Anuario de Arqueologia 6 2014 PDF Comple
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Publicación del
PRIMER CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGIA URBANA
Departamento de Arqueología
Escuela de Antropología
Facultad de Humanidades y Artes
Universidad Nacional de Rosario
Año 6. Número 6.
2014
ANUARIO DE ARQUEOLOGÍA
Anuario de Arqueología es una publicación anual sobre temas de
investigación argentina e internacional, tiene orientación científica y
sus trabajos son sometidos a arbitraje externo. Su finalidad es ofrecer
información original sobre los avances en este campo disciplinario.
ISSN 1852-8554
Arqueología – Reseñas – Comentarios - Reportajes
Este número contiene las Actas del Primer Congreso Nacional de Arqueología Urbana.
Universidad Nacional de Rosario. Rosario, 2010
Comité Científco
Leonel Cabrera (FHCE-Uruguay) Eduardo Crivelli (Argentina)
Arno Alvarez Kern (FFCH-PROPRATA-Brasil) Mario Consens (CIARU-Uruguay)
María Teresa Carrara (UNR-Argentina) Alejandro Haber (UNCa-CONICET-Argentina)
Nelsys Fusco (CPHAC-Uruguay) Andrés Laguens (UNC-CONICET Argentina)
César Gálvez Mora (INC-UNT-Perú) Ruth Poujade (PMJ-CEAH-Argentina)
Racso Fernández (GCIAR-Cuba) Mariano Ramos (CAU-UNLu-Argentina)
Víctor Piminchumo (INC-Perú) Daniel Schavelzon (CAU-FADU-UBA-Argentina)
Carlos Ceruti (CONICET- MPCNyA-Argentina) Daniel Loponte (INAPL-CONICET-Argentina)
INDICE
Pág 9 PRESENTACION
CONFERENCIAS
CIUDADES SUPERPUESTAS
Pág 119 ANÁLISIS DE DOS CONJUNTOS DEL SIGLO XVIII EXCAVADOS EN EL SITIO BOLÍVAR 373, CIUDAD
AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
Flavia Zorzi, María Eugenia Crespo y Paula Godoy
Pág 139 LA USINA DE GAS DEL BAJO Y SU PRESENCIA EN EL ROSARIO DEL SIGLOXXI.
Adrián Angel Pifferetti
Pág 157 LAS MARCAS DE LA INMIGRACION ESPAÑOLA EN LA IDENTIDAD DEL PAISAJE URBANO.
Javier García Cano, Mónica Valentini. María Virginia Marull
Pág 173 ARQUEOLOGIA DEL PRIMER ASENTAMIENTO URBANO, DE ORIGEN EUROPEO, EN LA REGIÓN
DEL PAJARO BLANCO, DPTO. SAN JAVIER, SANTA FE.
Irene Dosztal y Silvia Cornero
Pág 203 ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE DOS CONJUNTOS CERÁMICOS DE FINES DEL SIGLO XIX
HALLADOS EN LOS BARRIOS DE FLORES Y FLORESTA .
Sheila Grisel Alí ,María Valeria Castiglioni y Diana Vigliocco
Pág 213 ALGUNOS MATERIALES PARA LA CONSTRUCCIÓN Y SU ORIGEN ENTRE 1880 Y 1930 EN
AMÉRICA LATINA.
María Teresita de Haro
Pág 251 A LA BASURITA CON LOS METALES. ESTUDIO DE MATERIALES METÁLICOS DE UN BASURERO DE
LA CIUDAD DE ROSARIO A FINALES DEL SILGO XIX.
Alejandra Raies
Pág 261 UNA CRUZ PATRIARCAL EN EL ANTIGUO PUEBLO DE SAN JOSÉ DE FLORES.
Ulises A. Camino y Keyte Ferreira de Lira
Pág 267 BREVE NOTA SOBRE EL HALLAZGO DE DOS SELLOS DE PLOMO (CLOTH SEALS) EN EL SITIO
BOLÍVAR 373, CIUDAD DE BUENOS AIRES.
Flavia Zorzi
Pág 275 ENTRE CUELLOS Y BOCAS. ANÁLISIS DE LOS MATERIALES RECUPERADOS DE UN MERCANTE DEL
SIGLO XVIII EN BUENOS AIRES.
Lucía Roel
Pág 313 EXCAVACIÓN DE LA ÚLTIMA VIVIENDA DE INDIOS DEL ANTIGUO PUEBLO DE ITATÍ- CASA GÜERÍ
VALLEJOS, ITATÍ, CORRIENTES- ARGENTINA.
Juan Ignacio Mujica
Pág 345 ANÁLISIS ARQUEOASTRONÓMICO DE TEMPLOS CATÓLICOS DEL SIGLO XIX EN EL CONURBANO
BONAERENSE.
Verónica Pernicone, Marta Santos y Mónica Bianchi
Pág 355 LOS NOMBRES DEL ANONIMATO: UNA ARQUEOLOGÍA DEL GRAFFITI EN LAS AUTOPISTAS DE
CARACAS.
Víctor J. Valentín Montenegro
Pág 363 NUEVAS APROXIMACIONES A LOS TEMPLOS DE LAS REDUCCIONES DE SANTA ANA Y SAN
IGNACIO MINI, MISIONES.
Ruth Poujade, María Victoria Roca
Pág 435 ARQUEOLOGÍA URBANA EN MAGDALENA. EL SITIO ARALDI, UN CASO DE INTERACCIÓN CON
LA COMUNIDAD.
María Soledad García, María Clara Paleo y Mercedes Pérez Meroni
8 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), vol. 6
PRESENTACIÓN
Este volumen reúne las conferencias y ponencias que fueron expuestas durante la
realización de la reunión. Creemos que la variabilidad de trabajos que se presentan
contribuye en el avance que ha desarrollado la Arqueología Urbana en los procesos de
investigación en la actualidad.
Daniel Schávelzon
Director del Centro de Arqueología Urbana. FADU.UBA
Mónica P. Valentini
Directora Centro de Arqueología Subacuática. FHyAR. UNR
Conferencias
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:13-21 ISSN 1852-8554
LA DESTRUCCIÓN DE LA MODERNIDAD:
LOS TALLERES VASENA Y LA SEMANA TRÁGICA EN
BUENOS AIRES.
Resumen
En junio del año 2009 una nueva remodelación de la Plaza Martín Fierro (Buenos Aires)
atrajo la atención sobre las ruinas de dos paredes que aún se mantenían en pie. Dichas
paredes constituyen el último fragmento de evidencia material de lo que a principios del siglo
XX fue una gran empresa metalúrgica argentina: los Talleres Vasena. El enorme edificio de
talleres y depósitos a que corresponden esos muros, fue construido por Vasena a principios
del siglo XX y, en 1919, fue el escenario de uno de los más cruentos conflictos obreros
que registra la historia nacional. Allí, un enfrentamiento que se inició como un reclamo de
mejoras en las condiciones de trabajo en la fábrica, se transformó en una batalla por toda la
ciudad que enfrentó a gran parte de los sectores populares y a las fuerzas del orden durante
la Semana Trágica. Poco tiempo después del conflicto, los talleres fueron clausurados y
vendidos a la Municipalidad, que en la década de 1940 transformó el predio en una plaza,
previa demolición de los edificios. No existe documentación que registre los mecanismos
sociales y políticos que guiaron la destrucción de los talleres, o los motivos que permitieron
que, setenta años después, dos paredes permanezcan en pie. Es posible proponer desde la
arqueología una caracterización de ese espacio y de las condiciones materiales en las que
trabajaron quienes murieron en el enfrentamiento.
Palabras clave: Talleres Vasena - sitios de dolor y vergüenza – motivos de la destrucción
Abstract
In 2009 a new remodeling process at the Plaza Martín Fierro (Buenos Aires) attracted the
attention on the ruins of two old standing walls. Those constitute the last fragment of material
evidence on the existence of one of the greatest Argentine metallurgical company at the early
XX: the Talleres Vasena. The large building of factories and deposits to that those walls
correspond was constructed by Vasena at the beginning of the XX Century and, in 1919, was
the scenario of one of the bloodiest popular conflicts on national history. Right there, a claim
for improvements in workers condition became a battle all over the city that faced popular
sectors and the forces of the order during the episode known as la Semana Trágica. Soon
after that, the factory was closed and sold to locals authorities; by 1940, the former Talleres
were demolished and replaced by a public park. Only two walls remain, even though there
are no records on the social and politics reasons that leaded such destruction. However, it is
possible to propose an archaeology characterization of the destroyed space and the material
1
Centro de Arqueología Urbana, FADU – UBA. CONICET. DGPat - CABA
Ciudad Universitaria, Pabellón III, 4º piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. (011) 4787-9231
[email protected]
2
Centro de Arqueología Urbana, FADU – UBA. CONICET. División Arqueología, FCNyM- UNLP
Paseo del Bosque s/nº, 1900, La Plata. (0221) 425-7744 int 139
[email protected]
14 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:13-21
Introducción
A principios del siglo XX, las industrias nacionales registraron un crecimiento sin
precedentes que hizo pensar a muchos que la Argentina se convertiría en una de las
potencias económicas del mundo. Un diccionario español de 1919 describía así la
situación: “Todo hace creer que la República Argentina está llamada a rivalizar en su día
con los Estados Unidos de la América del Norte, tanto por la riqueza y extensión de su
suelo como por la actividad de sus habitantes y el desarrollo e importancia de su industria
y comercio, cuyo progreso no puede ser más visible” (citado por Tonni 2006:27).
Diversas empresas metalúrgicas consolidaron su posición como productoras
capaces de sustituir materiales que hasta ese entonces eran importados, jugando un
papel fundamental en el desarrollo de otras industrias a las que les proporcionaban
productos en enormes cantidades, tales como la ferroviaria, la marítima, la frigorífica y
la harinera. Asimismo, se afianzaron las exportaciones a Europa, si bien los vientos de
guerra que soplaban en el viejo continente amenazaban constantemente la continuidad
del comercio. Talleres Pedro Vasena e Hijos fue una de las empresas que participaron
del auge industrial argentino y a comienzos de la década de 1910, intentó exitosamente
ampliar su producción y convertirse también en acería. Los enormes costos implicados
en dicho proceso llevaron a la familia Vasena a asociarse con inversores ingleses, quienes
unos pocos años después consiguieron en control total de los Talleres; nació entonces la
Argentine Iron and Steel Manufactury, formely Pedro Vasena e hijos. El meteórico
crecimiento de la empresa –para 1919 empleaba ya a más de 2000 operarios- dio lugar
a la construcción de un impactante conjunto edilicio. Talleres, caballerizas, depósitos y
oficinas administrativas fueron instaladas en las afueras de la ciudad de Buenos Aires,
en la intersección de las actuales calles Cochabamba y La Rioja, en el barrio de San
Cristobal.
Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial afectó severamente la
productividad de los talleres, no solo por la pérdida de mercados de exportación sino
también por el encarecimiento de ciertos insumos importados que resultaban vitales para
su funcionamiento. La reducción de las ventas impactó particularmente a los obreros
de la empresa, quienes sufrieron despidos y una reducción abrupta de sus sueldos.
Las primeras organizaciones sindicales del país, que por ese entonces contaban con
unos pocos años de existencia, organizaron durante diciembre de 1918 y los primeros
días de 1919 una sucesión de huelgas que pusieron en jaque la continuidad de la
producción. Entre otras cosas, se reclamaba al Directorio de Vasena la reducción de la
jornada de trabajo de 11 a 8 horas, el pago de horas extras, la reincorporación de los
obreros suspendidos o despedidos y la mejora en las condiciones generales de trabajo
(Seibel 1999). El 7 de enero, en la puerta de los Talleres Vasena en su dependencia
de Cochabamba, se desató un enfrentamiento entre huelguistas y obreros que no se
habían plegado a la huelga que culminó con la llegada de la policía, la que disparó
indiscriminadamente sobre trabajadores y transeúntes, asesinando a cuatro y dejando
cerca de treinta heridos (Caras y Caretas 1919). Nuevos y más violentos enfrentamientos
tuvieron lugar los días siguientes en diversos puntos de la ciudad de Buenos Aires entre
Schavelzon D. y Igareta A. - La destrución de la Modernidad... 15
obreros y policía, bomberos e incluso ejército, en el episodio hoy conocido como la Semana
Trágica. Rápidamente el conflicto se extendió con agresiones a extranjeros y miembros
de la comunidad judía, y generó el surgimiento de nefastos grupos parapoliciales como
la llamada “Liga Patriótica” (Caterina 1955). Si bien nunca se dieron a conocer datos
oficiales sobre la cantidad de muertos en dichos enfrentamientos, diversos diarios de la
época estimaron que éstos se contaban por miles.
Concluida la Semana Trágica y con una frágil calma entre el directorio de Vasena
y sus obreros obtenida luego de que éste accediera a parte de sus reclamos, los Talleres
fueron adquiridos por otra empresa y el edificio de Cochabamba y La Rioja al poco tiempo
fue vaciado y desmantelado. En el año 1926 el predio fue adquirido por la Municipalidad
porteña, procediéndose luego a la demolición y la creación en el lugar de la Plaza Martín
Fierro, inaugurada en 1940. Hasta donde hemos podido indagar, no hubo por entonces
ninguna manifestación de desacuerdo con la decisión de destruir la construcción ni
ninguna voz que señalara la importancia de su conservación como sitio histórico.
En la actualidad, solo dos fragmentos de paredes rotas, semiderrumbadas y rodeadas
de basura dan cuenta de que allí existió alguna vez un edificio de dimensiones colosales
y en cuyas inmediaciones se desató uno de los primeros y más violentos reclamos obreros
de la historia del país.
Consideraciones teóricas
Nos hemos hechos tantas veces la pregunta ¿cómo un edificio que fue escenario
de un evento crítico en la historia nacional fue demolido sin protestas? que ya no vale
la pena repetirla. No solo porque la respuesta suele ser por completo desalentadora,
sino porque el conocerla no parece haber minimizado el impacto de la destrucción que
se reitera frente a nuestros ojos. Es momento entonces de intentar un abordaje del
problema desde una perspectiva diferente: dejando de lado la certeza de lo efectivamente
destructiva que puede ser la desidia de la administración pública, vale la pena considerar
que las destrucciones tal vez no ocurren porque nadie las evita, sino porque en algún
sentido se las favorece como mecanismo de construcción del olvido.
En su texto de 2009, Logan y Reeves proponen que la desaparición de ciertos elementos
del patrimonio cultural deriva de su carácter de “sitios de dolor y vergüenza”. Su análisis
indica que “a veces, sitios completos desaparecen de la conciencia del público y por lo
tanto también de los registros de patrimonio, tal vez porque el público en cuestión no desea
recordar los eventos asociados con tales lugares” (Logan y Reeves 2009:2). Se trata de de
“lugares no reconocidos [por su valor histórico] si no hasta tiempos recientes debido a su
asociación con el dolor y sufrimiento allí experimentado en el pasado Con frecuencia las
comunidades están avergonzadas de estos episodios o temerosas de que ahondar en ellos
pueda reavivar enfrentamientos. Tales lugares con frecuencia se convierten en objetivos a
demoler, a fin de que arrasar con el miedo y la vergüenza asociada al sitio” (Logan y Reeves
2009:2).
En tal contexto, la destrucción del patrimonio deja de ser un evento que podría haberse
evitado para convertirse en un acto que se vio colectivamente –aunque tal vez de forma
inconciente-, favorecido. En un artículo resulta imposible siquiera empezar a discutir los
complejos mecanismos implicados en el reconocimiento y manifestación a nivel social
colectivo de los sentimientos de culpa y dolor, por lo que simplemente nos limitaremos a
explorar las alternativas materiales de la posibilidad planteada por los autores.
16 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:13-21
Posibilidades
Mencionábamos antes que uno de los hechos llamativos sobre el caso de Vasena es
la falta de reconocimiento del lugar como escenario de un importante evento histórico
de la primera mitad del siglo XX. Si bien es lógico asumir que éste no resulta deseable
para los industriales –acusados de desatar en 1919 el conflicto por su explotación de los
trabajadores-, es más difícil entender por qué otros sectores de la sociedad, generalmente
interesados en mantener viva la memoria de hechos de este tipo, tampoco se han ocupado
de obtener el reconocimiento que el sitio amerita en función de su papel en la historia de
los reclamos obreros. Talleres Vasena pertenece a la clase de sitios que posibilitaría a un
grupo (los obreros) mantener un sentido de conexión con sus raíces en el pasado, y que
justamente por eso suelen ser utilizados –buena o malamente-, por gobiernos y políticos
para enfatizar los lazos que la nación posee con dicho grupo (Logan y Reeves 2009:12).
Resulta necesario cuestionarse entonces por qué ni una ni otra cosa ha ocurrido e
identificar, en caso de ser ello posible, el origen de la falta de interés por el lugar que
manifiestan grupos contrapuestos. Una revisión de las crónicas de la época y los textos
dedicados a analizar los hechos de la Semana Trágica permiten, a nuestro criterio, definir
cuando menos tres niveles posibles de conflicto, cada uno de los cuales constituye un
Schavelzon D. y Igareta A. - La destrución de la Modernidad... 17
evento dramático en sí mismo y cuya carga emotiva podrían haber hecho deseable la
destrucción del edificio.
En primera instancia, las pésimas condiciones de trabajo de quienes se desempeñaban
como obreros en la sucursal Cochabamba, que sin duda no constituían un hecho aislado
si no que reflejaban la política habitual de la empresa. Explotación, enfermedad y falta de
seguridad industrial conformaron el lado oscuro de la modernidad y de la consolidación
del sistema capitalista de producción, cuyos beneficios para algunos fueron obtenidos
reprimiendo las exigencias de los trabajadores en lugar de mejorar su situación laboral
como alternativa para optimizar la producción. El que las autoridades nacionales haya
permitido –e incluso en ocasiones fomentado para su propio beneficio- tal estado de
cosas, constituye un episodio doloroso para los protagonistas pero vergonzoso para toda
la población nacional.
El segundo motivo a considerar se relaciona con el hecho de que la intervención inicial
de la policía estuvo motivada por un enfrentamiento entre obreros, cuando grupos de
huelguistas agredieron a quienes no se habían plegado a la huelga –tanto las crónicas
de la época como estudios históricos posteriores coinciden en señalarlo-; los conductores
de las chatas que transportaban los materiales parecen haber sido el blanco principal
de los huelguistas, quienes prendieron fuego a numerosos vehículos. Si bien algunos
autores mencionan que los agredidos eran en realidad “rompehuelgas contratados”, y
otros sostienen simplemente que se trataba de obreros que no apoyaban los reclamos,
lo cierto es que se trató de un violento ataque hacia un pequeño grupo que pensaba
diferente a la mayoría. Más allá de la validez del reclamo de la huelga, el episodio obliga
a cuestionarse sobre la legitimidad de agredir a un tercero sólo porque no piensa como
el resto del grupo.
En tercer lugar, es importante tener en cuenta que lo que podría haber sido un
enfrentamiento puntual entre trabajadores y fuerzas del orden se extendió por toda la
ciudad a partir de una acción de represión violenta por parte de un gobierno que –
recordémoslo- era democrático. El presidente Hipólito Yrigoyen puso en manos del
General Luis Dellepiane la resolución del conflicto, otorgando al Ejército funciones
y atribuciones que no le son propias. Asimismo, tanto el gobierno nacional como los
grupos conservadores apoyaron abiertamente el accionar de grupos parapoliciales, lo que
constituyó una violación más a lo establecido constitucionalmente.
La sumatoria de posibilidades permite generar una hipótesis acerca de por
qué el sitio de los Talleres Vasena no ha se ha transformado en monumento si no muy
tardíamente como un “lugar histórico”, o acercarnos a comprender los posibles motivos
por los que los herederos de los grupos que en 1919 protagonizaron el conflicto no han
manifestado interés por la conservación de la evidencia material asociada al mismo. En
tal contexto, cabe preguntarse si la investigación arqueológica puede aportar algo al
relato de lo ocurrido que genere alguna diferencia o posibilite un cambio de actitud con
respecto al sitio. En principio, los trabajos realizados permitieron caracterizar desde el
registro arqueológico las condiciones de labor de los obreros de Vasena, algo que si bien
se conocía por testimonios y crónicas, no poseía entidad material a consecuencia de la
destrucción de los viejos Talleres.
Consideraciones finales
Agradecimientos
A los alumnos de antropología de la UNLP y de la UBA que participaron de los trabajos de campo.
A Sebastián Igareta por el procesamiento gráfico.
Vista del conjunto arquitectónico de Cochabamba y La Rioja en su momento de máximo desarrollo hacia 1900.
20 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:13-21
Vista actual del sitio durante la excavación de uno de los niveles de piso; en el fondo la pared este-oeste y la
abertura correspondiente a una ya desaparecida ventana.
Bibliografía
Resumen
Las políticas estatales patrimoniales tuvieron una larga gestación como aspiración, pero su
aplicación es una experiencia muy reciente. La gestión de dichas políticas presenta una
serie de problemas que van desde la definición en la práctica de concepciones generales
ante las diversas expresiones culturales que incluye, cada una con su especificidad, el tipo
de accionar y las interpretaciones a cargo de distintos actores estatales y no estatales. Un
caso especial es la arqueología urbana. Se analizarán aspectos conceptuales y prácticos que
emergieron de la gestión patrimonial en la Ciudad de Buenos Aires.
Palabras clave: patrimonio, gestión, arqueología urbana
Abstract
State policies had a long gestation heritage as an aspiration, but implementation is a very
recent experience. The management of these policies has a number of problems ranging from
the definition in the practice of general concepts to diverse cultural expressions including,
each with its specificity, the type of actions and performances by various state and non-state.
A special case is the urban archeology. We will analyze conceptual and practical aspects of
wealth management emerged in the City of Buenos Aires
Key words: heritage, management, urban archaeology
Introducción
Si adoptamos una noción amplia de cultura como todo aquello que los seres humanos
producen en sociedad (que incluye procesos de aprendizaje y de creación) debemos
aceptar también que los hombres son producidos por su cultura. El patrimonio cultural
es, entonces, esa herencia que las sociedades transmiten y existe desde siempre. Está
constituido por dos dimensiones inseparables, una material o tangible, que es lo que
podemos ver y manipular (utensillos, construcciones, restos arqueológicos, monumentos,
etc.), y la otra inmaterial o intangible, como son los saberes, técnicas, creencias, valores,
sentidos atribuidos a los objetos). Esos legados recibidos y transformados por cada
generación, en ocasiones desaparecen o reemplazados por otros, y otras veces son
valorados, conservados y resignificados.
En la cultura occidental podemos identificar momentos de emergencia de herencias
culturales que parecían sepultadas en el tiempo, por ejemplo, el renacimiento o el
romanticismo con sus respectivas revalorizaciones de aspectos culturales de la antigüedad
1
Directora de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, Ministerio de Cultura,
C.A.B.A.
24 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:23-35
Es por eso que los documentos internacionales no resuelven ni agotan los problemas
que presenta la noción de patrimonio cultural, solo son la base para discutir cuestiones
tales como ¿qué relación existen entre patrimonio material e inmaterial? ¿cuáles son
los criterios válidos para evaluar qué es lo que hay que considerar patrimonio? ¿Qué
procedimientos son más adecuados para llevar a cabo los procesos de patrimonialización?
¿Quiénes son los actores que participan o deberían participar en dichos procesos?
Dado que la legislación es la única base para orientar y legitimar la acción, revisemos
brevemente el camino recorrido para llegar hasta las normas legales con las que contamos
en la actualidad.
La legislación Nacional
2
a) Convención para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado, de 1954,
de acuerdo con la ley 26.155 de 2006, b) Convención sobre las Medidas que deben Adoptarse para
Prohibir e Impedir la importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícita de Bienes
Culturales, de 1970, conforme con la ley 19.943 de 1972, c) Convención sobre la Protección del
patrimonio Mundial Cultural y Natural, de 1972, de acuerdo con la ley 21.836 de 1978, d) Conven-
ción sobre Defensa del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico de las Naciones Americanas,
de 1976, conforme con la ley 25.568 de 2002, f) Convención de UNIDROIT sobre Objetos Robados o
Exportados Ilegalmente, de 1995, de acuerdo con la Ley 25.257 de 2000, g) 2do. Protocolo a la Con-
vención para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado, de 1999. conforme
a la ley 25.478 de 2001, h) Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, de
2003, conforme a la ley 26.118 de 2006
26 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:23-35
Categorías
Las normas jurídicas establecen que existe un patrimonio cultural a proteger, define
criterios para identificarlo, y catalogarlo, penalidades y compensaciones para los actores
involucrados. Esta legislación es gran paso para quienes conocimos la situación de
total desprotección que existió hasta hace pocos años, y sin duda sirve de base para la
acción.
Pero por definición, las leyes son normas generales y que requieren interpretación
para ser aplicadas a una realidad que es compleja, múltiple, constituida enteramente
por casos particulares, y donde distintos actores entablan relaciones conflictivas en
diferentes contextos.
El primer punto crítico de la gestión patrimonial es la propia concepción de Patrimonio
que carga con la inercia de la vieja concepción. Durante mucho tiempo estuvo reducida a
monumentos u obras de arquitectura señaladas por algún grupo académico como objetos
de valor (artístico, histórico) en si mismos. Muy recientemente se ha incorporado la noción
de patrimonio inmaterial, que si bien es un gran avance, no resulta sencillo de llevar a
la práctica. En principio se trata de la inclusión de expresiones culturales -costumbres,
técnicas, rituales o géneros artísticos- que no podemos cristalizar en objetos específicos.
Pero su alcance no se limita a estás prácticas, también afecta la vieja concepción de
patrimonio-objeto porque pone en escena la otra (y fundamental) dimensión patrimonial:
lo intangible, es decir, esa acción valorativa por parte de algún grupo que transforma un
simple objeto material en un bien representativo de su cultura.
¿En qué se distinguen los bienes culturales tangibles e intangibles? A primera vista,
la diferencia parece clara y evidente: por un lado, se trata de objetos (monumento,
edificio, cuadro), y por el otro de prácticas (fiesta, ritual, costumbre, técnica). Pero esta
simplificación es incorrecta y peligrosa. Ambos aspectos forman parte indisoluble de
cualquier expresión cultural. Los bienes materiales no contienen en sí mismos ningún
valor fuera de su funcionalidad práctica. Un mismo edificio puede ser considerado viejo,
fuera de moda, poco funcional o antiestético en una época, y convertirse posteriormente
en una pieza única, representativa o identitaria, según cambien los criterios de diferentes
grupos coetáneos o generacionales.
Lo patrimonial no reside en los objetos sino en la valoración que determinados colectivos
hacen de ellos. Y ese elemento “intangible” es la esencia de la patrimonialización. Podemos
(y debemos) discutir esos criterios, pero no separar estas dos dimensiones porque sería
negar la idea misma de patrimonio. Para que un objeto tenga valor patrimonial, es
absolutamente indispensable que algún colectivo social le haya adjudicado ese “plus”. Y
a la inversa, al intentar relevar y catalogar aquellas expresiones culturales que llamamos
intangibles (rituales, fiestas, técnicas), encontraremos que siempre cuentan con soportes
o productos materiales, que constituyen lo que efectivamente podemos proteger.
El segundo problema de la gestión patrimonial consiste en la identificación de los
bienes patrimoniales tarea que siempre implica la responsabilidad de una toma de
posición respecto de los valores (estéticos, históricos, colectivos) en nombre del conjunto
social. Pero ¿según qué criterios? Durante mucho tiempo, los criterios fueron definidos
Barela L. - La gestión del patrimonio arqueológico... 29
por expertos académicos (en arte, arquitectura, historia, arqueología) cuya perspectiva
coincidía con la de los grupos hegemónicos. En la actualidad, hemos aprendido a
escuchar las voces de distintos colectivos que, a la vez, accionan y luchan por instalar en
la esfera de lo público sus identidades. Ya no se trata solo de monumentos y arquitecturas
lujosas, o viviendas de próceres consagrados por la historia oficial, hoy reconocemos
como parte de nuestro legado y nuestra memora a diversos aspectos de la cultura
urbana pasada y presente: viviendas colectivas para trabajadores, o centros clandestinos
de detención, bares, calesitas, sitios que representan tipos de sociabilidad barrial o de
historia cotidiana.
La definición de lo patrimonial se ha democratizado y hoy participan de la valoración
actores cada vez más numerosos y diversos, aunque la última responsabilidad
descansa en el estado que tiene capacidad para instituir y los instrumentos para
proteger. Dado que su función es irremplazable, debe estar atento para escuchar las
razones de los distintos colectivos que constituyen la representación de nuestra sociedad,
y contar con personal especializado y capacitado para evaluarlas.
En la ciudad de Buenos Aires los órganos de aplicación de la legislación son el
Ministerio de Desarrollo Urbano, del que depende el Área APH (Áreas de Protección
Histórica) y la Secretaría de Cultura de la cual depende la Dirección General de
Patrimonio e Instituto Histórico. Ambos tienen funciones y perspectivas distintas.
Planeamiento es una repartición que se ocupó originariamente de la regulación
urbanística y de construcciones. Y por tanto, su tendencia –consistente con el espíritu
del Código de Planeamiento Urbano- apunta a la renovación permanente de la ciudad,
es decir, la sustitución más que la preservación. La gestión cultural es la responsable
de aportar una mirada global desde los distintos ámbitos culturales (históricos, de
identidad, artísticos, etc.). Estas dos perspectivas no deberían ser contrapuestas sino
complementarias. Preservar el patrimonio no significa “congelar” la ciudad, que por otra
parte es un organismo vivo en permanente desarrollo.
A estas distintas miradas en el interior del estado, hay que agregar las presiones que
surgen desde la sociedad civil y los actores privados que pugnan por sus intereses
y aspiraciones a través de corporaciones empresariales, profesionales, culturales,
religiosas.
Algunas de las herramientas con las que contamos para procesar los conflictos de
intereses o perspectivas son las distintas modalidades de intervención permiten accionar
contemplando cada caso. La preservación integral se aplica casi exclusivamente a
monumentos o edificios únicos. Existen otras modalidades flexibles como la conservación
de fachada, de estructura, o la puesta en valor para nuevos usos, que permiten –siempre
que se tenga la voluntad de hacerlo- articular necesidades y conocimientos de distintas
disciplinas para preservar el valor patrimonial sin suprimir las determinantes tipológicas
de los edificios o construcciones que los identifican.
Un problema urgente para resolver es la insuficiencia de los aparatos de control
que todavía no han logrado incorporar en cantidad y calidad, especialistas aptos para su
tarea .El poder legislativo produjo leyes, pero no los instrumentos adecuados necesarios
para aplicarlas. La legislación carece de controles eficaces, si no se actúa antes del inicio
de una obra los daños son irreversibles.
Por eso, hoy consideramos que la tarea prioritaria es el relevamiento que permita
identificar y catalogar los bienes culturales de la Ciudad. Lo estamos haciendo en todos
los frentes: el archivo de documentación, la catalogación de edificios, y el registro de
30 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:23-35
bienes arqueológicos.
Estos inventarios y registros no son un fin en si mismo, constituyen la base para
posteriores acciones, investigaciones y conocimientos. Permiten conocer lo que se tiene y
solo a partir de ello es posible planificar estrategias para difundirlo y protegerlo.
No tenemos personal especializado suficiente, pero gracias a un enorme esfuerzo
de los que están trabajando, hemos logrado que actualmente haya alrededor de 4.000
edificios catalogados, de los cuales la mitad se han incorporado en los últimos dos años.
Sin contar con la tarea del Archivo de documentos, y la de arqueología que mencionaremos
más adelante.
Y después de la catalogación ¿cómo seguimos?
En el caso de los bienes inmuebles, existen ventajas que otorga la Ciudad a los
propietarios para compensar las desventajas posibles de su protección: eximición del
impuesto de Alumbrado Barrido y Limpieza, subsidios de restauración, prioridad en
los créditos del Banco Ciudad. Hasta el momento no hemos tenidos grandes conflictos
con los dueños, y los pocos que se suscitaron han sido resueltos. No obstante, estas
disposiciones son a todas luces insuficiente y nos conduce a otro de los problemas
fundamentales de la protección patrimonial es su sustentabilidad.
La ley establece un Fondo de Restauración de Edificios Catalogados (FEREC) que
deberían provenir de un porcentaje del monto de las obras públicas. Pero aún no ha sido
reglamentado. Carecemos, por tanto, de los recursos básicos para accionar.
Todos los problemas mencionados para llevar a cabo una gestión del patrimonio
cultural afectan también a la arqueología urbana, y como veremos, en este caso se
agregan otros específicos.
Desde el punto de vista jurídico internacional, la Carta Internacional para la
Gestión del Patrimonio Arqueológico de 1990 dice que el mismo “representa una parte
de nuestro patrimonio cultural. Es una riqueza cultural frágil y no renovable, herencia de
la humanidad entera, de grupos humanos y no de personas individuales de determinadas
regiones”. Está constituido no sólo los restos materiales de culturas del pasado que
pueden ser estudiados con metodología arqueológica, sino también sus contextos de
depositación, y la información que se obtenga de dichas investigaciones (Endere, M.L,
2000)
A nivel nacional, existió una primer Ley Nacional 9080, sancionada en 1913 y
reglamentada en 1921, que declaró propiedad de la Nación las ruinas y yacimientos
arqueológicos y paleontológicos de carácter científico, y estableció el otorgamiento de
permisos para utilizar y explotar dichos yacimientos por parte del Museo Nacional de
Historia Natural de Buenos aires, el Museo Nacional de Historia Natural de La Plata, y
el Museo Etnográfico, perteneciente a la facultad de Filosofía y Letras (UBA). Esta ley
nunca tuvo una aplicación efectiva y práctica, por lo tanto, el patrimonio arqueológico
quedó durante décadas desprotegido y virtualmente ignorado.
Ley Nacional 17711 de 1968 modificó artículos del Código civil., establece que las
Ruinas y Yacimientos Arqueológicos y Paleontológicos de interés científico son bienes del
dominio público (artículo 2340, inc. 9) perteneciente a la Nación o a las Provincias (art.
2339).
En 2004, se sancionó la Ley Nacional 25743 que derogó la mencionada primera ley
Barela L. - La gestión del patrimonio arqueológico... 31
9080 y toda otra disposición anterior.” Según esta nueva ley “El Patrimonio Arqueológico
con las cosas muebles e inmuebles o vestigios de cualquier naturaleza que se encuentren
en la superficie, subsuelo o surgidos en aguas jurisdiccionales que puedan proporcionar
información sobre los grupos socioculturales que habitaron el país desde épocas
precolombinas hasta las épocas históricas recientes”, y su artículo 30 establece que todos
“los Monumentos, objetos arqueológicos y restos paleontológicos que se encuentren (…) o
que se descubran en proceso de investigaciones o excavaciones son del dominio público
del Estado Nacional, provincial o del Gobierno autónomo de la Ciudad de Buenos Aires”
Su objetivo es la preservación, protección y tutela del Patrimonio Arqueológico
y Paleontológico como parte integrante de la Nación y el aprovechamiento científico y
cultural del mismo (artículo 1).
La ley tiene aplicación en todo el territorio de la Nación Argentina y según ella los
bienes arqueológico y paleontológicos son del dominio público del Estado Nacional,
provincial o municipal en que se encuentran (art. 2339, 2340 inc. 9 del Código Civil y art.
121 y concordantes de la Constitución Nacional).
Por lo tanto, en su artículo 5 establece que las provincias y el Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires, deben crear o atribuir a un organismo ya existente la aplicación de
la ley, y deben crear y organizar un Registro de Yacimientos, Colecciones y Objetos
Arqueológicos
Este Registro es el equivalente a la mencionada catalogación de edificios.
Y la ley afecta (art. 16) a todas las personas físicas o jurídicas que con anterioridad a la
fecha de la promulgación de ley tuvieran en su poder colecciones y objetos arqueológicos,
y manda que en un plazo de 90 días sean denunciados a la autoridad competente e
inscriptos en el Registro Oficial. Vencido ese plazo se presume que la tenencia es con
fecha posterior, y por tanto, de procedencia ilegal, dando lugar al decomiso de dichos
bienes.
Es decir, se deben registrar todas piezas Arqueológicas y Paleontológicas en poder
de personas o instituciones, y todas las piezas y materiales extraídos o rescatados en
todo tipo de excavación, prospección e investigación en Yacimientos arqueológicos o
Paleontológicos en ámbitos de la ciudad de Buenos Aires, y todos los restos y objetos
provenientes de hallazgos ocasionales
El registro es un listado y banco de datos inicial. Allí constan colecciones, objetos
y restos denunciados, indicando el nombre y domicilio del poseedor, lugar donde se
encuentren depositados, naturaleza y descripción de cada una de las piezas acompañadas
de los documentos gráficos y fotográficos que permitan su identificación.
Autoridades nacionales de aplicación de la Ley 25.743 son la Secretaría de Cultura de
la Nación, el Museo Argentino de ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, y el Instituto
Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. En la Ciudad de Buenos Aires
la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico es el órgano de aplicación de la
ley respecto a arqueología y paleontología.
El registro incluye: a) Registro de Yacimientos, Colecciones, Lotes y objetos
Arqueológicos, de restos fósiles, Colecciones y Yacimientos Paleontológicos, b) Registro
de Infractores y reincidentes, c) Otorgamiento de concesiones para prospecciones e
investigaciones.
Se lleva a cabo a través de Fichas Únicas de Registro confeccionadas de acuerdo a la
resolución 1134 de 2003 de la Secretaría de Cultura de la Nación y de la disposición 18
de 2003 del Museo Argentino de Ciencias Naturales. De este modo se intenta limitar la
32 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:23-35
turístico permanente.
De lo dicho se desprende que una de las tareas urgentes es la confección de un
mapa de potenciales sitios arqueológicos y paleontológicos de toda la Ciudad de
Buenos Aires que sirva para ampliar las zonas protegidas existentes y catalogarlas. Los
problemas de recursos presupuestarios y de personal especializado y capacitado,
en arqueología se agudizan, dado que sólo podemos trabajar sobre la suposición. Los
hallazgos son siempre inciertos y sorpresivos. Debemos responder en forma rápida para
evaluar y planificar tareas de rescate porque -de hecho- interfieren en otras acciones de
terceros programadas, sean públicas o privadas.
El caso del Pecio Zencity3 fue una muestra de lo que estamos diciendo. El barco fue
desenterrado, estudiado, se rescataron miles de objetos y fue reenterrado como acción de
represervación de los restos de bajo costo y de alto rendimiento. El hallazgo se produjo
en la excavación de una mega construcción de índole privada y debimos tomar decisiones
día a día con los recursos que teníamos.
Con la colaboración entusiasta de nuestro personal profesional, pero también
administrativo, pudimos hacer una tarea de la que estamos orgullosos, inclusive preparar
el lugar y llevar a cabo su apertura al público mediante la organización de visitas que
colmaron su capacidad durante casi dos meses. Ahora sabemos muchos más del
barco y seguimos trabajando con todo el material rescatado (ver recuadro). El proyecto
sigue adelante, en él trabajan además de sus 3 directores 18 investigadores (sumando
profesionales y pasantes) que provienen de 5 instituciones de investigación diferentes, 3
universidades del país y una de España.
En la actualidad existen a la fecha ocho subproyectos de investigación de temas
relativos a las piezas, al barco, al sitio y a la dinámica de las colecciones. El Instituto
de Restauración de Bienes Culturales de la Autonomía de Valencia se ha sumado al
proyecto con cooperación científica y económica
Pero estos “imprevistos” deberían estar contemplados en las asignaciones financieras,
en las posibilidades de contratación, etc. porque forman parte de la tarea arqueológica
3
El Pecio de Zencity
Cuando se produjo el hallazgo, sólo supimos que había un barco enterrado, nada más. Teníamos
que evaluar su valor, las condiciones en que estaba, y tomar decisiones sobre como operar. Y luego
hacerlo.
Ahora podemos decir que se trataba de una nave española de navegación oceánica, media y de poco
calado, que tendría una posible tripulación de hasta 100 hombres y una eslora de alrededor de 25
a 28 metros .Que tuvo –al menos- dos palos (mayor y mesana), señalados por la presencia en la
excavación de dos carlingas.
Es uno de los pocos casos en el mundo y el segundo caso en Sudamérica de un pecio excavado en
tierra, primero en Sudamérica en que el pecio fue removido y reenterrado, n. El primero que tenía
parte de su carga in situ y logró rescatarse la carga. En los últimos tres años aparecieron otros tres
casos de barcos en contexto actual terrestre (Barcelona, Nueva York y Oslo) poro ninguno de ellos
tiene restos de carga y con muy pocos utensillos).
La colección de botijos (“olive jar”) rescatada es la mayor en su tipo después de la encontrada en el
sitio de Santa Fe la Vieja.
Había más de 130 botijos o contenedores cerámicos de mercadería completos (aunque muchos
fragmentados en miles de partes), 4 cañones de hierro de 4 libras de calibre, piezas de artillería del
siglo XVIII comunes en el mundo hispánico. A ello se suma colecciones de pipas, vajilla, utensilios de
carpintería de abordo, cuero, contenedores de mercadería de madera (barriles y toneles). También
restos de ejemplares botánicos fluviales y terrestres, restos óseos animales, y de lastre en piedra y
coral.
34 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:23-35
urbana en si misma.
Hubo otros hallazgos de yacimientos como el Café-Restaurante Hansen (ubicado en
las Actuales Figueroa Alcorta y Sarmiento, esquina sureste) , con submuraciones, una
gran diversidad de utensillos y mobiliario de café, junto con restos de alimentos.
Resumiendo, las prioridades de la gestión patrimonial en la ciudad de Buenos Aires
son: la definición de criterios consensuados que articulen intereses y concepciones
de diferentes instancias gubernamentales, y entre éstas y la ciudadanía a través de
espacios participativos, la incorporación de personal competente, y asignación efectiva
de fondos permanentes para llevar a cabo, la investigación y difusión, y preservación de
los bienes culturales patrimoniales. En arqueología urbana las dificultades se potencian
por la incertidumbre sobre los sitios arqueológicos, por su alto costo y porque afectan
obras de terceros. La prevención mediante el trazado de mapa de sitios con potencial
arqueológicos, la incorporación de supervisores especializados, el establecimiento de
criterios y la existencia de fondos que permita la rápida actuación, son elementos –no
sólo deseables- sino indispensables y urgentes para impedir pérdidas irreparables de
nuestro patrimonio arqueológico.
El primer paso para la prevención es que la evaluación de los terrenos potencialmente
arqueológicos se realice antes y no después, de que el área de planeamiento otorgue las
autorizaciones para las obras antes (y no después) de los llamados a licitación. Y esta
tarea – al igual que la supervisión del proyecto arqueológico- solo puede estar a cargo
del área de cultura que es la que cuenta con las herramientas necesarias para hacer
cumplir la Ley 1227 (criterios y métodos, personal especializado e independiente de otros
intereses).
Bibliografía
“El Espacio Cultura de los Mitos, Ritos, Leyendas, Celebraciones y Devociones”, 2003
CÓDIGO DE PLANEAMIENTO URBANO, apartado 10, APH, Ley 449, 2000.
MINISTERIO DE DESARROLLO URBANO, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
“Construcción de la Ciudad”, 2008
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:37-44 ISSN 1852-8554
Introducción
Pompeya y el IVC+R
1
Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
38 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:37-44
sus habitantes, basándonos en las pinturas murales que decoran sus casas, o en sus
mosaicos o en las inscripciones de sus muros.
Sabemos que la disposición de sus calles era en “insulae”, lo que hoy llamamos
manzanas. Algunas casas ocupaban toda la manzana como la Casa del Fauno. También
se ha comprobado que el esquema de una casa era a partir de un atrio y alrededor las
habitaciones. Las más conocidas son: la Casa del Fauno; la Casa de los Vetti; la Casa de
Venus y la Concha; y la Casa Ariadna o de los Capitelli Coloratti.
Podemos pasear por el foro de la segunda mitad del siglo I a.C.; por el teatro grande;
el anfiteatro; los templos dedicados a Apolo y Júpiter; los lupanares, las tabernas… y el
paseo nos habla de la vida y de las costumbres de sus gentes.
Además el desastre de Pompeya nos lo relata Plinio “el Joven”, que estaba en la
bahía de Nápoles en el momento de la erupción y años después contó su experiencia al
historiador Tácito.
Esta atractiva ruina arqueológica es un reclamo para arqueólogos, historiadores,
restauradores, arquitectos, escritores y público en general, y nosotros no fuimos menos
ambiciosos y nos lanzamos al estudio y la recuperación de unas pinturas de Pompeya.
Desde el 2004 la sección arqueológica del SIAM, que pertenece al Ayuntamiento de
València, está desarrollando un proyecto de excavación arqueológica de la Casa Ariadna,
en colaboración con la Universidad de Innsbruck (Austria), el Museo de la Diputación de
València y el Museo Arqueológico de Alicante.
Durante los trabajos arqueológicos llevados a cabo, se dieron cuenta de las alteraciones
que presentaba la casa y sobre todo sus pinturas murales.
Fueron precisamente las pinturas, tanto las que decoraban las estancias como
la policromía de sus capiteles, las que le dieron fama a la casa en el momento de su
descubrimiento. Se le ha llamado la casa del “capitelli colorati”, hoy los más deteriorados
con el paso del tiempo y por las intervenciones sufridas. Por todo esto nos invitaron
al Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la
Generalitat Valenciana a estudiar las pinturas, ver cuáles eran las patologías y como
frenarlas.
Algunas de las alteraciones que sufrían las pinturas provienen de la misma época en
la que fueron realizadas ya que en el año 62 d.C. hubo un terremoto que destruyó parte
de la ciudad afectando a algunas viviendas y a sus elementos decorativos.
En unos casos supuso la superposición de estilos y en otros cayeron por el terremoto,
hemos encontrado fragmentos que sirvieron de material de relleno. Pero esos fragmentos
son fundamentales para documentar los momentos históricos.
Cuando se descubrió la Casa Ariadna, en el siglo XVIII, las mejores pinturas fueron
arrancadas y se conservan en el Museo de Nápoles. Las demás pinturas se dejaron “in
situ” y se puso techo para preservarlas en lo posible. Estas cubiertas no fueron demasiado
idóneas y las pinturas están muy afectadas.
Cuando los componentes del equipo interdisciplinar del IVC+r llegamos, en julio
del 2007, confirmamos el estado de alteración en que se encontraban las pinturas con
patologías muy diversas, que van de unas zonas pulverulentas, otras abombadas con
peligro de perderse también. La presencia de eflorescencias salinas que están perjudicando
mucho la policromía por los ciclos de cristalización y recristalización de las sales.
Nos propusimos en primer lugar realizar una primera fase de estudios previos con
unos objetivos claros: Identificar los factores de deterioro por medio de exámenes globales.
Pérez M. del C. - “La casa de Ariadna. Trabajo Multidisciplinario, Pompeya, Italia. 39
-Estudio climático.
-Estudio termográfico.
-Estudio de las radiaciones ultravioleta.
-Estudio fotográfico:
Luz natural.
Luz infrarroja.
Luz ultravioleta.
Reflectografía.
Microscopía óptica.
Microscopía electrónica.
Difracción de Rayos X.
Con los estudios termográficos controlamos:
La detección de humedades.
Determinación de estructuras interiores o falsos cegamientos.
Filtraciones de aire frio o caliente.
Pérdidas de color.
Diferenciación de materiales.
La investigación nos ha permitido conocer los materiales utilizados y las técnicas, así
como las alteraciones sufridas en el tiempo. Se ha trabajado con:
40 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:37-44
Del estudio del estado de conservación los resultados son: las superficies pictóricas
presentan una capa grisácea compacta a base de aluminosilicatos, carbonato de calcio
y yeso. Además observamos zonas con un alto grado de pulverulencia y otras zonas con
eflorescencias y sub-eflorescencias salinas.
Conociendo las patologías se ha realizado una investigación sobre el envejecimiento
natural y artificial de probetas de mortero para testar nuevos productos consolidantes
con nanopartículas de calcio y silicio.
Cada probeta envejecida se evaluará para comprobar si ha sufrido cambios climáticos
a nivel superficial o variaciones fisiomecánicas; alteraciones químicas; formación de
nuevos productos o interacción de los materiales del mortero.
También se han realizado mediciones de colorimetría.
Con todos estos resultados y estudios pasamos unas conclusiones a la Superintendencia
que han servido para que sustituyeran las techumbres de las estancias y esto está
Pérez M. del C. - “La casa de Ariadna. Trabajo Multidisciplinario, Pompeya, Italia. 41
Imagenes
ROMA
POMPEYA
Resumen
Las misiones de los jesuitas deben ser comprendidas y explicadas en una amplia visión
histórica del mundo de la era moderna. Este estudio tiene como objetivo un análisis más
amplio del fenómeno histórico colonial de las misiones jesuíticas, en particular un estudio
de caso de la ciudad colonial de Quebec y la misión de los jesuitas en Canadá, en el río
de San Lorenzo. Las misiones jesuíticas de Canadá se instalaron en los territorios de las
comunidades indígenas de los grupos étnicos de los algonquinos y los hurones: sociedades
da aldeanos locales productores de maíz y adaptados a entornos extra-tropicales. Se está
estudiando el proceso de transformación histórica que llevó los algonquinos a los pueblos
misioneros en estas grandes áreas del continente americano. El proceso de colonización, en
las fronteras políticas coloniales de Francia e Inglaterra, dio lugar a situaciones de tensión y
se terminó en la guerra, en el contexto histórico del siglo XVIII.
Palabras clave: Ciudad colonial, Misiones jesuíticas, Quebec, Canadá.
Abstract
Jesuit missions must be understood and explained in a broad historical overview of the
modern world. This study aims at a broader analysis of colonial historical phenomenon of
the Jesuit missions, including a case study of the colonial city of Quebec and the Jesuit
missions in Canada in the San Lorenzo River. Jesuit Missions of Canada settled in the
territories of indigenous ethnic groups of the Algonquins and Hurons, in villagers adapted to
extra-tropical environments. It is studying the process of historical transformation that led
the missionaries Algonquin peoples in these large areas of the Americas. The processes of
colonization, colonial political boundaries of France and England, led to tense situations in
the war that ended in the eighteenth century historical context.
Key words: Colonial city, Jesuit missions, Quebec, Canadá.
Introdução
1
Trabalho apresentado no Primeiro Congresso de Arqueologia Urbana (Rosário, Argentina) 19 a
21 de agosto de 2010.
2
Arqueólogo e Historiador. Professor Titular da Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do
Sul (PUCRS); Coordenador do Grupo de Pesquisas PROPRATA (www.proprata.com).
46 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:45-57
a) Os territórios e o ambiente.
Duas grandes bacias marcam os dois continentes, formadas por rios que se voltam
para o mundo inter-tropical. Na América meridional, trata-se da bacia do Amazonas; na
América setentrional, referimo-nos à bacia do Mississipi-Missouri. Nos extremos dos dois
continentes, temos outras duas bacias, formadas por importantes redes hidrográficas
que voltam as suas águas para os ambientes localizados no norte e no sul do Oceano
Atlântico. Ao sul do Trópico de Capricórnio, trata-se da imensa bacia do Rio da Prata,
formada pelas águas portentosas dos rios Uruguai, Paraná e Paraguai. No nordeste do
continente norte-americano, trata-se de um conjunto igualmente grandioso, formado
pelos Grandes Lagos da América do Norte e pela bacia do Rio São Lourenço (Saint-
Laurent ) .
Nessas duas grandes bacias do Rio da Prata e do Rio São Lourenço, grupos de aldeões
horticultores, produtores de milho, formaram conjuntos étnicos importantes que deram
sustentação às frentes de colonização dos países europeus, a partir do século XVI.
O objeto de nosso estudo localiza-se no nordeste do Canadá, em uma imensa área
formada pelo vale do Rio São Lourenço e suas margens. A atual Província de Quebec
3
Refiro-me aos filmes “O hábito negro” (“Robe Noir”) de Beresford e “A Missão” (“The mission”) de
Joffé..
4
Examinar também os comentários apresentados em: OUELLET, Réal e BEAULIEU, Alain.
“Avant-propos”. In: OUELLET, Réal (dir). OUELLET, Réal. Rhétorique et conquête missionaire: Le
jésuite Paul Lejeune. Quebec: Edit. Septentrion, 1993. P. 9-10.
Alvarez Kern A. - “Cidade colonial e missões jesuíticas: Quebec, Canadá.” 47
tem uma superfície total de mais de 1.5000.000 de km², ocupando uns 15% do território
canadenses. Nesta que é uma das maiores regiões deste país e a mais povoada, a extensão
das vias de navegação sempre significaram facilidade de comunicações e uma grande
vantagem para os processos de colonização européia.
Assim como os vales dos rios que desembocam no Rio da Prata facilitaram a penetração
para o interior do continente sul-americano, o Vale do Rio São Lourenço permitiu a
entrada dos desbravadores e colonizadores até a região dos Grandes Lagos e ao coração
do continente norte-americano. Por esta via foi possível atingir as cabeceiras dos rios
Mississipi-Missouri e ligar os territórios franceses do nordeste canadense até a Louisiana
e Nova Orleans. O controle estratégico desta imensa entrada do nordeste canadense
deveria ser mantido sempre, sob pena de se perder o acesso aos vastos territórios do
interior. Quebec foi fundada em grande parte para desempenhar esta função. A perda do
controle do vale para os ingleses no século XVIII representou o término da manutenção
da hegemonia do coroa francesa sobre a Nouvelle France.
O clima da costa atlântica do Canadá é semelhante ao dos países da Europa Continental
e as paisagens ficam cobertas de neve quatro meses por ano. O sol é abundante durante
todo o ano, mesmo em períodos de neve, porém o período para o plantio é limitado:
150 dias durante o ano. Isto limita a possibilidade de plantio para muitas espécies de
alimentos, inclusive para os já domesticados pelas populações indígenas. Ocorre algo
semelhante à bacia do rio da Prata. À medida que nos aproximamos dos extremos do
nordeste e do sudeste, plantas tropicais (como a mandioca e o algodão) têm dificuldades
de se adaptar ao frio, mas o milho é produzido como uma alimentação básica tanto pelos
algonquinos como pelos guaranis. O milho chegou ao vale do Rio São Lourenço, depois de
longa difusão desde o México e a grande bacia do Mississipi-Missouri, aproximadamente
por voltas de 500 anos antes do presente. Se o arroz representou a base da economia
da Ásia e o trigo foi o cereal fundamental no oriente Médio e na Europa, temos que
reconhecer a importância do milho (Zea mays) para a América, desde a bacia do rio da
Prata até o vale do São Lourenço, no nordeste do Canadá.
Os dias de frio intenso e a limitação da insolação com solo livre de gelo, são fatores
limitantes em relação à variedade de produtos. No período colonial, era comum os navios
franceses fazerem por ano três viagens de navegação às Antilhas e apenas uma ao
Quebec. De Nova Orleans e das Antilhas, vinham o açúcar, o algodão o tabaco e o arroz,
para complementar as produção local de alimentos.
b) Os recursos naturais.
As descrições dos primeiros exploradores (como Samuel Champlain) e dos missionários
(jesuítas e franciscanos) destacaram sempre a flora, a fauna, e fizeram referência a
potencialidade dos abundantes recursos naturais da região. Mesmo que muitas espécies
da fauna e da flora tenham desaparecido devido à exploração intensa, podemos encontrar
vestígios do ambiente e destes recursos nas escavações arqueológicas e nos estudos
sobre os restos de alimentação. As vastas florestas de coníferas da colônia francesa do
Canadá abrigavam uma riqueza incomensurável que oportunizou lucros extraordinários:
as peles de animais. Durante mais de dois séculos, esta atividade foi a mais lucrativa das
companhias de Comércio francesas e das atividades controladas pela própria monarquia.
Chegou a representar dois terços dos valores de exportação. Milhões de peles, sobretudo
de castor, foram obtidas, diretamente ou pelo comércio com os indígenas5. As peles de
castor foram utilizadas em grande escala para a confecção de chapéus. Peles de raposa, de
48 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:45-57
5
O Padre jesuíta Paul Lejeune cita um índio algonquino, da tribo dos Montagnais que teria afir-
mado ser o castor um animal que sabia fazer bem as coisas, pois trazia para os índios macha-
dos, panelas, espadas, facas e mesmo pão. Eram milhares as peles de castos exportadas para a
Europa, com lucros que podiam atingir 1.000 % (Lacoursière, Provencher e Vaugeois: 2001, p. 8
e 11).
6
Lacoursière, Provencher e Vaugeois: Opus cit., p. 47.
Alvarez Kern A. - “Cidade colonial e missões jesuíticas: Quebec, Canadá.” 49
7
Este fato sugeriu a alguns pensadores do século XIX, a partir dos estudos de Morgan, que todos
os sistemas sociais aldeões neolíticos no mundo inteiro seriam matriarcados. Entre os guaranis
do Rio da Prata, a casa e a sua família extensa era dirigida por um líder masculino.
50 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:45-57
b) As expedições de Champlain.
Em 1608 concede o privilégio da colonização do Canadá a uma companhia organizada
por De Mons com mercadores de Rouen. Persuadido por Champlain, ele não só lhe
transmite a chefia da expedição, mas aceita o projeto de instalar uma colônia no vale
do rio São Lourenço. As vantagens são inúmeras, mas as mais evidentes são duas: a)
estabelecimento estratégico que permite a defesa de toda a região; b) melhores condições
de comércio com os indígenas e exploração dos recursos locais.
Saindo de Honfleur no início do Século 17 com três navios, Samuel Champlain parte
para o Canadá. Dois dos navios farão comércio com os indígenas no litoral (Acadie e
Alvarez Kern A. - “Cidade colonial e missões jesuíticas: Quebec, Canadá.” 51
Tadoussac). Mas com o terceiro navio, denominado Don-de-Dieu, carregados com todo o
necessário para um primeiro estabelecimento colonial (uma feitoria) Champlain penetra
no vale e funda a cidade de Quebec, em 1608. O nome significa “o lugar onde o rio torna-
se mais estreito”. Trata-se de um promontório, dotado de uma defesa natural, que permite
o controle de todos os navios que passam, ou seja, um lugar estratégico para o controle
marítimo de acesso ao interior das terras pelo vale do rio São Lourenço (Saint-Laurent).
Um porto natural, ao lado do promontório em forma de cunha, protege os navios das
tempestades. Após uma inspeção cuidadosa, Champlain decide instalar a feitoria, que ele
denomina “a habitação”, numa ponte estreita que avança sobre o rio, junto à falésia. Um
lugar fácil de defender, tanto dos indígenas que venham por terra como de um ataque que
venha com canoas, pelo rio. Derrubam-se as árvores no espaço escolhido, constroem-se
as paliçadas e os fossos de defesa, instalam-se porões para o armazenamento dos víveres
e inicia-se a construção de uma habitação fortificada, armada com alguns dos canhões
retirados do navio.
Champlain faz acordos com as tribos dos Algonquinos e de seus aliados, os Hurons e
os Montanheses, que continuarão a fornecer alimentos e bens de comércio aos franceses.
As relações de comércio implicam em relações políticas e logo os franceses estão lutando
ao lado de seus aliados contra os Iroqueses. .
Champlain obtêm recursos de mercadores de Rouen e do porto de Saint-Malo,
fundando a Companhia do Canadá, sob a administração de um Vice-rei designado pela
monarquia, o Conde de Soissons.
O comércio e o contato contínuo com os indígenas oportunizam a continuação das
descobertas, com novas explorações que vão levar os franceses mais para o interior, até a
região dos Grandes Lagos, bem com intensos contatos interétnicos e culturais, sobretudo
com os Algonquinos e os Hurons. .
O processo de colonização francesa passou por etapas distintas que terminaram
marcando também a ação missionária dos jesuítas. Se a busca de metais preciosos e
da passagem para o Pacífico não deram os resultados esperados, novos objetivos foram
definidos, ou seja, uma economia voltada para a obtenção de peles de castor e couros
de alces e veados. Neste momento, o contato com os grupos indígenas passou a ser
contínuo, intenso e insubstituível, pois eram eles que traziam as pelas para trocar com
os mercadores. O imenso vale do Rio São Lourenço era uma imensa área de caça que logo
se transformou em uma rede de tráfico mercantil. Após uma feitoria inicial em Tadoussac
(1600), mas próximo ao oceano, Champlain fundara Quebec (1608), ambas em territórios
do Algonquinoas e Montanheses. Interiorizando-se ainda mais, será fundada Trois-
Rivières, ligada a Quebec. Somente mais tarde é que Montreal será instalada em território
dos Hurons, junto aos Grandes Lagos.
3) Os missionários e as missões.
8
Lacoursière, Provencher e Vaugeois: Opus cit., p. 45.
9
O título completo do livro é: “Le Grand Voyage du Pays des Hurons, situe em l’Amérique vers la
mer douce e derniers confins de la Nouvelle France. Avec u n dictionaire de la langue huronne.
Par Fr. Gabriel Sagard, Recollect de St. François de la provinvce de St. Denis. 1632 . Idem.
Ibidem, p. 41.
Alvarez Kern A. - “Cidade colonial e missões jesuíticas: Quebec, Canadá.” 53
10
O prédio atual data de 1730 e é o terceiro construído no mesmo local.
11
Posteriormente canonizados, m 1930.
54 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:45-57
documentação dos jesuítas, mas uma alusão à tensão constante na sociedade colonial
francesa, onde a guerras contra as tribos irão se somar aos conflitos contra os ingleses.
Entretanto, após esta etapa inicial, os jesuítas alteram sua estratégia. Após as
primeiras experiências de acompanhar grupos nômades em seus deslocamentos sazonais,
as dificuldades com o aprendizado da língua e o constante atrito com os chamans, o
superior Paul Lejeune toma uma decisão importante. Torna-se imprescindível, para o
sucesso da cristianização dos indígenas, a reunião de diversas parcialidades em unidades
maiores e o seu estabelecimento sedentário em povoados fixos.
Como nas missões volantes do início da história missionária na bacia do Rio da Prata,
os jesuítas logo se deram conta das dificuldades de instruir e manter o cristianismo
entre população de nômades. Mesmo já batizados, eles retomavam seus hábitos
errantes e desapareciam nas densas matas do Canadá. Seguindo o mesmo caminho
de seus companheiros sul-americanos, o Padre Lejeune propõe duas soluções para a
fixação dos indígenas à terra. Em primeiro lugar, a instituição das reduções, reunindo
diversas parcialidades tribais. A segunda solução foi o estabelecimento de uma escola
(um “seminário”) em Quebec onde os jovens indígenas, meninos e meninas, poderiam ser
cristianizados e educados junto à sociedade francesa colonial13.
A produção intelectual dos jesuítas deste período nos faz relatos importantíssimos,
como as Relations do Padre Paul Le Jeune, Ele é um “homem de terreno enérgico e
propagandista eloqüente”, conseguiu implantar “uma estratégia missionária eficaz” e
“impôs um estilo de escrita que faz das Relations dos jesuítas um monumento literário e
histórico de primeira ordem”14.
No ano de 1632, tem início a publicação deste tipo de relatório anual produzido pelos
jesuítas sobre as suas atividades realizadas no Canadá. São as Relations, uma fonte
documental inestimável para a reconstituição da história colonial da Nouvelle France. O
Padre Paul Lejeune foi o autor das onze primeiras relações escritas, valiosos documentos
sobre a ação missionária dos jesuítas na Nouvell-France15. Nestes detalhados relatórios
ficam registrados os limites e as possibilidades da evangelização nestas novas colônias, as
estratégias desenvolvidas, as facilidades e as dificuldades dos contatos com os indígenas.
Estas descrições do trabalho missionário eram publicadas e difundidas na França, pois
deveriam também atender à necessidade de obter apoios políticos e recursos financeiros
à obra da catequese na colônia do Canadá.
12
Pioffet, Marie-Cristine. “L’arc et l’épée: les images de La guerre chez le jésuite Paul Lejeune”. In:
OUELLET, Réal. Opus cit, p. 42.
13
Em 1936 o próprio Lejeune reconhece a dificuldade: “Je voulois parler pour avoir des enfans,
& commencer um Seminaire, comme une chose três important au Salut de ces Nations...”.
OUELLET, Réal e BEAULIEU, Alain. “Avant-propos”. In: OUELLET, Réal. Rhétorique et conquête
missionaire: Le jésuite Paul Lejeune. Quebec: Edit. Septentrion, 1993. P. 19.
14
OURELLET, Real.
15
Este jesuíta desenvolveu suas atividades missionárias na região de Quebec de 1632 até 1649,
durante dezessete anos. Após este período, foi o procurador das missões da Nouvelle-France até
a sua morte, em 1664.
Alvarez Kern A. - “Cidade colonial e missões jesuíticas: Quebec, Canadá.” 55
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79 ISSN 1852-8554
Resumen
La arqueología Urbana es la actividad arqueológica que tiene su campo de acción en el
subsuelo, los alrededores y los edificios de las ciudades actuales. Su definición no viene tanto
del objeto arqueológico que estudia, que no difiere del de lo que llamaríamos arqueología de
campo o tradicional, sino del medio en que actúa, el núcleo urbano actual.
Su nacimiento, relativamente reciente, es consecuencia de la toma de conciencia de la
existencia de un patrimonio urbano oculto que, como mínimo, es necesario conocer,
documentar y difundir, para, en su caso, conservar.
El instrumento básico para las intervenciones arqueológicas en las ciudades modernas es
la prevención: hay que excavar antes del inicio de las obras que provocan las excavaciones,
para evitar uno de sus mayores inconvenientes, fuente de innumerables problemas: la
paralización de proyectos urbanos debido a hallazgos inesperados o insuficientemente
previstos, con los daños que conlleva a los intereses públicos y privados. Peor aún es la
destrucción indiscriminada del patrimonio arqueológico urbano, contra cuyos excesos surgió
esta arqueología.
La delimitación de áreas arqueológicas protegidas en los planes urbanísticos, la fijación de
las normas de actuación y de financiación y el control y supervisión previa de las licencias de
obras particulares y de los proyectos públicos para trabajar con antelación a su ejecución,
son la mejor herramienta para aunar el desarrollo urbano moderno con el respeto al legado
histórico de nuestras ciudades.
En ésta conferencia desarrollaremos el caso de la ciudad de Valencia en España.
Palabras clave: arqueología urbana, prevención, ciudades modernas
Abstract
Urban archeology is archaeological activity has its sphere of action in the basement,
the surrounding buildings and modern cities. Its definition is not so much studying
archaeological object, which is not different from what we would call field archeology
and traditional, but the environment in which it operates, the current village.
His birth, relatively recent, is a result of awareness of the existence of a hidden urban
heritage, at least, you must know, document and disseminate, for, as appropriate, retain.
The basic tool for archaeological work in modern cities is prevention: must dig before the start
of the excavation works that provoke, to prevent one of its biggest drawbacks, source of many
problems: the halting of urban projects because findings unexpected or inadequately planned,
with the damage that leads to public and private interests. Even worse is the indiscriminate
destruction of urban archaeological heritage, against whose excesses came this archeology.
1
Servicio de Investigación Arqueológica Municipal. Ayuntamiento de Valencia. España.
60 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79
A primera vista, una ciudad como Valencia no parece que tuviera que destacar en
un campo que le parece tan ajeno como él de la arqueología. Es el sino de otras muchas
grandes ciudades actuales, cuyo desarrollo y dinamismo ha destruido o simplemente
ocultado y olvidado cualquier señal de su pasado más o menos remoto. Bien distinta
es la situación de muchas de las grandes urbes del pasado, cuyas sucesoras apenas si
han podido acercarse a su antiguo y perdido esplendor. Bien cerca tenemos los casos de
Sagunt, Tarragona o la más lejana Mérida, donde la fuerte impronta del pasado también
delata su inferior desarrollo posterior.
En Valencia, prácticamente no se asoma a la superficie nada que no tenga menos de
1.000 años y es necesario profundizar bastante en el subsuelo para llegar a ver algo de
2.000 años. El centro histórico actual, físicamente es el resultado de la trama urbana de la
Medina del periodo islámico a la que se adaptan los nuevos edificios que se construyeron
a partir del s. XIII. A simple vista, solo se podría vincular al periodo romano el origen de
algún eje viario, como las calles de San Vicente, del Salvador y Cavallers, o la plaza de
la Virgen.
Este virtual enmascaramiento, y olvido, de las primeras ciudades, incidió en una
tendencia, más bien peyorativa, a la hora de cualificar la real entidad de la Valencia
primitiva.
Los primeros hallazgos arqueológicos de los que se tiene constancia son del s. XVI,
y, en todo caso, siempre hablan del descubrimiento de inscripciones romanas. Parece
ser que estas llegaron a ser tan numerosas que despertaron el recelo de algún obispo,
ciertamente poco dado a la moda renacentista de la época, que, a fines del s. XVI, mandó
que fueran enterradas en los cimientos del puente de Serrans, no fuera que el paganismo
que desprendían afectara a la fe cristiana. Al menos esto cuentan algunos cronistas, pero
se ha llegado a dudar de estos hechos.
Muy distinto fue el trato que se dio, ahora en pleno s. XVII, a los numerosos restos
que salieron a la luz cuando fue edificada la actual Basílica de los Desamparados, y que
fueron muy bien publicados, para las costumbres de la época, por J.V. del Olmo, que
era, ni más ni menos, que secretario del Santo Oficio de la Inquisición. Las inscripciones
romanas que aparecieron se pueden ver en la fachada de la Basílica.
En los siglos XVIII y XIX, solo se puede continuar haciendo referencia a la continua
aparición de nuevas inscripciones romanas con motivo de obras y derribos, la mayor
parte de las cuales acabaron en el Museo de Bellas Artes.
De fines del s. XIX, de 1890, sería lo que podríamos denominar la primera excavación
con finalidad arqueológica que tuvo lugar en la ciudad de Valencia. Ocurrió en la calle
de Isabel la Católica, cerca pero ya fuera del recinto medieval, y surgió a consecuencia
del casual descubrimiento de varias tumbas, que fueron excavadas y dibujadas por la
Delegación Municipal de Monumentos. Es un autentico precedente más que centenario de
la actual labor del SIAM, que hemos conocido recientemente gracias al Archivo Histórico
del Ayuntamiento. Serían sepulcros medievales del cercano barrio judío.
Ya en el s. XX, los inicios de la investigación arqueológica están directamente
relacionados con la figura de Nicolau Primitiu Gómez Serrano, cuya intensa labor cubre
las 3 décadas que van entre 1920 y 1950. La falta de una arqueología organizada, Nicolau
62 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79
Primitiu la compensó con el control de las grandes obras que por entonces tuvieron
lugar. Así, en la década de los 20, no solo supervisó la instalación de la nueva red de
alcantarillado, sino que, gracias al Centro de Cultura Valenciana, fue publicando, con
profusión de planos, los resultados de sus inspecciones, documentos que en la actualidad
aun son de gran utilidad. En la década de los 30 destaca el interés que se tomo por lo que
pudiera salir en los refugios antiaéreos que se hicieron durante la guerra civil. Ya en la
postguerra, siguió los trabajos de la torre Oeste del Palau de la Generalitat y las primeras
excavaciones de la necrópolis romana de la Boatella. Su labor va ligada a hallazgos tan
importantes como la muralla y el acueducto romano, el cementerio episcopal visigodo o
las murallas y el Alcázar islámico, amen de piezas sueltas, como monedas e inscripciones.
A partir de 1945 el Ayuntamiento intervino para asegurar un cierto control
arqueológico sistemático. Ello no fue óbice para que otras instituciones intervinieran en
casos concretos, como fue el Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación
de Valencia, que excavó por medio de Santiago Brú en 1963 en el fossaret de la Catedral,
mientras su director, Domingo Fletcher realizó varios estudios sobre los orígenes romanos
de Valencia y promovió varias publicaciones de la arqueología de Valencia, de las que
destacaríamos la recopilación epigráfica de Gerardo Pereira.
La Universidad de Valencia, en los años 40, promovió algunos estudios parciales
sobre la mencionada necrópolis de la Boatella, pero no tuvieron continuidad. Solo en
los años 60, de la mano de Miquel Tarradell, hubo una más activa participación del
Departamento de Arqueología de la Universidad en la ciudad. La mejor muestra es la
edición del nº 1 de la revista Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, dedicado
exclusivamente a la Valencia romana, y que se hizo en 1962 para conmemorar los 2.100
años de la fundación de Valencia, efemérides que apenas fue celebrada, ante la infundada
y pretenciosa creencia que la ciudad era mucho más antigua. El Ateneo Mercantil fue
otra de las pocas instituciones que se sumaron a esta conmemoración, y lo hizo editando
otro libro sobre la Valencia romana. En 1996, el departamento de Arqueología realizó una
pequeña excavación en la plaza de la Reina, de la que se dieron a conocer sus hallazgos
más destacados, los del periodo romano-republicano.
Por el contrario, en absoluto son conocidos los resultados de la primera campaña de
excavaciones en el solar de l’Almoina, que en 1976 realizó el Departamento de Historia
Antigua, a pesar de que en extensión y profundidad afectó a una buena parte del lugar.
Otras campañas posteriores, de menor entidad, en 1983 y 1984, siguieron los mismos
vericuetos.
Aunque la Conselleria de Cultura ha llevado a cabo directamente algunas grandes
intervenciones arqueológicas, como las de las Cortes Valencianas, el Convento del
Carme, las obras del Metro o Sant Miquel dels Reis, la inmensa mayoría de la actividad
y la iniciativa arqueológica que se ha desarrollado en la ciudad de Valencia ha sido obra
del SIAM de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Valencia.
todo el centro antiguo y que se quedó a medias. En el transcurso de estas obras, cerca
del Mercado Central empezaron a surgir numerosas sepulturas romanas, entre ellas un
sarcófago monolítico de piedra, de lo que desde entonces se conoce como cementerio de
la Boatella. Este repentino descubrimiento llegó a motivar la intervención de la Dirección
General de Bellas Artes del por entonces Ministerio de Educación Nacional, que en 1947
propició la creación de la “Comisaría Local de Excavaciones Arqueológicas” de Valencia,
a cuyo cargo se situó José Llorca, funcionario del Ayuntamiento. Esta decisión suponía
que por primera vez el ente municipal era el depositario de los hallazgos arqueológicos del
término municipal. Al año siguiente, 1948, con fecha 4 de Mayo, el Ayuntamiento creó
el Servicio de Investigación Arqueológica, que en 1949 amplió sus competencias a lo que
por esos tiempos era conocido como “Gran Valencia”, que se corresponde con el actual
Área Metropolitana. En 1951 se aprobaron unas normas de protección arqueológica, que
vetaban el uso de maquinaria en todo el centro histórico, lo que obligaba a que las obras
de vaciado de solares se tuvieran que hacer a mano.
El nuevo Servicio municipal, que al tiempo era el representante oficial del Estado,
no en vano su responsable era “Comisario Local de Excavaciones”, inició una andadura
que a los ojos actuales suena un poco peculiar, pero que en la coyuntura de la época
fue algo excepcional, por inusual, ya que no era ni mucho menos normal que las obras
64 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79
solo era totalmente obsoleta, sino que hacía muchos años que no se cumplía. Además,
una política arqueológica medianamente correcta se debía basar en algo más que recoger
trozos de cerámica de los solares.
Por una parte, tras un proceso un tanto dilatado, se introdujo una normativa de
protección arqueológica, primero (1983), para todo el Centro Histórico, y después, en el
P.G.O.U. (1988), para todo el termino municipal. Primero con el Ministerio de Cultura
y luego con la Conselleria de Cultura, se delimitaron las competencias y se buscaron
convenios de financiación.
Por otra parte, se adoptó la metodología de trabajo específica para las excavaciones
en las ciudades modernas.
Conseguido un marco jurídico y desarrollado el proceso metodológico básico, se
pudieron obtener, con unos medios limitados pero crecientes, unos resultados bastante
destacables, de modo y manera que en el plazo de 10 años, entre 1981 y 1991, la situación
de la arqueología de la ciudad experimentó una mejora considerable.
Los necesarios medios materiales surgieron de la colaboración de varias instituciones
con las que el Ayuntamiento realizó una serie de convenios y acuerdos, que van desde
el Ministerio de Cultura, en un principio, a la Conselleria de Cultura y les Corts
Valencianes, pasando por las Consellerias d’Hisenda y Treball y las Delegaciones de
Urbanismo y Trafico del Ayuntamiento de Valencia. Mención especial habría que hacer
de la Delegación de Personal y del INEM, que primaron especialmente las excavaciones
arqueológicas dentro de los proyectos de promoción de empleo.
Todo esto, hizo posible la realización de numerosas e importantes excavaciones, como
las de las calles del Mar, Comedies, Baró de Petrés, el convento de la Roqueta, la plaza de
la Reina, els Banys de l’Almirall y muchas más de menor volumen. No menos importantes,
pero mucho más conocidas por la polémica que crearon, fueron las del Palau Reial y las
del hemiciclo de les Corts Valencianes.
Pero los trabajos arqueológicos más destacados fueron, y son, los de la zona de la
plaza de la Almoina, cuyas excavaciones, iniciadas por el SIAM en 1985, concluyeron en
2005 y han dado paso a un gran centro arqueológico.
En esta etapa, por primera vez vio la luz una serie de publicaciones dedicadas
exclusivamente a la arqueología de la ciudad de Valencia y que, entre 1983 y 1991, llegó
a sacar 9 monografías, 2 catálogos de exposiciones y 2 cuadernos didácticos.
A partir de 1991, esta dinámica sufrió cierto cambio, más por una inercia negativa
que por otra cosa. El descenso de las aportaciones públicas, se compensó con la mayor
aportación de los particulares, interesados en adelantar las excavaciones, financiándolas
ellos mismos. Con este sistema, se pudo mantener un elevado ritmo de intervenciones,
que han deparado hallazgos tan destacados como las alfarerías y cementerios medievales
de la calle Sagunt y del barrio del Carme, la muralla romana de la calle de les Avellanes, el
acueducto y las necrópolis romanas de la calle Quart, el Hospital medieval d’En Clapers,
la pista, la Spina y la curva del Circo romano y muchas más.
Por el contrario, lo que fueron las prioridades anteriores, como l’Almoina y la Cárcel de
San Vicente, y las publicaciones, sufrieron un brusco parón, las primeras hasta 1996 y
las segundas hasta 1998. No podemos cerrar este periodo sin hacer por lo menos mención
de una de las más conocidas búsquedas ¿arqueológicas? de los tiempos recientes, como
fue el esperpentico episodio de los huesos de Lluis Santangel, que se puede considerar
emblemática y representativa de la curiosa manera de entender la arqueología, y otras
cosas, en esos ya superados tiempos.
Rivera i Lacombe A. - Los 60 años del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal... 67
En total se han exhumado e identificado 30 edificios, más o menos, que ordenados por
los grandes periodos serían:
arqueológicas.
Septiembre de 1985: inicio de la excavación arqueológica por la Delegación de
Cultura.
1985-1991: seis largas campañas de excavación arqueológica en extensión.
1996: la Delegación de Urbanismo se hace cargo de la gestión de l’Almoina.
Diciembre de 1997: final de la excavación arqueológica.
Mayo de 1998: inicio de las obras de consolidación.
1999. Decisión de conservar las ruinas bajo una plaza.
Mayo de 1999: apertura provisional al público.
Diciembre de 1999: convenio con la propiedad.
2000. Convenio de permuta con la propiedad, la Iglesia,
2000. Plan Director del Centro Arqueológico.
Enero de 2002: cierre de la instalación provisional e inicio de las obras finales de
consolidación y del perímetro
2002-2003. Redacción del proyecto arquitectónico.
Junio 2003: finalización de las obras del perímetro y de la consolidación.
2004. Adjudicación de la obra de la plaza.
Junio 2004: inicio de las obras de la plaza.
Junio de 2006: finalización de las obras en la plaza.
2006: redacción del proyecto museográfico.
Noviembre de 2006: inicio de las obras de instalación museográfica.
Diciembre de 2007: inauguración del Centro Arqueológico
2008: la Delegación de Cultura recupera la gestión de l’Almoina.
El proyecto urbanístico
Sus elementos esenciales fueron:
- Creación de una plaza nueva, entre 3 plazas (la de l’Almoina, la Virgen y la de San
Luis Beltrán) y un entorno de alto valor monumental: Catedral, Almudín, Basílica
de la Virgen, Museo de la Ciudad, Palacio Arzobispal,..…
- Debajo de la plaza, un cuadrado de 50 x 50 metros sostenido por una trama de
pilares, se visitan las ruinas.
- Solucionar el problema de las altas medianeras que habían quedado a la vista tras
los derribos del inmueble, lo que se consiguió levantando un nuevo y necesario
edificio al este de la nueva plaza que albergaría los accesos al Centro Arqueológico
y las instalaciones precisas para su funcionamiento y mantenimiento.
- Otro cuerpo más pequeño se abrió en el ángulo noroeste de la nueva plaza para
colocar la obligatoria salida de emergencia y, al mismo tiempo, mantener la
reconstrucción de la columnata del pórtico del foro.
- Un elemento original y la vez importante fue proponer que el área central de la plaza
estuviera acristalada para dotar de luz natural el futuro espacio subterráneo. Esta
superficie acristalada se concibió cubierta con una pequeña lámina de agua, lo que
evitaba el grave problema del mantenimiento de un piso de cristal al aire libre.
• El estanque reproduce y abarca la planta de las termas sobre los pilares que
Rivera i Lacombe A. - Los 60 años del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal... 71
El proyecto museográfico
Las excavaciones arqueológicas de l’Almoina forman un espacio amplio, rico y
complicado caracterizado por:
- abundancia de edificios, unos excepcionales o únicos, otros más habituales a nivel
general, pero siempre de interés en el contexto regional o local.
- superposición y reutilización continua de elementos urbanos, normalmente de
sólida factura, que al utilizarse durante varias épocas se mantuvieron en buen
estado.
- estado de preservación diverso, desde alzados y pavimentos muy bien conservados,
en unos casos, a edificios que sólo mantienen parte de sus cimientos. Normalmente
se suele conocer bien su planta general.
- no sólo hay edificios sino que se han identificado las evidencias de hallazgos de otra
indole, tan evidentes y extraordinarios como de alto valor simbólico y especialmente
valiosos y esenciales para conocer y comprender la historia de Valencia. Serían los
espectaculares casos de los ritos de fundación de la ciudad, el lugar del martirio
de San Vicente Mártir o la fehaciente y macabra escena real de la destrucción de
Valencia en el 75 a.C.
- cultura material mueble muy rica: epigrafía, cerámica, vidrio, armas, monedas,
pintura mural, escultura,....
el sentido total, o sea, Valencia, más que un centro de interpretación de una excavación
concreta y limitada espacialmente por los edificios actuales.
El problema principal ha sido hacer comprensible esta diversidad a los visitantes.
El sistema ha sido intentar agrupar cada periodo en espacios distintos. A grandes
rasgos, la fase medieval e islámica se presenta en la planta baja; la romana y visigoda en
el subterráneo.
Se ha recurrido a reconstrucciones audiovisuales de los edificios y a maquetas de los
conjuntos edilicios para explicar el urbanismo de cada periodo.
El itinerario de la visita aprovecha la trama viaria romana en la mayor parte de su
recorrido, por lo que su visita se asemeja a un paseo por la ciudad romana siguiendo la
misma ruta que se usaba hace 2000 años. Pero las características de este espacio impone
que los visitantes tengan que realizar un recorrido en una sola dirección constreñido por
las pasarelas, lo que, además, y a pesar de ser un espacio amplio, impone que el aforo
sea limitado y que se tenga que controlar.
También se explica la situación del entorno urbano de los restos que se presentan, ya
que la mayor parte de ellos forman parte de conjuntos arquitectónicos que sobrepasan
el área ocupada por el Centro Arqueológico, como sería el caso del foro romano, el grupo
episcopal visigodo y el gran conjunto palatino del Alcázar islámico.
74 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79
Resultados obtenidos
La materialización de este proyecto ha supuesto convertir un gran solar, abandonado
durante décadas, y situado en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, en un
polo de atracción cultural y en el principal punto de referencia para conocer las raíces
históricas y culturales de Valencia. Su adecuación ha supuesto ganar un espacio para el
disfrute de los ciudadanos y ha mejorado la calidad de su entorno.
Junto a l’Almoina, por parte de diversas administraciones (Ayuntamiento, Generalitat,
Ministerio de Cultura), en los últimos años se han llevando a cabo obras en diversos
edificios y espacios colindantes (Catedral, Basílica de los Desamparados, Almudín, Cárcel
de San Vicente, peatonalización de la plaza de l’Almoina,..) que en conjunto, y en muy
pocos años, han cambiado y mejorado sustancialmente la fisonomía de toda esta zona
monumental.
El principal elemento de medición de la importancia del proyecto han sido la
numerosa afluencia de visitas y el positivo consenso general que ha generado en la
ciudad. Gracias a la apertura al público de esta zona los ciudadanos de Valencia pueden
ver directamente y reconocer como propio, una serie de edificios antiguos con los que
Valencia ha enriquecido su legado monumental. Antes de esto, la ciudadanía no era
consciente que hubiera existido algo anterior al siglo XIII, ante la ausencia de cualquier
elemento material palpable en la ciudad actual.
A escala local, pues, se ha conseguido que los visitantes descubran la realidad de un
pasado que hasta entonces había sido especialmente inaccesible y desconocido.
Durante la primera fase de acceso al público, entre 1999 y 2001, se llegó a una media
de 10.000 visitas al mes. Tal afluencia de publico fue alentada y canalizada a través de
la cooperación con oficinas de turismo, que habían incluido el lugar dentro de la ruta de
turismo cultural de la ciudad, y se había integrado en la oferta de actividades del curso
escolar. Todo ello, enormemente facilitado por su céntrica situación.
En la actualidad, debido al restrictivo, aunque inevitable, sistema de visitas guiadas,
la media mensual de visitantes se centra en 4.000.
Este conjunto arqueológico en el futuro se debe convertir en el centro de partida para
iniciar y organizar los recorridos históricos y monumentales de Valencia.
La fácil accesibilidad y, por ende, la captación visual de una realidad histórica plural,
que hasta entonces no era conocida, ha permitido, en un lapso de tiempo relativamente
corto, que se haya formado una nueva concienciación cívica hacia la protección del
patrimonio cultural.
Se ha conseguido, pues, a través de la divulgación en directo de este legado cultural,
que la gente ha asumido como propio, crear un cambio positivo entre la opinión publica
de la ciudad hacia el interés y la importancia de su variado patrimonio histórico.
Futuro
Al ser una compleja y gran instalación de vida reciente, su montaje todavía no se
puede dar por concluido, a falta de culminar una serie de actividades que se pueden
concretar en:
• Ajustes y mejoras de funcionamiento y subsanación de algunos defectos de la obra
y de la instalación.
• Implantar un estricto sistema de seguimiento y control de las condiciones de
humedad y temperatura para evitar el deterioro de los restos arqueológicos y
asegurar su conservación futura.
Rivera i Lacombe A. - Los 60 años del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal... 75
La crisis que nos afecta podría ser un buen momento para replantearse esta
problemática, introducir mejoras tecnológicas de uso general y obligatorio y proponer
unos sistemas de gestión más acordes con las necesidades de todas las partes.
Los objetivos mismos de la arqueología han cambiado en función de las motivaciones
y los ritmos de las intervenciones. Ya no se trata de desarrollar unas determinadas líneas
de investigación, que forzosamente serían parciales, sino de afrontar el conocimiento
global de la ciudad y su entorno a lo largo de la historia, sin primar unas zonas o unos
78 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:59-79
periodos sobre otros. En línea con las propuestas europeas en boga, se trata, en definitiva,
de construir el archivo del suelo, un instrumento válido para el análisis histórico y al
tiempo para la gestión urbanística, donde tienen cabida todos los datos proporcionados
por cada una de las intervenciones arqueológicas.
La correcta gestión del archivo del suelo no es tarea fácil. Exige, en primer lugar, una
visión unitaria de todas las intervenciones que se realizan en la ciudad y en su término, una
unidad de criterio, en la cual se afana el SIAM mediante la continua revisión de la metodología
y la permanente supervisión de los trabajos. En línea con lo anterior, requiere también la
dotación de medios para el archivo centralizado de la información y el almacenamiento de los
materiales, así como para la consulta de los investigadores. Por último, necesita el estímulo
de becas y convenios de colaboración con las universidades para encarar proyectos que
trasciendan de las excavaciones puntuales; y, por supuesto, la divulgación de los resultados
a la comunidad científica y al ciudadano, mediante exposiciones y publicaciones periódicas.
En justicia, cabe reconocer que queda mucho por andar en estas cuestiones, en particular
en los dos últimos aspectos.
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RIBERA A. 2006: “La investigación científica y la ¿gestión? del Patrimonio Arqueológico
Urbano en Valencia (y otros lugares dejados de la mano de Dios)”. Jornadas de
Rivera i Lacombe A. - Los 60 años del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal... 79
Resumen
En 2005 comenzamos a estudiar, desde nuestra perspectiva en relación con la denominada
Arqueología histórica, “La Casa de Los Ameghino” (CA1), inmueble ubicado en la ciudad de
Luján, Provincia de Buenos Aires. En esa vivienda, cuya estructura original básica aún se
conserva, habitó la familia Ameghino desde mitad de la década de 1850. Es muy probable
que lo haya hecho por espacio de unos diez años, cuando el famoso Florentino era un niño
de aproximadamente un año de vida. Los Ameghino luego se mudaron a otra casa, ubicada
a dos cuadras y media del lugar.
Hasta este momento hemos desarrollado en el sitio CA1 relevamientos, geodetección,
recolecciones de superficie, trincheras estratigráficas, sondeos y excavaciones en los terrenos
del fondo como en el jardín del frente de la casa. Asimismo avanzamos en investigaciones
de archivo que nos permitieron obtener información directa e indirecta del período en la
localidad de Luján, como de las actividades cotidianas de la familia. Sobre la base de los
resultados obtenidos discutimos algunas cuestiones de carácter social (alimentación, trabajo,
educación, etc.) referidas a los habitantes de “La Casa de Los Ameghino”. Los hallazgos
corresponden a un período que comienza en la segunda mitad del siglo XIX y llega hasta
la segunda mitad del XX, por tal motivo esos conjuntos no pertenecen únicamente a la
familia Ameghino, sino a otras ocupaciones de diferentes momentos. En esta comunicación
presentamos los avances logrados recientemente como producto de las nuevas excavaciones
(2009) y los estudios de laboratorio y gabinete de algunos hallazgos (fauna, loza, metal,
vidrio, etc.) que componen el registro arqueológico.
Palabras clave: Arqueología Histórica, registro arqueológico
Abstract
In 2005 we began to study, from our perspective in relation to the so-called historical
archeology, “The House of the Ameghino” (CA1), property located in the city of Luján, Province
of Buenos Aires. In that house, whose basic original structure is still preserved, Ameghino
family lived since the mid-1850s. It is very likely that he did for about ten years, when the
famous Florentine was a child about a year old. The Ameghino then moved to another house,
located two blocks from the site.
So far we have developed in the CA1 site surveys, geodetección, surface collections, trenches
stratigraphic surveys and excavations in the grounds of the substance and in the front
garden of the house. Also moving in archival research that allowed us to obtain direct and
indirect of the period in the town of Lujan, and daily activities of the family. Based on the
results discussed some social issues (food, work, education, etc..) Referred to the inhabitants
of “The House of the Ameghino”. The findings correspond to a period beginning in the second
1
Programa de Arqueología Histórica y Estudios Pluridisciplinarios (PROAHEP)
Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Luján
}(PROARHEP: Rutas nacionales 5 y 7, Luján y Ecuador 871, Capital Federal)
84 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:83-96
half of the nineteenth century and extends to the second half of the twentieth, for that reason
these sets do not belong only to the family Ameghino, but other occupations different times.
In this paper we present recent progress as a result of new excavations (2009) and laboratory
and imaging studies of some findings (fauna, ceramic, metal, glass, etc..) That make up the
archaeological record.
Key words: Historical Archaeology, archaeological record
Introducción
fig. 1. La foto aérea muestra la ubicación de las dos casas donde vivió la familia Ameghino. Se sitúan en la
traza urbana de la Villa de Luján del siglo XIX.
Zona 3
Fondos del
terreno.
Cuadrículas I, II
y III, trincheras
estratigráficas y
recolecciones de
superficie
Zona 2
Casa,
veredas,
patio y
baños
Zona 1
Jardín con
aljibe
Cuadrícula I,
limpieza del
aljibe y
recolecciones
Hallazgos del sitio Casa de Ameghino 1 (excepto los del frente, en excavación)
En las trincheras I y VII y en los tres sondeos se hallaron conjuntos de vidrio, cerámica,
loza, gres, metal, material óseo y otros (papel, plástico, etc.). La recolección superficial
del frente de la casa brindó conjuntos de vidrio, loza y otros. Casi todos los materiales
88 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:83-96
Materiales
Unidad
Vidrio Metal Loza Fauna
excavación
(cuadrículas)
CI 335 145 64 211
C III 6 5 4 34
fig. 7. Arriba, fragmentos de botellas de ginebra del siglo XIX; abajo, crayón y moneda de 2 reales de 1861
90 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:83-96
N = 507
500 464 8%
400
300
200 Identificados
Indeterminados
100 43
92%
0
2
Además en nuestro análisis zooarqueológico nos basamos en los conceptos y criterios común-
mente utilizados en la arqueología para los análisis de fauna en sitios prehistóricos (entre otros,
Mengoni Goñalons 1988, 1999; Lyman 1994) e históricos (Landon 1996, Silveira 1995, 1996).
Ramos M. et al - Recientes estudios en “la casa de los Ameguino”, Luján 91
TOTAL 507
Tabla 3
color que va del ocre claro al oscuro. En varios especimenes óseos se han detectado
manchas negras y de óxido. Observamos casos con adherencias, principalmente ferrosas
(incluso bastantes grandes) y algunos huesos presentan grietas dispuestas en la misma
dirección del eje longitudinal, posiblemente causadas por procesos postdepositacionales
(por ejemplo, el peso de los sedimentos).
TOTAL
Mammalia indeterminados Cantidad Porcentaje
Mamíferos grandes 302 79%
Mamíferos medianos 77 20%
Mamíferos chicos 2 1%
Total 381 100%
Tabla 4
Del total de restos identificados (464), un bajo porcentaje tienen algún grado de
termoalteración (17% = 81 restos óseos). Estos casos incluyen huesos quemados o
calcinados parcialmente y en menor proporción están totalmente termoalterados. Se trata
de restos de mamíferos grandes y mamíferos medianos (mayor porcentaje de quemados
y en menor proporción calcinados) y dos casos calcinados de Bos taurus. También se
han observado algunos restos con huellas de aserrado principalmente en Bos taurus y
mamíferos grandes y de corte en un fémur de Dasypus hybridus (mulita), probablemente
algún tipo de filo metálico delgado (¿cuchillo?). Los restos arqueofaunísticos hallados en
las cuadrículas de excavación durante 2005-2006 suman un total de 518 especimenes
óseos que constituyen el 10% del total de los restos arqueológicos recuperados. La
cantidad por cada cuadrícula son:
3
“El antecedente de la pizarra fue una tablilla con un reborde para cubrir la superficie con cera
oscura (cera y hollín). Para escribir sobre ella se utilizaba un punzón metálico o de madera puntia-
gudo con una extremidad plana para alisar y volver a escribir. Primero se enseñaba el nombre de
la letra y luego su forma por escrito. Este soporte fue utilizado en la Antigua Grecia (Siglo II a.C.) y
se expandió su uso con los romanos. La tablilla encerada, luego convertida en pizarra, acompañó
las tradiciones medievales del mercader para aprender a leer-contar y del monje para leer-copiar.
Recorrió un largo camino hasta ser utilizada para la enseñanza de la lectura, la escritura y el cál-
culo como saberes elementales dentro del ámbito escolar. Los distintos soportes y los instrumentos
para escribir condicionan el tipo de escritura. En primer lugar por que opone resistencias distintas
al instrumento que traza las letras y porque la textura de la materia (lisa o rugosa, dura o blanda)
y su color mismo obligan a la mano a moverse de manera agresiva o acariciante. Por otro lado, la
escritura sobre la pizarra es tan efímera como la oralidad. Una vez que es completado su espacio
hay que proceder a borrarlo por lo que no permite relecturas o reflexiones sobre lo escrito. A fines
del siglo XIX el uso de la pizarrita comenzó a ser criticado por razones de higiene y por los beneficios
didácticos para aprender a escribir que los cuadernos brindaban. Pero la producción de papel para
cuadernos no se realizaba en la Argentina por lo que sus costos eran altos para ser utilizados para
la primera enseñanza.” (Linares 2005: 1 y 2).
Ramos M. et al - Recientes estudios en “la casa de los Ameguino”, Luján 95
1. la Casa de los Ameghino fue habitada desde la segunda mitad del siglo XIX hasta
avanzado el siglo XX; la familia Ameghino vivió allí por espacio de unos 10 años;
2. es probable que parte de los objetos recuperados en las excavaciones y sondeos
hayan sido artefactos utilizados por miembros de la familia Ameghino, como
cueros, latas, pizarras de escuela, crayones, fauna consumida, botellas de vidrio,
etc.
3. la casa de los Ameghino fue habitada, posteriormente al período de 10 años, por
otras personas, quizás por otros grupos familiares que también dejaron objetos
similares. Si bien, resulta difícil separar los objetos que usara la familia Ameghino
de otros que habitaron la casa con posterioridad, también es importante conocer
como era la vida cotidiana de una familia de clase media baja, como la de los
Ameghino, a mediados del siglo XIX en el área de Luján.
Bibliografía
Resumen
Los estudios realizados en el sitio denominado Casa Fernández Blanco (Ciudad de Buenos Aires), lugar donde
habitó la familia Fernández Blanco y luego su hijo Isaac desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el principios
del siglo XX se iniciaron en el año 2000. En el sitio desarrollamos tareas de prospección y relevamiento en la casa,
patios, cisterna, pasadizos subterráneos y otras estructuras de fines del siglo XIX y principios del XX. Además de
recolecciones de superficie, sondeos y excavaciones en los terrenos del fondo de la casa. Se obtuvo información
del contexto histórico y actividades cotidianas de la familia a partir de las investigaciones de archivo. En este
trabajo presentamos los avances logrados recientemente como resultado de los estudios de laboratorio y gabinete
de varios conjuntos que componen el registro arqueológico (fauna, loza, cerámica, metal, vidrio, etc.) y discutimos
algunas cuestiones de carácter social referidas a sus habitantes.
Palabras claves: Sitio histórico, excavaciones, registro arqueológico, documentos escritos, aspectos sociales
Abstract
Studies in the place called Casa Fernández Blanco (Buenos Aires city) where the family lived Fernández Blanco
and his son Isaac since the second half of the nineteenth century to the early twentieth century began in 2000.
On the site develop prospecting and survey in the house, patios, water tank, underground passages and other
structures of the late nineteenth and early twentieth centuries. In addition to surface collections, surveys and
excavations in the grounds behind the house. Information was obtained on the historical and everyday family
activities on the basis of archival research.
This paper present the progress and results of laboratory and imaging studies of the archaeological record (animal
bones, ceramic, metal, glass, etc.) and discuss some social issues relating to its inhabitants.
Keywords: Historic site, excavations, archaeological record, written documents, social aspects
Introducción
1
Director PROARHEP (Departamento de Ciencias Sociales, UNLu). CIAFIC-CONICET.
2
PROARHEP (Departamento de Ciencias Sociales, UNLu).
3
PROARHEP (Departamento de Ciencias Sociales, UNLu). CONICET.
4
Cuba Arqueológica. PROARHEP (Departamento de Ciencias Sociales, UNLu).
[email protected]
98 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
arqueológicos en la casa de quien fuera el creador del museo “Isaac Fernández Blanco”.
El CAU, dirigido por Daniel Schávelzon ofreció a Ramos, quien se desempeñaba dentro
del IAA, desarrollar estudios en el terreno y en las construcciones, contando con la
colaboración del arquitecto Guillermo Páez.
En el predio que ocupa el inmueble habitó la familia Fernández Blanco desde mediados
del siglo XIX hasta la década de 1920. La construcción actual, que no se corresponde
con la original, estaría fechada entre 1901 y 1906, según la información consultada en
el Catastro del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. A fines del siglo XX la vivienda
funcionó como oficina del Estado de Capital Federal y en la actualidad como casa-museo
del Gobierno de la Ciudad.
En el sitio CFB desarrollamos tareas de prospección y relevamiento de varios tipos
de estructuras como la casa, los patios, una cisterna, pasadizos subterráneos que van
desde una entrada hasta las habitaciones de servicio ubicadas en los fondos; un cantero
de ladrillos de fines del siglo XIX y principios del XX, etc. Asimismo llevamos a cabo
recolecciones de superficie, sondeos y excavaciones en los terrenos del fondo de la casa.
Por otra parte, avanzamos en investigaciones de archivo que nos permitieron obtener
información directa e indirecta del mencionado período en la ciudad de Buenos Aires, así
como algunos datos de las actividades cotidianas de la familia.
En este trabajo presentamos los avances logrados recientemente como resultado
de los estudios de gabinete de varios conjuntos que componen el registro arqueológico
(fauna, loza, cerámica, metal, vidrio, etc.) y discutimos algunas cuestiones de carácter
social referidas a los habitantes de la “Casa Fernández Blanco”.
llevase su nombre. El Museo Isaac Fernández Blanco funcionó en este lugar hasta 1943
cuando un decreto Municipal determinó que las colecciones se trasladaran al Museo
Colonial (Tudisco 1998; Lanza et al. 2009). La casa de Hipólito Yrigoyen 1418/1420 pasó
a funcionar como Dependencia Municipal hasta fines del siglo XX.
Fig. 1. Frente de la Casa Fernández Blanco en el año 2000 (a). Banco de mármol en
el patio (b). Vitraux y detalles del interior de la casa (c).
Durante el año 2000 comenzamos los trabajos arqueológicos en la CFB (Ramos 2000,
2001). Estas tareas abarcaron prospecciones, sondeos, relevamientos de estructuras
y el planteo de dos cuadrículas de excavación (I y II) en los terrenos del fondo de la
casa. Los hallazgos de la cuadrícula I, de 1,00 m2, correspondieron a materiales vítreos
y faunísticos de ocupaciones del siglo XX y no fueron significativos en relación con
ocupaciones anteriores a ese siglo.
En el terreno del fondo de la casa se planteó y excavó la cuadrícula II (3 metros de ancho
por 8 metros de largo) con una superficie de excavación de 24 m2, resultado de una serie
de ampliaciones determinadas por la relevancia del registro arqueológico hallado. En esa
cuadrícula se recuperaron más de 5000 objetos junto a materiales de construcción como
100 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
Fig. 2. Planta de excavación de la cuadrícula II. Dibujo del Arquitecto Adrián Gianotti (a).
Foto de la excavación en estado avanzado con estructuras expuestas (partes de patios, arco,
albañal, pozo ciego, restos de muros) y lugares de relleno (b).
En los fondos del terreno existían veredas y áreas de patios con suelo de material,
los que debieron ser picados con maza y cortafierro para acceder al registro arqueológico
subyacente, el que quedó incluido en la cuadrícula II. A partir de estas tareas, se excavó
por niveles antrópicos. Así se descubrieron sectores de paredes discontinuas debido
a que la mayoría de ellas se encontraban transformadas por obras de remodelación
constructiva realizadas con posterioridad a las construcciones originales. Las paredes
halladas están constituidas por ladrillos de 0,30 m de largo por 0,14 m de ancho y 0,05
m de espesor, encontrándose algunos ladrillos de 0,38 m de largo por 0,18 o 0,19 m
de ancho y de 0,04 m de espesor. Asimismo, se localizaron una estructura de ladrillos
que funcionaba como albañal y un pozo ciego con su bovedilla en perfecto estado. El
albañal estaba construido con medios ladrillos de 0,30 m de largo por 0,15 m de ancho
y 0,05 m de espesor; presentaba un piso de baldosas francesas amarillas en su interior.
La función de esta estructura era la de llevar aguas servidas provenientes de baños,
Ramos M. et al - Casa Fernández Blanco: aspectos sociales de sus ocupantes 101
cocinas y lavaderos hacia el pozo ciego, que tiene sección circular y se ubica casi en
contacto con la pared del fondo del terreno. Este pozo tiene 1,20 m de ancho por 5,50
m de profundidad con algo de relleno en su interior producido por algunos derrumbes
menores de pared de tierra, lo que hace suponer que contaba con mayor profundidad
original. Presentaba una bovedilla sellada con cal y polvo de ladrillo, la que fue abierta
parcialmente para examinar su interior (Ramos 2001).
Los hallazgos de la cuadrícula II (Figura 3) se ubicaron en los espacios dispuestos entre
las estructuras. Entre los objetos recuperados habían restos faunísticos, fragmentos de
vidrio de botellas de ginebra de sección cuadrangular y de botellas de sección circular, una
pequeña botella de vino tinto, fragmentos de vidrio plano transparente de poco espesor
(2 mm), fragmentos de loza, un hornillo de pipa de caolín, la base de un contenedor de
gres cerámico de cerveza escocesa (de Glasgow), pizarra, cuero, botones y metal (Ramos
2001).
El estudio del material cerámico del sitio se realizó con una muestra total de 895
fragmentos, que permitió determinar once tipos. A esto se suman los materiales
constructivos, unificados en la Tabla 1, que incluyen al menos siete tipos distintos.
Las lozas constituyen la mayor representación dentro del conjunto, con una ligera
preponderancia de Whiteware, lo que es común en el siglo XIX, cuando comienza a
reemplazar a la Pearlware paulatinamente. No obstante, esta última también está
altamente representada, cuestión que puede indicar la ubicación cronológica del contexto
probablemente hacia la mitad del siglo XIX, teniendo en cuenta que la vajilla usualmente
102 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
era descartada con la rotura, aún en los hogares más acaudalados. Las excavaciones
en la ciudad muestran la complejidad entre status, capacidad de consumo y productos,
pues “incluso familias de altos recursos usaban juegos de platos que mezclaban marcas
o coloración de vidriado, en tanto y en cuanto mantuvieran el mismo tema decorativo”
(Schávelzon 2000: 160).
FRAGMENTOS
TIPO CERÁMICO Cantidad Porcentaje
Gres 16 1,78%
Caolín 16 1,78%
Azulejos 10 1,11%
Whiteware 322 36,01%
Pearlware 237 26,52%
Ironstone 13 1,46%
Porcelana 31 3,47%
Loza crema/amarilla 22 2,46%
Materiales constructivos 175 19,58
Cerámica de pasta roja 39 4,37%
El Morrro 7 0,78%
Indeterminados 6 0,68%
TOTAL 894 100,00%
Tabla 1. Tipos de fragmentos cerámicos analizados con sus valores
absolutos y relativos.
Un tipo del que se identificaron varios fragmentos, fue el Ironstone, loza de origen
inglés que surgió de la imitación a la porcelana china, y que suele aparecer como Ironstone
China a partir de la segunda década del siglo XIX, aunque el tipo sin decoración, al que
corresponde la muestra estudiada, es común entre 1840 y 1930.
Por otra parte, la porcelana corresponde en su mayoría a vajillas de diferentes formas,
apareciendo también tres muestras de porcelana industrial, dos de ellas utilizadas para
electricidad y la restante de una cañería. Un aspecto a destacar es la presencia de cuatro
fragmentos -al menos de dos pequeñas vasijas- que parecen corresponder a juguetes,
lo que indicaría la posible presencia de niños en el inmueble. Esta expectativa podría
corroborarse con un estudio más profundo de los documentos escritos; no obstante
se conoce que Isaac Fernández Blanco tuvo una hija, a quien probablemente hayan
correspondido los juguetes. El hallazgo de juguetes de porcelana es habitual en la ciudad
de Buenos Aires, especialmente de muñecas, aunque en pequeñas cantidades.
Otros tipos cerámicos están representados en mayor o menos medida, destacándose
el gres -con variedad de fragmentos de diversos contenedores de cerveza y ginebra-, una
loza amarillenta del siglo XX y algunos fragmentos de El Morro, con una cronología más
tardía de la establecida, hacia la primera mitad del XIX.
Uno de los materiales escasamente representados corresponde al tipo Greyware,
cerámica tradicional española muy poco común en el área rioplatense. En Buenos
Aires se ha encontrado en contextos de viviendas de familias de alto poder adquisitivo
Ramos M. et al - Casa Fernández Blanco: aspectos sociales de sus ocupantes 103
Los vidrios
a. b.
5 cm
Fig. 5. Botella pequeña de vino tinto (a). Fragmentos de botellas de bebidas alcohólicas (b).
prehistóricos (Chaix L. y Meniel P. 2005; Grayson 1984; Binford 1981; Davis 1989;
Mengoni Goñalons 1988, 1999; Lyman 1994) e históricos (Landon 1996; Silveira 1995,
1996). En CFB se examinaron un total de 2164 restos óseos (enteros, fragmentados,
fragmentos y astillas); estos representan el 43% del total de los vestigios arqueológicos
hallados en la cuadrícula II (Lanza 2006; Lanza 2008; Lanza et al.2009). De este
conjunto arqueofaunístico se han podido reconocer a diferentes niveles taxonómicos
(Tabla 2) un total de 1090 especímenes óseos (51%), mientras que los restantes 1074
(49%) debido a su tamaño (< 5cm) y por no presentar ninguna zona diagnóstica, no han
podido ser reconocidos ni anatómica ni taxonómicamente, quedando como fragmentos
indeterminados o no reconocidos. Dentro del grupo de los Mammalia indeterminados
hemos diferenciado de acuerdo al tamaño en mamíferos grande (porte de caballo o
vacuno) un 71% (N = 542), mediano (porte de ovino o perro) un 28% (N = 214) y chico
(porte de peludo o roedor pequeño) con un 1% (N = 4).
Los restos óseos exhiben un alto grado de fragmentación (88%) y una considerable
cantidad de fragmentos indeterminados menores a 5 cm. Probablemente por causa de
procesos postdeposicionales (pisoteo, peso de los sedimentos, meteorización, etc.) o por
actividades antrópicas. A pesar de ello los restos identificados presentan un buen estado
de preservación, siendo escasos los restos con algún tipo de meteorización, adherencias
de materiales y/o termoalteración.
Los taxones más representados son en primer lugar el ovino (Ovis aries y Mammalia
mediano) y le sigue en importancia el vacuno (Bos taurus y Mammalia grande). Ambos
animales para consumo alimenticio. Las partes esqueletarias presentes (del esqueleto
axial costillas y vértebras; del esqueleto apendicular escápulas) indican que el animal
fue aprovechado por partes. Las aves y los peces representan el 7% del total de la fauna
identificada: 5% de aves -59 especimenes óseos- y 2% de peces -24 especimenes óseos
(Lanza 2006; Lanza 2008). El taxón más abundante en el registro avifaunístico es Gallus
gallus (gallina, gallo y pollo), le siguen en frecuencia de representación Meleagris gallopavo
(pavo doméstico), Columba livia (paloma doméstica) y los restos óseos identificados como
lechuzas se han hecho a nivel familia (Strigidae, orden Strigiformes). Con respecto a
los peces los taxones identificados a nivel específico son Pimelodus maculatus (Bagre
amarillo), Pteredoras granulosus (Armado común), Micropogonias furnieri (Corvina rubia);
mientras a nivel de género hemos podido identificar Pimelodus sp. (Bagre) y Serrasalmus
sp. (piraña, palometa brava). Los armados, bagres y palometa identificados en el sitio son
especies muy comunes en las aguas del Río de la Plata, tanto en la actualidad como en el
pasado. En cambio la corvina es un pez marino pero que penetra en el estuario del Río de
la Plata en primavera hasta principios del verano (Ringuelet y Aramburu 1965).
También hemos identificado un espécimen (cráneo, ejemplar juvenil) de Lepus
capensis (liebre europea); especie que, introducida en la Argentina en el año 1888 en la
provincia de Santa Fe, rápidamente se extendió por todo el país (Navas 1987).
Entre los restos óseos se ha registrado una alta presencia de huesos con huellas (17%,
N = 361) y el tipo de huellas identificadas han sido de aserrado (sierra manual), de corte
(filo grande, probablemente hacha y filo fino, tal vez cuchillo), percusión y/o golpe y otras
indeterminadas (Figura 6). Estas se encuentran principalmente en los taxones Bos taurus,
Ovis aries, gallus gallus y Mammalia indeterminada (grande y mediana). Generalmente,
los elementos óseos que presentan las huellas son, en primer lugar costillas, vértebras
y escápulas y en segundo lugar huesos largos como fémur, tibia, húmero, entre otros
(Lanza 2006; Lanza 2008).
106 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
NISP
Taxones Nombre común NISP Huellas MNI
GÉNERO Y ESPECIE
Equus caballus Equino 1 - 1
Bos taurus Vacuno 46 28 3
Ovis aries Ovino 195 10 6
Canis familiaris Perro 1 - 1
Chaetophractus villosus Peludo 1 - 1
Lepus capensis Liebre europea 1 - 1
Gallus gallus Gallina/gallo/pollo 14 1 5
Meleagris gallopavo Pavo 10 - 1
Columba livia Paloma 3 - 1
Pimelodus maculatus Bagre amarillo 4 - 1
Pteredoras granulosus Armado común 2 - 2
Micropogonias furnieri Corvina rubia 2 - 1
Pimelodus sp. Bagre 2 - 2
Serrasalmus sp. Piraña, palometa brava 2 - 1
Rattus sp. Rata negra o rata parda 1 - 1
FAMILIA
Strigidae Lechuzas 2 - -
ORDEN
Rodentia Roedores 1 - -
CLASE
Ave Aves 30 - -
Pez Peces 12 - -
Mammalia indeterminados Mamíferos indet. 760 322 -
Subtotal Fragmentos reconocidos 1090 361
Subtotal Fragmentos no reconocidos 1074 -
TOTAL 2164 361
Fig. 6. Fémur (Gallus gallus) con huellas de corte en la epífisis, que indicarían actividades de desarticulación.
Detalle de las huellas con Lupa binocular 12,5 x (a). Húmero (Bos taurus) con huellas de corte con hacha (b).
Cúbito (Bos taurus) con huellas de aserrado producto de una sierra manual (c).
Conclusiones
Sobre la base de varios datos interpretamos que estaríamos frente a por lo menos
dos momentos constructivos: uno de ellos más cercano a fines del siglo XIX y principios
del siglo XX (con ladrillos de 0,30 m. por 0,14 m. de ancho) y otro anterior en el que
se utilizaron ladrillos más grandes. Asimismo, la cronología del sitio puede estimarse
en la segunda mitad del siglo XIX, a partir de algunos objetos del registro arqueológico
que permitieron establecer una datación relativa, como la pequeña botella de vino y los
fragmentos de vidrio de botellas de sección circular y de botellas de ginebra de sección
cuadrangular, todos del siglo XIX. Además, varios fragmentos de cerámica de diferentes
tipos de vajilla brindan una cronología predominantemente del siglo XIX, pues también
se hallaron algunos fragmentos de loza del siglo XX. Otro dato que estaría indicando
una probable cronología del sitio en la segunda mitad del siglo XIX sería la información
documental que indica que en la ciudad de Buenos Aires se reemplazó el antiguo sistema
de aguas por uno de agua corriente y cloacas (Troncoso 1983).
Los restos arqueológicos de la cuadrícula II no fueron hallados en un pozo de basura
o estructura de descarte de residuos. Se trataría más bien de un relleno compuesto
por desperdicios descartados en otro lugar del terreno, y que fueron llevados hasta allí
cuando se hicieron las remodelaciones de la casa y principalmente la instalación del
nuevo sistema de aguas. No es posible, por el momento, afirmar de dónde provienen los
restos utilizados para el relleno, pero no se descarta la posibilidad que sean parte de un
pozo de basura que probablemente funcionaba en la misma casa o en lo que fuera la
primera casa de los padres de Isaac Fernández Blanco. Pero lo que sí se puede aseverar
108 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
los documentos escritos acerca de que las clases pudientes de Buenos Aires en el siglo
XIX contaban con abundantes y variados enseres tanto para la cocina como para servir
la comida en la mesa (Silveira 2005), lo que se observa en los hallazgos de CFB y algunos
tipos de cerámica identificados podrían ser propiedad de miembros de la sociedad con
altos ingresos y posición social privilegiada en la Buenos Aires del siglo XIX (Schávelzon
y Silveira 1998).
La alta fragmentación del material cerámico -ninguna pieza se recuperó entera-
también hace pensar en la posible remoción de rellenos como consecuencias de
los trabajos constructivos que se realizaron en la casa a finales del siglo XIX. Por
otra parte, las marcas de fábrica presentes han permitido determinar la procedencia
predominantemente europea, con escasa presencia de materiales que podrían ser de
fabricación nacional, que se corresponderían con algunos materiales constructivos y, tal
vez, fragmentos de cerámica utilitaria.
La procedencia de la muestra cerámica, así como algunos de los tipos identificados
-como el greyware, la porcelana y las pipas de fumar-, podrían indicar su pertenencia
a una familia acaudalada con acceso a productos de importación que en algunos casos
son muy escasos en la basura de los inmuebles porteños. Además, la aparición de
juguetes de porcelana parece corresponderse con la presencia de niños en el lugar, que
se corroboraría con la información documental.
Fig. 7. Los túneles o pasadizos y las escaleras para su acceso de la Casa Fernández Blanco
(fotos de los años 2000 y 2001).
110 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:97-112
Finalmente, respecto a la casa, debemos señalar que el caño maestro o principal debía
transitar por el medio de la construcción, desde la calle hasta los fondos del terreno,
pero para que ese caño recorriera el circuito se debían instalar las bocas de inspección
reglamentarias ubicadas a una distancia específica, los pisos deberían haber sido
levantados en varios lugares siguiendo líneas rectas interrumpidas por la apertura de
pozos cuadrados para la instalación de las bocas de inspección. Sin embargo el ingeniero
que se hace cargo de la obra de la casa le permite al dueño solucionar dos “problemas” al
mismo tiempo al realizar: 1) la instalación de todo el sistema de aguas sin perjudicar los
pisos que tenía la casa –importados desde Europa-, al pasar los caños por la pared lateral
de un pasadizo subterráneo; 2) la construcción de un pasadizo subterráneo (Figura 7)
por el que transitan personas de la servidumbre que se dirigían hacia las habitaciones
ubicadas en los fondos del terreno o hacia la cocina y/o despensa de la casa.
Con esta posibilidad de ingreso subterráneo se impide que caños y personas de la
servidumbre puedan ser vistos por personas de una clase pretendidamente superior. Es
decir que aquellas personas, indeseables para los habitantes de la casa o para eventuales
visitas, son evitadas al realizarse esa construcción subterránea, que también tiene en sus
paredes laterales -izquierdas- las bocas de inspección sanitarias obligatorias en una obra
de esta índole.
Así, los de arriba transitan por arriba y pueden ser vistos, y los de abajo transitan por
abajo y se puede evitar su presencia.
Bibliografía
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:113-118 ISSN 1852-8554
Resumen
El Castillo de San Severino, ubicado en las afueras de la ciudad de Matanzas, Cuba, es el único testigo inmueble
de la fundación de la urbe en octubre de 1693. Con un panorama histórico de la evolución de esta fortaleza
permanente abaluartada se realiza un recuento de las excavaciones arqueológicas que se han llevado a cabo en
los últimos 20 años. Se tratan los resultados de las labores arqueológicas efectuadas en el inmueble entre 2005
y 2006 con motivo de su restauración, destacando la implementación de la Arqueología de la Arquitectura y la
limpieza de la Plataforma de San Juan. Teniendo en cuenta la información histórica disponible y las evidencias
arqueológicas, se plantean algunas hipótesis acerca de la cronología de uno de los contextos excavados y la
probable ubicación de un espacio de la fortaleza que puede llegar a brindar un cúmulo importante de información
de la vida cotidiana en San Severino en las primeras décadas de ocupación.
Abstract
The Castle of San Severino, located in the outskirts of the city of Matanzas, Cuba, is the only building witness of
the foundation of the metropolis in October, 1693. With a historical panorama of the evolution of this permanent
fortress with bastions it is realizes an inventory of the archaeological digs that have been carried out in the
last 20 years. There talk each other the results of the archaeological works carried out in the building between
2005 and 2006 owing to his restoration, emphasizing the implementation of the Archaeology of the Architecture
and the cleanliness of the Platform of Saint John. Bearing in mind the historical available information and the
archaeological evidences, some hypotheses appear about the chronology of one of the excavated contexts and the
probable place of a space of the fortress that can offer an important heap of information of the daily life in San
Severino in the first decades of occupation.
Introducción
1
Cuba Arqueológica (www.cubaarqueologica.org). Calle 135 No. 29808 e/ 298 y 300. Pueblo Nuevo,
Matanzas, Cuba. E-mail: [email protected]
114 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:113-118
envergadura desde principios del XIX, merece un estudio más profundo que abarque
diversas perspectivas investigativas que contribuyan al conocimiento de una historia no
tan divulgada que a la vez rescate espacios de memoria no sólo como exponentes aislados,
como son hoy los museos instituidos en San Severino y El Morrillo, sino más bien como
parte de lo que fueron: un sistema defensivo. No obstante, es meritoria la recuperación
sistemática que se lleva en este inmueble y la cabida a las investigaciones arqueológicas
que siguen aportando nuevas facetas de un espacio que tiene mucho que ofrecer.
En esta ocasión, se analizan nuevas evidencias documentales que han sido
comprobadas arqueológicamente, así como otras que faltan por ser indagadas como
consecuencia de lecturas historiográficas erróneas. Algunas notas históricas de la
fortaleza permitirán contextualizar las labores que se realizan y los precedentes en las
investigaciones arqueológicas permiten observar las directrices que se han seguido para
la localización de ciertos espacios omitidos en la historia de la fortaleza, de los cuales
algunos han salido a la luz y otros esperan ser encontrados.
En octubre de 1693 se funda la ciudad de San Carlos de Matanzas, aunque desde las
primeras décadas del mismo siglo XVII se solicitara la población y protección de la bahía
por sus condiciones naturales y la cercanía al puerto de La Habana. La proyección de la
ciudad estuvo acompañada de una fortaleza, teniendo en cuenta los antecedentes con
que contaba el lugar, especialmente la toma de la Flota de tornaviaje a España en 1628
de la mano del corsario holandés Piet Hein.
Con la fundación de la ciudad comienza la construcción del Castillo de San Severino,
fortaleza permanente abaluartada que jugaría el papel principal en la protección de la
rada matancera. Las labores constructivas en la fortaleza duraron hasta la década de
1740, aunque el grueso de los trabajos estaba completo en 1734. Sistemáticamente, se
fue creando un sistema defensivo en torno a la bahía compuesto, además, por el fuerte de
costa El Morrillo (1720), la batería San José de la Vigía (1748) y la batería de Peñas Altas
(1819) como principales exponentes.
Para 1762, con la toma de La Habana por los ingleses, San Severino es volado por
su comandante Antonio García Solís, provocando importantes daños en el inmueble, a
lo que le siguió un período de abandono que se extendió hasta 1772. Entre esta última
fecha y 1776 se realiza la reconstrucción de la fortaleza, aunque las labores constructivas
culminarían en la década siguiente.
El siglo XIX traería consigo cambios funcionales y transformaciones estructurales. El
Castillo se convierte en prisión, albergando a los vinculados a las rebeliones esclavas de
la primera mitad de la centuria y luego a los patriotas de las Guerras de Independencia.
El Castillo de San Severino es declarado Monumento Nacional en 1978, aunque no
es hasta 1986 que cesan sus funciones de prisión, para entrar en casi una década de
abandono que provocó grandes daños a su conservación. No es hasta 1994 que vuelve
a tomar vida al convertirse en la sede cubana del proyecto de la UNESCO la Ruta del
Esclavo.
La investigación histórico-arqueológica
con las excavaciones dirigidas por Samuel Gerardo Paz y Julio A. Mendoza, aunque con
anterioridad se habían realizado algunas exploraciones y colectas de materiales. Este
proyecto se efectúa a la sazón de la conversión de la centenaria fortaleza en Museo de la
Ruta del Esclavo y en aras de su restauración (Mendoza 1994; Rodríguez et al., 2001).
Los trabajos realizados estuvieron encaminados a discernir algunos recintos del
castillo como la capilla y las letrinas fundamentalmente, lo que dio como resultado la
definición constructiva de algunas estructuras y un significativo monto de evidencias
materiales de la vida cotidiana de la guarnición fechados para el siglo XIX.
Guiándose por el plano de Mariano de La Rocque (1777), los investigadores localizaron
la letrina en las bovedillas bajo la rampa que conduce a la plaza de armas, donde se llevó
a cabo una excavación que quedó inconclusa, trabajándose solamente en la segunda
bóveda de izquierda a derecha, en la que se llegó hasta 1,70 m de profundidad. En el
lugar se encontró una estructura de vigas de madera asociada al apoyo del piso de la
letrina, divisándose un arco en la pared derecha como continuación de la letrina.
En 1998 los miembros del entonces grupo espeleológico Manuel Santos Parga,
dirigidos por Samuel Gerardo Paz, reanudan las excavaciones en la fortaleza. En ese
momento los trabajos tenían como objetivos la localización de la poterna, la continuación
de la excavación en la letrina y el estudio de un recinto tapiado desde el siglo XIX, aunque
este último no llegó a realizarse.
Siguiendo algunas anomalías que marcaba una prospección geofísica realizada
con anterioridad, los esfuerzos por localizar la poterna se dirigieron a la galería bajo el
baluarte de Santa Ana, donde no se lograron resultados satisfactorios. Por otra parte, se
trabajó nuevamente en el área de la letrina de la fortaleza, esta vez en la tercera bóveda.
El espacio fue excavado parcialmente, hallándose algunas evidencias materiales donde
se localizaron fragmentos de contenedores de gres, un proyectil de culebrina, botones
de hueso, un candado de forma cuadrada, una cuchara de bronce y abundantes restos
de comida. Los resultados de esta campaña aún están inéditos, conociéndose solo lo
publicado por la prensa local; del resto de las evidencias se desconoce su destino.
En el año 2003 Leivis Casa Ínsua retoma los trabajos de prospección, continuándose
la excavación de las letrinas. Estas tareas, culminadas por un grupo dirigido por Leonel
Pérez Orozco, produjeron un extraordinario cúmulo de evidencias que conforman hoy la
Sala de Arqueología del Castillo de San Severino junto a las piezas de las excavaciones
anteriores.
Fueron excavadas la segunda y tercera bóveda bajo la rampa, profundizándose hasta
el sedimento estéril que se encontró a los 4,40 m. Las labores se inclinaron hacia la
utilización del espacio excavado y su asociación con los posibles túneles de la fortaleza,
ya que en una de las paredes se halla un pequeño conducto de drenaje desde el centro de
la Plaza de Armas hasta la letrina.
Entre 2005 y 2006 se llevan a cabo otros trabajos a la par de las excavaciones antes
mencionadas, esta vez coordinadas por Odlanyer Hernández de Lara y Boris E. Rodríguez
Tápanes, con la colaboración de Silvia Hernández Godoy y el personal del Museo de la
Ruta del Esclavo. Las actividades estuvieron dirigidas a la limpieza y conservación de
distintas áreas del inmueble para lo cual era imprescindible la supervisión desde el punto
de vista arqueológico bajo la tentativa de un potencial hallazgo.
116 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:113-118
Arqueología de la arquitectura
Uno de los trabajos más significativos fue la implementación de la Arqueología de la
Arquitectura en la fortaleza mediante un Taller organizado con especialistas del Gabinete
de Arqueología de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana, develando algunas
incógnitas, hasta el momento, inéditas y otras documentadas por la historiografía.
Algunos momentos de la historia de San Severino parecen estar presentes en la lectura
de los paramentos, entre estos, cambios estructurales en la construcción de la fortaleza a
Hernández de Lara O. - Castillo de San Severino: retrospectiva y análisis... 117
fines del siglo XVII, la voladura cuando la toma de La Habana por los ingleses en el siglo
XVIII y modificaciones realizadas durante el XIX y el XX.
El hallazgo de un vano en la contraescarpa norte parece corresponderse al proyecto
de Herrera Sotomayor de dos puentes levadizos a ambos lados de la Plataforma, cuestión
que no se culminó. Por otra parte, en los muros de los baluartes se puede observar
lo desencajado de los sillares producto de la explosión y su posterior reconstrucción.
También se localizaron dos aberturas en la cortina entre los baluartes Santa Ana y
Nuestra Señora del Rosario, referenciados en la información documental como parte de
un proyecto de ventilación del almacén de pólvora a mediados del siglo XIX. En el muro
de la Plataforma hacia el foso, frente a la cara Este del baluarte de Santa Ana, se localizó
un área donde se conservan restos del mortero que parece haber cubierto parte de los
muros de la fortaleza, con presencia de falso despiece.
La “nueva” letrina
Un aspecto novedoso que aportó información completamente inédita para el Castillo
de San Severino fue el tratamiento informático de la información topográfica. La versión
digital del plano más antiguo que se conoce de la fortaleza, correspondiente al ingeniero
militar Antonio de Arredondo y fechado para 1734, constituyó una fuente de alto valor.
La primera referencia a este plano parece corresponde al historiador español Francisco
Castillo Meléndez (1986), cuando hace una descripción y reconstrucción gráfica que
marca el comienzo de una historia que se reproduciría con mayor o menor grado de
fidelidad, pero siempre repitiendo el mismo error. La numeración de las dependencias del
inmueble muestra la confusión. Castillo Meléndez identifica dos dependencias (números
1 y 2) en la entrada, hacia el baluarte de San Antonio. En este sentido menciona: “En
la contracortina donde se aloja la puerta principal, se construirán tres bóvedas y se
dividirán en dos partes desiguales. La mayor inmediata a la puerta, servirá de cuerpo de
guardia y la menor de prisión.” (Castillo, 1986: 354). Si bien menciona la construcción de
tres bóvedas, las simplifica a dos dependencias, donde aparece el error. La historiografía
local y nacional se hicieron eco de esta descripción sin tener en cuenta la cartografía
original, aún cuando se citaba y utilizaba gráficamente.
Un acercamiento en detalle al espacio mencionado permite observar la existencia de
tres dependencias en vez de dos. Pero lo llamativo de este tercer espacio es que, según la
leyenda del mapa, corresponde a la letrina, o sea, a la primera letrina de la fortaleza. Esto
parece corroborarse con la información histórica sobre el hundimiento de los pisos en ese
sector, por lo que a principios del siglo XIX se decide clausurar el lugar.
La primera referencia topográfica que ubica la dependencia clausurada data de 1827,
en el plano que firma Sebastián Díaz, cuestión que se repite en un plano de 1864.
Esta letrina parece haber estado en uso desde principios de la construcción de la
fortaleza hasta agosto de 1762, cuando San Severino es volado parcialmente antes de
ser atacado por los ingleses durante la toma de La Habana. Esto implicaría que en ese
espacio tapiado desde el siglo XIX deberían encontrarse las evidencias materiales de la
vida cotidiana más temprana de la fortaleza, en una inimaginable cápsula de tiempo.
Este espacio debe aportar un valioso patrimonio cognitivo en una futura intervención
arqueológica.
Comentarios finales
Los espacios omitidos en el Castillo de San Severino se han ido desvelando
118 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:113-118
Agradecimientos
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129 ISSN 1852-8554
Resumen
El objetivo de la presente comunicación es dar a conocer dos conjuntos muy amplios y
bien preservados de material arqueológico recuperados en dos unidades de depositación
en el sitio Bolívar 373 (C.A.B.A). Ambas unidades fueron fechadas para el siglo XVIII y son
muy similares entre sí. Los materiales mayormente representados son lozas Creamware,
mayólicas de Triana y de Alcora, cerámicas utilitarias vidriadas y no vidriadas, botellas y
vasos de vidrio soplado, etc. Uno de los puntos centrales del análisis es que se considera a
los conjuntos del siglo XVIII como representantes de un momento transicional en el proceso
hacia la industrialización moderna. En ese sentido, se articuló la descripción de los materiales
con una serie de referencias históricas sobre su contexto de producción y comercialización.
Palabras clave: siglo XVIII, Creamware, mayólicas, cerámicas utilitarias, vidrio.
Aabstract
The purpose of this communication is to inform about the wide and well preserved collection
of archaeological material recovered from two deposits at Bolivar 373 (C.A.B.A.). Both units
were dated for the XVIII century and they are very similar between each other. The most
abundant artefact categories are Creamware pottery, majolicas from Triana and Alcora,
glazed and unglazed utilitarian pottery, blown-glass bottles and glasses, etc. One of the
key points of this analysis is the fact that we consider deposits from the XVIII century as
representative of a transitional time in the process towards modern industrialization. In that
regard, we articulate the description of the materials with a series of historical references
about their context of production and commercialization.
Keywords: XVIII century, Creamware, majolicas, utilitarian pottery, glass.
Introducción
1
Centro de Arqueología Urbana, Universidad de Buenos Aires. Ciudad Universitaria, Pabellón 3,
piso 4, CP: 1428, tel.: 4789-6271, Ciudad de Buenos Aires, Argentina; y Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, Puán 480, C.P: 1406, Tel: 4432-0606, Ciudad de Buenos
Aires, Argentina.
[email protected]
120 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129
abarcan un rango temporal entre el siglo XVII y las primeras décadas del XX.
Las unidades de excavación que se tratan en este trabajo son pozos sin recubrimiento
de ladrillos y fueron identificados accidentalmente. La unidad B tiene 1,3 m de lado,
mientras que la unidad C es más pequeña y tiene 0,8 m de lado. Ambas fueron excavadas
en forma total, hasta alcanzar suelo estéril. En cuanto a la integridad de estos conjuntos,
cabe destacar que en ambos se hallaron varios huesos en posición articular y piezas
cerámicas muy poco fragmentadas; el índice de remontaje es muy alto en ambos casos
y muchas de las piezas fueron armadas a partir de fragmentos hallados en niveles
distantes. En este trabajo nos ocuparemos de los distintos tipos de materiales cerámicos
y vítreos, ya que se trata de las categorías más abundantes y a la vez diagnósticas.
La loza fue uno de los componentes más cuantiosos en el conjunto cerámico de ambas
unidades y está representada en modo casi exclusivo por platos de tipo Creamware, sin
decoración pintada. Los más abundantes son platos playos de borde ondulado o Royal
Pattern (Hume, 2001) (e.g. Fig. 1H), aunque también son muy frecuentes los de borde
recto. En ambos casos, las bases pueden o no presentar un anillo a modo de pie. Además
del abundante conjunto de platos, se recuperaron otras pocas piezas Creamware, también
carentes de decoración: una fuente ovalada, un bowl y una bacinilla son las únicas que
pudieron ser reconstruidas en modo suficiente.
Se identificaron tres sellos, correspondientes a fábricas de la zona de Staffordshire y
Stoke on Trent (Inglaterra): “Wedgwood & Co”, “T.J. Hollins” y “Neale & Co.” La primera
fue observada en dos platos de borde recto y base sin anillo en los cuales la marca iba
acompañada de una inscripción en forma de “O”, presente en otro sector de la base. Este
sello corresponde a la producción de la Knottingley Pottery y data entre 1796 y 1804
(Blacker, 1910). La inscripción “T. J. Hollins”, por su parte, identifica una producción
de la zona de Hanley (Stock on Trent) entre 1780 y 1820 (Chaffers, 1901); la tercera
firma, “Neale &Co”, corresponde a una fábrica de Staffordshire y data entre 1780 y
1787 (Burton y Hobson, 1919). Las formas cerámicas producidas por estas tres firmas,
así como las de la mayoría de los establecimientos de la época, consistían básicamente
en diseños inspirados en los de la fábrica Etruria, fundada por Josiah Wedgwood en
1769 (Burton, 1922). La carrera de Wedgwood pasó rápidamente desde una producción
familiar en pequeños talleres a la organización de grandes establecimientos donde
participaban trabajadores especializados en etapas precisas de la elaboración. El mismo
Josiah fue tesorero del proyecto de construcción de un canal fluvial que aligeró los costos
de transporte y conectó la zona de Staffordshire con el importante puerto de Liverpool,
que velozmente iba ganando posición en su rivalidad con Bristol por el comercio con
Irlanda y América (Burton, 1922). El trabajo de J. Wedgwood jugó un importantísimo
rol en la historia de la cerámica artística y utilitaria, sobre todo en lo que respecta a la
mundialmente exitosa Queen’s ware, conocida en arqueología como loza Creamware, un
éxito comercial que conquistó los mercados europeos y americanos debido a la relación
calidad-precio y a la belleza simple de sus formas, diseñadas dentro de una estética
neoclásica muy en boga en la época. Los inicios de la loza Creamware se enmarcan en el
contexto de la serie de experimentos que, desde el comienzo del siglo XVIII, los alfareros
de la zona de Staffordshire estaban realizando en pos de lograr una cerámica que pudiera
ser ofrecida como sustituto, tanto de la mayólica de la Europa continental como de la
Zorzi F., Crespo M. E. y Godoy P. - Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII... 121
porcelana oriental (Burton, 1922). La ventaja de Wedgwood en esa carrera fue el haber
adquirido con gran rapidez las materias primas fundamentales: China Clay y China Stone,
cuya utilización en alfarería había sido patentada en 1768. El prestigio que acompañaba al
nombre Wedgwood fue aprovechado por varias fábricas, que copiaron no sólo sus diseños
sino también su inscripción (a veces ligeramente modificada y deletreada Wedgewood).
Como ejemplo de ello, tenemos en nuestro conjunto la inscripción “Wedgwood &Co.” que
utilizó la firma Knottingley Pottery durante el período en que el sobrino de Josiah, Ralph,
estuvo asociado a la compañía (Blacker, 1910).
En los platos recuperados en la excavación se puede observar la gran similitud en el
estilo y forma de las distintas producciones representadas, que tampoco difieren en modo
significativo en cuanto a la calidad del esmalte o la dureza de las pastas. Es de destacar
la simpleza de las formas y decoraciones halladas en el conjunto de loza de ambas
unidades, que contrasta con la variada oferta disponible para la época, principalmente en
Europa. Las formas sencillas, estandarizadas y carentes de decoración fueron vendidas
en grandes cantidades al mercado americano y resultaban más convenientes para el
consumo masivo. Este tipo de loza habría sido adoptada muy rápidamente en Buenos
Aires (Schávelzon, 2001), tal como lo atestiguan, por ejemplo, los ajuares de comedor de
Matías Grimau, de 1779, y Eugenio Lerdo de Tejada, de 1791 (Porro et al., 1982), en los
que figuran varias piezas de “loza fina”i.
En lo que respecta a la mayólica, los conjuntos de ambas unidades aquí analizadas
están constituidos en modo casi exclusivo por piezas españolas de Triana y de Alcora.
Es interesante notar que mientras los platos de loza recuperados podrían formar varios
juegos, la mayólica de mesa sólo se vio representada por unos pocos platos de Alcora
(muy similares entre sí) (e.g. Fig. 1C) y otros de Triana, bastante heterogéneos (e.g. Fig.
1A y 1B). Otras piezas habituales en el conjunto de mayólicas fueron las bacinillas,
los bacines y los aguamaniles, procedentes de Triana. Luego de su retroceso frente a
la producción Talaverana durante el siglo XVII, el barrio de Triana se convirtió en las
épocas sucesivas en el centro productor español más importante de mayólicas: “en 1721
el Conde de Floridablanca en una carta a la Real Sociedad Patriótica, dijo que había
82 hornos en Triana produciendo cerámica de todos los tipos y dando empleo a 346
personas y en 1747 había 50 maestros empleando 1200 obreros” (Ray, 1998: 216). Las
producciones de Triana caracterizan los conjuntos coloniales americanos del siglo XVIII,
sobre todo en sus variantes Triana Anular (polícroma o azul sobre blanco) (e.g. Fig. 1B),
Triana Esponjada Polícroma, Triana de Ramazón (e.g. Fig. 1A) y Triana Azul y verde
sobre Blanco (Schávelzon, 2001). Por lo general se trata de diseños bastante simples, de
carácter neoclásico y, particularmente en el caso de los bacines, es notable la utilización
de motivos florales y animales de influencia oriental, los cuales ilustran el afán de la
industria cerámica europea por asemejar su manufactura a la porcelana china llevada al
continente en el siglo XVI por los portugueses (Ray, 1998).
En cuanto a la mayólica de Alcora, ambos conjuntos están constituidos casi
exclusivamente por platos, todos ellos con paredes onduladas y diseños florales. La
Real Fábrica de Alcora fue fundada por el Conde de Aranda en 1727 y su producción
se caracterizó por los motivos decorativos inspirados en la cerámica francesa, las
pastas finas color salmón y la buena calidad de su esmalte. La organización de dicha
fábrica era muy novedosa para la época y tenía mucho que ver con las convicciones
proteccionistas e ilustradas de su fundador: una academia de aprendices funcionaba en
la propia fábrica para especializar la producción, la cual era organizada en modo racional
122 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129
debido al pequeño tamaño de los tiestos y al bajo índice de remontaje; sin embargo puede
decirse que algunos fragmentos de bordes corresponden indudablemente a recipientes
tipo taza o pocillo. Se destaca en el conjunto un recipiente con pie, posiblemente una
sopera, con decoración externa fitomorfa pintada a mano en colores rosado y marrón (Fig.
1I). Para el siglo XVIII, las porcelanas más comunes continuaban siendo las orientales
y en el caso de nuestro conjunto al menos dos de los tiestos (aquellos que presentan
decoración azul y tonalidad azulada en el vidriado en general) son indudablemente una
producción china. El resto, incluido el vidriado marrón, corresponden muy probablemente
a porcelana china hecha para la exportación y decorada por encima del esmalte (luego de
la cocción) en Europa (Deagan, 1987).
Otro tipo cerámico minoritario en ambos conjuntos es la cerámica Slipware, que se
encuentra representada por varios tiestos sueltos bastante pequeños. Esta cerámica
comenzó a fabricarse a principios del siglo XVII en distintas zonas de Inglaterra (Kent,
Essex y North Devon) (Hume, 2001) y ya para la segunda mitad del siglo XVIII, inmigrantes
alemanes en la zona de Pennsylvania y Carolina del Norte (Estados Unidos) producían
Slipware de alta calidad. Se caracteriza por el agregado de un baño de arcilla, comúnmente
rojo o amarillo por debajo de un vidriado a base de plomo. Este baño le da una apariencia
muy uniforme y prolija a las superficies. Al menos dos de los tiestos recuperados en
Bolívar fueron identificados por su decoración (líneas curvas blancas realizadas con
caolín disuelto en agua por sobre el baño rojo) como manufacturas norteamericanas
(Ramsey, 1947) (Fig. 1E). El resto presenta por lo general vidriado rojizo, amarillento o
anaranjado, a veces con manchas verdes, y su procedencia no puede determinarse con
seguridad.
Otro tipo cerámico muy frecuente en ambos conjuntos son las cerámicas de tipo El
Morro -muy comunes en los sitios coloniales españoles en América y características del
siglo XVIII en Buenos Aires en particular (Schávelzon, 2001)- y la cerámica Verde Sobre
Amarillo de Pasta Roja y de Pasta Blanca (Schávelzon, 2001), representadas por grandes
aguamaniles. Existen además en el conjunto dos piezas muy particulares (posiblemente
jarras, con pie y marcas de torno evidentes) que presentan en la cara interna un vidriado
negro-acaramelado a base de plomo, mientras que en la externa exhiben líneas irregulares
de vidriado y aplicaciones toscas de pasta en relieve (Fig. 1J).
En lo que respecta a las cerámicas utilitarias carentes de vidriado, se recuperaron
varios tiestos de tinajas o recipientes similares de pastas rojas y amarillentas.
Desafortunadamente fueron pocos aquellos diagnósticos: hay únicamente dos golletes
y ninguna base. Los dos golletes encontrados son de perfil semicircular y entrarían
por su morfología en el tipo 3c, correspondiente al siglo XVIII (Marken, 1994). También
se recuperó un único tiesto del tipo Greyware, un conjunto bastante importante de
candelabros modelados en modo muy rústico (con pastas muy porosas y de cocción
despareja) y una cantidad considerable de cerámica de tradición indígena. A diferencia
de lo observado en conjuntos del siglo XVII del mismo sitio, en este caso no pudieron
reconstruirse piezas de tradición indígena y el porcentaje total de dicha cerámica es
mucho menor. Sin embargo, las técnicas decorativas observadas son las mismas y
consisten principalmente en el unguiculado, el corrugado y la aplicación de pintura roja
(en algunos casos con pulido).
En ambas unidades se recuperó un total de 27 fragmentos de pipas de caolín, 22
de los cuales corresponden a tubos y tienen conductos de 2 mm de diámetro. Sólo
tres de las piezas recuperadas presentan inscripciones: la primera es un hornillo con
124 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129
forma de barril, muy probablemente procedente de Bristol (Inglaterra), que exhibe las
iniciales “IE” inscriptas dentro de un cartucho circular, ubicado de cara al fumador (Fig.
1F). Las mismas iniciales se presentan nuevamente en relieve una a cada lado del pie.
Desafortunadamente, para el rango cronológico estimado son muchos los fabricantes
de pipas a los que podrían corresponder dichas iniciales (Davey Com.Pers. 2010). El
segundo ejemplar inscripto es un fragmento de tubo de pipa blanca muy bien pulida que
en uno de sus extremos presenta 4 hileras de ruleteado, agrupadas en dos pares, y la
inscripción “IN GOUDA” entre ellas. La ciudad holandesa de Gouda fue un importante
centro productor de pipas y la inscripción fue además imitada en las producciones de
varios otros países. La tercera pieza inscripta hallada es un hornillo casi completo de
forma alongada y con pie, que presenta un ángulo de 130° respecto del tubo (Fig. 1G).
Está finamente pulido y fue decorado con una hilera de ruleteado alrededor del borde.
Presenta el escudo de armas de Gouda a cada lado del pie y por encima de ambos una
pequeña “s” que indica que se trata de una pieza de calidad de media a baja, hecha
para el mercado masivo (Davey Com.Pers. 2010). Por último, en la base del pie puede
observarse un símbolo consistente en tres diamantes por debajo una corona, que fue
utilizado (aunque con pequeñas diferencias) por varios fabricantes de Gouda entre 1686 y
1839 (Duco y Jefferis, 2003). Es muy probable que el tubo antes descripto y este hornillo
formen parte de una misma pieza confeccionada en Gouda luego de 1739, año en que se
estableció que las producciones originales de dicha ciudad debían de ser identificadas
con el escudo de armas.
El vidrio
Consideraciones finales
Estos conjuntos tan completos y tan bien conservados nos permiten realizar algunas
consideraciones de gran interés en referencia a aspectos del comercio y del consumo en
la Buenos Aires de fines del siglo XVIII. En primer lugar, es interesante destacar que
en ambos conjuntos la casi totalidad de los materiales cerámicos y vítreos proceden
de varios países extranjeros (Inglaterra, España, Francia, Holanda). Esto contrasta con
los conjuntos excavados del siglo XVII -dominados por las producciones españolas y la
cerámica de tradición indígena- y guarda indudable relación con la apertura comercial
determinada por las reformas Borbónicas.
Al hacer una contextualización histórica de las producciones cerámicas analizadas,
notamos que éstas ilustran un proceso de mecanización y estandarización creciente que,
así y todo, todavía está lejos del nivel de industrialización que se observa en el siglo XIX.
Tanto la loza como la mayólica, la porcelana y hasta las pipas de caolín recuperadas
en ambas unidades dan cuenta del incremento en los números de las producciones y
trabajadores empleados; los cambios de organización de los establecimientos del taller
a la fábrica; el surgimiento de nuevos centros productores en competencia, tanto en
Europa como en las colonias; el control de la competencia y de las imitaciones por
parte de instituciones relacionadas con el poder político; e incluso la división del trabajo
entre áreas muy distantes del globo (ejemplificada en modo particular en las porcelanas
orientales de exportación). Por otra parte, resulta un fenómeno cada vez más común la
identificación de los productos con sellos y marcas, que frecuentemente eran falsificados
o imitados. Así y todo, las marcas identificatorias durante esta época son todavía escasas
y además pequeñas y poco visibles respecto de lo que se ve en el siglo XIX, hecho que
hace pensar que el objetivo principal era todavía la certificación de la autenticidad y la
calidad del producto, más que la difusión publicitaria de las marcas.
En cuanto al consumo de los objetos descriptos, pueden estimarse algunas
interpretaciones de carácter funcional para los distintos tipos artefactuales: la vajilla de
126 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129
mesa está casi enteramente constituida por loza Creamware procedente de Inglaterra
acompañada por vasos y recipientes de vidrio (no se recuperaron cubiertos); mientras
que los objetos implicados en la higiene son principalmente de mayólica de Triana y
la cerámica para cocinar está representada principalmente por ollas de tipo El morro,
que presentan en la mayoría de los casos hollín en superficie. Así, por lo menos en este
sitio y contexto particular, puede sugerirse que la incorporación de nuevos materiales
estaba relacionada con ámbitos específicos de la vida cotidiana y no se producía en forma
generalizada.
Figura 1
El análisis de estos dos conjuntos nos permitió refinar nuestro conocimiento sobre los
materiales cerámicos y vítreos utilizados durante las últimas décadas del siglo XVIII por
parte de grupos relativamente acomodados de la sociedad porteña. Además, contribuyó
a la incorporación de datos referidos a la contextualización histórica del sitio y de las
Zorzi F., Crespo M. E. y Godoy P. - Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII... 127
Figura 2
128 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:119-129
Notas
i
Los nombres utilizados en los ajuares no corresponden a la terminología actual, hecho que hace
problemática la identificación de los objetos. Nosotros interpretamos que la denominación “loza
china” corresponde a la porcelana, la denominación “loza de Talavera” corresponde a la mayólica y
la denominación “loza fina” podría corresponder a la loza inglesa.
ii
No se utilizan las habituales categorías referidas al contenido de estos envases (“botellas de
ginebra” y “botellas de vino”, respectivamente) ya que el conjunto es demasiado antiguo como para
realizar una asociación fiable entre forma y contenido (Moreno, 1994).
Agradecimientos
Bibliografía
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Zorzi F., Crespo M. E. y Godoy P. - Análisis de dos conjuntos del siglo XVIII... 129
Resumen
El crecimiento urbano ha sido uno de los fenómenos sociales de mayor trascendencia en la
última mitad del siglo XX y en la primera década del presente siglo. Uno de los ejemplos de
crecimiento urbano dentro del estado de Oaxaca en México, ha sido el de la población de
Tlacolula de Matamoros, la cual se localiza justamente en medio de una de las zonas con
mayor densidad de sitios arqueológicos del país. Justamente uno de estos asentamientos es el
del sitio prehispánico de Lambityeco, el cual comprende alrededor de doscientos montículos
con evidencias de ocupación humana. Afortunadamente este sitio arqueológico cuenta con
la salvaguarda de contar con un polígono de protección de 136 hectáreas, por lo que existe
una supervisión al sitio en sí. Empero el constante crecimiento de la población de Tlacolula
ha resultado en que actualmente la mancha urbana de este poblado se encuentre a escasos
doscientos metros de la poligonal de protección, esta cercanía y la necesidad por parte de
las autoridades civiles de dotar con una serie de servicios básicos a los nuevos núcleos
de población que van surgiendo de manera desordenada, ha propiciado la obligación por
parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia de intervenir en ciertas áreas donde
se han detectado vestigios arqueológicos en peligro de ser alterados por la construcción ya
sea de edificaciones particulares como también de obras de infraestructura. Una de estas
obras llevada a cabo por la municipalidad de Tlacolula es un Hospital Materno-Infantil,
el cual está siendo construido en un terreno adyacente a la poligonal de protección de la
zona arqueológica. Sin embargo una vez limpiado el terreno para la construcción de este
edificio se localizó un montículo de alrededor de 2m de altura el cuál sería totalmente
destruido por la construcción del inmueble. Es por este motivo que se generó un proyecto
de rescate arqueológico el cual logró exponer la mayor parte del montículo, caracterizándolo
y ubicándolo temporalmente. En este escrito describiremos con detalle el cómo se llevó a
cabo la excavación y los resultados de los diversos análisis a los que fue sometido el material
recuperado del mismo.
Palabras clave: Arqueología de salvamento, Oaxaca, Lambityeco, Postclasico tardío
Abstract
The urban growing has been one of the social phenomena of greatest transcendence in the
last part of the XX century and in the first decade of the present. One of the example of these
situation in the state of Oaxaca in Mexico is the town of Tlacolula de Matamoros which is
located in the middle of one of the zones with the highest density of archaeological sites of the
1
Directora de la Zona Arqueológica de Monte Albán
2
Investigadores Zona Arqueológica de Monte Albán.
Reforma 501 Esq. Constitución, Sala 4 Jardín Etnobotánico, Centro.
Oaxaca, Oax. México. Tels 95 15 01 23 11 y 95 15 16 97 70
e-mail: [email protected]
132 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:131-138
country. It is precisely one of these settlements, the prehispanic site of Lambityeco, the one
who is more affected by Tlacolula. Fortunately this site counts with the benefits of have with
a polygonal of protection that gives to the site juridical aid. Even with this help the growing of
Tlacolula has been result in the fact that the urban spot of the town now lays nearly at two
hundred meters of Lambityeco. These nearness and the need of the authorities of Tlacolula
to solve the troubles of supplies and services to the newest growing cores had resulted in
the actions of the National Institute of Antrhopology and History (INAH) to act in the areas
where there has been detected archaeological remains in danger by the construction or the
alteration of the urban spot. This paper will focus on the actions taken by the INAH to
explore an archaeological site affected by the construction of a hospital near Tlacolula, the
excavations gave to the investigators data referred to the transition of the Monte Albán V and
the early colonial period.
Key Words: Urban Archaeology, Oaxaca, Tlacolula, Lambityeco, Late Postclassic
nuestra era, y en la fase Monte Albán IIIB-IV de la cronología de los valles centrales.
Formó lo que parece fue una entidad política semiautónoma del estado de Monte Albán y
muy ligada a la producción industrial de sal (ibid.)
Un segundo núcleo de población es el localizado en el sector sureste de Yegüih y
es conocido actualmente como Conjunto Brawbelh. Este presenta una larga ocupación
desde el año 700 antes de nuestra era (Fase Rosario), hasta por lo menos el año 200 de
nuestra era (Monte Albán II).
Este último conjunto es el que se encuentra a menos de un kilómetro de la actual
población de Tlacolula, la cual ha tenido desde mediados del siglo XX un constante
crecimiento. Este crecimiento se puede observar en la formación de asentamientos,
muchas veces sin servicios en las inmediaciones del sitio arqueológico (Imagen 2).
Debido a la falta de servicios básico, las autoridades municipales de Tlacolula
implementaron un plan para integrar varios de estos faltantes a este sector de la población.
El plan de trabajo consistió en la construcción de un hospital Materno-Infantil el cuál
sirviese de nodo para la colocación de otro tipo de infraestructura como drenaje, agua
potable y electricidad, todo este complejo de construcciones sería ubicado a doscientos
metros de la delimitación del sitio arqueológico.
Al momento de limpiar el terreno para poder comenzar con las obras de cimentación
de dicho hospital fue detenido sin embargo, por personal técnico del Instituto Nacional
de Antropología e Historia, puesto que en un recorrido por parte del arqueólogo de la
zona arqueológica se detectó la presencia de un montículo con presencia de materiales
arqueológicos en su superficie.
Aquí se tuvo un conflicto social complicado, puesto que la legislación mexicana es
por esencia patrimonialista, por lo que es obligatorio para cualquier obra civil que afecte
a cualquier vestigio arqueológico el detener sus labores y proceder a un rescate o un
salvamento arqueológico, el cuál dictaminará la suspensión o modificación de una obra,
empero, y para no suspender una obra con tanta carga social se optó por la modificación
a la planificación del proyecto arquitectónico del hospital, modificando los espacios de
construcción dentro del terreno, para que pudiese sortear el sitio arqueológico. Para poder
lograr la delimitación adecuada del sitio fue necesario entonces realizar un proyecto de
excavación, este a pesar de la rapidez de su creación contó con los siguientes problemas
de investigación, con los cuales se guió la excavación: ¿cuál fue la composición social del
sitio Yegüih en los límites de ocupación? ¿A qué momento está asociada la ocupación del
lugar, a Lambityeco o al conjunto Brawbelh? ¿Cuál era la función del edificio?.
Una vez realizadas las gestiones necesarias, se comenzó un registro topográfico para
tener un adecuado registro y tener una estrategia adecuada de excavación.
Se determinó que con una estrategia de área abierta se podría determinar las
dimensiones de la estructura enterrada, además de poder resolver las interrogantes
generadas para el proyecto de salvamento. Después de un mes de exploración arqueológica
y de la excavación de 182 m2 se pudo tener una idea clara de las dimensiones del edificio,
además de determinar la secuencia estratigráfica del mismo, la cual evidenció un sitio
con varios momentos identificables, un momento de ocupación, uno de abandono y un
tercer momento de formación de suelo (Imagen 3). Las excavaciones mostraron varios
muros colapsados y sus cimientos aún en pié. Estos medían alrededor de 95 cm en
promedio de ancho, y estaban constituidos por grandes rocas, las más grandes de hasta
80 cm de lado. Mientras que los muros estaban constituidos para nuestra sorpresa de
ladrillos y adobes.
134 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:131-138
Bibliografía
Resumen
Dentro del programa de relevamiento del uso de elementos de hierro fundido en los edificios
de Rosario de fines del siglo XIX y comienzos del XX, nos llamo la atención que en algunas
construcciones aparecen algunos respiraderos con rejillas metálicas con lo que parece ser una
marca de fábrica. El estudio de los mismos permitió determinar que algunos correspondían
a la ventilación de instalaciones de gas, mientras que otros corresponden a instalaciones
sanitarias. Los que son seguramente de gas pertenecen a la Compañía de Gas del Rosario
que estuvo en actividad desde 1873 a 1920.
Palabras Clave: alumbrado, gas, patrimonio, obras sanitarias
Abstract
Within the program of survey of the use of cast iron elements Rosario buildings of
the late nineteenth and early twentieth centuries, caught our attention that some
constructions are some vents with metal screens with what appears to be a brand.
Studying them allowed us to determine that some belonged to the ventilation gas facilities,
while others correspond to sanitary facilities. Those who are gas surely belong to the Society
of Gas del Rosario that was active from 1873-1920.
Key words: lighting, gas, drainage works, heritage
Introducción
Dentro del programa de relevamiento del uso de elementos de hierro fundido en los
edificios de Rosario de fines del siglo XIX y comienzos del XX, nos llamo la atención
que en algunas construcciones aparecían algunos respiraderos con algo parecido a una
marca de fábrica.
Como se dan en casos aislados y en edificaciones muy antiguas y no coincidían con
los nombres de ninguna de las fundiciones conocidas en Rosario pensamos en un primer
momento que podía tratarse de productos introducidos desde Buenos Aires o del exterior.
Se trata de aberturas de ventilación o respiraderos, que se presentan siempre aislados
y en los casos de edificaciones que poseen dos, tres y hasta cuatro de estas rejillas, una
sola presenta estas características y todas las demás son del tipo tradicional sin ningún
tipo de marca.
Hemos procedido a estudiar cual pudo haber sido la función de dichas aberturas y
la vinculación que pueden haber tenido con las instalaciones domiciliarias de gas de
alumbrado de fines del 800 o principios del 900.
1
Facultad Regional Rosario, Universidad Tecnológica Nacional, Zeballos 1341,
2000 Rosario (Santa Fe), [email protected]
140 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:139-146
Gas de Alumbrado
El gas en Rosario
“en 1870 ya contaba Rosario con el servicio de alumbrado a gas. La fábrica que producía
el fluido la construyo la firma Mauá y Cia. y estaba emplazada en la manzana que rodean la
calle Córdoba, la avenida Belgrano y las calles Rioja y 1 de mayo, superficie que actualmente
forma parte del parque Belgrano. Años después la planta fabril fue ampliada sobre el costado
Este, contra la ribera, construyéndose muelles y depósitos para la descarga y almacenamiento
del carbón que utilizaba. En 1885 tenía dos gasómetros con capacidad máxima de 200.000
pies cúbicos y las cañerías colocadas en las calles alcanzaban 20 kilómetros de longitud.”
“El señor Arteaga cedió su contrato al Banco Mauá, quien a su vez vendió la concesión al
señor Antonio Santa María, quien formó una sociedad para la explotación de dicho producto
bajo la denominación de Sociedad Argentina de Luz y Calefacción. En el año 1896 el señor
Santa María vendió la Compañía a una empresa alemana”.
“Actualmente (agosto 1885) existen los muelles particulares…muy sólidos y hermosos que
142 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:139-146
acaba de terminar la Empresa del Gas, que han sido habilitados oficialmente para la carga
y descarga. Esta empresa ha construido igualmente grandes depósitos de Aduana que están
prestando importantes servicios al comercio local”.
“La Empresa que hace el servicio de alumbrado á gas, en el municipio, es una de las
más antiguas ente las muchas aquí instaladas. La fundó el Sr. Leopoldo Arteaga en el año
de 1868. Aunque existe una empresa de alumbrado eléctrico y entre ambas se hacen una
reñida competencia, por cuanto las dos tienen servicios públicos y particulares, la empresa
de alumbrado á gas cuenta con 2436 abonados. La Municipalidad celebró un contrato, por
el que la empresa del gas se obligaba á dar luz á un determinado radio del municipio. De
ese contrato, vinieron las actuales instalaciones que posee en la población, contando con 783
faroles y 89 focos incandescentes. La calidad del gas utilizado, es buena, y el servicio que
presta la empresa está á la altura de las exigencias públicas. El consumo mensual sube á
172.598 metros cúbicos con un costo de $41.109 mensuales. La empresa conserva una usina
que consulta las ventajas de las instalaciones más modernas y adelantadas. Podría alumbrar
por si sola toda la ciudad, y la alumbraría, si no fuera por la competencia que le hace la
Compañía de Luz Eléctrica del Río de la Plata. Hacemos constar, como detalle de interés, que
son pocas las empresas rosarinas que hayan prosperado tanto como ésta, la cual ha dejado
buenos dividendos á sus propietarios. Se encuentra ubicada la Usina y Administración en el
perímetro de las calles Córdoba, Bajo, Rioja y 1º de Mayo. El edificio que ocupa cuenta con el
departamento de la Administración, el de alojamiento de Ingenieros, y demás instalaciones
necesarias, como ser retortas, purificadores, condensadores, tres gasómetros, taller de
reparaciones, etc. El consumo mensual de carbón es alrededor de 350 toneladas, teniendo
carboneras de capacidad de 5000 toneladas. El personal se compone de un administrador, un
contador, tres ingenieros, once empleados y ciento ochenta peones que atienden los diferentes
servicios en que está distribuída la Usina.”
“El agua extraída del río, era impulsada por aquellas bombas hasta un tanque elevado que
aún existe, asentado sobre una edificación ubicada en la unión de las actuales Wheelwright
y España. Allí, en los primeros años del ferrocarril, existió una fábrica de gas que fue parte de
los talleres para el mantenimiento del material rodante de entonces”.
El mismo autor nos informa que también el Ferrocarril Buenos Aires Rosario tuvo una
“usina que atendía a los gasógenos utilizados para la iluminación de los coches de trenes
de pasajeros. La usina estaba ubicada al final del anden principal de la Estación Rosario
Norte, sobre el predio que da sobre el Pasaje Celedonio Escalada”, aunque seguramente
en este caso se trata de gas de carburo. (95)
Finalmente la empresa del Puerto de Rosario tuvo su usina de gas, como consta en el
listado de bienes recibidos por el M.O.P. en el momento de la nacionalización del puerto,
aunque por las restricciones de ingreso, no hemos podido determinar si algo subsiste
actualmente.
Respiraderos
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Pifferetti A. A. - La usina de gas del Bajo y su presencia en el Rosario del siglo XXI 145
El tipo que presenta lo que parecen ser una C y una G corresponde a las iniciales
de la Compañía de Gas y representa evidentemente la ventilación para la instalación
de gas domiciliario. Sabemos que aunque la prensa y los historiadores hablen más de
empresa o usina del gas, la denominación oficial era Compañía de Gas del Rosario, así lo
demuestran dos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la nación. Uno de 1869 sobre
deuda contraída en 1864 por el Sr. Arteaga con el Banco Italiano pagadera en acciones
de la compañía a depositar en el Banco Mauá (1872:60-63) y otro de 1916 ante una
demanda iniciada en 1913 por la “Compañía del Gas del Rosario” contra la Provincia de
Santa Fe (Baratta, 2003).
Nos consta que la instalación domiciliaria era efectuada por la empresa, por lo menos
en los primeros años, como se desprende del texto del ya citado aviso en la Guía de
Chueco (1870): “La colocación de las cañerías en las casas particulares y los artefactos se
venden desde esta fecha con una rebaja del 25 % hasta nueva disposición”.
El tipo II corresponde a Felix Viscardi, en la Guía Nacional de Bosch de 1895 figura
tanto en el rubro “talleres de gas” como en el de “plomerías”, mientras en la de 1908
lo encontramos en “talleres de gas y aguas corrientes” y en “constructores de obras
de salubridad”. El Diccionario Biográfico Italo-Argentino nos dice: “Industrial. Nació en
Trontano (Novara) en 1857. Llegó a la Argentina en 1868. Durante veinte años trabajo
como empleado en una casa de comercio y en 1889 instaló en Rosario de Santa Fe,
una fábrica de aparatos para gas y sanitarios que alcanzó gran desarrollo. Fue socio
de la “Unione e Benevolenza”, del Hospital Garibaldi y de otras asociaciones rosarinas.”
(Petriella y Sosa Miatello, 1976). Por consiguiente podría corresponder a instalaciones
tanto sanitarias como de gas.
En cuanto al tipo III debe corresponder a una instalación de tipo sanitario ya que en
la guía de Bosch de 1895 aparece un J. Fitzpatrick en el rubro “plomerías” y en la de
1908 Lucioni Aquiles en “constructores de obras de salubridad”. Evidentemente en un
momento intermedio la razón social debió ser Fitzpatrick y Lucioni como la detectada.
Recordemos que desde los primeros tiempos del uso del gas domiciliario se fijaron
normas de seguridad para su uso. “Los locales donde se consume el gas deben estar
dotados de dos aperturas en los muros (una a nivel del suelo y otra junto al techo) para
evitar que se acumule el gas en caso de fuga” (http://centros6.pntic.mec.es/cea.pablo.
guzman /leccionesfisica/ energias primarias. htm).
También las instalaciones sanitarias si bien tienen su salida en altura, requieren de
una abertura de ventilación para que pueda producirse la circulación. El servicio de agua
corriente se inaugura en 1887, y servia a unos 10000 vecinos sobre 51000, mientras que
el sistema cloacal, entró en servicio en 1899 dejó mucho que desear, y estaba a conectado
a un 30% de las casas existentes.
Conclusiones
Agradecimientos
Nuestro agradecimiento a Claudio Martignoni que durante varios años nos acompaño en el
relevamiento de los elementos metálicos del patrimonio urbano. A la Biblioteca. del Museo Histórico
Provincial, al Departamento de Fotografía Antigua de la Escuela de Museología, a Ernesto Aguirre
del Museo de la Ciudad y al Instituto Politécnico Superior de Rosario de la U. N. R. por haber
facilitado fotografías antiguas que muestran distintos aspectos de la usina del gas del bajo.
Bibliografía
Resumen
En Rosario en la segunda mitad del siglo XIX surgen una serie de talleres de fundición a partir de
1860. Para esa época había llegado al Plata (y a toda Latinoamérica) la moda iniciada en Europa y
EE.UU. algunas décadas antes de la utilización del hierro fundido en la construcción. Tan abundante
fue su uso que a pesar de la destrucción sufrida, muestras del trabajo de muchos de ellos se
mantienen en algunos edificios y hasta en las calles de la ciudad. Hacemos aquí un resumen del
relevamiento, estudio y clasificación de estos materiales que el marco del programa de preservación
del patrimonio urbano se viene realizando desde hace algunos años. El análisis permite comprobar
que en los elementos de construcción se remplaza rápidamente a los productos importados por
artefactos de elaboración local, aunque no faltan algunos casos aislados de elementos fundidos en
Buenos Aires y hasta en Santa Fe.
Palabras Clave: Tecnologías históricas, fundición, patrimonio, arqueología urbana
Abstract
In the city of Rosario in the second half of the nineteenth century raises a number of foundries
from 1860. At that time come to the Río de la Plata (and all Latin America) the mode in Europe
and USA some decades before use cast iron construction. So abundant was their use despite the
destruction suffered, samples of the work of many of them remain in some buildings and even
on the streets of the city. We here a summary of the survey, study and classification of these
materials under the program of urban heritage preservation has been running for some years.
The analysis allows to check that building elements are quickly replaced imported products by local
processing artifacts, although there are some isolated cases of fused elements in Buenos Aires to
Santa Fe.
Key words: Historical Technologies, foundry, heritage, urban archeology
Introducción
Las ciudades son entidades vivas que sufren constantes transformaciones, en especial
aquellas como Rosario que se reconstruyen permanentemente sobre si mismas. La ciudad
es un ámbito antropológico que supera la simple suma de sus monumentos y estructuras
arquitectónicas y como tal se encuentra en permanente estado de transformación.
Generalizando lo que Tenenbaum (1989) dice con respecto a Buenos Aires, podemos
decir que cada día hay algo nuevo que se le incorpora y algo que irremediablemente
se pierde. Una de las herramientas de la arqueología urbana consiste en encontrar y
analizar la persistencia de indicadores del pasado dentro de la ciudad actual.
1
Facultad Regional Rosario, Universidad Tecnológica Nacional, Zeballos 1341,
2000 Rosario (Santa Fe), [email protected]
148 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:147-155
Fundiciones de Rosario
“La primera fundición a vapor en el Rosario. Calle Aduana esquina Urquiza. Se hace toda
clase de obras científicas, compone y hace máquinas a vapor, viento y caballos, también
construyen buques y aparatos mecánicos, funden todos los metales, rejas y balcones de
cualquier modelo y demás trabajos concernientes a su ramo. She First Foundry in Rosario.
Situated in the Aduana corner of Urquiza Streets. Robert Atkinson. William Selfer.”
En ese año inicia su actividad una denominada Fundición del Rosario en Saladillo (1
de Mayo) entre Córdoba y Rioja, que al año siguiente es adquirida por el norteamericano
R. M. Ross y el ya citado R. Atkinson. En 1970 Ross queda como único propietario
de la fundición que traslada a la esquina de San Juan y Comercio (Laprida), volviendo
Atkinson a su sociedad con Selfer. Ese año contaba “con cinco fraguas, un torno y un
motor locomóvil para mover los ventiladores de los hornos” (Mikielievich, 1980: 65).Nuevo
traslado en 1876 a Catamarca entre Libertad (Sarmiento) y Progreso (Mitre) y luego a la
manzana de Salta, Entre Ríos, Catamarca y Corrientes. En el período 1870-80 era la
fundición de “mayor envergadura” de la ciudad y a partir de 1867 construye una serie de
motores a vapor para la incipiente industria local. En 1888, absorbido por su empresa
“tramwayra” la transfiere a una sociedad anónima y antes de 1895 cesa su actividad.
Para 1890 esta empresa ocupaba 400 trabajadores. (Mikielievich, 1979).
Es esta la más antigua fundición aún presente en el registro urbano, sus marcas las
podemos observar en columnas que sostienen el alero que da al río de la ex estación
Rosario Central del Ferrocarril Central Argentino (hoy Isla de los Inventos). Aunque es
posible que la intervención se limitara a aplicar un bloque de fundición en el extremo
terminal de las columnas mucho más esbeltas y nervadas, ya que las marcas están todas
en ese extremo terminal.
También hay columnas de la Fundición del Rosario M. R. Ross en Sarmiento 536-48
edificio de dos plantas hoy depósito de un supermercado pero que formo parte de las
edificaciones del Hotel Litoral, y en la esquina SW de Sarmiento y San Lorenzo, mientras
que la marca de la fundición sin que hayamos podido identificar el nombre de Ross
también se encuentra en Sarmiento 636-48 y en Córdoba 1075.
Otra fundición temprana fue la de los franceses Lassus y Laborde, en la calle del Bajo
(Belgrano) 32, conocida como La maquinista. La primera mención que tenemos es de
1869 (Frutos de Prieto, 1982:126) en que es transferida a su connacional José Mulins.
En 1875 pasa a ser titular de la misma el mecánico ingles Tomas Stoddart y cambia su
nombre a Fundición Argentina.
Por la misma época inician su actividad los catalanes Torró y Mayor (South American
Monthly, 1869), en Progreso (Mitre) entre Córdoba y Rioja, que al año siguiente pasa a
ser propiedad exclusiva de Pedro Mayor, que agregó la construcción de maquinarias y
calderas y llego a tener alrededor de 80 obreros. Fabricaba máquinas y norias, baldes
volcadores para extraer agua, torniquetes y puertas de alambrado y potrero. En 1890 la
adquieren Font, Martinez y Cia., “manteniendo el nombre de Pedro Mayor por favorecerlo
el prestigio adquirido a lo largo de tantos años de eficiente labor” (Mikielievich, 1979).
De esta fundición encontramos rejas y columnas. Entre las primeras se destacan
150 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:147-155
De F. Rebord tenemos columnas en Mitre 659 y una reja monolítica en Pje. Lugand
2020 y en Salta 2362.
Otras fundiciones registradas en 1890 son las de Guillermo Monkhouse, transferida
en 1895 a Barlow y Cia y que adoptó el nombre de Anglo-argentina; Rafael Planes y Cia;
Buenaventura Rovirosa; F. Van Riet y J. Ferraro, luego (1895) sólo F. Van Riet.
En 1895 Jorge M. Topping, un ingeniero mecánico ingles nacido en Cumberland
y llegado a Rosario en 1886 contratado por el Ferrocarril Central Argentino, abre un
pequeño taller de fundición, herrería y carpintería en Tucumán y Corrientes. Dos años
después se asocia con su connacional L. C. Seavill y traslada el taller a la esquina de
Tucumán y Dorrego y la fundición a la calle San Lorenzo. En 1908 los encontramos
asociados a otro ingeniero ingles del ferrocarril Mac Laren. Llegaron a ocupar 150 obreros
permanentes y su actividad se extendió hasta la década de 1930.
Ese mismo año aparece la fundición de Celedonio Cinca y Sibonia (PISF) o de Celedonio
Cinca (en la Guía de Basch figuran como dos fundiciones distintas pero la dirección
coincide) en Progreso 1089; luego trasladada a Santa Fe 1132.
También Florencio Reinaudi (o Reinaldi, como erróneamente figura en alguna
bibliografía), en Paraguay 833, apellido de larga trayectoria hasta bien entrado el siglo
XX. De el encontramos dos tipos de rejas de balcón. El primer tipo presenta grandes áreas
con aspecto de haber sido fundidas en una sola pieza, mientras que otras piezas están
unidas a las anteriores mediante remaches claramente visibles. Conocemos dos modelos
que evidentemente provienen del mismo taller por su enorme similitud. El segundo
corresponde a unas hermosas rejas modulares de motivo floral y como las anteriores
presentan en relieve la marca de fundición “F. Reinaudi, Gral. López 1341, Rosario”.
También tenemos columnas en el Hospital Español, una columnita en el frente de una
casa en Corrientes al 2100, una columna de iluminación, seguramente reutilizada, en un
jardín de Pérez y columnitas sosteniendo cadenas rodeando un panteón en el cementerio
de San Lorenzo.
Otras fundiciones presentes en 1895 son Borelli Hnos. de Mendoza al 900, luego
(1901) de Entre Ríos 1328; Ramón del Arco de Santa fe 750, luego (1901) Santa Fe
1250; F. Siebert de Independencia 443 y E. Woods de Corrientes y Tucumán (la misma
dirección de Topping). Mientras en 1901 (Bosch) encontramos a Santiago Baldasarre,
Mendoza 1170; Luis Luraschi, Bv. Argentino 1220 y G. D. Ferguson, Casa Jewell. Y en
la edición de 1908: Honorato Alemany e Hijo de Paraguay 948, “fundición de hierro,
bronce y otros metales, taller mecánico”; Francisco Cappelletti, Italia 740; Luis Chizzini,
Catamarca 1561; Luis Perolio, Catamarca 1561 (misma dirección que el anterior) y
Pifferetti A. A. - Las primeras fundiciones de Rosario y la persistencia de su presencia... 153
Conclusiones
la construcción.
Bibliografía
Resumen
La colectividad española creó desde la segunda mitad del siglo XIX, instituciones que le
sirvieron, entre otras cosas, para integrarse al país, social, económica y políticamente. El
nacimiento del mutualismo en la provincia de Santa Fe está estrechamente ligado a la
rica evolución del pueblo santafecino y la ciudad de Rosario aparece como el centro más
importante donde surgieron estas primeras entidades. Fue en esos momentos en que
inmigrantes españoles crearon la Asociación Española de Socorros Mutuos en 1857.
En el paisaje urbano quedaron las marcas, como expresión y testimonio de la interacción
y de la diversidad cultural. La impronta de la inmigración en general y de la española en
particular, formó parte del proceso de transformación que tienen todas las ciudades.
Palabras clave: inmigración española, paisaje urbano, identidad
Abstract
The Spanish community created since the second half of the nineteenth century, institutions
that served, among other things, to integrate the country, socially, economically and politically.
The birth of mutualism in the province of Santa Fe is closely linked to the evolution of the
people rich and the city of Santa Fe Rosario appears as the most important center where did
these first entities. It was in those moments when Spanish immigrants created the Spanish
Association of Mutual in 1857.
In the urban landscape were trademarks, as expression and testimony of interaction and
cultural diversity. The imprint of immigration in general and Spanish in particular, was part
of the transformation process with all cities.
Key words: Spanish immigration, urban landscape, identity
La colectividad española creó desde la segunda mitad del siglo XIX, instituciones que
le sirvieron, entre otras cosas, para integrarse al país, social, económica y políticamente.
El nacimiento del mutualismo en la Provincia de Santa Fe está estrechamente ligado a
la rica evolución del pueblo santafesino y la ciudad de Rosario aparece como el centro
1
Instituto de Arte Americano. FADU. UBA
2
Escuela de Antropología. FHumyAr. UNR.
3
Arquitecta. UNR
4
Rosario, esa ciudad. 1970. Página 8.
158 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:157-166
más importante donde surgieron estas primeras entidades. Fue en esos momentos
en que inmigrantes españoles crearon la Asociación Española de Socorros Mutuos en
1857, convirtiéndose en la primera en su tipo en el país y detrás de ellos los italianos
con Unione y Benevolenza, el Centro Unión Dependientes, la Sociedad Cosmopolita, la
Asociación Mutual Humberto Primo, la Sociedad de Socorros Mutuos Entre Orientales (hoy
Casa Uruguaya), entre otras, con la particularidad de que todas ellas, han llegado hasta
nuestros días desafiando los vaivenes de la economía y las crisis más profundas que hemos
padecido como país. Los pioneros del mutualismo fueron sin duda las colectividades de
inmigrantes, con su impronta particular y con el sello característico de construir un
asociativismo mutualista que acompañó la historia de Rosario y que representaron casi
el 40% de estas entidades en toda la provincia de Santa Fe.
A través de la arquitectura, estos inmigrantes, impusieron también “marcas” en la
ciudad de la mano del Modernismo y de la denominada “Nueva Arquitectura”.
A partir de 1880, Cataluña afirma más profundamente sus diferencias con el resto de
Europa. El Modernismo se convertirá en la expresión artística de ese sentir y testimoniará,
a través de la adopción de las arquitecturas regionales a la comunidad de inmigrantes
españoles en Argentina, lo que podemos denominar “un perfil innovador y de vanguardia
frente a las tradiciones académicas reinantes”. El Modernismo en Cataluña tuvo una
fantástica expansión, ya que el país estaba abierto a las corrientes procedentes de
Europa, para afirmar sus elementos diferenciales con España y reforzar su nacionalismo,
en un periodo liderado por la “Renaixença”. Los Modernistas creían en la imaginación
creativa como productora de símbolos en contraste con los eclécticos que pensaban en el
arte como representación objetiva de la realidad. De hecho, este movimiento representó
en todo el mundo y en especial en Cataluña la libertad para la creación de nuevas
formas anteriormente no aceptadas, sacando al arte de sus limitaciones académicas. El
Modernismo catalán no sólo refleja en su arquitectura la riqueza ornamental que es común
a todo el Art Nouveau (Arte Nuevo), sino que manifiesta interés por mantener y renovar las
técnicas tradicionales de construcción y decoración, mezclando los materiales antiguos
con los nuevos. Lo regional y lo local fueron las grandes características que identificaron
a estas manifestaciones arquitectónicas y artísticas. En los primeros tiempos y en manos
de los grandes ideólogos los logros estuvieron concentrados en Barcelona, sin embargo, y
en la medida que otros artistas y arquitectos tomaron contacto con los autores catalanes,
estas ideas comenzaron a tener presencia en muchos territorios.
Dado que este proceso se desarrolla poco antes del gran movimiento migratorio hacia
el nuevo mundo, la arquitectura de las vanguardias llegará a América de manos de esos
arquitectos, aunque en forma tardía. Emigrado de Cataluña, el modernismo pasó a ser
uno de los estilos que identificó a los españoles fuera de la península. En Argentina, no
fue mayoritario, pero formó parte de la lista de opciones que se utilizaron para dar cuenta
de cierta expresión representativa de la hispanidad.
Como plantea Francisco Liernur estos no son productos aislados “…forman parte de
la gran expansión de la presencia de constructores españoles provenientes de la zona
oriental de la península y particularmente de Cataluña…” (Liernur 2001: 124)
En este marco, es que Francisco Roca i Simó aparece en nuestro escenario.
la península Ibérica.
Podemos decir que no hay ninguna idea extrema ni absoluta en la arquitectura
de Roca y que los edificios construidos en Rosario fueran clara y genuinamente
“modernistas”, pero tampoco se apegan a la tradición de la academia, y en todo caso,
lo que hacen es abrir una línea más, de las tantas ejercidas en las tierras de la Cuenca
del Plata, que se definieron desde la hibridez y la mezcla de cualidades provenientes de
diversas fuentes y orígenes.
“Muy señor mio: correspondiendo a su amable invitación tengo sumo gusto en manifestarle
cuales fueron las razones que pesaron en mi ánimo cuando, al serme encargado que trazara
el proyecto de edificio para la Sociedad Española de Socorros Mutuos, tuve que plantearme la
cuestión del orden arquitectónico a que debía vegetarse el futuro edificio. Asunto es este que
García Cano J., Valentini M. P. y Marull M. V. - Las marcas de la inmigración... 161
tiene una gran importancia, puesto que el aspecto de un edificio ha de corresponder a su objeto,
y que cada raza imprime a sus construcciones un sello particular que responde a su naturaleza
y a su historia.”
“…yo como buen español, debía tener en cuenta que se trataba de la casa de una entidad
española levantada en un país de origen español, de formación española, de carácter español y
de tradiciones españolas. La tradición arquitectónica española, que había empezado a producir
muy buenos frutos en la época colonial, fue rota violentamente el día en que se implantaron
aquí los estilos italianos y franceses que hoy privan casi en absoluto.¿Debemos los arquitectos
españoles dar por muerta esta tradición…? No lo creo yo así, antes bien entiendo que debemos
reaccionar con energía contra tales modas e ir a inspirar nuestras creaciones en las fuentes
puras de nuestro arte antiguo…”
“…¿Hay que dudar ni un momento respecto del orden arquitectónico que se ha de seguir
en un edificio levantado en América por españoles para que sirva de asiento a una Sociedad
Española de Socorros Mutuos que desde el primer día ha sido llamada sin contradicción Casa
de España? Evidentemente no, tal edificio no puede pertenecer a otro estilo sino a aquel tan
rico y severo al mismo tiempo que se llama renacimiento español o plateresco y que significó el
momento culminante de la grandeza de España, resueltamente obte por él…”
“…orné las columnas y pilastras con detalles que recuerdan la fachada de la Universidad
de Oñate y la desaparecida casa Gralla de Barcelona y el palacio Monterrey de Salamanca.
Los bajos recuerdan los pórticos de los palacios municipales de nuestras viejas ciudades como
el de Salamanca. El guarda `polvo de los balcones principales está inspirado en los de las
casas consistoriales de Sevilla. La galería de la calle de Entre Ríos recuerda los ventanales
de la casa de las Conchas de Salamanca. La galería alta o ático es por el estilo de la casa
de los Guzmanes de León, del palacio ya nombrado de Monterrey o el palacio de los Condes
de Gomara de Soria…el modelo de la torre de la ochava que se halla si mismo en las casas
consistoriales de Alicante, en el Ayuntamiento de León, y aquí y alli hay detalles inspirados
en el arco de San Gil de Burgos, en el Alcazar de Toledo, en el patio de las escuelas menores
de Salamanca, en San Marcos de León, en el entresuelo del palacio arzobispal de Alcalá de
Henares, en el pulpito grande de la catedral de Palma de Mallorca, otro recuerdo de la Baleares
son las mayólicas que decoran el ático…”
“ …Como principal elemento decorativo del coronamiento de la obra he adotado el llamado
escudo imperial de Carlos V que resume toda la grandeza de la época en que se inventó y que
también encaja en san Gregorio y en San Pablo de Valladolid o en el monasterio del Parral
de Segovia …y que sobre todo despliega toda su magnificencia heraldica y decorativa de la
puerta visagra de Toledo, este es el que escogi como coronamiento de la tribuna de la calle de
Entre Ríos, dejando para coronar la torre de la ochava que es la parte prominente del edificio,
un escudo algo mas modernizado guardado por los dos clásicos leones rematando así con el
símbolo de España grande, nuestra casa de España de Rosario de Santa Fe…”
Resulta complejo establecer una relación explícita con el código formal de los
referentes más notables del Modernismo Catalán. Si bien el uso de referencias heráldicas
podría ser una característica de esas arquitecturas, también es relativa a las lógicas de la
Academia, y en el edificio de la Asociación Española responde claramente a una idea de
identificación con el país de origen. Merece la pena resaltar que la estrategia proyectual de
la alusión asume aquí todo tipo de gesto relativo a los temas hispánicos, y la heráldica es
un tema protagónico, de ahí su posición fundamental e inevitablemente obvio de coronar
la esquina del edificio. Es interesante señalar que no siempre la heráldica aparece en
formato completo de “escudo”. En este caso las imágenes zoomorfas (águilas y leones)
participan de lugares protagónicos en la zona alta de la fachada, destacándose en el
conjunto del ornamento, y son sin duda de origen heráldico y cumplen con el mismo tipo
de función representativa de las tierras del origen de la comunidad.
162 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:157-166
Edificio Casa de España, Entre Ríos y Santa Fe. Fotografía Javier García Cano
Los balcones sobre la calle Entre Ríos, alineados en posición vertical y sobresaliendo
del paramento principal, conforman un sistema complejo de gran presencia en el
conjunto. En este segmento es remarcable la repetición de la estrategia de definir los
bordes laterales con pilares, pilastras apareadas y finalmente con columnas apareadas
en la última planta. A su vez, y retomando las prácticas del siglo XV italiano, en cada
planta hay una explícita diferenciación jerárquica y programática que se apoya en los
valores formales de los elementos del ornamento.
Si bien cierta lógica repetitiva aparece en estos diseños, los balcones son particularmente
piezas que presentan fuerte diversidad de casos y actitudes. En todo el edificio existen
varios modelos muy diferentes entre sí. Esta diferenciación se sostiene en las variaciones
del uso de la herrería y su combinación con la mampostería (balcón francés, balcón con
pretiles en voladizo, balcón con herrería con mampostería).
Los colores en la fachada se concentran en la última planta. Su materialidad está
exclusivamente dedicada al uso del revestimiento de mayólicas y coincide con la
regularidad de los vanos con arcos de medio punto como dintel. Se alternan con vanos
con carpintería y utilizan como motivo casos de la heráldica española.
Existe una gran diferencia entre el tipo y densidad de la definición del exterior respecto
de los espacios interiores. Cabe recordar que el edificio tuvo un programa complejo que
implicó la existencia de oficinas y atención al público así como viviendas multifamiliares.
En ese sentido es dable plantear que los interiores mayoritariamente no tuvieron el
mismo tipo de valoración en lo que hace a la construcción de la imagen institucional de
la “Casa de España”. Excepto por algunos locales de uso comunitario o institucional, el
tipo y densidad ornamental de la fachada no se repite en los interiores.
No es una característica exclusiva de Roca el proyectar valorizando fuertemente el
exterior. Para la mayoría de estos autores finiseculares, el exterior de un edificio era el
punto de mayor capacidad representativa, en todo caso da cuenta de la importancia de
la imagen pública de la arquitectura hacia fines del siglo XIX y principios del XX. Esta
característica pone nuevamente a Roca a cierta distancia de los casos más dogmáticos de
la arquitectura del Modernismo o las Vanguardias del siglo XIX.
La Casa de España es un claro ejemplo de la forma de proyectar en los tiempos
que hemos descrito. La estrategia de hacer referencias o aludir explícitamente a otros
edificios al extremo de reconocerlos como fuente de proyecto fue, durante muchos siglos,
el formato más utilizado por todos los autores. Esta fue la característica más determinante
para que el código clásico en arquitectura sobreviviera a través del tiempo.
La preservación de los lazos de los inmigrantes de las diferentes regiones de España con
su tierra de origen refuerza la idea de que la emigración no necesariamente implicaba una
fractura de la cual solo cabía esperar consecuencias perniciosas. Por el contrario incluía
nuevas líneas de relación y variables según el grado de integración de los emigrantes en
los países de destino y las formas de redefinición de sus propias identidades colectivas.
La obra de Roca es un ejemplo de ello y conforma la historia de una ciudad, que creció
de la mano de sus habitantes y los extranjeros, en 1914, conformaban el 45 % de los
vecinos de Rosario.
En el paisaje urbano quedaron las marcas, como expresión y testimonio de la
interacción y de la diversidad cultural. La impronta de la inmigración en general y de la
166 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:157-166
española en particular formó parte en el proceso de transformación que tienen todas las
ciudades. Estas huellas, a modo de testimonios, convierten a la arquitectura y a la ciudad
en un documento histórico para comprender los modos de vida y las expresiones de los
hombres a través del tiempo. Testimonios, que sin ninguna duda, debemos preservar
como expresión de una identidad para los rosarinos.
Bibliografía
AAVV. (2006) Ecos del modernismo catalán en el Río de la Plata. Documento de Trabajo
151. Universidad de Belgrano. Director F. Martínez Nespral. Universidad de Belgrano.
Buenos Aires. Argentina.
AAVV. (2006) Españoles en la arquitectura rioplatense: siglos XIX y XX. Coordinado por
Patricia Méndez. CEDODAL. Buenos Aires. Argentina.
AAVV. (1998) Arquitectura Latinoamericana en el siglo XX. Coordinador Ramón Gutiérrez.
Lunwerg Editores. Barcelona. España.
LIERNUR, F. 2001.Arquitectura en la Argentina del siglo XX. La construcción de la
Modernidad. Fondo Nacional de las Artes. Buenos Aires.
RIGOTTI, A.M. 2001. Los procesos de conformación y expansión urbana. En La Historia
de Rosario. Economía y Sociedad. Tomo I. R. Falcón y M. Stanley, Directores. Homo
Sapiens Ediciones. Rosario.
ROSARIO, ESA CIUDAD. 1970. Departamento de publicaciones de la Biblioteca
Constancio C. Vigil. Colección Imagen. Rosario.
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:167-171 ISSN 1852-8554
Resumen
Los atentados. Marcas urbanas es un trabajo que indaga en la historia de los edificios
de la Embajada de Israel y de la AMIA destruidos en los atentados, y en la consecuente
modificación del paisaje urbano no sólo en donde estaban emplazados, sino también allí
donde hay instituciones de la comunidad judía.
Palabras claves: Marcas urbanas / Atentados / Embajada / AMIA.
Abstract
The attacks. Urban Brands is a work that explores the history of the buildings of the Embassy
of Israel and the AMIA destroyed in the attacks, and the consequent change in the urban
landscape not only where they were located, but also where there are institutions of the
Jewish community.
Keywords: Urban Brands / Attacks / Embassy / AMIA.
Introducción
“Los atentados. Marcas Urbanas.” se inició como trabajo académico en el año 2006,
como parte de la agenda del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas
(IAA) “Mario Buschiazzo” de la Universidad de Buenos Aires. Surge de la lectura de
los resultados materiales e intangibles de los dos atentados sufridos en Buenos Aires
(Embajada de Israel, 1992 y Asociación Mutual Israelita Argentina - AMIA- en 1994), e
indaga, en un principio, en la historia de los dos edificios destruidos y de las edificaciones
que las precedieron. Lo hace a través de la documentación gráfica e histórica (fotografías
y dibujos) de fuentes diversas y de unos materiales del reconstruido archivo de la AMIA.
El material fotográfico propio incluye unas 800 fotografías tomadas en los predios
actuales, en edificaciones y calles circundantes, en cementerios comunitarios, en actos
conmemorativos, entre otros.
Los atentados, bien podemos decir que así, a secas, se los conoce en Argentina, donde
no hace falta otra identificación para hablar de ellos. Quizás no sea excesivo decir que
con el segundo atentado, el de la AMIA, en 1994, se cerró el siglo XX en el país.
1
Investigador del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, Universidad de Buenos
Aires, Argentina. ([email protected])
2
Investigador del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, Universidad de Buenos
Aires, Argentina. ([email protected])
168 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:167-171
Resulta de interés la historia de los dos edificios desaparecidos para conocer cuáles
fueron las configuraciones urbanas anteriores, sus orígenes, sus usos y sus propietarios.
Ambas edificaciones fueron tomadas como uno de los ejes del trabajo - no como la
totalidad – lo mismo que la existencia de nuevos paisajes en la ciudad de Buenos Aires
y el inicio de una práctica de modificación urbana sistemática en la mayoría de las
ciudades del país con bienes patrimoniales ligados a la comunidad judía.
Nos encontramos con un tema complejo y su condición extraordinaria ayuda a
rediscutir algunas cuestiones conceptuales: su definición como “paisaje urbano” acaso
sea la más adecuada, pero asumiendo que lo “urbano” – aún como disciplina central en
este trabajo – es una parte de lo “cultural”.
El factor cronológico
La identidad
Ambos edificios tenían una identidad en sus barrios. Pero esa identidad, luego de
los atentados, se modificó y se diferenció extremadamente, adquirió escala nacional e
internacional. Este proceso continúa en su evolución, a posteriori, con el paso de los
Cohen J. y García Cano J. - Los atentados a la Amia y a la embajada. Marcas Urbanas. 169
Material documental
En el cementerio
Marcas efímeras
Agradecimientos
A la AMIA por la atención brindada por su Presidencia, su Secretaría General, el Centro Mark
Turkow, la Oficina de Prensa y el Cementerio de La Tablada.
También a Aguas y Saneamientos Argentinos S.A por la colaboración de su Archivo, y a la
Sociedad Hebraica Argentina. A Jabad Lubavitch Argentina, a la Comunidad Judía de Rosario y a
la Gobernación de Santa Fe.
Bibliografía
Resumen
En el contexto político nacional de fines del siglo XIX se instauró un programa económico
agro-exportador, que tendió desde el gobierno nacional a impulsar proyectos de desarrollo
con inversiones de capitales extranjeros.
En 1870 es aprobado por la Provincia de Santa Fe el proyecto “Alexandra Colony”. Contrato
firmado por el gobierno y el Banco inglés J. Thomson, T. Bonar & Cia., con el objetivo de
adquirir tierras y fundar una colonia. En los primeros años las familias se asentaron en
precarias viviendas alrededor del terreno de la administración delimitado por una empalizada
de ñandubay a pique.
En este trabajo presentamos los primeros resultados de la investigación arqueológica
realizada en el asentamiento de origen inglés fundado en el último tercio del siglo XIX, en la
costa del río San Javier, en la localidad de Alejandra, Santa Fe.
Palabras Clave: Colonización, urbanización, arqueología histórica, Alejandra Colony.
Abstract
In the national political context of the late nineteenth century was set up an economic
program agro-export that tended from the national government to promote development
projects with investments of foreign capital.
In 1870 was approved for the Province of Santa Fe the project “Alexandra Colony”. The
contract was signed for the government and The Thomson Bonar & Cia. Bank, with the
objective of invest in land and establish a colony. The first years the families lived in poor
housing round the administration ground delimited by a palisade of ñandubay foundered.
In this paper, we show the preliminaries results of the archaeological research carried out
in the settlement of English origin founded in the last third of the nineteenth century, in the
cost of San Javier River, in the town of Alejandra, Santa Fe.
Key words: Colonization, urbanization, historical archeology, Alexandra Colony.
1
CONICET, Museo F. y C. Ameghino, FCEIA. UNR, Centro de Estudios de Arqueología Histórica,
FHyA – UNR [email protected]
2
Museo F. y C. Ameghino, FCEIA. UNR. 3- Centro de Estudios de Arqueología Histórica, FHyA –
UNR [email protected]
174 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:173-182
“Los registros arqueológicos se tornan una dimensión de economía política: son “signos”
de economía, de política, de estructura social, de demografía, de arte, de lenguaje, etc.
Los registros se posicionan en el seno de una convergencia epistemológica: Ciencia Social,
Economía, Historia, cuyas fronteras son imprecisas y problematizadores.” (Rocchietti, 2003).
Censos provinciales y nacionales; y por privadas las cartas enviadas por los colonos a
sus familiares y amigos; esta documentación de carácter privado, que fue recopilada y
publicada por Guido Tourn (2002/2000), por costumbre de la época se transformaba en
pública ya que eran publicadas en periódicos, como el The Standard , diario inglés con
distribución en Buenos Aires.
“En tal sentido, el trabajo conjunto de la Historia y la Arqueología Histórica pueden traer luz
sobre los hechos del pasado, fundamentalmente aquellos de “difícil lectura” tanto en el archivo
como en el registro arqueológico, sirviendo así de base para una fructífera discusión en relación
al relato o interpretaciones respecto del pasado fronterizo y las decisiones que se toman sobre
éste en el presente.” (Tamagnini et. al. 2008:306)
“El espacio representa el orden social como extensión o transformación de las divisiones
de la sociedad, establece límites determinando el contexto en el que los individuos o grupos se
encuentran, influye en la división del trabajo y reproduce actitudes frente a la producción, la
privacidad, la libertad, entre otros aspectos.” (Senatore 2007:77-78)
El Sitio La Administración
El plano ofrece mayor información del entorno geográfico y del conflicto social. Sin
embargo omite mención a las viviendas aledañas. Fue rescatado y publicado por G.
Tourn (2000).
Fig. 3. Estructura 2
178 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:173-182
Figura 5: Estructura N° 3
En los sondeos se hallaron objetos como frascos de vidrio, botones y restos de objetos metálicos y loza belga.
(Fig.6, 7 y 8)
Dosztal I. y Cornero S. - Arqueología del primer asentamiento urbano de origen europeo... 179
Figura 7: Plato de marca Boch LaLouvieré Figura 8: Plato de origen incierto. Solo se rescató parte del
.Origen Belga sello con leyenda Made…
La familia Reynolds que actualmente habita la casa halló restos de loza y botellas
correspondientes al siglo XIX (Figura 9 y 10).
El Museo histórico de Alejandra exhibe otros elementos procedentes del sitio
que fueron hallados en las primeras prospecciones (años 1996 y 1997) por G. Tourn,
S. Bidut y S. Cornero, y donados por los actuales residentes (Figura 11 y 12). En el
año 2009 I. Doztal y L. Rangone pusieron en valor el patrimonio histórico del museo,
inventariando y restaurando los elementos. (Cornero, et. al. 2009)
180 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:173-182
Figura 12: Tinteros de gres Figura 11: Botellas de gres de origen escoses.
Marca Port Dundas. Pottery Co. Glasgow 1846-1918
Dosztal I. y Cornero S. - Arqueología del primer asentamiento urbano de origen europeo... 181
Agradecemos
Gracias a años de trabajo conjunto hemos conformado un sólido equipo de investigación. Esta
investigación no sería posible sin el apoyo del presidente de comuna de Alejandra, Raúl Lovatto
y equipo, de la familia Reynolds, a la pasión de Guido Tourn y a la colaboración incondicional de
Carlos Gilli, Paula del Río, Lucía Rangone, Mónica Leyría, Sergio Acuña, Ivana Lovatto, Bárbara
Magnabosco, y Carolina Bruno.
Bibliografía
Resumen
Este trabajo presenta el avance en las tareas de investigación arqueológica en laboratorio. El objetivo
del mismo es mostrar la integridad del sitio y de la colección arqueológica. Para tal fin se desarrolla la
estrategia metodológica empleada para la construcción de datos.
El estudio del Pecio de Zencity cobra significación en el marco de la transformación del sector conocido
en la actualidad como barrio de Puerto Madero - antigua desembocadura del Riachuelo. El registro
arqueológico y ambiental de ese sector costero fue abordado de manera interdisciplinaria, implicando
diferentes grados de resolución espacial y temporal de la información. Para su estudio se desarrollaron
criterios de análisis específicos, permitiendo generar varios resultados preliminares. Se aplicaron métodos
para identificar, discutir e interpretar los procesos de formación y transformación del sitio a la luz de las
propiedades relacionales del registro arqueológico (distribución, densidad, diversidad de artefactos) y de la
información ambiental de carácter geológico, zoológico y botánico.
A partir de este hallazgo se recuperó una gran colección de materiales culturales que, por un lado,
pertenecían a la carga del barco y por otro formaban parte del registro estratigráfico del proceso de
formación del sitio.
El estudio de los materiales recuperados y de la arquitectura naval de los restos de la embarcación, nos
abren un conjunto de interrogantes y problemas de investigación, que intentaremos responder en este
trabajo, acerca de la procedencia, vías de intercambio, mecanismos de selección y apropiación, rutas de
navegación y comercio, vida cotidiana a bordo, tipo de embarcación, modelos de construcción naval y su
relación económica y política entre el puerto de salida y el de arribo.
Palabras clave: pecio, arqueología subacuática, arqueología de rescate
Abstract
This paper presents the progress in the work of archaeological research in the laboratory. The objective
is to show the integrity of the site and the archaeological collection. To that end develops methodological
strategy used for the construction of data.. The archaeological record of the environmental and coastal
area was approached in an interdisciplinary way, involving different degrees of spatial and temporal
information. For their study developed specific analysis criteria, allowing generate several preliminary
results. Methods were applied to identify, discuss and interpret the processes of formation and
transformation of the site in light of the relational properties of the archaeological record (distribution,
density, diversity of artifacts) and environmental information of geological, zoological and botanical.
From this finding was recovered a large collection of cultural materials, on the one hand, belonged
to the ship’s cargo and the other was part of the stratigraphic record of the formation of the site.
The study of recovered materials and naval architecture of wreckage, we open a set of research questions
and problems, we will try to answer in this paper, about the origin, trade routes, selection mechanisms
and ownership , shipping and trade routes, daily life aboard, vessel type, model shipbuilding
and its economic and political relationship between the port of departure and arrival.
Keywords: shipwreck, underwater archaeology, emergency archaeology
1
Docente Investigadora Escuela Antropología. Directora Centro de Estudios en Arqueología
Subacuática Argentina. FHUyAR. UNR. [email protected]
2
Docente Investigador Instituto de Arte Americano. FADU.UBA. [email protected]
3
Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.
[email protected]
184 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:183-192
Puesta en escena
Fig. 1: Plano lineal de la ciudad de Buenos Aires y su castillo y parte del Río de la Plata en 1708.
Archivo General de Indias MP-BUENOS_AIRES,38
Valentini M. P., García Cano J. y Weissel M. - Proyecto arqueológico Pecio de Zencity 185
Fig. 2: Imagen satelital del sector del hallazgo en el dique 1 de Puerto Madero (Google Earth 2009)
Cultura y frente a los marcos legales vigentes, actuó rápidamente y desde la Dirección de
Patrimonio e Instituto Histórico organizó el equipo que tuvo a cargo el proyecto por medio
del cual excavar y recuperar todos los bienes materiales que resultaran de tal acción.
Todo el trabajo se presentó enmarcado en la condición de la arqueología de rescate,
sabiendo que para los fines de la obra civil privada que se desarrollaba en el predio (y
que dio lugar al hallazgo) era muy necesario el poder disminuir al máximo los tiempos
de presencia de los materiales arqueológicos en el predio, así como para la preservación
y conservación de los bienes era fundamental que esos mismos tiempos de permanencia
in situ también fueran tan mínimos como posible. Esto planteó entonces que los trabajos
de excavación y remoción de todos los bienes fueran tan expeditivos como lo permitiera
la buena praxis arqueológica.
Frente a estos temas como definidores de un contexto al que responder, el proyecto
del Pecio de Zencity se diseñó bajo la premisa de producir la mayor cantidad de piezas de
registro posibles sumadas a la cantidad potencial de materiales a remover del sitio. En
ese sentido, se privilegió la permanente utilización de técnicas como la fotografía digital
oblicua, la fotografía digital ortogonal, la constante utilización de toma de medidas por
trigonometría, y el uso de las técnicas de relevamiento por medio de una estación total.
El objetivo fue no poner límites a las posibilidades de obtener y registrar información in
situ que permitiera a su vez la reconstrucción detallada del sitio post excavación. A lo
largo del trabajo de campo, se realizaron tareas de registro y medición bi y tridimensional
tanto en forma manual como con el uso de instrumentos de producción de datos
informáticos. Solo destacaremos en ese sentido que todas las medidas tomadas con la
estación total fueron directamente producidas para gestionar y editar por medio del uso
de computadores personales.
Dadas las condiciones del sitio, los materiales resultados de la excavación debieron
ser removidos y trasladados hacia un depósito temporal que asegurara las condiciones
ambientales necesarias para mitigar en el máximo posible el rápido deterioro que implica
el cambio abrupto de medio ambiente al pasar de la condición cuasi anaeróbica a la
exposición al aire. En el caso de los materiales orgánicos se debió además reproducir el
medio ambiente de baja exposición al oxígeno previo a su traslado fuera del predio de
la obra. Para ello, se los sumergió en agua con algunos anexos de compuestos químicos
que permitieron evitar la formación de agentes biológicos que pudieran producir otros
deterioros.
El sitio estuvo conformado por los restos de una nave naufragada en una sección muy
baja del casco junto con parte del cargamento que la misma estivaba en el momento del
siniestro y una importante cantidad de materiales variados re sedimentados en el lugar
como resultado de la existencia del pecio. Esta última componente resulta muy común
en todos los sitios originados en un siniestro de dimensiones importantes que de modo
repentino lleva a que una “objeto” termine apoyándose en el lecho de cualquier cuenca
acuífera. En el caso de este pecio, depositado en el lecho del Río de la Plata (que tiene
dinámica marítima) se repite lo que ha sucedido en muchos otros sitios en los que un
buque siniestrado se apoya en el lecho y con ello favorece la re sedimentación de otro
tipo de materiales no pertenecientes al barco. En el marco de esta descripción genérica es
fundamental comentar que los restos accesibles del pecio no con forman la totalidad de
los potenciales restos in situ. Los restos excavados y removidos del sitio corresponden a
una porción mayoritaria de lo que existente. Una porción menor del pecio fue dejada en el
sitio en el área no excavable, debido a estar bajo los pilotes de sustentación y submuración
Valentini M. P., García Cano J. y Weissel M. - Proyecto arqueológico Pecio de Zencity 187
del predio de la obra civil. Los pilotes de referencia fueron construidos como primera
acción de obra y para consolidar el suelo antes de realizar excavación alguna evitando así
todo tipo de futuro desmoronamiento. Es decir que los pilotes fueron la primera acción de
excavación en el predio y que, según comentarios de algunos operarios en el momento de
su realización, plantearon el primer contacto con los restos de madera del casco cuando
el trépano de la pilotera (máquina con la que se realizó el pozo dentro del cual se coló el
hormigón y el hierro de cada pilote) llegó a las cotas de suelo coincidentes con la posición
del pecio. El testimonio de los operarios específicamente afirma que el trépano (mecha
que tiene forma de helicoide cilíndrica) llevó a la superficie fragmentos de madera oscura
y muy dura (similar a la que compone el casco del pecio) y de cerámica. Es claro que en
el momento de la construcción de los pilotes no hubo ningún tipo de identificación de
estos fragmentos como tampoco acceso de estos datos a ninguna persona que pudiera
evaluarlos.
El pecio in situ estaba colocado con su crujía orientada casi exactamente Sur – Norte
(proa al Sur). Esto implica que su posición en momentos del siniestro el barco se asentó
con su quilla en el lecho del río y su crujía paralela a la costa y a la formación en el lecho
conocida como “el banco de Buenos Aires” (un lomo de suelo duro paralelo a la costa
que se desarrollaba por casi la totalidad del frente costero de la ciudad de Buenos Aires
hasta el momento de las obras del Puerto Madero). La situación del casco en relación a la
costa y el banco, es tomado para este proyecto como uno de los elementos de valor para
poder explicar la dinámica del siniestro. Esta localización ubica para las condiciones
geográficas del siglo XVIII al buque siniestrado en la zona Sur del frente costero de la
ciudad, en aguas abiertas y frente a una costa casi recta que corría con la orientación
Norte – Sur. Esta posición no corresponde con las conocidas según fuentes históricas con
las utilizadas para fondeo de buques.
El pecio, al momento del hallazgo, estaba escorado en su popa 49° a estribor (medidos
en el codaste) y apoyado casi totalmente en el lecho del río en esa misma banda. A
su vez, la banda de babor está en su totalidad liberada. Relacionando este dato con lo
antedicho respecto de la localización relativa a los puntos cardinales, la banda de babor
está enfrentada al Este y se desarrolla longitudinalmente de Sur a Norte. En términos
cuantitativos respecto de lo existente y en comparación con el buque completo (como en
momentos del siniestro) la banda de babor es la más deteriorada. Solo resta de la misma
la mínima porción correspondiente al sollado y sus tablas hasta la quilla. En cambio la
banda de estribor (estando mayoritariamente apoyada en el lecho) supera en el doble del
desarrollo vertical de la anterior, no llegando a la altura correspondiente a los baos de
cubierta. Se desprende así que la banda de babor además está orientada de modo tal que
indudablemente debió afrontar el embate de las tormentas con viento Este – Sur Este, y
la de estribor quedó protegida por el resto del buque.
En todo el desarrollo de la banda de babor y en algunos sectores de la de estribor
(a popa) se identificaron indicios de fuego, golpes de hacha y cortes con sierra. Los tres
tipos de acciones sobre la madera del casco son claros indicadores de vandalización. No
resulta sorpresa alguna que un buque naufragado cercano a la costa en un territorio con
población estable y sin recursos naturales como madera, roca o metal, un buque fuera
vandalizado con el objetivo de reutilizar los materiales propios con otros fines para la vida
en tierra. Madera con formas específicas resultado del trabajo del hombre (escuadrías
diversas) o la gran cantidad de hierro proveniente de un barco son sin duda alguna
de gran valor para una ciudad como Buenos Aires, carente de los mismos y con un
188 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:183-192
anteriores. Los detalles de los empalmes para piezas de maderas de gran porte (por
ejemplo en la quilla y en la sobrequilla) responden a los utilizados por los carpinteros en
el mismo período y lugares ya mencionados. La importante cantidad de hierro forjado
utilizado para tachuelas, clavos, y pernos como elementos de fijación de empalmes
corresponden a los mismos datos de potencial origen ya mencionados. Detalles como la
existencia de pernos enchavetados son característicos de la construcción naval española
(tanto para buques militares como mercantes). Las dimensiones de las piezas de ambos
materiales (hierro y madera) claramente sobredimensionadas para el tamaño total de los
restos dan cuenta de una típica característica de la construcción naval española de la
cuenca del norte.
La rusticidad de los detalles constructivos, las dimensiones generales y particulares,
junto con los materiales hallados en posición de estiva original dentro del casco,
proponen que este pecio corresponde a los restos de un buque mercante de mediano
porte (no superó los 26 ó 27 metros de eslora) y de navegación oceánica. Todas estas
características coinciden con el tipo de buque mejor desarrollado (en muchos siglos de
tradición constructiva naval) en el Cantábrico Español de tiempos modernos. Los mismos,
se caracterizaron por su enorme capacidad de navegar los océanos con muy alto nivel
de rendimiento, bajo deterioro y buena capacidad de carga. Respecto de su arboladura,
como resultado de los materiales levantados del sitio, responde a un buque de dos palos,
un mayor y un mesana. Esta afirmación resulta del hallazgo de dos carlingas, una en su
posición constructiva original y una segunda de menor tamaño encontrada por fuera de
los restos articulados del pecio pero asociada a la sección alta de la popa.
Respecto de las posibles causas del siniestro, el sitio plantea una serie de datos como
evidencia. En principio es muy notoria la rotura que tiene la quilla en su sección media
en el empalme con la sección de popa. Esta rotura que responde a un muy importante
190 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:183-192
golpe en suelo duro sin duda provocó serios problemas para el gobierno y navegabilidad
del buque. La rotura por su parte, presenta el faltante de una sección de madera de la
quilla que no fue localizada en la excavación. Esto indica con claridad que el golpe que
rompió la quilla no se hizo en el lugar en el que el buque se apoyó definitivamente en el
lecho del río, en su localización en el sitio. Sumando los dos datos, y sabiendo que una
rotura de quilla no permite largas distancias de navegación una vez sucedida, es posible
plantear que el golpe recibido por la nave pudiera haber sido en algún territorio cercano
al sitio. La costa del Uruguay es la zona más cercana (y obviamente en el mismo Río de
la Plata) que posee la característica de suelo de roca.
Según los registros suministrados por la geología respecto de la profundidad del río en
la zona del actual sitio en el siglo XVIII y el potencial tamaño (y especialmente el calado)
del buque completo, es muy probable que el barco una vez deteriorado por la rotura de la
quilla, no haya llegado a depositarse en el lecho por hundimiento y en cambio haya sido
por una varadura. La posición del pecio (paralelo a la costa y al banco como se describió
más anteriormente) es un claro indicador de una posición que planteó su pérdida como
nave operativa pero que no tenía suficiente profundidad como para hundirse, pero a
su vez que no se depositó en el lecho con control de la situación. En este sentido es
necesario aclarar que si un capitán de un buque hubiera decidido varar como medio para
salvar su tripulación carga y nave, y lo hubiera hecho con gobierno de la misma, hubiera
intentado colocarla tan perpendicularmente como hubiera sido posible, pero nunca de
forma paralela. Esta ubicación en el sitio determinó la imposibilidad de recuperar una
nave varada apoyándose y escorándose de modo tal que no es posible de retirarla de
esta posición. De ahí que la nave convertida en pecio haya presentado en el momento
de la excavación parte de la carga en su posición de estiva. La situación del paralelismo
a la costa y especialmente con una banda que sobresalió de la superficie del río y que
terminó en posición Norte – Sur, es decir de frente al Este, implica que fue una nave que
se sometió al viento y posiblemente de gran magnitud de esa orientación, el mismo que
define el nombre de las más importantes tormentas en el Río de la Plata, las “Sudestadas”.
La colección producto del sitio se completa (aparte del casco y sus diferentes partes)
con restos del cargamento original y materiales abordo, así como materiales producto de
la dinámica de sedimentación del río promovida por la existencia del buque naufragado.
Respecto de los materiales inorgánicos se contabilizan la gran variedad de cerámica de
la que en su mayoría corresponde a los contenedores de carga, pero también responde
a otros usos como vajilla, y otros contenedores de materiales para la vida cotidiana en
tierra tanto como abordo. Hay herramientas metálicas (para labranza de la tierra como
para la carpintería), anillos de sujeción para toneles y barriles, pipas, piezas de artillería
de hierro (4 cañones), lingotes de hierro, monedas de cobre y rocas del lastre. Entre
los orgánicos hay una enorme variedad y ejemplares de cabos, piezas de reemplazo y
reparación de las jarcias de abordo, textiles, correspondientes a lo embarcado. Como
materiales correspondientes al proceso de re sedimentación del río hay una enorme
colección ósea animal, así como fragmentos de cerámica y material malacológico que
podemos interpretar como no pertenecientes a un contexto primario sino producto de
la dinámica fluvial y por ende de la transformación del sitio, formando parte del registro
estratigráfico del proceso de formación del mismo.
La totalidad de los materiales, han sido trasladados del sitio original a la Dirección de
Patrimonio para su tratamiento de conservación y estudio en gabinete. El casco (partes
articuladas y sectores separados) fue trasladado para su re-enterramiento. La colección
Valentini M. P., García Cano J. y Weissel M. - Proyecto arqueológico Pecio de Zencity 191
Bibliografía
Resumen
En el presente trabajo planteamos formar una tipología de los ladrillos utilizados en las
construcciones en el Pueblo de San José de Flores. Desde sus inicios en 1808, hasta
principios del siglo XX. Los datos obtenidos de los artefactos hallados se contrastan con
ladrillos actuales y de referencia obtenidos en museos de la ciudad. Los sitios analizados se
ordenan en una cronología alrededor de tres periodos distintivos del Siglo XIX. A partir del
planteamiento de este análisis se puede inferir un marco arqueológico en el estudio de las
utilizaciones de estos materiales en el pueblo de San José de Flores.
Palabras Claves: Pueblo de Flores-Materiales de construcción-Tipologías-Cronologìa.
Abstract
In this paper we propose to create a typology of the bricks used in buildings in the town
of San José de Flores. Since its inception in 1808 until the early twentieth century. The
data obtained are compared with existing bricks and in relation to references to data from
museums in the city, it is intended to place them into a chronology based on historical data
and work on such sites before. Based on certain characteristics in relation to the widths,
length, thickness, more or less frequent inclusions.
Key Words: Town of San José de Flores -Bricks-Typology-Chronology.
El pueblo de San José de Flores nace en 1806 en una zona geográfica y socialmente
estratégica. Geográficamente el área que ocupaba era intermedia. En la parte alta se
ubica el casco del pueblo y pertenece al mismo sistema orográfico que conforma una
meseta cruzada por dos arroyos, el Maldonado y el Cildañez. Allí se encuentran los suelos
mejor drenados, ideales para el cultivo de flores, hortalizas y frutales (Ciliberto 2004).
Por este pueblo cruzaba el camino real que unía al puerto de Buenos Aires con las
demás tierras y pueblos del territorio. Flores era el centro urbano más cercano a Buenos
Aires y tenía un importante protagonismo en el abastecimiento de la ciudad.
Con la llegada del ferrocarril en 1857 y la posterior aparición del tranvía en 1871,
familias patricias y militares de alto rango de la ciudad de Buenos Aires, construyeron
sus casas de recreo para descansar en este creciente pueblo. En 1888 el pueblo de San
José de Flores se anexó a la ciudad de Buenos Aires y se conformo en parte indisoluble
de ella.
1
[email protected] - [email protected]
Proyecto de Arqueología en San José de Flores
196 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:195-202
Los artefactos que en este trabajo se analizan provienen de distintos sitios que han
sido excavados durante distintas campañas arqueológicas llevadas a cabo durante los
años 2006-2009 en el proyecto Arqueológico Flores de FFyL UBA Dirigido por Ulises
Camino.
Los artefactos hallados fueron clasificados y agrupados en el orden de tierras cocidas,
objetos hechos en arcilla endurecida por cocimiento a altas temperaturas. Dentro de esta
clasificación encontramos artefactos con forma regular rectangular con seis caras planas,
manufacturados manual o industrialmente y dando por resultado lo que comúnmente se
conoce como ladrillos.
En los distintos sitios se determinaron las dimensiones de ancho, largo y grosor,
siendo este último del que se pueden obtener mayor cantidad de datos de los grupos
existentes debido a la gran fragmentación de los materiales.
Planteamos tres periodos históricos para ordenar los sitios y por lo tanto los artefactos
encontrados en ellos. A partir de aquí compararemos las distintas medidas de los
materiales encontrados en los distintos sitos con piezas rescatadas y con otras piezas
pertenecientes a colecciones privadas como la del Museo comunitario de Floresta.
Aclaramos que las similitudes y diferencias que se evidencian en las comparaciones de
los materiales de distintos sitios son, por el momento, aproximaciones generales. Desde
ya no podemos armar una tipología exacta pero si aproximarnos a distintas tendencias
de diseños de los ladrillos que se llevaron a cabo en distintas épocas, esta tendencia esta
manifestada en el registro arqueológico y por lo tanto puede ayudarnos a ordenarla en
Orsi J. P. y Hanela J. E. - San José de Flores a través de sus ladrillos. 197
el tiempo. Lo que aquí se propone es encontrar estas tendencias y generar en base a ella
una cronología de los materiales hallados.
Aquí podemos ubicar el sitio “Casa Millán” que data de 1822, en este sitio fueron
rescatados unos pocos fragmentos y piezas de ladrillos. Las medidas de las piezas
presentan un grosor de 6cm y 4cm, un largo de 42cm y 35cm; y un ancho de 21cm y
17,5cm respectivamente. Se destaca que estas dos piezas presentan una pequeña capa
de cal y pintura rosada, esto indica que pertenecían a un muro cubierto por una capa de
revoque. Unos pocos fragmentos, que también fueron rescatados, presentan un grosor
promedio de 6cm. Estas medidas son similares a ladrillos utilizados para la construcción
de la iglesia del Pilar (Schavelzon,1991) y su convento, que datan entre 1715 y 1737.
Estos ladrillos presentan dimensiones de 44cm por 21cm por 7cm de espesor.
tienen dimensiones que varían entre los 22cm y 25cm, con un ancho entre 13cm y 15cm,
y espesores que varían ente los 5,3cm y 6,8cm (Hanela-Orsi MS).
3
Sitio P/F Ancho Largo Grosor Período Volumen (cm ) Procedencia
Rodríguez Villisac 128 13 25 5,3 Antes de 1857 1723 Capa
Rodríguez Villisac 129 13 22 5,2 Antes de 1857 1487 Capa
Rodríguez Villisac 130 13 25 5,4 Antes de 1857 1755 Muro
Rodríguez Villisac 131 13 25 5,3 Antes de 1857 1723 Muro
Rodríguez Villisac 134 13,8 28 5,9 Antes de 1857 2278 Piso
Rodríguez Villisac 135 13 25,5 5,2 Antes de 1857 1704 Capa
Promedios 13,1 25,1 5,4 1776
Cuadro 2: piezas de ladrillos cuantificados del sitio “Rodríguez Villisac”
En esta segunda etapa podemos ubicar varios sitios que han sido estudiados. Uno
de ellos es el sitio llamado “Corralón de Floresta”, este data de fines del siglo XIX, mas
precisamente la estructura fue levantada en 1880 y formó parte de una quinta de
descanso, hasta que en 1911 pasa a ser parte de la Municipalidad de Buenos Aires en
calidad de corralón de carros y caballos. Aquí fueron hallados gran cantidad de fragmentos
de ladrillos (N 100) con un grosor promedio de 4,5cm, debido a la gran fragmentación
que presentaban las piezas se pudo analizar sólo el grosor como principal indicador (ver
cuadro 3).
Sitio: Corralon
10
8
6
4
2
0
17
19
21
23
25
27
29
31
33
35
37
39
41
43
45
47
49
51
53
55
57
59
61
63
65
67
69
71
73
75
77
79
81
83
85
87
89
91
93
95
97
99
1
3
5
7
9
1
3
5
7
10
10
10
10
10
11
11
11
11
Sitio: Corralon
presentan un espesor mayor a los 6cm y tres fragmentos tienen un grosor de 2cm, pero
la mayor cantidad de fragmentos presentan un grosor entre 4cm y 5,5cm.
Otro sitio importante que se ubica dentro de este período es “La Moyosa”, también
era una antigua quinta que data de la década de 1880. Los ladrillos encontrados (N 20)
presentan medidas muy variadas (ver cuadro 3). Si bien, también tienen un grado alto
de fragmentación, pudieron cuantificarse todas sus medidas solo a 2 piezas, a unas 17
se les tomó el total del ancho y en todas se tomó el grosor. La primera de las piezas tiene
2520cm3 y la segunda pieza tiene 2092cm3.
Así también se rescataron unas pocas piezas (N 2) del sitio “Nazca 313” perteneciente
a fines de este periodo, el cual comprende medidas de 14cm x 31cm x 6.3cm, 2734cm3
la primera y 14.5cm x 31cm x 5.8cm, 2607cm3 la segunda pieza.
200 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:195-202
Discusión
A grandes rasgos los sitos mas antiguos presentan más cantidad de ladrillos con
medidas mayores que dan por resultado un alto volumen de pasta utilizada, en cambio
los más tardíos presentan una mayor cantidad de ladrillos donde las medidas de largo,
ancho grosor y por lo tanto su volumen tienden a reducirse. También se evidencia que
la mayoría de los sitios presentan grosores de ladrillos con medida promedio de 4,5cm y
anchos entre 12cm y 14cm.
En relación a los tipos de inclusiones y a la porosidad presente en los ladrillos
analizados se evidencia distintos materiales utilizados como antiplásticos (ramas
pequeñas, feldespatos, arenas). En todos los sitios analizados se encontró cierta similitud
en el tipo de oxidación caracterizada por no ser uniforme en la mayoría de los casos, por
lo cual se supone que la producción no era realizada en serie.
grosor
10
9,5
9
8,5
8
7,5
7
6,5
6
5,5
5
4,5
4
3,5
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
0 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200
grosor
Vale aclarar que a medida que pasó el tiempo en San José de Flores y debido al
proceso de urbanización rápido que protagonizó la ciudad, fueron incorporados en los
sitios presentados, distintas medidas de ancho de 14cm, largo 22cm y grosores que van
entre los 3cm y 5cm y que predominan en el registro.
Puede notarse que dentro del ámbito del Pueblo de San José de Flores un proceso
poco uniforme de estandarización en la producción de ladrillos, como así también se
plantea que sucedió en la Ciudad de Buenos Aires (Schavelzon, 1991). Esta relación
puede depender a la variabilidad de los fabricantes nacionales (en la Ciudad para 1810
había 14 ladrilleros trabajando y se fue incrementando esta cantidad) y en menor
proporción extranjeros los cuales al utilizar distintas unidades de medidas y la falta de
una restricción estándar en la producción de ladrillos conlleva a una elevada dispersión
en la muestra hallada. Aún así en los sitios analizados dentro del Pueblo de San José de
Flores puede verse un proceso de cambio en este tipo de material como puede notarse
un acortamiento del largo a través de los tres periodos analizados. Los ladrillos de los
202 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:195-202
sitios analizados en este trabajo es difícil ubicarlos dentro de una cronología, debido a
su elevada dispersión y variabilidad en las medidas lo cual presenta un problema difícil
a la hora de armar una cronología basada en el presupuesto de ladrillos más grandes,
ladrillos más antiguos. Pero ellos se comprenden dentro de una tendencia a encontrar
mayor cantidad de ladrillos, en los sitios cercanos a fines del siglo XIX, con medidas
que son menores a las medidas de los sitios más antiguos dentro del marco de análisis
del Pueblo de San José de Flores. Dentro de esta tendencia en relación a la reducción
de las medidas de las piezas analizadas, puede notarse un acortamiento, a pesar de
la elevada dispersión en ellas, en las medidas de largo y ancho, lo cual es difícil de
observar en el grosor. Los sitios analizados se comprenden dentro de un contexto de
urbanización en el Pueblo de San José de Flores y su inclusión en la Ciudad de Buenos
Aires en 1888 (Cunietti-Ferrando, 1991) por lo cual se puede suponer un proceso hacia
una estandarización en la producción de los ladrillos utilizados en el Poblado.
Bibliografía:
Resumen
El presente trabajo de carácter preliminar tiene como objetivo establecer una correlación cronológica a
partir del análisis del material cerámico entre los sitios “Corralón de Floresta” y “Plaza Pueyrredón”. La
comparación entre estos sitios se realizó en base a que ambos son resultado de procesos de nivelación y
elevación de los terrenos con rellenos compuestos por basura y ceniza proveniente de “la Quema”. Para
dicho fin, se han analizado los tipos de loza (creamware, pearlware y whiteware), porcelana y cerámica
roja; sellos y marcas y presencia de termoalteración en las piezas.
Palabras Clave: cronología - cerámica - relleno - quema
Abstract
This preliminary work is to establish a chronological correlation from the analysis of ceramic material
between the sites “Corralón of Floresta” and “Plaza Pueyrredón.” The comparison between these sites was
made on the basis that both sites are the result of leveling and elevation of the land with fillers composed of
garbage and ashes from the “Quema”. To this end, we have analyzed the types of earthenware (creamware,
pearlware and whiteware), porcelain, redware, seals and tags, and presence of thermal alteration in the
pieces.
Keywords: chronology - ceramics - filling - burn
Introducción
1
Proyecto Arqueológico Flores, FFyL, UBA, Buenos Aires, Argentina. [email protected]
204 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:203-211
Los Sitios
Corralón de Floresta
En el sitio “Corralón de Floresta” (Camino, 2009) se han realizado excavaciones
entre los años 2006 y 2008 durante las cuales se han abierto dos grandes unidades de
excavación, de los cuales solo se considera la Unidad 1 en el presente trabajo. En dicha
Unidad, entre 2006 y 2007, se excavaron siete cuadrículas con la técnica decapage, la
cual permitió reconocer y registrar la estratigrafía y recolectar prácticamente la totalidad
de los materiales hallados y registrar su ubicación.
La estratigrafía bien definida permitió inferir que el sitio “Corralón de Floresta” fue
resultado de un solo episodio de relleno con residuos provenientes de la “Quema” que
se realizó entre los años 1911 y 1912, momento en el que la Municipalidad adquiere
los terrenos con el fin de realizar obras para el posterior funcionamiento como corralón
(Memoria municipal, 1912)
Plaza Pueyrredón
En el sitio “Plaza Pueyrredón” (Camino y Mercuri, 2005), conocida también como Plaza
Flores, durante las obras de remodelación del lugar, en el 2003 se realizaron tareas de
rescate arqueológico. Las mismas fueron restringidas por limitaciones de tiempo y lugar.
La estratigrafía se encontraba gravemente alterada debido a la actividad de máquinas
retroexcavadoras y además, la recolección de material debió verse sesgada por la
visibilidad y la obtrusividad de los materiales (Wandsnider y Camilli, 1992). En este sitio,
a diferencia del anterior, se sabe que hubo diferentes episodios de relleno conformados
por ceniza de residuos provenientes de la “Quema”.
En vista de que el material extraído no tiene indicaciones de estratigrafía, por la
condición de rescate de la excavación, y producto de varios rellenos de ceniza, resulta de
gran necesidad establecer una cronología relativa del mismo.
Metodología
Para realizar un análisis comparativo entre los conjuntos cerámicos de ambos sitios
sólo se ha considerado a aquellos materiales que han podido ser identificados como
vajilla.
En el sitio “Corralón de Floresta” el episodio de relleno con residuos dio como resultado
una capa de ceniza de materiales altamente termoalterados que se corresponde con el
nivel 2. Además, debido a procesos de floraturbación (Waters, 1992), en los niveles 3 y 4
también se ha encontrado material arqueológico con diferentes grados de termoalteración.
Por lo tanto, a los fines de nuestro análisis, se han considerado los materiales cerámicos
encontrados en los tres niveles. El total de piezas cerámicas identificadas como vajilla en
dichos niveles es de 542.
Para el sitio “Plaza Pueyrredón” se ha tomado en consideración el nivel “Superficie”,
conformado por la capa gravemente alterada por la acción de las máquinas
retroexcavadoras, la cual posee material arqueológico con presencia de termoalteración.
En la misma se han identificado 1060 piezas correspondientes a vajilla.
Se ha decidido para este último sitio tomar una muestra al azar del 20% del total
de piezas identificadas como vajilla provenientes del nivel “Superficie”, por lo que, para
este trabajo el total de piezas analizadas es de 232. En cambio para el sitio “Corralón de
Floresta” se ha considerado la totalidad de las piezas.
Alí S. G., Castiglioni M. V. y Vigliocco D. L. - Análisis comparativo entre dos conjuntos... 205
“CORRALÓN DE
“PLAZA PUEYRREDÓN”
FLORESTA”
Total de piezas 1060
542
Muestra analizada 232
De acuerdo a nuestro objetivo, las variables que se han utilizado como indicadores
temporales para comparar los conjuntos cerámicos de ambos sitios han sido las siguientes:
Para diferenciar los tipos de pasta y variedades de loza se utilizaron como referencia
los criterios propuestos por Schávelzon (1991 y 2000). Se consideró que una mayor
proporción de loza whiteware y pearlware y de cerámica roja indicarían una cronología
más antigua, mientras que una mayor cantidad de loza whiteware y porcelana reflejarían
un momento más moderno.
Los sellos y marcas de la loza y la porcelana se investigaron consultando catálogos en
línea (www.oldandsold.com y www.porcelainmarksandmore.com).
Las marcas de termoalteración se analizaron de manera macroscópica.
Resultados
Tipos de pasta
La comparación de los porcentajes de cerámica roja, loza y porcelana resultan de
gran importancia para el reconocimiento de un rango temporal ya que altos porcentajes
de cerámica roja y loza creamware y pearlware indican contextos de mayor antigüedad,
en cambio índices altos de loza whiteware y porcelana indican contextos más modernos.
A continuación presentamos los resultados del análisis en ambos sitios. El resultado
obtenido en “Corralón de Floresta” es el siguiente:
CORRALÓN DE CERÁMICA
LOZA PORCELANA
FLORESTA ROJA
CANTIDAD DE
451 31 60
PIEZAS
PORCENTAJE 83,21 5,72 11,07
Tabla 1. Tipos de pasta cerámica en “Corralón de Floresta”
206 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:203-211
PORCELANA
11%
CERÁMICA
ROJA LOZA
6% CERÁMICA ROJA
PORCELANA
LOZA
83%
Gráfico 1. Tipos de pasta cerámica en “Corralón de Floresta”
PLAZA CERÁMICA
LOZA PORCELANA
PUEYRREDON ROJA
CANTIDAD DE
177 1 56
PIEZAS
Los dos sitios analizados presentan proporciones similares de loza aunque se observa
en “Plaza Pueyrredón” un porcentaje mayor de porcelana, lo cual indicaría una cronología
más moderna que en “Corralón de Floresta”. La proporción casi nula de cerámica roja
en “Plaza Pueyrredón” puede ser explicada como resultado de la baja visibilidad de este
material durante el proceso de excavación de rescate.
Por otro lado, se han distinguido tres variedades de loza: creamware, pearlware
y whiteware. Los porcentajes de dichas variedades encontrados en los registros
arqueológicos de los sitios son los siguientes:
Grafico 4. Evolución de la
presencia de variedades de lozas
en contextos hogareños urbanos
entre 1760-1910
208 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:203-211
A partir de los resultados obtenidos se puede inferir que “Plaza Pueyrredón” posee
rellenos que resultan anteriores, contemporáneos e incluso posteriores a “Corralón de
Floresta”. Vale aclarar, que los resultados en “Plaza Pueyrredón” no deben ser entendidos
como contradictorios sino como indicadores de diferentes temporalidades consecuencia
de rellenos realizados sucesivamente desde fines de siglo XIX hasta principios del siglo
XX. Por lo tanto, el rango temporal de los materiales cerámicos analizados de “Plaza
Pueyrredón” se ubicaría aproximadamente entre 1870 y 1920. Dicho rango se condice
con las curvas de evolución de la presencia de loza en contextos domésticos (Schávelzon,
1999) en gráfico 4.
Sellos y marcas
La identificación de los sellos proporciona información tanto temporal como de
procedencia de las muestras cerámicas analizadas. En el caso de “Plaza Pueyrredón” los
sellos e inscripciones encontrados han sido seis en el caso de las lozas y cinco en el caso
de la porcelana, de los cuales se han identificado cuatro y dos respectivamente.
Entre los que se han identificado pueden mencionarse los siguientes:
Termoalteración
El tratamiento de los residuos varió a través del tiempo en la Ciudad de Buenos Aires
(Paiva, 2006; Prignano, 1998). A partir de 1860 comenzó a utilizarse un nuevo proceso en
el tratamiento y depositación final de los residuos en la Ciudad de Buenos Aires conocido
como la “Quema”. El proceso consistía en la depositación de los residuos en un terreno
de Parque Patricios y posteriormente se quemaba a cielo abierto en unas parrillas de
hierro. Seguidamente, la escoria y la ceniza eran utilizadas por la Municipalidad para
el rellenado de terrenos bajos. Esta práctica se extendió hasta principios del siglo XX.
Posteriormente en 1910 se optó por la incineración total o cremación total en hornos,
siendo el primero ubicado en Pompeya (antiguo sitio de la “Quema”). Vale aclarar que
para el año 1912 la basura continuó tratándose por el sistema de “quema a cielo abierto”
(existiendo un total de cuatro vaciaderos en la Ciudad de Buenos Aires).
Ahora bien, sabemos que ambos sitios han sido productos de tareas de elevación y
nivelación utilizando como relleno los residuos. Sin embargo, notamos que el porcentaje
de material termoalterado varía en cada caso.
Por un lado, sabemos según fuentes históricas que el “Corralón de Floresta” fue
rellenado en un solo episodio aproximadamente entre 1911 y 1912. El porcentaje de
material termoalterado en dicho sitio es mayor en comparación al otro sitio. De este
modo, siguiendo lo dicho más arriba podríamos decir que su relleno fue producto de la
incineración en hornos, ya que la temperatura alcanzada es mayor que en sistema de
“quema a cielo abierto”, por lo que los materiales cerámicos sufren más termoalteración.
Por otro lado, el porcentaje de material termoalterado en “Plaza Pueyrredón” es menor
con respecto al “Corralón de Floresta”. Podríamos suponer que se trata de un sitio que
Alí S. G., Castiglioni M. V. y Vigliocco D. L. - Análisis comparativo entre dos conjuntos... 209
sufrió varios rellenos en diferentes épocas. Se debe tener en cuenta que el nivel “Superficie”
presenta un palimpsesto debido a la acción de las máquinas retroexcavadoras con lo cual
no se pueden determinar en forma absoluta como se sucedieron los eventos de relleno. El
material que está sin termoalterar posiblemente habría provenido de la “la quema a cielo
abierto” (la temperatura que alcanza no es tan elevada como en los hornos, por lo tanto,
una gran cantidad de material no alcanza a sufrir termoalteración). Significativamente,
las piezas creamware y pearlware no están termoalteradas.
En conclusión, una explicación posible sería que las diferencias encontradas en
los porcentajes de termoalteración entre los sitios podría ser resultado de diferentes
metodologías utilizadas en el tratamiento de residuos.
Conclusión
Agradecimientos
Especialmente agradecemos al Lic. Ulises A. Camino por aportar los materiales e información.
Además, agradecemos a los miembros del equipo del “Proyecto Arqueológico de Flores” por su apoyo.
Fuentes
Blibliografía
Resúmen
En la América Latina post colonial la circulación de bienes prosiguió utilizando ciertas
rutas preestablecidas que continuaron vinculando a países como la Argentina al comercio
colonialista. A partir de este sistema de intercambio la dependencia de éstos países con
respecto a los llamados “países centrales” no mermó. Tanto los diseños como los materiales
para la construcción de las edificaciones de las clases altas de la Argentina eran traídos
desde el exterior con un gran auge en el periodo 1880 - 1930.
Este trabajo se focalizará en algunos materiales vinculados a la construcción, de procedencia
europea, hallados en provincia de Buenos Aires y la utilización de bibliografía para demostrar
la aparición reiterada de éstos mismos materiales o semejantes en diversos lugares
americanos.
Se analizarán materiales encontrados en PZ1, denominación correspondiente a la estructura
de una cisterna situada en la provincia de Buenos Aires en el partido de Morón.
Palabras Clave: materiales de construcción, circulación de bienes, dependencia, elites.
Abstract
In the postcolonial Latin América the goods circulation continued through certain routes
which linked countries like Argentina to the colonial trade. From this system of exchange
dependence of this countries referd to as “core countries” did not decrease. Many of the
designs and materials for the construction of buildings of the upper classes in Argentina
were brought from the exterior by a great summit in the period 1880 - 1930.
This work will be focused in the analyses of some materials linked to the construction, found
in province of Buenos Aires and the utilization of bibliography to demonstrate the repeated
appearance of these, the same materials or similar, in diverse places.
Materials will be analyzed found in PZ1, name corresponding to the structure of a cistern
placed in the province of Buenos Aires in the county of Moron.
Key Words: materials of construction, traffic of goods, dependence, elites.
Marco Conceptual
1
Miembro del Centro de Investigaciones Precolombinas. Inst. Sup. J. V. González. Buenos Aires.
214 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:213-228
La Situación Mundial
La Situación Argentina
exportador estaba relacionado con el desarrollo del capitalismo internacional. Los países
industrializados tenían una mayor demanda de alimentos para sus trabajadores y de
insumos para las fábricas, la cual se satisfacía mediante el intercambio de sus bienes
manufacturados por los insumos necesarios (Rocchi 2000).
En 1880 se comenzó a producir trigo a gran escala, se necesitó mayor cantidad de
mano de obra. Comenzaría en este periodo la masiva llegada de inmigrantes europeos.
Con respecto a la ganadería, su expansión constó de tres etapas. Primero se derrotó y
destruyó a las tribus que ocupaban los territorios de las pampas aptos para la cría del
ganado. Luego se cercaron los terrenos, reduciendo el número de trabajadores necesarios
para el cuidado del ganado. Finalmente hubo una sincronización entre los ranchos y
las fincas agrícolas, que se daban en arrendamiento a los inmigrantes. Los cultivos en
rotación producían trigo para exportar y alfalfa para el ganado. (Wolf, 2006)
Otro fenómeno en creces fue la construcción de vías ferroviarias por parte de empresas
inglesas, dichos ferrocarriles estaban destinados a la circulación de mercaderías en
forma extractiva, ya que el “capital extranjero tenia pues una fuerte incidencia en la vida
económica del país y contribuía a diseñar su perfil agro exportador” (Rapapport, 1984:184).
La Arquitectura En La Argentina
a) Tipos Constructivos
En el periodo postcolonial o pre liberal posterior al fin del Virreinato, juntamente
con las ideas francesas e inglesas, se importaron usos y costumbres, entre ellos
nuevos modos constructivos Desde las primeras décadas del siglo XIX, se fueron
imponiendo nuevas ideas respecto al diseño urbano y las formas. Las élites post-
revolucionarias miraron hacia Francia en busca de inspiración para los puentes,
caminos y edificios públicos que consideraban indispensables para la nueva república.
En la década de 1820, por iniciativa de Rivadavia llegaron al país los primeros ingenieros
franceses contratados especialmente por el nuevo gobierno. Charles Henri Pellegrini
(1800-1875) (Nuevo Teatro Colón), Pierre Benoit (arquitecto constructor de planos en
el departamento de ingenieros y director del departamento topográfico, Pedro Benoit (h)
(1836-1897) tuvo actividad relevante desde la función pública siéndole encomendado el
trazado urbano y la construcción de varios edificios de la nueva capital de la provincia de
Buenos Aires. La influencia francesa se extiende también al diseño urbano, la decoración
de interiores y también al paisajismo, particularmente importante fue la tarea llevada
a cabo por Charles Thays (1849-1934) (Jardín Botánico, el Parque Centenario, Parque
Palermo y diversas parquizaciones en espacios públicos y residencias privadas) (Martini
y Pena, 1967). Llegaron a importarse edificios enteros mediante la contratación de un
arquitecto francés que realizaba el diseño en París y enviaba los planos y materiales a
Buenos Aires.
b) Materiales de Construcción
Ladrillos:
La fabricación durante la colonia dio comienzo al principio del siglo XVII. En 1608
el tejero Francisco Álvarez, solicita al Cabildo autorización para fundar el que sería el
primer horno de ladrillos. José Martínez Salazar en 1667 construyó un horno para las
obras del fuerte. También hubo ladrillos importados de Brasil: en 1622 la Compañía de
216 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:213-228
Jesús los trajo para su iglesia y convento. Ya en 1810 se habían censado 14 ladrilleros
en la ciudad de Buenos Aires.
Antecedentes
En Parque Lezama, ciudad de Buenos Aires, en lo que fue una finca, hoy Museo
Histórico Nacional: azulejos Pais de Calais y tejas francesas, aparte de otros objetos de
uso ingleses, holandeses y españoles. La mayor parte de los materiles pertenecen al siglo
XIX (Schávelzon y Lorandi, 1989).
Las cúpulas de la Catedral de Quilmes, construida en 1878, poseen azulejos Pais de
Calais (Grondona, s/f).
La antigua ciudad de Federación o Vieja Federación, Entre Ríos (1847), fue una
ciudad que conoció un momento de apogeo a fines del siglo XIX debido a su ubicación
como cabecera ferroviaria. En 1979 fue inundada por la construcción de la represa Salto
Grande. En el rescate efectuado se recuperaron tejas francesas Marsellesas marca Pierre
Sacoman y “Ferdinand…” de Aubagne, baldosas de tierra cocida de la región de Aubagne
y baldosas o mosaicos hidráulicos franceses (Catullo y Roa, 2008)
En el actual bosque de la ciudad de La Plata, donde se encontraba una estancia
perteneciente a la familia Iraola de mediados del siglo XIX, en un pozo de descarte, se
halló una teja francesa Pierre Sacoman con el motivo de un ancla en relieve y una baldosa
del mismo origen en pasta amarilla decorada con tres franjas en color amarillo, marrón
y rojo ocre (Giovannetti y Lema, 2007). Otras estancias, de mediados del siglo XIX, en la
provincia de Buenos Aires, en el partido de General Madariaga, en las cuales podemos
encontrar materiales de este tipo son: Juancho viejo y La Unión. En ambas edificaciones
las tejas que se utilizaron para su construcción fueron importadas de Francia (Secretaría
Turismo Gral. Madariaga).
En la ciudad de Mercedes, en las excavaciones realizadas en lo que fuera un hotel de
estilo pintoresquista de mediados del siglo XIX se hallaron, además de objetos cotidianos
importados, tejas francesas, azulejos Pas-de-Calais. A parte, en este sitio se pudo
de Haro M. T. - Algunos materiales para la construcción y su origen entre 1880 y 1930... 217
observar la cúpula de un aljibe similar a la que debió haber tenido el PZ1 (Schávelzon y
Frazzi, 2008:40)
En Concepción del Uruguay, Entre Ríos, encontramos una fuente de azulejos Paláis
de Calais en lo que hoy es el Museo “Casa de Delio Panizza”, inicialmente construida en
1793 y remodelada en 1928. (www.concepcionapleno)
En la Mansión Seré, construcción de principios del siglo XX, también ubicada en el
partido de Morón se han encontrado baldosas, azulejos y tejas de origen francés, con
sellos de diversas fábricas.
deposito de basura (muchos relatos, por lo general de niños, recuerdan haber enterrado
a sus perros allí), de objetos robados (tratándose de autos, armas, municiones, etc.), de
“tesoros ocultados en los aljibes” (todos asociados con la antigua propiedad de Rosas
y posteriormente de la familia Martínez de Hoz), de “armas”, de desecho hospitalario
proveniente del “Posadas”, etc. Es un terreno con múltiples ocupaciones y funcionalidades
a través de los siglos XIX y XX.
La Historia
La excavación
Metodología
• Una vez definido el sector a intervenir se planteó una cuadrícula de 3,30 m de lado,
orientada hacia el Norte -a los 12º en sentido antihorario del Norte magnético-, y
se realizó una recolección de superficie del entorno inmediato dando inicio a la
excavación.
• Se estableció un nivel “0” artificial de guía de excavación cercano al sector de las
estructuras a relevar, siendo el mismo a los 7cm del piso existente.
• Se excavó por niveles artificiales, cambiando cada 25 cm de profundidad el nivel
de extracción.
• Se observaron los cambios en el sedimento en las extracciones de los niveles
artificiales.
• Se relevaron los cambios en la coloración y en la composición, se determinó las
superficies que abarcan, las profundidades alcanzadas, las características que
presentan y luego, en laboratorio se evaluaron en conjunto los niveles y extracciones
determinando asociaciones y diferencias.
de Haro M. T. - Algunos materiales para la construcción y su origen entre 1880 y 1930... 219
• Para el cálculo de volumen extraído por día y por nivel, se hace un conteo de baldes
de excavación.
Los Niveles
Episodio II: material que podría provenir del Hospital Posadas. En su mayoría se trata de
fragmentos de vidrio, frascos grandes y pequeños, agujas y jeringas. Parte del material
estaba quemado; podría ser el desecho de la incineración en los hornos del Hospital
o el producto de quemado posterior a la depositación. Si bien este relleno estaba muy
revuelto y mezclado, dentro del mismo se encontraron monedas de la década de 1970.
Abarca los niveles 7 a 9. Profundidad: 0,50 m.
Episodio III: ladrillos refractarios y lana de vidrio, producto de algún tipo de horno.
En este nivel continúa el desecho hospitalario, por lo que este relleno se intercala
y se superpone con el evento anterior. Hasta el momento no es posible asignarle
temporalidad al evento. Corresponde al nivel 10. Profundidad: 0,25 m.
Episodio IV: escombros y desechos de construcción en una matriz blanquecina compuesta
por cemento y cal. Correspondería a un episodio de modificación de alguna edificación
cercana al PZ 1, ya que se recuperaron todo tipo de escombros. Abarca desde el nivel
11 hasta parte del nivel 14. Profundidad: 0,75 m.
Episodio V: relleno de tierra negra húmeda sin presencia de escombros y estéril en cuanto
a materiales. Se localiza en parte de los niveles 14 y 15. Profundidad: 0,25 m.
Episodio VI: nueva depositación de escombros, de gran tamaño. Corresponde al nivel 16.
Profundidad: 0,25 m.
Evento VII: abundancia de restos de cánidos junto a escombros de menor tamaño,
ladrillos y baldosas en una matriz de tierra negra y húmeda. No es posible asignarle
temporalidad a este evento.
Este sería el primer evento de relleno del pozo y abarcaría los niveles 17 y 18. Profundidad:
0,50 m.
220 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:213-228
La Estructura
Los Hallazgos
Finalizando
Hemos podido observar que en un contexto rural de fines del siglo XIX se han
encontrado, conjuntamente con materiales locales, ciertos elementos que verifican la
idea de una continuidad en cuanto a los mercados internacionales y su relación con
América Latina que se extiende más acá de la época colonial. Si bien elementos tales
como tejas, azulejos, ladrillos y baldosas ya se fabricaban en el país para mediados de
dicho siglo, se continuaron importando principalmente dentro de un contexto social de
gran poder adquisitivo. La adquisición de estos elementos significaba para este sector
una forma de de diferenciarse del resto de la población que, en el marco de un país agro-
exportador, comenzaba a tener cierta bonanza que le permitía solventar gastos como los
de la construcción de una vivienda, pero no de las características de las que edificaban
quienes tenían acceso a los materiales importados. Esta aseveración se condice con el
hecho de que los ejemplos que contienen este tipo de materiales concuerda con un
mismo perfil: son palacetes o mansiones destinadas a grandes señores, sean ellos de
noble cuna o patrones estancieros.
Bibliografía
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228 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:213-228
Resumen
Este trabajo presenta los resultados de los estudios físico-químicos y la búsqueda bibliográfica
sobre ciertos componentes metálicos de los galpones del sitio arqueológico Corralón de
Floresta de Buenos Aires. Los galpones fueron instalados en ese lugar en la década de 1910
para cumplir la función como establos, donde eran guardados los caballos y los carros,
utilizados en la recolección de la basura doméstica de la ciudad.
Los objetos estudiados consisten en una placa de identificación, y algunos elementos
estructurales de hierro.
La bibliografía consultada ha proporcionado datos de la empresa constructora. El análisis
físico-químicos realizados permitieron conocer las características de las materias primas
empleadas y las tecnologías utilizadas para su fabricación.
A partir de los resultados fue posible relacionar la forma constructiva de cada pieza estudiada
y su funcionalidad e importancia relativa en la estructura
Palabras clave: Galpones , estructura metálica, caballeriza, microestructura
Abstract
This work presents the results of physicochemical studies and bibliographic seeking on
certain metallic components from the sheds of the archaeological site Corralón de Floresta
of Buenos Aires. The sheds were installed on that place in the decade of 1910 to fulfill the
function as stables where horses and trucks, used in the recollection of the city household
waste, were stored.
The artifacts studied consist of an identification plate, and some iron structural elements.
The bibliography consulted has provided data for the construction company. The
Physicochemical analysis performed allowed to know characteristics of raw materials
employed and technologies used for their manufacturing.
From the results it was possible to relate the constructive form of each piece studied and its
functionality and relative importance in the structure
Keywords: Sheds, metallic structures, stable, microstructure
1
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires [email protected]
(1)(2)
Grupo de Arqueometalurgia, Laboratorio de Materiales, Departamento de Ingeniería Mecánica,
Facultad de Ingeniería, Universidad de Buenos Aires. Av. Paseo Colón 850 1067 Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
[email protected]
230 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:229-238
Introducción
que aún hoy existen. De los primeros se conoce un ejemplo, el construido en el año 1877
en la ciudad de Heatherslaw (Northumberland). En cuanto a los hangares, se puede
mencionar uno en la ciudad de Bedfordshire fabricado en 1917 (University of Newcastle
upon Tyne 2009, Wright 2009).
Características de la muestra
a) Placa de identificación de la compañía constructora: “A. & J. Main Co. Ltd., 1909,
Glasgow, London, Calcuta”
b) placa de acero utilizada como unión de los perfiles que constituían cada columna
c) perfil L de acero, ubicada en los exteriores de las columnas
a) fleje de acero que constituía parte del techo
d) bulón utilizado como sostén de base de las columnas
e) tensor de acero que hacía las veces de unión entre columnas y el techo.
Ensayos realizados
Placa de identificación: Medidas: Ancho 210 mm, longitud 145 mm, espesor 4 mm.
(figura 1 a)
Como resultado del análisis metalográfico y la espectrometría EDS surge que el
material es latón (aleación de cobre cinc) de composición 67 26 con pequeñas cantidades
de Estaño y Plomo, y Hierro como impureza, en tanto que la microestrutura de tipo
dendrítico denota una fabricación por fusión y moldeo (figura 1b)
Perfil
Fleje
Bulón
Tensor
Discusión
Se aprecia una buena calidad de elaboración del acero que se utiliza en los miembros
estructurales como chapas o perfiles que indica un sistema de producción de avanzado
desarrollo, esto se puede identificar en el bajo nivel inclusionario del material y el tamaño
de grano uniforme. Este tipo de acero corresponde, por sus características, a un producto
de acería de convertidor, laminado en caliente que no se produjo en forma masiva en el
país hasta la década de 1940 (Villanueva 2008) y que se llevaba a cabo en el exterior
desde mediado del siglo XIX (Tylecote 1976)
En el caso de los elementos de unión vemos que los tornillos están formados por un
material conformado en caliente por forjado con un acero constituido por ferrita y un alto
nivel de inclusiones de los tipos óxidos y silicatos. Los mismos podrían corresponder a la
confección por pudelado o a partir de hierro esponja cuya tecnología correspondía a un
sistema de fabricación utilizado muy anteriormente al período analizado. (Neely 2000).
En el caso de los pernos de sujeción identificado en este trabajo como bulón y tensor
hay dos aspectos a analizar. Uno es el material ferroso con que estaban construidos y
otro es el mecanizado de la rosca que se hacía sobre ese material.
Creemos que es importante acotar que la tecnología de fabricación de los pernos, en
cuanto al material ferroso, era muy conocida en los países centrales, en particular en
el que nos ocupa: Reino Unido. Pero a diferencia de las placas y del fleje su fabricación
podría haber sido posible en nuestro medio. De hecho, existían en Argentina, para la
época analizada, numerosos talleres metalúrgicos dedicados a la confección de diversos
artefactos, entre ellos elementos de unión. Entre estos establecimientos podemos
mencionar en Argentina, Casa Amarilla, La Acero Platense, Taller de Don Silvestre
Zamboni, La Cantábrica, Talleres Vulcano y Talleres Metalúrgicos Vasena. En estos
talleres el método de fabricación común de artefactos consistía en el trabajo de “paquetes
Frustaci J. L. y De Rosa H. M. - Componentes metálicos de las caballerizas... 237
o fagots de chatarras” (Villanueva 2008). Los mismos estaban constituidos por chapas,
varillas, listones, restos de metales ferrosos que eran atados con alambres de enfardar
y posteriormente comprimidos mediante martinetes a vapor. De esta manera los fagots
obtenían una forma rectangular que resultaba ideal para la laminación. El producto
de dicho procedimiento no resultaba de buena calidad. Se señala que “en las primera
pasadas de laminación algunos trozos ‘salían volando’, o se desprendían ‘gajos’ de la
barra, que se arrollaban en los cilindros o atrancaban en las guías. Estos defectos eran
eliminados directamente en caliente por un hábil operario provisto de tenaza, martillo y
corta-frío’” (Villanueva 2008). El resultado de este método de fabricación era un acero
de tipo similar al pudelado con gran cantidad de inclusiones de óxido. A partir de esto
se podría pensar que tal vez las estructuras podrían haber llegado al país con algunas
piezas faltantes que podrían haber sido remplazadas por homónimas de fabricación local.
Otra alternativa para pensar en cuanto a las diferentes calidades entre piezas
estructurales y artefactos de unión es una división local del trabajo donde las industrias
de gran porte se servirían de terceros de menor tecnología o calidad o que dentro de los
propios complejos industriales por razones de costo se recurría a tecnologías remanentes
inferiores que eran adecuadas a la funcionalidad.
Agradecimientos
Los autores agradecen a INTI Mecánica por la realización de las determinaciones de SEM EDS.
Bibliografía
Iván Díaz1
Resumen
Nuestro objetivo general en este trabajo es el estudio de maderas arqueológicas de
quebracho colorado (Schinopsis balansae Engl.) halladas en diversos sitios arqueológicos
de un determinado contexto urbano: El otrora partido de San José de Flores, ubicado al
Sudoeste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estos sitios fueron excavados desde el
2006 hasta la actualidad, en el marco del Proyecto Arqueológico Flores bajo la directiva del
Lic. Ulises A. Camino. Se ha intentado analizar los artefactos de madera de quebracho desde
varias perspectivas disciplinares como la biología, la historia, la botánica, etc., tratando con
cuidadoso detalle la articulación de estas disciplinas con un enfoque enmarcado desde la
arqueología, para un correcto abordaje de los artefactos arqueológicos de madera como tales,
y a su vez, de la madera de quebracho colorado como resultado final del procesamiento
económico de una especie arbórea típica de Sudamérica.
Palabras Clave: Quebracho colorado - Buenos Aires - Arqueología Urbana – Artefacto
Abstract
Our overall objective in this work was the study of archaeological quebracho colorado woods
(Schinopsis balansae Engl.) found in various archaeological sites in a given urban context:
The former district of San José de Flores, located southwest of the City of Buenos Aires.
These sites were excavated from 2006 until today, in the frame of the “Flores Archaeological
Project” (Proyecto Arqueologico Flores) under the directive of Mr. Ulises A. Camino.
It has attempted to analyze the quebracho wood artifacts from various disciplinary
perspectives such as biology, history, botany, etc., dealing with careful detail the articulation
of these disciplines with a focus framed in archeology, for a correct approach to the wooden
archaeological artifacts as such, and in turn, the quebracho colorado wood as a final result
of the economical processing of a typical tree species in South America.
Key Words: Quebracho colorado - Buenos Aires - Urban Archaeology - Artifacts
Introducción
En el marco de la sociedad argentina del siglo XIX y principios del XX las maderas
duras fueron ampliamente utilizadas en todo tipo de construcciones urbanas. Las
principales maderas fueron: el quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae
1
Proyecto Arqueológico Flores, FFyL, UBA. Púan 480 (1406). Ciudad de Buenos Aires. E-mail: ivan-
[email protected]
240 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:239-249
Como planteamos antes, tanto los durmientes como el pilote y el poste, pertenecen a
la especie quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae) y/o quebracho colorado
santiagueño (Schinopsis lorentzii). Ambas especies, la chaqueña y la santiagueña,
pertenecen a la familia de las Anacardiáceas, compuesta por un total de 70 - 80
géneros y más de 600 especies. Sin embargo, estas últimas -pertenecientes al género
Schinopsis- son las de mayor importancia económica en relación a la industria maderera
y curtiembre.
La distribución geográfica de estas dos especies comprende una amplia zona del
territorio argentino: casi todo el territorio de la provincia del Chaco, la parte oriental de
Formosa, la parte occidental de Corrientes, noroeste de Entre Ríos, noroeste de Santa
Fe y una angosta faja al este de Santiago del Estero (L. Tortorelli, 1956: 517). También
se encuentran ejemplares en el Chaco Seco, propiamente dicho, que abarca: Noroeste de
Córdoba, Este de La Rioja, Sudeste de Catamarca, y una pequeña parte del Suroeste de
Santiago del Estero.
No se descarta la posibilidad de que la madera de quebracho utilizada para las
construcciones de San José de Flores anteriores a 1860, provenga del Chaco Húmedo,
principalmente de la parte que se encuentra en la provincia de Santa Fe. El Chaco Seco,
al encontrarse a una mayor distancia de la ciudad de Buenos Aires, haya dificultado el
transporte de rollizos -madero en rollo- a la capital.
Hasta mediados del siglo XIX, el árbol de quebracho recién cortado, era trasladado
desde los bosques hacia los aserraderos con cachapés. El cachapé era un carro primitivo,
arrastrado por bueyes, empleado para transportar troncos en las forestaciones, constaba
sólo de un armazón ligero colocado sobre los ejes.
Con respecto al traslado de los troncos y/o pilotes, postes y durmientes, desde el lugar
de extracción y labrado, hasta la provincia de Buenos Aires y sus respectivas localidades,
es probable que se los haya trasladado a través de algún tipo de carro típico del siglo XIX
Díaz I. - Quebrando hachas, construyendo pueblos... 243
que pudiese soportar largas distancias con bastante peso. Los carros típicos tenían una
armazón que consistía en un bastidor con listones o cuerdas para sostener la carga, y
tablas en los costados, y a veces en los frentes para sujetarla (José Alemani y Bolufer,
1949).
Si tenemos en cuenta los usos y aplicaciones que se realiza de la madera de esta especie
arbórea desde mediados del siglo XIX (L. Tortorelli, 1956), como hemos mencionado antes,
puede pensarse que el pilote encontrado formó parte de la estructura de la abertura de
entrada al edificio excavado, sugiriendo un posible uso del mismo como tope para alguna
puerta de dos hojas en la abertura.
El poste que se encontró adosado al árbol, sirvió como sostén del alambre tejido
que separaba la propiedad de las vías del ferrocarril. Su ubicación espacial y el antiguo
alambre, que aún puede verse prendido al poste, indican tal finalidad divisoria.
Los tres durmientes hallados fueron encontrados donde antiguamente se emplazaba
una herrería encargada del herrado de los equinos que se utilizaban en la recolección
de residuos domiciliarios zonales (Turk, 2009). Según ex trabajadores del predio, los
durmientes fueron utilizados para el transporte de carbón hacia la herrería, a través de
una vagoneta montada sobre rieles (Camino, 2009). Dicho razonamiento, toma aún más
peso si se considera que fueron encontrados en asociación contextual con un riel. (Figura
6)
La incógnita más inquietante ha sido tratar de discernir un posible uso para el trozo de
durmiente hallado en un agujero del piso de la estructura escavada en el sitio Rodríguez-
Visillac. Pensamos que este durmiente, también sirvió como poste al antiguo alambrado
que dividía el predio de las vías del ferrocarril. En algún momento, probablemente debido
a algún esfuerzo sobre el durmiente, éste se quebró, quedando un trozo depositado
en el suelo. En cuanto a la canaleta que presenta el fragmento, aún no hemos podido
determinar su funcionalidad.
biológica, como por ejemplo los que podrían producirse por la acción de insectos xilófagos
-comedores de madera-. Tampoco se observo daños causados por la acción de bacterias
metanogenicas -bacterias que obtienen su energía a través de la producción metabólica
de gas metano-, pertenecientes al grupo de las arquebacterias -microorganismos
unicelulares procariotas, muchos de los cuales no requieren ni oxígeno ni luz solar para
vivir- (Alemani y Bolufer, J., 1948). Posiblemente, esta conservación se deba al tanino,
que es considerado por los especialistas como un producto de excreción que aumenta la
resistencia de la madera a diferentes tipos de parásitos, dada la propiedad antiséptica del
compuesto (Gola, Negri y Cappeletti: 1936, 38). Lo que si se pudo observar en algunas
cavidades de la madera fueron hongos de color blanquecino, probablemente Mildiu,
perteneciente a la familia de los Saprofitos -estos son cualquier organismo que no puede
obtener su alimento mediante la fotosíntesis, y en su lugar se nutre de restos de materia
vegetal o animal-, y a su vez pertenecientes a la subfamilia de los Erysiphaceae -que
incluye a los mildius pulvurentos-. Estos últimos se llaman así porque sus numerosas
esporas de color blanco forman una especie de telaraña polvorienta sobre la superficie de
la madera (Smith, Dunez, Lelliot, Phillips, Archer: 1988, 40).
Posteriormente, en consecuencia a lo observado en las maderas y por recomendación
de la conservadora del Centro de Arqueología Urbana de la FADU - UBA Patricia Frazzi
(com. pers. 2009), para evitar la re aparición de hongos en algunos sectores del pilote y la
expansión a sectores no atacados, una vez seco el pilote, se lo embebió en alcohol etílico
y se lo envolvió nuevamente con papel aluminio por más de 48 horas. Pasado ese lapso,
se comprobó la eliminación casi total de los hongos sin la necesidad de aplicar algún tipo
de fungicida. Finalmente se procedió a la limpieza del pilote con un cepillo chico de pelos
suaves y palillos de bambú para poder retirar fácilmente los restos de tierra presentes.
A la hora del secado y desinfección, tuvo que tenerse en cuenta la anisotropía de la
madera, que es el comportamiento diferenciado de los tubos -parte de la madera para
transportar agua y minerales disueltos hacia las raíces y hojas- de diferentes tamaños
que forman la madera y reaccionan en forma distinta cuando ganan o pierden agua
(Frazzi: 2008, 701). Sin embargo, se observó escasa contracción de la madera una vez
seca, conservando prácticamente el mismo tamaño que tenia cuando fue retirada del
contexto arqueológico.
En relación a la conservación de los durmientes, únicamente se extrajo la tierra y
polvo presentes con un cepillo grande, y se extrajo con cuidado parte del asfalto que había
sobre uno de ellos con instrumentos un poco más resistentes, como por ejemplo una
espátula. Hay que tener en cuenta que no fueron hallados cerca del nivel freático, sino
mucho más cercanos a la superficie, por lo tanto, los daños provenían principalmente de
agentes superficiales desgastantes.
En ningún artefacto fue necesaria la aplicación de conservantes -tapaporos,
selladores de vetas, etc.-, para lograr una mayor consolidación de la madera y evitar así
su desintegración. Como mencionamos antes, todos los artefactos fueron hallados
en buen estado de conservación otorgado, principalmente, por las características de la
madera y/o el ambiente carente de aire en el que se encontraban.
Palabras finales
A partir de los artefactos aquí analizados, hemos podido, tímidamente, indagar cómo
Díaz I. - Quebrando hachas, construyendo pueblos... 245
se utilizaba la madera del quebracho en las construcciones del siglo XIX y principios del
XX donde se buscaba un material resistente y abundante. A su vez, hemos intentado
comprender el posible rol de los artefactos constructivos resultantes de dicha especie,
los cuales ofrecieron oportunidades de durabilidad, resistencia y elegancia a las
construcciones del periodo aquí considerado.
Finalmente, se dejan las puertas abiertas para futuros abordajes, que profundicen el
estudio de las maderas arqueológicas, intentando construir de a poco un análisis más
completo acerca de los usos, conservación y descarte de un material perecedero, que ha
sido esencial en la economía del siglo XIX y XX.
Agradecimientos
Fotos
Figura 1. Pilote
246 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:239-249
Figura 3. Poste
Díaz I. - Quebrando hachas, construyendo pueblos... 247
Figura 5
248 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:239-249
Figura 6
Bibliografía
SMITH, I., DUNEZ, J., LELLIOT, R., PHILLIPS, D., ARCHER, S. 1988, Manual de
enfermedades de las plantas, Ed. Mundi-Prensa, Bilbao, España.
TORTORELLI, LUCAS, 1956, Maderas y Bosques argentinos. Ed. Acme, Buenos Aires.
TORTORELLI, LUCAS, 1940, Maderas Argentinas, Imprenta de la Universidad de Buenos
Aires, Buenos Aires.
TURK, E. 2009, Hallazgo de herraduras de principio de siglo XX en un corralón municipal
de Floresta. El área pampeana. Su abordaje a partir de estudios interdisciplinarios,
(CD- ROM), Ed, Centro de Estudios en Ciencias Sociales y Naturales de Chivilcoy
(CECH), Chivilcoy.
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:251-259 ISSN 1852-8554
Alejandra Raies1
Resumen
Hacia la segunda mitad del siglo XIX se identifica en Rosario un proceso acelerado de urbanización,
único en Argentina e inclusive en América Latina. Esto se debió a la incorporación de la ciudad al
modelo agroexportador, tras decretarse el Reglamento de la Libre Navegación de los Ríos, habilitando
a la ciudad como principal puerto de la Confederación, produciendo profundos cambios en los
estilos de vida. Pero a pesar de ser un período histórico clave para el desarrollo de Rosario como
ciudad, el mismo ha sido muy poco estudiado por los historiadores y otras disciplinas afines al
conocimiento del pasado. Así, tratando de contribuir a llenar ese vacío en el conocimiento de la
historia de la ciudad, este trabajo busca aportar información valiosa sobre la vida de los pobladores
de la ciudad hacia fines del siglo XIX. En él se presentan los lineamientos teórico-metodológicos
generales planteados para el estudio y análisis de los materiales metálicos provenientes del sitio La
Basurita (MCU1- Rosario).
Palabras claves: Arqueología urbana, Metales, Rosario, Siglo XIX.
Abstract
Towards the second half of the XIXth century, Rosario city experienced an accelerated process of
urbanization that was unique in Argentina and Latin America. This was due to the incorporation of
the city into the agro-export model, after the enactment of the Reglamento de Libre Navegación de los
Ríos. This allowed the city to become the major port of the Confederation, producing deep changes in
its population’s lifestyle. Despite being a key historic period for the urban development of Rosario, it
has not been studied in depth by historians and scholars from other disciplines. Trying to contribute
to filling in that gap in the city’s history knowledge, this paper presents the general theoretical and
methodological guidelines for the study of the metallic materials recovered from La Basurita site
(MCUI- Rosario). This aims to provide valuable information on the life of the inhabitants of the city
of Rosario in the late nineteenth century.
Keywords: Urban Archaeology, Metals, Rosario, 19th Century.
Introducción
1
Departamento de Arqueología, Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes,
Universidad Nacional de Rosario. [email protected]
252 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:251-259
comportamiento de los pobladores de la ciudad de Rosario a fines del siglo XIX, período
de conformación de la ciudad como tal.
Contexto Histórico
Luego de la batalla de Caseros en 1852, Rosario inicia una nueva etapa. Añadida
a la Confederación y declarada como ciudad, el puerto de Rosario se transforma en
puerto de Ultramar y con ello se producirá la emergencia de la ciudad mercantil. Pasará
a ser el puerto más importante de la Confederación, y será beneficiada por los derechos
diferenciales a las mercancías entrantes por Buenos Aires (Álvarez, 1943; Areces
y Ossana, 1984; Cragnolino 1990). Estos hechos producirán que la ciudad sufra un
acelerado crecimiento poblacional y con ello, la modificación de su demografía social.
De esta manera tras 1852, Rosario pasará a cumplir un doble rol, ya sea de nexo
entre las economías del interior y la ascendente Buenos Aires, como de enlace entre un
mercado interno en acelerada formación y el mercado internacional. Esto producirá no
solo una gran expansión de la infraestructura urbana, sino que además, llegando al año
1900 se convertirá en la segunda ciudad de la República Argentina, con casi 110.000
habitantes. Esto último producto de la gran movilidad social tanto de migrantes internos
–debido a la reorganización social del ámbito rural– como de migrantes internacionales
movilizados por el impacto propio del auge del capitalismo (Álvarez, 1943).
El sitio arqueológico La Basurita (MCU 1), también conocido como “La Pólvora, Basura
Vieja, Antiguo Vaciadero o Barrio La Quema” (Volpe, 1994: 83), corresponde al primer
vaciadero municipal de la ciudad de Rosario, utilizado durante las últimas décadas del
siglo XIX.
La existencia del depósito arqueológico llegará al conocimiento de las autoridades del
Museo de la Ciudad de Rosario a través del historiador Mikielievich y desde entonces el
Departamento de Arqueología, alojado en la Escuela Superior de Museología de Rosario
(ESM), se hará cargado de las investigaciones del sitio. Estas estarán a cargo del Lic.
Soccorso Volpe y constaran de trabajos de intervención que comprenderán ocho campañas
arqueológicas entre 1988 y 1993, donde primero se desarrollarán prospecciones y luego
excavaciones selectivas. Además se ejecutarán una serie de trincheras y cuadriculas
(SI.1, SI.2, Y SI 3) y un pozo de sondeo, utilizando el método arqueológico “por lotes”
(Volpe, 1988a, 1988b, 1992, 1994; Volpe y Tornimbeni, 1992)
Los primeros trabajos de análisis arqueológico se centran en la confección de un
Catálogo de Vajilla de loza Inglesa en Rosario (1840-1915) (Volpe, 1994). En el mismo
se presenta, de una forma sistemática, una clasificación de la vajilla proveniente de
Inglaterra sobre tres ejes principales: los sellos de fábrica, el origen de la misma vajilla y
su cronología.
Por otra parte Silveira (1995) lleva a cabo un reconocimiento de la fauna existente del
sitio. En dicho trabajo identifica taxonómicamente los restos óseos, predominando el Bos
taurus (vaca), solamente un fragmento de Canis familiaris (perro doméstico) y una agalla
de pez (Colasurdo, 2009).
Actualmente la Lic. Colasurdo lleva a cabo una investigación donde propone dar
cuenta del cambio de los estilos de vida en los siglos XVIII y XIX en la ciudad de Rosario, a
partir de las evidencias arqueológicas y desde la perspectiva de los modelos de conducta
del consumidor (com pers).
Puede apreciarse, que si bien se han desarrollado trabajos abocados al análisis de
materiales del sitio -como es el caso de objetos cerámicos y restos arqueofaunísticos- en
Raies A. - A la basurita con los metales. Estudio de materiales metálicos de un basurero... 253
Consideraciones teórico-metodológicas
los cerrojos (3%) y el resto es un conjunto muy heterogéneo de elementos (alambre, azada,
fragmentos de caño, cerraduras, chuchillos, cucharas, botones, hebillas, herraduras,
sunchos de barril, etc.).
En lo que concierne a nivel funcional, se puede notar que los artefactos asociados a la
construcción son los elementos de mayor representación en el registro, con casi 47% de
la muestra; en segundo lugar se encuentran los objetos personales (24%). Luego le siguen
los objetos no determinados (17%), los elementos relacionados con la casa y ferretería
(7,2%), generales (6,4%), los elementos asociados a la vestimenta (3,2%), y finalmente,
con 0,8% cada uno, se encuentran los artefactos de plomería, herramientas y transporte.
Consideraciones finales
A raíz del análisis preliminar llevado a cabo se pueden extraer algunas primeras
interpretaciones acerca de la cronología y procedencia de los materiales, prácticas
sociales asociadas al consumo y al ocio.
Primero, es de destacarse que los clavos son el elemento más representado en el
registro, estos constituyen un conjunto heterogéneo tanto en tamaño y forma, como
funcionalidad. Gracias al buen conocimiento de los cambios en los procesos de
fabricación de los mismos a través del tiempo (guía IMACS-Inter Mountain Antiquities
Computer System) los clavos nos permiten establecer una cronología relativa. Los clavos
más antiguos eran forjados a mano en fraguas a partir de barras de perfil cuadrado.
Para finales del siglo XVIII comenzaran a ser cortados con herramientas mecánicas a
partir de planchas rectangulares, con uno o dos filos. Más tarde, a mitad del siglo XIX, se
utilizarán máquinas que definieran mejor las formas y estandarizaran las dimensiones,
manteniendo siempre el perfil cuadrado. Recién en 1870 aproximadamente comenzarán
a utilizarse los clavos de sección circular (Schávelzon 1987 en Helfer y Rivas, 2004
y Schávelzon 1991 en Landa, 2006). El conjunto de clavos del sitio, corresponden
principalmente a estos últimos (36 piezas), perteneciendo al periodo de uso del sitio.
Además, consta la presencia de los de sección rectangular (7 piezas), esto es de esperarse
ya que en un basurero los elementos se tiran cuando ya se consideran desgatados, rotos
o inservibles.
A su vez, en cuanto a la funcionalidad, los clavos pertenecen a la categoría elementos
de construcción, que son los de mayor abundancia en el registro. Este hecho, está
asociado claramente al momento de crecimiento acelerado que estaba sufriendo la
ciudad. El aumento de la población, producirá modificaciones en el espacio urbano.
Tanto las casas, construcciones portuarias y ferroviarias, los negocios y mataderos, etc.
como así también de personas especializadas en rubros relacionados con actividades de
construcción como comerciantes, albañiles, carpinteros, herreros, etc. (1er Censo Prov.
Santa Fe, 1887), son claro indicio de las modificaciones estructurales y demográficas que
se estaban dando en la ciudad.
Otra de las interpretaciones que pudimos hacer es acerca de la dinámica de las
mercancías, su procedencia y sus usos. Estos datos fueron inferidos de elementos como
una tapa de lata de pintura y los precintos de botellas. En el último cuarto del siglo XIX,
el mercado mundial atraviesa un proceso de gran expansión junto con el surgimiento de
nuevas tecnologías y técnicas productivas. Frente a ello, las potencias industriales van a
buscar nuevos mercados donde poder vender sus productos (Landa et al., 2009). Rosario
no escapa este proceso, pero si bien los principales exportadores de elementos son los
ingleses, como por ejemplo se lee en el sobrerelieve de una tapa de lata de pintura de
plomo “Goodlass Wall & Co. Liverpool”, o las compañías de cervezas inglesas como “TS
Hall & Co”, “Blood Wolfe & Co.” y “Ubique: George Curling” legibles en los precintos de
plomos, también se registran importaciones alemanas, austriacas, francesas, entre otras
256 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:251-259
(Volpe 1994).
Los precintos de plomos, confeccionados en estaño, plomo-estaño o bien de plomo
recubiertos en estaño (Tapia et al., 2008), además de ser indicadores cronológicos,
pueden servir como símbolos de calidad y prestigio, ya que el proceso de sellado de las
botellas era costoso para la época y solo se realizaba (al principio) en bebidas de buena
calidad. Recién en 1849 con el patentamiento de la técnica de rollbonding por parte
de William Betts (Tapia et al., 2008) es cuando disminuye el elevado costo del mismo.
Esto nos permitiría, de acuerdo a la determinación de su composición tras un análisis
microestructural, asociar los mismos a las clases altas de la sociedad por su capacidad
económica para adquirirlos.
Finalmente se encuentra el conjunto de pomos y tapas de pomos asociados a las
prácticas sociales del ocio y recreación, en este caso a las del carnaval. Según Irigoin
(1984), uno de los primeros en vender los pomos de agua florida en Buenos Aires es
Guillermo Cranwell, hijo de un farmacéutico inglés, que importaba pomos con extractos
finos de Inglaterra. A él se le ocurrió usar dichos productos para el carnaval. Así, en
1866 recibió pomos vacíos del exterior y los llenó en su farmacia con agua perfumada.
Para 1870 Cranwell fundará una fábrica de pomos de plomo, “…con la cual llegó (…)
a exportar a Chile, Bolivia y Perú.” (Irigoin, 1984: 254). Así, cabe la posibilidad que
los pomos presentes en el registro fueran fabricados y/o rellenados en Buenos Aires y
traídos en cargamentos a Rosario, como también que algún poblador haya adoptado la
misma práctica para su comercialización.
Por otra parte en Rosario la costumbre del carnaval, junto al baile con disfraces,
constituía una práctica social establecida y reconocida por toda la sociedad, pero era
molesta para los sectores elitistas de la ciudad quienes buscan disciplinar la actividad
ya que llegaban a ser “un verdadero martirio”. Por ello mismo, las clases dirigentes van
a optar por medidas de regulación de los mismos e incluso plantear su prohibición como
en Buenos Aires, pero sin resultados positivos para ese entonces (Falcón et al., 2003).
Además de la vía de análisis utilizada para los materiales se buscara realizar una
interrelación con otros tipos de datos, como son los provistos por otros materiales
arqueológicos del sitio, los documentos escritos y estudios arqueometalúrgicos. De esta
manera, el estudio acerca de las prácticas culturales desarrolladas en el pasado tendrá
una mirada más enriquecedora e integral del periodo estudiado.
Raies A. - A la basurita con los metales. Estudio de materiales metálicos de un basurero... 257
Tablas y Figuras
Categoría según Tipos de artefactos Total por % por Total por % por
función tipos tipos categoría Categoría
Alambre 3 2.4 62 49.6
Arandela 6 4.8
Clavo 44 35.2
Elementos de Gancho 4 3.2
construcción Grapa 1 0.8
Perno 1 0.8
Tornillo 2 1.6
Varilla 1 0.8
Cerradura 2 1.6 9 7.2
Ferretería Cerrojo 4 3.2
Manija 1 0.8
Llave 2 1.6
Plomería Caño 1 0.8 1 0.8
Generales Suncho 7 5.6 8 6.4
Tapa de lata 1 0.8
Herramientas Azada 1 0.8 1 0.8
Recipiente 1 0.8 9 7.2
Cuchara 2 1.6
Objetos asociados a Cuchillo 1 0.8
la casa Mango Cuchillo 1 0.8
Precinto de Botella 4 3.2
Objetos personales Pomo 21 16.8 30 24
Tapa de pomo 9 7.2
Trasporte Herradura 1 0.8 1 0.8
Botón 1 0.8 4 3.2
Vestimenta Hebilla 2 1.6
Ojal de zapato 1 0.8
Total 125 100 125 100
Agradecimientos
Al Dr. Leoni por su ayuda y correcciones. Al cuasi Dr. Landa por la bibliografía y auxilios
brindadas constantemente. A la doctoranda, la Lic. Colasurdo, por las horas de laboratorio y
acompañamiento metodológico. Y a mi familia.
258 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:251-259
Bibliografía
Resumen
En este Trabajo comenzamos a indagar en las creencias y simbologías utilizadas por los
antiguos pobladores de San José de Flores, a partir del hallazgo de una Cruz patriarcal con la
inscripción “Caravaca” en una excavación de rescate realizada en 2002 en un local comercial
de dicho barrio porteño.
Palabras claves: San José de Flores, Creencias, Cruz Patriarcal
Abstract
In this report we begim to delve into the beliefs and symbols used by the ancient inhabitants
of San José de Flores, from the discovery of patrirchal Cross with the inscription “Caravaca”
in a rescue excavation in 2002 in a shop of that Buenos Aires neighborhood.
Keys words: San José de Flores, Beliefs, Patrirchal Cross
San José de Flores no tiene una fundación formal, el 31 de Mayo de 1806 se erigió
formalmente el curato de San José. Y recién dos años después, Don Antonio Millán, es
designado para realizar el trazado de un pueblo junto al Camino Real (actual Avenida
Rivadavia), por el que ya se circulaba hacia el oeste y el norte del país (Pisano, 1976).
El 1 de Diciembre de 1811, el Cabildo declaró al pueblo de San José de Flores como
Partido (Pisano, 1976), separándolo de los pagos de la Matanza, con la designación,
como autoridades, de Alcaldes de la Hermandad (Cunietti- Ferrando, 1977). El Pueblo
se encontraba en una ubicación estratégica (Camino, 2008) lo que permitió un rápido
crecimiento y la llegada de gran cantidad de inmigrantes que se dedicaron al cultivo de
la tierra (Ciliberto, 2004). En 1888 Flores es anexado a la Capital Federal. (Pisano, 1976).
1
Centro de Arqueología Urbana –FADU- Universidad de Buenos Aires. CONICET. Pabellón III 4º
Piso Ciudad Universitaria (C1428EGA). [email protected]
2
Instituto Goiano de Pré-História e Antropologia – IGPA. Pontifícia Universidade Católica de Goiás –
PUC Goiás, Brasil. [email protected]
262 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:261-266
una vivienda del tipo comúnmente llamado “chorizo” (Mercuri et. al. 2004). Este tipo de
vivienda fue desarrollado por los inmigrantes que llegan a la región del río de la Plata a
partir de 1880, ya que permitía ir agregando habitaciones a lo largo del terreno a medida
que la familia crecía o obtenían recursos para poder construir.
En 1906 se realiza una reforma a la vivienda y se habilita un local comercial con
destino de Carnicería según consta en planos y escrituras, a dicho momento corresponde
el piso que se hundió al momento de realizar la excavación arqueológica ya que no fue
construido ningún pavimento después de este. Bajo este piso fue hallado gran cantidad
de ecofactos y artefactos entre ellos la Cruz patriarcal objeto de este trabajo.
La excavación
presenta un Cristo, una inscripción que dice “Caravaca”, un angelito a cada lado y en
el centro, debajo del Cristo, una calavera. En la cara posterior, presenta una pequeña
Virgen. A partir del análisis de los hallazgos podemos pensar que el grupo domestico
que ocupo este predio correspondería al de una clase media alta, con un buen poder
adquisitivo, teniendo en cuenta los materiales de construcción importados, las molduras
así como el inodoro de gres adquiridos.
Cruz de Caravaca
La cruz hallada tiene una dimensión de 2,9 cm x 1,8 cm x 0,15 cm. Se encontraba
totalmente cubierta de óxido verde. Luego de una minuciosa limpieza se pudieron
observar todos sus detalles. La misma está confeccionada en Cobre y tenía antiguamente
una cobertura en Plata, hoy solo se observan vestigios de este metal en algunos sectores,
y solo es detectable mediante una sonda semedax. En la cara del derecho se puede
observar a Cristo y la palabra Caravaca sobre uno de los maderos, bajo el Cristo se
observa una calavera, a los costados de la cruz en la parte inferior se observan dos
ángeles que sostienen la cruz. De la otra cara se observa a la Virgen sobre el madero
central, esta reencuentra apoyada sobre una media luna(ver figuras 1 y2).
Se Comenzó a investigar en el origen y simbolismo de la cruz – del latín cruce – ésta
es desde tempos inmemoriales de la humanidad un signo sagrado y venerado, el cruce
muestra la perennidad dentro de una estructura determinada de un arquetipo primordial
(Beigbeder, 1995). El cruce ya se encontraba como símbolo de gran importancia en el
paleolítico superior en la unión de dos triángulos quizas representando la unión de dos
deidades, una masculina y otra femenina (Beigbeder, 1995). La cruz invertida antiguo
instrumento de suplicio, construido por dos maderos, uno atravesando al otro, en el que
se amarraban a los condenados à muerte se convirtió en el símbolo central de la Iglesia
Católica. Representando la pasión y muerte de Cristo y dispersión por los cuatro puntos
cardinales de la palabra de Jesús Cristo (Beigbeder, 1995).
El nombre grabado en la cruz proviene del pueblo español de Caravaca, según la
leyenda esta cruz apareció por milagro en esta ciudad el 3 de Mayo de 1232. En el siglo
XIII la orden de los templarios se asentó en esta región para defenderla de los moros. Los
templarios originaron el mito de la Cruz de Caravaca.
Garci López de Cárdenas, comendador de la Orden de Santiago en Caravaca.
Perteneciente a la famosa estirpe de las Cárdenas, familia ligada a cargos preeminentes
de la Orden, Garci López mandó confeccionar el tradicional relato oral y primitivo de la
primera historia, a los pocos años de su llegada a Caravaca. Esta fue redactada en por el
año 1432- 1434. En ella se relata que: La región de Caravaca era gobernada por el Sultan
Abu Zeyt, este tenía cautivos a varios prisioneros católicos entre ellos al sacerdote Gines
Perez Chirinos. Abu Zeyt manifesto curiosidad sobre las prácticas católicas y por lo tanto
decidió presenciar una misa, para esto ordeno que el sacerdote Gines Perez Chirinos
celebrase una. El Sultán reunió a toda su familia y a su corte para que presenciaran la
ceremonia religiosa, y ordeno que al sacerdote se le entregara todo lo necesario para el
culto. A última hora el sacerdote se dio cuenta que se había olvidado de la cruz, pero como
un milagro vio aparecer por la ventana encima de su persona dos ángeles cargando una
cruz de dos brazos. El Sultán y todos los presentes impresionados por a ver presenciado
el milagro se convirtieron al catolicismo.
La devoción a la Cruz de Caravaca fue extendida por todo el orbe cristiano –incluidas
264 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:261-266
Figura 1
Camino U. A. y Ferreira de Lira K. - Rescate de una cruz patriarcal en San José de Flores. 265
Figura 2
Agradecimientos
A Martina Curotto por permitir excavar en su casa, a Sebastián por su gran colaboración en la
excavación, Al Ing. Horacio de Rosa, Jesica Frustaci y Florecia Careti por la limpieza y el análisis
físico químico de la cruz. A Daniel Schavelzón por haber apoyado la excavación en Nazca 313 desde
el Centro de Arqueología Urbana.
Bibliografía
Flavia Zorzi1
Recibido 27 de Agosto de 2012. Aceptado 20 de Marzo de 2013
Resumen
El objetivo de la presente comunicación es dar a conocer un tipo particular de objeto que,
por su antigüedad y escasa frecuencia en los sitios arqueológicos de la Argentina, resulta
especialmente interesante y novedoso. Se trata de dos sellos de plomo, recuperados en un
pozo de basura del siglo XVII en el sitio Bolívar 373, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Estos sellos, comúnmente llamados en la bibliografía cloth seals o bale seals (sellos de tela
o sellos de embalar) se utilizan en Europa desde tiempos muy tempranos para marcar y
certificar la procedencia, calidad y características de distintas mercaderías, particularmente
las lanas y los textiles. Por su naturaleza de “marcas”, estos sellos tienen un valor diagnóstico
potencialmente muy alto, pero sólo la sucesión de estudios a nivel internacional nos permitirá
conocerlos con mayor profundidad. Este trabajo se propone contribuir, aunque en forma
muy puntual, a la realización de ese objetivo.
Palabras clave: sellos de plomo, siglo XVII, comercio, Buenos Aires
Abstract
The purpose of this communication is to present a particular type of object which, due to
its age and rarity in archaeological sites in Argentina, is particularly interesting and novel.
They are two lead seals, recovered from a XVII century trash pit on the site Bolívar 373,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. These stamps, commonly known in the literature as
“cloth seals” and “bale seals” have been used in Europe from very early times to check
and certify the origin, quality and characteristics of various goods, particularly wool and
textiles. Due to their utilization as marks, these labels have a potentially very high diagnostic
value, but only a succession of international studies will allow us to know further. This
work aims to contribute, although in a very punctual way, to the realization of that goal.
Keywords: lead seals, XVII Century, trade, Buenos Aires.
Introducción
1
Centro de Arqueología Urbana, Universidad de Buenos Aires. Ciudad Universitaria, Pabellón 3,
piso 4, CP: 1428, tel.: 4789-6271, Ciudad de Buenos Aires, Argentina; y Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, Puán 480, C.P: 1406, Tel: 4432-0606, Ciudad de Buenos
Aires, Argentina.
[email protected]
268 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:267-273
mediante la colada del plomo (o de una aleación del mismo) en un molde de piedra y, al
momento de aplicarlos en la mercadería, eran presionados utilizando una pinza que, en
el caso de contener inscripciones, las transmitía al plomo. Este proceso de estampado
podía realizarse repetidamente en las varias etapas de circulación y comercialización de
la mercancía, certificando así calidad, precio, pago de los impuestos correspondientes,
etc. (Egan, 1994).
Teniendo en cuenta sus características morfológicas básicas, a estos sellos se les
asignan en la bibliografía básicamente dos funciones: la de demarcar telas (cloth seals) y
la de demarcar otros tipos de bienes embalados (bale seals).
A partir de los hallazgos en el fuerte Michilimackinac (siglo XVIII), Stone (1974) elaboró
una clasificación de los sellos de plomo según su forma y método de agarre y estableció
así tres tipos principales: aquellos constituidos por dos discos unidos por una banda
(tipo A), aquellos constituidos por un único disco con una banda (tipo B) y aquellos
consistentes en un solo disco con una perforación para pasar un hilo o alambre (tipo C)
(Stone, 1974; Adams, 1989).
La utilización de sellos de plomo para marcar las telas fue común en los centros
productores textiles de Europa desde el siglo XIV hasta el XIX y el precinto más habitual
utilizado para ello consistía en “a disc with a tapered rivet (disc 1) connected by a thin
strip to a similary sized disc with a central hole (disc 2)” (Luccketti y Straube, 1998). Para
su aplicación, ambos discos se aprietan entre sí, presionando la tela entre ellos, mediante
la utilización de pinzas que les transmitían emblemas, números o marcas. La identidad
de estas inscripciones puede ser básicamente de dos tipos: aquellas correspondientes
a comerciantes particulares y aquellas que representan los símbolos oficiales de las
coronas, ambas frecuentemente presentes en los mismos sellos, una en cada disco.
Hume (2001) hace referencia al hallazgo de sellos de origen inglés en sitios coloniales
de Estados Unidos y al poco conocimiento general que se tiene de ellos. Distingue entre
dos tipos principales de sellos de origen inglés: “the merchants’ own seals and those
attached officially after excise duties had been paid. The latter are nearly always in four
sections, the two central units being flat disks adorned with the portrait of the reigning
monarch and with royal or county arms, while the end units comprise a lug and a loop,
respectively” (Hume, 2001:269).
En el sitio Jamestown se han recuperado más de 200 sellos de plomo de tipo A
que datan del siglo XVII e indican textiles de Gdansk, Alemania, Holanda e Inglaterra
(Straube Com. Pers. 2010). En las distintas unidades de excavación de dicho sitio se
hallaron tanto sellos oficiales de la corona británica -con los símbolos de Elizabeth 1
(1558-1603) y James 1 (1603-1625)- como sellos de comerciantes privados (Luccketti
et.al.,1994; Kelso y Straube, 1996; Luccketti y Straube, 1998). También en el mismo
sitio, se nos ha informado el hallazgo de sellos de origen portugués (Straube, Com. Pers.
2010). Una de las consideraciones realizadas a partir de los hallazgos de Jamestown
ejemplifican el nivel de especificidad al que pueden llegar las inferencias basadas en estos
tan diagnósticos artefactos: “Some of the supplies acquired for Jamestown may in fact be
unused stores recycled from previous voyages (…). Leaden devices known as cloth seals
have been excavated that were once clamped on fabrics manufactured in England under
Elizabeth I’s reign. These textiles would have been made at least four years before the
founding of Jamestown, which is an unusually long time for this valuable commodity to
remain unused. This suggests that the cloth was out of circulation for a number of years,
most likely as part of the shipment of another voyage of exploration” (Kelso y Straube,
Zorzi F. - Breve nota sobre el hallazgo de dos sellos de plomo en el sitio Bolívar 373,... 269
1996: 17)
Como artefactos directamente relacionados con las actividades comerciales, los sellos
de plomo son muy frecuentes en sitios de naufragio, donde es habitual que se encuen-
tren cerrados e inviolados, indicando así que la mercadería se perdió antes de llegar a
utilizarse. En el naufragio del Santa Margarita -galeón español de la flota Tierra Firme,
que naufragó en 1622 en la Florida- se halló un sello de un solo disco que en una de sus
caras mostraba el escudo de la ciudad holandesa de Harleem y en la otra el número “20”
(Tedesco, 2010). También en el sitio de naufragio St. John Bahamas -que se cree corre-
sponde al barco español Santa Clara, naufragado en 1564 (Malcolm, Com. Pers. 2010)-
se recuperó un sello de dos discos que representa en una de sus caras una piña y una
estrella de seis puntas y en la otra un escudo ilegible (Malcolm, 1996).
Los hallazgos previos de esta clase de objetos en Argentina son bastante escasos,
al igual que sus referencias en la bibliografía. Sin embargo, para Santa Fe la Vieja se
menciona el hallazgo de 31 “sellos y precintos” (Pifferetti, 1999; Carrara et Al, 2007),
varios de los cuales corresponden sin duda a la clase de objetos que estamos tratando
aquí (Ceruti Com. Pers. 2010, Pifferetti Com. Pers. 2010) y provienen de distintos países
de Europa: la pieza N°37488, por ejemplo, exhibe en una de sus caras el escudo de armas
de la ciudad de Londres; mientras que las piezas N°33718 y 55068 presentan iconografía
representativa de Portugal y se asemejan mucho a uno de los sellos aquí presentados.
El contexto de hallazgo
El sitio Bolívar 373, ubicado en pleno casco histórico de la ciudad de Buenos Aires, se
encuentra sometido a tareas de rescate arqueológico desde el año 2005. Los trabajos se
realizan en modo contemporáneo a las obras de remodelación edilicia y fueron posibles
gracias al interés de los responsables de las mismas. Las excavaciones tuvieron como
resultado el hallazgo de muchas estructuras y unidades de depositación de material
arqueológico que colectivamente abarcan desde el siglo XVII hasta las primeras décadas
del XX.
Los dos sellos aquí descriptos fueron recuperados en un pozo de basura de grandes
dimensiones al que denominamos unidad E. Se trata de una concentración circular muy
vasta (1,90 m en sentido este-oeste y 1,44 m en sentido norte-sur) que fue excavada en
modo completo, hasta llegar a suelo estéril, y alcanzó una profundidad de 1,9 m. El
material aquí recuperado corresponde al siglo XVII en su totalidad y está compuesto
principalmente por una enorme cantidad de restos óseos y fragmentos de carbón,
cerámica de tradición indígena, cerámica utilitaria de tradición española, mayólicas (de
tipo Ichtuknee, Talavera Tricolor, Panamá polícromo, Santa Elena Moteado y Columbia
Liso), cuentas de vidrio, pipas cerámicas de caolín y de otras materias primas, etc. Los
objetos de metal no fueron abundantes: además de los sellos aquí descriptos, pueden
mencionarse algunos clavos de hierro, varias tachuelas de cobre y una bala de plomo
de avancarga.
La concentración de la unidad E fue alterada durante el siglo XIX por el emplazamiento
de un cimiento que sostiene una serie de columnas aún hoy en pie. Es por ello que la
superficie excavada con toda seguridad no coincide con las dimensiones originales del
pozo, que debían ser mucho mayores. Sin embargo, la concentración de material que se
conservó a ambos lados del cimiento no fue perturbada: se observan lentes y estratos
claros de depositación (por lo general cenizas, carbón y restos óseos termoalterados) que no
270 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:267-273
parecen haber sido removidos; los recipientes cerámicos poseen una baja fragmentación
y un considerable índice de remontaje y muchos de los restos óseos fueron hallados en
posición articular; además, no se hallaron elementos intrusivos en este depósito. Esas
evidencias nos hablan de la alta fiabilidad cronológica del conjunto y de la confiable
asociación de los sellos de plomo con el mismo.
Descripción de lo materiales
Sello N°1: se trata de un sello de dos partes (fig. 1A, B y C), cada una de ellas consistente
en un disco circular de 2 cm de diámetro, conectadas entre sí por una banda rectangular
que se encuentra fracturada, posiblemente como consecuencia de la apertura del sello.
El espesor máximo de esta pieza es de 3,5 mm (fig. 1C).
Es muy probablemente un sello para demarcar telas y en uno de sus lados se observa
la inscripción 43 o 4:3, además de una hilera de puntos en relieve que recorre todo el
borde del disco (fig. 1A) . Se ha dicho que los números inscriptos en esta clase de sellos
pueden estar indicando la longitud del retazo de tela, en la unidad de medida utilizada
en el país de origen del producto (Egan, Com. Pers 2010, Straube, Com, Pers 2010). En el
otro disco no se distinguen inscripciones (fig. 1B).
Es difícil determinar la procedencia de este sello, ya que (a diferencia del sello
número 2) no presenta la marca identificatoria de ninguna corona, comerciante privado
o compañía comercial.
Sello N°2: es similar al anterior en cuanto a que también es de dos partes. Sin
embargo, probablemente su función no haya sido la de marcar telas, sino otro tipo de
mercaderías (Egan Com. Pers. 2010. Straube Com. Pers. 2010). Su diámetro es de 2,2 cm
y su espesor máximo de 7,5 mm (fig. 1 D, E y F). A diferencia del N°1, los contornos de
este sello son menos definidos. La banda que conecta los discos ha sido recuperada por
separado y es más ancha, espesa y de forma menos definida que en caso del sello N°1.
En uno de los discos, de superficie convexa, este sello exhibe la representación de la
esfera armilar, símbolo de las conquistas ultramarinas de Portugal (fig. 1D). La forma
convexa de los discos está relacionada con un intento por dificultar la falsificación o
alteración de las inscripciones (Spindler Com. Pers. 2010).
Existen en distintos sitios hallazgos de sellos con iconografía similar a este ejemplar.
En Jamestown, por ejemplo, se recuperaron dos de ellos en contextos de la primera mitad
del siglo XVII (Straube, Com. Pers. 2010); también han sido registrados en Inglaterra
(Egan Com. Pers.) y en Cayastá (Ceruti Com. Pers.), donde al menos dos sellos exhiben la
esfera armilar (piezas N°33718 y 55068). En todos los casos mencionados, el disco con la
esfera es convexo y es frecuente que el otro disco exhiba el escudo de armas de Portugal.
En el ejemplar de Bolívar 373 no se puede distinguir ninguna inscripción en el disco
opuesto al de la esfera, aunque parece contener letras rodeando parte del borde (fig. 1E).
Consideraciones finales
Luego de este breve estudio, queda en evidencia el alto valor diagnóstico de estos
pequeños objetos. Su hallazgo en Buenos Aires resulta innovador y nos habla, entre otras
cosas, de una actividad comercial que involucraba el aprovisionamiento y el consumo
(ambos sellos habían sido abiertos) a nivel local de manufacturas o productos portugueses
Zorzi F. - Breve nota sobre el hallazgo de dos sellos de plomo en el sitio Bolívar 373,... 271
Figura 1
Agradecimientos
Deseo agradecer a Carlos Ceruti, Adrián Pifferetti y Claudio Martignoni por toda la colaboración
prestada. Al Dpto. de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe por el aporte de las imágenes
y los datos de las piezas de Cayastá. A Geoff Egan, Bly Straube, Steve Brisson, Lynn Evans, Corey
Malcolm y Carsten Spindler, por todos los datos aportados. A la Arq. Carrió, responsable de las
obras en el sitio. A Agustín Agnolín, Manuel Ruesta, María Eugenia Crespo, Paula Godoy, Sergio
Bogan y Daniel Schávelzon por su colaboración y aporte en todas las etapas de la investigación.
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Zorzi F. - Breve nota sobre el hallazgo de dos sellos de plomo en el sitio Bolívar 373,... 273
Resumen
Este trabajo plantea una aproximación al estudio de los cuellos de botijas encontrados en el
pecio de Puerto Madero, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en año 2009. Creemos que
la ejecución de este proyecto nos permitirá aproximarnos al conocimiento sobre los circuitos,
las formas y los modos de comercialización marítima de los diferentes productos, de los
intercambios regionales, interregionales y transatlánticos que pudieron haberse realizado,
aportando a una mayor comprensión sobre la economía regional del área platense.
Para tal estudio, abordaremos este objetivo desde una perspectiva histórica consideraremos
aspectos de la comercialización transatlántica, y los procesos de cambio en el puerto de
buenos aires. El análisis arqueológico de los materiales se centrará sobre las diversas formas
y posibles funcionalidades de los cuellos de botijas cerámicas, de probable procedencia
española.
Palabras claves: comercio colonial, Río de la Plata, botijas
Abstract
This paper presents an approach to the study of the necks of jars found in the wreck of Puerto
Madero, in the Autonomous City of Buenos Aires in 2009. We believe that the implementation
of this project will allow us to approach the knowledge of the circuits, the forms and modes
of maritime marketing of different products, regional exchanges, interregional and liners
that could have been made, providing a better understanding of the regional economy.
For this study, we will address this objective historical perspective consider aspects of
the transatlantic market, and the processes of change in the port of Buenos Aires. The
archaeological analysis of the materials will focus on various forms and possible functions of
the necks of ceramic jars, probably Spanish origin.
Key words: colonial trade, De la Plata river, olive jars
El marco histórico
1
C.E.A.S.A., Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario
[email protected]
276 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:275-282
de 1525, que partía de Sevilla dos veces al año, en caravanas hacia el nuevo mundo una
vez registradas en la Casa de Contratación.
Este convoy era acompañado por otras embarcaciones para su protección contra
piratas lo que a su vez produjo un aumento en las mercancías. Si bien este sistema
planteaba dos flotas al año, no fue constante e irregular, junto a los ataques piratas,
los huracanes, naufragios e impuestos contribuyo a la ineficacia del sistema como
mecanismo exclusivo del comercio colonial. Las mercancías que arribaban no solo eran
españolas, para cubrir la demanda de la colonia y mantener el monopolio, se necesitó
importar a Sevilla mercancías y reexportarlas, en su mayor parte proveniente de Génova
a través de los mercaderes, los cuales tenían vínculos estrechos con los comerciantes
germanos que luego de 1528 tuvieron un lugar en la Casa de Contratación. Junto a los
artículos germanos fueron llevados por los genoveses, los artículos de Europa del Norte
con conexiones con holandeses.
“Para el registro arqueológico, esta situación comercial implica que los conjuntos materiales
en las colonias hispanas debían ser de orígenes múltiples en el Viejo Mundo de 1503 en
adelante. Es probable que los artículos más frágiles, tales como el vidrio y la cerámica, fuesen
generalmente adquiridos en locaciones mediatas a los puertos de salida (Sevilla y Cádiz) para
reducir los costos del transporte por tierra y su rotura. Por consiguiente, es probable que al
menos una porción de estas mercancías de origen español, procediera de la región próxima a
Sevilla.”(Deagan, 1987:15)
Hasta 1510 el monopolio comercial sevillano fue absoluto pero luego y hasta 1575
este se fue desplazando a Cádiz, volviendo a ser Sevilla alrededor de1680.
La región del Río de La Plata fue una de las últimas en incorporarse al impulso
expansivo español. El primer asentamiento en la región fue Asunción del Paraguay, 1537,
permaneciendo aislado por dos decenios. El proceso de asentamiento comienza con las
fundaciones de Santiago del Estero, 1553 y Tucumán y Ciudad Real del Guayrá, 1557.
Juan Díaz de Solís remonto hasta la boca del río Uruguay. Caboto llega al Río de La
Plata en 1527, internándose hasta el río Carcarañá, fundando el fuerte Sancti Spiritu. En
1534 Don Pedro de Mendoza firmó en Sevilla una capitulación para una nueva tentativa
de conquista, en esta expedición viaja Ulrich Schmidl. En 1536 se produjo el primer
intento de fundación de Buenos Aires pero el asedio de los aborígenes obligó a remontar
el Paraná río arriba hasta donde había estado el fuerte de Caboto, asentándose en ese
lugar. Desde aquí parten quienes van a fundar 1537 la ciudad de Asunción del Paraguay
constituyéndose como primera villa española estable de la región y madre de ciudades,
llamada así dado que parten de esta todas las expediciones posteriores hacia el norte y
hacia el sur hasta en el Río de La Plata.
Hacia el sur de Asunción, fueron fundadas Santa Fe de Vera, establecida por Garay
1573 cerca de Caboto, la segunda fundación de Buenos Aires en 1580, la concepción del
Bermejo 1585, San Juan de Vera de las siete corrientes en 1588.
Las relaciones entre el área altoperuana y el área fronteriza del Tucumán se acelera
a partir de 1570 con los cambios tecnológicos y la mayor productividad que produjo el
proceso de amalgama, introducido por el virrey Toledo.
El incremento de la producción de plata multiplicó la capacidad de atracción y
polarización regional de Potosí y la minería altoperuana en general, que se sintieron
desde Tucumán hasta el área platense.
La minería altoperuana marcó el ritmo económico, como también las relaciones con
Roel L. L. - Entre cuellos y bocas. 277
Chile y los nexos con el litoral fluvial y litoral atlántico. El rol de los núcleos urbanos
se relaciona con por su carácter de área de paso entre corrientes mercantiles y flujos
económicos diversos, partiendo del transporte como actividad principal.
“En el centro del territorio rioplatense, auténtico nudo de caminos entre el Atlántico, Cuyo
y el norte tucumano, tenía además la villa un áreas de valles fértiles al oeste y al sur de
clara vocación ganadera; en ella se cimentará gran parte de su futura riqueza.”(Fradkin y
Garavaglia, 2009)
Buenos Aires fundada por segunda vez en 1580, fue rápidamente un puerto de tráfico
ilícito, fue el motor que impulsó su crecimiento. Con nula posibilidad de explotación de
mano de obra esclava, rápidamente apareció la esclavitud en la ciudad y las estancias.
“en este primer período, la actividad más destacada de la ciudad fue el contrabando y el
tráfico directo, que funcionaron como nexo entre el Alto Perú minero y la economía atlántica. La
primera mercancía que Buenos Aires recibía por agua eran los esclavos africanos que entraban
del Brasil o directamente desde África. También circulaban hierro, tejidos de calidad, vino,
aceite y otras mercancías europeas. El primer producto de exportación era, claro, la plata. Como
ocurría durante todo el periodo colonial, alrededor del 85 por ciento del valor de lo exportado
consistía en metales preciosos. Harina, sebo, cecinas, cueros y tejidos bastos componían el
restante 15 por ciento. (…)
Recordemos que entre 1586 y 1605 se registra la entrada al puerto de Buenos Aires de más
de un centenar de navíos.
Fue este el primer motor del crecimiento económico y demográfico de la ciudad que se
convertiría progresivamente en la villa mas populosa del área.”(Fradkin y Garavaglia, 2009)
Para la región del Río de La Plata el sistema de comercio del imperio español estaba
basado en el tráfico dirigido hacia Potosí en lugar de realizarse a través del Atlántico, que
debía anudarse en Lima con el de las flotas. Lo que implicaba a las regiones interiores
como Salta, Tucumán, Paraguay, y por sobre todo, el Alto Perú o Charcas. La salida al
atlántico haría que las riquezas metálicas en lugar de beneficiar a los mercaderes limeños,
saldrían por el atlántico beneficiando a Buenos Aires. Igualmente el aislamiento de esta
ciudad no fue absoluto, otorgando la corona algunas franquicias que fueron insuficientes.
“El contrabando llegó a ser en el Río de la Plata una solución para sus necesidades, y a
pesar de que no se le practicó en el siglo XVII con la intensidad que en otras partes de América,
contribuyó a evitar el ahogo económico de la región”. (Villalobos, 1986)
Esta región desde principios del siglo XVIII empezó a cambiar. Presencia de barcos
franceses, el contrabando ingles, la llegada frecuente de los navíos de registro, el transito
interior de mercaderías, junto a la exportación de cueros, fue dando al Río de la Plata un
nuevo impulso, incrementándose el consumo junto al crecimiento de la población. Los
migrantes se convirtieron en campesinos labradores o pastores abriendo nuevos espacios
de frontera dando un crecimiento de la producción de alimentos que se relaciona con el
desarrollo urbano y el incremento de población.
El papel del comercio como redistribuidora hacia el resto de los mercados regionales,
hace de Buenos Aires una fuerza de atracción de las producciones de las distintas áreas,
dando un proceso de reorientación de una parte de las economías regionales hacia los
mercados litorales, en un período en que la corona refuerza el rol de este puerto.
278 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:275-282
Se crea el Virreinato 1776 dado que se debía asegurar y conservar los dominios
australes. En 1778 se dicta el Libre Comercio que beneficiaría al litoral pero complicó las
cosas para algunas economías regionales que competían con la metrópolis.
La ciudad estaba socialmente dominada por los comerciantes que ocupaban los
lugares mas importantes en el cabildo y constituían redes familiares que controlaban los
diversos espacios del poder local, sin poder acceder a los títulos nobiliarios, dado que sus
fortunas no se comparaban con Nueva España, Cuba o Perú.
Por otra parte la necesidad de defensa del litoral marcó la arribada a esta ciudad de
algunos jefes militares y la nominación de virreyes, intendentes y oidores que obligó a los
mercaderes a moverse de los espacios de poder directo.
Al no existir minas en el territorio, la burguesía porteña basaba su actividad en el
comercio , era mercantil y crecía en la medida que se apropiaba de parte del tráfico
de Potosí y el Atlántico, de los derivados del comercio interior y de la exportación de
productos pecuarios que fueron creciendo a fines del siglo XVIII.
Desde inicios de este siglo se puede ver un crecimiento en el sector agrario de la
campaña que va de la mano del incremento demográfico, posibilitando el incremento
en ganado, que será de vital importancia para la economía local, primordial para el
desarrollo de la ciudad, con un importante mercado de mulas y vacas, cueros y más
tarde carne salada. Posibilito a la población tener un estado nutricional relativamente
alto en comparación con otras áreas.
Si bien el grupo social que prevalece en porcentajes altos en la campaña son los
españoles, encontramos que la población africana libre y esclava también haya su lugar.
El asentamiento rural parte desde las tierras más fértiles, cercanas a la ciudad,
poblándose luego con las sucesivas oleadas, las zonas más alejadas muy próximas a la
frontera indígena. En esta frontera se mantuvo desde 1776-1780 una paz entre ambas
sociedades que se mantendrá hasta entrado el siglo XIX, basada en contactos a través de
la feria, intercambiando productos aborígenes como tejidos y adornos por yerba, armas
y aguardiente de los colonos.
En el siglo XVIII la Corona introdujo modificaciones en sus colonias en pos de
acrecentar su control, asegurar su defensa y fomentar el crecimiento económico de las
mismas. Estas son llamadas Reformas Borbónicas ya que fueron aplicadas por la nueva
dinastía que gobernó el imperio a principios de siglo, los Borbones.
El consenso a que los historiadores han arribado sobre las reformas es que estas
constituyen la mayor reorganización del imperio colonial desde el siglo XVI.
Roel L. L. - Entre cuellos y bocas. 279
“El período más álgido de reformas coincidió con el reinado de Carlos III (1763-1788) y con
la presencia del ministros José de Galvéz en la Secretaria de Indias (1775-1787). El impulso
reformista decayó durante el reinado de Carlos IV (1789-1808), dado que la implicación de
España en el ciclo de guerras que abrió la Revolución Francesa fue erosionando la capacidad
imperial. En consecuencia, el esfuerzo reformista terminó desembocando en la desintegración
del imperio” (Fradkin y Garavaglia, 2009)
A mediados del XVIII las autoridades pretendían que los dominios coloniales
funcionaran efectivamente como tales, es decir como colonias y vieron para ello, la
necesidad de modificar las formas en que se gobernaban.
Veían como necesario una burocracia profesional que no estuviera ligada a los
grupos dominantes coloniales y buscaban una mayor centralización política. La primera
intendencia americana fue instalada en Cuba, donde los británicos se habían apoderado
de La Habana, tras la Guerra de los siete años (1756-1763) junto con Manila.
La defensa del territorio se organizó desde una defensa total, no ya de fortificación
de algunos puntos estratégicos, y consistió en dotar a algunos emplazamientos de
regimientos regulares, y en la reorganización de la milicia, lo que ocasionó que los gastos
aumentaran. Al Río de la Plata mandan a Pedro Cevallos en 1776 quien lo transformará
en un nuevo Virreinato.
Esta nueva política afecto los intereses eclesiásticos ya que la centralización política
“se expresó a través de un creciente regalismo” (Fradkin y Garavaglia, 2009:179) y
terminó por la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los territorios del imperio
en 1767, favoreciendo la reforma del clero secular. Los miembros de la orden fueron
apresados y embarcados hacia España, los bienes confiscados.
“La decisión de organizar el Virreinato fue tomada en el contexto de una aguda confrontación
con la corona portuguesa. Con ella, la pequeña aldea (…) consolidaba institucionalmente un
proceso de crecimiento mercantil que se había iniciado décadas antes y que se sustentaba
en su creciente capacidad para concentrar los circuitos de intercambio legales, ilegales o
paralegales y, en especial, el flujo de buena parte de la circulación de la plata producida en
los distritos mineros del Alto Perú. Este crecimiento se apoyaba tanto en la recuperación de
la minería andina, evidente desde la década de 1730, como en la creciente importancia del
comercio con el Pacífico sur, que había habilitado la legalización de la ruta por el Cabo de
Hornos en la década de 1740” (Fradkin y Garavaglia, 2009)
Al pasar los años, se fueron completando las medidas, como la habilitación completa
del puerto de Buenos Aires al comercio intercolonial con el Reglamento de Libre Comercio
entre España e Indias, la creación de la Real Aduana en Buenos Aires y Montevideo.
El Virreinato fue dividido en ocho intendencias que eran grandes unidades
administrativas, al mando de hombres de la península y constituyendo el grupo de
burócratas a sueldo y de carrera. Estos hombres dirigían los ramos de guerra, hacienda,
justicia y policía. Buenos Aires en 1785 contaba con un máximo tribunal de justicia,
una Audiencia, en pos de impedir la venta de cargos de oidores y que había sido la forma
de la elite local de llegar al poder judicial.
Se organizó también un Consulado de Buenos Aires, con representación de
diputaciones de las provincias, el cual funcionaba como órgano de representación del
gremio mercantil, tribunal de comercio y junta encargada de proponer medidas y políticas
de fomento de la economía
En cuanto al comercio y las transformaciones que estas reformas traen, podemos ver
280 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:275-282
que la organización del virreinato y la habilitación del puerto de Buenos Aires acarrearon
un tráfico directo con los puertos españoles como también una mayor inmigración
de nuevos grupos mercantiles. El azogue, insumo básico de la minería fue traído de
Andalucía cuando las reservas de Huancavelica fueron insuficientes, descargándose
en este puerto. En cuanto a las importaciones, otro rubro decisivo fue el de esclavos
de África y Brasil. Con la inmigración vinieron las ideas nuevas, nuevos valores, y los
ámbitos de difusión fueron las tertulias, los cafés, los teatros que empezaron a aparecer,
como también los periódicos y gacetas.
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Paradigmas Interpretativos y Metodologías
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:285-292 ISSN 1852-8554
Resumen
Hacia finales del siglo XIX en el cañadón Misioneros se establecieron núcleos poblacionales
hasta inicios del siglo XX; luego la población se trasladó a lo que actualmente es Puerto Santa
Cruz. El proyecto arqueológico implicó el recorrido en superficie y sondeos para ubicar las
diferentes estructuras de cada etapa de población y mapearlas para determinar el impacto de
posibles obras modernas con fines turísticos. Se hizo una recolección de material arqueológico,
mediante la prospección se logró ubicar una fortificación de tierra, y reconstruir en buena
medida el proceso de ocupación de la zona. Los materiales recuperados fueron tratados para
su conservación desde el momento de su recuperación hasta su depósito en el Museo local.
Palabras claves: arqueología de superficie, Puerto Santa Cruz, asentamientos transitorios
Abstract
In the late 19th and early 20th century, new settlements were established in Cañadón
Misioneros. The population then moved to what is now Puerto Santa Cruz. The archaeological
project entailed surface surveys and test pits to locate different structures from each
population stage, then surveying these to determine the impact of potential modern buildings
for tourism purposes. Archaeological material was collected, and from the surface surveys
it was possible to locate an earthen fortification and reconstruct the occupation process of
the area. The recovered materials were treated for conservation from the moment they were
recovered until they were stored in the local museum.
Key Words: surface archaeology, Puerto Santa Cruz, provisory settlements.
1
Centro de Arqueología Urbana- FADU- UBA. CONICET. Ciudad Universitaria Pabellón III 4° Piso
C1428EGA.
2
Centro de Arqueología Urbana- FADU- UBA Ciudad Universitaria Pabellón III 4° Piso C1428EGA.
[email protected]
3
Centro de Arqueología Urbana- FADU- UBA Ciudad Universitaria Pabellón III 4° Piso C1428EGA.
[email protected]
4
Centro de Arqueología Urbana- FADU- UBA. CONICET. Ciudad Universitaria Pabellón III 4° Piso
C1428EGA. [email protected]
286 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:285-292
Puerto Deseado. Paralelamente parte de nuestro equipo llevaba a cabo los relevamientos
patrimoniales de la provincia de Santa Cruz, pueblo por pueblo, casa por casa, lo que se
constituyó como una ayuda notable para ubicar lugares históricos. Cada uno tenía sus
características y problemáticas, y usó el espacio de manera muy diferente. Misioneros,
resultó de interés porque el lugar casi no tiene ocupación moderna fuerte y durante la
época de su gran uso, entre 1860 y 1910, todas fueron ocupaciones transitorias.
Durante 2007 la Dirección de Patrimonio de la Provincia de Santa Cruz nos solicitó que
a partir de una decisión de la Comisión Nacional de Monumentos, se realizara un estudio
de factibilidad e impacto en el cañadón. Se trataba de aceptar o discutir el proyecto de
la Dirección de Turismo de la Municipalidad local, para efectuar un centro de carácter
historicista pese a que es Lugar Histórico declarado en 1943 y por ende protegido de
intervenciones no autorizadas.
Durante el año 2008 se llevó cabo una visita que generó recomendaciones primarias
entre las que destacaba realizar un estudio detallado, el que se hizo en 2009 con los
siguientes objetivos: 1) Llevar a cabo un relevo de las estructuras visibles, 2) Hacer
recorridos de superficie identificando los sitios históricos, 3) Delimitar la zona a intervenir
en las obras y evaluar sus efectos potenciales, 4) Obtener la mayor información sobre
la vida en el sitio en sus diferentes etapas, 5) Entrega de los materiales recobrados,
limpios y clasificados al Museo de Puerto Santa Cruz, 6) Con los escasos recursos que
se contaba llevar a cabo las excavaciones que se consideren imprescindibles, 7) Dar
recomendaciones que se consideren adecuadas para el mejor uso del sitio.
La información histórica
Durante el inicio del siglo XIX los barcos empezaron a entrar a la ría en mayor número
que hasta el momento, en especial los foqueros que, -secreto mediante-, pululaban
cazando lobos marinos para obtener aceite y cueros. La bibliografía es escasa porque en
esos casos la única fuente conservada es el cuaderno de bitácora del capitán, y cuando
se trataba de barcos de otras nacionalidades y sin permiso se cuidaba mucho de no
dejar testimonio escrito. La primera ocupación blanca estable de la zona que tenemos
constancia, fue la de un grupo de misioneros cristianos anglicanos —que dio nombre
a la localidad—, llegados desde Malvinas en 1862. Si bien en el barco había muchos
marineros, los que venían a quedarse eran al menos tres personas, no dos como se
ha escrito, aunque sólo dos eran religiosos: Teófilo Schmid, Juan Federico Hunziker y
Guillermo Gardiner. Ellos hicieron las primeras construcciones posiblemente ubicadas al
fondo del cañadón, sobre un montículo. La misión fracasó por conflicto con los tehuelches
y a los dos años fue abandonada.
En 1872 se produjo el primer intento criollo de establecer una industria de pesquería
en la zona. Idea de un industrial francés instalado en Barracas, Buenos Aires, que, ante
los embates de la Fiebre Amarilla decidió abandonar todo lo que tenía e irse con su familia.
Era Ernesto Rouquoaud quien desde 1841 fabricaba aceites y grasas animales; era el
tipo de producto ideal para la zona y tenía el capital para hacerlo. Para ello pidió tierras
y el Ministerio del Interior le otorgó setenta leguas. Al llegar hicieron: “casa principal,
casillas, galpón, industrial, depósito de víveres y materiales; fueron situados a unos cien
metros de la playa, en la parte llana del cañadón, hacia el levante, donde posteriormente
se hicieron las de ladrillos, cuya cocción se efectuó ahí mismo”. Pero la estancia en la
zona no debió ser tan productiva. Los primeros cinco meses estuvieron sin el jefe que
Schávelzon D. et al - Estudios arqueológicos de superficie en el Cañadón Misioneros... 287
esperaba las resoluciones del gobierno en Buenos Aires; más tarde, tras fallecer uno de
los hijos, murió también la madre, se fugó una pareja de sirvientes y la pesca no era
tan sistemática como se pensaba. En síntesis, las cosas fueron mal. Un año más tarde
comenzaron a desmontar la fábrica.
En noviembre de 1879 -en pleno desarrollo de las operaciones de conquista de
Roca-, se estableció una Subdelegación marítima. Poco después, nuevamente todo fue
despoblado, trasladándose a la Isla Pavón la Subprefectura. En 1893 el Estado nacional
decidió instalar una cárcel militar, precisamente por su aislamiento. En el barco Ushuaia
se trasladaron ocho oficiales y jefes, ocho familiares, 64 maestranzas y tropa, otros
64 familiares de éstos y cien presos, más un médico y un maestro. Este presidio fue
establecido sobre el margen derecha “con 91 casillas de madera que forman angostas
calles”.
Al penetrar al Cañadón, a la izquierda del camino observamos una zona que llama
la atención por lo plana con terrazas con poca diferencia de nivel, un metro en la zona
más elevada, en contacto con el cerro y en gran medida ya cubiertas por su derrumbe;
del lado derecho del camino hay otra zona plana pero resultado de las obras para los
monumentos modernos. El sector antiguo ocupa una superficie de 70 por 50 metros, sin
límites precisos hoy. La acción antrópica moderna es obvia y la concentración de flejes de
barril en la parte baja del cerro creemos que es contemporánea. Todos estos flejes fueron
recolectados y analizados y ocupaban un área de dispersión de 23 por 6 metros, con una
densidad de 566 aros o fragmentos no menores a 20 cm, o cuyo deterioro hacía imposible
su recolección. Esto da una densidad de unos cuatro aros por metro cuadrado, es decir
cerca de 400 barriles.
La extensión de estos y otros materiales que podemos identificar como del período
1870-1910, ocupan una superficie de 70 metros de este a oeste y un ancho de seis
288 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:285-292
metros; continúan luego los sectores con pisos de ladrillo en la terraza superior y un
metro más bajo que los monumentos y el área alterada para hacerla horizontal con el
camino. Suponemos que allí funcionó la fábrica de aceite tal como indican también las
fotografías entre los años 1872 y 1874 y el plano existente, es decir que era la instalación
de la familia Rouquaud.
La recolección de los materiales no fue hecha de manera sistemática ya que la alteración
es mayúscula. Está compuesto por 67 fragmentos de botellas de gres de ginebra, cerveza
y agua mineral alemana (37 de ellos fueron guardados). Hubo 39 fragmentos de loza
(todos guardados).
La estructura 1
Sobre el borde del camino había evidencias de una estructura cuadrada de ladrillos,
rellena, que se procedió a excavar. Resultó ser un cuadrado de 1.57 m de lado y una
profundidad de 36 cm de uso desconocido y compleja interpretación. Las paredes están
hechas con una doble hilada de ladrillos de 27 x 14 x 4 cm, que en la parte superior están
colocados de canto y debajo de forma horizontal; la unión era de tierra y canto rodado
pequeño. Entre ellos y las esquinas hay dos pilares de madera en cada costado (ocho en
total), de 6 cm de lado, que se conservan enterrados con una longitud aproximada de 30
cm, los que a su vez sostenían vigas cuyos restos aun están en el lugar. En un principio
se supuso que era un pozo de letrina o fogón, pero ninguna de ambas hipótesis puede
ser demostrada, porque resulta imposible para ambas, una por la mínima profundidad
y la otra por la presencia de madera sin estar quemada. El relleno interior arrojó varios
fragmentos de carbón vegetal, mucha madera de los pilares en descomposición, cal, 22
clavos cuadrados y 243 fragmentos óseos posiblemente reciente y tienen marcas de sierra
eléctrica, aunque hay alguna marca de cuchillo, una de hacha y dos de sierra manual
indicando un reuso reciente para el rellenado al hacer el camino.
Estructura 2
Donde se encuentra el monumento y las construcciones de la derecha del camino,
justo bajo el cerro, en pleno Lugar Histórico, hay varias concentraciones de ladrillos
ubicadas de manera extendida sobre la que fuera la terraza principal. Esta tenía una
extensión de cerca de veinte metros de largo, pero al trazarse el camino fue cortada por la
maquinaria produciendo el derrumbe de multitud de ladrillos y materiales arqueológicos.
Este sector es el que asociamos por sus dimensiones y ubicación con la fábrica de Ernesto
Rouquaud. Los ladrillos que se pudieron medir (250 ejemplares) dan un promedio de 18
x 13.5 a 15 x 3 a 5 cm. lo que resulta coherente con lo que se fabricaba en su tiempo
En síntesis, por las fotos, descripciones, materiales y la reconstrucción de la topografía
original, es muy probable que allí haya estado la fábrica y haya sido uno de los sitios más
usados históricamente, pero la apertura de la carretera y los monumentos colocados lo
han destruido casi en su totalidad.
Estructura 5
Se halla casi encima del camino, a menos de tres metros, y al ser limpiada solo
presentó un nivel horizontal de ladrillos muy fragmentados cubriendo una superficie
orientada de este a oeste, paralela a la número dos, de 1.60 por 0.50 m. Es posible que
haya sido el piso de alguna construcción y desaparecerá a la brevedad.
Schávelzon D. et al - Estudios arqueológicos de superficie en el Cañadón Misioneros... 289
Estructura 3
Se trata de los restos de otra construcción de ladrillos de la que sólo queda una hilada.
Las dimensiones conservadas son de 1,20 de ancho por 1,44 máximo de largo. Los restos
del derrumbe están dispersos por la zona ya que una corriente de agua la atraviesa. Por
sus dimensiones debió ser un depósito. Las dimensiones de los ladrillos, también usado
de a medios o en fragmentos, es igual a los de las estructuras similares de la zona. Los
muros miden 30 cm de espesor lo que deja un interior de 90 cm de ancho, lo que le da a la
construcción usos no habitacionales. Está abajo del desnivel citado del Lugar Histórico,
un par de metros menos, más protegido del viento y cercano al agua de arroyo.
Estructura 4
En la barranca que se extiende desde el Lugar Histórico hacia el norte hay un área que
ha sido poco perturbada y crecen arbustos. Creemos que es otra construcción auxiliar
de la fábrica. Lo que se vía es una acumulación de ladrillos sin forma; tras su limpieza se
encontraron los restos de tres hiladas de ladrillos, colocados horizontalmente, orientadas
de norte a sur, posiblemente parte de un piso, midiendo 50 por 72 cm. Los ladrillos
miden de manera similar al los otros hallados en el sitio..
En el área de la barranca desde el Área Histórica hacia el norte, debajo del nivel de
las estructuras de ladrillos descritas, se observó que el agua había cortado una zona que
mostraba restos de carbón y aparentaba ser un antiguo fogón o zona de uso y descarte.
Se hizo una pequeña excavación de una superficie de medio metro cuadrado hasta una
profundidad de 7 cm, donde comienza una capa estéril. Se hallaron dos lentes de tierra
rubefaccionada y una capa estratigráfica con abundante carbón. Entre los materiales se
hallaban abundantes restos óseos con señales de exposición al fuego, dos fragmentos
de vidrio fundido, y un conjunto de lozas termo alteradas. El conjunto, por su tipología,
permite inferir una cronología es de finales del siglo XIX y principios del XX aunque
es de compleja interpretación: por una parte muestra la presencia de un estrato de
ocupación no visible en superficie lo que en otros sitios del Cañadón no se observa o
es raro suponerlo; la ubicación del lugar es en plena torrentera, por donde cae agua de
290 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:285-292
deshielo arrastrando ladrillos y piedras, por lo que tanto el sedimento que cubre el fogón
como los materiales de éste mismo pueden ser materiales movidos desde su sitio original.
El Arenal 1
El sitio que así denominamos es la zona que reúne mayor concentración de materiales
culturales, si bien no hay restos de construcciones es evidente por su conformación que
fue ocupada densamente. Si corresponde al penal, a una ocupación militar u a otra nos
es imposible de determinar, aunque no parece haber sido extensa en el tiempo ya que los
materiales son muy homogéneos y casi no hay objetos domésticos.
Se trata de una superficie de arena desprovista de la cubierta de piedras, orientada
de norte a sur, ubicada a unos treinta metros de la costa, protegida del viento por estar
hundida unos dos metros. Algunos árboles indican también ocupación humana y su
protección. Mide aproximadamente 150 m de largo por 50 m en su parte más ancha.
Básicamente lo hallado consiste en sunchos de barril, gres, vidrio negro en enormes
cantidades, suelas de zapatos y botas, vidrio transparente, algunas lozas y una mínima
cantidad de otros objetos. Cabe destacar una pequeña ancla de metal, adorno de una
gorra marinera. Existe otra idéntica en el Museo Borgialli proveniente del cañadón. Se
procedió a trazar una trinchera de un metro de ancho y 24 metros de largo que cortó
de este a oeste el sitio en su zona media. La proporción de los materiales es categórica:
de 727 objetos hay 705 vidrios de los que sólo un 4 % es transparente, siendo todo lo
demás de licor, es decir el 96.97 % del total. Las lozas son sólo 13 fragmentos, el gres 3,
los sunchos 4 y el metal diverso 2. Resulta así un promedio de 29.37 vidrios por metro
cuadrado, lo que es llamativo puesto que indica al menos un consumo enorme, sea en
el tiempo o en una borrachera insólita. Los restos de licor también nos indican, como
promedio, que hay 1.20 botellas por metro cuadrado (número mínimo de individuos,
NMI) calculando las bases y picos.
El Arenal 2
Es un pequeño sector en que fue retirada la piedra dejando la arena limpia en una
superficie de unos 10 metros cuadrados, en los que se halló una alta concentración de
objetos: 11 suelas de zapatos 2 fragmentos de gres de cerveza, 11 fragmentos de gres de
ginebra, 32 fragmentos de vino negro y una única loza blanca. Está ubicado a mitad de
camino entre la bajada del monumento actual y el llamado El Arenal 1.
La estructura de trinchera
Este sitio, muy peculiar, fue descubierto sin datos previos sobre su existencia gracias
a la fotografía satelital y a los datos suministrados por los habitantes locales.
Se trata de una zanja con la forma de la mitad de un hexágono ubicada en la falda del
cerro, penetrando en el cañadón. Es a todas luces una estructura artificial en la cual se
excavó una zanja de protección de posiblemente un metro de profundidad; la tierra fue
arrojada hacia el interior de la estructura, creando una muralla de otro metro de altura
o poco más, por lo que aun hay más de dos metros de altura para quien intente penetrar
al sitio. El recorrido superficial arrojó escaso material histórico: tres objetos coinciden en
la datación general del uso del cañadón en los finales del siglo XIX. No deja de llamar la
atención que el sitio, si era una defensa militar, estuviese ubicado tan al interior y sin
visibilidad del mar.
Schávelzon D. et al - Estudios arqueológicos de superficie en el Cañadón Misioneros... 291
El canal
Esta estructura, visible en la fotografía aérea, resultó no serlo tanto casi en el
terreno en la mitad de su recorrido. Es un canal artificial de unos 150 metros de largo,
perfectamente recto. Ha sido excavado arrojando la tierra hacia ambos lados y resulta
complejo entenderlo porque está recubierto de piedras al igual que todo el cañadón lo
que muestra un proceso diferente. Pudo ser para canalizar el río o para el traslado de
mercancías desde el mar.
El penal
No pudo ser identificado el lugar donde funcionó entre 1893 a 1896. Los planos
existentes parecen no ser de obras hechas si no proyectadas y en el terreno resulta
imposible determinarlo quizás porque la zona ocupada por las viviendas actuales no pudo
ser evaluada. Pese a que la descripción que poseemos habla de casi cien construcciones,
no ha habido sitio alguno que coincida con un asentamiento de tal envergadura.
Bibliografía
DE VIDRIOS Y RELLENOS.
UNA APROXIMACIÓN METODOLÓGICA
Resumen
Desde fines del siglo XIX el vidrio es uno de los materiales más comunes hallados en los
contextos arqueológicos de la ciudad de Buenos Aires. Las manufacturas vítreas de origen
extranjero comienzan a masificarse hacia el cambio de siglo, a la vez que la industria local
emprende su propio desarrollo. El consumo cada vez más generalizado de estos artículos se
evidencia en los depósitos arqueológicos, muchos de los cuales consisten en rellenos para la
nivelación de terrenos urbanos.
Los depósitos de relleno plantean desafíos adicionales a la interpretación arqueológica, y
algunas de sus implicancias serán tratadas a través de dos casos de estudio de finales del
siglo XIX y XX/XXI, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se propone la aplicación de
una metodología de análisis para clasificar los artefactos vítreos como así también algunas
propuestas para el abordaje interpretativo de este tipo de contextos arqueológicos.
Palabras clave: Vidrio - Arqueología urbana - Rellenos - Siglo XIX y XX/XXI - Metodología
Abstract
Since the late 19th century, glass is one of the most common materials found in archaeological
contexts of Buenos Aires City. The vitreous manufactures of foreign origin starts to massify at
the turn of the century, while local industry undertakes its own development. The increasingly
widespread use of these goods is evident in archaeological deposits, many of which consist
of fills for urban ground raise. Some of the challenges for the interpretation implied by these
and other kind of urban deposits, will be addressed trough two study cases from late 19th-
20th/21th centuries in Buenos Aires City. It will be apply a methodology for the classification
and analysis of the glass materials, and also some proposals for the interpretative approach
to these kinds of archaeological contexts.
Key words: Glass – Urban archaeology - Ground fills - 19th and 20th/21th centuries -
Methodology
Introducción
1
Estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires - Investigadora del
“Proyecto Arqueológico Flores” (FFyL Res. 4807). [email protected]
294 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:293-302
sitio tuvieron lugar en 2008 y 2009. Para el análisis presente se tomaron como muestra
3 cuadrículas contiguas de 1x1 m. Las excavaciones revelaron la ausencia de niveles
naturales de depositación en el sector, y la presencia de materiales arqueológicos y
sedimentos en absoluto palimpsesto, conformando un nivel único indiferenciado por
sobre la base de una estructura de ladrillos. Los registros documentales sobre la historia
del predio indican que el mismo fue continuamente ocupado desde al menos mediados
del siglo XIX hasta la actualidad (Maronese, 2006). En la excavación fueron hallados a
80cm de profundidad los cimientos del muro principal de una antigua construcción de la
quinta Rodríguez Visillac de mediados de siglo XIX, cuyo interior quedaría actualmente
bajo el terraplén levantado para las vías del tren. Hacia 1857 se produce la llegada del
ferrocarril, cuya empresa compra parte del terreno de Visillac por donde pasarían las vías.
En este momento se realizan las tareas de terraplenado (a 2 mts de las cuadrículas) para
la colocación de las vías del tren. Tras posteriores subdivisiones, el terreno del actual sitio
es adquirido por la familia Silva, la cual hacia 1890 emprende la construcción de una
casa en el sector NE, parcialmente destruida con la construcción del Colegio Urquiza en
la década de 1930. Con el objetivo de realizar la ampliación del ferrocarril hacia 1930 se
expropian los terrenos lindantes a las vías. Más tarde la empresa de Ferrocarriles cedió
el uso de este espacio a la agrupación Scouts Bernardino Rivadavia, la cual se instaló
allí para sus actividades recreativas hasta la actualidad. Se puede esbozar entonces un
continuo uso del predio, donde distintos eventos (como la demolición de la construcción
Visillac y los trabajos de terraplenado lindantes) y la participación cotidiana del hombre
fueron dando forma al contexto arqueológico; la presencia de vegetación provocó la
mezcla de sedimentos y materiales por medio de la floraturbación.
La composición arqueológica de los depósitos comprende la presencia de los
basamentos del muro de ladrillos, artefactos cerámicos, metálicos, plásticos y restos
faunísticos entre otros. En cuanto al conjunto vítreo, los materiales representan distintas
clases artefactuales y abarcan una cronología estimada desde mediados de siglo XIX
hasta el siglo XX/XXI (Traba y Ansaldo, 2009).
Clases artefactuales
El primer paso metodológico para el análisis del conjunto de materiales vítreos
consistió en su ordenación en distintas clases artefactuales según sus características
tecno-funcionales. Se tomaron como variables para su caracterización: segmento de
la pieza original, sección, medidas (alto, ancho, grosor y diámetro), color, presencia de
termoalteración, alteración de la superficie, inscripciones, decoración, entre otros. En
base a ello para el sitio CF se distinguieron además de las clases principales (botellas,
frascos, vajillas y elementos decorativos y vidrios planos) aquellos materiales en los cuales
el grado de termoalteración no permitía la identificación de la pieza original; esta clase
fue denominada “vidrios muy fundidos” y se tomó como una clase artefactual separada.
Siguiendo los Gráficos 1 y 2, se puede ver de forma comparativa la distribución en
clases artefactuales de los hallazgos de ambos sitios. La muestra de CF consta de un
N=815, del cual los porcentajes más altos se corresponden con la clase de vidrios muy
fundidos (39%). Al incluir ese subconjunto en la categoría de piezas indeterminadas, la
siguiente clase de mayor representación es la de botellas (31%). Las vajillas/elementos
decorativos (vajillas, mobiliar, luminarias) y los frascos corresponden a los artefactos
296 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:293-302
1% Vajillas y Decorativos
Planos
2%
Indeterminados
18%
Gráfico 1. CF. Clases artefactuales
34% Botellas
Frascos
61% Vajillas y Decorativos
Planos
3% Indeterminados
1%
60
50 42
34
40
30 16
16
20 6 9
10 20
0
8
0 Hasta 1930' 2a mitad
Mediados s. XIX Último cuarto S. XX/XXI S. XX/XXI
gral. s.XX/XXI
s.XIX gral.
ello, a modo gráfico, se repiten los valores asignados al siglo XX en general, a la vez que
se especifican los valores de las piezas que pudieron asignarse inequívocamente a la
segunda mitad del siglo XX en adelante. La tendencia más uniforme de la curva de RV
es interpretada como signo de una depositación más bien continua e ininterrumpida
de materiales desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad. En el caso de CF el
patrón parece evidenciar una concentración más marcada de la presencia de materiales
correspondientes a finales del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX. La curva parece
mostrar una tendencia hacia la disminución de los materiales depositados en momentos
posteriores, si bien también se hallan representados.
Conclusiones
La Tabla 2 resume las conclusiones extraídas del precedente análisis. En lo referente
a la cronología, CF si bien evidencia artefactos de finales del siglo XIX y del siglo XX/
XXI, se plantea que el conjunto se conformaría preponderantemente por la influencia
del evento de depositación involucrado en el rellenado del terreno con materiales
provenientes de “la quema”, ocurrido hacia 1912. Los artefactos posteriores a esta fecha
son producto del descarte localizado que se produjo con las reformas ocurridas en el
terreno (construcción del muro perimetral, entre otras). RV, por su parte, presenta una
cronología de distribución de tendencia más uniforme, con materiales de mediados del
siglo XIX hasta la actualidad, que parece mostrar procesos de descarte más continuos y
prolongados que en CF.
Sobre la formación de ambos contextos arqueológicos se propone la participación en
el mismo de procesos de descarte diferenciales. El registro de CF sería producto tanto
del ocasional descarte primario de artefactos, como terciario en el caso de los materiales
incorporados como rellenos de “la quema”. Al contrario, RV presentaría un contexto de
descarte principalmente primario e inmediato.
Se propone por último que en CF los artefactos provenientes del relleno de ceniza
de “la quema” constituyen una muestra del consumo de manufacturas vítreas a gran
escala, es decir al nivel general de la ciudad. Por su parte, el conjunto de RV estaría
representando los artefactos descartados en una escala más localizada e inmediata al
contexto, si bien no necesariamente doméstica.
En el precedente trabajo se tomaron dos casos de estudio del cual se pueden desprender
Traba A. R. - De vidrios y rellenos. Una aproximación metodológica. 301
Agradecimientos
Bibliografía
PICAPEDREANDO.
EXPERIMENTACIÓN SOBRE LA CONFECCIÓN DE ADOQUINES.
Resumen
En un trabajo anterior se ha desarrollado una propuesta para el análisis tecno- morfológico
de artefactos de granito recuperados en el sitio Corralón de Floresta para poder detectar
patrones discriminantes en dicho conjunto (líticos históricos urbanos). En el presente
trabajo se plantea un estudio actualístico a partir de la experimentación en la confección
de adoquines. El mismo se realizó a partir de la observación de un tallador experimentado
mientras producía estos artefactos. El objetivo es describir las técnicas empleadas y a su vez
poder caracterizar los desechos producidos por dicha práctica para luego compararlos con
los recuperados en el registro arqueológico, y de esta forma, poder discriminar si pertenecen
o no a productos de una misma práctica: la formatización y regularización de adoquines/
cordones.
Palabras clave: adoquín, picapedrero, lítico, urbano, experimentación.
Abstract
In a previous study has developed a proposal for the techno-morphological analysis of artifacts
of granite recovered from the site Corralon of Floresta to detect discriminant patterns in
the assemblage (urban historic stone). In the present work, arises a new actualistic study
starting from experimentation in the production of paving stones. It was carried out from the
observation of an experienced carver while producing these artifacts. The aim is to describe
the techniques used and in turn may characterize the waste produced by these practice and
then recovered in comparison with the archaeological record, for thus able to distinguish
whether they belong or not products of the same practice: the formatting and regularization
of paving stones / curbs.
Keywords: paving stone, stonecutter, lytic, urban, experimentation.
Introducción
El análisis de los restos líticos arqueológicos, al menos en nuestro país, se ha enfocado
por lo general en contextos prehistóricos dejando de lado el estudio de restos líticos
modernos. Son relativamente pocos los trabajos de arqueología histórica que abordan
esta línea de evidencia (ver Buscaglia y Nuviala, 2007). Y aún más si se trata de contextos
urbanos. Estos conjuntos pueden ser muy diversos, desde adoquines, hasta rocas de
aplicación en estructuras y monumentos (ver sobre este punto Schávelzon, 2007).
Ante esto, en nuestro caso de estudio, el conjunto lítico del sitio Corralón de Floresta,
1
Estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina -
Investigador del “Proyecto Arqueológico Flores” (FFyL Res. 4807) - [email protected]
304 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:303-312
muy grande, prosiguiendo en ellos las obras del afirmado de calles. El partido de San
José de Flores era un punto importante ya que estaba atravesado por el “Camino Real”,
ruta obligada para las lejanas provincias del centro, oeste y norte del país, y comienza su
adoquinado para el año 1905 (Vattuone, 1991).
Figura 1. Herramientas
del picapedrero: a,
cuñas o pinchotes; b,
escarpel para marcar
la piedra; c, puntas
cuadradas templadas
de acuerdo a la piedra
de cada cantera.
306 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:303-312
La experimentación
Foto 1 Foto 2
Foto 3 Foto 4
En el segundo corte las entrantes se hicieron una sobre la cara superior y otra sobre
una cara lateral del bloque. Sobre la cara superior se realizó la misma secuencia que en
el corte anterior, utilizando las puntas para hacer una abertura en donde se ubicó un
pinchote (foto 5). Luego de esto, se giró el bloque y se comenzó a perforar sobre la cara
lateral, a la misma altura del pinchote que se encontraba en la cara superior, siguiendo
esta acción hasta el quiebre del mismo (fotos 6 y 7).
Una vez conseguido el bloque de adoquín (foto 8) se procedió a su formatización
final, por medio del descabezado. Para esto, a falta de un descabezador se utilizó una
maza y un cortafierro sin filo, ya que es necesario que la superficie que golpee sea plana
308 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:303-312
para ir adelgazando la pieza desde el borde para lograr su acabado (foto 9).
Foto 8 Foto 9
Coloca F. I. - Picapedreando. Experimentación sobre la confección de adoquines. 309
Foto 10 Foto 11
310 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:303-312
Notas
1. Las variables utilizadas fueron: largo, ancho y espesor máximos; módulo de longitud/
anchura; tamaño relativo; forma general del contorno; materia prima (características del grano,
color, inclusiones); adhesiones; alteraciones de superficie; marcas antrópicas y pulido de las caras
(Mercuri y Coloca; 2008)
2. Los trabajos arqueológicos que se realizaron y se siguen llevando a cabo son de dos tipos:
de rescate y de una excavación normal sin restricciones de tiempo y espacio. En este caso, los
primeros, son los que se realizaron en la mitad del predio que linda con la calle Gualeguaychú, dado
que en ese sector se estaba construyendo el colegio se levantaron adoquines y escalones de granito.
La excavación sin restricciones de tiempo se realiza en la mitad del terreno que limita con la calle
Sanabria, ya que en este lugar, por el momento no se realiza ningún tipo de obra y es en donde se
recuperaron la gran cantidad de artefacto de granito (ver Camino 2007; Mercuri y Camino, 2006; y
Mercuri y Coloca, 2008)
3. Las herramientas usadas por los picapedreros son templadas por ellos mismos, ya que
necesitan determinada dureza, y de tantos golpes pueden dejar desechos al desprenderse fragmentos
de ellos.
Agradecimientos
Agradezco a Ulises Camino por su constante apoyo y ayuda en el desarrollo de este trabajo. A
Cecilia Mercuri, con quien hemos empezado el primer análisis del material. A Luis, por su buena
Coloca F. I. - Picapedreando. Experimentación sobre la confección de adoquines. 311
predisposición para contestar y dilucidar todas nuestras dudas. Y a mis compañeros de carrera y
del Proyecto Arqueológico Flores, tanto los que aun continúan trabajando en él como a los que han
tomado nuevos rumbos.
Bibliografía
Resumen
En este trabajo nos propusimos analizar las características constructivas en una vivienda
que sobrevivió del antiguo pueblo franciscano de Itatí, cuyos únicos vestigios nos permitieron
tener un panorama de cómo era el comportamiento constructivo y urbano en los pueblos no
jesuíticos, dentro del territorio de la provincia de Corrientes
La casa perteneció a uno de los últimos cabildantes de esa localidad, de descendencia
Guaraní, los Güerí, y que después paso a manos de la familia Vallejos; y que fuera habitada
hasta la segunda mitad del siglo XX .
El relevamiento y la posterior excavación arqueológica para la determinación de los sistemas
de asentamientos, pisos, mamposterías, horconerías, etc., y teniendo como patrón los
antecedentes realizados en la excavación urbana de la “Casa Molina” (Siglo XVIII, Corrientes)
y los conjuntos jesuíticos dentro de la provincia de Corrientes y Misiones nos permitieron
una visión más integral del conjunto. Pudimos establecer pisos de ocupación e incluso, de
carácter prehistórico. ?
Palabras clave: Pueblo, indios, casa.
Abstract
In this work we proposed to analyze characteristics constructive in house that survived of
the old franciscan town of Itatí, whose unique vestiges allowed us to have a panorama of how
it was the constructive and urban behavior in the nonjesuíticos towns, within the territory
of the province of Currents The house belonged to one of the last cabildantes of that locality,
descendants Guaraní, the Güerí, and that later passage at the hands of the Vallejos family;
and that outside lived until second half of century XX. The relief and the later archaeological
excavation for the determination of the systems of establishments, floors, rubbleworks,
horconerías, etc., and having like landlord the antecedents realised in the urban excavation
of the “House Oil mill” (Century XVIII, Currents) and the jesuíticos sets within the province of
Currents and Missions allowed one more a more integral vision us of the set. We could even
establish floors of occupation and, prehistoric character. ?
Key words: Town, Indians, house.
1
Instituto De Formación Docente “Profesor Agustín Gómez”-Paso De Los Libres, Corrientes.
MMO: Carlos Gimenez
314 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:313-324
Justificación y antecedentes
Trabajo de campo
Al sur se encuentra una galería cuyos horcones, 2 de ellos aun en pie y 1 recostado
contra la pared sur en el sector exterior, sosteniendo la viga de madera de la galería estos
a 1,50 m. de la pared sur. Estas vigas y horcones formaban la galería que circunvalaba y
protegía a la vivienda, de las lluvias subtropicales La galería al norte no se pudo identificar
puesto que, han desaparecido los vestigios que podrían permitir identificarla, pero todo
hace pensar que la misma se extendía 2,5 m. por lo que se extendió la vivienda para ese
sector.
Excavación
Sondeo 1
El sondeo aunque de forma irregular, aprovechamos la existencia de un pozo que
se habia realizando para la extracción de la raíz de un árbol que había crecido allí. Las
medidas del mismo con un ancho máximo, de este-oeste de 1,30 m. por un 1,60 m. de
longitud sur-norte; a 3,40 m. al norte desde la pared sur sobre la pared oeste y a 1,08
m. de la pared norte. Pudimos establecer dos niveles de piso y sin ninguna duda una
ocupación anterior sin pisos, pero con clara evidencia debido a los restos materiales. El
primer piso, es decir el más moderno, se encuentra a una profundidad de 30 cm. aparecen
Mujica J. I. - Excavación de la última vivienda de indios del antiguo pueblo de Itatí... 317
los mosaicos cerámicos pertenecientes a la ocupación más reciente, los mismos de corte
cuadrangular de 18 x 18 cm. por 3 cm. de espesor medio. Por debajo de este a 18 cm. de
profundidad encontramos un segundo piso de ocupación con ladrillos rectangulares de
tamaño normal de 28 x 14 cm.; y por debajo del mismo, Tiestos de cerámica de tradición
Indígena perteneciente a una ocupación anterior de carácter prehispánico El total de la
profundidad es de 77 cm.
Sondeo 2
318 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:313-324
Sondeo 3
Realizado en el sector donde se encuentra el horcón central de la pared este en el
interior de la habitación Este. De 1 m. este-oeste por 1,10 m. norte-sur, a 2,50 m. norte-
sur de la pared sur y contra la pared este y a 2,46 m. de la pared norte. En este sondeo
se pudo verificar que los piso habían sido totalmente levantados y se había realizado
un nuevo piso de ladrillos con alisado de cemento encima, por debajo se pudo verificar
la existencia de material arqueológico en abundancia que demuestra la existencia de
al menos dos ocupaciones previas, es decir una de carácter reduccional y una anterior
prehistórica, donde se pudo verificar la existencia de una cultura con cerámica corrugada
y pintada, que se va ha continuar en el tiempo durante el periodo hispano indígena.
. Este horcón de la cumbrera es de 20 cm. por 20 cm. de espesor de corte cuadrangular,
de madera de quebracho y enterrado hasta una profundidad de 60 cm., profundidad que
coincide con la del cimiento.
Sondeo 4
Ubicado al oeste de la pared este de la habitación Oeste, a 2,50 m. de la pared norte, a
2,55 de la pared sur. Se realizo un pozo de sondeo, ubicado también, donde se encuentra
el horcón que sostiene la viga cumbrera. Este sondeo nos permitió verificar lo que ya
Mujica J. I. - Excavación de la última vivienda de indios del antiguo pueblo de Itatí... 319
sabíamos del sondeo 1, primero a solo entre 7 y 10 cm. por debajo de un sedimento de
suelo negro humus? estaba el primer piso con mosaicos de corte cuadrangular de 18 x 18
cm. de 3 cm. de espesor, este en muy buen estado de conservación levantamos 5 hileras
por 5 hileras de los mismos para poder continuar con nuestra excavación. 2 - Por debajo
de este a 23 cm. se encuentra el piso de ladrillos? de 28 x 14 cm. y por debajo de este un
suelo oscuro que nos muestra una ocupación previa a la instalación del piso original de
la vivienda actual.-
En los niveles se determinan de la siguiente manera: 1- Un nivel de sedimento nuevo,
de entre 7 a 10 cm. de espesor. 2- Un nivel de piso, de 3 cm. de espesor 3- Un nivel
intermedio de sedimento de 20 cm. de espesor. 4 - Un nivel de piso de 4,5 cm. de espesor.
5- Un nivel de sedimento gris oscuro de 40 cm. de espesor.
6 - Un nivel sin ocupación, con arena limpia de 25 cm. El horcón central de 20 por
20 cm. de corte de quebrado se encuentra enterrado hasta una profundidad de 60 cm.
Trinchera patio
Esta trinchera se realizó con el objeto de verificar si la vivienda continuaba
anteriormente extendiéndose hacia el este de la misma, planteada a los 5 m. al este de
la pared este y con un ancho de 80 cm. por 2,40 m. de longitud y a 90 cm. al norte del
patio de cemento alisado. Esta trinchera nos permitió: 1- Verificar que la vivienda no
continuaba hacia el este. 2- Establecer que efectivamente hubo una ocupación previa
a la construcción de la Casa Güerí Vallejos. - 3- Reconocer un período de viviendas
transitorias durante la etapa de la reducción.
El perfil nos muestra sobre la pared oeste y a 38 cm. de el perfil norte de la trinchera
y a los 30 cm. de profundidad se encontró un tronco labrado de corte aparentemente
rectangular, ubicado en forma vertical, de 70 cm. de longitud por 16 cm. de ancho norte-
sur y 12 cm. de espesor este-oeste.
Posiblemente ese poste haya sido uno de los horcones de las viviendas realizada
durante la primera etapa del pueblo reduccional. El material arqueológico aparece entre
los 30 y 60 cm. de profundidad y por debajo, 30 cm. de suelo estéril. Con una profundidad
total de 90 cm. con una pequeña franja de arena que se identifica claramente antes de la
capa fértil de entre 4 y 6 cm. de espesor
Trinchera este
Los peones que trabajaron, nos informaron que paralelo al tejido perimetral del terreno
aparecía un piso de ladrillo, en tanto una de las maestras de la escuela, nos informó
que cuando plantó contra el alambrado, para hacer el cantero, tuvo que romper pisos.
Resolvimos verificar, y allí realizamos una trinchera desde el límite mismo del alambrado
perimetral y hacia el oeste de 0,80 m. de ancho por 4,40 m. de longitud este-oeste. Allí
excavamos y a los 15 cm. de profundidad después de extraer un suelo negro con restos
de tejas muy fragmentadas, dejamos al descubierto un piso de 3,06 m. de longitud
este-oeste, inmediatamente después profundizamos el sondeo para ver si continuaba o
existía algún cimiento que limitara ese piso, y bajamos hasta una profundidad de 40 cm.
por 55 cm. de ancho este-oeste y continuamos la trinchera hacia el oeste a 25 cm. de
profundidad. El piso tenía una clara pendiente de 5 cm. de este a oeste. compuesto por
ladrillos rectangulares que 28 cm. por 14 cm. de lados.
320 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:313-324
Mujica J. I. - Excavación de la última vivienda de indios del antiguo pueblo de Itatí... 321
322 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:313-324
Trinchera interior
Demarcamos una trinchera que arrancaba al norte de la pared sur de la habitación
Oeste y que la atravesaba en su totalidad continuando hasta el alambrado perimetral
norte, con un total de 10 m. de longitud, a la que subdividimos de sur a norte en 4
sectores de 2,50 m. de longitud por 0,60 m. de ancho.
Conclusiones
Bibliografía
MACROARTEFACTOS:
MONUMENTALIDAD, IDENTIDAD Y PODER EN VENEZUELA ACTUAL
Resumen
Los monumentos y sus historias ancestrales y actuales son anclas sociales en la tierra,
concretadas tangiblemente en el enraizamiento, la identidad social, las relaciones de las
personas vivas con su pasado y con sus ancestros y los derechos sobre el territorio. Las
características de la comunidad o individuos afectan la conformación de estos artefactos en el
espacio construido, así como los efectos producidos y reproducidos en la misma comunidad
e individuos sobre el paisaje construido y los mecanismos de interacción recíproca vinculan
al paisaje con la colectividad. En este trabajo intentamos analizar en caso del surgimiento de
monumentos de concreto en las últimas dos décadas, construidos en general por las fuerzas
locales y desde patrones estéticos distintos a los de las hegemónicas bellas artes, en las
entradas de múltiples pueblos y ciudades de Venezuela.
Palabras clave: Monumento, identidad, poder, arqueología social.
Abstract
The monuments and their stories are ancient and modern social anchors in the ground,
specified in the rooting tangibly, social identity, the relationships of people living with their
past and their ancestors and the land rights. The characteristics of the community or
individuals affect the composition of these artifacts in the built environment and the effects
produced and reproduced in the same community and individuals about the built landscape
and the mutual interaction mechanisms linked to the landscape with the community. In
this sense, this paper try to analyze if the emergence of concrete monuments in the past two
decades, generally built by local forces and aesthetic standards different from those of the
hegemonic fine arts at the entrances of many peoples and cities of Venezuela.
Keywords: Monument, identity, power, social archeology.
Introducción
1
Departamento de Arqueología, Etnohistoria y Ecología Cultural de la Escuela de Antropología.
U.C.V.
326 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
por el acceso al pasado, especialmente el más lejano y no occidental, para nosotros el eje
conector está en una interpretación social que parte de las producciones materiales y no
directa o primariamente de sus tradiciones orales o documentales escritas. De hecho,
fenomenológicamente, la materialidad sociohistóricamente producida, reproducida y
constituida siempre supone un acercamiento a un pasado, inmediato o lejano, de hace
minutos o siglos, según nuestra escala temporal y espacial, en el que se produjo un
contexto práctico o discursivo de relación social significativa. Siguiendo a Thomas (2004),
sabemos que el estar-aquí-en-el-mundo se constituye en existencia y experiencia presente
sólo a partir de un registro material, y cultural en general, formulado en el pasado y
proclive a sustentar acciones y discursos futuros. En este sentido, este trabajo forma
parte de una reflexión teórico-metodológica colectiva que en la academia arqueológica
venezolana, expresión de las reformulaciones epistemológicas más recientes, intenta
ampliar el campo de acción histórico-cultural, geoespacial, identitario y político del
quehacer arqueológico.
Una de nuestras principales preocupaciones es la de desarrollar una arqueología
socialmente significativa que tenga una función, intención y repercusión sobre nuestra
visión del mundo que vivimos, en especial nuestra vida cotidiana. Muchos arqueólogos,
como habitantes de centros urbanos modernos, distanciamos nuestro objeto de estudio
de nuestro entorno vivencial tanto en el sentido temporoespacial -el campo es un sitio
lejano donde se hallan restos del pasado remoto-, como ético-político -el pasado es un
país extranjero, como lo plantea Lowenthal (1985), otro que no se vincula con nuestra
experiencia presente-. Por el contrario, el surgimiento de la arqueología urbana implica
toda una redefinición de tesis fundacionales. Primero, en lo espacial, plantea la posibilidad
y necesidad de recuperar las evidencias materiales del pasado que se encuentran
depositadas bajo las complejas deposiciones estratigráficas de las urbes modernas.
Segundo, en lo temporal, supone que la distancia cronológica de esta evidencia respecto
al presente podría ser saldada por una suerte de solución de continuidad ocupacional
del espacio urbano. Y, tercero, más importante aún, en lo material, incorpora al registro
tradicional del pasado la producción material y el sentido de materialidad que se asocia a
las urbes modernas en que vivimos, desde sus posibles orígenes aldeanas indígenas hasta
sus manifestaciones más actuales. Así, restos cerámicos colaboran junto a fragmentos de
vidrio, maquinarias abandonadas en una fábrica, relojes, graffiti en los muros del barrio,
edificios abandonados o en funcionamiento, mercancías que pasan de mano en mano en
una tienda por departamentos, vestidos que adornan a los jóvenes, equipos utilizados
en la oficina de un banco, vehículos transitando la autopista, a interpretar la historia de
la ciudad. Sin embargo, es importen acotar que, epistemológicamente, una definición de
arqueología urbana no debe depender de la locación del trabajo de campo en la ciudad
sino de su particular enfoque teórico-metodológico -más no necesariamente técnico-,
y el cual se definimos como el estudio o interpretación de los procesos materiales de
formación, transformación, significación y resignificación en la ciudad, especialmente
la moderna occidental –aunque no excluimos la posibilidad intercultural de estudiar
configuraciones urbanas de formaciones sociales estatales no occidentales como las
toltecas, mayas, aztecas, chimús, incas, etc.-. En definitiva, no es sólo un trabajo en,
sino sobre la ciudad.
Los monumentos y sus historias ancestrales y actuales son anclas sociales en la
tierra, concretadas tangiblemente en el enraizamiento, la identidad social, las relaciones
de las personas vivas con su pasado y con sus ancestros y los derechos sobre el territorio.
Navarrete Sánchez R. - Macroartefactos: Monumentalidad, identidad y poder... 327
social y espacial deben ser vistas desde una perspectiva fenomenológica del paisaje y
el lugar a largo plazo, especialmente en los casos cuando involucra la construcción de
monumentos y su relación dialéctica como los aspectos topográficos para conformar un
sentido distintivo y significativo de lugar. Por otro lado, para el neolítico europeo, las
zanjas y senderos podrían expresar procesiones rituales lineares y pautadas entre los
monumentos que contrastan con los patrones de movilización íntimos y la deposición
de artefactos circular y encerrado. Mientras las actividades rituales en esas localidades
ocurrieron dentro de los límites de los monumentos ubicados dentro del paisaje, las
hechas a lo largo de los senderos deben haber sido procesiones o peregrinaciones
integrativas que relacionaron topografía y lugares mediante significados más abarcantes
y generalizados. Así, “la cultura material supone la narrativa y el recuento de mitos y fue
hecha, a veces, para aparecer como si algo sucedió realmente, lo que determina otras
formas de poder en las narraciones y recuentos impuestos” (Hodder 1995, p. 165).
Para Rapoport (1994), la comprensión del orden particular y de la subyacente
organización espacial y conceptual es esencial para la interpretación del espacio construido
y de los macroartefactos que lo conforman pero sería insuficiente sin la integración de
los agentes, actividades, aspiraciones, necesidades, valores, estilos de vida, categorías
sociales y otros aspectos sociohistóricos y culturales que llevaron a su construcción y que
se activan en entorno a este bien inmueble. Propone que debe reconocer tres aspectos
básicos del espacio construido como expresión física del a organización espacial de una
cultura: 1) las características de la comunidad o individuos que afectan la conformación
de estos artefactos en el espacio construido; 2) los efectos producidos y reproducidos en
la misma comunidad e individuos sobre el paisaje construido y 3) los mecanismos de
interacción recíproca que vinculan al paisaje con la colectividad (p. 461).
De hecho, el espacio en si mismo, más que una división natural y universal, es
una construcción sociohistórica y la disposición de los elementos materiales en éste
conforman el paisaje cultural que constituye la visión de mundo asumida, impuesta o
consensuada, de un colectivo o una de su facciones o individuos, por lo que en el sentido
antropológico de política, condensa una serie de nociones y decisiones políticas y, por
ende, una ideología y práctica del poder imbricada con las negociaciones, tensiones y
ambigüedades de los productores de dicho paisaje. El marcaje espacial abarca desde
señales mínimas circunstanciales hasta sistemas complejos permanentes altamente
redundantes, los que cotidianamente interactúan con otros elementos móviles y con los
individuos en el reforzamiento de la información -y de la locación y la localización como
experiencias activas y negociadas- en un gran diversidad de escala, heterogeneidad,
complejidad, especialización, etc. (p. 493). Rapoport, finalmente, señala tres puntos:
1) entender el ambiente construido y subyacente organización espacial a partir de los
esquemas cognitivos culturalmente relevantes; 2) considerar la relación entre estas
manifestaciones físicas con otros tipos y aspectos del espacio social, político, conductual,
sagrado, mítico, ritual etc., y 3) relacionarlo con las nociones y prácticas culturales
particulares sobre el tiempo, el significado y la comunicación. La expresión física de la
organización espaciales sólo un aspecto de la organización de los significados culturales,
por lo que la localización de los objetos, individuos y grupos en el espacio también
comunica significados en distintas escalas y asuntos como la salud, el estatus, el poder,
el estilo de vida, los valores, la organización social, lo público y lo privado, especialmente
cuando está reforzada por elementos inmuebles o fijos (pp. 495-497).
Reciente estudios arqueológicos han considerado el asunto de las relaciones de poder
330 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
y ambiguo entramado socia. En consecuencia, así como hay poder opresor hegemónico
desde arriba, también pude configurarse desde abajo como una capacidad de trasgredir y
resignificar los contextos y acciones culturales y políticas. De hecho, el poder en los seres
sociales está tan internalizado por la socialización e incorporado por su materialización
en el cuerpo que forma parte, define y estructura la propia identidad. Ser social es estar
sujeto y a la vez ser agente de poder.
Por esto, como podemos ver en la siguiente cita, hasta la misma Torre Eiffel, generó en
sus tensiones iniciales antes de convertirse en el monumento hegemónico y paradigmático
por excelencia del Occidente moderno.
Escritores, escultores, arquitectos, pintores y aficionados por la belleza hasta aquí
intacta de París, queremos protestar con todas nuestras fuerzas, como toda nuestra
indignación, en nombre del gusto francés mal preciado, en nombre del arte y de la historia
franceses amenazados, contra la erección, en pleno corazón de nuestra capital, de la
inútil y monstruosa Torre Eiffel ¿La ciudad de París seguirá por más tiempo asociada a las
barrocas y mercantiles imaginaciones de un constructor de máquinas para deshonrarse
y afearse irreparablemente? Pues la torre Eiffel, que ni la misma y comercial América
querría, es, no lo duden, la deshonra de París. Todos lo sienten, todos lo dicen, todos
se afligen profundamente, y no somos más que un débil eco de la opinión universal, tan
legítimamente alarmada. Por último, cuando los extranjeros vengan a visitar nuestra
Exposición, aclamaran sorprendidos: ‘¿Cómo? ¿Éste es el horror que los franceses han
encontrado para darnos una idea del gusto del que tanto presumen?’ Tendrán razón
si se burlan de nosotros, porque el París de los góticos sublimes, el París de Puget, del
Germain Pilon, de Jean Goujon, de Barye, etc., se habrá convertido en el París del Señor
Eiffel [1887, Extracto de protesta de artistas]” (Barthes 2001, p. 55).
Por otro lado como, lo evidencia el monumento ubicado en el centro de Londres para
conmemorar el gran incendio de ----, puede reacomodarse en su significación original para
asumir o absorber nuevos contenidos simbólicos. De hecho, en el caso de este prominente
pilar salomónico unicado entre calles muy angostas que no permiten su visibilidad desde
la lejanía ni una perspectiva adecuada para apreciar su volumen y altura, ha perdido
incluso su sentido original y pocos recuerdan que evento o personaje conmemora. Así, se
convierte en el monumento para identidades difusas, un macroartefacto de por si y para
si y, de hecho, es conocido bajo la simple pero cargada denominación de The Monument.
Sólo marca su propio emplazamiento pero se asocia con el poder de una localidad urbana
central dentro del sistema simbólico global.
Debemos, entonces, preguntarnos qué pasa con aquellos monumentos que no
responde estrictamente a la imposición desde arriba sino más bien a un poder o voluntad
desde abajo o, quizás siendo cónsonos con la dialógica del poder, a una acción intermedia
en espacios de conflictos, a un vehículo y motor de relaciones sociales complejas, como
aparato de negociación entre diversos niveles y direcciones de la estructura y la agency,
lo local y lo global, etc. Estética desde abajo hacia arriba (Canclini)
Podemos ver los monumentos como artefactos emplazados en lugares de contienda
política e incluso estética al expresarse en estilos identitarios que promueven y a la vez
confrontan valores hegemónicos como la identidad nacional frente al ancestralidad local,
las bellas artes ante el arte popular o artesanía, etc.
“El espacio manda a los cuerpos, prescribiendo y proscribiendo gestos, rutas
y distancias a cubrir. La monumentalidad siempre in-corpora e im-pone un mensaje
claramente inteligible ya que enmarcara el deseo y la arbitrariedad del poder bajo signos y
332 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
los actores sociales se exponen y canalizan mediante los medios de comunicación. Por
un lado, para algunos significaba un patrimonio arqueológico que daba cuenta de una
población pigmea en América en tonos localistas y análisis superficial de la evidencia
–es paradójico el hecho de resaltar un pasado pigmeo, que podría verse como inferior,
pero ahora bajo la óptica del carácter único y extraordinario de la población indígena
originaria local-.superficial de los datos expuestos, haciéndose uso de herramientas
lingüísticas, como los tonos de exageración, para lograr atraer la atención del lector.
Algunos entes gubernamentales afirmaron que sólo accedieron a las demandas, de la
población quiboreña ante el perjurio de la imagen y el bienestar urbanístico. Por otro
lado, otros sectores, especialmente juveniles, denunciaron la arbitrariedad e ilegalidad
de una medida que atentaba contra la historia, el conocimiento científico y el desarrollo
turístico en la región. Al igual, muchos escritores y personalidades académicas y
científicas nacionales se pronunciaron contra lo que denominaron un atentado contra la
cultura, pidiendo reflexión y reevaluación a las instancias pertinentes e incluso llaman
incultos a los quiboreños que apoyaron o ignoraron la medida. Se critica la idiosincrasia
del venezolano y la pérdida de valores propios ante un desarrollo material inmediatista.
Variadas son las muestras de descontento por intelectuales locales, nacionales e incluso
de proyección internacional, que aunque reconocen el daño al acervo cultural, no
se vinculan con los intereses de los quiboreños y venezolanos dentro de este debate
mediático.
Así, para la década de los ochenta del siglo XX, las iniciativas del museo y de ciertas
instancias intelectuales locales lograron dar continuidad a las investigaciones en
la región y en el cementerio de Quíbor, así como fomentar la valoración y rescate del
patrimonio arqueológico local mediante las exhibiciones del museo y el entrenamiento de
capacitadores locales para ofrecer guiaturas y formación de artesanos que desarrollaron
réplicas de las decoradas piezas recuperadas en las excavaciones. Esto no sólo forjó un
grupo de ceramistas dedicados a la reproducción de piezas arqueológicas bajo técnicas
tradicionales para el mercado turístico sino que atrajo otros artesanos –tejedores,
talladores de madera, torneros de gres, etc.- quienes fueron formando un próspero
comercio local. De hecho, una de las vasijas trípode con pintura polícroma geométrica se
convirtió en el hito de dicho mercado al erigirse una gigantesca reproducción al centro
de la redoma del paseo artesanal. Su prominencia, aledaña al acceso a la ciudad desde
Barquisimeto en una encrucijada que conduce a otros puntos de interés turístico regional
la hace señal ineludible del tipo y valor de la mercancía que allí se ofrece y otorga un
sentido reinventado de continuidad histórica ancestral a una producción artesanal que
sólo recientemente creó su nicho comercial en la región a partir de una reinvención del
patrimonio arqueológico local. En consecuencia, en Quíbor, podríamos suponer que
la presencia del macrotrípode en la redoma de entrada a la ciudad como bienvenida a
su mercado artesanal llama la atención de la compleja pero reciente interacción entre
una ambigua comunidad en busca de identidad ante la competencia de la gran urbe de
Barquisimeto rescatando típicos imaginarios colonialistas modernos como el del pigmeo,
un contradictorio acercamiento a la ancentralidad indígena por parte de las élites locales
y el Estado nacional entre el rescate y la destrucción, la búsqueda de los orígenes de la
comunidad intelectual y científica enfocada en el saber histórico y arqueológico y sus
instituciones como el museo y un sistema comercial ávido de crear un eficiente mercado
competitivo a partir de la reinvención de tradiciones artesanales que dieran centralidad
geocultural al mercado local.
334 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
tras rituales y hábitos europeos cristianos impuestos. Una de sus fechas clave es la
fiesta de san Juan Bautista. Ese día, el 24 de junio, fue el escogido en 1749 para iniciar
una rebelión que incluía a Guarenas, Guatire y los Valles del Tuy. La rebelión fue
detectada y castigada por la Corona española. Sesenta y cuatro años más tarde, el clima
político en la costa de Barlovento no había dejado de recalentarse. Se declaró la Guerra
de Independencia y el ejército de Francisco de Miranda defendía Maracay, San Mateo
y La Victoria para impedir la entrada a Caracas de Domingo de Monteverde. Miranda
incluyó en su ejército a 1000 negros y mulatos libres como esclavos de refuerzo, quienes
se negaron a ser alistados e iniciaron la Insurrección de Barlovento, proclamando a
Fernando VII. Se apoderaron de Caucagua y Guatire y marchaban a Caracas pero Pedro
Echezuría, párroco de Antímano, los apaciguó. Para 1814, muchos en el ejército de
Boves, se insurreccionaron en la costa central y ayudaron a Bolívar y Mariño a ganar en
La Puerta. Después de la Independencia, se produjo otros levantamientos en 1822, 1835
y 1845.
Recientemente, el 20 de julio de 2009, un inusitado evento ampliamente reportado por
la prensa nacional, especialmente la opuesta al gobierno actual, se reamplificó con estas
sonoridades de la resistencia ancestral ante un contexto político totalmente distinto. Una
protesta de pobladores de Curiepe debido al retiro de una escuela comunitaria por parte de
la nueva alcaldesa del gobierno chavista, en un pueblo que votó dividido en las elecciones
regionales venezolanas de 2008, finalizó justamente frente a la plaza del monumento a
la entrada de Curiepe, en un violento enfrentamiento con la Guardia Nacional. Y, por
supuesto, los macro tambores fueron una vez más espectadores y protagonistas centrales.
Dos días después, los tambores repicaron en el palacio presidencial de Miraflores en
Caracas, como protesta de ante la violencia de la Guardia Nacional en su pueblo y
exigir atención de las autoridades, bajando el tono durante el diálogo con el ministro del
Despacho de la Presidencia y la alcaldesa de Brión. Enfatizaron, ante la prensa, que el
pueblo de Curiepe es pacífico pero reacciona cuando violan sus derechos con su única
arma que tenemos para batallar y protestar, los tambores. Y la protesta, que quizás en otra
situación distinta a la polarización política que afecta a Venezuela actualmente y en otra
locación distinta al emblemático Curiepe cimarrón, cobró dimensiones monumentales
por unos días (El Universal, 2009). En definitiva, una vez más un poblado hizo uso de la
reinvención de su tradición, y de su manifestación material tanto en los tambores como
en el monumento a ellos, como una forma de exhibir una construcción de etnicidad
que utilizó el trasfondo de la resistencia negra, tanto racial como histórica, para actuar
políticamente desde lo local al ámbito nacional.
San Carlos es la ciudad capital del estado Cojedes, ubicado en la región centro
occidental venezolana en un espacio intermedio entre otros más prominentes económica,
turística o históricamente de Venezuela como Guárico, Barinas, Portuguesa, Yaracuy y
Carabobo, lo que lo convierte en un lugar ambiguo en términos de significación dentro
del territorio que ocupa el Estado Nacional. Sus escasos referentes simbólicos están
vinculados con eventos secundarios de la gesta independentista del siglo XIX y un papel
secundario en la economía agropecuaria nacional. Así, San Carlos requirió construir
forzosamente un emblema localista para captar la atención identitaria a su favor en la
competencia interestadal.
338 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
impulso alegórico, anecdótico o conmemorativo- y el asedio –desde fines del siglo XX, con
la reorientación del proyecto nacional, nueva visión de la campaña independentista y la
resistencia indígena-. Así, algunas vuelven a significar -Bolívar y Zamora- mientras otras
-Monumento a Cristóbal Colón- son atacadas como modelo de dominación y genocidio. Al
tiempo que Guaicaipuro entra al Panteón Nacional, el busto del papa Juan Pablo II (1985)
desaparece ante nuevas maneras de encarar la memoria.
Los macroartefactos analizados en este artículo forman parte precisamente de esta
historiografía. Sin embargo, trascienden el campo del orden material hegemónico,
reproducido y analizado por Suazo a través de los monumentos conmemorativos
históricos, para adentrarnos dentro de otra realidad artefactual monumental, aquella
que ha sido erigida recientemente por actores locales en sus propias comunidades
sin previsión o control del Estado nacional. Sin embargo, no sólo constituyen otro
contexto de materialidad sino que significan otro poder discursivo o práctico, así como,
es posible, conformen otra etapa en la historiografía de la estatuaria nacional -o mejor
decir, en Venezuela- que podría denominarse, según la experiencia emocional asociada,
empáticos. Al fin, condensan necesidades identitarias y políticas de colectivos mucho
más restringidos que la nación.
Como la Torre Eiffel, nuestros monumentos expresan significaciones y valores entre lo
local y lo universal que trascienden sus límites e intenciones desde su ser-en-el-mundo,
Mirada, objeto, símbolo, la Torre es todo lo que el hombre pone en ella, y ese todo es
infinito. Espectáculo mirado y mirador, edificio inútil e irreemplazable, mundo familiar y
símbolo heroico, testimonio de un siglo y monumento siempre nuevo, objeto inimitable
y sin cesar reproducido, es el símbolo puro, abierto a todos los tiempos, a todas las
imágenes y a todos los sentidos, la metáfora sin freno; a través de la Torre, los hombres
ejercen esa gran función del imaginario que es su libertad, puesto que ninguna historia,
por muy oscura que sea, ha podido quitársela (Barthes 2001, p. 79).
Navarrete Sánchez R. - Macroartefactos: Monumentalidad, identidad y poder... 341
342 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:325-343
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Navarrete Sánchez R. - Macroartefactos: Monumentalidad, identidad y poder... 343
Resumen
Desde la Edad Media la ubicación espacial de los templos católicos ha respondido a una
orientación astronómica vinculada con la posición del sol, símbolo de la victoria de la luz
sobre la oscuridad y del bien sobre el mal. Nuestro objetivo es investigar si la Argentina
recibió y conservó esa tradición, si fue aplicada de la misma manera por las diversas órdenes
religiosas, y si existen diferencias entre los templos destinados al uso público y al uso privado.
Este trabajo presenta el análisis de dos templos del siglo XIX localizados en el conurbano
bonaerense: la catedral del partido de Moreno y la capilla privada de la quinta Santa Cecilia,
perteneciente a la familia Jacobé, en el partido de San Fernando. Aunque el crecimiento
vertical de las ciudades limita la práctica de la arqueoastronomía, intentamos desarrollar
esta disciplina con el fin de abrir nuevos caminos dentro de la arqueología urbana argentina.
Palabras clave: arqueoastronomía - orientación astronómica – templos católicos
Abstract
Since the Middle Ages, the placement of catholic temples has depended on an astronomical
orientation related to the position of the sun, symbol of the victory of light upon darkness
and goodness upon evil. Our objective is to investigate if Argentina received and kept this
tradition, if it was used in the same way by the different religious orders, and if there is any
difference between public and private temples.
This paper presents an analysis of two XIX century temples situated in the outskirts of
Buenos Aires: the Cathedral of Moreno and a private chapel, belonging to the Jacobé family,
in San Fernando. Although the vertical growth of the cities restricts archaeoastronomical
practices, we try to develop this discipline in order to open new paths within the Argentinian
urban archaeology.
Key words: archaeoastronomy - astronomical orientation – catholic temples
Introducción
En toda época, lugar y religión que tomemos en consideración, observaremos que las
paredes de un templo delimitan un espacio sagrado. La creación arquitectónica impone
un límite material sobre la indeterminación numinosa del ámbito sacro, configurándose
un orden que se asemeja, en cierta medida, al cosmos superador del caos (Manzi, 1991).
1
Proyecto Arqueológico Moreno, [email protected]
346 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:345-353
El sol en la iglesia
orientado hacia el este, hecho que no es sorprendente dado el carácter sagrado del sol
en esa cultura. Recién en el siglo IV el cristianismo incorpora la tradición de orientar sus
templos hacia el este. Este investigador no puede precisar la causa de esa innovación, que
puede comprender “…desde el deseo de que la iglesia mire a Jerusalén donde se iniciará
el fin del mundo, a la posible influencia de la religiosidad copta que retoma la tradición
egipcia. (Pérez Valcárcel, 1998: 392). Manzi (1991) agrega que la orientación este-oeste
es, para el cristianismo, uno de los factores que ordenan el microcosmos definido por el
templo.
Pero no es sólo el sol como astro sino, principalmente, su luz, la que se vincula con
el poder de Dios. En el Antiguo Testamento numerosos salmos hacen referencia a la luz
como símbolo de la verdad y de la justicia divinas, mientras Isaías declara que Dios es
luz eterna (Is 60, 19 y 20). Por su parte, en el Nuevo Testamento, Jesús trae la luz (Lc, 2,
32) y es luz (Jn 8, 12; 9, 5). En el hemisferio norte la imagen de Jesús como portador de
la luz se confirma al establecer su nacimiento en el solsticio de invierno, ya que a partir
de ese momento comienza la fase luminosa del ciclo anual, las noches son cada vez más
cortas y nuevamente la luz prevalece sobre las tinieblas (Chevalier y Gheerbrant, 1995).
Iconográficamente, también se ha identificado la figura crística con la solar.
Biedermann (1993) señala que en el arte románico, Cristo, al ser Chronokrator (Soberano
del Tiempo), ha sido vinculado con el sol que marca la duración de los días.
La simbología de la luz solar en el cristianismo explica por qué “los cristianos de los
primeros tiempos oraban con el rostro vuelto hacia el sol naciente, y hasta en los tiempos
modernos los templos cristianos se han orientado hacia el este.” (Lurkman, 1992: 124).
Sin embargo, más allá de la identificación de Dios Padre y Jesús con la luz y el sol,
la Iglesia como institución también se encargó de solventar la investigación astronómica
por cuestiones administrativas, ya que era necesario establecer y programar la fecha
de Pascua. Dado que la Pascua se celebra el domingo que sigue a la primera luna llena
luego del equinoccio de primavera (en el hemisferio norte), se debe conocer la fecha con
anticipación para la preparación espiritual del creyente. Por ese motivo se trazó una
línea meridiana en algunas catedrales europeas, como por ejemplo Santa María del Fiore
en Florencia, o la basílica de San Petronio en Bolonia, a la espera del retorno del sol
sobre un mismo punto de esa línea, que señalaba, así, el equinoccio. Desde la Baja
Edad Media hasta el siglo XVIII, esos templos funcionaron como observatorios solares
(Heilbron, 2001).
Algunos investigadores creen que existe otra posibilidad de orientación astronómica
para los templos católicos. Sería el caso de las iglesias orientadas de acuerdo con la salida
del sol el día en que se festeja su santo patrono. Pérez Valcárcel (1998) ha estudiado
esa correlación en varios templos ubicados en el Camino de Santiago (España) pero los
resultados no han sido concluyentes.
Por lo tanto, al realizar el análisis arqueoastronómico en una iglesia debemos
considerar dos aspectos: a) si el eje principal del edificio corre en sentido oeste-este (con
el ábside ubicado en el extremo este), y b) si durante el movimiento aparente del sol a lo
largo del año, sus rayos inciden en algún rasgo del edificio que pueda tener un significado
astronómico (por ejemplo, que señale solsticios o equinoccios) o litúrgico (por ejemplo,
que el sol ilumine un elemento determinado el día en que se celebra alguna festividad
religiosa).
Teniendo en cuenta estos aspectos, llevamos a cabo las primeras mediciones en los
dos templos estudiados.
348 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:345-353
Catedral de Moreno
Síntesis histórica
1862: Santiago Alcorta, hijo del fundador de Moreno, reúne una comisión para la
construcción de la iglesia.
1863: se coloca la piedra fundamental. Asiste el gobernador de la provincia de Buenos
Aires, Mariano Saavedra. El ingeniero Pedro Davout diseña los planos. El constructor
es Pedro Bonnand y, ante su fallecimiento, continúa la obra el arquitecto Ayerbe.
1865: el 5 de noviembre se bendice el templo, puesto bajo la advocación de Nuestra
Señora del Rosario en honor a Doña Rosario Alcorta Palacio, hija del fundador. La
Municipalidad declara que la obra costó doscientos siete mil pesos.
“El estilo arquitectónico adoptado, según nos quedó de referencia, fue de factura sencilla.
Una nave cuadrilonga, de paredes pintadas de blanco, con techo a dos aguas, a la que
se accedía por una puerta de varias hojas protegidas por una pesada reja. Las campanas
estaban en una especie de espadaña, al frente y en su costado derecho.”
“El recinto estaba aclarado en el día por ventanas de vidrios de colores rojo, azul y
transparente, en un total de tres por cada costado. Una cruz azul brillaba en el día en pleno
centro del recinto. Al fondo, el altar de madera de pino sobre un estrado de algarrobo y
encima de éste, dos gradas de madera coronadas por un tabernáculo de cedro…” (Ocampo,
2008: 404).
Existen dos detalles de la historia de la catedral que pueden resultar de interés para un
estudio arqueoastronómico. El primero es la elección del terreno donde fue construida. En
un principio, Amancio Alcorta había donado para la construcción del templo un terreno
Pernicone V., Santos M. y Bianchi M. - Análisis arqueoastronómico de templos católicos... 349
Análisis arqueoastronómico
Mediciones:
La Catedral Nuestra Señora del Rosario se encuentra en la calle Joly 656 del partido
de Moreno, a 34º39’07,20” de Latitud Sur, a 58º47’24,77” de Longitud Oeste, y a 27 m
sobre el nivel del mar.
Las medidas interiores del edificio son: altura 8,65 m, tomada desde el centro de la
catedral a la parte más alta del techo a dos aguas; y ancho de la nave central, 6,18 m. Se
utilizaron cintas métricas con láser incorporado.
Orientación astronómica:
El eje puerta-altar tiene orientación nornoreste-sursuroeste y un azimut de 20º,
medido en sentido sur, oeste, norte, este. De esta manera, la feligresía reza de cara al
sursuroeste. El instrumental utilizado en esta observación consistió de transportador
y brújula. En lo que respecta al recorrido que realiza el sol, no se efectuó el estudio de
este movimiento aparente ya que, por la orientación del templo y de los edificios que lo
circundan, los rayos solares no pueden incidir en ningún sector de la catedral que posea
significado desde un punto de vista astronómico.
Síntesis histórica
1871: la familia Jacobé adquiere la finca como refugio durante la epidemia de fiebre
amarilla.
1895: contraen matrimonio Martín Jacobé Iraola y Elvira de Elizalde Leal. Parten en viaje
de bodas rumbo a Europa. A su regreso, la pareja se instala permanentemente en
350 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:345-353
la quinta, que posteriormente se llamará “Santa Cecilia” en honor a una hija del
matrimonio que ingresó en la orden de las Hermanas de la Asunción con el nombre
de Sor Cecilia del Sagrado Corazón.
En fecha aún no determinada, a continuación del ala izquierda de la casona se construye
la capilla de estilo neorrománico bajo la advocación de Nuestra Señora de Todas
las Gracias, cuya imagen en mármol de Carrara se encuentra en la parte superior
del altar labrado en madera. Aunque no hay datos fidedignos sobre el período de
construcción de la capilla, estimamos que se realizó durante la década de 1890.
También se desconocen los datos acerca de la construcción de la cripta. La capilla,
que estuvo adornada con orfebrería de maderamen dorado a fuego, e imágenes y
esculturas que representaban al Vía Crucis, adquiridas en Europa y de gran calidad
artística, se ha preservado tal como el matrimonio la concibió.
1951: fallece Martín Jacobé.
1968: fallece Elvira de Jacobé. Mediante una Bula Papal se permite que los restos del
matrimonio Jacobé descansen en la cripta de su capilla.
1996: la casona, que ya había sido declarada Monumento Histórico Municipal, es
comprada por el Municipio para crear el Museo Ciudad San Fernando de Buena
Vista. Se refacciona la fachada del edificio central, se construye una explanada de
acceso, y se restaura el interior y el exterior de la capilla respetando cada una de
sus piezas originales: se acondicionan los vitrales y los mármoles de Carrara y se
recupera la carpintería.
2005: se inaugura el museo el 17 de diciembre.
Análisis arqueoastronómico
Mediciones:
La Capilla Nuestra Señora de Todas las Gracias se encuentra en la calle Ituzaingó
1053 del partido de San Fernando, a 34º26’11,65” de Latitud Sur, a 58º33’38,29” de
Longitud Oeste, y a 13 m sobre el nivel del mar.
Para tomar las medidas de la capilla se utilizaron cintas métricas con láser
incorporado. Aclaramos que se han tomado las dimensiones en sus valores máximos.
Los datos obtenidos fueron: altura (interior) 7,80 m; altura de los vitrales 3,00 m; ancho
de los vitrales 0,96 m; ancho de la capilla (interior) 4,30 m; ancho del altar 2,00 m; altura
del altar 1,15 m.
Los instrumentos utilizados para efectuar las mediciones astronómicas fueron:
escuadras, metro, telescopio reflector con filtro solar y montura alta-azimutal, brújula
topográfica y transportador magnético. Como complemento de las mediciones se utilizó
un software de astronomía (Winstar) que permitió cotejar los valores de las mediciones
con los parámetros ya establecidos por el programa. La utilización del software sirvió para
corroborar y ajustar las coordenadas horizontales del sol durante las horas en las que se
realizó la medición, tanto la altura solar como su azimut. Realizando un seguimiento del
Pernicone V., Santos M. y Bianchi M. - Análisis arqueoastronómico de templos católicos... 351
sol a lo largo del meridiano del lugar, se le calcula su altura sobre el plano del horizonte,
y su azimut, es decir cuántos grados en sentido sur, oeste, norte, este está desplazado,
habiendo orientado el telescopio en sentido norte-sur.
Orientación astronómica:
La capilla fue construida siguiendo la línea de edificación que presenta la calle
Ituzaingó, por lo tanto el eje puerta-altar tiene una orientación sureste a noroeste y un
azimut de 140º, medido en sentido sur, oeste, norte, este. De esta manera, la feligresía
rezaba de cara al noroeste.
En lo que respecta al recorrido que realiza el sol, se estudió este movimiento aparente
durante las horas de la mañana del 19 de enero de 2010 y no se observó que los rayos
solares incidieran o iluminaran partes de la capilla que pudieran tener algún significado
desde un punto de vista astronómico.
El hecho más llamativo fue que los rayos del sol, al atravesar el vitral con la imagen de
Santa Cecilia, ubicado en la pared lateral noreste, señalan el lugar donde se encuentra la
cripta en la que descansan los restos de Elvira y Martín Jacobé.
Para medir este rayo incidente sobre el piso se trazó una normal al plano horizontal
desde la base del mencionado vitral, en su punto medio. Sabemos que el sol recorre 360º
de circunferencia en 24 horas. Es decir que recorre aproximadamente 15º de arco en
cada hora.
Se comenzó a medir el recorrido del sol a las 9 hs y 37 minutos, cuando tenía una
altura de 45º, y se marcó en el piso la proyección de los rayos que atravesaban el vitral. A
las 10 hs y 37 minutos se midió nuevamente la altura del sol, con un resultado de 58º, y a
las 11 hs y 37 minutos se realizó la última medición de la altura con un resultado de 73º.
Mientras se hacía la observación continua de la proyección de los rayos del sol sobre
el piso, se marcaron estas proyecciones con cinta de enmascarar en las tres ocasiones
en que se realizaron las mediciones. Se estableció que a las 11hs y 37 minutos esta
proyección se desplazaba más hacia el centro de la capilla y ya no apuntaba a la cripta.
Debemos considerar que las mediciones se realizaron 28 días después del solsticio de
diciembre, época en la que sol tiene el arco diurno más grande. A medida que transcurren
los días la altura del arco va disminuyendo, por lo que el sol sale cada día un minuto
más tarde.
De acuerdo con la orientación de esta capilla, el mismo efecto producido por el vitral de
la pared noreste sería repetido, de manera simétrica, por el vitral de la pared suroeste (con
la imagen del Sagrado Corazón de Jesús) al atardecer, dado que están diametralmente
opuestos. Sin embargo, la edificación actual no permite que los rayos solares lleguen a la
capilla desde el poniente.
En una segunda observación realizada el 18 de julio de 2010 entre las 9.30 y las 12.30
hs, 27 días después del solsticio de junio, pudimos comprobar que en ningún momento
los rayos solares incidieron en los vitrales. Por lo tanto, no se produjo ningún efecto
lumínico.
Conclusión
Luego del análisis efectuado en ambos templos observamos que ninguno de ellos
conserva la tradición de orientar su eje mayor en sentido oeste-este. En el caso de la
capilla llama la atención que, pese a ser privada, no haya sido orientada, dado que
352 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:345-353
podían ubicarla en cualquier otro lugar de la quinta. No obstante, parece ser que primó
un sentido práctico ya que al estar vecina al ala izquierda de la casona el matrimonio
podía acceder al templo por un pasillo que lo comunicaba con su dormitorio. En cuanto
al efecto solar estudiado sobre la cripta, al no haber conseguido todavía más datos sobre
su construcción no podemos afirmar su intencionalidad.
Con respecto a la catedral, la elección del terreno tuvo en cuenta la jerarquía social
del edificio pero no su orientación. Tal como explicamos más arriba, el primer lote
enfrentaba las vías férreas y por eso se permutó por el actual. De todas maneras, ninguno
de los terrenos ofrecía la posibilidad de construir el templo con orientación oeste-este
respetando los cánones estéticos de esa época. Si bien pensamos, por el testimonio
de Ocampo (2008), que pudo haber existido un vitral intencionalmente orientado que
proyectaba la imagen de la cruz en el centro del edificio primigenio, no podemos avanzar
sobre este tema ya que carecemos de documentación y este rasgo se ha perdido por las
modificaciones realizadas en la catedral.
Aunque hemos comprobado que ninguno de los dos templos presenta rasgos de
interés para la arqueoastronomía, este trabajo ha resultado muy útil como primera
aproximación a este tipo de análisis ya que nos permite afirmar que son factibles las
mediciones astronómicas en sitios urbanos, pese al crecimiento vertical de las ciudades
y las transformaciones que tanto los templos como su entorno pueden haber sufrido a lo
largo de los años.
Agradecimientos
Al Dr. Alejandro López por apoyar este proyecto y sugerirnos esta línea de investigación.
A la Lic. Haydée D’Onofrio por la investigación realizada en los protocolos de escribanos del
Archivo General de la Nación.
Bibliografía
Resumen
El graffiti urbano forma parte de una serie de signos y símbolos materiales, que, a lo largo de la historia, han
colmado los centros poblados de la vida humana. Su carácter transgresivo lo hace uno de los medios comunicativos
más eficaces: no necesita permiso. Manifiesta contentos y descontentos sociales, políticos, económicos e
ideológicos; se toca, se puede modifica y cubre, se piensa sobre él, se hace graffiti, como posiblemente en algún
tiempo se realizó el arte rupestre. Forma parte de un conjunto de estructuras sociales modernas, tales como
poder y territorio, y más que simples marcas: son eficientes formas de apropiación simbólica del espacio urbano.
A través de un decapado fotográfico horizontal, en las autopistas de Caracas, Venezuela, se busca interpretar
diferentes momentos, de dicha cultura material, con respecto a una pared y las marcas que en ella se producen y
re-producen en el contexto urbano.
Palabras Clave: Graffiti, Espacio Urbano, Cultura Material Moderna, Poder, Territorio
Abstract
The urban graffiti is part of a number of material signs and symbols, which, throughout history, have filled
the populated centers of human life. Graffiti’s transgressive nature makes it one of the most efficient means of
communication: it does not need for permission. It manifests social, political, economic and ideological content
and discontent; it can be touched, modified and covered; you think about it; you make graffiti, just as possibly in
some other time people made cave paintings. Graffiti belongs to a number of modern social structures, such as
power and territory, which, more than simple marks, are efficient ways of symbolic appropriation of the urban
space. Through a horizontal time-lapse collage of photographs made in the highways of Caracas, Venezuela, we
look forward to interpret different moments of the aforementioned material culture, with respect to a wall and the
marks that are produced and re-produced in it within an urban context.
Key words: Graffiti, Urban Space, Modern Material Culture, Power, Territory
1
Dicho artículo surge como parte de la presentación del Trabajo Final para optar al Titulo de
Antropólogo en la presente Universidad.
2
Unidad de Arqueología, Etnografía y Etnohistoria del Instituto de Investigaciones Científicas
“Rodolfo Quintero”, adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la
Universidad Central de Venezuela (UCV).Dirección: Calle Lisandro Alvarado, Edificio Capri, Piso
6, Apto. 61. Código Postal 1040, Urbanización Santa Mónica, Caracas –Venezuela. Telf. +58 212
6622034/ +58 416 4212397
356 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:355-361
el graffiti juvenil urbano y viceversa. Particularmente para este estudio nos interesa éste
último.
El graffiti juvenil urbano es aquel realizado en ciudades, urbes y poblados que
no posee un significado, a priori, específico y concreto y que expresado a través del
llamado tag (firma rápida de pocas letras), representa una individualidad o conjunto de
individualidades que se posicionan sobre el espacio público para apropiarse y luchar con
semejantes y ajenos por él (Castleman, 1982; Baudrillard, 1980; Lewisohn, 2009). En
pocas palabras, evoca conjuntos sociales sin adscripción política fija, que escriben y re-
escriben la historia de las ciudades, representando un nombre o pseudónimo en distintas
paredes, que depende de la fugacidad, rapidez, tamaño, diseño, color(es), estilo, alcance
espacial y alcance transgresivo.
A partir de estas características se desprenden ciertos tipos y formas de expresar el
pseudónimo del grupo o la persona que dependerán del sitio donde se realiza la pinta, la
accesibilidad, el motivo, etc,. Dichas formas son manifestaciones estéticas del nombre,
diferenciadas con nombres y categorías por los mismo graffiteros, según sean sus motivos
de creación. Entre las más comunes están los llamados tag, las bombas, los dibujos en
3D, el Wildstyle, el Roll on (uso de rodillo) y entre otros tantos, las pintas realizadas con
extintores.
De esta manera, el graffiti juvenil urbano posee una forma, técnica y estética particular
de realizarse, y, como observamos, al no tener un mensaje concreto específico y evidente
y al ser anónimo, ofrece al arqueólogo una buena posibilidad contrastiva como objeto de
cultura material, en relación a distintas representaciones del pasado. Las rayas en la
pared no significan nada más allá de suponer que representan un territorio, no se sabe
si realmente fueron hechas con ese propósito y para ese propósito, simplemente al igual
que en el arte rupestre debemos contextualizar.
Así, ¿podemos hablar de arqueología del graffiti? El objetivo del presente trabajo es
dar a conocer cómo a partir de una muestra estratigráfica y fotográfica horizontal de
varias paredes en las autopistas de Caracas se pueden descifrar mecanismos de poder y
territorio a partir del objeto como tal, el graffiti en la pared, y no a partir de sus realizadores,
los “graffiteros”. Así, tomando fotos desde los mismos ángulos a las mismas paredes
durante seis meses, se buscó generar una especie de catálogo fotográfico, una muestra
estratigráfica arqueológica no muy distinta a cualquier otra. Dichas capas arrojan datos
sobre el cambio progresivo y sucesivo de la interacción ‘graffitera’ caraqueña, llevándonos
a cuestionar si ¿existen conscientemente estos patrones de territorialidad y poder en el
graffiti, como objeto?
La presente investigación se realizó en dos de los ramales de la principal autopista
de la ciudad de Caracas: la autopista Francisco Fajardo. En el ramal de El Este que va
desde el centro hasta la parte Este de la ciudad y en el ramal Valle-Coche que va desde el
centro de la ciudad hasta el Sur-Oeste de la misma. La elección de las autopistas sobre
otra estructura de la ciudad fue sencilla; en el caso caraqueño, dichas construcciones
atraviesan la ciudad de este a oeste y de norte a sur. Las autopistas se convierten en una
especie de no lugar (Augé, 2005), un lugar de paso constante que ofrece el anonimato
que el graffiti busca en todos, o en la mayoría, de sus sentidos. Por otra parte, al ser un
lugar des-habitado cotidianamente, excepto por aquellas personas que por situación de
calle lo habitan, y ser un espacio de tránsito, donde la autopista misma y su recorrido es
la travesía, las posibilidades de expresión y difusión con respecto a otros lugares, como
una avenida o calle, son mayores. De igual forma, la estructura misma de las autopistas:
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Repe 1 21 22
Rose 17 3 20
Total Recolectadas 177 238 459
Tabla 1: Número de apariciones en ambas autopistas de Repe y Rose con relación al total
de objetos recolectados
Así nos preguntamos si realmente ¿se puede determinar que a partir de esta
concurrencia diferenciada geográficamente por sector otorga poder y territorios concretos
sobre otros objetos de representación? A partir de dicha interrogante y análisis se
determinó que cada sector, en cierto sentido, pertenecía simbólicamente a uno u otro
objeto (aquellos que se observan en la autopista Valle-Coche no necesariamente son
los mismos que se ven en la autopista de El Este), más no necesariamente otorgaba un
poder absoluto sobre el espacio de expresión: Repe pertenece a la Valle-Coche y posee un
poder de visibilidad y sobre materialidad que probablemente le da un estatus sobre otros
objetos, más no significa que nadie más pinta a su alrededor, o que inclusive Rose, pueda
pintar en su terreno, y viceversa. Así podemos dividir a la ciudad en dos grandes bloques
de objetos de representación del graffiti juvenil urbano, dos posibles ‘dueños anónimos’
de las autopistas. En el este: Rose y en el sur-oeste: Repe.
Por consecuencia, analizando no sólo la concurrencia observamos que el nombre de
Rose se coloca materialmente sobre otros y nadie se posiciona sobre él, lo que permite
pensar que dicho nombre infringe sobre ‘otros’ ciertos mecanismos de poder simbólico y
respeto en la autopista de El Este. Posee, igualmente, gran numero de throw up, bombas
y bombas platas, es decir, el estilo es sencillo, rápido y posee gran visibilidad por sobre
otros. El objeto representado con el nombre de Repe incursiona en otras formas de
graffiti, más colores y más estilos que el anterior. De igual manera, Repe se posiciona
materialmente sobre otros y nadie sobre él. Lo que podría permitir determinar el poderío
material en las paredes de la autopista Valle-Coche.
Creemos que la visibilidad otorga herramientas de apropiación simbólica que
conllevan al respeto del objeto por sobre otros. En otras palabras, nadie realiza pintas
sobre aquellos con una visibilidad mayor a la regular y estos pintan sobre casi cualquier
cosa, el estilo es una variante de la concurrencia en este caso, más no un determinante
general.
Los datos son sólo datos sino se contextualizan correctamente, sino se realiza una
labor de recolección, recuperación, análisis e interpretación material que abarque ciertos
aspectos característicos de los objetos de estudio durante buenos períodos de tiempo.
Debemos saber que, más allá de los objetos, están las personas, los realizadores de
dicha cultura material y que estos no necesariamente tienen las mismas concepciones
o conciencia sobre la función y uso de los objetos (Hodder y Hutson, 2003), estando
360 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:355-361
Fotografía 1: Repe y Rose en la Autopista de El Este, dirección Este – Oeste. Bombas Platas
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:363-370 ISSN 1852-8554
Resumen
A partir de estudios anteriores y, fundamentalmente, de los datos obtenidos como resultado
de la Puesta en Valor llevada adelante en ambos sitios, establecemos la ubicación espacial
de cada uno de los templos estudiados y su relación con los otros componentes edilicios del
centro urbano al que pertenecen; determinamos su mayor jerarquía con respecto a otros
constructivos principales y a las viviendas indígenas.
Analizamos: morfología, componentes estructurales, aparejos, materias primas empleadas y
tratamiento de los frontis, recurrencias y diferencias entre ambos; además, rasgos en común
con otros templos del mismo sistema. Asimismo, efectuamos una primera aproximación a los
hallazgos provenientes del interior de los muros.
Contrastamos los datos Arqueológicos, Históricos y Arquitectónicos, y demostramos la
existencia de un modelo de templos salón e inferimos las contradicciones entre Sacerdotes
e indios.
Palabras Clave: Patrimonio, Urbanismo, Muros, Guaraníes, Jesuitas.
Summary
Based on previous studies and, mainly, on the data obtained as a result of the Restauration
of Value carried on on both sites, it is possible to establish the location of each temple studied
and its relationship with the rest of the buildings which make up the city where it belongs;
we are able to determine its higher hierarchy compared to other important buildings and to
the houses of the aborigines.
We analyzed: morphology, structural components, layout, raw material used and the
ornamentation of the facade, similarities and differences between both temples; also, features
common to other temples of the same system. Moreover, we have made a first approach to the
findings obtained from the inside of the walls.
According to bibliography, we have estimated the number of people that could be standing in
each temple at the same time.
By contrasting archeological, historical and architectural data, we have been able to
demonstrate the existence of a model of rectangular temples, and we could infer the
contradictions between priests and aborigines.
Key Words: heritage, city planning, walls, guaranies, Jesuits (Jesuit Fathers)
1
[email protected]. Dirección de Patrimonio y Museos de la provincia de Misiones.
2
[email protected] Centro de Estudios de Arqueología Histórica, Escuela de Antropología,
Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario.
364 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:363-370
Hacemos una aproximación a los templos de las reducciones de Santa Ana y de San
Ignacio Miní, ambos, pueblos de indios, dirigidos y administrados por la Compañía de
Jesús, que la misma Orden denominó Reducciones. Se trata de un análisis preliminar ya
que los trabajos de Puesta en Valor están concluyendo en este momento. Consideramos
apropiado, hacer una síntesis histórica antes de iniciar el escrito. El Sistema Reduccional
Jesuita de Guaraníes, se desarrolló en el Área Rioplatense entre 1610 y 1768; abarcó el
S de la Provincia de Misiones y el N de la de Corrientes en Argentina, los Estados de Río
Grande del Sur y Paraná en Brasil (exceptuando el litoral atlántico), el E de Paraguay y
la República Oriental del Uruguay; se inició en el Paraná en 1610, en el Guayrá en 1611,
en el Tape en 1626 y en el Itatín en 1631.
esculpida formando volutas y pintura con seguridad, y molduras de letras para decorar
y valorizar el frontis (Fig. 5). Sobresalen los restos de una “H”, lo que nos hace pensar en
el monograma de la Compañía (IHS) (Fig. 6).
Por otro lado, podemos afirmar que difieren en el espesor de sus muros (SA: 1m, SIM:
entre 1,60 y 1,80m) y en el tamaño de la materia prima, siempre piedra arenisca. En el
marco de la Puesta en Valor de ambos monumentos encontramos en SIM sillares de casi
3000kg (Fig. 7), mientras que en SA no superaron la tonelada. Asimismo, el desarme de
los paños permitió inferir la existencia de un aparejo más regular para SA que para SIM.
También mostró la reutilización de sillares durante la construcción jesuita al identificar
en muchos de ellos trazos y marcas, ensayos de trabajos sobre el material que luego
quedó dentro del muro, es decir sin exponerse. Además, debemos mencionar el hallazgo
de revoques con pintura polícroma en las caras internas de sillares en un muro de SA.
Respecto de la materia prima utilizada, el templo de SIM muestra sólo piedra arenisca,
proveniente quizá de uno de los afloramientos situados a 2,7km del pueblo reduccional.
El de SA combina la arenisca (predominante) con la llamada itacurú (de origen volcánico),
ubicada en el coronamiento de la mayoría de los paños. En el marco del Proyecto ARSA
(Aproximaciones a la Reducción de Santa Ana y de su contexto) fue localizada una cantera
de arenisca en las inmediaciones del sitio, en las afueras de la actual localidad de Santa
Ana, donde es posible ver, además de los “bochones”, sillares que no se diferencian de los
estudiados al desarmar los muros. Sin embargo, la calidad de la arenisca difiere de la de
SIM, siendo más arenosa y desgranable la de la segunda.
Hemos encontrado dentro de los muros de SA grandes cantidades de madera
carbonizada, barro cocido, vidrios muy finos y un clavo remachado. Los dos primeros,
creemos evidencian un episodio de incendio, perpetrado por mandato del dictador
paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia en 1817, que afectó a las reducciones ubicadas
en la margen derecha del Río Paraná. Para SIM también se hallaron materiales dentro
de sus muros. Actualmente todos ellos se encuentran en proceso de acondicionamiento
y análisis preliminar para determinar su contemporaneidad con el sistema reduccional.
En ambos templos el pavimento es de baldosas cerámicas de diferentes morfologías.
En SA, aunque hasta el momento no se ha liberado la totalidad del solado, a partir de
los descubrimientos realizados, inferimos que combinaban cuadrangulares (vidriadas a
la altura del ábside, y otras pintadas, mucho mas populares) con rectangulares (hasta la
fecha se localizó una de este tipo, cercana a una columna interna). Es probable que estas
últimas demarcaran los corredores o las columnas.
Fuentes de la época mencionan los techos con tejas para todas las construcciones de
los pueblos. Para SA destacamos la existencia de tejas decoradas, evidenciadas en gran
cantidad de fragmentos recuperados en la mayoría de los trabajos, dentro del templo y en
el colegio. Este rasgo hoy está ausente en SIM, monumento que experimentó una primera
gran intervención en la década del 40 (que debió incluir toneladas de tejas).
Observamos una diferenciación entre el pavimento del interior de cada templo y
el de sus atrios. En SA recuperamos una peana carbonizada, elemento de transición
entre las lajas de arenisca del atrio y las baldosas cuadrangulares del recinto principal.
Mientras que en SIM inferimos la presencia de este mismo elemento a partir de una
impronta existente entre ambos espacios (coincidente con la línea de muros de fachada),
que probablemente estuviera in situ en algún momento previo a las intervenciones.
Igualmente, hallamos lajas de arenisca en el atrio de SIM y en el interior del recinto,
conjuntamente con baldosas, y otras lajas actualmente sobrepuestas en lugares que
Poujade R. y Roca M. V. - Nuevas aproximaciones a los templos de las reducciones... 367
Los templos prospectados y trabajados en las misiones argentinas (SA, SIM, Nuestra
Señora de Loreto, San José, Santos Mártires del Japón, Nuestra Señora de la Concepción)
presentan en común plantas basilicales tipo salón cuyas morfologías y sistemas
constructivos son similares, y las materias primas utilizadas son piedra arenisca,
itacurú, laterita y ñaú (ambos sedimentos arcillosos). También comparten la elevación
por encima de las casas de indios (aunque con diferentes alturas; por ejemplo, en SA la
diferencia entre el implante de las casas de indios y la iglesia es superior a un metro). Sus
diferencias se presentan en la ornamentación, según consta en la bibliografía consultada
y en lo observado in situ.
Conclusiones:
Figs. 2 y 3: Plano de la ciudad de Asunción de César (año 1785) y de Félix de Azara (año 1786).
Poujade R. y Roca M. V. - Nuevas aproximaciones a los templos de las reducciones... 369
Fig. 7: Trabajo con los sillares del templo de San Ignacio Miní durante su Puesta en Valor 2009-2010.
Bibliografía
Rosario Johnson1
Recibido 27 de Agosto de 2012. Aceptado 20 de Marzo de 2013
Resumen
El presente trabajo tiene por objetivo exponer los avances obtenidos en la elaboración de un
modelo digital en tres dimensiones a partir de fotografías, para la construcción del registro
arqueológico en el proyecto Pecio Zencity. Este recurso técnico se basa en el relevamiento
fotográfico del sitio u objeto, y su posterior procesamiento mediante un programa de
computación que opera según la lógica de la fotogrametría (Photomodeler), logrando elaborar
un modelo digital fiel al real. El relevamiento fotográfico se realiza de manera simultánea a
la aplicación de otros métodos de registro, como las mediciones en el sitio o en el laboratorio.
La precisión de la herramienta fotográfico-digital se verifica al contrastar la información
relevada según métodos tradicionales y la medición del modelo virtual.
Palabras clave: registro – fotografía – fotogrametría - modelo digital
Abstract
This paper aims to highlight the progress achieved in developing a three-dimensional digital
model from photographs, for the construction of the archaeological record in the project
Zencity wreck. This technical resource is based on photographic survey of the site or object,
and further processing by a computer program that operates according to the logic of
photogrammetry (Photomodeler), managing to produce a faithful digital model the real. The
photographic survey is conducted simultaneously with the application of other registration
methods, such as measurements in the site or in the laboratory. The accuracy of digital-
photographic tool is verified by comparing the information gathered by traditional methods
and measurement of the virtual model.
Key words: Registration - photography - photogrammetry - digital model
Laboratorio de registro
1
Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario J. Buschiazzo”. Facultad de
Arquitectura Diseño y Urbanismo. Universidad de Buenos Aires
Proyecto Pecio de Zencity. Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico. Ministerio de
Cultura. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
[email protected]
372 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:371-373
de registro: medición por triangulación (Figura 1), medición con estación total (Figura
2), fotografía para fotomosaico (Figura 3), fotografía oblicua (Figura 4) y fotografía para
estudio fotogramétrico (Figura 5).
El trabajo del laboratorio de registro, que se inicia con posterioridad a la excavación,
y que continúa hasta la fecha, consiste en la producción de piezas gráficas en 2 y 3
dimensiones, estáticas y dinámicas. La abundancia de información recolectada en la
primera etapa del proyecto y la multiplicidad de sus fuentes de origen permiten obtener
productos de muy alta precisión, a partir de la interpretación y comparación del material
disponible. Las técnicas empleadas comprenden desde planimetrías (Figura 6) hasta el
trabajo con software (Photomodeler) de uso inédito en la Argentina. Dicho programa ha
sido utilizado en Europa en proyectos como el Barco fenicio de Mazarrón, o la construcción
de la Neocueva de Altamira, entre otros.
Este software trabaja según los principios de la fotogrametría, con la ventaja de que
no se requiere equipos especiales (a diferencia de la fotogrametría tradicional), ya que el
calibrado de los parámetros de la cámara (distancia focal, deformación del lente, etc.) lo
realiza automaticamente el mismo programa.
Dado un objeto, si se lo fotografía una vez se obtiene una representación en 2
dimensiones de una parte del mismo. Si ese mismo objeto se fotografía desde múltiples
ángulos, y se conocen los parámetros de la cámara empleada, se puede calcular la
posición en el espacio de los puntos que lo conforman, y de esta forma obtener un modelo
digital con verdadera magnitud. (Figura 7).
El desarrollo de un modelo con este programa abarca una primera etapa de toma de
las fotografías, donde el objeto se referencia con marcas estandarizadas (Figura 8) para
agilizar y hacer más preciso el reconocimiento de sus superficies. En las sucesivas etapas
de trabajo y ajuste del modelo digital, el programa reconstruye al objeto mediante nubes
de puntos (Figura 9), mallas a partir de la triangulación de los anteriores (Figura 10), y
superficies con y sin textura real (Figura 11).
En el caso de elementos de mayor tamaño, como por ejemplo los restos del casco
encontrado en el sitio, las marcas de referencia debieron ser ajustadas para adecuarse
a la escala del objeto (Figura 12), y se requirieron mayor cantidad de fotografías para
relevarlo correctamente. Las nubes de puntos, mallas y superficies con las que se está
trabajando dan cuenta de la mayor complejidad del modelo (Figuras 13 – 14 – 15).
Conclusiones
El aporte que este recurso técnico puede hacer a la construcción del registro
arqueológico se reconoce en la serie de posibilidades que se plantean a raíz de un modo
de trabajo novedoso:
Bibliografía
Resumen
En las proximidades de la confluencia del arroyo Cayastá con el Saladillo Amargo se
instalaron asentamientos religiosos y militares como enclaves de diferentes estrategias de
control, dominación y colonización, a partir del siglo XVII. La ubicación del sitio, imprecisa
en el registro histórico, permaneció en la memoria social de la comunidad, por medio de
quienes pudo ser localizado. Hasta el momento se prospectó el área y se realizaron sondeos
en el emplazamiento del Cantón San Martín -conocido hasta 1867 como Fortín Cayastá
Viejo- y Pueblo de Dolores, divididos por el arroyo Cayastá. Los registros históricos refieren
a que en las cercanías, algunas décadas antes, había existido la Reducción franciscana –
charrúa Nuestra Señora de la Concepción, y a pocos años del establecimiento del Cantón
se fundó la misión de Nuestra Señora de los Dolores, también franciscana. La práctica
social de la investigación arqueológica se ha ido constituyendo en un proyecto de estudio de
diversos sitios arqueológicos emplazados en el territorio ancestral de la comunidad aborigen
de Colonia Dolores del Pueblo Mocoví. El mismo se enmarca en la investigación participativa
orientada hacia una arqueología intercultural en donde la comunidad Aim Mocoylek adquiere
protagonismo. El proyecto se formalizó en el marco de en un programa de investigación
regional y en un Convenio entre la Comuna de Colonia Dolores y el Museo F. y C. Ameghino.
Palabras Claves: Investigación Participativa – Arqueología Intercultural -
Abstract
Religious and military settlements as enclaves of different strategies of control, domination
and colonization of the 17TH century were installed in the vicinity of the confluence of the
Cayasta with Saladillo Amargo creek. The location, vague in the historical record, remained
in the social memory of the community, by means of those who could be located. Far prospect
area and conducted polls on the site of the Canton San Martín - known until 1867 like
Fort Cayastá Viejo - and town of Dolores, divided by the Cayastá Creek. Historical records
referred to in the vicinity, some decades earlier, had been the Franciscan -charrúa reduction
- Nuestra Señora de la Concepción-, and few years after the establishment of the canton
was founded the Misión de Nuestra Señora de los Dolores, also Franciscan. The social
practice of archaeological research has been forming in a study of several archaeological sites
located in the ancestral territory of Mocoví people Dolores Cologne Aboriginal community
project. It fits in participatory research oriented towards an intercultural archaeology where
community Aim Mocoylek acquires ownership. Project was formalized in the framework of a
regional research programme and a Convention between the commune of Dolores Colony and
Museum Florentino y Carlos Ameghino.
Key Words: Participatory Research - Intercultural Archaeology
1
Centro de Estudios de Arqueología Histórica, FHyA – UNRosario/ Museo Universitario F. y C.
Ameghino, FCEIA, UNRosario pmdelrio@ fceia.unr.edu.ar – [email protected]
376 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:375-388
Introducción
las zonas más aisladas e inhóspitas fue posible para estos grupos continuar con su estilo
de vida cazador recolector (Bartolomé, 1972). Los patrones de movilidad que en tiempos
precolombinos respondían al modelo cazador-recolector, a partir de la llegada del hombre
blanco comienzan a modificarse. Los desplazamientos se ven guiados por otros motivos,
como la guerra y el trabajo a destajo en chacras, ingenios o quebrachales, también por el
hambre que a veces guiaba a los grupos hasta las misiones o reducciones.
Parcialidades del Pueblo Mocoví, pertenecientes a la familia lingüística Guaycurú,
habituados a los recursos del monte debieron desplazarse hacia el sur, impulsados
por las presiones de un modelo político económico que imponía la dominación de las
comunidades indígenas.
En el siglo XIX, en el contexto de relaciones capitalistas entre los nuevos Estados
Nacionales y el mercado mundial, surge el interés por los territorios que aún continuaban
bajo el dominio de sus pobladores originarios, este es el caso de la región del Gran Chaco.
La extracción de riqueza en estas tierras constituyó en principio la preocupación de los
españoles, con los movimientos independentistas otra preocupación se instalaría entre
los criollos, la expansión de las fronteras y la incorporación de los territorios al sistema
de producción capitalista. El escenario de estos cambios fue un ámbito de frontera,
caracterizado por una alta dinámica de poblaciones, relaciones interétnicas de conflicto
y cooperación en sitios funcionales de preliminar organización formal urbana, como
aquellos que alojaron familias, grupos y refugiados, enclaves de dominio eclesiásticos y
militares.
Los actuales descendientes mocovíes que integran la Comunidad de Colonia Dolores
son hijos sobrevivientes de pueblos nómades de migración forzada y de la guerra del
blanco contra el indio. Son descendientes directos del cacique Mariano Salteño que
antes de ser sometidos ocupaban el territorio desde Los Sunchales hasta el río Bermejo
llegando hasta la frontera norte de la provincia de Santa Fe. El padre Hermete Constanzi
persuadió al cacique Mariano a que se redujera con su gente, es así que con más de 500
indígenas se fundó la misión de San Martín Norte en Cayastá Grande en 1869, el mismo
sitio en el cual había funcionado una reducción franciscana de indios Charrúas entre los
años 1750 y 1814 (Iturralde, 1930).
El sitio El Ombusal recibe este nombre por la Comunidad Mocoví de Colonia Dolores
debido a que en el lugar se encuentran varios ejemplares de ombú, de antigua plantación.
Se ubica próximo a la confluencia de los arroyos Cayastá y Saladillo Amargo entre
del Río P. y Cornero S. - Arqueología de asentamientos fronterizos en el Chaco santafecino... 379
La primera etapa de la investigación del sitio tiene como objetivo lograr la ubicación
precisa del Cantón San Martín y de la Misión Franciscana Nuestra Señora de los Dolores.
Una vez gestionados los permisos a los propietarios de los campos se realizaron trabajos
de reconocimiento y prospección general. Debido a que el sitio se encuentra divido por el
arroyo Cayastá y el acceso a cada una de sus márgenes se realiza por caminos diferentes,
correspondientes a diferentes propietarios y jurisdicciones hemos distinguido dos
grandes sectores: El Ombusal Sector Perusini (margen oeste) y El Ombusal Sector Drueto
(margen este). Se realizaron en el sitio cinco pozos de sondeo y recolección superficial. La
ubicación de los pozos exploratorios puede verse en la siguiente figura:
380 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:375-388
Sobre la margen oeste del arroyo se encuentran los ombúes que dieron origen al nombre
del sitio. En este sector el sitio se haya perturbado por la presencia de vizcacheras de
prolongada instalación en la zona. Las mismas han actuado en la afectación del registro
durante años. Otros agentes de perturbación son los cazadores de vizcachas que realizan
campamentos y fogones, la presencia del ganado y factores ambientales.
En el sitio se realizaron tres pozos de sondeo. El primer pozo (EOSP Pozo Sondeo 1)
se realizó en un sector elevado del terreno, las coordenadas de su ubicación son 30º 26’
40.75’’ S - 60º 19’ 29.92’’ W. El sondeo se planteó de 0,50 m. por 0,50 m. y se escavó
hasta los 60 cm de profundidad. Entre los 25 y 50 cm se concentró el material: cerámica,
algunos huesos de fauna y se hallaron registros característicos del período de contacto,
como fragmentos de vajilla de loza, vidrios y fragmentos metálicos.
El tercer pozo de sondeo (EOSP Pozo Sondeo 3) se planteó sobre la misma loma en
el cual se realizó el pozo de sondeo 1. Se comenzó a excavar en un área de 1 m. por 1
m. no obstante a los 0,20 m. de profundidad se halló material óseo humano y cerámica
asociada al enterratorio, el pozo exploratorio no se continuó, se recolectó el material
cerámico, se tapó y registró su ubicación para una futura excavación. Las coordenadas
son: 30°26’40.77”S / 60°19’24.75”O.
Sobre la margen este del arroyo Cayastá, frente a los ombúes, se encuentra un área
que se distingue por su elevación sobre el terreno. El uso de la tierra corresponde a una
explotación extensiva de agricultura, por lo que este sector se encuentra principalmente
perturbado por el uso del arado. Se realizó un primer trabajo de campo que consistió
en la prospección sobre el terreno elevado y sobre la margen del arroyo y dos sondeos
exploratorios.
Los dos sondeos se plantearon en un área de 0,70 m. por 0,70 m. Las coordenadas
del pozo de sondeo 1 (EOSD Pozo Sondeo 1) son: 30°26’37.17”S / 60°19’19.50”O y
la correspondientes a la ubicación del pozo de sondeo 2 (EOSD Pozo Sondeo 2) son:
30°26’37.12”S / 60°19’16.97”O. Se encontró escaso material, la profundidad de los pozos
fue de 0,60 m.
Trabajo de Gabinete
del Río P. y Cornero S. - Arqueología de asentamientos fronterizos en el Chaco santafecino... 387
Consideraciones Finales
Notas
Agradecimientos
Conjuntamente con la Comisión Aim Mocoilek queremos agradecer a todas las personas que
hacen posible llevar adelante este proyecto:
Queremos agradecer a Pepe y Pirucha Perusini, no sólo por permitirnos estudiar y realizar
excavaciones dentro de su propiedad sino por haberse sumado a este equipo colaborando en la
logística de campo.
Al señor Drueto que nos permitió el ingreso a su campo.
A la Dra. Sandra Meriggiola que nos recibe en el dispensario haciendo muy grata nuestra estadía.
A María Fernanda Gonzales de Bortulè, Directora de la Escuela Primaria Local.
388 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:375-388
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:391-399 ISSN 1852-8554
Resumen
A raíz de un reporte originado por la destrucción de montículos prehispánicos, entre 1961 y
1962, la arqueóloga Bertha Cuevas (Universidad Veracruzana) intervino el sitio arqueológico,
llevando a cabo un rescate con el objetivo de estudiar el sistema constructivo. Sin embargo, la
magnitud de sus hallazgos (cuarenta y dos entierros humanos, yugos esculpidos, figurillas,
ollas completas de barro, entre otros) amplió las perspectivas de su investigación. Esto
devino en un aporte relevante para la cronología del Centro de Veracruz, ya que ubicó todos
sus materiales como pertenecientes al Formativo Superior (600 AC – 100 AC)2. Estudios
posteriores corroboraron sus hipótesis y calibraron las fechas hacia el Formativo Terminal
(100 AC – 100 DC)3. A partir del año 2008, el Proyecto Arqueológico El Carrizal, Veracruz
(Universidad Nacional Autónoma de México – Universidad Veracruzana) ha llevado a cabo
un plan de investigaciones que combina reconocimientos de superficie con enfoque regional,
excavaciones arqueológicas controladas, así como un programa de protección y conservación
integral del patrimonio. A pesar de las labores preventivas, la destrucción y el deterioro de
las evidencias arqueológicas resultan inevitables. Sin embargo, los esfuerzos nos permiten
no sólo incidir positivamente en el rescate de parte del patrimonio, sino que también
posibilitan el registro y la observación directa de los agentes que participan en los procesos
de destrucción generados por el urbanismo creciente en toda la región. Es por ello que esta
ponencia se enfoca en el análisis cronológico de la historia de deterioro del sitio arqueológico
El Carrizal, Ver.; así como en los factores actuales que contribuyen a la pérdida patrimonial
y por último una proyección a futuro de la realidad patrimonial.
Palabras clave: urbanización, conservación, patrimonio, prevención
1
Proyecto Arqueológico El Carrizal, Veracruz.
Universidad Nacional Autónoma de México / Universidad Veracruzana
[email protected]
2
Cuevas de Meza, Bertha. 1970. Carrizal: Un Sitio Pre-Clásico. Tesis de Maestría, Universidad
Veracruzana, México.
3
Scott, John F. 1976. Los Primeros “Yugos” Veracruzanos. En: Anales del Instituto de Investigaciones
Estéticas, Vol. XIII, no. 46, Universidad Nacional Autónoma de México, México. Daneels, Annick.
2005. El Protoclásico en el centro de Veracruz. Una perspectiva desde la cuenca baja de Cotaxtla.
En: Arqueología Mexicana. IV Coloquio Pedro Bosch Gimpera, Volumen II: Veracruz, Oaxaca y
mayas, E. Vargas Pacheco ed. Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. México D.F, pp.
453-488.
Kurosaki Maekawa, Mitsuru. 2006 Estudio sobre los yugos. Análisis comparativo de los yugos y
sus contextos en Mesoamérica, en especial, los yugos de la Costa del Golfo de México. Tesis de
Maestría, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México.
392 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:391-399
Abstract
Following a report of the destruction caused by prehispanic mounds, between 1961 and 1962,
the archaeologist Bertha Cuevas (Universidad Veracruzana) intervened the archaeological
site, carrying out a rescue with the aim of studying the constructive system. However, the
magnitude of their findings (forty-two human burials, yokes sculpted figurines, pots full of
mud, etc.) extended their research prospects. This became a significant contribution to the
chronology of Central Veracruz, since all materials placed as belon ging to the Formative
(600 BC - 100 BC). Subsequent studies corroborated their hypothesis and calibrated dates
to the Terminal Formative (100 BC– 100 DC). Since 2008 the Archaeological Project El
Carrizal, Veracruz (Universidad Nacional Autonoma de Mexico - Universidad Veracruzana)
has carried out a research plan that combines surface surveys regionally focused, controlled
archaeological excavation and protection program integrated conservation and heritage.
Despite preventive efforts, the destruction and deterioration of archaeological evidence are
inevitable. However, efforts allow us to not only positively affect the rescue of the heritage,
but also enable the recording and direct observation of the actors involved in the processes
of destruction caused by the growing urbanization across the region. That is why this paper
focuses on the chronological analysis of the history of deterioration of the archaeological site
El Carrizal, Veracruz, as well as in the current factors that contribute to the capital loss and
finally a future projection of economic reality.
Key words: urbanization, conservation, heritage, prevention
Introducción
4
Medellín Zenil, Alfonso. 1960. Cerámicas del Totonacapan – Exploraciones arqueológicas en el
Centro de Veracruz. Instituto de Antropología, Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz, México
5
Wilkerson, Jeffrey. 1972. Ethnogenesis of the Huastecs and Totonacs; Early Cultures of North-
Central Veracuz of Santa Luisa, México. Tesis doctoral, Departamento de Antropología y
Arqueología, Universidad de Tulane, Nueva Orleans, USA.
6
Stark, Barbara L. y Philip J. Arnold III. 1997. Olmec to Aztec. Settlement Patterns in the Ancient
Gulf Lowlands, The University of Arizona Press, Tucson, USA.
7
Vásquez Zárate, Sergio. 1999. Hacia una redefinición del concepto Totonacapan, en: Antropología e
Historia en Veracuz, pp. 323-336, Varios autores, Gobierno del Estado de Veracruz-Llave, Instituto
de Antropología e Historia de la Universidad Veracruzana, México.
8
Daneels, Annick. 2002. El patrón de asentamiento del periodo clásico en la cuenca Baja del rio
Cotaxtla,
Centro de Veracruz. Un estudio de caso desarrollo de sociedades complejas en Tierras Bajas
Tropicales. Tesis Doctoral. UNAM, México D.F.
Donner N. R. y Hernández Arana J. - El Carrizal, Veracruz, México... 393
como zona fronteriza el espacio comprendido entre las cuencas del Río La Antigua,
también conocido como Río Los Pescados y El Actopan.
El Carrizal se ubica 4 km al Norte del Río Los Pescados y forma parte de lo que se ha
denominado como Zona Semi-árida central veracruzana; caracterizada por formaciones
calcáreas del Terciario Marino. Es por ello que, a una distancia de 30-40 centímetros
de la capa superficial de tierra negra arcillosa, se encuentran grandes formaciones de
caliza. El clima es templado-húmedo regular, con una temperatura promedio de 25°C.
La temporada de lluvias se presenta de Mayo a Octubre y la tasa de precipitación media
anual corresponde a los 2779.1 mm9. Las alturas oscilan entre los 300 y 500 metros
sobre el nivel del mar, lo que ubica la región de estudio entre la Planicie Costera y la
zona de Altas Montañas. Debido a la poca inversión que recibe el campo, los campesinos
se limitan a sembrar una vez al año maíz, frijol y calabaza y a recolectar el fruto de los
arboles de mango, papaya, zapote, limón, guanábana, mamey, entre otros. La vegetación
es xerófita y riparia, así como también se presentan selvas bajas caducifolias (Sancholuz
et al 1981; Ortíz y Díaz 2001). La población animal se compone de las siguientes especies:
tejones, coyotes, mapaches, zorros, armadillos, onzas, tlacuaches, comadrejas. Las
aves predominantes son las chachalacas, palomas moradas, tordos, perdices, torcazas,
jaboneras y pecho amarillo. Los árboles más importantes son los cedros, zapotes,
chicahuaxtle, mecaxtle, ceiba, laurel, acocia, lele y copal10.
A partir de 1931, mediante decreto del Congreso del Estado, Carrizal dejó de llamarse
así para ser oficialmente conocido como Villa Emiliano Zapata. Su población es de 7200
habitantes11 y se ubica en el Municipio de Emiliano Zapata, Veracruz.
9
Secretaría de Gobernación. 1987. Enciclopedia de los Municipios de México, Centro Nacional de
Estudios Municipales de la Secretaría de Gobernación, México.
10
Ídem.
11
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. 2000. Censo de población y vivienda 2000. México.
394 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:391-399
Asentamientos en Carrizal
12
Daneels 2002. Op. Cit.
13
Sluyter Andrew y Alfred H. Siemens. 1992 (Junio). Vestiges of Prehispanic, Sloping-Field Terraces
on the Piedmont of Central Veracruz, Mexico. Latin American Antiquity, Vol. 3, No. 2 , pp. 148-
160, Society for American Archaeology, USA.
14
César Viveros Miranda 2010. Comunicación personal.
15
Ídem.
Donner N. R. y Hernández Arana J. - El Carrizal, Veracruz, México... 395
parcelas; ya que los derechos sobre las mismas se perdían tras cinco años de inactividad.
A pesar de diversos cambios y transformaciones, esta forma de organización sigue
vigente hasta nuestros días. Entre 1992 y 1993, el entonces presidente de México
Carlos Salinas de Gortari, estableció una nueva Ley Agraria que detuvo por completo
el reparto de tierras y dio inicio al Programa de Certificación de Derechos Ejidales y
Titulación de Solares (PROCEDE). Este programa fue voluntario y tuvo la finalidad de
eliminar la ilegalidad de la venta de tierras ejidales o comunales cambiando su estatus
a pequeña propiedad privada. De esta manera, se pueden comprar, vender, rentar,
embargar, hipotecar o prescribir los terrenos, antes inalienables. De igual manera, el
programa estableció que aquellos ejidos que cuenten con recursos naturales valiosos
pudieran asociarse con empresas privadas o bancos para la explotación de los mismos;
lo que puede llevar a la hipoteca o al embargo del ejido16. De esta manera, los ejidos
se encuentran actualmente inmersos en un proceso de privatización en pequeñas
propiedades que eliminan el sentimiento comunitario, el sentido de la Asamblea Ejidal,
del trabajo comunal en beneficio del pueblo, el pequeño patrimonio de los campesinos y
por lo tanto muchas de las conquistas de la Revolución Mexicana.
Arqueología y Urbanismo
Hasta el año 2009 la única investigación arqueológica en el área de Carrizal fue llevada
a cabo en 1961 y 1962 por la Arqueóloga Bertha Cuevas17, del Instituto de Antropología
de la Universidad Veracruzana. La intervención fue motivada por la destrucción de
montículos prehispánicos producto de la construcción del tramo vial que uniría El Carrizal
con la Carretera Xalapa-Veracruz. Para ese entonces, la Villa Emiliano Zapata ocupaba
una extensión de 500 metros (Norte-Sur) x 250 metros (Este-Oeste) aproximadamente,
tomando como eje principal (Este-Oeste) la vía del tren (Fig.3). En ese entonces, sólo
existían parcelas ejidales de cultivo y pastoreo de ganado a su alrededor. A pesar del
meticuloso registro efectuado por Cuevas y a las atinadas conclusiones cronológicas que
se desprendieron de su investigación, no llevó a cabo una exploración para conocer la
extensión de las evidencias arqueológicas en el área.
Es por ello que, casi 50 años después, el Proyecto Arqueológico El Carrizal en su
primer temporada de campo (2009), planteó el recorrido sistemático de 13.2 km2 para
identificar los patrones de asentamiento prehispánico. Los resultados obtenidos señalan
la existencia de 2186 estructuras prehispánicas en un área efectiva de 8 km2, lo que
resulta en una densidad promedio de 273 estructuras prehispánicas y domésticas por
km2.
El crecimiento urbano en un lugar como Villa Emiliano Zapata (antes Carrizal) es
visto por sus habitantes como una señal irrefutable de desarrollo económico. Las nuevas
generaciones crecen en espacios de reciente edificación, mientras que las personas
adultas sufren el impacto del boom en la construcción. De unos pocos cientos de personas
que habitaban el paraje a fines del siglo XIX, hoy se asientan casi 8,000 según el censo
del año 2000. Seguramente, a partir de los resultados del último censo llevado a cabo en
16
García A., Miguel Ángel. 2006 (Febrero). 13 Años Después el PROCEDE… ¿procede? Maderas del
Pueblo Sureste, A.C.Foro para el desarrollo sustentable A.C., México.
17
Cuevas 1970, op. Cit.
Donner N. R. y Hernández Arana J. - El Carrizal, Veracruz, México... 397
Fig.3.- Reconstrucción de la
extensión urbanística de Ca-
rrizal(centro) en 1960. Fuente
Google Earth. Imagen modifica-
da por el PAC.
Bibliografía
Resumen
Desde su propio inicio en la década de 1980, uno de los intereses primordiales del
Departamento de Arqueología de la Municipalidad de Rosario estuvo centrado en la difusión
pública tanto de las actividades como de los sitios arqueológicos bajo investigación. Como
institución museística y centro de investigación arqueológica municipal, la divulgación y
transferencia a comunidad forman parte integral de su razón de ser. En este trabajo se
presentan las diversas actividades desarrolladas y productos generados en este sentido a lo
largo de más de veinte años de gestión municipal de los recursos arqueológicos locales.
Algunas de estas actividades y productos incluyen participación activa de distintos actores de
la comunidad local en el proceso arqueológico, señalética de sitios, charlas y conferencias de
divulgación, realización de videos, publicaciones en revistas locales de circulación gratuita,
notas periodísticas, muestras itinerantes, etc.
Palabras claves: difusión, patrimonio, participación activa.
Abstract
From its very beginning in the 1980s, one of the main interests of the Archaeology Department
of the Municipality of Rosario focused on public outreach activities both as archaeological
sites under investigation. As museum institution and local archaeological research center,
outreach and community transfer integral part of its reason for being. In this paper we
present the many activities and products generated in this way along more than twenty years
of municipal management of local archaeological resources.
Some of these activities and products include active participation of various stakeholders
in the local community in the process archaeological site signage, outreach lectures and
conferences, making videos, local publications in free circulation, news stories, road shows,
etc.
Key words: diffusion, heritage, active participation.
1
Departamento de Arqueología, Escuela Superior de Museología, Secretaría de Cultura y Educación,
Municipalidad de Rosario. San Lorenzo 2233, Rosario/Instituto Nacional de Antropología
y Pensamiento Latinoamericano, 3 de Febrero 1370, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[email protected]
2
Dirección de Educación Municipal, Secretaría de Cultura y Educación. Maipú 842 local 3 Rosario/
Facultad Regional Rosario, Universidad Tecnológica Nacional. Estanislao Zeballos 1341, Rosario.
[email protected]
3
Centro de Estudios Sociales Regionales, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Mendoza 846, Piso 2, Departamento C, Rosario. [email protected]
4
Fundación Arqueológica del Litoral. Pasaje Lassaga 6745, Santa Fe. [email protected]
402 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:401-405
Bibliografía
Resumen
Desde su creación en 1985, la Escuela Superior de Museología, como dependencia de
la entonces Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario (hoy Secretaría de
Cultura y Educación), asumió competencia plena en la protección y desarrollo del patrimonio
arqueológico urbano. Generó para ello una institución propia, el Departamento de Arqueología
Urbana e Investigaciones en Ciencias Sociales, que a través de diferentes etapas se escindió
en los actuales Departamentos de Arqueología y de Antropología. Estos departamentos,
en el marco Institucional del “Programa Urbano de Patrimonio Integral”, lo instrumentan
mediante investigación, producción de documentación y divulgación. A su vez, las actividades
del Departamento de Arqueología se desarrollan a través del Programa de Investigación
“Arqueología del Área del Pago de los Arroyos”, en el que Rosario es su eje y principal
beneficiaria, que reconoce y respeta el patrimonio cultural de la ciudad, invirtiendo para su
investigación tanto en profesionales como en infraestructura. A la fecha, se han intervenido,
investigado y catalogado más de veinte sitios arqueológicos en la ciudad, que cubren un rango
temporal de trescientos años. Se presentan los distintos momentos de desarrollo en cuanto a
la gestión del patrimonio arqueológico desde el Departamento de Arqueología, desde la primera
fase en que se abordaron aisladamente sitios conocidos, continuando con arqueología de
rescate en localizaciones afectadas por obras de infraestructura. Como consecuencia de años
de investigaciones, se estableció una sistematización de las intervenciones y la conjunción
de las actuaciones con otras instituciones –municipales y particulares-, y se formalizó una
normativa municipal adecuada al marco jurídico nacional en materia arqueológica. El
objetivo de este trabajo es mostrar el progreso y los resultados alcanzados a través de más
de dos décadas de gestión municipal de los recursos arqueológicos, mostrando una prueba
palpable del acierto de la política cultural de la Municipalidad cuando apostó por incluir
1
Departamento de Arqueología, Escuela Superior de Museología, Secretaría de Cultura y Educación,
Municipalidad de Rosario. San Lorenzo 2233, Rosario/Instituto Nacional de Antropología
y Pensamiento Latinoamericano, 3 de Febrero 1370, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
[email protected]
2
Dirección de Educación Municipal, Secretaría de Cultura y Educación. Maipú 842 local 3 Rosario/
Facultad Regional Rosario, Universidad Tecnológica Nacional. Estanislao Zeballos 1341, Rosario.
[email protected]
3
Dirección de Gestión cultural, Secretaría de Cultura y Educación, Municipalidad de Rosario. San
Martín 1080, Rosario. [email protected]
4
Centro de Estudios Sociales Regionales, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Mendoza 846, Piso 2, Departamento C, Rosario. [email protected]
5
Facultad de Derecho y Ciencia Política, Universidad Abierta Interamericana, Avenida Pellegrini
1618, Rosario/ Facultad de Derecho, Universidad Nacional de Rosario, Córdoba 2020/ Instituto
Superior Parque de España, Avenida del Huerto 1198, Rosario. [email protected]
408 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:407-417
con categoría propia a los recursos arqueológicos de su dominio al mismo nivel que otras
manifestaciones culturales.
Palabras clave: patrimonio, gestión, recursos arqueológicos.
Abstract
Since its inception in 1985, the School of Museum Studies, as a dependency of the then
Secretary of Culture of the Municipality of Rosario (now Ministry of Culture and Education),
assumed full jurisdiction in the protection and development of urban archaeological heritage.
Generated for it a separate institution, the Department of Urban Archaeology and Research
in Social Sciences, which through different stages in the current split Departments of
Archaeology and Anthropology. These departments, in the Institutional Framework “Urban
Heritage program”, the instrumented through research, documentation and dissemination
production. In turn, the activities of the Department of Archaeology are developed through
Research Program “Pago de los Arroyos Archaeology Area “, in which Rosario is its main
beneficiary axis, which recognizes and respects the cultural heritage of the city investing for
both professional research and infrastructure. To date, they have spoken, researched and
cataloged more than twenty archaeological sites in the city, covering a time range of three
hundred years. We present the different stages of development in terms of archaeological
heritage management from the Department of Archaeology, from the first phase which
addressed individually known sites, continuing rescue archeology in locations affected
by infrastructure. As a result of years of research, we established a systematization of
interventions and the conjunction of actions with other institutions, municipal and private-,
and appropriate municipal legislation formalized the national legal framework in archeology.
The aim of this paper is to show the progress and results achieved through more than two
decades of municipal management of archaeological resources, showing tangible proof of the
success of the cultural policy of the Municipality when opted for separate category include
with the archaeological resources of your domain at the same level as other cultural events.
Key words: heritage, management, archaeological resources.
Tabla 1. Codificación inicial de los sitios arqueológicos de la ciudad de Rosario,y su re-codificación para los
materiales procesados según el protocolo actual.
416 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:407-417
Bibliografía
30. Rosario.
1999b El Rosario criollo (1840- 1870). Revista El Vecino. Año XVI, Nº 128, jul.- ago.
29-30. Rosario.
1999c El Rosario criollo: La Pólvora. Revista El Vecino. Año XVI, Nº 129, ago.- sept.
27-28. Rosario.
1999d Vieja Pared. Parte 1: Ladrillos y Paredes. Revista El Vecino. Año XVI, Nº 133,
dic. 27-28. Rosario.
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:419-433 ISSN 1852-8554
Resumen
El comportamiento demográfico de la ciudad de Colima, en el occidente de México, refleja
claramente la dinámica de crecimiento que ha caracterizado a este país las últimas décadas.
Los cambios en el uso del suelo, la constante construcción de infraestructura y la elaboración
de un Plan Estatal de Desarrollo proyectado hasta el año 2030, plantea retos de diversa índole
en los cuales se inserta el cumplimiento de las leyes que protegen al patrimonio cultural de
México. En este trabajo presentamos la problemática que enfrenta una región cuyo legado
histórico no presenta los rasgos de monumentalidad que caracterizan al centro y sur de
México y cuyas tradiciones arqueológicas muestran un lejano parentesco con las culturas
costeñas de Ecuador, Perú y Colombia.
Palabras clave: Colima, crecimiento urbano, protección del patrimonio, arqueología, historia.
Abstract
Demographic trends in the city of Colima, in western Mexico clearly reflects the dynamics
of growth that has characterized this country in recent decades. Changes in land use, the
continued construction of infrastructure and the development of a State Development Plan
projected to the year 2030, poses challenges of various kinds which are inserted in compliance
with the laws protecting the cultural heritage of Mexico .We present the problems facing a
region whose historical legacy has no monumental traits that characterize the central and
southern Mexico and archaeological whose traditions are a distant relationship with the
coastal cultures of Ecuador, Peru and Colombia.
Keywords: Colima, urban growth, protection of heritage, archeology, history.
Introducción
1
Instituto Nacional de Antropología e Historia, México
[email protected], [email protected]
420 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:419-433
“Es el más importante intento en la historia del país por plantear global y simultáneamente
los aspectos físicos y/o espaciales de los asentamientos humanos en los niveles nacional,
regional, urbano y local al introducir nuevos recursos legales como planes nacionales, estatales
y municipales; instrumentos como declaratorias de uso, destinos, reservas, provisiones de
predios y disposiciones sobre conurbaciones y normas para la fundación, conservación y
mejoramiento de los centros de población”(Correa, 2005:85-102).
La expedición de esta ley fue establecida como un mecanismo preventivo que aspiraba
a ordenar el enorme crecimiento que experimentaron la mayor parte de los asentamientos
humanos de México, en razón de sus tasas de crecimiento demográfico sucedidas a partir
de la década de 1970.5 El éxito logrado a lo largo y ancho del país fue heterogéneo, acorde
a las propias pautas de cada región, de su diferenciado desarrollo social y sus peculiares
formas del ejercicio del poder económico y político.
Como parte del occidente mexicano, Colima se ubica en una región considerada dentro
del territorio Mesoamericano, pese a que muestra una trayectoria un tanto distinta a lo
que se presenta hacia el centro y sureste del país. La diferencia principal fue señalada
por Ignacio Bernal (1968:192) al sugerir que “al no haber tenido la influencia civilizadora
de los olmecas, el Occidente quedó permanentemente en una posición de atraso.”
Al respecto se sabe que la cultura olmeca habría desarrollado una complejidad
social cuyas expresiones materiales e influencias ideológicas marcaron de manera
determinante a la diversidad de culturas que le sucedieron.6 Esta complejidad social no
ha sido documentada para el occidente en etapas tempranas no obstante, el hallazgo de
la denominada cultura Capacha (1500–1200 a.C.) por Isabel Kelly7 (1980) introdujo una
variante a esta hipótesis, pues cabe recordar que Román Piña Chan (1976) reconoce en
422 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:419-433
lo olmeca un remoto origen sudamericano que habría penetrado por la costa de Chiapas
para posteriormente trasladarse a la costa del Golfo; esta misma influencia –según Kelly-
habría arribado a las costas del Pacífico por el occidente mexicano marcando con su
sabor “sudamericano” expresiones tan antiguas como las olmecas, las cuales a su vez
impulsaron el desarrollo de otro tipo de manifestaciones culturales.
Posterior a lo Capacha, el desarrollo de la denominada tradición de tumbas de tiro
(400 a.C.- 500 d.C.) dio cuenta de un complejo cultural en el cual resaltó la costumbre
de enterrar a los muertos en bóvedas o ahuecamientos subterráneos excavados en el
subsuelo, a los cuales se accedía por medio de tiros circulares o accesos a partir de
gradas8. El ritual del enterramiento incluía el depósito de las bellas terracotas modeladas
en barro al interior de las cámaras de tumbas que eran reutilizadas, se presume, de
manera sistemática por miembros de una familia o un clan. Además de las vasijas
con formas humanas, vegetales o animales, las ofrendas incluían numerosas figurillas
sólidas de fina elaboración y riqueza de rasgos, y ocasionalmente, objetos fabricados en
concha y caracol. Puede señalarse, sin lugar a duda, que este es el rasgo cultural más
conocido del Occidente (Kan et al, 1970)
Las etapas más tardías de la región corresponden a periodos en los cuales la
impronta cultural es mucho más cercana a las expresiones materiales del centro de
México, percibiéndose que sus comarcas son ocupadas por grupos de filiación y habla
náhuatl yuyos remanentes arqueológicos consisten en numerosos emplazamientos con
arquitectura doméstica y administrativa, con centros nucleares que pueden alcanzar
dimensiones considerables (Olay, 2004).
Lo que queremos dejar en claro es que el valle de Colima, presenta una larga secuencia
cultural cuyos abundantes contextos arqueológicos se encuentran por debajo y en las
inmediaciones de la actual mancha urbana de la ciudad de Colima. Estos no ostentan la
monumentalidad de otras regiones mesoamericanas –Teotihuacán, Tajín, Monte Albán,
Xochicalco- por lo que el interés por su estudio ha tenido que ser construido sobre la
base del interés de la comunidad local, que percibe la necesidad de contar con referentes
de identidad basados en la identificación y conocimiento de un pasado común.
En México todos estos remanentes arqueológicos son considerados bienes nacionales
y la única entidad que por ley tiene la obligación de investigar, proteger y difundir su
estudio y el de los pueblos antiguos es el INAH (Instituto Nacional de Antropología e
Historia), cuyo instrumento principal es la Ley Federal de Monumentos, que establece que
aquella entidad –pública o privada- que afecte al patrimonio arqueológico deberá hacerse
cargo del rescate o el salvamento arqueológico respectivo. Sin embargo, la aplicación de
esta norma en el estado de Colima –a partir de la creación de un delegación del INAH
hacia 1984-, requirió de un largo proceso de negociación y consenso y no fue sino hasta
diez años más tarde cuando se pudo instrumentar una estrategia de recuperación y
protección de buena parte de los restos arqueológicos del área; acciones motivadas en
la mayoría de los casos por el empuje de la creciente urbanización. A su vez, la Ley
de Asentamientos Humanos ha permitido ordenar, crear y ampliar diversas reservas
territoriales destinadas a la vivienda, a través de la expropiación y regulación de la
tenencia de la tierra (Alcántara, 2007)
Cabe mencionar que otra de las tareas sustantivas del INAH es la de registrar,
proteger y conservar los monumentos históricos construidos hasta el año 1900, por
lo que el universo bajo custodia integra a todo el periodo virreinal y el siglo XIX.9 Los
trabajos relativos al estudio y protección del acervo arquitectónico histórico de México
Olay Barrientos M. A. y Sánchez Morton L. S. - La conservación del patrimonio... 423
Otro documento de 1774 da cuenta que en la villa existía la Iglesia Parroquial, dos
conventos (Nuestra Señora de la Merced y el de San Juan de Dios) y un hospital; se
menciona también la existencia de tres trapiches y cinco haciendas de ganado mayor
(Nettel, 1992). Una descripción en poco posterior (1789) agrega la Caja Real con corredor
a la plaza, la sala de Cabildos, la cárcel, el estanco de tabacos, la casa del diezmo, la
del cura, la Real Estafeta, la administración de alcabalas y las iglesias de la Soledad y
del Dulce Nombre de Jesús (Huerta, 2006). El sistema constructivo imperante utilizó de
manera recurrente el adobe y prácticamente todas las casas e iglesias estaban cubiertas
de teja, los muros estaban enjarrados y encalados y los pisos probablemente fueron losas
de barro cocido (Ibidem, 61-62), la villa de Colima era, en suma, una población pequeña
con edificaciones modestas acorde a una población más bien escasa.12
Fue hacia fin del siglo XVIII y el siglo XIX cuando la villa inició un paulatino
crecimiento, producto de la bonanza económica derivada de las reformas borbónicas y el
papel activo de las élites locales ante la voracidad de las de sus estados vecinos (Jalisco
y Michoacán), quienes aspiraban a quedarse con su territorio a través de componendas
políticas y ahogo económico. Se inicio entonces el proceso de lograr convertir a Colima en
uno más de los estados de la federación (cfr. Ortoll, 1997). La antigua villa fue lentamente
transformada en la capital de un estado, lo cual se debió en buena medida a los buenos
oficios del alarife Lucio Uribe, autor de grandes obras como el Portal Medellín que cierra
al norte la plaza principal de la ciudad, la construcción de la Catedral, del Teatro Hidalgo
y del Palacio Federal. Su obra marcó la pauta para las construcciones civiles de la época,
con ejemplos como los dos puentes sobre el río Colima (el Principal y el Zaragoza) y varias
casas de personajes pudientes (Huerta, 1990)
424 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:419-433
Según el censo del año 2000 México contaba con casi 100 millones de habitantes, de
los cuales el 65.6% se concentraban en 349 ciudades (Garza, 2004).13 Hoy en día la zona
metropolitana de la ciudad de Colima cuenta con 1,033 km2 y una población de 247, 179
habitantes (INEGI, 2010); en términos generales se puede considerar como una ciudad
media.14 De acuerdo a la proyección del Programa Estatal de Desarrollo Urbano 2004-200
para el año 2030 la zona conurbada de Colima–Villa de Álvarez tendrá un incremento
demográfico mayor al 30% con respecto a la población registrada para el año 2000. Esto
representa una expansión de la mancha urbana de 2 000 hectáreas más, destinadas
a abastecer la demanda de vivienda, servicios y vías de comunicación cuya edificación
será controlada –se dice- mediante un ordenamiento sustentable; esto representa un
reto en términos de la protección del patrimonio e implica la necesidad de contar con
herramientas teórico-metodológicas para abordarlo a partir de hipótesis concretas, más
allá del mero quehacer rutinario; de lo contrario se corre el riesgo de generar un gran
cumulo de información desordenada e incapaz de responder a interrogantes de orden
ontológico.
En los últimos años se han venido realizando trabajos que documentan con datos
duros que las decisiones políticas de realizar obras de infraestructura y vialidad en la
conurbación “han tenido un efecto determinante en el crecimiento de la ciudad,” (Ibidem:
30-31). La complejidad del fenómeno urbano no sólo ha generado cambios en las
trazas originales de las ciudades, también ha prohijado cambios en las formas de vida
de sus habitantes y la degradación de la antigua economía agrícola de la zona, que se
ha sacrificado en aras de un supuesto desarrollo económico y social. Es claro que la
construcción de infraestructura ha favorecido la especulación inmobiliaria.
En cuanto a los remanentes prehispánicos, la modificación de grandes extensiones
rurales en ámbitos urbanos, ha significado la creciente necesidad de realizar
intervenciones de rescate y salvamento arqueológico, que permitan recuperar aquellos
materiales e información susceptible de desaparecer y servir, en la mayor parte de las
ocasiones, de referencia única de su existencia. Paradójicamente y por contradictorio
que suene, debemos reconocer que el crecimiento urbano venido a ser el motor que ha
permitido realizar excavaciones de salvamento a la par de la construcción de nuevos
fraccionamientos, lo cual ha generado un cúmulo de información relevante que, de cara
a las atávicas carencias presupuestarias institucionales, no podría haberse logrado por
la vía del trabajo puramente académico (Olay, 2005)
Olay Barrientos M. A. y Sánchez Morton L. S. - La conservación del patrimonio... 425
Sin embargo, debemos señalar que la calidad de la información obtenida ha sido dispar
en razón de variables que tienen que ver con la organización del trabajo y el limitado
cuerpo de arqueólogos disponibles en la región. El problema central radicó en la inicial
ausencia de hipótesis de trabajo claramente delineadas, que permitieran establecer una
metodología destinada a resolver preguntas de investigación. Al respecto, la arqueología
institucional mexicana ha discutido recurrentemente, si en los rescates arqueológicos el
objeto de estudio es azaroso, toda vez se origina de la urgencia de rescatar la información
susceptible de perderse. Las preguntas que pueden plantearse una vez recuperados los
materiales y la información, son deductivas no inductivas; un camino poco adecuado
para trabajar en una región tan poco conocida y de la cual, por lo mismo, existía tan poca
bibliografía.
Una forma de subsanar la ausencia de asideros teóricos lo constituyeron los proyectos
institucionales auspiciados por el INAH, cuyos objetivos se estructuraron a partir del
estudio de temas relevantes al conocimiento de la dinámica de la historia antigua de la
región. Dos claros ejemplos fueron el estudio de La Campana y El Chanal, los principales
asentamientos prehispánicos tardíos ubicados dentro de la zona metropolitana de Colima
y en los cuales se han venido desarrollando proyectos que buscan estudiar sus contextos,
lograr su conservación y su puesta en valor.
No obstante, la realización de numerosos rescates y salvamentos derivó en un
problema de orden metodológico: definir el concepto de sitio al interior del propio ámbito
arqueológico regional. Tal problemática surge a partir del hecho de que los límites de
espacios excavados están dados a razón de la división catastral actual, por lo que el
reconocimiento y delimitación de los contextos resulta difícil de establecer, sobre todo
si se consideramos la cronología de los vestigios. Era pues necesario llevar a cabo una
recapitulación que permitiera realizar un trabajo destinado a lograr el objetivo concreto
de delimitar el sitio arqueológico, a partir del ordenamiento de la información existente.
Hacia el año 2004 la Arqlga. Laura Almendros realizo una primera base de datos
que, a partir de los expedientes del archivo de la sección de Arqueología del Centro
INAH Colima, condensaba el cumulo de trabajos realizados, cuyo objetivo era enlistar
el número de trabajos realizados e intentar recuperar algunos aspectos relativos a los
datos arqueológicos que proporcionaran información cultural y cronológica de los diferentes
asentamientos (Almendros, 2004:12)
Uno de los primeros puntos que evidencio este trabajo fueron las graves fallas en la
organización de la información pues no existía un seguimiento de las diferentes fases
de investigación que implica una exploración arqueológica. El diagnostico permitió
establecer una serie de normas de trabajo que garantizaran el que la información y
los materiales obtenidos alcanzaran no sólo su clasificación, sino también el análisis
de los contextos de donde procedían, la entrega de la información gráfica y escrita de
las tareas ejecutadas y el control de inventarios que permitiera catalogara el acervo de
bienes muebles derivados de cada intervención. Esta acción correctiva permitió que en
el periodo comprendido entre 2004 y 2009 se desarrollara una amplia actividad que
concretó numerosos informes técnicos en los cuales se plasmó la diversidad de variables
que mostraba el registro arqueológico y con ello, la posibilidad de definir los rasgos más
acusados de los materiales de cada fase cultural. Teniendo como plataforma el trabajo de
Almendros y ante la necesidad de actualizar la información generada del 2004 a la fecha,
reelaboramos una nueva base de datos que condensa la información sobre salvamentos
y rescates realizados en el valle de Colima, desde 1981 hasta el 2009.15
426 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:419-433
La información buscaba delinear tres aspectos básicos: 1) contar con datos generales
sobre las áreas exploradas; 2) hacer hincapié en las fases cronológicas detectadas en cada
terreno excavado con la finalidad de observar la ocurrencia, distribución y variabilidad
espacial de los asentamientos prehispánicos en el valle de Colima; 3) observar los alcances
que ha tenido la arqueología de salvamento dentro de la conformación de la historia
regional con miras a establecer nuevas problemáticas de investigación destinadas a
profundizar líneas de investigación planteadas por proyectos específicos.
A partir de estos datos y de la ubicación de cada salvamento en un mapa de la zona
conurbada de los municipios de Colima y Villa de Álvarez, se elaboraron nueve planos
de distribución en los que se especifican los polígonos de las áreas exploradas 16 de ellos,
tres condensan la información total de salvamentos y rescates en el periodo comprendido
entre 1981 y 2009 y otros seis planos presentan la distribución por fases de ocupación.
A partir del análisis grafico de los datos se observó que la expansión urbana hacia
las zonas oeste y suroeste del valle, ha marcado la pauta de los espacios intervenidos. El
cruce de los datos sobre la cronología de los remantes prehispánicos detectados, nos ha
permitido elaborar hipótesis de trabajo que aluden principalmente a la existencia de un
cierto patrón de asentamiento, tanto para cada fase en particular, como para los casos
en que estas se traslapan. Partiendo de este supuesto se utilizaron los planos y la base
de datos para generar datos estadísticos a partir de los cuales observar la existencia de
regularidades y sus niveles de significancia, con la finalidad abarcar principalmente tres
tópicos: 1) observar si existía o no un patrón de distribución espacial de ocupaciones
o asentamientos por fase y cómo se comportan en el espacio geográfico; 2) observar si
existen regularidades en dicho patrón entre una fase y otra, con la finalidad de entender
cómo se distribuye a lo largo del tiempo y cómo varia la ocupación del espacio desde las
fases tempranas a las tardías; 3) observar cómo se conjuga en el espacio la continuidad
ocupacional cuando se presentan tres o más fases en un solo lugar, y si la forma en que
se conjugan presentan una regularidad tal que nos permita hacer hipótesis sobre la
continuidad de su comportamiento. Consideramos que la organización de tan numerosa
información nos pone en el camino de resolver problemáticas de distinto orden así como
enunciar lineamientos destinados a proteger aquellos espacios relevantes al desarrollo de
los pueblos más antiguos de la región.
Respecto a los monumentos históricos, la acciones destinadas a proteger lo que
quedaba de la ciudad tradicional fueron impulsadas por dos instituciones: la sección
de Monumentos Históricos del Centro INAH Colima y la Facultad de Arquitectura de la
Universidad de Colima. La primera respaldada por la Ley Federal de Monumentos y la
segunda, coadyuvaba en diversos ámbitos de investigación.
Dado que una de las obligaciones del INAH es el registro e inventario de los monumentos
históricos (patrimonio edificado), uno de los proyectos iniciales del centro fue el de
llevar a cabo la elaboración de catálogos, la clasificación tipológica y la delimitación del
perímetro físico de protección. Dado que el centro histórico que nos ocupa remite a un
espacio dinámico en el que transcurre buena parte de la actividad económica, comercial
y administrativa de la ciudad, la Sección de Monumentos mantiene una estrecha
vigilancia sobre las modificaciones que los particulares emprenden en sus propiedades.
Las diferentes visiones sobre el uso de los edificios se resuelven, la más de las veces, a
través de la negociación y persuasión. Se debe señalar que a diferencia de otros centros
históricos, el de Colima no cuenta con una declaratoria oficial, lo que introduce un alto
grado de vulnerabilidad al cuidado tanto de los edificios catalogados como al entorno en
Olay Barrientos M. A. y Sánchez Morton L. S. - La conservación del patrimonio... 427
Notas
formó parte de la Nueva España de cuya lejana capital, la ciudad de México, dependió
administrativamente. El ámbito territorial colindante –conocido como Nueva Galicia-
quedó en manos del gran enemigo de Cortés, Nuño de Guzmán.
4 Hacia el año de 1697 se registró el nivel demográfico más bajo, para esa fecha se
calculó que la Provincia de Colima contaba apenas con 3,524 habitantes (Reyes
Garza, 1997:51).
5 Hacia 1970 México contaba con 48,2 millones de habitantes, en 1980 con 66,8
millones; para 1990 eran 81,2 millones, para el 2000 eran 97,5 millones y se estima
que en 2010 la cantidad es cercana a los 112 millones (CONAPO, 2010).
6 Buena parte de los rasgos mesoamericanos fueron instrumentados por estos grupos
establecidos en las planicies húmedas y tropicales del Golfo de México hacia el
primer milenio antes de Cristo. Entre ellos se puede mencionar la elaboración de
estelas y altares y la colocación de ofrendas a sus pies, la escultura monumental y
el tallado en jade, los atlantes, las cabezas colosales, los sarcófagos de piedra, los
pisos de mosaico enterrados, los espejos cóncavos, las plataformas construidas sobre
terrazas, los montículos de tierra, la elaboración de centros ceremoniales planificados,
la construcción de edificios alineados astronómicamente y, desde luego, la idea de
registrar fechas importantes en un calendario (cfr. González Lauk, 2000:279-321).
7 La secuencia cultural fue establecida por Isabel Kelly (1980) a través de 15 fechas de
radio carbón. La más antigua Capacha se acepta que ocurrió entre el 1,500 y el 1,200
a.C. Las fases Ortices (400 a.C.-100d.C) y Comala (100-550 d.C.) se reconocen como
las fases en las que se desarrolló la tradición de tumbas de tiro, La fase Colima (550-
750 d.C.) se establece como una fase transicional entre una vieja tradición (tradición
Pacífico) y otra nueva tradición. Las fases Armería y Chanal (750-1,500 d.C.) definen
la etapa más cercana a las tradiciones del Altiplano mexicano.
8 Es durante la fase Ortices (400 a.C. – 100d.C.) cuando comienza la construcción de
tumbas monumentales y la elaboración de objetos cerámicos destinados a formar
parte del ajuar funerario que acompañaba a los personajes sepultados en ellas. La
fase Comala (100-500 d.C.) es el pináculo de este fenómeno cultural, presente en los
estados Colima, Nayarit, Jalisco y Michoacán (Olay 2004:285).
9 A partir de 1900 la competencia en el resguardo del acervo histórico y artístico
corresponde al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
10 Debe señalarse sin embargo, que la cercana localidad de Comala sí cuenta con
perímetro histórico catalogado (Díaz Berrio, 2003)
11 La razón es que Colima se encuentra en una región de alta incidencia sísmica,
formando parte de los estados costeros de la vertiente del Pacífico que resienten la
actividad de la Placa de Cocos, lo que ha provocado el desplome recurrente de sus
edificios (Nava,1998).
12 Son muy ilustrativos al respecto las crónicas de viajeros del siglo XIX (cfr. De Fossey,
1857; Ortoll, 1987).
13 El autor considera ciudades a los espacios con poblaciones mayores de 15,000
habitantes.
14 Tomando en cuenta que Colima es uno de los 3 estados más pequeños de México y el
segundo estado menos poblado.
15 Si bien la información previa al 2004 fue retomada del trabajo de Almendros (2004)
con algunas acotaciones, los trabajos realizados durante el 2004 al 2009 superan
en número los enlistados por ella. La base de datos se elaboro con los siguientes
Olay Barrientos M. A. y Sánchez Morton L. S. - La conservación del patrimonio... 429
Imágenes
Bibliografia
Resumen
Este trabajo aborda los procesos de ocupación del espacio y la circulación de bienes en la
ciudad de Magdalena, durante el siglo XIX. Se presentan las investigaciones realizadas en el
sitio Araldi, Magdalena, Buenos Aires, en el terreno que ocupaba una antigua casa, demolida
con anterioridad a los trabajos arqueológicos. Este estudio forma parte de la tesis doctoral
en curso de la Lic. García. Se analizaron fuentes documentales catastrales, en donde figura
esta vivienda como una donación de la Municipalidad al Sr. Casimiro Correa en el año 1874.
Se realizó una excavación de rescate en diferentes sectores de la vivienda. Se analizaron los
materiales recuperados (metales, vidrio, loza, restos arqueofaunísticos).
Se realizó trabajo etnográfico con los actuales pobladores para relevar información acerca
del uso y los aspectos simbólicos de la vivienda. Se presentan los resultados del trabajo
arqueológico y una reflexión acerca del patrimonio local como construcción colectiva.
Palabras clave: arqueología urbana, Magdalena, patrimonio.
Abstract
This paper addresses the processes of occupation of space and the movement of goods in the
city of Magdalena, during the 1800S. The research is presented on the site Araldi, Magdalena,
Buenos Aires, in the land that occupied an old house, demolished prior to the archaeological
work. This study is part of Lic. García PhD thesis, from analyzed cadastral documentary
sources, the housing appears as a donation of the Municipality to Mr. Casimiro Correa
in 1874. A rescue excavation was realized in different sectors of housing. The recovered
materials were analyzed (metal, glass, earthenware, archaeofaunal remains).
Ethnographic work was done with the current villagers to relieve information about the use
and the symbolic aspects of the housing. The results of archaeological work are shown and a
reflection about the local heritage as collective construction.
Key words: Urban Archaeology, Magdalena, heritage
Introducción
1
CONICET.
2
Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
[email protected]
436 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:435-444
mismas tuvieron lugar en el terreno que ocupaba una antigua casa de esta ciudad, ubicada
a cuatro cuadras de la plaza principal, en la intersección de las calles San Martín y Araldi
(ex Quilmes), que fue demolida con inmediata anterioridad a los trabajos arqueológicos.
Este estudio forma parte de la propuesta de tesis doctoral de la Lic. García.
La ciudad de Magdalena, provincia de Buenos Aires, constituye una de las ciudades
más antiguas de esta región del litoral rioplatense. Esta ciudad, planificada de acuerdo
a las pauta españolas con forma de damero, tiene una plaza central alrededor de la
cual se situaron los edificios más importantes de justicia, administración y religión. La
demolición de la vivienda y los trabajos arqueológicos posteriores en pleno centro de
la ciudad, suscitaron un gran interés en la comunidad local, que espontáneamente se
acercó a manifestar sus inquietudes por nuestro trabajo y sus posturas en relación a la
demolición de las casas antiguas del pueblo.
El objetivo de este trabajo es presentar el sitio urbano y los resultados de los trabajos
arqueológicos y de análisis documental y reflexionar acerca del patrimonio local como
construcción colectiva y la importancia de la comunidad en el proceso de investigación.
Aspectos teórico-metodológicos
Resultados
La excavación arqueológica
A posteriori de la demolición de la casa, y previo consenso con los dueños del terreno
acerca de la disponibilidad de tiempo para realizar las tareas, se comenzó con la excavación.
Se delimitó el perímetro de la construcción a los fines de poder identificar la ubicación
de los distintos ambientes de la vivienda, circunscribiendo los muros perimetrales. En la
Figura 1 se presenta el plano de excavación.
Los materiales del nivel inferior están compuestos por 225 restos óseos que
corresponden exclusivamente a huesos de mamíferos como Bos taurus, Canis familiaris
y en su mayoría Equus caballus. Los mismos se encuentran en muy mal estado de
conservación por el alto grado de humedad. De igual forma se han podido reconocer
las unidades anatómicas que estaban completas correspondientes a dos mandíbulas
de caballos y una de perro, y huesos del esqueleto apendicular. Cabe aclarar que en
el proceso de extracción del material los mismos se han fracturado y disgregado
conformando un gran conjunto de astillas. Los restos óseos no presentan ningún tipo
de marcas de corte o consumo. Asociado a estos huesos se ha encontrado un agujero,
posiblemente de poste, de unos 11 cm de diámetro y 20 cm de profundidad, de paredes
rectas. Esta evidencia de poste, que se presenta en la Figura 2, se encontraba sellada
por el sedimento superior del denominado nivel 2, posibilitando su asociación con los
materiales descriptos anteriormente. Asimismo, dicha estructura se encontró en la zona
donde funcionaba la sala de estar de la vivienda.
En el nivel 3 se recuperó un total de 2630 restos y se efectuó una división por grupos
para trabajar con variables relacionadas con categorías de artefactos para acercarnos a
su funcionalidad, preferencias de consumo, niveles socioeconómicos, entre otros (Weissel
et al., 2000). En la Figura 3 se representa la relación porcentual de los materiales. Cabe
destacar que la vivienda estuvo ocupada casi ininterrumpidamente desde su construcción
hasta su demolición, por lo cual no se ha podido precisar la asignación temporal de
algunos elementos.
Los vidrios conforman un conjunto de 348 fragmentos, de acuerdo a las categorías
se han identificado distintos tipos de recipientes tales como botellas de tipo cilíndrico
y rectangular; frascos medicinales y/o perfumería; no identificados tanto curvos como
planos y otros (Weissel et al., 2000; Camino, 2007).
Análisis documental
Los archivos consultados fueron el Departamento de Catastro de la Municipalidad de
Magdalena y el de Geodesia de la Provincia de Buenos Aires. El Departamento de Obras
Particulares de Magdalena se incendió en el año 1954, y toda la información de los planos
internos de las casas se ha perdido irreparablemente.
El análisis de la cédula catastral de la vivienda realizada en 1939, aporta valiosa
información y registro fotográfico de la misma. En este documento encontramos un
croquis de la vivienda con sus dimensiones, diferenciando las estructuras cubiertas de las
semicubiertas. Se consigna que la casa era de una sola planta, con cuatro habitaciones,
cocina y baño en un terreno de un cuarto de manzana. El funcionario de catastro, Sr
Alejandro Amoretti, registra en ese momento que la casa “según impresión personal” ha
sido terminada en 1870, y que su estado de conservación es malo. El primer propietario
García M. S., Paleo M. C. y Pérez Meroni M. - Arqueología urbana de Magdalena... 441
es el Señor Casimiro Correa, quien accede a la misma por medio de una donación de la
Municipalidad de Magdalena, a un precio de $1600 en moneda de la época. Heredan esta
propiedad en 1934 Bernardino y Eleuterio Correa y Formigo, siendo este último quien en
el año 1938 compra al otro heredero su parte. Este mecanismo, puede interpretarse como
una estrategia de recomposición patrimonial, muy común en los movimientos de tierra
en la provincia de Buenos Aires para la época (Banzato 2002). Posteriormente, la vivienda
se adjudicará al año siguiente a su mujer, Valentina Monroy de Correa, y a sus 10 hijos.
El otro documento consultado es el Plano de mensura de 1953, en el que los propietarios
realizan la mensura y división del solar. En este momento, la propiedad se divide en 6
parcelas, quedando la casa en la parcela de la esquina, las otras se repartieron entre los
herederos, en la actualidad algunos de sus descendientes, continúan habitando en los
terrenos parcelados.
Con respecto a los planos de la ciudad, se han cotejado las tres trazas existentes
para el siglo XIX. La primera, de 1826, donde el Sr. Saubidet realiza un proyecto
de traza de ejido y planta urbana. Luego, en 1854 Jaime Arrufó, es quien ubica las
construcciones existentes para el momento dentro de un damero regular. En este plano
queda evidenciada la falta de concordancia entre la orientación de las construcciones y el
plano propuesto por él. En ambos planos la vivienda investigada no está consignada; es
recién en 1876, en el plano realizado por Juan Iriondo y Castex, donde figura la misma
junto a la representación de una importante cantidad de otras construcciones.
“Aay no, la casita que nacimos nosotros, ¿cómo la van a tirar? Y pasamos un día que
íbamos al cementerio y vimos todos los escombros. La veo a Lucy y le digo “¿qué hicieron con
la casita?” y ella me dice que la tuvieron que tirar porque no la podían reciclar y no podían
construir como ellos querían. Le digo: “Ay!, qué lástima, guardame un ladrillo”. A mi te lo juro
me dio, no te digo dolor, dolor, pero vos naciste, te criaste ahí, siempre se vuelve. Pasaron años
de nuestra vida ahí…” (Habitante de la casa en su infancia, en la década del `50).
442 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:435-444
Estas entrevistas también han resultado de utilidad para relevar información en torno
a la materialidad asociada a la vivienda, que permite contrastar e interpretar algunos
aspectos del registro arqueológico: “El piso de la galería era de ladrillos, de los grandes,
colorados, llena de macetas con flores” (Habitante de la casa en la década del `50)
Otro aporte se relaciona con el carácter dinámico de la vivienda que experimentó
diversas modificaciones a lo largo de su historia, cambiando su morfología, sus elementos
constructivos y la funcionalidad de sus espacios:
“El living lo hicieron negocio. Las galerías estaban cerradas, eran pasillos internos que te
llevaban a las piezas. (…) La ventana la sacaron, hasta abajo y ahí hicieron una vidriera hasta
el piso. Era una santería, vendíamos velas, santos, esas cosas” (Habitante de la casa entre
2002 y 2006).
Discusión
Consideraciones finales
Agradecimientos
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Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:445-451 ISSN 1852-8554
Tavella, Eva1
Recibido 27 de Febrero de 2013. Aceptado 30 de Marzo de 2013
Resumen
Con la siguiente exposición se quiere dar a conocer el plan de Conservación y Restauración que
se está implementando en el marco de los Proyectos Arqueológicos del Pecio Zéncity de Puerto
Madero (Ciudad Autónoma de Buenos Aires): Medidas de conservación preventiva in situ;
Estudios previos a la intervención en laboratorio; Determinación de prioridades; Propuestas
generales de intervención, etc. Dado lo complejo y excepcional del caso, tanto por la cantidad
de piezas arqueológicas recuperadas como por la variedad de elementos constituyentes de
las mismas; las cuales requieren tratamientos de conservación simultáneamente; se pone
de manifiesto la importancia de establecer un diálogo fluido entre los profesionales de las
diferentes disciplinas afectados al proyecto.
Palabras clave: conservación, restauración, interdisciplina
Abstract
In the following discussion is to raise awareness of the conservation and restoration plan is
being implemented under the projects Zencity´s shipwreck of Puerto Madero (Buenos Aires
City): preventive conservation measures in place; Studies prior to intervention in laboratory
Prioritization, general intervention proposals, etc. Given the complexity and exceptional case,
both the quantity of recovered archaeological and variety of constituent elements thereof,
which require conservation treatments simultaneously, it highlights the importance of
establishing an ongoing dialogue between professionals the different disciplines involved in
the project.
Key words: conservation, restoration, interdisciplinary
Introducción
1
DGPeIH. CABA. Proyecto el pecio de Zéncity
446 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:445-451
Desarrollo
Este pecio y los artefactos que lo integran presentan unas características tales que lo
convierten en un caso complejo. Para empezar, el hecho de haber sido encontrado durante
los movimientos de tierras de una construcción supuso una importante limitación en
cuanto al tiempo disponible para excavar (ya es sabido que la escasez de tiempo es un
factor intrínseco a todo yacimiento o sitio arqueológico urbano).
En cuanto a la Conservación-Restauración propiamente dicha, se decidió considerar
este aspecto globalmente, entendiendo a todo el conjunto arqueológico como una
unidad (y no como parcialidades aisladas según diversos criterios). Esto es plenamente
acertado, ya que todas las piezas son parte de un único escenario, y sería un error
descontextualizarlas (total o parcialmente) del resto del hallazgo a la hora de intervenir
para su conservación, ya que todas están interrelacionadas y cada una puede aportar
información útil aplicable al tratamiento de las demás.
En segundo lugar, esta decisión implica que debe tenerse en cuenta a la vez desde
los grandes objetos (que podríamos considerar “inmuebles”) como las estructuras
de madera de la construcción naval, o los cañones, cuyas dimensiones dificultan su
manipulación; hasta los objetos de pequeño tamaño, fácilmente manipulables, pero
cuyas microestructuras pueden resultar altamente vulnerables al deterioro en breves
lapsos de tiempo, y que (por sus pequeñas dimensiones) requieren de una minuciosidad
y un accionar muy puntuales (como, por ejemplo, la adhesión de craqueles de vidriado
cerámico desprendidos).
En cualquier caso, cabe aclarar que la materialidad de los objetos, así como sus
procesos de deterioro, son (y deben ser) tenidos en cuenta y estudiados a nivel molecular
(independientemente de las dimensiones del artefacto).
Como tercer factor de complejidad, podemos señalar la gran cantidad de piezas que
conforman este conjunto arqueológico; la gran variedad de materiales constitutivos de
las mismas (con la consiguiente variedad de problemáticas a resolver desde el ámbito de
la conservación restauración); y el alto grado de fragmentación de la mayoría de ellas.
En cuanto a la variedad de materiales, tenemos casos que, a su vez, presentan más
de un material conviviendo en un mismo objeto (en las fotos siguientes, madera y hierro
en la estructura del barco; cerámica y cuerda en el cuello de una botija), lo cual añade
un plus de complejidad, ya que un tratamiento puede ser necesario para uno de los
materiales pero perjudicial para el otro.
Ante la diversidad de problemáticas existentes, se establecieron las siguientes pautas
y criterios generales:
Conservación preventiva
Trabajo en laboratorio
Lo primero que se hizo en laboratorio fue una clasificación previa de las piezas
halladas, según su naturaleza material y según la ubicación topográfica de procedencia
por trinchera en el yacimiento.
Esto es útil para el arqueólogo/a, pues le organiza el futuro estudio de las piezas y
una clasificación más pormenorizada; y para el restaurador/a ya que supone un primer
“vistazo”, una toma de contacto con el material existente, para ir incorporando “qué”
tenemos, “cuánto”, y “en qué estado”!
De estas observaciones preliminares, se decide establecer prioridades en base a
diferentes criterios:
En general, los materiales más susceptibles de sufrir deterioros son los de naturaleza
orgánica. Y de entre ellos, en nuestro caso, la cabullería (cabos, sogas, etc.) y la madera
son los más débiles: se decide darles prioridad.
La misma prioridad merece el hierro, dentro de los inorgánicos, por presentar procesos
de corrosión activa.
Posteriormente, se decide priorizar de entre las cerámicas, una de pasta muy delgada
y, por ende, muy fragmentada, a fin de facilitar su identificación, origen, datación, etc.;
ya que el grado de fragmentación en que se encuentran estas piezas impide presumir su
morfología y tipología. (En este caso el criterio responde a una necesidad de avanzar con
la investigación histórica en general).
Pero al decidir estas prioridades no dejamos de lado a los demás objetos/materiales;
ya que todos deben ser atendidos simultáneamente.
El Momento Metodológico
tiempo, etc. Todo esto, a su vez, nos permitirá realizar un diagnóstico de cada caso. Y
en función de ese diagnóstico podremos arribar a diferentes Propuestas de Tratamiento,
planificadas para caso en particular.
Todos los datos obtenidos durante el Momento Metodológico, y durante la
implementación de los diversos tratamientos, deben ser registrados permanentemente
(por medio de anotaciones, fotos, croquis, dibujos, gráficos, etc.). Con ellos se elaborarán
Informes Técnicos que deben acompañar siempre a las piezas a que se refieren.
Para concluir
Imágenes
Tavella E. - El Pecio Zéncity de Puerto Madero: un plan de conservación... 449
450 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:445-451
Tavella E. - El Pecio Zéncity de Puerto Madero: un plan de conservación... 451
Bibliografía
Resumen
Parte significativa de los estudios sobre la interacción entre cultura material e identidad se
han concentrado en el análisis del espacio habitacional y sus objetos, dejando por fuera otros
contextos donde se construyen, negocian y concretan distintas relaciones de identidad, como
es el caso del espacio laboral. Nuestra intención es presentar una aproximación metodológica
desde los estudios de cultura material contemporánea enfocada particularmente en los
espacios de oficina. Para ello, expondremos las nociones teóricas y metodológicas utilizadas
en este estudio a fin de comprender la relación entre cultura material, sujeto e identidad en
función de la creación de territorio.
Palabras claves: Cultura material, Territorio, Identidad, Apropiación, Oficina.
Abstract
A significant amount of studies centered on the relationship between material culture and
identity have been focused in the study of the home space and its objects, ignoring other
contexts where different identities are built, negotiated and materialized, as is the case
with the work place. Our intention is to present a contemporary material culture studies
methodological approach, focused on the office space. In that manner, we will render the
theoretic notions and methodologies implemented in our study as a mean to comprehend
the relationship between material culture, subject and identity in relation to the creation of
territories within the work place.
Key words: Material Culture, Territory, Identity, Appropriation, Office.
Introducción
1
Universidad Central de Venezuela.
Venezuela. Caracas. (0414) 233 8575. [email protected]
454 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:453-461
los demás usuarios del contexto (Kärrholm 2007), los cuales reconocen el dominio y
propiedad de un oficinista como un hecho, sin considerar realmente su legalidad,
debido a que forma parte del acuerdo social respecto a la pertenencia y control sobre
los espacios. Estas asociaciones no reflexivas se crean a través de la apropiación de los
espacios, mediante conductas territoriales como tácticas de construcción, alteración, uso
y disposición de la oficina privada o cubículo de manera perceptible para quienes hacen
uso común de los espacios laborales en los cuales se encuentra el puesto de trabajo
(Altman: 1975; Kärrholm: 2007).
Nuestra investigación pretende explorar las modalidades de apropiación artefactual
de los espacios de oficina, en particular la que es realizada a través de marcadores
que establecen identidad. Cabe acotar que dichos demarcadores funcionan como
herramientas sociales (White, 1982) capaces de mediar simbólicamente la identidad y
con ello formalizar la pertenencia y apropiación de un oficinista sobre un espacio, dentro
del lugar de trabajo. Por lo cual sirven como elemento de estudio para analizar la relación
entre territorio, materialidad e identidad.
La metodología comprendida en este artículo, fue elaborada a fin de implementarla en
la recolección y estructuración de la data requerida para llevar a cabo la investigación.
Debido a las limitaciones que conlleva trabajar en un espacio activo como lo es una
oficina, y la ausencia de antecedentes que compaginasen con la propuesta investigativa;
nos vimos en la necesidad de desarrollar nuestra propia aproximación para adaptarla a
las posibilidades y limitaciones que nos presentaron las muestras, optando por lo más
viable a fin de obtener acceso a los espacios de trabajo sin sacrificar los intereses de la
investigación.
Construcción inicial
Identidad
Comprende el conjunto de significados que los sujetos se atribuyen a sí mismos
desde las categorías ó roles establecidos socialmente. Estos se encuentran fuertemente
influenciados por las expectativas aprendidas del entorno acerca de cómo uno debe
conducirse; de manera que los individuos poseen múltiples identidades las cuales
varían según lo que se espera en determinado contexto u ocasión a lo largo de sus vidas
(Stedman: 2002; Muñoz: 2005)
Territorio
Es el lugar que construye el oficinista dentro del puesto de trabajo mediante su
apropiación. Dicho espacio es un acto social delimitado materialmente, que requiere ser
constantemente producido y reproducido mediante el control de conductas, personas y
objetos, a través de estrategias socialmente construidas. Todo ello con el fin de establecer
un control sobre el territorio creado de forma temporal o permanente (Altman, 1975).
Estas estrategias de control son definidas como conductas territoriales y funcionan a
Fernández Vivas M. - Metodología para una apropiación artefactual de los espacios... 455
Cultura material
Son aquellos utensilios materiales portadores de significados múltiples asignados por
los agentes sociales, de manera particular y colectiva, que funcionan dentro de contextos
simbólicos que transforman y a la vez son transformados por estos (Hodder, 1992). Para
entender mejor la condición simbólica que posee la cultura material la dividiremos en dos
conceptos complementarios: artefacto y objeto.
Los artefactos existen como construcciones materiales o alteraciones sobre un cuerpo
físico extrasomático que poseen un carácter tanto material como simbólico asignado
socialmente por aquellos sujetos que los elaboran e interactúan con ellos (Hodder, 1982).
Por otra parte, el objeto representa la capacidad comunicativa de la cultura material,
la cual existe únicamente a partir de la lectura que hacen los individuos del mismo,
indiferente de los significados atribuidos por su creador o dueño. Es por ello que el objeto
es incapaz de transmitir un significado que no se encuentre dentro del repertorio de
asociaciones simbólicas de quienes lo observan, sean estos capaces o no de identificar
correctamente lo que se desea expresar en dichos artículos materiales (Elsbach, 2006).
La cultura material como artefacto juega un rol prominente al momento de demarcar
espacio, ya que investidos de significados, estos objetos dan la cara por su propietario
y modifican el paisaje de la oficina, haciendo evidentes el cúmulo de identidades de
su dueño, quien los expone con la intención de reflejar significados particulares que
asignados y asociados al artefacto le permiten constituir su lugar. Es así, que los miembros
de una sociedad al identificarse y ser identificados con ciertos significados asociados a
símbolos, buscan representarse como es esperado de ellos o como les gustaría ser vistos
mediante el uso de éstos, permitiéndoles manipular los contextos sociales para poder
establecer relaciones de intercambio factibles entre los miembros de un grupo (Goffman:
1959; Navarrete: s/f)
De manera que un objeto incorporado a la oficina no solo será reconocido como
foráneo, y propiedad de alguien dentro de dicho lugar, sino también identificado bajo
códigos culturales particulares que remitirán al posible dueño y sus características.
Esto convierte a la cultura material en un fuerte indicador de categorías socioculturales
expuestas públicamente para ser reconocidas por los otros, a la par de ser indicadores
456 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:453-461
de apropiación espacial.
Una vez definidos los conceptos claves y el fin de nuestra investigación, procedimos a
establecer las estrategias de aproximación al estudio mediante la definición de la muestra
y las siguientes herramientas metodológicas:
Muestra
Para la elección de la muestra que servirá a este estudio se decidió seleccionar
un total de dos instituciones que perteneciesen a ramos diferentes, a fin de obtener
datos de distintas culturas organizacionales. Además, cada muestra debía incluir
en la configuración de sus espacios oficinas privadas y cubículos, los cuales podían
ser individuales y compartidos, a fin de ver la expresión de diversas modalidades de
apropiación en relación a la presencia continua de otros o un mayor nivel de privacidad.
La cultura material considerada está conformada por aquellos artículos no
institucionales que puedan ser considerados como objetos incorporados por cada
oficinista a su puesto de trabajo individual, ya sea por adquisición propia u obtenidos a
razón de terceros.
Por otra parte, la cantidad de oficinistas será un factor flexible, pues se deseaba
trabajar con un número similar de empleados en cada institución, preferiblemente mayor
a diez e inferior a veinte para cada contexto, y así abarcar un número prudente sujetos
y de objetos.
Datos Personales
Considerando la centralidad que tiene la identidad en la creación de territorios así como
nuestra elección de una escala enfocada en la apropiación individual, se recolectaron
datos personales específicos de los oficinistas, con el fin de compararlos al resto de la
data y buscar paralelismos en sus estilos de apropiación.
La ficha de catalogación utilizada para los oficinistas comprende las siguientes
categorías: Compañía, Departamento, Número de Estaciones, Tipo de estación, Edad,
Sexo, Cargo, Nivel de instrucción alcanzado y Profesión.
Los territorios requieren de un sentimiento de apego así como un continuo
mantenimiento para establecerse (Brown, 2008), por lo cual decidimos considerar la
cantidad de tiempo transcurrido desde la graduación, contratación y asignación del
puesto de trabajo hasta el momento de la entrevista como dato. De esta manera, se podría
observar posibles relaciones entre cantidad y tipo de apropiación y si las mismas eran
producto de la estadía en un mismo puesto o en la institución de manera prolongada.
Entrevista
Para comprender las relaciones que establecen los sujetos con su espacio laboral
particular y los objetos incorporados por ellos se desarrolló un guión de entrevistas
semi-estructurado de respuestas abiertas con un total de diecinueve ítems. Con ello
intentamos proveernos de una comprensión general de factores que puedan afectar la
forma de personalización, basándonos en el nivel interacción con otros individuos, acceso
a la privacidad, valoración del espacio, territorio y cultura material incorporada.
Registro Fotográfico
Fernández Vivas M. - Metodología para una apropiación artefactual de los espacios... 457
El ambiente de tipo laboral presenta limitaciones para la observación directa, así que
se realizó un levantamiento fotográfico de los puestos de trabajo y artefactos presentes
para poder analizarlos detenidamente en sus contextos sin la necesidad de estar dentro
de la oficina.
Catalogación
Desarrollar un sistema de catalogación viable y útil en una investigación requiere
saber ¿qué es lo que se desea conocer? y ¿cuáles son las limitaciones básicas de la
muestra? En el caso de ésta investigación el propósito es identificar las modalidades
de apropiación vinculadas a las identidades de los sujetos, por lo cual categorías como:
materia prima, diseño, origen y dimensiones no aportarían información directa sobre
la identidad. Esto sumado a la extensa variabilidad y cantidad de objetos presentes en
algunos espacio convertirían la catalogación en una tarea que sobrepasa las exigencias
de esta investigación. Por esta razón, se optó por catalogar los objetos no por medio
de sus características particulares, sino por cómo los sujetos disponen de los mismos
mediante su ubicación en el espacio, uso probable y relaciones de significado posibles.
Categorías de Catalogación
Ubicación y Visibilidad:
Remitiéndonos a la condición social del territorio y la necesidad de indicadores de
apropiación en un espacio particular para constituirlo (Altman, 1975), podemos suponer
que la visibilidad artefactual juega un papel importante. El objeto hace obvia y material la
apropiación al ser colocado a manera de hito en el lugar de oficina, al mismo tiempo exalta
la noción de propiedad que ya posee el oficinista sobre el espacio asignado y la expone a
los demás individuos que lo transiten (Criado, 1999). Por consiguiente, la distribución y
nivel de visibilidad artefactual nos permitiría indicar el límite de la apropiación individual
así como la voluntad de marcar un espacio.
Para esto, se implementaron cinco categorías construidas a partir de la ubicación
del asiento del oficinista y el rango visual del empleado, siendo la silla en sí la primera
categoría (1), el espacio directamente enfrente al oficinista la segunda categoría (2), el
espacio del mesón de trabajo en general la tercera categoría (3), el espacio dentro del
rango visual directo del sujeto por encima del nivel del mesón como la cuarta categoría
(4), y finalmente todo espacio distante y fuera del alcance visual directo del oficinista
como la quinta categoría (5).
Uso y Estadía:
Los objetos presentes en los puestos de trabajo pueden tener dos usos potenciales no
mutuamente exclusivos: decorativo e instrumental. Los decorativos remiten directamente
a los juicios y valores estéticos personales de sus dueños, por lo cual son demarcadores
territoriales más fuertes; mientras que los artículos instrumentales aunque puedan ser
reconocidos como propios de un individuo, satisfacen necesidades operativas y pasan
desapercibidos con mayor facilidad. La preponderancia de una categoría sobre otra
podría identificar la tendencia hacia una apropiación más expresiva o reservada.
Altman (1975) establece que los territorios pueden ser transitorios o permanentes, y
por ello requieren de una demarcación continua para mantenerse. Por lo tanto, la estadía
de un objeto en el puesto de trabajo de forma temporal o estable le permite al oficinista
458 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:453-461
Contenido:
Los significados particulares asociados a la cultura material siempre han eludido a los
investigadores, pues no existe forma indirecta de conocer lo que los individuos sintieron,
pensaron o creyeron de sus artefactos sin preguntarles. Aun así, la aproximación a
Fernández Vivas M. - Metodología para una apropiación artefactual de los espacios... 459
los estudios sobre cultura material parten de una noción de contenidos y significados
asociados a los artefactos culturalmente, de forma tal que la cultura material en su función
de objeto permite al observador emitir un juicio basado en su lectura del significado del
mismo, sea esta acertado o no (Elsbach, 2006). Esto aplica particularmente en el caso
de la apropiación artefactual, donde la capacidad para reconocer la presencia de otro y
quién pueda ser ese otro a través de sus artefactos es lo que permite la creación efectiva
de territorios. Por ello se consideró importante incluir la percepción del investigador como
dato débil (Criado, 1999) a fin de explorar las posibles relaciones de identidad entre los
artículos incorporados y sus dueños. Cabe acotar que los resultados de esta recolección
no serán comparados con el resto de la data si no analizados individualmente debido a
su naturaleza subjetiva.
Las categorías que definimos como nexo fueron seleccionadas a partir de los rasgos
diagnósticos más comunes para identificar a un individuo: género, estatus social,
intereses o aficiones personales, vínculos familiares o de amistad, vínculos grupales
como nacionalidad, etnia, religión, partido político y la profesión del sujeto. Por último se
incorporó también la categoría “indefinido” para poder cuantificar los objetos que no se
adscribiesen a ninguna de las opciones anteriores.
Encuesta
Aún si contáramos con la posibilidad de inferir ciertos significados atribuidos social y
culturalmente a un objeto de manera general, es en los significados particulares otorgados
por los oficinistas que yace la razón de su presencia en el lugar de trabajo. Por esta razón
decidimos incorporar a nuestra investigación una encuesta de carácter cualitativo que
nos permita ver las tendencias en la cultura material a partir de la repetición de ciertas
categorías de identidad elaboradas por nosotros.
La encuesta contó con cinco categorías de origen, cuyo propósito es identificar la vía
de entrada de los objetos al espacio del sujeto. A estas cinco categorías se agregaron
once subcategorías complementarias enfocadas en relaciones de identidad con otros,
consigo mismo y única al objeto, no mutuamente exclusivas. Por ejemplo, de diez objetos
obtenidos como regalo, tres podrían ser conmemorativos mientras que el resto no, así
como un mismo objeto podría ser considerado emblemático y estético a la vez.
Aunque la cultura material presente en las oficinas ha sido apropiada y se encuentra
fuera del sistema de intercambio y adquisición, el origen de la misma nos puede
proporcionar información sobre las razones por las cuales forma parte de los objetos
personales de los oficinistas. Objetos que hayan sido adquiridos mediante terceros , como
son has herencias y regalos, remiten y dependen directamente a una identidad vinculada
a otra persona; mientras que aquellos artículos que provienen de cuenta propia, como
los comprados, los encontrados fortuitamente y los elaborados por los propios oficinistas,
refieren a significados que los sujetos deciden valorar por cuenta propia.
Las once subcategorías complementan la investigación proveyéndonos datos acerca
de las posibles razones más comunes por la que los objetos se encuentran presentes.
Consideramos tres modalidades de uso para crear las categorías a priori: artículos que
brinden información directa sobre los oficinistas, como sus gustos, ideales, estética o
nociones de sí, que aludan a terceros con quienes se tengan vínculos familiares, amistosos
o responsabilidades y finalmente aquellos que posean un uso práctico para llevar a cabo
una actividad.
460 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:453-461
Conclusiones
Bibliografía
Paleo, María Clara1; Pérez Meroni, Mercedes1; García, María Soledad1 y 2; Day
Pilaría, Fernanda1; Ghiani Echenique, Naiquen1 y Gambaro, Rocío1
Recibido 27 de Febrero de 2013. Aceptado 30 de Marzo de 2013
Resumen
La ciudad de Magdalena, provincia de Buenos Aires, constituye una de las ciudades más
antiguas de esta región, planificada siguiendo las leyes españolas, con forma de damero
donde alrededor de una plaza central se encuentran los edificios más importantes de justicia,
administración y religión. Una importante cantidad de construcciones de mediados del siglo
XIX son testimonios de su historia. El objetivo del trabajo es analizar la versión gubernamental
sobre la concepción y tratamiento del patrimonio urbano y compararla con la visión de la
comunidad. La existencia de un circuito histórico oficial conformado por construcciones
seleccionadas como significativas es el punto de partida para indagar las concepciones que
sustentan estas elecciones. Se ha realizado un relevamiento fotográfico y documental de
construcciones del siglo XIX e implementado entrevistas a diferentes actores. Se pretende
involucrar y comprometer a la comunidad y autoridades con el trabajo arqueológico y la
valoración y preservación patrimonial.
Palabras clave: patrimonio urbano; comunidad local; Magdalena; conservación y
preservación.
Abstract
The city of Magdalena, province of Buenos Aires, is one of the oldest cities in this region,
planned following the spanish laws, divide into squares where around a central plaza are
the most important buildings of justice, administration and religion. A significant amount of
constructions of mid 1800s are evidence of its history. The objective of the work is to analyze
the government’s version on the design and the treatment of urban heritage and compare it
with the vision of the community. The existence of an official historic circuit conformed by
significant elected buildings are the starting point for investigating the concepts that underlie
these elections. There has been a photographic and documentary prospection of constructions
of the nineteenth century and have been implemented interviews with various actors. It aims
to involve and to compromise the community and authorities with the archaeological work
and the valuation and patrimonial preservation.
Key words: urban heritage, local community, Magdalena, conservation and preservation.
1
Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional
de La Plata. 64 e/ 119 y 120. La Plata. 1900. Te: 0221-4249049.
2
CONICET.
[email protected]
464 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:463-470
Introducción
Marco teórico-metodológico
simbólica que le confiere valor identitario al patrimonio cultural (Iniesta i González 1990).
Dado que el patrimonio cultural no es espontáneo, sino que, muy al contrario, es parte
y resultado de la interacción del hombre con sus semejantes y con su entorno, es un
artificio de su creación, y por tanto, reversible y dinámico, la participación comunitaria
se torna fundamental (García López, 2008). Se concibe que el patrimonio es construido y
manipulado históricamente, y contribuye a la salvaguarda de la memoria colectiva y de
la común identidad cultural. Como hecho de carácter social, el patrimonio se organiza
en función de determinantes políticos, sociales, ideológicos y económicos encontrando su
origen en las interrelaciones plenamente sociales (Cuenca, 2004).
El patrimonio cultural en la zona ha sido abordado por parte de este grupo de trabajo
desde distintas perspectivas, una de ellas en el ámbito de la arqueología urbana, se
ha propuesto investigar sobre la vida cotidiana durante el siglo XIX. De este período
se conservan varias construcciones de interés de las cuales se ha trabajado sobre una
posta conocida como Posta de Aguirre y dos viviendas: el Museo Brenan y recientemente
la casa Araldi. La excavación de este último sitio generó una interesante respuesta de la
comunidad que se vio movilizada por las actividades. Dado que la excavación se realizó
en el terreno que ocupaba la casa demolida, situado en una esquina bastante transitada,
la visibilidad que adquirieron estas tareas sirvieron de disparador para que la gente se
acerque y pregunte sus inquietudes.
En el marco de estas actividades se procedió a realizar un relevamiento fotográfico
de las construcciones más antiguas de la ciudad, y a documentarlas partiendo de la
información del catastro municipal. Este trabajo, se centra en las construcciones que
forman parte del circuito histórico, por considerarlo una propuesta oficial de los bienes
patrimoniales del pueblo.
Otro corpus de información utilizado fueron las entrevistas realizadas a personal
municipal y a la comunidad en general. Se considera que “la entrevista es una de las
técnicas más apropiadas para acceder al universo de significaciones de los actores” (Guber
2005: 203). El personal municipal entrevistado se seleccionó en función de su intervención
en la creación y diagramación del circuito histórico. Así también, se realizaron entrevistas
semi estructuradas a algunos habitantes de Magdalena. Se registraron los comentarios
espontáneos informales de quienes voluntariamente se acercaron a las excavaciones de
rescate en la casa Araldi.
De igual forma, se utilizaron los resultados de una encuesta efectuada sobre los bienes
patrimoniales de la zona. La misma fue realizada en el año 2006, por un miembro del
equipo de trabajo en el marco de una beca de experiencia laboral (Uvietta y Paleo 2006).
Estos datos fueron utilizados con el fin de contrastar la información.
De este modo, se implementa una metodología de investigación y acción basada en un
proceso de interacción entre la comunidad y los especialistas, con propuestas flexibles y
abiertas a los cambios que puedan surgir de la participación efectiva de la comunidad.
La versión oficial
Con la idea de dar respuesta a la afluencia de turistas que visitaban la ciudad de
Magdalena surge en el año 1997 como propuesta de la Dirección de Turismo dependiente
de la Secretaría de Producción municipal, a instancias de las encargadas del Centro
Cultural, la diagramación de un circuito Turístico compuesto por un circuito Histórico,
466 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:463-470
uno Productivo y uno Ecológico. De estos circuitos el que permanece vigente es el histórico
que se ha tomado como disparador de este trabajo. Por su selección condensa lo que se
percibe como importante según la versión oficial. Para analizar este circuito se realizó
el relevamiento de la cartelería existente, folletería en exposición en el Centro Cultural,
página web oficial del municipio y entrevista a una empleada municipal del área de
cultura involucrada en la creación del circuito.
En cuanto al objetivo del circuito histórico según la entrevistada:
“El objetivo era mostrar la arquitectura colonial, los caserones, las construcciones…
Buscamos resaltar la parte histórica, natural y productiva de Magdalena. En cuanto a lo
histórico, mostrar los edificios más importantes, no sólo los céntricos. Buscamos los ranchos
a dos aguas, las esquinas sin ochavas, otros rasgos importantes… (…) Para hacer el circuito
primero se seleccionó. Luego se les preguntó a los propietarios si querían que se incluyan
sus viviendas en este circuito. Los que aceptaron se pusieron… (…) Esto estaba destinado al
turista, no al local.”
Según la consulta a la pagina web del municipio el Circuito Histórico “Comprende los
edificios y lugares que fueron escenario de acontecimientos que escriben la historia del
pueblo (…)” Cada elemento significativo se describe de una forma romántica, haciendo
especial énfasis en la iglesia:
El circuito histórico está organizado para orientar su recorrido mediante una cartelería
distribuida en la ciudad y consta de 13 lugares a visitar:
Fonseca.
8. Centro cultural: Antiguo edificio donde funcionó un hotel y la Primera Escuela
de Arte del Partido. Restaurado en varias oportunidades, allí funciona el Museo
Regional, una Sala de Exposiciones Temporarias y la Dirección de Cultura.
9. Teatro español: Edificio de tres plantas, inaugurado en 1899 por la sociedad
Española de Socorros Mutuos. Se destaca la decoración de la sala, recientemente
restaurada.
10. Rancho histórico: conocido popularmente como “el Rancho de Marinangeli”
construido en 1860, con paredes de ladrillos asentados en barro. “Es un rancho
de adobe, con la esquina con un cuarto de ochava. Es la única en todo Magdalena.”
(Empleada municipal entrevistada)
11. Posta de Aguirre: Edificio centenario que funcionó como Posta, conserva su estilo
y características arquitectónicas originales: techo a dos aguas, con tejas francesas.
Conserva un aljibe y la herrería española. Actualmente es sede de la Agrupación
Gauchos de Magdalena.
12. Centro Tradicionalista la Totora: Fue fundado en 1948. Es un amplio rancho
criollo donde se realizan reuniones costumbristas, como destreza criolla, música y
danzas típicas.
13. Atalaya –Museo, Capilla, y muelle-: Muelle Histórico se utilizó como embarcadero
de los productos de los saladeros hacia Europa. La Capilla Santa Rosa de Lima fue
erigida en 1889 y conserva el mobiliario original.
En lo que respecta a la página web oficial del Municipio, creada en el año 2008, el
circuito presenta algunas diferencias ya que no incluye a la jabonería y la terminal, y se
incorporan la Capilla Nuestra Señora de Luján (Bartolomé Bavio), la Capilla San Benito
(Vieytes) y la Escuela N°1 de Magdalena.
Se ha indagado a funcionarios municipales del poder legislativo y ejecutivo acerca de
las ordenanzas o decretos que declaren y regulen el circuito histórico. Esta búsqueda ha
resultado infructuosa ya que existe un desconocimiento generalizado en lo que respecta
a la reglamentación del mismo. Por su parte, el estado en que se encuentra la cartelería
de este circuito, con claros indicios de deterioro y falta de mantenimiento, ponen de
manifiesto el desinterés municipal por esta temática.
La visión de la comunidad
“Lo que es muy importante es la iglesia, la iglesia es muy buena… yo una como ésta no he
visto… Esta tiene una forma mejor que hasta la catedral, no en tamaño, sino en las cosas que
tiene… Tiene cosas muy lindas. Hay curas importantes que están sepultados ahí…” (Roberto)
Otros elementos destacados por los entrevistados son: el Teatro Español, la Plaza
468 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:463-470
“A: Acá a unas cuadras hay también algo, pero es una pared nada más, que tiene un cartel
que dice “Patrimonio cultural de Magdalena”, pero está lleno de pastos…
S: ¿La Calera?
A: Eso, pero esta arruinadísimo!” (Alicia).
“Es muy lindo el Teatro, lo han arreglado y está diez puntos” (Roberto).
En cuanto a las medidas que la comunidad cree necesarias para el manejo de los
bienes patrimoniales, surge como actor principal el Municipio de Magdalena, en particular
la Dirección de Cultura, como quien debe encargarse de legislar su preservación y
mantenimiento. Es frecuente la expresión de deseo de que se conserven las fachadas,
pero que se puedan modificar el interior de las viviendas:
“Y… a mi me parece que tendrían que hacer algo para que las dejen de derrumbar, o por
lo menos que les dejen las fachadas, pero por adentro que cada uno haga lo que quiera en su
casa. Y (el Director de Cultura) se tendría que encargar de eso”. (Alicia)
“Esas son de la época del intendente anterior. Hicieron un circuito. Pero bueno, después se
Paleo M. C. et al - Concepciones sobre el patrimonio urbano de la ciudad de Magdalena... 469
va uno, llega el otro, y ya lo dejan eso… Ahora está muy abandonado”. (Blanca)
Consideraciones finales
Agradecimientos
Bibliografía
CUENCA, J. M. 2004. Hacia una visión holística y sistémica del Patrimonio como
propuesta de conocimiento profesional deseable. En: El patrimonio en la didáctica
de las ciencias sociales. Análisis de concepciones, dificultades y obstáculos para su
integración en la enseñanza obligatoria. Universidad de Michigan. http://wwwlib.
umi.com/cr/uhu/fullcit?p3126904.
GARCÍA BELSUNCE, C. 2003. El Pago de la Magdalena. Su población (1600-1765).
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GARCIA LÓPEZ, A. 2008. Patrimonio cultural: diferentes perspectivas.
GUBER, R. 2005. El salvaje metropolitano. Paidós. Buenos Aires.
INIESTA I GONZALEZ, M. 1990
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indígena en la ribera occidental del Río de la Plata. Siglos XVII-XVIII. Su interpretación.
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49. Pp 457-478.
UVIETTA, A. Y M. C. PALEO. 2006. Patrimonio cultural. Una Práctica de extensión
universitaria. Actas del II Congreso Nacional de Extensión Universitaria. Universidad
Nacional de Mar del Plata. Pp 397-400 Ed. Suarez
Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:471-481 ISSN 1852-8554
Resumen
La ciencia de la medida ha cambiado, en la actualidad disponemos de sistemas de
adquisición, almacenamiento y tratamiento de datos computerizados que son capaces de
adquirir, almacenar y tratar millones de datos. Desde la Universidad Politécnica de Valencia
y el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración apostamos por un sistema
de monitorización del microambiente de una obra de arte, desarrollado por un equipo
multidisciplinar que difiere de los actuales en:
a) se monitoriza la obra a la vez del contenedor o la sala, ello implica colocar muchos sensores
lo más cercanos a la obra.
b) se toman una gran cantidad de datos de cada sensor. La frecuencia actual utilizada es de
un dato por minuto.
Introducción
1
Departamento de Física Aplicada (ETSIA) Universidad Politécnica de Valencia, ESPAÑA (fjgarcid@
upvnet.upv.es y [email protected])
2
Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ESPAÑA. (jperezm@
ivcr.es, [email protected])
3
Departamento de Estadística Aplicada. Universidad Politécnica de Valencia, ESPAÑA (mazarcas@
eio.upv.es)
472 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:471-481
partes del mundo se reúnen en un solo recinto con un acondicionamiento único y poco
probado.
Sistema de monitorización
Ejemplos de aplicaciones
Quien iba a imaginarse que la estupenda bóveda barroca del ábside de la catedral de
Valencia escondía en su interior unos estupendos frescos del siglo XV. Una de las escasas
muestras del arte del renacimiento en España. Y porque no decirlo unas de las primeras
pinturas al fresco a nivel mundial.
El hallazgo fue realizado por el equipo de restauración que iba anecdóticamente a
restaurar la bóveda barroca de la catedral. Ello originó un “extraño” conflicto entre dos
obras de arte, la barroca que era una “decoración” que escondía tras de ella una “creación”
perfectamente conservada durante más de 300 años. La solución adoptada por el equipo
técnico para conservar ambas obras fue la siguiente:
García-Diego F. J. et al - Monitorización de parámetros físicos en bienes culturales. 473
“Desmontar” la cúpula barroca para poder así restaurar y consolidar los frescos
renacentistas.
La cúpula se encuentra almacenada en unas 300 piezas esperando un destino
definitivo. Tal vez en algún museo catedralicio donde se pueda volver a montar y lucir
todo su esplendor.
El problema viene ahora. Una vez desmontada la cúpula barroca se ha invadido
un microclima que había conservado perfectamente las pinturas durante 300 años
alterándolo de tres formas:
1. Bóveda Gótica
Se ha introducido un tubo de barro de 15 cm. de longitud en la pared. Para determinar
el punto donde se han introducido estos tubos se han seguido los siguientes criterios:
-Lugares donde no había pintura original ya que se había perdido debido a la humedad
o sales.
-La bóveda está realizada con ladrillos macizos colocados a panderete, hemos colocado
los sensores en las juntas.
Estos dos criterios se han escogido para no dañar las pinturas y por ser los lugares
donde con mayor probabilidad detectaremos si la pared de la bóveda gótica se está
llenando de agua debido a infiltraciones no deseadas.
Para localizar las juntas se desarrolló un sistema de medida de la velocidad de
transmisión de una onda de ultrasonidos por la pared. El sistema consistía en un
emisor y un receptor de ultrasonidos. Cuando ambos, emisor y receptor se colocaban
en un ladrillo macizo, el tiempo que tardaba el receptor en recibir la señal era mucho
mejor que si nos encontrábamos en una junta. Este tiempo se monitorizaba con un
osciloscopio de dos canales (uno para el emisor y otro para el receptor).
Se han colocado un total de diez sensores de humedad y diez de temperatura de este
tipo.
Los sensores de humedad están colocados en la boca de este tubo cerámico y nos
dan la información de la cantidad de agua que está evaporando la pared, es decir,
notaremos un aumento en la humedad relativa con respecto a la del aire del interior
de la iglesia, en el caso de existir algún tipo de infiltración de agua.
Los sensores de temperatura nos darán la temperatura de la pared, es decir, de las
pinturas ya que no hay que olvidar que los frescos son unas pinturas donde toda la
masa de yeso se encuentra coloreada.
En la actualidad no existen datos sobre la temperatura y humedad del soporte de
estas pinturas. Este dato es importante en futuras intervenciones para elegir mejor
474 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:471-481
los productos a utilizar y por otro lado también podría darse el caso de deterioro
debido unas temperaturas elevadas o a una perjudicial combinación de temperatura y
humedad para un determinado tipo de pigmento, material utilizado en la reintegración,
etc.
Figura1: Tubo cerámico seccionado mostrando en su interior el sensor de temperatura y humedad relativa.
Los otros dibujos representan la posición de los sensores dentro de la pared y en el ábside de la iglesia.
paredes y así comprender mejor los intercambios de agua entre la pared y el ambiente.
Figura 2: Posición de todos los sensores instalados en el intradós de la cúpula. Las letras dentro de un círculo
representan los colocados en la pared gótica, dentro de un triángulo los colocados en las paredes verticales y los
triangulares y romboideos los ambientales
1. Estudiar cambios producidos por el hombre o por su forma de trabajar que están
afectando negativa o positivamente a la obra y si es el caso proponer formas de paliar
estos daños.
2. Controlar si en un futuro algún cambio (por ejemplo la apertura al público de la casa,
reformas en casas adyacentes, etc.) puede variar el microclima de la misma y cómo se
puede minimizar este hecho.
Con estas técnicas hemos sido capaces de distinguir tres microclimas en las cuatro
478 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:471-481
Gráfica 1: Sensor de temperatura la primera semana de Agosto colocado en un mosaico frente al control
Gráfica 2: Sensor de humedad relativa la primera semana de Agosto colocado en un mosaico frente al control
García-Diego F. J. et al - Monitorización de parámetros físicos en bienes culturales. 479
Gracias a estos datos se ha optado por cambiar las cubiertas de estas habitaciones
por otras menos dañinas.
En esta exposición temporal celebrada en el “Centro del Carmen del Museo de Bellas
Artes de Valencia” de Enero a Abril de 2005 encontramos obras tan diversas como retablos
de madera, candelabros metálicos, obras pictóricas en soporte de lienzo o madera, papeles
y libros manuscritos, telas, estatuas en mármol o piedra, etc. Cada obra, según sus
características ha de tener unas condiciones medioambientales distintas. Con el sistema
incorporado a la obra los restauradores tuvieron datos en tiempo real de cada obra.
Con ello se logró actuar rápidamente sobre piezas que estaban en condiciones
adversas.
Por ejemplo, un portulano del siglo XV tuvo que ser sometido en primer lugar a un
proceso de humectación de la sala por encontrarse la pieza muy baja de humedad ya
que la peana de la vitrina estaba fabricada de madera aglomerada y un gradiente de
temperaturas debido a la iluminación provocó un proceso de deshidratación de la obra. El
proceso de humectación de la sala no fue suficiente y se optó por colocar un humectante
en el interior de la urna.
Esto tuvo una gran repercusión mediática, al final la obra permaneció hasta el final
de la exposición porque los propietarios consideraron que gracias a este sistema de
monitorización la pieza estaba controlada.
Este sistema de monitorización tiene la ventaja añadida que sirve de sistema de
seguridad ya que cada sensor tiene un número de serie de 64 bits único, secreto e
irrepetible. Si el microcontrolador no comunicase con el sensor eso quiere decir que el
cable ha sido roto. Las cajas son diseñadas para que en caso de intento de robo se corte
la comunicación entre el microcontrolador y el sensor.
Figura 6: Pantalla del ordenador donde se monitorizan a tiempo real los parámetros de temperatura,
humedad relativa y presencia de cada obra
García-Diego F. J. et al - Monitorización de parámetros físicos en bienes culturales. 481
Resultados y discusión
Agradecimientos
Bibliografía
EL VIAJE FINAL1
Resumen
Después de una excavación arqueológica muchas veces no es posible garantizar las condiciones
adecuadas de conservación de los hallazgos y dejarlos en contacto con el medioambiente
que produce deterioros irreparables muy rápidamente. En el caso de los restos del pecio de
Zencity, la estructura de la embarcación, fue reenterrada bajo los estándares de control que
se exigen internacionalmente, ya que cuando no hay otras opciones técnicas al alcance para
mantener expuesto el hallazgo, es mejor regresarlo a las condiciones en las que se conservó
por tanto tiempo al momento de su descubrimiento. Este trabajo relata la intervención
sobre la preservación de los restos de una embarcación española del siglo XVIII, luego de
la excavación arqueológica realizada y la significación que esta decisión produjo entre la
población y algunos de los hacedores del proyecto.
Palabras clave: conservación, prevención, condiciones, decisión
Abstract
After an excavation is often not possible to guarantee adequate conditions of conservation of
the findings and leave them in contact with the environment that causes irreparable damage
very quickly. In the case of the remains of the wreck of Zencity, the structure of the boat,
was rebury under control standards required internationally, and that when there are no
affordable technical options to keep the finding above, it is best to return it conditions under
which it remained so long at the time of its discovery. This study shows the intervention on the
preservation of the remains of an eighteenth century Spanish vessel, after the archaeological
excavation and the significance that this decision resulted in the population and some of the
makers of the project
Key words: conservation, preservation,conditions,determination
Un reenterramiento preventivo
1
Proyecto El pecio de Zencity. Dirección de Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires. Ministerio de Cultura. Buenos Aires. Argentina.
2
Miembros del equipo de investigación y del CEASA.
484 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:483-488
Se colocan varias capas sucesivas de materiales, comenzando con los más finos y
flojos, directamente sobre la superficie o cubiertas vegetales:
Los restos se recubrieron totalmente con geotextil. Estos se han usado ampliamente
en otros casos de reenterramientos. Son mallas o membranas planas permeables de
materiales sintéticos como polietileno, poliéster o nylon. Su utilización aumenta su
resistencia a la compresión, controla el contenido de humedad y evita hundimientos
diferenciales. Funciona bien para aislar el material de los factores biológicos ya
que impiden el crecimiento de raíces por ejemplo, ayudan a delimitar los horizontes
estratigráficos y en una re-excavación facilitan la ubicación del material evitando daños
al bien.
El éxito de éste procedimiento depende también del monitoreo constante de las
condiciones. Esto se realiza colocando sondas fijas para controlar el contenido de
humedad, sales, oxígeno y acidez del medio y evitar daños al material. El pecio se
encuentra monitoreado con sensores fabricados especialmente por ingenieros del Instituto
Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (Valencia, España).
Dadas las enormes dificultades e incertidumbres que aún hoy día se dan en los
procesos de estabilización y conservación de la madera, es que luego del hallazgo
fortuito en Puerto Madero de los restos de una embarcación naufragada, los directores
del proyecto arqueológico (y autores del presente trabajo), optaron por realizar un re
enterramiento controlado.
Valentini M. P., García Cano J. y Darigo M. - El viaje final. 485
Las cuestiones de la decisión son de gran valor para comprender la magnitud del
problema. Por única vez en la historia de la arqueología argentina, un hallazgo fortuito
de un pecio fue excavado en su totalidad y retirado del sitio del hallazgo junto con el
conjunto de los materiales que no forman partes del casco de la nave pero que se asocian
al hallazgo.
Un sitio de tal valor, fue asumido por las autoridades como un caso especial, que diera
muestra de lo posible tanto como de lo que desde el punto de vista de la doctrina de la
conservación del patrimonio cultural debe hacerse. A su vez, el caso fue tratado como
ejemplar frente a la cuestión de los restos arqueológicos localizados en tierras de dominio
privado. Dados los dos temas clave para optar por la mejor gestión del patrimonio cultural
subacuático posible, los directores propusieron un proyecto que implicara la excavación
total del sitio y remoción de los materiales resultantes de la misma. Con esta propuesta
se resolvió la posibilidad de conservar la colección llamada “Pecio de Zencity – Puerto
Madero” (nombre con el que se la denominó) que incluye al pecio en sí mismo tanto como
al resto de los materiales hallados, y a su vez se liberó el sector ocupado del terreno
privado de modo de no afectar los planes de uso por parte de sus dueños y por sobre
todas las cosas de preservar el bien cultural.
En el caso de los materiales de menor tamaño (carga, objetos del avituallamiento del
buque, y materiales depositados en la proximidad del buque) el traslado al laboratorio
montado para tal efecto no supuso mayor cambio respecto de lo tradicionalmente hecho
en todo proyecto arqueológico. Sin embargo proponerse la remoción del pecio (conformado
por un gran conjunto de piezas de madera articuladas que tiene 21 metros de largo en
su total) implicó desarrollar la primera acción en su tipo en todo Latinoamérica y por
ende en Argentina. A su vez, requirió imaginar un método de gestión del bien que implicó
retíralo del sitio, trasladarlo a un nuevo lugar, preparar el pecio para el traslado y su re-
enterramiento y finalmente conseguir y preparar el nuevo lugar para recibir los restos y
convertirse así en un depósito apropiado para asegurar la supervivencia del único pecio
en su tipo.
Para retirar el casco de madera del sitio del hallazgo se desarrolló un exoesqueleto de
perfiles de acero. Esta estructura externa permitió que aún en el movimiento del casco
las posiciones relativas de cada una de las partes de madera y hierro de la nave original
no tuvieran alteración alguna. La estructura aseguró la integridad del conjunto como tal,
evitando desarmes y deterioros. A su vez la estructura metálica permitió el izado (más de
12 metros) con una pluma que lo colocó en el carretón en el cual más tarde se lo trasladó
al sitio definitivo. Como es claro entonces, para la remoción de los restos del casco no
se lo sometió a esfuerzo alguno que lo pusiera en riesgo. La totalidad del esfuerzo fue
concentrado en la estructura metálica.
Luego de la construcción del exoesqueleto, y previo al izado, el casco fue cubierto por
una envoltura realizada con geotextil sintético de alta densidad y resistencia al desgarre.
Esta membrana plana permeable y flexible de fibras sintéticas ofrece cierta resistencia
mecánica a la perforación y tracción así como una separación de los restos del contacto
directo con los sedimentos, permitiendo incluso un drenaje natural. El objetivo de la misma
es ayudar a mantener la integridad del conjunto tanto en el izado como en el traslado
y en su entierro. Además opera como elemento que si bien no aísla herméticamente
486 Anuario de Arqueología, Rosario (2014), 6:483-488
al casco, evita que los materiales usados para el enterramiento tomen contacto en la
totalidad de las superficies de madera y hierro, ayudando a posibles futuras inspecciones
desenterrando parcialmente los restos.
El sitio elegido para enterrar el pecio fue buscado para cumplir con varias
especificaciones. Debió asegurar la posibilidad de permanecer en el sitio por un largo
período sin correr futuros riesgos de nuevos traslados. Eso implicó que debía ser
propiedad del Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Debía tener dimensiones
adecuadas y un suelo que permitiera no sólo realizar una excavación de porte sino que
además tuviera condiciones químicas que favorecieran la conservación de los restos.
En ese sentido fue clave conseguir un sitio con alta humedad. Finalmente debía tener
ciertas condiciones que permitieran que una pluma pudiera operar y remover el casco
del carretón de trasporte y colocarlo en el foso realizado, sin alterar las instalaciones o el
funcionamiento de lo preexistente.
El lugar seleccionado es el conocido como Barraca Peña, que cumple con todas las
condiciones planteadas. Localizado en el barrio de la Boca, es propiedad del estado de la
ciudad autónoma, y por ende no está sometido a los problemas del derecho a uso en el
Valentini M. P., García Cano J. y Darigo M. - El viaje final. 487
suelo privado. En el predio existen restos de un edificio del siglo XX que tiene la mayor
parte de su solado interior sin consolidar, lo cual facilitó la tarea de excavar para realizar
el foso necesario.
A su vez, dado que los restos del edificio no están techados y se localizan sobre la línea
municipal del predio, eso permitió colocar el casco con su exoesqueleto en una maniobra
relativamente sencilla que solo requirió del corte del tránsito por unas horas, sin mayor
alteración de ninguna red, y dejarlo ya instalado en el foso. El mismo material geotextil
fue utilizado para forrar el interior del foso, logrando así una doble capa protectora de la
superficie de madera y permitiendo que la humedad volviera a proteger el casco.
Una vez terminada la maniobra de la colocación del pecio, se instaló una serie de
sensores que permiten su actual monitoreo bajo tierra. Estos sensores son una tecnología
desarrollada por el Ingeniero Fernando García Diego del Instituto Valenciano de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales (IVC+R). Esta técnica fue desarrollada
para otros casos de diversa naturaleza, pero fue sugerida por el mencionado instituto
como adecuada para poder tener información precisa del estado de la madera bajo tierra.
Bibliografía
Anuario de Arqueología es una publicación anual sobre temas que hacen a la investi-
gación arqueológica argentina e internacional. Su finalidad es publicar artículos origina-
les e inéditos sobre los avances en este campo disciplinario. Posee orientación científica
y sus trabajos son sometidos a arbitraje.
Los manuscritos son evaluados por especialistas seleccionados por el Consejo Editor,
los cuales son elegidos en función de su nivel científico y su afinidad temática con el
manuscrito bajo evaluación. Los informes de los evaluadores son anónimos, a menos que
éstos decidan lo contrario. El Consejo Editor está en condiciones de devolver a los autores
aquellos manuscritos que no se ajusten a la temática de la revista, que se consideren po-
bres en calidad, que no cumplan estrictamente con las normas editoriales o que omitan
injustificadamente las sugerencias efectuadas por los evaluadores y/o editores.
Una vez enviadas sus contribuciones, los autores se comprometen a no presentarlas
simultáneamente a otras publicaciones. No podrán enviarse al Anuario de Arqueología
manuscritos que ya estén a consideración de otras revistas. Al momento de ser acepta-
do el manuscrito por el Comité Editor, los autores no podrán retirar sus contribuciones.
En caso de tratarse de contribuciones de más de un autor, se deberá elegir uno de los
co-autores para comunicarse y gestionar la correspondencia con el Consejo Editor. Los
autores se hacen responsables del contenido de sus trabajos, así como de la exactitud
de los datos consignados y de las citas bibliográficas. Una vez aceptado el manuscrito,
el Consejo Editor puede enviar a los autores una prueba de imprenta a fin de chequear
solamente errores tipográficos; no siendo posible efectuar cambios a nivel de contenido.
Cualquier modificación de contenido podrá ser planteada por los autores como una sug-
erencia, las cuales quedarán a criterio de los editores considerarlas o no.
NORMAS EDITORIALES
2.2. Resumen y Abstract: Deben tener una extensión máxima de 150 a 200 palabras y
representar claramente el contenido del manuscrito Deben ir seguidos de palabras claves
y key words, respectivamente. Palabras Claves: entre 3 y 5
2.1. Elementos de texto:
2.1.1. Títulos:
-Títulos principales
Centrados, en minúsculas y en negritas.
-Títulos secundarios
Sobre el margen izquierdo, en minúsculas y negritas.
-Títulos terciarios
Sobre el margen izquierdo, en minúsculas, negritas y cursivas.
Debe existir un espacio de separación entre los títulos y el texto precedente y posterior.
2.1.2. Uso de cursivas: Se usan cursivas (aparte de los títulos terciarios), sólo para
nombres científicos (E.g.: Zea mays, Ctenomys sp.); palabras ajenas al idioma original del
manuscrito (E.g.: ayllu); expresiones latinas de uso común (e.g. et al., ca., v.gr., sensu,
locus, etc.); títulos de libros y artículos que se mencionan en el texto.
2.1.3. Uso de mayúsculas/minúsculas: Se usa mayúscula inicial (palabra capitalizada)
para los nombres propios, montañas, ríos, océanos, países, áreas arqueológicas y geo-
gráficas específicas (e.g.: Andes, Mesoamérica, área Centro Sur Andina, Andes Centrales,
Amazonía); para los nombres de fases, períodos, culturas, tipos, etc. (e.g.: fase Santa
María, período Arcaico, cultura Moche, cerámica Negro Pulido).
Los términos direccionales, topográficos, geográficos generales, gentilicios, van en minús-
cula (e.g.: suroeste, costa norte de Perú, aymara, río Grande, quebrada de Humahuaca).
Los términos direccionales van con mayúscula sólo si están abreviados (e.g.: NE, S, W).
2.1.4. Abreviaturas: minimizar su uso. Las abreviaciones comunes se escriben de la
siguiente manera: años antes de Cristo a.C.; año después de Cristo “d.C.”; antes del
presente: “a.p.”
2.1.5. Números: Los números cardinales referidos a cualquier materia, se expresan con
palabras si la cifra es entre cero y nueve (e.g.: ocho tiestos cerámicos, cinco cuentas). Si
las cifras son superiores a nueve, se escriben con caracteres numéricos (e.g.: 16 tiestos
cerámicos, 15 sitios), excepto cuando va al inicio de una frase (e.g.: “Doce sitios se ubican
en las quebradas laterales…”).
Los números ordinales se escriben siempre con palabras (e.g.: primero, tercero).
2.1.6. Fechas: Se escriben de la siguiente manera: 8 de julio de 1859, siglo III, primer
milenio, en la década de 1990, durante los años cincuenta.
Las fechas radiocarbónicas no calibradas se expresan en años a.p. (no convertidas a
años a.C./d.C.), en el siguiente orden: (1) fecha absoluta, (2) sigma = 1s, (3) número de
laboratorio, (4) material fechado, (5) agregar el valor de d13C si está disponible. Ejemplos:
3900±100 a.p., Beta–115430, carbón
9510±70 a.p., Beta–139632, colágeno de hueso, d13C = –19,3 ‰
Las fechas radiocarbónicas calibradas siempre deben expresarse como rango(s) de edad
calendárica, utilizando las convenciones cal. a.C. o cal. d.C., indicando si se utilizó 1 ó 2
sigmas. Ejemplo: 1953-1975 cal. d.C. (p = 0,95) y 1943-1999 cal. d.C. (p = 0,95) (calibra-
dos a 2 sigmas con el programa [nombre programa] de [cita]).
2.1.7. Medidas: Las medidas deben expresarse en caracteres numéricos arábigos y en el
sistema métrico abreviado (e.g.: 50 mm; 20 cm; 5 m; 13 km; 32 há; 8 m2; 2 kg; 400 g. Se
escriben completos sólo cuando se usan de manera general o están al principio de una
492 Anuario de Arqueología, Rosario (2013), vol. 6
2.4.2. Libro compilado o editado: Arkush, E.N. y M.W. Allen (eds.). 2006. The Archaeology
of Warfare: Prehistories of Raiding and Conquest. University Press of Florida, Gainesville.
2.4.3. Capítulo en libro: Scott, D.D. 2009. Studying the archaeology of war: a model
based on the investigations of frontier military sites in the American Trans-Mississipi
west. En International Handbook of Historical Archaeology, editado por T. Majewski y D.
Gaimster, pp. 299-317. Springer, New York.
2.4.4. Artículo en revista: Raab, A.M. 2010. The Maya…but not Missouri? An archae-
ological study of the socioeconomic impact of warfare. The SAA Archaeological Record
10(4):43-45.
2.4.6. Artículos en Actas de Congresos: Munizaga, J.R. 1984. Poblaciones Atacameñas:
aspectos morfológicos. Actas Simposio Culturas Atacameñas XLIV Congreso Internacional
de Americanistas, pp. 71-79. Universidad del Norte, Antofagasta.
2.4.7. Ponencia presentada en un congreso: Tarragó, M. 1999. Cerámica y cestería
arqueológica del valle de Yocavil. Una aproximación a partir de improntas. Ponencia pre-
sentada en XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Córdoba.
2.4.8. Manuscrito en prensa (libro o artículo): Sólo debe usarse ser usados en man-
uscritos que ya aceptados para su publicación. Material aún no aceptado se cita como
trabajo inédito. Ejemplo:
Pérez, J. en prensa. Investigaciones arqueológicas en el valle del río Hondo. Arqueología
y Sociedad.
Pérez, J. en prensa. Investigaciones arqueológicas en el valle del río Hondo. En Arque-
ología del sur del país, editado por C. Harris y B. López. Editorial Universitaria, Madrid.
2.4.9. Manuscrito inédito: Pérez, J. 1994. Investigaciones arqueológicas en el valle del río
Hondo. Manuscrito en posesión del autor.
2.4.10. Tesis de grado y posgrado: Knobloch, P.J. 1983. A Study of the Andean Huari Ce-
ramics from the Early Intermediate Period to the Middle Horizon Epoch 1. Tesis Doctoral.
Department of Anthropology, State University of New York, Binghamton.
2.4.13. Artículos electrónicos: Barretto, M. 1998 Paradigmas Actuales de la Museología.
http://www.naya.org.ar/articulos/museologia01.htm.
2.5. Notas
En sección aparte después de los Agradecimientos y antes de la Bibliografía. Usar sólo
excepcionalmente, cuando se necesite aclarar o incluir información esencial no incluida
en el texto principal. Se numeran con números arábigos. No usar la función ‘notas a pie
de página’ del procesador de textos.
2.6. Tablas
Todas las tablas deberán estar citadas en el texto y estar numeradas correlativamente
(e.g.: Tabla 1). Los títulos de las tablas deben estar completos, breves y sin abreviaturas.
2.7. Figuras
Se aceptan un máximo de 5 figuras. Las imágenes y gráficos deben estar debidamente
referidas en el texto (e.g. Figura 3). Las fotografías deben presentarse en escala de grises,
ser nítidas y tener buen contraste, en archivo separado, en los formatos TIFF, JPEG.