1 INTRODUCCIÓN 18-19 Breve

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TEMA 1: INTRODUCCIÓN A LOS


PRIMEROS AUXILIOS

1. DEFINICIÓN Y OBJETIVOS DE LOS


PRIMEROS AUXILIOS

A la persona que presta estos primeros auxilios, aunque no tenga formación


sanitaria, la denominaremos socorrista.

2. DIFERENCIA ENTRE EMERGENCIA Y URGENCIA

Emergencia: lesión o enfermedad en la que hay riesgo de muerte


inminente ya que las funciones vitales respiratorias, circulatorias o
cerebrales están gravemente afectadas y es necesaria asistencia médica
inmediata para restablecerlas.

Ejemplos de emergencia:

- Grave traumatismo en cabeza o cuello (puede haber daño neurológico)


- Pérdida de conocimiento súbita de la que el paciente NO se recupera
(puede ser un paro cardiorrespiratorio o un hipoglucemia grave)
- Crisis convulsiva que dura más de tres minutos y no parece ceder
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- Hemorragia intensa que no se es capaz de detener y que debilita a la
víctima
- Dolor de cabeza repentino y muy intenso acompañado de pérdida de
visión y /o conocimiento

Urgencia: lesión o enfermedad en la que no hay riesgo de muerte


inminente y por tanto no requiere asistencia médica inmediata pero si
lo antes posible dentro de un período de tiempo razonable para evitar que se
agrave.

Ejemplos de urgencias:

- Picor intenso con habones por todo el cuerpo


- Herida por un corte amplio con hemorragia controlada por un vendaje
- Escozor intenso y dificultad al orinar
- Dolor de cabeza fuerte que no cede con la medicación habitual

3. DECÁLOGO DE LOS PRIMEROS AUXILIOS

1. Hay que actuar rápido pero con serenidad, manteniendo la calma y


transmitiendo la sensación de tranquilidad a los demás y a la propia
víctima. Sólo de esta manera, lograremos dominar la situación y evitar el
pánico .Actuar con tranquilidad y rapidez

2. Avisar al

3. Comprobar que no existen peligros añadidos en el lugar del accidente


(humos tóxicos, riesgo de derrumbe, tubos de gas, cables eléctricos sueltos,
etc.) y si los hay, adoptar las medidas necesarias para evitar que la situación
se agrave.

Hay que atender a las víctimas únicamente cuando el lugar sea seguro o
cuando los equipos de salvamento las hayan evacuado a lugar seguro. Tan
importante es proteger a la víctima como cuidar de la propia seguridad, no
se debe confundir socorrismo con heroísmo.

4. Tranquilizar a la víctima, ser amable con ella y no hacer comentarios


sobre su estado de salud o situación. Si es posible impedir que vea sus
lesiones.

También es importante velar por su intimidad en todo lo posible, creando


para ello una zona de seguridad, donde evitaremos el acceso de curiosos
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5. Abrigar a la víctima ya que a las personas heridas les cuesta regular la
temperatura y aflojar las ropas que opriman

6. Examinar bien a la víctima por si hay lesiones que hubieran pasado


inadvertidas (valoración primaria -consciencia, respiración, pulso- y
valoración secundaria)

7. No administrar comida, bebida o medicamentos a la víctima pues puede


enmascarar síntomas y signos que ayuden al diagnóstico o interferir con el
tratamiento. Es importante recalcar que NUNCA se ha de administrar comida,
bebida o medicamentos en los siguientes casos:

- si la víctima tiene una disminución de la consciencia,


- si tiene heridas abdominales
- si debe ser operada en las próximas horas

8. Nunca mover a la víctima, salvo que exista un peligro mayor, sin


antes evaluar las lesiones.

9 Nunca dejar sola a la víctima. Solamente se podrá dejarlo durante el


tiempo imprescindible para pedir ayuda.

10. Nunca actuar si no se sabe lo que se tiene que hacer. Si no se tienen


unos conocimientos básicos es mejor no hacer nada antes que prestar un
auxilio inadecuado, pues se puede agravar el estado de la víctima, pero sí se
tiene la obligación de avisar al 112.

4. PAUTA GENERAL DE ACTUACCIÓN: CONDUCTA


PAS

La secuencia de actuaciones que cualquier persona implicada en una situación


de emergencia debe seguir viene indicadas por las siglas PAS
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4.1 PROTEGER

La protección hace referencia a las actuaciones que deben realizarse para


garantizar la seguridad propia (autoprotección), la del lugar del accidente y
la de todas las personas que acudan al escenario del accidente (entorno) y la
de la víctima

En este sentido siempre que sea posible es preferible “alejar” o “minimizar”


el peligro que movilizar al accidentado. Por ejemplo:

- en caso de electrocución: cortar la corriente


- en caso de incendio: controlar el fuego
- en caso de fuga de gas: ventilar, cortar el gas, no encender la luz ni fumar.
- en caso de accidente de tráfico: aparcar en el arcén, encender las luces de
emergencia, señalizar.

Con respecto a las medidas de autoprotección hemos de señalar las que hay
que tener en cuenta para evitar la transmisión de posibles infecciones y las
que hay que tomar en caso de accidente de tráfico.

A. Medidas de autoprotección más importantes para evitar la


transmisión de posibles infecciones

1. LAVARSE las manos con agua y jabón ANTES de cada prestación de


primeros auxilios

2. Si se tienen heridas propias, rasguños o grietas, sobre todo si es en


las manos, TAPARLAS con un apósito, vendaje limpio…, antes de
actuar.

3. LAVARSE las manos con agua y jabón INMEDIATAMENTE DESPUÉS de


asistir a la víctima.

4. Utilizar GUANTES protectores, si ello no es posible y existe herida


sangrante pedir la colaboración de la víctima para tapar la herida o
utilizar bolsas de plástico a modo de guantes

5. EVITAR tocar y sobre todo HERIRSE con objetos manchados con sangre
o líquidos corporales

Si a pesar de ello se produce una herida por un objeto manchado con


sangre o líquidos corporales lavar lo antes posible con agua y jabón,
tratar con antiséptico, cubrir con un vendaje limpio y seco e informar
a los profesionales sanitarios para que puedan realizar un seguimiento
y pruebas diagnósticas de laboratorio
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6. Tener CUIDADO CON LAS SALPICADURAS, lavarse lo antes posible con


mucha agua sobre todo si es en los ojos.

7. NO RESPIRAR, TOSER O ESTORNUDAR SOBRE HERIDAS ABIERTAS

B. medidas de protección específicas en caso de accidente de


tráfico:

1. Detenerse en un lugar SEGURO Y VISIBLE

2. Dejar el ARCÉN LIBRE para los vehículos de socorro. Lo ideal es aparcar


el vehículo como mínimo a unos 50 metros más adelante de los vehículos
accidentados y con las luces de emergencia encendidas.

3. Bajarse del coche con el CHALECO REFLECTANTE puesto y por el lado del
arcén.

4. APAGAR el contacto de los vehículos accidentados, poner el freno de


mano, las luces de emergencia y sacar los extintores

5. SEÑALIZAR el accidente con los triángulos de peligro y con las luces de


emergencia

6. EVITAR que se fume en el lugar del accidente (pueden arder los vapores
de gasolina)

7. ALEJARSE si en el accidente hay implicado algún vehículo que transporte


mercancías peligrosas y avisar de ello al 112.
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4.2 AVISAR O ALERTAR

Una vez confirmado que el entorno es seguro, se deberá llamar al 112. Los
profesionales que atiendan la llamada interrogarán al respecto. En general
hay que:

• identificarse,
• informar acerca del lugar exacto del accidente: calle, km, si es una
autovía o autopista el sentido de la marcha, indicar si la calle está
cortada o si es de sentido único…Si no se sabe la dirección exacta
tomar puntos de referencia (una iglesia, una torre, una montaña…)
• especificar el tipo de accidente y las circunstancias que puedan agravar
la situación (intoxicación, quemaduras…)
• número de accidentados y su estado

4.3 SOCORRER

Socorrer significa ayudar a las víctimas, atender a quienes lo necesiten


mientras se espera la llegada del personal sanitario. Si hay más de una
víctima lo primero que hay que hacer es comprobar el estado de todas las
víctimas implicadas para establecer las prioridades de actuación.

La clasificación de los heridos en una situación de emergencia con múltiples


víctimas para establecer a quién se ha de atender primero en función de la
gravedad de sus lesiones y de su posibilidad de supervivencia se denomina
triaje.

Las prioridades son:

• Inmediata: problemas respiratorios, paros cardiacos, hemorragias


graves, inconsciencia, shock, tórax abierto, heridas abdominales,
quemaduras del aparato respiratorio, heridos con multifracturas
importantes.

• Secundaria: quemaduras graves, lesiones de la columna vertebral,


hemorragias moderadas, accidentados conscientes con lesiones en la
cabeza. Tarjeta color
• Terciaria: fracturas leves, contusiones y quemaduras leve.

• Última: moribundos, lesiones incompatibles con la vida y difuntos.


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Una vez valoradas las lesiones se debe obtener el consentimiento de


la víctima y prestar los auxilios necesarios que se sepan hacer.
(recordar que siempre es mejor no actuar que hacerlo mal)

El sistema más común para señalizar las prioridades es colocar una tarjeta
en el cuello, muñeca o tobillo (nunca en la ropa) que dependiendo de su
estado será:

• Negro: fallecidos e irrecuperables (prioridad cero). A veces se utiliza para


los irrecuperables el color Azúl
• Rojo: críticos, tratamiento inmediato en el mismo lugar del siniestro y
evacuación inmediata. (prioridad uno)
• Amarillo: heridos graves que necesitan asistencia hospitalaria pero que
pueden esperar, (prioridad dos)
• Verde: heridos leves que no necesitan asistencia hospitalaria inmediata

El método de identificación mediante tarjetas de triaje es de fácil visibilidad,


permite la identificación rápida de los datos del paciente, la localización de la
lesión y la prioridad otorgada para el tratamiento y transporte.

Importante:

Las tarjetas se leen desde abajo hacia arriba, es decir, el color que debes leer
es el de la parte inferior. Deben cortarse las zonas coloreadas con facilidad
(con la mano).
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5. LEGISLACIÓN EN PRIMEROS AUXILIOS

Cualquier ciudadano está obligado a prestar auxilio a una persona que se


encuentre desamparada y en peligro manifiesto: es el llamado deber de
socorro.

Las CONDUCTAS QUE PUEDEN SER SANCIONADAS LEGALMENTE son:

1. Omisión del deber de socorro. Se puede cometer este delito por tres
motivos diferentes:

a. Por no socorrer a la persona que se encuentra en situación de


desamparo o peligro manifiesto.

b. Por no solicitar ayuda a terceros si es que no se puede prestar


el auxilio personalmente.

c. Por ser el causante de la situación de peligro para la víctima y


darse a la fuga.

Hay que tener en cuenta que la ley castiga a las personas que no
ayudan a quienes estén en peligro, pero no ordena actuaciones
heroicas: si por ayudar a una persona se ha de poner en peligro la
propia vida esta exigencia legal decae. Pero si no se puede ayudar es
IMPRESCINDIBLE pedir auxilio, bien a otras personas o bien a los
cuerpos de seguridad o profesionales sanitarios.

2. Omisión del deber de impedir delitos o de comunicarlos a la


autoridad sobre todo cuando son delitos contra la vida o que pudieran
causar un grave daño contra la integridad, la libertad y libertad sexual o
seguridad de las personas, sin que existiese riesgo propio o de terceras
personas

La ley exige intervenir, sólo cuando no hay riesgo; no es delito abstenerse


cuando hay riesgo propio o ajeno, pero si se tiene la obligación de
denunciarlo

3. Imprudencia. Se comete este delito cuando, careciendo de intención, se


causa un mal a la víctima o accidentado por falta de diligencia o de
preocupación en la ayuda prestada, o bien cuando se toman decisiones
muy equivocadas respecto a lo que se podía esperar de la formación del
socorrista.
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En este sentido la ley es más exigente con un médico que con un Auxiliar
de Enfermería, más con éste que con un técnico en Atención a Personas
en situación de Dependencia, y más con éste que con una persona que
no tiene formación alguita al respecto y hace lo que puede.

4. Violación de la confidencialidad o del secreto profesional: los


socorristas no podrán revelar datos personales de la víctima a otra
persona ni a los medios de comunicación, pues al hacerlo estarán
vulnerando el derecho a la propia intimidad y a la imagen.

5. Apropiación indebida de bienes o documentos que puedan quedar


bajo la custodia del socorrista con motivo de la situación de emergencia.

6. EL SOCORRISTA Y LA PETICIÓN DE
CONSENTIMIENTO

Se tiene la obligación de ayudar a una persona en peligro, pero la víctima


no está obligada a aceptar la ayuda.

La víctima tiene derecho a renunciar a recibir las técnicas de primeros


auxilios, siempre que ello no ponga en peligro la salud pública o la de terceros.
Por ello la ley exige que se pida el consentimiento o permiso a la víctima
antes de tocarla o manipularla, en particular si la actuación de primeros
auxilios puede causar lesiones o agravar las existentes.

Los requisitos legales para que la víctima pueda rechazar la ayuda son dos:

1. ser mayor de edad

2. estar en posesión de sus facultades mentales para entender lo que le


puede pasar si no recibe asistencia.

Para que el rechazo de la víctima sea válido legalmente y se pueda dejar de


ofrecer socorro evitando implicaciones posteriores, es importante que la
persona haga esta declaración en presencia de testigos o, si la situación
puede tener repercusiones muy graves, incluso mediante un documento
firmado.

En el caso de niños y personas con las facultades mentales mermadas será


necesaria la autorización de su responsable legal y en estados de
inconsciencia prevalece la obligación de actuar.
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7. CÓDIGO ÉTICO DEL SOCORRISTA Y FORMA DE ACTUAR

El socorrista está sujeto a un código ético basado en tres conceptos


fundamentales para la prestación de los primeros auxilios: el secreto
profesional, el altruismo y la no discriminación de las víctimas.

1. Secreto profesional: al igual que los médicos y el resto de personal


sanitario, los auxiliadores no podrán revelar datos personales de la
víctima a otras personas ni a los medios de comunicación, pues de
hacerlo estarían vulnerando el derecho a la propia intimidad y la
imagen.

2. Altruismo: nadie que preste primeros auxilios puede recibir un pago


por ello, ya sea en metálico o en especie. La práctica de los primeros
auxilios es una expresión de solidaridad que nace de la sociedad y en
ella debe repercutir.

3. No discriminación de las víctimas: en la prestación de primeros


auxilios no se puede realizar discriminación positiva ni negativa en
ningún caso, esto es, no se puede anteponer a nadie ni dejar de
atender a nadie por motivos personales (amistad, enemistad),
políticos, étnicos, económicos, etc. Es decir, debemos actuar de forma
imparcial sin tener en cuenta más factores y circunstancias que el
sufrimiento de la víctima)

El socorrista también ha de tener en cuenta los aspectos básicos de educación


a la hora de dirigirse a la persona afectada, a sus familiares o acompañantes,
cuidando el trato y vocabulario utilizado. Nunca y bajo ningún concepto se
debe utilizar la violencia ni exteriorizar signos de agresividad, en casos
conflictivos deberán actuar las fuerzas de orden público, manteniéndose el
socorrista al margen de esa intervención.

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