Trabajo de Exposicion de Antropologia Final II (Autoguardado)
Trabajo de Exposicion de Antropologia Final II (Autoguardado)
Trabajo de Exposicion de Antropologia Final II (Autoguardado)
JURISDICCION INTERNACIONAL Y
PARTICIPACION POLITICA
ESTUDIANTES:
Nepdys García C.I. V- 17.956.491
Nicolás Tineo C.I. V- 18.215.526
Annelis Guzmán C.I. V- 26.648.157
Eurídice Cardona C.I. V- 6.143.923
Landy Cordovéz C.I. V- 15.780.759
UNIDAD CURRICULAR: Antropología Jurídica
DOCENTE: Prof. Iván Rodríguez
Mayo, 2023
INDICE DEL CONTENIDO
1. INTRODUCCION
2. OBJETIVOS
4. CONCLUSIONES
5. BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION
Desde una perspectiva, el derecho tiene tanto una dimensión regulatoria, incluso represiva,
como un potencial emancipatorio que puede ser usado para la movilización política.
Si bien, se trata de una distinción analítica, ya que ambas dimensiones intervienen en los
procesos políticos, este planteamiento nos lleva a abordar la doble dimensión de la globalización:
la globalización desde arriba y la globalización desde abajo, dada la relevancia que adquiere en
relación con la temática de este trabajo investigativo.
El inicio de este nuevo milenio está marcado por la globalización en tres dimensiones
discernibles: la económica, la cultural y la comunicacional. Conviene destacar el papel central del
derecho en el proceso de globalización capitalista y el sentido en que afecta la relación del Estado
con los pueblos multiculturales, el derecho como forma social de la dominación no permanece
idéntico a sí mismo, sino que asume configuraciones específicas de acuerdo con coyunturas
históricas dadas.
En la actualidad, los estudios sobre pluralismo jurídico, los derechos humanos y los
derechos multiculturales, así como el análisis de los cambios legales que abren el
reconocimiento de los derechos colectivos, han nucleado en gran medida los análisis de la
antropología jurídica latinoamericana y de la corriente crítica del derecho.
Si bien, han sido enriquecidos por nuevas perspectivas marcadas por los problemas contemporáneos
de nuestras sociedades, como sucede respecto de la globalización y la crítica al multiculturalismo.
Al mismo tiempo, hemos visto que la modernización del campo jurídico ha impactado el
modelo mismo de la justicia estatal, bajo el supuesto de la descentralización y desjudicialización,
como es el caso de la introducción de nuevas formas para dirimir disputas por la vía de los medios
alternos de la justicia que ha tenido lugar en diversos países del continente.
La presión que ejerce el movimiento multicultural en reclamo del
reconocimiento, tanto de sus derechos económicos, políticos y culturales, como de sus
sistemas jurídicos, la demanda de autonomía y las apuestas por construir modelos de
desarrollo integrales que valoren las epistemologías y saberes propios son reflejo de la fuerza que
ha adquirido el movimiento multicultural y su vínculo con otros movimientos sociales.
Cada día se hace más evidente, que mientras la globalización desde arriba
destruye el hábitat del globo, las propuestas de globalización desde abajo ofrecen alternativas de
sustentabilidad, no sólo para los mismos pueblos multiculturales, sino de manera creciente para las
economías nacionales e internacionales.
En general, el presente trabajo investigativo busca de ahondar sobre los procesos autónomos
culturales latinoamericanos deducido de la teoría democrática en sociedades segmentadas y
multiétnicas para analizar la participación étnica en países latinos que reflejan diferentes
procesos políticos sobre el debate de la autodeterminación que entraña su inclusión de los
grupos étnicos en el estamento jurídico constitucional del Estado, que le permitan al estudiante
conocer su importancia dentro de la jurisdicción internacional y su participación política en los
diferentes ámbitos del Estado, todo basado dentro del contenido programático de la
unidad curricular de Antropología Jurídica, de esta honorable casa de estudios universitarios,
garantizándole al conglomerado estudiantil la trascendencia de los cambios políticos que gestaron
las nuevas reformas constitucionales en América Latina y, en especial, Venezuela, incorporando la
defensa de las luchas sociales en sociedades multiculturales por la reivindicación de su
autonomía e identidad en el ordenamiento jurídico de la nación, en torno a sus derechos culturales,
sociales, económicos y territoriales desde la época colonial hasta el día de hoy, revelándose como
aspectos relevantes de los nuevos debates y retos por la justicia y la diversidad multicultural y
pluricultural de los pueblos en toda Latinoamérica.
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
DEFINICIÓN:
Jurisdicción: Es el poder en cuya virtud, los tribunales de justicia del país, pueden conocer, juzgar
y hacer ejecutar lo juzgado en las materia que les compete. Ésta jurisdicción se les reconoce a las
Tribunales de Justicia, y es propia de todos los asuntos de orden temporal y territorial.
Competencia Judicial Internacional: Es la aptitud legal de los órganos del Estado para conocer
sobre todas las situaciones privadas internacionales. En cada Estado para la determinación de la
competencia se encuentran presentes los elementos: Materia, Territorio, Cuantía.
Podemos concluir, que es la potestad estatal resultante de la soberanía, que se conjuga con la
coexistencia de pluralidad de Estados cada uno titular de sus propios cometidos en la materia,
por lo que la jurisdicción internacional delimita entre los Estados la potencia para resolver los
litigios planteados y da respuesta a la distribución de dicha potestad en el espacio.
Latinoamérica alcanza a todos los países que pertenecieron a las colonizaciones de España,
Portugal y Francia. Dado que los idiomas de estos países provienen del latín, el término
Latinoamérica ha servido para designar a las naciones que fueron sus territorios en el Nuevo
Mundo.
El papel principal en toda esta mezcla unificadora en la colonización fue la Iglesia Católica.
Asimismo, la Iglesia fue el principal agente económico con la única; excepción del gobierno real,
la más grande propietaria de tierras en las colonias. Los clérigos ocuparon altos cargos en el
gobierno virreinal, desde banqueros a guías espirituales. Una vez desaparecido el dominio de los
conquistadores, Gran Bretaña paso a serla principal potencia comercial, consiguiendo establecer un
dominio pleno en la América independiente.
Venezuela, ha sido siempre un territorio poblado por gentes con un crónico apego a la
libertad, partiendo desde sus primitivos habitantes, quienes la concibieron de la manera más amplia
en la vastedad de nuestra imponente naturaleza.
Desde los primeros momentos, puede precisarse este sentimiento que habrá de transformarse
en una convicción profunda para animar el espíritu de contienda hacia el triunfo de los mejores
ideales. Si algo, es un valor específico de nuestra psicología es ese amor orgánico por
la libertad, el cual ha caracterizado nuestras luchas como pueblo hasta llevarnos a las
gestas heroicas de la independencia.
Esta fue la culminación de un largo proceso, que tuvo su origen en aquel reiterado sentimiento
que definió nuestro carácter nacional; a pesar de, todos los altibajos de nuestra trayectoria histórica,
sigue siendo una condición intrínseca del ser venezolano. En nuestra geografía, tanto el indio como
el negro, el pardo y el blanco criollo, han dado pruebas de que es cierta esta afirmación.
En los primeros tiempos, fue la resistencia indígena; ya que en ninguna otra parte de América,
se tornó tan tenaz la actitud de repudio al invasor como en nuestra tierra venezolana.
Si bien; en algunos sitios los españoles fueron recibidos pacíficamente, muy pronto los abusos que
cometieron determinaron que los naturales empuñaran sus armas para enfrentarse a la violencia.
La lucha fue encarada; sin desmayos, en donde los conquistadores comprendieron que tenían
que enfrentarse a los habitantes de “Tierra Firme”.
Durante el primer siglo de dominación española, se gesta una lucha por la libertad natural,
contra la esclavitud y la explotación, reflejada en la resistencia de los indios y en
la rebeldía de los negros. Estos grupos étnicos actuaron utilizando como medios de defensa sus
armas primitivas, por lo que tuvieron poco éxito al rebelarse contra sus opresores; pues éstos,
poseían instrumentos de guerra y conocimientos militares mucho más eficaz y avanzado.
Es de hacer señalar, que durante la conquista colonizadora los pardos, mulatos y zambos
conjugaron la sangre de las etnias oprimidas, imponiendo por la fuerza sus derechos, para hacer de
Venezuela, territorio recién fundada un ensayo clasista de gobierno; la cual en la práctica, esto
viene a coincidir con la quiebra de la resistencia indígena; aunque todavía, hubo algunos focos
indómitos y con el término devastador de la conquista.
La trayectoria de nuestras luchas en la época colonial, traza como objetivos, en una escala
ascendente, la búsqueda de una libertad natural, primero; de una libertad económica y, luego, de
una libertad política de los indios, negros, pardos y blancos criollos, defendiendo cada cual sus
propios intereses, quienes participaron en la larga contienda. De ahí, que todas estas etnias
multiculturales con sus diferentes matices, tienen en nuestra historia sus caracterizados precursores.
El ideal de la emancipación podrá congregar buena parte de ellos; pero será mucho después de
declarada la Independencia, tras de una guerra fratricida, cuando vendrán a integrarse en un
frente común. No obstante, en el plano político, es partiendo de un plural sentimiento de libertad
como se configura el concepto de pueblo; colocándose las bases de la acción separatista,
en búsqueda de romper la dependencia colonial. Es así, como nace la aspiración que orienta hacia
los grandes fines del Estado, para lograr conformar en el orden jurídico el principio constituyente
que determina la identidad y reconocimiento de los pueblos originarios en nuestra patria.
Las revoluciones, dirigidas y promovidas generalmente por las clases medias y apoyadas por
los trabajadores y el campesinado descontento, tuvieron lugar en México, Brasil, Argentina,
Guatemala, Bolivia, Cuba, Nicaragua y en otros países; en todas ellas, sus líderes adoptaron
diversas ideologías emergentes tales como: el populismo, nacionalismo, socialismo.
El hecho de compartir un mismo idioma, una religión mayoritaria y una misma cultura,
además de su situación de dependencia económica, es el principal factor de unión de la región y
ha significado un importante incentivo para que los países latinoamericanos establezcan estrechos
vínculos culturales y comerciales.
No obstante, los modos distintos de apropiarse de la tierra por medio de culturas diferentes en
distintas territorialidades, son las principales luchas populares que se dan hoy en el continente; las
cuales no pueden ser comprendidas, sin reconocer la centralidad que en éstas tienen la dimensión
territorial. Son luchas de movimientos indígenas, de afrodescendientes y de campesinos, que dejan
claramente, la contraposición de racionalidades diferentes de concepciones divergentes de la
propiedad, de nociones confrontadas de la territorialidad. En la medida, que avanza la frontera de la
ocupación/apropiación capitalista en grandes extensiones territoriales, previamente ocupadas por
poblaciones indígenas, afrodescendientes y campesinos, se produce un proceso equivalente al del
cercamiento de las tierras, bosques y aguas de uso común y compartido, tal como ocurrió durante la
Revolución Industrial en el Reino Unido.
A finales de los 80’ y en parte arrastrados por una tendencia mundial iniciada en los
EE.UU. e Inglaterra, y promocionada por organismos como el Banco Mundial y el
FMI (Fondo Monetario Internacional), los países latinoamericanos comenzaron a aplicar políticas
para la privatización de las empresas públicas y la apertura de sus mercados nacionales.
A mediados de la década de los 90’, después de muchos años de recesión económica, se empezó a
vislumbrar una notable mejoría en las condiciones y niveles de vida de la población.
VENEZUELA
Venezuela, cuyo nombre oficial es, República Bolivariana de Venezuela, país de Sudamérica,
que limita al norte con el mar Caribe, al este con el océano Atlántico y Guyana, al sur con Brasil y
al suroeste y oeste con Colombia. La economía venezolana se basa principalmente en la explotación
del petróleo y sus derivados.
Es por ello, que el sistema económico venezolano ha sido definido como capitalista-rentista,
donde existe la iniciativa y la propiedad privada, pero poca participación del Estado en la inversión
económica privada. Ocurre, además, que dicho Estado obtiene recursos para ésta participación de
los beneficios de la actividad petrolera, es decir, vive de la Renta petrolera de ahí la denominación
de Estado rentista.
Como consecuencia de ésta situación, Venezuela, según estadísticas del Banco Mundial, pasó
de ocupar el primer lugar en 1976 entre los países latinoamericanos en cuanto al Ingreso Per Cápita,
al octavo puesto en 1996.
El mercado fluctuante capitalista, produjo una caída sostenida del ingreso petrolero, el cual se
redujo a un tercio en 1993, acompañado con altos pagos de la deuda pública externa y una sostenida
presión financiera por la fuga de los recursos monetarios internacionales, que culminó en 1994 con
una grave crisis bancaria, altos niveles de corrupción y un descenso en la calidad de vida.
En este tiempo, se implantó una nueva política económica con la unificación y flotación
cambiaria, la liberalización de los precios internos y de las tasas de interés, el inicio de la
privatización de empresas públicas y la renegociación de la deuda externa.
En 2006, el producto interior bruto (PIB) fue de 181.862 millones de dólares, dando un
ingreso per cápita de 6.730,40 dólares. Al inicio del siglo XXI, la sociedad venezolana ofrece un
cuadro variado y complejo a los ojos de los analistas, especialmente por los hábitos y tensiones de
la sociedad urbana, la difícil situación de los reducidos sectores rurales del país, la agudización del
conflicto político con su respectivo impacto en la realidad socioeconómica, los índices de
criminalidad, los fenómenos de transculturación, los movimientos migratorios internos y externos,
la violencia política y no política, las drogas, las características del consumo y por encima de todo,
el impacto de la riqueza originada por el ingreso petrolero.
Con el paso del tiempo, se acrecentó el proceso de mestizaje caracterizado por la libre unión,
aceptado como institución en el país. A finales de la década de 1940, con el comienzo del proceso
de industrialización, se inició una importante inmigración de origen español, italiano y portugués,
que fue aumentando hasta 1958. En la década de 1970 tuvo lugar este mismo proceso, pero
protagonizado por ciudadanos de origen sudamericano, debido al desarrollo de la
economía venezolana y a la recesión de sus países de origen. En la actualidad, todas estas
migraciones han dado origen a una población completamente integrada entre sí, donde no existe
ningún tipo de conflicto interracial.
La cultura venezolana es el resultado de un largo proceso historico que, en las ltimas ddécadas
ha estado vinculado a transformaciones derivadas de la abundante riqueza petrolera y de la
influencia de culturas extranjeras; que se difunden a traves, de los veloces medios de
comunicación social.
PARTICIPACION ORGANICA
Respeto a la diferencia: Es el derecho a participar por igual en los asuntos públicos, sin
discriminación alguna fundamentada en la etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de
género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado
judicial, condición socioeconómica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud,
portar VIH, discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra distinción personal o colectiva,
temporal o permanente, o de cualquier otra índole;
Los Estados deben adoptar medidas que favorezcan la creación y la conservación de espacios
abiertos necesarios para el ejercicio de las libertades culturales y que permitan a las personas y los
grupos realizar y gestionar los cambios culturales de forma participativa y conservar, desarrollar y
transmitir su herencia cultural. A este respecto, las instituciones educativas desempeñan un
papel esencial, por su capacidad de inculcar un espíritu de tolerancia o bien promover las tensiones
desde una temprana edad. Por este motivo, debe resaltarse la importancia de una educación abierta
que enseñe a los niños a reconocer y apreciar la diversidad.
Por lo tanto, cuando se examinan a fondo las características organizativas de los pueblos
indígenas y afrodescendientes, así como posibles limitaciones estructurales tales como las
relaciones de poder, que resultan centrales para entender las diferencias en el grado de éxito de los
procesos participativos.
La teoría de la democracia ofrece dos enfoques para deducir del contexto un conjunto
adecuado de instrumentos participativos. De un lado, tenemos un enfoque que se centra en la
desigualdad social, la misma que puede amenazar la estabilidad de las democracias. De otro lado, el
segundo enfoque se centra en la segmentación social que puede imponer ciertas demandas sobre el
diseño institucional de una democracia estable.
Estos enfoques se presentan como elementos básicos de que las características del contexto
social pueden amenazar la democracia mayoritaria. Según este concepto, la democracia busca
asegurar la libertad individual y la igualdad. Es la extensión de la autodeterminación individual en
el ámbito de las decisiones colectivas; por lo tanto, es promulgada por individuos que participan
efectivamente en las decisiones que les afectan. La principal preocupación debe ser es cómo
conservar la cultura de un grupo en el marco general del Estado.
Al visualizar una representación minoritaria especial ante las presiones externas creadas por el
predominio de los grupos mayoritarios; en consecuencia, en lo que respecta a las reglas electorales
sugiere un sistema de votación proporcional, con un umbral de representación lo más bajo posible
para mejorar la igualdad en el proceso político.
Sin embargo, tal igualdad formal de oportunidades a menudo puede ser insuficiente, ya que
las minorías con frecuencia padecen al mismo tiempo desventajas económicas. Es por eso que,
dichas desventajas, profundamente arraigadas, justifican la representación minoritaria garantizada,
por ejemplo, a través de un número fijo de escaños legislativos.
La desigualdad socioeconómica es un tema aún más importante para la calidad de la
democracia o de cualquier sistema de gobierno de inclusión en América Latina; ya que la
distribución equitativa de los recursos es una condición necesaria para la igualdad de oportunidades
en el proceso político y, por ende, el de garantizar su participación y lograr reivindicar sus derechos
multiculturales legítimos.
Con respecto, a su grado de segmentación étnica, estos tres (03) países mencionados, tienen
una importante población étnica indígena, como es el caso de, Bolivia con un 62% de su población.
A principios del siglo XXI, se agudizaron las divisiones ideológicas entre la élite blanca y
mestiza y el Movimiento al Socialismo (MAS), que representaba a la izquierda en coalición con los
movimientos indígenas. Paralelamente, la división regional entre las Tierras Bajas más ricas y
dominadas por las élites mestizas, y las Tierras Altas dominadas por la población Aymara,
se exacerbó con el acceso al gobierno del MAS de Evo Morales.
Nicaragua, no es sólo uno de los países más pobres de América Latina. También está muy
marcado por una fuerte desintegración centro-periferia y una notable desigualdad económica entre
la capital y áreas más distantes En 2007, el ex partido revolucionario Frente Sandinista de
Liberación Nacional (FSLN) tomó el gobierno.
Los indígenas nicaragüenses viven en las regiones más pobres del país que están sumamente
descuidadas por la administración pública.
En Colombia, la coalición del Frente Nacional, el sistema bipartidista entre partidos liberales
y conservadores, terminó a principios la década de 1990, cuando se hicieron intentos para abrir este
sistema dualista que había excluido a otros actores políticos durante décadas.
Por el contrario, la consulta se origina en cuanto exista previamente una información por parte
del ente público o privado que advierte la posibilidad de afectar los intereses individuales o
colectivos de los diversos pueblos y comunidades indígenas.
Por su parte, con relación a la consulta previa o participación indirecta, ésta opera en aquellos
casos en los cuales hay planes de desarrollo o aprovechamiento de recursos naturales por parte del
Estado o de particulares, que afectan los intereses de los pueblos indígenas.
Por otra parte, el hecho que se consultaron los referidos organismos nacionales de
actuación idónea, no exime la obligatoriedad de cumplimiento de la consulta popular sobre todo en
una materia en la cual están involucrados el régimen de excepción de las comunidades indígenas de
rango constitucional, el carácter multiétnico y pluricultural, la biodiversidad, la cultura, religión y
lengua propia de las comunidades indígenas, el derecho a la tierra que respecto a dichas
comunidades es de interés social e inalienable.”
Algunos autores han señalado, que los derechos políticos de los pueblos indígenas, si bien se
encuentran en todo el texto constitucional, están resumidos y encuentran su génesis particular en el
Art. 125 de la Constitución. Al respecto, se ha indicado que: “De todos los derechos indígenas
constitucionalizados, el derecho de participación constituye una manifestación de la autonomía de
los pueblos originarios, pues los indígenas aspiran articularse a la sociedad nacional mediante la
reproducción de sus culturas, pero no restringidas sólo al interior de sus territorios o
áreas de influencia, sino también en el desarrollo nacional, tanto en el orden político como en el
económico y social”.
En las últimas décadas, se observa el desarrollo de una fuerte globalización desde abajo,
promovida en primera instancia por movimientos sociales que se organizan desde el nivel nacional
e internacional. Estos construyen redes trasnacionales en defensa de sus intereses, comparten los
instrumentos de la comunicación global para denunciar las injusticias y socializar nuevas
experiencias organizativas, tal como lo revela la fuerte presencia de representantes de pueblos
multiculturales en distintos escenarios políticos de ámbito nacional e internacional.
La presión, que ejerce el movimiento indígena en reclamo del reconocimiento de sus derechos
económicos, políticos y culturales y de sus sistemas jurídicos, la demanda de autonomía y las
apuestas por construir modelos de desarrollo integrales que valoren las epistemologías y saberes
propios reflejan la fuerza que ha adquirido el movimiento indígena y su vínculo con otros
movimientos sociales.
La radicalización de las demandas indígenas, no sólo pone en jaque a los Estados nacionales,
sino también a los sistemas globales de dominación. Las luchas por los territorios, por su
sustentabilidad, las identidades culturales y la defensa de sus pueblos tornan incompatible con la
globalización y homogenización desde el Estado.
LEGITIMIDAD DE LA AUTONOMIA DE LA SOCIEDAD MULTICULTURAL EN
AMERICA LATINA
Para garantizar la representación de los diversos grupos étnicos de América Latina, los países
han promulgado leyes en el ordenamiento jurídico del Estado, implementando instrumentos que
legitimen sus derechos políticos, culturales, sociales y económicos, por medio de las diversas
Constituciones a nivel nacional en muchos países del hemisferio, que recaben las necesidades y
derechos que reclaman dichos grupos étnicos ante sus diferentes Asambleas Nacionales.
Por ejemplo, La Constitución Política de 2009, define a Bolivia como un Estado plurinacional
y contempla cuatro (04) niveles de autonomía: para territorios autónomos regionales,
departamentales, municipales e indígenas. La Ley de Autonomías y Descentralización,
promulgada en el año 2010, fundamenta las capacidades y los procesos que involucran a los niveles
autónomos: la Autonomía Indígena Originaria Campesina (AIOC), se otorga exclusivamente a los
pueblos indígenas concentrados territorialmente (Art. 6, II). Los cuatro tipos de autonomía se
obtienen a través de un referéndum (Art. 50-54).
A su vez, pueden ejercer poderes legislativos y reguladores que cubren varios campos de las
políticas públicas (vivienda, recursos naturales renovables, transporte, etc.) (Art. 45)
Todas las unidades autónomas están integradas en el presupuesto del gobierno nacional
(Art. 106-131).
La Constitución de 2009 también prevé consultas, que constituyen una forma de autonomía
funcional según nuestro modelo, en el caso de medidas legislativas y administrativas y de
explotación de los recursos naturales que afectan el territorio indígena (Art. 30, 15).
La Ley de Hidrocarburos (Ley 3058) y el Decreto 29033 regulan las consultas en este sector.
Con respecto a otras áreas de autonomía funcional, de acuerdo a la Constitución la jurisdicción
indígena se encuentra a la par de la jurisdicción regular (Art. 179).
Los dilatados avances del proceso de autonomía en Bolivia son atribuidos a un tratamiento
arbitrario por parte de los funcionarios públicos. El proceso de evaluación y certificación del
Ministerio de Autonomía es especialmente propenso a las intromisiones.
Se han reportado intentos de cooptación y presiones a solicitantes indígenas para fortalecer la
agenda corporativa del MAS. Otro tema es la falta de recursos financieros necesarios para que el
Ministerio de Autonomías pueda apoyar técnica y jurídicamente a los municipios indígenas.
Algunos referendos locales sobre las AIOC; no solo resultaron en un “no”, sino que también,
en varios territorios; los votos a favor del “sí”, apenas alcanzaron un poco más del 50%.
Esto revela, una discordancia local e entra-étnica en torno al tema de la autonomía.
El paso de establecer un estatuto autonómico, ha demostrado ser aún más susceptible a los
bloqueos internos. La necesidad de deliberar sobre un estatuto común en algunos casos llevó a una
erupción de luchas de poder locales entre diferentes federaciones indígenas y campesinas.
Además, el requisito de la titulación definitiva de las tierras genera conflictos, intensifica las
estructuras de competencia y exacerba las tensiones intra e intercomunitarias que antes habían
estado latentes.
En cuanto a Colombia, lo más notable de este país es que posee instrumentos jurídicos
para asegurar la representación legislativa de delegados indígenas y afrocolombianos.
La ingeniería electoral, que abarca la reserva de escaños y distritos electorales especiales para
representantes indígenas y afrocolombianos en las dos cámaras legislativas, es comúnmente
aclamada por haber fomentado sustancialmente la participación de organizaciones étnicas en la
política nacional.
Sin embargo, el sistema del resguardo se mantiene inestable por un lado debido a la falta de
titulación por parte de las instituciones del Estado y, por el otro, debido a la presencia sostenida de
fuerzas irregulares.
El artículo 330 y el decreto 1320 regulan la consulta previa en torno a proyectos y medidas
administrativas y legislativas que afectan a los territorios indígenas y afrocolombianos
(para este grupo, véase la Ley 70). En general, los esfuerzos formales orientados a promover la
participación étnica parecen apropiados con relación al contexto social en Colombia.
Nicaragua fue uno de los primeros países de América Latina (además de Panamá) que otorgó
autonomía a unidades subestatales indígenas. Desde 1987, dos regiones de la costa del Caribe son
autónomas (República de Nicaragua, 1987; Estatuto de Autonomía, 1987).
Dado, que los Consejos Regionales dependen en gran medida de la asignación de fondos de
parte del gobierno central, el gobierno nacional puede hacer que los gobiernos regionales sean
inoperables e inducir a la cooptación política asignando presupuestos menores o reteniendo los
fondos por completo. Desde la remontada del FSLN, la lealtad al partido hegemónico se ha vuelto
cada vez más importante.
Las divisiones existentes entre los propios indígenas como uno de los desafíos para la
implementación de los cambios legales también se manifiestan en las elecciones de la RAAN y la
RAAS y el predominio del FSLN, derrotando decisivamente a Yatama y reduciéndolo a una
fuerza marginal dentro de los Consejos. Debido a las sucesivas revisiones de las leyes electorales,
Yatama no sólo ha perdido gran parte de su identidad indígena, sino que también se ha visto en la
necesidad de participar en pactos electorales con el FSLN y el PLC, que han utilizado estas alianzas
para mejorar su propia fortuna electoral a nivel nacional.
MARCO JURIDICO DE LOS DERECHOS POLITICOS PARA LA PARTICIPACION DE LA
SOCIEDAD MULTIETNICA Y PLURICULTURAL VENEZOLANA
La decisión señala que: “En este sentido, la Corte examina la alegada violación del derecho
a la participación política, en la formación de la ley el acto impugnado, mediante la consulta
popular y referendos a las comunidades indígena. Se aprecia este derecho por considerarlo de
contenido esencial de protección de la comunidad indígena por ser el derecho a la participación
política en una sociedad democrática un principio general de rango constitucional, lo que la
doctrina define como gobernabilidad participativa”. La Corte consideró que en el caso no se
demostraba el cumplimiento de la normativa en cuanto a la participación política, por lo cual la ley
impugnada carecía de legitimación originaria proveniente de la consulta popular.
El mismo artículo, también establece que los pueblos indígenas de la República elegirán tres
diputados o diputadas adicionales, de acuerdo a la ley especial en la materia, respetando sus
tradiciones y costumbres. De esta forma, la Constitución garantiza a los pueblos indígenas el
derecho específico de elegir tres representantes a la Asamblea Nacional por vía directa, según lo
establecido en la ley especial que regula la materia y con respeto a sus tradiciones y costumbres.
JURISDICCION INDIGENA
MARCO LEGAL
1. Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas. G.O. Nº 37.118
del 12/01/2001.
4. Ley del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas. G.O. Nº 39.115 del
06/02/2009.
1. Ley Aprobatoria del Convenio Nº 169 “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales” G.O. Nº 37.305
del 17/10/2001.
Asimismo, dentro del ordenamiento jurídico venezolano se contemplan normas y leyes que
estipulan los derechos y deberes de la sociedad multicultural venezolana, entre ellas están:
Los líderes de los gobiernos de América Latina, a pesar de no tener ningún poder más allá del
que les otorga su autoridad moral, son personas de gran influencia a la hora de tomar decisiones que
afectan a la colectividad. Sus opiniones, al ser generalmente fruto del consenso y representar los
intereses de la facción o grupo local al que pertenecen, tienen gran peso en los procesos de
toma decisiones de sus comunidades.
Pero, no todos los coresidentes participan de igual manera en los asuntos colectivos dentro de
las comunidades cada facción suele tener su líder o lideres quienes conforman un consejo informal
en el que se toman las decisiones de interés colectivo de una manera bastante democrática.
Sin embargo, más allá de las relaciones de su facción, linaje o comunidad, fuera del
contexto local y especifico de su comunidad o del grupo de las comunidades con las que se
mantienen alianzas, el papel de su liderazgo y autoridad, el peso que puedan tener sus opiniones, así
como la legitimidad de la representatividad que asume en determinados contextos, suele debilitarse.
Los pueblos indígenas, constituyen cada vez más un componente fundamental de las
dinámicas de transformación que viven las sociedades en su conjunto. De ahí surge la necesidad de
analizar de qué manera se construyen, reconstituyen y reproducen estas sociedades en contextos
nacionales y transnacionales, y el papel que desempeña el derecho en estos procesos, un aspecto
medular de la presente obra.
Los debates sobre los pueblos indígenas, han incidido también en la construcción
de los nuevos paradigmas del multiculturalismo, los derechos humanos y las ciudadanías en las
sociedades contemporáneas, confrontando las tradiciones jurídicas hegemónicas para pensar el
derecho y la cultura.
Dan cuenta, de una enorme capacidad para renovar sus costumbres, elaborar sus
demandas y defender sus derechos, si bien se enfrentan a poderosas fuerzas que buscan
subordinarlos y discriminarlos.
La pregunta permanece: ¿qué significa para el futuro lo que se propone el libre comercio con
sus tierras y recursos?
Así, ¿qué sucede en una situación en la que diversas obligaciones comerciales internacionales
y constituciones nacionales están en conflicto potencial?
En este mismo orden de ideas, al profundizar en los diversos estudios que giran alrededor de
nuestras raíces africanas, reconocemos algunos elementos todavía vigentes, como la discriminación
y el racismo a la luz del siglo XXI, planteándose la urgente necesidad de no ceder en el debate;
por todo lo contrario, es necesario involucrarse con compromiso en la búsqueda de las raíces de
nuestros pueblos originarios y, a partir de ellos, explicarnos el devenir histórico-cultural del país.
Un concepto que será útil a los fines de los organismos internacionales asegura que la
existencia de divergencias no entraña el rompimiento de los acuerdos, pues las alianzas
trascendentales son las que resuelve los conflictos de valores a favor de los intereses conjuntos,
ya que en aquellas relaciones en las que predominan y convergen similares intereses no sería
necesario tener alianzas.
Las alianzas se forman para superar las diferencias. En consecuencia, las discrepancias entre
los postulados de UNASUR y ALBA no deberían acarrear impedimentos tales que anulen su propia
actividad o generen contradicciones entre sus miembros. Asimismo, con la globalización un mundo
de relaciones económicas, financieras, sociales o de derecho internacional ha llevado a que el poder
no resida solamente en los estados y sus estructuras formales de asociación, sino que está también
conformado por “constelaciones de poder” derivadas de la acción de comunidades,
organizaciones no gubernamentales, instituciones internacionales y corporaciones transnacionales.
Para posicionarse y gobernar ese mundo globalizado, se supone que las asociaciones regionales o de
intereses funcionan como articuladoras entre los distintos niveles.
Así es, que cada acuerdo lleva a una negociación problemática en la cual hay que satisfacer
tanto las demandas de actores no estatales como congeniar con las otras instancias regionales y
globales a las que cada Estado está sometido.
El punto de mayor coincidencia entre ALBA y UNASUR es que ambos acuerdos son expresa
y primariamente políticos y no económicos. Ello no implica decir, que carecen de regulaciones
económicas, financieras, productivas o comerciales, sino que, a diferencia del Mercosur, no se
plantearon como un proceso de liberación de mercancías y cooperación económica que
consecuentemente producía vinculaciones políticas pacíficas. Al contrario, primero se definió un
entrelazado político cuyas consecuencias se extienden al campo económico.
Aunque ambas propuestas tienen la finalidad de mejorar la calidad de vida de sus habitantes,
la alianza tiene una carga ideológica que la hace restrictiva, mientras que los impedimentos de
UNASUR son solo geográficos. En ambos casos, es un discurso eminentemente
político y diplomático. A diferencia del Mercosur, en donde se ocultaban las desconfianzas y
se delegaba en el acuerdo económico las intenciones de pacificar las relaciones bilaterales,
en el caso de UNASUR y ALBA se han manifestado expresamente y hasta públicamente
(recordemos el encuentro de Bariloche, Argentina el 28 de agosto de 2009). Allí UNASUR trató de
resolver el conflicto entre Venezuela y Colombia manifestado a partir de la instalación de bases
militares estadounidenses en este último país.
Podríamos asegurar que pese a una desconfianza inicial, UNASUR, que respondía a la
política externa de Brasil, se fue acomodando al juego múltiple de los doce países que lo
conforman. De una estrategia basada en la autonomía y la búsqueda de poder, se pasó a «la
aceptación de una manera pragmática de la idea de la democracia como un valor universal,
contribuyó al establecimiento de un consenso de la diplomacia brasilera alrededor de los lazos entre
la democracia, la integración regional y las perspectivas del desarrollo nacional.
De la misma forma, es preciso reconocer que a ojos de otros actores de peso, ni ALBA ni
UNASUR son referentes en la agenda internacional. Tampoco se puede definir que este sea un
modelo acabado de nuevo regionalismo fundado en una “razón integradora” y con proyección
eficaz a largo plazo. Las afinidades diferenciales de algunos miembros (por ejemplo en relación con
Irán) dan cuenta de caminos divergentes.
Es por ello, que el peso de las personalidades hace recaer la continuidad o validez de los
acuerdos en la existencia de un líder que lo motorice. Si es que se perfila un nuevo regionalismo,
este aún es más un esbozo que una realidad.
En definitiva, la conclusión suena a paradoja pues cuanto menos institucionales son los países
que conforman una alianza, más posibilidades existen que la alianza sobreviva pese a sus
contradicciones internas y con otros organismos. Y ello es así porque la existencia de los acuerdos
no reside en sus regulaciones sino en la voluntad del poder ejecutivo. Las maniobras personales
tienen más crédito que cumplir con las obligaciones pactadas. Entonces, de existir ese nuevo
regionalismo suramericano, sería la expresión del personalismo y de la inestabilidad política interna
llevado al ámbito vecinal.
Pablo enseña que las prácticas culturales que no entren en conflicto con la ley de Dios pueden
continuarse y permitirse. Exhorta a los colosenses a que “Así que nadie los juzgue a ustedes
por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo.”
(Colosenses 2:16). En pocas palabras, les está diciendo que sus prácticas culturales sobre qué
alimentos comer o los días que eligen celebrar o no celebrar son apropiados para continuar y no
necesitan ajustarse a otro estándar cultural.
Pablo admite a los Corintios: "Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos.
Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no
vivo bajo la ley), a fin de ganar a estos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están
sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios, sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de
ganar a los que están sin ley.
Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de
salvar a algunos por todos los medios posibles." (1 Corintios 9: 20–22). Pablo era un experto en
asumir las prácticas culturales que fueran necesarias para compartir el evangelio de manera efectiva.
De hecho, en Atenas, Pablo hizo referencia al "Dios desconocido" de los atenienses y citó a
sus "propios poetas" (Hechos 17:23- 28). Estos ejemplos muestran que las diferencias culturales
pueden celebrarse y apreciarse como muestras de la creatividad de Dios en las diversas formas en
que Él es glorificado.
Una advertencia importante a lo anterior es que en cada cultura existen "prácticas culturales"
que están claramente en contra de Dios. Por ejemplo, una "celebración cultural" que rinde culto a
los antepasados es inapropiada, ya que es una "norma cultural" de engaño o un "valor cultural" de
éxito monetario por cualquier medio necesario. También es cierto que algunas culturas proscriben la
adoración a Dios. En tal caso, claramente es mejor obedecer a Dios que aceptar la norma cultural
(Hechos 5:29). La libertad de participar y disfrutar de la diversidad de culturas en todo el mundo no
significa libertad para participar en los pecados de ninguna de esas culturas.
Tampoco significa que debemos conformarnos a una cultura específica. 1 Pedro 2: 12–17 nos
aconseja: "Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de
hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la
salvación. Sométanse por causa del Señor a toda autoridad humana, ya sea al rey como suprema
autoridad, o a los gobernadores que él envía para castigar a los que hacen el mal y reconocer a los
que hacen el bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la
ignorancia de los insensatos.
Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad,
sino que viven como siervos de Dios. Den a todos el debido respeto: amen a los hermanos, teman a
Dios, respeten al rey." (1 Pedro 3: 14-17). Honrar a Dios es nuestro objetivo principal; lo hacemos
en parte siendo respetuosos con los demás, ya sea que compartamos una cultura mutua, que seamos
visitantes en su cultura o que sean invitados en la nuestra.
Pablo enseña que, como cristianos, nuestra identidad principal es la de "conciudadanos de los
santos y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:19). "Ya no hay judío ni griego, esclavo
ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús." (Gálatas 3:28).
Nuestra identidad ya no se encuentra en nuestro grupo cultural o étnico, sino en nuestro papel como
parte del cuerpo de Cristo. En Efesios 4: 3–6, Pablo les dice a los efesios que mantengamos
"la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así
como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo;
un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.
" Nuestra nueva identidad en Cristo nos lleva a una unidad con nuestros hermanos y hermanas
espirituales de diferentes orígenes culturales y tenemos la libertad de disfrutar y apreciar estas
diferencias cuando nuestra identidad en Cristo se prioriza adecuadamente.
Una idea a la que el multiculturalismo puede conducir cuando se lleva al extremo es la idea
del relativismo, donde ningún punto de vista particular se considera realmente verdadero,
correcto o moral. La afirmación de que todas las religiones son verdaderas, todos los conceptos de
Dios son igualmente válidos y que cada enfoque con respecto a la religión es correcto es
incompatible con la Biblia. Jesús enseñó que "Nadie llega al Padre sino por mí." (Juan 14: 6).
También enseñó que el Dios de la Biblia es "el único Dios verdadero" (Juan 17: 3).
Mientras, en Romanos 12:18 dice: "Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en
paz con todos." Unos pocos versículos antes, Pablo les dice a sus lectores: "No se amolden al
mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar
cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." (Romanos 12: 2).
El Dios de las Escrituras y Su Palabra son la única fuente de verdad en este mundo y las
personas no deben ser engañadas por el relativismo cultural o religioso. El Dios de la Biblia es el
único Dios verdadero y creó y ama a todas las personas de todos los orígenes culturales.
Somos libres de disfrutar de esa diversidad cuando nuestra identidad en Cristo se prioriza
adecuadamente.
BIBLIOGRAFIA
1. BARRIOS DE ANGELIS, Dante. “Teoría General del Proceso. Enseñanza de la misma”,
Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República,
Montevideo, Tomo. XVIII, 1967.
ANEXOS
1. Gráfico de Segmentación Social por etnias en Latinoamérica