Tarea I Micro Economia I Parcial PDF

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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS

UTH

ASIGNATURA
MICROECONOMIA

ESTUDIANTE
ISAAC ALVARADO GARCIA

CATEDRÁTICO
MARTA ESPERANZA PADILLA

CUENTA
202230060238

CAMPUS
TEGUCIGALPA

TEGUCIGALPA M.D.C

21/05/03

MICROECONOMIA I PARCIAL

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INTRODUCCIÓN

La pandemia del Covid-19 hizo visibles problemas estructurales y desigualdades

económicas y sociales que aquejan a la economía hondureña. La rigidez de la estructura

productiva muestra insuficiencia de acumulación de capital y concentración del ingreso.

Las políticas de ajuste económico y reformas estructurales promovieron un cambio

acelerado de la matriz productiva con miras a la exportación de productos no

tradicionales y dinamización del sector manufacturero y los servicios, con amplia

participación de empresas extranjeras, sectores y grupos corporativos locales. Los

resultados no mostraron que el patrón del crecimiento económico haya modificado, ni

mejoras en la equidad social y sostenibilidad ambiental.

En la coyuntura actual se demanda cambios en la estructura productiva con enfoques

progresistas y democráticos, que permita una inserción selectiva del país en los

mercados.

Este estudio busca actualizar el perfil económico y productivo de Honduras por la

pandemia Covid-19, que permita identificar cursos de acción y líneas de trabajo a

seguir por los principales actores involucrados en las soluciones de la crisis actual.

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Sector económico, productivo y social

La pandemia de COVID-19 constituyó un fenómeno excepcional respecto a otras

emergencias que Honduras ha atravesado en años pasados. El hecho que este virus

tuviera un alto índice de contagio y enfrentara estructuras sanitarias y logísticas

insuficientes para afrontarlo, colocó al país y población en una condición de

vulnerabilidad muy alta, razón por la cual la única reacción posible para el Gobierno fue

el cierre total de las actividades presenciales por la emergencia, sin tener claridad de una

hoja de ruta a seguir por la falta de consenso en las decisiones tomadas, cuestionadas

duramente por el Colegio Médico de Honduras.

El gobierno declaró estado de emergencia sanitaria en todo el territorio nacional (decreto

Pcm-005-2020 del 10 de febrero de 2020), con el “propósito de continuar y fortalecer las

acciones de vigilancia, prevención, control y garantizar la atención a personas ante la

ocurrencia de la infección por coronavirus”. Igual, mediante decreto Pcm-021-2020 de 16

de marzo de 2020, suspende: a) Labores en el Sector Público y Privado durante el tiempo

de excepción; b) Prohíben eventos de todo tipo y número de personas; c) Suspensión

del funcionamiento del transporte público; d) Suspensión de celebraciones religiosas

presenciales; e) Prohibir el funcionamiento de los negocios incluyendo centros

comerciales; y, f) Ordena el cierre de todas las fronteras aéreas, terrestres y marítimas

en el territorio nacional.

No obstante, hubieron excepciones como: a) Adquisición de alimentos, productos

farmacéuticos y de primera necesidad; b) Asistencia a centros, servicios y

establecimientos sanitarios; c) Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su

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prestación laboral, profesional o empresarial a las industrias autorizadas; d) Retorno al

lugar de residencia habitual; e) Personal de la salud que asista o cuide a mayores,

menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente

vulnerables; y, f) Desplazamiento a entidades financieras, cooperativas y de seguros.

Estas disposiciones se fueron flexibilizando sin tener una estrategia clara de contención

de la pandemia y en respuesta a la presión de sectores empresariales, dueños de

negocios, hoteles y transportistas.

Finanzas y sobreendeudamiento
Frente a esta crisis sanitaria y de emergencias dentro del país, uno de los primeros

sectores afectados es el económico, debido a la contracción de la economía en su

conjunto, caída del comercio de bienes, cierre de empresas y despido de trabajadores

La aplicación del decreto anterior, por un periodo inicial de 7 días, que luego se fue

prolongando, representó un duro golpe para las actividades económicas y comerciales,

afectando el ritmo de crecimiento del producto, exportaciones y empleos.

La economía tocó fondo en el segundo semestre de 2020 y cayó a -9.0% a finales del

año, una de las más altas de la región centroamericana. A partir de 2021, Honduras ha

seguido al pie de la letra su política de manejo prudencial de las variables fiscales, que

ha sido favorecido con una recaudación de impuestos superior a la prevista a mediados

de la pandemia. Esta política estimuló un mayor endeudamiento externo de la economía

acelerado por la crisis financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y

contratación de préstamos por el Estado para el desarrollo de obras de infraestructura

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económica, destacado la construcción del aeropuerto Palmer ola, Canal “Seco” y

reconstrucción de parte de la infraestructura dañada por ETA e IOTA

Un impacto fuerte se observó en la caída de los ingresos tributarios en 2020, que

alcanzaron la cifra de 90,791.5 millones de lempiras, frente a una caída menos

pronunciada de los gastos corrientes que ascendieron a 169,911.6 millones de lempiras,

de cuales el pago de sueldos y salarios representó el 42%.11 Hay que tener presente

que el gobierno aprobó en 2016, mediante decreto N. 25-2016, la Ley de

Responsabilidad Fiscal que pone techos al déficit del balance global del Sector Publico

No Financiero (SPNF) y gasto corriente nominal de la administración central, pero que

fueron suspendidas por el Congreso de la República mediante decreto N. 148-2020 de

mayo de 2020. En 2019, los ingresos tributarios fueron de 104, 622.9 millones de

lempiras, por lo que la caída fue de 13,831.4 millones de lempiras. Se estima que en

2021 los ingresos tributarios asciendan a 94,000 millones de lempiras, por debajo de las

cifras de 2019. Es un impacto negativo para las demandas que conlleva la pandemia y

los efectos de los fenómenos naturales, ya que la carga tributaria disminuyó de

17.9%/PIB en 2017 a 13,9%/PIB en 2020, esperándose una leve mejoría en 2021 y

202212. “Honduras es el país de la región centroamericana con mayor prevalencia de

pobreza y pobreza extrema, con el mayor nivel de desigualdad en la distribución de la

riqueza, por lo que sus autoridades debieran estar más preocupadas por la creación de

condiciones fiscales que tiendan a una mejor distribución, o por lo menos que su política

fiscal ocasione un efecto de mejoras del bienestar sobre la población. Sin embargo, la

recaudación de 2020, siguiendo los patrones históricos del modelo tributario del país,

muestra que el ISV alcanzó el 44.0% de la recaudación total, en sintonía con el 45.0%

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de 2019, y el 43.8% para el período 2011-2018; mientras que los impuestos directos, en

donde eI ISR es el principal, representaron solo el 32.6% del total, por debajo del 33.7%

de 2019 y del 34.0% para el período 2011-2018. Así, se puede observar que Honduras

sigue la tendencia de un sistema tributario de carácter regresivo, en donde los impuestos

indirectos presentan mayor peso dentro de los ingresos tributarios”.

ATENCIÓN GUBERNAMENTAL
En atención a las grandes pérdidas del sector MIPYME, el Gobierno de la República

y la Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (AHIBA), suscribieron un

acuerdo cuyo fin primordial fue apoyar a este sector productivo, por medio de

reestructuración de préstamos empresariales y de tarjetas de crédito, así como con

reducción de las tasas de interés. Estas nuevas medidas acordadas han brindado

a las MIPYMES una oxigenación financiera que se prevé favorecer a casi 80.000

empresas, que abarcan a no menos de 400.000 trabajadores.

Estos beneficios se recibieron por medio de instituciones financieras que les han

apoyado con préstamos, pero, siempre y cuando los deudores hayan mantenido

categorías de riesgo.

Dentro de los beneficios obtenidos están la reducción de hasta un 2% de la tasa de

interés, la eliminación del cobro de intereses moratorios, y la no capitalización de

intereses. De igual manera, los beneficiarios pudieron solicitar el congelamiento

de la categoría de riesgo en la Central de Información Crediticia, misma que se

mantuvo hasta el 31 de diciembre del 2020, en la categoría de riesgo que registraba

el deudor al 29 de febrero de 2020.

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Los alivios financieros y las medidas acordadas lograron el objetivo principal de

evitar la quiebra y cierre de MIPYMES al detener el desempleo de más de 500,000

trabajadores en el país.

SOSTENIBILIDAD DE LAS MIPYMES Y ATRACCIÓN DE NUEVOS CAPITALES

A lo largo del 2020 y lo que va del 2021, el Consejo Nacional de Inversiones (CNI) se ha

proyectado con los emprendedores y MIPYMES porque conforman el sector que sostiene

la economía, y, además, son la principal fuente de empleos en Honduras.

Ese apoyo se ha brindado con distintas iniciativas: Formaciones en prácticas y medidas

de Bioseguridad, seminarios virtuales en temas de interés como finanzas, transfo rmación

digital, teletrabajo, inteligencia de negocios, estrategia, modelos de negocios, comercio

electrónico y redes sociales. También hemos ofrecido foros con distintas instituciones para

comunicar y promover los distintos trámites que los emprendedores, MIPYMES, empresas,

y ciudadanos en general pueden hacer de forma más práctica en línea.

Por otra parte, en alianza con SENPRENDE, FEDECAMARA, y diversas Cámaras

de Comercio a nivel nacional, el CNI forma parte de algunas iniciativas como Dale

Play Pyme y 30 Maravillas de Honduras edición Bicentenario, todo lo anterior,

apuntando al fortalecimiento de sus negocios.

Para la atracción de la inversión privada, el Consejo Nacional de Inversiones (CNI)

ha presentado entre otras propuestas para el sector de las MIPYMES, la facilitación

de acceso al crédito mediante un fideicomiso con un Fondo de Garantía de 100.0

millones de dólares, proveniente de las Reservas Internacionales (RIN), y manejado

a través de las Cooperativas de Ahorro y Crédito.

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Además de “facilitar el acceso al crédito, el Gobierno deberá diseñar una estrategia

de financiamiento a través de una Red no tradicional de Crédito, para lo cual deberá

crear un organismo especializado que coordine las actividades, estadísticas y

necesidades de estos entes de financiamiento no tradicional, permitiendo el diseño

de una política integral regional de acceso al crédito a los sectores excluidos por la

banca tradicional”, indicó Jacqueline Foglia Sandoval, Directora Ejecutiva del CNI .

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BIBLIOGRAFIA

https://iies.unah.edu.hn/assets/Uploads/PIEF-Encuesta-de-Hogares-UNAH-Valle-de-Sula2.pdf

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