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T 386 18

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Sentencia T-386/18

ACCION DE TUTELA PARA EL PAGO DE INDEMNIZACION


ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS DEL CONFLICTO
ARMADO INTERNO-Procedencia excepcional
Frente al caso objeto de estudio, este Tribunal considera que la acción de
tutela es el mecanismo judicial idóneo para garantizar el goce efectivo de los
derechos fundamentales invocados por la demandante, pues si bien existe otro
mecanismo judicial para obtener el pago de la indemnización administrativa
ya reconocida, en el asunto sometido a decisión, el mismo carece de la
entidad suficiente para dar una respuesta oportuna, completa e integral frente
a la situación expuesta por la accionante. En primer lugar, por la gravedad
extrema en la que se encuentra, ya que se trata de una víctima del conflicto
armado, con escasos recursos económicos, que viene padeciendo quebrantos
en salud, y que no cuenta con un trabajo ni con ingresos económicos que le
permitan cubrir su mínimo vital. Y, en segundo lugar, porque en virtud de los
principios de inmediatez, eficacia y prevalencia del derecho sustancial que
identifican al amparo constitucional, no es posible exigir el agotamiento
previo de las vías ordinarias, pues en tratándose de la población víctima del
conflicto armado prevalece la necesidad de asegurar la realización efectiva
de sus derechos, sobre todo cuando, como ocurre en el sub-judice, la actora
viene esperando una solución definitiva desde el 29 de enero de 2016 y varias
veces ha visto que se difiere el pago a que tiene derecho por cuestiones de
carácter administrativo.
VICTIMAS DEL CONLICTO ARMADO-Indemnización
administrativa y protección del derecho al mínimo vital
INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA PARA VICTIMAS DEL
CONFLICTO ARMADO INTERNO-Pueden existir condiciones
particulares que permitan demostrar su conexidad con los derechos a la
dignidad humana y al mínimo vital
DERECHO A LA INDEMNIZACION ADMINISTRATIVA DE
VICTIMA DE CONFLICTO ARMADO-Orden a la UARIV realizar
el pago efectivo de la indemnización administrativa reconocida a favor
de la accionante

Referencia: Expediente T-6.613.382

Asunto: Acción de tutela instaurada por la


señora Flor María Arrigui contra la Unidad
Administrativa para la Atención y
Reparación Integral de Víctimas

Magistrado Ponente:
LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ.

Bogotá DC, veinte (20) de septiembre de dos mil dieciocho (2018)

La Sala Tercera de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


Magistrados Alejandro Linares Cantillo, Antonio José Lizarazo Ocampo y
Luis Guillermo Guerrero Pérez, quien la preside, en ejercicio de sus
competencias constitucionales y legales, específicamente las previstas en los
artículos 86 y 241.9 de la Constitución Política y 33 y siguientes del Decreto
2591 de 1991, ha pronunciado la siguiente:

SENTENCIA

En el proceso de revisión del fallo de tutela adoptado el 3 de noviembre de


2017 por la Sala Tercera de Decisión del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Florencia (Caquetá), correspondiente al trámite de la acción de
amparo constitucional presentada por la señora Flor María Arrigui contra la
Unidad Administrativa para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas
(en adelante “UARIV”).

I. ANTECEDENTES

1.1 Hechos relevantes

1.1.1. La señora Flor María Arrigui es víctima del conflicto armado, por el
hecho victimizante del homicidio de su hijo Jhon Jader Torres Arrigui,
ocurrido en el año 2006. Por lo anterior, inició ante la UARIV el proceso de
reclamación de la indemnización administrativa correspondiente.

1.1.2. En desarrollo de referido trámite, la accionante presentó el 29 de enero


de 2016 los documentos que le fueron requeridos por la UARIV y solicitó que
se informara del turno asignado para el reconocimiento y pago de la
indemnización administrativa.

1.1.3. Ante la falta de solución al requerimiento realizado, la accionante


acudió a la acción de amparo a medidos de julio de 2016, en la que solicitó la
protección del derecho fundamental de petición. La tutela fue conocida por el
Juzgado Tercero Penal del Circuito de Florencia, el cual ordenó dar respuesta
en el término máximo de 48 horas.

1.1.4. El 1º de agosto de 2016, la UARIV contestó la petición informando que


la indemnización administrativa “se reconocerá y pagará” con el turno GAC-
170623-354 con fecha del 23 de junio de 2017.

1.1.5. Sin embargo, al momento de interponer la presente acción de tutela,


esto es, el 20 de septiembre de 2017, la accionante continuaba sin recibir el
pago de la indemnización administrativa.
1.2. Solicitud de amparo constitucional

Con fundamento en los hechos descritos, la señora Flor María Arrigui instauró
la presente acción de tutela, con el propósito de obtener el amparo de sus
derechos fundamentales a la dignidad humana y al mínimo vital, los cuales
estima vulnerados por la UARIV, al no haber realizado el pago de la
indemnización administrativa a la que tiene derecho, a pesar de haberse
cumplido la fecha del turno asignado por dicha entidad.

Sobre el particular, menciona que es una mujer de 57 años, que padeció de


traumatismos múltiples en el año 2015, que está afiliada al régimen subsidiado
en salud, que no cuenta con trabajo ni con ingresos económicos, y que se
encuentra registrada en el SISBEN con un puntaje de 21.21.

1.3. Contestación de la demanda

El 2 de octubre de 2017, la UARIV dio respuesta a la acción de tutela, en la


que, entre otras cosas, manifestó que la accionante, antes de recibir el pago de
la indemnización administrativa, debía realizar un proceso de documentación
del núcleo familiar, con el propósito de actualizar el Registro Único de
Víctimas (RUV) y, de esta manera, garantizar la correcta asignación de la
indemnización administrativa.

Dicho trámite se realizó de manera tardía, motivo por el cual no fue posible
para la entidad cumplir con el pago en la fecha programada. Pero, comoquiera
que la accionante ya presentó la documentación requerida, la UARIV
dispondrá de un tiempo prudencial para realizar las verificaciones de: “(i)
identificación de vigencia de los documentos de identidad; (ii) cruce de bases
de FOSYGA; (iii) verificación de existencia de divisiones de núcleo; (iv) cruce
con la Registraduría Nacional del Estado Civil; (v) cruces de información con
el Ministerio de Defensa Nacional; (vi) solicitud de recursos a la Dirección
del Tesoro Nacional-Ministerio de Hacienda y Crédito Público”.

Finalmente, manifestó que, una vez realizada la verificación de documentos,


procederá a realizar la colocación de los recursos presupuestales, los cuales se
encontrarán disponibles para cobro a partir de marzo de 2018.

1.4. Pruebas relevantes aportadas al proceso

- Copia del oficio No. 201672030853121 proferido por la UARIV, en


donde se halla la respuesta dada a la accionante a la petición realizada,
en la cual se le asignó un turno para el pago de la indemnización
administrativa.

- Copia de la consulta del puntaje del SISBEN realizada el 29 de agosto


de 2017, en la que se constata que la accionante fue calificada con un
puntaje de 21.21.
- Copia de la historia clínica de la accionante del año 2015, en donde
consta que fue diagnosticada con traumatismos superficiales múltiples
del abdomen, de la región lumbosacra y de la pelvis.

II. SENTENCIA OBJETO DE REVISIÓN

2.1. Sentencia de primera instancia

En sentencia del 3 de octubre de 2017, el Juzgado Primero Laboral del


Circuito de Florencia concedió la protección de los derechos fundamentales a
la vida, a la dignidad humana y al debido proceso de la señora Flor María
Arrigui, al considerar que la respuesta dada por la entidad accionada es
ambigua y da a entender que la actora será sometida a un nuevo proceso
administrativo, carga que resulta desproporcionada, comoquiera que, desde
junio de 2017, le había sido reconocido el derecho a la indemnización
administrativa.

2.2. Impugnación

La UARIV impugnó la decisión adoptada, en el sentido de señalar que la


respuesta no fue ambigua, pues en ella especificó que los recursos para el pago
de la indemnización administrativa estarán a disposición en marzo de 2018.
Además, junto con la apelación allegó un escrito dirigido a la accionante, del
29 de septiembre de 2017, en el que se le informó a la señora Flor María
Arrigui que ya se contaba con la documentación de su caso, se reiteró la
asignación de un turno y se informó que, para la fecha ya expuesta, se
procedería a realizar la colocación de los recursos presupuestales.

2.3. Sentencia de segunda instancia

En sentencia del 3 de noviembre de 2017, la Sala Tercera de Decisión del


Tribunal Superior de Florencia decidió revocar el fallo del a-quo, al considerar
que se presentó una carencia actual de objeto, ya que con la respuesta dada por
la UARIV el 29 de septiembre del año en cita, se logró la satisfacción de lo
pretendido por la accionante.

III. REVISIÓN POR PARTE DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

3.1. Competencia

Esta Sala es competente para revisar la decisión proferida en la acción de


tutela de la referencia, con fundamento en lo previsto en los artículos 86 y
241.9 de la Constitución Política. El expediente fue seleccionado por medio de
Auto del 17 de abril de 2018, proferido por la Sala de Selección Número
Cuatro.

3.2. Actuaciones en sede de revisión


En escrito allegado a esta Corporación, el 30 de mayo de 2018, el señor
Vladimir Martin Ramos, representante judicial de la UARIV, informó que,
una vez verificado el estado actual de la accionante, se pudo corroborar que el
giro por concepto del pago de la indemnización administrativa dirigido a la
señora Flor María Arrigui, se podrá cobrar a partir del 9 de junio de 2018.

Al escrito reseñado se adjuntó copia de la carta de indemnización en la que se


le puso de presente a la señora Flor María Arrigui que, a partir del 9 de junio
de 2018, puede acercarse al Banco Agrario, con el propósito de reclamar el
giro correspondiente al pago de la indemnización administrativa. Igualmente,
se informó que el monto de la indemnización es de $ 7.812.420 pesos, sin
tener que realizar ninguna gestión adicional a la de presentar la carta de
indemnización original.

3.3. Problema jurídico y esquema de resolución

A partir de las circunstancias que dieron lugar al ejercicio de la acción de


tutela y de la decisión adoptada por los respectivos jueces de instancia, esta
Corporación debe determinar si se configura una violación de los derechos
fundamentales a la dignidad humana y al mínimo vital de la señora Flor María
Arrigui, como consecuencia de la omisión por parte de la UARIV de pagar la
indemnización administrativa a la que tiene derecho, en la fecha establecida
por la propia entidad para tal fin (23 de junio de 2017).

Para resolver el problema jurídico planteado, esta Sala de Revisión estudiará


inicialmente los requisitos de procedencia de la acción de tutela; luego de lo
cual, y solo si hay lugar a ello, abordará el examen de la indemnización
administrativa y de la protección del derecho al mínimo vital de las víctimas
del conflicto armado. Con lo anterior, se pronunciará sobre el caso concreto.

3.4. Requisitos de procedencia de la acción de tutela

3.4.1. Respecto de la legitimación por activa, se advierte que este requisito se


encuentra acreditado, pues la acción de tutela se radicó de forma directa por la
persona supuestamente afectada en sus derechos fundamentales, por lo que se
cumple con el principio básico de autonomía que rige su interposición. Al
respecto, el artículo 10 del Decreto 2591 de 1991 dispone que: “La acción de
tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar, por cualquiera persona
vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien actuará
por sí misma o a través de representante(…)”1.

3.4.2. Por su parte, en cuanto a la legitimación por pasiva, el artículo 86 del


Texto Superior establece que la tutela tiene por objeto la protección efectiva e
inmediata de los derechos fundamentales, cuando quiera que estos resulten
vulnerados o amenazados por la acción u omisión de las autoridades públicas
o por el actuar de los particulares, en los casos previstos en la Constitución y
en la ley2. En este contexto, según lo señalado de manera reiterada por la
Corte, en lo que respecta a esta modalidad de legitimación, es necesario
1
Énfasis por fuera del texto original.
acreditar dos requisitos, por una parte, que se trate de uno de los sujetos
respecto de los cuales procede el amparo; y por la otra, que la conducta que
genera la vulneración o amenaza del derecho se pueda vincular, directa o
indirectamente, con su acción u omisión3.

En el asunto bajo examen, se observa que la acción de amparo se interpone en


contra de la UARIV, quien presuntamente está desconociendo los derechos a
la dignidad humana y al mínimo vital de la señora Flor María Arrigui. La
entidad accionada es una Unidad Administrativa Especial, adscrita al
Departamento Administrativo para la Prosperidad Social, con personería
jurídica y autonomía administrativa y patrimonial4, creada por medio de la Ley
1448 de 2011, y que hace parte de la Rama Ejecutiva del Poder Público, con la
función de administrar los recursos y realizar la entrega de la indemnización
administrativa, siendo ésta la pretensión de la accionante en la presente acción
de tutela, por lo que, además de que la entidad demandada es una autoridad
pública, el reproche que se formula hace parte de las labores misionales que se
encuentran a su cargo.

3.4.3. En cuanto al requisito de inmediatez, este Tribunal ha sostenido que la


procedibilidad de la acción de tutela exige que su interposición se haga dentro
de un plazo razonable, contabilizado a partir del momento en el que se generó
la vulneración o amenaza del derecho fundamental, de manera que el amparo
constitucional no se convierta en un factor de inseguridad jurídica y de posible
afectación de los derechos de terceros.

En el caso bajo examen, se aprecia que la fecha en que la UARIV debía


realizar el pago de la indemnización administrativa reconocida a la accionante
era el 23 de junio de 2017, por lo que, ante su incumplimiento, la señora Flor
María Arrigui interpuso la demanda de amparo el 20 de septiembre del año en
cita, de suerte que transcurrió tan sólo tres meses entre el momento en que se
presentó la vulneración alegada y aquél en que se acudió a la acción de tutela,
plazo que, a juicio de la Corte, se ajusta a los parámetros de razonabilidad que
se derivan del requisito en estudio.

3.4.4. Finalmente, respecto al requisito de la subsidiariedad, el artículo 86 de


la Constitución Política señala que la acción de tutela solo procederá cuando el
afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que se utilice
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable 5. Esto
significa que la acción de tutela tiene un carácter residual o subsidiario, por
virtud del cual “procede de manera excepcional para el amparo de los
derechos fundamentales vulnerados, por cuanto se parte del supuesto de que
en un Estado Social de Derecho existen mecanismos judiciales ordinarios para
2
El artículo 42 del Decreto 2591 de 1991 consagra las hipótesis de procedencia de la acción de tutela contra
particulares.
3
Sobre el particular, en la Sentencia T-1001 de 2006, M.P. Jaime Araujo Rentería, se expuso que: “la
legitimación en la causa como requisito de procedibilidad exige la presencia de un nexo de causalidad entre
la vulneración de los derechos del demandante y la acción u omisión de la autoridad o el particular
demandado, vínculo sin el cual la tutela se torna improcedente (…)”.
4
Ley 1448 de 2011, art. 166.
5
Véanse, entre otras, las Sentencias T-336 de 2009, T-436 de 2009, T-785 de 2009, T-799 de 2009, T-130 de
2010 y T-136 de 2010.
asegurar su protección”6. El carácter residual obedece a la necesidad de
preservar el reparto de competencias atribuido por la Constitución y la ley a
las diferentes autoridades judiciales, lo cual se sustenta en los principios
constitucionales de independencia y autonomía de la actividad judicial.

No obstante, aun existiendo otros mecanismos de defensa judicial, la


jurisprudencia de la Corte ha admitido que la acción de tutela está llamada a
prosperar, cuando se acredita que los mismos no son lo suficientemente
idóneos para otorgar un amparo integral, o no son lo adecuadamente expeditos
para evitar la ocurrencia de un perjuicio irremediable.

Así lo sostuvo este Tribunal en la Sentencia SU-961 de 1999 7, al considerar


que: “en cada caso, el juez está en la obligación de determinar si las acciones
disponibles le otorgan una protección eficaz y completa a quien la interpone.
Si no es así, si los mecanismos ordinarios carecen de tales características, el
juez puede otorgar el amparo de dos maneras distintas, dependiendo de la
situación de que se trate.” La primera posibilidad es que las acciones comunes
no sean susceptibles de resolver el problema de forma idónea, circunstancia en
la cual es procedente conceder la tutela de manera directa, como mecanismo
de protección definitiva de los derechos fundamentales y la segunda es que,
por el contrario, “las acciones ordinarias sean lo suficientemente amplias para
proveer un remedio integral, pero que no sean lo suficientemente expeditas
para evitar el acontecimiento de un perjuicio irremediable. En este caso será
procedente la acción de tutela como mecanismo transitorio, mientras se
resuelve el caso a través de la vía ordinaria”8.

En cuanto al primer supuesto, se entiende que el mecanismo ordinario previsto


por el ordenamiento jurídico para resolver un asunto no es idóneo, ni cuando,
por ejemplo, no permite resolver el conflicto en su dimensión constitucional o
no ofrece una solución integral frente al derecho comprometido. En este
sentido, esta Corporación ha dicho que: “el requisito de la idoneidad ha sido
interpretado por la Corte a la luz del principio según el cual el juez de tutela
debe dar prioridad a la realización de los derechos sobre las consideraciones
de índole formal9. La aptitud del medio de defensa ordinario debe ser
analizada en cada caso concreto, teniendo en cuenta, las características
procesales del mecanismo, las circunstancias del peticionario y el derecho
fundamental involucrado”10.

En relación con el segundo evento, la jurisprudencia constitucional ha


establecido que la acción de tutela procede como mecanismo transitorio para
evitar un perjuicio irremediable, cuando se presenta una situación de amenaza
de vulneración de un derecho fundamental susceptible de concretarse y que
pueda generar un daño irreversible11. Este amparo es eminentemente temporal,
6
Sentencia T-723 de 2010, M.P. Juan Carlos Henao Pérez.
7
M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
8
Véanse, además, las Sentencias T-179 de 2003, T-500 de 2002, T-135 de 2002, T-1062 de 2001, T-482 de
2001, SU-1052 de 2000, T-815 de 2000, T-418 de 2000, T-156 de 2000, T-716 de 1999, SU-086 de 1999,
T-554 de 1998, T-384 de 1998 y T-287 de 1995.
9
Véanse, entre otras, las Sentencias T-106 de 1993 y T-100 de 1994.
10
Sentencia T-705 de 2012, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
11
Sentencia T-225 de 1993, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
como lo reconoce el artículo 8 del Decreto 2591 de 1991, en los siguientes
términos: “En el caso del inciso anterior, el juez señalará expresamente en la
sentencia que su orden permanecerá vigente sólo durante el término que la
autoridad judicial competente utilice para decidir de fondo sobre la acción
instaurada por el afectado”12.

Frente al caso objeto de estudio, este Tribunal considera que la acción de


tutela es el mecanismo judicial idóneo para garantizar el goce efectivo de los
derechos fundamentales invocados por la demandante, pues si bien existe otro
mecanismo judicial para obtener el pago de la indemnización administrativa
ya reconocida, en el asunto sometido a decisión, el mismo carece de la entidad
suficiente para dar una respuesta oportuna, completa e integral frente a la
situación expuesta por la accionante13. En primer lugar, por la gravedad
extrema en la que se encuentra, ya que se trata de una víctima del conflicto
armado, con escasos recursos económicos, que viene padeciendo quebrantos
en salud, y que no cuenta con un trabajo ni con ingresos económicos que le
permitan cubrir su mínimo vital. Y, en segundo lugar, porque en virtud de los
principios de inmediatez, eficacia y prevalencia del derecho sustancial que
identifican al amparo constitucional, no es posible exigir el agotamiento
previo de las vías ordinarias, pues en tratándose de la población víctima del
conflicto armado prevalece la necesidad de asegurar la realización efectiva de
sus derechos, sobre todo cuando, como ocurre en el sub-judice, la actora viene
esperando una solución definitiva desde el 29 de enero de 2016 y varias veces
ha visto que se difiere el pago a que tiene derecho por cuestiones de carácter
administrativo14.

3.5. La indemnización administrativa y la protección del derecho al


mínimo vital de las víctimas del conflicto armado

La jurisprudencia de este Tribunal ha señalado la diferencia que existe entre la


ayuda humanitaria y la indemnización administrativa. La primera se trata de
una medida que pretende garantizar la subsistencia y estabilización de las
víctimas del conflicto armado, en aras conjurar una situación específica de
vulnerabilidad; mientras que, por su parte, la segunda, busca responder a un
hecho victimizante, cuantificando el daño sufrido y otorgando una reparación
por el mismo15, en procura de devolver a la víctima al estado previo en que se
encontraba antes del suceso que originó tal condición16.

En la medida en que la indemnización corresponde a una pretensión de


carácter económico, que es reconocida una sola vez y que, en principio, no se
encuentra ligada a la satisfacción de necesidades básicas, por regla general, su
reconocimiento y pago no impacta en la realización de garantías de naturaleza
12
Cursiva por fuera del texto original.
13
La jurisprudencia de la Corte ha señalado que las controversias judiciales derivadas de la indemnización
administrativa deben resolverse ante la Jurisdicción Contencioso Administrativa, conforme a los medios de
control previstos en el CPACA. Sobre el particular, se puede consultar la Sentencia T-106 de 2018, M.P. José
Fernando Reyes Cuartas.
14
Véanse, entre otras, las Sentencias T-192 de 2010, T-083 de 2017, T-028 de 2018 y T-106 de 2018.
15
Al respecto, se puede ver la Sentencia T-028 de 2018, M.P. Carlos Bernal Pulido y el Auto No. 206 de 2004
proferido por la Sala Especial de Seguimiento a la Sentencia T-025 de 2004.
16
Al respecto, ver la Sentencia T-083 de 2017, M.P. Alejandro Linares Cantillo.
fundamental, más allá de las discusiones que pueden llegar a presentarse, por
ejemplo, por la falta de respuesta a una solicitud dirigida a obtener su
otorgamiento, cuando de por medio se encuentra la protección del derecho de
petición; o por la omisión en el cumplimiento de los requisitos previstos para
su entrega, en términos de satisfacción del derecho al debido proceso.

No obstante, este Tribunal ha expuesto que las condiciones especiales de


vulnerabilidad de las víctimas del conflicto armado pueden ocasionar que, en
ciertos casos, la demora en el pago de la indemnización administrativa
conlleve la afectación de derechos fundamentales, como la dignidad humana y
el mínimo vital, cuya protección pueda darse a través de la acción de amparo.
Para determinar lo anterior, el juez constitucional deberá tener en cuenta las
condiciones específicas del accionante, dilucidar su estado de vulnerabilidad y
determinar si efectivamente el pago reclamado impacta en la realización de los
citados derechos.

De esta manera, por ejemplo, al estudiar la procedencia de la acción de


amparo en los casos de personas víctimas del conflicto armado, este Tribunal
ha señalado que uno de los elementos a tener en cuenta es el estudio de
priorización que la propia UARIV realizó para determinar el momento de
pagar la indemnización administrativa. Precisamente, en la Sentencia T-028
de 201817, la Corte señaló que:

“(…) la respuesta a las preguntas ‘cuándo y cuánto’ ha de pagarse la


indemnización, depende del ‘resultado de la medición del goce de la
garantía a la subsistencia mínima’ y de un proceso de ‘identificación
de carencias’. Ya que, como se enfatizará párrafos abajo, la asignación
que la propia entidad hizo de un monto y de una fecha de pago a la
peticionaria fue, como apuntó la demandada, el resultado de un estudio
de priorización en donde estas variables ya fueron tenidas en cuenta,
puede concluirse que el no disfrute de la reparación monetaria conlleva,
por consiguiente, un riesgo latente para la subsistencia mínima de la
[accionante] y de su familia, y fue precisamente por ello que la Unidad
decidió esa fecha de pago”. (Énfasis por fuera del texto original).

En síntesis, es claro que pese a la naturaleza predominante económica que


tiene la indemnización administrativa, pueden existir condiciones particulares
que permitan demostrar su conexidad con los derechos a la dignidad humana y
al mínimo vital, cuando su falta de reconocimiento o de pago impacta en las
condiciones de subsistencia de una persona, la cual, probablemente, se hallará
sin trabajo, con escasos recursos y/o en una condición específica que le impida
acceder a una fuente de ingresos, siendo el propio estudio de priorización que
realiza la UARIV, uno de los elementos que pueden ser tenidos en cuenta para
arribar a dicha conclusión.

3.6. Caso Concreto

17
M.P. Carlos Bernal Pulido.
3.6.1 En el asunto bajo examen, se estudia la acción de tutela interpuesta por
la señora Flor María Arrigui contra la UARIV, en la que se invoca la
protección de sus derechos fundamentales al mínimo vital y a la dignidad
humana, cuya presunta vulneración se deriva del incumplimiento en el pago
de la indemnización administrativa que le fue reconocida el 1° de agosto de
2016. Sin embargo, como quiera que la entidad accionada alega que dicha
pretensión ya fue satisfecha, lo primero que debe verificar la Sala Tercera de
Revisión es si se presenta o no un hecho superado.

3.6.2. En este contexto, cabe mencionar que durante el trámite de la acción de


tutela, la UARIV manifestó que cesó la conducta que dio origen al presente
amparo y que fundamentó la pretensión invocada, argumentando que se
brindó respuesta a la solicitud de la señora Flor María Arrigui, en la cual se le
reconoció la indemnización administrativa reclamada, se estableció la cuantía
de la misma, le fue informada de la fecha exacta a partir de la cual podría
realizar el cobro en el Banco Agrario y se le comunicó que el único requisito
para hacer efectivo el pago es presentar la carta de indemnización original,
quedando demostrado que se iniciaron y concluyeron los trámites pertinentes
para reconocer la indemnización, por su condición de víctima del conflicto
armado.

No obstante, contrario a lo expuesto por la UARIV, esta Sala considera que


las actuaciones enunciadas no permiten dar por satisfecha la pretensión de la
accionante, pues no se constató que se haya realizado efectivamente el pago
de la indemnización administrativa, como requerimiento puntual que justifica
el amparo planteado por la actora. Al respecto, es pertinente señalar que en la
respuesta dada en agosto de 2016, ya se había asignado un turno con fecha
exacta para proceder a la cancelación del derecho reclamado (23 de junio de
2017), el cual, al incumplirse, condujo a la fijación de una nueva fecha
correspondiente a marzo de 2018. Con todo, en sede de revisión, nuevamente
la UARIV modificó dicho término, señalando ahora que el pago se realizaría a
partir del 9 de junio del año en curso, lo que prueba que el derecho reclamado
no ha sido satisfecho y que, por el contrario, existe una constante a dilatar el
desembolso de la prestación que ya le fue reconocida.

En este sentido, para la Sala es menester señalar que, en el caso bajo estudio,
la sola asignación de la fecha de pago no es suficiente para entender que se
presenta un hecho superado, ya que en dos ocasiones anteriores se procedió en
el mismo sentido, sin que se cumpliera con el compromiso adquirido. Siendo
así, le correspondía a la UARIV demostrar no solo la asignación de una fecha
de pago, sino el cobro efectivo de la indemnización por parte de la señora Flor
María Arrigui, lo cual, hasta el momento, no ha ocurrido. Por esta razón, la
Corte descarta que se esté en presencia de un hecho superado, tal como
erróneamente lo concluyó la Sala Tercera de Decisión del Tribunal Superior
de Florencia, en sentencia del 3 de noviembre de 2017, al actuar como juez de
tutela de segunda instancia.
3.6.3. Con sujeción a lo anterior, y sobre la base del incumplimiento en que se
ha incurrido por la UARIV, la Sala entrara a estudiar si en el caso concreto se
evidencia la existencia de una vinculación entre el pago de la indemnización
administrativa que se reclama y la satisfacción de los derechos al mínimo vital
y a la dignidad humana de la accionante, que conduzcan a conceder el amparo
propuesto. Al respecto, se observa que:

(i) En el caso concreto se evidencia que la accionante no es de la tercera edad,


pues tiene 57 años. Sin embargo, si se trata de un sujeto de especial protección
constitucional, ya que es una víctima del conflicto armado.

(ii) Su estado de salud presenta quebrantos por el diagnóstico de traumatismos


superficiales múltiples del abdomen, de la región lumbosacra y de la pelvis,
afecciones que le impiden continuar laborando.

(iii) Sus recursos económicos son escasos, como se evidencia del puntaje
asignado por el SISBEN, en donde se le otorgó un total 21.21 puntos.

(iv) En el estudio de carencias económicas que se realizó por la UARIV, en el


que se determinó, además, la fecha para el pago de la indemnización, la propia
entidad accionada determinó que una demora más prolongada en otorgar el
derecho reclamado conduciría a una afectación del mínimo vital18.

(v) Finalmente, la accionante expone que no cuenta con ingresos económicos


y que en la actualidad carece de cualquier fuente de ingreso para atender sus
condiciones básicas de sustento y de manutención.

Con base en el análisis planteado, esta Corporación concluye que el pago de la


indemnización administrativa que aquí se reclama, a pesar de tratarse de una
suma única y de tener un contenido reparador –no prestacional–, sí guarda una
relación directa con el amparo al mínimo vital y a la dignidad humana de la
accionante, pues no se observa que, por sus condiciones personales y de salud,
tenga en la actualidad un ingreso distinto del cual pueda obtener recursos para
asegurar su subsistencia. De ahí que, la Sala revocara la decisión adoptada por
el ad-quem y, en su lugar, concederá la protección solicitada, a través de una
orden dirigida a que se torne efectivo el pago del derecho reclamado.

IV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala Tercera de Revisión, administrando justicia


en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución Política,

RESUELVE

Primero.- REVOCAR la sentencia proferida el 3 de noviembre de 2017 por


la Sala Tercera de Decisión del Tribunal Superior de Florencia, en la que se

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Folios 10 a 12 del primer cuaderno.
declaró la carencia de objeto por hecho superado, por las razones expuestas en
esta providencia.

Segundo.- ORDENAR a la Unidad Administrativa Especial para la Atención


y Reparación Integral a las Víctimas, a través de su representante legal o de
quien haga sus veces, que en el término máximo de los diez (10) días
siguientes contados a partir de la notificación de esta sentencia, realice el pago
efectivo de la indemnización administrativa reconocida a favor de la señora
Flor María Arrigui y preste el acompañamiento al que haya lugar para evitar
que dicho cobro pueda dilatarse.

Tercero.- Por Secretaría General, LÍBRESE la comunicación prevista en el


artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.

Notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte Constitucional


y cúmplase.

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Magistrado

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Magistrado

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General

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