Memorial Estado

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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


CARRERA DE DERECHO

MEMORIAL
“AGENTES DEL ESTADO”
Materia: Derecho Internacional de los Derechos Humanos
Paralelo: “D”

Universitarios:
➢ Conde Romero Jhosseline Alejandra
➢ Castedo Yupanqui Sue Helen
➢ Rodríguez Delgado Neftali Heric
➢ Mendieta Montesinos Marcos Mezger
➢ Mamani Choquetarqui Vania Ninoska
➢ Miranda Rodriguez Eddy Ariel
➢ Nuñez Saravia Yobana Isabel
➢ Nina Mamani Carlos Angel
➢ Sanchez Huanca Elvis
➢ Soria Alarcon Geraldine Luz

La Paz – Bolivia
2023
SEÑOR PRESIDENTE DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS.

EDDY ARIEL MIRANDA RODRIGUEZ, en mi calidad de Agente del Estado del Gobierno
de Vadaluz, calidad acreditada ante esta Honorable Corte, respetuosamente comparezco
ante ustedes para CONTESTAR LA DEMANDA, dentro del caso identificado como
CHAVERO VS. VADALUZ , clasificado por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos con el número 11.129, utilizando la terminología enumerada par el artículo 2
del Reglamento de la Corte, por lo cual expongo los siguientes:

HECHOS

La evolución de la pandemia provocada por el virus de origen porcino que tomó niveles
exponenciales de contagios a partir de inicios del año 2020, provoco que en nuestro país
el Poder Ejecutivo decida el 2 de febrero de 2020, declarar estado de excepción mediante
Decreto Ejecutivo No. 75/20, respaldado esto debido a los contagios con el fin de evitar
la propagación de tal virus.

El Decreto Ejecutivo 75/20 autoriza la limitación de derechos reconocidos en la


Convención Americana de Derechos Humanos lo cual está justificado en los
acontecimientos señalados en este memorial, toda vez que la rápida expansión de la
pandemia porcina constituyo sin duda un grave peligro público y al mismo tiempo una
grave amenaza a la seguridad física de los habitantes del Estado de Vadaluz.

De ese modo, al no haber otra medida que pueda conducir a mantener el distanciamiento
social en todo el territorio estatal, el Poder Ejecutivo optó por declarar el estado de
excepción.

En ese sentido, también la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su


resolución 1/20, adoptada justamente en el marco de la pandemia, ha establecido que
las restricciones deben ser proporcionales y tener como fin “el estricto cumplimiento de
objetivos de salud pública y protección integral, como el debido y oportuno cuidado a la
población, por sobre cualquier otra consideración o interés de naturaleza pública o
privada” es así que mediante el Decreto Ejecutivo 75/20 se adoptan varias medidas para
evitar aglomeraciones y mantener el distanciamiento social y con ello garantizar la
protección de la salud y la vida de los habitantes del estado de Vadaluz, en tal sentido se
restringen varios derechos como el de libre circulación, reunión y manifestación, así
mismo se establece una sanción privativa de libertad de carácter administrativo, en caso
de incumplimiento de estas disposiciones. Es así que, considerando que el contexto de
la pandemia constituía una amenaza de grandes proporciones para la población de
Vadaluz, esto justificaba la adopción de medidas adoptadas en el Decreto, las cuales, no
restringen ninguno de los derechos protegidos en el artículo 27 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.

Sin embargo, el día 3 de marzo de 2020, un grupo de personas, entre las que se
encontraba el señor Pedro Chavero, realizaron un manifestación pública, contrariando lo
dispuesto en el Decreto 75/20, los miembros de la Fuerza Pública intentaron
amablemente disuadir a los manifestantes de continuar con su movilización, sin embargo
los manifestantes hicieron caso omiso del pedido de los miembros de la Policía,
pretendiendo avanzar hacia el centro de la ciudad, por lo que se vieron obligados a
detener al señor Chavero, quien fue llevado inmediatamente a la Comandancia de Policía
No. 3.

A las 24 horas de su detención fue puesto a órdenes del jefe de la Comandancia de la


Policía No. 3 en cuyo acto fue imputado de haber cometido la infracción prevista en los
artículos 2.3 y 3 del Decreto en mención, que establece una sanción privativa de libertad
de hasta 4 días, acusación que no fue negada por el imputado.

Tras este suceso la abogada del señor Chavero interpuso una acción de hábeas corpus
junto con la petición de la adopción de una medida cautelar, alegando que la detención
del señor Chavero, constituía una vulneración de sus derechos a la libertad personal y a
manifestarse. La medida cautelar fue desestimada el 7 de marzo considerando que ese
mismo día el Sr. Chavero obtenía su libertad, en tanto que el 15 de marzo de 2020 se
resolvió negativamente la acción de hábeas corpus, ya que el Sr. Chavero estaba en
libertad.

El día 3 de marzo de 2020, Claudia Kelsen presentó ante la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos (CIDH) una solicitud de medida cautelar luego de la detención de
Pedro Chavero para que este fuera liberado inmediatamente.
El 4 de marzo, la CIDH respondió a la solicitud de la abogada Kelsen, negándole la misma
en vista de que no cumplía los requerimientos que establece el artículo 25 del reglamento
de la Comisión, sin embargo, elevó una solicitud de medida provisional ante la Corte IDH
por los mismos hechos. Claudia Kelsen presentó a los dos días de solicitar la medida
cautelar, es decir, el 5 de marzo de 2020, una petición individual ante la Comisión IDH.

Para septiembre de 2020 se aprobaron un informe de admisibilidad y otro de fondo, en


donde se concluía varios artículos de la Convención Americana habían sido violados,
para lo cual se formularon recomendaciones para la reparación de los daños causados a
Pedro, Solicita también, la revisión de legalidad, constitucionalidad y convencionalidad
de las medidas que el Ejecutivo determinó.

La República Federal de Vadaluz protestó la celeridad con la que se trató este caso,
recordando la naturaleza subsidiaria del Sistema Interamericano, además de reconocer
que a nivel interno no tuvo la oportunidad de conocer del caso o reparar a las víctimas.
No pretende celebrar acuerdo de solución amistosa alguno.

El 8 de noviembre de 2020, el caso fue elevado ante la Corte IDH por la violación de
derechos de Pedro Chavero. Se menciona también que no puede utilizarse el derecho
de excepción para prohibir el derecho de protesta, ni imponer una pena sin un delito
debidamente tipificada.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

A continuación, se argumentará los fundamentos de derecho que, de los hechos


expuestos por el peticionario, se observa un cabal cumplimiento de las obligaciones
internacionales por el Estado. Para lo anterior se dividirá el análisis de fondo en varios
apartados de acuerdo con los alegatos planteados por la presunta víctima.
1. Vadaluz suspendió parcialmente y de forma adecuada los derechos a la libertad
de expresión, reunión y asociación (artículos 13,15,16 y 27 CADH en relación con
el art. 2 de la misma)

La representación de la víctima afirma que Vadaluz vulneró el artículo 27 de la CADH por


la indebida justificación del estado de emergencia decretado y las medidas tomadas en
el mismo. Sumado a ello, considera que con la prohibición de ejercer manifestaciones
presenciales se vulneran los derechos consagrados en los artículos 13, 15 y 16 de la
CADH. No obstante, el Estado fundamentará la adecuada suspensión parcial de los
mismos, acorde a los criterios del artículo 27 de la CADH.

La protesta social o manifestación pública es una forma de acción individual o colectiva


que tiene por objetivo expresar ideas, oposición y denuncia en diversos asuntos, como
políticos, culturales, o sociales23. La protesta juega un papel fundamental en el desarrollo
y fortalecimiento de los sistemas democráticos, y contribuye al pleno disfrute de derechos,
por lo que debe ser protegida con especial cuidado.

Si bien los derechos a la libertad de expresión, reunión y asociación, tienen regulación


autónoma, confluyen en una relación de interdependencia e indivisibilidad cuando se
ejercen en la protesta social. Siendo así, con las manifestaciones se ejerce la libertad de
expresión, puesto que se trata de un medio idóneo para expresarse, difundir información,
entre otras26. Por su parte, el derecho de reunión protege la congregación pacífica,
intencional y temporal de personas, por lo que su vínculo con la protesta es notorio al
tener un carácter instrumental que permite resguardar otros derechos. En cuanto al
derecho de asociación, se caracteriza por permitir crear o participar en organizaciones,
que en su funcionamiento pueden valerse de las manifestaciones públicas

En virtud de lo anterior, se observa la convergencia de dichos derechos en el marco de


la protesta social, por lo que se abordará su suspensión parcial de forma conjunta.
1.1. El Decreto 75/20 cumplió con los requisitos del artículo 27 de la CADH

En el presente apartado se argumentará cómo Vadaluz cumplió con los estándares para
la correcta configuración de un estado de emergencia. Sumado a ello, se demostrará que
dicha circunstancia extraordinaria se sometió a adecuados límites y controles internos y
externos.

Si bien los derechos a la libertad de expresión, reunión y asociación tienen cláusulas


propias para ser restringidos29, el adecuado parámetro legal en el presente caso es la
regulación del artículo 27 de la CADH. En este sentido, la CrIDH señaló que en
circunstancias de estados de emergencia la vía jurídica idónea para limitar algún derecho
es el artículo 27 de la CADH, pues se tratará de una suspensión y no de una restricción,
pues la última sólo procede en circunstancias de normalidad.

En el contexto regional se ha empleado la figura de estado de excepción de manera


indebida como un medio para reprimir la protesta social y lograr la disolución de
manifestaciones31. Por antecedentes como el anterior, el SPIDH tiene requisitos estrictos
para la suspensión de derechos, que es una prerrogativa estipulada en múltiples
instrumentos internacionales.

Conforme a lo establecido por el CDDHH, pueden ser suspendidos los derechos


mencionados a la luz de la protesta. Por su parte, la CrIDH se ha pronunciado al respecto
en su función consultiva, y en su función contenciosa, señalando que este mecanismo
debe ser empelado ante una situación de extrema gravedad, por un tiempo limitado y
sometiéndolo a un control interno y externo.

Se observa que el derecho internacional permite acudir a la salud pública como motivo
para configurar un estado de excepción, y a su vez suspender el ejercicio de derechos
con la única finalidad de restablecer la normalidad y garantizar el goce de otras
garantías36. Lo anterior se cumplió en el presente caso, ya que el Decreto 75/20 se
expidió exclusivamente para enfrentar una situación grave y extraordinaria como la
propagación de un virus desconocido, y proteger la vida y la salud de la población.
Adicionalmente, el estado de emergencia contenía un adecuado límite temporal, pues
este estaría vigente únicamente por el tiempo que se extendiera la crisis derivada de la
pandemia38. Dicha disposición cumplía además con el límite señalado por la
Constitución Nacional.

Por otro lado, en contextos de pandemia, la CIDH ha enfatizado en la protección del


Estado de Derecho y los poderes públicos, los cuales en muchas ocasiones se paralizan
por la crisis pandémica40. En contraste con lo anterior, en Vadaluz funcionó
adecuadamente el control judicial y estricto al Decreto 75/20, gracias a la implementación
de acceso virtual a la justicia, permitiendo que la CSF realizara un amplio análisis de
constitucionalidad y convencionalidad del mismo, decisión que fue motivada y revisada
adecuadamente.

Por otro lado, si bien el control en cabeza del Congreso no se pudo ejecutar42, a la fecha
nuestros parlamentarios se encuentran reestructurando el funcionamiento de dicha
institución. Esto se observa en prácticas como las del Parlamento Británico, el cual ha
sesionado por vía telemática en tiempos de pandemia. Como se indicó se espera que,
con prontitud, el Congreso siga dicho ejemplo, pues esta posibilidad ya se está
debatiendo.

Finalmente, el artículo 27.3. de la CADH exige notificar a la Secretaría General de la OEA.


Este es un medio de control externo y una garantía indispensable, que informa a la
comunidad internacional sobre la imposibilidad de incumplir de manera excepcional y
transitoria ciertos mandatos convencionales45. En cumplimiento de lo anterior, Vadaluz
notificó a la Secretaría de la OEA, mostrando alto nivel de transparencia y compromiso
con los DDHH.

1.2. La suspensión parcial de los derechos a la libertad de expresión, reunión y


asociación cumplió con el test de proporcionalidad
A continuación, se demostrará que las medidas tomadas por Vadaluz fueron legítimas,
contrario a lo afirmado por la presunta víctima. El SPIDH exige que las medidas aplicadas
en estados de emergencia deben cumplir con el test de proporcionalidad: exigiendo la
idoneidad, necesidad y estricta proporcionalidad de las acciones adoptadas.
Atendiendo al test de proporcionalidad, en primer lugar, se tomaron medidas idóneas
para proteger a los individuos del virus. Al respecto, la CIDH y la CrIDH señalaron que en
contextos de pandemia puede resultar imperativa la limitación del pleno goce de derechos
como el de reunión o circulación en espacios públicos48. Dichos mandatos claros y
concretos fueron considerados por el Estado al suspender sólo las reuniones
presenciales, como el medio más adecuado para evitar la propagación del virus porcino
en razón a su modalidad de contagio.

En segundo lugar, las medidas eran necesarias, pues no existía un medio menos lesivo
de protección para la salud pública y el interés general, pues atendiendo a lo señalado
por la CIDH y la OMS, este tipo de medidas eran las adecuadas. La CIDH señaló la
necesidad que los Estados actúen de forma inmediata y con diligencia, adoptando las
medidas pertinentes para proteger la salud de las personas49. Adicionalmente, manifestó
su preocupación cuando Nicaragua no tomó las acciones recomendadas por la OMS
como la prohibición de realizar aglomeraciones.

Contrario a ello, Vadaluz reaccionó de forma inmediata a las recomendaciones de la


OMS, pues un día después de la declaratoria de pandemia, expidió el Decreto 75/20, el
cual propugnaba por medidas indispensables de distanciamiento social para evitar
aglomeraciones, cumpliendo lo señalado tanto por la OMS como por la CIDH. De esta
manera se limitó la posibilidad de realizar actividades sobre las que la CIDH ya había
señalado su preocupación.

Sumado a ello, los derechos mencionados sólo fueron suspendidos en la proporción


estrictamente necesaria, limitando exclusivamente las manifestaciones presenciales52.
Por ello, es de suma relevancia destacar, por ejemplo, que los derechos que confluyen
en la protesta social pueden ejercerse en otras modalidades. Siendo así, en la era digital
se reconoce el potencial único de internet para ejercer la libertad de expresión y permitir
reunirse por este medio, potenciando la realización y goce de estos derechos.

En la actualidad existen otras modalidades de protesta útiles en los contextos de


pandemia. Múltiples manifestaciones se han presentado en la región por medio de
cacerolazos desde los hogares54, manifestaciones virtuales55, entre otras formas. Al
respecto, Vadaluz no es la excepción, pues en el marco fáctico se señala que una vez
iniciada la pandemia, la mayoría de sindicatos postergaron las protestas presenciales,
sin que exista ningún indicio de que el Estado haya limitado otro tipo de manifestaciones.

En tercer lugar, las medidas adoptadas cumplieron los criterios de gradualidad y


proporcionalidad, porque además de ser idóneas y necesarias, los beneficios obtenidos
justifican la proporcionalidad de la medida. De esta manera, gracias a dichas acciones
los niveles de contagio dentro de Vadaluz se mantuvieron en crecimiento acorde a los
países de la región57, evitando mayores riesgos a la vida y salud de las personas.

Por lo tanto, Vadaluz solo suspendió, atendiendo a criterios de estricta proporcionalidad,


la protestas que se realizaban de forma presencial, y con ello suspendió solo de forma
parcial y limitada los derechos mencionados. En este sentido, no existen indicios
afectación a otras prerrogativas de los derechos de reunión, asociación y libertad de
expresión.

Por todo lo anterior, el Estado cumplió cabalmente con la protección de los derechos
emanados de los artículos 13, 15 y 16 en consonancia con el artículo 27 de la CADH.
Esto demuestra que el estado de emergencia y las medidas tomadas fueron realizadas
únicamente en procura de la población y la imperativa protección a su vida y salud.

2. Vadaluz respetó el principio de legalidad al configurar el procedimiento del


Decreto 75/20 y su aplicación a Pedro Chavero (artículo 9 CADH)

A continuación, se acreditará el cumplimiento del principio de legalidad de conformidad


con los mandatos del artículo 9 de la CADH. Aunque la presunta víctima señala que el
Estado incumplió esta garantía, por la falta de claridad y certeza en el procedimiento
administrativo sancionatorio emanado del Decreto 75/20, se demostrará que dicha
afirmación no es cierta y que los procesos que se llevaron por incumplimiento de lo
dispuesto en dicha norma se dieron en un marco convencional.

El principio de legalidad e irretroactividad es un derecho inderogable58, el cual preside


cualquier actuación dentro de un Estado de Derecho, principalmente en casos en los que
se ejerce el poder punitivo, incluso si es en materia administrativa-sancionatoria59. De
dicho articulado emanan tres principios, a saber: (i) máxima taxatividad legal, (ii)
aplicación de la ley penal más favorable y (iii) el principio de irretroactividad. Por ello, se
procederá a justificar su cumplimiento por el Estado en el presente caso.

El principio de taxatividad implica que las acciones u omisiones sancionables deben


formularse de forma expresa, precisa, taxativa y previa, con la finalidad de brindar
seguridad jurídica a las personas60. En este sentido, la CrIDH ha encontrado vulnerado
el principio de legalidad cuando, por ejemplo, se impone una sanción y dicha conducta
no estaba tipificada como tal.

Los parámetros esbozados se cumplieron con la redacción del Decreto 75/20. Así pues,
el artículo tercero, de forma expresa y clara determinó la sanción aplicable para quien
incumpliera la disposición normativa del numeral tercero del artículo 2. Con esta remisión,
se individualizó, de forma precisa, el supuesto de hecho sancionable, el cual era asistir a
reuniones o eventos de más de tres personas, incumplir los horarios autorizados de
circulación o dirigirse a lugares temporalmente cerrados. Con ello, y dado que esta
disposición fue creada y publicada con anterioridad a la imposición de la sanción a la
presunta víctima, se cumplió a cabalidad el principio de taxatividad.

Por otro lado, la CrIDH estipuló que no puede imponerse la pena más gravosa prevista
en un ordenamiento jurídico para sancionar una conducta. En relación con esto, la CIDH
recibió denuncias en contextos de pandemia por el empleo abusivo del sistema penal
para forzar el cumplimiento de cuarentenas y medidas de distanciamiento social, al
enmarcar las conductas directamente en tipos penales.

Contrario a dichas denuncias, y en cumplimiento del principio de favorabilidad, Vadaluz


acudió a la vía menos lesiva para reprochar este tipo de infracciones. Se observa que
Chavero fue procesado por la vía administrativa, donde su sanción no podía exceder el
término de cuatro días64. El Estado resalta que aunque su comportamiento también
podía ser procesado por el delito de incumplimiento de medidas sanitarias, donde la pena
privativa de la libertad es de cuatro meses a dos años, nunca se usó el aparato penal.
Con lo anterior, se acredita que el Estado, consciente de sus obligaciones internacionales
y de la importancia de aplicar como ultima ratio el derecho penal, respetó cabalmente
esta esfera del principio de legalidad.

Por último, el principio de irretroactividad cuestiona la aplicación de una norma que haya
sido aprobada de forma posterior a la comisión de un hecho, evidenciando una aplicación
retroactiva66. Al respecto, en el caso no se aplicó en ningún momento una norma creada
con posterioridad a la infracción cometida por Chavero, el 03 de marzo de 2020, con lo
cual no se infringió dicho principio.

Para concluir, la CrIDH debe declarar el cumplimiento de Vadaluz al artículo 9 de la


CADH, pues de forma previa, clara y precisa consagró normativamente la conducta y
sanción aplicable a la presunta víctima, sin lesionar de ninguna forma el principio de
legalidad, y sobretodo aplicando la ley más favorable.

3. La detención de Pedro Chavero fue legal, razonable y careció de cualquier lesión


a su libertad personal (artículo 7 CADH)

La representación de la presunta víctima afirma que se vulneró el derecho a la libertad


personal porque la detención de Chavero fue ilegal y arbitraria, sumado a deficiencias en
el control jurisdiccional de la misma. No obstante, el Estado acreditará el cabal
cumplimiento de estas disposiciones y las demás garantías convencionales asociadas a
la libertad personal.

El artículo 7 de la CADH contiene la prerrogativa para las personas de organizar su vida


de forma autónoma conforme a lo que está lícitamente permitido67. Dicho articulado
protege de forma amplia la libertad y seguridad, y contiene una regulación específica de
garantías como el derecho a no ser privado de la libertad ilegalmente o arbitrariamente,
a conocer las razones de la detención y los cargos formulados en su contra, al control
judicial de la privación de la libertad y la razonabilidad del plazo de la prisión preventiva,
a impugnar la legalidad de la detención y a no ser detenido por deudas. Todas y cada
una de ellas fueron cumplidas en el presente caso por Vadaluz, tal y como procederá a
acreditarse.
La CrIDH ha determinado que el núcleo duro de la libertad personal es proteger a las
personas de cualquier interferencia ilegal o arbitraria en su libertad física69. Para que una
detención sea legal, es necesario que las personas afectadas por la medida lo sean por
causas previamente estipuladas en la normatividad interna y en consonancia con los
procedimientos establecidos en la misma.

En cumplimiento de lo anterior, como ya se determinó, el Decreto 75/20, de forma previa


a la detención administrativa de Chavero, contempló las causas y condiciones por las
cuales procedería dicha medida. En este sentido, y dado que su detención se dio con
estricta sujeción y cumplimiento de lo allí estipulado, esta fue legal.

Sin embargo, la CrIDH contempla que una detención legal puede ser arbitraria cuando la
misma no es objetiva, justificada y vulnera derechos fundamentales, por ser irrazonable,
imprevisible o carente de proporcionalidad72. Por ello, deben cumplirse los elementos
del test de proporcionalidad, a saber: (i) la detención debe ser idónea para cumplir el fin
perseguido, (ii) necesaria en el sentido de ser absolutamente indispensable para
conseguir el fin deseado, y (iii) estrictamente proporcional, en el sentido en que el
sacrificio de la libertad no sea desmedido frente a las ventajas obtenidas.

En el presente caso la detención no fue arbitraria, pues se justificó en la infracción


cometida por Chavero. Este fue detenido porque objetivamente estaba incumpliendo el
numeral 3 del artículo 2 del Decreto 75/20 y en procura de la protección individual y
colectiva de la salud y vida de la presunta víctima, así como de la población, pues al
permitir estos comportamientos se ponían en riesgo dichos intereses jurídicos esenciales.

Atendiendo al test de proporcionalidad, la idoneidad de la detención se fundamenta en la


protección imperativa de la vida y salud de la presunta víctima, pues al ser retirado de las
manifestaciones, se evitó por un medio adecuado que portara el virus y contagiara. En
segundo lugar, en cuanto a la necesidad, si bien el Estado entiende que las detenciones
deben ser excepcionales75, fue indispensable su realización al no existir otro medio para
evitar seguir poniendo en peligro su vida, pues fue advertido de forma amable y previa
por las autoridades; no obstante, hizo caso omiso de la advertencia y resultó necesario
detenerlo.
En tercer lugar, en cuanto a la estricta proporcionalidad, se recuerda que el derecho a la
libertad cedió de forma mínima, ya que solo estuvo en detención 4 días, mientras que al
surtirse dicho procedimiento fueron protegidas su vida y salud, intereses de suprema
relevancia, evitando que se contagiara del virus y con ello cumpliendo además la ley. Con
lo anterior, se acredita que la detención fue legal y carente de arbitrariedad, pues con la
misma se pretendió proteger los derechos de la presunta víctima, quien ignoraba la
realidad y peligros actuales.

En íntima conexión con lo anterior, el artículo 7.4 de la CADH contempla la garantía a


conocer los cargos imputados, el cual es un mecanismo que evita la configuración de
detenciones ilegales o arbitrarias. Esta disposición contiene la prerrogativa de comunicar
a un tercero los acontecimientos ocurridos. Dicha garantía se cumplió a cabalidad pues
el mismo día que fue detenido se puso en conocimiento de Chavero los cargos
imputados, sumado a que se le permitió a su familia y a su representante conocer las
circunstancias del caso y hasta las condiciones de detención.

Por otro lado, el artículo 7.5 contempla la prerrogativa de ser llevado sin demora ante un
juez o autoridad jurisdiccional, disposición que tiene especial relevancia en detenciones
sin orden judicial. Vadaluz presentó ante el Jefe de la Comandancia Policial No. 3 a la
presunta víctima al día siguiente de su detención, destacando que dicha autoridad cumple
con los parámetros interamericanos al tratarse de una autoridad que ejerce funciones
jurisdiccionales, permitiendo un control adecuado.

Por último, el derecho de acudir ante juez para recurrir la legalidad de la detención se ha
interpretado como parte fundamental del control sobre las privaciones a la libertad,
estableciendo como ente competente a una autoridad judicial. En cumplimiento de este
mandato, la detención de la presunta víctima tuvo un control adecuado, pues Chavero
interpuso el recurso de habeas corpus que permitió que un operador judicial conociera
de su situación.

Por todo lo anterior, la CrIDH debe declarar el cumplimiento del derecho a la libertad
personal a Pedro Chavero. Siendo así, se acreditó la debida legalidad y ausencia de
arbitrariedad en su detención, junto con la comunicación en tiempo debido las razones
de su detención, permitiéndole ser llevado sin demora ante autoridad con funciones
jurisdiccionales y recurrir la privación de la libertad.

4. A Pedro Chavero le fue garantizado el debido proceso legal en el marco del


procedimiento administrativo (artículo 8 CADH)

La presunta víctima argumentó que Vadaluz no garantizó los estándares al debido


proceso legal en el proceso administrativo por deficiencias en materia del derecho de
defensa y los medios para su preparación. Sin embargo, se argumentará que el Estado
garantizó, a pesar de la pandemia, las garantías convencionales relevantes para el caso,
específicamente las estipulados en los numerales 8.1., 8.2.b, 8.2.c, 8.2.h. de la CADH.

El debido proceso legal se refiere al conjunto de requisitos que deben observarse en las
instancias procesales a efectos de que las personas estén en condiciones de defender
sus derechos, las mismas son aplicables a cualquier procedimiento de carácter
sancionatorio. Es relevante establecer que esta garantía debe aplicarse aún bajo dicho
régimen de suspensión. Entre esas garantías, se encuentra en el artículo 8.1 el derecho
a ser oído por los órganos encargados de determinar derechos y obligaciones.

En el caso de la presunta víctima, dicha garantía de ser oído se cumplió, pues una vez
fue aprehendido se le garantizó el ser escuchado ante el Jefe de Comandancia Policial
No. 3, autoridad con funciones jurisdiccionales competente y ante la cual pudo brindar su
declaración y la cual fue considerada al momento de aplicar la sanción93. Con ello
Vadaluz le garantizó el derecho a ser oído a Chavero.

Por otro lado, es jurisprudencia reiterada que el artículo 8.2.b de la CADH determina la
necesidad de comunicar al “inculpado” la “acusación” en su contra, incluso antes de que
se formule una “acusación” en sentido estricto, y dicha notificación debe ser previa a que
el individuo rinda su primera declaración ante cualquier autoridad pública.

En cumplimiento de lo anterior, una vez fue trasladada la presunta víctima a la


Comandancia Policial No. 3, inmediatamente le fue imputado el ilícito administrativo
tipificado en el Decreto 75/20, al incumplir la prohibición de manifestaciones públicas de
más de 3 personas, cumpliéndose así el estándar de comunicación de la acusación.
Inclusive dicho acto se realizó de manera previa a cualquier declaración del acusado,
específicamente 24 horas antes de que rindiera declaración ante cualquier autoridad,
acatando lo preceptuado en el artículo 8.2.b convencional.

Adicionalmente, la CrIDH explicó que dentro de las garantías del debido proceso legal,
es esencial contar con el tiempo y medios adecuados para preparar su defensa, según
lo estipulado en el artículo 8.2.c 96. Esta prerrogativa implica que la defensa no sea solo
formal sino eficaz, oportuna y realizada por personal técnico, pues cualquier forma de
defensa ilusoria resultaría violatoria de la CADH.

A manera de ejemplo, en su jurisprudencia, la CrIDH señaló que se violó la garantía que


exige permitir preparar adecuadamente la defensa cuando las víctimas interactuaron
aproximadamente tres veces, de 15 a 20 minutos, con sus defensores en el marco de
detenciones que podían superar un año de duración, o cuando en complejos procesos
penales se otorgó a los representantes de las víctimas un término de 24 horas para
conocer todo el expediente, circunstancias completamente distintas a las de Chavero.

Acorde a la plataforma fáctica, se desprende que a la presunta víctima y su representante


les fue otorgado un término de 24 horas para la preparación de su defensa. Dicho termino
es razonable y prudencial, pues el mencionado procedimiento administrativo
sancionatorio no goza de gran complejidad, la detención fue en flagrancia, la posibilidad
de sanción contaba con publicidad en el Decreto, y permitir un lapso mayor a 24 horas
hubiese generado dilación injustificada de llevar a la presunta víctima ante una autoridad,
considerando el tiempo máximo que podía superar la misma sanción.

Aunque la presunta víctima y su representante interactuaron 15 minutos previo a la


realización de la audiencia, es importante resaltar que se garantizó el ejercicio de defensa
y las circunstancias adecuadas para su preparación, por tres aspectos. En primer lugar
la defensora estuvo presente el mismo día que fue aprehendida la presunta víctima, y de
ninguno de los hechos del caso se desprende que se le haya negado el acceso al
expediente o a las pruebas recabadas por parte de las autoridades. En segundo lugar,
es preciso mencionar que el término de interacción se fundamenta en las circunstancias
extraordinarias de la pandemia, en la cual peligraba la salud de la población y se hacía
imperioso el distanciamiento social, por lo que dicho peligro justificaba evitar
interacciones personales prolongadas.
Finalmente, en tercer lugar, los sucesos acaecidos durante la manifestación se
encuentran en la red social Facebook, pues los mismos fueron transmitidos en directo,
permitiendo con ello el acceso total a los acontecimientos ocurridos, facilitando una
preparación adicional de la defensa. En virtud de todo lo anterior, al atender a las
circunstancias del caso en concreto se afirma que se presentó una protección plena al
artículo 8.2.c de la CADH.

Por último, frente a la garantía de recurrir el fallo ante juez superior, consagrada en el
artículo 8.2.h, la CrIDH ha referido que consiste en una garantía primordial para que una
sentencia adversa pueda ser revisada por un juez distinto y de superior jerarquía.
Específicamente para los casos de sanciones administrativas de privación de libertad, la
CrIDH entendió que debe brindarse un recurso especial a toda persona sancionada como
garantía de su defensa.

En el caso en concreto, dicha garantía se cumplió por parte del Estado con el habeas
corpus, medio idóneo para garantizar la libertad y permitir el respeto a la vida e integridad
de la persona. Sumado a ello, la sentencia de habeas corpus al interior del ordenamiento
jurídico podía ser apelada y hasta excepcionalmente conocida por otro superior jerárquico
como es la CSF. En ese sentido se ofreció a la presunta víctima una protección reforzada
a su derecho a la doble conformidad.

En conclusión, el Estado encuentra que se garantizaron los estándares del debido


proceso legal, pues a la presunta víctima contó con el derecho a ser oído, se le comunicó
la imputación del ilícito de manera previa y oportuna, tuvo un tiempo acorde a las
circunstancias para la preparación de su defensa, y, por último, se garantizó la revisión
de la decisión sancionatoria. Por lo tanto, la CrIDH debe declarar el cumplimiento total
del Estado al debido proceso legal.

CONCLUSIONES

1. Es pertinente concluir diciendo que Pedro Chavero fue detenido legalmente ya que
el estado de Vadaluz estaba precautelado los intereses del bien colectivo ya que
por la pandemia se tuvo que abolir temporalmente el derecho a la asociación
pacifica para evitar contagios. A su vez se pudo demostrar que el señor Chavero
tuvo la oportunidad de declarar ante autoridad competente y no fue incomunicado
le fueron reconocidos todos sus derechos.
2. El comportamiento célere de la CIDH fue subjetivo y sin una motivación jurídica
valida, se demuestra la arbitrariedad en la tramitación del caso. Se generó un
grave error por la CIDH al no respetar sus propias normas afectando el derecho a
la defensa de Vadaluz, a quien no le otorgo el termino mínimo que la normativa le
concedía para ejercer las múltiples actuaciones de defensa posibles.

3. Las medidas tomadas por Vadaluz fueron legítimas, contrario a lo afirmado por la
presunta víctima ya que estas eran necesarias, pues no existían un medio menos
lesivo de protección para la salud pública y el interés general, pues por lo señalado
por la CIDH y la OMS, este tipo de medidas eran las adecuadas.

4. El estado de Vadaluz acudió a la vía menos lesiva para reprochar este tipo de
infracciones. La presenta víctima fue procesada por la vía administrativa, donde
su sanción no podía exceder el termino de cuatro días, sin lesionar de ninguna
forma el principio de legalidad y sobretodo aplicando la ley más favorable.

5. El Estado garantizo los estándares del debido proceso legal, pues a la presunta
víctima conto con el derecho a ser oído, se le comunico la imputación del ilícito de
manera previa y oportuna.

6. Vadaluz garantizo la protección judicial a la presunta víctima pues tuvo acceso al


recurso eficaz del habeas corpus, estipulado en la normativa interna aun durante
el estado de excepción.

7. Se pudo demostrar, en conclusión, que si bien se detuvo a Chavero fue en sujeción


a las leyes y respecto al principio de irretroactividad este fue respetado porque
Chavero fue detenido después de que esta ley fuera decretada el estado no
vulnero ningún derecho ya que este está facultado para hacer cumplir la ley.
PETITORIO

Se considera propicio que por todas las razones de hecho y de derecho expuestas
anteriormente, de forma respetuosa solicitamos:

PRIMERO: Se declare la procedencia del control de legalidad por el error grave y daño a
la tutela internacional que se generó por la actuación célere de la CIDH, tramitando
nuevamente la petición ante la CIDH y tomando las demás medidas que la CrIDH
considere pertinentes.

SEGUNDO: Que se declare la inexistencia de responsabilidad internacional de Vadaluz


por las presuntas violaciones a los derechos contenidos en los artículos
7,8,9,13,15,16,25,27 de la CADH, todos ellos en relación con los artículos 1.1 y 2 del
mismo instrumento frente a Pedro Chavero.

TERCERO: Se solicita el apoyo de la CrIDH para que junto con Vadaluz y todos los
interesados se realice una audiencia temática en la cual se compartan buenas prácticas
en materia del derecho a la protesta, acceso a la justicia y detenciones en el marco de
una pandemia.

DOCUMENTOS DE PRUEBA

1. La Constitución de la República de Vadaluz estipuló límites estrictos para la declaración


de estados de excepción y también para la protección de DDHH.

2. Convención y decretos relacionados con el caso :

- Decreto 75/20 de fecha 20 de febrero de 2020, donde procura de proteger la salud


de los manifestantes, con la atención al test de proporcionalidad como medida para
proteger a los individuos del virus. Este decreto cuenta con las medidas indispensables
de distanciamiento social para evitar aglomeraciones, cumpliendo lo señalado tanto por
la OMS como por la CIDH. (Art 3, Art 2. III) establece sanción para quien incumpliera la
disposición normativo del numeral tercero del artículo 2, Chevero fue detenido porque
objetivamente estaba incumpliendo el numeral 3 del artículo 2 del Decreto 75/20

- El Estado acreditó el cabal cumplimiento de las disposiciones relacionadas al caso y


las demás garantías convencionales asociadas a la libertad personal, y ala protección de
los derechos emanados de los artículos 13, 15 y 16 en consonancia con el artículo 27
de la CADH

- CADH ( Convención Americana sobre Derechos Humanos), Art 27.2 - Art. 15,
establece tres principios: (i) máxima taxatividad legal, (ii) aplicación de la ley penal más
favorable y (iii) el principio de irretroactividad

Art. 7. CADH, protege de forma amplia la libertad y seguridad donde las personas puedan
organizar su vida de forma autónoma pero lícitamente permitido y contiene una
regulación específica de garantías como el derecho a no ser privado de la libertad
ilegalmente o arbitrariamente, a conocer las razones de la detención y los cargos
formulados en su contra, al control judicial de la privación de la libertad y la razonabilidad
del plazo de la prisión preventiva, a impugnar la legalidad de la detención y a no ser
detenido por deudas.

Art 7.5 contempla la prerrogativa de ser llevado sin demora ante un juez o autoridad
jurisdiccional, el Estado de Vadaluz presentó ante el Jefe de la Comandancia Policial No.
3 a la presunta víctima al día siguiente de su detención

_ Art. 8 CADH. El estado garantiza el debido proceso legalen el marco del procedimiento
administrativo. En el artículo 8.1 garantiza el derecho a ser oído por los órganos
encargados de determinar derechos y obligaciones. En el caso de la presunta víctima,
dicha garantía de ser oído se cumplió, pues una vez fue aprehendido se le garantizó el
ser escuchado ante el Jefe de Comandancia Policial No. 3, autoridad con funciones
jurisdiccionales competente y ante la cual pudo brindar su declaración y la cual fue
considerada al momento de aplicar la sanción.
Art. 25 CADH, el Estado brinda garantías de la protección judicial a Pedro Chavero en
estado de excepción
- Reglamento de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. tiene por objeto
regular la organización y procedimiento de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos
3.Las Resoluciones pertinentes al presen caso emitidos por los Tribunales de la
Republica de Vadaluz.
1. Resolución N° 0777/2020 de fecha 05 de marzo de 2020 emitido por la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
2. Resolución N° 557/2020 de fecha 30 de mayo emitido por la Corte Suprema Federal
de Vadaluz.

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