Platón - El Nombre y El Poeta
Platón - El Nombre y El Poeta
Platón - El Nombre y El Poeta
poeta
por Joshua J. Mark, traducido por Waldo Reboredo Arroyo
Publicado el 11 abril 2023
Laercio no solo afirmaba que Platón había iniciado sus labores como poeta, sino
que además aseguraba que escribía y enseñaba bajo un seudónimo. Manifestaba
que su verdadero nombre era Aristocles, cuyo significado es «la mejor de las
glorias», término proveniente del griego antiguo aristos, «mejor» y kleos, «gloria».
El académico Robin Waterfield, que también ubica la fecha de nacimiento de
Platón entre el 424 y el 423 a.C., rebate tal aseveración. Los Diálogos de Platón
apenas revelan algo de su vida; la mayor parte de la información biográfica
proviene de las cartas que se le atribuyen y de escritores como Laercio, quien, a
pesar de no considerarse confiable, se piensa que utilizó algunas fuentes creíbles,
hoy desaparecidas, que nunca cita.
Según Laercio, el padre de Platón, de nombre Aristón, descendía del gran héroe
mitológico Cadmus, fundador de Tebas, matador de monstruos, a quien se le
aplicaba el epíteto de «inventor de las letras» por haber llevado el alfabeto fenicio
a Grecia. Su madre, Perictione, procedía de la familia del gran político, filósofo y
legislador atenienseSolón (en torno a 640 al 560 d.C.). Platón tenía dos hermanos,
Adimanto y Glaucón, así como una hermana mayor, Potone, y recibió la mejor de
las educaciones de que se podía disponer en la época.
EL ENCUENTRO CON SÓCRATES EN EL
ÁGORA DE ATENAS CAMBIARÍA LA VIDA DEL
JOVEN PLATÓN Y EL CURSO DE LA
FILOSOFÍA Y DE LA CULTURA
OCCIDENTALES.
Si Laercio se hubiera tomado el trabajo de citar con claridad sus fuentes, los pasajes
anteriores habrían logrado mayor credibilidad entre los académicos de hoy día; no
obstante, dada la situación, a falta de ulteriores informaciones biográficas acerca de
Platón y de distintos filósofos de la antigua Grecia, aún se toma como referencia la
obra de Laercio. Waterfield descarta la información y la califica de «irrelevante»
debido a la imposibilidad de corroborarla, y a que no existe razón alguna para
cuestionar si «Platón» era el nombre de pila de Platón.
Según se ha dicho, Waterfield también pone en duda la fecha de 428/427 a.C. que
se asigna por tradición al nacimiento de Platón:
Existen varios factores que apoyan una fecha de nacimiento posterior al 428/7. La
más importante es que no aparecen pruebas de que participara en alguna de las
últimas batallas de la guerra del Peloponeso del 406 y 405, de manera que es
probable que aún contara con menos de 20 años. En aquel tiempo Atenas
confrontaba una falta de hombres muy crítica, por lo que de seguro habría sido
llamado a filas. (Platón de Atenas, 3)
Laercio describe el dramático relato acerca de este punto de inflexión en la vida del
joven, y además menciona una de las obras de Platón, Los Amantes Rivales, que
afirma se representaba en su época. Más aún, varios fragmentos escritos por los
dramaturgos contemporáneos de Platón parecen referirse a él como un colega más,
en cuyo caso se encuentra Anaxandrides de Colofón, quien en una parte de su
obra Teseo califica a Platón de «respetable», a causa de que ambos se dedicaban al
mismo arte.
Conforme sugieren varios escritores, es posible que Platón quemara sus primeras
obras debido a que considerara que no cumplían con sus propios estándares. Esta
afirmación, propuesta por Diógenes Laercio, presenta al joven Platón como un
ambicioso escritor que aspiraba a ser tan grande como Hesiodo u Homero, y que al
verse imposibilitado de alcanzar su propósito, prendió fuego a sus primeros
esfuerzos literarios. Cualquiera haya sido la razón de fondo por la que destruyó
sus obras, parece seguro que halló en la filosofía un campo de trabajo más valioso
que el que había encontrado en sus anteriores ocupaciones. Durante los siguientes
años Platón se convertiría en alumno de Sócrates hasta la ejecución de su maestro
en el 399 a.C., después que los atenienses lo inculparan de haber cometido el delito
capital de irreligiosidad.
Viajes y retorno
Tras la muerte de Sócrates, casi la totalidad de sus estudiantes, Platón entre ellos,
abandonaron Atenas para adoptar o fundar otras escuelas de filosofía; y lo que es
aún más importante, para preservarse de la posibilidad de ser acusados de delitos
similares por haberse asociado a su guía. Se dice que Platón viajó a Megara, Italia,
y antes de dirigirse a Egipto, a otros sitios donde existían famosas instituciones
filosóficas. Se piensa que a lo largo de este período se dedicó a estudiar en escuelas
establecidas por Pitágoras, Euclides, Heráclito y otros, para después dedicarse en
Egipto a la religión y a la metafísica.
Los Diálogos de Platón
Al leer los famosos Diálogos de Platón, resulta fácil observar que el artista que vivía
dentro del filósofo no había muerto tras la incineración de sus primeros trabajos.
Cada uno de los diálogos constituye una pieza dramática elaborada con sumo
cuidado, contentivos de agudos enfoques, creciente acción y dramáticas
conclusiones. El principal personaje siempre es Sócrates, que cuestiona alguna
forma aceptada de conocimiento y obliga a los demás participantes, además de al
lector, a inquirir acerca de las verdades que, provenientes de otros, han llegado a
admitir.
La Apología de Platón muestra a Sócrates como un heroico filósofo que defiende sus
convicciones frente a la ignorancia y el prejuicio de las tradiciones y costumbres
religiosas de común aceptación. Meleto, Ánito y Licón, tres importantes
ciudadanos atenienses, acusan a Sócrates de irreligiosidad y de corromper a la
juventud debido a que les enseñaba a rechazar a los dioses de Grecia y a cuestionar
a sus mayores. En uno de los más famosos pasajes de la literatura filosófica
occidental, Sócrates rechaza los cargos, se niega a repudiar sus creencias, y
defiende la búsqueda de la verdad:
Hombres de Atenas, los honro y los amo; pero obedeceré a Dios antes que a
ustedes y mientras posea vida y fuerzas, jamás cesaré de practicar y enseñar la
filosofía, de exhortar a quien encuentre a que actúe igual que yo, y a convencerlo
expresándole: O, amigo mío, ¿por qué tú, que eres ciudadano de la grande,
poderosa y sabia ciudad de Atenas te preocupas tanto de atesorar mayor cantidad
de dinero y honor y reputación, y tan poco por la sabiduría y la verdad y el
mejoramiento del alma, cuestiones que nunca consideras ni atiendes en forma
alguna? ¿Es que esto no te causa vergüenza? Y si la persona con quien discuto
responde: «Pero sí me importa»; no me marcho, ni la dejo ir de inmediato; la
interrogo y la examino e insisto en mis preguntas, y si pienso que no posee
virtudes, sino que solo dice que las tiene, le reprocho que subestime lo importante
y sobrevalore lo insignificante. Y esto debo decir a todos con quienes me
encuentre, jóvenes y viejos, ciudadanos y extranjeros, pero sobre todo a los
ciudadanos, puesto que son mis hermanos. Pues según les haría saber, este es
un mandamiento de Dios: y creo que hasta el día de hoy el estado nunca ha
recibido mayor bien que el servicio que le presto al Dios. Porque no hago otra
cosa sino persuadirlos a todos, viejos y jóvenes por igual, a que no se ocupen de
sus personas ni de sus propiedades, sino ante todo y en mayor parte, que
atiendan al mejor perfeccionamiento de sus almas. Les digo que la virtud no
proviene del dinero, sino que de la virtud procede el dinero y todos los demás
bienes del hombre, tanto públicos como privados. Esto es lo que enseño, y si ésta
es la doctrina que corrompe a la juventud, mi influencia es verdaderamente
ruinosa. Pero si alguien alega que esta no es mi enseñanza, entonces dice
falsedades. De donde, O, hombres de Atenas, les digo, hagan lo que Anytus les
propone, o no lo hagan, y absuélvanme o no me absuelvan; pero sea lo que sea
que hagan, sepan que jamás modificaré mi actuación, aunque tenga que morir
numerosas veces. (29d-30c)
Los diálogos que tratan sobre los cargos imputados a Sócrates, el juicio, su prisión
y ejecución, Eutifrón, Apología, Critón y Fedón, que a menudo se publican en la
actualidad bajo el título de Los últimos días de Sócrates, se apegan al paradigma de
estructura literaria en que se reimaginan eventos reales. Como escritor en extremo
educado, Platón hace fuerte uso de la capacidad del lector de comprender las
alusiones a la mitología griega, a sus personajes y situaciones, y además apela a su
sentido del humor.
Conclusión
Platón escribió 35 diálogos y 13 cartas antes de morir, obras que constituyeron una
enorme contribución a la formación de la filosofía, la cultura y la religión
occidental, cuyo énfasis se centraba en la inmortalidad del alma y la existencia de
un reino de verdades objetivas que debían reconocerse para poder llevar una vida
de bondad. El gran filósofo del siglo XX Alfred North Whitehead considera que
toda la filosofía occidental apenas constituye una nota a pie de página a la obra de
Platón, debido a la influencia que sus escritos han tenido sobre la totalidad de los
pensadores que le siguieron.
Los conceptos relacionados con el estado del alma, la naturaleza de una vida de
bien, el significado de calidad y justicia, y la búsqueda honesta de la verdad se
desarrollan con el mismo estilo artístico en los demás escritos de Platón. El joven
Platón pudo haber quemado sus poemas y obras iniciales antes de ir en pos de
metas filosóficas, y quizá aquellas no fueron más que esfuerzos juveniles que no
deseó preservar, pero su talento artístico resulta evidente en las obras que escribió
después, las cuales, de manera literal, transformaron el mundo que había dejado
atrás.
Preguntas y respuestas
¿Era Aristocles el verdadero nombre de Platón?
El escritor del siglo III Diógenes Laercio afirma que el verdadero nombre de
Platón era Aristocles y que «Platón» era un apodo. Los académicos de la
actualidad, en específico el profesor Robin Waterfield, han rebatido tal
afirmación. El verdadero nombre de Platón era Platón.
¿Por qué se considera que Diógenes Laercio es una fuente poco confiable en lo
que respecta a Platón?
A menudo se considera que Diógenes Laercio es poco confiable debido a
que no citaba sus fuentes, por lo que muchas de sus afirmaciones no pueden
corroborarse.
Si Diógenes Laercio es una fuente tan dudosa, ¿por qué los académicos lo citan?
Los académicos continúan citando a Diógenes Laercio porque algunos de
sus pasajes pueden corroborarse y otros ofrecen indicios acerca de posibles
hechos acaecidos en la vida de algunos de sus personajes.
¿Existen aún algunas de las obras poéticas o dramáticas de Platón?
No. Supuestamente, Platón quemó todos sus primeros desarrollos literarios
al decidir ir en busca del estudio de la filosofía y convertirse en alumno de
Sócrates.
Bibliografía
Baird, F. E. Philosophic Classics, Volume I - Ancient Philosophy. Routledge, 2017.
Plato (Benjamin Jowett Translation). Plato's Republic. Harvard University Press, 2013.
Plato (Benjamin Jowett Translation). The Collected Dialogues of Plato. Princeton University
Press, 2005.
Plato and his dialogues : homeAccessed 1 Dec 2016.
The Apology of Socrates by XenophonAccessed 19 Mar 2020.
The Lives and Opinions of Eminent Philosophers by Diogenes LaertiusAccessed 19 Mar 2020.
Various Authors. The Encyclopedia of Philosophy Volumes 5 and 6. Macmillan Publishing Co.
& The Free Press, 1972.
Waterfield, R. Athens: From Ancient Ideal to Modern City - A History. Basic Books, 2004.
Waterfield, R. Plato of Athens: A Life in Philosophy. Oxford University Press, 2023.
Xenophon. The Whole Works of Xenophon. Andesite Press, 2015.
World History Encyclopedia es un asociado de Amazon y gana una comisión por las compras
de libros que califiquen.
Sobre el traductor
Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y ex-profesor de filosofía a tiempo
parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha
viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y
filosofía.