Expo Hemorragia Digestiva - Casos Clínicos 1
Expo Hemorragia Digestiva - Casos Clínicos 1
Expo Hemorragia Digestiva - Casos Clínicos 1
Un abordaje para diferenciar estas posibilidades es colocar una sonda nasogástrica (NG) y
realizar un lavado gástrico analizando el aspirado. Sin embargo, cada vez más datos
indican que la sonda NG no es fiable para localizar la hemorragia y virtualmente en todos
los pacientes con una hemorragia significativa debería realizarse una endoscopia alta para
la visualización directa. La endoscopia alta es muy precisa en la identificación de una lesión
gastrointestinal superior y, si el resultado es negativo, es necesario orientar la atención
hacia un foco gastrointestinal inferior. Se ha comprobado que la endoscopia precoz con
tratamiento orientado reduce el uso de recursos y las necesidades de transfusión, así como
el tiempo de hospitalización. Además, la endoscopia en las primeras 6 o 12 h no ha
demostrado aportar beneficio adicional alguno con respecto a las endoscopias realizadas en
las primeras 24 h.
No todos los pacientes con una hemorragia digestiva deben ser ingresados en el hospital o
tratados de forma urgente. Por ejemplo, un paciente con una hemorragia rectal de pequeña
intensidad que se ha detenido ya puede ser valorado en general de forma ambulatoria.
Como se mencionó anteriormente el 80% de las HDA, son de origen NO VARICOSA. Es por
eso que utilicé esta figura que muestra el algoritmo para el diagnóstico y parte del tto de las
HDA no varicosas.
PPT 4: DX HDB
En esta figura se muestra el algoritmo para el estudio de las hemorragias digestivas bajas.
Una vez que se ponen en marcha las medidas de reanimación, lo primero que hay que
hacer es descartar una hemorragia anorrectal por medio de un tacto rectal y una anoscopia
o una sigmoidoscopia. Si la hemorragia es abundante, es importante descartar un foco
gastrointestinal alto. Si el aspirado NG contiene bilis, pero no sangre, se puede descartar
una hemorragia digestiva alta en la mayoría de los casos. Sin embargo, si se contempla la
posibilidad de operar de urgencia para atajar una hemorragia muy peligrosa, suele estar
indicada una esofagogastroduodenoscopia (EGD) preoperatoria o intraoperatoria. La
evaluación posterior dependerá de la magnitud de la hemorragia. En caso de que exista
sangrado copioso o persistente, las pruebas que hay que realizar dependerán del estado
hemodinámico del paciente. Un paciente verdaderamente inestable que siga sangrando y
necesite medidas de reanimación agresivas y continuadas deberá pasar al quirófano para
someterse a un diagnóstico inmediato y una intervención quirúrgica de urgencia. Si la
hemorragia es moderada, la reanimación y la estabilidad hemodinámica permiten una
evaluación y un tratamiento mejor orientados. La colonoscopia es la piedra angular del
diagnóstico, ya que permite visualizar la lesión e intervenir terapéuticamente sobre los focos
hemorrágicos cólicos, rectales e ileales distales. Los complementos habituales de la
colonoscopia suelen ser la gammagrafía con eritrocitos marcados y la angiografía. Si estas
pruebas no confirman el diagnóstico, se considera que la hemorragia tiene un origen poco
claro.
Paciente de sexo masculino, 77 años de edad, peso y talla desconocida. Dentro de sus
antecedentes mórbidos destaca HTA y artrosis de rodilla de data desconocida. Para el
tratamiento de sus patologías crónicas el paciente utiliza desde enero de 2006 atenolol 50
mg/día y nitrendipino 20 mg 2 veces/día, además de paracetamol 500 mg 3 veces/ día y
ketoprofeno 50 mg desde enero del 2011.
Paciente consulta en centro asistencial el día 19/11/16 por cuadro de dolor abdominal de 2
días de evolución, refiere el dolor «como si le hubieran dado un combo en el estómago».
Se solicita endoscopía digestiva alta (EDA) para confirmar o descartar otras causas
diferentes a las farmacológicas, sin embargo, este examen no se logra realizar hasta el día
29/11/16.