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Poder Judicial de la Nación

SENTENCIA DEFINITIVA N° 65823


SALA VI
Expediente Nro.: 31.643/10
(Juzg. Nª 53)
AUTOS: “LEMOS SERGIO RODOLFO C/KRAVES GUILLERMO ENRIQUE Y
OTROS S/DESPIDO”

Buenos Aires, 13 de noviembre de 2013

En la Ciudad de Buenos Aires reunidos los integrantes


de la Sala VI a fin de considerar los recursos deducidos en
autos y para dictar sentencia en estas actuaciones
practicando el sorteo pertinente, proceden a expedirse en
el orden de votación y de acuerdo con los fundamentos que
se exponen a continuación.

LA DOCTORA GRACIELA L. CRAIG DIJO:

Contra la sentencia de primera instancia viene en


apelación en cuanto al fondo del asunto, la parte actora, a
tenor del memorial recursivo obrante a fs. 1147/1157,
replicado por las demandadas a fs. 1160/1163 y por La
Holando Cía. de Seguros SA a fs. 1166/vta.
Asimismo, la parte demandada a fs. 1134 y la perito
contadora a fs. 1174, cuestionan la regulación de
honorarios.
El actor en su queja se agravia por lo decidido en
grado tanto en relación a la acción por despido como a la
acción por reparación integral.
En cuanto a la acción por despido, y tal como lo ha
destacado la sentenciante de grado la relación laboral
habida se extinguió por despido indirecto dispuesto por el
actor quien exteriorizó su voluntad rupturista mediante
telegramas del 17 de mayo de 2010, de los cuales surge la
invocación por parte del trabajador de diferentes
incumplimientos que han resultado injurias impeditivas de
la prosecución del vínculo; tales como la consignación de
una incorrecta fecha de ingreso, la falta de registración
de un período; diferencias salariales derivadas de su
trabajo cumplido para las demandadas, readecuación del
clima y lugar de trabajo y falta de pago de intereses por
atraso en la acreditación de los salarios.
En el caso la sentenciante de grado ha rechazado la
pretensión actora basada en todos los incumplimientos
invocados, a excepción del correspondiente a la falta de
pago de intereses por atraso en la acreditación de los
salarios. En este orden de ideas y si bien se constató la
existencia de tales atrasos en los pagos, la Sra. Juez a
quo ha entendido que dicha falta no constituye injuria en
los términos del art. 242 de la Ley de Contrato de Trabajo,
puesto que se requiere una injuria que por su gravedad no
consienta la prosecución del vínculo, extremo que no se
cumplimenta en el presente caso.
Así las cosas, los agravios que vierte la parte actora
en su memorial recursivo se dirigen concretamente a
cuestionar lo decidido en grado en relación a la suerte que
han corrido las distintas causales invocadas por el
trabajador para considerarse en situación de despido.
En este orden de ideas, coincido en términos generales
con lo decidido en grado en relación a las diferencias
salariales, a la readecuación del clima y lugar de trabajo
y a la falta de pago de intereses por atraso en la
acreditación de los salarios, sin que advierta en el
escrito recursivo en examen elemento objetivo alguno que
justifique una decisión distinta.
Al respecto cabe recordar que es carga del impugnante
de un decisorio formular, respecto de las partes que lo
afectan, una crítica concreta y razonada. Tal carga,
impuesta por el art. 265 del Código Procesal (y, en el
procedimiento laboral, por el art. 116 de la L.O.) implica
que la expresión de agravios debe estar dotada de idoneidad
procesal e intelectual, y su incumplimiento provoca la
deserción del recurso.
Poder Judicial de la Nación

La expresión de agravios debe consistir en una


exposición jurídica que contenga un análisis razonado y
crítico de la sentencia apelada dirigida a demostrar la
errónea aplicación del derecho o la injusta valoración de
la prueba producida. Tal como lo ha señalado la doctrina,
"la ley adjetiva requiere un análisis razonado del fallo y
también la demostración de los motivos que se tienen para
estimarlo erróneo, de manera que en ausencia de objeciones
especialmente dirigidas a las consideraciones determinantes
de la decisión adversa al apelante, no puede haber agravio
que atender en la alzada, pues no existe cabal expresión de
éstos”.
Sin embargo y sin perjuicio de lo expuesto, lo cierto
es que, en mi opinión, en relación a la causal de injuria
invocada por el trabajador vinculada con la falta de
registración de un período, asiste razón al recurrente.
En el presente caso, el actor ha invocado haberse
desempeñado desde su ingreso para alguna de las sociedades
del demandado Kraves, ya sea Sauler SA, Tel Rad Cuyo SA,
Klin SA, Union Factoring o Dominion Nonwovens; en las
cuales Kraves era accionista, ya sea mayoritario o
minoritario en el caso de la última de ellas.
El actor se ha desempeñado para Sauler SA entre junio
de 1990 y febrero de 1996 (fs. 470) cesando por renuncia;
pasando a prestar labores para Union Factoring Bank SA (fs.
470) desde marzo de 1996 hasta junio de 1996; luego
reingresó a laborar a Sauler (fs. 470/471) en el mes de
julio de 1996 hasta el mes de agosto de 1997 en que cesa
por renuncia; seguidamente se desempeñó para Dominion
Nonwovens Argentina -PGI Argentina SA- (fs. 471) a partir
del mes de septiembre del año 1997 hasta agosto del año
1999 (fs. 424/425); con un reingreso en Sauler SA que data
del mes de junio del año 2000 hasta su egreso en el mes de
mayo del año 2010.
En autos se reclama que en el período que transcurre
entre el cese en Dominion Nonwovens Argentina y el
reingreso a Sauler SA, el actor prestó servicios
dependientes para las tres sociedades demandadas, sin que
se hubiera registrado ese vínculo.
En este sentido, el testimonio de Zoya Maximiliano
(fs. 314/316) resulta claro en cuanto pone en evidencia que
cuando el dicente ingresó a laborar a Sauler en el año
1999, el actor ya formaba parte del staff, y que estaba
como responsable de comercio exterior –importaciones y
exportaciones- y después como responsable de la parte de
ventas del producto de Sauler (telas no tejidas).
Esta declaración aunque aislada, permite concluir que
el actor con posterioridad a su egreso de Dominion
Nonwovens Argentina, volvió a trabajar para Sauler SA -y
otras empresas del grupo- en una fecha anterior a la que
figura en los registros de dicha demandada, la cual recién
lo registra como reingresante y hace los aportes
correspondientes a partir del 1 de junio del año 2000.
Lo expuesto pone en evidencia la falta de registración
del período comprendido entre septiembre del año 1999 y
junio del año 2000, la cual en mi opinión constituye
injuria suficientemente impeditiva de la prosecución del
vínculo.
Por tanto, habiéndose acreditado la causal disolutoria
expuesta, y no siendo necesaria la demostración de las
restantes injurias invocadas, propongo revocar el fallo
apelado y en consecuencia, hacer lugar a las
indemnizaciones derivadas del despido.
El planteo recursivo vinculado con las diferencias
salariales pretendidas no resulta atendible, puesto que no
se advierten eficazmente controvertidos los argumentos
expuestos por la sentenciante de grado para proceder a su
rechazo (art. 116 LO).
Igual solución confirmatoria propongo en relación a la
responsabilidad que le cabe a las demandadas en su calidad
de sujetos empleadores plurales (art. 26, LCT) tal como ha
sido expuesto en la sentencia de grado (art, 116 LO).
En cuanto al cálculo de la indemnización por despido,
estaré a la remuneración establecida en el informe pericial
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contable (fs. 865) de $5.061,43; y a la antigüedad


reconocida por la codemandada Sauler SA (según recibos
adjuntos por dicha parte a fs. 80). En consecuencia, la
indemnización por despido se establece en la suma de
$101.228,6; la sustitutiva del preaviso en $10.122,86 más
la suma de $843,57 en concepto de SAC sobre preaviso;
integración del mes de despido y salario de mayo 2010 en
$5.061,43; las vacaciones proporcionales en $2.125,72; el
SAC proporcional en $1.898,03.
Habiendo sido acreditado el fraude en la registración
del vínculo dependiente con el actor en el período
comprendido entre el mes de agosto del año 1999 y el mes de
junio del año 2000; corresponde condenar al pago de las
multas previstas por la Ley Nacional de Empleo.
En relación a la prevista por el art. 9 LE la misma no
resulta procedente en atención a la falta de cumplimiento
del requisito de comunicación a la AFIP (art. 11, ley
24013); sin embargo y de conformidad con lo decidido por la
Corte Suprema de Justicia de la Nación (in re “Di Mauro
José Santo c. Ferrocarriles Metropolitanos SA y otro” del
31/5/2005), dicho incumplimiento no alcanza a la multa
prevista por el art. 15, ley 24.013; la cual se establece
en la suma de $113.637,46.
Por lo demás, y dándose en autos los presupuestos
fácticos que tornan procedente el incremento indemnizatorio
previsto en el art. 2 de la ley 25323, propongo que el
mismo se fije en la suma de $56.818,73.
A los montos precedentemente consignados deberá
adicionarse el correspondiente a los intereses por falta de
pago en término de los salarios por la suma de $120.91,
establecida en primera instancia.
Asimismo, corresponde hacer lugar al reclamo vinculado
con la multa prevista por el art. 80 de la Ley de Contrato
de Trabajo, pues las certificaciones agregadas no contienen
los datos objetivos de la relación laboral.
Por tanto, la misma se establece en la suma de
$15.184,29; y se dispone asimismo, que las demandadas
condenadas en autos, deberán hacer entrega al trabajador de
las correspondientes certificaciones previstas por el art.
80 LCT, bajo apercibimiento de astreintes para el caso de
incumplimiento.
Los agravios vertidos en el punto IV (fs.1156
vta/1157) en mi opinión no resultan atendibles puesto que
ningún elemento objetivo se ha aportado en la presentación
en examen que justifique un apartamiento de lo decidido al
respecto. El recurrente no efectúa una crítica concreta y
razonada de los fundamentos dados al respecto en grado
(art. 116 LO).
Por lo expuesto, de prosperar mi voto propongo revocar
el fallo apelado en cuanto a la acción por despido, y
establecer el correspondiente monto de condena en la suma
de $307.040,87; la cual llevará intereses de conformidad
con la tasa activa promedio que utiliza el Banco de la
Nación Argentina para otorgamiento de préstamos, desde que
cada suma es debida y hasta su efectivo pago.
En cuanto al reclamo por reparación integral con
fundamento en el derecho civil, tampoco asiste razón al
presentante.
En el caso, el actor ha invocado que las condiciones
del ambiente de trabajo en el cual prestaba sus labores no
revestían las condiciones mínimas de orden, higiene y
salubridad; argumentando asimismo que a dichas condiciones
se agregaba una intensa presión por parte del demandado
Kraves; todo lo cual confluyó negativamente en su salud,
presentando un cuadro de profunda depresión de hipertimia
displacentera y stress reactivo a conflicto laboral.
De los distintos elementos probatorios aportados a la
causa, no se desprende la configuración de los presupuestos
de hecho que, en el marco del derecho común, permitirían
establecer un vínculo de causalidad entre la minusvalía y
el factor objetivo de atribución de responsabilidad.
No se ha logrado demostrar que la afección que
presenta el actor se encuentre vinculada causalmente con la
naturaleza y modalidades del trabajo cumplido. No se probó,
Poder Judicial de la Nación

en mi opinión, que el ambiente de trabajo haya provocado la


incapacidad que ostenta el trabajador o que el demandado
haya hostigado al actor.
Como concluye la sentenciante de grado, no se demostró
que las tareas cumplidas hayan actuado como causal
eficiente en el desarrollo de la incapacidad del actor, no
pudiendo constituirse en un factor de causación en el
ámbito normativo previsto por el art. 1113 CC.
Por lo demás, no se advierte en el escrito recursivo
en examen elementos objetivos que justifiquen un
apartamiento de lo decidido al respecto.
En cuanto a la acción por despido, propongo que las
costas de primera instancia sean soportadas por las
demandadas vencidas (Sauler SA, Tel Rad Cuyo SA, Klin SA) –
art. 68 CPCCN- y las correspondientes a la acción entablada
respecto del codemandado Guillermo Enrique Kraves, por su
orden en atención a la naturaleza de la cuestión planteada
(art. 68, 2do. párrafo CPCCN). Estimo los honorarios de la
representación y patrocinio letrado de la parte actora,
demandada Sauler SA, Tel Rad Cuyo SA, Klin SA, Guillermo
Enrique Kraves y perito contador en el 16%, 12%, 12%, 12%,
12%, y 6% respectivamente del monto de condena con
intereses.
Las costas de esta alzada también serán soportadas por
las demandadas vencidas, a cuyos efectos estimo los
honorarios de los presentantes de fs. 1147/1157 y de fs.
1160/1163 en el 25% de lo regulado en la etapa anterior.
En cuanto al reclamo por reparación integral con
fundamento en el derecho civil, en atención a la cuestión
debatida, considero que el actor pudo considerarse asistido
de un mejor derecho a litigar, en consecuencia propongo que
las costas de esta acción sean soportadas por su orden. En
cuanto a los honorarios correspondientes a la
representación y patrocinio letrado de la parte actora,
demandada Sauler SA, Tel Rad Cuyo SA, Klin SA, Guillermo
Enrique Kraves, la Holando Sudamericana Compañía de Seguros
SA y peritos psicólogo e ingeniero; propongo mantener los
regulados en grado.
Ello así en atención a la naturaleza y extensión de
los trabajos profesionales cumplidos en autos, al resultado
final del pleito y a las pautas arancelarias vigentes (art.
38 LO, dto. 16638/57)
Las costas de alzada también serán soportadas por su
orden (art. 68, 2do párrafo CPCCN) a cuyos efectos estimo
los honorarios de los presentantes de fs. 1147/1157, fs.
1160/1163 y fs. 1166 en el 25% de lo regulado por los
trabajos cumplidos en grado.

EL DOCTOR LUIS A. RAFFAGHELLI DIJO:

Que adhiere al voto que antecede.

Por lo que resulta del acuerdo que antecede (art. 125


de la ley 18345) EL TRIBUNAL RESUELVE: A) En cuanto a la
acción por despido: I. Modificar el fallo apelado. II.
Establecer el monto de condena en la suma de $307.040,87,
que llevará intereses de conformidad con la tasa activa
promedio que utiliza el Banco de la Nación Argentina para
otorgamiento de préstamos, desde que cada suma es debida y
hasta su efectivo pago. III. Imponer las costas de primera
instancia a cargo de las demandadas vencidas (Sauler S.A,
Tel Rad Cuyo S.A., Klin S.A.) –art. 68 C.P.C.C.N.- IV.
Imponer las costas de la acción entablada respecto del
codemandado Guillermo Enrique Kraves, por su orden (art.
68, 2do. párrafo C.P.C.C.N.). V. Fijar los honorarios de la
representación y patrocinio letrado de la parte actora,
demandada Sauler S.A., Tel Rad Cuyo S.A., Klin S.A.,
Guillermo Enrique Kraves y perito contador en el 16%, 12%,
12%, 12%, 12% y 6% respectivamente del monto de condena con
intereses. VI. Imponer las costas de esta alzada a las
demandadas vencidas. VII. Fijar los honorarios de los
presentantes de fs. 1147/1157 y de fs. 1160/1163 en el 25%
de lo regulado en la etapa anterior. B) En cuanto al
Poder Judicial de la Nación

reclamo por reparación integral: I. Confirmar lo decidido


en primera instancia. II. Imponer las costas de primera
instancia por su orden. III. Imponer las costas de alzada
por su orden. IV. Fijar los honorarios de los presentantes
de fs. 1147/1157, fs. 1160/1163 y fs. 1166 en el 25% de lo
regulado por los trabajos cumplidos en grado.

Oportunamente, cúmplase con lo dispuesto en el art. 1º


de la ley 26856 y con la Acordada de la CSJN Nº 15/2013.
Regístrese, notifíquese y vuelvan

GRACIELA L. CRAIG
JUEZ DE CAMARA

LUIS A. RAFFAGHELLI
JUEZ DE CAMARA

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