NAPOLEON
NAPOLEON
NAPOLEON
Autores:
Batista Milangela
Guerra Wanda
Guerra Yoselyn
Subero José
El pensamiento social se ha
encargado a lo largo de la his-
toria de varios
temas centrales. Incluso hoy
en día, siguen siendo práctica-
mente los mismos. Este
pensamiento se basa en el
análisis de elementos en
el ámbito social, en este
se
El pensamiento social se ha encargado a lo largo de la historia de varios temas
centrales. Incluso hoy en día, siguen siendo prácticamente los mismos. Este
pensamiento se basa en el análisis de elementos en el ámbito social,
en este se plantean interrogantes y se hacen críticas que ayuden en la
búsqueda de soluciones a las mismas. Además puede considerarse como el
pensamiento que tiene cada persona dentro de la sociedad.
Este pensamiento como tal tuvo su origen en los trabajos de algunos de los
primeros grandes filósofos occidentales. Uno de los que más esfuerzo le dedicó a
estudiar cómo funcionaba la sociedad y cómo mejorarla fue Platón, con escritos
como La República. En este trabajo, el filósofo analizaba los diferentes
sectores que conformaban la sociedad del momento. Más adelante, trató de
diseñar un sistema en el que todos ellos estuvieran integrados a la
perfección; así, quería conseguir la máxima eficiencia para su país, mediante
un análisis racional
América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo. Sin embargo, la
desigualdad no es un sinónimo del subdesarrollo, sino una forma particular de
capitalismo. Entre los 15 países más desiguales, están: Bolivia, Brasil, Ecuador,
Colombia, Paraguay, Honduras, Panamá, Chile y Guatemala. La Comisión
Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) reconocen que en los últimos años ha habido una
reducción de la desigualdad en países como Brasil, Argentina, Bolivia, Venezuela,
Uruguay y México. Esto gracias a la generalización de programas sociales
llamados de “transferencia condicionada” para pobres y sobre todo - entre los
primeros cinco países - a la llegada de gobiernos de carácter popular, los cuales
han desarrollado políticas de distribución del ingreso hacia las poblaciones más
desfavorecidas, como son la mejora de los salarios reales, el aumento de la
cobertura de seguridad social y el acceso a servicios de salud y educación básica.
Por último, también los sinuosos límites de lo que es o no es América Latina han
de incorporarse en este ensayo que recupera el PLI. La unidad continental de lo
que hoy se define como América Latina ha tenido, desde los años de la lucha por
la independencia, tanto avances como retrocesos. Sin embargo, la idea, el
concepto, siempre ha sostenido su vigencia a lo largo y ancho de estas tierras. En
ninguna otra parte del globo el ideario unitario ha tenido tal desarrollo y
persistencia aún aunque se puedan citar casos, como el europeo, donde el
proceso de integración parece hoy haber alcanzado un estadio más avanzado. Sin
embargo, incluso allí, la búsqueda de unidad es mucho más reciente y su sentido,
construido sobre las cenizas del horror y de la guerra, distinto al pensado en
nuestro continente.
Sin embargo, es posible pensar qué es América Latina desde otro lugar, desde
otra episteme. A partir de considerar a la definición de nuestra Patria Grande como
un campo de lucha político-epistémica, en permanente construcción, un campo de
disputa entre posiciones políticas que han asociado nuestro territorio como el
campo de expansión y acción de la lucha por tres valores fundamentales: la
autonomía, el desarrollo y la defensa de los recursos naturales. Tres asuntos que
tematizados como problemas públicos han de servir como metas que orientan a
los poderes políticos en diferentes configuraciones de actores y correlaciones de
fuerza en diversos momentos históricos. Metas a las que se arriba por la vía de la
integración regional, la unidad.
CONCLUSION
BIBLIOGRAFIAS