ADULTEZ

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La adultez de los seres humanos llega luego de la etapa de 

los
cambios vertiginosos de la adolescencia. No sólo trae consigo esta plenitud
biológica y fisiológica, sino también una estabilidad emocional y
psicológica relativa, junto a una mayor carga de  responsabilidades
y autonomías  de cara a la cultura y la sociedad.
Sin embargo, no debe confundirse la mayoría de edad y la adultez. La
primera es la edad mínima necesaria para ser considerado un actor
responsable y autónomo de cara a la ley, pero en un sentido estricto la
adultez suele venir en los años posteriores. De todos modos, el uso de
rangos de edad para definir las etapas de la vida humana siempre es
tentativo y aproximativo.

Características de la adultez
En términos generales, la adultez se caracteriza por lo siguiente:
 Acaba el crecimiento muscular y óseo del individuo.
 El individuo alcanza la plenitud de sus procesos mentales e
intelectuales, con un paulatino y progresivo descenso de la capacidad
de aprendizaje, pero al mismo tiempo una mayor estabilidad
emocional y una mayor capacidad para poner en relación lo que se
sabe.
 La personalidad del individuo se expresa ya en su totalidad, es decir,
cada quien pasa a ser ya como es.
 Del individuo se espera una mayor responsabilidad moral, una vez
superadas las etapas de egoísmos juveniles, y por lo tanto una mayor
capacidad para tomar decisiones responsables y para juzgar su
entorno social de un modo responsable.
 Es la etapa en la que suele conformarse una familia, o sea, la
paternidad o maternidad comienzan a constituir una preocupación
para los individuos.

Además, la adultez supone un paso importante hacia la construcción de un


ser independiente y completo, gracias al comienzo del desarrollo de cierta
madurez, estando marcada por los valores y las creencias de cada persona.
Asimismo, en esta etapa las personas comienzan a tener una mayor
independencia financiera, ya sea en mayor o menor medida en función de
cada caso particular, un sentido de responsabilidad, el desarrollo del
compromiso en diversos ámbitos y también la finalización de la etapa
académica y/o el comienzo del desarrollo a nivel profesional.

Las diferentes etapas de la adultez


La adultez es una fase de la vida mucho más prolongada que las anteriores
(infancia y adolescencia), por lo que en torno a ella se dan una amplia
variedad de circunstancias, tal y como veremos más adelante.
No obstante, la adultez es una etapa muy larga y se puede dividir en 3
etapas, todas ellas bastante diferenciadas entre sí en aspectos diversos, por
lo que es conveniente que las expliquemos con mayor detenimiento.
La adultez temprana (18-40 años de edad)
La primera de las etapas de la adultez es la que se conoce como adultez
temprana, un periodo que comienza tras finalizar la etapa de desarrollo de
la adolescencia, abarcando un rango de edad que va desde los 18 años,
coincidiendo con el comienzo de la mayoría de edad aproximadamente,
hasta los 40 años. No obstante, muchos expertos consideran que la adultez
de forma evolutiva comienza a los 21 años, al ser la edad en la que finaliza
normalmente el periodo de desarrollo adolescente. Por lo tanto, el
comienzo de la adultez oscila entre los 18 y los 21 años.
En esta etapa las personas se encuentran en un periodo lleno de
expectativas de futuro, siendo un periodo de sus vidas que comienza con la
formación a nivel de estudios superiores y/o con el ingreso en el mundo
laboral.
Por ello, durante esta etapa las personas suelen encontrarse con ganas
de descubrir qué es lo que les llena como para dedicarse a largo plazo,
aunque también puede ser una etapa para experimentar en distintos ámbitos
hasta encontrar cuál es el que mejor encaja con uno mismo, en función
Algunas de las principales características de la adultez temprana son las
siguientes:
Esta es la etapa en la que las personas alcanzan su plenitud física; siendo
cuando más fuerza y energía poseen.
Es la etapa en la que se logra el mayor desarrollo a nivel cognitivo.
En la adultez temprana también se alcanza el desarrollo completo de la
propia identidad.
Las personas en esta etapa comienzan a independizarse de sus padres.
Es una etapa de cambio y evolución hacia un estilo de vida y rodeado de
compañías que sean afines.
Se comienzan a asentar las bases de los propios valores morales, creencias
y opiniones.

La adultez media (40-60 años)


Otras de las etapas de la adultez es la adultez media, que comienza cuando
las personas cumplen los 40 años y finaliza al cumplirse los 60 años
aproximadamente, siendo la etapa previa a la adultez tardía o la vejez.
A grandes rasgos, en este periodo evolutivo de la vida de las personas es
característico que se centren en la educación de sus hijos, EN su trabajo, e
incluso la preparación de un futuro retiro, en los últimos años de esta etapa.
No obstante, esto puede variar entre unas personas y otros, así como
también de una generación a otra.
Las características más notables de la adultez media son las que vamos a
mencionar a continuación:
A partir de esta etapa comienzan a disminuir las capacidades de las
personas a nivel cognitivo.
También comienza poco a poco el declive a nivel físico (pérdida a nivel de
fuerza, aumento de peso, etc.).
En esta etapa suelen comenzar un declive a nivel sensorial (p. ej., pérdida
de vista).
Por otro lado, durante esta etapa se asientan los valores morales en base a
lo aprendido a lo largo de la vida.
Las personas suelen poseer una mayor flexibilidad para adaptarse al
entorno.
Es una etapa en la que las personas se encuentran mejor preparadas para
enfrentarse a las adversidades.
Suele haber una mayor inclinación por la búsqueda del bienestar y la
tranquilidad que en etapas anteriores.
Cabe destacar que tanto el declive a nivel cognitivo como a nivel físico que
suele comenzar a lo largo de la adultez media puede variar
considerablemente en función de cada persona dependiendo de diversos
factores, entre los que cabe destacar su estilo de vida, sus hábitos de
alimentación, el nivel de actividad física que suelan llevar a cabo en su día
a día, así como también otros hábitos muy importantes para mantener la
mente activa como puede ser la lectura diaria o el hecho de tener un trabajo
que requiere ejercitar mucho la mente.
La adultez tardía (desde los 60 años en adelante)
Por último, entre las principales etapas de la adultez podemos encontrar la
adultez tardía, que comienza en torno a los 60 años de edad, una fase que
por algunos teóricos es considerada como la de la vejez y, en las edades
más avanzadas como la etapa de la ancianidad o la tercera edad.
Esta etapa comienza con la preparación de las personas para su jubilación,
una experiencia de transición que no es bien recibida por todos, ya que
muchas personas no encuentran la forma de ocupar el tiempo libre que le
ha quedado tras concluir su etapa laboral. Por ello, es fundamental que las
personas se vayan preparando poco a poco durante sus últimos años de vida
laboral y que encuentren actividades que les resulten agradables para
mantenerse activos y ocupados.
Una buena manera de comenzar con optimismo la entrada de la adultez
tardía y con un estado de ánimo elevado es disfrutando de momentos en
compañía de personas allegadas, manteniéndose activos a nivel físico y
mental, y practicando actividades que mantengan a las personas ocupadas y
con ilusión. Por ello, es importante tratar de mantener una rutina diaria que
mantenga a las personas activas y con objetivos que cumplir, con el fin de
encontrar un propósito de mantener una vida estable hasta el final.
Además, al igual que ocurre en la adultez media, el declive a nivel físico y
mental puede disminuir considerablemente si la persona mantiene un estilo
de vida saludable, llevando una alimentación equilibrada, descansando lo
suficiente, practicar de manera rutinaria ejercicio físico y ejercitando la
memoria a través de la lectura, el aprendizaje de nuevas habilidades o a
través de juegos mentales, entre otros factores.
Vida social
Las personas adultas, cuando no desempeñan su actividad profesional y
dependiendo de su dedicación a la familia o el hogar o de algún problema
de salud, suelen programar actividades de tiempo libre con la pareja, los
amigos y la familia para mantener y fomentar su círculo social. Las
actividades que programan son muy dispares y dependen de las
preocupaciones y los intereses individuales. Cada actividad tiene un valor y
un significado distintos para cada persona. Con la edad suelen cambiar las
actividades de tiempo libre, los adultos jóvenes tienden a preferir
actividades más intensas como las deportivas. Por su parte, los adultos de
edad madura dedican menos tiempo a las que requieren mayor esfuerzo
físico y aumentan las actividades compartidas con la familia y/o los
amigos. En general en la madurez las personas suelen comenzar a restringir
su mundo social, se vuelven más selectivas respecto a sus contactos
sociales y a medida que avanzan en edad buscan en sus relaciones sociales
experiencias emocionales positivas y evitan las negativas.
La edad adulta es la más larga en la vida de la persona, aproximadamente
unos 40 años, por lo que los problemas de salud que pueden aparecer
cambian considerablemente ya se trate de un adulto joven, que puede tener
problemas parecidos a los de la adolescencia, o un adulto maduro, cuyos
problemas empiezan a asemejarse a los que padecen los ancianos.
Por lo tanto, en la salud influyen factores relacionados con el estilo de vida
que afectan de forma negativa, como son el tabaquismo, el consumo de
bebidas alcohólicas, una dieta inadecuada y el sedentarismo. Otros factores
que también pueden actuar como condicionantes negativos de la salud son
los factores sociales y el género. Entre los factores sociales que más se
relacionan con los problemas de salud destacan el nivel socioeconómico y
el educativo. A nivel socioeconómico, la pobreza es el condicionante social
más determinante para la salud en todo el mundo. También el acceso a la
educación permite tener más conocimiento sobre los cuidados de salud. 
La mortalidad causada por los accidentes de tráfico es otro de los
problemas que destaca el informe de la OMS, que estima que en el 2030
sea la quinta causa de mortalidad a nivel mundial. Como consecuencia de
ello murieron cada día más de 3.500 personas en el mundo y millones de
ellas acaban con lesiones y discapacidades para toda la vida.

La morbilidad y la mortalidad en esta etapa de edad adulta está


relacionada con los factores sociales de estilo de vida sedentaria, la mala
alimentación, el consumo de tabaco y alcohol, por lo que es necesario
establecer factores y conductas de protección para prevenir los factores de
riesgo. La OMS estima que, si se eliminasen estos factores principales de
riesgo, se podrían prevenir unas 3/4 partes de la carga absoluta atribuible a
las enfermedades cardiovasculares, las cerebrovasculares y la diabetes tipo
II, y un 30 % de los casos de cáncer.
La incidencia de estos trastornos varía según el nivel socioeconómico de
cada país y la exposición a los factores de riesgo y protectores, por lo que
es fundamental diseñar las políticas sanitarias de acuerdo con las tasas de
mortalidad y morbilidad y con los factores de riesgo causantes.

Otro aspecto a tener en cuenta y que influye en las tasas de mortalidad


y morbilidad son las desigualdades en salud entre hombres y mujeres, y
entre los países más ricos y los más pobres. Ante esta situación, las mujeres
son las que sufren más estas diferencias y merecen una atención específica.
En cuanto a la mortalidad materna, aunque las cifras indican un descenso
de 427.000 mujeres en 2000 a 289.000 en 2012, es inaceptable que
actualmente, en algunos países, 800 mujeres mueran cada día por
complicaciones en el embarazo o durante el parto. La salud de las mujeres
durante los años reproductivos (15-49 años) es de vital importancia, no sólo
por ellas mismas, sino también por las repercusiones en la salud y en el
desarrollo de la nueva generación (OMS, 2009).
Otros trastornos frecuentes son los de ansiedad, especialmente el de
ansiedad generalizada, que se caracteriza por ansiedad excesiva y
preocupación, la mayor parte de los días, durante un período de al menos
seis meses como reacción a varios sucesos o actividades. La persona con
ansiedad generalizada es incapaz de controlar la preocupación, y
experimenta como mínimo tres de los siguientes síntomas: inquietud,
fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, dificultad para dormir y
tensión muscular. Estos trastornos suelen comenzar en la edad adulta más
temprana y siguen un patrón de remisión y recaídas que continúa hasta la
vejez.
Bibliografía
 https://concepto.de/adultez/#ixzz7XbvgXFRt
 https://concepto.de/adultez/#ixzz7Xbwf7200

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