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Poder Judicial de la Nación -1-

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo


Expte. nº 30.245/2010

SENTENCIA DEFINITIVA NRO. 75763 SALA V. AUTOS: “SCHEN-


FELD BRIAN JUAN c/ LINSER S.A. Y OTRO s/ DESPIDO” (JUZGADO Nº 35).

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de la República Argentina, a


los 13 días del mes de noviembre de 2013 se reúnen los señores jueces de la Sala V,
para dictar la sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación que fue
sorteado oportunamente; y EL DOCTOR OSCAR ZAS dijo:
I. Contra la sentencia de primera instancia (v. fs. 301/305) interponen
recurso de apelación las partes según los términos expresados en los memoriales de fs.
307/vta. (Mercedes Benz Argentina S.A.), 309/314 (Linser S.A.) y 316/318 vta. (actora),
que merecieran réplica de las contrarias a fs. 326/327 vta. y 328/329 vta.
A su vez, los peritos contador y calígrafa apelan a fs. 315 y 306, res-
pectivamente, los honorarios regulados a su favor por estimarlos bajos.
II. La demandada Linser S.A. se queja porque considera equivocado el
fallo de grado dado que, a su criterio, no le asistía derecho al actor a considerarse
despedido. Cuestiona la procedencia de las indemnizaciones por despido arbitrario y la
multa del art. 2 de la ley 25.323.
Sin embargo, no encuentro en la apelación en tratamiento un razona-
miento lógico que permita advertir, concretamente, en qué errores habría incurrido la
magistrada de grado, no constituye cabalmente una expresión de agravios; y la sola
enunciación de que el actor recibió la respuesta telegráfica de la empleadora antes de
considerarse despedido, no alcanza a configurar una crítica razonada y concreta a los
fines del art. 116 L.O. ante los concretos argumentos que se brindaron en el fallo.
Tampoco resulta suficiente para revertir la solución del caso la invocación relativa a que
el actor habría incurrido en reiteradas inasistencias injustificadas, porque admitió la
apelante que no respondió inmediatamente la intimación telegráfica cursada por el actor.
En dichos términos, reitero, no es mi parecer que la apelación llegue a controvertir
adecuadamente lo decidido en 1ª instancia, porque no se efectúa una crítica de conformi-
dad con lo dispuesto en el art. 116 de la L.O. de todos los fundamentos brindados en la
sentencia de primera instancia. Obsérvese que la recurrente no se hace cargo de los
argumentos explicados por la magistrada en el sentido de que, en el caso, la demandada
guardó un prolongado silencio (entre el 10 y el 17 de marzo de 2009) al emplazamiento
cursado el 9/3/09 por negativa de tareas.
Así, las argumentaciones de la apelación resultan insuficientes para
modificar lo resuelto en grado porque no reúnen los recaudos previstos por el art. 116,
segundo párrafo de la ley 18.345, por cuanto no están destinados a desvirtuar el
fundamento principal del deciso-rio.
Desde esa perspectiva, y frente a lo expuesto supra, concluyo que la
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decisión adoptada debería mantenerse.


III. La parte actora se queja por la desestimación del testimonio de Be-
navidez porque, a través de sus dichos, se lograría demostrar los presupuestos de
operatividad de la solidaridad laboral de Mercedes Benz Argentina S.A. y los reclamos
por horas extra, pagos en negro, multas de la L.N.E. y art. 80 L.C.T.
Sostiene que dicha declaración debe ser revisada, aún con criterio es-
tricto por resultar un testigo único con juicio pendiente, pero que no debe soslayarse
arbitrariamente. Entiende que, con esta declaración, se demostrarían las tareas de
limpieza en las cabinas de pintura con productos químicos, el horario de trabajo del actor
y los pagos “en negro”.
Respecto a la remuneración del actor y los pagos extraregistrales, sin
perjuicio de que el testigo Benavidez (fs. 206/208) señaló que el pago del sueldo se
instrumentaba $ 2.000 en blanco y $ 800 “en negro”, esta única manifestación no alcanza
por sí, a mi juicio, para acreditar los pretendidos pagos irregulares porque refirió que lo
sabía únicamente porque los llamaban en grupo a cobrar y veía que al actor le daban un
recibo que firmaba. Entiendo insuficiente esta circunstancia para demostrar la existencia
de pagos “en negro”, máxime cuando el actor afirmó en el inicio que entre junio de 2008
y febrero de 2009 le liquidaban solamente $ 2.000 (v. fs. 5 vta.) y, en concreto, el testigo
tampoco aclaró si lo que firmaban se trataba del recibo “oficial” o de otro tipo de
constancia.
Tampoco encuentro atendible la queja vertida en orden al rechazo del
reclamo por horas extras. El testigo Benavidez afirmó que el actor trabajaba de lunes a
domingo de 22 a 10 y de 6 a 18, y que era distinto a su horario de trabajo. Sin embargo,
en el inicio se afirmó que el actor laboraba de 22 a 10 ó de 8 a 20, que difiere de lo
manifestado por el dicente. Por lo tanto, no otorgaré eficacia convictiva a dicho
testimonio, por cuanto no resulta coincidente con los términos de la demanda, no
encuentra correlato en otras pruebas y no dio suficiente razón de los dichos (conf. arts.
386, C.P.C.C.N.; 90 y 155, L.O.).
En cambio, resulta atendible el planteo recursivo respecto a la solidari-
dad de Mercedes Benz Argentina S.A. en los términos del art. 30 L.C.T.
La codemandada Mercedes Benz Argentina S.A. sostuvo que se vincu-
ló comercialmente con la firma Linser S.A., empresa especializada en la prestación de
servicios de limpieza, y que tales tareas no constituyen su actividad principal y específi-
ca. La Sra. jueza de grado consideró que las tareas de limpieza no son las normales y
específicas de una empresa automotriz y que si bien son accesorias, complementarias o
secundarias del núcleo principal, no encuadran en el dispositivo legal del art. 30 L.C.T.
En mi opinión, la queja debería prosperar. En casos de aristas similares
(ver entre otros: “Juárez, José c/ La Nueva Metropol S.A. s/ despido”, sentencia
definitiva de esta Sala n° 66.441 del 12-5-2003; “Rolón Haydeé A. c/ Organización
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Administrativa Limpieza y Vigilancia Integral S.A. s/ despido”, sentencia definitiva n°


69.137 del 5-2-2007 y “Galván, Alejandro Manuel c/ Clean Colt S.A. y otro s/ despido”,
sentencia definitiva nro. 69.484 de 18/04/2007), con criterios plenamente aplicables al
sub lite, donde adherí al criterio que sostiene que las tareas de limpieza, como principio
general, deben ser admitidas como integrantes de la unidad técnica del establecimiento
comercial, dado que no es posible concebir un correcto y normal funcionamiento de una
industria sin un adecuado servicio de limpieza y aseo.
Conforme se lo explica en “Ley de contrato de trabajo comentada”, de
Justo López, Norberto O. Centeno y Juan Carlos Fernández Madrid (Tomo I, pág.
258/259), por actividad normal y específica propia del establecimiento no debe entender-
se solo la actividad principal -en el sentido en que lo principal suele oponerse a lo
accesorio-; la expresión comprende también a las actividades que pudieran ser califica-
das de secundarias o accesorias, con tal de que estén integradas permanentemente al
establecimiento. Desde esta perspectiva, entonces, considero que el fallo apelado en este
aspecto debe ser revocado y, en consecuencia, debería extenderse la condena de autos en
forma solidaria a Mercedes Benz Argentina S.A., de conformidad con el art. 30 L.C.T.
IV. También cuestiona la parte actora el rechazo de la multa dispuesta
por el art. 80 L.C.T. y afirma que efectuó la intimación telegráfica el 18-3-09, donde
exigió la entrega de los certificados correspondientes.
No obstante que el requerimiento efectuado a tal efecto (v. fs. 71,
acompañada por la demandada) se realizó sin esperar el término de treinta días que exige
el dto. 146/01 para la procedencia de dicha multa, admitiré la queja del actor. Me
explico.
Si bien como integrante de esta Sala, integrada en su momento por el
Dr. Morell y la Dra. García Margalejo, luego por esta última y el Dr. Simón, y poste-
riormente por la mencionada magistrada y el Dr. Arias Gibert, me allané por razones de
economía procesal, y sin perjuicio de mantener y dejar a salvo mi opinión expresada al
votar en la causa: "Pantano, Carlos Gustavo c/First Club S.A." (sent. def. n° 68.030,
dictada el 15/12/2005, del registro de la Sala V), al criterio sustentado por los magistra-
dos mencionados en virtud del cual no procede la condena al pago de la indemnización
prevista en el art. 80, L.C.T. (texto según ley 25.345), si la intimación pertinente es
practicada antes del vencimiento del plazo establecido en el art. 3° del dec. 146/2001 (en
la actual composición la doctrina contraria a mi tesis fue fijada en la sent. def. nº 72.984
dictada el 16/03/2011 en la causa: “Moglia, Emanuel c/Mirazones S.A.”), en el sub
examine el tribunal está integrado por el Dr. Arias Gibert y quien suscribe y, en caso de
disidencia, por el Dr. Raffaghelli.
En este contexto, propicio resolver la cuestión planteada en el sentido
expuesto en el caso “Pantano”, cuyos argumentos en lo substancial reproduzco a
continuación.
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El art. 3° del dec. 146/2001 dispone:


"El trabajador quedará habilitado para remitir el requerimiento feha-
ciente al que se hace alusión en el artículo que se reglamenta, cuando el empleador no
hubiere hecho entrega de las constancias o del certificado previstos en los apartados
segundo y tercero del artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 (t.o. por
decreto 390/76) y sus modificatorias, dentro de los treinta (30) días corridos de extingui-
do, por cualquier causa, el contrato de trabajo".
Por encima de lo que las leyes parecen decir literalmente es propio de
la interpretación indagar lo que dicen jurídicamente, es decir, en conexión con las demás
normas que integran el ordenamiento general del país (cfr. C.S.J.N., Fallos: 244:129),
con el fin de establecer así la versión técnicamente elaborada de la norma aplicable al
caso por medio de una hermenéutica sistematizada, razonable y discreta que responda a
su espíritu y para lograr soluciones justas y adecuadas al reconocimiento de los derechos
(cfr. C.S.J.N., Fallos: 363:453).
El control de constitucionalidad de las leyes que compete a todos los
jueces y, de manera especial, a la Corte Suprema, en los casos concretos sometidos a su
conocimiento en causa judicial, no se limita a la función en cierta forma negativa, de
descalificar una norma por lesionar principios de la Ley Fundamental, sino que se
extiende positivamente a la tarea de interpretar las leyes con fecundo y auténtico sentido
constitucional en tanto la letra o el espíritu de aquéllas lo permite (cfr. C.S.J.N., Fallos:
308:647, cons. 8° y sus citas; cons. 20 del voto del Dr. Carlos S. Fayt, 22/12/94,
"Manauta, Juan J. y otros c/Embajada de la Federación Rusa", D.T. LV, ps. 643/55).
Desde esta perspectiva hermenéutica, el art. 3° del dec. 146/2001 debe
ser interpretado dentro de los límites de la norma superior que reglamenta.
El último considerando del dec. 146/2001 dispone:
"...Que, por último, deviene necesario establecer el plazo perentorio
dentro del cual el empleador, una vez producida la disolución del vínculo laboral por
cualquier causa, deberá hacer entrega al trabajador de los instrumentos a que hace
alusión el artículo 80 de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744 (t.o. por decreto 390/76) y
sus modificatorias, como paso previo a que se torne operativo el procedimiento
contenido en el último párrafo del mencionado artículo 80, incorporado por el artículo
45 de la ley 25.345...".
Tal como se deduce sin dificultad del último considerando del decreto
citado, la finalidad que la reglamentación persigue es evitar contratiempos o dificultades
que pudieren impedir al empleador cumplir la obligación a su cargo relativa a la entrega
de los certificados del art. 80, L.C.T. dentro del reducido plazo que normalmente los
trabajadores le otorgan para la confección y entrega de tales constancias. Para ello, le
confiere el generoso plazo de treinta días, durante el que debería poder solucionar
cualquier eventual dificultad referida a la obtención de la información necesaria para
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expedir los certificados en cuestión (C.N.A.T., Sala III, sent. n° 84.720, 15/04/03,
"Blanco, Ernesto Carlos Benito c/Club San Jorge S.A. Cía. de Capitalización y Ahorro").
Dicho en otros términos: la norma reglamentada otorga al empleador
un plazo de dos días hábiles para cumplir el requerimiento del trabajador relativo a la
entrega del certificado o cargar con la indemnización fijada; la brevedad de ese plazo
puede así explicar la interposición de otro plazo antes de que aquel requerimiento quede
habilitado ya que, por ejemplo, el cumplimiento de la obligación del art. 80 de la L.C.T.
puede incluir la necesidad de regularizar el vínculo (para estos fines un plazo idéntico es
otorgado por la Ley de Empleo). La extensión del plazo encuentra su justificación en
facilitar el cumplimiento del empleador antes que en obstruir la habilitación del
trabajador para intimar, aunque la redacción de la norma pueda tolerar también esta
última interpretación.
De tal modo, luce razonable concluir que la intimación fehaciente a
que alude tanto la norma originaria como su reglamentación sólo puede surtir efectos (el
inicio del cómputo de dos días y el posterior derecho a una indemnización) una vez que
haya transcurrido el plazo de treinta días acordado al empleador para cumplir con la
exigencia legal, plazo este último que constituye -desde el momento de la extinción- una
oportunidad para que el empleador infractor regularice su situación administrativa (cfr.
C.N.A.T., Sala III, sent. n° 85.785, 27/04/04, "Carabajal, Luis Raúl c/La Internacional
S.A. y otro").
La interpretación que postulo luce plenamente aplicable al sub lite, ya
que no se discutió que el contrato de trabajo quedó extinguido el 18/3/09 (v. fs. 8 vta./9 y
71) y el actor intimó a la demandada en igual fecha por la entrega de las certificaciones
previstas en el art. 80 L.C.T.
Por las razones expuestas, considero que debe revocarse la decisión
apelada y declarar la procedencia de la multa establecida por el art. 80 L.C.T., cuya
cuantía alcanza a $ 7.192,53 ($ 2.397,51 x 3 –v. fs. 304).
V. De acuerdo a lo dicho, el monto de condena alcanzaría a $
24.414,03 ($ 17.221,50 + $ 7.192,53), sobre la que se calcularán los intereses dispuestos
a fs. 304 hasta su efectivo pago.
VI. Ante el nuevo resultado del litigio y, en virtud de lo normado por el
art. 279 del C.P.C.C.N., en la acción contra Linser S.A. y contra Mercedes Benz
Argentina S.A., corresponde dejar sin efecto lo resuelto en materia de costas y honora-
rios y expedirse originariamente al respecto, por lo que resulta abstracto el tratamiento
de apelaciones pertinentes.
En virtud de que en materia laboral no debe seguirse un criterio mera-
mente aritmético sino jurídico, y que en este caso se admiten parcialmente los rubros
contenidos en el reclamo de inicio, sugiero imponer las costas en la instancia anterior en
el 30% a cargo del actor y en el 70% a cargo de las mencionadas demandadas solidaria-
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mente, con excepción de los honorarios del perito calígrafo, a cargo exclusivamente del
actor (conf. arts. 68 y 71, C.P.C.C.N. y 155, L.O.).
En cuanto a los honorarios correspondientes a la representa-ción y pa-
trocinio letrado de la parte actora y demandadas por las labores llevadas a cabo en
primera instancia, teniendo en cuenta lo establecido en los arts. 6, 7, 8, 9, 19, 37, 39, 47
y concs. ley 21.839; 3 y 12 del dec. ley 16.638/57 y ley 20.243, propongo regular a la
representación y patrocinio letrado de la parte actora, Linser S.A., Mercedes Benz
Argentina S.A., perito contador y perito calígrafa en 16%, 14%, 14%, 7% y 7%,
respectivamente, a calcular sobre el nuevo capital de condena más intereses.
VII. Atendiendo al resultado de los recursos traídos a conocimiento de
esta alzada, voto para que las costas aquí originadas se declaren en la misma proporción
que las de la instancia anterior a cuyo efecto postulo regular los correspondientes a la
representación y patrocinio letrado de la parte actora, de Linser S.A. y Mercedes Benz
Argentina S.A. en el 25%, 25 % y 25 %, respectivamente, de lo que en definitiva les
corresponda por sus labores en la instancia de origen (cfr. art. 14, ley 21.839).

EL DOCTOR ENRIQUE N. ARIAS GIBERT manifestó: que por


análogos fundamentos adhiere al voto del Sr. Juez de Cámara preopinante con la
siguiente salvedad:
Respecto a la multa prevista en el artículo 80 RCT, de conformidad
con los votos de los Dres. Zas y Raffaghelli in re “Morinigo, Cristino c/ Fundación
Madres Plaza de Mayo s/ despido”, SD nº 74904 del 14/03/2013, se conformó mayoría
sobre este tópico y, por razones de economía procesal, habré de adherir a aquella
solución dejando a salvo mi opinión personal sobre este punto: “…la norma del art. 80
RCT requiere la contumacia del empleador para la aplicación de la multa, y que mal
puede haber contumacia si el plazo de entrega no está vencido. La obligación de
entrega de certificados era, hasta las normas de la ley 24.013, una obligación sin plazo
que debía, por tanto constituirse por una intimación que constituya en mora al obligado
(art. 509 del Código Civil). Luego de la sanción de la ley 24.013, que establece un plazo
para dar cumplimiento a la obligación de regularizar sin consecuencias punitivas de
treinta días, el legislador ha establecido un plazo mediante el cual considera razonable
el cumplimiento de la obligación de hacer. Norma que debe ser aplicada por analogía.
En consecuencia, el decreto lo único que hace es poner certeza en una situación que ya
viene determinada por el plexo normativo. Es obvio que no se puede punir (la multa del
art. 80 LCT tienen función punitiva y no resarcitoria porque no reemplaza la obligación
originaria) por la falta de cumplimiento de una obligación no vencida….No puede
olvidarse que no hay contumacia (presupuesto de la aplicación de las multas) sin que
previamente exista inejecución. Esto es, sin que el plazo de la obligación esté vencido”,
Poder Judicial de la Nación -7-
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por lo que -reitero– presto mi adhesión a la solución propiciada.

En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL


RESUELVE: 1) Modificar la sentencia de grado y elevar el monto de condena a la suma
de PESOS VEINTICUATRO MIL CUATROCIENTOS CATORCE CON TRES
CENTAVOS ($ 24.414,03.-), la que devengará los intereses fijados en la sentencia de
grado desde que cada suma es debida; 2) Extender la condena solidariamente a la
codemandada Mercedes Benz Argentina S.A.; 3) Costas y honorarios en ambas
instancias conforme lo propuesto en los puntos VI y VII del mencionado primer voto; 4)
Regístrese, notifíquese, cúmplase con el art. 1 de la ley 26.856 y punto 4 de la Acordada
C.S.J.N. 15/13 y devuélvase. Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por
ante mí, que doy fe. Conste que la vocalía 1 se encuentra vacante (art. 109 R.J.N.).
MLF

Oscar Zas Enrique Néstor Arias Gibert


Juez de Cámara Juez de Cámara

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