Los Laicos, Pellitero

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

Siendo que el concilio desarrollo la doctrina sobre la vocación y la misión de los laicos en

la Iglesia, y lo ha hecho en cuatro documentos: Lumen Gentium, Gaudium et spes,


Apostolicam actuositatem y Ad gentes. Hoy nos ocuparemos de la visión que presenta la
Lumen Gentium, de manera particular el capítulo IV.
Se planteo una visión del sacerdocio universal, de la relación de los laicos con el mundo, y
se concluye que todo lo que se dice del pueblo de Dios concierne por igual a laicos,
religiosos y clérigos. Podemos caer en el error de concebir la idea de Pueblo de Dios,
limitando a este a los laicos; pero, el concilio a definido que El Pueblo de Dios abarca a
todos los fieles. El Pueblo de Dios no es los laicos frente a los clérigos o religiosos. El
concilio caracterizó a los laicos más por lo que no eran que por lo que eran, dando un paso
adelante en la eclesiología. Al final de cuentas todos los bautizados están llamados a la
misma meta: la de la llamada universal a la santidad cada uno según su condición y
circunstancias.
La identidad de los laicos, es definida en la Lumen Gentium, como la participación a la que
da acceso el bautismo y participan en la misión de la iglesia participando por este
sacramento de la triple función de Cristo, sacerdote, profeta y rey. Cabe recalcar que esta
vocación es bautismal. Los cristianos con su testimonio iluminan el mundo, pues la misión
de los laicos está determinada por su vivir en el mundo.
La postura post conciliar plantea más una visión de los laicos como ayuda de la jerarquía
que como laicos que desempeñan su tarea eclesial en el mundo.
Para desarrollar adecuadamente la línea que tomó el Concilio Vaticano II acerca de la
identidad de los cristianos laicos y su índole secular, se ve necesario plantear una
clarificación teológica sobre la secularidad. Los cristianos laicos son llamados seculares ya
que su vida cristiana se desarrolla en medio de los ámbitos de a vida diaria del mundo, el
trabajo profesional, la familia etc. Además, esta la que suele llamarse secularidad
consagrada, que son las instituciones de vida consagrada. La secularidad de los laicos y la vida
consagrada

El testimonio propio de los laicos manifiesta la capacidad que tienen las realidades temporales el
mundo en cuanto mundo de ser asumidas por Cristo, y, por tanto, de contribuir a la edificación del
misterio de la Iglesia. Así se puede comprender, a nuestro juicio, la complementariedad entre la
vocación y misión propia de los laicos con la propia de los religiosos y de los consagrados. Esta
complementariedad viene pedida por la sacramentalidad de la Iglesia, signo e instrumento de
salvación universal para el mundo. Es decir, como signo de la esencial relación de la secularidad
cristiana con el orden de la creación que ha sido asumido en la Encarnación y sanado en la
redención.

Los laicos y los ministerios ordenados


Mientras que los fieles laicos realizan un servicio eclesial que ayuda también a todos los demás
miembros de la Iglesia en sus diversas condiciones de vida a comprender el significado que tienen
las realidades terrenas y temporales en el designio salvífico de Dios, el sacerdocio ministerial
representa la garantía permanente de la presencia sacramental de Cristo Redentor en los diversos
tiempos y lugares.

Los laicos en la complemantariedad de las vocaciones eclesiales

Los laicos están llamados a ordenar las realidades temporales según Dios. Ciertamente esto
pertenece a todos los cristianos, pero solamente los fieles laicos lo realizan en a través del mundo,
mientras que los consagrados dan testimonio del Reino de Dios ante el mundo. La secularidad no
es exclusiva ni de los laicos ni de los consagrados. Al mismo tiempo, la índole secular denomina el
modo propio de la secularidad de los laicos. Ahora bien, en esta profundización la palabra
específica debe ser usada con cuidado, para no pasar sin más del orden lógico donde los géneros
se dividen en especies y éstas poseen unas diferencias específicas claras y distintasal orden
teológico de las vocaciones y condiciones de vida en la Iglesia, que participan de una misma vida,
la de Cristo, por la acción del Espíritu Santo que estructura y diversifica los miembros de la Iglesia
sin separarlos.

Pero al mismo tiempo es claro que los elementos fundamentales de la teología del laicado deben
buscarse en la eclesiología del Concilio, puesto que los laicos son miembros del Pueblo de Dios,
más aún, son la mayoría del Pueblo de Dios. Dejó abierta la comprensión de la misión de la Iglesia
como una y única, junto con la diversidad de modos de participación de los cristianos en esa
misión.

También podría gustarte