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Coyolxauhqui

Este documento presenta los créditos de un libro publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Incluye los nombres de los coordinadores académicos y generales, autores de los textos, fotógrafos, ilustradores, equipo de edición y diseño. El libro está dedicado a la memoria de Alfredo López Austin.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
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Coyolxauhqui

Este documento presenta los créditos de un libro publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Incluye los nombres de los coordinadores académicos y generales, autores de los textos, fotógrafos, ilustradores, equipo de edición y diseño. El libro está dedicado a la memoria de Alfredo López Austin.
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A la memoria de Alfredo López Austin, nuestro querido

maestro, con gratitud y admiración eternas.


2022
MUSEOS Y GALERÍAS
4
(CDAMTM)

6 7
(CDAMTM)

6 7
Coordinación Académica Fotografías
Eduardo Matos Moctezuma © Raúl Barrera Rodríguez/Programa de Arqueología Urbana, D.R. Secretaría de Cultura-INAH
Patricia Ledesma Bouchan (RB)
© A. Briquet., Sistema Nacional de Fototecas, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (AB/SINAFO)
Coordinación General © Michael Calderwood/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MC)
Vanessa Isela Juárez Evangelista © Gonzalo Emilio Díaz Pérez, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (GDP)
© Guadimar García (GG)
Textos © Salvador Guilliem/Proyecto Templo Mayor, Secretaría de Cultura-INAH (SG)
© Judith Alva Sánchez © Mirsa Islas/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MI)
© Raúl Barrera Rodríguez © Marco A. Pacheco/Raíces, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MP)
© Fernando Carrizosa Monfort © Jonathan Tonatiúh Silva Pérez, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JTSP)
© Bolfy Efraín Cottom Ulin © Oliver Santana, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (OS)
© María de Lourdes Cué Ávalos © Oliver Santana, D.R. Nacional Monte de Piedad (OSMP)
© Mariana Díaz de León Lastras © Luis Torres, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (LT)
© Gonzalo Emilio Díaz Pérez © David Volcanes Vidal, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (DVV)
© María de Lourdes Gallardo Parrodi © Archivo del Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (APTM)
© Manuel Hermann Lejarazu © Archivo Digital de las Colecciones del Museo Nacional de Antropología-INAH-Canon, D.R.
© Carlos Javier González González Secretaría de Cultura-INAH (ADMNA)
© Patricia Ledesma Bouchan © Centro de Documentación y Archivo del Museo del Templo Mayor, D.R. Secretaría de
© Alfredo López Austin Cultura-INAH (CDAMTM)
© Leonardo López Luján © Departamento de Restauración/Museo del Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH
© Diego Matadamas Gomora (DRTM)
© Eduardo Matos Moctezuma © Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (PTM)
© Lignaloé Neri Colín
© Ricardo Rivera García
© Juan Alberto Román Berrelleza
Ilustraciones
© Norma Valentín Maldonado
© Michelle De Anda Rogel/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MAR)
© Enrique Vela Ramírez
© Raúl Barrera Rodríguez/Programa de Arqueología Urbana, D.R. Secretaría de Cultura-INAH
(RB)
Coordinación Editorial
© Raúl Barrera Rodríguez y Luis Rosey Bermúdez/Programa de Arqueología Urbana, D.R.
Patricia Ledesma Bouchan
Secretaría de Cultura-INAH (RB/LR)
Carlos Méndez Domínguez
© Fernando Carrizosa/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (FC)
© Fernando Carrizosa y Michelle De Anda Rogel/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de
Diseño Editorial
Cultura-INAH (FC/MAR)
Jonathan Tonatiúh Silva Pérez
© Francisco Hinojosa y Leonardo López Luján/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de
Cultura-INAH (FH/LLL)
Diseño de portada
© Leonardo López Luján/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (LLL)
Jonathan Tonatiúh Silva Pérez
© M. A. P./Raíces (MAPR)
© Gregory Pereira/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (GP)
Corrección de estilo
© Julio Romero/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JR)
Aline Gallegos Mendez
© Jonathan Tonatiúh Silva Pérez/D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JTSP)
Coordinadora Nacional de Difusión
Beatriz Quintanar Hinojosa

Dirección de Publicaciones
Jaime Jaramillo Jaramillo

Primera edición: diciembre de 2022


D.R. © 2022
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Córdoba número 45, Colonia Roma, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06700, Ciudad de México

ISBN: 978-607-539-727-6

LAS CARACTERÍSTICAS GRÁFICAS Y TIPOGRÁFICAS DE ESTA EDICIÓN SON PROPIEDAD DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DE LA
SECRETARÍA DE CULTURA

D.R. DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por
escrito de los editores, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta
disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
La reproducción, uso y aprovechamiento, por cualquier medio, de las imágenes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nación Mexicana,
contenidas en esta obra, están limitados conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y la Ley Federal del
Derecho de Autor. Su reproducción debe ser aprobada previamente por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Hecho e impreso en México/Made and printed in Mexico (CDAMTM)

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Coordinación Académica Fotografías
Eduardo Matos Moctezuma © Raúl Barrera Rodríguez/Programa de Arqueología Urbana, D.R. Secretaría de Cultura-INAH
Patricia Ledesma Bouchan (RB)
© A. Briquet., Sistema Nacional de Fototecas, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (AB/SINAFO)
Coordinación General © Michael Calderwood/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MC)
Vanessa Isela Juárez Evangelista © Gonzalo Emilio Díaz Pérez, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (GDP)
© Guadimar García (GG)
Textos © Salvador Guilliem/Proyecto Templo Mayor, Secretaría de Cultura-INAH (SG)
© Judith Alva Sánchez © Mirsa Islas/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MI)
© Raúl Barrera Rodríguez © Marco A. Pacheco/Raíces, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (MP)
© Fernando Carrizosa Monfort © Jonathan Tonatiúh Silva Pérez, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JTSP)
© Bolfy Efraín Cottom Ulin © Oliver Santana, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (OS)
© María de Lourdes Cué Ávalos © Oliver Santana, D.R. Nacional Monte de Piedad (OSMP)
© Mariana Díaz de León Lastras © Luis Torres, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (LT)
© Gonzalo Emilio Díaz Pérez © David Volcanes Vidal, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (DVV)
© María de Lourdes Gallardo Parrodi © Archivo del Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (APTM)
© Manuel Hermann Lejarazu © Archivo Digital de las Colecciones del Museo Nacional de Antropología-INAH-Canon, D.R.
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© Patricia Ledesma Bouchan © Centro de Documentación y Archivo del Museo del Templo Mayor, D.R. Secretaría de
© Alfredo López Austin Cultura-INAH (CDAMTM)
© Leonardo López Luján © Departamento de Restauración/Museo del Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH
© Diego Matadamas Gomora (DRTM)
© Eduardo Matos Moctezuma © Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (PTM)
© Lignaloé Neri Colín
© Ricardo Rivera García
© Juan Alberto Román Berrelleza
Ilustraciones
© Norma Valentín Maldonado
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Coordinación Editorial
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Secretaría de Cultura-INAH (RB/LR)
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Cultura-INAH (FH/LLL)
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Jonathan Tonatiúh Silva Pérez
© M. A. P./Raíces (MAPR)
© Gregory Pereira/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (GP)
Corrección de estilo
© Julio Romero/Proyecto Templo Mayor, D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JR)
Aline Gallegos Mendez
© Jonathan Tonatiúh Silva Pérez/D.R. Secretaría de Cultura-INAH (JTSP)
Coordinadora Nacional de Difusión
Beatriz Quintanar Hinojosa

Dirección de Publicaciones
Jaime Jaramillo Jaramillo

Primera edición: diciembre de 2022


D.R. © 2022
Instituto Nacional de Antropología e Historia
Córdoba número 45, Colonia Roma, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06700, Ciudad de México

ISBN: 978-607-539-727-6

LAS CARACTERÍSTICAS GRÁFICAS Y TIPOGRÁFICAS DE ESTA EDICIÓN SON PROPIEDAD DEL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DE LA
SECRETARÍA DE CULTURA

D.R. DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por
escrito de los editores, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta
disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
La reproducción, uso y aprovechamiento, por cualquier medio, de las imágenes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nación Mexicana,
contenidas en esta obra, están limitados conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y la Ley Federal del
Derecho de Autor. Su reproducción debe ser aprobada previamente por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Hecho e impreso en México/Made and printed in Mexico (CDAMTM)

9
Las otras imágenes de Coyolxauhqui*

Leonardo López Luján

L ejos de lo que pudiera suponerse, son contadas las imágenes conoci-


das de Coyolxauhqui. Varían mucho entre sí en tamaño, materia prima
y calidad. Algunas representan a la diosa de cuerpo entero, otras lo hacen
decapitada y otras más figuran solamente su cabeza. Sin embargo, todas la
plasman como una mujer muerta, recién vencida por su inclemente hermano.

Las esculturas de cuerpo completo


Las excavaciones de Eduardo Matos Moctezuma revelaron que el Templo Mayor
de Tenochtitlan fue agrandado en trece ocasiones (siete totales y seis parciales)
Lámina 1. Corte de localización de las imágenes
entre los siglos xiv y xvi, aunque no se descarta la posibilidad de que la llamada
de Coyolxauhqui de las etapas IVa-1 y IVb del
Etapa I encierre en su interior edificios aún más antiguos. En los vestigios ex- Templo Mayor de Tenochtitlan. (FH/LLL)
humados entre 1978 y 1982 es fácil constatar que, cada vez que emprendie-
ron uno de dichos agrandamientos, los mexicas emplearon mejores materiales
constructivos y aplicaron técnicas de edificación más refinadas. Todo parece in-
dicar, sin embargo, que siempre fueron cuidadosos en repetir el mismo proyecto
arquitectónico y el mismo programa iconográfico. Esto significa que, pese a su
crecimiento constante, el Templo Mayor nunca dejó de materializar al mítico
cerro donde fue muerta Coyolxauhqui, el Coatépec (“Cerro de las Serpientes”),
pues se reprodujeron formas, símbolos e imágenes de culto en las sucesivas
ampliaciones.
Lo anterior queda de manifiesto, por ejemplo, en la Etapa IVa-1, ampliación
correspondiente al reinado de Motecuhzoma Ilhuicamina (1440-1469 d.C.). Allí
fue descubierto un medio relieve de Coyolxauhqui que es mucho más modesto
y unos cuantos lustros anterior al espectacular monolito discoidal de la etapa
IVb. No obstante, la escultura de la Etapa IVa-1 ocupa la misma posición corre-
lativa con respecto al edificio, pues el cuerpo inerte de la diosa también yace
en posición horizontal al pie de la escalinata de Huitzilopochtli. Esta imagen fue
parcialmente explorada en marzo de 1978 por el equipo del Departamento de
Salvamento Arqueológico del inah; se pensó entonces que era la representación
del cuerpo de un niño (García Cook y Arana, 1978: 55-57). Posteriormente, en
1987, cuando se trasladó el gran monolito discoidal de Coyolxauhqui al nuevo
museo de sitio, Francisco Hinojosa y Leonardo López Luján acabaron de exhu-
mar la modesta imagen, dos esculturas más y dos ofrendas asociadas, todo ello
en el contexto de la segunda temporada de excavaciones del Proyecto Templo
Mayor (Matos Moctezuma, 1991: 26-27; López Luján, 1993: 381-384, 400-403;
López Austin y López Luján, 2009: 265-271).

Lámina 2. Dibujo de planta de la Coyolxauhqui de


la Etapa IVa-1 y los relieves asociados. (FH/LLL)

*Versión actualizada del texto original: López Luján, Leonardo, “Las otras imágenes de
Coyolxauhqui”, en Arqueología Mexicana, núm. 102, marzo-abril de 2010, vol. xvii, Raíces, México,
pp. 48-54.

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Las otras imágenes de Coyolxauhqui*

Leonardo López Luján

L ejos de lo que pudiera suponerse, son contadas las imágenes conoci-


das de Coyolxauhqui. Varían mucho entre sí en tamaño, materia prima
y calidad. Algunas representan a la diosa de cuerpo entero, otras lo hacen
decapitada y otras más figuran solamente su cabeza. Sin embargo, todas la
plasman como una mujer muerta, recién vencida por su inclemente hermano.

Las esculturas de cuerpo completo


Las excavaciones de Eduardo Matos Moctezuma revelaron que el Templo Mayor
de Tenochtitlan fue agrandado en trece ocasiones (siete totales y seis parciales)
Lámina 1. Corte de localización de las imágenes
entre los siglos xiv y xvi, aunque no se descarta la posibilidad de que la llamada
de Coyolxauhqui de las etapas IVa-1 y IVb del
Etapa I encierre en su interior edificios aún más antiguos. En los vestigios ex- Templo Mayor de Tenochtitlan. (FH/LLL)
humados entre 1978 y 1982 es fácil constatar que, cada vez que emprendie-
ron uno de dichos agrandamientos, los mexicas emplearon mejores materiales
constructivos y aplicaron técnicas de edificación más refinadas. Todo parece in-
dicar, sin embargo, que siempre fueron cuidadosos en repetir el mismo proyecto
arquitectónico y el mismo programa iconográfico. Esto significa que, pese a su
crecimiento constante, el Templo Mayor nunca dejó de materializar al mítico
cerro donde fue muerta Coyolxauhqui, el Coatépec (“Cerro de las Serpientes”),
pues se reprodujeron formas, símbolos e imágenes de culto en las sucesivas
ampliaciones.
Lo anterior queda de manifiesto, por ejemplo, en la Etapa IVa-1, ampliación
correspondiente al reinado de Motecuhzoma Ilhuicamina (1440-1469 d.C.). Allí
fue descubierto un medio relieve de Coyolxauhqui que es mucho más modesto
y unos cuantos lustros anterior al espectacular monolito discoidal de la etapa
IVb. No obstante, la escultura de la Etapa IVa-1 ocupa la misma posición corre-
lativa con respecto al edificio, pues el cuerpo inerte de la diosa también yace
en posición horizontal al pie de la escalinata de Huitzilopochtli. Esta imagen fue
parcialmente explorada en marzo de 1978 por el equipo del Departamento de
Salvamento Arqueológico del inah; se pensó entonces que era la representación
del cuerpo de un niño (García Cook y Arana, 1978: 55-57). Posteriormente, en
1987, cuando se trasladó el gran monolito discoidal de Coyolxauhqui al nuevo
museo de sitio, Francisco Hinojosa y Leonardo López Luján acabaron de exhu-
mar la modesta imagen, dos esculturas más y dos ofrendas asociadas, todo ello
en el contexto de la segunda temporada de excavaciones del Proyecto Templo
Mayor (Matos Moctezuma, 1991: 26-27; López Luján, 1993: 381-384, 400-403;
López Austin y López Luján, 2009: 265-271).

Lámina 2. Dibujo de planta de la Coyolxauhqui de


la Etapa IVa-1 y los relieves asociados. (FH/LLL)

*Versión actualizada del texto original: López Luján, Leonardo, “Las otras imágenes de
Coyolxauhqui”, en Arqueología Mexicana, núm. 102, marzo-abril de 2010, vol. xvii, Raíces, México,
pp. 48-54.

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la derecha, mostrando su perfil izquierdo. Se
observan, en consecuencia, el seno (con pe-
zón al estilo mexica) y el glúteo de ese lado. En
concordancia, el muñón de la pierna izquierda
aparece en primer plano y el de la derecha en
segundo. El vientre flácido posee ocho plie-
gues, en tanto que el sexo está marcado en
el estuco por medio de una fina incisión ver-
tical. Las cuatro extremidades se encuentran
separadas del torso, exponiendo las cabezas
de húmeros y fémures. Los brazos están semi-
flexionados, con el codo hacia abajo. El brazo
izquierdo muestra el dorso de la mano, pero
éste correspondería a una mano derecha. Los
dedos están separados y tienen marcadas las
uñas. La otra mano ya no existe. En ambas
muñecas hay brazaletes rectangulares lisos.
Las extremidades inferiores también están se-
miflexionadas y exhiben sus flancos externos.
Las rodillas y los maleolos están figurados en
forma naturalista. Los dedos de los pies tienen
uñas. Finalmente, las sandalias tienen clara-
mente representadas las suelas, las taloneras
y los nudos de amarre.
Es lógico suponer que las etapas sub-
siguientes del Templo Mayor —la V, la VI y la
VII— alguna vez contaron con sus propias y
La Coyolxauhqui de la Etapa IVa-1 mide cada vez más espectaculares imágenes de
146 cm de este a oeste, 203 cm de norte a sur Coyolxauhqui. Así nos lo hacen suponer los
Lámina 3. Fotografía de la y 9 cm de alto (López Austin y López Luján, fragmentos de dos monolitos discoidales que
Coyolxauhqui de la Etapa IVa-1. (SG) 2009: 298-299). Se trata de una efigie femeni- han sido recuperados en el área a lo largo del
na adherida con mezcla a la cara superior de tiempo y que han sido identificados correcta-
la plataforma. Está integrada por ocho piezas mente por Matos Moctezuma (1991: 25-26,
de basalto negro y poroso, todas recubiertas 29). Presumiblemente, éstos habrían sido des-
de una fina capa de estuco: dos pertenecen al truidos por los españoles tras la caída de Te-
torso, una a cada brazo y dos más a cada pier- nochtitlan.
na. La imagen está decapitada y desmembra- Por un lado, se encuentran los cuatro
da como su sucesora monolítica de la Etapa fragmentos de una escultura gigantesca ta-
IVb; tanto el cuello como los muñones de las llada en andesita rosa, los cuales se exhiben
extremidades tienen el clásico motivo ondula- actualmente en la sala 8 del Museo del Templo
do del cercén. Carece de cabeza, quizá nunca Mayor (inv. 10-264604). Este conjunto fue des-
la tuvo, pues el cuello topa con el peralte del cubierto por Matos Moctezuma en 1980, en la
primer escalón de la pirámide, aunque tam- plaza que se localiza inmediatamente al sur
bién es posible que su cabeza estuviera co-
locada sobre una grada de la escalinata o en
la cumbre del edificio. El cuerpo de la diosa Lámina 4. Fragmentos de la
está desnudo, salvo las partes cubiertas por Coyolxauhqui que fueron hallados
al sur del Templo Mayor de
pulseras y sandalias. Aunque los hombros y Tenochtitlan. Sala 8 del Museo del
las clavículas están colocados simétricamen- Templo Mayor. (JTSP)
te, como si el cuerpo hubiera sido represen-
tado de frente, el resto del torso se gira hacia

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la derecha, mostrando su perfil izquierdo. Se
observan, en consecuencia, el seno (con pe-
zón al estilo mexica) y el glúteo de ese lado. En
concordancia, el muñón de la pierna izquierda
aparece en primer plano y el de la derecha en
segundo. El vientre flácido posee ocho plie-
gues, en tanto que el sexo está marcado en
el estuco por medio de una fina incisión ver-
tical. Las cuatro extremidades se encuentran
separadas del torso, exponiendo las cabezas
de húmeros y fémures. Los brazos están semi-
flexionados, con el codo hacia abajo. El brazo
izquierdo muestra el dorso de la mano, pero
éste correspondería a una mano derecha. Los
dedos están separados y tienen marcadas las
uñas. La otra mano ya no existe. En ambas
muñecas hay brazaletes rectangulares lisos.
Las extremidades inferiores también están se-
miflexionadas y exhiben sus flancos externos.
Las rodillas y los maleolos están figurados en
forma naturalista. Los dedos de los pies tienen
uñas. Finalmente, las sandalias tienen clara-
mente representadas las suelas, las taloneras
y los nudos de amarre.
Es lógico suponer que las etapas sub-
siguientes del Templo Mayor —la V, la VI y la
VII— alguna vez contaron con sus propias y
La Coyolxauhqui de la Etapa IVa-1 mide cada vez más espectaculares imágenes de
146 cm de este a oeste, 203 cm de norte a sur Coyolxauhqui. Así nos lo hacen suponer los
Lámina 3. Fotografía de la y 9 cm de alto (López Austin y López Luján, fragmentos de dos monolitos discoidales que
Coyolxauhqui de la Etapa IVa-1. (SG) 2009: 298-299). Se trata de una efigie femeni- han sido recuperados en el área a lo largo del
na adherida con mezcla a la cara superior de tiempo y que han sido identificados correcta-
la plataforma. Está integrada por ocho piezas mente por Matos Moctezuma (1991: 25-26,
de basalto negro y poroso, todas recubiertas 29). Presumiblemente, éstos habrían sido des-
de una fina capa de estuco: dos pertenecen al truidos por los españoles tras la caída de Te-
torso, una a cada brazo y dos más a cada pier- nochtitlan.
na. La imagen está decapitada y desmembra- Por un lado, se encuentran los cuatro
da como su sucesora monolítica de la Etapa fragmentos de una escultura gigantesca ta-
IVb; tanto el cuello como los muñones de las llada en andesita rosa, los cuales se exhiben
extremidades tienen el clásico motivo ondula- actualmente en la sala 8 del Museo del Templo
do del cercén. Carece de cabeza, quizá nunca Mayor (inv. 10-264604). Este conjunto fue des-
la tuvo, pues el cuello topa con el peralte del cubierto por Matos Moctezuma en 1980, en la
primer escalón de la pirámide, aunque tam- plaza que se localiza inmediatamente al sur
bién es posible que su cabeza estuviera co-
locada sobre una grada de la escalinata o en
la cumbre del edificio. El cuerpo de la diosa Lámina 4. Fragmentos de la
está desnudo, salvo las partes cubiertas por Coyolxauhqui que fueron hallados
al sur del Templo Mayor de
pulseras y sandalias. Aunque los hombros y Tenochtitlan. Sala 8 del Museo del
las clavículas están colocados simétricamen- Templo Mayor. (JTSP)
te, como si el cuerpo hubiera sido represen-
tado de frente, el resto del torso se gira hacia

146 147
Del otro gran monolito de andesita rosa úni- porciones (237 × 175 × 35 cm) que procede
camente subsistió un fragmento (63 × 83 × de Texcoco, ciudad cuyo dios patrono también
34 cm), que hoy día está bajo resguardo en el era Huitzilopochtli. Dicho fragmento se exhibe
Almacén de Bienes Culturales del Museo del en la Sala Mexica del Museo Nacional de An-
Templo Mayor (López Austin y López Luján, tropología (inv. 10-1142). Se trata de la imagen
2009: 299). Aunque se desconoce su proce- de perfil de una divinidad femenina con el tor-
dencia exacta, es importante señalar que es- so desnudo, que en fechas recientes ha sido
tuvo expuesto al público hasta 1978 en el área identificada por Michel Graulich (2005) como
explorada por Manuel Gamio en 1914-1916 y una posible Coyolxauhqui. De acuerdo con el
ampliada por Hugo Moedano en 1948, es de- connotado investigador belga, la diosa de Tex-
cir, en la esquina suroeste del Templo Mayor coco fue plasmada en una posición semejan-
(Matos, 1991: 25, 29). El fragmento tiene un te a la de la Coyolxauhqui de la etapa IVb, y
bajorrelieve en su cara superior que representa cuenta igualmente con un complejo penacho
la cabeza de perfil. Arriba se observa parte de y con sandalias (itzcactli) decoradas a base de
un fleco o tocado de tela, adornado con plu- triángulos isósceles. En la base de la espalda
mones circulares. De allí desciende la cabeza se localiza de manera significativa un disco so-
de una serpiente con cuerpo anillado. Más lar, dotado del anillo, el cono de papel y la cruz
abajo se perciben la ceja y el ojo derechos de de Malta, atavíos propios de las deidades de
la diosa, así como parte de su nariz. la muerte. Hay que advertir, empero, que esta
Lámina 5. Fragmento de una Coyolxauhqui
que estuvo exhibida en la zona arqueológica
En forma tentativa, pudiéramos agre- diosa no está desmembrada y que carece tan-
del Templo Mayor hasta 1978. Almacén de gar a estos cuatro monolitos de Tenochtitlan to de mascarones de seres telúricos como de
Bienes Culturales del Museo del Templo un interesantísimo fragmento de grandes pro- serpientes con dos cabezas.
Mayor. (JTSP)

Lámina 6. Fragmento de una posible a b c


Coyolxauhqui procedente de Texcoco.
Sala Mexica del Museo Nacional de
Antropología. (MP)

del Templo Mayor y a poca profundidad de la la altura del corazón (ver la traducción de Al-
superficie (López Austin y López Luján, 2009: fredo López Austin del mito de nacimiento de
299-300). Se trata claramente de una imagen Huitzilopochtli). La xiuhcóatl está conformada
en bajorrelieve de Coyolxauhqui, representada por una serie de trapecios y por un rayo re-
de perfil e inscrita en un gran círculo. Dos de matado con diminutas flores de pericón. En la
dichos fragmentos (uno de 141 × 99 × 33.5 cm parte inferior de este mismo fragmento se ob-
y otro de 97 × 45 × 33.5 cm) pertenecen al serva un enredo o falda, asida a la cintura por
penacho: muestran arreglos de plumas cortas una serpiente con cuerpo anillado. El cuarto d e f
y largas con chalchihuites, enredados con sar- fragmento (107 × 99 × 26.5 cm) nos muestra
tales de discos, cascabeles y un disco solar, el pie derecho, con cinco dedos y uñas bien fi-
además de una serpiente con cuerpo anillado guradas. Lleva una sandalia cuya talonera está
y crótalo que desciende hacia donde estaría decorada con triángulos isósceles (itzcactli.
la cara de la diosa. Otro fragmento (134.5 × “sandalia de obsidiana”), así como ajorcas de
129 × 26.5 cm) corresponde a parte del brazo bandas transversales y caracoles del género
izquierdo y del torso. El brazo tiene el masca- Polinices (Norma Valentín, comunicación per-
rón de un ser telúrico sobre el codo y una ma- sonal, abril de 2008). A la altura de la pantorri-
quizcóatl —serpiente de dos cabezas— anu- lla está anudada otra maquízcoatl y un par de
dada en el antebrazo. El torso, por su parte, elementos curvados que salen de la espinilla.
está desnudo y luce un collar de cascabeles. Más arriba, cubriendo la rodilla, se adivina el
El motivo ondulado del cercén nos indica la mascarón de un ser telúrico. Lámina 7. Grabados de la cabeza de Coyolxauhqui de diorita que fueron publicados a lo largo del siglo XIX y principios
herida que inflige a la diosa una xiuhcóatl o del XX: a) Bustamante, 1840; b) Mayer, 1844; c) Chavero, 1882; d) Chavero, 1887; e) Blake, 1891; f) Seler, 1901.
serpiente de fuego, arma mítica que penetra a

148 149
Del otro gran monolito de andesita rosa úni- porciones (237 × 175 × 35 cm) que procede
camente subsistió un fragmento (63 × 83 × de Texcoco, ciudad cuyo dios patrono también
34 cm), que hoy día está bajo resguardo en el era Huitzilopochtli. Dicho fragmento se exhibe
Almacén de Bienes Culturales del Museo del en la Sala Mexica del Museo Nacional de An-
Templo Mayor (López Austin y López Luján, tropología (inv. 10-1142). Se trata de la imagen
2009: 299). Aunque se desconoce su proce- de perfil de una divinidad femenina con el tor-
dencia exacta, es importante señalar que es- so desnudo, que en fechas recientes ha sido
tuvo expuesto al público hasta 1978 en el área identificada por Michel Graulich (2005) como
explorada por Manuel Gamio en 1914-1916 y una posible Coyolxauhqui. De acuerdo con el
ampliada por Hugo Moedano en 1948, es de- connotado investigador belga, la diosa de Tex-
cir, en la esquina suroeste del Templo Mayor coco fue plasmada en una posición semejan-
(Matos, 1991: 25, 29). El fragmento tiene un te a la de la Coyolxauhqui de la etapa IVb, y
bajorrelieve en su cara superior que representa cuenta igualmente con un complejo penacho
la cabeza de perfil. Arriba se observa parte de y con sandalias (itzcactli) decoradas a base de
un fleco o tocado de tela, adornado con plu- triángulos isósceles. En la base de la espalda
mones circulares. De allí desciende la cabeza se localiza de manera significativa un disco so-
de una serpiente con cuerpo anillado. Más lar, dotado del anillo, el cono de papel y la cruz
abajo se perciben la ceja y el ojo derechos de de Malta, atavíos propios de las deidades de
la diosa, así como parte de su nariz. la muerte. Hay que advertir, empero, que esta
Lámina 5. Fragmento de una Coyolxauhqui
que estuvo exhibida en la zona arqueológica
En forma tentativa, pudiéramos agre- diosa no está desmembrada y que carece tan-
del Templo Mayor hasta 1978. Almacén de gar a estos cuatro monolitos de Tenochtitlan to de mascarones de seres telúricos como de
Bienes Culturales del Museo del Templo un interesantísimo fragmento de grandes pro- serpientes con dos cabezas.
Mayor. (JTSP)

Lámina 6. Fragmento de una posible a b c


Coyolxauhqui procedente de Texcoco.
Sala Mexica del Museo Nacional de
Antropología. (MP)

del Templo Mayor y a poca profundidad de la la altura del corazón (ver la traducción de Al-
superficie (López Austin y López Luján, 2009: fredo López Austin del mito de nacimiento de
299-300). Se trata claramente de una imagen Huitzilopochtli). La xiuhcóatl está conformada
en bajorrelieve de Coyolxauhqui, representada por una serie de trapecios y por un rayo re-
de perfil e inscrita en un gran círculo. Dos de matado con diminutas flores de pericón. En la
dichos fragmentos (uno de 141 × 99 × 33.5 cm parte inferior de este mismo fragmento se ob-
y otro de 97 × 45 × 33.5 cm) pertenecen al serva un enredo o falda, asida a la cintura por
penacho: muestran arreglos de plumas cortas una serpiente con cuerpo anillado. El cuarto d e f
y largas con chalchihuites, enredados con sar- fragmento (107 × 99 × 26.5 cm) nos muestra
tales de discos, cascabeles y un disco solar, el pie derecho, con cinco dedos y uñas bien fi-
además de una serpiente con cuerpo anillado guradas. Lleva una sandalia cuya talonera está
y crótalo que desciende hacia donde estaría decorada con triángulos isósceles (itzcactli.
la cara de la diosa. Otro fragmento (134.5 × “sandalia de obsidiana”), así como ajorcas de
129 × 26.5 cm) corresponde a parte del brazo bandas transversales y caracoles del género
izquierdo y del torso. El brazo tiene el masca- Polinices (Norma Valentín, comunicación per-
rón de un ser telúrico sobre el codo y una ma- sonal, abril de 2008). A la altura de la pantorri-
quizcóatl —serpiente de dos cabezas— anu- lla está anudada otra maquízcoatl y un par de
dada en el antebrazo. El torso, por su parte, elementos curvados que salen de la espinilla.
está desnudo y luce un collar de cascabeles. Más arriba, cubriendo la rodilla, se adivina el
El motivo ondulado del cercén nos indica la mascarón de un ser telúrico. Lámina 7. Grabados de la cabeza de Coyolxauhqui de diorita que fueron publicados a lo largo del siglo XIX y principios
herida que inflige a la diosa una xiuhcóatl o del XX: a) Bustamante, 1840; b) Mayer, 1844; c) Chavero, 1882; d) Chavero, 1887; e) Blake, 1891; f) Seler, 1901.
serpiente de fuego, arma mítica que penetra a

148 149
Las cabezas cercenadas vieso decidió ceder la estatua al Museo Nacio-
nal y soslayar un ofrecimiento más, éste hecho
La más famosa de las cabezas de Coyolxauh- por un extranjero.
qui fue descubierta en marzo de 1830, cuan- Desde su hallazgo, y a lo largo de todo
do se estaban edificando unas casas para el el siglo xix, varios estudiosos intentaron va-
convento de la Concepción. Se halló junto a namente identificar la imagen. El propio Bus-
una piedra cuadrangular, también labrada, jus- tamante propuso que se trataba de un tajón
to a espaldas de la iglesia de Santa Teresa la sacrificial que representaba la cabeza de Te-
Antigua, en un “corralón” que había sido parte mazcalteci (“Abuela del baño de vapor”) o de
del mayorazgo de la familia Mota (Bustaman- Centéotl-Temazcalteci, basándose en un pa-
te, 1832, 2ª parte: 89-90, nota; 1835-1836, 2: saje de la obra de fray Bernardino de Sahagún
266-267; 1840). Al enterarse que un particular en el que se describe a esta diosa con sendos
había prometido cien pesos a las monjas por parches circulares de hule sobre las mejillas y
esta excepcional pieza de diorita, el historiador una gorra de manta “revuelta y añudada”. Por
Carlos María Bustamante acudió al Ministro de su parte, Isidro Gondra, director del Museo
Relaciones Lucas Alamán con el fin de mejorar Nacional de 1835 a 1852, afirmó que se trata-
la oferta y hacer la adquisición a nombre del ba en realidad del “Dios de la Noche”, debido
gobierno de México. A la postre, en un acto de a que la escultura tiene los ojos medio cerra-
buena voluntad, la abadesa María Josefa Tra- dos y la boca “sellada” (Mayer, 1953: 120).

Lámina 8. Seler se percató de que la cabeza de Coyolxauhqui de


diorita compartía muchos atributos con la diosa Chantico, aquí
representada en el Códice Telleriano-Remensis.

Lámina 9. Nueve vistas de la cabeza de Coyolxauhqui de diorita.


Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. (ADMNA)

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Las cabezas cercenadas vieso decidió ceder la estatua al Museo Nacio-
nal y soslayar un ofrecimiento más, éste hecho
La más famosa de las cabezas de Coyolxauh- por un extranjero.
qui fue descubierta en marzo de 1830, cuan- Desde su hallazgo, y a lo largo de todo
do se estaban edificando unas casas para el el siglo xix, varios estudiosos intentaron va-
convento de la Concepción. Se halló junto a namente identificar la imagen. El propio Bus-
una piedra cuadrangular, también labrada, jus- tamante propuso que se trataba de un tajón
to a espaldas de la iglesia de Santa Teresa la sacrificial que representaba la cabeza de Te-
Antigua, en un “corralón” que había sido parte mazcalteci (“Abuela del baño de vapor”) o de
del mayorazgo de la familia Mota (Bustaman- Centéotl-Temazcalteci, basándose en un pa-
te, 1832, 2ª parte: 89-90, nota; 1835-1836, 2: saje de la obra de fray Bernardino de Sahagún
266-267; 1840). Al enterarse que un particular en el que se describe a esta diosa con sendos
había prometido cien pesos a las monjas por parches circulares de hule sobre las mejillas y
esta excepcional pieza de diorita, el historiador una gorra de manta “revuelta y añudada”. Por
Carlos María Bustamante acudió al Ministro de su parte, Isidro Gondra, director del Museo
Relaciones Lucas Alamán con el fin de mejorar Nacional de 1835 a 1852, afirmó que se trata-
la oferta y hacer la adquisición a nombre del ba en realidad del “Dios de la Noche”, debido
gobierno de México. A la postre, en un acto de a que la escultura tiene los ojos medio cerra-
buena voluntad, la abadesa María Josefa Tra- dos y la boca “sellada” (Mayer, 1953: 120).

Lámina 8. Seler se percató de que la cabeza de Coyolxauhqui de


diorita compartía muchos atributos con la diosa Chantico, aquí
representada en el Códice Telleriano-Remensis.

Lámina 9. Nueve vistas de la cabeza de Coyolxauhqui de diorita.


Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. (ADMNA)

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En cambio, Gumersindo Mendoza, quien diri- Matos Moctezuma, 1991; Milbrath, 1997). El mejilla vemos la sucesión de tres círculos: el
gió la misma institución entre 1876 y 1883, opi- sabio alemán sugirió, asimismo, que la es- superior con el símbolo cruciforme del oro y
nó que se trataba de una imagen de la Luna, cultura pudo haber ocupado originalmente la el inferior con forma hendida de cascabel. La
pues suponía erróneamente que el tocado de cúspide del Templo Mayor, pues en el mito del nariguera y las orejeras —compuestas por un
tela estaba adornado con conchas y que éstas nacimiento de Huitzilopochtli la cabeza inerte círculo, un trapecio y un triángulo— son una
simbolizaban al astro (Chavero, 1882a: 426). de Coyolxauhqui permanece en la cima del particular versión del ornamento ígneo llama-
Alfredo Chavero (1882a: 424-427; 1882b: 454, Coatépec, mientras que el cuerpo se precipita do yacaxíhuitl.
483; 1887: 319-320, 391-393, 619) dudó por hasta las faldas del cerro. De manera interesante, la cara inferior de
un tiempo entre que se tratara de Quetzalcóatl En la actualidad, esta espectacular ima- la escultura tiene tres motivos entrelazados: el
o de Tótec, pero, al atribuir un supuesto signi- gen de 75 × 83 × 55 cm puede admirarse en la atl-tlachinolli (“agua-hoguera”), símbolo de la
ficado cronológico a los elementos del tocado, Sala Mexica del Museo Nacional de Antropo- guerra compuesto por un flujo acuático y otro
se inclinó por el segundo, quien “principalmen- logía (inv. 10-2209118). Destaca en su rostro el ígneo; el aztamécatl, cuerda sacrificial deco-
te representa al sol”. Dos décadas después, el rictus de la muerte, señalado por los párpados rada con plumones circulares y plumas largas
historiador cambió de parecer y afirmó que era caídos y los labios curvados hacia abajo. Aun- de garza; una maquizcóatl o serpiente de dos
una representación del venusino Tlahuizcal- que algunos investigadores lo han identificado cabezas con cuerpo anillado, la cual ha sido
pantecuhtli (Chavero, 1903: 432-436). como cabello, todo indica que la cabeza está asociada con la sangre, el sacrificio y Huitzilo-
La identificación precisa tuvo que es- cubierta por un tocado de tela estriada, tacho- pochtli. A estos motivos se suman una araña y
perar al cambio de siglo: Eduard Seler (1900- nado con los plumones circulares, símbolo del la fecha 1-Conejo dentro de un cartucho. H.B.
1901: 117; 1992: 138) fue el primero en reco- sacrificio. La parte superior del tocado tiene un Nicholson (1985: 83-84) sugiere que la araña
nocerla como Coyolxauhqui —por la presencia rosetón compuesto por tres círculos concén- pudiera aludir a Malinalxóchitl, diosa que se
de cascabeles en el rostro y por estar decapi- tricos de plumas cortas, del cual penden arre- confunde con Coyolxauhqui en algunos mi-
tada—, y en descubrir sus estrechas relaciones glos de plumas largas por el lado izquierdo. tos, y menciona que la misma fecha (corres-
iconográficas con Chantico, divinidad guerre- Las plumas ocultan parte del cuerpo anillado pondiente a 1194 d.C.) aparece en el Códice
ra y del fuego hogareño (véase también Be- de una serpiente, animal que recorre la cabeza Azcatitlan relacionada con la escena en que
yer, 1965; Fernández, 1963; Nicholson, 1985; de la diosa de derecha a izquierda. Sobre cada Huitzilopochtli vence a su hermana.
Añadamos a nuestro corpus un be-
llo pectoral de piedra verde (cat. 28-40-20/
Lámina 10. Relieve esculpido en la C10108), cuya procedencia se desconoce, que
cara inferior (no visible) de la cabeza de
Coyolxauhqui de diorita. (JR) fue adquirido en 1928 por el Peabody Museum
of Archaeology and Ethnology de la Universi-
dad de Harvard (Nicholson, 1985: 81-82). Sa-
bemos, empero, que la pieza se encontraba en
la Ciudad de México en 1915, pues a ese lugar
y año corresponde una linda ilustración a cra-
yón y lápices de color elaborada por el artista
hidrocálido Saturnino Herrán (Benito y Cortés
Guzmán, 2010: 194). De pequeñas dimensio-
nes (10.5 × 14.5 × 4 cm), fue usada segura-
mente como pectoral, ya que cuenta con dos
perforaciones de suspensión sobre las orejas
y doce pares de perforaciones en la parte in-
ferior de la cara dorsal, quizás para colgar de
ahí pequeños objetos alusivos a la decapita-
ción de Coyolxauhqui. La diosa se representa
muerta, con los ojos cerrados, la boca abierta
y la lengua parcialmente salida. Sus atributos
son muy similares a los de la cabeza de diorita
del Museo Nacional de Antropología, si bien el Lámina 11. Dibujo de Saturnino Herrán (1915) y vistas
fotográficas frontal, dorsal e inferior del pectoral en
rostro carece de nariguera y tiene cascabeles piedra verde de Coyolxauhqui, Peabody Museum de la
menos complejos que penden de una barra Universidad de Harvard. Cortesía de William L. Fash,
transversal apoyada sobre la nariz. Peabody Museum, Harvard University.

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En cambio, Gumersindo Mendoza, quien diri- Matos Moctezuma, 1991; Milbrath, 1997). El mejilla vemos la sucesión de tres círculos: el
gió la misma institución entre 1876 y 1883, opi- sabio alemán sugirió, asimismo, que la es- superior con el símbolo cruciforme del oro y
nó que se trataba de una imagen de la Luna, cultura pudo haber ocupado originalmente la el inferior con forma hendida de cascabel. La
pues suponía erróneamente que el tocado de cúspide del Templo Mayor, pues en el mito del nariguera y las orejeras —compuestas por un
tela estaba adornado con conchas y que éstas nacimiento de Huitzilopochtli la cabeza inerte círculo, un trapecio y un triángulo— son una
simbolizaban al astro (Chavero, 1882a: 426). de Coyolxauhqui permanece en la cima del particular versión del ornamento ígneo llama-
Alfredo Chavero (1882a: 424-427; 1882b: 454, Coatépec, mientras que el cuerpo se precipita do yacaxíhuitl.
483; 1887: 319-320, 391-393, 619) dudó por hasta las faldas del cerro. De manera interesante, la cara inferior de
un tiempo entre que se tratara de Quetzalcóatl En la actualidad, esta espectacular ima- la escultura tiene tres motivos entrelazados: el
o de Tótec, pero, al atribuir un supuesto signi- gen de 75 × 83 × 55 cm puede admirarse en la atl-tlachinolli (“agua-hoguera”), símbolo de la
ficado cronológico a los elementos del tocado, Sala Mexica del Museo Nacional de Antropo- guerra compuesto por un flujo acuático y otro
se inclinó por el segundo, quien “principalmen- logía (inv. 10-2209118). Destaca en su rostro el ígneo; el aztamécatl, cuerda sacrificial deco-
te representa al sol”. Dos décadas después, el rictus de la muerte, señalado por los párpados rada con plumones circulares y plumas largas
historiador cambió de parecer y afirmó que era caídos y los labios curvados hacia abajo. Aun- de garza; una maquizcóatl o serpiente de dos
una representación del venusino Tlahuizcal- que algunos investigadores lo han identificado cabezas con cuerpo anillado, la cual ha sido
pantecuhtli (Chavero, 1903: 432-436). como cabello, todo indica que la cabeza está asociada con la sangre, el sacrificio y Huitzilo-
La identificación precisa tuvo que es- cubierta por un tocado de tela estriada, tacho- pochtli. A estos motivos se suman una araña y
perar al cambio de siglo: Eduard Seler (1900- nado con los plumones circulares, símbolo del la fecha 1-Conejo dentro de un cartucho. H.B.
1901: 117; 1992: 138) fue el primero en reco- sacrificio. La parte superior del tocado tiene un Nicholson (1985: 83-84) sugiere que la araña
nocerla como Coyolxauhqui —por la presencia rosetón compuesto por tres círculos concén- pudiera aludir a Malinalxóchitl, diosa que se
de cascabeles en el rostro y por estar decapi- tricos de plumas cortas, del cual penden arre- confunde con Coyolxauhqui en algunos mi-
tada—, y en descubrir sus estrechas relaciones glos de plumas largas por el lado izquierdo. tos, y menciona que la misma fecha (corres-
iconográficas con Chantico, divinidad guerre- Las plumas ocultan parte del cuerpo anillado pondiente a 1194 d.C.) aparece en el Códice
ra y del fuego hogareño (véase también Be- de una serpiente, animal que recorre la cabeza Azcatitlan relacionada con la escena en que
yer, 1965; Fernández, 1963; Nicholson, 1985; de la diosa de derecha a izquierda. Sobre cada Huitzilopochtli vence a su hermana.
Añadamos a nuestro corpus un be-
llo pectoral de piedra verde (cat. 28-40-20/
Lámina 10. Relieve esculpido en la C10108), cuya procedencia se desconoce, que
cara inferior (no visible) de la cabeza de
Coyolxauhqui de diorita. (JR) fue adquirido en 1928 por el Peabody Museum
of Archaeology and Ethnology de la Universi-
dad de Harvard (Nicholson, 1985: 81-82). Sa-
bemos, empero, que la pieza se encontraba en
la Ciudad de México en 1915, pues a ese lugar
y año corresponde una linda ilustración a cra-
yón y lápices de color elaborada por el artista
hidrocálido Saturnino Herrán (Benito y Cortés
Guzmán, 2010: 194). De pequeñas dimensio-
nes (10.5 × 14.5 × 4 cm), fue usada segura-
mente como pectoral, ya que cuenta con dos
perforaciones de suspensión sobre las orejas
y doce pares de perforaciones en la parte in-
ferior de la cara dorsal, quizás para colgar de
ahí pequeños objetos alusivos a la decapita-
ción de Coyolxauhqui. La diosa se representa
muerta, con los ojos cerrados, la boca abierta
y la lengua parcialmente salida. Sus atributos
son muy similares a los de la cabeza de diorita
del Museo Nacional de Antropología, si bien el Lámina 11. Dibujo de Saturnino Herrán (1915) y vistas
fotográficas frontal, dorsal e inferior del pectoral en
rostro carece de nariguera y tiene cascabeles piedra verde de Coyolxauhqui, Peabody Museum de la
menos complejos que penden de una barra Universidad de Harvard. Cortesía de William L. Fash,
transversal apoyada sobre la nariz. Peabody Museum, Harvard University.

152 153
Las esculturas de Coyolxauhqui en las fuentes históricas

Las fuentes documentales del siglo xvi corroboran la existencia de grandes imá-
genes de Coyolxauhqui en el recinto sagrado de Tenochtitlan. Fray Diego Durán
y Hernando Alvarado Tezozómoc nos informan que durante el reinado de Ahuít-
zotl (1486-1502) se tallaron varios monolitos para el Templo Mayor, incluido uno
de la diosa lunar. Tezozómoc (2001: 291) dice a la letra: “Tanbién añidieron una
diosa más a ymitaçión de la hermana de Huitzilopochtli [que] se llamaua Co-
yolxauh…”. Por su parte, Durán (1984, 2: 333) especifica que en aquel entonces
se instaló una piedra sacrificial arriba de la pirámide “y junto a ella una figura de
una diosa que llamaban Coyolxauh”.
Para concluir, traigamos a la memoria el célebre plano de Tenochtitlan
incluido en la edición latina de la segunda y tercera cartas de relación de Her-
nán Cortés, impreso en Núremberg y Venecia en 1524. En el centro de dicho
plano, justo en el corazón del recinto sagrado y al pie del Templo Mayor, se
observa una estatua femenina, desnuda y decapitada, curiosamente esculpida
a la usanza del Renacimiento. Sujeta con las manos sendas volutas que nos
evocan largas serpientes. La leyenda “idol. lapideum” aclara que se trata de una
imagen pagana de piedra. Esto ha hecho suponer, de manera independiente, a
Dominique Gresle-Pouligny (1999: 40, 204, 241-245), Eduardo Matos Moctezu-
ma (2001: 186) y Elizabeth H. Boone (comunicación personal, abril de 2008) que
bien pudiera tratarse de otra Coyolxauhqui.

Agradecimientos

Elizabeth H. Boone, Fernando Carrizosa, William L. Fash, Francisco


Hinojosa, Luz María Muñoz, Julio Romero, Leticia Ruiz Rivera y Yolanda Santaella.

Lámina 12. El plano


cortesiano de Tenochtitlan
de 1524 muestra al centro
del recinto sagrado una
escultura femenina sin cabeza
que pudiera representar a
Coyolxauhqui.

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Las esculturas de Coyolxauhqui en las fuentes históricas

Las fuentes documentales del siglo xvi corroboran la existencia de grandes imá-
genes de Coyolxauhqui en el recinto sagrado de Tenochtitlan. Fray Diego Durán
y Hernando Alvarado Tezozómoc nos informan que durante el reinado de Ahuít-
zotl (1486-1502) se tallaron varios monolitos para el Templo Mayor, incluido uno
de la diosa lunar. Tezozómoc (2001: 291) dice a la letra: “Tanbién añidieron una
diosa más a ymitaçión de la hermana de Huitzilopochtli [que] se llamaua Co-
yolxauh…”. Por su parte, Durán (1984, 2: 333) especifica que en aquel entonces
se instaló una piedra sacrificial arriba de la pirámide “y junto a ella una figura de
una diosa que llamaban Coyolxauh”.
Para concluir, traigamos a la memoria el célebre plano de Tenochtitlan
incluido en la edición latina de la segunda y tercera cartas de relación de Her-
nán Cortés, impreso en Núremberg y Venecia en 1524. En el centro de dicho
plano, justo en el corazón del recinto sagrado y al pie del Templo Mayor, se
observa una estatua femenina, desnuda y decapitada, curiosamente esculpida
a la usanza del Renacimiento. Sujeta con las manos sendas volutas que nos
evocan largas serpientes. La leyenda “idol. lapideum” aclara que se trata de una
imagen pagana de piedra. Esto ha hecho suponer, de manera independiente, a
Dominique Gresle-Pouligny (1999: 40, 204, 241-245), Eduardo Matos Moctezu-
ma (2001: 186) y Elizabeth H. Boone (comunicación personal, abril de 2008) que
bien pudiera tratarse de otra Coyolxauhqui.

Agradecimientos

Elizabeth H. Boone, Fernando Carrizosa, William L. Fash, Francisco


Hinojosa, Luz María Muñoz, Julio Romero, Leticia Ruiz Rivera y Yolanda Santaella.

Lámina 12. El plano


cortesiano de Tenochtitlan
de 1524 muestra al centro
del recinto sagrado una
escultura femenina sin cabeza
que pudiera representar a
Coyolxauhqui.

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Bibliografía
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de 2022, en los talleres de Epigraphe Digital,
Fresno Mz. 2b Lt. 6, Col. El Manto, alcaldía
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