Fuentes Del Derecho Del Trabajo
Fuentes Del Derecho Del Trabajo
Fuentes Del Derecho Del Trabajo
Vamos a centrarnos en lo que son las Fuentes del Derecho del Trabajo, que son, en
gran parte, las comunes a cualquier otra disciplina jurídica.
Fuentes Materiales: son los factores o elementos que contribuyen a fijar el contenido
de la norma jurídica, es decir, lo que da contenido a las creaciones de las fuentes
formales. El hecho social es la fuente material que opera como antecedente de la
fuente formal que es la norma que refleja ese hecho
Art. 1 LCT (Ley de Contrato de Trabajo): enumera las fuentes del derecho del trabajo, al
expresar que “el contrato de trabajo y la relación de trabajo se rigen:
a. Por esta ley;
b. Por las leyes y estatutos profesionales;
c. Por las convenciones colectivas o laudos con fuerza de tales;
d. Por la voluntad de las partes;
e. Por los usos y costumbres”.
Interesa resaltar que no se trata de una enumeración taxativa, es decir, no quiere
decir que no se puedan agregar otros supuestos ya que, por ejemplo, no está incluida la
Constitución Nacional (CN), que en el art. 14 bis consagra la protección y defensa del
derecho a trabajar y a una vida digna, al establecer pautas para el ejercicio del trabajo en
libertad, el derecho a la agremiación libre y las garantías para el ejercicio de la gestión
sindical y estabilidad en el empleo y el Estado garantiza el otorgamiento de los beneficios
de la seguridad social. Tampoco menciona a los tratados internacionales sobre los derechos
humanos, y los tratados y concordatos que tienen jerarquía superior a las leyes, en virtud de
lo establecido en el art. 75 inc.22 de la CN.
Entonces, se trata de una enumeración enunciativa y NO consagra un orden de
prelación, ya que rige el principio de la norma más favorable al trabajador.
FUENTES CLÁSICAS:
El artículo 14 bis consagra las garantías mínimas del trabajo en la Argentina en los
siguientes aspectos:
Dentro del contrato de trabajo, consagra el derecho del trabajador a
condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada y descanso y
vacaciones pagas; régimen remuneratorio (remuneración justa, salario
mínimo, vital y móvil, igual remuneración por igual tarea y participación
en las ganancias con control de la producción y colaboración en la
dirección); protección contra el despido arbitrario del empleado privado y
estabilidad del empleado público; estabilidad del representante sindical; y
compensación económica familiar (asignaciones familiares).
3. Leyes y sus reglamentaciones: La ley en sentido amplio, es toda norma jurídica con
cierto grado de generalidad. La ley de contrato de trabajo en su artículo 1°, menciona
como fuente a esta ley y a las leyes y estatutos profesionales. La ley de contrato de
trabajo es una ley general, y constituye el cuerpo normativo básico al cual se debe
recurrir cuando no exista otra regulación del contrato más específica, por ejemplo, en
caso de no existir un convenio colectivo o estatuto profesional, o en aquellos casos en
que un acuerdo individual sea violatorio de alguna de las normas imperativas que
constituyen el orden público laboral.
Los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la nación unifican los criterios sobre
determinados temas y son acatados por los tribunales inferiores, aunque no son vinculantes
porque la Corte no opera como tribunal de Casación. También son relevantes los fallos
plenarios de la Cámara Nacional de Apelaciones el Trabajo, que son dictados cuando
existen
criterios distintos entre distintas Salas de la Cámara sobre un tema idéntico; conforme a lo
dispuesto en el artículo 303 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, resultan
obligatorios para todas las salas del tribunal y para los juzgados de primera instancia y
tribunales inferiores.
FUENTES PROPIAS:
1. Convenios Colectivos:
Constituyen una fuente autónoma y propia del derecho del trabajo regulado en la ley
14.250. Es el acuerdo celebrado entre una asociación sindical con personería gremial y
una empresa, grupo de empresas o la representación de los empleados, por ejemplo, las
cámaras empresariales o una asociación de empleadores, que debe ser homologado por el
Ministerio de Trabajo.
Su objeto es fijar las condiciones de trabajo y empleo en determinada categoría
profesional: respecto de los sujetos comprendidos en una actividad, oficio o empresa. Son
obligatorios tanto para los firmantes, como para los trabajadores y empleadores
comprendidos en su ámbito de aplicación.
Para que el convenio sea válido se requiere determinar exactamente la representatividad de los
firmantes, tanto por la patronal como por la parte obrera, pues sus reglas no podrán
extenderse más allá de la representación que poseen legítimamente quienes pactan. Así,
por ejemplo, si un sindicato con alcance nacional suscribe un convenio colectivo con una
única empresa, dicha norma no será obligatoria para toda la actividad sino,
exclusivamente, para los trabajadores de la empresa que pactó
Los convenios tienen naturaleza jurídica mixta, ya que, en virtud de su forma de
celebración, tiene cuerpo de contrato ya que es un acuerdo de voluntades, pero por su
alcance y por requerir el control de legalidad de la autoridad de aplicación, la
homologación tiene alma de ley.
Sus disposiciones tienen validez y deben ser acatadas por los trabajadores, siempre
y cuando sus cláusulas no se contrapongan con lo normado en la ley de contrato de trabajo,
ni con las disposiciones del convenio colectivo aplicables a la actividad o a la empresa, ni
con lo pactado en el contrato individual de trabajo.
Una norma de jerarquía inferior puede prevalecer sobre otra de jerarquía superior si
resulta más favorable al trabajador.
En caso de presentarse un conflicto en la aplicación de las distintas fuentes del
derecho al trabajo, (dejando de lado la Constitución Nacional y los tratados
internacionales), se deben tener en cuenta las siguientes pautas rectoras:
-La ley se impone en principio por sobre las demás fuentes, puesto que la ley tiene jerarquía
superior al convenio colectivo, a la luz de lo dispuesto en el artículo siete de la ley 14.250.
-Una ley posterior deroga el anterior que ocupa el mismo espacio normativo; pero en caso
de que una ley general posterior complemente una ley especial, si este otorgaste mejores
derechos al trabajador, las sustituirá en forma parcial o totalmente.
-El convenio colectivo tiene eficacia derogatoria respeto de una ley anterior menos
beneficiosa y deja sin efecto el convenio colectivo anterior aun cuando éste otorgara
mejores derechos a los trabajadores; y deroga también las cláusulas menos favorables
incluidas en un contrato individual.
-Por el contrario, las cláusulas normativas de los convenios colectivos no se incorporan en
el contrato individual.
-Ni la ley ni el convenio colectivo pueden afectar el contrato individual anterior que otorga
mayores beneficios al trabajador; en este caso, el contrato individual se impone tanto el
convenio colectivo como la ley.
En síntesis, para saber cuál es la fuente que corresponde aplicar al caso concreto, se
debe tener en cuenta los principios propios del derecho del trabajo y analizar lo siguiente:
1) lo pactado por el trabajador en el contrato individual de trabajo;
2) observar si la actividad de la empresa le resulta aplicable un convenio colectivo de
trabajo, o bien si está regida por un estatuto especial, o si existe un reglamento de empresa;
3) si la respuesta los puntos uno y dos es afirmativa, verificar que ninguna de las cláusulas
o normas contenidas en dichas fuentes viole el orden público laboral;
4) si la respuesta los dos primeros puntos es negativa, o la del punto tres es afirmativa, se
debe aplicar la ley de contrato de trabajo.
En caso de colisión entre dos o más fuentes que otorgan distintos beneficios al
trabajador, se aplica la regla del régimen más favorable. Para lograr tal objetivo
doctrinariamente se han establecido tres criterios:
Acumulación: se toman las normas y cláusulas más favorables de cada uno de las fuentes
del derecho, y con ellos se conformó una nueva norma.
La cuestión referida a la relación entre ambas ramas del derecho se suscita con motivo del
valor de la autonomía de la voluntad de las partes que en principio se reconoce como
primordial en el ámbito del derecho civil y que se encuentra acotado en el ámbito del
contrato de trabajo por el principio protectorio y la naturaleza tuitiva de sus normas.
No obstante numerosos institutos del derecho civil son aplicables en el desenvolvimiento de
una relación laboral, en caso de incumplimientos incurridos por el empleador que
trascienden el marco legal que regula el contrato de trabajo como los relacionados con
supuestos de fuerza mayor, culpa, simulación, solidaridad, el pago, daño moral, entre
muchos otros, adaptados a las características propias de este contrato y a la especial
naturaleza de las relaciones del trabajo.