavado que retire los ac fluorescentes que no se
unieron, se podrá observar el resultado mediante un microscopio de luz fluorescente.
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Las células HEp-2, provenientes de un carcinoma de laringe humano, son ideales
para este tipo de prueba, ya que tienen facilidad de crecimiento y crecen en forma de
monocapa, lo que permite la visualización de las mismas a través del microscopio de
fluorescencia. Además, tienen un núcleo más grande que cualquier célula epitelial
normal lo que hace más fácil la visualización de los patrones nucleares y
citoplasmáticos, debido a su gran cantidad de antígenos nucleares (más de 46
cromosomas, más de 3 nucléolos, abundantes ribonucleoproteınas, etc.) y
citoplasmicos (mitocondrias, lisosomas, ribosomas, etc.) lo que permite hacer una fácil
detección e identificación de los antígenos reconocidos por los auto-ac presentes en
los sueros de los pacientes con enfermedades autoinmunes. Además, por ser una
línea celular asincrónica y muy activa, se pueden observar todas las fases del ciclo
celular en los cultivos. Así, estas células permiten detectar ac contra antígenos
que dependen del ciclo celular, facilitando la identificación de antígenos presentes
solo en las fases de división, como los centrómeros o aquellos conocidos como
proliferating cell nuclear antigens (PCNA).
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técnica de cribado: Elisa, LIA o Albia supera los 20 antígenos. Sin embargo, es
importante tener en cuenta que la detección de ANA mediante IFI es un tamizaje
(screening), que tras ser positivo requiere una segunda prueba que aumente su
especificidad, por medio de ELISA, LIA o CLIA con el fin de determinar la especificidad
antigénica a la cual están dirigidos los ac. Aunque la presencia de varias dianas
antigénicas en los cortes de tejidos da lugar a una sensibilidad general excelente de la
IFI, los ANA de especificidad no definida se pueden ver en el suero de pacientes con
muchas EA, pero también en enfermedades infecciosas y hasta en individuos sanos
como se describió en el apartado anterior. La falta de especificidad podría dar lugar a
una mala interpretación de los resultados de la IFI, por lo que su utilidad clínica es
solo orientativa.
Con el objeto de evitar resultados falsos positivos o falsos negativos, los laboratorios
deben ajustar perfectamente sus condiciones de trabajo para interpretar los resultados
correctamente, en especial buscando la dilución de corte que permita discernir mejor
entre los individuos sanos y los enfermos. De esta manera se mejora el valor
predictivo positivo (VPP) y el valor predictivo negativo (VPN).
• Título del informe: habitualmente denominado FAN (factor anti núcleo) o ANA (del
inglés, Anti-Nuclear Antibodies). Estos nombres se interpretan como anticuerpos
dirigidos contra antígenos exclusivamente nucleares, dejando fuera los anticuerpos
dirigidos contra antígenos citoplasmáticos u otras estructuras celulares, como aparato
mitótico.
• Falta de consenso en el contenido del informe, cuáles son los datos más
relevantes y cuáles no deben faltar. Los distintos informes pueden conducir a errores
en la interpretación médica.
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• Dificultad en la estandarización de la técnica de IFI.
Muchas son las variables que pueden intervenir en la calidad analítica del resultado:
3) Elección del sustrato: Existen diversos sustratos y agentes fijadores, cada uno
con diferentes grados de sensibilidad y especificidad. El sustrato recomendado son las
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células HEp-2, obtenidas por cultivo en monocapa sobre portaobjetos. El fijador de
elección es la acetona. La importancia del mismo reside en que hay fijadores que no
permiten visualizar determinados patrones o pueden disolver algunos antígenos como
el SSA/Ro. Las empresas comerciales no revelan el fijador utilizado, por lo tanto, la
recomendación es evaluar las improntas con controles trazables de los distintos
patrones para analizar el comportamiento de las mismas, especialmente con un suero
positivo para SSA/Ro.
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b) Relación Fluoreceína/Proteína (F/P): se recomienda que la relación se encuentre
entre 2,5 y 4,0. Si la relación F/P es mayor, aumentará la tinción fluorescente no
específica; por otro lado, si la relación F/P es menor disminuirá mucho la fluorescencia
específica obteniendo resultados falsos negativos.
La dilución óptima de trabajo del conjugado debe establecerse bajo las siguientes
circunstancias: Si se cambia el sustrato (tipo, marca o lote), cada vez que se use un
nuevo lote de conjugado, si se cambia el sistema óptico de lectura o al cambiar la
lámpara, ante la falta de resultados adecuados en los controles internos procesados
en cada corrida, ante la falta de resultados adecuados en los controles de calidad
externo: resultado fuera del acuerdo o con un desvío sistemático dentro del acuerdo.
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esta manera y teniendo en cuenta la relación F/P y Ac. esp/P contiene
aproximadamente entre 30 y 60 µg/mL. Se debe controlar que el buffer de trabajo no
produzca coloración inespecífica, testeándolo ante cada dilución del conjugado.
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para títulos de 1/160. En familiares sanos de pacientes con EA suelen reportarse
títulos mayores de 1/40 en un 25-30% de los casos.
En cuanto al control de calidad interno tiene por objeto estudiar los errores casuales
y sistemáticos dentro del mismo ensayo y permite constatar si los parámetros
estadísticos obtenidos permanecen constantes en ensayos posteriores. Estos
procedimientos permiten evaluar las variables internas del laboratorio y asegurar que
las modificaciones observadas en muestras sucesivas de un mismo paciente se deben
a cambios fisiopatológicos del enfermo y no a variaciones arbitrarias del mismo
método. Para cumplir con este control se debe incluir, cada vez que se realiza la
determinación, un suero negativo y uno positivo. Es deseable que el suero positivo
sea de bajo título, siempre positivo teniendo en cuenta el error del método, y
específicamente positivo para SSA/Ro (en un título dos veces superior al título de
corte), ya que este antígeno está en baja concentración en las células HEp-2 y se
puede perder en los procedimientos de fijación.
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A pesar de la alta prevalencia de ANA en EARS, la especificidad ronda el 50%, lo que
limita el valor de la prueba como screening de EARS en pacientes sin síntomas. Por
eso, debería evitarse la prueba en individuos con síntomas inespecíficos como fatiga y
dolor musculo-esquelético generalizado.
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La demostración de un determinado auto-ac junto con la interpretación de los
hallazgos clínicos constituyen los pilares esenciales en el diagnóstico de diversas
enfermedades, muchas veces con importancia en el pronóstico o en la respuesta a la
terapéutica.
Una de las características importantes de la prueba con IFI es que permite identificar
diferentes patrones convencionales que guiarán la interpretación clínica de la prueba y
la conducta a seguir. Debido a la gran variedad de patrones y a la complejidad de
algunos, en 2014 un consenso de expertos (ICAP) se reunió para discutir una
nomenclatura universal que permita estandarizar la lectura e interpretación de los ANA
por el método IFI en células Hep-2. Toda la información, la descripción de cada patrón
con imágenes representativas está disponible en el sitio oficial
(https://www.anapatterns.org/) del Consenso Internacional sobre Patrones de
Anticuerpos Antinucleares (ANA) (ICAP).
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En la última actualización, Damoiseaux et al, Ann Rheum Dis 78: 879-89, 2019, se
resalta que la prueba HEp-2 IFI revela mucha más información que la mera ausencia o
presencia de autoanticuerpos, sino tambien el nivel de anticuerpos y el patrón HEp-2
IFI. Según la valoración o la evaluación adecuada de la intensidad de fluorescencia, se
puede determinar el nivel de anticuerpos y esta información tiene una concordancia
general con la relevancia clínica del resultado de la prueba. De hecho, los niveles más
altos de anticuerpos están mejor asociados con las EARS y tienen una mayor
probabilidad de identificar el autoantígeno en las pruebas de seguimiento. El patrón
HEp-2 IFI también puede revelar información clínicamente relevante. Para armonizar
los nombres y las descripciones de los distintos patrones HEp-2 IFI, se propuso una
taxonomía de clasificación ordenada. La nomenclatura de consenso para cada patrón
e imágenes representativas también se pusieron a disposición en línea en el sitio web
de ICAP (http://www.ANApatterns.org ). Además de los patrones nucleares, también
se pueden observar patrones citoplasmáticos y mitóticos importantes en el análisis
HEp-2 IIFA. Si bien informar patrones no nucleares se considera clínicamente
relevante, no existe un punto de vista de consenso claro sobre informar patrones no
nucleares como una prueba negativa o positiva. En el entendimiento de que el término
'prueba de anticuerpos antinucleares (ANA)' puede ser inapropiado para designar una
prueba que también aborde los autoanticuerpos contra antígenos en el citoplasma y el
aparato mitótico, se sugirió un nombre alternativo, anticuerpos anticelulares, en las
recomendaciones de EASI / IUIS.
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Hasta la fecha, se han descrito un total de 15 patrones nucleares de HEp-2 IIFA, es
decir, AC-1-AC-14 y AC-29. Con respecto a los patrones con relevancia clínica se
describen citoplasmáticos 9 y 5 de aparato mitótico. Entre los patrones más comunes
están:
Patrón Nuclear
Homogéneo:
Nucleoplasma
homogéneo, placa
metafásica homogénea,
nucleolos poco visibles
(Fig. 2.b).
Patrón Nuclear
Moteado: Nucleoplasma
moteado, nucléolos
negativos, metafases
negativas (Fig. 2.c).
PATRONES NUCLEOLARES
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PATRONES CITOPLASMÁTICOS (Fig. 4)
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El consenso sobre la relevancia clínica se define en el contexto clínico del paciente,
es decir, sospecha de enfermedad, e incluye pruebas de seguimiento recomendadas
dentro del espectro de especificidades de antígeno que están disponibles
comercialmente. Obviamente, si las pruebas de seguimiento identifican el antígeno, la
relevancia clínica puede refinarse aún más.
Muchos individuos considerados sanos, pueden tener bajos títulos de ANA. Aún más,
estos anticuerpos pueden ser hallados hasta en un 30% en adultos sanos, cuando el
substrato utilizado es HEp-2. Debido a la alta sensibilidad de este sustrato, aún
pequeñas cantidades de ANA presentes en pacientes y controles, pueden generar
muestras positivas no relacionadas a patología. En la práctica diaria es frecuente
hallar un ANA con patrón nuclear fino denso en mujeres jóvenes, pero éstas no
siempre tienen criterios diagnósticos para enfermedad reumática, quienes luego de
observaciones reiteradas a largo plazo, permanecen asintomáticas.
El patrón o imagen característica por IFI, que es reconocido como moteado denso
fino, distribuido uniformemente por todo el núcleo en interfase y en la cromatina
metafásica está asociado a anticuerpos dirigidos al antígeno DSF70. Luego del
reconocimiento de esta proteína de 70-kDa por Inmunoblotting (IB), el antígeno se
denominó Dense Fine Speckles 70 o DFS70. El mismo antígeno es conocido como
"Lens Epithelium Derived Growth factor" (LEDGFp75) o "DNA binding transcription
coactivator p75", el que presenta numerosas funciones fisiológicas, dentro de las que
constan: servir como cofactor de replicación del virus VIH a través de su interacción
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con la integrasa viral, también promover la supervivencia de las células y mejorar la
resistencia al estrés celular. Es posible que estos anticuerpos sean gatillados por
factores ambientales.
En los últimos años distintos investigadores, han propuesto a los anticuerpos anti-
DFS70 como marcadores biológicos útiles, para excluir a los pacientes con
SARD. Esta sugerencia principalmente se ha basado en la observación de que estos
anticuerpos son más frecuentes en individuos sanos que en los pacientes con SARD
y que los individuos anti-DFS70 positivos no desarrollaron SARD, después de un
seguimiento clínico por cuatro años. Algunos investigadores han sugerido la hipótesis
que serían autoanticuerpos protectores. La posibilidad de incrementar la
especificidad del ANA positivo, mediante una prueba de laboratorio, resulta muy
tentadora; de este modo se evitaría tanto la incertidumbre en los pacientes como en
los médicos y el incremento de los gastos en salud.
Patrón moteado denso fino Dense fine speckled pattern of resting cells (Flecha azul. Cromatina en células
mitóticas (Flecha roja)
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areata, enfermedad de Behcet, enfermedades oculares y pacientes con cáncer.
Además es hallado en el 10% de individuos sanos. En un estudio, se han detectado
anticuerpos anti-DFS70 en el 11% de 597 trabajadores de los hospitales japoneses,
pero en sólo alrededor del 2% de los pacientes con SARD. La causa de la baja
prevalencia observada en SARD no es clara, sin embargo, incluyen factores
demográficos, étnicos, influencia terapéutica y sin duda, el método utilizado para la
detección de auto ac. Dellavance y col, han evaluado más de 10000 muestras ANA
positivos por IFI e IB, informando que los anticuerpos anti-DFS70 eran comunes entre
individuos ANA-positivos, sin evidencia de SARD. Los pacientes con patología
autoinmune que presentaban estos anticuerpos, más de la mitad tenían evidencia de
tiroiditis autoinmune. La mayor prevalencia de anticuerpos anti-DFS70, ha sido
reportada en pacientes con síndrome de Vogt-Harada (66,7%) y la dermatitis atópica
(30%), seguido de los individuos aparentemente sanos (~ 10%), mientras que la
prevalencia en la SARD es significativamente inferior (~ 2% -3%) y a diferencia de los
resultados de ANA que aumentan su positividad con la edad en individuos sanos, los
anti-DSF70 decrecen en esta circunstancia.
En otro estudio también se observa que, más del 80% de los pacientes con SARD
confirmada y presencia de anti-DFS70 presentan simultáneamente, otros auto-ac
marcadores de SARD. En base a estos reportes, se considera que los pacientes con
SARD y anti DFS70 positivo como hallazgo aislado, deberían ser raros tanto en niños
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como en adultos. Aún más, ciertos autores plantean que si un paciente tiene anti-
DFS70 como ac aislado, no tiene necesidad de interconsulta urgente con el
especialista.
Muestras con patrones moteados finos denso deben ser testeados para anti-DFS70
por un test confirmatorio y un ANA screen conteniendo varios autoantigenos.
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Los pacientes con ANA screen negativos y DSF 70 positivo presentan baja
probabilidad de tener SARD.
Ciertos ANA tienen tan alta especificidad que se consideran predictivos para ciertas
enfermedades autoinmunes, incluso antes de desarrollar signos o síntomas, como lo
es el patrón nucleolar que se suele encontrar en esclerosis sistémica en su forma
difusa. Si bien no se ha observado una clara asociación entre patrones y títulos
de ANA con manifestaciones clínicas de las diferentes patologías autoinmunes,
es clara la asociación entre patrones de ANA y el reconocimiento de antígenos
específicos. Además, hay que tener en consideración que la población general sana
presenta ANA positivos hasta en un 32% con títulos 1:40, un 13% con títulos1:80 y un
5% con títulos 1:160 para interpretar los datos de la prueba razón por la cual el
«American College of Rheumatology (ACR)» considera los títulos superiores a 1:160
como positividad. En la población pediátrica, un tıtulo bajo (1:80) puede ser
patológico, siempre en un marco clínico adecuado.
Por último, hay que tener en cuenta que la correcta interpretación de los
resultados requiere considerar:
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• El uso de drogas que provoquen LES inducido, como por ejemplo: Hidralazina.
• El título obtenido.
Debe ser informada la presencia de más de un patrón con sus respectivos títulos.
Finalmente, aunque la IFI es un método sensible, tiene sus limitaciones, como las
variaciones en el substrato, su realización manual, la interpretación subjetiva del
resultado, poca reproducibilidad y la falta de estandarización; así como el elevado
consumo de tiempo para obtener un resultado, lo que implica poca salida de
resultados a corto plazo de tiempo y elevación de los costos del laboratorio en gastos
de personal. Para resolver estas limitaciones, recientemente se han desarrollado por la
industria, sistemas totalmente automatizados de IFI con patrones de reconocimiento
insertados en software; pero la estandarización continúa siendo un problema crítico
que solo se resolverá mediante la automatización de los sistemas de interpretación de
los resultados.
El ELISA para detectar ANA basado en las células HEp-2 (HEp-2 ANA EIA) es un
método automatizado con alta reproducibilidad y calibración interna.
Anticuerpos Anti-DNA
Los ac anti-ADN son inmunoglobulinas dirigidas contra el ADN puro o en complejo con
proteínas como las histonas. Estos ac son un grupo heterogéneo de inmunoglobulinas
que tienen distintas especificidades, se clasifican en anti-ADNsc (ADN de cadena
simple) y anti- ADNdc (ADN de cadena doble). Los ac anti- ADNsc son los que más
comúnmente se identifican, sin embargo, debido a su baja especificidad tienen muy
poca relevancia clínica. De esta manera, los ac anti- ADNdc tienen mayor importancia
dada por su alta especificidad en el diagnóstico de LES, específicamente en aquellos
con nefritis lúpica.
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Para la detección de estos anticuerpos se han desarrollado distintas técnicas, entre
ellas las más utilizadas son la IFI utilizando el organismo flagelado Crithidia luciliae
(CLIFT) que detecta ac de avidez alta e intermedia, la inmunoprecipitación de Farr
que detecta ac de alta avidez (considerado el método de referencia aunque se ha ido
sustituyendo debido a que requiere utilizar isotopos radioactivos) y el ELISA que
detecta ac de baja, intermedia y alta avidez (dando resultados falsos positivos).
Cada una de estas pruebas tiene distinta sensibilidad y especificidad, siendo CLIFT la
más específica (99-100%), pero con la menor sensibilidad (33,6%).La prueba por
ELISA presenta una sensibilidad intermedia (55,8%) con la menor especificidad (70-
90 %) y, por su parte, la inmunoprecipitación de Farr tiene la más alta sensibilidad
(hasta 85%) y una especificidad relativamente comparable con la de CLIFT (95-99 %).
A pesar de esto en muchos laboratorios se prefiere el uso de CLIFT por la facilidad de
realizar esta prueba en un laboratorio equipado para pruebas serológicas
autoinmunes, además permite determinar las clases de ac anti-ADN y no produce
reacción cruzada con ac anti-ADNsc. Debido a las diferencias en las técnicas, con
resultados variables en términos de sensibilidad y especificidad, es
recomendable la determinación de estos ac por lo menos mediante 2 técnicas.
Se usan para el diagnóstico de LES con una alta especificidad (95%) pero con baja
sensibilidad (30-70%).
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Crithidia luciliae, que normalmente se ubica entre el núcleo y la base del flagelo. La
prueba solo se considera positiva cuando se tiñe el cinetoplasto independientemente
de la tinción en el núcleo, debido a que en el núcleo puede existir reactividad contra
otros componentes, lo que da resultados falsos positivos. La técnica es altamente
especıfica, pero poco sensible, por lo que es conveniente en ciertos casos confirmar
los resultados con otras pruebas más sensibles como el ELISA.
Tanto el patrón como el título de ANA nos van a dar información sobre que
pruebas de ENA realizar.
Igualmente los ENA sólo tienen valor diagnóstico y no varían con la actividad de la
enfermedad. Sin embargo, algunos de ellos sí tienen valor pronóstico sobre la
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gravedad de la enfermedad y la posible respuesta al tratamiento, ej: anti-
U1snRNP, anti-Jo1, anti-SRP y anti-Mi2.
Los ENA pueden aparecer años antes del comienzo de los síntomas.
Para una correcta interpretación de los resultados y facilitar la comparación
entre distintos laboratorios, siempre se debe especificar la técnica utilizada y los
antígenos estudiados.
Deberá evitarse el resultado “anti-ENA negativo”. Los anti-Ro y anti-Sintetasas (Jo-1)
pueden ser ANA falsos negativos por IFI, si existe sospecha diagnóstica se
ha de prescindir del título y patrón y determinarlos directamente.
Estos ac están dirigidos contra antígenos presentes en los gránulos del citoplasma de
los neutrófilos y los lisosomas de los monocitos; aunque existen varios antígenos,
aquellos que tienen importancia clínica son la mieloperoxidasa (MPO) y la
proteinasa 3 (PR3).
La prueba para medición de ANCA se debe realizar solo mientras haya una
sospecha clínica, de lo contrario la prueba tiene muy baja sensibilidad. Por lo
anterior, la guía «Clinical ANCA Test-ordering Guidelines» propone como parte de la
declaración del consenso internacional en la toma y reporte de pruebas ANCA del
2003 la realización de la prueba en los pacientes que por lo menos cumplan una de las
condiciones clínicas propuestas en los criterios de la siguiente tabla:
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Al realizar la prueba solo a los pacientes que cumplan con alguno de los criterios
descritos, la S y la E para la detección de las vasculitis asociadas a ANCA aumentan
al 95% y al 90%, respectivamente. Esta estrategia reduce considerablemente el
número de solicitudes de prueba ANCA y mejora el rendimiento de diagnóstico de la
prueba ANCA, con menos resultados falsos positivos.
Existen varias técnicas por las que se puede hacer la medición de los anticuerpos: IFI,
ELISA y LIA son las más empleadas. Teniendo en cuenta que la prueba por IFI es más
sensible y por ELISA/LIA son más específica, las guías recomiendan la combinación
de estas pruebas para la detección de la presencia de ANCA en pacientes con
sospecha de vasculitis asociadas a ANCA. Cuando se realiza la prueba con la técnica
IFI se permite identificar ciertos patrones específicos, que se han asociado al antígeno
específico que reconoce el ac.
En el año 2017, se propuso un nuevo consenso para el uso de las pruebas de ANCA
en el diagnóstico de las vasculitis. En este consenso, recomiendan el uso de
inmunoensayos de alta calidad como el primer método de detección preferido para
GPA y MPA, y proponen un nuevo algoritmo de prueba (ver Recomendaciones
para la prueba ANCA 2017 presentación).
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Existe un acuerdo internacional importante de que los inmunoensayos específicos
de antígeno de alta calidad son la metodología de detección preferida para el
diagnóstico de Vasculitis asociadas a ANCA, la IFI ya no se considera adecuada
como la primera prueba de detección, y agrega pocos beneficios adicionales a las
pruebas específicas de antígenos en el diagnóstico de estas patologías cuando
la probabilidad de la enfermedad antes de la prueba es alta.
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categórica de IFI. Esta recomendación de consenso se aplica a las pruebas
ANCA para el diagnóstico de vasculitis, en particular, GPA y MPA, pero no se
aplica a las pruebas de ANCA como complemento del diagnóstico de IBD,
hepatitis autoinmune o autoinmunidad inducida por medicamentos. En ciertos
entornos, se deben descartar las infecciones y se debe obtener un historial
detallado de los medicamentos y el uso de drogas ilícitas. Sobre este tema se
profundizará en el MÓDULO 4 al referirnos a Vasculitis asociadas a ANCA.
Factor reumatoide
El factor reumatoide (FR) es un auto-ac dirigido contra la porción Fc de las
inmunoglobulinas IgG. Aunque se han descrito varios isotipos, incluyendo IgG, IgA,
IgE, IgD e IgM, es e isotipo IgM el más comúnmente medido en la práctica clínica, y
corresponde al FR clásico. Inicialmente el FR fue detectado en pacientes con AR por
lo que recibieron su nombre, sin embargo, posteriormente se encontraron en pacientes
con otras enfermedades autoinmunes, no autoinmunes e incluso en sujetos sanos.
La prueba de aglutinación con látex es una prueba muy utilizada, económica y fácil
de realizar que proporciona información semicuantitativa. Posteriormente, se
desarrollaron métodos que proporcionan información cuantitativa, como lo son la
medición por nefelometría, turbidimetría y ELISA. La nefelometría y turbidimetría no
permiten identificar isotipos, a diferencia de la medición por ELISA que sí deja
identificar los diferentes isotipos de inmunoglobulinas. Esta última, aporta mejores
características técnicas que las de aglutinación pero son muy lentas y poco
reproducibles, por lo que se usaron poco. Sin embargo, la prueba por ELISA alcanza
una sensibilidad del 53% y una especificidad del 99% en el diagnóstico de AR.
Actualmente se han desarrollado nuevos métodos diagnósticos que utilizan técnicas
de inmunoanálisis. Dentro de estas se encuentra la medición de FR por
electroquimioluminiscencia, el cual proporciona una medición rápida, una alta
sensibilidad y especificidad, un amplio rango de medición, con un volumen reducido de
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muestra. El resultado de la medición de FR depende de la técnica con la que se
realice la medición, la cual varía según el laboratorio. Sin embargo, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió estandarizar el resultado, y todo
laboratorio debe reportar el resultado en unidades internacionales: con valores por
encima de 20 UI/mL es positivo y valores por encima de 50 UI/mL se consideran altos.
Pero en la actualidad, la interpretación de los resultados depende del laboratorio y los
reactivos utilizados teniendo valores normales hasta 14 UI/mL y en otros laboratorios
< 8 UI/mL.
Estos ac pueden ser detectados en el 80% de los pacientes con AR con una
especificidad mayor del 98%. Solo aparecen en 1-3 % de personas sanas. Los anti-
CCP son ac dirigidos contra proteínas citrulinadas como la filagrina, la vimentina, la
enolasa A, el fibrinógeno, el colágeno tipo I y II, la actina, las histonas y las
proteínas de choque térmico HSP90 (heat shock protein), entre otras. Los anti-CCP
son ac de isotipo IgG en su mayoría, aunque también se pueden encontrar isotipos
IgA, IgM e IgE. La primera prueba anti-CCP que se creó usaba como antígeno un
péptido cíclico derivado de la filagrina, pero este no estaba presente en las
articulaciones inflamadas. Por ello se creó la prueba anti-CCP de segunda
generación, en la cual se aislaron del suero de pacientes con AR cerca de 12 millones
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de péptidos, escogieron los mejores péptidos citrulinados generando de esta manera
la prueba. Posteriormente, se introdujo el término de ac contra péptidos citrulinados
(ACPA), el cual hace referencia a los auto-ac de AR para los cuales se realizó la
detección usando proteínas/péptidos citrulinados de autoantígenos putativos
asociados a AR en lugar de filagrina. En la prueba anti-CCP de segunda generación
se pueden detectar por medio de ELISA la gran mayoría de los ACPA presentes en
pacientes con AR. Sin embargo se han desarrollado otras pruebas que miden ACPA
específicos, como lo es el anti-MCV (ac dirigidos contra la vimentina citrulinada
mutada), anti-CCP3, entre otros. A pesar de que se hayan desarrollado nuevas
pruebas ACPA, la prueba anti-CCP de segunda generación continúa teniendo la más
alta sensibilidad y especificidad, por lo que se considera el estándar de oro y se
prefiere para el diagnóstico de AR. El impacto clínico que tienen estos ac es tan
relevante que han sido incluidos dentro de los criterios clasificatorios del 2010 para AR
y forman parte de una clasificación de los pacientes con AR: pueden ser clasificados
en ACPA positivo y ACPA negativo. Sin embargo, trabajos recientes indican que
aunque el anti-CCP tiene una alta especificidad para el diagnóstico de AR, puede
ser factor pronóstico en otras enfermedades cuya evolución clínica conlleva a
enfermedades del tejido conectivo, como es el caso del reumatismo
palindrómico, en el cual aproximadamente el 30-50% de los pacientes evolucionan
hacia AR. De esta misma forma se ha encontrado una prevalencia hasta del 15% en
una cohorte de pacientes con esclerodermia.
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• Su presencia es útil para el diagnóstico y clasificación de la AR y no es útil para
seguimiento. Por lo que no debe solicitarse nuevamente, una vez la prueba sea
positiva.
Cuando una persona con clínica sugerente de AR tiene resultados positivos de ACPA
y de FR, es muy probable que tenga AR y que desarrolle una forma severa de la
enfermedad. En el caso de que un individuo con clínica sugerente de AR tenga un
resultado positivo de ACPA pero con un FR negativo, o si los niveles de ACPA y FR
son bajos, es probable que presente una AR en fases iniciales de la enfermedad o que
la desarrolle en un futuro.
Puede ser que una persona tenga ACPA negativos con FR positivo, en este caso, los
signos y síntomas clínicos serán cruciales para determinar si el individuo tiene AR o
cualquier otro trastorno inflamatorio. En el caso de que ambas pruebas den negativo,
es menos probable que exista una AR. Cabe destacar sin embargo que el diagnóstico
de la AR es eminentemente clínico y que puede realizarse en ausencia de anticuerpos
positivos.
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Anticuerpos antifosfolípidos
Los anticuerpos antifosfolípidos (aPL) son un grupo heterogéneo de ac de isotipo IgG,
IgM e IgA dirigidos contra fosfolípidos, complejos de fosfolípido-proteínas o proteínas
de unión a fosfolípidos, localizados en la membrana de células endoteliales, plaquetas
y demás células involucradas en la cascada de la coagulación. Dentro de los
antígenos que son reconocidos por estos anticuerpos se encuentran: la beta-2-
glucoproteína I, las cardiolipinas, la protrombina, la fosfatidilserina, el fosfatidilinositol,
la anexina v, la proteína C, la proteína S, el activador del plasminógeno tisular, el
factor VII, factor XI, factor XII, componente del complemento C4 y el factor del
complemento H. Los aPL forman parte de la patogénesis del síndrome de ac
antifosfolípidos (SAF), una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por
trombosis recurrente y morbilidad del embarazo en pacientes con aPL.
Aunque, se debe tener en cuenta que los aPL también se pueden encontrar en
personas sin manifestaciones clínicas. Se ha visto que los ac anticardiolipinas (aCL)
se encuentran a títulos bajos y transitorios, se pueden hallar hasta en un 10% de
donantes de sangre normales, pero también se puede encontrar la presencia de
anticuerpos persistentes a títulos moderados o altos, contra cardiolipina/B2GPI o AL
en menos del 1% de pacientes sanos. La prevalencia de aPL positivos aumenta con la
edad. Se ha documentado que en pacientes asintomáticos que tienen unos aPL
positivos persistentemente por décadas, la probabilidad de que se desarrolle el SAF es
relativamente baja. El primer antígeno blanco de los aPL que se identificó fue la
cardiolipina en 1941. Sin embargo, en 1990 se reportó que los aCL están dirigidos
contra el complejo B2GPI/cardiolipina y no contra la cardiolipina sola. Aunque los aCL
son positivos en el 80% de los pacientes con SAF, también se pueden encontrar en
enfermedades infecciosas, como sífilis, fiebre Q (infección causada por la bacteria
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Coxiella burnetii) e infección por VIH. En estas condiciones infecciosas, los títulos
suelen ser bajos, el isotipo dominante es IgM y generalmente no se asocian a
fenómenos trombóticos.
Los métodos utilizados para la medición de estos ac es son ELISA y/o más
recientemente el desarrollo de CLIA. Estas pruebas son sensibles pero no específicas
para el diagnóstico de SAF. Aunque sigue teniendo una gran relevancia clínica, por lo
que están incluidos dentro de los criterios clasificatorios, la presencia de aCL de
isotipo IgG e IgM, en títulos medio o altos (> 40 GPL o MPL, o por encima del percentil
99) no debe sustituir la medición de los anti-B2GPI.Además de los criterios para SAF,
también son útiles clínicamente debido a que están incluidos en los criterios para LES
del SLICC, incluyendo el isotipo IgA. Debido a que la presencia de aCL de isotipo IgA
en los pacientes con EARS indica que se encuentran en un subgrupo de pacientes en
riesgo de desarrollar unas manifestaciones clínicas específicas. Está asociado a
manifestaciones como: trombocitopenia, úlceras orales y vasculitis. Con respecto a los
aCL de isotipo IgA y el diagnóstico de SAF, aunque no estén incluidos dentro de los
criterios internacionales de clasificación, son útiles clínicamente cuando se tiene un
paciente con una alta sospecha clínica de SAF pero con AL, anti-B2GPI IgG e IgM, y
aCL IgG e IgM negativos en varias ocasiones, condición en la que está indicado
realizar la prueba.
Con relación al AL, en 1972, se describió como un inhibidor directo contra los
fosfolípidos de la cascada de coagulación, que afectaba principalmente la conversión
de protrombina a trombina. En 1983, se describió en detalle un síndrome que incluye
trombosis o morbilidad del embarazo que ocurre en pacientes con evidencia de
laboratorios de la presencia de aPL, descripción oficial del SAF. Desde entonces se
han descrito varios datos que confirman la importancia de este ac en la patogénesis,
diagnóstico y pronóstico del SAF. El AL es la prueba de aPL más fuerte en predecir
complicaciones del embarazo y un predictor de trombosis más específico al
compararlo con aCL. A diferencia de las demás pruebas de aPL que se realizan por
medio de ELISA, la medición del AL es una prueba funcional que utiliza plasma en
lugar de suero y requiere un proceso de 4 pasos: 1) la demostración de una prueba de
coagulación dependiente de fosfolípidos prolongada, como un tiempo parcial de
tromboplastina) o la prueba de veneno de víbora de Russell diluido; 2) no corrección
de la prueba de coagulación prolongada al adicionar plasma normal pobre en
plaquetas, lo que demuestra la presencia de un inhibidor; 3) la corrección de la prueba
de coagulación prolongada, al adicionar plasma rico en plaquetas (las plaquetas tienen
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fosfolípidos en su membrana, lo que demuestra la dependencia de fosfolípidos del
inhibidor que prolonga los tiempos de coagulación); y por último, 4) se deben excluir
otros inhibidores. Teniendo en cuenta que se trata de un procedimiento complejo y
minucioso, por lo que es susceptible de errores que afectan el resultado, la Sociedad
Internacional de Trombosis y Homeostasis, creó en 1995 las guías de detección de la
presencia de AL, para estandarizar la prueba y disminuir los posibles errores. Se debe
considerar que existe la posibilidad de obtener falsos positivos y falsos negativos,
cuando el paciente está en terapia anticoagulante con heparina o warfarina. Aunque
no existe una guía que determine el valor de positividad de la prueba y esta difiere
entre los diferentes laboratorios, los criterios de clasificación internacionales del SAF
mencionan un tiempo de coagulación (test/control) > 1,1 para dRVTt y > 1,2 para el
tiempo de coagulación de kaolín, estos valores son aceptados por muchos
laboratorios. La última prueba de aPL en ser incluida dentro de los criterios
internacionales de SAF, fue la medición de anticuerpos anti-B2GPI en el 2006. Sin
embargo, desde 1990 se sabe sobre el antígeno B2GPI y cómo al unirse con la
cardiolipina forma complejos que son reconocidos por aPL. El antígenoB2GPI en
condiciones fisiológicas participa como inhibidor de la activación de la vía intrínseca de
la cascada de coagulación, participa en la agregación plaquetaria, afecta la fibrinólisis,
angiogénesis, apoptosis y aterogénesis. Por lo que al existir ac que actúan en contra
de este antígeno, se puede conocer algo de la patogénesis de las enfermedades ya
mencionadas anteriormente. En criterios de clasificación internacionales del SAF, se
identifica al B2GPI como el autoantígeno más importante clínicamente en el SAF,
debido a que representa un factor de riesgo independiente para trombosis y
complicaciones durante el embarazo. Los ac anti-B2GPI se miden por medio de
análisis inmunológicos (como ELISA o quimioluminiscencia) y se pueden identificar 3
isotipos: IgA, IgG e IgM. Según los criterios internacionales de SAF, están incluidos los
isotipos IgG e IgM y se consideran positivos cuando están por encima del percentil 99.
En cuanto al isotipo IgA, se ha reconocido su importancia clínica y, aunque no haya
sido incluido dentro de los criterios para SAF, se debe medir cuando el paciente tiene
una clínica altamente sugestiva de esta condición y el AL, aCL IgM e IgG, y los anti-
B2GPI IgM e IgG son negativos. Además, estos anticuerpos han ganado relevancia
clínica en el diagnóstico de LES, incluso fueron incluidos dentro de los criterios de
clasificación del SLICC en el 2012.
El término SAF seronegativo ha sido un tema muy controversial desde hace un tiempo.
El término se emplea para definir a los pacientes con hallazgos clínicos sugestivos de
un SAF, pero en los cuales las pruebas de rutina usadas para la medición de aPL son
persistentemente negativas. En estos pacientes no se detectan los ac incluidos en los
criterios diagnósticos, pero sí se encuentran otros ac como B2GPI de isotipo IgA, aCL
de isotipo IgA, anticuerpos antifosfatidilserina o antifosfatidilcolina, entre otros.
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Conclusiones sobre las pruebas diagnosticas
• Mientras que IFI es un buen screening para algunos test es menos sensible
para otros.
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