Tesis Madurez Sexual
Tesis Madurez Sexual
Tesis Madurez Sexual
GISELA BELLINI
Director de Tesis: Dr. Alejandro Giraudo
Lugar de realización: Instituto Nacional de Limnología - CONICET – UNL
- 2013 -
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Índice
Agradecimientos 2
Resumen 3
Abstract 5
1. INTRODUCCIÓN 7
1.1 La estructura de las comunidades: dos hipótesis 7
1.2 Modos y estrategias reproductivas 10
1.3 Covariación en los atributos ecológicos de las serpientes 14
1.4 Especies en estudio 16
1.5 Integrando filogenia y ecología 20
Objetivos 21
Hipótesis 22
2. MATERIALES Y MÉTODOS 23
2.1 Área de estudio 23
2.2 Métodos 26
2.2.1 Especímenes 26
2.2.2 Toma de datos 27
2.2.3 Análisis de datos 28
3. RESULTADOS 39
3.1 Morfología 39
3.2 Madurez y dimorfismo sexual 48
3.3 Reproducción 51
3.4 Dieta 64
3.5 Influencia filogenética 80
4. DISCUSIÓN 92
4.1Morfología, madurez y dimorfismo sexual 93
4.2 Reproducción 97
4.3 Dieta 101
4.4 Conclusiones 103
5. BIBLIOGRAFÍA 105
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Agradecimientos
Quiero agradecer a todos los que han posibilitado este trabajo, ayudándome a formarme
como persona y profesional. En primer lugar a mi director, Alejandro Giraudo, por abrirme
las puertas de su grupo de trabajo, y por todo lo brindado en estos cinco años, su constante
guía, apoyo e inigualables enseñanzas, sin todo lo cual habría sido imposible concretar mi
doctorado. A la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL y CONICET, por
brindarme la posibilidad de desarrollar mi doctorado. Al INALI por brindarme el espacio
en donde llevar a cabo mi trabajo. A Vanesa Arzamendia por compartir su experiencia y
conocimientos y hacer del box un ambiente de trabajo y amistad. A mis compañeros y
amigos del laboratorio de herpetología: Silvia, Carla, Belén, Eugenia, Maximiliano, Andrés
y Blas, por todos los momentos vividos y su ayuda desinteresada. A los curadores de las
colecciones herpetológicas revisadas: Julián Faivovich (Museo Argentino de Ciencias
Naturales), Beatriz Álvarez (Colección Herpetológica UNNE), Jorge Williams (Museo de
La Plata), Gisela Bahler (Museo Antonio Serrano de Paraná). A Diego Baldo, Arturo Kehr,
Leticia Mesa y Luis Espínola por sus aportes. A mis compañeros del INALI. A Víctor, mi
cómplice de vida, por su paciencia y comprensión, aún cuando no entendía, por alentarme y
darme fuerzas en los momentos de flaqueza. A mi papá y mamá por su amor incondicional,
por contenerme y acompañarme y por juntar víboras para la nena. A mis hermanos por estar
siempre y compartir mis logros y desaciertos. A Luciano por su ayuda y paciencia cuando
se me “moría” la compu, a Pablo, Aldana, mi abuela, mis primos y mi tía por su cariño. A
mis amigas, especialmente a Marisol y Alejandra por tantas charlas y mates de catarsis. A
mis sobrinos, Fausto y Pilar, por tantos momentos de amor y dulzura.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Resumen
Las comunidades son sistemas complejos y dinámicos que cambian a lo largo del
tiempo. Los primeros intentos por explicar como éstas se estructuraron implicaban
fenómenos contemporáneos como las interacciones ecológicas entre especies (e. g.
competición y predación), dando origen a la Hipótesis de la Competición-Predación (HCP).
Esta se centra en factores recientes, sosteniendo que de estos surgen las diferencias
ecológicas que promueven las interacciones entre las especies de ensambles locales.
Recientemente, surge la Hipótesis de Historia Profunda (HHP), que sugiere que las
divergencias profundas en la historia evolutiva de los organismos resultaron en una serie de
características ecológicas que se mantienen en su mayor parte en las especies que forman
parte de las comunidades actuales. Por lo tanto características ecológicas de las especies
coexistentes pueden predecirse sobre la base de la filogenia, independientemente de la
comunidad en la que las distintas especies residen actualmente. Ambas hipótesis, no son
necesariamente mutuamente excluyentes, ya que tanto la estructura filogenética como las
interacciones ecológicas pueden actuar conjuntamente para determinar la estructura de una
comunidad. El modo y estrategias reproductivas en las serpientes reflejan tres
características: diversidad, plasticidad y covariación con otras características, como la
morfología, la dieta y el uso del hábitat. En los reptiles se reconocen actualmente dos
modos reproductivos: oviparidad y viviparidad. Para explicar la transición oviparidad -
viviparidad se generaron varias hipótesis en términos de “costos” y “beneficios” que
implican ambos modos reproductivos para las serpientes. En este trabajo se evaluó la
incidencia de factores ecológicos y filogenéticos en los sistemas reproductivos ovíparos y
vivíparos de las serpientes neotropicales y su relación con aspectos morfológicos y
ambientales para comprender su historia natural y ecología. Para esto se comparó la
biología reproductiva y dieta de ocho especies ovíparas y siete vivíparas relacionadas y no
relacionadas filogenéticamente (para evaluar incidencia de factores filogenéticos); y que
utilizan diferentes hábitats (incidencia de factores ecológicos). Además se evaluaron
diferentes hipótesis que favorecieron la aparición de la viviparidad en serpientes. Se
estudiaron 1628 ejemplares mediante métodos estandarizados para analizar la morfología,
3
Ecología de las serpientes del litoral argentino
4
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Abstract
Communities are complex and dynamic systems that change over time. The first
attempts to explain how they were structured involving contemporary phenomena like
ecological interactions between species (e.g. competition and predation), giving rise to the
Competition - Predation Hypothesis (CPH). This focuses on recent factors, arguing that
from these arise the differences that promote ecological interactions among species of local
assemblies. Recently, emerges the Deep History Hypothesis (DHH), which suggests that
profound differences in the evolutionary history of organisms resulted in a number of
ecological features that remain largely on species that are part of existing communities.
Thus, ecology of coexisting species can be predicted based on phylogeny, regardless of the
community in which the different species currently reside. Both hypotheses are not
necessarily mutually exclusive, as both phylogenetic structure as ecological interactions can
act together to determine the structure of a community. The mode and reproductive
strategies in snakes reflect three characteristics: diversity, plasticity and covariance with
other features, such as morphology, diet and habitat use. In reptiles are recognized currently
two reproductive modes: oviparity and viviparity. To explain the transition oviparity -
viviparity were generated several hypotheses in terms of "costs" and "benefits" that both
reproductive modes involving for snakes. In this study, I evaluated the impact of ecological
and phylogenetic factors in oviparous and viviparous reproductive systems of Neotropical
snakes and their relationship with morphological and environmental aspects to understand
its natural history and ecology. For this I compared the reproductive biology and diet of
eight viviparous and seven oviparous species, some of them phylogenetically related and
other unrelated (to assess incidence of phylogenetic factors), and that use different habitats
(incidence of ecological factors). I also evaluated different scenarios that favored the
emergence of viviparity in snakes. I studied 1628 specimens using standarized methods to
analyze the morphology, sexual dimorphism, maturity, reproduction, diet and niche
overlap. To detect whether there is phylogenetic influence on diet, reproduction and
morphology, I used two different types of analysis. First I conducted a Principal
Component Analysis (PCA) of morphological variables, diet and reproduction and then a
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Canonical Phylogenetic Ordination (CPO) comparing three ecological data matrix (Y): one
of morphology, one of diet and another one of reproduction, with a second matrix (X)
containing the coded phylogeny for all clades of the assembly, each separately coded as a
binary variable.
The data support the hypothesis on the lower reproductive rate of viviparous species
over oviparous ones, and the so-called "unpredictable environments", which indicates that
in variable environments with changing conditions the viviparous species, should provide a
better fit of reproduction in relation to the variations, in this case with the Paraná River
hydrological variations, compared with oviparous species. The frequency of reproduction,
reproductive potential and the synchronization of births and postures with the hydrological
cycle and the availability of prey to feed neonates, support the CPH, because regardless of
the phylogenetic group that the species studied belong, those with the same reproductive
mode (oviparous - viviparous) behave similarly, being an indication that they adjusted their
reproduction with environmental cycles. However, the CPO indicate that the morphology,
reproductive mode, the duration of the reproductive cycle, fecundity and diet are more
influenced by phylogenetic characteristics, and therefore more in line with the DHH.
Finally, I can conclude that in the studied community exists a deep phylogenetic effect that
explains most of the variation in the morphology and reproductive and feeding attributes,
although the habitat use influences (to a lesser extent) in some reproductive and dietary
characteristics of some species.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
1. INTRODUCCIÓN
7
Ecología de las serpientes del litoral argentino
8
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Profunda (HHP). La HCP se centra en factores recientes, sosteniendo que de estos surgen
las diferencias ecológicas que promueven las interacciones entre las especies de ensambles
locales. Por ejemplo taxones relacionados divergen en el uso de los recursos con el fin de
particionarlos, en respuesta a cambios en su disponibilidad, la competencia entre especies o
la depredación. Esta hipótesis predice que las características ecológicas de especies que
coexisten son independientes de la filogenia y que se producen cambios mayores en sus
preferencias de nicho (dieta, actividad y micro-hábitat), lo que es resultado de la interacción
entre las especies en las comunidades actuales (Vitt & Vangilder, 1983; Colston et al.,
2010).
Por otro lado, la HHP sugiere que las divergencias profundas en la historia evolutiva
de los organismos (en lugar de factores recientes) resultaron en una serie de características
ecológicas que se mantienen en su mayor parte en las especies que forman parte de las
comunidades actuales (Cadle y Greene, 1993; Vitt y Pianka, 2005; Colston et al., 2010).
Por lo tanto características ecológicas de las especies coexistentes pueden predecirse sobre
la base de la filogenia, independientemente de la comunidad en la que las distintas especies
residen actualmente (Colston et al., 2010). Los seguidores de la HHP argumentan que las
diferencias ecológicas en algunos rasgos provienen de diferencias preexistentes, por lo que
la similaridad entre las especies está asociada a un ancestro en común (Webb et al., 2002;
Vitt y Pianka, 2005; Colston et al., 2010). A pesar de que estas dos hipótesis son diferentes,
no son necesariamente mutuamente excluyentes, ya que tanto la estructura filogenética
como las interacciones ecológicas pueden actuar conjuntamente para determinar la
estructura de una comunidad (Vitt et al., 2003; França et al., 2008; Colston et al., 2010). A
pesar de toda esta información disponible, se necesitan más estudios sobre la ecología de
las serpientes neotropicales para poner a prueba estas hipótesis.
La influencia filogenética en la estructura de una comunidad puede ser examinada
en cualquiera de los atributos de las especies que la constituyen (Losos, 1996). Sin embargo
en la mayoría de los estudios de este tipo en reptiles, se ha examinado la dieta o
características asociadas a ellas (Vitt y Vangilder, 1983; Cadle y Greene, 1993; Vitt et al.,
2003; Vitt y Pianka, 2005; Colston et al., 2010), la morfología (França et al., 2008) y el uso
del hábitat (Pizzatto et al., 2007a). En relación con los aspectos reproductivos sólo se
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
detalladamente algunos autores como Shine (1985) y Yaron (1985). Por tanto el término
ovoviviparidad ha caído en desuso y el modo reproductivo de los reptiles se diferencia
actualmente en ovíparo y vivíparo.
Existe un acuerdo general en que la viviparidad es una forma derivada de la
condición ovípara ancestral (Shine, 1985). Además se conoce que la viviparidad fue
adquirida varias veces e independientemente en distintos grupos, por lo que no tiene un
origen único en los reptiles. Dos análisis independientes concluyeron que la viviparidad se
ha originado más de 90 veces en los reptiles (Blackburn, 1982, 1985), y a medida que se
sigan modificando las filogenias, se irán redefiniendo nuevos orígenes (Blackburn, 2000).
La viviparidad ha evolucionado más frecuentemente en los escamosos que en todos los
otros vertebrados juntos, y es el modo reproductivo de alrededor el 20% de los escamosos
actuales, representando más de 1500 especies (Blackburn, 2006). Sólo en las serpientes, por
ejemplo, la viviparidad habría evolucionado independientemente unas 35 veces (Shine,
1985; Blackburn, 2000; Pizzato et al., 2007). Sin embargo, en algunos grupos como los
Vipéridos, la raíz filogenética de la viviparidad es evidente (Shine, 1985; Blackburn, 2000).
Para explicar esta transición de la oviparidad a la viviparidad se generaron varias hipótesis
en términos de “costos” y “beneficios” que implican ambos modos reproductivos para las
serpientes (ver Shine, 1985; Blackburn, 2000, 2006 para una revisión). Por ejemplo, la
viviparidad puede incrementar la supervivencia de las crías, ya que los huevos en el útero
están a salvo de temperaturas extremas, humedad, ataque de hongos y de algunos
predadores; no obstante, podría determinar “costos” incrementando la mortalidad de
hembras grávidas que se desplazarían más lentamente, siendo más vulnerables a los más
depredadores (Shine, 1985). Shine (1985) compila y categoriza las hipótesis “ecológicas” o
“adaptativas” pudieron favorecer el desarrollo de la viviparidad según estuvieran basadas
en factores ambientales o en las características de las especie. Entre las basadas en factores
ambientales se cuentan: (1) Climas fríos: una de las hipótesis más aceptadas sobre la
viviparidad en reptiles (Tinkle y Gibbons, 1977). Las hembras, al termoregular, tienen
temperaturas más elevadas que el substrato donde depositarían sus huevos, al retenerlos se
desarrollan a mayores temperaturas (Shine 1985). Esta hipótesis no es relevante para las
serpientes aquí analizadas, debido a que se encuentran en climas subtropicales. (2)
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
adicional, cierto riesgo. Además, en los hábitats acuáticos y arbóreos los sitios adecuados
para oviponer pueden ser escasos, y por tanto, la viviparidad ventajosa. La viviparidad en
serpientes arborícolas fue muy criticada ya que estas necesitan agilidad para desplazarse y
trepar, por lo que el peso de los embriones puede ser poco ventajoso (Shine y Bull, 1979).
(6) Hábitos fosoriales o secretivos: Esta hipótesis se basa en que las hembras de los
reptiles fosoriales o secretivos están menos expuestas a los riesgos de predación debido a
sus hábitos, por lo que la viviparidad no representaría un costo (Fitch, 1970). Esta hipótesis
fue refutada porque: (1) puede ser falso asumir que las especies subterráneas son poco
depredadas, (2) dependen de cuerpos más delgados para desplazarse en cuevas y grietas, (3)
la ventaja térmica de retener los huevos puede verse reducida en especies fosoriales, ya que
la temperatura materna puede llegar a ser muy similar a la del suelo (Huey, 1982; Shine,
1985). (7) Cuidado parental de los huevos: El argumento de esta hipótesis se basa en que
las hembras que cuidan de sus huevos ven reducidas sus oportunidades de alimentarse, y al
retener los huevos éstas podrían seguir alimentándose por un período más prolongado. Sin
embargo la común inanición por parte de hembras grávidas reduce la fuerza de este
argumento (Shine, 1985). (8) Estrategia de termorregulación: Esta hipótesis sostiene que
la viviparidad es más probable que se desarrolle en especies heliotérmicas, o sea que
termorregulen mediante la energía del sol. Estas especies pueden mantener temperaturas
corporales superiores al sustrato en los climas fríos. Sin embargo en las especies
tigmotérmicas, o sea que regulan su temperatura con la del sustrato, las hembras podrían
acelerar el desarrollo de sus huevos siendo ovíparas en vez de vivíparas (Huey, 1982;
Shine, 1985). (9) Frecuencia reproductiva: En las especies vivíparas la energía utilizada
para retener los huevos puede afectar una segunda camada de crías, por lo tanto, la
viviparidad implica una menor frecuencia reproductiva respecto a la oviparidad. Esta
hipótesis sugiere que la viviparidad ha evolucionado en aquellas serpientes que solo
producen una camada por estación (Tinkle y Gibbons, 1977; Shine, 1985). Esta hipótesis
predice que las especies vivíparas deberían mostrar una frecuencia reproductiva más
espaciada que las ovíparas, lo que puede ser testeado en la comunidad de serpientes bajo
estudio.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
A pesar de que existe una amplia bibliografía sobre los diferentes modos
reproductivos de los reptiles, la mayoría de los intentos por entender las diferencias entre
las serpientes vivíparas y ovíparas son prácticamente teóricos. Por ejemplo, en una revisión
de datos publicados y originales, Shine (1983) intentó determinar las condiciones originales
bajo las cuales evolucionó la viviparidad en reptiles. Luego, en un trabajo posterior, este
mismo autor analiza las estrategias reproductivas en serpientes, pero sin establecer
diferencias específicas entre especies vivíparas y ovíparas (Shine, 2003). Si bien es difícil
obtener información directa sobre la significancia adaptativa del modo reproductivo en
serpientes, las comparaciones entre especies ovíparas y vivíparas cercanamente
relacionadas ofrecen una aproximación inicial muy útil (Blackburn, 2000). Es posible
comparar la producción de descendencia de una hembra ovípara con la de una hembra
vivípara bajo una variedad de condiciones ecológicas paralelas para testear la veracidad de
las hipótesis sobre la evolución de la viviparidad (Shine, 1985). Análisis estadísticos de
datos de numerosas especies son una herramienta poderosa para revelar los patrones de
variación en la historia de vida (Blackburn, 2000). Sin embargo, hay pocos trabajos que
comparen las principales características reproductivas entre especies de serpientes ovíparas
y vivíparas (ver por ejemplo Seigel y Fitch, 1985).
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
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Figura 9. Erythrolamphrus
semiaureus
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Objetivo General
Evaluar la incidencia de factores ecológicos y/o filogenéticos en los sistemas reproductivos
ovíparos y vivíparos en las serpientes neotropicales, considerando el significado y ventajas
adaptativas de ambas modalidades reproductivas (oviparidad y viviparidad) y su relación
con aspectos morfológicos y ambientales para comprender su historia natural y ecología.
Objetivos Específicos
• Morfología de las serpientes (tamaño del cuerpo, peso y otras variables morfológicas de
las hembras, grado de dimorfismo sexual).
(3) Evaluar hipótesis sobre factores ecológicos o adaptativos que favorecieron la aparición
de la viviparidad en serpientes (ambientes impredecibles, frecuencia reproductiva).
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Hipótesis
Se trabajaran con algunas de las hipótesis planteadas por Shine (1985). La selección de las
hipótesis se basó en la plausibilidad y aceptación general de las mismas (discutido en la
introducción), así como en la relevancia y posibilidades de testearlas en la comunidad
estudiada. Las siguientes predicciones serán puestas a prueba para contrastar las hipótesis
planteadas.
5. Serpientes que comparten los mismos hábitats deberían tener convergencia en sus
morfología, estrategias reproductivas y alimentarias independientemente de sus relaciones
filogenéticas.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
2. MATERIALES Y MÉTODOS
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 16.1. Área de estudio. A la izquierda se muestra la cuenca del Plata con los tres
grandes ríos colectores: el Paraná, el Uruguay y el Paraguay, y la desembocadura de estos
en el Río de la Plata. A la derecha se muestra en detalle el litoral fluvial argentino,
perteneciente a dicha cuenca.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
2.2 Métodos
2.2.1 Especímenes
Los datos morfológicos, de dieta y reproductivos se obtuvieron analizando 1628
ejemplares de las especies de serpientes estudiadas, obtenidos principalmente de
especímenes colectados por nuestro grupo de trabajo en muestreos propios (ejemplares de
referencia en el Instituto Nacional de Limnología), y adicionalmente se utilizó material de
colecciones herpetológicas nacionales: MACN: Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia", Buenos Aires, Argentina. CENAI: Centro Nacional de
Investigaciones Iológicas, actualmente depositada en el MACN. CFA: Colección Félix de
Azara, actualmente depositada en la colección MACN. MFA: Museo provincial de
Ciencias Naturales "Florentino Ameghino", Santa Fe, Argentina. MLP: Colección del
Museo de la Plata, Buenos Aires, Argentina. UNNEC: Universidad Nacional del Nordeste,
Corrientes, Argentina.
Los registros propios fueron obtenidos por nuestro grupo de trabajo desde 1991 al presente
en más de 400 campañas que cubrieron toda el área de estudio (ver Giraudo, 2001;
Arzamendia y Giraudo, 2002, 2004, 2009, 2012; Giraudo y Arzamendia 2004; Giraudo et
al., 2007). Entre los años 2009 y 2013 participé y realicé campañas para familiarizarme con
los hábitos de las serpientes en la naturaleza (ver por ejemplo Bellini et al., 2013). Durante
las salidas se utilizaron dos métodos de muestreos (Campbell y Cristman, 1982): 1)
Búsqueda por rutas y caminos, con un vehículo a velocidades bajas y constantes (40-50
km/h); y 2) búsqueda activa de ejemplares a pie, o embarcaciones por los diferentes hábitats
y horas del día, donde se registraron los ejemplares activos y se revisaron posibles refugios de
las serpientes (Di Bernardo, 1998). Este método es denominado también Inventario Completo
de Especies (Scott, 1994). Siempre que fue posible, se capturaron los especímenes para
tomarles medidas morfométricas y obtener algunos ítems presas mediante regurgitación
inducida. Adicionalmente fueron georeferenciados usando un GPS Garmin eTrex Legend,
describiéndose el hábitat, fecha y horario de actividad cada vez que fue posible. Los
ejemplares fueron fijados siguiendo las técnicas propuestas por Scrocchi y Kretzschmar
(1996), y conservados para su posterior análisis.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
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Testículos
Tubulos
enrrollados
Huevos
Figura 17.1. Testículos y túbulos deferentes Figura 17.2. Huevos oviductales de H. gigas
de H. gigas
Vitelo
Crías
Figura 17.3. Cría no parida de Figura 17.4. Crías con resto de vitelo dentro
Thamnodynastes chaquensis de una hembra de T. chaquensis
Folículos
vitelogénicos
Presa
Estómago
Útero
Grasa
hembras son el sexo más largo, y negativo si son los machos los más largos. La frecuencia
reproductiva fue estimada mediante el porcentaje de hembras maduras reproductivamente
activas en la muestra (con folículos vitelogénicos o huevos). Se contó la cantidad de huevos
(oviductales y puestos) y crías por hembra para estimar la fecundidad (Pizzatto, 2005). Se
estimó el potencial reproductivo, el cuál muestra el número potencial de neonatos por
hembra por año, como sigue: (fecundidad media) × (frecuencia reproductiva) (Bellini et al.,
en prensa). Para determinar la relación entre el tamaño del cuerpo (LHC, ancho y alto del
cuerpo) y la fecundidad se realizó un análisis de correlación, usando el coeficiente de
correlación de Spearman. Para estudiar los ciclos reproductivos masculinos se comparó la
variación testicular entre estaciones, usando el LHC como covariable mediante un
ANCOVA.
Dieta: La importancia relativa de las dimensiones del recurso alimenticio se determinó
mediante la comparación de solapamientos de nicho entre las especies, siguiendo a Pianka
(1973), y utilizando el programa EcoSim 7,0 (Gotelli y Entsminger, 2001). Se utilizaron las
siguientes opciones de EcoSim: índice de solapamiento de nicho de Pianka, algoritmo de
asignación al azar tres (RA3), y 1000 randomizaciones de la matriz original. El algoritmo
RA3 retiene la categoría de presa en la matriz original, pero aleatoriza cuales particulares
estados de recurso se utilizan (Winemiller y Pianka, 1990). Se utilizó este algoritmo porque
se desea mantener la cantidad de especialización para cada especie, pero permitirle a su vez
el uso potencial de otro estado del recurso (Gotelli y Entsminger, 2001). El índice de
solapamiento de nicho de Pianka (1973) varía entre 0 (sin superposición) y 1
(superposición total). La superposición de nicho en la dieta fue evaluada, cuando fue
posible, a dos niveles: grupos superiores (peces, anfibios, reptiles y mamíferos) y familias
taxonómicas. Las dimensiones que tienen una menor superposición identifican las
dimensiones que pueden ser clave en la divergencia fenotípica entre especies y, por lo
tanto, en la diversificación ecológica.
Influencia filogenética: Para detectar si existe influencia filogenética en la dieta,
reproducción y morfología, se utilizaron dos técnicas de ordenación. Primero se realizó un
análisis indirecto u ordenamiento no canónico y luego un análisis directo mediante el Análisis
de Ordenamiento Filogenético Canónico (CPO por sus iniciales en inglés) (Giannini, 2003).
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Estos dos enfoques son complementarios y se deberían utilizarse ambos para una mejor
comprensión de la estructura del ensamble (Lepš y Šmilauer, 1999). Mediante el cálculo de
la ordenación no canónica primero, uno se asegura de no perder la mayor parte de la
variabilidad en la composición de las especies, pero podría perderse parte de la variabilidad
que se relaciona con la historia filogenética. Mediante el cálculo de la ordenación canónica,
uno se asegura de no perder la mayor parte de la variabilidad explicada por la filogenia, pero
podría perderse la mayor parte de la variabilidad que no está relacionada con esta (Lepš y
Šmilauer, 1999).
Se realizó un ordenamiento no canónico mediante un Análisis de Componentes
Principales (PCA) de las variables morfológicas, de dieta y reproducción (Tabla 1), mediante
el programa Infostat 5.1 (Di Rienzo, 2005). Previamente las variables fueron
estandarizadas.
El CPO es una modificación del Análisis de Correspondencia Canónico (CCA) (Ter
Braak, 1986), y es un método de ordenación restringida que promueve la ordenación de un
conjunto de variables de tal forma que su asociación con un segundo conjunto de variables
sea maximizada. La significancia de la asociación se prueba a través de la asignación al azar
de uno o ambos de los conjuntos de datos. En los análisis de CPO realizados, una de las
matrices (Y) contiene los datos ecológicos de las 15 especies de serpientes que componen el
ensamble, mientras que la segunda matriz (X) consiste en una matriz del árbol filogenético
que contiene todos los clados del ensamble, cada uno codificado por separado como una
variable binaria. Se utilizó el Programa CANOCO 4.5 para Windows (Ter Braak y
Smilauer, 1998) para realizar los análisis de CPO. Se analizaron tres matrices de datos
ecológicos (Y): una de morfología (Tabla 2.1), una de dieta (Tabla 2.2) y otra de
reproducción (Tabla 2.3). Los datos de la matriz de dieta se codificaron en frecuencias de
presas consumidas. Los datos de la matriz morfológica, que en general poseen dimorfismo
sexual, se obtuvieron mediante un promedio hecho entre machos y hembras adultos para cada
variable, salvo para el número de ventrales y subcaudales en que no se distinguió entre
juveniles y adultos, ya que estas variables no varían con la edad. La matriz de reproducción
fue confeccionada solo con datos reproductivos de hembras adultas. Además se realizó un
análisis de CPO con covariable, utilizando la matriz filogenética (X), la matriz de datos
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
reproductivos (Y) y como covariable (E) una matriz de uso de hábitat (Tabla 2.4). La matriz
de uso de hábitat fue confeccionada con datos de observaciones propias y bibliografía (Cadle
y Greene, 1993; Giraudo, 2001; Giraudo et al., 2007; Arzamendia y Giraudo, 2009). La
matriz filogenética (X) combina las filogenias propuestas por: Castoe et al. (2007), Fenwick
et al. (2009), Zaher et al. (2009), Carrasco et al. (2012) y Grazziotin et al. (2012) (Tabla 3).
Para las Botrhrops consideré como tribu lo que Carrasco et al. (2012) considera como grupo
Alternatus y grupo Neuwiedi. Estos análisis consistieron, por tanto, en encontrar el
subconjunto de grupos (columnas de X) que mejor explican la variación en Y, mediante un
Análisis de Correspondencia Canónico (CCA), que es la técnica adecuada cuando los datos
son frecuencias con muchos ceros (Giannini, 2003). Se utilizaron los siguientes parámetros:
escala simétrica, escala biplot, selección automática, 9999 permutaciones, y permutaciones
irrestrictas.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 1. Matriz básica de datos donde se presentan las variables codificadas utilizadas en el PCA. Referencias: Morfología: N°
de escamas ventrales (Ven), N° de escamas subcaudales (Sub), Largo hocico – cloaca (LHC), Largo de la cola (LC), Peso (P);
Dieta: Peces (Pe), Huevos de peces (Hp), Anfibios (An), Reptiles (R), Aves (Av), Huevos de aves (Ha), Mamíferos (M);
Reproducción: Anual (A), Bianual (B), Ovípara (O), Vivípara (V).
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 2.1. Matriz de morfología para el Análisis de ordenamiento filogenético canónico. Referencias: Largo Hocico-Cloaca
(LHC); Largo de la cola (LC); Largo de la cabeza total (LCT); estas tres variables fueron medidas en mm.
34
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Huevos de Huevos de
Especies / Variable Peces Anfibios Reptiles Aves Mamíferos
pez ave
Bothrops alternatus 0 0 0,3 0 0 0 0,97
Bothrops diporus 0 0 0,29 0,21 0 0 0,5
Paraphimophis rustica 0 0 0 0,5 0 0 0,5
Erythrolamprus semiaureus 0,58 0 0,42 0 0 0 0
Helicops infrataeniatus 0,69 0 0,31 0 0 0 0
Helicops leopardinus 0,62 0 0,38 0 0 0 0
Hydrodynastes gigas 0,15 0,01 0,43 0,23 0,03 0 0,15
Leptophis ahaetulla 0 0 0,9 0 0,05 0,05 0
Micrurus altirostris 0 0 0 1 0 0 0
Philodryas patagoniensis 0 0 0,18 0,64 0,05 0 0,13
Thamnodynastes chaquensis 0 0 1 0 0 0 0
Thamnodynasteshypoconia 0 0 0,97 0,03 0 0 0
Thamnodynastes strigatus 0,21 0 0,7 0,02 0 0 0,07
Xenodon dorbingyi 0 0 0,92 0,08 0 0 0
Xenodon merremii 0 0 1 0 0 0 0
35
Ecología de las serpientes del litoral argentino
36
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 2.4. Matriz de uso de hábitat para el Análisis de ordenamiento filogenético canónico.
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Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 3. Matriz filogenética para el Análisis de ordenamiento filogenético canónico. Las especies son: Bothrops alternatus (B
alt), B. diporus (B dip), Paraphimophis rustica (P rus), Erythrolamprus semiaureus (E sem), Helicops infrataeniatus (H inf), H.
leopardinus (H leo), Hydrodynastes gigas (H gig), Leptophis ahaetulla (L aha), Micrurus altirostris (M alt), Philodryas
patagoniensis (P pat), Thamnodynastes chaquensis (T cha), T. hypoconia (T hyp), T. strigatus (T str), Xenodon dorbingyi (X
dor), X. merremii (X mer).
Thamnodynastes
Erythrolamprus
Hydrodynastini
Paraphimophis
Hydrodynastes
Philodryadini
Xenodontinae
Tachymenini
Pseudoboini
Xenodontini
Dipsadidae
Calliophini
Colubrinae
Colubridae
Hydropsini
Philodryas
Crotalinae
Alternatus
Leptophis
Viperidae
Colubrini
Neuwiedi
Micrurus
Bothrops
Elapinae
Elapidae
Xenodon
Helicops
Serpente
Lagarto
B alt 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0
B dip 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0
P rus 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
E sem 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
H inf 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
H leo 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
H gig 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
L aha 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 1 0
M alt 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 1 0
P pat 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
T cha 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
T hyp 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
T str 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
X dor 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
X mer 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 1 0
38
Ecología de las serpientes del litoral argentino
3. RESULTADOS
3.1 Morfología
La variación de los caracteres morfológicos de los adultos de cada especie se muestra en la
Tabla 4.
Serpientes vivíparas
Bothrops
Se analizaron 139 ejemplares de Bothrops alternatus y 45 de B. diporus. Las hembras de B.
diporus tuvieron más escamas ventrales y subcaudales que las de B. alternatus. Entre los
machos de ambas especies no hubo diferencias significativas en la cantidad de escamas
subcaudales, pero sí en las ventrales, siendo B. diporus la especie con más escamas (Tabla
4). Los juveniles de ambas especies, tanto machos como hembras, no mostraron diferencias
significativas en el largo de la cola y el peso; sin embargo tanto los machos (F = 8.68; P =
0.016) como las hembras (F = 5.50; P = 0.03) juveniles de B. alternatus tuvieron la cabeza
más larga. En cuanto al largo corporal (LHC), las hembras de ambas especies no mostraron
diferencias significativas entre sí; a diferencia de los machos, entre los cuales los juveniles
de B. alternatus fueron los más largos (H = 13.87; P = 0.002). Cuando comparamos entre
los adultos, las hembras de B. alternatus fueron más largas (LHC) y tuvieron cabezas más
largas, pero en el peso no hubo diferencias significativas. Los machos de B. alternatus
fueron más largos y de cabeza más larga, sin embargo para el peso y largo de la cola no
existieron diferencias con los de B. diporus (Tabla 5).
Helicops
Se analizaron 207 ejemplares de Helicops leopardinus y 119 H. infrataeniatus. Los machos
de H. infrataeniatus tuvieron más escamas ventrales y subcaudales que los de H.
leopardinus, también las hembras de H. infrataeniatus tuvieron más ventrales, pero en las
subcaudales no hubo diferencias significativas entre las hembras de ambas especies. Entre
los juveniles, tanto los machos como las hembras de H. leopardinus tuvieron cuerpos
39
Ecología de las serpientes del litoral argentino
(LHC) más largos que sus congéneres de H. infrataeniatus. Para el largo de la cola fueron
las hembras de H. leopardinus y los machos de H. infrataeniatus los de colas más largas
(Tabla 4). Entre las hembras adultas de ambas especies no hubo diferencias significativas
en el peso y largo de la cola, cuerpo y cabeza. Entre los machos adultos la única de estas
variables que mostró diferencias fue el largo del cuerpo (LHC), siendo los de H.
infrataeniatus los más largos (F = 5,04; P = 0,02).
Thamnodynastes
Se analizaron 88 ejemplares de T. chaquensis, 154 de T. hypoconia y 58 de T. strigatus.
Entre los juveniles, los machos de T. strigatus tuvieron colas y cuerpos (LHC) más largos;
mientras que las hembras de T. hypoconia tuvieron colas más largas, y las de T. strigatus
más largo el cuerpo (LHC). Los resultados para los adultos están resumidos en la Tabla 4,
mostrando que T. strigatus es la especie más larga (en LHC y largo de la cabeza) además de
la más pesada (Tabla 6). Thamnodynastes chaquensis fue más pesada y de cabeza más larga
que T. hypoconia, pero ambas son similares en LHC. Thamnodynastes hypoconia tuvo la
cola más larga, seguida por T. strigatus, mientras que T. chaquensis fue la que tuvo cola
más corta de todas (Tabla 6).
Serpientes ovíparas
Paraphimophis rustica
Fueron analizados 34 individuos de Paraphimophis rustica, de ellos 18 fueron machos
maduros (53%), 10 hembras maduras (29%) y 6 hembras juveniles (18%). El rango de LHC
de las hembras juveniles fue de 451 mm a 542 mm (media= 489 mm), y el rango de LC fue
de 63 mm a 89 mm (media= 76 mm) (Tabla 4).
Erythrolamprus semiaureus
Se analizaron 144 especímenes de Erythrolamprus semiaureus, de los cuales 39 fueron
machos adultos (27%), 56 hembras maduras (39%), 13 machos juveniles (9%) y 36
hembras juveniles (25%). En los juveniles el rango de LHC fue de 170 mm a 378 mm en
machos (media= 277 mm) y de 187 mm a 533 mm en hembras (media= 316 mm), y el
40
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Hydrodynastes gigas
Fueron analizados 148 individuos de Hydrodynastes gigas, de ellos 50 fueron machos
maduros (34%), 60 hembras maduras (40%), 20 machos juveniles (14%) y 18 hembras
juveniles (12%). En los juveniles el rango de LHC fue de 165 mm a 800 mm en machos
(media= 467 mm) y de 106 mm a 959 mm en hembras (media= 426 mm), y el rango de LC
fue de 33 mm a 230 mm en machos (media= 129 mm) y de 43 mm a 240 mm en hembras
(media= 116 mm) (Tabla 4).
Leptophis ahaetulla
Se revisaron 97 individuos de Leptophis ahaetulla, de ellos 44 fueron machos maduros
(47%), 33 hembras maduras (35%), 8 machos juveniles (8,5%) y 9 hembras juveniles
(9,5%). En los juveniles el rango de LHC fue de 290 mm a 491 mm en machos (media=
376,62 mm) y de 275 mm a 555 mm en hembras (media= 408,11 mm), y el rango de LC
fue de 215 mm a 470 mm en machos (media= 322,12 mm) y de 259 mm a 480 mm en
hembras (media= 369,12 mm) (Tabla 4).
Micrurus altirostris
Fueron analizados 49 individuos de Micrurus altirostris, de ellos 37 fueron machos
maduros (76%), 4 hembras maduras (8%), 3 machos juveniles (6%) y 5 hembras juveniles
(10%). En los juveniles el rango de LHC fue de 230 mm a 351 mm en machos (media= 280
mm) y de 278 mm a 499 mm en hembras (media= 373,6 mm), y el rango de LC fue de 15
mm a 16 mm en machos (media= 15 mm) y de 17 mm a 31 mm en hembras (media= 26,8
mm) (Tabla 4).
Philodryas patagoniensis
Se revisaron 209 individuos de Philodryas patagoniensis, de ellos 60 fueron machos
maduros (29%), 84 hembras maduras (40%), 21 machos juveniles (10%) y 44 hembras
juveniles (21%). En los juveniles el rango de LHC fue de 175 mm a 404 mm en machos
41
Ecología de las serpientes del litoral argentino
(media= 288,14 mm) y de 175 mm a 634 mm en hembras (media= 424,88 mm), y el rango
de LC fue de 80 mm a 166 mm en machos (media= 124,33 mm) y de 52 mm a 248 mm en
hembras (media= 146,71 mm) (Tabla 4).
Xenodon
Se analizaron 72 ejemplares de X. dorbingyi y 64 de X. merremii. La cantidad de juveniles
de ambas especies fue muy baja para análisis comparativos. Los resultados para los adultos
están resumidos en las Tablas 4 y 7, mostrando que las ventrales en los machos y las
subcaudales, el largo de la cola y el peso en las hembras no mostraron diferencias entre
especies. Además, siempre que hubo diferencias significativas entre X. dorbingyi y X.
merremii fueron estas últimas las con mayores valores.
42
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 4. Caracteres morfológicos de las especies estudiadas. Todas las medidas están en mm. Abreviaturas: M= machos, H= hembras,
VEN= ventrales, SUB= subcaudales, LHC= largo hocico-cloaca, LC= lago cola, P= peso, LCA= largo de la cabeza, N = tamaño
muestral, X= media muestral, DE= desvió estándar.
B. alternatus B. diporus P. rustica H. infrataeniatus H. leopardinus
M H M H M H M H M H
N 61 64 20 21 16 13 44 65 93 95
X 171,36 176,86 175,95 181,14 204,25 220,1 117,84 120,6 117 119
VEN DE 4,15 4,09 4,87 4,97 5,81 2,86 3,53 3,6 6,86 6,47
Rango 163-183 168-191 163-182 171-191 200-211 207-232 113-123 112-134 109-168 110-170
Estadístico *** t = 7,46 *** t = 3,38 *** t = 9,46 *** t=4.57 *** t = 2,54
N 55 54 16 18 18 13 46 63 85 80
X 48,33 40,78 47,630 44,5 61,11 50 76,21 61,31 71 60
SUB DE 3,63 3,02 3,65 2,79 3,42 2,89 8,93 4,9 5,49 5,56
Rango 37-57 28-46 42-54 39-49 55-65 44-54 63-84 51 - 77 53 - 78 40 - 77
Estadístico *** H =66 *** t = -2,83 *** t = -10,55 *** H=65,48 *** t = -12,44
N 58 44 13,00 15 18 10 10.00 21 71 51
X 722,69 982,43 610,46 736,93 772,88 899,5 379,9 518,28 335 510
LHC DE 142,3 154,03 65,43 149,29 210,34 110,47 35,1 97,34 60,08 93,88
Rango 518-985 755-1360 516-751 509-1020 561-983 554-1211 334-454 367 - 725 208 - 480 368 - 755
Estadístico *** H = 23,01 *** t = 2,97 SDS *** t=5,52 *** t = 11,65
N 53 39 12 13 17 8 10 20 68 42
X 116,45 110,85 97,42 105,69 173,41 133,37 172,2 164,6 171 144
LC DE 15,32 16,39 14,76 19,01 25,08 30,56 27,30 36,29 30,66 31,59
Rango 85-150 74-150 62-124 73-137 112-217 103-170 132-220 70 - 219 79 - 210 112 - 251
Estadístico *** F = 131,83 SDS *** F = 54,83 *** F=12,88 *** F = 13,3
N 49 28 12 7 17 9 8 18 52 42
X 250,43 695,5 120 355,57 203,61 290,11 46,37 146,55 37,18 144,96
P DE 107,68 352,43 47,94 142,43 165,93 110,03 11,26 106,8 20,02 76,11
Rango 73-573 271-1551 45-224 161-527 26,5-372 56-538 31-63 36 - 349 9 - 101 13-373
Estadístico *** F = 22,68 *** F = 3,03 SDS SDS *** F = 4,01
N 46 35 13 14 18 8 9 20 59 46
X 36,08 48,9 29,11 36,95 25,06 26,53 20,66 29,34 20,6 29,76
LCA DE 4,33 8,25 3,02 5,99 4,62 2,79 1,53 5,22 2,71 4,79
Rango 24,05-46,3 25,5-67,9 22,4-34,2 29,4-46,9 18,85-30,2 18,5-31,55 19,12-23,.9 15,04 – 36,75 15,85 – 26,5 19,5 - 39
Estadístico *** F = 15,40 *** F = 6,27 SDS *** F=4,61 *** F = 20,4
43
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 4 (continuación).
H. gigas L. ahaetulla E. semiaureus M. altirostris P. patagoniensis
M H M H M H M H M H
N 69 77 50 37 44 90 52 12 78 118
X 156 162,55 158,3 164,72 178,68 179,8 211 215,8 175,59 185,47
VEN DE 5,97 4,40 3,61 3,89 3,86 324 6,7 4,76 3,48 4,84
Rango 133-175 143-174 150 - 166 154 - 175 168-188 122-187 192-213 208-216 162-186 168-186
Estadístico *** H = 67,48 *** t = 8,58 SDS *** t= 3,01 *** H = 110,44
N 65 68 41 33 37 79 53 12 66 88
X 72,62 63,78 131 129,93 57,24 58,06 20,11 19,91 106,85 9395
SUB DE 4,34 4,38 11,88 10,60 2,35 3,13 3,39 2,39 6,32 6.36
Rango 61-80 47-70 98 - 150 102 - 146 53-62 46-65 15-24 15-24 70-110 86-121
Estadístico *** H = 57,9 SDS SDS SDS *** t = -12,48
N 48 58 42 27 39 56 49 5 61 87
X 1307,15 1436,15 773,85 675,07 534,72 790,11 608,5 634,2 671,72 883,43
LHC DE 338,58 302,87 215,55 96,18 122,78 139,64 11,12 2,39 116,78 133,77
Rango 853-2752 925-2360 528 - 1852 560 - 977 315-758 547-1147 350-1150 570-664 411-960 635-1315
Estadístico *** H = 5,51 SDS *** t = 9,21 SDS *** t = 9,98
N 43 48 33 23 31 43 40 5 49 56
X 429,26 357,73 400,84 362,3 124,19 152,74 38,6 41,2 316 268
LC DE 79,67 67,46 51,41 52,40 81,36 29,91 200,51 8,52 48,31 31,57
Rango 255-565 194-510 304 - 506 315 - 501 69-150 113-220 16-63 32-54 207-342 173-380
Estadístico *** F = 27,14 SDS SDS SDS *** F =49,18
N 35 38 37 19 39 49 36 5 35 32
X 1924,31 2040,36 92,52 74,47 83,53 195,57 68,22 63 129,33 173,13
P DE 732,93 869,39 46,69 39,37 51,26 86,51 52,88 26,43 132,56 154,81
Rango 551-3221 512-4548 22 - 260 35-140 37-156 99-411 9-230 47-83 100-552 23-274
Estadístico SDS SDS SDS SDS SDS
N 57 43 42 24 38 55 38 4 53 68
X 54,58 52,31 26,32 25,86 21,1 29,17 17,99 18,29 25,2 28,35
LCA DE 6,94 7,30 4,88 4,53 3,69 4,89 4,32 3,07 7,43 6,63
Rango 31,45-65 39,17-75,2 19,15 - 38,4 20,3 - 38 14,45-27,2 11,45-36,45 9,6-26,6 16,9-19,65 21,55-35,10 17,96-26,75
Estadístico SDS SDS SDS SDS *** F = 6,37
44
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 4 (continuación).
45
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 5. Comparaciones de variables morfológicas entre Bothrops alternatus y B. diporus.
Machos (M), Hembras (H), Escamas ventrales (VEN), Escamas subcaudales (SUB), Largo
hocico- cloaca (LHC), Largo de la cola (LC), Peso (P), Largo de la cabeza (LCA), P < 0.05
(***). Letras diferentes indican diferencias significativas, siendo A<B (P<= 0.05).
46
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 7. Comparaciones de variables morfológicas entre Xenodon dorbingyi y X. merremii.
Machos (M), Hembras (H), Escamas ventrales (VEN), Escamas subcaudales (SUB), Largo
hocico- cloaca (LHC), Largo de la cola (LC), Peso (P), Largo de la cabeza (LCA), P < 0.05
(***). Letras diferentes indican diferencias significativas, siendo A<B (P<= 0.05).
47
Ecología de las serpientes del litoral argentino
3.2 Madurez y dimorfismo sexual
Los resultados de las variables dimórficas para los machos y hembras adultas de
cada especie se muestran en la Tabla 4.
Serpientes vivíparas
Bothrops
Las hembras de B. alternatus adquirieron la madurez sexual (LHC = 755 mm) a mayor
largo del cuerpo que los machos (LHC = 518 mm). Sin embargo entre las hembras y
machos de B. diporus no existió diferencia significativamente estadística en el largo
corporal en que adquirieron la madurez sexual, siendo incluso los machos (LHC = 516)
algo más largos que las hembras (LHC = 509). En los adultos de ambas especies, las
hembras tuvieron más ventrales, cabezas más largas y fueron más pesadas y largas (LHC),
y los machos tuvieron más subcaudales (Tabla 4). La única variable que no fue dimórfica
en B. diporus fue el largo de la cola, pero sí lo fue para B. alternatus, siendo los machos los
de colas más largas (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de B. alternatus fue SSD =
0,36 y el de B. diporus fue SSD = 0,20 probando que las hembras son más largas (LHC)
que los machos en ambas especies.
Helicops
Las hembras adquirieron la madurez sexual (H. infrataeniatus LHC = 367 mm, H.
leopardinus LHC = 368 mm) a mayor largo del cuerpo que los machos (H. infrataeniatus
LHC = 334 mm, H. leopardinus LHC = 208 mm). Ambas especies presentaron un mismo
patrón de dimorfismo sexual entre los individuos adultos. Las hembras tienen más
ventrales, son más largas (LHC) y tienen cabezas más grandes; los machos tienen más
subcaudales y colas más largas, con diferencias significativas en todos los casos. Sin
embargo, no hay dimorfismo en el peso de H. infrataeniatus, mientras que sí lo hay en H.
leopardinus, siendo las hembras las más pesadas (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual
de los adultos de H. infrataeniatus fue SSD = 0,36 y el de H. leopardinus fue SSD = 0,52
probando que las hembras son más largas (LHC) que los machos en ambas especies.
48
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Thamnodynastes
En este género las hembras adquirieron la madurez sexual (T. chaquensis LHC = 325 mm;
T. hypoconia LHC = 358 mm; T. strigatus LHC = 403 mm) a mayores tamaños corporales
que los machos (T. chaquensis LHC = 315 mm; T. hypoconia LHC = 256 mm; T. strigatus
LHC = 341 mm). Las tres especies de Thamnodynastes presentaron el mismo patrón para la
mayoría de las variables dimórficas. Los machos tuvieron más escamas ventrales y
subcaudales que sus respectivas hembras con-específicas (Tabla 4). En los individuos
maduros no hubo diferencias significativas en el largo corporal (LHC), sin embargo los
machos mostraron las colas más largas, mientras que las hembras fueron las más pesadas.
Las hembras de T. chaquensis y T. hypoconia tuvieron cabezas más largas que los machos,
pero en T. strigatus no hubo diferencia significativa entre los sexos (Tabla 4). El índice de
dimorfismo sexual para los adultos de T. chaquensis fue SSD = 0,0002; para T. hypoconia
fue SSD = -0,0035; y para T. strigatus fue SSD = 0,082; mostrando que no existen
diferencias en el largo del cuerpo (LHC) en ninguna de estas especies, es decir no existe
dimorfismo sexual para este rasgo.
Serpientes ovíparas
Paraphimophis rustica
Los machos y hembras adquirieron la madurez sexual a similares tamaños corporales,
siendo los machos (LHC = 561 mm) apenas más largos que las hembras (LHC = 554 mm),
pero sin diferencias estadísticamente significativas. El dimorfismo sexual se evidenció solo
en tres variables, para las que los machos fueron superiores en número de subcaudales y
largo de cola, mientras que las hembras solo en el número de ventrales. Para el resto de las
variables (peso, largo corporal y de la cabeza) no existieron diferencias significativas entre
los sexos (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de los adultos fue SSD = 0,16
mostrando que la diferencia en el largo corporal entre los sexos es a favor de las hembras
(aunque en muy baja medida).
Erythrolamprus semiaureus
Las hembras Erythrolamprus semiaureus adquirieron la madurez sexual (LHC = 547 mm)
con mayor longitud corporal que los machos (LHC = 315 mm). El dimorfismo sexual es
49
Ecología de las serpientes del litoral argentino
solo evidente en el largo corporal, siendo las hembras las más largas. Todas las otras
variables (ventrales, subcaudales, peso, largo de la cola y la cabeza) no mostraron
diferencias significativas entre los sexos (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de los
adultos fue SSD = 0,47 probando que las hembras son más largas (LHC) que los machos.
Hydrodynastes gigas
Las hembras de H. gigas adquirieron la madurez sexual (LHC = 925 mm) con mayor
longitud corporal que los machos (LHC = 853 mm). Las hembras fueron más largas (LHC)
y con mayor número de ventrales que los machos, sin embargo los machos mostraron colas
más largas y más subcaudales (Tabla 4). En contraste, la longitud de la cabeza y el peso no
mostraron diferencias significativas entre sexos. El índice de dimorfismo sexual de los
adultos fue SSD = 0,099 mostrando que las hembras son más largas (LHC) que los machos.
Leptophis ahaetulla
Los machos y hembras de Leptophis ahaetulla adquirieron la madurez sexual a similares
tamaños corporales, siendo las hembras (LHC = 560 mm) apenas más largas que los
machos (LHC = 528 mm). Solo dos variables fueron dimórficas en los adultos, siendo las
hembras las con mayor número de escamas ventrales y las de cabezas más largas. Para el
resto de las variables (subcaudales, largo corporal, largo de la cola y peso) no se encontró
dimorfismo sexual (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de los adultos fue SSD = -
0,05 mostrando que la diferencia en el largo corporal es prácticamente inexistente.
Micrurus altirostris
Las hembras de Micrurus altirostris adquirieron la madurez sexual (LHC = 570 mm) con
mayor longitud corporal que los machos (LHC = 354 mm). El dimorfismo sexual en esta
especie solo es en el número de ventrales, siendo las hembras las con mayor cantidad. Para
el resto de las variables no se registraron diferencias significativas, aunque puede deberse al
bajo número de hembras registradas (Tabla 4).
Philodryas patagoniensis
Las hembras adquirieron la madurez sexual (LHC = 635 mm) con mayor longitud corporal
que los machos (LHC = 411 mm). El dimorfismo sexual es evidente en la morfología y
50
Ecología de las serpientes del litoral argentino
lepidosis de machos y hembras, salvo en el peso, variable en la que no existió diferencia
significativa. Las hembras tuvieron mayor número de ventrales, cabezas más largas y
cuerpos más largos (LHC) que los machos, sin embargo estos mostraron colas más largas y
más subcaudales (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de los adultos fue SSD = 0,31
probando que las hembras son más largas (LHC) que los machos.
Xenodon
Las hembras adquirieron la madurez sexual (X. dorbingyi LHC = 273 mm; X. merremii
LHC = 503 mm) a mayores tamaños corporales que los machos (X. dorbingyi LHC = 221
mm; X. merremii LHC = 276 mm). Los machos de ambas especies tuvieron más escamas
ventrales y colas más largas que las hembras, y éstas a su vez tuvieron más ventrales y
fueron más largas. Las hembras de Xenodon merremii fueron además más pesadas y
tuvieron cabezas más largas que sus machos, pero en X. dorbingyi estas dos variables no
fueron dimórficas (Tabla 4). El índice de dimorfismo sexual de los adultos de X. dorbingyi
fue SSD = 0,125 y el de X. merremii fue SSD = 0,29 probando que las hembras son más
largas (LHC) que los machos en ambas especies.
3.3 Reproducción
En la figura 26 se muestra un esquema de los ciclos reproductivos de las hembras de
las especies estudiadas.
Serpientes vivíparas
Bothrops
El ciclo reproductivo de las hembras de ambas especies fue estacional. En B. alternatus la
vitelogénesis comienza en marzo y se desarrolla durante el invierno y parte de la primavera
(10 – 26 mm), y desde septiembre se registraron huevos oviductales (33 mm). En
noviembre se registró una hembra con 21 embriones desarrollados y en febrero otra con 11.
Los nacimientos (n = 28) comenzaron en febrero (n = 8), alcanzando mayor frecuencia en
marzo (n = 18), y se extendieron hasta abril (n = 2) (Fig. 19.1). Su fecundidad fue alta, con
un tamaño de camada que osciló entre 3 y 37 crías (media = 18,7; DS = 8,1; n = 28); sin
embargo su potencial reproductivo fue bajo, ya que arrojo un resultado de 4,93 crías por
51
Ecología de las serpientes del litoral argentino
hembra por año. Su frecuencia reproductiva (0,29) fue inferior al 50%, por lo que su ciclo
se considera bianual a multianual. Se observaron cópulas en cautiverio en los meses de
mayo y julio. La relación entre el número de crías y el largo corporal de las hembras de B.
alternatus no fue significativa (ρ = 0,25; P =0,48). Además se encontraron hembras
grávidas que se habían alimentado, por ejemplo una con 32 huevos que se comió un roedor.
En B. diporus se encontraron 8 hembras con folículos vitelogénicos desde junio a
septiembre, la única hembra con 11 embriones fue registrada en enero. Los nacimientos
ocurrieron también entre febrero (n = 2) y marzo (n = 6), y el número de crías vivas varió
entre 2 y 18 (media = 9; DS = 6,6; n = 7). La parición de 2 crías incluyó 11 huevos
adicionales no embrionados y otro ejemplar tuvo 39 huevos no embrionados más un huevo
embrionado con desarrollo incompleto. Los machos de ambas especies no mostraron
diferencias significativas en el volumen testicular a lo largo de las estaciones. Además B.
alternatus tubo túbulos deferentes enrollados todo el año (Fig. 19.2), mientras que B.
diporus en primavera, verano y otoño, sin datos para el invierno. Por tanto el ciclo
masculino de las Bothrops se considera continuo.
Figura 19.1. Ciclo reproductivo de Bothrops alternatus en el litoral fluvial argentino.
Referencias: Folículos no vitelogénicos (FNV): círculos verdes, Folículos vitelogénicos
(FV): círculos celestes, Huevos (H): círculos violetas, Nacimientos (N).
40
35
N8 N18 N2
30
25
Tamaño (mm)
20
15
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
FNV H FV
52
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 19.2. Ciclo reproductivo de los machos de B. alternatus en el litoral fluvial
argentino. Referencias: Volumen testicular: círculos, Túbulos enrollados: cuadrados;
Túbulos lisos: triángulos.
900
800
Volumen testicular (mm3)
700
600
500
400
300
200
100
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
Helicops
Los ciclos reproductivos de las hembras fueron estacionales con folículos vitelogénicos
desde marzo, embriones desde noviembre, y nacimientos entre enero-abril. El tamaño de
camada vario entre 7 y 26 crías en H. infrataeniatus (media = 16,5; n = 11), y entre 8 y 23
en H. leopardinus (media = 15; n = 8). La relación entre el número de crías y el largo
corporal de las hembra no fue significativa para ninguna de las dos especies (H.
infrataeniatus: ρ = 0,61; P =0,07; H. leopardinus: ρ = 0,71; P =0,08). La frecuencia
reproductiva de H. leopardinus fue igual al 50% de hembras reproductivas a lo largo de un
ciclo, por lo que su frecuencia es bianual a multianual; su potencial reproductivo es de 7,5
crías por hembra por año. Para esta especie se encontraron hembras grávidas que se habían
alimentado, por ejemplo una con 15 huevos que había ingerido un pez. El ciclo de los
machos de H. leopardinus fue continuo, sin diferencias significativas a lo largo de los
meses en el volumen testicular (ANCOVA F = 0,47; P = 0,70), con conductos deferentes
enrollados y opacos a lo largo del año. Para H. infrataeniatus no se contaron con suficientes
datos para calcular estos últimos parámetros reproductivos, tanto de hembras como de
53
Ecología de las serpientes del litoral argentino
machos, aunque los datos obtenidos apoyan un patrón reproductivo similar al de H.
leopardinus.
Thamnodynastes
El ciclo reproductivo de las hembras fue estacional. Las hembras maduras de T. chaquensis
(n = 38) y de T. hypoconia (n = 35) tuvieron folículos vitelogénicos (5 – 13 mm.) de marzo
a junio, huevos oviductales de Julio a diciembre (14-32 mm) y pariciones en enero (Fig.
7.1). Para Thamnodynastes strigatus se obtuvieron menos datos reproductivos,
registrándose folículos vitelogénicos de febrero a julio, huevos oviductales en agostos y
pariciones en enero (Fig. 20.1). La fecundidad no fue diferente entre las tres especies de
Thamnodynastes (F = 2,67, P = 0,08). El tamaño de camada fue entre 2 y 18 neonatos
(media = 10,5; n = 20) para T. chaquensis, entre 4 y 13 (media = 7,6; n = 12) para T.
hypoconia, y entre 9 y 16 (mean = 11; n = 4) para T. strigatus. La frecuencia reproductiva
fue 0,81 en T. chaquensis, 0,48 en T. hypoconia y 0,5 en T. strigatus, indicando que las dos
últimas especies tienen un ciclo reproductivo bianual mientras que el de la primera es
menos prolongado. En las poblaciones de T. hypoconia y T. strigatus, la ocurrencia
simultanea, y en igual proporciones, de hembras grávidas y hembras maduras sin folículos
vitelogénicos o huevos en la época reproductiva, es evidencia de un ciclo reproductivo
bianual a multianual. El potencial reproductivo fue de 5,87 neonatos para T. chaquensis,
3,22 para T. hypoconia y 8 neonatos para T. strigatus, por hembra por año. La relación
entre el número de crías y el largo corporal de la hembra no fue significante en ninguna de
las especies (T. chaquensis: ρ = 0,30; P = 0,23; T. hypoconia: ρ = -0,17; P = 0,59; T.
strigatus: ρ = 0,79; P = 0,21). En T. hypoconia y T. strigatus se encontraron hembras con
huevos que se habían alimentado, por ejemplo, de la primera se registró una con 7 huevos y
un sapo (Rhinella) en su estómago, y para la segunda una con 8 huevos y un roedor
ingerido. Los machos de T. chaquensis (Fig. 20.2) y T. strigatus mostraron ciclos
continuos, sin diferencias significativas en el volumen testicular a lo largo de las estaciones,
mientras que los machos de T. hypoconia sí mostraron diferencias entre las estaciones, en
primavera tuvieron el mayor volumen testicular y en otoño y verano el menor, el invierno
no fue diferente de las otras estaciones (ANCOVA F = 3,2, gl = 3, P = 0,04, n = 30). Los
machos de las tres especies mostraron testículos túrgidos y conductos deferentes enrollados
a lo largo de todo el año.
54
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 20.1. Ciclo reproductivo de Thamnodynastes chaquensis, T. hypoconia, T. strigatus
en el litoral fluvial argentino. Referencias: Folículos T. hypoconia (F): círculos celestes
vacíos, Huevos T. hypoconia (H): círculos llenos celestes, Folículos T. chaquensis (F):
círculos verdes vacíos, Huevos T. chaquensis (H): círculos verdes llenos; Folículos T.
strigatus (F): círculos violetas vacíos, Huevos T. strigatus (H): círculos violetas llenos;
Neonatos: de T. chaquensis (Nc), de T. hypoconia (Nh); Pariciones: de T. chaquensis (PC),
de T. hypoconia (Ph), entre paréntesis se indica la cantidad.
45
Ph(2) Nh(4)
40 Nh(20)
Pc(6)
35 Nc(2)
30
Tamaño (mm)
25
20
15
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
T. hypoconia (F) T. hypoconia (H) T. strigatus (H)
T. strigatus (F) T. chaquensis (F) T. chaquensis (H)
450
400
Volumen testicular (mm )
3
350
300
250
200
150
100
50
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses 55
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Serpientes ovíparas
Paraphimophis rustica
Se encontraron hembras con folículos vitelogénicos de junio a septiembre (6 – 11 mm), y
una hembra con 2 huevos oviductales (28 mm) en octubre. Debido a que la muestra de
hembras adultas fue pequeña, no se pudo obtener el ciclo reproductivo. Los machos de P.
rustica no mostraron variaciones en el volumen testicular a lo largo de la primavera, verano
y otoño; además de poseer conductos deferentes enrollados en estas estaciones. A pesar de
la falta de datos reproductivos invernales, el ciclo de los machos se considera continuo.
Erythrolamprus semiaureus
El ciclo reproductivo de las hembras de Erythrolamprus semiaureus se considera
estacional. Aunque las hembras maduras tuvieron folículos vitelogénicos (5 – 25 mm) todo
el año, y solo se registraron huevos oviductales en diciembre, al observarse el ciclo se
aprecia un notable decrecimiento en el tamaño folicular vitelogénico en los meses de otoño
e invierno, incrementándose luego en primavera y verano (Fig. 21). El tamaño de camada
fue entre 10 y 20 huevos (media = 13,5; n = 6) y la frecuencia reproductiva 0,89 indicando
que las hembras de E. semiaureus tienen un ciclo reproductivo anual, ya que prácticamente
todas las hembras maduras están activas durante la época reproductiva. El potencial
reproductivo fue de 12 neonatos por hembra por año. La relación entre el número de crías y
el largo corporal de la hembra no fue significativa (ρ = 0,46; P =0,31). Además se
registraron hembras con huevos oviductales que se habían alimentado, por ejemplo una con
12 huevos que había ingerido un anfibio. El ciclo de los machos fue continuo, sin
diferencias significativas a lo largo de los meses en el volumen testicular (ANCOVA F =
1,20; P = 0,33), con conductos deferentes enrollados y opacos a lo largo de todo el año.
56
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 21. Ciclo reproductivo de Erythrolamprus semiaureus en el litoral fluvial argentino.
Referencias: Folículos no vitelogénicos (FNV): círculos verdes, Folículos vitelogénicos
(FV): círculos celestes, Huevos (H): círculos violetas.
35
30
25
Tamaño (mm)
20
15
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
FNV H FV
Hydrodynastes gigas
Las hembras de Hydrodynastes gigas mostraron un ciclo estacional, con folículos
vitelogénicos (10 mm a 35 mm) desde enero a septiembre y huevos oviductales (45 mm a
77 mm) desde octubre a noviembre, con posturas entre noviembre y diciembre (Fig. 22.1).
Su frecuencia reproductiva (0,71) fue superior al 50%, por lo que su ciclo se considera
anual. Su fecundidad es alta, con un tamaño de camada entre 11 y 36 neonatos (media = 23;
n = 9); al igual que su potencial reproductivo, que arrojo un resultado de 16,33 huevos por
hembra por año. La relación entre el tamaño de camada con el LHC (ρ = 0,6; P = 0,12), el
alto (ρ = 0,75; P = 0,05) y el ancho corporal (ρ = 0,63; P = 0,13) de la hembra no es
significativa en ninguno de los casos. Se registraron hembras con huevos oviductales que se
habían alimentado, por ejemplo una con 11 huevos que se comió 2 peces (Callichthys
callichthys). El ciclo de los machos fue continuo, sin diferencias significativas a lo largo de
los meses en el volumen testicular (ANCOVA F = 0,37; P = 0,939), con conductos
deferentes enrollados y opacos desde marzo a diciembre (Fig. 22.2).
57
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 22.1. Ciclo reproductivo de Hydrodynastes gigas en el litoral fluvial argentino.
Referencias: Folículos no vitelogénicos (FNV): círculos verdes, Folículos vitelogénicos
(FV): círculos celestes, Huevos (H): círculos violetas.
90
80
70
60
Tamaño (mm)
50
40
30
20
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
FNV FV H Meses
Figura 22.2. Ciclo reproductivo de los machos de H. gigas en el litoral fluvial argentino.
Referencias: Volumen testicular: círculos, Túbulos enrollados: cuadrados; Túbulos lisos:
triángulos.
5000
4500
4000
Volumen testicular (mm3)
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
58
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Leptophis ahaetulla
Las hembras de Leptophis ahaetulla mostraron un ciclo estacional, con folículos
vitelogénicos (5 mm a 12 mm) desde enero a octubre y huevos oviductales (24 mm a 35
mm) en noviembre. Su frecuencia reproductiva (0,60) fue superior al 50%, por lo que su
ciclo se considera anual. Su fecundidad es baja, con un tamaño de camada entre 6 y 9
neonatos (media = 7,5; n = 4); al igual que su potencial reproductivo, que arrojo un
resultado de 4,5 huevos por hembra por año. La relación entre el número de crías y el largo
corporal de las hembra no fue significativa (ρ = 0,90; P =0,12). Además se encontró una
hembra con 6 huevos que se había con un anfibio (Scinax nasica) en el estómago. El ciclo
de los machos fue continuo, sin diferencias significativas a lo largo de los meses en el
volumen testicular, con conductos deferentes enrollados y opacos todo el año, salvo en el
invierno en donde no hay datos (Fig. 23).
Figura 23. Ciclo reproductivo de los machos de Leptophis ahaetulla en el litoral fluvial
argentino. Referencias: Volumen testicular: círculos, Túbulos enrollados: cuadrados;
Túbulos lisos: triángulos.
600
500
Volumen testicular (mm3)
400
300
200
100
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
Micrurus altirostris
Debido al bajo número de hembras no se pudo confeccionar el ciclo reproductivo completo,
pero se encontraron hembras con folículos vitelogénicos entre septiembre y noviembre, y
una puesta de 4 huevos en diciembre. El ciclo reproductivo de los machos de Micrurus
59
Ecología de las serpientes del litoral argentino
altirostris se considera continuo con túbulos deferentes enrollados y volúmenes testiculares
sin variaciones notables en invierno, primavera y verano; del otoño no se obtuvieron datos.
Philodryas patagoniensis
El ciclo reproductivo de las hembras fue estacional. Las hembras maduras tuvieron
folículos vitelogénicos (5 – 22 mm) todo el año, huevos oviductales de octubre a enero (25-
50 mm). El tamaño de camada fue entre 3 y 22 neonatos (media = 12; n = 16) y la
frecuencia reproductiva 0,91 indicando que las hembras de P. patagoniensis tienen un ciclo
reproductivo anual, ya que casi todas las hembras maduras están activas durante la época
reproductiva (Fig. 24). El potencial reproductivo fue de 11 neonatos por hembra por año.
La relación entre el tamaño de camada y el LHC (ρ = 0,69; P = 0,05), el alto (ρ = 0,43; P =
0,28) y ancho (ρ = 0,44; P = 0,28) no fue significativa. Se encontraron hembras con huevos
oviductales y contenido estomacal, por ejemplo una con 17 huevos que se había comido un
reptil (Cercosaura schreibersi). El ciclo de los machos fue continuo, sin diferencias
significativas a lo largo de los meses en el volumen testicular (ANCOVA F= 1,49; P =
0,26), con conductos deferentes enrollados y opacos a lo largo de todo el año.
50
40
Tamaño (mm)
30
20
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
H FNV FV Meses
60
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Xenodon
El ciclo reproductivo de las hembras fue estacional, con folículos vitelogénicos (5-20 mm)
desde enero en X. dorbingyi y desde febrero en X. merremii, y huevos oviductales (24-33
mm) en octubre y noviembre en ambas especies. El tamaño de camada de X. dorbingyi fue
entre 5 y 19 neonatos (media = 11; n = 3), la frecuencia reproductiva 0,68 indicando un
ciclo reproductivo anual, y el potencial reproductivo de 11 neonatos por hembra por año.
Además la relación entre el número de crías y el largo corporal de las hembras de X.
dorbingyi no fue significativa (ρ = 0,90; P =0,12). En X. merremii se encontraron dos
hembras con 4 y 16 huevos. Los machos de ambas especies mostraron un ciclo continuo
con túbulos enrollados a lo largo de todo el año, y volumen testicular sin diferencias
significativas entre estaciones (X. dorbingyi H = -5,28; P = >0,99; X. merremii H = 1,17; P
= 0,39) (Fig. 25).
Figura 25. Ciclo reproductivo de los machos de Xenodon merremii en el litoral fluvial
argentino. Referencias: Volumen testicular: círculos, Túbulos enrollados: cuadrados.
2400
2200
2000
Volumen testicular (mm3)
1800
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Meses
61
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Cuando comparamos los caracteres reproductivos entre las serpientes ovíparas y las
vivíparas encontramos algunos patrones. Las serpientes ovíparas poseen mayor frecuencia
reproductiva (n = 10; t = 2,34; P = 0,47) y potencial reproductivo (n = 10; t = 2,43; P =
0,41). Todas las serpientes analizadas ovíparas se reproducen anualmente, mientras que las
vivíparas lo hacen bianual a multianualmente. Además, las ovíparas ponen sus huevos a
partir de mediado de la primavera, mientras que las vivíparas empiezan a parir desde el
comienzo del verano. Sin embargo otras variables como la fecundidad media y el índice de
dimorfismo sexual (SSD) no mostraron diferencias significativas entre los diferentes modos
reproductivos. Todas las hembras analizadas, tanto ovíparas como vivíparas, mostraron
ciclos reproductivos estacionales, aunque se diferenciaron en la duración del mismo (Fig.
26).
Los machos de todas las especies, tanto ovíparos como vivíparos, tuvieron ciclos
reproductivos continuos a lo largo del año, sin diferencia en el volumen testicular entre las
estaciones. La excepción fueron los machos de T. hypoconia, los cuales mostraron
deferencias en el volumen testicular entre las estaciones del año.
62
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 26. Ciclos reproductivos de las especies estudiadas. En la parte superior se indican
los meses del año por sus iniciales.
E F M A M J J A S O N D
Bothrops alternatus
Bothrops diporus
VIVÍPARAS
Helicops infrataeniatus
Helicops leopardinus
Thamnodynastes chaquensis
Thamnodynastes hypoconia
Thamnodynastes strigatus
Xenodon dorbingyi
Xenodon merremii
Paraphimophis rustica
OVÍPARAS
Hydrodynastes gigas
Leptophis ahaetulla
Erythrolamprus semiaureus
Micrurus altirostris
Philodryas patagoniensis
63
Ecología de las serpientes del litoral argentino
3.4 Dieta
En busca de contenido estomacal e intestinal se disectaron 139 ejemplares de B.
alternatus, 32 de B. diporus, 41 de Paraphimophis rustica, 131 de Erythrolamprus
semiaureus, 21 de Helicops infrataeniatus, 142 de H. leopardinus, 184 de Hydrodynastes
gigas, 70 de Leptophis ahaetulla, 53 de Micrurus altirostris, 176 de Philodryas
patagoniensis, 154 de T. hypoconia, 64 de T. chaquensis, 50 de T. strigatus, 61 de Xenodon
dorbignyi y 96 de X. merremii. La dieta a nivel de grandes grupos (peces, huevos de peces,
anfibios, reptiles, aves, huevos de aves, mamíferos) de las especies analizadas se muestra
en la figura 27. La dieta detallada para estas especies se brinda en la tabla 8.
Xmer
Xdor
Tstr
Thyp
Tcha
Ppat
Malt
Lsem
Laha
Hgig
Hinf
Hleo
Crus
Bdip
Balt
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
64
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Serpientes vivíparas
Bothrops
Bothrops alternatus se alimentó casi exclusivamente de mamíferos (97%, n = 33), a
excepción de un juvenil macho en el que se encontró un ejemplar de Leptodactylus
chaquensis (3%). Los mamíferos encontrados en B. alternatus pertenecieron a las familias
Didelphidae (3%), Caviidae (18%), Sigmodontinae (3%) y Cricetidae (3%), siendo muchos
mamíferos imposibles de determinar (70%), ya que solo se encontraron restos tales como
pelos (Tabla 8). La dieta de B. diporus se compuso de anfibios (29%), reptiles (21%) y
mamíferos (50%) (Tabla 8). Por lo tanto puede considerarse que B. alternatus es
especialista en mamíferos mientras que B. diporus es una especie con tendencia a la
especialización en mamíferos. Cuando se comparó la dieta de ambas especies a nivel de
grandes grupos, se encontró que la superposición de nicho entre B. alternatus y B. diporus
fue de 0,83 (Fig. 28); sin embargo cuando se realizó la comparación a nivel de familias la
superposición de nicho fue de 0,11 (Fig. 29).
Helicops
La dieta de ambas Helicops está basada en peces (más del 60% de las presas) y en menor
proporción anfibios, por lo tanto ambas especies pueden considerarse con tendencia a la
especialización en peces. En la Tabla 8 se muestra la dieta detallada de H. infrataeniatus y
H. leopardinus obtenida en base a datos propios y datos de los trabajos de Aguiar y Di
Bernardo (2004) y Ávila et al. (2006) realizados en el sureste de Brasil para estas especies.
Cuando se comparó la dieta de ambas especies a nivel de grandes grupos, se encontró que
la superposición de nicho fue de 0,99 (Fig. 28). Sin embargo, el mismo análisis realizado al
nivel de familias taxonómicas, arrojo un valor de 0,31 (Fig. 29). Otra diferencia dietaria
entre estas especies radicó en que, mientras H. leopardinus consume peces de 12 familias
diferentes, H. infrataeniatus consumió peces de solo 7 familias taxonómicas.
Contrariamente, en cuanto a los anfibios, ambas consumieron anuros de las mismas dos
familias (Leptodactylidae e Hylidae).
65
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Thamnodynastes
Del total de individuos examinados, 16 % de T. hypoconia, 18 % de T. strigatus y solo 6.25
% de T. chaquensis tuvieron contenido digestivo. La dieta registrada de T. chaquensis se
basó enteramente en estos últimos, aunque la muestra es pequeña (n = 6), T. hypoconia se
alimentó casi exclusivamente de anfibios (97,33 %, n = 34) y ocasionalmente de lagartos
(2,77 %; n = 1), T. strigatus tuvo la dieta más variada, consumiendo anfibios (69,47 %; n =
66), peces (21,05 %; n = 20), mamíferos (7,37 %; n = 7) y lagartos (2,11 %; n = 2) (Tabla
8). Las tres especies podrían considerarse especializadas en consumir anfibios. La
comparación del recurso alimenticio mostró que la superposición de nicho a nivel de
grandes grupos es alta, con la mayor superposición entre las dietas de T. chaquensis y T.
hypoconia (0,99), aunque las superposiciones de T. chaquensis vs. T. strigatus y T.
hypoconia vs. T. strigatus también son muy elevadas (0,94) (Fig. 28). La amplitud de nicho
basada en la composición de la dieta al nivel de familia varía desde alta entre T. strigatus
vs. T. hypoconia (0,87), a baja en los demás contrastes (0,26 para T. chaquensis vs. T.
hypoconia; y 0,20 para T. chaquensis vs. T. strigatus) (Fig. 29).
Serpientes ovíparas
Paraphimophis rustica
De los 41 especímenes analizados de P. rustica solo 9 (22%) de ellos contenían presas.
Paraphimophis rustica se alimentó en igual proporción de reptiles escamosos (50%; n = 6)
y de mamíferos roedores (50%; n = 6) (Tabla 8). Dentro de los reptiles se registraron 4
lagartos y 2 serpientes, una de ellas venenosa (B. alternatus). Al consumir la misma
proporción de reptiles que de mamíferos, esta serpiente no puede ser considerada con
tendencia a la especialización en ninguno de estos ítems presa. Cuando se analizó la
superposición de la dieta con las otras especies, esta fue una de las que mostró un uso del
nicho más exclusivo por no superponerse en absoluto con muchas especies y en baja
proporción con otras, tanto a nivel de grandes grupos como a nivel de familia (Fig. 28 y
29).
66
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Erythrolamprus semiaureus
Se encontraron 26 presas en 131 ejemplares disectados de Erythrolamprus semiaureus. La
dieta de esta culebra se basó mayoritariamente en peces (58%) y también en gran medida
en anfibios (42%) (Tabla 8).
Hydrodynastes gigas
De 184 especímenes examinados de H. gigas, 54 ejemplares (29,3%) contenían 70 ítems
presa. Las presas pertenecen a cinco grupos taxonómicos y 10 familias, 4 vertebrados no
fueron identificados (5,7%) (Tabla 8). El ítem presa consumido en mayor proporción fue el
de los anfibios (41,4%, n = 29), luego siguen en orden de importancia los reptiles (20%, n =
14), y los peces (15,7%, n = 11) y los mamíferos (14,3%, n = 10) en proporciones similares.
Último en abundancia se encuentran las aves (2,9%, n = 2), las cuales no se pudieron
identificar. Sin embargo ninguno de los ítems presa supera el 50%, por lo que esta especie
es considerada generalista. Los invertebrados encontrados en el tubo digestivo de esta
serpiente fueron considerados presas secundarias.
Leptophis ahaetulla
La dieta de Leptophis ahaetulla se basó en anfibios (87%), aunque también se registró en su
contenido digestivo huevos de aves (5%), aves (5%) y vertebrados no identificados (3%)
(Tabla 8). Del total de presas (n= 39) ingeridas por esta especie, 69% de ellas pertenecieron
a la familia Hylidae, por lo que esta especie es especialista en anfibios, aunque podría
considerarse directamente especialista en hílidos.
Micrurus altirostris
Micrurus altirostris es una serpiente con dieta especializada en reptiles alargados, ya que su
alimentación se baso en ellos (n = 22). Los ítem presa pertenecieron a las familias
Amphisbaenidae (23 %, n = 5), Anomalepidae (32 %, n = 7), Dipsadidae (18 %, n = 4),
Viperidae (4 %, n = 1) y un reptil y tres ofidios no identificados (18 %, n = 4) (Tabla 8).
Philodryas patagoniensis
67
Ecología de las serpientes del litoral argentino
De 176 especímenes examinados de Philodryas patagoniensis, 87 ejemplares (49,4%)
contenían 96 ítems presa. Esta culebra se alimentó tanto de anfibios (17 %), reptiles (58
%), aves (4 %) y mamíferos (12 %), siendo algunas de las presas vertebrados que no se
llegaron a identificar (9 %) (Tabla 8).
Xenodon
Del total de individuos disectados, 28% de X. dorbingyi y 24% de X. merremii tuvieron
contenido digestivo. Ambas especies se alimentaron exclusivamente de anfibios, por lo que
se las considera especialistas (Tabla 8). La superposición de nicho a nivel de grandes
grupos entre estas especies del mismo género es total (Fig. 28), sin embargo a nivel de
familias es baja (0,30) (Fig. 29).
68
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8. Dieta detallada de Bothrops alternatus (Balt), B. diporus (Bdip), Paraphimophis rustica (Prus), Erythrolamprus semiaureus (Esem),
Helicops infrataeniatus (Hinf), H. leopardinus (Hleo), Hydrodynastes gigas (Hgig), Leptophis ahaetulla (Laha), Micrurus altirostris (Malt),
Philodryas patagoniensis (Ppat), Thamnodynastes chaquensis (Tcha), T. hypoconia (Thyp), T. strigatus (Tstr), Xenodon dorbingyi (Xdor), X.
merremii (Xmer).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Vertebrados NI 1 2 4 5,7 1 2,6 1 4,5 9 9,4 4 18
Peces NI 5 10,2 9 34,6 1 1,1
Huevos de peces 1 1,4
Siluriforme 1 2
PECES
Caraciforme 2 4,1
Rivulidae
Rivulidae NI 1 2
Lepidosirenidae
Lepidosiren paradoxa 1 2
Gymnotidae
Gymnotus carapo 1 2 1 3,8
Gymnotus sp. 1 2
Gymnotidae NI 1 2
Hypopomidae
Hypopomus sp. 4 8,2
Sternopygidae
Eigenmania trilineata 1 2
Eigenmania sp. 2 4,1
Cichlidae
1 1,6
Cichlasoma
portalegrense
Cichlidae NI 1 1,6 4 8,2
Doradidae
Doradidae NI 2 4,1
Loricariidae
69
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Rineloricaria sp. 1 1,6
Loricariidae NI 6 9,8 1 2
Pimelodidae
Pimelodus maculates 1 1,6 1 2
Microglanis sp. 1 1,6
Rhamdia quelen 1 1,6
Rhamdia sp.
Pimelodidae NI 3 4,9 1 2
Synbranchidae
Synbranchus
marmoratus
2 3,3 1 2 7 10 2 7,7
Callichthydae
Callichthys
callichthys
3 4,3
Corydoras paleatus 1 1,6
Poeciliidae
Poecilia sp. 3 3,2
13 21,3 1 1,1
Phalloceros
caudimaculatus
Erythrinidae
Hoplias malabaricus 3 11,5
Characidae
Characidae NI 1 1,1
Tetragonopterinae NI 4 4,2
8 8,4
Hyphessobrycon
luetkenii
Cheirodon interruptus 4 6,6
70
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Cheirodon sp. 1 1,6
Charax stenopterus 1 1,6
cf. Odontostilbe
pequira
1 1,6
Asyanax sp. 4 6,6
Thoracocarax sp. 2 2,1
Anfibio NI 7 11,5 5 10,2 9 13 5 13 6 23,1 3 3,1 1 17 11 29 9 9,5 10 8 6 27
Anfibio NI
(renacuajos)
1 1,6
Hylidae
Hylidae NI 4 8,2 5 13 2 5,3 6 6,3
ANFIBIOS
Hylidae NI
(renacuajos)
1 1,6
Dendropsophus nanus 3 7,7 1 2,6
Dendropsophus sp. 2 5,3
Dendropsophus gr.
microcephalus
1 3,8
Hypsiboas pulchellus 1 3,8 1 2,6 1 1,1
Hypsiboas latistriatus 1 1,1
Hypsiboas cf.
raniceps
1 2,6
Hypsiboas sp. 1 7,1
Scinax fuscovarius 11 12
Scinax aromothyella 2 2,1
Scinax squalirostris 1 2,6
Scinax nasicus 3 6,1 12 31
71
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Scinax acuminatus 5 13
Scinax cf. berthae 6 16
Scinax sp. 1 2 1 2,6 5 5,3
Pseudis paradoxa 2 2,9
Hylodidae
Crossodactylus cf.
bokermanni
1 1,1
Microhylidae
Elachistocleis bicolor 3 2
Leptodactylidae
Leptodactylidae NI 2 14 6 9,8 2 2,9 1 2,6 2 7,7 6 6,3 2 5,3 5 5,3 2 1,7
2 4,1
Leptodactylus
podicipinus
Leptodactylus grupo
latrans
2 4,1
cf. Leptodactylus 1 2,0
L. gracilis 2 3,3 2 2,1 1 1,1
3 4,3 1 2,6
Leptodactylus grupo
ocellatus
L. ocellatus 1 1,6 3 4,3 1 3,8 1 17 2 5,3 8 8,4 1 4,5
L. chaquensis 1 2,9 1 17
Leptodactylus sp. 1 2,6 1 1,1 1 1
L. latinasus 2 1,7
1 1,6
Pseudopaludicola
falcipes
Cycloramphidae
1 2,6
Lymnomedusa
macroglossa
Odontophrynus sp. 2 2
72
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
1 1,1 5 5,3 52 44
Odontophrynus
americanus
Ceratophryidae
Ceratophrys cranwelli 1 4,5
Bufonidae
Rhinella sp. 2 2,1 3 50 1 1,1 3 2 1 4,5
R.arenarum 9 8 2 9
Rhinella icterica 1 1,1
Rhinella gr.
fernandezae
1 1,4 1 4,5
Rhinella cf.
fernandezae
2 2,1 2 5,3
Rhinella aff.
granulosa
1 4,5
Rhinella aff.
fernandezae
3 2
R. fernandezae 7 10 3 2 5 23
R. schneideri 1 7,1 2 2,9
1 1,1
Melanophryniscus
moreirae
Brachycephalidae
Ischnocnema holti 3 3,2
Leiuperidae
Physalaemus sp. 2 5,3 1 1,1
Physallaemus cf.
albonotatus
2 5,3
P.biligonigerus 20 17
Physalaemus cf.
biligonigerus
1 2,6
Physalaemus cuvieri 2 2,1
Physalaemus rodrigoi 1 1,1
73
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Reptil NI 1 7,1
Liolaemidae 9 8
Liolemus azarae 1 1
Huevos Liolemus
REPTILES
occipitalis
Gekkonidae
1 1,1
Hemidactylus
mabouia
Gymnophthalmidae
1 7,1 1 8,3 27 28
Cercosaura
schreibersi
Teiidae
Teius sp. 1 1,4
Teius oculatus 1 8,3
Scincidae
Mabuya sp. 1 2,6
Mabuya dorsibittata 1 8,3 5 5,2
Anguidae
Ophiodes intermedius 1 8,3 4 4,2
Lagarto NI 6 6,3
Amphisbaenidae 5 23
Typhlopoidea 1 4,5
Anomalepididae 2 9,1
Liotyphlops sp. 2 9,1
Liotyphlops beui 1 4,5
Typhlopidae 1 4,5
Typhlops sp. 1 4,5
74
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Aletinophidia 3 14
Dipsadidae 1 4,5
Dipsadidae NI 2 2,9 11 11
Atractus taeniatus 1 4,5
Atractus reticulatus 1 4,5
Helicops sp. 3 4,3
Helicops leopardinus 2 2,9
1 1,1 1 1
Liophis jaegeri
coralliventris
Liophis dilepis 1 1
Liophis semiaureus 2 2,9
Liophis poecilogyrus 1 7,1 1 1,4
1 1,1
Sibynomorphus
ventrimaculatus
Tomodon ocellatus 1 4,5
1 1,4
Thamnodynastes
hypoconia
1 1,4
Thamnodynastes
strigatus
Xenodon dorbignyi 1 8,3
Viperidae
Bothrops jararaca 1 4,5
Bothrops alternatus 1 8,3
Ave NI 2 2,9 3 3,2
2 5,1
AVES
Huevos NI
Phasianidae
75
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 8 (continuación).
Balt Bdip Prus Hinf Hleo Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
PRESAS N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N % N %
Gallus gallus 1 1,1
Emberizidae
1 2,6
Coryphospingus
cucullatus
Zonotrichia capensis 1 2,6
Mamífero NI 24 70 7 50 5 7,1
Didelphidae
Monodelphis cf.
dimidiata
1 3
Rodentia
Rodentia NI 2 17 2 2,9 8 8,4 4 4,2
Caviidae
MAMÍFEROS
34 100 14 100 12 100 61 100 49 100 70 100 39 100 26 100 22 100 96 100 6 100 38 100 95 100 119 100 22 100
76
Ecología de las serpientes del litoral argentino
77
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 28. Superposición de nicho a nivel de grandes grupos (peces, huevos de peces,
anfibios, reptiles, aves, huevos de aves, mamíferos) entre las especies: Bothrops alternatus
(Balt), B. diporus (Bdip), Paraphimophis rustica (Prus), Helicops leopardinus (Hleo), H.
infrataeniatus (Hinf), Hydrodynastes gigas (Hgig), Leptophis ahaetulla (Laha),
Erythrolamprus semiaureus (Esem), Micrurus altirostris (Malt), Philodryas patagoniensis
(Ppat), Thamnodynastes chaquensis (Tcha), T. hypoconia (Thyp), T. strigatus (Tstr),
Xenodon dorbingyi (Xdor), X. merremii (Xmer). Los grados de superposición se muestran
en colores: blanco: nula (0), amarillo: baja (0,01 – 0,39), naranja: medio (0,4 – 0,69), rojo:
alta (0,7 – 0,99), bordo: total (1).
Balt Bdip Prus Hleo Hinf Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
Balt
Bdip
Prus
Hleo
Hinf
Hgig
Laha
Esem
Malt
Ppat
Tcha
Thyp
Tstr
Xdor
Xmer
Nula (0) Baja (0,01-0,4) Media (0,41-0,7) Alta (0,71-0,99) Total (1)
78
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Figura 29. Superposición de nicho a nivel de familias de las presas entre las especies:
Bothrops alternatus (Balt), B. diporus (Bdip), Paraphimophis rustica (Prus), Helicops
leopardinus (Hleo), H. infrataeniatus (Hinf), Hydrodynastes gigas (Hgig), Leptophis
ahaetulla (Laha), Erythrolamprus semiaureus (Esem), Micrurus altirostris (Malt),
Philodryas patagoniensis (Ppat), Thamnodynastes chaquensis (Tcha), T. hypoconia (Thyp),
T. strigatus (Tstr), Xenodon dorbingyi (Xdor), X. merremii (Xmer). Los grados de
superposición se muestran en colores: blanco: nula (0), amarillo: baja (0,01 – 0,39),
naranja: medio (0,4 – 0,69), rojo: alta (0,7 – 0,99), bordo: total (1).
Balt Bdip Prus Hleo Hinf Hgig Laha Esem Malt Ppat Tcha Thyp Tstr Xdor Xmer
Balt
Bdip
Prus
Hleo
Hinf
Hgig
Laha
Esem
Malt
Ppat
Tcha
Thyp
Tstr
Xdor
Xmer
Nula (0) Baja (0,01-0,4) Media (0,41-0,7) Alta (0,71-0,99) Total (1)
79
Ecología de las serpientes del litoral argentino
80
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Autovalores Autovectores
Proporción
Lambda Valor Proporción Variable e1 e2
Acumulada
1 6,05 0,38 0,38 Ven -0,22 -0,36
2 3,31 0,21 0,58 Sub -0,12 0,44
3 2,62 0,16 0,75 LHC -0,31 -0,02
4 1,76 0,11 0,86 LC -0,25 0,38
5 1,12 0,07 0,93 Peso -0,22 0,06
6 0,66 0,04 0,97 Peces 0,13 0,13
7 0,27 0,02 0,99 H. pez -0,21 0,11
8 0,16 0,01 1 Anfibios 0,08 0,33
9 0,05 2,8 E-03 1 Reptiles -0,2 -0,34
10 0,02 9,7 E-04 1 Aves -0,29 0,29
11 8,9 E-04 5,6 E-05 1 H. ave -0,14 0,34
12 2,2 E-04 1,4 E-05 1 Mamíferos 0,02 -0,23
13 0 0 1 Anual -0,36 -0,08
14 0 0 1 Bianual 0,36 0,08
15 0 0 1 Ovípara -0,36 -0,08
16 0 0 1 Vivípara 0,36 0,08
81
Ecología de las serpientes del litoral argentino
82
Ecología de las serpientes del litoral argentino
explicada por la filogenia en la morfología, podemos ver que el grupo que más aporta a ella
es Hydrodynastes con el 70%; aunque no es estadísticamente significativo a un α = 0,05 si
lo es al 0,1% (Tabla 10.2). El modelo final propuesto por la selección automática de
variables incorpora además a Leptophis, Xenodontinae, Bothrops, Thamnodynastes,
Helicops, Philodryas, alternatus y Xenodon, aunque no todos estos grupos son
estadísticamente significativos, e incluso algunos no aportan variabilidad (Tabla 10.2).
Variación Variación
Taxa acumulada individual Variación % F P
Hydrodynastes 0,13 0,13 70 31,48 0,067
Leptophis 0,15 0,02 10 4,52 0,045
Xenodontinae 0,16 0,01 5 4,74 0,014
Bothrops 0,17 0,01 5 4,25 0,02
Thamnodynastes 0,17 0 0 3,2 0,057
Helicops 0,18 0,01 5 2,73 0,086
Philodryas 0,18 0 0 4,44 0,06
alternatus 0,18 0 0 2,54 0,129
Xenodon 0,19 0,01 5 0,67 0,495
83
Ecología de las serpientes del litoral argentino
1.5
1.0 9
0.5
Ventrales 2
15 1
14
LHC83
LCT
LCA
0.0
12 Peso
13 11 6
5 4 10
-0.5
Subcaudales
-1.0 7 LC
84
Ecología de las serpientes del litoral argentino
corresponde a la variabilidad no explicada (Tabla 11.1). También se evidencia que con solo
dos ejes se explica toda la variación: el eje 1 está determinado por las variables ovíparas-
anual hacia un extremo, y vivípara – bianual hacia el otro, explicando el 98% de la
variabilidad (Tabla 11.1); mientras que el eje 2 está determinado por la fecundidad (Fig.
32). A su vez se puede descomponer esta variabilidad explicada por la filogenia en la
reproducción, y evidenciar cuales grupos filogenéticos aportan más a ella. En la tabla 11.2
podemos ver que los grupos Thamnodynastes y Helicops son los que aportan mayor
variabilidad (29% cada uno), seguido por Bothrops, Xenodontinae y alternatus, siendo
todos significativos a un α = 0,05. El modelo final propuesto por la selección automática de
variables, incorpora además a Hydrodynastes, Leptophis y Paraphimophis, aunque estos
grupos no aportan a la variabilidad total del modelo y solo Hydrodynastes es apenas
significativa.
Variación Variación
Variación % F P
Taxa acumulada individual
Thamnodynastes 0,05 0,05 29 5,06 0,019
Bothrops 0,09 0,04 24 5,18 0,036
Helicops 0,14 0,05 29 23,05 0,002
Xenodontinae 0,16 0,02 12 8,88 0,005
Hydrodynastes 0,16 0 0 4,11 0,049
alternatus 0,17 0,01 6 5,18 0,017
Paraphimophis 0,17 0 0 3,5 0,098
Leptophis 0,17 0 0 3,6 0,091
85
Ecología de las serpientes del litoral argentino
1.5
1.0 vivipara
9
ovipara
bianual
anual
0.5 2 7
12
11 13 3
0.0
14 10
4
5 Fecundidad 15 8
-0.5 1
-1.0
-2.0 -1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
huevos de aves, lo que sugiere una asociación positiva con una combinación específica de
todas las variables (Fig. 33). Cuando descomponemos la variabilidad explicada por la
filogenia en la dieta, podemos ver que los grupos que más aportan a ella son Bothrops,
Micrurus y Helicops con el 21%, 22% y 17,5% respectivamente; además estos son los
únicos grupos estadísticamente significativos a un α = 0,05. El modelo final propuesto por
la selección automática de variables incorpora además a Paraphimophis, Philodryas,
Erythrolamprus, Hydrodynastes, Leptophis, alternatus y Thamnodynastes, explicando entre
todos estos grupos el 41,5% restante de la variabilidad en la dieta por la filogenia, aunque
no siendo grupos estadísticamente significativos (Tabla 12.2).
Variación Variación
Variación % F P
Taxa acumulada individual
Bothrops 0,34 0,34 21.0 3,42 0,038
Micrurus 0,66 0,32 20.0 3,99 0,045
Helicops 0,94 0,28 17,5 4,39 0,021
Paraphimophis 1,14 0,2 12,5 4,08 0,072
Philodryas 1,32 0,18 11,0 5,23 0,075
Erythrolamprus 1,45 0,13 8,0 5,95 0,066
Hydrodynastes 1,51 0,06 4,0 3,99 0,135
Leptophis 1,57 0,06 4,0 6,44 0,082
alternatus 1,61 0,03 2,0 4,57 0,139
Thamnodynastes 1,61 0 0 0,63 0,554
87
Ecología de las serpientes del litoral argentino
2.0
9
1.5
Peces
Reptiles
1.0
4 5
8 10
0.5
H. pez
Aves
0.0 6
3
12
11 Anfibios
-0.5 13
15
7 14
2
-1.0 H. aves
Mamifero
-1.5
1
-2.0
-1.5 -1.0 -0.5 0.0 0.5 1.0 1.5 2.0
88
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 13.1. Análisis Filogenético Canónico para la reproducción, con el uso de hábitat
como covariable.
89
Ecología de las serpientes del litoral argentino
Tabla 13.2. Análisis Filogenético Canónico para la reproducción, con el uso de hábitat
como covariable.
Variación Variación
Variación % F P
Taxa acumulada individual
Thamnodynastes 0,04 0,04 33 4,01 0,061
Bothrops 0,08 0,04 33 7,61 0,014
Helicops 0,11 0,03 25 15,78 0,001
Micrurus 0,11 0 0 3,54 0,051
Alternatus 0,12 0,01 9 3,64 0,067
Paraphimophis 0,12 0 0 3,62 0,104
Hydrodynastes 0,12 0 0 3,81 0,091
90
Ecología de las serpientes del litoral argentino
1.0
ovipara
0.8 9
vivipara
anual
0.6 3 bianual
0.4 12 13
2
0.2 8
0.0
11
7
-0.2 15 10
5
4
Fecundidad
-0.4 6
-0.6 14 1
91
Ecología de las serpientes del litoral argentino
4. DISCUSIÓN
El litoral fluvial argentino alberga aproximadamente el 80% de la ofidiofauna
Argentina, con un total actual de 106 taxones (Giraudo et al. 2007). Esta región posee una
notable diversidad de hábitats, lo que sumado a la convergencia de elementos de distintos
Dominios y Provincias Biogeográficas y el efecto de los grandes ríos como corredores para
serpientes tropicales, resulta en una comunidad ofídica compuesta por diferentes especies
con diferentes requerimientos ecológicos (Arzamendia y Giraudo, 2009). Comprender el
significado adaptativo de la divergencia interespecífica en los rasgos de historia de vida
sigue siendo un gran reto para los biólogos evolutivos. Algunas de las evidencias más
fuertes en este sentido provienen de patrones empíricos de covariación entre morfología,
biología reproductiva y ecología general (Pizzatto et al., 2007b). Estos patrones pueden
permitir fuertes inferencias sobre las fuerzas selectivas que han dado forma a la diversidad
de historia de vida (Williams, 1966; Rose y Lauder, 1996). Es decir, un rasgo que muestra
una asociación consistente con algún otro rasgo ecológico, es probable que sea adaptativo a
algún aspecto de esa condición ecológica, especialmente si tal asociación se repite en
múltiples orígenes evolutivos independientes, (Harvey y Keymer, 1991). Por lo tanto,
amplias comparaciones, con base filogenéticas, entre la historia de vida, la morfología y el
medio ambiente ofrecen una poderosa técnica para identificar este tipo de asociaciones y
sugerir hipótesis sobre las fuerzas selectivas que han generado la diversidad de historia de
vida (Pizzatto et al., 2007b). Por otro lado las convergencias filogenéticamente
independientes generan correlaciones entre la morfología, y los factores ecológicos; lo que
ofrece interesantes oportunidades para aclarar las relaciones entre las variables
reproductivas, la dieta y el uso de hábitats que realiza un animal, con su morfología y sus
rasgos de historia de vida (Pizzatto et al., 2007b). En este sentido, los resultados obtenidos
muestra una asociación importante entre diferentes rasgos de la historia de vida de la
serpientes analizadas, por ejemplo fue evidente la relación entre la filogenia y uso del
hábitat con las variables reproductivas de las serpientes, donde un 70% de la variación
estuvo explicada por la filogenia (que condiciona también la morfología) y un 29 por el uso
del hábitat, donde las especies de Helicops y Thamnodynastes, jugaron un rol significativo
en el modelo, lo que indica que la viviparidad es muy probablemente un rasgo que le
confiere ventajas adaptativas en los ecosistemas acuáticos. Esto puede relacionarse con dos
92
Ecología de las serpientes del litoral argentino
de las hipótesis planteadas sobre la viviparidad, una de ellas que ambientes variables (por
inundaciones) favorecen la viviparidad, y la otra que los ambientes acuáticos en sí mismos
(por la falta de sitios de postura) también lo hacen.
93
Ecología de las serpientes del litoral argentino
94
Ecología de las serpientes del litoral argentino
tenía la mitad de huevos oviductales (4) que la hembra grávida más pequeña (LHC = 345
mm; 8 huevos).
Siguiendo el patrón más comúnmente registrado en serpientes, las hembras de 11
especies tuvieron mayor número de ventrales que sus machos coespecíficos, con diferencias
significativas. Las excepciones a esta generalización fueron las tres especies de
Thamnodynastes y X. dorbingyi, siendo los machos los que tuvieron mayor número de
ventrales, con diferencias estadísticas significativas. En las variables de la cola (LC y
número de subcaudales) el dimorfismo fue en general sesgado hacia los machos, también
en acuerdo con el patrón más general en serpientes. Los machos de 12 de las especies
estudiadas tuvieron mayor número de escamas subcaudales que sus hembras coespecíficas,
siendo Erytrholamprus semiaureus, Leptophis ahaetulla y Micrurus altirostris las especies
en las que ambos sexos no mostraron dimorfismo para esta variable. En cuanto al largo de
la cola fueron 11 las especies con dimorfismo sesgado hacia los machos, siendo Bothrops
diporus además de Erytrholamprus semiaureus, Leptophis ahaetulla y Micrurus altirostris
las especies en las que ambos sexos no mostraron dimorfismo.
Aunque la mayoría de las especies estudiadas responden al patrón de dimorfismo
sexual comúnmente registrado en serpientes, algunas de las excepciones pueden explicarse
a la luz de las Hipótesis de Historia Profunda (HHP) y la Hipótesis de Competición-
Predación (HCP). En el caso de las especies de Thamnodynastes siguen un patrón
totalmente distinto y casi opuesto, en que los machos tienen mayor número de ventrales y
subcaudales, y no existen diferencias entre los sexos en el tamaño corporal, lo que ya ha
sido registrado para otras especies del género Thamnodynastes (Franco, 1999;
Franco y Ferreira, 2002; Bailey et al., 2005). Además, cuando se observa el análisis
filogenético se puede preciar que las tres especies de Thamnodynastes se asocian
idénticamente a las variables morfológicas analizadas. Todas estas evidencias sugieren la
existencia de un conservadurismo filogenético para este tipo de dimorfismo sexual
operando en el género Thamnodynastes, consistente con la HHP. Las dos especies de
Helicops por un lado, y las dos de Xenodon por otro, también se asocian idénticamente a las
variables morfológicas en observa el análisis de CPO, sugiriendo algún tipo de
conservadurismo filogenético acorde con la HHP; sin embargo no ocurre esto mismo con
las especies de Bothrops que se asocian distintamente. Esto puede deberse a que, mientras
95
Ecología de las serpientes del litoral argentino
96
Ecología de las serpientes del litoral argentino
4.2 Reproducción
El ciclo de los machos es más difícil de estimar que el de las hembras debido a que
no se puede obtener de manera directa como en estas, mediante la observación de sus
gónadas, sino que se realiza de manera indirecta mediante el análisis del volumen testicular
(Pizzatto et al., 2008b). Aunque los machos de algunas especies de serpientes tropicales
tienen ciclos reproductivos estacionales, la producción de espermatozoides es por lo general
energéticamente menos costosa que la producción de gametas femeninas, siendo esperable
que los machos de zonas tropicales y templadas posean ciclos continuos y permanezcan
reproductivamente activos durante todo el año (Pizzatto, 2005). En este trabajo se encontró
que los ciclos reproductivos de los machos de todas las especies, salvo el de T. hypoconia,
fueron continuos, sin diferencias significativas en el volumen testicular en las diferentes
estaciones del año, y con túbulos deferentes enrollados durante todo el año. En
contraposición, las hembras de todas las especies, tanto ovíparas como vivíparas, mostraron
ciclos reproductivos estacionales, aunque variaron en la duración del mismo. Pizzatto et al.
(2008b) sugirió que en los Xenodontinos sudamericanos la duración de los ciclos
reproductivos femeninos puede ser conservador en muchos linajes. Las especies
cogenéricas de Bothrops, Helicops, Thamnodynastes y Xenodon mostraron ciclos
estacionales muy similares, sugiriendo que la duración del ciclo reproductivo es
filogenéticamente conservado.
Cuando analizamos la frecuencia reproductiva surge una diferencia importante entre
las hembras de especies con diferente modo reproductivo. Las especies ovíparas tuvieron
una frecuencia anual de reproducción, es decir que un mismo individuo puede
potencialmente reproducirse todos los años. En oposición, las hembras de las especies
vivíparas tuvieron una frecuencia reproductiva de bianual a multianual, siendo
prácticamente imposible que una misma hembra se reproduzca dos años consecutivos. Fitch
(1981) sostiene que para compensar esta diferencia en la frecuencia reproductiva, el SSD
sería más grande, y a favor de las hembras, en las especies vivíparas que en las ovíparas.
Así, aunque las vivíparas se reproducen más espaciadamente pueden albergar más crías
debido a su mayor tamaño. Sin embargo, como ya fue expuesto más arriba, los datos
obtenidos en este estudio son contradictorios a la hipótesis de Fitch (1981), ya que índice de
97
Ecología de las serpientes del litoral argentino
dimorfismo sexual no fue disímil entre las especies con diferentes modos reproductivos,
además de la falta de correlación entre un mayor largo corporal de la hembra con una
producción superior de neonatos. En cambio, el potencial reproductivo si fue mayor en las
especies ovíparas que en las especies vivíparas. Esto es lógico, ya que al reproducirse más
frecuentemente, las serpientes ovíparas también aumentan el número potencial de neonatos
que una hembra puede producir por año. Sin embargo la fecundidad media no fue diferente
entre las especies con diferente modo reproductivo. Con estos resultados obtenidos se
refuerza la hipótesis planteada sobre la frecuencia reproductiva, que sostiene que esta
debería ser menor en especies vivíparas (periodos más largos entre un evento reproductivo
y otro), respecto a especies ovíparas (períodos más cortos). Así B. alternatus, B. diporus, H.
infrataeniatus, H. leopardinus, T. hypoconia, T. strigatus y T. chaquensis poseen ciclos
bianuales-multianuales, lo que estaría relacionado con la limitación de reservar energía, en
un período corto, para reproducirse. Estas especies paren sus crías en verano, entre enero y
abril, por lo que el tiempo disponible para acumular energías antes del invierno es muy
corto. Esto determina que en el comienzo del próximo evento reproductivo las hembras no
dispongan de la suficiente energía como para llevarlo a cabo (Shine, 2003; Ibarguengoytía
y Casalins, 2007). Por otro lado están las especies ovíparas, Paraphimophis rustica,
Erythrolamprus semiaureus, H. gigas, L. ahaetulla, M. altirostris, P. patagoniensis, X.
dorbignyi y X. merremii, que tienen un ciclo reproductivo más corto, con posturas en
primavera, por lo que el tiempo para acumular energía para el siguiente período
reproductivo es mucho más largo (desde enero a fines de otoño), posibilitando una postura
anual de huevos.
Una de las hipótesis sobre la evolución de la viviparidad sugiere que se ha
desarrollado en especies con cuidado parental de los huevos, ya que al retener los huevos
las hembras podrían seguir alimentándose por un período más largo, sin embargo Shine
(1985) la refuta argumentando que las hembras grávidas no se alimentan. En este estudio se
encontró que en 8 de las 15 especies las hembras con huevos o crías oviductales se estaban
alimentando. Esta evidencia podría reflotar esta hipótesis de la viviparidad, aunque no se
conozcan casos de cuidado parental en estas especies o sus parientes más cercanos.
Otra de las hipótesis sobre la evolución de la viviparidad es la denominada de
“ambientes impredecibles”, que indica que ambientes variables con condiciones cambiantes
98
Ecología de las serpientes del litoral argentino
podrían haber favorecido la retención de los huevos hasta que se den las condiciones
adecuadas. De ser así es esperable que las especies vivíparas deberían presentar un mejor
ajuste de su reproducción en relación con las variaciones hidrológicas características del río
Paraná y los humedales regionales, en comparación con las especies ovíparas. La
viviparidad puede proporcionar una solución eficaz a la dificultad que constituye oviponer
en lugares secos en estos ambientes muy variables, y así evitar la pérdida de los huevos en
las inundaciones (Giraudo et al., 2007). Estos últimos autores muestran evidencia sobre el
ajuste de la reproducción de Helicops leopardinus (especie vivípara que tiene sus crías
cuando el río está creciendo) y P. patagoniensis (que pone sus huevos en épocas de
bajante). Además indican que en proporción, la comunidad de reptiles del Paraná Medio
posee el doble de especies vivíparas (18%) (13 taxones vivíparos de un total de 71
especies) que los reptiles las especies vivíparas en Argentina (9%) (28 taxones vivíparos de
un total de 313 especies). El máximo nivel hidrométrico histórico registrado para el río
Paraná se da en el mes de marzo (Giraudo et al., 2007). En coincidencia con estos últimos
autores, los datos obtenidos apoyan esta hipótesis ya que otra especie de Helicops, tres
especies de Thamnodynastes y las dos Bothrops, todas vivíparas, parieron sus crías entre
enero y abril, cuando el río comienza y desarrolla su período de creciente. Además, 5 de las
7 especies vivíparas estudiadas son especies acuáticas por lo que es probable que las
hembras grávidas de estas serpientes y sus neonatos encuentren una mayor disponibilidad
de ambientes acuáticos durante los períodos de inundación, optimizando así sus
posibilidades de encontrar áreas de refugio y alimento. Por otro lado, las especies ovíparas,
aquí analizadas, pusieron sus huevos entre noviembre y octubre, cuando el río Paraná esta
en aguas bajas, por lo que sus posturas podrían sufrir menores pérdidas y les da tiempo a
los huevos a eclosionar antes de que suba el nivel del agua. Algunos autores han sugerido
que los ciclos reproductivos estacionales podría ser una respuesta a la disponibilidad de
presas potenciales (Marques et al., 2000; Valdujo et al., 2002). Esto fue cierto sobre todo
para las especies batracófagas (Erythrolamprus semiaureus, H. infrataeniatus, H.
leopardinus, L. ahaetulla, T. hypoconia, T. strigatus, T. chaquensis, X. dorbignyi y X.
merremii) y las que consumieron reptiles en altas proporciones (Paraphimophis rustica, M.
altirostris y P. patagoniensis), ya que estas presas son ectotermas y por tanto son muy
99
Ecología de las serpientes del litoral argentino
abundante en los meses cálidos, que son en los que ocurren las posturas y pariciones de
estas especies de serpientes.
La frecuencia de reproducción, el potencial reproductivo y la sincronización de las
pariciones y posturas con el ciclo hidrológico y la disponibilidad de presas para alimentar a
los neonatos, están más en línea con la Hipótesis de Competición-Predación (HCP). Esta
conclusión deviene de que independientemente del grupo filogenético al que pertenezcan
estas serpientes, todas las especies que tienen el mismo modo reproductivo (ovíparas -
vivíparas) se comportan de manera similar, por lo que sería este un indicio de que especies
de diferentes clados ajustaron su reproducción a ciclos ambientales. Sin embargo es
probable que la fecundidad media sea una característica con mayor influencia filogenética,
y por tanto más acorde a la HHP. Esto surge de la observación de que, además de no
apreciarse un patrón distintivo entre los diferentes modos reproductivos, los tamaños de
camada de las especies cogenéricas (Helicops, Thamnodynastes, Xenodon) son muy
similares, a excepción de las Bothrops en las que puede estar influyendo la diferencia de
tamaño más marcada entre sus especies. Aunque en algunos casos también puedan existir
factores ecológicos que determine el tamaño de camada. Por ejemplo Lillywhite y
Henderson (1993) especularon que la forma del cuerpo delgado de las serpientes arbóreas
puede limitar la capacidad de la hembra para llevar los huevos. Luego de controlar el efecto
filogenético en especies emparentadas, ellos encontraron que las especies arbóreas tuvieron
nidadas más pequeñas que las especies terrestres y acuáticas, sin embargo, el tamaño de la
descendencia no difirió entre los grupos, lo que refleja un conservadurismo filogenético
sobre el tamaño de las crías (Vitt 1986). La selección natural para la forma del cuerpo
delgado en las serpientes podría imponer la selección en el tamaño de la camada (Pizzatto
et al., 2007b). En este estudio Leptophis ahaetulla, la única especie arborícola, fue una de
las dos especie con menor tamaño de camada; la otra fue Micrurus altirostris, en la que el
bajo número de huevos también podría explicarse por el uso del hábitat que hace, ya que
esta especie es fosorial y le favorecería poseer un cuerpo más delgado para desplazarse en
cuevas y grietas.
100
Ecología de las serpientes del litoral argentino
4.3 Dieta
Los estudios sobre la dieta son de importancia central para nuestra comprensión de
la ecología a nivel individual, poblacional y de la comunidad, y pueden dar una idea de la
evolución y la dinámica contemporánea de los sistemas biológicos (Rodríguez-Robles,
2002). Esta información no solo es valiosa por acercarnos al conocimiento de la biología de
las especies de serpientes, sino que aporta datos fundamentales para conocer el papel de
estos depredadores en los ecosistemas naturales (Carreira, 2002). Por su función como
depredadores, las serpientes merecen mayor atención por parte de ecólogos involucrados en
el estudio de dinámica del ecosistema (Akani et al., 2003). Incluso, algunas especies como
Hydrodynastes gigas, llegan a ser de los depredadores tope más importante en los
ecosistemas en que habita en la región subtropical de Sudamérica, debido a que la mayoría
de los grandes mamíferos como Panthera onca y Pteronura brasiliensis se han extinguido
(Giraudo et al., 2007). Además, la información sobre la alimentación es uno de los factores
que incide en la determinación de la vulnerabilidad de una especie (Carreira, 2002). Sin
embargo la mayoría de los estudios sobre la ecología de la alimentación de serpiente son
generalizaciones y algunos autores han observado diferencias entre los estudios generales y
los que analizan muestras representativas de especies (Giraudo et al, 2004.; López y
Giraudo, 2004; Bellini et al.; 2013).
Entre las especies estudiadas encontramos diferentes grados de especialización en la
dieta y en diferentes tipos de presas, estando correlacionada la alimentación más con el uso
del hábitat y la historia filogenética, que con el modo reproductivo de las especies. Esto es
particularmente evidente cuando se observa la superposición del nicho alimenticio entre las
especies estudiadas. En el análisis a nivel de grandes grupos se ve que las mayores
superposiciones se dan entre especies que comparten el mismo hábitat, dándose incluso
superposición entre especies terrestres y fosoriales por un lado, y acuáticas y arborícola por
otro. Las especies cogenéricas también se superponen en este nivel debido a que hacen uso
del mismo tipo de hábitat. El análisis a nivel de familia muestra sin embargo resultados
muy distintos, con poca superposición en general, siendo los valores más altos entre
distinto géneros, salvo en un caso de dos especies cogenéricas (Thamnodynastes). Estos
resultados apoyan la hipótesis de Vitt y Pianka (2005), que sugiere que el efecto histórico
es mayor y la interacción entre especies es menor entre especies filogenéticamente lejanas,
101
Ecología de las serpientes del litoral argentino
mientras que los efectos históricos son menores y las interacciones entre especies se ven
potenciadas entre especies filogenéticamente cercanas que comparten el mismo ambiente.
Adicionalmente, Pianka (1974) afirmó que las especies simpátricas con altos niveles de
superposición a lo largo de una dimensión del nicho, a menudo se superponen
relativamente poco a lo largo de otra de las dimensiones, reduciendo la sobreposición
global efectiva de nicho. Por ejemplo, aunque L. ahaetulla se superpone altamente con dos
especies de Thamnodynastes, incluso al nivel de familia, no comparten el mismo tipo de
hábitat. Por otro lado, este mismo autor, sugirió que si un recurso no es escaso, dos
organismos pueden compartirlo sin perjudicar uno al otro. Los anuros, que son el grupo que
consumen en mayor proporción las especies que se superponen a nivel de familias, son un
recurso abundantes en los humedales de la región.
Las especies terrestres se alimentaron principalmente de mamíferos y reptiles (B.
alternatus, B. diporus, P. rustica y Philodryas patagoniensis) aunque en diferentes
proporciones, siendo solo una especialista en anfibios (X. merremii). Ambas especies de
Bothrops se alimentan de mamíferos, sin embargo, mientras B. alternatus es especialista, la
dieta de B. diporus está compuesta en un 50% por otros tipos de presas, por lo que se la
considera una especie generalista. Estudios que analizaron un elevado número de
individuos de B. alternatus, indican una dieta especializada en mamíferos (roedores y
marsupiales) (Martins et al., 2002; Nunes, 2006; Giraudo et al., 2008), sin embargo en este
estudio se registró un anfibio en el estómago de un juvenil. Si bien alternatus pertenece a
un sub-clado con especies principalmente especializadas en mamíferos, este dato muestra
cierta capacidad de ingerir anfibios (abundantes en sus hábitat), un carácter considerado
ancestral y ampliamente distribuido filogenéticamente en el género Bothrops (Martins et
al., 2002).
Las especies acuáticas se alimentaron principalmente de peces (E. semiaureus, H.
infrataeniatus, H. leopardinus) y anfibios (T. chaquensis, T. hypoconia, T. strigatus),
siendo H. gigas la única especie generalista, lo cual esté asociado probablemente a su gran
tamaño corporal, que le posibilita consumir todo tipo de presas. A su vez la mayoría de
presas identificadas para esta última especies son exclusivamente acuáticas o
semiacuáticas, lo que se correlaciona que el tipo de hábitat que usa (ver para mayor detalle:
López y Giraudo, 2004). La única especie arborícola consumió casi exclusivamente
102
Ecología de las serpientes del litoral argentino
anfibios arborícolas (Hyla y Scinax) y algunas aves y huevos. Por último las especies
fosoriales se alimentaron de reptiles alargados (M. altirostris) y anfibios terrestres (X.
dorbingyi).
4.4 Conclusiones
A la luz de todos los resultados encontrados en este estudio, las hipótesis sobre las
influencias filogenéticas (HHP) cobra mayor peso. Queda demostrado que las serpientes
relacionadas filogenéticamente tienen morfología, estrategias reproductivas y alimentarias
más similares entre sí, en relación con especies de diferentes linajes que comparten su
hábitats. Por ejemplo, H. gigas y las dos especies de Helicops, y las tres de
Thamnodynastes, a pesar de compartir el tipo de hábitat (son todas especies acuáticas), no
tienen el mismo modo ni fenología reproductiva (H. gigas ovípara, Helicops y
Thamnodynastes vivíparas), ni el mismo tipo de dieta que varía en relación con los géneros,
siendo Thamnodynastes batracófaga, Helicops principalmente piscívora e Hydrodynastes
omnicarnívora.
Por otro lado, la influencia ecológica sobre algunos atributos de las serpientes pudo
ser observada. Algunas serpientes que comparten los mismos hábitats mostraron ciertas
convergencias, particularmente en las estrategias alimenticias, por ejemplo E. semiaureus y
las dos especies de Helicops, que son acuáticas, incluyeron peces (y en menor proporción
anfibios) como parte importante de sus dietas, mientras que la mayoría de las especies de
Erythrolamprus (antes Liophis), tienen una dieta basada casi exclusivamente en anfibios
(Giraudo et al., 2007); sin embargo el rol de la filogenia sigue siendo el mayor
determinante en la estructuración de esta comunidad de ofidios. Acorde a esto, se puede
agregar que, aunque los análisis de influencia filogenética en la morfología, reproducción y
dieta muestran que prácticamente la totalidad de la variación de estos atributos puede ser
explicada mediante las relaciones filogenéticas de las especies, cuando realizamos un
análisis con la covariación de otra matriz ecológica como el uso del hábitat, se puede
apreciar que este último atributo influye (aunque en mucho menor medida) en las
características reproductivas de una especie. Estudios anteriores han sugerido que las
principales características ecológicas de las serpientes (por ejemplo, la dieta, el modo de
reproducción, uso de hábitat) han cambiado durante la historia de la evolución del clado
103
Ecología de las serpientes del litoral argentino
(Martins et al., 2002). Aunque algunos de estos rasgos han experimentado pocos cambios
durante la historia de un linaje, lo que resulta en un grupo de serpientes con poca variación
contemporánea en estos caracteres, otros rasgos son menos conservadores y difieren
ampliamente entre un clado (Pizzatto et al., 2008a). Como se había esperado, las
características reproductivas son en su mayoría conservativas y están más en línea con la
HHP, salvo la frecuencia y el momento de las posturas y pariciones que lo están más con la
HCP. La dieta también fue conservativa, explicándose mediante la HHP, aunque mostró un
poco más de flexibilidad dentro de las especies cogenéricas, como se mostró para Bothrops,
Helicops, Thamnodynastes y Xenodon. Conociendo que la estructura de una comunidad
refleja tanto las interacciones ecológicas de los individuos que la componen, como la
historia de los linajes que la integran (Vitt et al., 2003; França et al., 2008; Colston et al.,
2010), podemos explicar que ciertos rasgos morfológicos o atributos ecológicos de la dieta
y reproducción de las especies estudiadas estén más en línea con la HPC, mientras que
otros se explican mejor bajo la HHP. Como indica França et al. (2008) estas hipótesis no
son mutuamente excluyentes.
Ahora podemos responder por lo menos en parte la pregunta que se hicieron Cadle y
Greene (1993) sobre qué es lo que determina la organización de una comunidad en el
tiempo y en el espacio, indicando que en la comunidad estudiada un efecto filogenético
profundo explica la mayor parte de la variación de la morfología y de los atributos
reproductivos y alimentarios, aunque el uso del hábitat influye (en menor medida) en
algunas características reproductivas y dietarias de algunas especies.
104
Ecología de las serpientes del litoral argentino
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