Tema (Moción) A Debatir

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

DEBATIMOS

DEBATIMOS
Tema (Moción) a debatir: “EC lamenta que las mujeres inducen a su agresor al
feminicidio”
1)Exordio: Quien ama no mata, no humilla ni maltrata
2)Afirmación: Mi cámara sostiene que la mujer nunca tiene la culpa de que su agresor
la violente o atente directamente contra su vida.
3)Información parafraseada: A menudo la sociedad responsabiliza a las personas que
han sufrido un abuso, en lugar de condenar al agresor. Esta actitud no solo desvía la
atención sobre el verdadero culpable, sino que además origina más dolor y trauma en la
víctima.
4) Argumento o narrativa: Quiero que imaginen estas tres situaciones: un hombre
camina por una calle peligrosa mientras habla muy alto por teléfono. De pronto
aparecen dos personas y le roban el celular. ¿De quién es la culpa: del hombre o de los
ladrones? Una mujer lleva muchos años en una relación abusiva. Sabe que debería
separarse pero tiene miedo. Una noche su esposo la golpea hasta dejarla al borde de la
muerte. ¿Ella es responsable por no haberse alejado antes? Una chica de veinte años se
emborracha con un grupo de amigos. Horas después, mientras duerme, uno de ellos
aprovecha para abusar sexualmente de ella. ¿La culpa es de la muchacha o del
violador? Si consideras que en alguno de estos ejemplos la persona que sufrió la
agresión tuvo algún grado de responsabilidad, o que pudo hacer algo más para prevenir
su infortunio, estás incurriendo —quizá sin ser muy consciente de ello— en la
desafortunada práctica de culpar a la víctima. Aunque cada vez más se condena esta
forma de pensar y de juzgar la desgracia ajena, creer que alguien pudo actuar de otra
manera para evitar una agresión es más común de lo que imaginamos. Pero lo cierto es
que, en cualquiera de sus formas y niveles, el hecho de responsabilizar a la víctima
produce una repercusión indeseada: desvía la acusación culposa sobre el agresor. Y sin
pretenderlo, disimulamos o hasta justificamos sus acciones. La sociedad tiene cierta
tendencia a ensalzar al victimario antes que defender a la víctima, con lo cual
invalidamos su experiencia y emociones. En un momento de extrema vulnerabilidad, la
hacemos sentir más frágil e incluso la revictimizamos hasta el punto, quizá, de motivar
la creencia de que el trágico evento sí fue su culpa y que se lo “merece” por no “tomar
precauciones”.Esta tendencia a culpar a la víctima ocurre porque a menudo pensamos
que ha hecho algo para merecer lo que le sucedió. Quienes culpan a la víctima suelen
tener miedo de sufrir un abuso y al culpar a la víctima, se sienten bien porque crea la
sensación de que las consecuencias son justas y coherentes; a la vez nos trasmite la
idea que está en nuestras manos poder evitar cualquier tipo de abuso.Esta actitud
puede provocar mucha confusión y dolor a la víctima y quien la rodea, además así se
logra desviar la responsabilidad del agresor.
Esta misma actitud de negar y victimizar al agresor y culpar a la víctima nos habla de
alguien inmaduro y puede hacernos aún más vulnerables hacia los diferentes tipos de
abuso al creer que se pueden evitar con diferentes actitudes.
5) Ejemplo: En todo el mundo, casi una de cada tres mujeres ha sido víctima de la
violencia, y las crisis están aumentando aún más las cifras.
Un estudio reciénte de ONU Mujeres, publicado con motivo del Día Internacional
de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este 25 de
noviembre, destaca que casi una de cada dos mujeres ha sufrido o conoce a otra que
ha experimentado alguna forma de violencia desde el inicio de la pandemia de
COVID-19. Cerca del 25% de las mujeres se siente menos segura en el hogar y los
conflictos familiares han aumentado desde el inicio de la emergencia sanitaria.
La violencia de género, la violación más generalizada de los derechos humanos, no
es ni natural ni inevitable, y debe prevenirse.
Con motivo de los 16 Días de Activismo contra la violencia de género, ONU
Mujeres presenta las voces de tres supervivientes, cuyos nombres se han cambiado
para proteger su identidad. Tenga en cuenta que cada perfil incluye descripciones
de violencia de género.

https://www.defensoria.gob.pe/defensores/beatriz-merino-
lucero/#:~:text=La%20abogada%20Beatriz%20Merino%20se,por%20su%20alto
%20rendimiento%20acad%C3%A9mico.

6) Conclusión: Podemos decir que las mujeres o cualquier tipo de agresión, violencia u
homicidio, la victima no es culpable ni mínimamente responsable, ya que cada uno es
responsable , consiente y racional y puede diferenciar lo bueno y lo malo, por lo que
también es importante saber que cada persona tiene derechos y todos estamos en la
obligación de respetarlos y no hacer algo que falta esos derechos.

QUISPE RIOFANO MARIA DE LOS ANGELES


Por Vimes
Victim blaming significa “culpabilización de la víctima”. Consiste básicamente en afirmar que la
víctima de un delito (1) es parcial o totalmente responsable del mismo. Implica una inversión de la
responsabilidad, de tal modo que el foco de la conversación pasa de estar centrado en el
delincuente para estarlo en la víctima. Se deja de hablar de unos hechos delictivos para pasar a
juzgar el comportamiento de la víctima: lo que hizo para “favorecer” el delito, lo que no hizo para
evitarlo, o incluso sus costumbres sexuales.
He dicho “costumbres sexuales” porque el victim blaming se produce señaladamente (aunque no
en exclusiva (2)) en delitos sexuales contra mujeres. Todo el discurso sobre la longitud de la falda,
el camino de regreso a casa, el aprendizaje de autodefensa visto como deber, los límites al
coqueteo con hombres... todo eso es victim blaming. También lo son los juicios sobre cuándo debe
una famosa hacerse fotos eróticas, dónde debe almacenarlas y a quién debe mandarlas:
precisamente el caso que suscita esta entrada. Y, en casos como el de Christy Mack, las
afirmaciones sobre lo idiota que fue ella por liarse con su agresor.
El victim blaming puede ser más o menos sutil. Todo el mundo puede identificar (y criticar) el más
evidente, el grosero “la culpa es suya por vestirse como una puta” que suelta el borracho en la
tasca. Pero en realidad constituye victim blaming cualquier discurso que, dígalo como lo diga,
redistribuya las culpas. Y eso es muy fácil de encontrar en nuestro discurso cotidiano. Sí, también
entre hipsters modernos de barba y gafas de pasta o incluso entre activistas presuntamente
concienciados.
Este segundo nivel de victim blaming, más sutil, suele empezar con una declaración del estilo “no, a
ver, la culpa es siempre del violador, muerte a los violadores, PERO”. En general, cuanto más largo
sea este disclaimer previo peor será la burrada posterior. Puede ser una mención a las medidas de
protección que debería haber tomado la víctima, una referencia a lo “idiota” o “descuidada” que es,
una afirmación sobre la sexualidad masculina como algo incontrolable y desbordado (“si provocas
ya sabes a lo que te expones”) o cualquier cosa en la misma línea.
Es este segundo tipo de victim blaming el que me preocupa, porque está presente en todas partes.
Cuando lo señalas la respuesta tipo suele ser “¿yo? ¿Yo culpar a la víctima? No, si yo no digo que la
culpa sea de ella SINO QUE…” y te lo vuelven a explicar, normalmente exigiéndote que le pidas
cuentas al borracho de la tasca que dice que todas putas. “¡Ese sí que culpa a la víctima, y no yo
que SIMPLEMENTE DIGO QUE…!” Porque asumir que la estás cagando es complicado.
El victim blaming no se da sólo entre amigos y familiares, sino también, y por desgracia, en
instituciones policiales y judiciales. Es parte de lo que se suele llamar “victimización secundaria”,
que no es otra cosa que el calvario institucional que tiene a veces que pasar la víctima para
conseguir que se haga justicia. Como parte de este peregrinaje la agredida puede encontrarse con
un sistema que no la escucha, no la comprende e incluso la acusa por no adoptar las “precauciones
básicas” que se le ocurran al funcionario de turno en ese momento. La victimización secundaria es
un problema real, hasta el punto de que existen instrumentos legales sobre violencia contra las
mujeres que la mencionan para prohibirla (3).
El victim blaming, la culpación de la víctima, no es algo puntual o individual. Es un comportamiento
general, cultural si se quiere. Hace un daño terrible porque incita a las víctimas a mantener en
silencio su experiencia, a no hablar y a no denunciar, no sea que las cosas se pongan peor. Actúa
como reforzador de la cultura de la violación: mantener calladas a las víctimas, hacer que no se
pongan en contacto entre sí, reciban apoyo o busquen ayuda externa, es esencial para mantener la
impunidad.
La parte buena es que todo el mundo puede hacer algo para luchar contra el victim blaming. Con
no reproducir esa clase de discurso ya se está haciendo algo. Evidentemente, lo óptimo es señalar a
quien lo haga: puede parecer difícil, pero una vez entiendes por qué la culpación de la víctima da
asco sale solo. Conviene también informarse sobre los mitos que rodean la violación y sobre por
qué son falsos, y sobre qué hacer cuando te cuentan una agresión sexual. Y, si alguien te señala a ti
por estar reproduciendo esta clase de discurso, por favor no te encastilles y mira por qué te lo
dicen. ¿El objetivo de todo eso? Que la víctima se sienta comprendida, apoyada y, sobre todo, no
juzgada.

También podría gustarte