Dimensiones de Los Niños en La Primera Infancia 2

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INTRODUCCION

Es prácticamente imposible desligar el desarrollo motor del conocimiento y de los


aspectos emocionales. La actividad motora, gracias a la cual el niño explora y
reorganiza el medio, es fundamental para su desarrollo. A través de la acción el
niño va a descubrir el mundo, va a poder tener conocimiento de las cosas y de sí
mismo, y por tanto, podrá dar respuestas ajustadas o expresar sus necesidades

Como ser humano, el niño se desarrolla como totalidad, tanto su organismo


biológicamente organizado, como sus potencialidades de aprendizaje y
desenvolvimiento funcionan en un sistema compuesto de múltiples dimensiones:
socio-afectiva, corporal, cognitiva, comunicativa, ética, estética y espiritual. El
funcionamiento particular de cada una, determina el desarrollo y actividad posible
del niño en sus distintas etapas. Desde un punto de vista integral, la evolución del
niño se realiza en varias dimensiones y procesos a la vez, estos desarrollos no
son independientes sino complementarios.

De manera breve hablaremos de las dimensiones que intervienen en el desarrollo


del niño y la niña en edad preescolar y de los indicadores de logro que se
establecen para este nivel. Es fundamental la visión integral que se tenga de estas
dimensiones al interactuar con el niño y al formular los indicadores, por tanto, el
orden en el cual aparecen no supone una jerarquía de importancia de una sobre
las otras; lo necesario de identificar para una mejor comprensión del ser y del
quehacer de cada niño en su grupo es el reconocimiento de su contexto social y
cultural, al igual que sus ritmos y tiempos particulares de aprendizaje a través de
los cuales manifiesta y logra su desarrollo
1. DIMENSIONES DE LOS NIÑOS EN LA PRIMERA INFANCIA

1.1. DIMENSIÓN COGNOSCITIVA

Esta dimensión tiene como objetivo general


mejorar la forma de relacionarse el niño con otros
niños, padre y adultos, con el fin de contribuir a su
desarrollo integral. Esta dimensión tiene tres (3)
propósitos fundamentales, los cuales son:

 La búsqueda de la independencia del niño.


 La búsqueda de la consistencia del niño.
 El desarrollo autónomo de valores.

Esta dimensión es fundamental en el desarrollo intelectual del niño y se encuentra


íntimamente relacionada con lo socioafectivo.

Esta disposición cognoscitiva se establece por la maduración biológica y por el


aprendizaje previo, que ha sido acumulado a través de la exploración personal y
las experiencias sociales.

El término cognoscitivo proviene del latín "cognoscere", que significa conocer. El


funcionamiento cognoscitivo se pude considerar como un acto o proceso de
conocer, que incluye darse cuenta, y juicio. Algunos denominan el funcionamiento
cognoscitivo, funcionamiento mental o intelectual. El desarrollo cognoscitivo se
refiere a la profundidad y amplitud cada vez mayor del funcionamiento intelectual y
mental que ocurre a medida que el individuo madura.

La meta es fomentar el desarrollo cognoscitivo en los primeros años de vida del


niño, por lo que éste debe aprender a:

 Comprender el mundo que lo rodea.


 Comprender a la gente y las cosas.
 Comprender su cuerpo y sentimientos, cómo cuidarse a sí mismo.
 Simbolizar, usando el lenguaje y medios para comunicarse.
 Hacer elecciones y tomar decisiones y volverse independiente.
 Hacer lo que está correcto de acuerdo con los valores del lugar o
comunidad en general.
Para entender las capacidades cognitivas del niño de preescolar, hay que
centrarse en lo que éste sabe y hace en cada momento, su relación y acción con
los objetos del mundo y la mediación que ejercen las personas de su contexto
familiar, escolar y comunitario para el logro de conocimientos en una interacción
en donde se pone en juego el punto de vista propio y el de los otros, se llega a
acuerdos, se adecúan lenguajes y se posibilita el ascenso hacia nuevas zonas de
desarrollo.

Para el desarrollo del aspecto cognoscitivo del niño, el profesor se podrá apoyar
en actividades que tengan que ver con las matemáticas, ciencias y sociales.

La dimensión cognitiva es propia de las actividades en las áreas de matemáticas,


ciencias y sociales.

1.2. DIMENSIÓN SOCIOAFECTIVA

Según el Ministerio de Educación Nacional, la


comprensión de la dimensión socioafectiva hace
evidente la importancia que tiene la socialización y la
afectividad en el desarrollo armónico e integral en los
primeros años de vida incluyendo el periodo de tres a
cinco años.

El desarrollo socioafectivo en el niño juega un papel


fundamental en el afianzamiento de su personalidad,
autoimagen, autoconcepto y autonomía, esenciales para la consolidación de su
subjetividad, como también en las relaciones que establece con los padres,
hermanos, docentes, niños y adultos cercanos a él; de esta forma va logrando
crear su manera personal de vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos
frente a los objetos, animales y personas del mundo, la manera de actuar, disentir
y juzgar sus propias actuaciones y las de los demás, al igual que la manera de
tomar sus propias determinaciones.

La emocionalidad en el niño es intensa, domina parte de sus acciones, pero es


igualmente cambiante: de estados de retraimiento y tristeza, puede pasar a la
alegría y el bullicio, olvidando rápidamente las causas que provocaron la situación
anterior. El control sobre sus emociones es débil, no pone distancia entre él y sus
sentimientos y difícilmente llega a criticarlos, juzgarlos o corregirlos; es impulsivo y
vive con profundidad sus penas y alegrías, haciendo a veces que sus temores
sean intensos.
El niño pone emoción y sentimiento en todo lo que hace, y mucho más aun
cuando la actividad es lúdica; por ello las realiza con entusiasmo o por el contrario
se niega con gran resistencia a realizarlas.

El niño va logrando su desarrollo afectivo a través de esta emotividad y sus


diferentes manifestaciones, de la misma forma como las otras personas,
especialmente los más cercanos y significativos para él, como docentes, adultos,
amigos, las asumen y le ayudan a vivirlas.

Una relación positiva con ellos es estimulante y eficaz, así como una negativa
malogra los esfuerzos de los niños y crea riesgo de desarrollar cualquier tipo de
conductas frustradas o sentimientos de fracaso.

Procurar un adecuado desarrollo socioafectivo del niño implica facilitar la


expresión de sus emociones, tanto de ira, rabia, temor, llanto, como también de
bienestar, alegría, gozo, amor, entusiasmo. Darle seguridad en sus acciones,
facilitando la oportunidad de escoger, decidir y valorar dentro de una relación de
respeto mutuo, de aceptación, de cooperación voluntaria, de libertad de expresión,
de apreciación de sus propios valores y de solidaridad y participación, hace parte
de la formación para la vida, por cuanto permite a los niños ir creando su propio
esquema de convicciones morales y de formas de relacionarse con los demás.

La dimensión socioafectiva es propia de las actividades dentro del salón de clase,


y fuera de éste como en el recreo o la merienda.

Esta dimensión debe ser permeable en todas las actividades del preescolar, sin
embargo, hay momentos en que debe hacerse de manera intencional.

1.3. DIMENSIÓN DE PERCEPCIÓN Y MOTRICIDAD

Esta dimensión está relacionada tanto con la


ejercitación de la percepción, como con el
control voluntario que efectúa sobre sus actos
motores. Los cuatro procesos básicos son:

 Procesos perceptivos: Incluye la


percepción visual, auditiva. olfativa y táctil.
 Esquema motriz: Está relacionado con la
capacidad de desarrollar la habilidad en la
coordinación motriz fina y gruesa,
visomotora y equilibrio.
 Esquema corporal: Está relacionado con el desarrollo de la imagen y
concepto corporal ajuste postural y lateralidad.
 Estructura espaciotemporal: Está relacionada con el desarrollo de la
estructura espacial lateralidad.

Según Collo y colaboradores, es en el comienzo de la etapa del preescolar (tres


años de edad), en donde ha concluido la fase fundamental de mielinización de las
neuronas, lo cual permite que el niño esté en condiciones de realizar actividades
sensoriales y de coordinación de manera mucho más rápida y precisa. Además,
es de resaltar la maduración notable del lóbulo frontal sobre los cinco años, que
permite importantes funciones de regulación, planeamiento de la conducta y
actividades que eran inicialmente involuntarias, como es el caso de la atención, la
cual, por ejemplo, se va haciendo más sostenida, menos lábil y más consciente.

De igual forma, la capacidad perceptiva es fundamental para el desarrollo de las


otras capacidades que se sintetizan o unifican en el proceso de pensar.

La expresividad del movimiento se traduce en la manera integral como el niño


actúa y se manifiesta ante el mundo con su cuerpo: "en la acción del niño se
articula toda su afectividad, todos sus deseos, todas sus representaciones, pero
también todas sus posibilidades de comunicación y conceptualización". Por tanto,
cada niño posee una expresividad corporal que lo identifica y debe ser respetada
en donde sus acciones tienen una razón de ser.

A partir de esta concepción, se plantean tres grandes objetivos que se


complementan y enriquecen mutuamente: hacer del niño un ser de comunicación,
hacer del niño un ser de creación, y favorecer el acceso hacia nuevas formas de
pensamiento, por lo cual, al referirnos a la dimensión corporal, no es posible
mirarla sólo desde el componente biológico, funcional y neuromuscular, en busca
de una armonía en el movimiento y en su coordinación, sino incluir también las
otras dimensiones, recordando que el niño actúa como un todo poniendo en juego
su ser integral.

Se podría decir entonces que desde la dimensión corporal, se posibilita la


construcción misma de la persona, la constitución de una identidad, la posibilidad
de preservar la vida, el camino de expresión de la conciencia y la oportunidad de
relacionarse con el mundo.

1.4. DIMENSIÓN DEL LENGUAJE O COMUNICATIVA

Se parte del principio de que la comunicación y la expresión son aspectos


fundamentales en el desarrollo del niño. El desarrollo de vocabulario y del uso de
lenguaje funcional en la población infantil es determinado, en parte, por el grado
en que los padres y otras personas significativas entablan conversaciones
sostenidas con ellos, les hacen y les responden preguntas y ponen atención y
responden a comentarios de los niños.
Para el Ministerio de Educación Nacional, la dimensión comunicativa en el niño
está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y
fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones
para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y
sentimientos.

Los mecanismos innatos pod rían ser suficientes para permitir a los niños
desarrollar una estructura de lenguaje completa, pero como lo establecen Neimark
y Santa, en 1975, ésta no es suficiente para asegurar un buen funcionamiento del
lenguaje.

Para el niño de preescolar, el uso cotidiano del idioma, su lengua materna en


primera instancia, y de las diferentes formas de expresión y comunicación, le
permiten centrar su atención en el contenido de lo que desea expresar a partir del
conocimiento que tiene o va elaborando de un acontecimiento, constituyéndose el
lenguaje en la forma de expresión de su pensamiento.

Por tanto, las oportunidades que facilitan y estimulan el uso apropiado de un


sistema simbólico de forma comprensiva y expresiva, potencian el proceso de
pensamiento.

Toda forma de comunicación que establece el niño se levanta sobre las anteriores,
las transforma en cierta medida, pero de ninguna manera las suprime, a mayor
edad del niño, con mayor flexibilidad utiliza todos los medios a su alcance.

Entre más variadas y ricas son sus interacciones con aquellos que lo rodean y con
las producciones de la cultura, más fácilmente transforma sus maneras de
comunicarse, enriquece su lenguaje y expresividad, e igualmente diversifica los
medios para hacerlo mediante la apropiación de las nuevas posibilidades que le
proporciona el contexto.

Se parte del principio de que la comunicación y la expresión son aspectos


fundamentales en el desarrollo del niño. El niño utiliza tres (3) tipos de lenguaje:
oral, grafico y corporal. Como actividades propias del lenguaje se sugieren medios
como los títeres, poesía, dramatizaciones, lectura de cuentos y canciones, entre
otros.

1.5. DIMENSIÓN ESTÉTICA

La dimensión estética en el niño juega un papel


fundamental, ya que brinda la posibilidad de
construir la capacidad profundamente humana de
sentir, conmoverse, expresar, valorar y
transformar las percepciones con respecto a sí mismo y al entorno, desplegando
todas sus posibilidades de acción. El niño, en esa permanente interacción consigo
mismo, con sus padres y con los adultos, especialmente con sus compañeros, el
docente y padres de familia, manifiesta sus sensaciones, sentimientos y
emociones, desarrolla la imaginación y el gusto estético garantizando climas de
confianza y respeto, donde los lenguajes artísticos se expresan y juegan un papel
fundamental al transformar lo contemplado en metáforas y representaciones arm
ónicas de acuerdo con las significaciones propias de su entorno natural, social y
cultural.

La sensibilidad en la dimensión estética, se ubica en el campo de las actitudes, la


autoexpresión, el placer y la creatividad que encierra un compromiso, entrega,
gratuidad y no obligatoriedad. Hay una estrecha relación entre la sensibilidad y la
evolución de la construcción de la autoconciencia.

Hablar de la sensibilidad es hablar de respuesta pronta ante lo nuevo, de la


delicadeza y sutileza, de ofrecer posibilidades de expresión, sentimiento y
valoración que permitan al niño su desarrollo en está dimensión, para ser capaz
de amarse a sí mismo y amar a los demás, favoreciendo de esta manera el
desarrollo de actitudes de pertenencia, autorregulación, confianza, singularidad,
eficiencia y satisfacción al lograr lo que él mismo se ha propuesto.

Por ello, se puede decir que el profesor, en la etapa del preescolar, deberá buscar
los medios o situaciones en que el niño pueda desarrollar su sensibilidad, con el
fin de dejar entrever sus sentimientos, actitudes y deseos frente a la actividad
consigo mismo y con los otros en el marco de su propia realidad escolar.

1.6. DIMENSIÓN ESPIRITUAL

En los lineamientos del currículo determinado en el


MEN, el desarrollo de esta dimensión en el niño, le
corresponde en primera instancia a la familia y
posteriormente a la institución educativa, al
establecer y mantener viva la posibilidad de
trascender como una característica propia de la
naturaleza humana, la espiritualidad.

Lo trasc endente en el niño, por tanto, se puede


entender como el encuentro del espíritu humano con
su subjetividad, su interioridad y su conciencia,
estados profundos de la dignidad y libertad del ser humano, lo cual supone que el
adulto tenga un conocimiento de las características propias de la subjetividad, la
interioridad y la conciencia en formación del niño.
Como acción propia de la dimensión espiritual, está el fomento de las actividades
para el desarrollo del espíritu, considerando que Colombia es un país
significativamente católico y reconocido como tal en la constitución, al igual que se
reconoce también en el otro la libertad de culto.

1.7. DIMENSIÓN ÉTICA

La formación ética y moral en los niños consiste en


abordar el reto de orientar su vida, es decir, llevar al niño
poco a poco a la interiorización de reglas y formas de
relacionarse con su entorno y con sus semejantes, y por
otro lado, permitir apreciaciones sobre la sociedad y
sobre su papel en ella.

El objetivo de la educación moral sería el desarrollo de la


autonomía, es decir, el actuar de acuerdo con criterios
propios. Contrariamente a posiciones que buscan
imponer o inculcar valores en los niños, Piaget propone el
desarrollo de la autonomía moral, como la construcción
de criterios morales que permitan distinguir lo correcto de
lo incorrecto. Construcción que se hace en la interacción social, siendo la pregunta
central del maestro cómo formar a los niños, cómo construir estos criterios. La
respuesta se encontraría en el tipo de relaciones que se establecen entre los niños
y los adultos. La moral autónoma se desarrolla en unas relaciones de cooperación
basadas en la reciprocidad. La moral heterónoma es fruto de unas relaciones de
presión sustentadas en el respeto unilateral.

En última, la creación de un ambiente en el aula y en la escuela, basado en el


respeto mutuo y en las posibilidades de descentrarse y coordinar puntos de vista,
es la estrategia fundamental para el desarrollo de esta autonomía. El maestro
disminuirá su poder como adulto permitiendo que los niños tomen decisiones,
expresen puntos de vista, y aun sus desacuerdos respecto a algunas posiciones
del adulto.

Propiciará las relaciones entre los niños, base para la formación de la noción de
justicia, el intercambio de puntos de vista y la solución de problemas entre ellos
mismos. Igualmente, fomentará su curiosidad, la elaboración de preguntas y la
búsqueda de soluciones ante los problemas morales que se presentan en la vida
diaria. Los niños en este ambiente irán construyendo el valor del respeto al otro,
de la honestidad, de la tolerancia, valores esenciales para una convivencia
democrática.
CONCLUSIONES

En conclusión, se puede decir que el niño en edad preescolar, desde su propia


lógica, construida en interacción consigo mismo y con el otro, tiene un amplio y
articulado conocimiento del mundo, por tanto, hacer pedagogía en el preescolar es
pensar en la posibilidad de un niño, de un hombre capaz de amar, recibir y ofrecer
afecto y establecer lazos de amistad, compañerismo y solidaridad, con capacidad
y deseo de comunicarse con los demás, alegre, feliz, que disfruta con las
oportunidades que le da la vida, que se integra y establece relaciones en nuevos
contextos sociales.

Finalmente, se puede decir que cada una de estas dimensiones están


íntimamente relacionadas, ya que el estimular una de ellas trae consigo el avance
en las otras paralelamente; ejemplo de esto es cuando se estimula al niño para el
desarrollo del lenguaje con actividades, lo que permitirá a su vez estimular la
capacidad cognitiva, perceptiva, social y afectiva de cada niño.
BIBLIOGRAFIA

 Alicia Vallejo Salinas, "La formación integral del niño a través del arte",
notas, Bogotá, 1998.

 C. Coll, Marchesi, J. Palacios, Desarrollo Psicológico y Educación.


Psicología evolutiva, tomo I. Madrid, Editorial Alianza, 1992.

 Op. cit. www.mieducacion.gov.co

 GOOD, Thomas, BROPHY, Jere. Sicología Educativa Contemporánea.


McGrawHill, quinta edición. México, DF. 1996. Pág. 62.
CONTENIDO

INTRODUCCION

1. DIMENSIONES DE LOS NIÑOS EN LA PRIMERA INFANCIA


1.1. DIMENSIÓN COGNOSCITIVA
1.2. DIMENSIÓN SOCIOAFECTIVA
1.3. DIMENSIÓN DE PERCEPCIÓN Y MOTRICIDAD
1.4. DIMENSIÓN DEL LENGUAJE O COMUNICATIVA
1.5. DIMENSIÓN ESTÉTICA
1.6. DIMENSIÓN ESPIRITUAL
1.7. DIMENSIÓN ÉTICA
2. CONCLUSIONES
3. BIBLIOGRAFIA

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