Tesis Doctoral D. José de Terán Tendero
Tesis Doctoral D. José de Terán Tendero
Tesis Doctoral D. José de Terán Tendero
Tesis Doctoral
MADRID
2014
1
A José de Terán Martínez,
Ireneo Santos Ortega
y Paco de Terán Rodríguez,
in memoriam.
Agradezco a Rocío Gallego y Luis Pires, directores de este trabajo, la buena acogida
que dieron a esta tesis y a su enfoque didáctico, así como el apoyo que me han
proporcionado en todas las fases de su desarrollo.
Igualmente, agradezco a Fernando Castro Polinio, amigo y compañero de estudios, la
minuciosa y constructiva lectura de un borrador ya avanzado de este trabajo.
3
ÍNDICE
Pág.
Introducción 7
I. Taxonomía de los textos de introducción a la economía 17
1. Introducción…………………………………………………………………………….......... 23
2. Microeconomía. Mercado y tipos de mercado………………………………………….......... 33
3. Microeconomía. Mercado de factores…………………………………………………........... 37
4. Fallos del mercado………………………………………………………………………........ 41
5. El sector público…………………………………………………………………………....... 45
6. Macroeconomía I. Introducción y macromagnitudes……………………………………........ 47
7. Macroeconomía II. Enfoque, sector público, dinero y sistema financiero, inflación y ciclos.. 53
8. Macroeconomía III. Comercio internacional y crecimiento……………………………......... 57
9. RESUMEN GLOBAL DE CONTENIDOS de los textos seleccionados………………......... 60
V. Conclusiones 369
BIBLIOGRAFÍA 377
5
Introducción
El presente trabajo, Didáctica de los contenidos de un curso de introducción a la
economía, es una investigación tendente a proponer los contenidos de un curso
introductorio a la economía, mediante la aplicación de los criterios didácticos más
extendidos en la práctica educativa.
El término ‘didáctica’, referido a la disciplina del mismo nombre, extiende su ámbito a
todos los aspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje, aunque en este trabajo nos
centraremos en la determinación de los ‘contenidos conceptuales’ de un curso
introductorio de economía. No se considerarán, por tanto, los denominados contenidos
procedimentales o actitudinales, ni tampoco otros aspectos didácticos, o del curriculum,
que deben tenerse en cuenta en la preparación de una programación didáctica de
cualquier tipo de curso, tales como la motivación del estudiante, el análisis del entorno,
la evaluación, la metodología, etc.
La referencia del título a un ‘curso’ de economía hay que entenderla en sentido amplio,
ya que puede referirse también a un ‘libro de texto’ de economía. Aunque, obviamente,
el concepto ‘curso’ es más amplio que el concepto ‘libro de texto’, si 1o referimos sólo
a los contenidos conceptuales y a su estructura u orden expositivo, deberían contener lo
mismo si tuvieran las mismas pretensiones.
El significado que atribuimos al término ‘introducción’ (a la economía) es más difícil de
precisar, si bien, en este caso, no significa divulgación. La definición de este término
según el diccionario de la RAE, “preparación, disposición para llegar al fin propuesto”,
es apropiada, pero muy general. Es un término flexible, cuyo alcance práctico, a veces,
está determinado por los créditos disponibles, posible restricción que hemos
considerado, o por la distinta preparación previa de los alumnos a quienes va dirigido,
restricción que eliminamos al suponer homogéneo el nivel de todos los alumnos. En
este trabajo el término ‘introducción’ opera como si fuera un objetivo didáctico, porque
nos indica hasta dónde llegar con los contenidos, el alcance del curso. En nuestro caso,
el curso trata de proporcionar el acervo de contenidos necesario para que los alumnos
sepan moverse entre las diferentes escuelas económicas y puedan acceder a estudios
superiores de economía.
Por tanto, nuestro objetivo principal será elaborar, partiendo de las reglas más
extendidas de la didáctica, un conjunto de contenidos mínimos y una estructura
7
expositiva de dichos contenidos que reflejen fielmente una aproximación al corpus de la
economía, en el nivel definido para un curso introductorio.
Antecedentes
Este trabajo se desarrolla en un contexto académico caracterizado, en el ámbito de la
didáctica, por el predominio casi absoluto de los postulados constructivistas (como
veremos en la parte II) y, en el ámbito de la economía, por una fuerte primacía de la
denominada ‘corriente principal’ en la configuración de la enseñanza de la economía y
de los libros de texto introductorios (como veremos en la parte I), y, simultáneamente,
el surgimiento de diversas manifestaciones críticas o simples rechazos a esa ortodoxia y
la coexistencia con otros paradigmas de menor presencia académica.
A continuación mostramos algunas de esas manifestaciones, poniendo de relieve
aquellos aspectos más directamente relacionados con nuestro trabajo, con el único
propósito de enunciarlos para describir mejor el marco actual, pero sin terciar en su
fundamentación ni en los argumentos favorables o adversos.
En 1992, auspiciado por la European Association for Evolutionary Political
Economy, se publica el Manifiesto en demanda de un análisis económico pluralista
y riguroso1, en el que se denuncia el monopolio en el método y en los paradigmas de
la ‘corriente principal’ de la economía y se reclama el pluralismo en la formación de
economistas.
En 2000, un grupo de estudiantes de economía de universidades francesas publicó
una Carta abierta en la que se declaraban descontentos con la enseñanza recibida
por las siguientes razones: “1) el divorcio entre el contenido de la enseñanza y el
‘mundo real’; 2) un uso incontrolado en las matemáticas; y 3) la falta de pluralismo
en las explicaciones” (Misas, 2004, p. 221).
La carta de los estudiantes fue seguida de otras dos Cartas de profesores: una
apoyando a los estudiantes, y otra “mostrando su inconformidad con el estilo
guerrerista y los ataques a la teoría neoclásica” (Cataño, 2004, p. 125) 2. Incluso en
1
Manifiesto firmado por cuarenta y cuatro economistas, cuatro premios Nobel entre ellos (Cuadernos de
Economía, Vol. 20, nº 57/58, enero-agosto, p. 291).
2“
El movimiento tomó una amplitud internacional con la creación de grupos de apoyo en diversos centros
académicos (Universidad de Cambridge, Universidad de Madrid, Portugal, y centros de discusión
internacionales, etc.) que derivó en una red de Internet (http://www.paecon.net) y que dio como resultado
el movimiento post-autista de la Economía que ya distribuye por correo electrónico una carta, la Post-
autistic Economics Newsletter. En junio de 2001, 27 estudiantes de la Universidad de Cambridge, del
Reino Unido, publicaron un manifiesto con el sugestivo nombre “Opening Up Economics” que firmaron
más de 600 economistas, entre ellos académicos renombrados como Mark Blaug, Bruno S. Frey, John
8
2002 se celebró un seminario internacional en Clermont-Ferrand para hacer un
seguimiento del Informe Fitoussi, elaborado por una comisión dirigida por el
economista Jean Paul Fitoussi, por encargo del gobierno francés, para investigar las
denuncias de la Carta abierta (Cataño, 2004, pp. 125-126).
En 2001 apareció la Propuesta de Kansas. En ella, los economistas firmantes
solicitaron: “1) una concepción más amplia del comportamiento humano que la
tradicional del homo economicus; 2) un reconocimiento del papel de la cultura en
las relaciones económicas; 3) la consideración de la historia como expresión del
carácter dinámico de la economía; 4) una nueva teoría post-positivista del
conocimiento; 5) la fundamentación empírica de la teoría; 6) la diversificación
metodológica; y 7) la apertura al diálogo con otras disciplinas, especialmente en las
ciencias sociales”3.
En 2003 se celebró la conferencia mundial de la Confederación Internacional de
Asociaciones para el Pluralismo en la Economía (ICAPE) en la Universidad de
Missouri, en la que se elaboraron diversas ponencias sobre el “Futuro de la
Economía Heterodoxa” (Cataño, 2004, p. 126).
En 2011, en Harvard, un grupo de estudiantes abandonó la clase de ‘Economía 10’
de esa universidad y dirigió una Carta abierta a Greg Mankiw, responsable de dicha
clase. En dicha carta expresan “su descontento con el sesgo inherente de este curso
introductorio de economía” porque esperaban “adquirir una fundamentación amplia
e introductoria a la teoría económica”; y se quejaban de la falta de “una perspectiva
imparcial sobre la economía en un curso introductorio a 700 estudiantes que, según
su nombre, debería proporcionar una base sólida para continuar sus estudios en
economía”4.
En 2013, en la Universidad Autónoma de Madrid, la Asociación de Estudiantes de
Económicas (AEE), publica la Carta de la AEE, firmada por más de mil alumnos
reclamando, entre otras acciones, las siguientes: “estudio crítico de todas las teorías
económicas”; “definir la función de las matemáticas”; “proponer algunas
asignaturas que consideramos clave, como […] Historia del pensamiento
Galbraith, Geoffrey Hodgson, Kurt W. Rothschild y Warren Samuels, “lo que fue seguido por otro
manifiesto de un grupo de estudiantes de la Universidad de Harvard.” (Cataño, 2004, p. 126).
3
Recensión del libro The Handbook of pluralist education, de La Roca, F. en Revista de economía
crítica, nº 11, primer semestre 2011, pp. 238-241, Universidad de Valencia.
4
Harvard Political Review, recuperado el 10 de mayo de 2012 de: http://hpronline.org/harvard/an-open-
letter-to-greg-mankiw/
9
económico, [...] Estadística aplicada a las ciencias sociales, Geografía económica...;
en lo relativo a las asignaturas más específicas, un curso de introducción a la
economía [...] antes de plantear cursos de microeconomía y macroeconomía”; que,
en Teoría Económica, “se replanteen los manuales utilizados hasta ahora”5.
El curso 2012-2013 se constituyó en la Universidad de Manchester la Post Crash
Economic Society, en la que sus miembros, animados por “la creencia de que los
contenidos y los métodos de enseñanza de la economía pueden y deben ser
repensados”, proponen “ampliar la gama de enfoques y los métodos de enseñanza
utilizados en el Departamento de Economía” 6 ; y, con posterioridad, se creó la
Cambridge Society for Economic Pluralism para contribuir a objetivos similares7.
Finalmente el 5 de mayo de 2014, cuarenta y dos asociaciones de estudiantes de
económicas de veintidós países diferentes, constituyen la International Student
Initiative for Pluralism in Economics (ISIPE). En su Carta abierta hacen un
llamamiento al pluralismo en la enseñanza de economía y en la investigación, a
“ampliar el rango de herramientas a disposición de los estudiantes a la hora de
analizar y entender los fenómenos económicos”, a “incluir enfoques
interdisciplinarios [...] con otras ciencias sociales” y a incluir “asignaturas que
proporcionen una contextualización y fomenten la reflexión sobre la disciplina
económica y sus métodos [...] tales como la filosofía y la epistemología de la
economía”, entre otras propuestas8.
5
AEE de la UAM, recuperado el 5 de mayo de 2014 de: http://www.ibercampus.es/carta-de-la-
asociacion-estudiantes-de-economicas-de-la-UAM
6
Recuperado el 15 de junio de 2014 de: http://www.post-crasheconomics.com/
7
Recuperado el 2 de junio de 2014 de: http://www.cambridgepluralism.org/
8
Recuperado el 7 de junio de 2014 de: http://www.isipe.net/home-es
10
el que “la excesiva formalización y el uso de las matemáticas han jugado un papel
importante” (Misas, 2004, p. 205). Según este autor, en el origen de este proceso está
“la internacionalización de la economía o su ‘americanización’” (ib., p. 209) 9 .
Anteriormente, “Las tradiciones en las escuelas nacionales de pensamiento (austríaca,
sueca, alemana, francesa, inglesa, japonesa, india o latinoamericana), que, a partir de
unos elementos generales de la economía clásica, desarrollaron teorías completas para
pensar e interpretar sus patrones de acumulación –o su evolución económica– y que
fueron muy fuertes a lo largo de casi cien años (1850-1940), desaparecieron en
beneficio de la universalización de la teoría económica estándar (TEE) –teoría
neoclásica– convertida por la academia americana en la ciencia económica” (ib., p.
207). Esta evolución de la ciencia económica ‘americana’, formalizada y abstracta,
como predominante y casi única expresión de la economía ‘científica’ no estuvo exenta
de algunas críticas10 que, no obstante, no impidieron su consolidación.
9
Este proceso se desarrolló, según este autor, mediante la concurrencia de numerosos factores:
La concesión de “cientos de becas otorgadas por el gobierno de Estados Unidos a estudiantes
europeos, indios y japoneses, para llevar a cabo estudios de postgrado” (ib., p. 209).
Una “estrategia de profesores visitantes, en la que profesores procedentes de universidades
americanas se desplazaron a otros países para reformar o crear departamentos de economía a la
imagen y semejanza de los existentes en Estados Unidos” (ib., p. 209).
La “migración masiva de grandes economistas europeos a las universidades americanas en los años
treinta, como consecuencia del ascenso de los [gobiernos europeos] totalitarios al poder” (ib., p. 210).
Se mencionan, entre otros, Koopmans, Leontief, Shumpeter, Marshack, Herbeler, Kuznets, Theil,
Lerner, Hayek, Modigliani y Hirschman.
“Los avances en el campo de la formalización, las técnicas estadísticas y los desarrollos en las
matemáticas durante la guerra (programación lineal, teoría de juegos, etc.) seguidos con entusiasmo
por [algunos] economistas” como Arrow, Samuelson, Klein y Friedman; y “la consolidación de la
Cowles Commission, integrada por un grupo de jóvenes investigadores provenientes de diferentes
áreas: física, matemática, estadística, economía, que le dio un gran impulso a la formalización de la
economía” (ib., p. 207).
La necesidad, en plena Guerra Fría, de “consolidar la teoría neoclásica –fundamento de las políticas
impulsadas por el gobierno americano y el FMI– como única corriente científica de la economía,
deslegitimando, de paso, otros enfoques teóricos, particularmente la economía política de origen
clásico y marxista, muy fuertemente arraigada entre los economistas europeos, especialmente en
Francia e Italia, las corrientes historicistas en Alemania y los keynesianos en Inglaterra, e igualmente
las corrientes nacionalistas como el estructuralismo latinoamericano impulsado por la CEPAL” (ib.,
p. 211).
10
“A principios de los cincuenta la discusión con los economistas matemáticos […] llega a su nivel más
álgido”. En 1951 la American Economic Association (AEA) encargó un estudio acerca de la dirección
que debía seguir la educación de postgrado en economía, en el que se “concluyó, de una parte, que no era
conveniente señalar un único sistema de formación y que se debería propugnar por la flexibilidad, y de
otra parte, que el currículo en economía debía mantener un núcleo básico en teoría económica que
incluyera: […] valor, distribución, moneda, empleo y al menos uno de los nuevos tópicos […] como
dinámica, teoría de juegos y economía matemática. Otra parte importante del núcleo sería historia
económica, historia del pensamiento económico, estadística y métodos de investigación” (ib. pp. 212).
Sin embargo, “el Panel convocado por la AEA [Solow, Tobin, Torgensen, Theil, Kley y Caves, entre
otros] con el mismo propósito a finales de los sesenta, recomendaba acelerar las tendencias que se venían
presentando” y proponía un “mayor énfasis en las herramientas matemáticas, estadística, econometría,
programas de computación” (ib., pp. 212-213).
11
Desde otro punto de vista, los profesores de la corriente institucionalista, Knoedler y
Underwood, analizan la situación actual de la enseñanza de la economía en su artículo
La enseñanza de los principios de economía: propuesta para un enfoque
multiparadigmático. En este trabajo se hacen eco “del descenso del número de
estudiantes que toman economía como área principal y de los que se matriculan en esta
carrera” (Knoedler, 2004, p. 39), que, en su opinión, se debería, entre otras causas, a la
enseñanza exclusiva del paradigma “de la corriente dominante”. Consideran que el
curso de ´Introducción´ “es la única oportunidad que tienen la mayoría de los
estudiantes para abordar la economía como disciplina académica” (2004, p. 40), y que
hay numerosas razones para abordarlo de forma diferente a como se hace actualmente11.
Proponen, como alternativa, un curso de introducción a la economía de enfoque
multiparadigmático y que traslade un conjunto de principios –“diez cosas que todo
A finales de los ochenta la AEA convocó una comisión para estudiar la formación ofrecida en las escuelas
de graduados de economía, presidida por Krueger y la asistencia de Arrow, Blanchard, Blinder, Holden,
Learner, Lucas, Panzar, Schultz, Stiglitz y Summers. Según el autor del trabajo, que se basa en los
documentos elaborados por la comisión y otra documentación particular de los participantes en dicha
comisión, “un gran número de participantes expresaron que ‘la enseñanza de la economía en las escuelas
de graduados estaba divorciada del mundo real de la economía’”; “Hay una gran debilidad –en las
escuelas de graduados– entre las relaciones que se establecen entre herramientas, teoría y econometría y
el mundo real de los problemas”; “los requisitos para ser admitidos […] en términos de matemáticas y
estadística, son estrictos, pero no se presenta igual énfasis en requisitos en términos de teoría económica y
de análisis económico”; “enseñamos la lógica de las matemáticas pero no la lógica de la economía”;
“tanto estudiantes como profesores expresaron que ‘la ausencia de hechos, la información institucional,
los datos, las alternativas acerca del mundo real, las aplicaciones y los problemas de política; hacían que
no pudiera existir una conexión con el mundo real a partir del núcleo de los cursos teóricos enseñados en
los campos o áreas temáticas’”; “los estudiantes graduados señalaron: ‘el insuficiente énfasis dado a los
problemas del mundo real, a las aplicaciones empíricas y a las opciones de política, el excesivo énfasis
dado a las técnicas matemáticas por las matemáticas mismas, la estrechez de contenidos, la falta de
atención a la historia económica y conocimiento interdisciplinario’”; “los Ph. D. graduados en 1977-1978
expresaban, diez años más tarde, la existencia de ‘considerables disparidades entre el conocimiento que
fue enfatizado en su entrenamiento como estudiantes graduados y el que utilizan en sus trabajos
actuales’” (ib., pp. 214-217).
Sin embargo, “la Comisión, después de haber realizado un trabajo riguroso de encuesta” se limitó a
“señalar algunas falencias en el proceso de formación” y a “un debate pedagógico” que “no pudo servir
de base para realizar un debate teórico y epistemológico, así como también un debate ideológico-
político”, que “no produjeron […] resultados sobre la formación de los economistas, diluyéndose sin
mayores efectos” (ib., pp. 220-221).
11
Las objeciones que hacen a los textos actuales de introducción a la economía se basan en un análisis de
nueve textos que cubren el 75 por ciento de los cursos introductorios en Estados Unidos. Estudian el
tratamiento que estos textos ofrecen respecto de cuatro aspectos: concepción de la economía; relación
entre teoría del crecimiento y ciclo económico; distinción entre economía positiva y normativa; y
enfoques alternativos. Los resultados que obtienen, entre otros, son: “siete de los textos [...] introducen el
tema de la economía en el marco estándar de la escasez y los costos de oportunidad”; “cuatro de ellos
establecen la distinción entre economía positiva y normativa, y sólo dos señalan que los juicios de valor
son inherentes a todas las discusiones de asuntos económicos”; “en siete [...] la presentación de la
macroeconomía se basa en el debate convencional entre monetaristas y keynesianos”; “en siete [...] no
hay ninguna mención a las ideas de Thorstein Veblen y sólo algunos mencionan a Karl Marx,
generalmente en un párrafo breve y descalificador” (ib. pp. 51-52).
12
estudiante debería aprender en el curso de introducción” (2004, pp. 64-65)- inspirado en
la “economía institucional” (2004, p. 58).
Como hemos visto, el escenario de fondo en el que se realiza nuestro trabajo podemos
resumirlo así:
En general, una enseñanza de la economía caracterizada por el predominio de la
‘corriente principal’ y la existencia de numerosas muestras de rechazo a dicha
corriente cuya significación es difícil de evaluar14.
En particular, unos libros de texto de introducción a la economía mayoritariamente
afectados de las mismas notas anteriores.
La problemática anterior contiene numerosos aspectos de diferente índole; unos afectan
a la epistemología de la economía, otros a su metodología o a su objeto, otros al papel
de la historia en la economía, otros a su interdisciplinariedad, e incluso algunos se
derivan de planteamientos políticos o ideológicos previos. Sin embargo, en nuestra
propuesta de curso introductorio a la economía no hemos necesitado hacernos eco de
estas notas o rechazos a la ´corriente principal´, ya que la solución adoptada (v. parte
IV) incluye un curso con, básicamente, dos partes: una primera descriptiva de la
actividad económica, y una segunda, abierta, dedicada a la presentación de diferentes
escuelas, en la que caben diversos enfoques.
12
Véase Holt, R.P.F., Rosser, J.B. y Colander, D. (2010), The complexity era in economics, Vermont,
Department of economics, Middlebury College.
13
Puede verse una presentación reciente de cómo se presenta la economía de la complejidad en el trabajo
de W. Brian Arthur, 2013, Complexity Economics: A diferent framework for economics thought, Santa Fe
Institute, SFI Working paper 2013-04-012.
14
En Misas (2004) y Backhouse (2010, pp. 97-136) pueden encontrarse propuestas descriptivas y
analíticas de esta caracterización de la economía y ampliaciones de las muestras de rechazo
mencionadas.
13
Nuestra aportación a esa problemática no se plantea romper con la corriente principal;
pretende contextualizar ésta y las aportaciones de otras escuelas en un curso de
introducción a la economía elaborado con un enfoque didáctico.
Hipótesis de trabajo
La referencia o elemento de comparación de nuestro trabajo son los textos de
introducción a la economía habituales en las universidades y otros centros de enseñanza.
Lo que buscamos es encontrar, eventualmente, elementos de mejora de estos textos
introductorios, aplicando sistemáticamente las reglas didácticas más reconocidas.
Por tanto, lo que formulamos, en términos de conjetura, es que la aplicación de algunas
reglas mayoritariamente aceptadas de la didáctica –principalmente las orientadas a la
consecución de un aprendizaje significativo– dan como resultado unos contenidos y una
estructura expositiva diferente a la habitual en esos libros de texto.
De modo más preciso y formal, la hipótesis de trabajo que sometemos a análisis se
puede expresar en estos términos: los textos habituales de introducción a la economía
no se conforman, en sus contenidos y su estructura expositiva, a los que resultarían si
se aplicaran las reglas didácticas más extendidas en la práctica de la enseñanza.
14
las teorías constructivistas del conocimiento. Sin embargo, en buena medida, son
también los del ‘sentido común’, las buenas prácticas que han venido utilizándose
tradicionalmente en la enseñanza.
En la parte III se desarrolla la parte principal del trabajo. Con los criterios didácticos
adoptados en II, nos aproximamos al conjunto de contenidos que nos ofrece el acervo de
las aportaciones más relevantes de los economistas a la disciplina de la economía, para
determinar cuáles y en qué orden deben incorporarse a un curso introductorio.
Para aproximarnos a ese conjunto de contenidos tan amplio hemos procedido a su
clasificación y acotación. La clasificación ha consistido en agruparlos en cuatro partes
y, en cada una de éstas, por orden cronológico.
En la primera, III.1, se han considerado únicamente los contenidos utilizados por los
economistas, relativos al objeto y el enfoque; en la parte segunda, III.2, se han tratado
los contenidos referentes a la relación de la economía con otras disciplinas; en III.3 se
han agrupado los contenidos metodológicos y epistemológicos; y en III.4 los contenidos
relacionados con la distinción entre economía positiva y normativa.
Las acotaciones, en general, han sido limitaciones en los contenidos considerados,
derivadas de la naturaleza introductoria del curso que contemplamos.
Una vez clasificados así los contenidos, hemos procedido a seleccionarlos y
estructurarlos con arreglo a los criterios didácticos adoptados en II.
En III.1 la aplicación de la regla didáctica de los ‘conocimientos previos’ ha tenido una
gran relevancia: ha determinado la separación de los contenidos materiales de los
formales, la definición de actividad económica, la asociación de los primeros a los
contenidos previos de los alumnos, la configuración de una primera parte del curso
muy amplia dedicada a la actividad económica, la prelación en la exposición de los
contenidos materiales frente a los formales y la exposición de las escuelas al final del
curso. En III.3, la misma regla didáctica ha sido también la principal determinante de la
estructura expositiva de los contenidos epistemológicos, consistente en un esquema
didáctico nuevo para la enseñanza de estos contenidos.
En la parte IV se concretan, pormenorizadamente, los resultados del trabajo en una
propuesta abreviada de curso de introducción a la economía, elaborada con observancia
de las reglas didácticas enunciadas en la parte II.
Finalmente, en la parte V se muestran las conclusiones, indicando, en síntesis, las
diferencias entre los contenidos de los textos habituales y los de nuestra propuesta.
15
I. Taxonomía de los textos de introducción a la economía
En esta parte se realiza una descripción global de los contenidos de los textos de
´Introducción a la economía´ utilizados habitualmente en la enseñanza universitaria y en
el bachillerato español. Esta descripción nos permitirá comparar los contenidos de los
textos usados habitualmente en esos cursos, con los que resultarían de aplicar las reglas
de la didáctica generalmente aceptadas. Así podremos contrastar nuestra tesis: ´los
textos actuales de introducción a la economía no se conforman en sus contenidos y en
su estructura expositiva a los que resultarían si se aplicaran las reglas didácticas más
extendidas en la práctica de la enseñanza´.
Como veremos, aunque estos libros de texto tienen contenidos muy semejantes,
mantienen algunas diferencias. Estas diferencias nos obligan a elegir una muestra de
ellos, entre los más utilizados, que sirva como referente o ´representante´ de la
población de libros de texto. La muestra de textos de introducción a la economía que
hemos utilizado es la siguiente:
MOCHÓN, F. [c. 1989] (2009), Economía, teoría y política, Madrid, McGraw-Hill.
LIPSEY, R.G. [1963] (1969), An introduction to positive economics, Londres [Trad.
cast.: Introducción a la economía positiva, Barcelona, Vicens-Vives, 3ª ed. 1969.
SAMUELSON, P.A. y NORDHAUS, W.D. [1948] (1985), Economics, USA,
McGraw-Hill, 12th ed., Trad. cast. Economía. México, McGraw-Hill, 2ª ed., 1986
MANKIW, N.G. [1997] (2007) Principles of Economics. USA, Thomson Corp. 4th
ed. Trad. cast.: Principios de economía, Madrid, Paraninfo, 2008.
KRUGMAN, P., WELLS, R., GRADDY, K. [2005] (2011), Essentials of
economics, Worth Publishers, New York [Trad. Cast.: Fundamentos de economía,
Madrid, Editorial Reverté, S.A., 2013]
MERA, Mª.T. (1999), Economía 1º Bachillerato, Madrid, Grupo Santillana de
Ediciones, S.A.
PENALONGA, A. (2008), Economía 1º Bachillerato, Madrid, 3ª Ed. McGraw-Hill.
FRANCH PARELLA, J. (2012), Economía 1º Bachillerato, Madrid, Unión
Editorial, S.A.
La muestra elegida se compone de ocho textos. Los cinco primeros utilizados
habitualmente como manuales básicos en cursos universitarios, y los tres últimos
utilizados como libros de texto en el bachillerato español. A su vez, la muestra de
17
textos universitarios contiene tres textos que podríamos considerar ´modernos´
(MANKIW, KRUGMAN y MOCHÓN), y dos textos, que aunque siguen vigentes con
versiones actualizadas, podemos considerar ´antiguos´ (LIPSEY y SAMUELSON). Esta
composición de la muestra nos permitirá apreciar algunas diferencias entre textos
universitarios y de bachillerato, y entre textos antiguos y modernos.
Los textos universitarios analizados se presentan por sus autores como textos
introductorios aptos para un curso anual o dos semestrales, divididos en micro y macro,
dirigidos a estudiantes de economía de primer curso o de otros estudios que tienen la
asignatura de economía en algún curso.
En general, se trata de textos de gran éxito comercial y difusión que han visto varias
ediciones, debido, según explicaciones de sus propios autores, a las necesarias
actualizaciones para adaptarse mejor a la comprensión de los problemas de actualidad.
Los textos de uso universitario son, todos ellos, de utilización muy extendida en
diferentes mercados geográficos.
18
primera edición data de 1948, y la utilizada por nosotros es la traducción al castellano
de la duodécima en inglés, ésta de 1985; los propios autores indican en el prefacio que
se habían vendido “varios millones de ejemplares” y se había traducido “a más de una
veintena de lenguas” (Samuelson, 1985, p. vii), esto es, hace ya más de veinticinco
años15.
El texto de LIPSEY ha sido traducido a diversas lenguas y hay versiones especiales para
el mercado americano. Según la información que figura en la biografía de este autor, en
la web del Social Sciences and Humanities Research Council de Canadá, este libro ha
sido traducido a más de quince lenguas y se habían vendido “algunos millones de
copias”16 hasta 2007.
El texto de MANKIW figura desde hace años en las listas de libros de texto de
economía más vendidos que prepara la compañía Amazon. Según la información de la
web de esta compañía, que contiene una página dedicada a este autor, se han vendido
“varios millones de copias y ha sido traducido a veinte lenguas”17; en la lista de libros
de texto de cualquier materia más vendidos de Amazon, el de MANKIW es el único
representante de libros de introducción a la economía y figura en el quinto lugar18. Este
texto, juntamente con otros siete, son utilizados por cerca del 75 por ciento de los
estudiantes de Estados Unidos que siguen un curso de introducción a la economía19.
El de KRUGMAN es un libro de publicación más reciente. Su primera edición data de
2005, con el título de Economics, y la última, de 2012, con el título de Essentials of
economics. Ha sido traducido a varias lenguas, entre ellas al español, con los títulos de
Introducción a la economía y Fundamentos de economía.
15
Según Wikipedia, 5/12/2012, este texto “ha aparecido en diecinueve ediciones diferentes hasta 2010
[...] Fue el libro más vendido por décadas y ha sido traducido a cuarenta y un idiomas y, en total, ha
vendido más de cuatro millones de copias”.
16
Recuperado el 2de octubre de 2012 en la web del SSHRC de: http://www. rlipsey.com/awards//sshrc/
17
Recuperado el 16 de noviembre de 2013 de: http://www.amazon.com/N.-Gregory-Mankiw/e/
18
Recuperado el 18 de noviembre de 2013 de: http://www.amazon.com/N.-Gregory-Mankiw/e/
19
Según estudio de Michel Parkin (2000) citado en La enseñanza de los principios de economía:
propuesta para un enfoque multiparadigmático (Knoedler, J.T. y Underwood, D.A., 2004, Revista de
Economía Institucional, Vol. 6, nº 11, 2º sem., pp. 51 y 66 y ss.). Los otros siete textos corresponden a los
siguientes autores: McConnell y Bruce, Case y Fair, Miller, Baumol y Blinder, McEachern, Parkin y
Schiller.
19
La información del punto anterior ilustra sobre el alto nivel relativo de difusión de los
textos seleccionados; sin embargo, no disponemos de información suficiente para medir
la representatividad de la muestra utilizada frente a la población total de textos de
introducción a la economía. Por tanto, no podemos extrapolar las conclusiones de
nuestra muestra al conjunto de libros de texto de introducción a la economía. Así, el
RESUMEN GLOBAL DE CONTENIDOS de los textos de esta parte I (v. I.9) tendrá
esa limitación en su alcance. Sin embargo, esta limitación no afecta al cuerpo principal
de nuestro trabajo contenido en las partes II, III y IV.
Como partimos del supuesto de que hay numerosas semejanzas en los contenidos de los
libros de texto habituales, pero también algunas diferencias, nuestra primera tarea ha
sido listar los contenidos que podríamos considerar representativos de los libros de texto
seleccionados; esto es, los contenidos comunes o los que se presentan en el mayor
número de textos. Para ello, hemos realizado una lectura detallada de cada texto
seleccionado y ordenado sus contenidos con arreglo a un índice común. En concreto,
20
hemos utilizado las siguientes áreas o agrupaciones de contenidos, que son
convencionales y similares a las que encontraríamos en el ´índice´ de cualquier libro de
texto de introducción a la economía:
1. Introducción.- En esta área consideramos los contenidos que habitualmente figuran
al inicio de cualquier texto básico de economía tales como concepto y objeto de la
economía, metodología, enfoque, primeras aproximaciones a lo económico, etc.
2. Microeconomía. Mercado y tipos de mercado.
3. Microeconomía. Mercado de factores.
4. Fallos de mercado.
5. El sector público.
6. Macroeconomía I. Introducción y macromagnitudes.
7. Macroeconomía II. Enfoque, sector público, dinero y sistema financiero, inflación y
ciclos.
8. Macroeconomía III. Comercio internacional y crecimiento.
La clasificación anterior es convencional y se ha adoptado por ser la que consideramos
que se adapta mayoritariamente a los textos básicos más utilizados y, desde luego, a los
textos seleccionados.
En cada área hemos desplegado una lista detallada de los contenidos que dicho área
puede contener y asignado los símbolos S, X o N, para indicar el nivel de tratamiento
concedido a cada contenido en cada texto seleccionado.
S indica que el texto o textos de referencia tratan, comparativamente, el contenido
considerado con mayor dedicación que los otros textos. En general, eso significa
que el elemento está tratado en el texto o textos correspondientes con mayor rigor
dentro de los de la muestra.
N significa que el texto o textos de referencia no abordan el contenido considerado o
lo abordan de modo claramente insuficiente, comparativamente con los demás
textos.
X indica que el texto o textos de referencia abordan el contenido considerado con
una dedicación intermedia en el conjunto de la muestra.
Este procedimiento tiene la finalidad de permitir una aproximación global o de conjunto
al tratamiento que los textos otorgan a los contenidos y facilitar la visualización de los
contenidos comunes o de las diferencias significativas.
21
La taxonomía anterior, realizada en cada área, nos permite realizar un análisis-resumen
para agrupar y sintetizar los contenidos que consideramos representativos de la muestra
(v. I.9) y que serán objeto de comparación con los contenidos que resulten de elaborar
un curso de introducción a la economía según las reglas de la didáctica (v. V).
22
I.1 Introducción
En esta área hemos incluido los contenidos que habitualmente figuran en la parte
introductoria de los libros de texto: Objeto de la economía, Concepto de economía,
Metodología, Sistema económico y Enfoque. Sin embargo, no todos los textos contienen
lo mismo en su parte introductoria. Algunos incluyen contenidos referentes a los fallos
de mercado, la intervención del estado, exposiciones elementales de la oferta y la
demanda u otros. En estos casos, la taxonomía abordada por nosotros relega estos
contenidos al área en que resulten mejor ubicados para nuestro propósito. Por tanto, en
esta área de Introducción hemos considerado solamente los contenidos indicados.
Como puede verse en la taxonomía detallada que figura al final de este epígrafe, cada
uno de los contenidos citados se ha desglosado en diferentes elementos para facilitar su
análisis.
23
que “tratarán de criticar y evaluar lo que les han enseñado” (1963, pp. xxi-xxii y 3-
4).
24
El texto de MANKIW ahonda en el mismo estilo divulgativo, pero con mayor
intensidad.
En su prólogo declara que “contiene más aplicaciones… y menos teoría
económica formal que otros muchos libros escritos para un curso de
introducción a la economía” (2007, p. xxiii).
Enumera diez ´principios de economía´ al comienzo del texto y a lo largo del
libro va mostrando su aplicación teórica y práctica. En el prólogo explica la
naturaleza y utilidad de dichos principios y declara que “aunque los principios
de economía son eternos, su aplicación cambia con el tiempo a medida que se
desarrollan los acontecimientos y que los responsables de la política económica
consideran nuevas iniciativas” (2007, p. xxiii) y “… pueden aplicarse, pues, en
muchas situaciones de la vida diaria. Cuando en el futuro lea el periódico, dirija
una empresa o sea el presidente de su país, se alegrará de haber estudiado
economía.” (2007, p. xxix).
Para comprender bien el enfoque general del libro es preciso tener presente los,
denominados por MANKIW, principios económicos:
1. Los individuos se enfrentan a disyuntivas.
2. El coste de una cosa es aquello a lo que se renuncia para conseguirla.
3. Las personas racionales piensan en términos marginales.
4. Los individuos responden a los incentivos.
5. El comercio puede mejorar el bienestar de todo el mundo.
6. Los mercados normalmente constituyen un buen mecanismo para organizar
la actividad económica.
7. El estado puede mejorar, a veces, los resultados del mercado.
8. El nivel de vida de un país depende de su capacidad para producir bienes y
servicios.
9. Los precios suben cuando el gobierno imprime demasiado dinero.
10. La sociedad se enfrenta a una disyuntiva a corto plazo entre la inflación y el
desempleo.
Los principios anteriores, que se enuncian al comienzo del libro, se presentan
como asertos que explican, prácticamente, el desarrollo de la actividad
económica. Dice el autor: “no se preocupe el lector si no los comprende todos al
25
principio o si no le parecen totalmente convincentes. En el resto de los capítulos
analizaremos estas ideas más extensamente” (2007, p. 3).
Señala tres razones para estudiar economía: ayuda a la comprensión del mundo,
a convertirse en un participante más astuto en la economía y comprender mejor
las posibilidades y las limitaciones de la política económica (2007, p. xxix).
En el desarrollo de sus principios de economía, MANKIW escribe: “Adam
Smith hizo la observación más famosa de toda la economía: Los hogares y las
empresas interactúan en los mercados como si fueran guiados por una “mano
invisible”, que los llevara a obtener unos resultados de mercado deseables. Uno
de los objetivos de este libro es comprender la magia de esta mano invisible”
(2007, p. 8). “La habilidad de la mano invisible para guiar la actividad
económica tiene un importante corolario: cuando un gobierno impide que los
precios se ajusten a las condiciones naturales de la oferta y la demanda, impide
que la mano invisible coordine a los millones de hogares y empresas que
constituyen la economía. Este corolario explica por qué los impuestos afectan
negativamente a la asignación de los recursos…” (2007, p. 8). “Una de las
razones por las que necesitamos al estado es que la mano invisible sólo puede
hacer su magia si el estado vela por el cumplimiento de las normas y mantiene
las instituciones que son clave para una economía de mercado” (2007, p. 8). “Tal
vez sólo sea una coincidencia el hecho de que la gran obra de Adam Smith… se
publicara en 1776, precisamente el año en que los revolucionarios americanos
firmaran la declaración de independencia. Pero los dos documentos comparten
un punto de vista predominante en la época, a saber, que normalmente lo mejor
es dejar que los individuos se las arreglen solos, sin que los guíe la enorme mano
del estado” (2007, p. 9).
Aunque no pertenecen a la parte introductoria, mencionamos ejemplos de otras
partes del texto que ilustran el estilo divulgativo de este autor:
En el capítulo referente al monopolio figura al final una sección titulada
“Conclusiones: ¿Son frecuentes los monopolios?” en la que se dice: “Los
monopolios son frecuentes en cierto sentido… Sin embargo, son escasas las
empresas que tienen mucho poder de monopolio. Pocos bienes son realmente
únicos. La mayoría tiene sustitutivos que, aunque no sean exactamente iguales,
son muy parecidos …. El poder de monopolio es, en última instancia, una
26
cuestión de grado. Es cierto que muchas empresas tienen algún poder de
monopolio. También es cierto que su poder de monopolio normalmente es
reducido. En estos casos no nos equivocaremos mucho suponiendo que las
empresas actúan en mercados competitivos, aunque no sea exactamente así”
(2007, p. 233).
27
Este texto también comienza con la enunciación de unos ´principios básicos´ que
define como “un conjunto de principios comunes que se aplican a muchas
cuestiones diferentes” (2011, p. 1). Los clasifica en tres apartados que figuran a
continuación (2011. pp. 5-16)20:
Principios en los que se basa la economía de las decisiones individuales:
1. Los recursos son escasos.
2. El coste real de algo es aquello a lo que hemos de renunciar para
conseguirlo.
3. ´Cuánto´ es una decisión en el margen.
4. La gente suele aprovechar las oportunidades para mejorar.
Principios básicos de la interacción entre las elecciones individuales:
5. El intercambio produce ganancias.
6. Los mercados tienden al equilibrio.
7. Para alcanzar los fines de la sociedad hay que usar los recursos de la manera
más eficiente posible.
8. Los mercados normalmente llevan a la eficiencia.
9. Cuando los mercados no consiguen la eficiencia, la intervención del
gobierno puede mejorar el bienestar de la sociedad.
Principios básicos de la interacción en el conjunto de la economía:
10. Un gasto de una persona es un ingreso para otra persona.
11. El gasto total algunas veces no coincide con la capacidad productiva de la
economía.
12. Las políticas públicas pueden modificar el gasto.
20
Nótense las diferencias existentes entre estos principios y los de MANKIW. Los principios 1 a 7 de
MANKIW son casi idénticos a los principios 1 a 9 de KRUGMAN; sin embargo los principios 8 a 10 de
MANKIW y los 10 a 12 de KRUGMAN, que son los que podríamos asociar al enfoque macro, son
diferentes. Este aspecto se confirmará en el análisis taxonómico de la macroeconomía (v. I.6 e I.7).
28
economía es la ciencia social que estudia la asignación de los recursos escasos entre
usos alternativos para satisfacer unas necesidades que son ilimitadas” (Parella, 2012,
pp. 10-11).
3. Sobre el concepto de economía.- Destacamos en primer lugar que todos los textos
consideran que la economía es una ciencia. El texto de SAMUELSON la considera
también un arte (1985, p. 15). Además, con la excepción del texto de bachillerato de
PENALONGA, todos los demás textos consideran que es una ciencia social, aunque
no se detienen a explicar el alcance de esta caracterización.
21
Escribía este autor, defensor de la economía positiva, en la edición consultada: “Unos filósofos amigos
míos me han persuadido de que, en el límite, la distinción entre positivo y normativo se oscurece y
derrumba completamente” (1963, p. 5, nota 1).
29
5. Sobre la relación de la economía, sus puntos o superficies de contacto, con otras
ciencias o disciplinas.- Sólo el texto de SAMUELSON hace una breve digresión
sobre este asunto; el resto de textos no lo aborda.
6. Sobre la metodología.- Como vemos en la taxonomía, sólo dos textos tratan con
amplitud la mayoría de los elementos que hemos distinguido dentro del contenido
metodología: el de LIPSEY y el de MERA.
El texto de LIPSEY dedica un amplio espacio al enfoque científico adoptado y
desarrolla, de modo riguroso, el significado de las proposiciones deterministas y
estadísticas, la ley de los grandes números, la elaboración de teorías, la naturaleza de
las predicciones científicas y su contrastación y el estado actual de la ciencia
económica, desde su punto de vista (pp. 7-17 y 42-53). En la edición
correspondiente al texto analizado, el autor abandona la idea popperiana de
refutación, que mantenía hasta entonces, por la de las estadísticas de contrastación, y
considera que ni las refutaciones ni las comprobaciones pueden ser nunca definitivas
y lo máximo que puede conseguirse, sobre la base de un conocimiento limitado, es
un balance de probabilidades entre las diferentes hipótesis.
El texto de MERA, a pesar de ser un texto para el bachillerato, trata con suficiente
rigor, aunque con brevedad, la exposición de los problemas metodológicos que
afectan a la economía. Se repasan las aportaciones de Ricardo, Senior, Mill,
Robbins, Von Mises, Marx, Hutchinson, Friedman, Popper y Lipsey, y los
problemas de la experimentación económica y los derivados de su condición de
ciencia social (1999, pp. 14-17).
30
7. Sobre la utilización del concepto de sistema económico.- Ninguno de los textos
concede una importancia relevante al concepto de sistema económico en la parte
introductoria; algunos no lo mencionan. Tampoco ninguno pone en relación formal
las características de la actividad económica con la existencia de contextos, marcos
históricos, reglas o leyes económicas diferenciadas, en el espacio o en el tiempo. En
general, se refieren a formas de organización económica con mercado o sin él, y a
las economías mixtas.
31
Taxonomía de´Introducción´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Objeto de la economía:
– Se presenta como actividad resultante de enfrentar
necesidades ilimitadas y recursos escasos………... S S S S S S S S
– Se mencionan otros alternativos al anterior………. N N N N N N N X
– Se mencionan otras aportaciones históricas………. N N N N N N N N
Concepto de economía:
– Se considera una ciencia………………………….. S S S S S S S S
– Se considera una ciencia social…………………… S X X X X N N X
– Se recoge la diferencia entre economía positiva y
normativa…………………………………………. S X X X X N N X
– Se aportan reflexiones sobre el significado de los
juicios de valor……………………………………. S X X N N N N N
– Se la relaciona con otras ciencias fronterizas……... N N X N N N N N
Metodología:
– Se reflexiona sobre el “método científico” en
economía………………………………………….. S X X N X X N S
– Se reflexiona sobre la dificultad de experimentar
en economía………………………………………. S X X N X X N S
– Se aportan reflexiones sobre los criterios de
falsación o contrastación de teorías…..................... S X N N N N N S
– Se reflexiona sobre los problemas de la
subjetividad en la apreciación de los hechos
económicos……………………………………….. N X X N X N N S
– Se explica el uso de la cláusula ceteris paribus…… S X X X X N N S
– Se explica el significado de la falacia post-hoc…... N N X N X N N N
– Se reflexiona sobre la ley de los grandes números.. S X X N N N N N
Sistema económico:
– Se introduce este concepto………………………... N X X N N X X X
– Se liga a actividades económicas con reglas
diferenciadas en el espacio o en el tiempo………... N N N N N X N X
– Se reduce a la dicotomía mercado/planificación (y
a un intermedio: la economía mixta)……………... S S S S S S S S
Enfoque:
– Se presentan diferentes escuelas………………….. N N N N N N N X
– Se utiliza en la introducción el esquema del FCR
para ilustrar las interacciones entre los agentes de
la actividad económica……………………………. N N X X X X S S
Didáctica
– Se presenta la formulación de modelos/teorías…… S X X S X N N S
– Se utiliza la curva de la FPP para ilustrar algunos
conceptos económicos básicos……………………. S S S S S N S S
– Se introducen instrumentos de análisis
matemático, estadístico, gráfico, financiero, etc.
apropiados para el análisis económico……………. S S X S X N N S
32
I.2 Microeconomía. Mercado y tipos de mercado
Como se verá en la taxonomía que figura al final de este epígrafe, hemos hecho una
primera clasificación de los contenidos analizados agrupándolos en teoría elemental y
teoría intermedia, siguiendo la terminología utilizada por el texto de LIPSEY. Hemos
adoptado esta clasificación para visualizar mejor la diferencia entre los textos
universitarios y los de bachillerato, ya que éstos suelen dedicar menos espacio a los
contenidos de la teoría intermedia.
33
bachillerato) con excepción del texto de MERA que mantiene un nivel superior al de
los otros textos de bachillerato.
34
Taxonomía de ´Microeconomía. Mercado y tipos de mercados´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Teoría elemental:
– Concepto de mercado. Descripción de participantes…. S S S X S S X X
– Tipos de mercado……………………………………... N S S X S N N N
– Teoría de la demanda:
Función de demanda Dx = f (Px, Ps, Pc, Y, T)……….. S S S S S X X S
Curva de demanda. . …………………………………. S S S S S X X X
Desplazamientos de la curva y a lo largo de la curva… S S S S S X X X
– Teoría de la oferta:
Función de oferta Ox = f (Px, Pfact., Obj.Emp., Tecn.) S S S S S X X S
Desplazamientos de la curva y a lo largo de la curva… S S S S S X X X
– Consecución del equilibrio:…………………………... S S S S S X X X
Casuística de movimientos de las curvas de oferta y
demanda y recuperación del equilibrio……………….. S S S S S X X X
Excesos de oferta y demanda…………………………. S S S S S X X X
– Elasticidad. Concepto y clases……………………….. S S S S S X X S
Elasticidad demanda precio…………………………... S S S S S X X S
Elasticidad demanda renta……………………………. S S N S S X N S
Elasticidad cruzada…………………………………… S S N S S X N S
Bienes normales, inferiores, de lujo, de primera
necesidad, complementarios y sustitutivos…………… S S X S X X X S
Elasticidad de oferta………………………………….. S S S S S N N S
Análisis formal de la elasticidad……………………… S S S N X N N X
– Legislación de precios máximos y mínimos…………. S S S S S X N X
– Efecto de los impuestos………………………………. S S S S S N N S
– Análisis dinámico. La telaraña………………………. S N S N N N N N
Teoría intermedia:
– Recta de balance
Variaciones de renta Vs. Variaciones de precio……… S S S X S N N N
Precios relativos y costes de oportunidad……………. S S S X S X N N
Renta real y renta monetaria…………………………. S S S X X X N N
– Comportamiento del consumidor…………………….. S S S X S X N N
Descripción de utilidad cardinal, ordinal, marginal y
contextualización histórica…………………………… X S S N X X N N
Ley de las utilidades marginales decrecientes……….. S S S X S X N N
Deducción de la curva de demanda a partir del
concepto de utilidad marginal………………………… N S S N X N N N
Excedente del consumidor y del productor…………... N S S S S X N N
La paradoja del valor…………………………………. S S S N N S N N
Recta de balance Vs. Restricción presupuestaria…….. S S S N S N N N
Efecto renta y efecto sustitución……………………… S S S N S N N N
– Curvas de indiferencia. Concepto……………………. N S S N S N N N
Tipos de curvas de indiferencia………………………. N S N N S N N N
Relación marginal de sustitución……………………... N S S N S N N N
Curvas de indiferencia Vs. Restricción presupuestaria. N S S N S N N N
Deducción de la curva de demanda a partir de las
curvas de indiferencia………………………………… N S S N S N N N
35
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
– Teoría de la oferta
Naturaleza y motivación de la empresa………………. S S S X X X X S
Eficiencia técnica y eficiencia económica……………. S S S X X X X S
Tipos de empresa……………………………………... S S S N N X X S
Financiación de la empresa…………………………… S N S N N N N N
Elementos de contabilidad empresarial………………. X N S N X N N N
Coste de oportunidad…………………………………. S S S S S X N N
La función de producción…………………………….. S S S S S X N S
Ley de rendimientos decrecientes……………………. S S S S S X N S
Costes totales, medios y marginales………………….. S S S S S X X S
Costes a l/p y a c/p……………………………………. S S S S S X N S
Costes. Análisis gráfico y formal……………………... S S S X X X N S
Rendimientos de escala……………………………….. S S S S S X X S
Costes fijos y variables……………………………….. N S S S X X S S
Umbral de rentabilidad……………………………….. N S N S N X N S
– Modelos. Competencia perfecta……………………… S S S S S X X X
Descripción y supuestos……………………………… S S S S X X X X
Análisis gráfico y formal del equilibrio a c/p………… S S S S S X N N
Deducción de la curva de oferta de la empresa………. S S S S S N N N
Deducción de la curva de oferta de la industria………. S S S S S N N N
Descripción del equilibrio a l/p……………………….. S S X S S N N N
– Competencia imperfecta. Descripción y causas……… S S S S N X X X
– Modelos. Monopolio
Descripción y causas………………………………….. S S S S S X X X
Análisis gráfico y formal……………………………... S S S S S X N N
Análisis de efectos de intervención del gobierno…….. X S S S S X X X
Discriminación de precios. Análisis………………….. X S X X S X N X
– Modelos. Oligopolio
Concepto y descripción……………………………….. X S X S S X X X
Modelos………………………………………………. X X X X X X N X
Teoría de los juegos…………………………………... X X S N S N N X
– Modelos. Competencia monopolística
Concepto y descripción……………………………….. X S X S S X X X
Análisis gráfico y formal............................................... X S X X S X N N
36
I.3 Microeconomía. Mercado de factores
Esta área incluye los contenidos que habitualmente se tratan en los textos introductorios
bajo la denominación de distribución, teoría de la distribución, el mercado de factores,
asignación de rentas, etc. La excepción a esta regla es el texto de KRUGMAN. En dicho
texto no hay un capítulo o agrupación de contenidos dedicada al ´mercado de factores´
dentro de la micro; sólo se mencionan al hilo de la explicación de un gráfico del flujo
circular de la renta (Krugman, 2011, p. 35), y en la exposición de la curva de la función
de producción (2011, pp. 170-175). Tampoco se expone explícitamente el concepto de
´productividad marginal de un factor´. Los factores se muestran en la macro como
fuentes del crecimiento en el capítulo dedicado al crecimiento económico a largo plazo
(2011, pp. 364-369).
Para realizar el análisis taxonómico de esta área, que figura al final de este epígrafe,
hemos agrupado todos los elementos siguiendo la clasificación que, en líneas generales,
observan los textos analizados. Así, hemos distinguido Factor trabajo, Factor tierra y
Factor capital. Además, hemos incluido al principio dos agrupaciones de elementos: el
primero bajo la denominación de General, para analizar en detalle los criterios
generales con que se aborda esta área en los textos seleccionados, y el segundo,
Desigualdades de renta, para tratar este aspecto por separado.
37
3. Los textos de LIPSEY y SAMUELSON, no así el resto de textos, dedican un
espacio relevante a la teoría de la distribución, a su crítica y a su grado de
contrastación. Por ejemplo, en el texto de LIPSEY se dice: “cuando uno piensa en
todos los acalorados argumentos esgrimidos sobre esta teoría … es realmente
sorprendente observar la escasez de sus predicciones y la incontrastabilidad de la
mayoría de ellas” (1963, p. 468). Igualmente “… la teoría de la productividad
marginal no hace predicción alguna sobre la distribución de la renta, a no ser que se
sepa la elasticidad de la demanda de cada uno de los factores de producción. …
Estamos obligados, por el momento, a admitir la derrota; debemos reconocer que no
podemos tratar en absoluto esta clase de problemas” (1963, p. 478). En el libro de
SAMUELSON hay numerosos párrafos intercalados en el texto bajo la rúbrica de
´Resultados empíricos´ dedicados a hacer reflexiones sobre el grado de
contrastación de numerosas hipótesis o conclusiones derivadas de teorías. En
general, los resultados que se exponen son de muy diverso signo o están
condicionados por numerosas restricciones.
22
Este texto sintetiza su posición sobre este contenido así: “la desigualdad en la distribución de rentas es
algo inherente a la acción del hombre [...] Resumiendo, igualdad material de rentas, no, e igualdad formal
ante la ley, sí” (Parella, 2012, p. 173).
38
Taxonomía de ´Microeconomía. Mercado de factores´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
General
– Se presenta como la parte de la economía que explica
cómo se obtienen las rentas de los factores y cómo se
asignan………………………………………………... S X S N S X X X
– Se presentan las demandas de cada factor como
derivadas de las demandas de los bienes que utilizan
los factores……………………………………………. S S S N X S N S
– Se aplica el análisis marginal: cada factor es retribuido
por el valor del producto marginal generado…………. X S S X S S N S
– Demostración a través de curvas isocuantas y rectas
isocostes………………………………………………. N N S N N N N N
– Se presentan las ofertas de cada factor con
condicionantes diferentes en función del factor……… X X X N N X X X
– Se presentan modelos especiales para analizar los
mercados de factores…………………………………. S N N N N X N X
– Se contemplan críticas y grados de contrastación de
las teorías expuestas……………………....................... S N S N N N N N
Desigualdades de renta
– Se muestran datos sobre desigualdad………………… S X S N X N N N
– Formas de medición:
Curva de Lorenz……………………………………… N S S N N N N N
Índice de Gini………………………………………… N S N N N N N N
– Causas aducidas: Físicas, mentales, temperamentales,
herencia, nivel de estudios, cantidad y /o calidad de
trabajo, desigualdad de riqueza……………………….. N X S N S X N N
– Se aportan otras explicaciones de la persistencia de la
desigualdad…………………………………………… N N N N N N N N
Factor trabajo
– Demanda de trabajo
La demanda de trabajo es una demanda derivada……. X S S N S X N S
Factores determinantes de la demanda de trabajo……. S S S N S X X S
La curva de demanda de trabajo es la Curva del Valor
del Producto Marginal del trabajo……………………. X S S X S X N S
Salario = Producto Marginal del trabajo x precio
unitario del producto………………………………….. X S S N S X N X
Curva de demanda del trabajo = Sumatorio de curvas
individuales…………………………………………… N S S N S X X X
Análisis de desplazamientos de la curva de demanda
de trabajo y a lo largo de la curva…………………….. X S S N S X X X
– Oferta de trabajo
Factores determinantes de la oferta de trabajo……….. S S S N S X X S
Oferta individual de trabajo derivada del análisis
efecto renta y sustitución entre renta y ocio………….. N S S N S N N N
Oferta de trabajo = Sumatorio ofertas individuales…... N S S N S X X X
39
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Factor tierra
– Demanda derivada de otros bienes…………………… X S S N X X N X
– Renta tierra / Renta agraria…………………………… N S S N N X N X
– Oferta fija / inelástica…………………………………. X S S N X S X X
– Efecto de los impuestos………………………………. X S S N N N N N
El capital
– Se presenta el tipo de interés a c/p como el punto de
corte de la curva de demanda de capitales (a cada tipo)
y la oferta de capital dado…………………………….. X S S S X N S S
– Ídem a l/p con una curva de oferta de capital más
elástica………………………………………………... X S S X X N N S
– Se obtiene la curva de demanda de capital (para cada
tipo de interés) mediante aplicación del análisis
marginal………………………………………………. X S S N X N N X
– Distinción capital físico y capital financiero…………. X S S X X N N S
– Valoración de activos………………………………… N N S N S N N S
– Tasa de rendimiento de capital (interés compuesto)…. S S S N S N N S
– Tipo de interés. Concepto……………………………. S S S N S N X S
– Tipo de interés real y nominal………………………... N N S S S N N S
– Diversos tipos de interés……………………………… X S S X S N N N
– Los beneficios………………………………………… X N S X X N N S
– Tª de Fisher sobre determinación del tipo de interés… N N S N S N N N
– Tª de la escuela austríaca............................................... N N N N N S N N
40
I.4 Fallos del mercado
Hemos acotado una parte de nuestro análisis de los textos seleccionados para los fallos
del mercado. Este es el esquema mayoritario de los textos seleccionados. En general,
como puede verse en la taxonomía que figura al final de este epígrafe, presentan esta
parte al final de la microeconomía para, por una parte, mostrar cómo de los
comportamientos individuales de consumidores y empresarios, se derivan los
equilibrios de cada mercado y el equilibrio global y, por otra, mostrar lo que se
consideran imperfecciones o fallos del mercado real frente a los supuestos del modelo
competitivo teórico usado en el análisis microeconómico. Estas imperfecciones serían
las que explican algunos problemas que se presentan en la actividad económica y las
que, al menos en parte, fundamentarían la intervención del estado en la actividad
económica.
Este enfoque, sin embargo, se concreta de modo diferente en cada texto. Así, el de
LIPSEY, fiel a su enfoque positivo, apenas contempla aspectos relacionados con
intervenciones normativas del sector público. Este texto no utiliza este tema para entrar
en la descripción y funciones del sector público; lo deja para cuando incorpora el sector
público al modelo keynesiano. Este texto, quizás por estar escrito en 1963, contiene una
exposición de contenidos menos amplia y adaptada a la sistemática de presentación
actual de los ´fallos del mercado´.
El texto de MOCHON, del mismo modo que el de LIPSEY, no utiliza este tema para
iniciar el desarrollo del sector público y fundamentar su papel en la actividad
económica; también lo remite al momento en que incorpora el sector público a los
modelos macroeconómicos.
En nuestra clasificación hemos hecho un área específica para el sector público (v.
próximo epígrafe I.5). Consideramos que este es un agente económico de máxima
relevancia didáctica para entender la actividad económica actual en casi todos los
países, y merece un tratamiento por separado, del mismo modo que los consumidores,
las unidades económicas de producción o incluso el sistema financiero o el sector
exterior.
41
MANKIW no enfoca los capítulos que dedica a los fallos de mercado partiendo de que
los equilibrios parciales y el equilibrio general, en condiciones de competencia perfecta,
llevarían al óptimo de Pareto. Aborda directamente la intervención del Estado para
suplir las deficiencias existentes del mercado, sin plantearse su significado formal en
relación al equilibrio.
PARELLA presenta los fallos del mercado como elaboraciones teóricas de los críticos
del mercado y hace énfasis en la capacidad de la función empresarial para su solución y
en que “el intervencionismo económico del Estado perjudica la eficiencia dinámica y es
[...] éticamente reprobable” (Parella, 2012, p. 273).
42
de PARELLA, tienen un planteamiento similar (véase la profusión de “N” y “X” de
estos textos en la taxonomía). Este enfoque –marginalista neoclásico– es el que se
propone al estudiante como planteamiento analítico para entender la actividad
económica, sin indicar que se trata del enfoque de una escuela de pensamiento
económico, entre otras existentes. Tampoco se muestran críticas a este
planteamiento ni las dificultades de contrastación de sus hipótesis.
43
Taxonomía de ´Fallos del mercado´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Introducción
– Se describe el equilibrio parcial de cada mercado Vs
el equilibrio general de todos los mercados…………... S X S X X N N N
– Se parte de que en Competencia Perfecta el mercado,
en el equilibrio general, alcanzaría el óptimo de Pareto N S S X X X N N
– …pero el mercado real contiene FALLOS…………… X S S X S X X X
– …sin embargo, el modelo competitivo revela
importantes hipótesis sobre los mercados reales...…… X S S X X X X X
– …aunque, si no hay Competencia Perfecta, la
intervención del Estado puede compensar la falta de
competitividad………………………………………... N S S X X X X X
44
I.5 El sector público
Los textos analizados introducen el tema del sector público en sus temarios en
diferentes lugares y con diferente justificación: en parte, como respuesta a los fallos de
mercado, y en parte, como necesidad didáctica al exponer modelos macroeconómicos.
En general, no han considerado necesario dedicar un capítulo exclusivo dedicado a
describir la estructura, funciones y actividades del sector público.
Por nuestra parte, y para facilitar el análisis comparativo entre los textos analizados,
hemos optado, como puede verse en la taxonomía que figura al final de este epígrafe,
por dedicarle un área específica, aunque su papel como agente macroeconómico lo
incluimos en el epígrafe I.7 Macroeconomía II.
1. Como se deduce del análisis taxonómico que figura a continuación, todos los textos
universitarios, excepto LIPSEY, presentan la intervención del sector público
derivada, en buena parte, de la existencia de los fallos del mercado. Sin embargo, su
descripción se presenta en lugares diferentes en cada texto: al final del tema
correspondiente a los fallos del mercado, en los capítulos de política económica o en
otros. Se describen diferentes aspectos o partes del sector público a medida que se
exponen modelos macroeconómicos o microeconómicos o diferentes políticas
económicas que van requiriendo hacer sucesivos paréntesis en las exposiciones.
45
Taxonomía del ´Sector público´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHON
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
El presupuesto
– Ingresos……………………………………………….. X S S X X X X X
Clasificación de los ingresos…………………………. N N N X X X X X
Cotización a la Seguridad Social…………………….. N N N X X N X X
Impuestos…………………………………………….. X S S X X X X X
Tipos de impuestos…………………………………. X S S X X X X X
Efectos de los impuestos…………………………… X S S X X X N N
– Gastos………………………………………………… X S S X X X S S
Clasificación funcional de los gastos………………… N N N X N X X X
Clasificación orgánica de los gastos…………………. N N N N N N X X
Clasificación económica de los gastos………………. N N N X N X X X
– Tipos de presupuesto………………………………… X S S S X N N X
– Déficit / Superávit……………………………………. X S S S X X X X
– Déficit cíclico / estructural…………………………… X S S S X N X X
– Deuda pública. Carga de la deuda................................. X S S X X X X X
– Princípios de control presupuestario.............................. N N N N N N N X
– Composición orgánica de los presupuestos………….. N N N N N N X X
– Estrutura del Sector Público......................................... N X X N X X N X
46
I.6 Macroeconomía I. Introducción y macromagnitudes
47
instrumentos de política económica. A continuación se muestra el modelo keynesiano
del multiplicador en una economía cerrada y se muestran las diferencias con el modelo
clásico de determinación de la renta, haciendo énfasis en el diferente comportamiento
de los precios y de los salarios. Seguidamente se presentan el sector público y las
políticas fiscales, los ciclos, el desempleo y la inflación. En la segunda parte de la macro
se incorpora el dinero, los bancos, el sistema financiero y la política monetaria. En esta
parte introduce la teoría monetarista y la de las expectativas racionales, vuelve a la
política fiscal y aborda el problema de la deuda. Finalmente, presenta en un apéndice el
modelo IS/LM. En la parte posterior a la microeconomía se aborda el crecimiento
económico, la economía de los países en desarrollo y el comercio internacional.
Que el supuesto clásico de la flexibilidad de los precios está más relacionado con las
lecciones de la micro, que los estudiantes ya dominan (por presentar la micro antes
de la macro)…
Que la dicotomía clásica de variables reales y nominales permite dividir el estudio
del largo plazo en varias partes más fáciles de asimilar por los estudiantes.
48
Que es más lógico estudiar antes la senda del crecimiento a largo plazo y después
las fluctuaciones a corto plazo como una desviación de dicha senda.
Que la teoría macroeconómica del largo plazo es menos controvertida entre los
economistas que la del corto plazo.
Que la mayoría de los cursos superiores de macroeconomía estudian antes el largo
plazo (Mankiw, 2007, p. XXV).
La estructura general de la macro en este texto tiene una primera parte introductoria
similar a la de otros textos, referida a las macromagnitudes e ideas generales y básicas.
49
fiscales expansivas y contractivas en el análisis del esquema OA/DA; se exponen los
multiplicadores; se analiza el presupuesto y las políticas presupuestarias frente al ciclo
económico; finalmente se aborda la problemática de la deuda. En la cuarta se describe
inicialmente el dinero y sus funciones, el funcionamiento de la banca y la creación de
dinero, la oferta monetaria y el banco central, la demanda de dinero, el tipo de interés de
equilibrio y los objetivos de la política monetaria, finalmente se aborda la relación entre
la política monetaria y la demanda agregada. En la quinta y última parte se expone el
comercio internacional, se explican los modelos de la ventaja absoluta y comparativa y
los efectos de las barreras al comercio, la balanza de pagos y los tipos de cambio.
50
PENALONGA.- Comienza con una introducción al concepto de las macromagnitudes,
el PIB, la inflación y algunos contenidos de la Contabilidad Nacional; continúa con una
aproximación al equilibrio macro basado en las curvas de OA y DA, que sirve para
profundizar en los conceptos del consumo, el ahorro, la inversión, los multiplicadores y
los ciclos; en la tercera parte aborda una aproximación general a las políticas
económicas y se centra en la política fiscal y en los presupuestos; En la última parte se
incorporan los contenidos básicos del dinero, los bancos y la política monetaria.
Como hemos visto, los enfoques macro de los textos analizados son diferentes y, por
tanto, también la estructura expositiva de contenidos de cada texto. Por ello, para
nuestro análisis taxonómico, hemos tenido que adoptar -como puede verse en la
taxonomía que figura al final de este epígrafe- una estructura de contenidos propia, sin
prejuzgar la de ningún texto analizado, con el propósito de realizar un análisis
taxonómico que nos facilite una lectura conjunta. De este modo hemos agrupado los
contenidos de la macroeconomía en tres partes:
51
Taxonomía de ´Macroeconomía I. Introducción y macromagnitudes´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Introducción a la macroeconomía
– De la micro a la macro………………………………... S S S X S X X X
– Las macromagnitudes.................................................... X S S X X X X S
– El PIB
Concepto……………………………………………… X S S X S S S S
Índices alternativos…………………………………… N S S X N N X X
Cálculo del PIB………………………………………. X S S X N S S S
Método del gasto………………………………… X S S X N S S S
Método de los costes o rentas…………………… X S S X N S S S
Método de los valores añadidos…………………. N S N X N S S S
PIB real y nominal……………………………………. N S S X S X X X
El IPC y su cálculo………………………………. N S X X S X S X
El deflactor del PIB……………………………… N S S X S X S S
– Los objetivos del análisis macro................................... S S S X S S S S
– Los instrumentos de la política macro……………….. N S S X S S S S
Contabilidad nacional……………………………………. X S S X N X X S
– Principales identidades……………………………….. X S X X X X X S
El modelo del FCR………………………………………. X S N N X X X X
Las tablas input output…………………………………… X N X N N N N X
52
I.7 Macroeconomía II. Enfoque, sector público, dinero y sistema financiero,
inflación y ciclos.
Como hemos explicado en I.6, los diferentes enfoques de los textos analizados, y sus
correspondientes estructuras expositivas de contenidos, nos han aconsejado adoptar
nuestra propia agrupación de contenidos para poder realizar un análisis taxonómico
comparativo. Así, en este epígrafe de Macroeconomía II, hemos incluido todos los
contenidos macroeconómicos que no están en el epígrafe anterior I.6, ni en el epígrafe
próximo I.8. En otras palabras, en este epígrafe hemos considerado toda la
macroeconomía excepto la Introducción y la Contabilidad nacional del epígrafe I.6, y el
Comercio internacional y el Crecimiento del epígrafe I.8. A su vez, como puede verse
en la taxonomía que figura al final de este epígrafe, hemos hecho las siguientes
subagrupaciones de contenidos: Enfoque, Sector público, El dinero y el sistema
financiero, Inflación y Ciclos. La primera subagrupación –Enfoque– pretende facilitar el
análisis taxonómico o de detalle de los diferentes enfoques encontrados en los textos
analizados. El resto de las subagrupaciones se refieren a aspectos menos controvertidos
que el enfoque: se refieren al grado de profundidad con que cada texto afronta la
descripción del sector público, el sistema financiero, la inflación y los ciclos.
1. Sobre el enfoque.- La lectura de los textos y la taxonomía que figura al final de este
epígrafe, ponen de manifiesto que el orden expositivo de los contenidos viene
determinado por el enfoque adoptado en cada texto. Podría decirse que se da
prioridad a la exposición de teorías frente a la descripción de la actividad económica
y del comportamiento de los agentes e instituciones que actúan en su seno. Este
planteamiento genera estructuras de contenidos muy diferentes entre los textos y
plantea un asunto didáctico relevante: el papel de las teorías en la determinación de
la estructura expositiva de los contenidos en un texto introductorio.
Los textos universitarios inician su aproximación a la macroeconomía con el modelo
OA/DA de corto plazo y seguidamente pasan al modelo keynesiano del
multiplicador, excepto el texto de MANKIW que comienza con el modelo clásico de
largo plazo. El modelo IS-LM sólo se presenta en los textos de SAMUELSON y
MOCHÓN. El modelo de la síntesis sólo es mostrado con amplitud en los textos de
SAMUELSON y MOCHÓN. Los textos de bachillerato, en general, sólo presentan
53
el modelo de determinación de la renta keynesiano y, además, con poca
profundidad, excepto el texto de MERA. El texto de LIPSEY presenta menos
elementos de análisis macroeconómico que el resto de los textos universitarios.
4. Sobre los ciclos.- En esta subagrupación los resultados son semejantes a los
indicados en los dos apartados anteriores.
5. Sobre la inflación.- Todos los textos apuntan varias hipótesis sobre las causas de la
inflación, excepto el de MANKIW, que se centra en la teoría clásica, y el de
KRUGMAN; los análisis sobre la disyuntiva entre inflación y paro sólo se abordan
en los textos universitarios y en el de PARELLA.
54
Taxonomía de ´Macroeconomía II. Enfoque, sector público, dinero y sistema
financiero, inflación y ciclos´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHON
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Enfoque
– Introducción con el modelo OA/DA de c/p…………... X S S N N X X S
– Introducción con el modelo clásico de l/p.................... N N N X S X N N
– Modelo keynesiano…………………………………… S S S X N S X S
Consumo……………………………………………… S S S X X S X S
Ahorro………………………………………………… S S S X X S X S
Inversión……………………………………………… S S S X X S X S
Determinación del equilibrio y perturbaciones……….. S S S X X X X S
El multiplicador………………………………………. S S S N X S X S
– Modelo IS/LM………………………………………... N S S S N N N N
– Modelo OA/DA
Obtención de la DA a partir del mod. IS/LM………… N S S N N N N N
OA keynesiana............................................................... X S S S X N N N
OA clásica...................................................................... X S S S S N N N
OA de la síntesis……………………………………… N S S X X N N N
– Tª de las expectativas racionales……………………... N S X N S N N N
El sector público
– Objetivos de la política fiscal………………………… S S S S X X S S
– Instrumentos de la política fiscal……………………... S S S S X X S S
– Gasto público…………………………………………. X S S X X X S S
– Impuestos……………………………………………... X S S X X X S S
– Fluctuaciones y presupuesto………………………….. S S S S X X X X
– Estabilizadores automáticos…………………………... X S S S S X X S
– Efecto “expulsión”……………………………………. N S S X S X N N
– Déficit y deuda pública……………………………….. X S S S X X X X
– Multiplicador del gasto público………………………. X S S S S N N S
– Multiplicador de los impuestos……………………….. X S S S X N N S
55
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHON
MANKIW
LIPSEY
MERA
Contenido/Elemento analizado
Sistema financiero
– Intermediarios financieros bancarios…………………. N S X X X X S S
– Intermediarios financieros no bancarios……………… N S N N X X S S
– La bolsa……………………………………………….. N S S N X X X S
– El Banco Central……………………………………… X S S S X S X S
– Base monetaria y oferta monetaria…………………… X S S S X S X S
– El multiplicador monetario....………………………… X S S S S S X S
– Objetivos de política monetaria………………………. N S S S S S X S
– Instrumentos de política monetaria…………………… X S S S S S S S
– La trampa de la liquidez……………………………… X S S S S N N N
– Ecuación cuantitativa…………………………………. S S S N S S N S
– Equilibrio conjunto mercado bienes y dinero………… X S S S X N N N
Inflación
– Concepto……………………………………………… S S S S S S X S
– De demanda…………………………………………... S S S N N S S S
– De costes……………………………………………… S S S N N S S S
– Estructural…………………………………………….. X S S N N N N S
– Efectos………………………………………………... X S S S S S X X
– Teoría clásica de la inflación…………………………. X S S N S S N N
– Otras teorías sobre las causas de la inflación…………. X S S N N S N X
– La deflación…………………………………………... X S N S S N N N
– Inflación y paro. Curva de Phillips a c/p....................... X S S N S S N N
– Curva de Phillips a l/p. Tasa de paro natural ................ X S S N S N N N
Ciclos
– Concepto. Tipos. Fases.................................................. S S S S X X X X
– Desempleo cíclico......................................................... S S S S S X N X
– Teorías sobre el ciclo
Keynesianos. Demanda……………………………….. X S S X X N N N
Interacción acelerador y multiplicador……………….. X S S N N N N N
Síntesis………………………………………………... N S S N X N N N
Stocks comerciales……………………………………. S N N N X N N N
Monetarista…………………………………………… N S X N X N N X
Expectativas racionales……………………………….. N S X N X N N N
Austríaca........................................................................ N N S N N S N X
Ciclos económicos reales. Stocks de oferta................... N S S N X N N N
Ciclo político................................................................. N S S N X N N N
56
I.8 Macroeconomía III. Comercio internacional y crecimiento
57
Taxonomía de ´Macroeconomía III. Comercio internacional y crecimiento´
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Elemento analizado
Comercio Internacional
– Las ganancias del comercio internacional……………. X S S S S X S X
– Ventaja absoluta y comparativa………………………. X S S S S S X S
– Libre comercio Vs proteccionismo…………………… S S S X S S X X
– Proteccionismo
Aranceles……………………………………………... S S S S S S X S
Contingentes o cuotas………………………………… N S S S S S X S
Subvenciones a la exportación……………………….. N S N N N S X S
Dumping……………………………………………… N S N N N S N S
Barreras no arancelarias………………………………. N S X X S S X X
– Balanza de pagos
Estructura general…………………………………….. N S X X S X S S
Las subbalanzas………………………………………. N S X X S X S S
Significado de los saldos……………………………... N S X X S X S S
Reglas de contabilización…………………………….. N S X N X N S S
– Bloques regionales y uniones aduaneras……………... X S X N N S S S
GATT…………………………………………………. S S S N S S S S
OMC………………………………………………….. N S N N N S S S
UE…………………………………………………….. S S N N N S S S
FMI…………………………………………………… S N N N N N S N
Banco Mundial………………………………………... S N N N N N S N
– Mercados de divisas
Depreciación del tipo de cambio……………………... X S X X X S S S
Tipo de cambio real/nominal…………………………. X S X X S S S S
Variaciones del tipo de cambio……………………….. X S X X X S S S
Demanda de divisas…………………………………... X S N X X S S S
Oferta de divisas……………………………………… X S N X X S S S
Tipo de cambio de equilibrio…………………………. N S N X S S S S
– Sistemas de fijación del tipo de cambio
Tipos de cambio flexibles……………………………. X S S S N S S S
Flotación sucia……………………………………….. X S S N N S S S
Tipos de cambio fijo………………………………….. X S S N N S S S
Teoría de la paridad del poder adquisitivo…………… N S S S S S N S
Devaluaciones y revaluaciones……………………….. X S S S X X S S
El patrón oro………………………………………….. S S S N X X S S
58
SAMUELSON
PENALONGA
KRUGMAN
PARELLA
MOCHÓN
MANKIW
LIPSEY
MERA
Elemento analizado
Crecimiento económico
– Crecimiento en el c/p y en el l/p……………………… X S S S X N N X
– Medición y características……………………………. X S S S X X N N
– Productividad y fuentes del crecimiento……………… X S S S S X N X
Incremento de calidad/cantidad de trabajo…………… X S S S S X N X
Incremento del capital físico…………………………. X S S S S X N X
Mejora de la tecnología………………………………. X S S S S X N X
– Teorías del crecimiento
Smith y Malthus………………………………………. N S S N X N N X
Modelo neoclásico con tecnología constante………… N S N N N N N N
Modelo neoclásico con cambio de tecnología (Solow). N S S N N N N N
Crecimiento endógeno................................................... N S N N N N N N
Schumpeter.................................................................... N N S N N N N X
Modelo Harrod-Domar.................................................. N N S N N N N N
Modelo de Rostow......................................................... N N N N N N N X
59
I.9 RESUMEN GLOBAL DE CONTENIDOS de los textos seleccionados.
En las taxonomías realizadas en los epígrafes anteriores hemos mostrado los contenidos
de los textos seleccionados, ordenados con arreglo a las agrupaciones de Introducción,
Microeconomía, Fallos de Mercado, Macroeconomía,... etc. En este epígrafe hacemos
una síntesis aún mayor enunciando las características globales, las más comunes y
representativas de los contenidos en los textos seleccionados. Pretendemos facilitar su
visualización para poder compararlas (v. V) con las que resulten de nuestra propuesta
de contenidos elaborada conforme a las reglas de la didáctica.
60
12. Sector público.- Su presencia se justifica mayoritariamente como derivada de la
existencia de los fallos del mercado, y a veces, como causa de éstos.
13. Sector público.- En los textos universitarios se presenta disperso en diferentes
unidades didácticas. Se describe a retazos, según se van exponiendo diferentes
teorías micro o macroeconómicas.
14. Macroeconomía.- Los enfoques macroeconómicos son diversos en los textos y
arrastran diferentes estructuras expositivas de contenidos.
15. Límites del crecimiento.- Sólo un texto aborda con una mínima introducción
divulgativa la problemática de los límites al crecimiento.
16. Textos universitarios vs textos de bachillerato.- Se aprecia que, en los contenidos
descriptivos de la actividad económica, los textos de bachillerato suelen tener un
nivel igual o superior al de los textos universitarios; regla que se invierte con los
contenidos descriptivos de teorías económicas.
17. Textos universitarios ´antiguos´ vs ´modernos´.- Los textos antiguos (LIPSEY)
tratan los contenidos epistemológicos (metodología y distinción entre economía
positiva y normativa) con más dedicación; igualmente sobre los contenidos críticos
de las teorías y sobre el grado de contrastación de éstas (LIPSEY y SAMUELSON);
por el contrario, los textos antiguos contienen menos variedad de enfoques
macroeconómicos (LIPSEY); y asimismo contienen menos dedicación (LIPSEY) a
algunas formulaciones microeconómicas (curvas de indiferencia).
61
II. Las reglas didácticas de los contenidos
En la Introducción hemos acotado nuestro trabajo a los contenidos conceptuales de un
curso de introducción a la economía. Asimismo, hemos precisado que, para determinar
dichos contenidos, exponerlos y ordenarlos, nos apoyaríamos en las reglas más
extendidas de la didáctica o, en términos menos formales, en los criterios más
extendidos y de general aceptación en las prácticas de la enseñanza. En esta parte del
trabajo nos proponemos enunciar estas reglas o criterios didácticos referidos a los
contenidos, contextualizándolos en el marco teórico de las disciplinas que tratan sobre
la enseñanza y el aprendizaje.
El valor que tienen estas reglas didácticas de los contenidos se basa en que son ‘las que
suelen usarse habitualmente’, fundamentadas en las teorías pedagógicas sobre el
conocimiento de mayor predicamento académico. Podría decirse que estas reglas
didácticas son los criterios didácticos generalmente aceptados de que disponemos en el
estado actual de las aportaciones a la didáctica.
II.1 La didáctica
El término didáctica procede del griego, que contiene varias palabras con la misma raíz,
relacionadas todas ellas con el significado del verbo enseñar, instruir, exponer con
claridad. En latín ha dado lugar a los verbos docere y discere que significan,
respectivamente, enseñar y aprender. Desde la antigüedad clásica griega, el sustantivo
didáctica ha sido el nombre del género literario que, precisamente, pretende enseñar y
formar al lector (Sepúlveda, 2007, pp. 27-28).
Ya fuera del ámbito etimológico, Comenio, considerado el padre de la pedagogía,
publicó en el siglo XVII su obra principal, Didáctica magna 23 , en la que definía la
didáctica como ‘el artificio universal para enseñar todas las cosas a todos’ (2007, p. 29)
y en la que “afirma la existencia de una ciencia universal enseñable fundada en
principios claros” (Robles, 2012, p. 7). Posteriormente, el término didáctica cayó en
desuso, hasta que en el siglo XIX fue recuperado por el psicólogo y pedagogo Herbert y
sus discípulos. Hoy el término didáctica está completamente extendido en todo el
ámbito europeo continental y países de su órbita cultural; no así en los países
anglosajones, que se refieren al mismo contenido de la didáctica bajo el término
23
Comenio, en la obra citada, ya recomendaba ‘enseñar unas cosas después de otras, con el debido
método’, o ‘proceder de lo conocido a lo desconocido, de lo simple a lo complejo’; este principio, relativo
a cómo enseñar los contenidos, se ha formulado desde entonces con diversas variantes y
fundamentaciones teóricas por prácticamente todas las escuelas pedagógicas.
63
curriculum, con referencias separadas a la enseñanza o al aprendizaje según el punto de
vista que se adopte (Robles, 2012, p. 4). Sánchez Delgado, profesor de didáctica lo
explica así: “Didáctica y curriculum no son conceptos idénticos ni sinónimos, aunque sí
tienden a la equivalencia […]. Son dos conceptos que hacen referencia a procesos
históricos diferentes en el tiempo y en el espacio, en la tradición y en el ámbito de
acción: la didáctica se desarrolló en la Europa continental y centró su atención en el
método, en cómo enseñar; el curriculum se desarrolló en el mundo anglosajón y centró
su atención en el contenido, en qué enseñar (Sánchez, 2006, p. 13).
El objeto de la didáctica
En general, hay acuerdo entre los pedagogos sobre el objeto de la didáctica, siendo éste
el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las diferencias surgen al concretar los elementos
que lo componen y al distinguir entre objeto material y formal.
Para Mallart, el objeto material es el proceso de enseñanza-aprendizaje y el formal “la
prescripción de métodos y estrategias eficaces para desarrollar el proceso mencionado”
(en Sepúlveda, 2007, p. 39). Para Benedito, los elementos que componen el objeto de la
didáctica son: la enseñanza, el aprendizaje, la instrucción, la comunicación de
conocimientos, el sistema de comunicación y los procesos de enseñanza-aprendizaje (en
Sepúlveda, 2007, p. 39). Para Klafki, “se puede considerar que el objeto de la didáctica
es el estudio, elaboración y práctica del curriculum” que “no es, en el fondo, muy
distinto del proceso de enseñanza-aprendizaje” (en Sepúlveda, 2007, p. 39). Para
Ferrández, los elementos del objeto material son “el discente, el docente, el método y la
materia [contenidos]” (en Sepúlveda, 2007, p. 40) y el formal “la actividad del docente-
discente […] que emplea el método más adecuado a cada acto didáctico” (ib., p. 40).
Para Medina, la didáctica alcanza varios campos u objetos: el currículum, la enseñanza,
la instrucción y la enseñanza-aprendizaje (Medina, 2009a, p. 16). Para otros, la
didáctica estudia un objeto propio que definen como acto didáctico, en el que se
distinguen cuatro elementos: estudiante, profesor, instrucción (contenidos) y crítica
transformadora (Medina, 2009a, p. 23). Para Primitivo Sánchez, el objeto básico es el
estudio de los procesos de enseñanza y aprendizaje, los elementos del objeto material
serían los contenidos, la metodología, la ética y la estética, y el objeto formal sería “la
intención de conocerlos [esos procesos] para transformarlos en una dinámica de mejora”
(Sánchez, 2006, p. 12). Para Fernández Pérez los elementos del objeto material, que este
autor denomina “las tareas de la profesión de enseñar”, son: el análisis psicodidáctico de
64
la enseñanza, la programación de los contenidos que el alumno va a aprender, la
metodología didáctica, la evaluación y su análisis, la formación, investigación e
innovación educativa y la organización de los centros de enseñanza (Fernández, 1994,
pp. vii-xii).
Las referencias anteriores ponen de manifiesto que, aunque los especialistas en didáctica
tienen algunas diferencias en la definición de los diferentes elementos que configuran su
objeto de estudio, derivados seguramente de sus diferentes enfoques, mantienen algunos
elementos en común. Éstos serían, la enseñanza (y el profesor), el aprendizaje (y el
alumno), el contexto y los contenidos involucrados en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Los definimos como sigue:
Contenidos: son cualquier conocimiento, dato, hecho, principio, norma, cuya
adquisición por el alumno se pretende en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dan
respuesta al qué enseñar y al qué aprender.
Enseñanza. Es la actividad humana intencional (del profesor) orientada a la
consecución de aprendizaje (por el alumno).
Aprendizaje. Es el proceso de atribución de significado o sentido, realizado por el
alumno, a elementos de su entorno, que antes del proceso no lo tenían o bien tenían
otro (Fernández, 1994, p. 239).
Contexto. El entorno académico, institucional, político, administrativo, social,
ideológico, cultural…, en que se produce el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La concepción de la didáctica
La definición de lo que se entiende por didáctica –o curriculum en la terminología
anglosajona- es objeto de precisiones y variaciones por numerosos autores. Para Dolch
didáctica es la “ciencia del aprendizaje y de la enseñanza en general”; para Fernández
Huerta la “didáctica tiene por objeto las decisiones normativas que llevan al
aprendizaje gracias a la ayuda de los métodos de enseñanza”; para Escudero es la
“ciencia que tiene por objeto la organización y orientación de situaciones de enseñanza-
aprendizaje de carácter instructivo, tendentes a la formación del individuo”; para
Mallart “es la ciencia de la educación que estudia e interviene en el proceso de
enseñanza-aprendizaje con el fin de conseguir la formación intelectual del educando”
(en Sepúlveda, 2007, p. 30); para Rogers “es el arte y la técnica de orientar el
aprendizaje” (ib. p. 44); para Sánchez Delgado “la didáctica es la disciplina que tiene
como objeto básico de estudio los procesos de enseñanza y aprendizaje con la intención
65
de conocerlos para transformarlos en una dinámica de mejora rigurosa de estudio y
fundamentación de la actividad de enseñanza en cuanto propicia al aprendizaje
formativo de los estudiantes en los más diversos contextos” (en Medina, 2009a, p. 7);
para el profesor Gonzalo Vázquez “la educación puede entenderse como construcción
intencional de todo lo humano en el hombre; y la Pedagogía tomarse como un intento,
como la pretensión, de lograr una explicación comprensiva del fenómeno educativo”
(Vázquez, 2005, p. 39) .
Las citas anteriores son una simple muestra24 de la dificultad semántica existente para
encontrar una concepción de la didáctica asentada y única, de general aceptación.
Hemos visto que, desde el punto de vista epistemológico, algunos consideran esta
disciplina como una ciencia, otros como un arte y otros como una técnica; algunos
como una disciplina teórica y otros como una disciplina práctica25. Y desde el punto de
vista del objeto se señalan la enseñanza, el aprendizaje, el proceso de enseñanza-
aprendizaje, la instrucción o la formación. A menudo, incluso se reclaman todas las
notas o dimensiones anteriores, según el aspecto didáctico que se está contemplando.
Así, se dice: “en su dimensión de realización práctica, la didáctica requiere de unas
habilidades en sus agentes. Habilidades que se acrecientan con la experiencia más o
menos rutinaria. Por medio de la tradición y de la intuición los didactas van resolviendo
los problemas prácticos de cada día […] sin poder dar siempre razón de por qué sucede
así” (Mallart, en Sepúlveda, 2007, p. 33); “la dimensión tecnológica […] hay que
referirla a procesos orientados a mejorar la acción didáctica. Los procesos didácticos
son tecnológicos en el sentido de que están provistos de un soporte teórico científico
[…] cuya validez consta” (ib., p. 34); la dimensión científica se manifiesta en que la
didáctica “cumple criterios de racionalidad científica con tal que se acepte la posibilidad
de integrar elementos subjetivos en la explicación de los fenómenos” (ib. p. 34); para
Primitivo Sánchez “La didáctica en la actualidad puede concebirse como la conjunción,
que no la suma, de metodología, epistemología, ética y estética en un contexto real,
[…] determinado de forma que se produzca una constante interacción dialéctica entre
24
Una muestra mucho mayor de las diferentes definiciones de didáctica y educación se puede encontrar
en las citas que proporciona Mallart (2007, p. 4) y Robles (2012, p. 3).
25
El profesor Gonzalo Vázquez se refiere así a la dificultad para ubicar epistemológicamente nuestra
disciplina: “Uno de los problemas actuales de la Pedagogía [...] es el de la identificación del lugar común
del que nos ocupamos [...] ¿cuál es nuestra adscripción más legítima, a las humanidades, a las ciencias
sociales? [...] Esta confusión se observa en nuestra ubicación en los campus, en las comisiones
académicas e investigadoras, [...] en la clasificación documental de nuestros trabajos, etc.” (Vázquez,
2005, p. 38).
66
teoría y práctica de la enseñanza y el aprendizaje” (Sánchez, 2006, p. 15); para Medina
la dialéctica es una “disciplina pedagógica aplicada” que “amplia el saber pedagógico y
psicopedagógico aportando los modelos socio-comunicativos y las teorías más
explicativas y comprensivas de las acciones docentes-discentes, ofreciendo la
interpretación y el compromiso más coherente para la mejora continua del proceso de
enseñanza-aprendizaje” (Medina, 2009a, pp. 6 y 7).
Citaremos, por último, a Fernández Pérez, autor que en su tratado sobre didáctica,
titulado “Las tareas de la profesión de enseñar” trata, in extenso, el carácter
epistemológico de la didáctica. Este autor, elabora una propuesta de didáctica, respecto
de la cual afirma “queremos que sea científica” (Fernández, 1994, p. 100), y la somete
a análisis para ver si cumple una serie de requisitos de ‘cientificidad’. En primer lugar,
debe atenerse a “un código explícito para la descripción de los fenómenos y
formulación de los principios, leyes y regularidades que pueden establecerse”; “a algún
contraste objetivable […] de la racionalidad de los enunciados que se propongan como
verdaderos”; “a la coherencia sistémica”; y “a la expansividad del sistema construido”,
en el sentido de abierto a “nuevos contrastes probatorios” (1994. p. 103). En segundo
lugar, manifiesta que “la metodología científica […] válida para investigar y hacer
ciencia en la profesión de enseñar, dada su ubicación en el ámbito de las ciencias
humanas aplicadas, ha de ser una metodología hermenéutica, interpretativa”, porque la
diferencia en el tratamiento epistemológico entre los fenómenos naturales y los
humanos (entre éstos los educativos), es que, mientras en los primeros “lo que interesa
investigar […] es lo que hemos observado”, en los segundos es el “significado que da el
sujeto/actor al comportamiento observado” y “en las ciencias de la naturaleza basta con
explicar y entender (erklären), mientras que en las ciencias humanas es preciso
interpretar y comprender (verstehen)”26 (1994. p. 104).
En resumen, para el último autor citado, que puede representar la pretensión mayoritaria
de los autores que investigan sobre las disciplinas de la educación, “éstas [las ciencias
de la educación] poseen las mismas condiciones lógicas que el resto de los saberes
técnicos para constituirse como ciencias tecnológicas […][y], en este sentido, cualquier
26
Esta distinción epistemológica, relativa a la diferente forma de fundamentar la objetividad en las
ciencias naturales (en éstas mediante la causalidad o erklären) y en las ciencias sociales (en éstas
mediante la comprensión o verstehen), es analizada ampliamente en III.3 referida a la economía. En esta
parte del trabajo consideramos suficiente mencionar la vigencia de esta discusión en el caso de las
disciplinas de la educación, para contextualizar epistemológicamente la didáctica, la disciplina que
incorpora las reglas prácticas sobre los contenidos de la enseñanza.
67
saber pedagógico o ciencia de la educación (didáctica general, didácticas específicas,
tecnología educativa, organización de centros docentes […], etc.) reúne objetivamente
las condiciones, objetivadas por la teoría de la ciencia, para ser calificada de saber
científico y con entidad propia, como una ciencia más entre el resto de las ciencias
aplicadas” (Fernández, 1994, p. 126).
Esta posición epistemológica, que reclama el carácter científico de la didáctica,
mantenida por la mayoría de los especialistas de la educación, es objetada fuertemente
por otro grupo de analistas27 que, sin embargo, no pretende “devaluar el conjunto de
técnicas, procedimientos y metodologías inherentes al oficio de profesor, de las que se
ocupan los pedagogos y que pueden resultar de utilidad” (Robles, 2012, p. 1).
27
Véase, por ejemplo, La impostura pedagógica (Robles, 2012).
68
(1994, p. 123), que, de modo retórico, se pregunta “¿qué quedaría de la didáctica si se
elimina de ella el contenido de la psicología del aprendizaje? ¿Es que puede ser otra
cosa la metodología de la enseñanza […] que una literal aplicación deductiva de los
principios y leyes del aprendizaje humano?”. Como dice este mismo autor, “no se trata
de que la sociología, la filosofía, la economía o la biología, por ejemplo, tengan menos
que decir […] sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje”, sino de que la psicología
remite al “mundo psíquico del alumno, del profesor y de su interacción respecto de los
procesos didácticos que aquí nos ocupan” (1994, p. 164).
Medina (2009a, p. 7) explica así la relación entre la didáctica, la pedagogía y la
psicología: “La didáctica amplía el saber pedagógico y psicopedagógico aportando los
modelos socio-comunicativos y las teorías más explicativas y comprensivas de las
acciones docentes-discentes, ofreciendo la interpretación y el compromiso más
coherente para la mejora continua del proceso de enseñanza-aprendizaje”
Puede decirse que la didáctica es pedagogía aplicada, fundada sobre las teorías
psicológicas y del conocimiento. La didáctica se concibe como una disciplina con
proyección práctica que, respecto del proceso de enseñanza-aprendizaje, se plantea más
interrogantes que las otras disciplinas en las que se fundamenta o de las que se desgaja.
Estos interrogantes, según Medina (2009a, p. 7), son: ¿Para qué formar a los
estudiantes? ¿Qué mejora profesional necesita el profesorado? ¿Quiénes son los
estudiantes? ¿Cómo aprender? ¿Qué contenidos han de enseñarse?
69
El conductismo, “basado en los métodos experimentales, […] se centra en aquellas
variables que se pueden observar, medir y manipular, rechazando cualquier aspecto de
carácter subjetivo […]. No niega la existencia de procesos internos” (ib. p. 85) en el
alumno, pero los considera una ‘caja negra’ por ser inobservables. Por tanto, se
aproxima a la comprensión del aprendizaje con conceptos como la observación, la
atención, la conducta, el premio, el castigo, el refuerzo o las condiciones ambientales.
Conforme a este enfoque, el aprendizaje se logra reforzando y estimulando, mediante
incentivos, la conducta de los alumnos con aproximaciones sucesivas a la respuesta o
conducta deseadas.
Bajo este enfoque, el objetivo de la educación es conseguir del estudiante la respuesta
deseada cuando se presenta un estímulo determinado. Se trata de conseguir la secuencia
apropiada de estímulo-respuesta, basado en un supuesto comportamiento condicionado
objetivo, que puede mejorarse si se refuerza con estímulos adicionales. Por ello, el
docente debe orientar su trabajo al análisis y dirección de los procesos conductuales en
el aula y al diseño de tipos de refuerzo apropiados.
El enfoque conductista, que fue el paradigma dominante hasta la segunda mitad del
siglo XX, está caracterizado actualmente, de modo sumario, como el creador de la
enseñanza mecánica o por repetición y por concebir al alumno como un mero receptor
pasivo de contenidos. Sin embargo, respecto de los contenidos, señalamos que, bajo este
enfoque, el enseñante debe procurar una programación en pasos cortos, con un escalado
de la complejidad que facilite la respuesta de los alumnos. Así lo entiende Martínez
Delgado (1998, p. 184), para quien “el conductismo concedió gran importancia a la
conexión entre los conocimientos anteriores y aquéllos que se intentan aprender” y
expone, en apoyo de este pronunciamiento, el criterio de E.L. Thorndike, significado
autor conductista: “Un plan científico para enseñar aritmética debería empezar con un
inventario exacto del conocimiento de habilidades que el alumno ya posea”.
70
Considera que “una enseñanza efectiva será aquella que ofrezca patrones de percepción
claros y organizados previamente, hecho que demuestra la importancia de la experiencia
anterior [y] la de una atención consciente” y que “para enseñar [es necesario tener en
cuenta] […] cuatro aspectos: predisposición [del alumno] hacia el aprendizaje,
estructuración de los conocimientos para que puedan ser interiorizados lo mejor posible
por parte del estudiante, secuenciación efectiva en la presentación del material [de los
contenidos], sin olvidar en ningún momento la naturaleza de los premios y castigos”
(ib., p. 88).
Bajo este enfoque se destaca la importancia de que el docente promueva la motivación
de los estudiantes, para que éstos descubran las relaciones entre los contenidos y
construyan sus propias proposiciones –el llamado ‘aprendizaje por descubrimiento’–,
bajo un formato organizado en complejidad progresiva –“contenidos en espiral o
andamiaje” (ib., p. 88).
28
Ya en 1994, los profesores Gómez-Granell y Coll escribían en Cuadernos de Pedagogía “En el
transcurso de las últimas décadas la teoría y la práctica educativa se han visto inundadas por una serie de
planteamientos que tienen su origen en la explicación del psiquismo humano conocido genéricamente
como ‘constructivismo’ […] la emergencia de un consenso alrededor de la concepción constructivista, se
ha convertido en uno de los hechos más relevantes […] en estos años, en lo que a las teorías del
conocimiento y el aprendizaje se refiere” (Gómez-Granell, 1994, p. 8).
71
actividad intelectual; la asimilación y adquisición de nueva comprensión y la
consecución, de nuevo, del equilibrio (2009b, p. 91). Fernández Pérez lo explica así:
“Todo conocimiento humano, toda nueva adquisición cognitiva, se produce al filo de un
mecanismo básico de interrelación del organismo inteligente con su entorno: el
mecanismo bifásico de la adaptación, con una fase de asimilación (el organismo
transforma el objeto de su entorno para adecuarlo a su relación con él), y una fase de
acomodación (el organismo modifica su propia estructura cognitiva) […] para hacer
posible la relación […] de sujeto cognoscente [alumno] a objeto conocido [los
contenidos, por ejemplo]” (Fernández, 1994, p. 181).
El modo en que Piaget describe la actividad cognitiva, “toda nueva adquisición del
sujeto que conoce, aprende y se desarrolla intelectualmente”, tiene consecuencias
didácticas de interés: si el contenido nuevo no produce perturbación o conflicto
cognitivo (interrogante, necesidad de saber lo que se desconoce, asombro) no habrá
aprendizaje alguno por falta de interés; por el contrario, si la perturbación que se
produce es excesiva, el sujeto puede quedar bloqueado, sin respuestas, sin salidas. Se
habla así de ‘nivel de desajuste óptimo’, entre lo conocido y los nuevos contenidos, para
que el aprendizaje sea eficaz (1994, p. 182).
Sánchez (2006, pp. 136-137) conceptúa así el conflicto cognitivo: “consiste en la
formulación de un problema que suponga un cierto choque con las ideas previas de los
estudiantes y que produzca un desequilibrio en su estructura cognitiva. El problema
debe ser lo más próximo posible […] a los participantes, pero suficientemente alejado
de sus capacidades de comprensión como para que al producirles un desequilibrio
cognitivo, fomente la búsqueda de respuestas para solucionarlo y, en consecuencia,
despierte o incremente el interés por el tema. El conflicto cognitivo es una forma de
desarrollar motivación” en el alumno.
De esta aproximación piagetiana Fernández deriva algunas aplicaciones prácticas
aplicables al proceso de enseñanza-aprendizaje (1994, p. 183). Destacamos las que
tienen relación con los contenidos: 1) “La necesidad de atender a los estadios evolutivos
de la estructura cognitiva de los alumnos”29; 2) “La utilidad de los conflictos cognitivos,
29
No aplicable en nuestro caso, ya que la edad de los alumnos de secundaria o primer curso de
universidad es superior a la del último estadio definido por Piaget.
72
de las perturbaciones del equilibrio intelectual vigente [en el alumno], para la
posibilidad de adquirir un nuevo conocimiento”30.
Otro autor que suele incluirse en el constructivismo es Vigotsky 31 . Este autor, y su
colaborador Leontiev, hicieron importantes aportaciones pedagógicas, con aplicación
directa al campo de la enseñanza. Nos referimos a los conceptos de ‘mediación social’ y
‘zona de desarrollo próximo’ en las tareas de aprendizaje (Fernández, 1994, p.177).
Frente a otros teóricos, que se centran principalmente en lo que ocurre en el interior del
sujeto que se desarrolla mentalmente y aprende, Vigotsky destaca sus orígenes sociales
y la importancia del entorno socio-comunicativo. Según Fernández, para Vigosky “no
existe posibilidad alguna de desarrollo individual inicial [de aprendizaje] sin esta
mediación social que induce en la mente humana las características de la hominización
específica [y] […] todas las funciones superiores de la mente proceden de una
transformación que hace el sujeto, en su interior, de la relación social externa con su
entorno humano comunicativo”32 (ib.).
Su segunda aportación –la ‘zona de desarrollo próximo’– guarda estrecha relación con
el ‘nivel de desajuste óptimo’ de Piaget. “Podría definirse como la diferencia entre el
desarrollo actual [los contenidos ya aprendidos por el alumno] y el desarrollo potencial,
es decir, lo que el sujeto sería capaz de llegar a adquirir con la mediación/ayuda de los
adultos [o profesores] de su entorno” (ib. p.178). Esta noción implica que el desarrollo
no está fijo, existe una distancia apropiada entre lo que el alumno ya sabe y lo que
puede alcanzar con ayuda del profesor. Es tarea de éste ‘estimar’ esa distancia para
actuar en ella y que la enseñanza y el aprendizaje sean eficaces. Gómez-Granell y Coll
consideran que este concepto es una premisa del constructivismo y la expresan así: “se
ha de establecer una diferencia entre lo que el alumno es capaz de hacer y aprender sólo,
y lo que es capaz de hacer y aprender con ayuda de otras personas, observándolas,
imitándolas, siguiendo instrucciones o colaborando con ellas […] que se sitúa entre el
nivel de desarrollo efectivo y el nivel de desarrollo potencial [y] delimita el margen de
incidencia de la acción educativa” (Gómez, 1994, p. 9).
30
Pero cuidando de ‘movernos’ dentro del ‘nivel de desajuste óptimo’. Por ejemplo, si suponemos que el
alumno tiene una concepción del dinero limitada a su uso como medio de pago, no introduciremos el
contenido ‘proceso de creación de dinero bancario’, pero sí el contenido ‘historia y tipos de dinero’.
31
Así lo recogen, por ejemplo, Gómez-Granell y Coll (1994, pp. 8-10) o Rajadell y Medina (Medina,
2009b, p. 92).
32
El caso más claro sería la adquisición del lenguaje por los niños.
73
Nos referimos, por último, a Ausubel, el autor más relevante del constructivismo. Su
idea más importante, por sus implicaciones para la enseñanza y el aprendizaje, se
resume así: “Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio,
enunciaría este: de todos los factores que influyen en el aprendizaje, el más importante
consiste en lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese en consecuencia”
(Ausubel, 1983, p. 151).
El concepto central de la teoría de Ausubel es el ‘aprendizaje significativo’. Se define
éste como “un proceso a través del cual una información [o contenido nuevo] se
relaciona, de manera no arbitraria y sustantiva (no literal) con un aspecto relevante
[previo] de la estructura cognitiva del individuo” (Moreira, 2000, pp. 10-11). Es decir,
en el proceso de aprendizaje los nuevos contenidos interaccionan con la estructura
cognitiva previa del alumno. Más concretamente, interaccionan con los contenidos,
conceptos, ideas o proposiciones -denominados ‘subsunsores’- ya existentes en su
estructura cognitiva, que sirven de ‘anclaje’ para los nuevos contenidos y permiten el
aprendizaje significativo de éstos. De este modo los nuevos contenidos pueden ser
aprendidos significativamente en la medida en que otros contenidos previos estén
disponibles en la estructura cognitiva del alumno y puedan servir como punto de anclaje
de los primeros.
Para este autor, el desarrollo del conocimiento es “un proceso dinámico en el que
nuevos y antiguos significados [contenidos] están constantemente interactuando y dan
como resultado una estructura cognitiva más diferenciada que tiende a una organización
jerárquica, en la cual los conceptos y proposiciones más generales ocupan la cúspide de
la estructura y abarcan, progresivamente, proposiciones y conceptos menos inclusivos,
así como datos factuales y ejemplos específicos” (Moreira, 2000, p. 34).
Esta teoría concibe “el almacenamiento de informaciones [o contenidos] en la mente
humana [la ‘caja negra’] como una estructura altamente organizada, formando una
especie de jerarquía conceptual, en la cual elementos más específicos de conocimiento
son ligados a (y asimilados por) conceptos, ideas o proposiciones más generales e
inclusivos” (Moreira, 2000, p. 12).
El autor de esta teoría distingue varios tipos de aprendizaje significativo. Atendiendo al
objeto aprendido: el aprendizaje representacional, que es el más básico, y supone la
atribución de significados a palabras o símbolos; el de conceptos, que es una variante
del anterior; y el de proposiciones, que implica la comprensión de enunciados.
74
Atendiendo al lugar que ocupan en la organización jerárquica de la estructura cognitiva:
aprendizaje subordinado, que se produce cuando un nuevo contenido adquiere
significación al interactuar con un contenido de la estructura cognitiva más abstracto,
general o inclusivo; aprendizaje superordenado, cuando un contenido nuevo más
inclusor, más general, más abarcador, interactúa con otro u otros contenidos de la
estructura cognitiva del alumno; y aprendizaje combinatorio, que se presenta cuando los
nuevos contenidos no pueden relacionarse jerárquicamente según los modos anteriores
de subordinación o superordenación con los contenidos de la estructura cognitiva del
alumno. En este último caso, la interacción de los nuevos contenidos, para producir
aprendizaje, se produciría “con la estructura cognitiva como un todo, de una manera
general”; por este motivo, este tipo de contenidos serían “más difíciles de aprender y
retener que las proposiciones [o contenidos] subordinados o superordenados. Ausubel
cita como ejemplos de este aprendizaje combinatorio “la relación entre calor y volumen,
o también entre precio y demanda” (Moreira, 2000 pp. 20-22 y 27-31).
“En contraposición con el aprendizaje significativo, Ausubel define el aprendizaje
mecánico como aquel en el que nuevas informaciones se aprenden prácticamente sin
interacción con conceptos relevantes existentes en la estructura cognitiva” (ib.); sería,
por ejemplo, el caso de la memorización de fórmulas o la memorización de los nombres
de determinadas ciudades de una región. La consecuencia que, según Fernández Pérez,
“se sigue de esta definición diferenciadora es la superioridad del aprendizaje
significativo frente al mecánico, tanto en la calidad de lo aprendido (se aprende no sólo
los contenidos, sino sus relaciones), como en la cantidad de información almacenable
[…], en la duración del almacenamiento […], en la facilidad de recuperación […], en la
mayor probabilidad de transferencia” (Fernández, 1994, p. 189).
Ausubel señala dos condiciones para que se dé el aprendizaje significativo: que el
material o contenido que va a ser aprendido sea potencialmente significativo y que el
alumno manifieste disposición para relacionar de manera no arbitraria el nuevo material.
Esto significa que para facilitar el aprendizaje “es preciso prestar atención al contenido
y a la estructura cognitiva [del alumno] procurando ‘manipular’ los dos. Es necesario
hacer un análisis conceptual del contenido para identificar conceptos, ideas,
procedimientos básicos y concretar en ellos el esfuerzo instruccional […]. Es preciso
buscar la mejor manera de relacionar, explícitamente, los aspectos más importantes del
contenido de la materia de enseñanza con los aspectos específicamente relevantes de la
75
estructura cognitiva del aprendizaje. Esta relacionabilidad es imprescindible para el
aprendizaje significativo” (Moreira, 2000, p. 91). En otras palabras, hay que procurar
que los contenidos nuevos estén próximos a los contenidos o conocimientos previos de
los alumnos, para que se puedan ‘anclar’ a éstos y producir aprendizaje significativo.
Ausubel propone, en relación a los contenidos de la enseñanza, que éstos se atengan a
cuatro principios programáticos: diferenciación progresiva, reconciliación integrativa,
organización secuencial y consolidación. Con arreglo al primer principio “las ideas y
conceptos más generales e inclusivos de la materia de enseñanza deben presentarse al
comienzo de la instrucción y, progresivamente, diferenciarse en términos de detalle y
especificidad”. Con arreglo al segundo principio, “explorar explícitamente, relaciones
entre conceptos y proposiciones, llamar la atención hacia las diferencias y semejanzas
relevantes y reconciliar inconsistencias reales o aparentes”. Con arreglo al principio de
organización secuencial de contenidos, éstos deben ordenarse “de manera tan coherente
como sea posible […] con las relaciones de dependencia naturalmente existentes en el
material de enseñanza”. El último principio hace referencia a la necesidad de avanzar en
la enseñanza de los contenidos sólo cuando los anteriores hayan sido aprendidos y
según la secuencia adoptada (Moreira, 2000, pp. 92-93).
En este punto conviene introducir una técnica o recurso didáctico, típica del enfoque
constructivista, para organizar y presentar los contenidos de modo que posean
significatividad lógica. Se trata de los denominados ‘mapas conceptuales’33, propuestos
por Novak, colaborador de Ausubel. “El mapa conceptual es un esquema con
topografía, es decir, un esquema en el que los conceptos [contenidos] aparecen
geográficamente distribuidos en el espacio, de modo que permite la representación de
[…] relaciones entre ellos”34 (Sánchez, 2006, p. 139). Son un modo gráfico de facilitar
la visualización de contenidos y sus relaciones de jerarquía o, en otras palabras, “una
representación gráfica que sintetiza los conceptos básicos […] atendiendo a la
significatividad lógica” (ib.).
Finalizamos esta breve referencia a las teorías constructivas con las aportaciones de
Fernández Pérez, autor próximo al constructivismo (1994, p. 255), quien, en su extenso
tratado sobre Las tareas de la profesión de enseñar, dedica un espacio específico a los
criterios que deben considerarse en la fijación de los contenidos (mencionamos sólo
33
En nuestra Propuesta abreviada de curso introductorio (v. IV) hemos hecho un uso intensivo de esta
técnica típica del constructivismo.
34
No desarrollamos su modo de elaboración, que es intuitivo (v. Sánchez, 2006, pp. 138-142).
76
aquellos que no han sido abordados anteriormente y que pueden tener relación con
nuestro trabajo):
Los contenidos deben ser consistentes, en su determinación y ordenación a la lógica
interna de la materia correspondiente. La aplicación de este criterio deja abiertos, no
obstante, otros dos aspectos: la extensión de contenidos concretos a incluir en la
programación y la profundidad con que se aborden.
Los contenidos deben incluir información sobre las relaciones lógicas que se
establecen entre ellos y sobre su proceso histórico de gestación.
Los contenidos deben tener en cuenta la diversidad de conocimientos previos de los
alumnos y de sus entornos económico, poblacional, cultural, etc.
Debe otorgarse prioridad curricular a los contenidos que presenten una mayor
facilidad de ‘transformación didáctica’, esto es, que sean de más fácil aprendizaje
(1994, pp. 467-492).
II.3 Resumen
Nuestra intención ha sido determinar las reglas didácticas de los contenidos más
aceptadas y de mayor predicamento académico que se contemplan en el ámbito de la
didáctica y en la práctica educativa. Aunque casi todas las reglas o criterios han sido
descritos en el marco del enfoque constructivista, esto no implica toma de posición
epistemológica alguna sobre las diferentes teorías del conocimiento. De esta forma, las
reglas didáctica que nos servirán de ayuda en nuestro análisis para la determinación de
los contenidos y de su estructura expositiva, serán las siguientes:
1. Los nuevos contenidos a enseñar requieren un análisis y estimación de los
contenidos previos del alumno (para tratar de reducir el ‘nivel de desajuste óptimo’
entre lo nuevo y lo ya aprendido [Piaget]; para conseguir el ‘anclaje’ de los
contenidos nuevos en los ‘conocimientos previos’ y alcanzar un ‘aprendizaje
significativo’ [Ausubel]; para movernos en la ‘zona de desarrollo próximo’
[Vigotsky]; para conectar los conocimientos nuevos a los viejos [Thorndike]; para
avanzar en ‘pasos cortos’ con un ‘escalado de la complejidad’ que facilite la
comprensión [Martínez Delgado]...).
2. Se buscará que los contenidos nuevos sean próximos a los contenidos previos para
que el alumno pueda ´construir´ aquéllos sobre éstos.
77
3. Se presentarán primero los contenidos más generales e inclusivos, y después los más
concretos, por derivación de aquéllos
4. Se mostrarán con claridad las semejanzas y diferencias entre contenidos.
5. Se respetará la lógica interna conceptual de la materia que se trate.
6. Se dará prioridad a los contenidos más fáciles desde el punto de vista de la
comprensión.
7. Se abordará alguna aproximación al proceso de gestación y evolución histórica de
los contenidos más básicos.
8. Siempre que sea posible, se contextualizarán los contenidos nuevos en entornos
próximos a los de los alumnos.
9. Se facilitará el aprendizaje con la ayuda de ‘mapas conceptuales’ y ejemplos
prácticos.
10. Se tendrá presente la posible utilización de la estrategia de ‘desarrollo del conflicto
cognitivo’ para los contenidos nuevos que resultan ‘alejados’ de los contenidos
previos de los alumnos (que, aumentando su motivación, contribuirán a facilitar su
aprendizaje).
78
III. Determinación de los contenidos conforme a las reglas didácticas
El objetivo de esta parte es revisar, con los criterios didácticos adoptados en la parte II,
los principales contenidos que componen el acervo de la economía para determinar
cuáles y cómo presentarlos en un curso de introducción a la economía.
Las aportaciones al acervo de la economía académica en el curso de la historia son de
naturaleza epistemológica muy diversa y compleja. Incluyen diversidad de enfoques,
concepciones, métodos y objetivos, a veces de deslinde difícil con otras disciplinas
fronterizas, mezcla de proposiciones normativas y positivas, hipótesis, teorías y
modelos, axiomas, supuestos, etc., que podemos encontrar también en el ámbito de otras
disciplinas consideradas sociales, como la psicología, la sociología o la politología. Este
complejo punto de partida nos obliga, teniendo en cuenta que nuestro propósito es la
elaboración de un curso introductorio de economía que debe responder a las
consideraciones didácticas expuestas en la parte II, a dotarnos de criterios que nos
permitan seleccionar y ordenar las diferentes aportaciones de los economistas, de
acuerdo a ese propósito. En otras palabras, se trata de elegir qué aportaciones
económicas incluir y cómo presentarlas conforme a criterios didácticos.
Para ordenar esta parte del trabajo clasificamos los contenidos objeto de este análisis en
los siguientes epígrafes:
III.1 Objeto, enfoque y concepción de la Economía.
III.2 Relación de la Economía con otras disciplinas.
III.3 La Economía en el contexto de las ciencias.
III.4 La distinción entre Economía positiva y normativa.
En cada epígrafe nuestro trabajo se centra, básicamente, en: 1º) hacer un resumen de los
contenidos incorporados en las aportaciones de los economistas, y 2º) analizar, con
apoyo de las reglas didácticas adoptadas, cómo deben presentarse dichos contenidos en
un curso introductorio a la economía. Además, podremos comparar esta presentación
con la de los textos seleccionados tal como se ha resumido en I.9 (v. V).
Intentamos presentar de modo sencillo, y a la luz de la didáctica, una introducción a las
aportaciones al acervo de la economía. Las conclusiones serán utilizadas en la
propuesta de Curso de introducción a la economía que se desarrolla en la parte IV.
79
III.1 Objeto, enfoque y concepción de la economía.
En una primera aproximación, podemos establecer que el objeto de la economía es la
actividad económica desplegada por la acción del hombre. Obviamente esta definición,
por su carácter circular, no tiene validez formal. Sin embargo, esta aproximación
simple, previa a un análisis formal, tiene justificación didáctica por estar dirigida a
alumnos que se acercan por primera vez a la economía y porque permite ilustrar una
primera idea de interés: Hay que diferenciar entre la “economía” -la ciencia elaborada
por los economistas- y otra, la “actividad económica” -el objeto de estudio de los
economistas-35.
Esta distinción tiene, en efecto, interés didáctico, ya que los alumnos que se acercan por
primera vez a la economía pueden tener numerosas ideas previas controvertidas sobre lo
económico. Posiblemente habrán encontrado numerosas veces referencias de la
expresión “economía española” o “economía china” referidas no a la ciencia económica
académica elaborada en España o en China -al modo en que pudiera emplearse, por
ejemplo, la expresión Medicina china o Ingeniería alemana- sino a la actividad
económica de esos países, a su estructura económica, a sus registros estadísticos, a su
población ocupada, a su inflación, etc.
Además, anticipando un resultado de nuestro análisis formal sobre el objeto de la
economía, podemos extraer otra idea fácilmente trasladable a los alumnos de un curso
introductorio: la actividad económica es previa a la economía, entendida ésta como
disciplina diferenciada de otras ramas del conocimiento. Precedencia lógica, ya que lo
que pretende explicarse, el objeto material de cualquier ciencia, existe antes que la
disciplina que pretende explicarlo. Efectivamente, es fácil constatar cómo numerosos
textos de economía o de historia -económica o no- se refieren a la actividad económica
en el feudalismo, en el Imperio Romano, en la Grecia clásica, en Egipto, en
Mesopotamia e incluso en el Neolítico o en el Paleolítico, todas ellas etapas anteriores
al siglo XVIII en el que puede situarse el consenso sobre el nacimiento de la ciencia
económica.
35
En la lengua inglesa los términos sinónimos son menos equívocos: se utiliza ´economics´ para referirse
a la ciencia económica y ´economy´ para referirse a la actividad económica de un territorio, una región o
a un sistema económico determinado, como ´British economy´, ´Spanish economy´, o ´Asian economy´,
por ejemplo.
80
Como veremos, los economistas no disponen de un consenso sobre cuál es el objeto de
la economía36, ni de una concepción única de la economía o cuál es el enfoque que hay
que adoptar para estudiar su objeto, sea cual sea éste. Sin embargo, en un curso de
economía hay que mostrar de algún modo a los alumnos la concepción, el enfoque y el
objeto de esta disciplina y, en su caso, su problemática, su complejidad o sus variantes.
Hemos anticipado didácticamente, por ejemplo, que el objeto de la economía es la
actividad económica. Pero es obvio que esta respuesta no es correcta: habría que
delimitar qué elementos del conjunto de los que componen la actividad humana, han
seleccionado los diferentes autores y escuelas económicas como integrantes de su objeto
de la economía. Unos se han centrado en los precios de los mercados como elemento
analítico, otros en el valor; unos en el comportamiento individual, otros en los
agregados, etc.
Esta tarea de delimitación de los elementos del objeto seleccionados por cada autor, no
es fácil. Normalmente los autores no explicitan con detalle el objeto de la economía.
Suelen hacer pronunciamientos sintéticos al inicio de sus trabajos; en general, fijan y
acotan con precisión sólo aquello en lo que ponen el foco de sus análisis. Aunque esto
no quiere decir que el objeto de la economía que tienen in mente los economistas se
limita al que expresan en sus trabajos: a veces está implícita o tácitamente incorporado
en los supuestos de sus análisis.
Respecto del enfoque de la economía se podría decir algo semejante: unos economistas
han abordado su contribución a la economía partiendo del supuesto de que hay un orden
natural; otros, considerando que la agricultura es el origen de toda riqueza; otros, en
apoyo de gobernantes; otros, suponiendo que el mercado proporciona óptimos de
eficiencia; otros, en fin, en el marco de consideraciones teleológicas.
Y lo mismo respecto de la concepción: unos han hecho sus contribuciones al acervo de
las categorías económicas en el curso de sus estudios sobre la moral, la virtud o la
religión; otros, considerando que contribuían al arte de administrar lo público; otros,
siendo conscientes de que estaban construyendo una disciplina diferente; otros, una
36
A este respecto Robbins decía: “Los esfuerzos de los economistas durante los últimos ciento cincuenta
años [...] no han logrado la unanimidad en cuanto a la naturaleza última de la materia común [...] Todos
hablamos de lo mismo, si bien no nos hemos puesto de acuerdo sobre el objeto de nuestra conversación”
(1932, p. 21). En apoyo de esta proposición citaba a cuatro autores -Marshall, Davenport, Cannan y
Beveridge- para ilustrar la diversidad de definiciones sobre qué se entendía por Economía (1932, p. 22).
Después de su Ensayo (1932), la definición de Robbins pasó a ser la aceptada mayoritariamente, aunque
no exclusivamente.
81
ciencia; otros, una ciencia histórica; otros, una ciencia del comportamiento o
praxeología.
Para movernos en este escenario tan complejo, hemos procedido, de acuerdo con el plan
de trabajo descrito al comienzo del epígrafe III, a desarrollar: 1º) En III.1.1 un resumen
histórico de las aportaciones de los economistas a los contenidos de los tres elementos
que abordamos en este epígrafe: concepción, enfoque y objeto; 2º) En III.1.2 un análisis
de esos contenidos con las reglas didácticas de la parte II, que nos permitan determinar
cuáles y cómo presentarlos en un curso de introducción a la economía.
82
III.1.1 Resumen de las aportaciones a la economía
Antiguos.
Platón (s. IV a.C.) sólo se refiere a algo relacionado vagamente con la actividad
económica en su obra República al tratar sobre la gestión práctica del gobierno de la
casa, seguramente una hacienda con actividad agraria y ganadera y mano de obra
esclava.
83
Aristóteles (s. IV a.C.) escribe sobre la búsqueda del ideal de virtud. Sin embargo,
bajo ese enfoque aporta algunos conceptos y definiciones que tienen relevancia en el
análisis de lo económico. Así, acuña los conceptos de precio justo y justicia
conmutativa, la distinción entre el valor de uso y valor de cambio de los bienes, una
definición del dinero y sus funciones y algunas reflexiones sobre el interés.
Para otros autores (Ekelund y Hébert, 1992, p. 23) Aristóteles estableció
“claramente las siguientes proposiciones:
El comercio aparece claramente sólo cuando existe excedente.
Debe haber diferentes estimaciones subjetivas [...] acerca del valor de cada
excedente.
Los individuos deben establecer una relación que reconozca la ventaja mutua
[...] del intercambio.
Si surge una disputa en el intercambio [...] tendrá que determinarse por parte de
una autoridad [...] teniendo en cuenta las reglas comunes de justicia, y el
bienestar del estado.”
Con todo, consideramos que en Aristóteles tampoco hay un enunciado del objeto de
la economía: no podía haberlo, ya que la economía no era entonces un saber
diferenciado de otros saberes, era una materia auxiliar de la política.
La aportación principal de los autores anteriores es la aplicación de la racionalidad
al estudio de algunos aspectos de la actividad humana que pertenecen al ámbito de
lo que hoy entendemos como áreas o categorías de lo económico.
La etapa de Roma es generalmente considerada por los historiadores como
irrelevante en las aportaciones al análisis económico. Sólo se destaca el depósito de
principios económicos tácitamente considerados en su cuerpo jurídico, que
fructificarían mucho más adelante en contenidos de naturaleza económica.
Patrística y escolástica.
84
jurídicas, que al final de esta etapa cristalizan en los conceptos de ley natural y bien
común como referentes.
Aunque algunos autores se detienen en el análisis de las obras de Alberto Magno,
Tomás de Aquino y otros, para significar la relevancia de sus contribuciones al
análisis de lo económico como un posible germen de la moderna teoría del valor,
otros mantienen que “los tratados eruditos de la época se centran principalmente en
la cuestión de la justicia y no en el origen de los precios” (Ekelund y Hébert, 1992,
p. 38).
Al llegar a este punto, antes de iniciarse las etapas en que comienzan a surgir
aportaciones a la disciplina económica como saber diferenciado, conviene destacar
un aspecto: Hasta este momento histórico no hubo economistas, no hubo ciencia
económica, académicamente hablando, pero sí había actividad económica.
Caracterizada ésta por las figuras de la esclavitud o de la servidumbre en el
feudalismo; con sistemas de propiedad de la tierra no absolutos, ceñidos al usufructo
y ligados a deberes con el rey o el señor; producción y distribución ligadas a
territorios muy pequeños orientados a la autosuficiencia y que limitaban el
intercambio; y principios de organización y relación basados en el rango y no en el
contrato.
Preclásicos.
Los pensadores que alrededor de los siglos XVI y XVII escribieron sobre economía,
encuadrados bajo las etiquetas de cameralistas, bullonistas o mercantilistas, hicieron
diversas contribuciones que no pueden reducirse fácilmente a características
comunes. No obstante, hay acuerdo entre los historiadores sobre que el objeto de
sus reflexiones giraba alrededor del poder de los estados nacionales en gestación y
de cómo incrementar éste a través de su riqueza nacional. Riqueza entendida como
acumulación de moneda o metales preciosos, o del saldo positivo de su balanza
comercial. Por ejemplo, según Ekelund y Hébert, “el tema más importante que
consideraron los autores mercantilistas fue [...] el del comercio y las finanzas
internacionales. El oro y los medios para adquirirlo eran por lo general el nexo de la
discusión” (Ekelund y Hébert, 1992, p. 46).
85
En una línea similar a sus antecesores, William Petty (1623-1687) centra el objeto
de sus análisis de “aritmética política” en el “cuerpo político”. Éste sería el conjunto
de relaciones entre los agentes sociales y los intercambios de bienes sujetos a una
autoridad política (Roncaglia, 2001, pp. 90 y ss.). Petty es más relevante por su
método y sus mediciones pero, en lo atinente a este epígrafe, lo significativo son los
fenómenos objeto de sus análisis: el dinero, la dinámica de los mercados, los precios
(distinguía precio natural, precio político y precio corriente) y una incipiente
acuñación del concepto de excedente, entre otros (Ekelund y Hébert, 1992, p. 80).
86
Demostrar que las variaciones de la velocidad de circulación del dinero son
equivalentes a las de la masa monetaria.
Investigar los canales a través de los cuales las variaciones de la masa monetaria
influyen en los precios.
Describir el mecanismo por el que los precios se ajustan en el comercio
internacional.
Analizar los flujos de renta entre los principales sectores de la economía.”
(Ekelund y Hébert, 1992, p. 81).
Esta amplia lista califica por sí sola la obra de Cantillon y define bien lo que es
su objeto de la economía, que se acerca ya al de la economía actual.
En cuanto al enfoque, este autor se aproxima a la actividad económica como ya
se hacía en las ciencias físicas: considerando que la actividad económica era un
conjunto constituido por partes interrelacionadas que funcionaban de modo
racional, animadas por la búsqueda del beneficio, que sería el principio básico
que ajustaba constantemente los desequilibrios de dicha actividad.
87
Una síntesis gráfica del tableau, preparada por Ekelund y Hébert (1992, pp. 92-93),
se muestra a continuación.
Clásicos.
88
En dicha obra se abordan, concretamente, los siguientes aspectos de la actividad
económica: la división del trabajo y las técnicas de producción y la productividad
derivada de ambas, la generación del producto y su distribución entre las diferentes
“clases del pueblo”, la moneda, el precio natural y el “actual o mercantil”, las
ganancias, los salarios, las rentas de la tierra, el capital o “fondo”, la evolución de
las economías de los estados europeos después del Imperio Romano, el comercio
entre países, la crítica a las doctrinas mercantilistas y fisiocráticas y su idea de
riqueza nacional, los ingresos y gastos del “Soberano o de la República”, etc.
Pero, además, los asuntos objeto de análisis de Adam Smith no se agotan en los de
la obra citada. En el resto de su obra dirige su atención a los “sentimientos morales”,
los principios que guían la investigación filosófica, la retórica, las bellas artes, etc.
Como escribe Roncaglia (2001, p. 177), sus reflexiones sobre economía “forman
parte de una investigación más amplia sobre el hombre y la sociedad: dos elementos
que, [...], constituyen un solo objeto de estudio”.
La cita anterior tiene interés porque pone de manifiesto que Adam Smith
consideraba que el objeto de la economía requiere la consideración de otros aspectos
de la actividad humana. Así, en la Riqueza de las naciones estudia la evolución
histórica de las economías europeas en el Libro IV, la tecnología en el Libro I y el
papel del Estado en el Libro V, y en su obra anterior, La teoría de los sentimientos
morales, “analizaba la conducta humana en función de tres pares de motivos:
egocentrismo y altruismo; el deseo de ser libre y el sentido de la propiedad; el hábito
de trabajo y la propensión al intercambio [...] un orden social de armonías naturales
en el que cada hombre, al permitírsele perseguir sus propios intereses, promovía
inconscientemente el bien común” (Barber, 1967, p. 28).
Mostramos ahora algunos aspectos concretos de la obra de Smith que muestran más
claramente el objeto y el enfoque de este autor:
Considera tres sectores económicos: agricultura, comercio y manufactura.
Introduce tres elementos principales en su análisis: la división del trabajo, los
precios y el crecimiento.
Concibe el orden natural como un marco que actúa a favor de la libertad del
individuo, en el que la interferencia gubernamental sería innecesaria e
indeseable en la mayor parte de las actividades.
89
Concibe la competencia entre los hombres como la facultad que limita su
egoísmo.
Desplaza la doctrina del precio justo en beneficio de la competencia en los
mercados y su tendencia hacia el precio central de equilibrio de las mercancías.
Contiene una descripción consistente del crecimiento basada en la división del
trabajo y en el papel del capital o inversión.
Extiende el concepto de trabajo productivo de la agricultura a la manufactura
pero no a los servicios.
Distingue entre precio de mercado y precio natural, entendido éste
esquemáticamente como el sumatorio de los insumos de trabajo, tierra y capital.
Entiende que los precios de mercado son los de corto plazo, que fluctúan en el
largo plazo alrededor del precio natural.
Define el fondo de salarios como “los adelantos que el capitalista efectúa sobre
el ingreso que obtendrá en el futuro de aquello que los trabajadores producirán”,
y el beneficio sería la “recompensa por estos adelantos” (Perdices de Blas,
2007, p. 118), y el inicio de un proceso de acumulación que estaría en el origen
del crecimiento.
No considera que el trabajo sea homogéneo y distingue los factores que pueden
alterar el salario correspondiente a cada tipo de actividad laboral.
Entiende que los capitales se mueven hacia las actividades donde se obtiene
mayor beneficio y éste, por su parte, tiende a disminuir por efecto de la
competencia.
Su visión histórica identifica cuatro estadios sucesivos en el curso del proceso
económico: caza, agricultura, pastoreo e intercambio. Para caracterizarlos
separadamente, acude a la diferente configuración de los derechos de propiedad
en cada estadio, la aparición del excedente económico como determinante de
jerarquías de riqueza y de poder, la aparición de ciudades, el crecimiento de la
población, el régimen esclavista o el de servidumbre, la especialización y la
división del trabajo, entre otras.
Esta parte del análisis económico, que se encuentra en el Libro IV de La riqueza
de las naciones, tiene interés especial para nuestro propósito. Smith analizaba la
actividad económica de cada época considerando como dadas, en cada contexto
histórico, una serie de reglas jurídicas y regímenes de relación (como el
90
esclavismo o la servidumbre). Sus estadios económicos son un modo de estudiar
la actividad económica troceando ésta en partes históricas, caracterizadas por
variables no económicas (políticas, sociológicas, jurídicas, religiosas, etc.), pero
que afectan al desarrollo de la actividad económica.
Malthus (1766-1834) nació cuarenta y un años después que Smith e impartió clases
de economía basadas en su libro La riqueza de las naciones (Roncaglia, 2001, p.
218). Por ello, sus enfoques y el ámbito de su trabajo, en líneas generales, eran
próximos a los de aquél y no nos detendremos más que a considerar un aspecto
particular de su Ensayo sobre el principio de población. Este principio de población
consistía básicamente en que el crecimiento de la población está necesariamente
limitado por el crecimiento de la oferta de alimentos.
Con independencia de su validez predictiva como teoría, este principio pone en el
centro de la actividad económica, y por tanto en el objeto de la economía, la
importancia del uso de los recursos naturales, en este caso los alimentarios.
91
Say (1767-1832) no aportó novedades en lo que se refiere a nuestro objetivo en este
epígrafe. Sin embargo, lo traemos a colación porque su famosa ley -´la oferta crea su
propia demanda´- fue adoptada como una de las hipótesis básicas de la tradición
clásica y neoclásica.
J. S. Mill (1806-1873) insiste en las ideas anteriores y concibe la economía como “la
ciencia que describe las leyes de aquellos fenómenos de la sociedad que se originan
en las operaciones continuadas de la humanidad para la producción y distribución de
la riqueza en la medida en la que esos fenómenos no quedan modificados por la
persecución de otro objeto” (1844, p. 164).
Sin embargo, Mill -último representante significativo del período clásico, que vivió
en pleno siglo XIX- ofrece novedades de gran interés.
Aunque el objeto de sus escritos económicos, en líneas generales, se ocupa de los
mismos o similares conceptos y categorías que sus inmediatos antecesores desde
Smith, se percató de que el estudio de la actividad económica necesitaba contar con
el apoyo de otras ciencias. En concreto afirma: “Para fines prácticos la economía
política está siempre entrelazada con otras muchas ramas de la filosofía social.
Excepto en cuestiones de detalle, quizás no existan cuestiones prácticas, incluso
entre las que más se aproximan al carácter de puramente económicas, que se puedan
solucionar sólo sobre premisas económicas. [...] Smith no perdió nunca de vista esta
verdad [...] apela siempre a otras consideraciones que las ofrecidas por la economía
92
política pura” (ib., p. 25). Profundizando en esta línea estableció la dicotomía entre
las leyes económicas de la producción y las leyes sociales de la producción. Las
primeras serían invariables y gobernadas por leyes naturales y constituirían el
ámbito propio de la economía; las segundas serían producto de las instituciones y la
voluntad humana y, por tanto, modificables ya que pertenecerían a ámbitos no
exclusivos de la economía como la historia, la sociología, etc. (Ekelund y Hébert,
1992, p. 86). En su obra Principios de economía política, los Libros I, II y III se
refieren a las leyes económicas y los Libros IV y V a las leyes sociales de la
distribución.
Como hemos visto, para los clásicos el enfoque del problema económico consistía
en un análisis de las condiciones que garantizaban el funcionamiento continuo de
una actividad económica basada en la división del trabajo. Se centraban en la
producción, la distribución, la acumulación y la circulación del producto; tenían una
idea circular de la actividad económica. Los precios adquirían el significado de
indicadores de dificultad relativa de producción y la distribución de las rentas era un
problema con características propias derivadas de las relaciones de poder entre ellas
(Roncaglia, 2005, pp. 373-374)
A partir de Smith y Cantillon la concepción de la economía comienza a mostrar
formas científicas: se empieza a indagar en la búsqueda de leyes que rigen el
funcionamiento de la actividad económica, los efectos de la división del trabajo, la
aparición de un excedente, su reparto, etc. Es la época en que se pasa de la
producción para el autoconsumo a la producción para el mercado, proceso facilitado
por la extensión de la propiedad privada y el crecimiento de la producción artesanal
(Roncaglia, 2001, pp. 39-44).
Marxistas.
93
Su obra principal, El capital, se subtitula “crítica de la economía política”, por lo
que podemos decir, en principio, que los objetivos de sus análisis se referían a los
mismos elementos que los de la economía clásica anterior y coetánea a Marx. Esto
es, la producción, los salarios, los precios, el valor de los bienes, la distribución, etc.
Sin embargo, su obra acuña nuevas categorías analíticas, tales como la clase social
definida de un nuevo modo, la lucha de clases, la plusvalía, las relaciones de
producción, el modo de producción, la sobreproducción, etc. y postula nuevas leyes
como la ley del valor o la ley de la tasa decreciente de ganancia, entre otras.
Su concepto de modo de producción, básico en su acotación de lo económico, está
ligado a la historia. Su crítica a la economía política contenía, además de una crítica
a sus colegas economistas, una descripción de la actividad económica de su época,
definida por él como modo de producción capitalista. Pero, en su opinión, había
otros modos de producción, ligados al desarrollo de las fuerzas productivas, según
diferentes etapas de la historia, asociados cada uno de ellos a instituciones o culturas
diferentes que, por ello mismo, se rigen por reglas distintas (por ejemplo, el
esclavismo en la antigüedad o en el Imperio Romano, y el vasallaje o servidumbre
de la gleba en el feudalismo).
Este enfoque, similar al realizado por Adam Smith en lo concerniente a la
relatividad de los análisis económicos a las circunstancias históricas (y también al
de Mill en lo referente a la dicotomía entre las leyes económicas y las leyes sociales
de la distribución), tiene interés para nuestro propósito didáctico porque significa
que algunos autores consideran que hay un objeto de la economía o una actividad
económica diferente para cada etapa histórica diferenciada, que se rigen por leyes
diferentes.
En otras palabras, según este enfoque el objeto de la economía debería considerar
las distintas tipologías de actividades económicas que corresponden a cada etapa de
la historia37.
37
Incidentalmente reflejamos la observación de Engels contenida en una recensión a la Contribución a la
crítica de la economía política: “todas las ciencias que no son naturales son históricas” (Marx, 1859, p.
199).
94
Marginalistas.
Gossen (1810-1858) fue el primero que desarrolló una teoría del consumo afianzada
en el concepto de utilidad marginal. Sus trabajos se orientaron hacia la
formalización matemática del cálculo hedonista de Bentham.
Formuló una primera ley en la que postulaba y describía gráficamente el principio
de la utilidad marginal decreciente y una segunda en la que describía la condición de
maximización de la utilidad.
95
Estableció el principio de equimarginalidad para los usos alternativos de mercancías
y para las elecciones entre bienes, y formuló la ley de las utilidades marginales
decrecientes.
Para Jevons el valor de cambio de cada bien era igual a la utilidad marginal de su
consumo y a la desutilidad marginal del trabajo necesario para producirlo.
Edgeworth (1845-1926) hizo dos aportaciones analíticas bien conocidas por los
estudiantes actuales de economía: las curvas de indiferencia y la curva de contrato,
en las que profundizaba en el “enfoque abstracto de la economía, mediante el cual se
descontextualiza el problema de su ámbito institucional específico y trata de
reducirse a su esencia matemática” (Perdices de Blas, 2003, p. 329).
Escuela austríaca.
96
nuestro repaso histórico), argumentando que el propio interés de los agentes
económicos y la maximización de la utilidad eran los fundamentos de la economía y
su objeto de análisis principal. Los análisis sobre agregados sólo podían realizarse
cuando descansaran sobre componentes individuales bien conocidos.
La escuela de Menger defendía el dualismo metodológico. Sus mentores creían que
las ciencias sociales, por ser diferentes de las ciencias físicas, requerían una
metodología diferente: la metodología individualista o atomística, basada en un
proceso de deducción de principios económicos a partir de axiomas evidentes sobre
la escasez, los gustos, la ordenación de preferencias individuales, etc.
Incorporó el concepto de necesidad como correlato de la utilidad: ésta sería la
capacidad que tienen las cosas para satisfacer necesidades. Así, formuló la teoría
subjetiva del valor, que resolvió la “paradoja del valor”.
Formuló con claridad el principio de equimarginalidad. Esto es, dados unos recursos
escasos, un individuo los consumiría de tal modo que las utilidades sean iguales en
el margen.
Desarrolló el concepto de coste de oportunidad en términos de renuncia a la
satisfacción de necesidades.
Menger consideraba “que la teoría clásica de determinación de los precios, tal y
como había sido elaborada por Adam Smith y sus seguidores anglosajones, dejaba
mucho que desear”, así que “pretendió establecer los nuevos fundamentos sobre los
[...] que era preciso reedificar toda la Ciencia Económica”. Según este autor era
necesario “abandonar el estéril ´objetivismo´ de la escuela clásica” y situarse en la
perspectiva del individuo que actúa, considerado el “actor creativo y protagonista de
todos los procesos sociales” (Huerta de Soto, 2000, pp. 64-65).
Postuló la ´teoría de los bienes económicos de distinto orden´, estableciendo etapas
sucesivas en la producción desde la más alejada del consumo hasta los bienes finales
de consumo. Esta distinción en etapas del proceso productivo sería necesaria para
entender cómo interviene el valor subjetivo y la utilidad en cada momento del
proceso.
97
Formuló su doctrina de los costes alternativos, que considera los costes como
utilidades sacrificadas, e interpretándolos como los denominados posteriormente
costes de oportunidad (Perdices de Blas, 2007, p. 345).
Durante su vida profundizó en el papel que jugaban las instituciones y la historia en
su concepción subjetivista, pero su conclusión fue que la teoría económica
iluminaba a la sociología, y no ésta la que iluminaba el comportamiento económico
(Ekelund y Hébert, 1992, pp. 356-357). No obstante, en los últimos años de su vida
se inclinó por la sociología.
38
Este término lo acuñó Von Mises. Así lo expone Huerta de Soto (2000, p. 18):”para los austríacos la
economía queda subsumida o integrada dentro de una ciencia mucho más general y amplia, una teoría
general de la acción humana (y no de la decisión o elección humanas). Según Hayek, si para esta ciencia
general de la acción humana ´se necesita un nombre, el término ciencias praxeológicas, ahora claramente
definido y utilizado por Ludwig Von Mises, parece ser el más apropiado”
98
Von Hayek (1895-1992) contribuyó a los estudios sobre la imposibilidad del
cálculo económico en una sociedad planificada; postuló la existencia de un orden
espontáneo en los mercados y que éstos no se configuran de acuerdo a plan alguno,
sólo proporcionan el marco para que cada cual pueda alcanzar sus fines particulares;
negó, incluso, la pretensión de los estudiosos de descubrir las pautas racionales de
los mercados y planteó serias dudas sobre las propuestas de la teoría del equilibrio
(Perdices de Blas, 2007, pp. 353-355).
Fue beligerante con la intervención estatal, a la que consideraba responsable de los
ciclos, y propuso la desnacionalización del dinero por entender que la sociedad lo
puede suministrar con más eficacia que el Estado (Perdices de Blas, 2007, pp. 356-
358).
99
los ejemplos siguientes: “un habitante de la selva”, “el habitante de un oasis”, “un
individuo en una isla desierta”, “un agricultor que trabaja aislado” […] Böhm-
Bawerk comienza su exposición de la forma siguiente: “un hombre sentado cerca de
una fuente de agua potable”, “un viajero que se encuentra en el desierto”, “un
agricultor aislado del mundo” […], etc. >>
Hasta aquí hemos distinguido, a grandes trazos, tres grandes paradigmas bien
diferenciados respecto del enfoque y la concepción de la economía: el clásico (que
incluiría a sus precursores), el marxista y el marginalista, incluyendo en éste la
escuela austríaca.
A partir de aquí, veremos surgir el institucionalismo, como continuación de los
historicistas, la economía del bienestar y, sobre todo, la escuela neoclásica (que
incluiría keynesianos, monetaristas y otros).
Escuela de Lausana.
Walras (1834-1910) está asociado al análisis del equilibrio general. En contraste con
el equilibrio parcial de Marshall, que se refiere al equilibrio en un mercado aislado,
en el equilibrio general de Walras sólo es posible hablar de equilibrio si todos los
mercados están en equilibrio simultáneamente.
En sus análisis sobre los ajustes de los mercados, el precio era la variable de ajuste
de las cantidades demandadas u ofrecidas en las curvas de demanda u oferta. No así
en Marshall, cuyas funciones de demanda y oferta eran del tipo P(demanda)x=f(Qx)
y P(oferta)x=f(Qx).
Describió procesos dinámicos de ajuste o desajuste en los mercados en base a la
teoría de la telaraña.
Desarrolló y relacionó los conceptos de utilidad marginal, tasa marginal de
sustitución, restricción presupuestaria y maximización de la utilidad.
Walras dedicó buena parte de sus esfuerzos a completar el edificio del modelo de
equilibrio general, y a analizar las condiciones de existencia, estabilidad y unicidad
del equilibrio.
Formuló la ley de Walras que podría resumirse indicando que la existencia de
equilibrio en n-1 mercados, de un sistema que contenga n mercados, implica la
existencia de equilibrio en el n-ésimo.
100
Knut Wicksell (1851-1926), coetáneo de Böhm-Bawerk, elaboró una teoría
marginalista de la distribución de la renta entre capital, trabajo y tierra, basada en
sus respectivas productividades marginales, y desarrolló una distinción entre el tipo
de interés monetario y el tipo de interés natural.
Pareto (1848-1923) fue un partidario del equilibrio general de Walras y utilizó este
modelo para explorar y fijar con estas bases algunas áreas del análisis económico.
Definió el óptimo de bienestar, que lleva su nombre, como una situación en la que
ningún individuo pudiera ganar con el intercambio sin empeorar la situación de otro,
y demostró que el equilibrio competitivo es un óptimo de estas características.
Abrió la vía para investigar si se pueden especificar las condiciones en las que
podría darse una respuesta libre de juicios de valor cuando los cambios implican
ganadores y perdedores. En otras palabras, si se puede encontrar una función de
bienestar social exenta de juicios de valor.
Formuló la ley que lleva su nombre, según la cual la distribución de la renta es
función del tamaño de la población y de una serie de parámetros y, por tanto,
independiente de las vicisitudes históricas y sociales.
Institucionalistas.
101
Las instituciones -modos de hacer las cosas, modos de pensar, costumbres,
regulaciones legales o de otro tipo, sistemas de recompensa, etc.- surgen para incidir
sobre las circunstancias materiales. Tiene importancia, por tanto, reconocerlas y
analizar su naturaleza para saber el papel que desempeñan. Las interacciones entre
los hombres y las instituciones, constituyen los motores de cambio del sistema.
Veblen, contrariamente a Marx, no tenía una visión teleológica, no sabía cuáles eran
los fines que guiaban a la sociedad ni la meta, aunque creía que la sociedad
capitalista de su época se encontraba en una situación crítica.
Consideró útil distinguir entre propietarios, hombres de negocio, gerentes, empresas
industriales y financieras, bancos de inversión, etc. para hacer análisis de detalle de
las interacciones entre éstos y las instituciones.
Describió procesos concretos de regulaciones protectoras de intereses creados en
detrimento del interés general.
Analizó el ciclo económico en forma similar a como lo hizo Marx, señalando la
sobreproducción como elemento desencadenante de las crisis.
Los institucionalistas, y también los historicistas, han aportado, sobre todo, una
llamada de atención sobre el olvido del papel del marco institucional e histórico en
el análisis económico de la corriente económica principal, y el de haber planteado
cuestiones relevantes sobre el método de investigación económica.
Marshall.
102
síntesis de la economía política clásica y del enfoque marginalista. Sin embargo,
contribuyó en buena medida, quizás en contra de su intención, a orientar la
economía en la dirección marginalista (Roncaglia, 2001, p. 461).
El título de su obra, Principles of economics (1890), introdujo el término economic
science por primera vez, frente al anterior political economy, que estaba en boga
desde L’economie politique de Montchrétien en el año 1615. Esta denominación,
adoptada desde entonces mayoritariamente, marca el rumbo de la nueva concepción
de la ciencia económica a partir de este autor.
Orientó el centro de atención de la economía hacia el mercado, considerado como el
mejor mecanismo de asignación de recursos, y al análisis del comportamiento
individual de los agentes económicos que interactúan en él.
Marshall afirma que la economía analiza “aquella parte de la acción individual y
social que se relaciona más de cerca con la obtención y uso de los requisitos
materiales del bienestar” (Marshall, 1890, p. 5).
Asignó un papel central al concepto de equilibrio entre oferta y demanda como base
para fijar las relaciones de intercambio y al estudio de las causas de los
desequilibrios, y desarrolló la noción de competencia de modo similar a como se
estudia actualmente.
Para Marshall, según Barber (1967, p. 158), “la investigación económica debería
proceder de una manera análoga a la llevada a cabo en un laboratorio [...] se podía
simular la situación ideal a través de la formulación de modelos abstractos del
comportamiento de la economía, [...] [aunque] se admitía que tales sistemas
formales no podían ser considerados sino como aproximaciones”. Así, “intentaron
establecer que [...] la racionalidad como supuesto de comportamiento proporcionaba
una base realista para el estudio de los grupos sociales” (Barber, 1967, p. 162).
Distinguió equilibrios a diferentes plazos temporales, en función de las
características de la oferta, e introdujo la variable tiempo en sus análisis por medio
del recurso a la cláusula ceteris paribus o a otras cláusulas condicionantes.
Derivó las curvas de demanda del postulado de la utilidad marginal decreciente sin
hacer uso de las curvas de indiferencia.
Para la elaboración de las curvas de oferta se apartó de los procedimientos de los
marginalistas y utilizó las variaciones de los costes en la empresa ante los cambios
en la cantidad producida.
103
La intersección de las curvas de oferta y demanda determinaba el precio de
equilibrio, alrededor del cual gravitarían los precios reales de mercado y los
alejamientos de dicho precio de equilibrio, en condiciones de competencia, tendían a
volver a la situación inicial.
Acuñó y desarrolló para el análisis económico el concepto de excedente del
consumidor.
Desarrolló ampliamente el análisis de las externalidades y fijó el concepto de
elasticidad y su aplicación a la demanda derivada de factores.
Marshall profesionalizó e independizó el trabajo de los economistas. A partir de su
influencia “la economía ya no iba a ser vista como uno de los posibles campos del
saber de un científico social genérico, sino [...] como un conjunto de campos de
trabajo especializados conectados entre sí” (Roncaglia, 2001, p. 483).
Keynes.
Keynes (1883-1946) es uno de los economistas más relevantes del siglo XX. Es un
autor cuyas teorías están sujetas a numerosas interpretaciones controvertidas, que
mantuvo opiniones diferentes sobre teoría monetaria en diferentes obras y
momentos de su vida (Perdices de Blas, 2007, p. 464). Sin embargo, a los efectos de
fijar, a grandes rasgos, cuál era su concepción de la economía, su objeto y su
enfoque, entendemos que no ofrece tanta controversia.
Keynes escribe su obra principal, Teoría general, en el marco de la Gran Depresión,
y el análisis del desempleo es objeto principal de su trabajo. Ya el capítulo 3, Libro
I, de esa obra está dedicado a la crítica de los supuestos de la teoría clásica de la
ocupación (Keynes, 1936, pp. 16-31). Esta obra tiene una estructura analítica basada
“en tres pilares: la noción de demanda efectiva, el mecanismo del multiplicador y la
teoría del interés” (Roncaglia, 2001, p. 525).
Siguiendo la exposición de Perdices de Blas (2007, pp. 460 y ss.), Keynes comenzó
considerando el dinero como “un velo que cubre la economía”, sin relevancia en el
equilibrio a largo plazo de variables reales, pero acabó considerando que la
posibilidad de atesorarlo permitía exceder su función de simple medio de pago.
Consideró el tipo de interés como el resultado del cruce de la oferta y la demanda
monetaria, y como un “premio” por diferir el consumo y trasladar recursos a la
inversión.
104
Mantuvo ambigüedad sobre el carácter endógeno o exógeno de la oferta monetaria y
formuló la demanda monetaria en función de los motivos transacción, precaución y
especulación.
La inflación se consideraba causada por el incremento de la demanda efectiva.
Concedió una gran importancia a la demanda agregada y desarrolló, en su modelo,
un análisis en profundidad de sus componentes –consumo, inversión, ahorro y gasto
público– de sus causas y de sus interrelaciones.
Consideró que las decisiones de consumo e inversión se toman por categorías de
agentes diferentes y con lógicas de comportamiento asimismo diferentes.
Asignó un papel analítico relevante a las expectativas de los empresarios, en cuanto
a sus decisiones de inversión, y a ésta un papel más activo que al consumo o al
ahorro.
Fue el creador de la macroeconomía, tal y como la conocemos hoy, e inspirador
relevante de la estructura conceptual de las cuentas de la Contabilidad Nacional
(León y Marconi, 1999, p. 15).
Acuñó el concepto de paro involuntario y explicó el funcionamiento del mercado de
trabajo de forma diferente a los clásicos, apelando a la rigidez a la baja de los
salarios monetarios.
Su modelo es un modelo de demanda. En consecuencia, criticó la ley de Say y su
aplicabilidad en el corto plazo.
No confiaba demasiado en la eficacia de los mercados para combatir su objetivo
principal: el desempleo. Por eso, proponía aumentar el gasto público en las
ocasiones que fuera necesario, para estimular la demanda efectiva, incurriendo en
presupuestos desequilibrados y asumiendo el riesgo de inflación.
Keynesianos
105
Teoría General, manifestaba lo contrario: “sostendré que los postulados de la teoría
clásica sólo son aplicables a un caso especial” (Keynes, 1936, p. 15), el de pleno
empleo.
A partir de este esquema algunos se autodenominan keynesianos, si hacen énfasis en
la intervención estatal, o neoclásicos, si hacen énfasis en políticas de laissez-faire,
según la confianza de cada uno en la aparición de rigideces (Barbé, 2006, pp. 593-
594).
Este modelo, el neoclásico, ha sido ampliamente aceptado durante décadas en los
círculos académicos, pero finalmente se ha fragmentado en numerosos enfoques
diferentes.
La concepción de la economía y el enfoque que subyace en sus aportaciones, así
como su objeto, son una mezcla de los que corresponden al modelo de Keynes y al
de la síntesis neoclásica de Marshall, escorados, quizás, a favor de esta última
(Roncaglia, 2001, p. 503).
En la actualidad el término “neoclásicos” se aplica genéricamente a autores,
integrados en la “corriente principal” de la ciencia económica, tan diversos como
Friedman, Samuelson, Lucas, Stiglitz o Krugman.
106
Otras escuelas
107
Como muestra el cuadro, en la columna de la izquierda figuran las escuelas o autores
utilizados como referencia para la clasificación, y en las tres columnas de la derecha los
contenidos -agrupados por ´Concepción´, ´Enfoque´ y ´Objeto´- que, en términos
didácticos, vamos a considerar en nuestro análisis. Cada contenido está indicado con un
asterisco y, como puede apreciarse, no figuran todos los contenidos posibles en cada
agrupación, principalmente en ´Enfoque´ y ´Objeto´, aunque sí los más significativos.
Por ejemplo, los contenidos ´precio´, ´dinero´ o ´salario´ deberían figurar en todas las
escuelas pero, por obvios, no los hemos repetido en cada una de ellas.
108
Escuelas y RESUMEN DE CONTENIDOS (III.1) 1/2
Autores
Concepción Enfoque Objeto
Antiguos * Reglas morales o * Búsqueda de la virtud, la * Precios
Grecorromanos religiosas justicia * Intereses
Patrística aplicables a * Usura
Escolástica algunas categorías * Dinero
económicas * Justicia
* Disciplina no
diferenciada
109
Escuelas y RESUMEN DE CONTENIDOS (III.1) 2/2
Autores
Concepción Enfoque Objeto
Marginalistas * Ciencia del * Mercado: instrumento de * Utilidad
(Jevons) comportamiento asignación óptimo * Análisis del placer y
* Praxeología * Escasez de recursos dolor
* Comportamientos
individuales racionales
* Relación hombre-bienes
* Eficiencia
* Elección racional
110
III.1.2 Análisis didáctico
111
Por tanto, este procedimiento no nos proporciona un criterio didáctico claro de
delimitación que nos permita distinguir, con precisión y rigor formal, qué contenidos
están próximos al conocimiento previo que traen los alumnos cuando se acercan a una
clase de economía por primera vez.
Procediendo por analogía, podemos observar que lo que vamos buscando -diferenciar,
entre los contenidos del acervo de la economía, los relacionados y los no relacionados
con el ´conocimiento previo´ de los alumnos- guarda similitud con la diferencia entre el
objeto material y el objeto formal de las ciencias.
Según la tradicional distinción aristotélica -aceptada en cualquier aproximación básica a
una ciencia- el objeto material sería el conjunto de elementos, objetos o fenómenos de
la realidad que son objeto de estudio. En el caso de la economía, por ejemplo, los
´precios´ o los ´salarios´, tal y como los encontramos en la vida real, en la realidad no
analizada, tal y como se muestran a un observador no científico, son objeto material;
mientras que, por ejemplo, el ´precio natural´ o la ´productividad marginal del trabajo´,
no son objeto material, al ser categorías analíticas derivadas de la elaboración de alguna
escuela económica.
El objeto formal sería el punto de vista o el enfoque que se adopta para estudiar los
elementos del objeto material. Concepto semejante a lo que Barber denomina ´visión´
cuando escribe, al comienzo de su Historia del pensamiento económico, “Cada uno de
los sistemas intelectuales que se van a examinar –a saber, el clásico, el marxista, el
neoclásico y el keynesiano- proporciona una visión distinta de la naturaleza del universo
económico y de las maneras como los hombres pueden enfrentarse con él de la forma
más efectiva” (1967, p. 9). En el caso de la economía, los postulados del ´homo
economicus´ del paradigma neoclásico configuran, parcialmente, el punto de vista o
supuesto que la escuela neoclásica adopta; uno de cuyos correlatos es el ´precio de
equilibrio´ y otro la ´productividad marginal del trabajo´, como teorías que explicarían
los elementos del objeto material ´precios´ y ´salarios´, respectivamente.
La adopción de este criterio nos permitiría distinguir, de entre todos los contenidos de la
economía, los que están próximos a los conocimientos previos de los alumnos, que
serían los pertenecientes al ámbito del objeto material y se enseñarían en primer lugar; y
aquellos otros contenidos del ámbito del objeto formal o derivados de éste, considerados
´lejanos´ a la experiencia de los alumnos, que se abordarían didácticamente después.
112
Numerosos autores se aproximan al análisis del objeto de las ciencias distinguiendo
entre el objeto material y el objeto formal, como lo hemos descrito.
Por ejemplo, el filósofo Gustavo Bueno escribe que “Objeto material es, pues, el objeto
mismo al que se refieren las proposiciones científicas. Objeto formal es el especial
punto de vista desde el cual cada ciencia lo considera. [...] El objeto formal queda
descrito en los principios de las ciencias. Las definiciones y axiomas nos ofrecen ya el
punto de vista especial u objeto formal” (1955, pp. 135-136).
De modo semejante, el también filósofo Mauricio Beuchot dice que “...lo que se
considera de manera amplia se toma a modo de objeto material; [...] Sin embargo, la
ciencia se caracteriza, se unifica, y se distingue por lo que considera específicamente en
el objeto material, y esto es el objeto formal, de ahí que [la ciencia] se caracterice por el
objeto formal” (2004, p. 39).
O Erich Schneider que, en su tratado de economía, escribe: “Esta [la teoría económica]
no es la realidad; es simple instrumento, un medio para su comprensión” (1953, Vol. 4,
Tomo 3, p. 3). Y lo refuerza con una cita de la lección de ingreso de Marshall en la
Universidad de Cambridge: “La doctrina económica no es un cuerpo de verdades
concretas, sino una máquina para el descubrimiento de verdades concretas” (1953, p.
322). Es fácil deducir, por analogía, que la ´realidad´ o ´verdades concretas´ son nuestro
objeto material, y el ´medio para su comprensión´ o la ´máquina para el descubrimiento
de verdades concretas´ nuestro objeto formal.
También Piaget, en su Tratado de lógica, en el volumen dedicado a la clasificación de
las ciencias, hace una distinción similar al establecer el ´dominio material´ de una
ciencia definido “... como el conjunto de los objetos sobre los que ésta recae [...] y el
´dominio conceptual´ de esa ciencia definido como el conjunto de las teorías o
conocimientos sistematizados, elaborado por la ciencia sobre su objeto u objetos”
(1979a, p. 33).
Citaremos, por último, al filósofo argentino Gabriel Zanotti, que en su análisis sobre la
epistemología de las aportaciones de la escuela austríaca, afirma: “... según nuestra
reconstrucción la economía política [...] estudia la acción humana en el mercado desde
el punto de vista de las implicaciones formales de la descripción de acción. [...] Su
objeto material es la acción humana en el mercado; su objeto formal, aquellas mismas
implicaciones formales de la descripción de acción deducidas de la praxeología.”
(Zanotti, 1993, cap. 2.1)
113
Las consecuencias que se derivan para nuestro trabajo, al adoptar el criterio expuesto
más arriba, son relevantes.
En primer lugar, la ya mencionada precedencia en la enseñanza de los contenidos
del objeto material respecto de los contenidos del objeto formal. Según las reglas
didácticas adoptadas, deberíamos mostrar a los alumnos primero los contenidos más
próximos a su experiencia y, después, los pertenecientes al objeto formal; esto es,
los contenidos pertenecientes a los diferentes enfoques, que no están, no pueden
estar, relacionados con los conocimientos previos de alumnos que se acercan por
primera vez al estudio sistemático de la economía. Pero es que, a su vez, los
contenidos del objeto formal deben construirse didácticamente sobre los contenidos
del objeto material. Resumiendo, en términos didácticos, el itinerario de los
contenidos en el proceso de enseñanza/aprendizaje debe ser: 1º los contenidos de la
experiencia previa, 2º los del objeto material, y 3º los del objeto formal.
Una solución parecida adopta J. R. Hicks, respecto al orden de exposición del objeto
material y del objeto formal que, ya en 1942, en el prefacio a su libro Estructura de
la economía (titulado Social framework originalmente) escribía: “Hasta hace no
mucho tiempo el problema de cómo iniciar el estudio de la economía se reducía a
una alternativa: bien comenzarlo por el estudio de la teoría económica [...] o bien
iniciarlo con la economía descriptiva, con los problemas reales de la industria y el
trabajo [...] Ahora podemos discernir una etapa preliminar en el estudio de la
economía [...] Si deseáramos darle un nombre la llamaríamos Contabilidad Social
[...] cuando un principiante haya dominado la esencia de este libro, estará en
situación de llegar a la teoría del valor con idea de lo que ésta puede darle” (1942,
pp. 7-8).
Y más claramente lo hace Schneider (1953) en la obra ya citada. Divide ésta en tres
partes (tres volúmenes en el original): el primero, titulado Teoría de la circulación
económica, pero dedicado realmente a describir los contenidos del objeto material,
con apoyo de esquemas, gráficos circulares semejantes al Flujo Circular de la Renta
y enfoques típicos de la Contabilidad Nacional o matriciales como las tablas input-
output; y el segundo y tercer volúmenes titulados Plan económico y equilibrio y
Teoría del dinero, del crédito, de la renta nacional y de la ocupación, dedicados a
los contenidos del objeto formal, denominados por el autor “Teoría del plan
114
económico de las unidades de consumo y de las empresas” y “Teoría del equilibrio
económico del dinero y del empleo” (1953, Vol. 1, Tomo 1, p. 14)40.
En segundo lugar, nos obliga a definir un criterio que permita distinguir con rigor
los contenidos del objeto material, separándolos de los del objeto formal y, después,
concretar la forma de presentarlos en un curso introductorio.
El primer asunto es fácil de enunciar: pertenecen al objeto material los contenidos
que sean meramente descriptivos, que no se deriven de alguna elaboración basada
en el punto de vista o enfoque de alguna escuela. Como ya hemos indicado, estos
contenidos, libres de hipótesis, axiomas y postulados, conectarán más fácilmente
con el conocimiento previo de los alumnos y, seguramente, facilitarán su
aprendizaje.
Estos contenidos pueden ser los sujetos o agentes, sin hipótesis sobre su
comportamiento, y los conceptos, meramente descriptivos, que describen su
actividad y las relaciones entre ellos. Entre los primeros: consumidores y
productores de bienes y servicios, trabajadores, empleadores, parados, jubilados,
sector público, bancos y otros intermediarios financieros, etc. Entre los segundos:
bienes y servicios, producción, recursos, factores de producción, consumo, compra,
venta, intercambio, dinero, financiación, precios de los bienes y servicios, salarios,
rentas, alquileres, dividendos, intereses, ahorro, inversión, etc.
Los contenidos anteriores, aunque no están ordenados ni son exhaustivos, contienen
elementos que seguramente los alumnos han encontrado en su experiencia. Sin
embargo, tenemos que ordenarlos con algún procedimiento didáctico. Este trabajo
de ordenación, clasificación, acotación de sus significados, eliminación de ´errores
previos traídos por los alumnos´, presentación de relaciones entre los diferentes
agentes, etc. es la tarea didáctica del profesor, y pueden adoptarse diferentes
soluciones; la nuestra figura más adelante, en el epígrafe ´Propuesta de estructura
expositiva de los contenidos del objeto material´ (v. III.1.2.1).
Decíamos al principio del epígrafe III.1 que la actividad económica precedía a la
economía y que era precisamente su objeto de estudio. Ahora podemos concretar
40
El autor de la presentación de la obra citada en versión española, Manuel de Torres, se hace eco de lo
novedoso de esta estructura expositiva y escribe: “cuestión independiente [...] es la de si la introducción
[...] debe consistir o no en el estudio de la renta nacional, o como el autor lo llama, la teoría de la
circulación económica” (1953, p. x). Continúa con otras consideraciones que no hacen al caso, y
concluye: “Dentro de esta arbitrariedad he de confesar que, si yo me hubiese tenido que enfrentar con el
problema [de hacer un tratado de economía], sin duda habría dado la misma solución que el autor, aun
reconociendo las objeciones que pueden suscitarse a esta ordenación de la materia” (1953, p. xi).
115
más y asociar la actividad económica con el objeto material tal y como lo hemos
configurado. La actividad a la que nos referimos es la actividad humana realizada
por los sujetos del objeto material: unos producen, otros consumen, etc.
Bunge, en su libro Economía y filosofía (1982, p. 29), se plantea algo parecido a
nuestra búsqueda de un objeto material común a los diferentes enfoques de los
economistas. En concreto, se pregunta cuáles son los referentes genuinos de la
economía y, de acuerdo con su análisis, los encuentra en las categorías utilizadas en
las construcciones teóricas típicas de la economía. Las clasifica como sigue:
“A) referentes a recursos naturales …;
B) referentes a objetos no humanos bajo control humano – o sea, artefactos –
tales como tierras cultivables, … máquinas, …;
C) referentes a agentes económicos … hogares, firmas, …, sindicatos, …;
D) referentes a economías íntegras, p. ej. nacionales o regionales;
E) mixtos: referentes a dos o más items de las categorías anteriores”.
Las del tipo A se referirían a recursos naturales potencialmente explotables; los
demás se refieren directa o indirectamente a personas incardinadas en algún sistema
social como la familia, la empresa, el sindicato, la nación, etc. Es decir, las
principales construcciones teóricas de la economía se referirían “a actividades
económicas, …, ejecutadas por seres humanos...” (Bunge, 1982, p. 30).
Si tuviéramos que acuñar una definición sencilla de actividad económica
propondríamos, didácticamente, la siguiente: La actividad humana consistente en la
producción de bienes y servicios para la satisfacción de sus necesidades, mediante
el concurso de su trabajo, los recursos naturales y la tecnología disponibles.
Esta definición, que sólo tiene la finalidad de presentar didácticamente los
contenidos del objeto material de un modo sintético, no coincide con otras
definiciones habituales en los libros de texto 41 ; se debe a que estas últimas
41
En concreto con la de Robbins. Su definición, la de mayor reconocimiento académico, incluye la
consideración de los recursos como ´escasos´. La razón para no introducir este término en la definición de
actividad económica no implica una toma de partido, radica en que dicho término pertenecería sólamente
al enfoque u objeto formal de algunas escuelas, y no al objeto material que, por definición, es común a
todas las escuelas. Los clásicos limitaban la aplicación de la escasez a las tierras y correlativamente a los
alimentos; los austríacos consideran que “las restricciones a la economía no vienen impuestas por
fenómenos objetivos o factores materiales del mundo exterior (por ejemplo, las reservas de petróleo), sino
por el conocimiento humano de tipo empresarial” (Huerta de Soto, 2000, p. 19); el término escasez
utilizado por los neoclásicos no está exento de subjetividad (véase Naredo, 1987, pp. 200-277, y
principalmente, 202-206, 233, 234 y 240), y su apreciación no sería inmediata para un alumno de un
116
contienen, implícitamente, hipótesis de comportamiento, supuestos de hecho, o
axiomas derivados de su enfoque que configuran la definición de cada escuela.
Entendemos que dichas definiciones explicarían ´bien´ como concibe cada escuela
la actividad económica. Consideramos que estas definiciones son aptas como
introducción al objeto formal de las diferentes escuelas, pero no para definir la
actividad económica como objeto material de la economía.
Como es sabido, es habitual que el concepto de actividad económica se presente, en
las aulas y en los libros de texto, apoyado en el recurso didáctico denominado Flujo
Circular de la Renta (FCR). Este recurso es un conocido esquema gráfico utilizado
prácticamente en todos los libros de texto como una representación gráfica de la
actividad económica. Aunque el uso del FCR no es sustantivo para la delimitación
epistemológica del objeto material, desde la perspectiva del proceso de
enseñanza/aprendizaje es un recurso que permite muchas posibilidades didácticas
para ilustrar relaciones y flujos entre los diferentes agentes intervinientes en la
actividad económica. Una variante ampliada del FCR –que denominamos EGAE
(esquema gráfico de la actividad económica)- es el recurso didáctico que
utilizaremos en la parte IV para exponer el objeto material dentro de nuestra
propuesta de curso de introducción a la economía.
En tercer lugar, nos obliga también a definir qué contenidos de los incluidos en el
RESUMEN DE CONTENIDOS pertenecen al objeto formal y cómo presentarlos.
Una primera observación se deriva directamente del criterio adoptado: Pertenecen al
objeto formal los contenidos que no son descriptivos, esto es, que se derivan de
alguna elaboración basada en el punto de vista o enfoque de alguna escuela. Y una
segunda es que estos contenidos se encuentran repartidos entre los de la columna
´Enfoque´ -que pertenecerían al objeto formal todos ellos- y los de la columna
´Objeto´ -que pertenecerían sólo parcialmente-, como ya adelantamos.
Ahora bien, estos contenidos son de diversa naturaleza. Encontramos hipótesis de
comportamiento, principios, axiomas, supuestos o postulados que configuran
diferentes enfoques, y categorías analíticas, leyes o teorías que se derivan de cada
enfoque42.
curso introductorio que, seguramente, asocia este término con la acepción objetiva y física de un recurso
natural agotable al ritmo actual de consumo.
42
Aquí nos centramos en sacar conclusiones de la existencia de varios enfoques. El tratamiento de los
´contenidos constituyentes del enfoque´ y ´contenidos derivados del enfoque´ se contempla más adelante.
117
La diversidad de enfoques nos plantea el problema de cómo presentar los contenidos
del objeto formal en un curso introductorio. Las opciones oscilarían entre
presentarlos conjuntamente, realizando algún tipo de ´collage´ que proporcione una
apariencia de ciencia uniforme u homogénea, o agruparlos con arreglo a algún
criterio epistemológico (por ejemplo, escuelas empiristas, apriorísticas, históricas,
etc).
Otra posible solución sería presentar en un curso introductorio una síntesis que
redujera todos los enfoques, como hacen algunos historiadores económicos a modo
de resumen, a dos grandes paradigmas: Uno, el que procede de “la visión subjetiva
del valor, considerando que éste proviene de la oposición entre escasez y utilidad” y
otro, el que procede de “la visión objetiva del valor, basada en la noción de
excedente, que expresa las condiciones de reproducción en un sistema capitalista…”
(Roncaglia, 200, pp. 660-661).
Esta simplificación, u otras similares, que el propio Roncaglia considera demasiado
drásticas, consideramos que son inapropiadas para alumnos de un curso de
introducción, ya que exigen un grado de abstracción muy alto y unos conocimientos
de los contenidos de las escuelas económicas que no se corresponden con los
previsibles en alumnos de un curso de estas características.
Nuestra propuesta, de acuerdo con las reglas didácticas enunciadas en II, presenta
los contenidos del objeto formal agrupados por escuelas en su orden histórico de
aparición. La hemos incluido más adelante, en el apartado ´Propuesta de estructura
expositiva de los contenidos del objeto formal´.
Este último criterio es el que, en líneas generales, siguen numerosos tratadistas de la
economía que han expuesto, en síntesis de diversa intensidad, una panorámica
amplia de las diversas aportaciones al acervo de la economía.
Es el caso de Schumpeter en su Historia del análisis económico (1954) y en su
Síntesis de la evolución de la ciencia económica y sus métodos (1914), obras en las
que, aunque encontramos otros hilos conductores de la exposición, la clasificación
por escuelas o paradigmas está presente explícitamente.
También es el caso de Roncaglia, que utiliza las escuelas como criterio clasificador
de las aportaciones de los diferentes economistas en su obra La riqueza de las ideas.
Una historia del pensamiento económico, donde dice: “Para entender la variedad de
enfoques en el debate económico es necesario reconstruir las diferentes visiones que
118
han sido propuestas [...] El debate económico no sigue una trayectoria lineal...”
(2001, p. 8).
Con más énfasis, Barbé, en su texto El curso de la economía, de nivel introductorio,
mantiene que “... esta orientación de los temas del discurso económico, en función
de las escuelas y autores que los originaron, ofrece ventajas didácticas. En efecto,
bajo el patrón metodológico de los programas de investigación de Lakatos, se pone
de manifiesto la pervivencia actual del pensamiento de cada escuela, lo que confiere
a la ciencia económica una riqueza de puntos de vista que no puede ignorarse ni
mutilarse en aras de la sencillez” (2006, p. 9).
Piaget, en el volumen 6 de su Tratado de lógica y conocimiento científico, dedica un
largo apartado a la epistemología económica. En él, su autor reconoce la necesidad
de remontarse a la historia para descubrir el “aspecto genético” de los conceptos
económicos básicos, que podemos asimilar a los enfoques. En concreto, distingue
cuatro etapas que define así: El macroanálisis de los fisiócratas, el análisis clásico de
la actividad de la empresa, el ´mercado´ de los marginalistas y la dinámica marxista
(v. 1979b, pp. 96-101). El mismo autor sostiene, en el apartado del mismo texto,
titulado El análisis de los mecanismos económicos, que “la naturaleza misma del
objeto económico, según se le enfoque, es la que puede dar un sentido a las
diferentes especies de ´leyes económicas´” (1979b, p. 111) y, a continuación,
desarrolla cuatro ejemplos que considera representativos: el análisis marxista, el
neoclásico, el keynesiano y el que denomina econométrico.
Barber escribe: “Aunque los economistas [...] han estado embarcados en una
aventura común [...] sus esfuerzos han producido una variedad de sistemas
analíticos. Las diferencias entre estos sistemas se deben en parte a la diversidad de
situaciones institucionales a las que sus formuladores se referían”; a “los fines para
los que se construyeron cada uno de sus principales sistemas”; y a “los diferentes
temas en torno a los cuales se organizaron originalmente y que a su vez moldearon
las categorías usadas dentro de la estructura analítica” (1967, p. 14). Y concluye:
“Esta característica de las construcciones teóricas en economía nos proporciona una
justificación más para repasar la literatura del pasado. Si los economistas hubieran
perseguido siempre idénticos objetivos, probablemente estaría justificado [...]
restringir nuestra atención a sus más recientes hallazgos. Pero, de hecho, no ha sido
así” (1967, p. 15).
119
Otro autor, Furio Blasco, en su obra Los lenguajes de la economía (2005), intenta
poner de manifiesto cómo van surgiendo los que define como diferentes ´marcos
conceptuales´ en la ciencia económica, concepto semejante a los contenidos del
objeto formal según los hemos configurado en este trabajo. En su opinión, “la labor
de los científicos es construir marcos conceptuales o lenguajes que les permitan
precisar al máximo la naturaleza y contenido de la fracción del mundo que quieren
estudiar” y también “el rasgo más esencial de una corriente de pensamiento, de un
paradigma o de un programa de investigación es el hecho de compartir una
estructura o un marco conceptual” (2005, pp. 6-9). En esta obra se elabora una
clasificación de ´los lenguajes de la economía´ (2005, p. 37), en la que se denomina
´marco conceptual´ a cada escuela económica; ´conceptos fundamentales´ a lo que
nosotros denominamos contenidos del enfoque; y ´problemática´ a la orientación y
fines en el análisis de cada escuela. Como vemos, este autor también considera
necesario acercarse a la ciencia económica agrupando las aportaciones de los
economistas por lenguajes o marcos conceptuales, en una conclusión similar a la
nuestra, referida a los enfoques o escuelas. Asimismo la considera relevante para la
docencia (2005, pp. 8 y 36).
Como hemos reseñado, los autores mencionados han considerado necesario agrupar
los contenidos del objeto formal -postulados, axiomas, hipótesis o supuestos- por
escuelas, según han ido surgiendo. No son los únicos, prácticamente todos los
historiadores de la economía o metodólogos como Blaug (1962 y 1980), Ekelund y
Hébert (1992), Perdices de Blas (2002), Naredo (1997), Roncaglia (2001) o
Katouzian (1980) también lo hacen.
Consideramos que esta agrupación de las aportaciones a la ciencia económica en
diferentes enfoques y escuelas tiene un valor didáctico indudable, ya que permite
construir, sobre el objeto material ya ´enseñado/aprendido´, un nuevo aprendizaje
significativo: el del objeto formal de cada escuela o enfoque y las aportaciones
derivadas de cada enfoque correspondiente.
120
político, regulatorio, histórico, etc., en el que se desenvuelve la actividad económica y
sus agentes.
En principio, las características del contexto pueden ayudar a mejorar la comprensión de
las actuaciones de los sujetos de la actividad económica en un espacio y tiempo
concretos. Por ejemplo, piénsese en la actualidad, en países con marcos políticos,
culturales e institucionales tan diferentes entre sí como China, Estados Unidos, Suecia,
India o Rusia; O en un mismo país, en momentos distintos de su historia, con regímenes
sociales esclavista, feudal o capitalista.
Sin embargo, hemos decidido no incluir el contexto en nuestra propuesta de objeto
material, por entender que este aspecto (o contenido en términos didácticos) pertenece
al ámbito del objeto formal o al enfoque diverso de cada escuela. No obstante, por
razones didácticas, en la propuesta de curso introductorio de la parte IV, incluimos la
leyenda ´CONTEXTO´ en los gráficos del EGAE, para indicar que la actividad
económica se desarrolla en un contexto que puede variar en el tiempo y en el espacio,
pero sin indicar ningún efecto sobre dicha actividad económica (o de ésta sobre aquél,
ya que se podría postular efecto en ambos sentidos, según la escuela que consideremos).
La consideración de la relación entre el contexto y la actividad económica en la
literatura económica es diversa y controvertida. Algunos autores se muestran partidarios
de considerar el contexto, por entender que éste determina, en diferente grado, la
actividad económica.
En el resumen de las aportaciones a la economía (v. III.1.1) hemos visto cómo Smith
identifica cuatro estadios en el desarrollo histórico de la actividad económica, con reglas
diferenciadas en cada estadio, que afectarían a la propia actividad económica. También
a Mill argumentando la necesidad de acudir a ámbitos distintos de la economía para la
mejor comprensión de los procesos económicos; y a Marx, postulando un concepto de
modo de producción determinado por el desarrollo de las fuerzas productivas en
diferentes etapas de la historia.
Numerosos libros de texto introductorios suelen abordar este asunto cuando se refieren
a los ´sistemas económicos´. En general, definen éstos como las formas de organización
económica -o conjunto de relaciones institucionales, políticas, sociales, etc., entre los
agentes económicos- de que se dota una sociedad para responder a las preguntas
tradicionales de qué, cómo y para quién producir. Suelen referirse únicamente a dos
121
sistemas extremos -la autoridad y el mercado- y uno intermedio, denominado sistema de
economía mixta, aunque a veces, se incluye otro: la costumbre.
De modo más radical se manifestaba Joan Robinson en uno de sus artículos, La
enseñanza de la economía. Escribía: “¿Cómo me gustaría reformar la enseñanza? …
En beneficio de los estudiantes serios, me gustaría tomar el toro por los cuernos y
empezar desde el principio a analizar diversos tipos de sistema económico. Toda
sociedad (excepto Robinson Crusoe) debe tener algunas reglas de juego destinadas a
organizar la producción y la distribución del producto. El capitalismo del laissez-faire es
tan sólo uno de los posibles conjuntos de reglas, y uno que en realidad no puede jugarse
nunca en forma pura. Siempre debe mezclarse con algunas medidas de control
43
colectivo” (1973, p. 17) .
Con un criterio de fondo similar se manifiesta Juan Hortalá en su nota “consideraciones
del traductor” del libro de Lipsey (1963, p. viii), donde dice “…el contenido que, a mi
modo de ver, debería tener un curso introductorio vendría dado por cuatro partes. …
una tercera sobre sistemas y formas de organización económica…” y más adelante
“…con una descripción desapasionada del marco institucional, de la forma o sistema de
cómo, en definitiva, las economías se hallan organizadas en el mundo real, el estudiante
estará, sin duda alguna, en posición inmejorable para abordar conscientemente los
instrumentos analíticos, las herramientas conceptuales con que realizar, en su día, los
correspondientes diagnósticos y sugerir los oportunos remedios”. Y, finalmente, “la
descripción, por tanto, de los sistemas de organización económica debe ser previa al
conocimiento y manipulación de la ´caja de herramientas´”.
En este mismo libro (Lipsey, 1963, pp. xxix y xxx) su autor cuenta las circunstancias
que se produjeron al redactar la versión americana de la edición inglesa de su libro
Positive economics, que ponen de manifiesto las dificultades que se encontró al cambiar
el marco institucional, en este caso el país al que se refería el texto (del Reino Unido a
Estados Unidos): “La primera idea fue simplemente cambiar en las secciones teóricas
las libras, los chelines y peniques por dólares y centavos y añadir algún material sobre
instituciones americanas en las secciones descriptivas. Me insistieron en que el material
institucional no podría simplemente pegarse, sino que debía integrarse en el tratamiento
teórico a través de la pregunta: ´ ¿Influye la institución sobre el comportamiento que
estamos considerando?´ … Tan pronto como empezamos nos dimos cuenta de que
43
Publicado inicialmente en Economic weekly, Bombay, enero 1960.
122
debíamos hacer una completa reelaboración … prácticamente teníamos que hacer un
libro nuevo…”.
Bunge mantiene una posición también radical y en su texto Economía y filosofía expone
que “Los agentes económicos no son como partículas que se mueven en el vacío, sino
más bien como burbujas de aire en un líquido: poseen algunos de sus atributos en virtud
de ser componentes de un sistema social”, y más adelante, “La actividad económica y,
en general, la conducta social, es ininteligible cuando se la considera separadamente del
sistema en que ocurre dicha actividad” (1982, pp. 28-30).
En el mismo sentido se expresa Coase: “Tiene poco sentido para los economistas
discutir el proceso de intercambio sin especificar el marco institucional bajo el que los
intercambios tienen lugar, puesto que éste afecta a los incentivos para producir y a los
costes de transacción”, y también “el sistema legal tiene una gran influencia en el
funcionamiento del sistema económico” (Coase, 1988, p. 214).
Schneider (1953) lo expresa así: “El orden económico [...] es el resultado de un proceso
histórico. Es necesario, por consiguiente, reflexionar sobre qué posibilidades existen
fundamentalmente de ordenación de la economía y cómo se desarrolla el proceso
económico dentro de cada una de ellas... [...] Para el análisis de un orden económico
concreto es, pues, siempre necesario destacar cuidadosamente los diversos sujetos [...] y
su interacción” (1953, pp. 18-20).
Como vemos, el efecto del contexto sobre la actividad económica no es ajeno a las
preocupaciones de los economistas, aunque las tesis difieran según la escuela que lo
aborde. Por ello, hemos considerado que el significado del contexto en la actividad
económica depende del enfoque de cada escuela y pertenece al objeto formal; y también
por razones didácticas, ya que la presentación de cada escuela, junto a su particular
concepción de la relación del contexto con la actividad económica, favorecerá la
claridad en la exposición a los alumnos y la consecución de un aprendizaje significativo.
123
III.1.2.1 Propuesta de estructura expositiva de los contenidos del objeto material.
En los puntos anteriores hemos hecho un análisis epistemológico y didáctico que nos ha
llevado a adoptar algunos criterios básicos para la presentación, en un curso de
introducción a la economía, de los contenidos referentes al objeto material.
En los párrafos siguientes concretamos y exponemos los contenidos (que iremos
mostrando señalados en cursiva, según vayan surgiendo) derivados de aplicar esos
criterios y su orden expositivo.
A partir de aquí los criterios didácticos que adoptaremos para ir mostrando y
describiendo estos contenidos son los habituales (v. II. Resumen): iremos avanzando
desde los conceptos más generales hasta los más particulares, construyendo éstos por
desagregación de aquellos y ciñéndonos al terreno descriptivo que es el propio del
objeto material.
Además, como ya hemos indicado anteriormente, nos serviremos del EGAE, mapa
conceptual que, aunque es una simple opción entre otras como recurso didáctico,
entendemos que tiene una gran tradición en la literatura económica y proporciona
ventajas didácticas, que expondremos con más detalle en la parte IV (pp. 245-368).
Teniendo en cuenta las reglas expuestas, proponemos el siguiente orden y agrupación de
los contenidos del objeto material.
1º) Introducción (v. IV, pp. 251 y ss.).
Definición de actividad económica: La actividad humana consistente en la
producción de bienes y servicios para la satisfacción de sus necesidades, mediante el
concurso de su trabajo, los recursos naturales y la tecnología.
Presentar la actividad económica como:
previa a la existencia de la economía como ciencia o disciplina diferenciada.
el objeto de estudio de la economía.
objeto material de la economía desde el punto de vista epistemológico y
diferente de su objeto formal.
2º) Representación gráfica de la actividad económica: construcción didáctica del EGAE
(v. IV, pp. 253 y ss.).
Elaboración en las fases sucesivas que se indican a continuación, de un EGAE
referido al país de los estudiantes o a un país ´tipo´ semejante, que facilite la
conexión de los contenidos que se van a mostrar con la experiencia previa de los
alumnos.
124
a) Presentar inicialmente sólo tres módulos44, el de producción, el de consumo, y el
de los recursos naturales, sin incluir aún el dinero.
Ilustrar los flujos físicos que se establecen entre ellos: el de prestación de
factores y el de entrega/adquisición de bienes y servicios.
b) Incluir el dinero como medio de pago y los flujos monetarios derivados, sin
considerar aún el sector financiero, mostrando el intercambio, las compra-ventas
y la aparición de los mercados de bienes y servicios y de factores.
c) Incluir el módulo del sector público y los correspondientes flujos monetarios
derivados del pago de Impuestos directos e indirectos, cuotas de de la Seguridad
Social, etc., así como de los cobros en concepto de transferencias y
subvenciones, y los flujos físicos por prestaciones de seguridad, educación,
sanidad, etc.
d) Añadir el sector financiero y mostrar los flujos monetarios derivados de su
intermediación entre la captación de fondos de unos agentes y la prestación a
otros.
e) Añadir el sector exterior e ilustrar con los correspondientes flujos físicos y
monetarios las diferentes vías de comunicación con el exterior, como las
importaciones o las exportaciones, la concesión de préstamos entre
residentes/no residentes y su posterior devolución, la prestación de servicios
entre residentes/no residentes y su pago, etc.
3º) Proporcionar una idea de conjunto del gráfico elaborado, desarrollando un ejemplo
sencillo, con algunos supuestos restrictivos que limiten su complejidad, que permita
apreciar el ´funcionamiento´ del gráfico y muestre la naturaleza ´circular´ de la
actividad económica, en el sentido de reproductiva y repetitiva, su complejidad y la
interdependencia de sus actores (v. IV, pp. 259 y ss.).
4º) En este punto, hacer una digresión hacia otras coordenadas de lugar y tiempo,
diferentes a las del país de referencia utilizado en el gráfico del EGAE, para llamar
la atención del alumno sobre la existencia de diferentes ´contextos´.
Para ello, podrían mostrarse gráficos de alguna actividad económica que se
desenvuelva en contextos muy diferentes del elaborado previamente. Por ejemplo,
relativos al feudalismo o algún país con fuerte planificación central.
44
Por módulo entendemos cada área específica del FCR o EGAE que agrupa contenidos de alguna
homogeneidad con valor descriptivo. En concreto, Recursos Naturales, Producción, Consumo, Mercado
de Bienes y Servicios, Mercado de Factores, Sector Público, Sector Financiero y Sector Exterior.
125
Nótese que aquí no podemos suponer que, en el proceso de enseñanza/aprendizaje,
estamos presentando algo próximo a los conocimientos previos del alumno, puesto
que hemos desplazado las coordenadas ´lejos´ de las suyas. En este caso deberíamos
apelar a la denominada estrategia de ´desarrollo del conflicto cognitivo´ que, como
hemos visto en la parte II, suscitaría el interés del estudiante con preguntas del tipo
¿Cómo hacer un gráfico del EGAE para el neolítico, o para el feudalismo, o para un
país totalitario, o para un país con grandes reservas petrolíferas,...?
5º) Volver al gráfico del EGAE referido a territorio y tiempo próximos a los de los
alumnos, e iniciar un desglose o desagregación detallada y ordenada de los
contenidos más particulares que, a su vez, incorpora cada módulo del gráfico y sus
flujos físicos o monetarios asociados (v. IV, pp. 262 y ss.).
En este estadio del proceso de enseñanza-aprendizaje, los alumnos ya habrán
adquirido una idea básica y de conjunto sobre el carácter circular de la actividad
económica y de la interdependencia entre los diferentes elementos del EGAE
–recursos naturales, consumidores, empresas, necesidades, bienes, dinero, sector
público, sector financiero, sector exterior y contexto-. A partir de aquí, y
apoyándonos en estos conocimientos, podemos abordar la presentación de otros
contenidos nuevos más concretos y complejos, de manera que los alumnos puedan
´encajarlos´, construirlos sobre los anteriores y ubicarlos en el conjunto de la
actividad económica.
A continuación, en forma de esquema-resumen, se muestran los contenidos que
consideramos incluidos en cada módulo del EGAE y las pautas de exposición
didácticas que hemos seguido.
Las necesidades y los bienes. Los flujos físicos.- (v. IV, pp. 262 y ss.).
Definiciones y clasificaciones de necesidades y bienes y servicios.
Recursos naturales.- (v. IV, pp. 284 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Clasificación: Renovables, No renovables, Minerales no energéticos,
Energéticos, Biológicos, Ambientales, etc.
Descripción.
Estadísticas más significativas.
Módulo de consumo.- (v. IV, pp. 265 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
126
El conjunto de los consumidores que componen este módulo es también la
población total que, a su vez, incluye a las personas que aportan los diversos
factores de producción: tierra, trabajo y capital.
Los consumidores acuden al mercado de bienes y servicios para satisfacer
sus necesidades, generando la demanda en ese mercado (se mostrará el flujo
del EGAE que ilustra este contenido).
Además, los consumidores que poseen factores de producción aportan el
trabajo o la cesión de uso de otros factores a la producción, a través del
mercado de factores, percibiendo la correspondiente renta de los factores -
salarios, rentas, alquileres, dividendos, intereses, etc. (se mostrarán los
flujos del EGAE que ilustran estos contenidos).
Gráfico de la pirámide de población, referido al país del EGAE.
Datos de la población del país del EGAE conteniendo porcentajes de empleo,
paro, pensionistas, personas en edad de trabajar, etc.
Desarrollo de los conceptos de tasa de paro, desempleo, tasa de actividad,
clases de paro, procedimientos de medición del paro (encuesta de población
activa, registros de la Seguridad Social).
Distribución personal, sectorial y factorial de la renta. Medición de la
desigualdad en la distribución personal de la renta (curva de Lorenz, índice
de Gini).
Módulo de producción.- (v. IV, pp. 267 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Concepto de unidad económica de producción: empresa o empresario que
combinan los factores de producción adquiridos en el mercado de factores,
para su transformación en los bienes y servicios que ofrecerán a los
consumidores en el mercado de bienes y servicios, generando la oferta en
dicho mercado (se mostrará el flujo del EGAE que ilustra este contenido).
Clasificaciones de las empresas con arreglo a los criterios de titularidad,
dimensión, tipo de actividad, etc.
Diferenciar la naturaleza de los bienes y servicios para la producción y de
los bienes de inversión, destacando el concepto de amortización y su
repercusión en la determinación del beneficio contable.
127
Mostrar una Cuenta de Resultados de una empresa sencilla para introducir
algunos conceptos contables básicos y su relación con los flujos del EGAE:
Ventas, compras, gastos de personal, gastos por uso de otros factores,
amortizaciones, beneficio bruto, impuestos, beneficio neto, dividendos,... (se
mostrarán los flujos del EGAE que ilustran estos contenidos).
Clasificación de las actividades de producción por sectores: primario,
secundario y terciario.
Distinción de la eficiencia técnica y la eficiencia económica.
Desarrollar y relacionar los conceptos de productividad total, media y
marginal, corto y largo plazo en la producción, costes fijos y variables,
costes totales, medios y marginales, rendimientos de escala, etc.
Módulo del mercado de bienes y servicios (v. IV, pp. 274 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Génesis histórica de los mercados.
Descripción de los elementos básicos de los mercados: producto, precio,
demanda y oferta (se mostrarán los flujos del EGAE que ilustran estos dos
últimos contenidos).
Descripción de los factores que afectan a los elementos básicos de los
mercados.
Descripción de los tipos de mercado y las estructuras más relevantes.
Descripción de los casos más habituales en los que el sector público actúa en
los mercados como demandante u oferente.
Descripción del concepto de elasticidad.
Módulo de los mercados de factores. (v. IV, pp. 279 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Se presentarán como unos mercados con características específicas respecto
de los mercados de bienes, en las que se intercambian las prestaciones de los
diferentes factores -trabajo, tierra y capital- con las correspondientes
contraprestaciones satisfechas por las unidades económicas de producción
tales como salarios, rentas, intereses, dividendos, etc. (se mostrarán los
flujos del EGAE que ilustran estos contenidos).
Respecto del factor trabajo, se abordarán los siguientes contenidos: demanda
y oferta de trabajo y factores que las afectan, salario, clases de salarios,
128
salarios de eficiencia, diferencias compensatorias, discriminación laboral,
contrato laboral, perfil del puesto de trabajo, condiciones laborales, salario
mínimo, negociación colectiva, sindicatos y patronales, factores
regulatorios, organizaciones empresariales, intervenciones del Estado,
población activa, población ocupada, tasa de actividad...
Respecto del factor tierra y recursos naturales se abordarán los siguientes
contenidos: su demanda condicionada por la demanda derivada de los bienes
en cuya producción intervengan, la rigidez de su oferta, su incorporación a la
producción por la vía del arrendamiento y no de la venta, en muchos casos;
su condición de bienes públicos, en otros y su condición de agotables o no
renovables...
Respecto del factor capital, se mostrará la diferencia entre capital físico y
capital financiero y, respecto de éste, se describirá el interés como el precio
por disponer del dinero durante un período de tiempo (se mostrará algún
flujo del EGAE que ilustre este contenido).
Se mostrará cómo en este mercado se enfrenta la capacidad de ahorro y la
necesidad de inversión, intermediada por el sector financiero.
Se desarrollarán los métodos habituales para decidir la rentabilidad de una
inversión (método del valor actual y método de la tasa interna de
rentabilidad), y la regla de capitalización compuesta como la regla
generalmente adoptada para calcular desplazamientos de montos de dinero
en el tiempo.
Módulo del sector público. (v. IV, pp. 291 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Se abordará una breve reflexión sobre la génesis histórica del sector público.
Descripción de los mecanismos de actuación del Sector Público en la
actividad económica a través de dos grandes vías: los ingresos y gastos del
Estado (se mostrarán los flujos del EGAE que ilustran estos contenidos), y la
capacidad regulatoria.
La composición del sector público y sus diferentes niveles de
administración.
129
Los Presupuestos Generales del Estado: definición; estructura de los
presupuestos; ingresos y gastos y sus diversas clasificaciones; el ciclo
administrativo de los presupuestos.
Los impuestos: Concepto y tipos (se mostrarán algunos flujos del EGAE que
ilustren diferentes tipos de impuestos).
El déficit o superávit. El déficit y su financiación. La deuda pública.
Relación entre esos conceptos.
Las funciones e instrumentos del sector público.
Las políticas económicas del sector público. Tipos.
Módulo del sector financiero (v. IV pp. 300 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
El Sistema Financiero. Concepto y visión de conjunto.
Tipología de las operaciones financieras
La ´función de transformación´ en el sistema financiero.
Los intermediarios financieros. Bancarios y no bancarios.
Los activos financieros. Concepto, características y clases.
Los mercados financieros. Clasificaciones.
El dinero: Historia, características, funciones y clases.
Los bancos. Historia, funciones y balance.
El coeficiente legal de caja.
La creación de dinero bancario en los bancos de reserva fraccionaria.
El tipo de interés. Concepto y clases.
El Banco Central. Funciones y balance.
La base monetaria y la oferta monetaria. El multiplicador.
La ecuación cuantitativa: Conexión entre el dinero y la actividad económica
no monetaria45.
Módulo del sector exterior (v. IV pp. 328 y ss.).
Se abordarán los siguientes contenidos:
Tipología de las operaciones que forman el comercio internacional (se
mostrarán los flujos del EGAE que ilustran este contenido).
45
Sin introducir supuestos que deriven en alguna de las formulaciones de la teoría cuantitativa.
130
La Balanza de Pagos: concepto, estructura y método de registro de las
transacciones internacionales.
Las subbalanzas. Significado de sus saldos.
Proteccionismo y librecambio.
Bloques regionales y áreas económicas internacionales.
Organismos internacionales relacionados con la regulación del comercio
internacional.
El mercado de divisas (se mostrará con apoyo del EGAE).
El tipo de cambio y los Sistemas de tipos de cambio.
La Contabilidad Nacional. Introducción básica (v. IV, pp. 340 y ss.).
La incorporación de los datos agregados en la descripción del objeto material
tiene su justificación didáctica en la propia existencia de la Contabilidad
Nacional. Mediante este sistema de cuentas se obtienen y registran numerosos
datos de la actividad económica de los diferentes agentes económicos. Su uso es
general en prácticamente todos los países, y algunas de sus conceptualizaciones
–PIB, IPC, Consumo, Ahorro, Inversión, Gasto público, etc.– con toda
seguridad forman parte de la experiencia previa de los alumnos.
Aunque la concepción de la Contabilidad Nacional está influida por las
formulaciones keynesianas (León y Marconi, 1999, p. 20), y está firmemente
objetada por representantes de la escuela austríaca (Huerta de Soto, 1998, pp.
245-249) 46 , entendemos que su inclusión es inevitable en cualquier texto
descriptivo de la actividad económica, cuidando de no introducir elementos de
opinión y señalando sus limitaciones.
Se abordarán los siguientes contenidos:
La Contabilidad Nacional. Descripción de las convenciones clasificatorias y
de registro.
PIB. Concepto, componentes, métodos de cálculo y limitaciones al alcance
de su significado.
Otras cuentas: PNB, RN, RPD, IB, IN, CNF, etc.
Identidades básicas.
46
No obstante, otro representante de esta escuela, Franch Parella, en su reciente libro de texto para
Bachillerato, también incluye la Contabilidad Nacional, aunque lo hace con reservas expresas y quizás
para cumplir con el currículo oficial.
131
En la descripción de estos contenidos se buscará mostrar la correspondencia
entre los conceptos de la Contabilidad Nacional y de sus identidades básicas
con los flujos del EGAE
Los indicadores de precios. IPC, IPCA, el deflactor implícito del PIB.
La inflación, tipos y efectos.
El crecimiento económico y los ciclos.
132
III.1.2.2 Propuesta de estructura expositiva de los contenidos del objeto formal.
Corresponde ahora construir, sobre los contenidos del objeto material, el aprendizaje
significativo de los contenidos del objeto formal, esto es, del conjunto de hipótesis,
supuestos de comportamiento, axiomas, categorías analíticas, leyes, teorías, etc., que
constituyen las aportaciones al acervo de la ciencia económica.
Anteriormente llegamos a la conclusión de que ´pertenecen al objeto formal los
contenidos que no son descriptivos, esto es, que se derivan de alguna elaboración
basada en el punto de vista o enfoque de alguna escuela´, y también que debíamos
presentar dichos contenidos ´agrupados por escuelas en su orden histórico de aparición´.
Podríamos decir, por tanto, que la exposición del objeto formal es la exposición
histórica de los contenidos de las escuelas.
Sin embargo, la observancia estricta de las dos conclusiones anteriores nos conduciría a
un repaso histórico de escuelas tan amplio, por su extensión, que seguramente no
tendría cabida en el tiempo dedicado habitualmente a un curso introductorio. Por ello,
debemos hacer algunas consideraciones previas que nos permitan acotar el número de
escuelas, para decidir cuáles y cuántas y con qué contenidos cada una, deben incluirse
en una propuesta de curso de introducción a la economía.
En principio, las escuelas y sus contenidos deben ser los mínimos posibles para que
puedan incluirse en el tiempo disponible en un curso introductorio de duración normal -
posiblemente seis créditos en un cuatrimestre.
Hay que tener en cuenta que la exposición del objeto material, según la hemos
configurado en el punto anterior, tiene una extensión considerable comparada con los
libros de texto habituales; en los libros de texto seleccionados es difícil hacer esta
apreciación debido, seguramente, a que en dichos textos no se establece una distinción
tan radical entre el objeto material y el formal, entre la actividad económica y las
escuelas, y los contenidos de ambos planos se encuentran mezclados y, a veces,
fundidos.
Sin embargo, las escuelas y contenidos deben ofrecer suficiente variedad de enfoques a
los alumnos para que éstos puedan disponer de un punto de partida que les permita
abordar, con bagaje suficiente, el estudio de otros paradigmas o cursos de economía más
avanzados.
133
Este criterio implicaría incluir escuelas con enfoques muy diferentes, si no contrarios,
por ejemplo, escuelas historicistas y no historicistas, y escuelas antiguas o clásicas y
actuales. Así se contribuiría al objetivo didáctico de conseguir que los alumnos puedan
enfrentar, por sí solos, el estudio del abanico de enfoques, plurales y controvertidos, que
se disputan la interpretación del funcionamiento de la actividad económica. Aunque es
muy difícil objetivar y concretar este criterio, consideramos que es insoslayable, y
numerosos autores se manifiestan en este sentido.
Así, Schumpeter afirma que “los economistas no podemos reconocernos unos a otros la
posibilidad de resumir el ´estado de la ciencia´”. Y más adelante se pregunta por qué
estudiar historia económica y dice: “en economía es mucho más verdad que en física,
por ejemplo, que los problemas, los métodos y los resultados no se puedan entender del
todo sin algún conocimiento de cómo los economistas han llegado a razonar como lo
hacen” (1954, p. 40).
Roncaglia afirma que “para entender la variedad de enfoques en el debate económico es
necesario reconstruir las diferentes visiones que han sido propuestas [...] a lo largo del
tiempo sobre el funcionamiento de los sistemas económicos” (2001, p. 9).
Barbé orienta la exposición de su libro introductorio, El curso de la economía, por
escuelas, y lo argumenta “porque la pervivencia actual del pensamiento de cada escuela
[es] lo que confiere a la ciencia económica una riqueza de puntos de vista que no puede
ignorarse ni mutilarse en aras de la sencillez” (2006, p. 9).
Hortalá Arau, en su Consideraciones del traductor al libro de Lipsey, Introducción a la
economía positiva, defiende que un curso introductorio debería incluir una parte
dedicada a la ´formación evolutiva del concepto´ de economía, ya que “al principiante le
es muy conveniente que en sus comienzos se le ofrezca una panorámica de la evolución
seguida por la Ciencia Económica. [...] desde luego, a un nivel muy elemental con
objeto de que pueda situar ordenadamente autores, obras, escuelas, períodos,...y así
valorar las polémicas, avances, aportaciones, etc. Con ello se dará cuenta, en definitiva,
junto a la evolución del concepto, del significado específico de los grandes maestros a
quienes necesariamente tendrá que recurrir en estadios más avanzados de su carrera”
(Lipsey, 1963, p. viii).
Barber también se plantea por qué estudiar escuelas diferentes y escribe: “En la historia
de las ideas económicas destacan cuatro tradiciones analíticas fundamentales: la clásica,
la marxista, la neoclásica y la keynesiana. Cada una fue organizada en torno a un
134
conjunto diferente de cuestiones. [...] No obstante, muchas de las cuestiones centrales
que enfocaron los pioneros formuladores de estos ´modelos maestros´ se han
replanteado posteriormente [...] Así, el estudio de estos sistemas no pierde nunca su
actualidad...” (1967, p. 15). Y, en otro lugar, “... las ideas que contienen han sobrevivido
a sus autores y han sido adaptadas posteriormente para tratar de problemas muy
diferentes...” (1967, p. 9).
Schumpeter, de nuevo, previene contra la tesis de utilizar simplemente un tratado o
texto de economía y olvidarse de estudiar la historia de la economía: “A menos que el
tratado [...] presente un mínimo de aspectos históricos, se difundirá entre los
estudiantes, o al menos entre una mayoría de ellos, la sensación de falta de orientación y
de sentido, por muy correcto, original, riguroso y elegante que sea el libro” (1954, p.
38).
Entendemos que en un curso de introducción a la economía, la variedad en la selección
de escuelas, con la amplitud y flexibilidad indicadas, no debería verse constreñida por la
aplicación de la libertad de cátedra. En nuestra opinión, el criterio de incluir varias
escuelas –las suficientes para proporcionar al alumno una visión plural 47 – viene
determinado por la realidad epistemológica de la economía, consistente en escuelas
diversas, con enfoques e hipótesis diferentes o muy diferentes, además de metodologías
y concepciones científicas también plurales.
47
Este criterio coincide con la petición realizada en el Manifiesto en demanda de un análisis pluralista y
riguroso auspiciado por cuarenta y cuatro economistas -cuatro premios Nobel entre ellos-: “Los
economistas están sometidos a un monopolio en los métodos y en los paradigmas [...] Creemos que el
nuevo pluralismo se debería reflejar en el carácter del debate científico, [...] y en la formación [...] de los
economistas” (Cuadernos de Economía, Vol. 20, nº 57/58, enero-agosto, p. 281).
135
Contenidos constituyentes del enfoque: Se incluyen los axiomas, hipótesis de
comportamiento, supuestos o visiones apriorísticas de la actividad económica
exclusivas de cada escuela.
Contenidos derivados del enfoque: Se incluyen solamente las más básicas categorías
analíticas, leyes o teorías, exclusivas de cada escuela48.
Queda por definir cómo exponer los contenidos anteriores para que el proceso de
enseñanza/aprendizaje sea significativo y eficaz didácticamente.
Hemos definido el objeto formal como el punto de vista o enfoque que se adopta para
explicar los contenidos del objeto material, en nuestro caso la actividad económica. En
otras palabras, hay que mostrar cómo funcionan, cómo se comportan, cómo varían, los
elementos de la actividad económica (o contenidos del objeto material) a través del
prisma de los elementos que aportan los enfoques de cada escuela (los contenidos del
objeto formal).
Dando por supuesto que los alumnos ya se han familiarizado con la actividad
económica, y ya han ´aprendido´ sus contenidos, procedería ahora ir, escuela a escuela,
mostrando cómo los elementos mínimos que hemos definido configuran su enfoque y
cómo ´explican´ algunos contenidos de la realidad. Esta propuesta se concreta,
básicamente, en las páginas siguientes en un formato de esquema que enfrenta, de un
lado, los contenidos (formales) del enfoque que ´explican´ y, del otro, los contenidos
(materiales) ´explicados´ de la actividad económica.
48
La reducción de los contenidos de la ciencia económica, o de cualquier otra, a dos tipos básicos –
aportaciones que configuran el enfoque y aportaciones derivadas del enfoque- es la misma que utiliza
Schumpeter al describir los elementos epistemológicos que se deben incluir en la teoría económica (o en
otras ramas de la ciencia). Respecto de los primeros, dice “es indiferente que llamemos a las cosas
(proposiciones) que se toman como dadas, hipótesis, axiomas, postulados, supuestos o incluso
principios”; respecto de los segundos, “no menos importante es arbitrar otros expedientes mediante los
cuales se puedan obtener resultados de las hipótesis [...] como los conceptos [...] relaciones entre
conceptos y métodos para manipular estas relaciones”; y, finalmente, “la suma total de esos expedientes –
sin olvidar los supuestos [...]- constituye propiamente la teoría económica” (1954, pp. 50-51).
136
nuestra opinión, cumple los criterios señalados es la siguiente: Clásica, Marxista,
Neoclásica, Keynesiana y Austríaca.
137
ESCUELA CLÁSICA (introducción breve)
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque)
Creencia en un ´orden natural´ que, mediante la búsqueda de los intereses
particulares, procura el bien global de la sociedad. Es decir, en un orden que
coordina la vida de los individuos y haría innecesaria y hasta indeseable, la
intervención de la autoridad en la mayor parte de las actividades.
Orientación en el estudio al análisis de lo que se entendía por riqueza, al proceso de
crecimiento y a la distribución de la renta entre los grupos sociales.
Acuñación del concepto ´división del trabajo´ como un elemento básico para
explicar, junto con la extensión de los mercados, el progreso económico.
Consideración del trabajo como un elemento básico, medida del valor de las cosas y
de sus precios.
Consideran que el trabajo es diferente según actividades y se retribuye también con
salario diferente atendiendo a diversas circunstancias.
Utilización de datos agregados en el análisis.
Se considera que la tierra es un bien limitado con numerosas consecuencias
derivadas.
Pesimismo sobre el crecimiento futuro, estado estacionario.
Teoría de la población.
...............................
138
Contenidos analíticos derivados del Contenidos de la actividad económica
enfoque. explicados.
* ................................... * ................................
139
ESCUELA MARXISTA (introducción breve).
140
Contenidos analíticos derivados del Contenidos de la actividad económica
enfoque. explicados
* ................................... * .........................
141
ESCUELA NEOCLÁSICA (introducción breve).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque)
Se parte de la consideración de necesidades ilimitadas y recursos escasos y de usos
alternativos.
Centro de atención orientado al mercado como sistema de asignación de recursos y,
por tanto, al comportamiento de los agentes económicos que participan en él.
Creencia en el funcionamiento del mercado como la ´mano invisible´ que hace
tender la actividad económica hacia el equilibrio, y la mejor garantía de asignación
eficiente de los recursos.
Utilización de modelos de análisis para simular, por aproximación, el
funcionamiento de la actividad económica.
Se introduce el supuesto de racionalidad como hipótesis de comportamiento de los
agentes económicos –´homo economicus´– como supuesto más eficaz para analizar
el objeto de la economía.
Orientación al estudio de comportamientos individuales, en vez de agregados.
Enfoque casi exclusivamente microeconómico, y reducido, en los agregados
macroeconómicos, apenas al estudio del nivel general de precios.
Incorporación del análisis marginal al centro del análisis.
Subjetivista en el análisis micro y holístico o global en el análisis macro.
....................................
142
Contenidos analíticos derivados del Contenidos de la actividad económica
enfoque. explicados
* ......................................... * .................................
143
ESCUELA KEYNESIANA (introducción breve).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque).
Se desarrolla en un marco de crisis económica, con altas tasas de paro y, finalmente,
la Gran Depresión.
Desconfianza en las políticas económicas de la época.
Desconfianza, en general, en la capacidad de los mercados, por sí solos, para
alcanzar el equilibrio
Se inicia, con la voluntad expresa de su fundador, de criticar las tradiciones
académicas anteriores. No acepta la ley de Say, la existencia de paro voluntario, la
flexibilidad de precios y salarios preconizada por los clásicos, etc.
Adopción de un modelo de demanda diferente del propuesto por los neoclásicos.
Orientación al análisis de los agregados económicos y al papel estabilizador del
Estado.
...............................
144
Contenidos analíticos derivados del Contenidos de la actividad económica
enfoque. explicados
*Inversión y expectativas (´animal spirit´). *La inversión tiene un papel más activo
en el crecimiento que el ahorro. La
disminución de expectativas produce,
en ocasiones, una ralentización de la
inversión que es necesario incentivar de
otro modo que con el tipo de interés.
145
ESCUELA AUSTRÍACA (introducción breve).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque).
Subjetivismo radical. Orientación al individuo y rechazo de cualquier planteamiento
holístico. Escepticismo frente a los agregados.
Consideran que la actividad económica forma parte de una realidad más amplia: la
acción humana
En el desarrollo de la acción humana cabe contemplar la incertidumbre, el error y
las consecuencias no previstas, por lo que la previsión resulta poco indicada. En esta
concepción de la actividad humana destaca la correspondiente a los empresarios,
denominada función empresarial.
Para esta escuela el hombre es un homo agens y lo importante son los medios que
utiliza en sus acciones para la consecución de sus fines, no siendo éstos el objeto de
su análisis.
Postulan que las instituciones sociales, por ejemplo el mercado, son el resultado de
unos órdenes espontáneos ajenos a la voluntad de los agentes.
En línea con su visión subjetivista, proponen una metodología para la economía
diferente de la de las ciencias naturales.
Por la misma concepción subjetivista, el valor de los bienes se determina atendiendo
a las percepciones individuales de utilidad.
146
Contenidos analíticos derivados del Contenidos de la actividad económica
enfoque. explicados
*Función empresarial.................................
*Este concepto se refiere a la capacidad
creadora y coordinadora de los
empresarios que configura el
funcionamiento de los mercados.
*Preferencia temporal.................................
*Principio que postula la preferencia en el
tiempo de los bienes presentes frente a
los futuros. Así, se concibe el tipo de
interés como un ´premio´ al ahorro, por
aceptar cambiar consumo próximo por
consumos más lejanos en el tiempo.
*Ciclo económico.......................................
*Conforme a esta escuela, el origen de las
crisis radica en la expansión artificial de
la oferta monetaria sin el respaldo de
ahorro efectivo, que propiciaría –al
enviar señales erróneas a los
empresarios- un incremento excesivo de
determinadas inversiones y la aparición
de excesos de producción, cuya
eliminación sería la plasmación de la
crisis.
* ................................
*................................
147
III.1.2.3 Propuesta de estructura expositiva. La concepción de la economía.
En los puntos anteriores hemos centrado el análisis en los contenidos agrupados bajo las
rúbricas de ´objeto´ y ´enfoque´ de la economía. Nos referimos ahora a la ´concepción´
de la economía. Las diferentes concepciones que hemos incluido en el RESUMEN DE
CONTENIDOS (III.1) se han obtenido de los diferentes textos estudiados, según
consideración de los propios autores o de los tratadistas que han analizado sus obras.
La concepción que subyace en el trabajo de los economistas a veces no está explicitada
o reconocida expresamente por los autores de las aportaciones; a veces es imputada por
terceros y, a veces, es controvertida. Pero, en cualquier caso, está implícita en su trabajo
y es relevante para entender cómo elaboraban sus aportaciones, y para adquirir el
conocimiento significativo de una escuela.
En los casos concretos de las escuelas seleccionadas en la Propuesta de estructura
expositiva del objeto formal del punto anterior, la concepción que corresponde a cada
escuela, según el criterio de sus propios autores, es la siguiente:
Escuela Clásica: Ciencia/disciplina diferenciada.
Escuela Marxista: Ciencia social histórica.
Escuela Neoclásica: Ciencia del comportamiento.
Escuela Keynesiana: Ciencia y arte (Política económica)
Escuela Austríaca: Ciencia del comportamiento. Rama de la praxeología.
La concepción remite al problema epistemológico de si sus aportaciones se realizaban
siguiendo una metodología científica o de otro tipo, lo que analizaremos en el epígrafe
III.3, donde estudiaremos cómo trasladarlo didácticamente a un curso de introducción a
la economía.
En este epígrafe aportamos sólo una reflexión: las concepciones aparecen ligadas a las
escuelas y están estrechamente relacionadas con la metodología y el enfoque de cada
escuela. Por tanto, didácticamente, deberán presentarse unidas a la presentación de cada
una de ellas.
148
III.2 Relación de la economía con otras disciplinas.
Incluiremos sólo las aportaciones necesarias de otros autores para formarnos una
opinión básica acerca del tratamiento que ofrecen sobre la posible relación entre la
economía y otras disciplinas.
Ya se ha indicado en III.1.1 que Cantillon “fue uno de los primeros en [...] desarrollar
una explicación económica de la localización de las ciudades y núcleos de población”
(Ekelund y Hébert, 1992, p. 81), que Malthus incorporó el crecimiento de la población
en su obra principal, y que otros autores consideraron también la evolución de la
población como un factor importante del crecimiento económico.
Esta consideración de la población como un elemento relevante en el análisis
económico, que llegó hasta finales del s. XIX, pone de manifiesto que la Demografía
era una disciplina utilizada ampliamente en economía. Sin embargo, esta situación se
modificó al cambiar el paradigma dominante en la economía, en este caso la llegada del
marginalismo. Schumpeter explica así este cambio: “porque el sistema de utilidad
marginal no dependía de ninguna hipótesis determinada acerca de las tasas de natalidad
o de mortalidad [...] Por eso la rama ´Población´ de la economía general tendió a
secarse...” (1954, 971-972). Una primera conclusión que podemos extraer de este
149
sencillo ejemplo es que la relación entre la economía y alguna disciplina surge cuando
el enfoque de alguna escuela determinada lo plantea.
De los libros de texto seleccionados, el de Samuelson es uno de los pocos que aborda
este asunto de la relación de la economía con otras ciencias, concretamente en el
epígrafe titulado La economía en las ciencias sociales, aunque lo hace de un modo
superficial, al limitarse a consignar que “la economía limita con otras importantes
disciplinas académicas. La ciencia política, la psicología y la antropología son todas
ellas ciencias sociales cuyo objeto de estudio coincide parcialmente con el de la
economía” y que “la economía también se basa considerablemente en el estudio de la
historia”. Y, curiosamente, al final del epígrafe, pero dentro de éste, dice que “entre las
muchas otras materias relacionadas con la economía, es de especial importancia la
estadística” (1985, pp. 6-7). Este autor mezcla disciplinas con una relación con la
economía meramente instrumental, como la Estadística, con otras cuya relación con la
economía se deriva de su condición de fronterizas con ella.
Hicks trata este asunto de modo parecido en su libro Estructura de la economía, y
afirma que “la economía pertenece [...] a [...] las Ciencias Humanas, [...] aquellas que
tratan de la conducta humana. Hay otras [...] además de la economía: la psicología y la
política [...] y quizás también la sociología. Todas estas ciencias afectan a la economía
por lo que el estudiante hará bien en mantener cierto interés en ellas” (1942, p. 11).
Como vemos, estos dos autores confirman la existencia de relaciones de dependencia
entre la economía y otras disciplinas, pero no profundizan en su significado
epistemológico ni derivan consecuencias y apenas mencionan las relaciones de tipo
instrumental, quizás por su obviedad.
150
Leontief escribió una “Nota sobre la interpretación pluralista de la historia y el
problema de la cooperación interdisciplinaria” (1966, pp. 15-25) en la que se aborda la
existencia de espacios comunes entre las ciencias como un asunto que remite al
problema general de la relación entre disciplinas y, en particular, al de las ciencias
sociales. En dicha Nota simplemente presentaba los perfiles básicos del problema y al
final del escrito apuntaba que “lejos de ser miembros de una familia bien integrada, las
disciplinas individuales aún mantienen su soberanía en la mayoría de los casos” (1966,
p. 25). Habría que entender, sensu contrario, que si las disciplinas individuales fueran
una familia bien integrada reconocerían sus espacios comunes y avanzarían conjunta y
armónicamente en sus investigaciones. En definitiva, de este escrito de Leontief se
deduce implícitamente la existencia de espacios comunes, que son los que
determinarían algún tipo de relación entre la economía y otras disciplinas.
Para Pasinetti hay “una discriminación brusca entre aquellos problemas económicos que
se tienen que resolver sobre la base de sólo la lógica –para los que la teoría económica
es enteramente autónoma- y aquellos problemas económicos que surgen en conexión
con instituciones concretas, o con grupos particulares o la conducta individual, para los
que la teoría económica no es ya autónoma y tiene que integrarse con hipótesis
adicionales, que pueden provenir muy bien de otras ciencias sociales” (Pasinetti, 1985,
p. 15).
Bunge llega a una conclusión similar, pero por un camino muy diferente. En su libro
Economía y filosofía analiza la condición científica de la Economía, tomando como
referencia una serie de requisitos elaborados por él mismo. Uno de ellos es que “el
campo de investigación” de la propia disciplina sea, a su vez, “un componente de un
campo cognitivo más amplio...” (1992, pp. 103-104). En su opinión, no lo cumple
porque “No sólo la economía política no crece en el suelo de la psicología experimental
y de la antropología contemporáneas, sino que no hace caso de sus hermanas, la
sociología y la politología”, y añade, en línea con su concepción sobre la situación
actual de la economía, “Esta ausencia de solapamiento con las ciencias vecinas es un
defecto [...] porque el aislamiento de los demás campos cognitivos es una característica
de la pseudociencia” (1982, pp. 108-109)49.
49
En estas citas Bunge no se dirige a una escuela en particular, sino a la economía en general.
151
Schumpeter también da por hecho que la historia del análisis económico no se puede
entender sin contemplar “para cada uno de los períodos que estudiemos [...] algunos
desarrollos contemporáneos que se hayan producido en otras ciencias” (1954, p. 61) y lo
hace detallada y sistemáticamente a lo largo de la obra citada, dedicando numerosos
epígrafes, y aún capítulos completos, a las relaciones entre la Economía y la Historia, la
Sociología, la Psicología y la Política.
Así, en la Propuesta de estructura expositiva de los contenidos del objeto material, del
epígrafe anterior, encontramos numerosos ejemplos en los que se pone de manifiesto la
utilidad de otras disciplinas para analizar y describir propiamente el detalle y los
contenidos de la actividad económica. A continuación mostramos algunos:
Profundizar en la descripción y desarrollo de los contenidos del módulo del Sector
Financiero del EGAE, exige acudir a la disciplina de las Matemáticas Financieras o
152
Actuariales, o a la legislación en materia de regulación de los intermediarios
financieros.
Profundizar en el conocimiento y registro de los agregados de la actividad
económica, exige acudir a la disciplina de la Contabilidad Nacional.
Profundizar en la tipología y naturaleza de las unidades empresariales del módulo de
Producción del EGAE, nos lleva a la disciplina del Derecho Mercantil o a la
Economía de la Empresa, y avanzar en el conocimiento de los balances y cuentas de
resultados de dichas unidades empresariales, nos conduciría a la Contabilidad de
Costes, General o de Sociedades.
Para avanzar en el conocimiento de los flujos de ingresos y gastos del Sector
Público, necesitamos acudir al Derecho Fiscal.
Para comprender mejor numerosos aspectos de la oferta de las empresas o del
comportamiento de los consumidores, tenemos que acudir a la disciplina del
Marketing o a la Psicología.
Para medir agregados o estimar características de una población en base a los datos
de una muestra, tendríamos que apoyarnos en la Estadística Descriptiva o en la
Estadística Inferencial.
Hay otro tipo de relación diferente entre la economía y otras disciplinas, que se da
exclusivamente en el plano del objeto formal, esto es, de las escuelas. Se trata de los
50
Según Bunge “así es como la física, [...], la economía y las demás ciencias recurren a la matemática,
empleándola como herramienta para realizar la más precisa reconstrucción de las complejas relaciones
que se encuentran entre los hechos y entre los diversos aspectos de los hechos; dichas ciencias [la
economía entre ellas] no identifican las formas ideales con los objetos, sino que interpretan las primeras
en términos de hechos y de experiencias (o, lo que es lo mismo, formalizan enunciados fácticos)” (1966,
p. 7).
153
casos en que el enfoque de alguna escuela derive en algún contenido –generalmente
referido al contexto o sus componentes sociológicos, institucionales, culturales o
incluso psicológicos- que pertenezca también a otra disciplina, o que se solapen
parcialmente, o cuyo significado sea objeto de discrepancia entre esas disciplinas. En
otras palabras, estaríamos ante una escuela económica que tuviera algún espacio común
con otra disciplina en sus respectivos objetos formales.
En estos casos se trata de una relación que podemos denominar de dependencia mutua o
interdependencia entre disciplinas, como la que encontramos en la relación de la
Economía con la Sociología, la Politología, la Psicología, la Antropología o la Historia.
Por tanto, hemos definido y caracterizado dos tipos de relaciones entre la economía y
otras disciplinas: relaciones instrumentales y de dependencia mutua.
Respecto de las instrumentales, se aprecia inmediatamente la necesidad de adquirir un
alto grado de competencia en ellas para tener un conocimiento claro y de detalle de la
actividad económica, el objeto material de la economía común a todas las escuelas.
Obviamente, en un curso introductorio no se pretende alcanzar ese grado de
competencias en las disciplinas instrumentales51, se trata más bien de que sepan de su
existencia, pero entendemos que un conocimiento mínimo de esas disciplinas es
necesario, y nos obligaría a hacer algunas ´interrupciones´ o incisos en la exposición del
curso, para facilitar el aprendizaje significativo de los contenidos relacionados con la
disciplina instrumental que corresponda.
Aunque es difícil concretar con precisión el alcance de esos incisos o refuerzos,
consideramos que en la Propuesta de estructura expositiva de los contenidos del objeto
material hemos incorporado un detalle de contenidos que permite hacerse una idea del
alcance que tendrían estas aproximaciones a las disciplinas instrumentales.
Respecto de las relaciones de dependencia mutua -la disciplina o disciplinas con las que
una escuela económica concreta tenga contenidos comunes en su objeto formal-, puede
decirse que tienen un interés dependiente del grado de profundidad con que se esté
abordando la enseñanza/aprendizaje de una escuela determinada. Aunque el interés
epistemológico de este aspecto es indudable, creemos que su inclusión en la
introducción a alguna escuela –dentro, a su vez, de un curso introductorio- no llevaría
51
Normalmente, en los planes de estudio, la adquisición de esas competencias se concreta en materias
separadas que se imparten en paralelo o posteriormente al curso de introducción a la economía.
154
aparejado hacer una ´interrupción´ importante. Además, la casuística de este aspecto
puede ser tan abundante, y sujeta a opinión de diferentes autores, que excede el ámbito
de nuestro trabajo, por lo que entendemos que su gradación debería dejarse al arbitrio
del responsable del curso.
155
III.3 La economía en el contexto de las ciencias
Por otra parte, hemos optado por mostrar los diferentes posicionamientos
epistemológicos sobre la ciencia o la economía en una ordenación meramente
cronológica, prescindiendo de otros hilos conductores, como pudieran ser la relación de
la ciencia con la historia en general, con el desarrollo de la filosofía o escuelas de
pensamiento o con alguna otra manifestación de la actividad humana. Algunos autores
de textos sobre la historia de la filosofía de la ciencia suelen apuntar esquemas
interpretativos diversos que recorren toda la línea del tiempo histórico52; sin embargo,
entendemos que para nuestro objetivo, es suficiente inicialmente con una mera
ordenación cronológica de las aportaciones más significativas sobre la ciencia y la
52
Así, por ejemplo, Mardones (1991, pp. 20-21) en el contencioso sobre la cientificidad de las ciencias
humanas o sociales dice: “Si miramos el panorama de la filosofía de la ciencia y de lo que tiene que ser
considerado por tal, desde la altura de la historia, se distinguen dos tradiciones importantes: la llamada
aristotélica y la denominada galileana … dos tradiciones vivas que llegan, con su caudal enriquecido
por las vicisitudes históricas, hasta nuestro hoy, y persisten en una confrontación o pugilato, cuyo lugar
más visible es la fundamentación de las disciplinas humanas o sociales como ciencia”.
158
economía realizadas por autores que se han pronunciado sobre su epistemología; con
dichas aportaciones, y los criterios didácticos adoptados en la parte II, intentaremos
decidir qué contenidos y de qué modo presentarlos en un curso de introducción a la
economía.
La ciencia antigua53
Los orígenes
De acuerdo con Hull, las civilizaciones babilónica y egipcia disponían de “abundantes
observaciones sistemáticas y registradas sobre las cuales se basaban ciertas
generalizaciones empíricas”, (1959, p. 19) derivadas de sus observaciones astronómicas.
Probablemente su interés astronómico estuviera ligado a las rutinas de las estaciones,
de los eclipses, o a su relación con la agricultura. En cualquier caso, no hay registrados
intentos de explicar el movimiento de los astros. Para estas civilizaciones, “la geometría
no era un cuerpo de conocimientos articulado. Era una colección de reglas prácticas de
medida y agrimensura” (1959, p. 22).
53
Tomamos esta denominación, así como el fraccionamiento y duración de esta etapa, de la obra de Hull
(1959).
159
compatible con sus movimientos aparentes y al mismo tiempo, lo más sencillo posible”
(1959, pp. 28-29). Como se advierte, era un procedimiento especulativo, se trataba de
buscar una teoría o hipótesis en la que encajaran los hechos observados: en otras
palabras, una generalización por inducción. Así, “concibieron la idea de que la tierra
podría sostenerse sola, sin apoyo, en el espacio vacío” (1959, p. 34).
Tales de Mileto “dedujo algunos teoremas generales partiendo de premisas que eran
más sencillas y fáciles de aceptar que las conclusiones” (1959, p. 32), iniciando la
concepción del método deductivo. Los pitagóricos avanzaron en este sentido y
“construyeron un sistema coherente en el que todos los teoremas se siguieran
demostrativamente de unos pocos axiomas explícitamente afirmados. Si los axiomas
eran verdaderos lo serían todas las demás proposiciones” (1959, p. 39). Esta geometría
pitagórica “ha sido considerada al arquetipo de todos los sistemas deductivos y […] la
primera matemática genuina” (1959, p. 42), así como posteriormente la de Euclides, que
fue una versión revisada y ampliada de ésta.
Inicialmente, los axiomas eran proposiciones o enunciados tan evidentes que se
aceptaban sin demostración, pero pronto pasaron a ser algo que no necesitaba
demostración, y “la modesta afirmación de que los teoremas de la geometría se siguen
de sus axiomas fue sustituida por la pretensión […] sin fundamento de que los teoremas
de la geometría eran verdaderos respecto del mundo físico porque se seguían de los
axiomas” [...] “el error metafísico […] ha consistido en suponer que métodos análogos
[…] son por sí mismos capaces de revelar la verdad material” (1959, pp. 44-45). Sin
embargo, como dice el mismo autor, “no hay más que un camino para averiguar si los
axiomas de la geometría son de hecho enunciados verdaderos sobre el mundo; ese es el
camino empírico” (1959, p. 43)
El período ateniense
En el periodo denominado ateniense, s. V a. de C., considerado el de máximo esplendor
filosófico, surgieron algunas aportaciones a la concepción de la ciencia relevantes para
el resto de la historia, aunque muchos de sus pronunciamientos incluyeran numerosos
elementos meramente especulativos. Así, en Física y Astronomía, Anaxágoras y otros
postularon que la composición de la materia incluía elementos como el fuego, la sangre
o el plomo, mientras que Leucipo y Demócrito mantuvieron la teoría atomista, según la
cual la materia estaría compuesta por átomos, partículas indivisibles e indestructibles;
según esta teoría todo lo que existe estaría compuesto de átomos o de vacío; el cambio
160
sería una nueva redistribución de átomos, pero sin cambios en el propio átomo. Según
Hull “debe considerarse puramente casual” (1959, p. 61) la confirmación posterior de
este enfoque que, en el fondo, era una especulación más.
Para Platón, sin embargo, la “única verdadera realidad” son las ideas, y el conocimiento
es el estudio de las ideas, ya que “los sentidos no pueden proporcionar conocimiento”.
Los sentidos no pueden revelar más que una imagen falsa y confusa de la realidad, apta
para engañar al hombre” (1959, pp. 85-86). Por eso, este autor –Hull- piensa que las
teorías de Platón son opuestas a la observación y al experimento típicos de la ciencia.
Afirma, en concreto, que “la fe en la teoría platónica conduce al tipo de pensador
apriorístico que intenta embutir la naturaleza en un esquema intelectual preconcebido”
(ib).
161
causa tiene […] cuatro aspectos: la causa formal, la causa material, la causa eficiente y
la causa final […]. No podía faltar a una pretendida explicación científica de un
fenómeno o hecho, el dar cuenta de su causa final o telos […] Aristóteles exigía
explicaciones teleológicas, que aclarasen ´con el fin de que´ ocurren los fenómenos […]
Es precisamente este acento puesto por Aristóteles y la ´ciencia aristotélica´ en la
explicación teleológica o finalista el que se considera prototipo de esta tradición y
permite encontrar semejanzas con posturas actuales” (1991, p. 22).
La concepción aristotélica de la ciencia es relevante de suyo para iniciar el
entendimiento de la propia ciencia y también porque algunos representantes de escuelas
económicas actuales reclaman el influjo de Aristóteles en su fundamentación. Este sería
el caso de Menger, cuya reclamada fundamentación aristotélica es sometida a crítica por
R. Crespo (González et alia, 2008, pp. 73-81). Para este autor, Aristóteles divide las
ciencias atendiendo a la naturaleza de su objeto de estudio, en ciencias especulativas o
teóricas, prácticas y poéticas o técnicas. Las ciencias especulativas “tendrían como
objeto de estudio a los entes separados, inmóviles o que tienen en sí mismos el principio
de movimiento”, propios de la matemática, la física y la teología. Las ciencias prácticas
y las técnicas versarían sobre las acciones humanas o sea objetos “que tienen el
principio de movimiento en quien las realiza”.
Sobre las ciencias teóricas considera que son “conocimiento verdadero y cierto, infalible
sobre un objeto necesario” […] no de lo particular, sino de lo universal, de “lo que se da
en cada uno en sí y en cuanto tal […]. Lo universal es lo que muestra la causa. Por eso
la ciencia es conocimiento de y por las causas”. Para Aristóteles, ciencia es el
conocimiento de lo que es necesariamente así y no puede ser de otro modo. La ciencia
práctica, sin embargo, sería “ciencia por semejanza […] En primer lugar, porque los
actos humanos no son necesarios, sino contingentes. En segundo lugar, porque en ésta
se pierde el carácter desinteresado que tiene la ciencia especulativa […].´ La verdad
[…] tratándose de cuestiones prácticas, se juzga por los hechos y por la vida, que son en
ellas lo principal´ […] ´el fin de la ciencia teórica es la verdad y el de la ciencia
práctica, la obra´”. Las características de las ciencias prácticas serían:
Inexactitud.- Debido a las diferencias, fluctuaciones e incertidumbre propias de las
acciones, esta limitación no se considera un demérito de estas ciencias sino el
resultado de su adaptación a su objeto de estudio. “El yerro no está en la ley ni en el
162
legislador, sino en la naturaleza de la cosa, puesto que tal es, desde luego, la índole
de las cosas prácticas”.
Fin práctico.- Ya se ha dicho que su fin es la obra. Sin embargo, se abre la
posibilidad que fuera una ciencia teórica con un objeto práctico. Ante esta
pretensión se aclara que “aunque la ciencia en cuestión sea teórica por el fin, o tenga
una parte teórica y otra práctica, la implícita ordenación a la acción es la que manda
en cuanto a su encuadramiento epistemológico”.
Carácter normativo-ético. Las ciencias prácticas serían ciencias morales. “Lo es en
primer lugar la política […] el fin de la política es […] aprender cuáles son las cosas
buenas y justas”. Comprendería conocimientos referidos tanto a la racionalidad ética
de las acciones como a su racionalidad técnica.
Contacto estrecho con la experiencia.- “Estas ciencias están muy cerca de lo
singular y de lo contingente. Requieren […] una consideración de las circunstancias
sociales culturales e históricas, del lugar y del tiempo […] [Aunque] esto no
equivale a un relativismo cultural o historicista, ya que la razón pone orden en
dichas opiniones y experiencias, las enfrenta dialécticamente y extrae conclusiones
también generales”.
Metodológicas.- “No es posible limitarse a la utilización de un método único, sino
que es preciso recurrir a una pluralidad […] haciendo uso de cada uno de ellos en la
medida y el ‘momento’ adecuado”.
Finalmente, en la interpretación aristotélica que estamos trasladando sobre las ciencias,
se consigna que las ciencias prácticas incluyen la política, la estrategia, la retórica, la
economía… Ya “que para Aristóteles, la economía es un acto humano concreto: el uso
de lo necesario para la vida buena”.
Aristóteles inició el desarrollo de la lógica al clasificar los razonamientos según sus
formas. “Se dio cuenta de que la estructura de un argumento puede estudiarse
separadamente de su tema […] La intención de Aristóteles era enumerar esas formas y
establecer las reglas mediante las cuales puede establecerse su validez” (Hull, 1959, p.
87). Aunque no contempló muchas formas de razonamiento, su importancia radica en
que inició el estudio sistemático de las formas abstractas.
163
que deben su nombre. Eran de origen griego en su mayor parte, aunque recibieron
influencias de otras culturas no helénicas. “Los fundadores del Museum estaban bajo la
inspiración de Aristóteles” y abandonaron los planteamientos meramente especulativos
de Platón, por lo que sus métodos para alcanzar el conocimiento consistieron en
“programas de observación sistemática” y destacaron especialmente en astronomía y
matemáticas, aunque también hicieron aportaciones relevantes en física y en ingeniería
(1959, pp. 93-95).
Arquímedes es, según numerosos historiadores, uno de los hombres de ciencia más
importantes de la historia. Su trabajo se desplegó en el área de la geometría, la
aritmética, la física y la ingeniería. Acometió el estudio de la medición de figuras
limitadas por líneas curvas, utilizando el método de exhaustiones que, básicamente,
consistía en inscribir las figuras curvas –por ejemplo, un círculo– entre figuras
poligonales y regulares cada vez de mayor número de lados, para finalmente poner un
límite superior y otro inferior al área buscada del círculo. Extrapoló el método citado a
numerosos problemas de áreas y volúmenes. Resolvió el problema de dividir un ángulo
en tres partes, mediante la introducción de la célebre espiral que lleva su nombre.
Escribió un estudio sobre la teoría de la palanca que extendió a las poleas, con
intencionalidad práctica. Ideó un dispositivo –la hélice arquimédica– para extraer agua
de los ríos, con la misma intencionalidad práctica; etc. Arquímedes fue el primero en
resolver problemas de medición utilizando métodos experimentales, como la pesada, y
165
utilizó la inferencia para estimar el valor de una variable en función de otra, por
ejemplo, el volumen y el peso de dos sólidos del mismo material.
La Edad Media
Esta etapa se inicia con el fin del imperio romano y la irrupción del Cristianismo y llega
hasta el siglo XV. Durante este período la ciencia entra en decadencia: “el pensamiento
cristiano fue tan incoherente con la ciencia como la acción romana” (Hull, 1959, p.
137). El filósofo Escohotado dice de esta etapa: “Aunque se habla de una "filosofía
cristiana, cuyos representantes más eminentes son Agustín de Hipona (para la llamada
Patrística) y Tomás de Aquino (para la Escolástica), el término filosofía se emplea aquí
sólo analógicamente, ya que el Cristianismo es en todo momento una religión. Como tal
religión constituye uno de los hitos absolutos de Occidente, y una perspectiva de
enorme influjo en todos los órdenes, pero diverge radicalmente de aquello que los
griegos inventaron como amor al saber” (1989, p. 182). Esta situación se prolongó
166
durante siglos y sólo algunos hechos tienen interés para nuestro objetivo de acopiar
notas caracterizadoras de la epistemología de las ciencias.
El mundo árabe, presente en el Norte de África, con una actitud diferente a la romana o
cristiana, heredará los conocimientos de Alejandría y algunos procedentes de la India.
Así, Aljuarismi introdujo la numeración decimal, acontecimiento trascendental para
facilitar el cálculo numérico, y Alhacén hizo notables aportaciones en óptica y estudió la
refracción atmosférica, entre otros fenómenos.
A partir del siglo VIII comenzaron a llegar a Europa los conocimientos de los árabes y
con éstos los procedentes del helenismo. Lentamente, y debido a diversas circunstancias
–viajes, guerras, expediciones comerciales, cruzadas, etc.– que incrementaron el
contacto de Europa con otras culturas, se fue gestando el humanismo y la llegada del
Renacimiento. Este proceso se produjo con muchas dificultades. Como dice Hull:
“Durante mucho tiempo esos prometedores signos fueron esporádicos y debidos más
bien a un reducido número de notables personalidades. Tales fueron el Papa Silvestre II,
el emperador Federico II […], y el franciscano Rogerio Bacon. [Éste] habría sido muy
importante en la historia de la ciencia si sus contemporáneos hubieran aceptado lo que
él enseño. Su opinión […] de que el conocimiento del mundo tiene que conseguirse
mediante la observación y no por la autoridad, no impresionó gran cosa a los hombres
de la época, que prefirieron aplaudir la simultánea entronización de Aristóteles realizada
por San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino” (Hull, 1959, p. 151). Hay que
observar que este Aristóteles es el de la causa final o teleológica de los fenómenos.
Al final de esta etapa hubo otros procesos, éstos positivos, que contribuyeron a sentar
las bases de la próxima etapa de la ciencia. “Crecieron y se desarrollaron los centros de
enseñanza hasta cristalizar en escuelas bien ordenadas, catedralicias o monásticas, de las
que toma su nombre [...] la Escolástica [cuyo] horizonte intelectual empezó a ampliarse
cuando llegaron traducciones latinas de las versiones árabes de los clásicos de la ciencia
y el pensamiento griego” (1959, p. 155). De un modo similar se expresa Escohotado:
“La fidelidad a las Escrituras y a su exclusivo intérprete que es el Papado asfixia
durante un milenio largo la consideración objetiva de los fenómenos. [Aunque] No es
menos cierto que el retorno al proyecto de una investigación científica se verificará
gracias al apoyo de altos dignatarios eclesiásticos desde el siglo XIV. De hecho, lo que
167
la Escolástica pueda tener de filosofía surge cuando declina el interés por la teología
dogmática y los clérigos comienzan […] a pensar” (1989, p. 184).
En otro orden de cosas, hay que reseñar los conocimientos técnicos y habilidades que
fueron adquiriendo los artesanos y que luego resultaron de incalculable valor para el
desarrollo de la ciencia (Hull, 1959, p. 155). Podría decirse que el cambio de escenario
estaba apuntando un cambio correspondiente en la ciencia.
La Revolución Científica
Los precursores de esta etapa son numerosos autores que cronológicamente podrían
situarse al final de la Edad Media, pero que ubicamos dentro de este epígrafe por esa
condición de antecesores o adelantados. El clérigo Guillermo de Occam mantiene que la
razón no es sierva de la fe, que el saber racional parte de la observación y que en ciencia
sólo es aceptable lo que sea objeto de un conocimiento ´intuitivo´ (próximo a empírico
en este autor). El teólogo Rogerio Bacon, de formación amplia, típicamente
renacentista, “defendió con énfasis la matematización del conocimiento y la experiencia
inmediata”. (Escohotado, 1989, p. 194). El Obispo Grosseteste fue maestro del anterior
autor y de formación y orientación semejantes. El filósofo Jean Buridán, discípulo de
Occam y rector de la Universidad de París, realizó estudios y experimentos relativos a la
cinemática. Su sucesor en el rectorado de París, el obispo Alberto de Sajonia, estudió y
experimentó con la cinemática derivada de la gravedad; etc.
Los éxitos de la astronomía en el siglo XVII para explicar las inconsistencias de las
teorías anteriores, respecto de los movimientos de los astros, fueron un acontecimiento
decisivo para restaurar la confianza perdida en el uso de la razón como fuente de
conocimiento. “El progreso de la astronomía fue rector para las demás ciencias” (Hull,
1959, p. 158) y contribuyó a perfilar un concepto de ciencia que posteriormente se
convertiría en referencia de numerosos enfoques epistemológicos. Además, significó un
cambio drástico en la noción que el hombre tenía de su lugar en el Universo y de sí
mismo. Por ello, nos detendremos en esta etapa lo suficiente para caracterizar la
concepción de ciencia que se gestó en este período.
Copérnico (1473-1543) dio el primer paso. Retomó de Aristarco la idea de que la Tierra
girase alrededor del Sol. Tras años de paciente trabajo de observación y cálculos,
comenzó a encajar todos los movimientos aparentes de los astros en su modelo: El Sol
168
en el centro; los planetas alrededor en círculos concéntricos y en su orden –Mercurio,
Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno–; la Luna alrededor de la Tierra; los planetas
más cercanos al Sol girando más rápido que los lejanos; la Tierra girando sobre su eje
una vez al día; etc. Si bien mantuvo algunas ideas previas de naturaleza no científica
(procedentes de la tradición griega) como, por ejemplo, la creencia pitagórica en la
perfección de la esfera y la circunferencia, lo que determinó que postulase estas formas
para el universo, los astros y sus trayectorias. Diversas dificultades con la autoridad
religiosa determinaron que su obra De revolutionibus sólo pudiera publicarse en 1543,
año de su muerte.
Kepler (1571-1630), que fue discípulo del anterior, adoptó y defendió las ideas de
Copérnico. Su discapacidad visual no le facilitaba los trabajos de observación, así que
se basó, en buena medida, en los trabajos de Tycho Brahe. Sin embargo, era un gran
matemático y demostró una poderosa imaginación y creatividad para la realización de
cálculos y mediciones de distancias astronómicas, aunque tuvo que superar algunos
prejuicios pitagóricos, consistentes en suponer que debían existir algunas
correspondencias mágicas entre los números y las distancias entre los astros.
Finalmente, superó estos apriorismos y tras la elaboración y prueba de numerosísimas
hipótesis pudo formular las leyes que llevan su nombre54.
Kepler representó una nueva forma de acercarse a los fenómenos. Antes de él, con
excepción de Copérnico, los científicos observaban los astros tratando de constatar que
su movimiento se atenía a lo previsto en un modelo. Si encontraban diferencias,
buscaban la forma de explicarlas con sucesivas modificaciones del modelo utilizado
(p.ej. el de Ptolomeo). Kepler se afana en entender el porqué físico de cada variación
descubierta. Así, descubrió que los planetas se desplazan más lentamente en su
trayectoria cuando están lejos del Sol que cuando están cerca. Este descubrimiento le
llevó a plantear hipótesis explicativas del mundo de la física, una de ellas muy próxima
54
1ª Ley: Los planetas, en su movimiento alrededor del Sol describen elipses, en uno de cuyos focos está
el Sol; 2ª Ley: El radio vector que une cada planeta al Sol barre áreas iguales en tiempos iguales; 3ª Ley:
El cuadrado de los períodos de la órbita de los planetas es proporcional al cubo de la distancia promedio
al Sol.
169
a la futura ley de gravitación universal. Así continuó descubriendo que las órbitas no
son circulares sino elípticas, que el universo no es uniforme, etc. El filósofo Escohotado
lo describe así: “Precisamente esto explicará que la obra maestra de Kepler se llame
Astronomía nueva fundada sobre causas o física celeste, expuesta en comentarios sobre
la estrella Marte. Lo ´nuevo´ absolutamente es hallarse fundada sobre causas
exclusivamente corpóreas, que transforma todo el problema de los cielos en un
problema físico y barre de golpe toda la astronomía meramente matemática de los
epiciclos, subsistente aún en Copérnico” (1989, p. 214)
170
se trata de averiguar el ser (real) de las cosas a través de sus causas finales, “en vez de
investigar ‘causas’ se tratará de descubrir ‘leyes’, porque lo real no es algo que brote
espontáneamente, sino una materia gobernada, legislada, por un agente inmaterial.
Quien logre descubrir esta legislación alcanzará, nos dice Galileo, ‘una sabiduría
idéntica a la divina’” (Escohotado, 1989, p. 229).
El filósofo Francis Bacon (1561-1626) se identifica con las nuevas formas de hacer
ciencia. Formula la separación de la filosofía y la ciencia. “El afán puramente
contemplativo es, según él, algo que ‘corrompe a la ciencia’ cuya única finalidad
racional consiste en averiguar las leyes naturales y permitir al hombre explotar dicho
conocimiento en su beneficio […]. Propone como procedimiento prácticamente único la
experimentación” (Escohotado, 1989, p. 231).
Podría decirse que hasta Galileo y Bacon la filosofía y la ciencia eran lo mismo, aunque
con diferentes objetos pero, a partir de entonces, la ciencia, unida a la técnica, se separa
de la filosofía, persiguiendo la eficacia a través de la metodología experimental. “La
nueva ciencia recoge ese interés pragmático, acorde con el intento de dominar la
naturaleza, y señala una actitud tecnológica del conocimiento y sus aplicaciones. F.
Bacon será el gran apóstol de esta actitud científica” (Mardones, 1991, p. 25)
172
inductista– fue refrendado por filósofos como Locke, Berkeley o Hume, entre otros,
principalmente británicos.
En esta línea, Descartes afirma la capacidad del sujeto investigador para construir,
mediante la introspección y la lógica, conocimiento verdadero y cierto, al margen de
experiencias previas y contrastes empíricos posteriores. La famosa sentencia, cogito
ergo sum, significaba que “si yo sé que existo porque pienso, entonces puedo conocer la
existencia de los otros porque pienso. Por consiguiente, el cogito no sólo elevó la razón
humana hasta una suprema posición desde la que demostrar el mundo externo, también
tendió a hacer subjetivo y a priori todo conocimiento de él” (Katouzian, 1985, p. 35).
La objeción que se presenta a este método deductivo/racionalista es la dificultad para
discernir si las premisas utilizadas en la deducción son verdaderas, en cuyo caso las
conclusiones serían verdaderas, o falsas, en cuyo caso las conclusiones serían falsas.
Kant, que vivió en una época caracterizada por el fuerte desarrollo del progreso
científico –sobre todo de las matemáticas, la física y la química– mantuvo una postura
ecléctica sobre ambos métodos. Distinguió entre los juicios sintéticos, elaborados a
posteriori de la observación y la experimentación, defendidos por los
inductistas/empiristas, y los juicios analíticos, de carácter lógico y racional elaborados a
priori de la observación, defendidos por los deductivistas/racionalistas.
Hemos mostrado cómo esta acuñación de ‘lo científico’ frente a ‘lo filosófico’ llevó a
Locke a postular la separación o clasificación de los campos de la ciencia y de la
filosofía. Sin embargo, el avance de la ciencia se producía, a su vez, en varios campos:
la astronomía, la física, la química, la óptica, la electricidad, etc. Era lógico que se
propusieran clasificaciones de las diferentes ciencias (o del conocimiento en general).
Con anterioridad a este período de separación de la ciencia y la filosofía, hubo
clasificaciones del conocimiento en general o, en otras palabras, del saber filosófico. En
esta línea, Kedrov distingue “dos grandes períodos en el proceso de clasificación
científica que se corresponden con las dos grandes etapas de la historia universal de la
ciencia: la etapa filosófica en la cual filosofía y ciencia constituían un único cuerpo de
conocimiento, hasta […] el Renacimiento, y la etapa de la disgregación del
conocimiento en saber filosófico […] y saber científico […] a partir de la separación
definitiva de las ciencias naturales de la filosofía” (Gimeno Perelló, 202, p. 13).
174
la operación”. (Gimeno Perelló, 2002, p. 15). Aunque podríamos encontrar otras
clasificaciones correspondientes a este período 56 , entendemos: 1) que la tradición
aristotélica es la mayoritaria; 2) que el criterio de clasificación de los saberes es el
objeto de éstos; 3) la Economía o Económica se ubica en un grupo diferente de la Física
o de las Matemáticas57.
El Positivismo y el antipositivismo
En las dos etapas que restan, distinguiremos las aportaciones a cada una de ellas en dos
apartados: Epistemología de la Ciencia y Epistemología de la Economía. De este modo
intentamos contemplar con más claridad la evolución diferente, aunque paralela en el
tiempo, de la epistemología de la ciencia en general y de la economía en particular.
Epistemología de la Ciencia
Una vez que la ciencia encontró el camino abierto por Copérnico, Kepler, Galileo y
Newton, entre otros, su desarrollo continuó imparable en diversos campos durante dos
siglos. La Revolución Industrial fue el escenario donde la nueva ciencia, las ciencias
naturales, desplegaron su utilidad. A finales del siglo XVIII un acontecimiento histórico
alteraría muchos cimientos que hasta entonces parecían firmemente establecidos,
incluído el de la filosofía de la ciencia. Este acontecimiento fue la Revolución Francesa.
La crisis de la sociedad europea significó una reflexión sobre el fenómeno social. “La
crisis, el estado crítico en que se encontraron los hombres y las sociedades occidentales,
enfrentados con la necesidad de una nueva reordenación social […] sacudió los espíritus
en favor de una intervención consciente y reflejo de la sociedad sobre sí misma”
(Mardones, 1991, p. 28). No es extraño que comenzaran estudios sobre materias
sociales no estudiadas anteriormente desde el nuevo enfoque científico, tales como la
historia, la psicología, la economía, la sociología, etc. Así, llegamos “a mediados del
siglo XIX con una ciencia natural asentada cada vez más fuertemente sobre los pilares
de la tradición galileana, y unas ciencias humanas […] con pretensiones científicas” (ib.
p. 28). Igualmente, era previsible que se suscitara la reflexión entre los filósofos de la
56
Véase Gimeno Perelló (2002, pp. 14-16).
57
La Enciclopedia (c. 1750) organizaba el conocimiento humano en tres partes: memoria (historia), razón
(filosofía) e imaginación (poesía). La economía, bajo la denominación de economique, estaba ubicada en
la filosofía, y etiquetada como ciencia moral dentro de las ciencias del hombre y fuera de las ciencias de
la naturaleza.
175
ciencia, sobre las ciencias naturales y su relación con las nuevas disciplinas que recaían
sobre objetos diferentes a los de aquéllas, como la sociedad o el individuo.
La primera posición frente a este asunto es la del positivismo, término que acuñó Saint
Simon (1760-1825), creador de una especie de religión, con el propósito de introducir
mejoras en la sociedad. Comte (1798-1857), que fue su secretario durante algunos años,
en su obra Discurso sobre el espíritu positivo, enumeraba las notas que caracterizaban
lo positivo: 1) lo real o “accesible a nuestra inteligencia” frente a lo quimérico; 2) lo útil
frente a lo ocioso; 3) lo seguro frente a lo dudoso; 4) lo preciso frente a lo vago; 5) lo
afirmativo en vez de lo negativo; y 6) lo relativo en vez de lo absoluto (Escohotado,
1989, pp. 372-376). Para este autor, el conocimiento y la sociedad pasan por tres
estadios: el teológico o mitológico, el especulativo y el positivo o científico. Rechaza
todo tipo de metafísica o espiritualismo, es un materialista sin matices. Para él “el
conocimiento válido es el conocimiento científico, que se ha de extender a todo campo
de investigación” (Mardones, 1991, p. 135). Clasifica las ciencias en abstractas y
concretas, en el orden cronológico en que han ido adquiriendo el estadio positivo. Así
distingue Matemáticas, Física, Química, Biología y finalmente, la Física social o
Sociología, en la que podríamos considerar incluida, según su criterio, la Economía.
Excluye, sin embargo, a la Psicología, considerando que no es una ciencia ni puede
llegar a serlo ya que “el individuo pensante no puede dividirse en dos […] siendo el
observado y el órgano observador el mismo ¿cómo podría efectuarse la observación?”
(citado por Escohotado, 1989, pp. 376-377). Su prescripción para alcanzar el
conocimiento científico pasaba por las fases de observación, experimentación y
comprobación.
176
Durkheim, sociólogo (1858-1917), se afanó “por dotar a las ciencias sociales del rigor y
objetividad de las ciencias naturales” (Mardones, 1991, p. 138). Fue, por tanto, un
genuino representante del positivismo de Comte en el campo de las ciencias sociales.
En su obra Las reglas del método sociológico escribe: “Nuestro método […] supone que
los hechos sociales son cosas cuya naturaleza, aunque flexible y maleable, de todos
modos no puede modificarse a voluntad […]. Nuestro principal objetivo es extender a la
conducta humana el racionalismo científico, destacando que […] puede reducírsela a
relaciones de causa y efecto, y que mediante una operación no menos racional es
posible luego transformar estas últimas en reglas de acción para el futuro” (Durkheim,
1976, pp. 8-10). Esta regla de tratar los hechos sociales como cosas “no implica ninguna
concepción metafísica […] a lo sumo exige que el sociólogo asuma el estado de espíritu
que caracteriza a los físicos, los químicos, los fisiólogos, cuando se internan en una
región inexplorada de su dominio científico” (ib, pp. 12-16). Para ello propone descartar
sistemáticamente todas las nociones previas sobre los fenómenos sociales objeto de
estudio: “es necesario que [el investigador] se libere de estas falsas pruebas que
dominan el espíritu del vulgo […] de estas categorías empíricas que a menudo ejercen
un poder tiránico por obra de un prolongado acostumbramiento” (ib. pp 54-55).
Como vemos, este autor propone un enfoque para explicar los hechos sociales que
consiste en aproximarse a la sociedad rechazando las nociones previas y tratando a ésta
como un ente diferente de la suma de sus individuos. Durkheim lo formuló así: “Pero,
se nos dirá, como los únicos elementos de que está formada la sociedad son los
individuos, el origen primero de los fenómenos sociológicos sólo puede ser psicológico.
Razonando así se puede establecer con idéntica facilidad que los fenómenos biológicos
se explican analíticamente por los fenómenos orgánicos. Es completamente exacto que
en la célula viva sólo hay moléculas de materia inerte. Sólo que en ella están asociados,
y es esta asociación la que es causa de esos nuevos fenómenos que caracterizan la vida y
de los que no se puede encontrar ni siquiera el germen en ninguno de los elementos
asociados. Y es que un todo no es idéntico a la suma de sus partes […] En virtud de este
principio, la sociedad no es una mera suma de individuos, sino que el sistema formado
por su asociación representa una realidad específica que tiene caracteres propios […].
Es en la naturaleza de esta individualidad y no en la de las unidades que la componen
donde hay que ir a buscar las causas próximas y determinantes de los hechos que se
producen en ella” (citado en Rodríguez, M., 2003, p. 527). “Para Durkheim, la
177
sociología no puede basarse en la deducción a partir de leyes generales, sino en
descubrir relaciones [entre los hechos sociales] y formular leyes concretas; es decir,
debe proceder inductivamente” (Escohotado, 1989, p. 539), esto es, como en las
ciencias naturales. Por hecho social entiende “todo modo de hacer, fijo o no, que puede
ejercer sobre el individuo una imposición exterior […] modos de actuar, de pensar y de
sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coacción en virtud del cual se le
imponen” y deben ser observados por el investigador ateniéndose a la siguiente regla:
“Debemos considerar los fenómenos sociales en sí mismos, separados de los sujetos
conscientes que los representan; es necesario estudiarlos desde fuera, como a cosas
exteriores” (ib. pp. 540-541). Podríamos resumir diciendo que, para este autor, el
enfoque apropiado para estudiar el objeto de las ciencias sociales es el mismo que el de
las ciencias naturales.
La presentación de los autores anteriores nos permite hacer un esquema de los rasgos
básicos del positivismo:
Monismo metodológico. Según este rasgo, todas las disciplinas abordan el estudio
de sus correspondientes objetos materiales con un único método: el denominado
método científico, ya se encuentren en el ámbito de las ciencias naturales o en el de
las sociales.
El método científico es el acuñado para las ciencias naturales, que sería algo así
como el canon de la ciencia.
Un interés en conocer la naturaleza con vistas a su control.
178
especificidad del conocimiento de las ciencias humanas o del espíritu” (Mardones,
1991, p. 88). Para él, el conocimiento de la realidad histórico-social no podía adquirirse
por el procedimiento propuesto por los positivistas. Veía el conjunto de disciplinas
clasificado en dos grupos: ciencias naturales y ciencias del espíritu. “Lo que caracteriza
a las segundas es un objeto (el mundo histórico-social mundano) que podemos
comprender ‘desde dentro’, mientras las primeras se ocupan de un objeto (la naturaleza
material) que nos es extraño y resulta siempre algo externo” (Escohotado, 1989, p. 399).
Puede decirse que para Dilthey y la concepción ‘verstehen’ o ‘comprensión’ lo
determinante para entender los fenómenos se deriva de la diferente naturaleza de los
objetos a investigar. El propio autor, en su obra Introducción a las ciencias del espíritu,
escribe: “De aquí nace la diferencia entre nuestra relación con la sociedad y con la
naturaleza. Las situaciones en la sociedad nos son comprensibles desde dentro; […]La
sociedad es nuestro mundo. [...] Tenemos que dominar la imagen de su estado mediante
juicios de valor siempre en actividad, que transformarlo, al menos en idea, mediante
una acción incesante de la voluntad. [...] Las regularidades que se pueden establecer en
la esfera de la sociedad son muy inferiores en número, importancia y precisión formal a
las leyes que han podido formularse acerca de la naturaleza [...] Las ciencias de la
sociedad no pueden permitir tal satisfacción del entendimiento. [...] Y sin embargo, todo
esto queda más que compensado por el hecho de que yo mismo, que vivo y me conozco
desde dentro de mí, soy un elemento de ese cuerpo social, y de que los demás elementos
son análogos a mí y, por consiguiente, igualmente comprensibles para mí en su
interioridad. Yo comprendo la vida de la sociedad. […] La facultad de comprensión que
actúa en las ciencias del espíritu es el hombre entero; los grandes resultados en ellas no
proceden de la mera fuerza de la inteligencia, sino de una potencia de la vida personal”
(Dilthey, 1980, p. 82).
Otro autor relevante, de gran influencia posterior, que sigue la senda del ‘verstehen’, es
Weber (1864-1920), “uno de los pioneros de la llamada sociología comprensiva”
(Mardones, 1991, p. 248). Su concepto de ‘comprensión’ se basa en la peculiaridad de
que los hechos sociales (o económicos) tienen ‘sentido’ para, partiendo de dicho
‘sentido’, fundamentar una causalidad correcta desde el punto de vista científico.
‘Comprensión’ equivale a captación interpretativa del ‘sentido’ de las acciones de los
sujetos, y ‘sentido’ sería el sentido de los sujetos de las acciones, construido a base de
tipos ideales. Weber escribe en su libro Economía y sociedad. Esbozo de sociología
179
comprensiva: “El método científico consiste en la construcción de tipos, investiga y
expone todas las conexiones de sentido irracionales, afectivamente condicionadas, del
comportamiento que influyen en la acción, como ‘desviaciones’ de un desarrollo de la
misma ‘construido’ como puramente racional con arreglo a fines […] La construcción
de una acción rigurosamente racional con arreglo a fines sirve en estos casos […] como
un tipo (tipo ideal), mediante el cual comprender la acción real, influida por
irracionalidades de toda especie (afectos, errores), como una desviación del desarrollo
esperado de la acción racional” (citado en Mardones, 1991, p. 251). Su concepción de
las leyes que rigen los fenómenos sociales figura en su obra Economía y sociedad: “son
determinadas probabilidades típicas, confirmadas por la observación, de que
determinadas situaciones de hecho transcurran en la forma esperada, ciertas acciones
sociales que son comprensibles por sus motivos típicos y por el sentido típico mentado
por los sujetos de la acción. Y son claras y comprensibles, en su más alto grado, cuando
el motivo subyacente en el desarrollo de la acción […] es puramente racional con
arreglo a fines” (1991, pp. 259-260). El objetivo de este autor es la creación de las
categorías metodológicas necesarias para que el conocimiento por ‘comprensión’ en el
área de las disciplinas sociales sea científico: así los ‘tipos ideales’, el ‘sentido’, la
‘acción racional con arreglo a fines’, etc.
Señalamos, por último, la significación que merecía a Weber la existencia de valores y
subjetividades entre los actores de los fenómenos sociales. En su obra Sobre la teoría de
las ciencias sociales dice: “No existe ningún análisis científico ‘objetivo’ de la vida
cultural o bien de los fenómenos ‘sociales’, que fuese independiente de unas
perspectivas especiales y ‘parciales’” y “…carece de sentido un estudio ‘objetivo’ de los
procesos culturales en el sentido de que el fin ideal del trabajo científico debe consistir
en la reducción de la realidad empírica a unas ‘leyes’” o también “todo conocimiento de
la realidad cultural es siempre un conocimiento bajo unos puntos de vista
específicamente particulares” y finaliza “Por lo tanto, el conocimiento científico-
cultural, tal como lo entendemos aquí, se halla ligado a unas premisas ‘subjetivas’[…]
Pero a pesar de ello, sigue siendo un conocimiento puramente causal, en el mismo
sentido que el conocimiento de los acontecimientos […] de la naturaleza que tienen un
carácter cualitativo” (Mardones, 1991, p. 263-271).
Según Rodríguez Martínez (2003, pp. 557-560), Weber se aproximó a las posiciones de
Menger en materia de Economía y pone como ejemplo unas notas del curso que aquél
180
impartió en 1898 en el desempeño de su cátedra de Economía en Friburgo, que
reproducimos: “La teoría abstracta parte del tipo de hombre moderno occidental y de su
actividad económica. Intenta descubrir en primer lugar los fenómenos elementales de la
vida económica de este tipo de hombre completamente adiestrado desde el punto de
vista económico. Para este fin pone como fundamento un «sujeto económico»
construido, en cuya construcción la teoría respecto del sujeto empírico: (a) ignora todos
los motivos presentes en el sujeto empírico que no sean específicamente económicos y
los considera como no existentes; y (b) supone ficcionalmente que determinadas
cualidades de las que el hombre empírico carece en todo o en parte están presentes en
él, como son la total información económica, la economicidad absoluta y un impulso
incansable hacia el beneficio” (ib. p. 558). Argumenta, pues, sobre la base de un hombre
´tipo´ de manera análoga a una figura ideal matemática. Se puede apreciar cómo Weber
estaba presentando en su curso una concepción de la economía próxima a su propia
concepción epistemológica de las ciencias sociales y a la de Menger.
Epistemología de la economía
Los economistas, en el inicio del período que corresponde a esta etapa, estaban
comenzando la historia académica de la economía. Blaug denomina a esta etapa inicial
de la economía “La prehistoria de la metodología económica” (1980, p. 75).
181
Petty, como se indicó en el epígrafe III.1., puso especial interés en separar la moral y la
opinión de la ciencia. Estuvo muy influenciado por Bacon y pretendió crear un método
que denominó aritmética política, y ponía el foco de atención en los datos. Sus
aportaciones no estaban orientadas a la construcción de una ciencia, sino a elaborar
propuestas para resolver cuestiones de orden práctico al cuerpo político.
Cantillon fue un paso más adelante: trató de descubrir los principios básicos por los que
se regía la actividad económica y buscó analogías entre el funcionamiento económico y
el del cosmos, al estilo de la interpretación newtoniana. Creyó encontrarlo en el interés
individual como generador de beneficio global para la sociedad58.
Los fisiócratas elaboraron un modelo descriptivo del funcionamiento de la actividad
económica: el tableau economique. Este modelo les servía como sistema analítico y
estaba basado en el principio de la existencia de un orden natural, cuyas leyes había que
desentrañar.
Los autores/escuelas anteriores, desde el punto de vista estrictamente metodológico, no
tenían un perfil muy acusado o definido. De los mercantilistas y Petty podría decirse, en
su caso, que reflejan un inductivismo/empirismo incipiente. De Cantillon y los
fisiócratas, sin embargo, se podría afirmar con más seguridad su deductivismo, aunque
también incipiente. El perfil epistemológico más definitorio del trabajo de los
economistas anteriores sería la sistemática creciente de sus aportaciones y el inicio de
modelizaciones teóricas, como soporte analítico para el estudio de la actividad
económica.
58
Su obra fue calificada por Jevons como el “primer tratado de economía” (Cantillon, 1755, p. 212).
182
deductivismo), mientras que los libros III, IV y V […], así como la mayor parte de su
Teoría de los sentimientos morales, constituyen ejemplos de utilización de la
metodología característica de la llamada Escuela Histórica Escocesa (próxima al
inductivismo)”59 (1980, p. 76). Metodología ésta consistente en una “firme creencia en
las etapas históricas, basada en la relación entre ´modos´ o tipos definidos de
producción económica y ciertos principios de la naturaleza humana” (Blaug, 1980, p.
77).
Ricardo combinó teorías de otros autores para ofrecer una interpretación global del
sistema económico. Fue criticado por el excesivo grado de abstracción de sus
razonamientos deductivos y la utilización de supuestos sumamente simplificadores.
Schumpeter se expresa así cuando analiza el método de trabajo de Ricardo:
“…despedazaba el sistema general, ataba las mayores partes del mismo que podía y las
almacenaba y congelaba, para que el mayor número de cosas fueran rígidas y ´dadas´.
Luego amontonaba una tras otra las suposiciones simplificadoras hasta que, tras
resolverlo todo mediante esos supuestos, […], los resultados deseados surgieran casi
como tautologías” (Schumpeter, 1954, p. 532). Lo mismo opina Katouzian: Ricardo
“fue el fundador de la ´teoría económica pura´ como un ejercicio de lógica pura casi
autónomo. Todo lo que necesitaba eran unos cuantos supuestos y lo demás se seguiría
de ellos. Si las teorías resultantes eran lógicamente consistentes, serían verdaderas y
aceptables. Si no, [...] falsas y deberían ser rechazadas” (1980, p. 42). También Blaug:
para éste, Ricardo es considerado como un apriorista-deductivista que “niega
categóricamente que los hechos puedan nunca hablar por sí solos” y que, sin embargo,
“estaba siempre diciéndole al Parlamento que algunas de las conclusiones de la
Economía eran tan ciertas como el principio de gravitación” (Blaug, 1980, p. 78). En
resumen, podemos considerar que la metodología de Ricardo es la deductivista, aunque
no la formulara explícitamente.
59
El contenido de los paréntesis es nuestro.
183
ciencia newtoniana, rehusó describir a ésta, cuando tuvo la ocasión, como “la verdad,
contrastando radicalmente con la actitud general de la época” (ib. p. 78).
Mill (1806-1873), al igual que Senior, caracteriza a la economía “como una ‘ciencia
mental’ referida a las motivaciones humanas y formas de conducta de la vida
económica” (ib. p. 80). Su enfoque considera que “la Economía Política trabaja sobre
dos abstracciones: una, la conducta realmente motivada por la renta monetaria [el homo
economicus], y otra, la conducta que supone ‘impulsos de otro tipo’” (ib. p. 82), que
equivaldría a las ‘causas perturbadoras’ de Senior. Estas ‘causas’ serían el
reconocimiento de que el homo economicus se encuentra sometido a influencias
colaterales de naturaleza extraeconómica, pero también las que se invocarían para no
rechazar las conclusiones de una teoría ante el fracaso de una verificación. Mill
considera a la Economía en el campo de las ciencias morales (o sociales) y que esta
circunstancia impide la realización de experimentos controlados, por lo que el método a
184
priori es “la única forma legítima de investigación […] en el campo de las ciencias
morales” (ib. p. 84).
Mill añade a su condición de economista la de filósofo de la ciencia, por lo que también
expuso explícitamente sus ideas sobre la metodología en la ciencia y en la economía.
Sin embargo, lo hizo de modo contradictorio. Así, en su obra Sistema de lógica propone
el método inductivo y rechaza el deductivo como procedimiento único para el desarrollo
del conocimiento, pero en la misma obra defiende la validez del deductivismo para las
ciencias sociales. Y en su obra Principios de economía política utiliza los dos métodos:
el deductivo para describir lo que él consideraba las leyes inmutables de la producción,
y el inductivo para analizar las leyes cambiantes de la distribución.
185
características de las cláusulas ´ceteris paribus´) que las pueden afectar, así como el
signo de la variación que inducen y su magnitud (Blaug, 1980, pp. 85-87).
Mill, que fue simpatizante del positivismo de Comte, mantiene opiniones diferentes a
las reseñadas en el párrafo anterior en su obra Sistema de Lógica (v. Blaug, 1980, pp.
89 y ss.). Hemos optado por no incluirlas al entender que las reseñadas están más
próximas al ámbito concreto de la economía y al grupo de autores economistas
coetáneos.
186
“Pero utilizaron este método sólo para un conjunto de problemas que les parecían
específicamente importantes […] cada vez que se discutieron problemas
individuales […] usaron sin más los datos a su alcance” (Schumpeter, 1914, p. 100).
“Produce, a menudo, estupefacción ver lo que consideraban una demostración
suficiente y con qué ligereza se contentaban con explicaciones de pura apariencia”
(Schumpeter, 1914, p. 102).
“El método de esta época nos muestra […] los rasgos característicos de todas las
disciplinas jóvenes […] pero facilita la tarea de la crítica futura que ésta lleva a cabo
[…] con todo el encarnizamiento […]” (Schumpeter, 1914, p. 102).
“No obstante […] el buen sentido y la rectitud de juicio de los clásicos les pusieron
al abrigo de métodos erróneos en su principio […]” (Schumpeter, 1914, p. 101).
Considerando el enfoque constructivo y comprensivo de Schumpeter, creo que podemos
resumir las características de la práctica metodológica de los economistas clásicos y
preclásicos con las siguientes notas:
Metodología incipiente, e implícita en muchos autores, propia de una disciplina
joven.
Insuficientemente formalizada.
Diversa, según escuelas y autores.
Mayoritariamente deductivista, apriorística y verificacionista.
Seguidora de un camino diferente al mayoritario en las ciencias naturales.
Ahora dirigiremos nuestro repaso a las principales escuelas y autores que no hemos
encuadrado en los clásicos. En concreto, pasaremos revista a la metodología de Marx, a
los historicistas, a John Neville Keynes, los institucionalistas y los marginalistas de la
primera etapa.
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Mencionadas, podemos señalar la ´plusvalía´, la ´tasa de ganancia´o la tasa de
esplotación´, y lo mismo podríamos decir respecto de las leyes que formuló.
Marx fue un escritor especialmente prolífico y polifacético, además de controvertido,
por lo que es difícil deslindar sus aportaciones como economista “puro”, de sus
aportaciones sociológicas, políticas o históricas, y lo mismo puede decirse respecto de
su metodología.
El propio Marx explica su metodología en la obra El método de la economía política:
“Cuando se estudia la economía política de un país se analiza en primer lugar la
estructura de su población: cómo está dividida en clases y cómo está distribuida entre la
ciudad y el campo; [...] las distintas ramas de la producción, [...] la producción [...] los
precios [...]. Puede parecer un buen método comenzar [...] a través de la población [...]
Sin embargo, bien mirado este método es erróneo. La población resulta una abstracción
si, por ejemplo, paso por alto las clases de que se compone. A su vez, estas clases no
tienen sentido si ignoro los elementos sobre los cuales descansan [...] Si, en
consecuencia, comenzara sencillamente por la población, tendría una visión caótica de
conjunto. Pero si procediera mediante un análisis cada vez más penetrante, llegaría a
nociones cada vez más simples: partiendo de lo concreto que yo percibiera, pasaría a
abstracciones cada vez más sutiles para desembocar en las categorías más simples. En
este punto, sería necesario volver sobre nuestros pasos para arribar de nuevo a la
población. Pero esta vez no tendríamos una idea caótica del todo, sino un rico conjunto
de determinaciones y de relaciones complejas” (Marx, 1857, p. 41).
Según Katouzian, Marx “no se limitó a especular; sin duda puso más énfasis en los
hechos, esto es, en el conocimiento empírico e histórico, que en la teoría ´pura´ […] La
única ocasión, […] importante, en que Marx cayó en la abstracción pura fue [al]
desarrollar su teoría del valor-trabajo” (1980, p. 45). Para este autor el método de Marx
“era una combinación de teoría y hechos, de lógica e historia. No era ni un especulador
puro ni un puro empirista” (Katouzian, 1980, p.46).
En opinión de Mardones, “desde el punto de vista epistemológico la postura de Marx es
ambigua. Como hombre del siglo XIX estuvo deslumbrado con el ideal de ciencia
ofrecido por la matemática newtoniana; pero, de hecho, Marx hizo otra cosa diferente
del método que alababa. Desarrolló un tipo de pensamiento y metodología que sigue la
orientación dialéctico-hermenéutica. Sus leyes quieren ser universales y necesarias, pero
acentúan el carácter intencional, teleológico y práctico” (1991, p. 319).
188
Schumpeter, que también señala la dimensión polifacética de la obra de Marx y se fija
en los elementos sociológicos y económicos del sistema marxista, escribe: “por lo que
hace a la teoría pura, hay que considerar a Marx como un ´clásico´, y más precisamente
como miembro del grupo ricardiano […] el método de Marx en el trabajo puramente
teórico es la crítica de Ricardo […] Marx, en cuanto teórico de la economía, ha sido un
autor esencialmente de su época” (1954, p. 445).
Hay un rasgo, sin embargo, de la teoría económica marxista en que Schumpeter
reconoce plena autonomía a Marx: su intento de elaborar un modelo explícito del
proceso capitalista. Así, escribe: “La teoría de Marx es evolucionista en un sentido en
que no lo ha sido ninguna otra teoría: la teoría marxista intenta descubrir el mecanismo
que, por su mero funcionamiento y sin la ayuda de factores externos, transforma
cualquier sociedad dada en otra sociedad” (Schumpeter, 1954, p. 446).
A los efectos que nos interesan en este apartado, podemos señalar que las notas que
caracterizan la economía de Marx serían: enfoque histórico y concepción holística de la
sociedad, una aproximación a la realidad a veces inductiva y a veces apriorística y un
modo de explicar los fenómenos económicos y sociales denominado por él mismo
materialismo histórico.
Respecto al proceso de contrastación de la teoría con la realidad en el caso de Marx,
Blaug nos dice: nunca se consideró “la cuestión de si existe alguna forma de demostrar
que una teoría es falsa” (1980, p. 101) ni por Marx ni por la corriente principal de
autores de la economía clásica.
Los historicistas de esta época centraban sus críticas a los clásicos en dos puntos
principalmente. Postulaban la necesidad de un enfoque que tuviera en cuenta el contexto
histórico, político y social en economía y, por tanto, proponían una metodología más
inductivista que permitiera incorporar en los análisis económicos los hechos, datos
estadísticos, etc. de la actividad económica en estudio y de su contexto.
Según resume Katouzian, los historicistas “[…] afirmaron que la Economía, por su
misma naturaleza, era incapaz de formular hipótesis generales y abstractas; […] que el
procedimiento correcto para el estudio de los problemas económicos era la
investigación histórica; que tal investigación histórica, además, conduciría con el
tiempo a la formulación de ´leyes generales´ a través de un proceso de inducción; que
[…] esas leyes generales inductivas serían, sin embargo específicas para ciertas etapas
históricas” (Katouzian, 1980, pp. 55-56).
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Este enfrentamiento, hechos versus teorías, o inductivismo versus deductivismo, se
manifestó académicamente en la llamada batalla de los métodos, personalizada en el
historiador Gustav Schmöller y el austríaco Karl Menger.
John Neville Keynes terció en la disyuntiva inductivismo/deductivismo intentando
conciliar las dos tradiciones metodológicas. Aunque, como dice Blaug, la propuesta de
Neville Keynes defiende en lo esencial el método abstracto-deductivo, que se puede
resumir en las siguientes tesis: “1) que es posible distinguir entre una ciencia positiva y
un arte normativo de la Economía Política; 2) que los acontecimientos económicos
pueden ser aislados, al menos hasta cierto punto, de otros fenómenos sociales; 3) que la
inducción directa a partir de hechos concretos, o el método a posteriori, resulta
inadecuado como punto de partida en Economía; 4) que el procedimiento correcto es el
método a priori, que parte de ´unos pocos hechos fundamentales referentes a la
naturaleza humana…tomados en relación con las propiedades físicas del suelo y la
constitución fisiológica del hombre´; y 5) que el homo economicus es una abstracción y
que, por consiguiente, la ´Economía Política es tan sólo una ciencia de tendencias y no
de hechos consumados´ [y][…] lo que puede considerarse como una sexta tesis: […] ´la
apelación a la observación y la experiencia, antes de que las leyes hipotéticas de la
ciencia puedan ser aplicadas a la interpretación y explicación de los hechos concretos´”
(Blaug, 1980, pp. 102-103). Esta sexta tesis sería la concesión al historicismo. En
resumen, Neville Keynes toma posición a favor de los planteamientos deductivistas y
apriorísticos más extendidos entre los clásicos.
190
Además, se mostraron acérrimos partidarios del dualismo metodológico, considerando
que las diferencias entre las ciencias naturales y las sociales eran irreconciliables, y que
éstas requerían un método especial. Para ellos, “Los fenómenos económicos son tan
variables y complejos que no permiten el tipo de análisis experimental que puede usarse
en otras ciencias […] la economía debe construirse sobre la base de razonamientos
lógico-deductivos a partir de unos pocos axiomas fundamentales” (Perdices de Blas,
2007, p. 339).
60
Denominados ´principales´ y ´subsidiarios´ por Robbins (1932, pp. 114-115).
192
experimentos controlados; constituyen tan a menudo nuestra experiencia diaria, que
exponerlos es cuanto necesitamos para reconocerlos como evidentes” (Robbins, 1932,
p. 114). “En economía […] los componentes básicos de nuestras generalizaciones
fundamentales nos resultan conocidos por comprensión inmediata” o “Probablemente es
de esperar un daño menor de la insistencia en las diferencias existentes entre las ciencias
sociales y las naturales que de la insistencia en sus semejanzas” (citado por Blaug,
1980, pp. 107-108).
193
verdades a priori, conocidas, por así decirlo, previamente a la experiencia; un proceso
puramente deductivo llevaba de las premisas a las implicaciones, pero dichas
implicaciones serían ciertas a posteriori tan sólo en ausencia de causas perturbadoras.
Por consiguiente, el objetivo de la verificación de las implicaciones consistía en
determinar el campo de aplicación de las teorías económicas, y no en evaluar su validez.
Estos autores del siglo XIX desplegaron un ingenio sin límites a la hora de proporcionar
razones que les permitiesen ignorar lo que parecían ser claras refutaciones de las teorías,
pero nunca llegaron a establecer las bases, empíricas o de otro tipo, sobre las que
hubiese sido posible rechazar una determinada teoría económica. En resumen, [...] eran
verificacionistas, y no falsacionistas, y predicaban una metodología defensiva destinada
a proteger a la joven ciencia frente a cualquier ataque” (1980, pp. 75-76).
Si tuviéramos que hacer un resumen global de este largo período sobre la metodología
de la economía, podríamos reproducir la del profesor de Economía Aplicada de la
URJC, Luis Pires, que compartimos, “Sorprende la estabilidad en la defensa del método
apriorístico durante más de un siglo, que apenas se vio influenciada por las críticas
metodológicas, mayoritariamente inductivistas, de las corrientes heterodoxas de la
economía (historicistas, marxistas, institucionalistas), y que iba en contra de la corriente
metodológica predominante en el resto de las ciencias naturales y sociales (el
positivismo)” (2001, p. 40).
Además, la variedad de enfoques correspondientes a las diferentes escuelas que ya
apuntaban, complican su clasificación. Algunas adoptaron un enfoque subjetivista
(individualismo o atomismo metodológico), como Menger; otros un enfoque holístico
(Smith parcialmente y Marx); unos buscaban las premisas en los datos de la historia
(Smith y Marx); otros eran aprioristas y las buscaban en la introspección (el resto); la
mayoría eran escépticos respecto de la utilidad de contrastar sus conclusiones. El único
punto en común es que prácticamente ninguno consideraba la economía como una
disciplina enmarcada entre las ciencias naturales.
Igual que hicimos en el apartado anterior, hacemos ahora un resumen de las notas
metodológicas que, a grandes rasgos, caracterizan a las escuelas y autores no clásicos
que hemos elegido como representantes de este período:
Corriente principal o mayoritaria: Enfoque apriorístico, dualismo metodológico,
metodologia deductivista y verificacionista.
194
Marginalismo: Enfoque apriorístico, dualismo metodológico, metodologia
deductivista, individualismo/atomismo metodológico y verificacionista.
Institucionalismo: Enfoque evolucionista no determinista y metodología
inductivista.
Historicismo: Enfoque por contextos históricos y metodología inductivista.
Marxismo: Enfoque analítico evolucionista y combinación de metodologías
deductivistas e inductivistas, materialismo histórico.
Epistemología de la Ciencia
195
afirmaciones acerca del fenómeno que se trata de explicar, con la única ayuda de las
reglas de la lógica deductiva” (1980, p. 21).
Una descripción similar del positivismo lógico es la realizada por Katouzian, que
extractamos así: “El proceso de investigación científica comienza con la observación
[...] Tales observaciones se formulan bajo la forma de hipótesis que a través del análisis
lógico dan lugar a las teorías generales. Tales teorías se someten entonces a contratación
por medio de un método apropiado [...] para verificar sus implicaciones. Si la
contrastación conduce al éxito en la verificación de una teoría, ésta debería ser aceptada;
en caso contrario debería ser descartada” (1980, p. 71). La clave es la verificabilidad.
“Por consiguiente, todos los enunciados y teorías que no sean verificables no son más
que ´ruidos sin significado´ (1980, p. 71). “El positivismo lógico pretendía producir una
síntesis entre esos dos procedimientos [se refería al racionalismo –deductivo y a priori-,
y al empirismo –inductivo y a posteriori-], aun cuando no tuvo el suficiente éxito”
(1980, p. 71).
En este método, la investigación científica parte de los problemas, no de los hechos. Las
hipótesis creadas para explicar el problema -creadas por analogía, comparación, etc.,
pero no inferidas directamente de los hechos observados por el investigador- guían todo
el desarrollo de la práctica científica, al formular soluciones tentativas y las
consecuencias observacionales implicadas en la hipótesis que serán las que, previa
contrastación, permitirán la confirmación o refutación (Díaz, 1996, p. 9).
La consecuencia de este modelo para sus mentores era la tesis de la simetría. Según
ésta, la operación denominada explicación implica las mismas reglas lógicas que la
predicción, aunque aquélla se produce a posteriori y ésta a priori de los fenómenos en
cuestión. Esta tesis permitiría dotarnos de un criterio claro de demarcación de lo
científico: las leyes serían científicas si pueden explicar y predecir. Las críticas a esta
tesis son conocidas. Hay leyes que predicen pero no explican y viceversa (p.ej.: la teoría
de la gravitación de Newton y la teoría de la evolución de Darwin, respectivamente).
Para Carnap, otro representante del Círculo de Viena, “el gran objetivo, a la larga, era
típicamente positivista: reconstruir racionalmente todos los posibles enunciados de la
ciencia unitaria, universal, lógicamente trabada” (Mardones, 1991, p. 33). Afirmaban
que “únicamente los enunciados sometidos a la lógica y la verificación empírica pueden
ser calificados como científicos. Los demás deben ser considerados de antemano como
absurdos y sin sentido. Científico es sólo, por tanto, aquel análisis de la realidad que
196
trabaje con estos dos pilares: la teoría de la relación lógico-matemática y la fase o
verificación empírica” (1991, p. 33). No es extraño que dedicara esfuerzos al análisis
lógico del lenguaje en su búsqueda de un lenguaje nuevo, neutral, sin lastres históricos,
que permitiera formalizar con exactitud absoluta (1991, p. 34) y que afirmara que
únicamente se tendrán por verdaderas las afirmaciones capaces de ser sometidas a
observación directa y comprobación mediante experimentos (1991, p. 34). En otras
palabras “el significado de una proposición científica es su verificación empírica […] lo
que no fuese esto era tachado de metafísica y eliminado del ámbito científico”
(Rodríguez M., p. 656). Esta concepción rechazaba cualquier pretensión de cientificidad
de los partidarios de la ‘comprensión’ o ‘verstehen’, y las ciencias sociales se quedarían
sin su alternativa metodológica.
Las pretensiones unitaristas del Círculo no consiguieron eliminar las visiones diferentes
entre inductivismo y deductivismo o entre ´erklären´ y ´verstehen´, y además, los
nuevos derroteros de la ciencia en esos años –la teoría de la relatividad , la dependencia
entre el científico observador y el experimento observado, el cuestionamiento de las
ciencias como acumulación sucesiva de certezas, el principio de indeterminación o la
puesta en entredicho del principio de causalidad– introdujeron numerosos elementos
metodológicos nuevos, de manera que se reabrió el debate sobre la metodología en la
ciencia.
61
Para una descripción breve y concisa de las diferencias entre Popper y los positivistas lógicos puede
consultarse Katouzian (1980, pp. 95-100).
197
hechos no nos permite confirmarla. En otras palabras: existe lógica de la refutación,
pero no existe lógica de la verificación (Blaug, 1980, p. 32). Para él la inducción no es
válida porque las generalizaciones inductivas no están libres de intuiciones previas, se
reducen a conjeturas derivadas de la observación de la realidad. En otros términos, la
inducción se sustituye por una “operación no-lógica que nos permite saltar desde el caos
que es el mundo real a la corazonada que supone una conjetura tentativa respecto de la
relación que realmente existe entre un conjunto de variables relevantes” (Blaug, 1980,
p. 35).
Aparece así el denominado criterio de demarcación entre las teorías científicas y las
pseudocientíficas. En concreto, “una teoría es científica si en su planteamiento deja
abierta la posibilidad de ser refutada por la experiencia, es decir, si no se limita a
formular sus hipótesis y sus consecuencias, sino que además precisa el modo o modos
en que dichas consecuencias podrían ser refutadas experimentalmente” (Mardones,
1991, p. 657).
Según este criterio, una disciplina se considera científica si elabora proposiciones sobre
el mundo real que se puedan falsar por contrastación empírica, mediante el enunciado
claro de los hechos que, caso de producirse, la invaliden. Así, la ciencia se caracterizaría
no por su contenido o pretensiones de certeza, sino por su capacidad para formular
proposiciones falsables. Según este autor, el acervo de la ciencia, en un momento dado,
sería el conjunto de proposiciones falsables no-falsadas-aún.
Sin embargo, falsar una teoría significa contrastar la hipótesis junto con sus premisas
auxiliares y, “nunca podremos estar seguros de que lo que hemos confirmado o refutado
es la hipótesis en si” (Blaug, 1980, p. 37).
Esta dificultad para conseguir una refutación concluyente y completa de las teorías,
abriría la puerta a que se rechazasen teorías por una simple refutación (falsacionismo
ingenuo) o a que se aceptasen ante la dificultad de la falsación con argumentos espurios.
Considerando esta problemática, Popper añade algunas reglas metodológicas. Tomamos
de la selección de Blaug (1980, p. 38) algunas de ellas: 1) adoptar reglas que aseguren la
falsabilidad; 2) incluir sólo proposiciones falsables intersubjetivamente; 3) aceptar sólo
las premisas que no disminuyan el grado de falsabilidad del sistema en cuestión; 4)
utilizar con la menor frecuencia posible hipótesis auxiliares, etc.
Popper se inclinó por el deductivismo al considerar que la lógica deductiva es el método
que nos puede llevar a la verdad. Pero no consideró que el criterio de demarcación de lo
198
científico radicara en los aspectos metodológicos anteriores. Como dice Blaug, “no
podemos pretender […] que exista depositado en algún lugar un método perfectamente
objetivo, […], un método intersubjetivamente demostrativo, que pueda convencer de
forma concluyente a cualquiera acerca de lo que es, o no es, una teoría científica
aceptable” (1980, p. 47).
Su opinión sobre la aplicabilidad del método científico a las ciencias sociales la
derivamos de las siguientes citas: Popper afirma en su obra La miseria del historicismo
que “todas las ciencias teóricas […] usan el mismo método, ya sean ciencias naturales o
sociales”. El método […] consiste en ofrecer una explicación causal deductiva y en
experimentar […]. Este ha sido llamado a veces el método hipotético-deductivo”. “Lo
que es importante es darse cuenta de que en ciencia siempre nos ocupamos de
explicaciones, de predicciones y experimentos” (1973, pp. 146-148). Más adelante se
extiende en el significado de la experimentación y la falsación, y escribe: “Ahora bien;
todo esto […] no es verdad sólo para las ciencias naturales, sino también para las
ciencias sociales”, e incluso, “es indudablemente cierto que tenemos un conocimiento
del ‘interior del átomo humano’ mucho más directo que el que tenemos del átomo
físico, pero este conocimiento es intuitivo. Dicho de otra forma, ciertamente usamos
nuestro conocimiento de nosotros mismos con el fin de construir hipótesis sobre algunas
otras personas […] Pero estas hipótesis tienen que ser experimentadas, tienen que ser
sometidas al método de la selección por eliminación” (ib., pp. 150-153). De modo
similar se pronuncia en su ensayo La lógica de las ciencias sociales: “Hay un método
permanente objetivo en las ciencias sociales al que cabe muy bien calificar de método
objetivamente comprensivo o de la lógica de la situación. Semejante ciencia social
objetivamente comprensiva puede ser desarrollada independientemente de todas las
ideas subjetivas o psicológicas […] La ‘comprensión’ objetiva radica en nuestra
consciencia de que la conducta era objetivamente adecuada a la situación”.
Como es fácil advertir, el falsacionismo no resuelve completamente los problemas
metodológicos de la ciencia. Sin embargo, el enfoque de Popper abre una nueva forma
de aproximarse a la ciencia. El interés se desplaza del método propiamente dicho (¿cuál
es el método apropiado para el trabajo científico?) a la validez de las teorías de los
científicos (¿qué teoría debemos considerar válida, aunque sea provisionalmente?).
Respecto de la primera cuestión es muy esclarecedor el comentario de Blaug sobre
Popper: “la teoría del método científico […] no es una lógica de los descubrimientos
199
científicos, […] porque el problema de cómo se descubren hipótesis científicas nuevas y
fructíferas ha sido considerado desde el principio por Popper como un tema psicológico
y, como tal, dejado de lado” (1980, p. 39).
La segunda cuestión enunciada remite al período más reciente que podría llamarse “la
nueva heterodoxia” (Blaug, 1980, p. 48) o “el debate metodológico después de Popper”
(Pires, 2001, p. 47). Ambas denominaciones ponen el énfasis en un aspecto de interés
didáctico que luego retomaremos: la importancia de Popper y el falsacionismo como un
hito relevante en la filosofía de la ciencia. El período que se abre aquí contiene autores
como Khun, Lakatos y Feyerabend, entre otros.
Así como para Popper la historia de la ciencia es una sucesión permanente de conjeturas
y refutaciones, para Khun la historia de la ciencia está compuesta de largos períodos con
un statu quo determinado que, en ocasiones, se ven alterados por saltos discontinuos de
un paradigma a otro. Cada paradigma sería el conjunto de creencias y valores
compartidos por la comunidad científica de una disciplina entre un salto y el siguiente.
En cierto sentido, esta aproximación a la ciencia es más histórica que metodológica,
pues nos explica, o pretende explicar, cómo avanza la ciencia entre un paradigma y
otro. Quizás sólo nos ayudaría a entender la resistencia de los científicos a abandonar
las proposiciones refutadas separadamente hasta que se refuta globalmente el paradigma
en el que están contenidas.
200
Aunque las propuestas de Khun y Lakatos parece que contemplan en exclusiva la
perspectiva histórica del discurrir de la ciencia, tienen también un componente de
criterio metodológico, porque definen cómo interpretar los resultados del proceso de
refutación y confirmación de teorías propuestas por Popper. Podría decirse que ambos
autores mitigan el duro criterio de demarcación del falsacionismo.
Feyerabend va más lejos. En su obra Contra el método –cuyas ideas más relevantes
están resumidas por Blaug (1980, p. 63)– niega la existencia de cánones metodológicos
respetados en la ciencia, afirma que el progreso de ésta se ha producido sin compromiso
con la filosofía de la ciencia, niega la existencia de un criterio de demarcación entre la
ciencia, la no-ciencia y la ideología. Por esta vía llegaríamos al ´todo vale` y
consideraríamos igual a la astronomía que a la astrología.
Frente a esta posibilidad, la respuesta que utilizaremos, para el propósito de nuestro
trabajo, es, parcialmente, la que nos proporciona Blaug, que proviene de las afueras de
la ciencia: “La única respuesta […] a la filosofía del todo vale es la disciplina que
proporcionan los ideales de la ciencia. La ciencia, con todos sus fallos, es el único
sistema autocrítico y autocorrector que el hombre ha inventado […]; a pesar de la
inercia intelectual, a pesar de su conservadurismo inherente y a pesar de la tendencia a
cerrar filas para mantener a raya a los heréticos…” (1980, pp. 65-66). Hay que indicar
que los tres últimos autores prestaron gran atención a las ciencias sociales, seguramente
en su afán por trasladar la metodología de las ciencias naturales a aquéllas.
201
enunciados, métodos y aparatos conceptuales”, debe extenderse a la sociedad. Y, por
último, su componente teleológico: el interés que impulsa a las ciencias sociales, para
esta escuela, continuadora de la tradición marxista, es o debe ser “la supresión de la
injusticia social” (ib. p. 41).
En la tradición de Weber se sitúan algunos autores (v. Mardones, 1991, p. 46 nota 50)
que se oponen al positivismo excluyente del ‘erklären´ desde la corriente denominada
‘etnometodología’. El primero de ellos es Schütz (1899-1959). Para este autor, las
construcciones científicas de las ciencias sociales “trabajan con un modelo de
interpretación subjetiva de las acciones sociales o fenómenos que deberá ser coherente
lógicamente y, sobre todo, adecuarse asimismo a la comprensión que de dicha acción
tienen el actor social y sus semejantes (expresada en términos de sentido común)”
(Mardones, 1991, p. 46). El siguiente extracto de su obra El problema de la realidad
social ilustra mejor su concepción de cómo debe investigarse en las ciencias sociales:
“¿Cómo procede el experto en ciencias sociales? Observa ciertos hechos y sucesos de la
realidad social que se refieren a la acción humana, y construye pautas típicas de
conductas o de cursos de acción a partir de lo que ha observado. A continuación
coordina, con estas pautas típicas de cursos de acción, modelos de un actor o actores
ideales, a quienes imagina dotados de conciencia. Esta conciencia, sin embargo, está
restringida de tal modo que no contiene más que los elementos significativos para
aplicar las pautas de cursos de acción observadas. Así, atribuye a esta conciencia ficticia
un conjunto de nociones, propósitos y fines típicos a los que se presupone invariables en
la conciencia específica del actor-modelo imaginario […]. Por ejemplo, puedo construir
un modelo de un productor que actúa en condiciones de competencia no regulada y otro
de un productor que actúa bajo restricciones impuestas por cárteles, y luego comparar la
producción de la misma mercadería por la misma firma en los dos modelos. De este
modo, es posible predecir cómo podría comportarse tal títere o sistema de títeres en
ciertas condiciones, y descubrir ciertas ´relaciones determinadas entre un conjunto de
variables, en términos de las cuales [...] pueden explicarse [...] regularidades
empíricamente discernibles´. [...] Es fácil advertir que cada paso requerido para
construir y utilizar el modelo científico puede ser verificado por la observación
empírica, siempre que no limitemos este término a las percepciones sensoriales de
objetos y sucesos del mundo externo, sino que incluyamos también la forma
experiencial por la cual el pensamiento de sentido común comprende, en la vida
202
cotidiana, las acciones humanas y su resultado en términos de los motivos y fines
subyacentes”62 (Schütz, 1974, pp. 83-85).
Bunge (1919), en la corriente del realismo científico –en la que él es parte relevante–,
considera que “el método científico y la finalidad a la cual se aplica (conocimiento
objetivo del mundo) constituyen la entera diferencia entre la ciencia y la no-ciencia”
(1969, p. 29). En otras palabras podríamos desarrollar ciencia en cualquier tipo de
disciplina con tal de utilizar el citado método y proponernos la búsqueda del
conocimiento objetivo del mundo.
Su formulación del método científico incluye numerosas etapas: 1) Descubrimiento del
problema; 2) Planteamiento preciso del problema, en lo posible en términos
matemáticos, aunque no necesariamente cuantitativos; 3) Búsqueda de conocimientos o
instrumentos relevantes al problema (inspección de lo conocido para ver si puede
resolver el problema); 4) Tentativa de solución del problema con la ayuda de los medios
identificados); 5) Invención de nuevas ideas (hipótesis, teorías o técnicas) o producción
de nuevos datos empíricos que resuelvan el problema; 6) Obtención de una solución; 7)
Investigación de las consecuencias de la solución obtenida, de las predicciones que se
deriven de la hipótesis adoptada; 8) Puesta a prueba (contrastación) de la solución: Si la
solución es satisfactoria se acepta provisionalmente y si no lo es, se corrigen las
hipótesis y se inicia un nuevo ciclo; y 9) Corrección de hipótesis (1980, pp. 33-34). A
pesar de esta larga lista de fases por las que atraviesa la investigación científica, en otro
lugar afirma “aquello que caracteriza al conocimiento científico es su verificabilidad:
siempre es susceptible de ser verificado (confirmado o disconfirmado)” (1980, p. 27). Y
en otro manifiesta que las proposiciones científicas deben ser no sólo contrastables sino
compatibles con el grueso del conocimiento científico acumulado (1980, p. 34).
En línea con lo anterior, clasifica las hipótesis en: incontrastables, que se
desechan por no científicas, y contrastables. Estas, a su vez, pueden contrastarse
empíricamente –directa o indirectamente–, y teóricamente. Las hipótesis no
contrastadas aún se dividirían en incontrastables, que se desecharían por no científicas,
y contrastables. Estas, a su vez, podían ser compatibles con el grueso del conocimiento
(científicas) o incompatibles, que también se desecharían por no científicas. En
62
El entrecomillado interno de la cita es una referencia irónica a Ernest Nagel, positivista-lógico,
proclamando que el método expuesto no sería formalmente diferente del científico.
203
resumen: científico es equivalente a contrastable y compatible con el grueso del
conocimiento (1980, pp. 30-33).
Para este autor, el valor de la experiencia, de los datos, en la fase de contrastación es
intermedio respecto del que le asignan los empiristas y los deductivistas. Sobre este
aspecto concreto, se afirma en su obra La investigación científica: “Como las
contrastaciones empíricas son una parte de una compleja batería de contrastaciones, [los
datos] no son decisivos, aunque si significativos: (i) si son favorables sugieren cosas,
aunque no concluyentemente; (ii) si son desfavorables, tienen aún más importancia,
pero no por eso son concluyentes, pues la contrastación puede ser errada” (1969, p.
896). Y sobre el valor de los datos en la creación de hipótesis muestra un eclecticismo
semejante: “Los datos (i) son ocasiones del descubrimiento de problemas y (ii) tienen
un papel instrumental en la formación de las generalizaciones empíricas, de máxima
importancia en la protociencia (primeros estadios de la ciencia); pero “en cuanto a las
hipótesis propiamente dichas, no pueden ni sugerirlas” (ib.).
Bunge es un enérgico defensor de la aplicabilidad del método científico, según lo hemos
perfilado, a todas las disciplinas, sean estas naturales o sociales, como es el caso de la
economía. En palabras del propio autor, “la diversidad de las ciencias está de manifiesto
en cuanto que atendemos a sus objetos y a sus técnicas; y se disipa en cuanto que se
llega al método general que subyace a aquellas técnicas”: el método científico (1969, p.
38). En línea con esta concepción, su clasificación de las ciencias se realiza con el
criterio de atender al objeto material de cada disciplina. Así, distingue por su objeto
entre ciencias formales y factuales: las primeras tendrían como objeto las ideas y las
segundas los hechos. Entre las formales estarían la lógica o las Matemáticas; las
factuales se dividirían, a su vez, en naturales y culturales. Entre las naturales estarían la
Física, la Química o la Biología, y entre las culturales estarían la Sociología, la Historia
o la Economía. Incluye, además, otro criterio de clasificación. Se trata de la finalidad: si
se persigue un fin meramente cognitivo, estaríamos en las ciencias puras; si se persigue,
además, aplicarlo a la práctica, nos encontraríamos en las ciencias aplicadas. Según este
criterio tendríamos, por ejemplo, a la Psicología individual como ciencia factual natural
pura y a la Pedagogía como ciencia factual natural aplicada o, en nuestro caso, a la
economía como ciencia factual cultural (o social) pura y a la Política Económica como
ciencia factual cultural (o social) aplicada.
204
En un temprano trabajo suyo –La ciencia, su método y su filosofía (1966, pp. 10-23)– ya
mantenía que los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan o pueden
alcanzar las ciencias de la naturaleza y de la sociedad –el conjunto de las ciencias
fácticas– son la racionalidad y la objetividad. A continuación describía las
características de estas ciencias y lo hacía de un modo que podemos asimilar al método
científico, según lo expuso en obras posteriores. También, en un texto posterior –
Epistemología (1980, pp. 44-45)–: “el método científico no es ni más ni menos que la
manera de hacer buena ciencia, natural o social, pura o aplicada, formal o fáctica. Y
esta manera puede adoptarse en campos que antes no eran científicos pero que se
caracterizan, al igual que la ciencia, por la búsqueda de pautas generales”. En este
mismo texto escribe: “Aplicación del método científico a las ciencias sociales: los
primeros en emplear [lo] en las ciencias sociales fueron los economistas, hace de esto ya
más de un siglo. Los economistas científicos, tales como Marx, Cournot y Walras, lejos
de limitarse a juntar datos o a enumerar hipótesis especulativas, formularon modelos
precisos […] y predicciones que, a lo largo, permitieron evaluar [los]. El que dichos
modelos hayan sido toscos no impide que hayan sido concebidos y utilizados de manera
científica […]. A finales de siglo empezaron a sumarse a las filas de la comunidad
científica los sociólogos, los psicólogos sociales […] y otros” (ib. p. 37). Finalmente,
confirma su concepción monista de la ciencia escribiendo “Las ciencias sociales han
sufrido, pues, una revolución en el curso del último siglo. Esta revolución […] fue
resistida por los filósofos idealistas y kantianos, quienes afirmaban dogmáticamente que
es imposible estudiar al hombre al modo en que se estudia una roca o un animal” (ib. p.
37). En la misma obra expone, sin embargo, que los éxitos de las ciencias sociales “son
más bien modestos, como lo fueron los primeros éxitos de la física científica durante el
siglo XVII” (ib. p. 38), aunque su opinión sumaria sobre el proceso de cientifización de
las ciencias sociales es inequívoco: “En suma, el método científico no se rompió cuando
se lo estiró para que abarcara los problemas sociales. Tampoco se rompe si se lo aplica a
otras disciplinas, en particular las humanísticas”, y afirma incluso “…también la
filosofía debiera ser compatible con la ciencia y, de esta manera, quedar sujeta
indirectamente, al imperio del método experimental” (ib., pp. 42-43).
Este autor ha analizado concretamente el estatus científico de la práctica de los
economistas en su obra Economía y filosofía, y su conclusión no es satisfactoria para
algunas escuelas y áreas de la Economía. En esta obra pondera la condición científica de
205
la economía conforme a una serie de criterios de su propia elaboración (v. 1982, pp.
102-110), y concluye que “es una semiciencia o protociencia con sectores de ciencia
madura y otros de pseudociencia” (ib. p. 110).
En resumen, Bunge entiende que la Economía es una ciencia en tanto siga el método
científico, y no considera que la naturaleza de su objeto material, ni la complejidad de
éste, o la coincidencia de objeto y sujeto, sean dificultades insuperables para su
desarrollo como ciencia, si bien, considera que, en su práctica, sólo respeta parcialmente
el procedimiento científico; además la clasifica como una ciencia fáctica (por oposición
a formal) y social o cultural (por oposición a natural).
Por último, recogemos la descripción que hace Bunge de las tres formas posibles de
concebir la sociedad humana, que son de interés para el análisis de las ciencias sociales:
la globalista u holística, la sistémica y la individualista o subjetivista. A su vez, en cada
una de ellas, distingue dos componentes: el ontológico, que concierne a la naturaleza
que cada concepción asigna a la sociedad humana, y el metodológico, que se refiere a la
forma de estudiarla. Muy resumidamente lo desarrolla así:
Concepción individualista.
Ontológicamente la sociedad son los individuos y, por tanto, las características
sociales son resultantes de la agregación de las características de los individuos,
y el cambio social es la totalidad de los cambios de sus individuos.
Metodológicamente lo que hay que estudiar es el comportamiento de los
individuos, y la explicación de los hechos sociales hay que buscarla en la
conducta individual. Por tanto, las proposiciones que se formulen hay que
probarlas mediante la observación de los comportamientos individuales.
Concepción holística.
Ontológicamente la sociedad es una totalidad que trasciende a los individuos que
la componen y sus características son globales. La sociedad se impone sobre los
individuos y no al contrario. El cambio social supera a los individuos y los
determina.
Metodológicamente hay que estudiar sus propiedades globales y sus
instituciones. Las hipótesis que se propugnan hay que contrastarlas con datos
agrupados e históricos.
Concepción sistémica.
206
Ontológicamente la sociedad es un sistema de individuos interconectados y,
como tal sistema, sus propiedades son sistémicas o globales. El comportamiento
de cada individuo depende de su propia individualidad genética y de la función
que desempeña en el sistema. El cambio social es un cambio de estructura, por
lo que afecta tanto al sistema como a los individuos.
Metodológicamente hay que estudiar los grupos, los individuos en sociedad y
sus interacciones. Las teorías se ponen a prueba confrontándolas con datos
sociológicos e históricos, pero éstos se construyen a partir de datos referentes a
individuos y grupos, ya que sólo éstos son parcialmente observables (resumen
propio, de Bunge, 1980, pp. 187-189).
207
dicho objeto pues ese grado no puede medirse sino de acuerdo a la forma endógena de
conocimiento producido. La objetividad es la del conocimiento endógeno” (resumen
propio y citas de Moreno, 1996, pp. 5-23).
Con el enfoque esbozado anteriormente, Piaget se pregunta qué es la ciencia, por
comparación con la filosofía, con la que comparte varios elementos en común: “No veo
más que un criterio distinto entre las ciencias y la filosofía; aquellas se ocuparían de
problemas particulares, mientras que ésta apuntaría al conocimiento total”. Esta
circunstancia obliga a la ciencia a dos condiciones: 1) delimitar cuidadosamente su
campo (“por convención y casi por una especie de ´gentlement’s agreement´”) y 2)
verificar las respuestas a los problemas con hechos experienciales y con razonamientos
coherentes y buscar el consenso de los pares científicos (resumen propio y citas de
Piaget, 1970, pp. 115-122).
Este autor divide las ciencias en cuatro grandes grupos: Ciencias lógico-matemáticas,
físicas, biológicas y psicosociales. Esta clasificación corresponde a una estructura
circular que mostraría las relaciones entre las distintas disciplinas (Piaget 1979a , pp.
45-76). Dichas relaciones se iniciarían en la lógica y las matemáticas y seguirían por el
resto de ciencias hasta volver de nuevo a las ciencias lógico-matemáticas para, una vez
alcanzada una mayor validez cognitiva, reiniciar de nuevo el proceso. A su vez, el grupo
de las ciencias psicosociales se dividirían en: 1) Ciencias de leyes: Sociología,
antropología cultural, economía política y econometría, demografía, etc.; 2) Disciplinas
históricas: Historia, filosofía, etc.; 3) Disciplinas jurídicas: Filosofía del derecho,
Historia del derecho, etc.; y 4) Disciplinas filosóficas: Moral, Metafísica, etc. (Piaget,
1970, p. 161).
Por último, mencionamos en este resumen a Gustavo Bueno (1924), filósofo español
fundador de la escuela del materialismo filosófico, cuya obra está dedicada, en buena
parte, al análisis de la naturaleza de la ciencia y, derivativamente, de las ciencias
humanas y, en particular, de la economía.
En su obra ¿Qué es la ciencia? distingue cuatro acepciones de ciencia por orden
cronológico de aparición: 1) Ciencia como saber hacer.- Un concepto según el cual la
ciencia se asimilaría al ‘arte’ en su sentido técnico, algo así como la ‘ciencia de los
artesanos’. Por extensión, podríamos referirla también al ‘saber hacer’ de los ‘sabios’ de
muy diversas materias (navegación, políticos, etc.). El escenario de esta acepción sería
principalmente el ‘taller’ y los oficios y su período de vigencia serían los orígenes de
208
casi todas las culturas; 2) Ciencia como ‘sistema ordenado de proposiciones derivadas
de principios’.- Sería aproximadamente la acepción que Aristóteles expone en sus
Segundos analíticos y ligada inicialmente a una disciplina preexistente, la Geometría.
Obviamente esta acepción exigía la existencia de una cultura que incluyera la escritura y
permitiera el debate organizado. Este modo de hacer ciencia llegó a los escolásticos y se
generalizó a los analistas teológicos y filósofos en general. Su escenario es la Academia,
la escuela y los monasterios, con exclusión y distanciamiento de los ‘talleres’ y de su
relación con la ‘práctica’. Se asocia con la cultura de los libros y la mera reflexión
teórica. Su vigencia temporal abarca desde el siglo IV a. de C. al siglo XVI, y hoy
permanece vigente sólo en algunos ámbitos; 3) Las llamadas ‘ciencias positivas’.-
Surge en la época moderna europea y acompaña a los principios de la Revolución
Industrial. Es la época de Galileo y Newton y de los grandes descubrimientos. Su
escenario está en los ‘laboratorios’. Su alcance es pretendidamente universal y llega
hasta la actualidad; y 4) La extensión de la anterior a ámbitos que anteriormente se
ubicaban en la filosofía, las humanidades y la cultura.- Esta acepción es relativamente
reciente y ha logrado el reconocimiento académico de los ámbitos oficiales. Hoy se
habla de Facultades de Ciencias de la Información, Ciencias de la Educación, Ciencias
Empresariales, etc. y sus representantes manifiestan su voluntad de pisar en el terreno
firme de una ciencia positiva que nada quiere saber de las especulaciones filosóficas
(resumen propio, de Bueno, 1995, pp. 12-15).
A partir de esta clasificación de las acepciones de ciencia, Bueno se pregunta “por la
estructura lógico-material que comprende el análisis de la génesis y el desarrollo de las
ciencias positivas, de las ciencias en su tercera acepción y, por extensión, de las ciencias
en la cuarta acepción de las reseñadas […] busca delimitar que sea aquello por lo cual
las ciencias positivas son lo que son” (1995, p. 19). En el estilo de este autor, antes de
responder la pregunta, presenta las respuestas que han dado otros filósofos
epistemólogos o gnoseólogos anteriores. Resumiendo al máximo, las clasifica en cuatro
familias de teorías: a) Descripcionistas.- Aquellas teorías que tienden a primar los
hechos en la explicación de la verdad científica. Según cita el propio Bueno: “el fin de
la ciencia es dar una descripción verdadera de los hechos. Y esto comporta la presencia
inmediata, intuitiva, del hecho” (1995, p. 29). Sus representantes más genuinos serían
los autores del Círculo de Viena; b) Teoreticistas.- Para estas teorías la verdad científica
descansa sobre las construcciones teóricas. Priman la forma frente a los hechos. Aquí se
209
encontrarían algunas concepciones de principios del siglo XX, anteriores al
neopositivismo y al falsacionismo de Popper; c) Adecuacionistas.- Para Bueno esta
sería la ‘teoría tradicional’. Según éstos “la verdad científica descansa a la vez sobre la
forma y sobre la materia […] las verdades científicas se definen por la relación de
adecuación o isomorfismo entre la forma proposicional […] desplegada por las ciencias
y la materia a la que aquella forma va referida”; d) Materialista.- Bueno rechaza las
teorías anteriores y propone la suya, denominada ‘teoría del cierre categorial’ (resumen
propio y citas, de Bueno, 1995, pp. 27-34).
Con arreglo a esta teoría, los elementos del cuerpo de una ciencia quedan clasificados
en tres rúbricas: subjetuales, objetuales y formales o simbólicos y se formula que “la
objetividad reclamada por una construcción científica […] [habrá que] entenderla como
una ‘neutralización’ de los componentes del sujeto. Unos componentes que se
reconocen, sin embargo, como ineludibles en el proceso de constitución” de la ciencia
(ib., p. 56)... “La teoría del cierre categorial apela, como única posibilidad abierta para
lograr esta constitución objetiva, a los procesos de construcción cerrada en virtud de los
cuales unos objetos que mantienen relaciones dadas entre sí, compuestos o divididos
con otros de clases diferentes, puedan llegar a determinar terceros objetos capaces de
mantener relaciones del mismo género con los objetos a partir de los cuales se
originaron. La construcción se llama ´cerrada´, por tanto, en sentido similar al que un
álgebra o una aritmética dan a sus operaciones cerradas (la operación aritmética ´5+7´
es cerrada en el campo de los números naturales porque su resultado es un término de
ese mismo campo, a saber, el ´12´” (ib., p. 56). Este sería el proceso que, según Bueno,
se daría en las ciencias positivas de la acepción 3) anterior.
El proceso anterior, que permite alcanzar la objetividad de las construcciones científicas
neutralizando los elementos subjetuales, se vuelve problemático en las ciencias que se
ocupan del hombre, debido precisamente a que en este tipo de ciencias, en las que el
sujeto se hace objeto, surge la dificultad para eliminar la influencia del sujeto. En otra
obra suya –En torno al concepto de ‘ciencias humanas’– se expresa así: “La tesis es,
pues, la siguiente: que todas las ciencias implican un sujeto gnoseológico (SG); que las
ciencias naturales y formales son ciencias de cuyos campos ha de ser eliminado el
propio sujeto gnoseológico, en tanto sujeto operativo que construye en esos campos […]
y que esta eliminación es un proceso formal interno a la construcción misma de las
verdades científicas naturales y formales; que las ciencias humanas se caracterizarían,
210
esencialmente, porque en sus campos reaparece el sujeto gnoseológico y que [nos
conduce] a la misma estructura problemática de tales ciencias” (1978, p. 24).
Sin embargo, la separación entre ciencias naturales y ciencias humanas o sociales, por
causa de la ‘neutralización de los elementos subjetuales´ –o su imposibilidad– no se da
absolutamente (v. 1995, pp. 75-88 y también 1978, pp. 44-46): “La dicotomía no es
absoluta” (1995, p. 79), pero la dialéctica interna que se produce en las ciencias
humanas “las aproxima a sistemas internamente antinómicos e inestables […] imagen
[que] corresponde muy puntualmente con el estado histórico y social de las ciencias
humanas, continuamente agitadas por polémicas metodológicas, por debates
´proemiales´, por luchas entre escuelas que disputan, no ya en torno a alguna teoría
concreta, sino en torno a la concepción global de cada ciencia, y que niegan, no ya un
teorema, sino su misma cientificidad […]. La antinomia entre las metodologías (debida
a la presencia del sujeto gnoseológico y a su dificultad de neutralización) 63 […] de las
ciencias humanas, no es episódica o casual ni cabe atribuirla a su estado histórico de
juventud (¿acaso la Química no es tan joven, o todavía más, como la Economía
Política?); el conflicto es constitutivo. Y, lo que es más, no hay por qué desear (en
nombre de un oscuro armonismo) que se desvanezca, si no se quiere que, con él, se
desvanezca también la propia fisonomía de estas ciencias” (1995, pp. 78-79).
En síntesis, para nuestro resumen histórico de contenidos en este repaso, podríamos
decir que Bueno acredita a las disciplinas como científicas si son capaces de desarrollar
un ‘cierre categorial’, y considera que, en general, las ciencias humanas tienen
dificultad para adquirir ese estatus debido a la coincidencia en éstas de sujeto y objeto.
Epistemología de la economía
211
economía una ciencia?, pero contesta indirectamente: “depende [...] de lo que
entendamos por ciencia”. En su opinión, si el término ´ciencia´ se refiere a la física
matemática “esto excluye, como es evidente, todas las ciencias sociales y por lo tanto
también la economía” y “tampoco resulta ser una ciencia el conjunto de la economía si
consideramos característica definitoria de la ciencia el uso de métodos análogos a los de
la física matemática. En este caso sólo una reducida parte de la economía es
´científica´” (1954, p. 41). Sin embargo, este autor relativiza la importancia de que un
conocimiento sea denominado científico: “llamar ciencia a un campo del conocimiento
no debería implicar ni elogio ni denigración”.
Adoptando un enfoque sociológico y práctico, distingue dos tipos de ciencia: una
ciencia ´exacta´ para las disciplinas “que usan métodos más o menos semejantes en su
estructura lógica a los de la física matemática”, y otra, apropiada “para nuestros fines”,
más amplia, que reúne las siguientes connotaciones: “cualquier tipo de conocimiento
que haya sido objeto de esfuerzos conscientes [métodos o técnicas] para
perfeccionarlo”, “cualquier campo de conocimiento que haya desarrollado técnicas
especiales para el hallazgo de hechos y para la interpretación o la inferencia”, “cualquier
campo de conocimiento en el que haya personas, llamadas investigadores, o científicos,
o estudiosos, que se dedican a la tarea de mejorar el acervo de hechos y métodos
existente y que, en el curso de ese proceso, consiguen un dominio de los unos y los
otros que los diferencia del ´lego´ y al final del mero ´práctico´ de ese mismo
conocimiento”, “ciencia es sentido común refinado” y “ciencia es conocimiento
instrumentado”. Escribe, incluso, que “se podrían encontrar muchas otras definiciones
no menos satisfactorias” (1954, pp. 41 y 42).
Y acaba, matizando la concepción de ciencia económica que utilizará en su obra
Historia del análisis económico: “cuando hablamos de ciencia ´moderna´ [...] sus reglas
de procedimiento [...] se pueden describir por medio de dos características destacadas:
reducen los hechos que se nos proponen con fundamento científico a la categoría, más
reducida, de los ´hechos verificables por observación o experimento´; y reducen el
ámbito de los métodos admisibles a la ´inferencia lógica a partir de hechos verificables´.
A partir de aquí nos situaremos en este punto de vista de la ciencia empírica, al menos
en la medida en que sus principios se reconocen en economía”.
212
empíricas contrastables. Según Blaug, para este autor “el trabajo empírico en Economía
puede ser tan útil en la contrastación de los supuestos como en la de las implicaciones
de las teorías” (1980, p. 117). Este planteamiento chocaba, como hemos recordado, con
el enfoque metodológico dominante, que consideraba a la economía como un sistema de
deducciones derivado de algunos postulados no sujetos a contrastación. Por ello,
algunos autores, criticaron a Hutchison desde posiciones basadas en la diferencia entre
las ciencias naturales y las ciencias sociales.
Friedman es, según Blaug, el autor de la obra metodológica central del período de
postguerra -Ensayo sobre la metodología de la economía positiva-, leída prácticamente
por todos los economistas de hoy (1980, p. 123). Comienza su ensayo distinguiendo
entre economía positiva y normativa y postulando una metodología unitaria con las
ciencias naturales para la economía positiva: el monismo metodológico. En concreto, se
inclina por el falsacionismo de Popper pero sin citar a éste o algún otro filósofo de la
ciencia (Blaug, 1980, p.124). Sin embargo, en dicha obra defiende la polémica tesis de
la irrelevancia de los supuestos. Conforme a ésta, lo que se necesita contrastar son las
predicciones de las teorías, pero no sería necesario contrastar los supuestos en que se
apoyen. Es más, afirma que no es preciso que los supuestos sean realistas y que, incluso,
sería mejor que fueran poco realistas (v. Friedman, 1953, pp. 15-42 y principalmente p.
19).
Se ha intentado interpretar el significado de supuestos poco realistas para atemperar una
tesis tan radical. Algunos consideran que la expresión remite a un alto grado de
abstracción de los supuestos, necesaria en las simplificaciones e idealizaciones en que
se incurre en la elaboración de teorías. Otros, que los supuestos imputan a los agentes
económicos motivaciones del tipo ´como si´ que, aunque no sean realistas, son capaces
de predecir o explicar bien sus comportamientos posteriores.
Esta reflexión llevó a la cuestión de cuál es el papel de los supuestos y sus diferentes
tipos en la construcción de teorías y a posicionamientos diversos frente a esta cuestión.
Los críticos de la posición de Friedman, partidarios de la verificación directa de los
supuestos, argumentan: “1) que las predicciones fiables no son la única prueba relevante
a la hora de evaluar la validez de una teoría y que si lo fuese, sería imposible distinguir
213
entre las correlaciones genuinas [las que muestran causalidad] y las espurias [las que no
muestran causalidad]; 2) que la evidencia directa [...] de los supuestos no es [...] más
difícil de obtener que los datos [...] necesarios para contrastar las predicciones [...]; 3)
que los intentos de contrastar los supuestos [...] serán de ayuda a la hora de interpretar
los resultados de las contrastaciones de las predicciones; 4) que si a lo único que
podemos aspirar es a la contrastación de las implicaciones de las teorías basadas en
supuestos que claramente se contradicen con los hechos, deberíamos exigir
contrastaciones realmente severas de dichas teorías” (Blaug, 1980, p. 130). A pesar de
sus dificultades, “la metodología de Friedman y de algunos seguidores como Machlup,
fue la más aceptada por los economistas en las décadas de 1950 y 1960” (Pires, 2001, p.
61). Blaug explica el éxito de esta visión metodológica así: “Considerando en
perspectiva la totalidad del debate que ha rodeado el ensayo de Friedman […]. La idea
de que las teorías pueden dividirse claramente entre sus componentes esenciales y que
la luz de la investigación debe dirigirse únicamente hacia las implicaciones, sin enfocar
jamás otras partes de la teoría, puede entenderse tan sólo como la reacción en contra de
un siglo de bombardeo crítico y dirigido hacia la teoría ortodoxa, que la Escuela
Histórica Alemana protagonizó primero, y que continuaron los institucionalistas
americanos”... y continúa “enfrentados con la acusación de que no es posible tomarse en
serio ninguna teoría que incluya supuestos contrarios a la realidad, la tesis de la
irrelevancia de los supuestos resulta casi inevitable” (1980, p. 140). Katouzian dice algo
muy parecido: “la afirmación explícita del instrumentalismo por parte de los
´economistas positivos´ fue una reacción ante la creciente cantidad de evidencia y
críticas en relación con los supuestos de la teoría neoclásica” (1980, p. 103).
214
los últimos cien años a una variedad cada vez mayor de problemas,…” (1985, p. 458).
Sin embargo, en las mismas conclusiones, expresa una opinión diferente y matizada,
directamente relacionada con la metodología: “…la manera más probable de que avance
el análisis económico es que los economistas investiguen problemas específicos,
valiéndose de las técnicas que tengan aparentemente mayores probabilidades de generar
hipótesis contrastables y contrastadas, en lugar de intentar reemplazar la economía
convencional por algo totalmente diferente” (1985, p. 457). De esta última cita se
deducen dos puntos de vista del autor: uno, defensivo de la economía convencional, y
otro, de interés para este epígrafe, en el que propone lo que parece que no se hace
suficientemente por los economistas: la elaboración de hipótesis contrastables.
Del resumen de la metodología económica para el período de este apartado, en palabras
de Blaug, “no hemos obtenido nada que se parezca a un consenso entre economistas”.
En opinión del mismo autor, la mayoría de los economistas piensan que “las teorías
económicas deberán ser juzgadas, en último término, por sus implicaciones respecto de
los fenómenos que pretenden explicar” (1980, p. 148). Su pesimismo sobre la práctica
metodológica de los economistas le hace decir que “…los economistas actuales
predican con frecuencia el falsacionismo, pero raramente lo practican…” (1980, p. 148).
De la misma opinión es Hausman, que calificó este proceder de “esquizofrenia
metodológica imperante entre los economistas, que sostienen que hacen algo que es [...]
diferente de lo que, en realidad, practican” 64 . Su optimismo, el de Blaug, queda
condicionado a que los economistas concedan absoluta prioridad a la tarea de generar y
contrastar teorías económicas falsables (1980, p. 179).
64
Citado en el artículo de Victor A. Becker ¿Es la economía una ciencia?, incluido en Gonzalez et alia,
(2002, p.16).
65
El paréntesis y su contenido son nuestros.
215
molestan en averiguar el significado y trascendencia de la metodología que ellos
mismos afirman que mantienen y mucho menos descubrir el significado y naturaleza del
enfoque metodológico correspondiente en el campo de la filosofía de la ciencia” (1980,
p. 69).
Antes de hacer nuestro propio resumen, orientado a decidir qué y cómo trasladar la
evolución y el estado de la metodología económica a los alumnos de un curso de
introducción a la economía, anotamos la opinión de otro autor –Bunge–, en este caso de
fuera del campo económico, pero especializado en filosofía de la ciencia. Este autor,
muy crítico con los procedimientos seguidos por numerosos economistas, aunque no
con las posibilidades de la economía como ciencia, cita en su opúsculo Economía y
filosofía a Von Mises, Hayek, Arrow y a todos los que consideran a la economía como
una ciencia de decisiones, imputándolos la pretensión de “que las teorías económicas no
son descriptivas sino normativas, y por lo tanto incomprobables”. Según él “parecería
que es la gente la que debe ser sometida a pruebas para averiguar si se comporta a la
altura de los altos niveles de racionalidad propuestos por los teóricos” (1982, p. 79).
Más aún, en su opinión “las teorías y modelos económicos debieran ser puestos a
prueba lo mismo que cualesquiera otros modelos y teorías de la ciencia. Pero, de hecho,
las teorías económicas más conocidas presuponen o contienen hipótesis que no son
comprobables por medios objetivos, tales como las que conciernen al valor y la
utilidad” (1982, p. 98).
216
Disparidad entre los pronunciamientos metodológicos teóricos, generalmente
falsacionistas, y la práctica real de los economistas.
Falta de consenso: Pronunciamientos metodológicos diversos según escuelas.
Respecto del enfoque:
Diversos, según escuelas: holístico, individualista,...
Respecto de la clasificación y denominación de la economía:
Mayoritariamente, ciencia social.
217
RESUMEN DE CONTENIDOS (III.3) 1/5
Contenidos Contenidos
Contenidos
clasificatorios de la metodológicos de la
Período / Escuela caracterizadores de la ciencia
ciencia ciencia
/ de la economía
/ de la economía / de la economía
Ciencia
Antigua
Babilonios y Mero registro de observaciones y
egipcios generalizaciones de base empírica.
Edad
Media
Ordenación del conocimiento. Similar a Escolástico. Base
Creación de Universidades Aristóteles aristotélica
Introducción del sistema decimal
Avances técnico-artesanales
218
RESUMEN DE CONTENIDOS (III.3) 2/5
Contenidos Contenidos
Contenidos
clasificatorios de la metodológicos de la
Período / Escuela caracterizadores de la ciencia
ciencia ciencia
/ de la economía
/ de la economía / de la economía
Revolución
científica
Observaciones sistemáticas y medición
de éstas.
Búsqueda de las causas de los
fenómenos.
Copérnico
Superación de apriorismos históricos y
Tycho Brahe
creatividad en la formulación de
Kepler
hipótesis
Utilización de las Matemáticas
Verificaciones sucesivas. Prueba y
error.
Utilización de instrumentos de Empirista en la
laboratorio y observación. observación y en la
Demostración experimental de las experimentación.
Galileo conclusiones. Inductivista en la
Uso instrumental de las Matemáticas. elaboración de
hipótesis.
Elaboración de hipótesis causales.
Clasificaciones Uso instrumental
Propuesta de separación de Ciencia y diversas. Criterio de las Matemáticas.
Filosofía. clasificatorio más Elaboración de
F. Bacon Aprovechamiento práctico del extendido: El conclusiones en
conocimiento. objeto de las forma de leyes.
disciplinas. Empirista en la
Práctica experimental. contrastación de
Observación. conclusiones.
Fijación de variables de análisis Investigación de
Newton medibles y matematizables. causas eficientes.
Abandono de la investigación sobre la Abandono de la
causa final de los fenómenos. causa final.
Abandono de los
Confirma la concepción de la ciencia
métodos de la
de los autores anteriores.
Filosofía.
Propone la segregación de ciencia y
filosofía.
Locke Afirma el origen empírico del
conocimiento científico.
Proclama la superioridad de la
inducción sobre la deducción.
Positivismo y
antipositivismo
‘Explicación’ o ‘erklaren’: Los Acceso a la Observación,
fenómenos sociales se explican de condición de experimentación
igual modo que los de las ciencias ciencia positiva. y comprobación
Comte naturales: por el principio de
Durkheim causalidad.
Monismo metodológico: Las ciencias
sociales deben seguir el mismo método
que las naturales.
219
RESUMEN DE CONTENIDOS (III.3) 3/5
Contenidos Contenidos
Contenidos
clasificatorios de la metodológicos de la
Período / Escuela caracterizadores de la ciencia
ciencia ciencia
/ de la economía
/ de la economía / de la economía
Positivismo y
Antipositivismo (cont.)
Dilthey ‘Comprensión’ o ‘Verstehen’: Los Ciencias naturales Dualismo
fenómenos sociales tienen diferente y del espíritu metodológico
naturaleza que los físicos y sólo son Economía:
comprensibles en su propia Ciencia social
perspectiva por el investigador.
Dualismo metodológico: Las ciencias
sociales deben seguir un método
diferente a las naturales
220
RESUMEN DE CONTENIDOS (III.3) 4/5
Contenidos Contenidos
Contenidos
clasificatorios de la metodológicos de la
Período / Escuela caracterizadores de la ciencia
ciencia ciencia
/ de la economía
/ de la economía / de la economía
Desde el Círculo
de Viena
Círculo de Viena Positivismo lógico. Ciencias y no- Modelo
Monismo metodológico. ciencias. hipotético-
deductivo.
221
RESUMEN DE CONTENIDOS (III.3) 5/5
Contenidos Contenidos
Contenidos
clasificatorios de la metodológicos de la
Período / Escuela caracterizadores de la ciencia
ciencia ciencia
/ de la economía
/ de la economía / de la economía
Desde el Círculo
de Viena (cont.)
Samuelson Falsacionista
Ciencia ´positiva´
222
III.3.2 Análisis didáctico y propuesta de estructura expositiva de los contenidos
223
permita iniciar una reflexión propia sobre la condición científica de la economía y su
metodología. En el punto siguiente se concreta esta propuesta y cómo se llega
didácticamente a ella.
67
Este autor escribe en su obra La metodología de la Economía, “Las ideas generalmente aceptadas
acerca de la filosofía de la ciencia a mediados del siglo XIX postulaban que las investigaciones científicas
se inician a partir de una observación de los hechos […]; siguen con la formulación de leyes […] y
teorías. Tanto las leyes como las teorías son sometidas a un proceso de comprobación de los elementos de
verdad que contienen por medio de la comparación […]. Este enfoque inductivo de la ciencia […] sigue
siendo hoy en día la idea que el hombre de la calle tiene de la ciencia” (Blaug, 1980, p. 20).
En un sentido similar se expresa Katouzian al referirse al método inductivo: “Desde los empiristas
ingleses del siglo XVII, y especialmente desde Francis Bacon, estamos familiarizados con esa noción de
método científico” (1980, p. 52); o Schumpeter: “En el hablar cotidiano […] el término [ciencia] se usa a
menudo denotando la física matemática” (1954, p. 41); y también Bueno: “Vivimos en la época de la
ciencia […][esta] se ha convertido hoy en el prototipo y paradigma total del conocimiento humano […].
Procedimientos como la experiencia, la observación y la formulación de teorías se consideran elementos
de un método especial de carácter lógico para obtener información fidedigna sobre el mundo material”
(1987, p. 251).
68
2º de Bachillerato en el caso español.
224
asignada a los datos de la realidad, a lo empírico, tanto en el inicio del trabajo
científico, como al final, en el proceso de comprobación de las proposiciones
mediante la contrastación, e inductivistas, por el modo o método de elaboración de
proposiciones y leyes, infiriendo éstas de la observación de la realidad mediante
generalizaciones basadas en la repetición de particularidades.
La fijación y formalización de esta concepción epistemológica, basada en el
‘conocimiento previo’, nos permite avanzar un paso más en la construcción
significativa de contenidos. Ahora podemos presentar, apoyándonos en dicha
concepción, otra de fácil aprendizaje utilizando la técnica del ‘conflicto cognitivo’:
la ‘contraria’, esto es, la apriorista-deductivista: apriorista, porque niega el valor de
los datos, de la experiencia, de la observación de la realidad, y apela a la
introspección y a la reflexión como punto de partida para elaborar supuestos o
hipótesis, y deductivista, porque hace uso de la deducción y las reglas de la lógica
para elaborar proposiciones y teoremas. Esta concepción se muestra escéptica frente
a la contrastación.
La construcción de estas dos concepciones ‘extremas’ nos permite introducir otras
concepciones o contenidos epistemológicos ´intermedios´ y más ´precisos´, de
interés para nuestro propósito. Ahora es posible incorporar la controversia
metodológica ‘erklaren’ versus ‘verstehen’, referida al modo de fundamentar la
objetividad del trabajo científico, derivada de la aparición de las ciencias sociales.
Ambos contenidos se refieren a la forma de explicar o dar cuenta de los fenómenos
involucrados en las proposiciones de los científicos. Respecto al primero, asociado
generalmente a las ciencias naturales, las proposiciones se explican mediante la
aplicación del principio de causalidad a éstas y a los datos observados, a su
contrastación, verificación o falsación; respecto al segundo, el fundamento de la
objetividad se alcanzaría mediante la comprensión, la congruencia de sentido o la
verosimilitud, por lo que contempla la contrastación con escepticismo.
Como hemos mostrado en el resumen histórico, las ciencias naturales se asocian al
‘erklaren’ o ‘explicación’, pero las ciencias sociales están divididas. Algunos
autores reclaman que éstas deben seguir el mismo método que las ciencias naturales
(monistas), pero otros defienden que, por la naturaleza de su objeto material de
análisis, deben seguir el método del ‘verstehen’ o ‘comprensión’ y reclaman la
225
necesidad de los dos métodos (dualistas), uno para las ciencias naturales y otro para
las ciencias sociales.
69
Aunque se discute el orden en que se presentan ambos contextos y su deslinde conceptual exacto,
pasamos por alto estas precisiones en aras de la utilidad didáctica que tiene su presentación para entender
la idea de ‘método’ en las ciencias.
226
CONTENIDOS EPISTEMOLÓGICOS PROPUESTOS
PARA UN CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA
Contexto de
Contexto de justificación
descubrimiento
Modo de
Punto de Fundamento
elaboración Concepciones
MÉTODO partida de la de la Contrastación
de de la sociedad
ciencia objetividad
proposiciones
Falsacionismo
Monismo
Holística
Sistémica
Dualismo Subjetivista
Verificacionismo
Categorías
epistemológicas que
surgen históricamente de
posiciones racionalistas,
antipositivistas y de ´Verstehen´ Contrastación
resultas de la aparición de Apriorismo Deductivismo (comprensión) de predicciones
las ciencias sociales
227
(véanse resúmenes, en este sentido, en el RESUMEN DE CONTENIDOS III.3
anterior). Por ello, los contenidos epistemológicos que caracterizan a la economía deben
ordenarse y presentarse didácticamente por escuelas70, cuando se presenten éstas. Esta
secuencia permitirá que los alumnos se aproximen a cada escuela con un bagaje más
completo de este tipo de contenidos para la comprensión de cada una de ellas y de sus
diferencias.
Sin embargo, los contenidos epistemológicos más básicos, limitados al significado de
la distinción entre objeto material y objeto formal, deberán presentarse al inicio del
curso. De este modo podrán aproximarse al curso con una visión clara, diferenciando,
desde el comienzo, entre la actividad económica y las teorías económicas.
Resumiendo, nuestra propuesta de estructura expositiva sobre los contenidos de este
epígrafe, se concreta así:
Respecto de los contenidos epistemológicos.
1º) Presentar, al comienzo del curso, una introducción limitada al significado de la
distinción entre el objeto material y el objeto formal en las ciencias y en la
economía.
2º) Presentar una introducción más avanzada, basada en el cuadro anterior y en su
estructura expositiva, de las características epistemológicas de cada escuela
económica, cuando se presenten cada una de éstas.
En otras palabras, estamos proponiendo trasladar contenidos epistemológicos
introductorios en dos momentos diferentes: una parte de ellos al principio del curso,
centrados en la diferencia entre el objeto material y el formal; otra parte, cuando se
aborden las escuelas (en ese momento ya se habrán presentado los contenidos de la
actividad económica -el objeto material de la economía-, y los alumnos estarán en
condiciones de comprender ´significativamente´ las proposiciones teóricas de las
escuelas, su relación con la realidad y su caracterización epistemológica).
Esta propuesta tiene el carácter de mínima, pero no excluye, obviamente, las
ampliaciones que en cada circunstancia concreta del proceso de enseñanza-
aprendizaje se consideren oportunas. En nuestra Propuesta de estructura expositiva
de los contenidos del objeto formal (v. III.1.2.2) llegamos a la conclusión de que los
contenidos derivados del objeto formal debían presentarse ‘agrupados por escuelas’.
70
Pueden hacerse extensivos a este criterio los argumentos expuestos en el epígrafe III respecto de la
conveniencia didáctica de presentar los elementos del objeto formal clasificados por escuelas (v.
III.1.2.2).
228
Pues bien, la presentación de los contenidos de cada escuela es el lugar que
proponemos para incluir las ampliaciones que se consideren apropiados, respecto de
esta propuesta mínima.
Respecto de los contenidos relativos al estatus científico de la economía.
Este contenido se deriva de las consideraciones anteriores. Entendemos que es
suficiente con trasladar a los alumnos que el estatus científico de la economía, así
como, en general, el de las ciencias sociales, es objeto de controversia, tanto entre
autores del ámbito de la economía como fuera de éste. La exposición y desarrollo
del cuadro anterior permitirá relativizar o matizar esta afirmación.
Respecto de los contenidos relativos a la clasificación de la economía en el
conjunto de las ciencias.
De entre todas las clasificaciones analizadas, sugerimos utilizar la de Bunge. Ésta
se atiene al criterio clasificatorio del objeto material de las diferentes disciplinas,
que es el más común, y tiene una amplia difusión en la enseñanza. En cualquier
caso, esta clasificación tiene un valor meramente nominal y no prejuzga la
naturaleza epistemológica de las distintas disciplinas. Según hemos visto en el
resumen histórico anterior, con arreglo a ese criterio la economía está considerada
mayoritariamente una ciencia social o humana.
229
III.4 Economía positiva y normativa
231
económica puede ser considerada ideológicamente neutral”. Stigler: “no parece
necesario replegarse al terreno familiar para demostrar que la economía como ciencia
positiva es éticamente –y por tanto políticamente– neutral”. Schumpeter: “el problema
epistemológico en sí, ni es difícil, ni muy interesante, y puede ser resuelto en pocas
palabras”. Friedman de nuevo: “las divergencias sobre política económica […] se deben
más a la diversidad de predicciones acerca de las consecuencias económicas […]
-divergencias que pueden ser eliminadas en principio mediante el progreso de la
economía positiva– que a diferencias fundamentales en los valores básicos”. Devons:
“Las discusiones en pro o en contra de una determinada política, pueden explicarse más
precisamente en términos de política que de economía”. El propio Hutchison de nuevo:
“no cabe duda de que resultará mucho más difícil alcanzar [un área o grado de consenso
razonable] acerca de las distintas políticas si no existe acuerdo o incluso claridad, no
sólo sobre qué premisas de valor y presupuestos políticos y éticos están aplicándose y,
en este caso, en qué puntos, sino también sobre si o hasta qué punto, dichos
presupuestos son necesarios o están siendo, en realidad, incluidos en el razonamiento; o
sobre si están siendo innecesaria, o incluso ‘ilegítimamente’, introducidos; o hasta qué
punto son políticamente neutrales o aparecen exentos de toda apreciación subjetiva las
teorías económicas que están siendo aplicadas”; y la importancia de estas cuestiones
radica en que “la aplicación práctica del saber económico gira, hasta cierto punto [a su
alrededor]. Las cuales, como ya hemos visto, reciben respuestas totalmente
contradictorias” (1971, pp. 1-9). Incluso el propio Keynes, en carta a Harrods, de 1938,
manifestó concepciones contradictorias: “Me parece que la economía es una rama de la
lógica” y “La economía es esencialmente una ciencia moral y no una ciencia natural. Es
decir, emplea introspección y juicios de valor” (citas de Barceló, 1985, p. 232, y Blaug,
1980, pp. 10 y 11).
Por ello, hemos intentado seleccionar una variedad de aportaciones que muestre
suficientemente las posiciones más diferenciadas en torno al significado de la distinción
entre economía positiva y normativa. Como en otros epígrafes de esta parte III,
trataremos únicamente de describir con el criterio expuesto los pronunciamientos más
significativos, sin exponer nuestra opinión, con el objetivo de convertirlos en contenidos
didácticos sencillos y con el alcance apropiado a un curso de nivel introductorio.
232
III.4.1 Resumen de las aportaciones a la economía
233
proposición referente a ´lo-que-es´ es, simplemente una proposición que puede ser
materialmente verdadera o falsa; una proposición que afirma algo respecto del estado
del mundo, algo que es así y así, y no de otra manera, y respecto de la cual es posible
utilizar métodos de contrastación interpersonal para descubrir si es cierta o falsa. Por su
parte, una proposición normativa expresa una evaluación sobre el estado del mundo -
aprueba o desaprueba, alaba o condena, se regocija o deplora- y lo único que podemos
hacer al respecto es emplear argumentos que persuadan a otros a aceptarla” (1980, p.
151). Sin embargo, introduce dudas sobre la posibilidad de eliminar completamente
elementos normativos en las proposiciones fácticas. Dice exactamente: “mi argumento
es que no existe proposición empírica, descriptiva, que sea considerada cierta, que no se
base sobre un consenso social definido acerca de que ‘debemos’ aceptar dicha
proposición sobre lo que es” (1980, p. 153).
Nagel trata de resolver esta problemática distinguiendo dos tipos de juicios de valor en
las ciencias sociales: juicios de valor caracterizados, que se refieren a la elección del
tema a investigar y a la metodología elegida y juicios de valor estimativos o normativos,
que se refieren a proposiciones evaluativas, como la deseabilidad de ciertos tipos de
comportamiento humano y las consecuencias sociales que generan dichos
comportamientos. Para este autor “la ciencia, como actividad social que es, no puede
funcionar sin juicios de valor metodológicos, pero […] puede liberarse, al menos en
principio, de cualquier compromiso con los juicios de valor estimativos” (1980, p. 153).
Blaug se hace eco de la distinción de Sen entre juicios de valor básicos y no básicos,
que prefiere denominar ‘puros’ e ‘impuros’. Los juicios de valor puros serían los
aceptables para una persona bajo cualesquiera circunstancias concebibles, e impuros
cuando esto no ocurra (resumen de Blaug, 1980. pp. 154 y 155). Este punto de vista
exige la discusión previa sobre los juicios de valor para determinar si estamos ante los
del tipo ‘puros’ o ‘impuros’. Sen opina “que se puede demostrar que algunos juicios de
valor son impuros, pero no es posible demostrar la existencia de un solo juicio de valor
puro” (1980, p.155); y Blaug estima “que la mayor parte de los juicios de valor que se
expresan en torno a los problemas sociales son altamente impuros” (1980. p.155). Como
vemos, se establecen clasificaciones tendentes a precisar cuándo nos encontramos ante
juicios de valor que, teóricamente, resuelven el problema, pero, en la práctica, lo dejan
abierto.
234
Weber llega a posiciones semejantes: “No negaba que las ciencias sociales […] están
entreveradas de juicios políticos; pero es precisamente por esta razón por la que predicó
la posibilidad de unas ciencias sociales libres de juicios de valor. […] insistió en que las
[…] discusiones sobre valores no sólo eran posibles [racionalmente] sino también
altamente útiles” (1980, p.156).
En este punto Blaug introduce la siguiente consideración: “La negación de la
objetividad en ciencias sociales es más común en la Sociología que en la Economía. En
realidad, la actitud de los economistas respecto de la dicotomía ser/deber ser, es más
bien complaciente, como si creyesen que basta con establecerla claramente para que
resulte obvia” (ib. p. 157).
Heilbronner considera que “todo científico social enfoca su tarea con el deseo,
consciente o inconsciente, de demostrar la funcionalidad o disfuncionalidad del sistema
social que está investigando”, por lo que los economistas no pueden ser imparciales o
desinteresados y “los juicios de valor, de tipo sociológico en parte, y en parte referentes
al comportamiento, han impregnado la Economía desde sus proposiciones pioneras
hasta sus representaciones más recientes y sofisticadas” (cita de Blaug, 1980. p. 158).
Según Blaug, Heilbronner designa por juicio de valor a “cualquier proposición
metafísica incontrastable que pueda colorear la visión del economista”. Con esta
descripción de juicio de valor tan amplia, no es extraño que diga: “debo afirmar con
toda la fuerza de que soy capaz que no creo que el economista tenga el derecho, en
nombre de los valores que defiende, a […] promover o promulgar recomendaciones de
política sin evidencia que las apoye, o hacer pasar sus conclusiones cargadas de
valoraciones por conclusiones que poseen una validez ‘científica’” (1980, p. 160).
No obstante los pronunciamientos anteriores, este autor cree que es posible avanzar en
el conocimiento científico de la actividad económica, siguiendo el método de “la
apertura en los procedimientos por los cuales la ciencia aborda su tarea, exponiéndose
a…un doloroso escrutinio en relación con sus premisas, experimentos, razonamientos y
conclusiones” (1980, p.160). En resumen, este autor no cree en una economía libre de
juicios de valor pero considera que hay un camino para avanzar en economía por la
senda de la objetividad científica.
Myrdal también es de la opinión de que la economía está impregnada de juicios de valor
y que es una pretensión vana intentar distinguir la economía positiva de la normativa.
Pero su solución no consiste en suprimir los juicios de valor, ni en discernir en qué
235
punto entran a formar parte de las argumentaciones para separar lo positivo de lo
normativo. Propone “declararlos abiertamente al inicio del análisis […] [exponiendo]
nuestras valoraciones claramente, de forma consciente, específica y explícita,
permitiendo que determinen la investigación teórica… En sí, los conceptos cargados de
valoración no tienen nada de malo si están claramente definidos en términos de
premisas valorativas claramente establecidas” (1980, p.161). Esta recomendación le
parece a Blaug ‘misteriosa’ y carente de fuerza explicativa (1980, p. 161).
236
extramercado. Sólo hay que añadir a esto una tecnología apropiada (que excluya los
rendimientos crecientes a escala) y algunas condiciones acerca de la información y los
costes de las transacciones (eliminando las externalidades que pudieran surgir), y
habremos llegado a una posibilidad de equilibrio en competencia perfecta, que es
óptima en el sentido de Pareto. Este es el teorema de la mano invisible, y para
formularlo o demostrarlo sólo necesitamos, al parecer, manejar los resultados puramente
objetivos de los procesos de mercado. Así pues, el teorema de la mano invisible parece
pertenecer a la Economía Positiva […][Ahora bien], si el teorema de la mano invisible
es un teorema de Economía Positiva, será empíricamente falsable, porque la Economía
Positiva es una rama de la Economía que contiene todas las hipótesis falsables de que la
Economía dispone. Pero el teorema de la mano invisible no es falsable […] y si […] no
es falsable, pertenecerá a la Economía Normativa y no a la Economía Positiva” (1980,
pp. 168-169). Como vemos en este razonamiento de Blaug, la separación entre lo
normativo y lo positivo se pone de manifiesto con la contrastación.
Sin embargo, otros economistas defienden el punto de vista de que la Economía del
Bienestar no descansa sobre juicios de valor y que pertenece, por tanto, a la Economía
Positiva. El propio Blaug expone en su obra citada (1980, pp. 165 y ss.) la
argumentación de Archibald. No desarrollamos aquí sus explicaciones, pero dejamos
constancia de que, frente a un asunto tan significativo como la base positiva o normativa
del enfoque epistemológico de la Economía del Bienestar, hay puntos de vista diferentes
si no contarios.
237
Este autor resume su punto de vista así: “El criterio de economía que se desprende de
nuestras definiciones originales no es otro que el de la consecución de determinados
fines con el menor número de medios […] La Economía es neutral por lo que se refiere
a los fines; no puede pronunciar una sola palabra acerca de la validez de los juicios
finales de valor […] Entre las generalizaciones de los estudios positivos y los de los
normativos existe un abismo lógico que no puede disfrazarse ni salvarse […] Las
proposiciones que suponen los verbos ‘debe ser’ son de naturaleza diferente a las que
suponen el verbo ‘ser’” (Robbins, 1932, pp. 29-31). Pero, a continuación, mantiene que
lo anterior no significa que los economistas no puedan adoptar como postulados juicios
diversos de valor; “la Economía aplicada consiste en proposiciones del tipo de: ‘si
quiere usted hacer esto tiene que hacer aquello’”; la utilidad de la Economía consistiría
precisamente en que “gracias a ella, podemos ver con claridad las consecuencias de los
diferentes fines entre los que podemos elegir” (1932, p. 33).
Robbins concibe la economía “como algo ahistórico e inmutable, lo que convierte a las
leyes económicas en universales, capaces de orientar la acción humana en cualquier
situación. Esto implica una concepción positiva de la Economía, en cuanto a que es
ajena a cualquier juicio de valor, aunque puede ser utilizada para la Economía
normativa, es decir, para la acción política o práctica” (Pires, 2001, p. 75).
238
diferentes opciones sobre los “valores básicos”. Y, en su opinión, las divergencias se
producen más por causa de las diferencias en las predicciones que de las diferencias en
los valores.
La conclusión lógica que se deriva del planteamiento anterior es que lo importante, para
acertar en la política económica, radica en el progreso de la economía positiva –según la
concibe el autor– y en distinguir claramente ésta de la economía normativa (resumen y
citas de Friedman, 1953, pp. 9-12)
239
Katouzian, en su obra Ideología y método en economía (1980), analiza en profundidad
la problemática de los juicios de valor. Comienza afirmando que hay una gran confusión
derivada de “la opinión muy extendida de que el científico, qua científico, debe
ocuparse de lo que hay más que de lo que debe haber (en realidad, a veces se cree que
ése es un criterio suficiente para distinguir entre ciencia y no ciencia) […]. En teoría
económica tal cosa se ha convertido en la línea de demarcación entre Economía Positiva
y Normativa. Nadie puede negar que hay enunciados que pertenecen explícitamente a
cuestiones de hecho y enunciados que se refieren explícitamente a cuestiones de valor,
pero […] esa distinción o es trivial o es irrelevante” (1980, p. 170). Para argumentar
este punto de vista se plantea “dos cuestiones: i) ¿cabe la posibilidad de que un
individuo desarrolle teorías […] que están enteramente libres de valor?; ii) caso de ser
así, ¿sería esto posible […] en todas las ciencias o sólo en las ciencias naturales?”
(1980, pp. 171-172). Según este autor, los científicos suelen contestar a estas preguntas
con dos tipos de respuestas: unos, afirmativamente a ambas preguntas; otros,
afirmativamente sólo a la primera y a la segunda, afirmativamente para las ciencias
naturales, pero negativamente para las ciencias sociales. Su respuesta es que “no es
probable en ninguna ciencia presentar ideas del tipo que sea que […] estén
completamente libres de subjetividad […] cualquier teoría científica estaría impregnada
de elementos subjetivos por la simple razón de que […] es un producto de la mente
humana […]. Una hipótesis a priori es subjetiva por definición; [aunque] eso no
significa que sea necesariamente deshonesta ni, ciertamente, que sea necesariamente
incorrecta” (1980, p. 173). “Resumiendo, es imposible que una idea esté enteramente
libre de valores aun cuando haya sido formada por medio de la ‘observación directa’;
con respecto a esto no hay ninguna diferencia fundamental entre las ciencias naturales y
las sociales […] [pero] […] ¿significa ello que el conocimiento objetivo sea
intrínsecamente imposible? En absoluto” (1980, pp. 174-175). La respuesta que ofrece
es que los enunciados estén abiertos a la crítica y, además, sujetos a la concordancia con
los acontecimientos reales.
Respecto de los juicios de valor o enunciados normativos, este autor distingue dos tipos:
1) Juicios morales o enunciados éticos, que contienen explícitamente opiniones
personales (por ejemplo; una distribución más igualitaria de la renta es moralmente
superior); y 2) Juicios políticos o enunciados prescriptivos, que no contienen opiniones
personales indemostrables, que están abiertos a la crítica y a la contrastación (por
240
ejemplo: una distribución más igualitaria de la renta mitiga los riesgos para la salud
pública). Sólo los segundos constituyen aportaciones a la ciencia económica.
Afirma el autor que “las proposiciones de algunas disciplinas científicas son típicamente
prescriptivas por naturaleza y no descriptivas. La Medicina es una de ellas; la
Economía, otra”, y continúa, “no sólo los enunciados de política económica, sino casi
todos los enunciados fundamentales de la ciencia económica son de un modo u otro
prescriptivos; es decir, la economía es característicamente no una ciencia ‘positiva’ –
esto es, descriptiva– sino normativa –esto es, prescriptiva” (1980, pp. 177-178).
241
III.4.2 Análisis didáctico y propuesta de estructura expositiva de los contenidos
Sobre los contenidos anteriores, que son comunes a todas las ciencias, podemos
presentar –construir significativamente en términos didácticos– los dos enfoques
básicos en los que se han polarizado los pronunciamientos de los economistas sobre esta
materia:
En un extremo estarían los que consideran que esa distinción de proposiciones
delimita dos disciplinas diferentes: La economía positiva, que sería la que incluye
únicamente proposiciones positivas o juicios de hecho , y la economía normativa o
prescriptiva que incluye proposiciones normativas o juicios de valor. Para éstos –
que son mayoritarios– la distinción anterior es muy relevante: consideran que la
economía positiva es una ciencia cuyos pronunciamientos se pueden contrastar y
sujetar al método científico. No así la economía normativa, que se refiere a los fines
y, por tanto, estaría en el terreno de la ética y no en el de la ciencia, se asimilaría con
la política económica y estaría subordinada a la economía positiva.
242
En el otro extremo se encuentran los que no conceden gran relevancia a la
distinción epistemológica entre proposiciones positivas o juicios de hecho y
normativas o juicios de valor. Para éstos prácticamente todas las proposiciones
positivas tienen algún componente valorativo. Lo relevante es que las proposiciones
-positivas o normativas- se presenten abiertas a la crítica y sean susceptibles de
contrastación con la realidad.
La clasificación anterior puede considerarse excesivamente sintética, considerando la
gran diversidad de matices intermedios que históricamente ha aportado esta materia. Sin
embargo, teniendo en cuenta las mismas consideraciones que hemos hecho en el
epígrafe III.3 anterior, relativas al alcance de los contenidos epistemológicos que
deberían incorporarse en un curso introductorio, hemos optado por esta fuerte
simplificación. Por supuesto, los contenidos que, con este criterio, hemos incluido
tienen el carácter de mínimos y no excluyen, obviamente, posibles ampliaciones o
clasificaciones más detalladas, a determinar por el responsable del curso.
Después del paso anterior estamos en condiciones de suscitar las siguientes preguntas
relevantes en la materia de este epígrafe, si es que no las hacen antes los alumnos. Para
este propósito podríamos acudir a la estrategia de desarrollo del conflicto cognitivo en
forma de preguntas.
¿Cuál es el significado, la relevancia práctica de los enfoques anteriores?
Para ilustrar la respuesta de los mentores del primer enfoque, podemos citar a
Robbins: “no existen fines económicos. Lo económico o antieconómico sólo
puede aplicarse a los medios para lograr determinados fines […] aquí es,
justamente, donde la economía adquiere su significación práctica: gracias a ella
podemos ver con claridad las consecuencias de los diferentes fines entre los que
podemos elegir” (1932, pp. 29 y 33). Su concepción de la economía “no
descansa en el supuesto de que los individuos actúen siempre racionalmente,
aunque depende, por lo que se refiere a su razón de ser práctica, del supuesto de
que es conveniente que así sea” (ib. p. 36)
Para ilustrar la de los segundos, podemos citar, con matices, a Blaug: “La mutua
interacción de hechos y valores es precisamente el combustible […] del trabajo
científico y ello ocurre tanto en el campo de las ciencias sociales como en el de
las físicas” (1980, p. 179) y sin matices, a Katouzian: “no sólo los enunciados de
política económica, sino casi todos los enunciados fundamentales de la ciencia
243
económica son de un modo u otro prescriptivos; es decir, la economía es
característicamente […] prescriptiva” (1980, p. 178).
La adscripción a un enfoque u otro produce también consecuencias en el
contenido de la Economía Aplicada respecto del de la Teoría Económica,
aunque hemos considerado que este aspecto queda fuera del alcance de un curso
introductorio (para ampliar este asunto v. Luis Pires Jiménez, 2001, Proyecto
docente, pp. 79-85 y Barceló, 1985, pp. 232-234).
¿Por qué se produce esta controversia con tanta intensidad en economía y no en
otras ciencias?
Desde un punto de vista epistemológico, la razón que se apunta con más
frecuencia se centra en la relación entre el objeto y el sujeto del conocimiento.
En las ciencias sociales los investigadores son, a la vez, sujeto y objeto de sus
análisis; no así en las ciencias naturales. Esta circunstancia podría dificultar el
alcance de la objetividad y facilitar la presencia de subjetividades o juicios de
valor en los pronunciamientos de las ciencias sociales.
Desde un punto de vista práctico, se suele mencionar que el objeto de estudio de
los economistas se considera de vital importancia para políticos, empresarios,
legisladores, etc., que generalmente mantienen diferencias sobre los objetivos
sociales. No es extraño que la proximidad en tantos espacios comunes, con
políticos, empresarios, legisladores y gestores de la administración pública,
donde se toman decisiones con fines no coincidentes que afectan a la actividad
económica, produzca una compleja mixtura de apreciaciones sobre lo
descriptivo y sobre lo normativo, en la que sea difícil distinguir la ciencia de la
no-ciencia.
La dificultad para llevar a cabo experimentos en las ciencias sociales -frente a
las ciencias naturales- que impiden resolver con facilidad diferencias entre
proposiciones alternativas.
244
IV. Propuesta abreviada de Curso de introducción a la economía.
De resultas del análisis realizado en la parte III, hemos deducido los contenidos y el
orden o estructura expositiva de dichos contenidos que, conforme a unas determinadas
reglas didácticas enunciadas en la parte II, procede incluir en el proceso de enseñanza-
aprendizaje de un curso introductorio de economía. En esta parte del trabajo
recopilamos dichos contenidos, organizándolos y secuenciándolos conforme a un
esquema expositivo de propuesta abreviada de Curso de introducción a la economía.
No pretendemos elaborar una propuesta completa de libro de texto. Por tanto, no
abordaremos todos los contenidos posibles, ni su desarrollo completo; nos centraremos
en señalar y desarrollar los contenidos básicos y en ubicarlos en una estructura
expositiva, según el orden didáctico que hemos ido perfilando en la parte III.
71
El profesor Huerta de Soto, por ejemplo, considera este gráfico como una forma de concebir la
economía “en equilibrio, unidimensional y horizontal”, propia de la escuela neoclásica y diferente a la
forma “dinámica” y “desagregada” de la escuela austríaca (2000, p. 133). El mismo autor expone también
este punto de vista en su obra Dinero, crédito bancario y ciclos económicos, donde considera que el
modelo del FCR “induce al error, al no recoger la estructura temporal por etapas del proceso productivo”
(1998, p.245, nota 36).
245
para mostrar y fijar, mediante ilustraciones, algunos aspectos de la actividad económica,
tales como la tipología de los diferentes agentes económicos, de las principales
relaciones que surgen entre ellos, de su interdependencia y de la complejidad de los
procesos económicos. En resumen, en nuestra propuesta no utilizamos el EGAE como
un modelo con valor analítico ligado al enfoque de escuela alguna, sino como un simple
recurso didáctico de apoyo para describir la actividad económica, el objeto material de
la economía.
Los antecedentes en la utilización de gráficos de apoyo en la bibliografía económica son
muy numerosos. La práctica totalidad de los libros de texto introductorios los utilizan
como ayuda en la descripción de la idea de circuito o circulación que subyace en la
actividad económica. Por ejemplo, todos los textos seleccionados para el análisis
taxonómico de la parte I. También son abundantes los textos que utilizan gráficos
similares al FCR en apoyo explicativo de las cuentas y otros conceptos de la
Contabilidad Nacional. Y también, aunque en menor número, se utilizan gráficos en
textos especializados e incluso en tratados de economía. Así, en el Tableau Économique
de Quesnay, que fue el primero 72 y data de 1758, los Cuadros del proceso de
reproducción en El Capital de Marx (1985, pp. 469-475), el Ecocírculo de Ragnar
Frisch, que data de 1933 (citado por Figueroa, 1969, p. 154), el circuito económico de
Richard Stone, de 1952 (íb, p. 159) o los numerosos gráficos con finalidades diversas en
el tratado de economía de Schneider (1953, Tomo 1, pp. 55-121), entre otros.
Como hemos visto, los gráficos de apoyo tienen fuerte raigambre en la bibliografía
económica 73 . Ya sea para facilitar la descripción de ciertos aspectos de la actividad
económica o para facilitar la comprensión de modelos o teorías económicas. En
cualquier caso, entendemos que la utilización de un EGAE es neutral respecto a las
diferentes escuelas y no prejuzga una concepción determinada perteneciente al objeto
formal de la economía.
72
En este caso, el mapa conceptual o gráfico ‘dibujado’ por los fisiócratas, se utilizó como ayuda para
ilustrar una concepción de la actividad económica consistente en un sistema de flujos en continua
renovación y con agentes interdependientes. Aunque este hallazgo estaba latente en aportaciones
anteriores, “Hasta entonces […] no podía percibirse claramente el proceso de conjunto que se desarrolla
durante un período económico”...“La idea de la circulación no era desconocida por la opinión corriente y
por los mercantilistas […] pero no se pensaba más que en el fenómeno exterior de la circulación
monetaria”, y “fueron los fisiócratas quienes abrieron la brecha decisiva por la que había de pasar todo el
progreso técnico posterior” (Schumpeter, 1914, pp. 54-55).
73 En la singular obra de J.A. Sanz Serrano, Esquemas de historia del pensamiento económico, se
muestran prácticamente todas las aportaciones significativas a la economía ‘traducidas’ a esquemas
gráficos o mapas conceptuales (Sanz, 2006).
246
Teniendo en cuenta estas consideraciones previas, presentamos la Propuesta abreviada
de Curso de introducción a la economía, en forma de cuadros o esquemas que
muestran las líneas generales del curso, los contenidos básicos y su desarrollo, y la
estructura expositiva de éstos, realizada ateniéndonos a las siguientes reglas, derivadas
del análisis realizado en la partes II y III:
Exponer primero los contenidos del objeto material y después los del objeto formal.
No incluir contenidos del objeto formal en la descripción del objeto material.
En la exposición de contenidos descriptivos de la actividad económica, partir del
‘conocimiento previo’ que hemos supuesto en los alumnos.
En los grupos de contenidos relacionados entre sí, separar primero los más generales
y desagregar sucesivamente desde éstos hasta los más concretos.
Presentar los contenidos formales agrupando éstos por escuelas y ordenando éstas
cronológicamente.
Presentar con brevedad y de forma introductoria una variedad de escuelas o
enfoques, suficiente para mostrar una visión diversa y plural de las aportaciones
básicas de los economistas.
Mostrar con claridad la distinción entre los contenidos formales de cada escuela y
los contenidos materiales de la actividad económica que se pretenden explicar.
Los contenidos epistemológicos, que son una reflexión de los propios economistas y
de terceros sobre la economía como ciencia, se han presentado en dos partes y
momentos diferentes del curso: una primera, muy básica, al comienzo del curso,
antes del objeto material –la actividad económica-, y una segunda, más avanzada,
con el objeto formal -las escuelas económicas-.
247
PROPUESTA ABREVIADA DE
CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA
ÍNDICE
Pág.
249
IV.1 Introducción: el objeto material y el objeto formal de la economía.
251
IV.2 El objeto material de la economía: la actividad económica.
familias empresas
particulares unidades
económicas
economías de producción
domésticas
emprendedores
empresarios
253
producción de bienes y servicios. La flecha de la parte superior muestra los flujos
físicos de bienes y servicios que adquieren los consumidores a las empresas y las
flechas de la parte inferior, los flujos físicos que representan las aportaciones de factores
de producción que hace la población, propietaria de éstos, a las empresas, (ubicadas en
el módulo de la producción), que los utilizan para producir los bienes y servicios que, a
su vez, adquiere la población consumidora (ubicada en el módulo del consumo).
Finalmente, esta actividad queda enmarcada en una dotación determinada de recursos
naturales y tecnología, representada por el rectángulo exterior.
Este primer gráfico ya muestra algo interesante: la población, además de actuar como
consumidora, actúa, además, como propietaria de los factores de producción (trabajo,
tierras rústicas o urbanas o bienes inmuebles, recursos naturales, capitales, etc.)
necesarios para que las empresas puedan producir los bienes y servicios.
2ª fase: Incluimos el dinero como simple medio de pago –sin bancos ni sector
financiero-, el intercambio, las compraventas, y los mercados. Esta ampliación
permite mostrar –véase EGAE nº2- los flujos monetarios (en trazo discontinuo)
correspondientes a cada flujo físico y los ‘lugares de encuentro’ de compradores
MERCADOS de
BIENES y S ERVICIOS
bienes y servicios
CONSUMO € pago bienes y serv. PRODUCCIÓN
MERCADOS
de FACTORES
trabajo
salarios
tierra.
rentas inmob.alquiler
capital
rendtos. de capitales
254
producción (donde se ‘encuentran’ los propietarios de los factores de producción,
cobrando por la cesión de dichos factores y las empresas, pagando por su uso).
La información de este gráfico, con sus flujos monetarios, ya proporciona una idea
intuitiva, aunque todavía rudimentaria, de la naturaleza circulatoria del proceso
económico. El gráfico permite mostrar claramente cómo al flujo físico de consumo de
‘bienes y servicios’ le corresponde el flujo monetario ‘pago bienes y servicios’ a las
empresas del módulo de producción. Al flujo físico de la aportación ‘horas de trabajo’ le
corresponde el flujo monetario ‘salarios’, por el pago de las empresas a los trabajadores
del módulo consumo. Al flujo físico ‘tierras’ le corresponde el flujo monetario
‘alquileres’, por el pago a los propietarios de tierras o inmuebles que se ubican en el
módulo consumo, etc.
M ERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
bienes y servicios
CONSUMO € pago bienes y serv PRODUCCIÓN
T(i)IVA
bs. y serv. € pago bs.y serv.
NOTA
SECTOR PÚBLICO
horas de trabajo
salarios NOTA T(d) Sdes.
Transf.
Subvenc.
Servic.(...)
T(d) IRPF.
Transf.
Subvenc.
Servic.(Seguridad,Sanidad,Educ....)
S.Soc. T(d)
MERCADOS
de FACTORES T(d) T(d)+T(i)
horas de trabajo
salarios
cesión inmob.
rentas inmob. Alquiler
cesión capitales
rendtos. de capitales
relevantes de su papel en la actividad económica. Las flechas o flujos que apuntan hacia
el módulo sector público representan los recursos o factores que emplea éste, sus
fuentes de financiación (principalmente los impuestos), y las que parten de dicho
módulo simbolizan las aplicaciones o pagos de éste (pensiones, subvenciones, etc.).
Casi todos los flujos son monetarios; la excepción son algunos flujos de ‘salida’ que no
255
implican la entrega de dinero, sino la prestación de servicios del sector público (como
sanidad, educación, seguridad, etc.). La idea relevante que puede transmitirse en esta
fase de la elaboración del EGAE es la del ‘poder’ del sector público para ‘orientar’ y
‘variar´ los flujos modificando las actuaciones de los integrantes de los dos módulos
básicos, el del consumo y el de la producción.
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
bienes y servicios
CONSUMO € pago bienes y serv PRODUCCIÓN
MERCADOS FINANCIEROS
T(d) IRPF.
Transf.
Subvenc.
Servic.(Seguridad,Sanidad,Educ....)
S.Soc. T(d)
MERCADOS
de FACTORES T(d) T(d)+T(i)
horas de trabajo
salarios
cesión inmob.
rentas inmob. Alquiler
cesión capitales
rendtos. de capitales
256
(consumo, producción y sector público) a través de dos posibles pares de flujos: un par
que representa el posible ahorro de éstos (flujo de entrada en el sector financiero) y la
correspondiente retribución a ese ahorro (flujo de salida del sector financiero) y otro
par de flujos para recoger la posible financiación o entrega de fondos a los integrantes
de los otros módulos que lo requieran (flujo de salida del sector financiero) y el
consiguiente cobro de intereses por dicha financiación (flujo de entrada en el sector
financiero). Por último, esta visión del dinero permite apuntar, aunque sea
introductoriamente, al concepto de los mercados financieros.
SECTOR EXTERIOR
Pagos al ext. Cobros del ext. Pagos por Cobros por Transf. al ext. Transf. del ext.
por rtas. del por rtas. del flujos fros. al flujos fros. del Exp.(X)Cobro(X
trabajo y de trabajo y de exterior exterior MERCADOS de
la propiedad la propiedad BIENES y SERVICIOS Import.(M) Pago(M)
bienes y servicios
CONSUMO € pago bienes y serv PRODUCCIÓN
MERCADOS FINANCIEROS
T(d) IRPF.
Transf.
Subvenc.
Servic.(Seguridad,Sanidad,Educ....)
S.Soc. T(d)
MERCADOS
de FACTORES T(d) T(d)+T(i)
horas de trabajo
salarios
cesión inmob.
rentas inmob. Alquiler
cesión capitales
rendtos. de capitales
SECTOR EXTERIOR
Pagos al ext. Cobros del ext. Pagos por Cobros por Transf. al ext. Transf. del ext.
por rtas. del por rtas. del flujos fros. al flujos fros. del Exp.(X)Cobro(X)
trabajo y de trabajo y de exterior exterior MERCADOS de
la propiedad la propiedad BIENES y SERVICIOS Import.(M) Pago(M)
bienes y servicios
CONSUMO € pago bienes y serv PRODUCCIÓN
MERCADOS FINANCIEROS
T(d) IRPF.
Transf.
Subvenc.
Servic.(Seguridad,Sanidad,Educ....)
S.Soc. T(d)
MERCADOS
de FACTORES T(d) T(d)+T(i)
horas de trabajo
salarios
cesión inmob.
rentas inmob. Alquiler
cesión capitales
rendtos. de capitales
258
ofrecer una descripción representativa adecuada de la actividad económica que intenta
reflejar. En resumen, el contexto recuerda que la actividad económica se desarrolla en
un marco o entorno sociológico, histórico, político, cultural, institucional, etc.
determinado. En el EGAE nº 6 el nuevo marco exterior en trama gris hace referencia y
recuerda los posibles condicionantes del contexto.
La presentación de este concepto abstracto puede facilitarse didácticamente haciendo
una digresión en el hilo expositivo que estamos siguiendo, abandonando el país próximo
a los alumnos y preparando un nuevo EGAE referido a un país completamente diferente
o de otra época; de este modo se pondría de manifiesto el valor descriptivo del contexto.
ENUNCIADO:
El conjunto de las empresas del país “X” producen en un período bienes y servicios por
importe de 100 M., que se vende a los consumidores en su totalidad y soporta un 20%
en concepto del IVA.
Las cuentas agregadas del conjunto de las empresas ofrecen la siguiente información.
259
Por último, suponemos que en el país “X” no hay sector exterior ni sector financiero
SE PIDE:
1. Reflejar en un EGAE las operaciones descritas.
2. Comprobar cómo los diferentes módulos (consumo, producción y sector público se
mantienen en equilibrio igualando sus flujos monetarios de entradas y salidas.
3. Explicar cómo modifica la distribución de la renta el sector público.
4. Explica cómo la actividad económica del país “X” es de naturaleza circular y
repetitiva.
SOLUCIÓN:
Las respuestas a las preguntas 1 y 2 están explícitas en la información incluida en el
EGAE nº 3bis que figura a continuación; la respuesta a la pregunta 3 requiere
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
CONSUMO bienes y servicios Flujo físico de b. y serv. PRODUCCIÓN
Flujo de salida € pago bienes y serv 120 100 100 100 flujo de entrada
por pago compras 120 por cobro ventas
20
RESUMEN Ventas/ingr. 1 0 0 ,0
Salidas 120 Seg.Social -3,6
Entradas IRPF -12,0
43,6+44,4+24,0+8,0= 120 Salario neto -44,4
Saldo.............. ......0 Salarios Brutos -60,0
IRPF alquileres -6,0
Alquileres netos-24,0
T(i)IVA Alquileres Brutos -30,0
20 Total Gastos -90,0
SECTOR PÚBLICO Beneficios 10,0
Entrada Impuestos20
RESU MEN
Entradas (por imptos.) Dividendos Brutos 10,0
20+3,6+12+2+6= 43,6 IRPF dividendos 2,0
Salidas (pensiones) 43,6 Divid.repartidos 8,0
Saldo.....................0
Entrada cobro 43,6 43,6 Transf. PENSIONES 43,6 43,6 Salida pago RESUMEN
Por pensiones por Pensiones Entradas 100
Entradas por Impuestos Salidas
3,6 12 2 6 60+30+10= 100
S.Soc. T(d) Saldo...................... 0
3,6 12
MERCADOS
de FACTORES T(d) T(d)
Flujo fisico trabajo horas de trabajo 2 6 Pagos
Entrada cobro 44,4 44,4 salarios 60 60 Salida Salario(Bruto)
por trabajo (neto) Flujo físico cesión inmueb. cesión inmob.
Entrada cobro 24 24 rentas inmob. Alquiler 30 30 Salida Alquiler(Bruto)
por alquileres (neto) Flujo cesión capitales cesión capitales
Entrada cobro 8 8 rendtos. de capitales 10 10 Salida Dividendo (Br.)
por dividendos (neto)
aclarar que las rentas netas conjuntas derivadas de los ingresos por salarios, alquileres y
dividendos han sido reducidas en 43,6 M. por el sector público para dedicarlas a los
260
pensionistas; y la pregunta 4 se responde indicando que el país “X”, al no tener
inversiones ni depreciación, sólo necesita, para continuar ininterrumpidamente el
proceso de la actividad económica en sucesivos períodos, que los trabajadores reinicien
su trabajo en las mismas condiciones, que los arrendadores-propietarios de la tierra
continúan alquilando a igual precio la tierra o los inmuebles, que los propietarios de las
acciones de las empresas continúen repartiéndose íntegro el beneficio y que el sector
público mantenga sus tipos tributarios. Naturalmente, en esta hipótesis, el país “X” no
puede crecer,… ni decrecer.
261
Descripción de los elementos principales de la actividad económica:
Desagregación del EGAE.
Las necesidades.
Son el origen de la actividad económica, son las de la población en tanto que
consumidora.
Tipos: primarias y secundarias (contenido ampliable).
Clasificación: Pirámide de Maslow (contenido ampliable).
Los bienes.
Por el circuito de la actividad económica circulan, básicamente, tres tipos de bienes:
1. Los factores de la producción. Son los recursos, inputs o insumos que utilizan las
empresas para combinarlos, transformarlos y convertirlos en productos intermedios
que, a su vez, venden a otras empresas, o en bienes y servicios finales que venden a
los consumidores (el sector público, a veces, se comporta como las empresas del
módulo de producción: toma factores de producción y los convierte en bienes y
servicios finales. Este proceso está indicado en el EGAE nº 7 adjunto, con los flujos
físicos representados en las flechas de entrada y salida del módulo del sector
público). Podemos distinguir los siguientes:
- Trabajo o tiempo de esfuerzo físico o intelectual aportado a las empresas por
una parte de la población (circula en el sentido de las flechas en la trama gris
inferior del EGAE nº 7 adjunto)
262
- Tierra y recursos naturales, también denominado capital físico. Si son de
propiedad privada son aportados por sus propietarios a las empresas (siguiendo
el itinerario que se indica en el EGAE).
Los recursos naturales (y ambientales) “desde un punto de vista económico
general […] producen servicios vitales […] forman parte de los bienes finales
[…] son utilizados como insumos básicos para cualquier actividad
transformadora, como la energía […] componen la base material compartida de
muchos ecosistemas […] constituyen una parte sustantiva de las actividades de
distribución […] como el suelo, las aguas, el aire” (Alonso, 2009, p. 143). Se
clasifican básicamente como sigue (2009, p. 144):
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
bienes y servicios finales
CONSUMO PRODUCCIÓN
MERCADOS FINANCIEROS
necesidades SECTOR
FINANCIERO
SECTOR
PÚBLICO productos
intermedios
trabajo
capital
MERCADOS
de FACTORES
trabajo
tierra y recursos naturales
t e c n o l o g í a y p r o c e d. d e f a b r i c a c i ó n
dinero
264
La población. El módulo de consumo
El módulo de consumo incluye toda la población del país o territorio que represente el
EGAE. Los individuos que componen la población desempeñan básicamente dos
actividades: la del consumo –representada en el EGAE nº 8 en la parte superior-, que se
concreta en la adquisición de bienes y servicios finales en los diferentes mercados, y la
de prestación de factores -representada en la parte inferior-, que se concreta en la
oferta de éstos en el mercado de factores. Por tanto, en este módulo nos encontramos:
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
CONSUMO bienes y servicios
pago de b. y s. PRODUCCIÓN
TRA SECTOR
BA FINANCIERO
JA
DO
RES
MERCADOS
aportan factor trabajo de FACTORES
REN obtienen salarios
TIS aportan factor capital
TAS obtienen rentas del capital
aportan otros factores
obtienen rentas otros factores
pr opie t a r ios
RECURSOS NATURALES Y TECNOLOGÍA
CONTEXTO
265
La condición de consumidor se da en todos los individuos de la población, pero la de
trabajador o rentista sólo en una parte, y pueden coincidir ambas condiciones en un
mismo individuo (estos casos se representan en el EGAE con el conjunto intersección
de los conjuntos de trabajadores y rentistas, que, a su vez, son subconjuntos de la
población total).
266
Las empresas. El módulo de producción.
Las empresas y los empresarios son las unidades económicas de producción (UEP)
encargadas de combinar los factores de producción –adquiridos en los mercados de
factores- para su transformación en los bienes y servicios finales que ofrecerán a los
consumidores en los mercados de bienes y servicios.
En esta compleja tarea, las UEP, además de adquirir factores de producción, se
compran y venden entre sí bienes y servicios –denominados productos o consumos
intermedios- para finalmente obtener los bienes y servicios que se ofrecen a los
consumidores. En el gráfico adjunto se muestran varias UEP. La 1 vende bienes y
servicios a la 4; la 2 también a la 4; la 3 a la 5 y 6; la 4 a la 7; la 5 a la 8; la 6 a la 8 y 9;
y finalmente, las 7, 8 y 9 y una parte de la producción de la 5 se venden a los
consumidores finales del módulo de consumo.
C O N S UM O
PR OD UCCI ÓN
7 8 9
4 5 6
1 2 3
Los bienes y servicios que se intercambian entre sí pueden ser bienes y servicios para la
producción que se consumen por la UEP compradora en el período en que se adquieren,
o bienes de inversión, cuya vida útil se extiende más allá de un período. Aunque estos
intercambios no estaban representados en los gráficos que hemos mostrado hasta aquí,
en el EGAE nº 9 que figura a continuación los hemos incluido en las líneas 4 y 6 sólo
para indicar que estos intercambios también ‘pasan’ por los mercados para fijar sus
precios, si bien los flujos físicos y monetarios que representan estas compra-ventas, ‘no
salen’ del módulo de producción, ‘circulan’ en su interior.
267
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA LA PRODUCCIÓN
(Su representación mediante el EGAE ) Nº 9
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
CONSUMO unidades físicas q
VENTAS p.q 1 PRODUCCIÓN
MERCADOS
FINANCIEROS SECTOR IMPUESTOS 7
SECTOR PÚBLICO
FINANCIERO SUBVENC. 2
B y S para
PRODUCCIÓN
4
6
B. INVERSIÖN
MERCADOS
de FACTORES cesión factor capital
DIVIDENDOS 8
cesión otros factores
OtrasRENTAS(Gastos) 3
horas de trabajo
SALARIOS(Gtos.Pers.) 5
Las empresas determinan sus resultados enfrentando los ingresos que obtienen por la
venta de sus productos con los gastos en que incurren para desarrollar su actividad.
Sintéticamente, diríamos:
RESULTADOS (Beneficios o pérdidas) = INGRESOS – GASTOS = p.q – GASTOS,
268
siendo q las unidades físicas de producto vendidas y p el precio de venta unitario (ver
EGAE nº 9 ó nº 9bis).
Los gastos o costes pueden ser de dos tipos, atendiendo a su relación con el volumen de
producción:
Costes Fijos (CF): los que no varían con el número de unidades físicas producidas.
Costes Variables (CV): los que varían con las unidades producidas.
Y, con estos conceptos, los Resultados (beneficio o pérdida) se podrían expresar así:
BENEFICIO = p.q – (CF + CV)
La expresión anterior nos permite determinar el UMBRAL DE RENTABILIDAD o
volumen de unidades físicas (producidas y vendidas) necesario para hacer que el
beneficio sea cero o, en otros términos, para absorber todos los costes fijos con el
margen variable [q . (p–CVunitario)] (ampliar y profundizar con gráficos y extender
al caso de dos o más productos).
CUENTA DE RESULTADOS
u.m. Ref.
Concepto Importe EGAE
INGRESOS
VENTAS + xxx 1
SUBVENCIONES + xxx 2
GASTOS
COMPRAS de FACTORES - xxx 3
COMPRAS de b.y s. PRODUCCIÓN(a otras empresas) - xxx 4
PERSONAL - xxx 5
AMORTIZACIONES b. de INVERSIÓN(a otras empr.) - xxx 6
269
La conexión de cada concepto de esta cuenta de resultados con la actividad económica,
considerada en conjunto, es fácil de apreciar contemplando el EGAE nº 9bis, en el que
hemos ´refundido´ esta cuenta de resultados y el EGAE anterior.
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
CONSUMO BIENES y SERVICIOS unidades físicas q
VENTAS p.q 1 PRODUCCIÓN
CTA. RESULTADOS
MERCADOS (de empresa típica)
FINANCIEROS INGRESOS
SECTOR 1 Ventas +
FINANCIERO SECTOR 2 Subvenciones +
PÚBLICO IMPUESTOS 7
GASTOS
3 *Compras de
SUBVENC. 2 FACTORES -
4 *Compras b.ys.
de producción -
5 *Gastos de
Personal
6 *Amortizac.
-
NOTA: Los GASTOS 4 y 6 se explican en el texto. El 4 representa de b.inversión -
compras a otras empresas, que están en el módulo de producción,
por lo que no hay pago hacia ´fuera´; el 6 son Amortizaciones. Bº BRUTO +
7 Impuestos
Bº NETO
-
+
MERCADOS
de FACTORES cesión factor capital
DIVIDENDOS 8 Bº NETO +
cesión otros factores
OtrasRENTAS(GASTOS) 3
8 Dividendo
Bºno distribuido
-
+
horas de trabajo
PERSONAL (salarios) 5
Hemos expuesto anteriormente que las empresas realizan adquisiciones a otras empresas
de bienes de inversión. Estos bienes, debido a su vida útil superior a un período, no se
270
pueden considerar gasto del ejercicio en que se adquieren en su totalidad. En estos
casos, el importe total de su adquisición se reparte como gasto entre sus ejercicios de
vida útil, con el objetivo de ir reflejando como gasto en sucesivos ejercicios el importe
total de su adquisición a medida que se va utilizando, gastando o depreciando. Este
procedimiento contable, generalmente aceptado, se denomina AMORTIZACIÓN y es el
que se refleja en la cuenta de resultados con la ref. 6 como una partida dentro de los
GASTOS.
Por ejemplo, si una empresa realizase la compra de un bien que tuviera una vida útil de
5 años, con un coste de adquisición de 1.000 um, debería imputar contablemente como
gasto por amortización de ese bien, 200 um cada año en su cuenta de resultados.
La amortización es una convención contable que sirve para imputar como gasto a un
período una parte del valor de adquisición de un bien de inversión que tenga una vida
útil de varios períodos.
PR OD UCCI ÓN
7 8 9
4 5 6
1 2 3
271
1º) Sumaríamos las Ventas de todas las empresas que venden a los consumidores, C,
(del módulo de consumo). En nuestro caso las empresas 7, 8, 9, y 5.
2º) No sumaríamos, en principio, las ventas de las empresas que venden a otras
empresas, en nuestro caso las empresas 1, 2, 3, 4, 5 y 6, ya que estas ventas estarán
incluidas en las compras de las otras, las 7, 8, 9, y 5. En caso contrario,
duplicaríamos estos importes.
3º) Sin embargo, habría falta añadir –de las compras anteriores– la parte que sean
compras de bienes de inversión, I, ya que éstas no figuran entre los gastos de las
empresas.
4º) Finalmente, del importe anterior habría que deducir las amortizaciones, D, de estos
bienes de inversión (correspondientes al ejercicio considerado) que sí figuran entre
los gastos de las empresas 7, 8, 9 y 5
Resumiendo, tendríamos que producción agregada P = C + I – D
273
Los mercados de bienes y servicios
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
bienes y serv. DEMANDA OFERTA bienes y serv.
CONSUMO pago precio cobro PRODUCCIÓN
MERCADOS
de FACTORES
274
servicios. Las transacciones finalizan con el pago del precio, que es el valor monetario
asignado a cada transacción, expresado en dinero, y la entrega por el comprador al
vendedor de las unidades monetarias acordadas, y por el vendedor al comprador de los
bienes.
Resumiendo, podemos señalar los siguientes elementos básicos de un mercado:
El producto, bien o servicio, objeto de las transacciones.
La oferta, constituida por las unidades físicas de producto que los vendedores-
productores ofrecen en dicho mercado.
La demanda, constituida por las unidades físicas del producto que los compradores-
consumidores desean.
El precio, que constituye la valoración monetaria de cada unidad de producto a la
que se realizan las transacciones.
Variaciones en los precios.- La realidad muestra también que los precios de cada
mercado registran frecuentes variaciones al alza o a la baja. Indicamos algunos factores
que, entre otros, se suelen señalar como la causa de esas fluctuaciones en los precios:
Las modificaciones en las rentas disponibles de los consumidores.
Las variaciones en los gustos de los consumidores.
Los precios de los productos sustitutivos o complementarios.
Las variaciones en los costes incurridos en la producción por los vendedores.
Las modificaciones en la tecnología o procedimientos utilizados en la producción.
Las políticas comerciales de los vendedores.
La etapa en que se encuentre cada producto en su ciclo de vida (contenido ampliable
con el tratamiento que recibe en marketing).
275
Los volúmenes de demanda o de oferta.
La existencia de condiciones regulatorias.
Las características de los propios mercados.
TIPOS DE MERCADOS
Competencia Competencia Oligopolio Monopolio
Criterio perfecta monopolística
Número de Muy Muchos Pocos Uno
vendedores numerosos (rivales o
cooperantes)
Barreras de Ninguna Ninguna Fuertes Muy fuertes
entrada o salida libertad libertad
Características Homogéneo Diferenciados Diferenciados Sólo un
del producto o similares producto
Influencia Ninguna Alguna Alta Muy alta
sobre los precios
276
- Cuando presta, a su costa, un servicio, pero lo subcontrata con un tercero. Por
ejemplo, cuando financia la prestación médica o la enseñanza secundaria gratuitas
concertándolo con un hospital o un colegio privado. Marcado con ‘d’ en el gráfico.
- Cuando produce un bien o servicio directamente y acude al mercado en
concurrencia con otros vendedores. Por ejemplo, cuando desde una empresa pública
ofrece servicios de transporte público de pasajeros o mercancías en concurrencia
con otras empresas privadas de transporte. Marcado con ‘c’ en el gráfico.
Lo dicho hasta aquí indica que los mercados son muy numerosos y específicos, al
menos tantos como productos diferenciados e, igualmente, es muy numerosa la
casuística que afecta a los elementos básicos de cada mercado, diferenciándolos. Este es
el sentido del EGAE de este epígrafe, en el que ‘el mercado’ se escinde en ‘los
mercados’.
La consideración global o agregada de los mercados, esto es, conceptos como demanda
agregada, oferta agregada o nivel general de precios, exigiría un buen conocimiento
estructural de los mercados74. Sólo con una información detallada de los mercados sobre
las características que configuran la oferta, demanda y precios de dichos mercados
podrían hacerse consideraciones globales con seguridad. Es fácil constatar que, en un
momento dado, pueden encontrarse, simultáneamente, un grupo de mercados que
tengan exceso de demanda, otros que estén vaciándose sin dificultades y otros que
tengan exceso de oferta. Además, podríamos estar ante mercados con evoluciones de
precios diferentes, debidas a diversos factores (como los señalados anteriormente).
74
Sobre los peligros de la agregación Leontief señala: “Nadie comenta la aversión que tiene la inmensa
mayoría de los economistas académicos actuales al estudio empírico sistemático, ni los trucos
metodológicos que emplean para evitar el uso de información concreta basada en hechos. En vez de
construir modelos teóricos capaces de preservar la identidad de los cientos, incluso miles, de variables
que son necesarias para la descripción concreta y el análisis de una economía moderna, nada más empezar
recurren a la ´agregación´. La información primaria, ya detallada, es reunida en un relativamente pequeño
número de paquetes con las etiquetas de ´Capital´, ´Trabajo´, ´Materias primas´, ´Bienes intermedios´,
´Nivel general de precios´, etc. Estos paquetes se suelen encajar después dentro de un ´modelo´, que es un
pequeño sistema de ecuaciones que describen toda la economía en términos de un pequeño número de
variables ´agregativas´ correspondientes. [...] Mientras [...] masas de información concreta y detallada
contenida en publicaciones técnicas, informes de empresas de ingeniería y de organizaciones privadas de
márqueting, son despreciadas¨.” (La economía académica, en Revista Hacienda Pública Española, 1991,
nº 118, pp. 159-161).
277
dependiendo de la regulación de cada país, y de la voluntad y capacidad políticas de sus
administradores, pueden llegar a ser significativas y alcanzar un grado tal, que
impliquen un juicio global sobre el país o el territorio económico que estemos
contemplando. El análisis de estos escenarios excede el alcance de nuestro curso
introductorio; sin embargo, sí ayuda a entender, al menos parcialmente, algunas
denominaciones al uso, tales como economía de mercado o capitalista, economía
mixta y economía centralizada o socialista. Así, diremos que en la economía de
mercado el sector público no tiene una influencia significativa; en la denominada
economía mixta el sector público tiene una participación variable pero significativa; y la
economía centralizada se asocia con una participación del sector público muy alta y
dominante.
Debemos advertir que estas observaciones son, simplemente, una aproximación parcial
para facilitar al alumno la comprensión del significado que suele atribuirse a algunos
términos de uso habitual, pero sin valor descriptivo muy preciso.
278
Los mercados de factores
El factor trabajo.
Definimos el factor trabajo como la aportación, física o intelectual, generalmente
expresada en horas, que realiza una parte de la población –los trabajadores- a la
producción de bienes y servicios. Denominamos salario a la renta que pagan las
empresas a cambio de dicha aportación. Hay que señalar una peculiaridad exclusiva de
279
este factor: la íntima unión entre el ofertante de trabajo –el trabajador– y el trabajo
mismo que oferta.
Como se ve en el EGAE nº 11, el mercado del factor trabajo es el mercado que pone en
relación la oferta de trabajo (horas de trabajo) de una parte de la población (la
población activa) con la demanda del mismo factor (horas de trabajo) de las empresas
que lo requieren para la producción.
En general, el acuerdo entre el trabajador y la empresa se plasma, en el sector privado
de la producción, en un contrato laboral que recoge, entre otros elementos, el salario,
la jornada laboral y otras condiciones laborales. Suelen formalizarse en el marco de
una relación bilateral (cada trabajador con su empresa) o en el marco de una
negociación colectiva (con participación de representantes de grupos de trabajadores)
(ampliar contenidos: resolución de contrato, indemnización por despido, etc). En el
sector público el proceso es diferente (contenido ampliable).
SECTOR EXTERIOR
P CONSUMO PRODUCCIÓN
MERCADOS de
O menores BIENES y SERVICIOS
de 16 años
B MERCADOS
mayores de 16 FINANCIEROS
L años inactivos SECTOR
(estudiantes, FINANCIERO
A jubilados, SECTOR
incapacitados, PÚBLICO
C otros)
I P
ocupados O
Ó B b
(sector privado) L
N a A
C
I
T O MERCADOS
N del FACTOR TRABAJO
O
(sector público) A horas de trabajo OFERTA DEMANDA horas trabajo
T b C cobro de salarios salario pago salarios a
T (+condic.lab.)
A parados I
V Puesto de trabajo 1
L A Puesto de trabajo 2
Puesto de trabajo....
Puesto de trabajo n
RECURSOS NATURALES Y TECNOLOGÍA
CONTEXTO
280
consignado ‘salario’ justamente donde en los mercados de bienes y servicios poníamos
‘precio’.
Suele calificarse a la demanda de este factor (y de los otros factores) como una
demanda derivada, porque los factores no se demandan por sí mismos, sino para
producir un bien o servicio final u otros productos intermedios.
Además, la demanda de trabajo de cada mercado se puede ver afectada por los
siguientes aspectos, entre otros: las expectativas del negocio de cada empresa
demandante; los cambios en su tecnología y/o sus procedimientos de fabricación que
impliquen cambios en la combinación de factores más eficiente económicamente; la
capacidad de sustitución de factores de diferente precio…
281
La oferta de trabajo en cada mercado es el número de horas que los trabajadores desean
ofrecer en unas condiciones determinadas (salario incluido). Su volumen dependerá de
los siguientes elementos:
El montante monetario de los salarios.
Las variables demográficas y las alteraciones producidas por la emigración o la
inmigración.
- La valoración que hagan los trabajadores de la disyuntiva ocio-trabajo.
- La posibilidad de rotación.
282
En el módulo de consumo del EGAE adjunto se muestra la estructura de la población
derivada de su relación con los mercados de trabajo: los menores de 16 años son la
parte de la población que se supone que no están en condiciones potenciales de entrar en
los mercados laborales; los mayores de 16 años, que estando en condiciones potenciales
de prestar trabajo, no optan a incorporarse a los mercados por diferentes razones y
forman la población inactiva; finalmente, está el resto, la parte de la población que se
denomina población activa. Esta parte está integrada por aquellos que han alcanzado su
puesto de trabajo, los ocupados, y los que, aun queriendo trabajar, no encuentran un
empleo, los parados.
Los principales ratios que se utilizan para analizar la composición global de la
población en relación al empleo son la tasa de actividad y la tasa de paro (contenido
ampliable). Las estadísticas muestran que la existencia de tasas de paro significativas es
una realidad persistente en el área de la actividad económica próxima a la de los
alumnos (contenido ampliable con estadísticas referidas al país de los alumnos y de
otros próximos con un contexto semejante).
283
El factor tierra y recursos naturales
Los mercados de los factores de este epígrafe tienen características especiales que los
diferencian de otros mercados de bienes. Estas diferencias se derivan de la peculiar
naturaleza de estos recursos.
La principal característica que afecta a estos mercados viene del lado de la demanda. La
demanda de estos factores es una demanda derivada de los bienes que contribuyen a
producir.
En numerosos casos los recursos naturales y ambientales son bienes públicos (no
rivales, no excluibles), por tanto, el consumidor no ‘expresa’ su demanda y puede
esperarse un consumo superior a las necesidades (por ejemplo, el despilfarro de agua en
países desarrollados o la sobreexplotación de pesquerías). En este caso de factores que
son bienes públicos, también puede señalarse la dificultad para determinar la oferta
óptima o apropiada. El administrador encargado de regular su consumo sólo puede
guiarse del criterio de eficacia técnica, no económica, en el suministro.
284
La incorporación de estos mismos bienes a la producción puede generar, y de hecho
genera en numerosos casos, debido a la naturaleza física de estos bienes y a las técnicas
de producción utilizadas, procesos de contaminación, sobreexplotación o su propio
deterioro (ampliar los contenidos relacionados: externalidades y tragedia de los
comunes).
Los recursos naturales no renovables o agotables son aquellos recursos o bienes cuya
formación requiere miles o millones de años, por lo que se considera que tienen un
stock inicial fijo respecto a la escala humana del tiempo (Alonso, 2009, p. 147). Se
distingue entre reservas, las dotaciones conocidas, y recursos, que incluye aquéllas
dotaciones “a las que no se puede acceder por razones económicas o tecnológicas”
(2009, p. 148). En estos bienes lo relevante es determinar cómo gestionar su utilización,
teniendo en cuenta su condición de agotable (ampliar con estadísticas que muestran la
evolución del consumo en el siglo XX de algunos productos como el hierro, aluminio y
cobre y la evolución de sus precios en términos constantes, e igualmente respecto del
petróleo y el carbón).
Los recursos naturales renovables biológicos (por ejemplo, bosques y pesquerías) son
fundamentales para la vida y el bienestar de los seres humanos. Se caracterizan por estar
sometidos a ciclos biológicos que permiten su reproducción; y ofrecen una
285
problemática en la que hay que contemplar el stock existente, el ritmo de reproducción
y el ritmo de extracción.
En el caso de los bosques, “en términos agregados del planeta, las tasas de
extracción –por talas o incendios– son muy superiores a las tasas de reproducción
provocando la deforestación, que pone en peligro la continuidad de ciclos naturales
básicos” (Alonso, 2009, p. 154). La presión de la demanda derivada –la demanda de
madera o de pasta para papel– se refleja “en unos precios relativos internacionales de la
madera que no han dejado de crecer en los pasados ciento cincuenta años, sin que ello
haya sido suficiente para conservar las superficies de bosques naturales” (2009, p. 154).
Las pesquerías han sido, hasta hace poco, un recurso o factor de libre acceso. En este
factor lo determinante han sido las innovaciones tecnológicas en la extracción y la
conservación en frío de las capturas. “Según la FAO, en más del 90% de pesquerías del
mundo existen condiciones de sobreexplotación” (2009, p. 155). Para compensar esta
sobreexplotación se acordó en 1982 extender las zonas marítimas nacionales exclusivas
a 200 millas, ya que, según la FAO, casi el 90% de las capturas se encontraban dentro
de estos límites costeros, y se acordó regular –sin éxito– el tráfico de peces transzonales.
Sin embargo, “la flota pesquera se ha duplicado a lo largo de los últimos treinta años
[…] lo que impone una presión desmedida sobre los recursos biológicos del mar”
(2009, p. 155).
Los recursos naturales renovables ambientales: el caso del agua. La cantidad de este
recurso ha permanecido inalterable, mientras la demanda derivada del crecimiento de la
población, del desarrollo de la industria, de las necesidades de la agricultura de regadío
y de los procesos de urbanización masiva, ha aumentado continuamente. “Mientras la
población creció desde mediados del siglo pasado a una tasa del 2%, los usos de agua lo
hicieron a una media anual del 3%” (2009, p. 158). Otros datos característicos de este
factor: desigual distribución geográfica; concentración del 70% de la demanda en la
agricultura; difícil acceso al agua en los países menos desarrollados; 500 millones de
personas afectadas de escasez hídrica; sobreconsumo en países desarrollados;
contaminación del recurso en numerosas zonas; fuerte correlación entre la falta de agua
potable y el deterioro de la salud en las poblaciones afectadas (2009, pp. 158-159).
286
La tecnología
287
El factor capital
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS
CONSUMO PRODUCCIÓN
MERCADOS
FINANCIEROS
SECTOR
FINANCIERO SECTOR
PÚBLICO
EL MERCADO Proyectos
Ahorro DE CAPITAL de
inversión
dinero OFERTA DEMANDA dinero
tipo
intereses y principal de intereses y principal
(interés compuesto) interés (interés compuesto)
préstamos (dinero)
(regla de capitaliz. compuesta)
RECURSOS NATURALES Y TECNOLOGÍA
CONTEXTO
Aquí contemplamos, de modo muy simplificado, el mercado del factor capital, referido
al mercado donde se ofrece o demanda el capital financiero –el dinero– que las
empresas solicitan para financiar sus necesidades de capital físico, para poner en
marcha sus proyectos de inversión. El dinero se solicita en forma de préstamo a un tipo
de interés r y se devuelve, en el plazo acordado, el principal y los intereses que
devengue a ese tipo r, intereses que se calculan habitualmente aplicando la regla del
régimen de capitalización compuesta (contenido ampliable).
En este epígrafe, aunque no consideramos la existencia del sector financiero,
suponemos que el dinero disponible en el mercado procede de los ahorradores del
módulo de producción y que lo tienen depositado en los bancos.
288
La demanda de capital financiero también es una demanda derivada, en este caso de la
demanda de bienes de inversión (el capital físico). En otras palabras, se produce
demanda de dinero cuando las empresas toman la decisión de acometer algún proyecto
de inversión.
Las empresas utilizan generalmente dos métodos para decidir si realizan o no una
inversión: El método del Valor Actual y el método de la Tasa Interna de Rentabilidad.
- El método del Valor Actual.
Suponiendo que un proyecto de inversión exige un desembolso inicial Co (flujo de
caja inicial negativo) y produce unos rendimientos netos futuros (flujos de caja
positivos) por importes R1, R2 y R3 en los próximos tres años, el gráfico temporal
del proyecto sería
R1 R2 R3
0 1 2 3
Co
Según este método el empresario convierte o descuenta los flujos positivos al valor
actual (su valor en el momento 0) según la siguiente fórmula:
Rt
VA = Valor actual de todos los Rt = ∑
t
(1+d)
289
- El método de la Tasa Interna de Rentabilidad.
Si aplicamos este método al mismo proyecto inversor del ejemplo anterior y
calculamos qué valor de d hace igual el VA con el desembolso inicial, Co,
tendremos lo siguiente
Rt
Co = ∑
t
(1+d)
En otras palabras, calcularíamos la d que hace el VAN igual a cero. Si el valor que
obtenemos para d es mayor que el tipo de interés de los depósitos bancarios
(contenido ampliable), la empresa debe acometer el proyecto, ya que obtendría
mejor resultado invirtiendo el dinero en este proyecto inversor que dejándolo en el
banco a un tipo de interés menor; y si fuera menor lo desecharía.
La conclusión es que los criterios de estos métodos habituales de decisión
consideran que la inversión y, por tanto, la demanda de capital financiero, se
favorece si el tipo de interés ofrecido por los bancos disminuye y, lógicamente, se
reduce si dicho tipo sube.
No obstante, la realidad muestra que la demanda de capital para afrontar proyectos
de inversión depende también de otras variables, como las expectativas de los
empresarios, el marco fiscal, las expectativas de inflación, las variaciones en la
tecnología, el riesgo comercial del proyecto (la incertidumbre sobre los Rt).
La oferta de capital financiero procede de los depósitos que tienen los agentes
económicos (particulares, rentistas, trabajadores, empresas, sector público) en las
instituciones del sector financiero (por simplicidad, en el EGAE hemos supuesto
que todos estos fondos ‘salen’ del módulo de consumo).
Estos depósitos proceden del ahorro, de las rentas no destinadas al consumo por
los agentes económicos. Cuanto menos consuman éstos habrá más oferta de capital
prestable para atender la demanda de capital para inversión en las empresas. Y,
lógicamente, un factor determinante de ese comportamiento es el tipo de interés que
ofrezcan los bancos a los ahorradores.
Otros factores que podrían afectar al ahorro y, por tanto, a la oferta de capital, serían
las expectativas de inflación de los posibles ahorradores, la evolución de su renta,
etc…
290
El sector público
Al referirnos al sector público estamos contemplando, en general, cualquier actuación
de los poderes del Estado que afecte a la actividad económica.
La intervención del Estado en la actividad económica ha adoptado, a lo largo de la
historia, diferentes formas, enfoques, justificaciones e instrumentos, en función de los
diferentes contextos y de las diferentes concepciones económicas. Podría hablarse de la
intervención del Estado desde que existe el Estado moderno tal y como se configura
actualmente, e incluso ir más atrás. En la actualidad sigue siendo objeto de discusión el
perímetro idóneo de las intervenciones del sector público y su propio tamaño (ampliar
con descripción de planteamientos neoclásicos y keynesianos y contenidos relacionados
con el estado del bienestar).
Las actuaciones del sector público son tan diversas que afectan a casi cualquier aspecto
de la actividad económica. Estas actuaciones son tan numerosas que se hace necesario
clasificarlas, tomando en consideración diferentes criterios. La primera clasificación la
haremos atendiendo a los pagos/cobros que realiza a/de los otros agentes económicos:
291
son los denominados ingresos y gastos fiscales. Estos flujos monetarios se recogen en
el Presupuesto.
Un presupuesto es una descripción sistemática de las previsiones de gastos e ingresos,
referida a un período, generalmente anual, que se suele elaborar el año anterior al que va
a ser ejecutado. Es el marco jurídico y financiero al que las diferentes administraciones
y entes del sector público deben ajustar sus actuaciones. Los gastos tienen carácter
limitativo y los ingresos estimativos.
Por ejemplo, en su forma más sintética, el Presupuesto consolidado del sector público
español correspondiente a 2011 arroja las siguientes cifras:
Los ingresos del presupuesto son los recursos del sector público que financian los
gastos. La clasificación de los ingresos con criterio económico es la siguiente:
Ingresos por operaciones corrientes
- Impuestos directos: Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF, v. flujo 2
en el EGAE nº 13 adjunto) e Impuesto sobre sociedades (IS, v. flujo 3) (ampliar
contenidos sobre estos impuestos que incluyan los conceptos básicos de sujeto
pasivo, hecho imponible, base imponible, tipo impositivo, cuota, deducciones, etc.).
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de
BIENES y SERVICIOS flujo físico de b. y serv.
CONSUMO pago de los b. y serv. PRODUCCIÓN
6 4
MERCADOS
FINANCIEROS
SECTOR
FINANC. SECTOR PÚBLICO
PRESUPUESTO
Gastos Ingresos
11 8 6 Compra b.y serv. Cotizac.Seg.Soc. 1 1
7 Gtos. de Personal Imptos.Directos
Fros. Corrientes IRPF........... 2
8 8 Int. de Deuda IS................ 3 3
Transf.Corrientes Imptos.Indirect.
CCAA y otros IVA............ 4
9 9 Pensiones IE............... 5 5
10 10 Desempleo Contr.yTasas
Otras Transf.Ctes.yOtr.
Inv.yTr.deCapital Ingr.de Capital
Financieros Ingresos Fros.
11 11 Amort.Deuda
SUPERÁVIT o DÉFICIT
MERCADOS
horas de trabajo de FACTORES
pago de salarios 7 2 1
cesión de otros factores
rentas de otros factores 2
293
Impuestos indirectos: Impuestos sobre el valor añadido (IVA, v. flujo 4), Impuestos
especiales (IE, v. flujo 5), etc. (ampliar contenidos sobre estos impuestos, que
incluyan los conceptos básicos de sujeto pasivo, hecho imponible, base imponible,
tipo impositivo, cuota, deducciones, etc.).
Contribuciones y tasas (contenido ampliable).
Los ingresos por los tres capítulos anteriores sumaron en el presupuesto del 2011
adjunto, un total de 90.258 millones de euros, representando un 35,3% del Total
Operaciones No Financieras (ampliar contenidos relativos a la proporcionalidad,
progresividad o regresividad de cada impuesto).
Contribuciones a la Seguridad Social (v. flujo 1, que procede del módulo de
producción, cuando es a cargo de la empresa y del flujo de salarios cuando es a
cargo del trabajador). Los ingresos por este capítulo en 2011 ascendieron a 135.611
millones de euros, representando un 53% del Total Operaciones No Financieras
(ampliar contenidos sobre el régimen de cotizaciones y prestaciones de la Seguridad
Social).
Transferencias corrientes. Son ingresos, sin contrapartida, que reciben los entes
públicos de otros agentes por realizar operaciones corrientes.
Ingresos patrimoniales. Son intereses, dividendos, alquileres, etc. derivados del
rendimiento del patrimonio estatal.
Ingresos por operaciones de capital
Enajenación de inversiones reales. Son ingresos que se obtienen por la venta de
activos reales de propiedad pública.
Transferencias de capital. Son ingresos sin contraprestación que se reciben de
otros agentes por realizar operaciones de inversión.
Ingresos por operaciones financieras
Relativos a activos financieros. Son ingresos por venta de acciones propiedad del
sector público, por reintegro e préstamos concedidos anteriormente por el sector
público, o por depósitos en instituciones financieras.
Relativos a pasivos financieros. Son ingresos por emisión de deuda pública, por
préstamos recibidos del exterior o del Banco Central, etc.
Los gastos del presupuesto se pueden clasificar también con criterio económico,
analizando en qué se gasta. Esta clasificación tiene importancia porque permite integrar
la contabilidad pública en la contabilidad nacional (que se expondrá más adelante).
294
Gastos por operaciones corrientes
Gastos de personal. Los dedicados al pago de funcionarios y personal laboral de
todos los entes del sector público (v. flujo 7 en el EGAE adjunto). Sólo los del
Estado ascendieron a 32.919 millones de €, sin contar los de las CC.AA. y otros
entes, que se encuentran clasificados en el capítulo IV en la rúbrica de
Transferencias corrientes.
Gastos de bienes y servicios. Son las compras de bienes y servicios necesarios para
el funcionamiento diario de los servicios públicos (v. flujo 6). Sólo las del Estado
ascendieron en 2011 a 8.011 millones de €, las del resto se encuentran en el capítulo
IV.
Gastos financieros. Recogen los intereses de la deuda pública y otros préstamos (v.
flujo 8). En 2011 ascendieron a 27.400 millones de €
Transferencias corrientes. Son pagos a otros sujetos públicos o privados, sin
contraprestaciones, para realizar operaciones corrientes. Incluye transferencias a
CCAA y otros entes, que ascendieron a 42.811 millones de €, pagos por pensiones
(v. flujo 9) que ascendieron a 112.215 millones de €, pagos por desempleo (v. flujo
10) que ascendieron a 30.474 millones de € y otros.
Gastos por operaciones de capital
Inversiones reales. Son inversiones directas de los entes públicos en activos del
inmovilizado material (terrenos, edificios, maquinaria,…).
Transferencias de capital. Son transferencias a otros sujetos públicos o privados
para financiar operaciones de capital.
Gastos por operaciones financieras
Pagos financieros. Son pagos derivados, principalmente, de la amortización de la
deuda pública o de otros préstamos o créditos recibidos en el pasado (v. flujo 11).
Su importe ascendió en 2011 a 46.799 millones de €.
El déficit público y la deuda pública. Se habla de déficit público cuando los gastos del
presupuesto superan a los ingresos (lo contrario se denomina superávit). Cuando surge
esa situación, lo que ocurre con frecuencia, hay que obtener fondos por el importe del
déficit, que financien/atiendan los gastos no cubiertos con los insuficientes ingresos. Se
puede intentar cubrir el importe del déficit vendiendo activos propiedad del sector
público (por ejemplo, formulando Ofertas Públicas de Venta de acciones –OPV- de
empresas públicas), aumentando los tipos impositivos de los impuestos existentes o
295
creando otros impuestos nuevos, aunque lo más habitual ha sido contemplar dos vías de
financiación del déficit.
- Recurrir al Banco Central para que emita dinero por el importe del déficit (en la
actualidad España no puede utilizar este recurso, por su pertenencia a la UE). Los
países que pueden utilizar esta vía se enfrentan a los problemas derivados de un
aumento del dinero en circulación.
- Recurrir a los agentes económicos que quieran prestarlo (bancos, particulares,
nacionales o extranjeros, empresas, etc., ver EGAE nº 14 adjunto). En cuyo caso se
entregan a cambio títulos denominados deuda pública (que pueden ser a corto plazo
-letras y pagarés del Tesoro- y, a medio y largo plazo -deuda, bonos y obligaciones
del Estado-), que se retribuyen a tipos de interés diferentes según los plazos (a
mayor plazo, mayor tipo de interés). Así, la deuda pública es el conjunto de títulos,
generalmente cotizados en Bolsa, emitidos por el sector público para financiar sus
déficits (o, eventualmente, para cubrir desajustes temporales de tesorería).
SECTOR EXTERIOR
MERCADOS de f
BIENES y SERVICIOS i
CO NSUMO n PRO DUCCIÓ N
a
MERCADO S n
FINANCIERO S financ iac ió n banc aria c.
SECTO R
FINANCIERO SECTOR PÚBLICO e
PRESUPUESTO (año n) x
Gastos Ingresos t
e
r
P i
DÉFICIT(n) D Ú o
E B r
Inters.Deuda U L
DÉFICIT(n-1) D I financiac. empresas
DÉFICIT(n-2) A C
DÉFICIT(n-3) A
MERCADOS
de FACTORES
296
Si se acumulan déficits durante varios ejercicios (como se muestra en el EGAE adjunto)
la deuda pública crece y también los intereses financieros que devenga (denominados
servicio de la deuda). En una situación como ésta, la deuda pública aumenta a un ritmo
que depende de los tipos de interés a los que se haya contraído.
Se suele distinguir entre déficit primario, que es la diferencia entre ingresos y gastos, y
déficit total, que es igual al déficit primario más los intereses de la deuda. En el EGAE
se muestra cómo los déficits de los años n-3, n-2 y n-1, se acumulan para formar los
intereses de la deuda o servicio de la deuda del año n. Se muestra también como la
deuda pública (total) es la suma de todos los déficits más los intereses de la deuda.
Cuando los tipos de interés están por encima de la tasa de crecimiento del PIB se está
en la denominada trampa de la deuda, que implica que la relación deuda/PIB aumente
aunque no haya déficit primario.
El crecimiento continuado de la deuda puede llegar a detraer tantos fondos para el
sector público que se reduzca el montante de los fondos necesarios para las inversiones
de los agentes privados. Este fenómeno se conoce como efecto desplazamiento o efecto
expulsión (crowding out).
297
concretado en la creación de monopolios, otras en la lucha contra los monopolios; a
veces internalizando externalidades (como quizás en el caso del tabaco); a veces en
la producción de bienes públicos que otros agentes no pueden o no desean producir
y otras produciendo bienes y servicios en competencia con el sector privado; a veces
suministrando servicios sin precio explícito (justicia y defensa, por ejemplo), otras
suministrándolos a cambio de un precio que sólo parcialmente cubre las costes
(transporte público, por ejemplo) etc. En algunos casos, los consumidores no
revelan sus preferencias, su demanda, y la determinación de la oferta la hace el
administrador público como sustitutivo del mercado (ampliar este contenido y su
problemática).
- Función estabilizadora. Consiste en las actuaciones del sector público orientadas a
mantener estables las variables (generalmente macromagnitudes) más significativas,
como el nivel de empleo, el PIB y el nivel general de precios. Se trata de una
función orientada a suavizar los efectos de las fluctuaciones en la actividad
económica (contenido ampliable).
Instrumentos económicos del sector público. Son las técnicas de que se vale el Estado
para desarrollar sus funciones en el área de la actividad económica. Se pueden clasificar
como sigue:
- Impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social. Este instrumento permite favorecer
o desalentar la producción de ciertos bienes, modificar la distribución de la renta,
internalizar externalidades, favorecer o desalentar el ritmo de crecimiento, etc.
(contenido ampliable).
- Compras y gastos. A través del presupuesto el Estado puede atender el
mantenimiento de sus propios órganos, producir bienes públicos, incrementar o
reducir el crecimiento económico, etc. (contenido ampliable).
- Transferencias. Este instrumento permite atender las contingencias contempladas
en el régimen de la Seguridad Social, fomentar sectores o industrias determinadas,
atender áreas económicas en dificultades o desastres para su recuperación, etc.
(contenido ampliable).
- Saldo presupuestario. Incurrir en déficit o superávit presupuestario y el modo de
financiar la deuda son técnicas con incidencia directa en la actividad económica y en
la situación financiera (contenido ampliable).
298
- Regulatorios. La interpretación de aspectos concretos de la estructura legal básica;
su posible modificación; la regulación de áreas concretas de la actividad
económica… son aspectos fundamentales que definen el contexto en el que se
desenvuelve la actividad económica.
- Monetarios. Son los que utiliza principalmente el Banco Central (Banco de
España), que es un órgano del Sector público, aunque con autonomía estatutaria.
Los veremos al describir el sector financiero.
299
El sector financiero
El sector financiero forma parte de un contenido más amplio: el sistema financiero. Así
que empezamos describiendo éste y, en su desarrollo, nos encontraremos el sector
financiero.
El sistema financiero
Hasta ahora los flujos monetarios o de dinero que hemos encontrado en la actividad
económica (representados con flechas de trazo discontinuo en los EGAE anteriores)
surgían, en general, como contrapartida a algún flujo físico de bienes, servicios o
factores (representado con flechas de trazo continuo en los EGAE) o ligados a gastos /
ingresos del sector público.
Sin embargo, hay otras actividades, como el ahorro o la inversión, que también generan
flujos de dinero; éstos se producen en el seno del sistema financiero. Son los derivados
de las transferencias de fondos desde las unidades o agentes económicos que tienen
superávit hacia los que tienen déficit. Normalmente estas transferencias de fondos son
intermediadas por los agentes del sector financiero (los intermediarios financieros) en
los mercados correspondientes (los mercados financieros).
En el EGAE nº15 adjunto se muestran las operaciones más habituales que se producen
en el seno del sistema financiero. Así, la flecha 1 puede representar a un consumidor
particular con ahorros (superávit) que deposita éstos en un banco en forma de una
imposición a 3 años a un interés del 5% anual, o a una familia con exceso de tesorería
que toma una participación en un fondo de inversión ofrecido por una entidad
financiera. La flecha 2 puede representar el envío de fondos a la cuenta corriente de un
banco español por un grupo inversor extranjero que tiene previsto realizar inversiones
en el sector inmobiliario español. La flecha 4, la colocación de los excesos temporales
de tesorería de una empresa en pagarés a tres meses con un tipo de interés del 3%,
ofrecido por un banco. La flecha 6 podría representar a algún ente público colocando
sus excedentes de tesorería en algún banco, buscando rentabilidad por el tiempo que
disponga de dichos fondos. Las flechas y los ejemplos mostrados representan, en todos
los casos, flujos de fondos que fluyen desde las unidades que tienen superávit o
tesorería excedente hasta el sector financiero (los intermediarios financieros).
Los intermediarios financieros, que han recibido estos fondos a diferentes plazos y
retribuido a tipos de interés diferentes, lo ofrecen ahora a las unidades que tienen
déficits, o necesidades temporales de tesorería, o que van a acometer inversiones en
300
capital físico y no disponen de fondos suficientes, a diferentes plazos y tipos de interés.
Así la flecha 5 podría representar a una empresa industrial que recibe fondos en forma
CONSUMO PRODUCCIÓN
SECTOR
FINANCIERO
Agentes Agentes
con DÉFICIT 8 5 con DÉFICIT
intermediarios
financieros SECTOR PÚBLICO
y
particulares otros 6 Agentes con empresas
agentes SUPERÁVIT no financieras
familias
7 Agentes
economías domésticas con DÉFICIT
MERCADOS FINANCIEROS
RECURSOS NATURALES Y TECNOLOGÍA
CONTEXTO
301
transformación de los intermediarios financieros. Entre otras transformaciones
merece señalarse la transformación del corto plazo (al que suelen recibirse los fondos
de las unidades con superávit) al largo plazo (al que suelen ofrecerse los fondos a las
unidades con déficit).
Sin embargo, aunque la mayoría de la financiación se produce como hemos descrito, no
todos los fondos atraviesan esta función transformadora en su camino desde las
unidades con superávit hasta las unidades con déficit. En algunos casos, una unidad con
déficit puede acudir directamente a las unidades con superávit (por ejemplo, cuando
una empresa solicita fondos para ampliar capital y las acciones las suscribe
directamente un particular determinado) sin el concurso de ningún agente del sector
financiero o con su simple mediación o asesoramiento.
FINANCIACIÓN DIRECTA
fondos (dinero)
UA Activos U
N particulares (títulos) activos financieros directos financieros particulares I N
I H directos I
D economías SIMPLE MEDIACIÓN (o primarios) economías ND
A O domésticas fondos (dinero) domésticas A
D VD
E R familias (títulos) activos financieros directos familias E
S Corredores ES
R Comisionistas
c Agentes R
o A mediadores -Pagarés c
n empresas AGENTES -Letras del Tesoro empresas S o
D MEDIADO RES -Deuda del Estado n
S -Bonos O
UO Activos INTERMEDIARIOS -Deuda corporativa
P financieros FINANCIEROS -Obligaciones RD
E R sector indirectos -Acciones sector É
R público fondos (secundarios) Bancos y cajas fondos -Empréstitos público EF
ÁE (dinero) Cooperativas de Crédito. (dinero) -Préstamos y I
V Entidades de Financiación créditos SC
I S act.fros.indirectos Sociedades de Cartera act.fros.directos -Otros I
T (o secundarios) -Cuentas corrientes Compañías de Seguros (o primarios) T
-Depósitos a plazo Fondos de Pensiones
corto plazo -Pagarés Otros largo plazo
-Imposiciones a p/fijo
-Otros
FUNCIÓN DE TRANSFORMACIÓN
302
En este gráfico se muestran, leyendo de arriba abajo en la parte central, los tres tipos
básicos de financiación:
1. La financiación directa. En este caso una unidad con superávit, por ejemplo una
familia, entrega fondos de dinero –su ahorro– a una unidad con déficit, una empresa
recién constituida (flecha con trazo discontinuo). A cambio, recibe títulos
denominados activos financieros directos o primarios, que son las acciones de la
empresa y representan una parte de su capital (flecha en trazo continuo).
2. Con simple mediación. Es un caso semejante al anterior. Las unidades con déficit
emiten activos financieros directos o primarios, que son suscritos y desembolsados
directamente por las unidades con superávit, pero en la gestación de la operación
interviene asesorando o facilitándola algún agente mediador que, sin embargo, no
asume riesgo alguno en dicha operación.
3. Con función de transformación. Es el caso más importante. En este tipo los
intermediarios financieros entregan los fondos que necesitan las unidades con
déficit (flecha discontinua de la derecha) y suscriben o reciben los activos
financieros directos o primarios que emiten ésas (flecha continua de la derecha).
Normalmente estos fondos son solicitados para devolver en un plazo medio/largo.
Los intermediarios financieros, a su vez, para poder financiar las entregas de fondos
realizadas a las unidades con déficit, emiten activos financieros indirectos o
secundarios y se los ofrecen a las unidades con superávit. Si éstas los aceptan,
entregan los fondos a los intermediarios financieros (flecha discontinua de la
izquierda) y, a cambio, reciben los activos secundarios (flecha continua de la
derecha). Normalmente, estos fondos se entregan por las unidades ahorradoras a un
plazo corto/medio.
La función de transformación consiste en transformar la necesidad global de fondos
a largo plazo de las unidades inversoras (concretada en los activos primarios) en
financiación a corto plazo por las unidades ahorradoras (a través de los activos
secundarios emitidos por los intermediarios financieros). Esta función de
transformación ‘de plazos’ suele incluir también transformación de ‘riesgos’ u otras
variables de los activos financieros (contenidos ampliables).
Los sistemas financieros podrían clasificarse globalmente en dos categorías, si bien con
cada vez más aproximaciones entre ellas. Por un lado, los sistemas basados en las
instituciones, en las que el papel de éstas es fundamental para la financiación de las
303
actividades del sector real de la economía y, por otro, los sistemas basados en los
mercados, en los que la financiación se lleva a cabo, fundamentalmente, a través de los
mercados financieros75.
75
Parejo, J.A. et al., 2008, p. 4
76
ib., p. 28
77
ib., p. 4
304
Riesgo: Probabilidad de que el emisor no cumpla con las condiciones de
rentabilidad y amortización pactadas. El riesgo depende de la solvencia del
emisor y de las garantías aportadas (contenido ampliable).
Rentabilidad: Capacidad de producir rendimientos, en términos de intereses,
dividendos, plusvalía o rentabilidad fiscal (contenido ampliable).
Plazo: Fecha de vencimiento del activo financiero (contenido ampliable).
Clasificación de los activos financieros: Primarios (o directos), los que emiten
las unidades deficitarias o inversoras para obtener el dinero que necesitan
(ampliar con ejemplos), y secundarios (o indirectos), los que emiten los
intermediarios financieros (ampliar con ejemplos). Los activos financieros
pueden clasificarse también con arreglo a su liquidez, riesgo o rentabilidad.
El cuadro siguiente contiene una clasificación de los activos financieros más
utilizados.
- Los mercados financieros. Son los mercados en los que se intercambian (compran o
venden) activos financieros y se determinan sus precios.
Los mercados se califican atendiendo al grado en que cumplen con las siguientes
características: amplitud, transparencia, libertad, profundidad y flexibilidad.
Clasificación de los mercados financieros:
Por las características de sus activos:
Mercado monetario: se negocian activos financieros de corto plazo, bajo riesgo
y gran liquidez, emitidos por el sector público, los intermediarios financieros o
305
las grandes empresas. Los más importantes son el mercado interbancario de
depósitos, el mercado primario de deuda pública, el mercado secundario de
deuda pública, el mercado primario de renta fija privada y los mercados
secundarios de renta fija privada (ampliar contenidos y ejemplos).
Mercado de capitales: se negocian activos financieros de medio y largo plazo.
Tiene dos modalidades: mercado de valores que, a su vez, se divide en de renta
fija y de renta variable (Bolsa) y mercado de créditos a largo plazo (ampliar
contenidos y ejemplos).
Por el modo de funcionamiento:
Mercado directo: sin la concurrencia de intermediarios financieros.
Mercado intermediado: con la participación de, al menos, un intermediario
financiero.
Mercado de subasta.
Por el grado de intervención:
Mercados regulados: con alteraciones administrativas que afectan al precio o al
volumen de títulos negociados.
Mercados libres: sin intervenciones ajenas a los demandantes y ofertantes de
títulos.
Por la fase de negociación de los activos:
Mercados primarios: aquellos en los que los títulos adquiridos son de nueva
creación.
Mercados secundarios: aquellos en que se comercializan títulos ya existentes,
cambiando su titularidad. Estos mercados no suponen la existencia de nueva
financiación. Su importancia radica en que dotan de liquidez a los activos
primarios, al posibilitar su venta, y permiten conocer, permanentemente, el
precio de los títulos (contenido ampliable).
Por su grado de formalización:
Mercados organizados.
Mercados no organizados (contenido ampliable).
Según el plazo de las operaciones que se realizan:
Mercados spot (o de contado).
Mercados derivados (a plazo) (contenido ampliable).
306
Los intermediarios financieros
Ya hemos visto en el esquema anterior, en el tercer tipo de financiación, cómo una serie
de instituciones, denominadas intermediarios financieros, toman activos primarios
entregando dinero a las unidades económicas que lo precisan y, a su vez, entregan
activos secundarios a las unidades ahorradoras, recibiendo a cambio sus fondos de
dinero.
Es importante diferenciar entre éstos –los intermediarios financieros- y los agentes
mediadores o dealers, que compran y venden activos financieros sin que su actividad
genere ningún cambio en los activos negociados, puesto que los dealers no crean nuevos
y diferentes activos a los ya existentes. Por el contrario, los intermediarios financieros
adquieren activos primarios y no los revenden, sino que, en base a dichos activos
primarios, crean activos nuevos, secundarios, que colocan entre los ahorradores,
obteniendo de éstos los fondos necesarios para la realización de sus inversiones.
307
Hasta ahora, al hablar de la actividad en el seno del sistema financiero, nos hemos
referido únicamente a los flujos de dinero y de su contrapartida, los flujos de títulos. Sin
embargo, debemos contemplar también los stocks o saldos derivados de esos flujos en
un momento determinado.
En el EGAE nº 15 hemos mostrado algunos de los flujos posibles entre los grandes
sectores agregados de la actividad económica. En general, cada flujo corresponde a una
operación en su inicio, pero, a medida que pasa el tiempo y se van cumpliendo los
plazos de amortización y se van pagando por el prestatario los rendimientos, los flujos
de dinero se van produciendo en sentido contrario, hasta el término de cada operación.
Si en algún momento hiciéramos un inventario de los saldos agregados deudores o
acreedores pendientes de cada sector de la actividad económica con todos los demás,
podríamos conocer la posición neta o saldo neto de cada sector con cada uno de los
otros y con todos conjuntamente.
Hemos realizado este ejercicio referido a España en los años 1995, 2007 –el año de
inicio de la actual crisis– y 2012. Se muestra en los EGAE nº 16, 17 y 18 que figuran a
continuación. En estos gráficos cada flecha indica el saldo de un sector con cada uno de
los otros. Si la flecha ‘sale’ de un sector con dirección a otro, indica que este último
tiene saldo deudor o es deudor frente al primero por el importe indicado junto a la
flecha. Por ejemplo, en 1995 (EGAE nº 16) la flecha que une el sector financiero con el
sector producción indica que el conjunto de las empresas de este sector, al 31 de
diciembre de 1995, tenían una posición neta agregada deudora por 108.412 millones de
€ frente a las entidades del sector financiero, que eran acreedoras frente a esas empresas
por el mismo importe. En el mismo año se muestra (intercalado en una elipse en el
EGAE) que el saldo del sector público frente al conjunto de todos los demás sectores es,
al final de 1995, -209.211 millones de €, lo que indica que tiene una posición neta
global deudora por este importe frente al resto de agentes económicos.
Las flechas, representativas de saldos, de estos EGAE se han ‘dibujado’ de modo que su
anchura en los gráficos es proporcional a los importes de los saldos. De este modo
puede apreciarse fácilmente una característica básica del sistema financiero español en
1995: las necesidades de financiación del sector producción (-167.273) y del sector
público (-209.211), estaban atendidas, en su mayor parte, por el sector financiero
(+108.412 y +145.645 respectivamente) y, en menor medida, por el sector exterior
308
(+62.512 y +59.084 respectivamente) y que, a su vez, el sector financiero, se financiaba
principalmente de las economías domésticas (-289.728).
SECTOR EXTERIOR
SALDO=+2.566-47.439+59.084+62.512=+76.723
instituciones de crédito, empresas no financieras, fondos de inversión, empresas de seguros, particulares, familias,etc.
2.566 59.084 62.512
CONSUMO PRODUCCIÓN
15.060
SALDO=
-2.566 47.439 SALDO=
-15.060 289.728 SECTOR FINANCIERO 108.412 -11.409
+289.728 -108.412
+15.891= +15.060
+287.993 SALDO= -62.512=
-289.728 -167.273
+47.439
+108.412
+145.645=
+11.760 145.645 empresas
SECTOR PÚBLICO no financieras
particulares
SALDO=
-145.645 PIBpm de 1995
familias -59.084 a precios corrientes
+11.409 447.205
economías MERCADOS FINANCIEROS -15.891= millones de €
domésticas 15.891 -209.211 11.409
SECTOR EXTERIOR
SALDO=-86.767+467.711+157.221+295.855=+834.020
instituciones de crédito, empresas no financieras, fondos de inversión, empresas de seguros, particulares, familias,etc.
467.711 157.221 295.855
86.767
CONSUMO 540.013 PRODUCCIÓN
SALDO=
+86.767 SALDO=
+540.013 344.986 SECTOR FINANCIERO -295.855
+344.986 756.477 -540.013
+12.877= -756.477
+984.643 SALDO= -48.865=
-344.986 -1.641.210
-467.711
+756.477
+66.238=
+10.018 empresas
66.238 SECTOR PÚBLICO no financieras
particulares
SALDO=
-66.238 PIBpm de 2007
familias -157.221 a precios corrientes
+48.865 1.053.537
economías MERCADOS FINANCIEROS -12.877= millones de €
domésticas 12.877 -187.471 48.865
309
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA LA CIRCULACION FINANCIERA. LOS SALDOS. 2012
(Su representación mediante el EGAE ) Saldos netos intersectoriales . España (2012- millones de €) Nº 18
SECTOR EXTERIOR
SALDO=-68.290+467.783+295.407+244.284=+939.184
instituciones de crédito, empresas no financieras, fondos de inversión, empresas de seguros, particulares, familias,etc.
467.483 295.407 244.284
68.290
CONSUMO 372.739 PRODUCCIÓN
SALDO=
+68.290 SALDO=
+372.739 434.150 SECTOR FINANCIERO -244.284
+434.150 657.738 -372.739
+20.907= -657.738
+896.086 SALDO= -89.445=
-434.150 -1.364.206
-467.786
+657.738
+386.039=
+141.841
386.039 SECTOR PÚBLICO empresas
particulares no financieras
SALDO=
-386.039
familias -295.407 PIBpm de 2012
+89.445 a precios corrientes
economías MERCADOS FINANCIEROS -20.907= 1.029.002
domésticas 20.907 -612.908 89.445 millones de €
310
El dinero. Historia y tipos de dinero
El dinero surge, históricamente, para facilitar la complejidad del intercambio mediante
el trueque. Mediante el trueque directo se intercambiaba un bien X, propiedad de A, por
el bien Y propiedad de B, sin complicaciones. La dificultad surgía en el trueque
indirecto, en el que, para llevar a efecto un intercambio, hacía falta incorporar otros
bienes y personas.
Seguramente, la incipiente división del trabajo y la especialización hicieron necesaria
la identificación, previo acuerdo, de algún tipo de mercancía que evitara la complejidad
del trueque indirecto y pudiera usarse como medio de pago comúnmente aceptado. En
un principio, este tipo de dinero-mercancía fue algún objeto o producto de uso común y
frecuente, como la sal, los cereales u otros similares, o muy solicitados, como objetos de
adorno o especias.
Es fácil comprender que este tipo de mercancía-dinero, por su uso continuado,
evolucionara hacia objetos que fueran fácilmente transportables, divisibles,
almacenables y no perecederos. Así comenzaron a utilizarse, primero metales como el
hierro y el cobre y luego metales preciosos, como el oro o la plata. Este dinero-metálico
tenía un valor intrínseco determinado por su peso.
La inseguridad respecto al peso dio lugar a la aparición de la moneda estampada. Con
esta acuñación, el emisor de la moneda –generalmente representantes del poder
político– garantizaba la pureza y el peso del metal contenido en cada moneda. En estas
monedas su valor nominal o facial (expresado en unidades o fracción de dracmas,
denarios 78 o la denominación que fuera) dependía del valor intrínseco del metal que
estaban hechas. A veces, se emitieron monedas con la finalidad de servir como moneda
fraccionaria, en las que su valor intrínseco o material era sólo una parte de su valor
nominal.
El dinero-papel surge en diferentes momentos en China y en Europa, como respuesta al
problema de trasladar o transferir con seguridad el dinero metálico de un lugar a otro.
Orfebres o personas de reconocida solvencia emitían unos recibos que servían como
certificados de la cantidad de dinero metálico depositado en sus arcas. De este modo,
en las transacciones, en lugar de transferir o entregar físicamente los metales preciosos,
esto es, el dinero metálico, se entregaban recibos por el importe equivalente. Estos
recibos acabaron emitiéndose al portador, lo que favoreció y extendió su uso como
311
medio de pago en las transacciones comerciales y la aparición del dinero-papel, que
certificaba la deuda del orfebre (origen de los bancos) con el titular de los recibos.
Cuando un país utiliza oro como dinero o dinero-papel convertible en oro, se dice que
su economía se rige por el sistema de patrón oro.
Con el tiempo, algunos orfebres o notables, que actuaban como depositarios del dinero-
metálico o de metales preciosos y joyas, comprobaron que las transacciones se resolvían
con los recibos de papel, que circulaban con profusión y confianza entre los
comerciantes, y que el dinero-metálico de sus cajas de seguridad era sólo parcialmente
reclamado. Así que estos orfebres, convertidos ya en bancos, comenzaron a prestar este
dinero-papel a terceros no depositarios, emitiendo nuevos recibos que, obviamente, no
tenían contrapartida en sus arcas. Este es el origen de los bancos actuales, denominados
bancos de reserva fraccionaria, porque sólo una parte o fracción de los recibos
emitidos está garantizada con dinero-metálico o metales preciosos. Obviamente, si
todos los depositantes reclamaban simultáneamente el dinero o los metales entregados
en depósito, estos bancos no podían hacer frente a sus demandas –como ha ocurrido
numerosísimas veces en la historia de la banca– y se verían abocados al cierre, con las
consiguientes pérdidas para los depositantes.
Poco a poco, se fue asumiendo que el dinero-papel no fuera convertible en los metales
preciosos que tuvieran los bancos en sus reservas, y fijando la confianza en la
consideración del dinero-papel como dinero fiduciario. Este dinero actual se denomina
así porque está basado en la fe, en la confianza de los agentes económicos en su
aceptación general como medio de pago. Este dinero fiduciario suelen emitirlo, en la
actualidad, los Bancos Centrales de cada país, y se denomina dinero legal. En estos
casos se dice que su sistema monetario es un sistema fiduciario. En economías
complejas y desarrolladas, como la que representamos en los EGAE, hay otro tipo de
dinero, diferente al contemplado hasta la fecha, que es el denominado dinero bancario.
El dinero bancario son los activos indirectos emitidos por los intermediarios
financieros bancarios, que son generalmente aceptados como medios de pago. Se trata
de los depósitos de los bancos movilizables mediante talones, cheques, tarjetas u otras
formas, para su uso como medios de pago.
Resumiendo, en la actualidad, encontramos básicamente, dos tipos de dinero:
- Dinero legal. Es el dinero-signo emitido por la institución que tiene asignado, por
ley, el monopolio de su emisión, generalmente el Banco Central. Este dinero no es
312
convertible a metales preciosos y su uso se basa en la confianza de su aceptación
general o en la obligación impuesta por el poder político para su utilización en las
transacciones. A su vez, distinguimos dos tipos: monedas, de metales nobles o no, y
billetes o papel moneda.
- Dinero bancario. Constituido por los depósitos de los bancos que son aceptados
generalmente como medios de pago.
Esta última definición de dinero, debido a la evolución y diversificación de activos de
los sistemas bancarios modernos, exige alguna precisión. Como luego veremos, los
depósitos de los bancos pueden ser a la vista, de ahorro o a plazo y, aunque todos ellos
se pueden utilizar como medio de pago, unos se pueden utilizar con más facilidad –
como los depósitos a la vista– y otros con menos. Esta cualidad depende de su liquidez.
Además, hay otros activos financieros que también se usan, precisamente en función de
su liquidez, como medio de pago y que no son depósitos, como los valores públicos a
corto plazo, algunos activos de la banca, o incluso valores privados a corto plazo.
Esta diversidad ha determinado que, por convención, se definan unos agregados
monetarios (v. cuadro siguiente), consistentes en agrupaciones de activos financieros,
que se aceptan como medio de pago y se consideran dinero. Su importancia radica en
que los Bancos Centrales los utilizan para tomar decisiones respecto a la cantidad de
dinero que circula en la economía y para efectuar análisis de la situación financiera.
Estos agregados monetarios son los siguientes:
313
Sintetizando, podemos concretar las siguientes notas distintivas del dinero:
- Permite la realización de transacciones, facilita la división del trabajo, posibilita el
ahorro, el préstamo y los pagos repartidos en el tiempo.
- Debe ser de general aceptación, trasladable, duradero, divisible y de oferta limitada.
- Sirve como medio de cambio, unidad de cuenta, depósito de valor y como patrón de
pagos diferido (contenido ampliable).
- Su importancia determina que la cantidad de dinero sea una variable de política
económica del sector público.
La actividad bancaria
En la breve referencia histórica del dinero, hemos visto cómo evolucionaron las
iniciales actividades de depósito y custodia de los orfebres hasta los actuales bancos de
reserva funcionaria.
Estos bancos, como se muestra en el gráfico del sistema financiero, son intermediarios
financieros que canalizan las reservas de los ahorradores hacia los inversores.
Para realizar estas funciones de canalizadores del ahorro hacia la inversión y de
gestores del mecanismo de pagos de la actividad económica, tienen facultad legal para
el desarrollo de las siguientes actividades u operaciones:
- Operaciones pasivas o de captación de recursos (corresponden, en general, a las
ubicadas a la izquierda del gráfico anterior EL SISTEMA FINANCIERO).
Con estas operaciones los bancos consiguen los recursos o fondos que necesitan
para el desarrollo de su actividad. Estos recursos provienen de dos fuentes: los
recursos propios, que son las aportaciones directas de sus socios o accionistas, en el
momento de la fundación de la entidad o posterior (que pueden instrumentarse como
acciones ordinarias, cuotas participativas, acciones sin voto y participaciones
preferentes), y los recursos ajenos, que son, cuantitativamente, más importantes.
Entre éstos, destacamos: Cuentas corrientes o depósitos a la vista, que son
contratos bancarios por los que el titular ingresa fondos en la entidad y puede
incrementarlos, reducirlos o retirarlos libremente mediante movimientos de efectivo,
transferencias o traslados de cualquier naturaleza, y el banco se reserva el derecho a
usar los saldos libremente con tal de atender las peticiones del titular en cualquier
momento; cuentas de ahorro, que son similares a las anteriores, aunque se
instrumentan en libretas, y tienen movilidad menor (por ejemplo, no pueden
moverse con talones); depósitos o imposiciones a plazo fijo, en las que el titular se
314
compromete a mantener los fondos hasta el vencimiento acordado, y con la
posibilidad, más reducida aún, de retirar los fondos o hacerlos líquidos entre tanto;
letras libradas por un banco y aceptadas por el cliente; cesiones de operaciones
activas, a cambio de un rendimiento; créditos o préstamos recibidos del Banco
Central o de otros bancos en el mercado interbancario; etc. Estas operaciones, por
su naturaleza, figuran contablemente, en el pasivo del balance de situación de los
bancos (contenidos ampliables).
- Operaciones activas o de inversión de los recursos captados (corresponden, en
general, a las ubicadas a la derecha del gráfico citado).
Estas operaciones, en general, toman la forma de créditos o préstamos concedidos y
otras la de anticipos sobre documentos, adquisición de valores públicos o privados,
adquisición de inmovilizado, concesión de avales, descubiertos de cuenta corriente
y descuento comercial. Por su naturaleza, figuran contablemente en el activo del
balance de situación de los bancos.
La diferencia más significativa entre crédito y préstamo se concreta en que, en el
primero, el cliente recibe una cantidad determinada y en el segundo, el banco pone a
disposición del cliente una cantidad hasta cierto límite, de la que el cliente va
disponiendo según sus necesidades. Estas operaciones se suelen documentar en
póliza o escritura pública, pueden destinarse al consumo o a la inversión, pueden
otorgarse a corto, medio o largo plazo, pueden estar garantizados con garantía
personal o real (como las hipotecas), pueden devengar un tipo de interés fijo o
variable y adoptar diferentes plazos y reglas de amortización.
- Operaciones de servicios a su clientela. Estos servicios, no representados en el
gráfico, son los que permiten atender la gestión del mecanismo de pago de los
agentes económicos. Son, entre otros, los servicios de tesorería (cobros y pagos de
transacciones), de compensación, domiciliaciones (recibos, tasas, letras, etc.), de
transferencias entre cuentas de la misma o diferente entidad y en la misma o
diferente plaza, servicios de factoring, servicios de leasing, de seguros en sus
diferentes modalidades (vida, accidentes, incendios, etc.), de planes de pensiones, de
asesoramiento comercial, jurídico, financiero o de inversión, de gestión de cobro y
aceptación de efectos, servicios de cajeros automáticos, de tarjetas de crédito, de
pago de nómicas, de cajas de seguridad, etc. El desarrollo y fuerte crecimiento de
estas operaciones ha estado ligado al uso intensivo de los medios informáticos.
315
La contabilidad básica de un banco
La información sobre las actividades de un banco queda reflejada, contablemente, en un
Balance de Situación como el que figura a continuación (contenido ampliable). Puede
verse el paralelismo entre este cuadro y el del SISTEMA FINANCIERO (aunque en
este último las operaciones activas estaban a la derecha y las pasivas a la izquierda, y en
el BALANCE están, por razones contables, al contrario).
En principio, puede pensarse que los bancos actuales, por su naturaleza de bancos de
reserva fraccionaria, tienden a prestar (realizar operaciones activas) por todo el importe
de los depósitos recibidos (sus operaciones pasivas), para incrementar su beneficio; de
este modo, su volumen de Activos Rentables (ver Balance) tendería a ocupar casi todo
el Activo, y su volumen de Depósitos ocuparía casi todo el Pasivo. Sin embargo, el
Banco Central, por razones de prudencia, limita esta posibilidad por medio del
denominado coeficiente de caja, de reservas, de liquidez o encaje, que es el porcentaje
de Reservas Bancarias sobre los Depósitos de los bancos.
Este coeficiente de Reservas, que llamamos cR, lo expresamos así:
RB
cR =
D
316
Siendo RB las Reservas y D los Depósitos según la composición indicada en el Balance.
De este modo, si cR = 10%, significa que por cada 100€ recibidos en depósito, deben
constituirse Reservas y retenerse por un importe de 10€, y el resto, 90€, es de libre
utilización. En otros términos –contemplando el Balance– si un banco ha recibido
Depósitos por 1.000 millones de €, debe tener Reservas por 100 millones de €, bien en
efectivo, en moneda o billetes en sus cajas, bien en depósitos en el Banco Central.
Contemplando el Balance puede apreciarse otra característica del negocio bancario. Si
los Activos Rentables tuvieran problemas de cobrabilidad, aunque fuera una parte
relativamente pequeña, podrían reducir los Fondos Propios, o impedir el pago de
intereses de los Depósitos (ampliar estos contenidos con referencia a la crisis bancaria
actual). Para impedir que se produzca esta situación, la autoridad monetaria –el Banco
Central– establece el coeficiente de garantía, que es el porcentaje mínimo que deben
representar los Fondos Propios sobre el total de Depósitos.
Es fácil apreciar que, dada la naturaleza de la actividad bancaria, los bancos deben
conjugar tres variables: la liquidez, para devolver en dinero los depósitos, cuando lo
exijan los clientes en la operativa diaria; la solvencia, para atender sus compromisos en
los plazos previstos; y la rentabilidad, para atender a la retribución de sus accionistas e
impedir el deterioro de los Fondos Propios.
La rentabilidad puede analizarse comparando los Beneficios con los Fondos Propios.
El cuadro CUENTA DE RESULTADOS, que figura a continuación, permite
comprender cómo se forma el Beneficio (o la Pérdida) de un banco. La partida más
importante es el Margen de intermediación, la diferencia entre los Ingresos por las
operaciones activas y los Gastos por las operaciones pasivas. Esta rúbrica debe ser
positiva, considerando que el tipo de interés medio que se aplica a las operaciones
activas es mayor que el que corresponde a las operaciones pasivas; de otro modo, la
actividad bancaria no tendría sentido como actividad empresarial. Los componentes
siguientes son los que habitualmente se denominan Ingresos por comisiones que son,
de suyo, positivos; los gastos por costes de gestión, que son los normales de
sostenimiento de la estructura de personal e inmovilizados y, finalmente, los Impuestos,
que se restan para determinar el Beneficio del período.
317
CUENTA DE RESULTADOS (básica) DE UN BANCO
durante el período 1/1/20XX-31/12/20XX (flujos)
Importe
318
el dinero del sistema se ha incrementado en otros 9.000€. Este proceso puede continuar,
idealmente, hasta su agotamiento.
Teniendo en cuanta que la sucesión de depósitos que se van generando es una
progresión geométrica decreciente de infinito número de términos y razón 0’9, podemos
calcular sus efectos como sigue:
cR=10% Reservas
Depósitos en Caja Préstamos
319
Análogamente, podríamos hablar del proceso de destrucción de dinero que se inicia
cuando se cancela un depósito de cuenta corriente y el dinero se retira del perímetro de
los bancos (contenidos ampliables)
El Banco Central
(Para facilitar la introducción al Banco Central, en los paralelismos con el caso español,
no distinguimos entre el Banco de España y el Banco Central Europeo u otros
organismos de la Unión Monetaria Europea; consideramos que el Banco Central es una
sola institución, con independencia de que la actividad o funciones descritas se deban
asociar al Banco de España o a otros organismos de la Unión).
El Banco Central es una entidad de propiedad pública que tiene a su cargo la
regulación y supervisión del sistema financiero y el desarrollo y ejecución de la
política monetaria.
Los actuales bancos centrales son herederos de la banca de depósito que emitía billetes.
Sus funciones, sin embargo, han cambiado: hoy tienen el monopolio de emisión del
dinero legal y ya no realizan actividades comerciales; sus relaciones se limitan a las que
mantienen con organismos públicos y con el resto de los agentes del sector financiero,
principalmente las instituciones de crédito.
320
Diseñar la política monetaria, entendida ésta como el conjunto de decisiones que el
Banco Central puede tomar para modificar la cantidad de dinero o el tipo de
interés.
321
parte de los costes de los bancos y se traslada al tipo de interés que éstos aplican a
sus clientes. Y, en tercer lugar, en que este tipo de interés actúa como un ´mensaje´ a
los agentes económicos, que lo valoran de forma destacada, como señal de cuál es la
tendencia que seguirán los tipos de interés a corto plazo (Mochón, 2009, p. 369).
322
El Balance del Banco Central
Las operaciones anteriores quedan reflejadas en un balance que, esquemáticamente,
puede representarse como se indica en el cuadro de este apartado.
Reservas de oro y divisas xx Efectivo en manos del público (Ep) xxx Pasivo o
Reservas Bancarias (RB) Base
Préstamos y créditos a los bancos xxxx Efectivo de los Bcos. en sus cajas(Eb) x monetaria
Depósitos de los Bcos.en el BC(DbBC) xx (BM)
Titulos o activos financieros xx
Depósitos del sector público x Pasivo
Otros activos x Otros pasivos del BC. x
no
Fondos Propios x monetario
323
El segundo, denominado pasivo no monetario, recoge la deuda del Banco Central con
el Sector Público, otros pasivos de menos importancia en términos relativos y los
Fondos Propios.
Hemos visto como el Banco Central puede crear base monetaria o reducirla. Pero, a
veces, la base monetaria se modifica por factores autónomos, no controlables por el
Banco Central; es el caso de un déficit o superávit en el presupuesto público (o en la
balanza de pagos). Sin embargo, el objetivo último de las decisiones del Banco Central
es la cantidad de dinero u oferta monetaria, que es un agregado más amplio que el de la
base monetaria, aunque sobre ésta tiene un control más próximo.
Banco Central
B ASE MONETARIA
Efectivo (Ep) + Reservas Bancarias (RB)
O F E R T A M O N E T A R I A
Efectivo (Ep) + D e p ó s i t o s (Dt)
324
Ep Dt
+
OM Ep + Dt Dt Dt L+1
= = =
BM Ep + RB Ep RB L + cR
+
Dt Dt
L+1
OM = BM
L + cR
325
La demanda de dinero
En los apartados anteriores hemos definido el dinero y los activos financieros (depósitos
bancarios principalmente) que se comportan como medios de pago y hemos descrito
quiénes lo crean o quiénes lo ofrecen. Así, hemos definido la oferta monetaria y su
componente principal, la base monetaria.
La pregunta que surge inmediatamente es si la cantidad de dinero creada (por el BC, los
bancos y el público) es la adecuada a las necesidades de la actividad económica, si
coincide con la demanda monetaria que requiere el público, las empresas y el Estado o,
en otros términos, ¿qué efectos induciría, una cantidad de dinero inadecuada, si es que
induce algunos, en la producción, en los precios, en el empleo, en la distribución o, en
general, en la actividad económica?
La contestación a esta pregunta, una de las más importantes de la ciencia económica,
pertenece al campo de la teoría económica, y se han dado numerosas respuestas a la
misma desde diferentes escuelas económicas.
Por último, para facilitar la introducción a las teorías monetarias, mencionamos una
característica del dinero no mencionada hasta aquí: la velocidad de circulación del
dinero, o el número de veces que una unidad monetaria cambia de manos en un período
de tiempo, al realizar las transacciones económicas.
Se comprende inmediatamente que una sencilla economía que tenga por norma pagar a
todos sus trabajadores mensualmente necesita, por este concepto, una cantidad de dinero
mayor –aproximadamente el cuádruple– que otra que pague las nóminas semanalmente.
Esta reflexión puede extrapolarse a todas las transacciones y permite plantear la
siguiente identidad:
M · V = P · T79
Donde M es la cantidad de dinero existente, V es la velocidad media de circulación del
dinero, P es el precio ponderado de la transacción representativa de todas las que se
realizan, y T el número total de transacciones. Esta identidad, según la hemos
formulado, es una tautología y no constituye una teoría si no se introducen hipótesis o
supuestos sobre el comportamiento de las variables (Fernández, 2003, p.5). Sirve sólo
79
Esta formulación se conoce en la ciencia económica con las denominaciones de ‘ecuación de la
circulación social’, debida a S. Newcomb (Fernández, 2003, p. 4), ‘ecuación de cambios’, o ‘ecuación
cuantitativa’. Aunque sin esta formulación explicita, ya Cantillon había dedicado una buena parte de su
Ensayo (1755, pp. 82-127) a describir el intercambio y la velocidad de circulación del dinero en términos
parecidos. Este autor escribe: “Para estimar la cantidad de dinero circulante, hay que considerar siempre
la velocidad de su circulación” (1755, p. 88).
326
para ilustrar el concepto de velocidad de circulación del dinero y su relación con la
cantidad de dinero y los precios (contenido ampliable).
327
El sector exterior
El comercio internacional.
Una parte significativa de la actividad económica se desarrolla, en la actualidad, a través
de transacciones con el resto del mundo, que se despliegan, ya en el ámbito real, ya en
el financiero. Una parte de la producción interior se dedica a los mercados
internacionales; una parte del consumo interior se atiende con producción exterior; los
capitales atraviesan fronteras, bien para financiar proyectos empresariales, bien para
buscar activos financieros más seguros o más rentables; la población busca empleo en
países diferentes al de su residencia y envían, como remesas de dinero, parte de sus
ahorros, etc.
SECTOR EXTERIOR
4.Pago de la
MERCADO FINANCIERO contribución
española a la
SECTOR ONU.
FINANCIERO
SECTOR
M ERCADOS PÚBLICO
de FACT ORES
En el EGAE nº19 se muestra el resto del mundo, representado en el módulo del sector
exterior, y algunas transacciones habituales con el exterior del país del EGAE
(representadas por flechas, de trazo discontinuo si representan flujos de dinero, y
continuo si representan flujos físicos de bienes y servicios). Son una muestra del
comercio internacional del país del EGAE con el resto del mundo. Por ejemplo, la
transacción 1 muestra una importación de crudo por alguna empresa española; la flecha
de trazo continuo indica el sentido en que circula el crudo, en este caso del exterior
328
hacia España, y el flujo de trazo discontinuo indica el sentido del dinero correspondiente
al pago, ahora al contrario. La transacción 2 es una exportación de vehículos fabricados
en España enviados al exterior o resto del mundo; también incluye dos flujos que se
explican de modo análogo a la transacción anterior. La transacción 3 muestra una
adquisición de asistencia técnica por alguna empresa española, suministrada por alguna
empresa extranjera; los flujos son del mismo sentido que en una importación de
mercancías. La transacción 4 representa el pago de alguna contribución de España al
presupuesto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); esta operación no tiene
otro flujo de contrapartida. La 5 se refiere al cobro, por algún organismo público
español, de una subvención concedida por la UE; igual que la anterior, esta transacción
no tiene flujo de contrapartida. La 6 es una compra de títulos de Deuda Pública española
por algún banco extranjero; esta transacción genera tres flujos: el primero, la flecha de
la izquierda, representa el dinero que entra en España para adquirir los títulos; el
segundo, la flecha del centro, corresponde a la salida de dinero de España por el pago de
los intereses y el tercero, la flecha de la derecha, es el flujo que se producirá al
vencimiento, cuando el Tesoro español devuelva el dinero correspondiente a la
amortización del principal. La 7 es una inversión de un fondo árabe en una empresa
española, que representa una participación en el capital de ésta menor del 10 por 100
(por eso se denomina inversión ‘en cartera’); el flujo de entrada representa la llegada
del dinero a España para adquirir las acciones y el de salida la posible salida de dinero
desde España, en el caso de pago de dividendos. La 8 es una operación semejante, pero
con la característica de que en este caso la inversión se denomina ‘directa’ porque el
inversor tiene intención de control sobre la empresa española. La 9 se refiere a la
concesión de un préstamo a una empresa extranjera por un banco español; esta
transacción genera tres flujos de dinero similares a los descritos en la transacción 6,
aunque de sentido contrario. La 10 y la 11 representan remesas de emigrantes y tienen
un solo flujo de fondos cada una. Finalmente, la 12 es una operación de compra de
acciones de una empresa americana por un particular español, que da lugar a dos flujos
de dinero: uno por la salida de fondos para pagar al anterior propietario americano y
otro por la entrada de fondos correspondiente a los posibles dividendos posteriores
(incidentalmente diremos que esta última transacción se calificará en el país de
residencia de la empresa adquirida como una inversión ‘en cartera’, de modo análogo a
la transacción 7 respecto de España).
329
Las transacciones anteriores son una pequeña muestra del complejo y amplio conjunto
de operaciones que componen el comercio internacional entre un país determinado y
los diferentes países del resto del mundo.
La balanza de pagos
Para tener un conocimiento ordenado y manejable del conjunto de las operaciones
económicas que los residentes de un país realizan con el resto del mundo, se ha
adoptado un estado contable, homologado internacionalmente, denominado Balanza de
Pagos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es el organismo internacional
encargado de establecer los criterios de anotación y registro en dicho estado contable.
Según el FMI, la balanza de pagos es el documento contable que ofrece un “registro
sistemático de las transacciones económicas ocurridas durante un período de tiempo
determinado entre los residentes de un país y los residentes del resto del mundo”. Por
tanto, con arreglo a esta definición, en la balanza de pagos:
Se registran todas las operaciones económicas entre los residentes del país y
cualquier no residente (ampliar contenido de residente).
Se registran todas las transacciones económicas, pertenezcan al ámbito de lo real
(compra y venta de bienes o servicios) o al ámbito financiero (inversiones en
acciones, préstamos o compra y venta de activos financieros), y tengan o no
contrapartida (como las transacciones 4, 5, 10 y 11 de nuestra muestra).
Se registran transacciones durante un período determinado, por lo que son variables
flujo.
Las transacciones se anotan con arreglo a criterios contables. Este procedimiento
implica que las transacciones se registran según el principio de la partida doble,
esto es, cada operación se anota simultáneamente en dos apartados: Ingresos o
Pagos y Variación de Activos Financieros (VAF) o Variación de Pasivos
Financieros (VPF). Véase a continuación un cuadro con la Balanza de Pagos de
España para el año 2007.
330
La BALANZA DE PAGOS de ESPAÑA. Año 2007 (millones de €) EJEMPLO del texto
331
Ingresos, y las pagadas a los factores extranjeros que operan en España que se
contabilizan en Pagos.
Subbalanza de Transferencias corrientes. Recoge transacciones o
transferencias sin contrapartida. Las recibidas se anotan en Ingresos y las
enviadas en Pagos.
Balanza por cuenta de capital. Tiene una importancia relativa menor. Recoge las
transferencias de capital y las operaciones sobre activos no financieros y no
producidos.
Balanza por cuenta financiera. Recoge operaciones sobre activos y pasivos
financieros, aunque están asociadas a operaciones corrientes o de capital. Se
distinguen a su vez otras subbalanzas:
Inversión directa. Recoge adquisiciones directas de capital social de una
empresa en porcentajes superiores al 10 por 100 o préstamos matriz-filial.
Inversión en cartera. Recoge adquisiciones menores que las anteriores, propias
de inversores que no se vinculan directamente a la dirección de la empresa.
Otras inversiones. Recoge préstamos ligados a operaciones comerciales o
financieras a corto y largo plazo.
332
Contabilización del EJEMPLO
Ingresos Pagos
Balanza por cuenta corriente
Balanza comercial 0 20.000
VPF VAF
Balanza por cuenta financiera
Otras formas de inversión 10.000 0
Variación de activos líquidos 0 -10.000
Como puede deducirse de lo dicho hasta aquí, el saldo global de la balanza de pagos
salvo errores u omisiones estadísticas80 debe ser cero. Por este motivo, para describir
las relaciones económicas de un país con el exterior se suelen tomar determinadas partes
de la balanza susceptibles de interpretarse económicamente.
- Subbalanza comercial o saldo comercial: es la diferencia entre las exportaciones y
las importaciones. Muestra en qué medida la actividad exportadora de mercancías
cubre las necesidades de importación de mercancías de un país.
- Subbalanza o saldo de bienes y servicios. Es análoga a la anterior pero extiende su
perímetro a los servicios. Se llama tasa de cobertura al cociente expresado
porcentualmente de exportaciones e importaciones, incluidas las de servicios.
- Saldo de cuenta corriente. Es la diferencia entre ingresos y pagos de las rúbricas
comercial, de servicios, rentas y transferencias corrientes. Expresa si el país en
cuestión ha gastado más de lo que le permite su renta. En caso afirmativo el país se
endeuda o pierde divisas.
- Saldo de activos líquidos. Es el saldo que registra la variación de reservas.
80
Sobre las discrepancias estadísticas, Alonso (2009, p. 176) hace dos observaciones de interés. 1ª: “el
año 2007 y para el total mundial, la partida de errores y omisiones llega a 133,2 mil millones de dólares,
que es una cantidad mayor que toda la ayuda internacional al desarrollo. Este tipo [de errores][…] se ha
amplificado como consecuencia de la liberalización creciente de los intercambios internacionales”; 2ª
“una de las consecuencias más sorprendentes de estas deficiencias estadísticas […] se produce al observar
el saldo corriente de la economía mundial […] cabría expresar que los saldos de signo positivo de unos
países se comparasen con los negativos de otros […]. No obstante, […] en 2007 el mundo registra un
superávit de cuenta corriente de 316 mil millones de dólares”. El propio FMI da algunas razones de estas
anomalías: intereses de inversiones no registradas en el país de destino, ingresos por fletes de flotas con
‘bandera de conveniencia’ no comunicados y dificultades para registrar el comercio que se produce a
través de la red de Internet.
333
Proteccionismo y librecambio
A lo largo de la historia, la actitud del Estado respecto al comercio internacional ha
oscilado entre dos extremos: el proteccionismo de la economía nacional o el
librecambio, es decir, la libertad de comercio con el exterior. Esta disyuntiva se ha
planteado en algún momento en todos los países, y ha estado mezclada con posiciones
ideológicas previas o intereses de grupos económicos, beneficiarios de un sesgo u otro
de la política de comercio exterior de cada país.
El proteccionismo implica reducir la competencia de otros países, encareciendo,
limitando, o incluso prohibiendo, la entrada de productos extranjeros. Los argumentos
que se han esgrimido a su favor, entre otros, son:
- Proteger alguna industria estratégica para la seguridad nacional.
- Proteger industrias nacionales nacientes, al menos en sus etapas iniciales.
- Evitar crisis en la balanza de pagos por déficits reiterados en la balanza por cuenta
corriente.
- Fomentar el empleo nacional, sustituyendo importaciones por producción nacional.
- Protección frente a competencia extranjera desleal.
- Para hacer frente al dumping social.
335
Bloques regionales del comercio internacional
Son acuerdos firmados entre distintos países que normalmente incluyen fórmulas de
liberalización comercial selectiva y discriminatoria: se eliminan barreras entre los
firmantes, pero se mantienen frente al resto del mundo.
Se distinguen tres tipos:
- Áreas de libre comercio. Normalmente eliminan aranceles internos pero sus
miembros quedan en libertad frente al resto del mundo (por ejemplo, el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, NAFTA, entre Estados Unidos, México y
Canadá).
- Uniones aduaneras. Eliminan todas las restricciones al comercio entre sus
miembros, con supresión de aduanas y establecen una tarifa externa común a las
importaciones del resto del mundo (por ejemplo, MERCOSUR).
- Mercados comunes. Es una unión aduanera que, además, dispone de un sistema
común de legislación comercial que permite la libre circulación interior de bienes y
servicios, capital y mano de obra (por ejemplo, la Unión Europea).
El mercado de divisas
Cada país, en el interior de su economía, utiliza su propia moneda para realizar
transacciones. Pero cuando los nacionales de ese país realizan transacciones en el
ámbito del comercio internacional, necesitan establecer una relación de cambio entre
su moneda nacional y las monedas extranjeras de los otros países. Para el nacional de
un país, las monedas de otros países son moneda extranjera, son divisas.
La relación de cambio o tipo de cambio entre las diferentes monedas de los países se
determinada en los mercados de cambio o mercados de divisas. El tipo de cambio, al
ser un precio relativo, se puede expresar de dos formas equivalentes. Por ejemplo, si
para obtener 1€ hay que entregar 1’4$ podemos expresarlo así:
Tipo de cambio $/€ =1’4 indica el número de dólares necesarios para obtener un euro, o
Tipo de cambio €/$ = 0’714 indica el número de euros necesarios para obtener un dólar.
336
Este mercado, que es una necesidad para el funcionamiento de la actividad económica
mundial, debe cumplir los siguientes requisitos: Liquidez, permitiendo un crecimiento
de los recursos acorde al crecimiento de los pagos internacionales; Confianza,
proporcionando seguridad y Flexibilidad, ajustándose a los cambios.
Las divisas utilizadas son el dólar, el euro y el yen, siendo utilizado el dólar, por su
relevancia, como moneda vehicular (por ejemplo, para valorar yenes en pesos
argentinos, se ‘intermedia’ con el dólar).
Este mercado no tiene una localización geográfica concreta, sino que las operaciones
tienen lugar entre los múltiples centros financieros distribuidos por el mundo, siendo los
principales Londres, Nueva York, Tokio, Frankfurt y Singapur. Casi todas las
transacciones consisten en anotaciones en depósitos bancarios. Es el mercado más
activo del mundo por volumen de negocio y funciona las veinticuatro horas del día. Las
transacciones diarias en este mercado ascendieron, en 2007, a 3,2 mil millones de
dólares (Alonso, 2009, p. 179) y, aproximadamente un tercio se negocia en Londres.
El mercado de divisas se caracteriza por tener una alta volatilidad y gran influencia
sobre el resto de la actividad económica (Alonso, 2009, p. 186) ya que, supuestos unos
niveles de precios en los países, las modificaciones en sus tipos de cambio alteran los
precios relativos y, por tanto, su competitividad.
En estos mercados actúan, de forma simplificada, dos tipos de agentes: agentes cuyo
negocio no son las divisas en sí mismas pero que requieren de éstas para completar sus
operaciones (como las utilizadas en la muestra del EGAE nº 19) y agentes cuyo negocio
son las propias divisas, como los especuladores, que asumen riesgo tomando posiciones
determinadas, y los arbitrajistas (ampliar este contenido mostrando la no existencia de
riesgo).
Para comprender mejor este mercado lo mostramos gráficamente en el EGAE nº20. Este
gráfico se deriva del EGAE nº19, en el que se ha intercalado, en forma de rectángulo de
trama gris, el mercado de divisas. Como puede verse, todas las transacciones que
utilizamos como muestra del comercio internacional ‘entran’ en este mercado para
cambiar unas monedas o divisas por otras. Hemos supuesto, por razones didácticas, que
el país del EGAE es España –el de los estudiantes–, que la moneda nacional es el euro y
que en el resto del mundo hay otras divisas, esto es, ignoramos los otros países del euro.
Puede apreciarse que todos los flujos monetarios de salida de España implican demanda
de divisas y oferta de euros y todos los flujos monetarios de entrada implican oferta de
337
divisas y demanda de euros. El EGAE muestra también una clasificación sencilla de las
operaciones que generan oferta y demanda de divisas (demanda y oferta de euros).
Entre los factores que pueden afectar a la oferta y demanda de divisas (euro incluido,
en una consideración global del mercado de divisas) y, por tanto, al tipo de cambio entre
las diferentes monedas, señalamos los siguientes:
- El nivel de renta.- Una elevación de los flujos de renta implica un mayor volumen
de transacciones en el comercio internacional y, por tanto, de importaciones y
exportaciones de bienes y servicios.
- El precio relativo de los bienes nacionales. Por ejemplo, si los precios nacionales se
encarecen respecto de los extranjeros, el consumo nacional se desplazará, vía
importaciones, hacia los bienes extranjeros.
SECTOR EXTERIOR
10 12 7 8 9 6 6 4 3 1
MERCADO
OFERTA DE DIVISAS (demanda de €) DE DEMANDA DE DIVISAS (oferta de €)
(transacciones que la generan:11,12,7,8,9,9,6,5,2) DIVISAS (transacciones que la generan: 10,12,7,8,9,6,6,4,3,1)
O D
*Exportaciones nacionales (o importaciones extranj.) F E *Importaciones nacionales (o exportaciones extranj.)
*Turismo extranjero en España. E M *Turismo nacional en el extranjero.
*Inversiones extranjeras en España. R A *Inversiones nacionales en el extranjero.
*Remesas de trabajadores españoles en el extranjero. T N *Remesas de trabajadores extranjeros en España.
*Pagos de no residentes en España a residentes. A D *Pagos de residentes en España a no residentes.
A
11 12 7 8 9 9 6 5 2
MERCADO FINANCIERO
SECTOR SECTOR
FINANCIERO PÚBLICO
M ERCADOS
de FACTORES
338
- Los tipos de interés.- Si los tipos de interés de los activos financieros nacionales son
más altos que los tipos de interés del exterior, se hace más atractivo invertir en la
economía nacional, con lo que se reducirá la demanda de divisas.
- Las expectativas sobre el contexto político, la situación económica o sobre la
intervención de las autoridades en el propio mercado de divisas.
339
La contabilidad nacional.
cios de mercado.
2 Instituciones financieras Producción de servicios de Intereses y comisiones.
mediación financiera.
3 Administraciones públicas (AAPP) Producción de servicios no de Impuestos
mercado
4 Hogares(incluye las empresas Consumo (y producción para Rentas y Transferencias
individuales pequeñas) las empresas incluidas)
5 Instituciones sin fines de lucro Producción de servicios no de Aportaciones voluntarias
al servicio de los hogares(ISFLSH) mercado
6 Resto del mundo (RM) - -
340
de actividad. Según este criterio, las unidades se agrupan por afinidad con los bienes y
servicios objeto de su producción. Se distinguen básicamente las siguientes: rama
agraria y pesquera (agricultura y ganadería y pesca), rama industrial (energía, industria
y construcción) y rama de los servicios (comercio, hostelería, transporte y
comunicaciones, intermediación financiera, inmobiliarias, educación, sanidad, servicios
públicos, servicio doméstico y otros).
Además, la compleja variedad de transacciones que hemos visto en el proceso de la
actividad económica se reduce, en el marco de la contabilidad nacional, a algunas
categorías generales que facilitan su uso en el lenguaje económico. Se distinguen tres
grandes categorías.
- Operaciones sobre bienes y servicios. Incluye las siguientes operaciones:
Producción, P. Es la suma de todas las cifras de negocio/ingresos de todas las
empresas de un país.
Consumos intermedios, Ci. Representan el valor de los bienes y servicios
utilizados como insumos o inputs en el proceso de producción, excluidos los
bienes de inversión o activos fijos (como las máquinas o las instalaciones). En el
cuadro que figura a continuación se muestra una descomposición de la cifra de
negocio de una empresa tipo, que muestra la P y los Ci de dicha empresa tipo.
Valor añadido bruto, VAB. El cuadro muestra que, por definición, el valor
añadido es la diferencia entre el valor de la producción total y el de los
consumos intermedios. Esto es, VAB = P – Ci
Consumo privado, C. Son los bienes producidos por las empresas destinados a
ser consumidos directamente por la población del módulo ‘consumo’.
341
Consumo público, G. Son los bienes producidos, destinados a ser consumidos
por los consumidores a través del sector público.
En el EGAE nº 21 hemos consignado en rojo todas estas convenciones para
incluirlas en el formato gráfico adoptado en nuestra descripción de la actividad
económica y poder distinguirlas.
Formación bruta de capital, FBK. Son, básicamente, los bienes de inversión
analizados en la descripción del módulo de producción. Incluye también las
materias primas, bienes en proceso de fabricación o productos terminados que se
almacenan para su uso en períodos posteriores, aunque en este caso se
denominan Variación de existencias, VEx.
Consumo de capital fijo, D. Es la parte de la producción que se dedica a reponer
el desgaste de los bienes de inversión. Se le denomina, en términos contables,
amortización o depreciación (véase explicación de este concepto en la
descripción del módulo de producción). Puede decirse que el esfuerzo inversor
de un país o una empresa se concreta, por un lado, en la adquisición de activos
fijos o bienes de inversión nuevos, FBKF, y, por otro, en reponer el desgaste de
los viejos, D. Y, si consideramos la valoración de existencias, VEx, podemos
escribir:
Inversión bruta, IB = FBK = FBKF + VEx = FNKF + D + VEx
Inversión neta, IN = IB – D = FBKF – D + VEx = FNKF + VEx
Exportaciones, X. Son los bienes y servicios producidos en el país de referencia
consumidos por los residentes de otros países.
Importaciones, M. Son lo contario: bienes y servicios producidos en el exterior
y consumidos por los residentes del país de referencia.
Impuestos, Ti y Subvenciones, Sb, que recaen sobre la producción y las
importaciones, tales como el Impuesto sobre el valor añadido, los Impuestos
especiales, los Aranceles, el Impuesto sobre actividades económicas, el
Impuesto sobre bienes inmuebles, etc. La eliminación de los impuestos permite
convertir agregados expresados a precios de mercado, que incluyen estas
partidas, a agregados al coste de los factores, que son valoraciones sin computar
los impuestos ni las subvenciones.
- Operaciones de distribución. Son aquellas operaciones mediante las cuales se
distribuye o reparte el valor añadido entre los que han contribuido a su obtención.
342
Suele distinguirse entre distribución primaria, la que hacen las empresas,
repartiendo su valor añadido entre salario al factor trabajo y demás rentas a los otros
factores, y distribución secundaria, las modificaciones en esa distribución que se
introducen posteriormente, a través de los impuestos, las subvenciones y las
transferencias.
Remuneración de asalariados, RS. Comprende todos los pagos en dinero o en
especie realizados por las empresas como retribución al factor trabajo. Incluye
los sueldos y salarios brutos, junto con las cotizaciones a la Seguridad Social.
Nótese que en el EGAE nº 21 este flujo figura ‘saliendo’ del módulo de
producción hacia el de consumo.
Excedente Bruto de explotación, EBE. Es una partida diferencial o residual,
como se ve en el cuadro anterior. Es lo que queda del valor añadido, descontados
los salarios. En el EGAE nº 21 este flujo se muestra como el anterior.
Rentas mixtas, RMx. Son las rentas correspondientes al pequeño comercio,
pequeñas explotaciones agrícolas, profesionales, etc. Este concepto se ha
acuñado ante la dificultad para distinguir entre RS y EBE en las pequeñas
empresas familiares.
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA LA CONTABILIDAD NACIONAL
(Su representación mediante el EGAE ) Nº 21
RM
CONSUMO PRODUCCIÓN M X
+-TrRM +-RRM
C método del gasto
+-TrRM C +C
+-RRM = RNDBpm AAPP +G
+PIBpm G G +IB =PIBpm
SB +X
Instituciones SECT OR PUBLICO -M
financieras
IB=FBKF+VEx D
343
Rentas de la propiedad o del trabajo recibidas del o pagadas al resto del
mundo, RRM. Este tipo de operaciones aumentan o disminuyen las
retribuciones anteriores derivadas de las relaciones con el resto del mundo.
Transferencias recibidas del o pagadas al resto del mundo, TrRM. Son
operaciones sin contrapartida pero afectan a la distribución secundaria de la
renta de modo similar a las anteriores.
- Operaciones financieras. En este apartado nos referimos sólo a la
Capacidad/Necesidad de Financiación, CNF, de una economía. Este concepto,
como veremos más adelante, informa sobre la relación de la actividad económica de
un país con el resto del mundo.
Una vez definidas las operaciones o flujos anteriores y los agentes afectados, la
contabilidad nacional se enfoca al cálculo de tres macromagnitudes principales: el
Producto Interior Bruto (PIB), la Renta Nacional Disponible Bruta (RNDB) y la
Capacidad o Necesidad de Financiación (CNF).
Para la obtención y cuantificación de los flujos correspondientes a las operaciones
anteriores, se acude a encuestas, declaraciones fiscales o administrativas, declaraciones
en las aduanas, información de las nóminas, estadísticas del Banco de España, Mº de
Economía y Hacienda y otros organismos públicos, etc.
Por otra parte, es necesario introducir algunas convenciones relativas a la acotación de
qué se mide, qué actividades se considera que forman parte de la actividad económica, y
cuáles no. Así, no entran en la producción de bienes y servicios las tareas domésticas
realizadas por los miembros de la propia familia, no se considera producción la
proliferación de peces en el mar o el desarrollo de los bosques silvestres o la lluvia, pero
sí forma parte de la producción el crecimiento de peces en una piscifactoría, de la
madera de un bosque en explotación o el embalse y transporte de agua; tampoco se
considera producción las actividades humanas básicas, como comer, dormir, etc. En
general, sólo se considera producción económica el conjunto de transacciones realizado
bajo control y responsabilidad de las unidades económicas en las que se utiliza trabajo y
capital para obtener otros productos que satisfagan, directa o indirectamente,
necesidades humanas. En otras palabras, las actividades dirigidas a la satisfacción de
necesidades a través del cambio o que ‘pasen’ por el mercado.
Además, hay que mencionar algunas particularidades que caracterizan la información de
la contabilidad nacional: no incluye, hasta ahora, la economía sumergida ni la
344
actividad amateur, la utilización de viviendas utilizadas por sus propietarios se
computa como un servicio equivalente al alquiler presunto de cada año, etc.
345
El primer paréntesis contiene la demanda interna y el segundo la demanda externa. El
total es la demanda agregada (la formulación última se muestra en la trama gris de la
parte superior del módulo de producción del EGAE nº 21, con sus componentes ligados
a los flujos de demanda que representan).
Por el método de la renta es inmediato apreciar que el PIBpm es igual a los
componentes del Valor Añadido, VAB, si no hay impuestos o subvenciones sobre la
producción y las importaciones, Ti y Sb o, lo que es igual, el PIBpm será las Rentas del
trabajo, RS, más el Excedente de las empresas, EBE. Por tanto, tendremos que
PIBpm = VA = RS + EBE
Si hubiera impuestos y subvenciones y, además, distinguiéramos entre las Rentas
Mixtas, RMx, de las pequeñas empresas individuales, tendríamos (véase la trama gris
inferior del EGAE nº 21):
PIBpm = Rentas + Impuestos - Sunvenciones = RS + EBE + RMx + Ti – Sb
Si, en el caso anterior, eliminásemos impuestos y subvenciones, obtendríamos el PIB al
coste de los factores
PIBcf = PIBpm – (Ti – Sb) = RS + EBE + RMx
Si del PIBpm elimináramos la amortización (depreciación o consumo de capital fijo),
D, obtendríamos el PINpm (Producto Interior Neto), que es una macromagnitud que
señala con más claridad las rentas que pueden repartirse los factores sin que el capital y
la capacidad de crecimiento futuro se reduzca.
PINpm = PIBpm – D
346
y, eliminando el efecto de impuestos y subvenciones, obtenemos la Renta nacional neta
al coste de los factores
RNNcf = RNNpm – Ti + Sb
En segundo lugar, añadimos (o restamos) las Transferencias recibidas de (o pagadas al)
resto del mundo, para obtener la Renta nacional disponible bruta. O sea,
RNDBpm = RNBpm ± TrRM
(El proceso descrito se muestra en el EGAE nº 21 en la trama gris superior del módulo
de consumo)
Esta magnitud representa la suma de rentas y transferencias que pertenecen a los
agentes residentes en un territorio y obtenidos en el mismo o en otros territorios. Su
división por la población total media nos proporciona la renta per cápita o renta por
habitante.
RNDB
Renta per cápita =
Población total media
347
Flujo circular de la renta y operaciones con el RM
PIB
Exportaciones Rentas
Importaciones Gasto Renta Transferencias
RNDB
C SB
Fuente: Muñoz (2008, p. 60)
ENUNCIADO
Supongamos una economía imaginaria, IMAGIN, en la que han tenido lugar las
siguientes operaciones.
349
SE PIDE
1. Calcular el PIBpm por los tres métodos.
2. Calcular la RNDBpm.
3. Calcular la CNF.
4. Mostrar en un EGAE los resultados anteriores.
5. Mostrar el reflejo de la CNF en la Balanza por cuenta corriente de IMAGIN.
SOLUCIÓN
1. PIBpm por el método del valor añadido:
PIBpm = VA agricult. + VA indust. + VA serv.=800 + 5.900 + 10.300=17.000 um
Por el método de la renta:
PIB pm = RS + EBE = 7.100 + 9.900 = 17.000 um
Por el método del gasto:
PIBpm = C + G + FBKF + VEx + X – M =
=12.200 + 2.500 + 3.200 + 300 + 2.300 – 3.500 = 17.000 um
2. RNDB = PIBpm ± RRM (trabajo) ± RRM (propiedad) ± TrRM =
=17.000 + 100 – 50 + 350 – 1.300 + 1.150 – 200 = 17.050 um
3. CNF = SB – IB
SB = RNDB – Consumo final = RNDB – (C + G) =
=17.050 – (12.200 + 2.500) = 2.350 um
IB = FBCF + VEx = 3.200 + 300 = 3.500 um
Por tanto:
CNF = 2.350 – 3.500 = – 1.150 um
El signo menos indica una Necesidad de financiación de 1.150 um
4. Se muestra el EGAE nº 22 que figura a continuación.
En el módulo de producción hemos incluido la información sobre los tres sectores
productivos. Éstos nos proporcionan el PIB por el método del valor añadido y, en
forma de rentas, llega a la población que, con la incorporación neta de las rentas y
transferencias con el resto del mundo, nos permite calcular la RNDB. Ésta se gasta
en consumir (C+G) y en invertir IB y, como el ahorro bruto, SB, es insuficiente para
financiar la inversión bruta, IB, implica que este país tiene una Necesidad de
financiación de -1.150 um, que es aportada por el saldo de la Balanza de pagos por
cuenta corriente. Hemos representado los flujos de las operaciones contempladas
con flechas de trazo rojo grueso para visualizar mejor su formación y su
350
transformación sucesiva en valor añadido, renta y gasto, junto con los añadidos
derivados de las transacciones con el RM así como la idea de circulación conocida
como ‘flujo circular de la renta’.
LA ACTIVIDAD ECONÓMICA LA CONTABILIDAD NACIONAL
(Su representación mediante el EGAE ) EJEMPLO: EL PAIS IMAGIN Nº 22
SECTOR EXTERIOR
CONSUMO PRODUCCIÓN
+50 -950 +950 +2300 -3500
RNDB C=12200 C
RRM TrRM TrRM 17.050 +12200 X M
G=2500 SECT OR
PÚBLICO
G
+2500
SECT OR FBKF
FINANCIERO IB=3200+300=3500 +3200
SB VEx
2350 +300
SB<IB
351
El saldo de las operaciones corrientes, -1.150 um, indica cómo el conjunto de las
transacciones con el RM ha participado con este importe en la financiación
necesaria para poder afrontar inversiones, IB, por un importe de 3.500 um; el resto,
lo ha proporcionado el ahorro interno, SB, de 2.350 um.
La riqueza
Todas las operaciones que se han definido hasta ahora, en el marco de la contabilidad
nacional, son magnitudes flujo (la renta, el consumo, la inversión, etc.).
Sin embargo, todas ellas proceden de un stock previo denominado la riqueza nacional.
Esta magnitud fondo se expresa referida a un momento dado y está constituida por el
conjunto de bienes y derechos que, en dicho momento, pertenecen a las familias, las
Administraciones Públicas (AAPP) o las empresas.
El concepto de riqueza es muy similar al de patrimonio, esto es, conjunto de bienes y
derechos menos las deudas.
Los bienes pueden ser físicos, como las fábricas, los bienes de consumo, los terrenos o
las viviendas, y financieros, como las acciones, los bonos u otros títulos.
Teniendo en cuenta que la riqueza es una magnitud fondo, la relación de ésta con los
flujos de las operaciones de la actividad económica podría representarse gráficamente
como se indica en el siguiente esquema.
Activos Activos
financieros financieros
353
Los precios y la inflación
Los precios agregados. Las valoraciones nominales y reales.
Como hemos visto en capítulos anteriores, los precios son las valoraciones monetarias
que resultan en las transacciones referidas a cada unidad de producto.
Cuando se calcula la producción agregada, P, de un período, t, se multiplica la cantidad
física, q, de cada producto, i, por su precio, pi. Así
Pt = Ʃ qi · pi
Si hacemos lo mismo en otro período, por ejemplo el t+1, calculamos Pt+1, que
normalmente es diferente.
La variación entre un año y otro puede deberse a que se haya modificado la cantidad y/o
el precio de los productos. Se dice entonces que la variación se debe a la suma de dos
efectos, denominados efecto cantidad o componente de variación real, y efecto precio
o componente de variación monetaria.
Cuando calculamos la producción de varios años a los precios de cada año, se dice que
la producción de cada uno de estos años está expresada en precios corrientes. Se habla
entonces de magnitudes nominales y si calculamos la producción de esos mismos años
a los precios de un ejercicio dado, decimos que la producción de cada uno de esos años
está expresada en los precios constantes de ese ejercicio dado. Se habla entonces de
magnitudes reales.
Esta última, la producción a precios constantes, es fácil de calcular cuando se está ante
pocos productos y precios. Sin embargo, cuando se trata de complejas magnitudes
agregadas, se hace necesario disponer de un índice de precios que nos permita
convertir fácilmente magnitudes nominales en reales, y tasas de variación nominales en
reales. A este proceso consistente en eliminar el efecto precio de una serie de
magnitudes nominales para convertirlas en reales, se le denomina deflactar y, para su
cálculo, se utilizan diferentes indicadores o índices de precios (contenido ampliable).
354
Para determinar la ponderación de cada producto en el gasto familiar, el Instituto
Nacional de Estadística (INE) elabora la Encuesta de Presupuestos Familiares con el
objetivo de determinar el gasto de una familia típica en alimentos, vestido, menaje, etc.
Cada mes se actualiza el incremento medio de los precios de cada uno de estos bienes
que forman la cesta de la compra –471 artículos– mediante la toma de precios en
determinados puntos de venta –130 municipios y 29.000 establecimientos–. Dado que el
comportamiento y los gustos de los consumidores cambian a lo largo de los años, se
modifica cada cierto tiempo la cesta de productos y la ponderación de cada uno de ellos.
SOLUCIÓN
IPC julio(%) = [(3x33,02)+(0,3x66,98)]/100= 1,2%
Limitaciones del IPC. Su utilización como indicador de las variaciones de precios está
limitada por las siguientes circunstancias: no incluye los gastos derivados de la compra
de vivienda, ni los gastos por créditos hipotecarios y utiliza una cesta referida a un año
base que, aunque se revisa cada cierto tiempo, implica un cierto retraso o desfase en
adaptarse a la realidad del consumo de las familias.
355
calcular la inflación subyacente (la subida de precios sin tener en cuenta los
productos indicados).
El deflactor implícito del PIB
Este indicador de las variaciones de precios muestra una panorámica más amplia de
dichas variaciones que el IPC, ya que este último incluye sólo los bienes y servicios
que integran el consumo, y el deflactor implícito del PIB incluye todos los
componentes de la demanda final (consumo, gasto público, inversión, exportaciones
e importaciones). Para su cálculo basta con dividir el PIB a precios corrientes de un
año por el PIB a precios constantes del mismo año (contenido ampliable).
La inflación
Se define como el crecimiento sostenido y generalizado de los precios.
Se mide con los indicadores de precios que hemos mostrado anteriormente.
La inflación produce un aumento nominal de las valoraciones monetarias de los bienes
y servicios, de modo que con las mismas unidades monetarias se pueden adquirir menos
unidades físicas.
Su importancia es obvia: Hemos visto que los precios son un elemento básico del
intercambio en los mercados. Su estudio, por tanto, es un objetivo prioritario de los
economistas y los bancos centrales de Europa, EEUU y Japón, entre otros, incluyen
como objetivo principal de su cometido la estabilidad de precios.
Los procesos inflacionarios son frecuentes, aunque de diferente intensidad. A lo largo
de la historia ha habido variaciones de precios intensas y prolongadas que afectaron
profundamente la actividad económica de los países que las sufrieron (por ejemplo, la
inflación que acompañó a las remesas de oro y plata procedentes de las posesiones
españolas en América, la hiperinflación de Alemania en 1922-25, las hiperinflaciones
de Argentina, Bolivia y Brasil en el siglo XX, la inflación posterior a la crisis del
petróleo del 73, la deflación que acompañó a la crisis del 29, etc.).
356
Entre los economistas hay consenso sobre la definición de los síntomas de la inflación y
de sus posibles efectos, pero no sobre su naturaleza y sus causas, sobre las que hay casi
tantas posiciones como escuelas económicas. Este aspecto correspondería afrontarlo en
la parte de esta propuesta de curso introductorio dedicada a los contenidos formales.
Respecto de los efectos de la inflación, podemos distinguir dos escenarios.
En un escenario de inflación esperada los efectos serían entre otros:
Incertidumbre entre los inversores
Asimetría entre prestamistas y prestatarios. Los prestatarios pagarían menos en
términos reales y los prestamistas cobrarían menos
Los prestamistas tenderían, en las nuevas operaciones, a incluir una tasa
adicional en los tipos de interés para compensar la inflación esperada.
Las rentas del capital soportarían un deslizamiento hacia los tramos más altos en
el caso de los impuestos progresivos.
Y en un escenario de inflación imprevista, los efectos serían:
Asimetría entre deudores y acreedores: éstos perjudicados y aquéllos
beneficiados.
La carga de la deuda pública disminuiría en términos reales.
Trabajadores, pensionistas y jubilados verían mermadas sus percepciones en
términos reales, salvo compensaciones.
Distorsión de los precios relativos, confusión e incertidumbre en los mercados.
Frente al exterior, pérdida de competitividad de los productos exportados.
357
El crecimiento económico y los ciclos
ó
y, considerando que la fracción representa la productividad y la
ó
ó
fracción representa la tasa de actividad, ahora podemos escribir
ó
358
Algunos elementos que, en el ámbito del contexto, coadyuvan a la mejora de los
anteriores, tales como la estabilidad financiera, las políticas económicas y
monetarias favorables a la inversión o una cultura favorable a la actividad
empresarial.
Hasta aquí hemos agrupado los factores o causas del crecimiento económico en torno a
tres grandes elementos: el trabajo, el capital y la tecnología (contenidos ampliables).
La determinación y cuantificación del efecto que estos elementos tienen, separada o
conjuntamente, sobre el crecimiento económico, así como la interacción entre ellos, es
objeto de análisis, bajo distintos enfoques, por las teorías económicas de las diferentes
escuelas. Éstas intentan contestar, además, a interrogantes tales como “¿qué políticas
cabe desplegar para mejorar el crecimiento económico?, ¿cambia la estructura
económica a medida que se avanza en el proceso [...]?, ¿alienta este cambio la dinámica
económica?, ¿cabe detectar algún proceso de convergencia que tienda a reducir las
diferencias en los niveles de renta entre los países?” (Alonso, 2009, p. 89).
Anteriormente hemos mencionado el fuerte crecimiento económico registrado entre
1870 y el comienzo del siglo XXI. Sin embargo, este crecimiento no ha sido
uniforme. Las estadísticas del PIB confirman que la evolución temporal de la
producción ha crecido fuertemente, pero lo ha hecho de modo no uniforme, con tasas de
variación positivas y negativas del PIB. Estas variaciones del PIB se denominan ciclos
económicos, y pueden definirse como el proceso económico caracterizado por
oscilaciones intensas del PIB, acompañadas de variaciones relacionadas de la inversión,
el empleo y otras variables, con expansiones y contracciones alrededor de una
tendencia.
Algunos ciclos económicos de gran intensidad, como los iniciados en 1929 y 2007, han
tenido efectos que han excedido el marco estrictamente económico, con consecuencias
sobre otros ámbitos.
Cada ciclo económico atraviesa sucesivamente por cuatro fases: depresión,
recuperación, auge y contracción.
La naturaleza de los ciclos económicos, las causas que los activan, los motivos que
llevan a su cese, el carácter acumulativo de los procesos de crecimiento y decrecimiento
que implican o las variables involucradas, son objeto de estudio por numerosos autores
que se aproximan a este fenómeno desde los diferentes enfoques de las escuelas
económicas (contenidos ampliables).
359
IV. 3 La economía en el contexto de las ciencias: la epistemología de la economía.
Conceptos epistemológicos introductorios:
361
La opinión mayoritaria considera que la distinción anterior establece una
diferencia relevante, dentro de la ciencia económica, entre la economía positiva
y la economía normativa. Otros consideran que lo relevante es que las
proposiciones –positivas o normativas– se presenten abiertas a la crítica y sean
susceptibles de contrastación (contenidos ampliables).
Relación de la economía con otras ciencias: Instrumental y de dependencia
mutua (contenidos ampliables).
362
IV. 4 El objeto formal de la economía: las escuelas económicas.
Ya hemos expuesto (v. III.1.2.2) que el objeto formal de la economía está formado por
los contenidos formales que constituyen los diferentes enfoques o puntos de vista que
los economistas han adoptado para comprender y explicar los hechos que se producen
en el seno de la actividad económica (contenido ampliable). También se han expuesto
las reglas didácticas y los criterios adoptados para la presentación de dichos contenidos
(contenido ampliable).
Las introducciones a las diversas escuelas económicas que figuran a continuación
–clásica, marxista, neoclásica, keynesiana y austríaca- son una simple guía o
aproximación a dichas escuelas, y no agotan, obviamente, todos los contenidos formales
que incluye cada enfoque. Queda abierta, por tanto, la ampliación de los contenidos de
alguna o varias de las escuelas en función de los objetivos del curso, del plan de
estudios o del criterio del responsable del curso.
363
ESCUELA CLÁSICA (introducción breve ampliable).
* ……………… * ………………
364
ESCUELA MARXISTA (introducción breve ampliable).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque):
Derivada de la escuela clásica.
Lo económico es determinante fundamental de las relaciones sociales y del comportamiento de las
personas.
El desarrollo de las fuerzas productivas determina, en cada etapa de la historia, formas de producción
que inducen leyes económicas diferentes, lo que implica una visión histórica de la actividad
económica.
La sociedad capitalista quedaría dividida en dos grandes grupos sociales, derivados de su relación
con los medios de producción: la de los que tienen su propiedad y la de los que no.
La división anterior provoca la explotación de los trabajadores no propietarios del capital y el inicio
de una dinámica que es necesario estudiar: los trabajadores se ven obligados a desarrollar más tiempo
de trabajo del que necesitan para su subsistencia, y la diferencia se la apropiaría el
empresario/capitalista.
Visión finalista: la etapa actual estaría llamada a ser superada por otra posterior y última.
......................
Contenidos de la actividad económica
Contenidos analíticos derivados del enfoque. explicados
* ………………... * ….........................
365
ESCUELA NEOCLÁSICA (introducción breve ampliable).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque):
Se parte de la consideración de que hay necesidades ilimitadas y recursos escasos y de usos
alternativos.
Centro de atención orientado al mercado como sistema de asignación de recursos y, por tanto, al
comportamiento de los agentes económicos que participan en él.
Creencia en el funcionamiento del mercado como la ´mano invisible´ que hace tender la actividad
económica hacia el equilibrio, y la mejor garantía de asignación eficiente de los recursos.
Utilización de modelos de análisis para simular por aproximación el funcionamiento de la actividad
económica.
Se introduce el supuesto de racionalidad como hipótesis de comportamiento de los agentes
económicos –homo economicus– como supuesto más realista para analizar el objeto de la economía.
Orientación al estudio de comportamientos individuales, en vez de agregados. Enfoque casi
exclusivamente microeconómico, y reducido, en los agregados macroeconómicos, apenas al estudio
del nivel general de precios.
Incorporación del análisis marginal al centro del análisis.
Subjetivista en el análisis micro y holístico o global en el análisis macro.
.......................
* ……………… * ………………
366
ESCUELA KEYNESIANA (introducción breve ampliable).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque):
Se desarrolla en un marco de crisis económica, con altas tasas de paro y, finalmente, la Gran
Depresión.
Desconfianza en las políticas económicas de la época.
Desconfianza, en general, en la capacidad de los mercados por sí solos para alcanzar el equilibrio
Se inicia, con la voluntad expresa de su fundador, de criticar las tradiciones académicas anteriores.
No acepta la ley de Say, la existencia de paro voluntario, la flexibilidad de precios y salarios
preconizada por los clásicos, etc.
Adopción de un modelo de demanda diferente al de oferta propuesto por los neoclásicos.
Orientación al análisis de los agregados económicos y al papel estabilizador del Estado.
...........................
*´Ilusión monetaria´ de los salarios...................... *Lo relevante en el mercado de trabajo son los
salarios monetarios y no los reales. Esta
circunstancia explicaría la lentitud en adaptarse a
los desajustes del mercado.
*Inversión y expectativas (´animal spirit´)............ *La inversión tiene un papel más activo en el
crecimiento que el ahorro. La disminución de
expectativas produce, en ocasiones, una
ralentización de la inversión que es necesario
incentivar de otro modo que con el tipo de interés.
*Gasto público como estímulo de la demanda. *Base de una política económica orientada a la
reducción del paro.
*............................ *........................
367
ESCUELA AUSTRÍACA (introducción breve ampliable).
Enfoque (contenidos constituyentes del enfoque):
Subjetivismo radical. Orientación al individuo y rechazo de cualquier planteamiento holístico.
Escepticismo frente a los agregados.
Consideran que la actividad económica forma parte de una realidad más amplia: la acción humana
En el desarrollo de la acción humana cabe contemplar la incertidumbre, el error y las consecuencias
no previstas, por lo que la previsión resulta poco indicada. En esta concepción de la actividad
humana destaca la correspondiente a los empresarios, denominada función empresarial.
Para esta escuela el hombre es un homo agens y lo importante son los medios que utiliza en sus
acciones para la consecución de sus fines, no siendo éstos el objeto de su análisis.
Postulan que las instituciones sociales, por ejemplo el mercado, son el resultado de unos órdenes
espontáneos ajenos a la voluntad de los agentes.
En línea con su visión subjetivista, proponen una metodología para la economía diferente de la de las
ciencias naturales.
Por la misma concepción subjetivista, el valor de los bienes se determina atendiendo a las
percepciones individuales de utilidad.
...........................
*......................................... *.......................................
368
V Conclusiones
El presente trabajo se refiere, conforme al alcance que nos propusimos en la
Introducción, exclusivamente a los contenidos conceptuales que debe incluir un curso
de introducción a la economía.
En I.9 elaboramos un RESUMEN GLOBAL DE LOS CONTENIDOS a partir de una
muestra de la población de los libros de texto habituales de introducción a la economía,
y en la parte III (v. III.1.2, III.2.2, III.3.2 y III.4.2,), determinamos los contenidos que,
con arreglo a las reglas didácticas generalmente aceptadas (v. II.3), deberían incluirse en
un curso introductorio a la economía.
En esta parte V, realizamos una comparación entre ambos resultados y extraemos las
siguientes conclusiones:
369
Entendemos que esta definición del objeto de la economía es una mezcla del objeto
material y formal81, en la que se solapan contenidos relativos al objeto de estudio de
la economía y contenidos pertenecientes al enfoque concreto que se adopte por las
diferentes escuelas económicas.
Esta confusión o solapamiento entre el objeto material y el formal supone una
‘transgresión’ didáctica con numerosas consecuencias del tipo de las encontradas en
los textos analizados. Así, los fallos del mercado se presentan como desviaciones de
la actividad económica real frente a los supuestos teóricos del modelo, lo que podría
inducir a los alumnos, si no fuera una sinrazón, a que algunas características del
objeto material, esto es, de la actividad económica, se perciban como desviaciones
de la realidad respecto de la teoría económica; o el sector público, cuya presencia se
justifica, mayoritariamente, por la existencia de los fallos de mercado y, a veces,
como la causa de éstos; o la descripción del propio sector público, que se muestra a
retazos, desdibujado y disperso en diferentes unidades didácticas, según se van
exponiendo diferentes teorías; o los diversos enfoques macroeconómicos de cada
texto, que arrastran estructuras expositivas de contenidos diferentes para adaptarse a
los enfoques de cada escuela económica.
Las consecuencias didácticas de solapar los contenidos del objeto material (por
ejemplo, los precios que se encuentran en la realidad) con los contenidos del objeto
formal (por ejemplo, los precios de equilibrio) son relevantes, porque pueden
inducir en el alumno aprendizajes erróneos (por ejemplo, que los precios reales
tienden necesariamente, o frecuentemente, a los precios de equilibrio).
En nuestra propuesta se separan completamente los contenidos del objeto material,
que se presentan al principio del curso, de los contenidos del objeto formal, que se
presentan después. Concretamente, los fallos de mercado se presentan como
características de la actividad económica, y el sector público se describe,
separadamente, como un agente relevante de dicha actividad económica, ambos en
la primera parte; en la segunda, cada escuela presenta su propio enfoque respecto de
esos contenidos materiales.
Primera conclusión: en los textos analizados, los contenidos materiales, se
presentan mezclados o solapados con los contenidos formales o teóricos, lo que, de
81
La definición más habitual –la de Robbins- contiene implícita, incluso, una propuesta metodológica que
prejuzga, no solamente la metodología aplicable a la gran variedad de fenómenos que se producen en el
seno de la actividad económica, tal y como la definimos en este trabajo, sino el ámbito de la propia
actividad económica.
370
acuerdo con los postulados constructivistas de la enseñanza, no facilita el
aprendizaje significativo; y en nuestra propuesta didáctica, con separación clara de
los que se refieren a la descripción de la actividad económica y los que se refieren a
las teorías económicas de cada escuela, lo que, conforme a los mismos postulados
didácticos, facilita la comprensión de los alumnos sobre los contenidos de la
actividad económica y la relación de éstos con los pronunciamientos teóricos de
cada escuela.
371
diferentes textos, aunque con mayor amplitud en los universitarios que en los de
Bachillerato (v. 9, en I.9) y utilización casi exclusiva del enfoque marginalista82.
En nuestra propuesta didáctica se sugiere ordenar los contenidos formales agrupados
por escuelas, presentando un número de éstas reducido, pero suficientemente
variado o multiparadigmático, que refleje la pluralidad de la ciencia económica y
ordenadas cronológicamente.
Los contenidos formales que se presentan en los textos se refieren, mayoritaria y
casi exclusivamente, al enfoque marginalista-neoclásico, y son más numerosos que
los considerados para esta escuela en nuestra propuesta de curso introductorio; por
el contrario, no presentan apenas contenidos de otras escuelas económicas.
La tercera conclusión es la diferencia encontrada en los contenidos formales, o
relativos a las proposiciones teóricas de las diferentes escuelas económicas, entre
los textos analizados en la parte I y los de nuestra propuesta didáctica. Aquellos
contemplan contenidos formales referidos, casi exclusivamente, al enfoque
neoclásico-marginalista, y nuestra propuesta incluye contenidos introductorios de
escuelas diferentes, que muestran la diversidad de enfoques económicos, y un orden
cronológico que facilita una aproximación a la evolución histórica de la teoría
económica.
82
En un trabajo de campo realizado en 2007 por el profesor Actis di Pasquale, con algunos objetivos
similares al nuestro, de título Un análisis de los condicionantes que facilitan el Aprendizaje Significativo.
El caso de la enseñanza de Introducción a la Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y
Sociales de la Universidad nacional de Mar del Plata, se señala que “el estudio de la significatividad
lógica del material [el libro de texto introductorio] nos muestra que el tema de las Doctrinas Económicas
aparece como un texto aislado, que pasa inadvertido entre los estudiantes y no llega a ofrecer un
panorama acerca de la concatenación de las diferentes ideas. De esta manera, no resulta relacionable y,
por lo tanto no es susceptible de dar lugar a la construcción de significado. [...] A esto se suma la
derivación de contenidos que comienza a partir de la definición misma de ciencia económica, por lo que
los mismos se ven sesgados hacia una rama [escuela] de esta disciplina. [...] la experiencia demuestra que
los alumnos no pueden captar el verdadero sentido de la disciplina. La definición de economía estudiada
debería presentarse como la definición correspondiente estrictamente a la economía neoclásica, y no
como la única [...] y universalmente aceptada” (p. 53). En otro lugar se dice “es preciso indagar si la
materia [el curso] realiza una introducción a la ciencia económica o simplemente está dirigido hacia los
contenidos que les serán útiles a los alumnos en las materias correlativas, que estudian básicamente
aspectos de la economía neoclásica” (p. 23).
372
Nuestro análisis didáctico incluye la propuesta de un conjunto de contenidos
epistemológicos apropiados para un curso introductorio de economía y una
secuencia concreta en su presentación. En concreto, nuestra sugerencia incluye:
Presentar al inicio del curso una introducción al significado de la distinción entre
objeto material y formal, en las ciencias en general y en la economía.
Presentar una introducción más avanzada, basada en el conjunto de contenidos
epistemológicos del cuadro que figura en III.3.2, de utilidad para comprender la
caracterización epistemológica de las diferentes escuelas económicas y, en
general, de cualquier disciplina.
Presentar y relativizar la controversia sobre el estatus científico de la economía y
otras ciencias clasificadas como sociales.
La cuarta conclusión es la notable diferencia encontrada en los contenidos de
naturaleza metodológica o epistemológica, entre los contenidos de los textos –que
consideramos insuficientes- y nuestra propuesta.
373
instrumentales y de dependencia mutua. Relaciones que obligan a intercalar algunos
contenidos introductorios de estas disciplinas en la propuesta de curso de
introducción a la economía (v. IV).
La sexta conclusión, relativa a la relación de la economía con otras disciplinas,
muestra que nuestra propuesta didáctica introduce una sistemática en el
tratamiento de estos contenidos, para que los alumnos puedan ubicar la economía
en el contexto de las demás disciplinas, que no se encuentra en los textos
analizados.
374
CONTENIDOS: diferencias entre los de los ´textos seleccionados´ y los de
´nuestra propuesta´, desarrollada conforme a las reglas didácticas habituales
tipo de contenidos presentación en los presentación según
´textos seleccionados´ ´nuestra propuesta´
Estructura expositiva de los se exponen mezclados se exponen separados:
contenidos materiales vs. contenidos materiales y formales primero los materiales,
contenidos formales (v. 2.,11.,12.,13. y 14. en I.9) después los formales
(v. III.1.2 y IV)
Contenidos del objeto material desarrollo insuficiente se desarrollan con amplitud
(la actividad económica)
contenidos del objeto formal se exponen los de la escuela se exponen contenidos
(las teorías económicas) neoclásica-marginalista introductorios de cinco escuelas
casi exclusivamente (clásica, marxista, neoclásica,
(v. 8.,9. y 10. en I.9) keynesiana y austríaca)
en orden histórico de aparición
(v. III.1.2.2 y IV)
Contenidos metodológicos y tratamiento insuficiente elaboración de un conjunto
epistemológicos (v. 3. y 6. en I.9) sistemático de contenidos
epistemológicos introductorios
(v. III.3.2 y IV)
Economía positiva y tratamiento insuficiente tratamiento amplio y abierto
economía normativa (v. 4. en I.9) (v. III.4.2 y IV)
Relación de la economía en general, no se aborda tratamiento amplio
con otras disciplinas (v. 5. en I.9) (v. III.2.2 y IV)
Sistema económico tratamiento insuficiente introducción del ´contexto´
(v. 7. en I.9) (v. III.1.2 y IV)
Límites al crecimiento en general, no se aborda introducción de esta problemática
(v. 15. en I.9) en la descripción de los
recursos naturales
(v. III.1.2 y IV)
375
requieren un aprendizaje y conocimiento detallado de sus características, a desarrollar
con anterioridad a la enseñanza de las formulaciones teóricas, la introducción de
hipótesis y supuestos de comportamiento, o la presentación de modelos de simulación
de su funcionamiento.
De resultas del trabajo realizado, podemos decir que, por exigencias didácticas ligadas a
la consecución del aprendizaje significativo, o sencillamente, ligadas a la comprensión
de los alumnos, procede exponer primero los contenidos materiales y después los
formales. Si no se separan ambos tipos de contenidos, se asume el riesgo de introducir
confusión en el proceso de enseñanza-aprendizaje y, eventualmente, provocar falta de
motivación en el alumno, dificultando su aprendizaje.
Nuestra ´propuesta de curso introductorio´ es pluralista: muestra varias escuelas
económicas diferenciadas. Esta pluralidad no es resultado de un posicionamiento
ideológico previo, sino la consecuencia pedagógica de algo obvio en un curso de
introducción a la economía: tratar de introducir en el proceso de enseñanza-aprendizaje
lo que encontramos en el acervo de las aportaciones de los economistas o, al menos, lo
que consideramos más relevante y diverso. Por otro lado, nuestra propuesta no excluye
la profundización, en cursos posteriores o en el propio de introducción, en el desarrollo
de los contenidos teóricos de alguna escuela concreta.
Postulamos que el aprendizaje de teorías económicas diferentes por los alumnos
contribuye, por la vía del contraste y el ´conflicto cognitivo´, a suscitar el interés de los
alumnos y a facilitar la comprensión y el aprendizaje de los diferentes enfoques que
constituyen la ciencia económica.
Entendemos que, considerando los resultados anteriores, podemos concluir que nuestra
hipótesis de trabajo, referida a los textos habituales de introducción a la
economía -sujeta a que la muestra de textos seleccionada sea representativa de la
población de libros de texto- se confirma: los textos más usuales de introducción a la
economía no se conforman, en sus contenidos y en la estructura expositiva de éstos, a
los que resultarían si se aplicaran las reglas didácticas más extendidas en la práctica
de la enseñanza y, por tanto, no contribuyen a la construcción y adquisición de
aprendizaje significativo, más bien las dificultan.
376
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