Caso
Caso
Caso
El problema de Mesarisa no está en vender, sino en producir. De ahí la fuerte presión que
el área comercial impone al área de producción, y con ello, la vulnerabilidad de la empresa
en relación con las reivindicaciones laborales, algunas veces sensatas, como el aumento
del salario real, el aumento de la prima por horas extras y la reducción de la jornada
semanal de trabajo a 40 horas. Otras reivindicaciones son absurdas, como la comisión de
fábrica para permitir la participación de los trabajadores en las decisiones que los afectan
directamente, la participación directa del sindicato de los trabajadores en las elecciones
de la comisión interna de prevención de accidentes, la limitación del número de horas
extras por mes, la prohibición de la empresa para contratar a personal temporal y el aviso
previo de 60 días para un despido.
Preguntas de análisis
Del mismo modo se debe considerar la política participativa la cual tiene en cuenta al
empleado desde el punto de vista social, político y económico, y no sólo como un simple
factor de producción, persiguiendo así el objetivo de integrar a la dirección con la parte
operativa de la empresa, debido a que está en un momento de crecimiento y es esencial
el permitir la participación de todas las personas en la toma de decisiones para evitar el
conflicto en las diferentes áreas de la empresa.