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Jesús Joel Peña esPinosa*

Crisis, agonía y restauración


del monasterio de Santa Mónica
de la ciudad de Puebla, 1827-1943
Revisión del impacto que produjeron en el monasterio de Santa Mónica, ubicado en
la ciudad de Puebla, los procesos de lucha política y consolidación del Estado liberal
y del revolucionario. Se pone atención a la vida interna de la comunidad religiosa de
agustinas recoletas, la circunstancia casi de extinción y el renacer de este convento
en medio de un clima hostil que propició la salida definitiva de su casa original y
posterior asentamiento en otro inmueble, ambos parte del patrimonio edificado de la
angelópolis. Reflexión sobre el papel que juega en la memoria histórica de la ciudad.
Palabras clave: monjas, liberalismo, revolución, iglesia, agustinas recoletas.

E
l monasterio de Santa Mónica es un referente esencial en la memoria his-
tórica de Puebla, primero como un espacio que materializó un proyecto es-
pecífico encaminado a proporcionar una alternativa de vida, realización y
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trascendencia a las mujeres; en este sentido aún mantiene vigente esa voca-
ción de forma sorprendente a pesar de los avatares que aquí narraremos. En
segundo lugar, porque el inmueble que lo albergó durante casi dos siglos y medio expresa,
a través de su perfil museístico y pese a lo desafortunado del reciente guión, un rostro del
paradigma de una sociedad multisecular que oscila entre la fe y la laicidad. El inmueble, en
su perfil arquitectónico, se mantiene a pesar de ciertos desatinos recientes de intervención
y la acechanza del gobierno local sobre su acervo y el espacio vecino, un todo que alguna
vez fue parte de esta gran casa religiosa.
En razón de ello quiero centrar la atención en un periodo poco conocido de la histo-
ria del monacato poblano, el decimonónico, y particularmente la etapa de inestabilidad
en la vida conventual provocada por la persecución de los regímenes políticos sobre las
instituciones eclesiásticas.1 El año de inicio corresponde a un momento toral en la vida
espiritual del monasterio, y el de conclusión cuando por fin una nueva generación de
religiosas encuentra la paz en una nueva casa. Expondremos inicialmente el contexto
político y jurídico de la ciudad y del estado de Puebla que incidieron en la vida de los mo-
* Centro inah Puebla.
1 Agradezco al doctor fray Roberto Jaramillo Escutia, osa, la invitación que me hizo hace algún tiempo para
integrarme a las pesquisas acerca del monasterio de Santa Mónica y, desde luego, a la generosidad de la comu-
nidad de agustinas recoletas en Puebla, con quienes hemos compartido muchas experiencias. Este texto forma
parte de un estudio mucho más amplio que algún día verá el término.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
nasterios; a continuación abordamos aspectos que a la Presidencia y la implantación de un gobierno
tocan a todas las comunidades de religiosas en Pue- centralista.3
bla, y finalmente el caso específico del monasterio Durante el siglo xix se expidieron leyes, en un
de Santa Mónica. tono cada vez más alto, que fueron desde la exac-
El monasterio de Santa Mónica fue erigido canó- ción de recursos económicos y afectación de los bie-
nicamente el 20 de mayo de 1688, por iniciativa del nes hasta la supresión de los monasterios. Los ban-
obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, quedando dos en disputa, liberales y conservadores, exigieron
dotado para que en él profesaran doncellas pobres, préstamos forzosos a las instituciones eclesiásticas,
de manera que la falta de dote no fuese impedi- de manera que tanto los anticlericales como los que
mento para acceder a este monasterio. Quedaron arengaban al grito de “religión y fueros” dispusieron
bajo filiación diocesana y observando la Regla de de los bienes eclesiásticos, lo cual impactó defini-
San Agustín, a manera de las agustinas recoletas.2 tivamente en los monasterios femeninos.4 Las Le-
Del convento de Puebla, en el siglo xvii como en el yes de Reforma dieron la puntilla contra los bienes
xx, provino la fundación de otras casas en territorio de las corporaciones eclesiásticas y dinamitaron la
mexicano. existencia de la vida religiosa en México; después
de su aplicación decenas de conventos y monas-
Época de vientos contrarios terios fueron destruidos físicamente o reducidos a
una mínima expresión. La ciudad de Puebla, donde
A partir de 1833 se enunciaron las primeras dispo- la Iglesia era omnipresente, acusó el embate del li-
siciones del México independiente que fueron tipi- beralismo, además de los efectos por la guerra con-
ficadas como anticlericales. Valentín Gómez Farías, tra la invasión francesa; durante la segunda mitad
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como vicepresidente de México, buscó aplicar un del siglo xix la fisonomía simbólica de la ciudad ini-
proyecto de reforma. Aquel año las dos cámaras ha- ció una transformación desacralizadora, y el discur-
bían promulgado el Patronato Nacional, y en razón so social de los poblanos adquirió nuevos matices,
del mismo Gómez se negó a aceptar las bulas de un proceso que se extendió hasta la época posrevo-
nombramiento del obispo de Yucatán, secularizó lucionaria del siglo xx, como ya lo he analizado en
las misiones de California, prohibió que los párro- otro trabajo.5
cos recibieran directamente las obvenciones, fijan- Al mismo tiempo, el gobierno eclesiástico de la
do un salario para los curas, y el 6 de noviembre añeja diócesis Tlaxcala-Puebla entró en un periodo
derogó la coacción civil para el cumplimiento de
3 Marta Eugenia García Ugarte, Liberalismo e Iglesia católica en
los votos monásticos. La suerte de estas leyes duró
México, 1824-1855, México, Imdosoc, 1999, pp. 49-55.
poco, llegando a su fin con el retorno de Santa Anna 4 Ejemplos en otras partes del país, véase Elisa Speckman Gue-
rra, “Las órdenes femeninas en el siglo xix: el caso de las domi-
2 Sobre la etapa fundación y la etapa novohispana del monaste- nicas”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea, vol. 18,
rio, véase Teófilo Aparicio López, El Convento de Santa Mónica. México, 1998, pp. 15-40; disponible en http://www.historicas.
Trescientos años de vida fecunda y generosa, Puebla, ed. particu- unam.mx/moderna/ehmc/ehmc18/232.html, consultado el 9 de
lar, 1988, pp. 19-46; Alonso de Villerino, Esclarecido solar de las junio 2014; Lissete Griselda Rivera Reynaldos, “La exclaustración
religiosas recoletas de Nuestro Padre San Agustín y vidas de las in- de las órdenes monásticas femeninas en la ciudad de Querétaro,
signes hijas de sus conventos, Madrid, Imprenta de Bernardo de 1863-1870”, en Tzintzun, núm. 25, enero-junio de 1997, pp. 19-32.
Villadiego, 1694, t. tercero, Libro XXXIV; Mariano Fernández de 5 Jesús Joel Peña Espinosa, “Desacralización de espacios y dis-
Echeverría y Veytia, Historia de la fundación de Puebla de los Án- curso anticatólico en Puebla: 1856-1934”, en F. Savarino y A. Mu-
geles, México, Altiplano, 1962; José Medel, El convento de Santa tolo (coords.), El anticlericalismo en México, itesm/Miguel Ángel
Mónica. Museo colonial, Puebla, Editorial Puebla, 1940. Porrúa/Cámara de Diputados, 2008, pp. 165-188.

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de franca decadencia. La amarga muerte del obispo Puebla el periodo álgido de la lucha entre liberales y
don Francisco Pablo Vázquez, mientras los estadou- conservadores, conflicto en el que participó la Igle-
nidenses jubilosos deambulaban por las calles de sia poblana acelerando el proceso que contra ella se
su sede episcopal, marcó el fin de un periodo de vislumbraba, importante momento coyuntural de
esplendor e influencia que duró más de tres siglos. cambio en la historia local.9
Los gobiernos subsecuentes de la mitra poblana El gobierno militar de Haro resistió dos meses
no estuvieron a la altura de las circunstancias y el gracias a los préstamos forzosos que impuso al clero
foco de irradiación intelectual y estrategia política y a los comerciantes.10 Para hacer frente a la suble-
se trasladó a la sede michoacana,6 donde el obispo vación, el ejército federal marchó sobre Puebla, co-
Juan Cayetano Portugal, y posteriormente el bri- mandado por el presidente Comonfort, quien salió
llante Clemente de Jesús Munguía, llevaron el ti- de la capital del país el 29 de febrero, y dio inicio
món frente al surgimiento del Estado liberal. al ataque sobre la angelópolis el ocho de marzo de
La Puebla de los Ángeles poco había cambiado 1856. Las tropas de Haro y Tamariz fueron sitiadas,
durante la primera mitad del siglo xix; subsistían y el día 23 se pactó la capitulación, arribando Co-
en su espíritu y tradiciones formas propias del vivir monfort a Puebla el 31 de marzo.11
colonial; pero en 1854 el viajero francés Ernest de Durante las acciones bélicas los edificios reli-
Vigneaux escribió acusando cambios en las actitu- giosos, templos y conventos, jugaron un papel pri-
des religiosas de los angelopolitanos, aunque más mordial como parte de la estrategia militar, acción
flexibles a la presencia de los extranjeros —muchos que contribuyó grandemente a la destrucción del pa-
pertenecientes a otras confesiones— sin desdeñar trimonio eclesiástico.12 Se culpó al clero de haber
la permanencia de un sello católico.7 propiciado la sublevación, y en particular al obispo
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Desde 1855, acontecimientos vinculados al Plan Labastida y Dávalos; la represión fue inmediata, de-
de Ayutla trastocaron la tranquilidad en el departa- cretándose la intervención de los bienes eclesiás-
mento de Puebla; hubo varios pronunciamientos a ticos en toda la diócesis y la expulsión del obispo.
favor y en contra de dicho plan. En diciembre es- La decisión de intervenir los bienes en el obispado
talló un levantamiento en Zacapoaxtla promulgado poblano-tlaxcalteca, se manifestó mediante un de-
por el cura Francisco de Paula Ortega y García, al creto del gobernador Francisco Ibarra, expedido en
cual se adhirió Antonio de Haro y Tamariz, quien el cuartel general de Puebla el 31 de marzo de 1856;
puso sitio a Puebla, entrando triunfante al frente de
las fuerzas conservadoras y pronunciándose contra José de Mendizábal, Efemérides de Puebla. Esta relación cronoló-
gica publicada durante el siglo xix a través de un almanaque fue
el gobierno liberal de México.8 Comenzaba así para llevada al disco compacto Memoria Urbana de Puebla, Inventario
de la Serie de Expedientes del Archivo General del Honorable Ayun-
6 Respecto a esta época del gobierno eclesiástico de Puebla, tamiento, 1591-1910, Ayuntamiento de Puebla/Conacyt/Institu-
véase Sergio Francisco Rosas Salas, “Obispos, Cabildo catedral to Mora, 1998; nuestras referencias a esta fuente corresponden
y libertad eclesiástica. Puebla 1847-1855”, tesis de maestría en a dicho formato electrónico, de modo que su cotejo debe hacer-
Ciencias Humanas, Zamora, Centro de Estudios de las Tradicio- se conforme a la data referida.
nes-El Colegio de Michoacán, noviembre de 2010. 9 Un documentado estudio de esta época es el de Jan Bazant,
7 Ignacio Ibarra Mazari, Crónicas de Puebla de los Ángeles, según Antonio de Haro y Tamariz y sus aventuras políticas (1811-1869),
testimonios de algunos viajeros que la visitaron entre los años 1540- México, El Colegio de México, 1985.
1960, México, Gobierno del Estado de Puebla, 1990, p. 239. 10 Jan Bazant; Los bienes de la Iglesia en México, 1856-1875, Méxi-
8 Guy P. Thomson, “La contrarreforma en Puebla, 1854-1886”, co, El Colegio de México, 1977, p. 44.
en William Foster et al., El conservadurismo en México en el siglo 11 José de Mendizábal, op. cit.
xix (1810-1910), uap/sc de Puebla/U. of St. Andrews, 1999. p. 249. 12 Jesús Joel Peña Espinosa, op. cit., pp. 173-176.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
en ese documento Comonfort acusó directamente de Puebla, oficina que dependió directamente del
al clero, sentenció la fuerte sospecha de que la su- Ministerio de Justicia federal. Al proclamar esta de-
blevación se había financiado con los bienes ecle- cisión, Comonfort señaló que derivó de la negativa
siásticos y decretó la necesidad de dar una solución del clero a cumplir la ley del 31 de marzo, e insistió
de “alta política” que salvaguardara la paz y el orden que persistían las necesidades que en dicha norma
público, subrayando la obediencia y sumisión que se esgrimieron para dictar la intervención. La dis-
deben al gobierno.13 posición para crear la depositaría fue hecha pública
El proceso de intervención comenzó de inme- en Puebla el 4 de julio de 1856,16 donde debían in-
diato; el gobernador Francisco Ibarra trató de ejecu- gresar los productos de los bienes pertenecientes al
tarlo de manera prudente, sabedor de la situación clero de la diócesis.
local, pero pronto cambió de actitud.14 La oposición En medio de ese ambiente, el 25 de junio de
del clero a la intervención y las presiones de los po- 1856 tuvo lugar la promulgación de la Ley de Des-
líticos y militares que simpatizaban con el espíritu amortización de fincas rústicas y urbanas de las
de los liberales puros, instalados en el gobierno fe- corporaciones civiles y eclesiásticas, conocida como
deral, hicieron que cualquier cordialidad fuese des- Ley Lerdo; fue publicada en Puebla el 2 de julio del
echada. Comonfort sustituyó a Ibarra por el general mismo año. A partir de julio, la ley de intervención
Juan B. Traconis, decidido liberal, a quien encomen- y la de desamortización pesaban sobre los bienes
dó lo tocante a los bienes eclesiásticos. El 19 de abril de la Iglesia en Puebla. Comonfort otorgó facultades
Traconis publicó el reglamento sobre la mecánica extraordinarias al gobernador del estado de Puebla
del proceso interventor. El 11 de mayo se decretó para expedir cuanta disposición fuese necesaria con
la expulsión del obispo don Antonio Pelagio de La- tal de que se cumpliera de forma precisa y rápida la
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bastida y Dávalos, decisión que al parecer sorprendió ley de intervención, facultades de las cuales tam-
al mismo Comonfort y a Portilla, quien había he- bién gozaron los gobernadores de Veracruz, Oaxa-
cho indagaciones sobre las acusaciones contra el obispo ca, Estado de México, Guerrero, y el jefe político
y las había dado por infundadas. La noticia causó de Tlaxcala en virtud de la extensión de la dióce-
conmoción en la ciudad, pero la represión no sólo sis Tlaxcala-Puebla, y así ejecutar las disposiciones
estaba sobre la persona de monseñor Labastida; el emanadas del gobernador poblano en la materia
gobernador había hecho encarcelar a tres priores y referida.17
a cuatro sacerdotes diocesanos. Finalmente el Pre- El 21 de agosto se publicó en Puebla un decreto
sidente de la República aprobó la determinación del para que el clero de dicha diócesis pagara la suma
gobernador poblano.15 de un millón de pesos, repartidos entre todas las
En julio se dispuso la creación de una instancia corporaciones, exceptuando los colegios, hospitales,
burocrática que controlaría de manera absoluta los hospicios y parroquias notoriamente pobres. La dis-
ingresos de la Iglesia, la depositaría general de los bie- tribución se hizo de la forma que se muestra en la
nes intervenidos al venerable clero de la diócesis tabla 1.18
13 Archivo del Ayuntamiento de Puebla (aap), Leyes y decretos 16 aap, Leyes y decretos 17a, f. 238. Bando del gobernador Traconis
17a, f. 167. Bando de Francisco Ibarra del 1 de abril de 1856. que comunica el decreto de Comonfort del 20 de junio de 1856.
14 Antonio Carrión, Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles, 17 aap, Leyes y decretos 17a, f. 241. Bando del 4 de julio de 1856.
t. II, Puebla, Tipografía Salesiana de la Escuela de Artes y Ofi- 18 aap, Leyes y decretos 17a, f. 276. Bando de Juan B. Traconis
cios, 1897, p. 341. del 2 de septiembre de 1856. Puede verse también José de Men-
15 Ibidem, p. 440. dizábal, op. cit.

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Tabla 1. Desglose del pago sufragado por la diócesis poblana (1856)
Curia
Cofre 100,000
Recaudación de vacantes 100,000
Colecturía de ánimas 30,000
Obras pías 40,000
Monasterios de religiosas
Nuestra Señora de la Limpia Concepción 80,000
San Jerónimo 70,000
Santa Catalina de Sena 60,000
La Santísima Trinidad 60,000
Santa Clara de Asís 60,000
Santa Mónica 50,000
Santa Inés de Montepulciano 30,000
Santa Rosa de Lima 25,000
San José y Santa Teresa de Jesús 15,000
Conventos de religiosos
San Agustín 85,000
Nuestra Señora de los Remedios (El Carmen) 70,000
Santo Domingo, incluye la provincia de San Miguel y los Santos Ángeles 80,000
Tercera Orden de San Francisco de Asís 25,000
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Colegio de Nuestra Señora de Belén 20,000
Total 1,000,000

Las leyes de desamortización e intervención se y en enero de 1858 el general Echegaray ordenó el


fueron aplicando en la diócesis de Puebla durante cese de la depositaría y que se pagara al clero los
los primeros meses de la Guerra de los Tres Años, adeudos de los productos de sus bienes.20 Poco des-
hasta que la plaza cayó en manos de los conserva- pués fueron derogadas en todo el país, por el go-
dores. Ante el hecho de que el obispo había sido bierno de Zuloaga, otras leyes —como la de obven-
expulsado, correspondió al cabildo catedral y al go- ciones parroquiales y desamortización—. En el caso
bernador de la mitra hacer frente a esta situación. poblano determinó, el 28 de abril de 1858, la nuli-
El liderazgo del canónigo Ángel Alonso y Pantiga, dad de la ley de intervención, por lo que los bienes
aunque sin suficiente energía, logró unir a la fuerza habían pertenecido y seguían perteneciendo a las
clerical contra los embates liberales, pero el 22 de iglesias, conventos y obras pías correspondientes.
febrero de 1859 murió este personaje, quien fue va- Estas circunstancias favorables a la Iglesia dura-
rias veces gobernador de la mitra y era decano de ron poco; el primer día de 1861 los liberales recu-
todos los canónigos de la República.19 peraron el gobierno de México, y con ello llegó la
Durante la Guerra de los Tres Años los conserva- revancha contra los conservadores y contra la Igle-
dores tuvieron el gobierno de la ciudad de Puebla,
20 aap, Leyes y decretos 20, f. 16. Bando de Miguel María de
19 José de Mendizábal, op. cit. Echegaray del 31 de enero de 1858.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
sia.21 Ese mismo 1 de enero se dio a conocer en la El giro de tuerca por parte del gobierno estatal
ciudad la Ley de nacionalización de los bienes de no demoró, y en septiembre comenzaron a bajar las
la Iglesia que Juárez había promulgado en Veracruz campanas de varios templos; en 1863, con el argu-
en 1859. Dicha ley dispuso la supresión de las órde- mento de defender la ciudad del invasor francés, las
nes religiosas y la exclaustración de los religiosos. iglesias se convirtieron en edificios militares desig-
Una a una se fueron notificando a los angelopolita- nados emblemáticamente con membretes que adu-
nos las leyes dictadas por el nuevo régimen, como cían el carácter laico del estado.24 En 1867, instaura-
la secularización de hospitales, la libertad de los da la república liberal, se ejecutaron las leyes sobre
ministros de culto para ejercer cualquier profesión, los bienes eclesiásticos. Aunque gran parte de los
la ley de secularización de los cementerios, entre conventos no desaparecieron de manera absoluta,
cuyas normas estaba el que las bóvedas de los con- sí fueron reducidos físicamente a un área mínima
ventos de monjas quedaban bajo la inspección de y en algunos casos sólo quedaron los templos. Las
funcionarios gubernamentales.22 áreas cercenadas fueron lotificadas y rematadas al
En mayo el poder local ordenó que don Fran- mejor postor. Esta venta de lo que alguna vez fueron
cisco Irigoyen, gobernador de la mitra, y su se- conventos sucedió paulatinamente, mientras los in-
cretario salieran del estado, en razón de haber muebles no pudieron recuperarse de los estragos de
permitido la lectura de una carta pastoral en los las guerras, del abandono y de la rapiña, resultando
templos, la cual fue suscrita por el propio Irigoyen que al pasar a sus nuevos propietarios iban práctica-
y dirigida a toda la diócesis con fecha del 22 de mente como lotes llenos de escombro.25
abril de 1861. Hizo recuento de las tribulaciones
padecidas por la Iglesia mexicana en los últimos Embate a los monasterios angelopolitanos
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años, por las guerras y por las leyes anticlerica-
les, menciona las protestas de los obispos y los En mayo de 1855 se publicaron en el estado de Pue-
cabildos, la coartación hacia el culto divino y la bla las disposiciones del gobierno central, a través
cuestión de los bienes eclesiásticos. La autoridad del Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos,
eclesiástica poblana hacía un llamado a la feligre- para colaborar con el delegado apostólico, Clemen-
sía exhortándola a la caridad y la permanencia en te de Jesús Munguía, sobre diversos aspectos tocan-
la fe hasta el martirio, sin dejarse alucinar por la tes a la administración y gobierno de los conventos,
impiedad y las herejías propaladas por la prensa colegios y hospicios. Una de estas normas, promul-
y algunos libros. Invitaba a una resistencia pasiva gada por el delegado apostólico en México el 27 de
contra las leyes anticlericales.23 abril de 1855, reglamentaba la admisión a los novi-
ciados conforme al decreto de Pío IX de fecha del
21 Para datos generales del país, véase José Gutiérrez Casillas, 25 de enero de 1848, según el cual se requería de
Historia de la Iglesia en México, México, Porrúa, 1993, pp. 308-313.
22 Luis G. Labastida, Colección de leyes, decretos, reglamentos, 24 Jesús Joel Peña Espinosa, op. cit., pp. 176-180.
circulares, órdenes y acuerdos relativos a la desamortización de los 25 A guisa de ejemplo pueden verse los estudios para el caso de
bienes de corporaciones civiles y religiosas y a la nacionalización de los edificios que fueron propiedad del convento y monasterios
los que administraron las últimas, México, 1893. dominicanos: Sandra Rosario Jiménez, “La desamortización de
23 Archivo del Venerable Cabildo Metropolitano de Puebla los bienes de la Orden de Predicadores en Puebla, 1856-1867”,
(avcm-p), Cartas y edictos pastorales del Arzobispado de Puebla, y Jorge Luis Morales Arciniega, “De conventos a ruinas: los
1825-1929, Carta pastoral que el Gobernador de la Mitra de Pue- espacios dominicanos en Puebla tras la desamortización (1856-
bla dirige a sus diocesanos, 22 de abril de 1862, Tip. de Tomás 1906)”, ambos en Anuario Dominicano, t. IV, vol. II, 2008, pp.
F. Neve, 15 p. 177-221 y 223-252.

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la aprobación de los ordinarios —in scriptis— para Tabla 2. Población de monjas poblanas (1852)
realizar la toma de hábito recomendando tener en Monasterio Religiosas
consideración la fijación del número de novicios Nuestra Señora de la Limpia Concepción 25
acorde a las posibilidades económicas de los con- Santa Catalina de Siena 30
ventos.26 Un año después, como hemos visto, los Santa Rosa de Lima 30
bienes de la Iglesia en Puebla estaban intervenidos. Santa Mónica 24
En la ciudad de Puebla, la Iglesia era propietaria San Jerónimo 44
de casi 50% de los inmuebles; de ese total, los con- Santa Inés Monte Pulciano 24
ventos femeninos poseían 39%. Los monasterios Santísima Trinidad 34
tenían los inmuebles de mayor valor; prácticamen- Santa Clara de Asís 32
te sus casas eran de primera clase, ubicadas en el Nuestra Señora de la Soledad y San José 21
centro de la ciudad y dotadas con servicios como San José y Santa Teresa de Jesús 20
el abasto de agua; la totalidad de esos edificios tenía Santa Ana y San Joaquín (capuchinas) 30
un valor cercano a los 2.5 millones de pesos.27 El Los Gozos 1
monasterio de Santa Mónica era el octavo propieta- Hermanas de la Caridad 5
rio, en orden de importancia por el número de sus
inmuebles, y si se considera sólo a los conventos de mico de sus claustros, los que estaban bajo la jurisdic-
monjas ocupaba el cuarto lugar. ción de las órdenes suprimidas quedarían bajo la de
En 1857, al recuperar de nuevo los liberales la sus respectivos obispos. La religiosa que deseara ex-
ciudad, se reorganizó la depositaría, encargándose claustrarse recibiría la dote con la que ingresó y si algu-
la segunda sección de administrar los monasterios. na no hubiese entregado dote recibiría 500 pesos. Los
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La primera mesa tendría a su cargo los conventos bienes de los conventos se disolvían al estipular esta
de la Concepción, la Santísima, Santa Clara y el co- ley que el capital de dote de cada religiosa se afianzaría
legio de Los Gozos; la segunda mesa Santa Catalina, en cualquier finca a título individual y podría disponer de
Santa Teresa, San Jerónimo, Santa Clara de Atlixco él. Al convento le quedaría sólo el capital para los gastos
y el colegio de Jesús María; a la tercera mesa corres- del culto y manutención, previa presentación por parte
pondían los conventos de Santa Mónica, Santa Inés de las superioras y capellanes de un presupuesto de gas-
y Santa Rosa, así como los colegios de Niñas Vírge- tos, el cual debían entregar al gobernador del Estado.
nes y San José de Gracia; el convento de las religio- Declaró cerrados perpetuamente todos los noviciados
sas capuchinas quedó exento de la intervención.28 en los conventos femeninos y a las novicias que en ese
Respecto a las religiosas, la ley de nacionalización momento existían se les prohibió profesar por lo que
ordenaba que continuaran los conventos que en ese debían separarse del convento inmediatamente.29
momento existían, observando el reglamento econó- ¿Cuántas religiosas había en la ciudad en esos
26 aap, Leyes y decretos 17a, f. 27. Bando del gobernador Joa- años? El número de monjas en Puebla hacia 1852
quín Pérez fechado el 25 de mayo de 1855. Tiene incorporado el era de aproximadamente 320, según la Guía de
decreto del Delegado Apostólico Clemente de Jesús Munguía. Forasteros de Juan del Valle, cuya distribución se
27 Rosalva Loreto López,“Los inquilinos de la Iglesia. Problemas
que enfrentó la propiedad urbana eclesiástica en Puebla, 1821- muestra en la tabla 2.
55”, en Carlos Contreras (comp.), Espacios y perfiles, México,
uap/Comecso/H. Ayuntamiento de Puebla, 1989. pp. 19-27. 29 aap, Leyes y decretos 21, f. 5. Bando del 1 de enero de 1861.
28 aap, Leyes y decretos 19, fs. 52-54. Decreto de J. García Conde La gran mayoría de las leyes dictadas en torno a la Iglesia fueron
del 6 de febrero de 1857. recopiladas en Luis G. Labastida, op. cit.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
Pese a que la ley de nacionalización ordenaba ventos.33 Fueron distribuidas en casas de familiares
respetar los conventos existentes, el 5 de febrero de y de bienhechores.34 Al día siguiente apareció un
1861 el gobierno federal ordenó reducirlos reunien- bando en el cual se decretaba que la jefatura de ha-
do a las religiosas, por lo cual innumerables monjas cienda valuaría los conventos y se procedería a su
salieran de sus monasterios. La primera exclaustra- lotificación para rematarlos con base en una pos-
ción ocurrió el 23 de febrero de 1861. En la noche tura de 5%. Ordenaba la inmediata disolución de
sacaron a las monjas de algunos monasterios y fue- las comunidades que estaban en casas particulares,
ron colocadas en otros. Las de Santa Catalina fueron prometiendo la entrega a las religiosas de las escri-
reunidas con las de Santa Clara, sumándoseles el turas correspondientes a sus dotes. Ortega justificó
día 28 las clarisas de Atlixco; las de Santa Teresa con la medida por las exigencias de la guerra, la lucha
las de la Soledad; las de Santa Inés llevadas al con- en favor de la república y en pro de establecer la
vento de Santa Rosa, y las de la Santísima al de la reforma.35
Concepción. Las capuchinas y las del Corazón de Los edificios conventuales se destinarían para
Jesús se quedaron en sus respectivos monasterios. hospitales militares del Ejército de Oriente, pero la
Las de los Gozos, llamadas sacramentarias, parece orden precisaba que, una vez pasada la contingen-
que se disolvieron.30 Las religiosas de San Jerónimo cia militar, los conventos se dividirían en lotes para
permanecieron en su convento.31 rematarse y esos recursos aplicarlos a los inválidos
El 28 de octubre de 1862, el jefe del Ejército de y familias del mismo ejército.36 En 1863, a los po-
Oriente, Jesús G. Ortega, decretó que los capitales cos días de instalado el ejército francés, volvieron
destinados para el culto en los conventos de reli- a entrar a sus monasterios las monjas capuchinas,
giosas se convertían en redimibles, y la jefatura de la Soledad, Santa Rosa, San Gerónimo y el Cora-
290 |
de hacienda los pondría inmediatamente en ven- zón de Jesús. Los otros siete, unos por vendidos y
ta, exceptuando los destinados para las dotes.32 otros por deteriorados, no estaban en disposición de
Asimismo, el gobierno de Puebla dispuso que los ser habitados, y por lo mismo las monjas de Santa
muebles y otros utensilios de los conventos desocu- Clara se fueron a San Roque, las de Santa Mónica
pados fueran trasladados al templo de Santa Teresa; permanecieron en la capilla de Jesús María, las de
simultáneamente se reunieron en la Academia de la Santísima a la casa de Recogidas, en la calle de la
Bellas Artes muchos cuadros de los mismos. Ape- Sacristía de Capuchinas, las de Santa Teresa a la es-
nas regresaban a sus inmuebles las monjas, cuando quina de Belén y Venado, y las de Santa Catalina a
el 10 de diciembre de 1862 se ordenó de nuevo la la calle de Molina número 7. Las de la Concepción
exclaustración, de manera que la noche de la Na- volvieron a su convento al año siguiente.37 Con la
vidad las sacaron a todas de sus respectivos con- política aplicada por Maximiliano varió muy poco

30 José de Mendizábal, op. cit. Cfr. Antonio Carrión, op. cit., 34 Archivo Histórico de Santa Mónica (ahsm), Secc. Gobierno,
p. 507. serie Correspondencia, Carta del 1 de enero de 1863. La cataloga-
31 Alicia Bazarte Martínez y Enrique Tovar Esquivel (comps.), ción de este fondo documental ha corrido a cargo de la maestra
El convento de San Jerónimo en Puebla de los Ángeles, cuarto cente- Cecilia Vázquez Ahumada. Agradezco a Patricia Ochoa, biblio-
nario de su fundación. Crónicas y testimonio, México, ed. privada. tecaria del Centro inah-Puebla, las facilidades para su consulta.
Según la crónica de sor María de los Ángeles Dimarías la prime- 35 aap, Leyes y decretos 24, f. 132. Bando de Jesús G. Ortega del
ra exclaustración de las jerónimas ocurrió en 1863. 26 de diciembre de 1862.
32 aap, Leyes y decretos 24, f. 111. Bando del Gral. Jesús G. Orte- 36 aap, Leyes y decretos 24, f. 133. Bando de Jesús G. Ortega del
ga del 28 de octubre de 1862. 2 de enero de 1863.
33 José de Mendizábal, op. cit. 37 José de Mendizábal, op. cit.

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esta situación; incluso algunos conventos fueron cación mediante carta, de tal forma que estaban al
ocupados por el ejército imperial. tanto de las circunstancias que guardaban en los lu-
Con el retorno definitivo de los liberales al po- gares donde estaban distribuidas. También algunas
der, en 1867, la fragmentación de los edificios que comunidades suscribieron hermanamientos espiri-
habían sido conventos de monjas siguió su curso. tuales como una forma de mantener el tejido espi-
En abril el gobernador Rafael García decretó que ritual sobre toda la ciudad y apoyarse mutuamente
para reclamo de lotes de los conventos ocupados con la única arma que sabían enarbolar: la oración.
por el ejército invasor o reutilizados por las reli-
giosas, era necesario presentar los títulos de domi- El monasterio de Santa Mónica
nio.38 Días después fue publicado en la ciudad de y sus últimas décadas de paz
Puebla el decreto que Benito Juárez había expedido
desde el 13 de marzo de 1863, ordenando la inme- Las vicisitudes del proceso de independencia inci-
diata exclaustración de las religiosas y prohibición dieron en la economía de todos los sectores socia-
para portar el hábito. El gobierno federal instruía la les, y los conventos no fueron excepción. En Santa
obligación de las “señoras exclaustradas” de some- Mónica se llegó a la anomalía de solicitar dotes a las
terse a la tutela de su padre o disponer libremente novicias, acción del todo prohibida por estatuto de
de su persona; el cese de cualquier arreglo hecho fundación. Mediante carta dirigida por el obispo Pé-
por los conventos en relación con sus bienes y ad- rez Martínez a la priora en 1825, pidió que se asegu-
ministrarlos individualmente cada una de ellas de raran correctamente las dotes; esa escrupulosidad
manera personal o a través de un apoderado; si los la sugería “[…] atendiendo el estado de abatimiento
padres de familias se negaban a recibir a sus hijas en que se hallan las rentas de los Monasterios”.40 En
| 291
exclaustradas perderían todo derecho de autoridad la misiva, el ordinario censuró la mala costumbre
sobre ellas y la facultad para heredarlas. Estableció que las dotes se protocolizaran un día antes de la
pena de muerte para quienes resistieren al retorno profesión y por la prisa quedaban mal aseguradas.
de las religiosas hacia la casa paterna o las escon- Una década después, el obispo Francisco Pablo Váz-
diesen. En caso de que las “exclaustradas” no resi- quez emitió un decreto signado el 18 de noviembre
dieran con sus padres, debían permitir la visita ofi- para que se observara cuidadosamente la decisión
cial en cualquier momento y tener la casa en que del fundador de no pedir dote y recibir sólo a las
moraban abierta todo el día, sin que habitaran más doncellas pobres y virtuosas; la decisión del obis-
de dos religiosas exclaustradas juntas; en caso de po se adoptó en razón de haber mejorado mucho
enfermar debían ser asistidas en las casas a cargo la economía del monasterio. La instrucción permi-
de las Hermanas de la Caridad o cualquier hospi- te saber que el capital en 1835 ascendía a más de
tal. Para el cumplimiento, se ordenó la formación 200,000 pesos según la contaduría de monasterios
de una “Comisión de Señoras”, compuesta por tres del obispado. Las exhortó al ahorro para que con
personas, cuya obligación era la inspección del el sobrante se remplazaran las pérdidas originadas
modo de vida de las exclaustradas.39 por “la inconstancia de las cosas y accidentes de los
Separadas, las religiosas mantuvieron comuni- tiempos”, ello con el fin de no volver a la desgracia
de pedir dote a quienes ingresaran.41 Estos datos de
38 aap, Leyes y decretos 28, f. 11. Bando de Rafael J. García del
12 de abril de 1867.
39 aap, Leyes y decretos 28, f. 17. Bando del 24 de abril de 1867. 40 ahsm, carp. A/18, doc. 3, f. 13.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
orden económico manifiestan la débil estabilidad a la feligresía mediante una novena que comenzó
que existía para la vida material de la comunidad, el 29 de agosto, fiesta de San Agustín. Diariamente
lo cual seguramente impactaba en su vida religiosa. rezaban la Letanía de los Santos después de la misa
Las transformaciones del ambiente decimonóni- conventual.
co en México hicieron más difíciles las decisiones En el testero del coro alto se colocó debajo de
hacia un régimen de vida en clausura; sin embargo, un dosel carmesí un cuadro del Sagrado Corazón
las hubo y seguramente animadas por un auténtico de Jesús, cuya composición iconográfica colocaba
sentido de vocación, como el expresado por María a San Agustín ofreciendo a Jesús un cestillo con 24
de la Luz Luna y Pacheco, quien escribió: “El dia corazones, uno de ellos punzado de espinas y cer-
verdaderamente felis y dichoso 25, de Marzo de ca de la figura del Salvador, además una filacteria
1852. Hise mis solemnes botos con el mas grande que decía: “la que con paciencia sufriere mayores
placer y contento para mayor honrra y gloria de mi trabajos, estará más cerca del Santísimo Corazón
Divino Espocito y sea para bien de mi alma”.42 mas la que huyere de padecer y buscare descanso
Un momento coyuntural en la vida espiritual de se alejará también de este Corazón Divino”.43 Para
las agustinas recoletas poblanas sucedió el viernes los dos últimos días del referido novenario se dis-
7 de septiembre de 1827, cuando la comunidad eli- puso un retiro espiritual distribuyendo cada día a
gió como patrono y protector al Sagrado Corazón de la mitad de la comunidad, con velos en los rostros
Jesús, realizando el juramento solemne. Conforme y mortificaciones. Enmarcado en el jubileo circular
al acta suscrita para este patrocinio, en la introduc- de las 40 horas y delimitado por las fiestas de San
ción de esta devoción los oratorianos y jesuitas tu- Agustín y de la Natividad de María, en medio de
vieron un papel descollante. Entre su práctica reli- repiques, para celebrar el juramento hubo Te Deum,
292 |
giosa habían adoptado la devoción de la comunión procesión, misa y sermón ante un espectacular mo-
en el primer viernes de cada mes desde la época numento construido en el interior del templo, todo
del obispo Álvarez Abreu, es decir, mediados del con pompa y solemnidad, dando una gran fiesta en
siglo xviii. Fue un milagro acontecido en julio de el exterior. El monumento estuvo conformado por
1826, en favor de la madre Teresa María del Cora- tres cuerpos; en el primero se colocó a San Agustín
zón de Jesús, monja del monasterio carmelita de y Santa Mónica, en el segundo a Nuestra Señora de
Nuestra Señora de la Soledad, que la devoción al la Consolación y San José, en el tercero un par de
Corazón de Jesús creció dentro de los monaste- ángeles que flanqueaban el remate donde se puso
rios angelopolitanos. Animadas por este suceso, la custodia. La misa y el Te Deum fueron acompa-
las “mónicas” sortearon las complicaciones que ñados por una orquesta que dio majestuosidad a las
imponían sus constituciones, como el hecho de celebraciones44 (figura 1).
no pedir limosnas, y una vez conseguida la licen- Este patronato jurado se conserva vigente hasta
cia del obispo Pérez Martínez, convinieron rea- la fecha como parte de la vida espiritual y el ciclo
lizar el juramento con un gran aparato celebra- devocional del monasterio, por lo cual es un hecho
tivo. En 1827 se prepararon espiritualmente con histórico primigenio en la praxis religiosa de las
su director de conciencia y después de convidó agustinas recoletas poblanas. Manteniendo la tradi-
ción de la comunión espiritual con el mundo ex-
41 ahsm, carp. A/18, doc. 11, fs. 24 r-25v.
42 ahsm, secc. Gobierno, caja 5, exp. 441. Respetamos la ortogra- 43 Lamentablemente el cuadro no ha podido ser localizado.
fía del documento. 44 ahsm, Libro del Sagrado Corazón de Jesús, fs. 11-17.

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Cuando los primeros días de octubre de 1856
las agustinas recoletas tuvieron pláticas en prepa-
ración a los ejercicios por la renovación de votos y
juramento al Sagrado Corazón de Jesús, debieron
contar con el sobresalto de la presencia del ejército
en las calles de Puebla y los inventarios de los bie-
nes inmuebles que les pertenecían. Al año siguien-
te la reflexión fue pronunciada por su sacristán, el
padre Francisco de Paula Somoza y Pérez, quien
primero hizo una apología de la actitud del monas-
terio al ofrecerse al Sagrado Corazón de Jesús es-
tableciendo una comparación con los holocaustos
Figura 1. Fragmento de la cédula de renovación del juramento al sagrado Corazón de
Jesús, 1926. ahsm-inah. referidos en la Antigua Alianza, después ponderó
el patrocinio sobre la vida espiritual del monaste-
terior, fue un obsequio devocional para la sociedad
rio, y desde ahí meditó sobre la consagración, la
las indulgencias que en 1851 el papa Pío IX otorgó
renovación y la constancia; sin duda, principios de
para quienes asistieran a determinados actos litúrgi-
la vida religiosa que pocos años después serían in-
cos en el templo de Santa Mónica, como la misa en
dispensables a las monjas para hacer frente al nue-
el altar dedicado al Inmaculado Corazón de María,
vo orden de cosas.46
que alcanzó estatus de altar privilegiado.45
La tranquilidad llegó a su fin por las circunstan-
Las exclaustraciones
cias descritas en la primera parte de este ensayo. | 293
de las agustinas recoletas en el siglo xix
En 1847 desfilaron por las calles angelopolitanas los
soldados estadounidenses que invadieron México;
Las religiosas de Santa Mónica fueron trasladadas
a partir de ese momento las comunidades monás-
al que había sido el colegio de Jesús María, veci-
ticas angelopolitanas asumieron la obligación de
no del monasterio de San Jerónimo.47 El drama
participar activamente en los sucesos que iban cim-
de la exclaustración empezaba y no cesaría has-
brando a la ciudad; insisto en decir “activamente”,
ta la salida definitiva de su convento en 1934. La
porque para las monjas sus plegarias tenían amplia
amargura de aquella primera salida quedó regis-
posibilidad de impetrar el auxilio divino e inclinar
trada en un poema (figura 2) que alguna de las
el fiel de la balanza. Dos rasgos se perciben en la co-
religiosas escribió:
rrespondencia privada y los poemas producidos en
aquella época: la lucha junto a las autoridades ecle-
Adiós Claustro idolatrado / decían en triste suspiro /
siásticas y el compromiso de pagar por los pecados
adiós precioso retiro / dulce centro de la paz. / Adiós
de quienes atentaban contra el orden establecido y
¡Oh coro sagrado / donde orábamos al Cielo / sien-
con ello ofendían a Dios, es decir, las circunstancias
do nuestro solo anhelo / amar al Supremo ser! / […]
políticas dieron posibilidad a las monjas para asu-
mirse como medio de ayuda y pago por el bienestar 46 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 27,
espiritual de la iglesia poblana. Carta de Sor María del Refugio a la R. M. Sor María Dolores de
Santa Catalina.
45 ahsm, carp. A/23, doc. 1-28, fs. 69r-82v. 47 José de Mendizábal, op. cit.; cfr. Antonio Carrión, op. cit., p. 507.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
y con ello contribuir al triunfo de la causa que con-
sideraba favorable a la vida religiosa.51 Dentro de su
destierro y clausura improvisada, aquellas mujeres
buscaban influir con sus rezos en favor de lo que
tenían por correcto; el mundo no les era ajeno.
El espíritu de las monjas, violentadas en su mo-
delo aspiracional de vida, desprovistas de lo que les
daba seguridad y expuestas a los ojos de la sociedad,
requirió de muchas atenciones. Se promovió entre
ellas componer o copiar versos que les infundieran
ánimo y, sobre todo, esperanza. Un ejemplo:

No te enternecen mis ansias / no te mueve mi dolor /


Figura 2. Fragmento del poema anónimo escrito a raíz de la exclaustración de 1861. ¿dónde estás bien de mis bienes? / ¿dónde mi amado
ahsm-inah.
Señor? / ¿dónde estás querido mío / dónde mi Jesús
Adiós celditas amadas / adiós huerta, adiós jardín / ya amado / dónde te has ido mi bien? / ¡que tan sola me
vamos a hacer en fin / la voluntad del Señor.48 has dejado!52

La mayoría de la comunidad de Santa Mónica Estas líneas expresan esa sensación de abando-
estaba en una casa donde había al menos la como- no, de ausencia del poder divino, del amado esposo,
didad de contar con un improvisado refectorio, su del patrono del monasterio. También los había de
294 |
oratorio y aposentos, y ahí recibían la Eucaristía dia- un talante apologético y belicoso:
riamente a las cinco de la tarde.49 En su vida espiri-
tual estaba presente la necesidad de la oración para Viva la sangre de Jesús
desagraviar al Corazón de Jesús, a quien se tenía Venza la sangre de Jesús
por ofendido mediante las Leyes de Reforma y las Triunfe la sangre de Jesús
exclaustraciones.50 Sumado a esta situación, los ho- En virtud de la sangre Preciosa de
rrores de la guerra de intervención francesa y des- Jesús Nuestro Dios y Salvador, triunfen las
pués la toma por los liberales ponían la zozobra que Armas Católicas de los enemigos de la Religión.53
vivía toda la ciudad. En una carta, María Dolores
Sales expresó su esperanza porque el general Osollo Las hijas de Santa Mónica expresaban así su lectu-
tomara la ciudad y batiera a los liberales, por ello ra de las contradicciones que habían alterado su vida.
exhortaba a su destinataria para reforzar la oración En apoyo de su frágil vida material y su sólida vida
48 Este poema, que es mucho más extenso, ya había sido pu- espiritual recibieron en 1870 de Pío IX, mediante
blicado en unas estrofas por María Cecilia Vázquez Ahumada y el Breve Expositumnobis, la concesión especial de
Rosa María Garza Marcué, Exconvento de Santa Mónica, Puebla, disfrutar de los privilegios que tenían los altares
buap, 2000, p. 18.
49 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 27, 51 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 39,
Carta de Sor María del Refugio a la R. M. Sor María Dolores de Carta de María Dolores Sales a Teresita.
Santa Catalina. 52 Actualicé la ortografía y coloqué los signos de puntuación.
50 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 34, 53 ahsm, secc. Vida espiritual, serie Oraciones y poesías, caja 3,
Carta de María Francisca del Niño Jesús a Conchita. exp. 171.

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te contratos de hermandad espiritual ofreciendo
acciones piadosas, mortificaciones y oración. Se
buscaba construir un escudo espiritual contra las
autoridades civiles y aquellos quienes se aprove-
chaban del nuevo orden jurídico que entraba en
detrimento de los monasterios. El 16 de enero de
1887 el monasterio de Santa Mónica y el de la San-
tísima Trinidad, ambas comunidades exclaustradas,
suscribieron desde el exilio un hermanamiento es-
piritual mediante el cual se obligaron mutuamente
Figura 3. Corredor y escalera del antiguo monasterio de santa Mónica, ca. 1940. tomado
de José Medel, El arte, la historia y los misterios de el Convento de Santa Mónica, Puebla,
a dedicar sufragios y ofrecimientos en favor de cada
ed. Puebla, 1940, p. 25.
monasterio58 (figura 3).
Hábilmente las religiosas lograron emplear las
de ánimas en el altar privado e improvisado que tu- leyes que ordenaron la supresión de los monaste-
vieran en el lugar donde vivieran provisionalmen- rios en su favor, mediante estrategias que ayudaron
te.54 En 1867 el obispo Colina y Rubio envió una a conservar algunos ingresos que prolongaran su
carta al cardenal Franchi, donde le retrata sucinta- manutención. La obligación de secularizarse y recu-
mente el estado en que se encontraba la Iglesia de perar el capital de su dote abrió la puerta para que
Puebla; expresa que las religiosas se encontraban dis- los viejos inquilinos y deudores reconocieran sus
persas en casas de particulares, las arcas de la Iglesia hipotecas en favor de cada religiosa, esta vez con
estaban completamente vacías.55 Dos años después su nombre civil, de manera que continuaron reci-
| 295
escribió brevemente a monseñor Mario Marini para biendo los réditos de algunos bienes inmuebles,59
explicarle lo que ocurría con los obispos recién nom- dinero que era entregado a la priora y ésta lo ad-
brados para las sedes de Oaxaca, Durango, Yucatán y ministraba según las necesidades de la comunidad
Sonora;56 además le comentó el estado lamentable en dispersa o dividida físicamente; esta centralización
que se encontraban las cosas en el país debido a la po- administrativa de los bienes recuperados se refleja
breza y la paralización del comercio, puntualizó que mediante las escrituras de donación que las mismas
podía seguir con el gobierno de su diócesis con relati- religiosas, usando su personalidad civil, hacían en
va libertad y la preparación de su clero.57 favor de la priora. Pese a los esfuerzos, el tiempo
Aquellas circunstancias produjeron un vínculo inexorable vio morir, una a una, a esas religiosas
con las otras comunidades monásticas, median- que para 1892 habían vuelto a su antiguo convento.
Al finalizar el siglo xix, el monasterio de Santa
54 amsm, carp. A/23, doc. 1-28, fs. 85v-87v.
Mónica agonizaba; quedaban apenas siete monjas
55 Carta del obispo Colina a monseñor Alejandro Franchi, 16
de agosto de 1867, en Luis Ramos (coord.), Del Archivo Secreto ancianas y muy enfermas, dos de ellas casi inmóvi-
Vaticano, México, unam/sre, 1997, documento 168. les, e ingresaba una muchachita que sería la simien-
56 Se trata de Vicente Márquez Carrizosa, José Vicente Salinas
te de renovación: Guadalupe Badillo. La primera
Infanzón, Leandro Rodríguez de la Gala y Jesús María Uriarte
y Pérez, respectivamente; cfr. José Gutiérrez Casillas, op. cit., 58 amsm, carpeta A/24, doc. 10, f. 12.
pp. 346-348. 59 ahsm, secc. Gobierno, serie Pecuniaria,
caja 5, exp. 354. Pago
57 Carta del obispo a monseñor Mario Marini, sin fecha, en Luis que hace Mariano Pastor a María Cayetano Guerrero de 10 pe-
Ramos, op. cit., documento 183. Desde luego que el concilio a sos por rédito de 2,000 pesos que reconoce sobre su casa, 31 de
que se alude es el Vaticano I. enero de 1882.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
década del siglo xx fue difícil para el monasterio
agonizante; apenas un exiguo hilo de savia le nutrió
de nuevo. La situación de la menguada vida monás-
tica en Puebla es evidente cuando en los acuerdos
del I Sínodo Diocesano, realizado en 1906, se habla
de la inexistencia de ellos.

Los difíciles días de la Revolución

El 18 de noviembre de 1910 la policía allanó la casa


de la familia Serdán, quienes formaban parte del
movimiento maderista. Todo ese día hubo agitación
en la ciudad; salió un piquete de soldados desde la
cárcel, la cual estaba frente del convento, y un re-
tén fue apostado en la azotea del monasterio asus-
tando a las religiosas;60 cuatro meses después hubo Figura 4. Madre guadalupe badillo con novicias, 1906. Colección del monasterio de santa
Mónica, tomado de teófilo aparicio lópez, El Convento de Santa Mónica, Puebla, s. e.,
un motín de presos, y para controlarlo los soldados 1988, p. 84.

se apostaron en la azotea del convento, forzando la


puerta reglar y llegando hasta los claustros.61 Estos tropa zapatista.62 Pero el gusto duró un suspiro; el 8
incidentes anunciaban la desazón que les traería la de enero los carrancistas regresaron y de nuevo la
etapa de la Revolución (figura 4). comunidad debió dispersarse en casas particulares.
296 |
En 1914 las tropas carrancistas entraron en la Esta vez la salida fue paulatina, tratando de mante-
ciudad y sor María Guadalupe, quien era la priora, ner la cohesión durante el periodo de la Cuaresma,
recibió orden del arzobispado para repartir a las mon- pero precisamente el Viernes de Dolores de 1915
jas en casa de sus padres, debiendo salir sin hábito. los soldados entraron al edificio y hubo que desocu-
Sólo algunas, junto con la priora, permanecieron un par el inmueble, saliendo la priora escondida por
par de días en el monasterio, del 11 al 13 de agosto, la azotea. En junio sor Guadalupe rentó el segundo
escondidas en la ropería y la enfermería, pero el te- patio de la casa del deán, hacia donde se llevó a la
mor de su vecino a perder la casa, por ser su vía de mayoría de las monjas, sin mobiliario ni dinero. La
comunicación, las hizo dejar completamente el in- situación exasperó a muchas y se generó una cri-
mueble. El 24 de agosto se escondieron en casa de la sis de vocación. A lo largo del segundo semestre de
señora Rivero viuda Del Río, donde permanecieron 1915, una novicia de nombre Isabel fue devuelta a
hasta diciembre, cuando los zapatistas echaron a los la casa paterna, sor Margarita retornó con su fami-
carrancistas de la ciudad. El retorno al monasterio lia, sor María de los Dolores, sor María del Carmen
se logró gracias al apoyo de Gilberto Alarcón, primo y sor María Trinidad, se fugaron de las casas donde
de sor María Guadalupe, quien formaba parte de la estaban guarnecidas.63 Volvieron a cambiar de re-
60 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [hoja 62 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [ho-
35v], 18 de noviembre de 1910. jas 37v-38v], agosto a diciembre de 1914.
61 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [hoja 63 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [ho-
36v], 19 de febrero de 1911. jas 38v-39r], agosto a diciembre de 1915.

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tenario. En octubre de 1927 estuvieron a un tris de
volver a salir del convento; el día 26 la tropa rodeó
el inmueble y supieron que tenían orden de buscar-
las y desalojarlas; al parecer fue una prostituta, tal
vez dueña de un burdel, sabemos que le apodaban
la Mamita, quien deliberadamente distrajo a la tro-
pa, los embriagó y la orden quedó sin cumplir.65 Sin
duda y a pesar de la situación tan delicada, las reli-
giosas debieron encontrar en aquellos años la forma
de auxiliar a las mujeres que vivían en esa parte de
la ciudad, pauperizada e insegura, de manera que
Figura 5. Cédula de renovación del juramento a la Virgen de guadalupe, 1930. ahsm-inah.
dos formas distintas de vivir se dieron la mano en
sidencia, y sólo hasta junio de 1916 logró la madre esos momentos difíciles.
Badillo reunir a lo que quedaba de la comunidad en Entre 1923 y 1925 la comunidad estaba com-
una sola casa. La situación de vivir fuera del monas- puesta por 19 religiosas: Ángeles, Rosa María, Ma-
terio prevaleció hasta agosto de 1919. nuela, Josefina, Melania, Agustina, Asunción,
En 1918 la epidemia de influenza española golpeó Mercedes, Imelda Esperanza, Teresa, Clara María,
a la comunidad, falleciendo una de las monjas; en Margarita, Concepción, Ocotlán, María de los Do-
ese momento la priora, sor María Guadalupe Badillo, lores, María de la Luz, Soledad, María de Lourdes y
tomó la decisión de hacer juramento a la Virgen de la priora Guadalupe Badillo,66 quienes, a pesar de
Guadalupe para que por su intercesión se terminara todo, recibían no sólo una formación espiritual sino
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la peste entre las monjas; dicho juramento se man- también instrucción intelectual. Los lunes, miérco-
tiene y renueva cada año;64 esta es otra coyuntura les y viernes tenían clase de aritmética y gramática;
esencial para la vida espiritual de las religiosas que los martes, jueves y sábado de trabajos manuales;
subsiste hasta la fecha, el patrocinio guadalupano, el sábado también de religión; además recibían
votado en un momento de crisis (figura 5). lecciones de música.67 La vida espiritual en Santa
Ocho años duró la tensa calma; en 1925 decidie- Mónica tenía bases en determinadas obras de ejer-
ron vestir sólo el hábito negro y guardaron el blanco cicios, sobresaliendo los ignacianos. Los textos de
en reserva por la situación que anunciaba el régi- apoyo eran El religioso en soledad, de fray Juan Nico-
men de Calles. En enero de 1926, motivado por la lás Chiesa; Retiro espiritual, escrito por el padre Luis
nueva legislación volvieron a exclaustrase; la priora de Burdalue; Ejercicios espirituales, de fray Miguel de
arrendó una casa en la calle de Hidalgo, donde co- Santander, y los Ejercicios espirituales de San Ignacio,
locó a la mitad de ellas; en julio alquiló otra casa en sus ediciones preparadas por Pedro Tomás To-
más amplia y se pasaron todas, quedando el antiguo rrubia, Sebastián Izquierdo y Luis de la Fuente.68
convento a resguardo de algunos familiares de las
65 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [ho-
monjas. Creyendo que la situación se pondría peor,
jas 47r-50r], 1927 y 1928.
en junio de 1927 la priora las repartió, pero dos 66 ahsm, secc. Gobierno, serie Piedad, Cuaderno de Registro de

meses después todas retornaron al inmueble cen- faltas.


67 ahsm, caja 4, exp. 284, Cuaderno de apuntes de clase de Car-
64 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [hoja men Rivera.
41], octubre de 1918. 68 ahsm, secc. Gobierno, caja 4, exp. 352, Lista de libros de ejerci-

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
Las lecturas particulares que hacían estas religiosas departamento contiguo a donde trasladó lo mejor
tenían el objetivo de acrisolar más su espíritu frente de sus muebles, en especial lo necesario para el cul-
a los sobresaltos cotidianos y el peregrinar por di- to divino, junto con vasos sagrados y ornamentos,
versas casas efímeramente. En 1930 Imelda y María así como el archivo; ahí dejó a sor Imelda para que
de la Luz leían las Cartas a Sor Margarita, supongo se encargara de custodiar el lugar con las religiosas
la escrita por Ambrosio de Valencina; María de los que había instalado.70
Dolores leía sobre las apariciones de la Virgen de La mañana del 18 de mayo, el juez de distrito
Guadalupe; Josefina los Trabajos de Jesús; Rosa Ma- y el agente del Ministerio Público federal iniciaron
ría las cartas escritas por un autor de apellido Rosas; las diligencias en la casa número 103 de la calle 18
Gracia apuraba el Manual Sagrado para Religiosas, Poniente. Según la nota periodística, llegó la policía
de Leonardo de Puerto Mauricio; Asunción revisa- secreta para efectuar la detención de unos señores
ba el Libro de las Profesas y Rosario se deleitaba que resultaron ser trabajadores de plomería; asimis-
con la Vida de San Agustín.69 Conocer sus lecturas mo llegó la policía federal y miembros del ejército
llama a la reflexión sobre la manera en que en esta para resguardar el edificio.71 El cateo de la casa se
pequeña y asustada comunidad vivía aquellos pa- extendió al número 101 de la misma calle y tomó
radigmas espirituales de principios del siglo xx para cerca de ocho horas. Concluida la intervención el
la vida consagrada, época de grandes debates en la juez 1o. de Distrito, Abemar Eboli Paniagua, dejó
Iglesia católica sobre cuestiones como la liturgia y un piquete de soldados custodiando el inmueble y
la exégesis. Imaginarlas leyendo estos libros coloca se fue a la ciudad de México. Por su parte, la priora
a las “mónicas” en una dimensión más profunda, refiere que al ingresar el inspector y los agentes las
siendo mujeres de claustro, en fuga y en clandesti- encerraron en una sola habitación y le pidieron la
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nidad, pero sin alejarse de la realidad universal del llave del sagrario, fueron a la capilla y con un acto
catolicismo y esforzadas por mantener ese vínculo rápido abrió y ocultó el relicario en su pecho; el li-
que les daba fortaleza por el sentido de pertenencia que cenciado Siliceo le preguntó por el copón y ella le
adquirían. mostró que no había nada, entonces el interventor
subió al coro alto, lo cual aprovechó sor María Gua-
1934, la exclaustración definitiva dalupe para recoger las libretas con la contabilidad
de la casa histórica que había ocultado detrás del altar y las escondió
entre el hábito. Todavía uno de los agentes incau-
Fue el gobernador Mijares Palencia quien tornó más tó un documento con los arreglos del alumbrado
violenta la política antirreligiosa, y por sus órdenes, eléctrico hechos en la casa recién habilitada, don-
en 1934, se efectuaron las exclaustraciones en los de habían escondido sus muebles y vasos sagrados;
monasterios de Puebla. El viernes 18 de mayo tocó tras un forcejeo la religiosa arrancó la primera hoja
el turno al convento de Santa Mónica. Alertadas en donde estaba su nombre, dirección y datos impor-
secreto de lo que sucedería, desde el 1 de mayo em- tantes, la cual se tragó para evitar que le fuera arre-
pezó la priora a repartir a las monjas y habilitó un batada. Mientras, sor Consolación lograba tapar la
comunicación que había con dicho departamento,
cios enviada por Sor María de la Asunción al arzobispo, desde el
Convento de Santa Mónica el 21 de marzo de 1932. 70 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [hoja
69 ahsm, secc. Gobierno, serie Piedad, caja 5, exp. 389, Biblio- 81r.], mayo de 1934.
teca. 71 Periódico La Opinión, 1a. plana, sábado 19 de mayo de 1934.

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pues los albañiles que estaban a punto de hacerlo
fueron apresados.
Según la prensa, al llegar las autoridades civiles,
en el acto fue “descubierto” el convento de Santa
Mónica, el cual se disfrazaba por una vecindad que
estaba en la parte frontal del edificio, cuyos inqui-
linos tenían rentas gratis con registros ficticios. Se-
gún los informes extraoficiales se habían asegurado
bienes por un valor cuantiosísimo, por lo que el
juez fue a recibir instrucciones directas del procu-
rador Emilio Portes Gil.72 El domingo 20 de mayo
llegaron a la ciudad de Puebla, Telésforo Hinojosa,
representante del procurador Portes Gil, un tal li-
cenciado Bustamante, representante del encargado
del despacho de la Secretaría de Hacienda, y varios
elementos de la policía judicial federal. Estos indi-
viduos se presentaron en el convento de Santa Mó- Figura 6. Coro bajo del antiguo monasterio de santa Mónica y cripta, ca. 1940.

nica para proceder a su clausura, conminando a las


30 religiosas que allí se hallaban para trasladarse a Justo es decir que los representantes de las autoridades fe-
donde quisieran. La prensa divulgó: derales se han portado como caballeros tanto con las mon-
jas como con los inquilinos que había en los edificios, dán-
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[…] las monjas agradeciendo la atención de que se doles facilidades para que se marcharan, no obstante de que
les hizo objeto, tomaron la resolución de disolver su fueron sorprendidos violando la Ley de Cultos […].74
orden en el acto e hicieron entrega del convento a
los representantes del Gobierno y luego se fueron a Las religiosas de Santa Mónica tuvieron que buscar
alojar en casas particulares donde se les brindó hos- un nuevo lugar, y para ello se mudaron a un local en la
pedaje al saber que habían determinado volver a la calle Ancha (hoy Avenida Juárez), después se fueron
vida secular.73 a una casa en la calle del Estanco (4 Oriente), mien-
tras ocho monjas habían sido recibidas temporalmen-
Los representantes del gobierno aplicaron un te por las comunidades de Santa Clara, Santa Teresa
fuerte dispositivo de seguridad —con soldados del y Nuestra Señora de la Soledad. En octubre de 1935
45o. Batallón— alrededor de la manzana del con- se fueron a una casa frontera del costado del templo
vento, y a los inquilinos se les exigió el inmediato del Espíritu Santo, y al siguiente año se trasladaron a
desalojo de las piezas que habitaban. Simultánea- una propiedad ubicada cerca del campo de aviación
mente se ordenó el cierre del templo con el fin de (hoy Parque Ecológico). Un verdadero peregrinar por
hacer el cateo e inventario. El periódico, proclive al toda la ciudad de estas mujeres desalojadas de su casa,
gobierno en turno, ponderó la actitud de los funcio- mientras que el templo había sido reabierto al culto el
narios involucrados: 22 de mayo75 (figura 6).
72 La Opinión, planas 1a. y 6a., domingo 20 de mayo de 1934. 74 La Opinión, martes 22 de mayo de 1934.
73 La Opinión, 1a. plana, lunes 21 de mayo de 1934. 75 aap, Registro de templos, núm. 5, fs. 21v-22f.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
La difamación como estrategia rios y la prensa afirmaron que el asunto era extraor-
gubernamental dinario, pues entre las paredes de la casa 101 y la
103 (ambas formaban parte del convento) se habían
El argumento enarbolado por el gobierno federal y encontrado 2,500 onzas de oro cuyo valor ascendía
estatal sobrepasaron los límites de las argucias le- a 22 millones de pesos. Además, dijo el periódico,
gales y construyeron relatos fantasiosos buscando se habían asegurado las escrituras de los bienes le-
crear un ambiente adverso a la vida que existía en gados al convento. Se aseguró que la distribución es-
las comunidades de religiosas. La prensa local de pacial del convento era un verdadero laberinto con
entonces, proclive a los regímenes en turno, hizo miles de secretos; vale la pena citar textualmente:
gala de un amarillismo combinado con las maneras
propias de los periodistas para informar en la dé- Abajo de la superficie de la tierra hay un templo edifi-
cada de los años treinta del siglo xx. Publicaron en cado especialmente para servir de capilla secretamen-
los titulares de primera plana: “Las joyas de Santa te, sin que pudieran advertirlo las personas ajenas al
Rosa”, “Valioso cargamento de incunables extraído secreto. En la hoja de una puerta doble se oprime un
del templo de Santa Rosa”, “Cuantioso tesoro ha sido botón eléctrico y en el acto se abre una entrada en el
encontrado”, “Tras un velo de misterio se ocultaban piso que conduce al templo subterráneo. La entrada a
las mil combinaciones del viejo convento de San- este santuario se hace así: en un cuadro en el que hay
ta Mónica”, “Toda una red de caminos secretos en un tapete se paran hasta cuatro personas y al opri-
Santa Mónica”. Sólo los encabezados expresan la in- mirse el timbre, el tapete baja al fondo del santuario
tención de producir interés morboso en la opinión subterráneo y dando el tiempo para que las personas
pública y colocar a las monjas como las millonarias se separen del cuadro, sube nuevamente colocándo-
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que se debían despojar lícitamente. se de tal modo que es imposible creer que es la parte
Hubo una estrategia gubernamental para ge- principal de la combinación. Esta combinación sólo
nerar ánimo adverso hacia las religiosas y favo- se ve en las películas de los barrios chinos, y como
rable a la política anticlerical del Estado. Acusar es lógico suponer es matemático el manejo, porque
una supuesta inmensa riqueza por parte del clero nunca falla.76
permitía al gobierno hacer un contraste con su
discurso demagógico aparentemente en favor de Todavía añadió que era tal el secreto de la exis-
las libertades y el progreso de los pueblos, sobre tencia del convento que ni siquiera los inquilinos
todo de los pobres. Estas versiones favorecieron de la vecindad se habían percatado de la presen-
la rapiña de los funcionarios que intervenían en cia de las monjas. Al día siguiente la fantasía creció
estas confiscaciones y clausuras, al tiempo que azuzada por la retórica febril que hablaba sobre los
aparecía como un “gran golpe” del gobierno revo- supuestos subterráneos del convento que “amerita-
lucionario. La prensa ayudó con la sumisión ab- ban la intervención de los arqueólogos”. Ni aun la
soluta a la política anticlerical reproduciendo las cripta donde se enterraba a las monjas permite sus-
versiones oficiales y con la falta de inteligencia tentar semejante elucubración, pero sí contribuyó
para dar a conocer la información incrementando a que en las décadas posteriores apuntalara estas
el fantaseo. fantasías. Casualmente la Procuraduría de Justicia
En el caso del monasterio de Santa Mónica, la
perversión rompió cualquier límite. Los funciona- 76 La Opinión, 1a. plana, lunes 21 de mayo de 1934.

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El “descubrimiento” de la existencia del con-
vento de Santa Mónica lo adjudicó la prensa y el
gobierno al inspector Valente Quintana; sin em-
bargo, la existencia de los conventos en Puebla
era un secreto a voces. Los detalles y el camino
directo sobre los monasterios y otras institucio-
nes eclesiásticas fueron proporcionados por los
denunciadores, gente sin escrúpulos que hizo ofi-
cio de la denuncia, pues por su información reci-
bieron importantes sumas de dinero; de hecho se
había estipulado para los delatores un porcentaje
proporcional respecto al valor del inmueble de-
nunciado. El “soplón” fue un sujeto llamado An-
tonio C. Palacios, quien paulatinamente se fue ga-
nando la confianza de varios conventos al realizar
trabajos para ellos, lo cual le permitió contar con
un ingreso para sobrevivir, pues no tenía propie-
dades ni un oficio definido y así podía llevar —al
parecer— una vida honrada. Transitó desde ser
Figura 7. Madre María guadalupe del santísimo sacramento, ca. 1933. Colección del
monasterio de santa Mónica, tomado de teófilo aparicio lópez, El Convento de Santa
mandadero y llegó hasta administrador en algu-
Mónica, Puebla, s. e., 1988, p. 89. nos monasterios, lo que le permitió tener pleno
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conocimiento de la vida y bienes de los mismos.
informó que “misteriosamente” habían desapareci-
En 1934 se convirtió en uno de los principales
do las 2,500 onzas de oro halladas, acusando a los
denunciantes contra la Iglesia, lo cual incluye al
soldados encargados de la vigilancia y afirmando
monasterio de Santa Mónica, al que acusó ante el
que entablaría demanda ante los tribunales milita-
administrador de la oficina de la Secretaría de Ha-
res (figura 7).
cienda en Puebla, siendo recompensado econó-
En los subsecuentes días fueron publicándose
micamente y mudando su domicilio a la ciudad
algunos detalles más “[…] porque nuestros lectores
de México viviendo con ostentación.78
están ansiosos de saber detalladamente lo que ocu-
Esta difamación tuvo sus repercusiones. Con el
rre al respecto”. Así se dio noticia de que proseguía
paso del tiempo ancló en el imaginario colectivo y
el levantamiento del inventario, añadieron que el
hasta hace muy poco algunos guías turísticos y al-
capellán del convento vivía en una de las piezas del
gún trasnochado cronista la repetían como verdad;
edificio y por ello se ideó la comunicación secreta
además fue una versión que ha pasado de boca en
entre ambas casas. Se afirmó que el arzobispo vi-
boca en algunos ciudadanos, aumentada con otros
sitaba frecuentemente al convento, e incluso que
relatos infundados de cuerpos encontrados entre
estaría el día de la clausura, pero que tuvo que re-
las paredes y patios del ex convento.
gresar al tener conocimiento de la intervención de
los agentes federales.77
78 Enrique Cordero y Torres, Crónicas de mi ciudad, Puebla, Gru-
77 La Opinión, 1a. plana, miércoles 23 de mayo de 1934. po Literario Bohemia Poblana, 1966, pp. 124-126.

Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
El actual edificio monacal Santísimo pudo planear y decidir con mayor tran-
quilidad el futuro de la comunidad. Convencida de
El convento de Santa Mónica forma parte esencial que el edificio conventual que durante siglos había
de la historia angelopolitana y, desde luego, de la albergado al monasterio no podría volver a recibir-
historia de la Iglesia en Puebla. Desde la primera las, y ante lo estrecho de la casa en que vivían, deci-
religiosa que profesó en este convento hasta la ac- dió conseguir otro inmueble adecuado y así realizó
tualidad, son parte en el devenir de esta ciudad y las gestiones para adquirir el molino de San Fran-
han trascendido sus fronteras. Parte del inmueble cisco. La adquisición de este sitio tuvo lugar el 11 de
que durante mucho tiempo fue la morada de las octubre de 1941, y el 5 de agosto de 1943 se muda-
agustinas ahora está convertido en museo. El edi- ron a él.81 La posibilidad de adquirir este nuevo ho-
ficio donde actualmente habita la comunidad de gar contó con el apoyo de don Francisco Santillana,
agustinas recoletas también se integra en la añeja quien como apoderado de Esther M. Cuéllar realizó
historia de la ciudad y ha visto pasar cerca de cua- la transacción de compraventa con los anteriores
tro siglos y medio de acontecimientos y procesos; propietarios del inmueble.
forma parte también de su patrimonio edificado. El 11 de octubre de 1941, a las 9:30 de la mañana,
Se trata del molino de San Francisco. En la prime- se protocolizó la escritura del inmueble ubicado en
ra mitad del siglo xx pertenecía a la familia Lorenz, la avenida 12 Oriente, número 610. El señor Fran-
cuyo origen se ubica con el arribo de Maximilia- cisco Santillana asistió para comprar el edificio; los
no de Habsburgo.79 Álvaro Lorenz participó en vendedores fueron los señores Lorenz. La propie-
el gobierno de la ciudad de Puebla, formó parte dad era más grande, de modo que sólo se vendió
del cuerpo de regidores en las tres administracio- una fracción en forma de cuadrilátero; hacia la par-
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nes municipales de 1915, en la de 1916, y en el te sur estaban las casas que anteriormente fueron el
ayuntamiento que fungió de julio de 1920 a abril patio y dependencias principales del molino; estos
de 1921.80 La división del molino de San Francis- restos consistían en una crujía de tres pisos con su
co entre los herederos de Álvaro Lorenz ocurrió azotea enladrillada y algunas ventanas con rejas de
en 1936; se fraccionó en tres partes; una de ellas hierro; por el lado poniente estaba el portal en la
quedó marcada con el número 610 de la 12 Orien- planta baja y un piso sobre él con entrepisos de bó-
te, con una superficie de 5,500 m2 y un valor de vedas de rieles; por el lado sur (que hoy conforma
10,000 pesos. Ésta pasó a propiedad de Joaquín, la fachada principal del convento) estaba una cons-
Matilde, Ana y Alfredo en pago de parte de sus bie- trucción de dos pisos con pequeños departamentos
nes hereditarios. El siguiente paso en la propiedad con su zaguán al centro. Los vendedores se com-
de esta casa fue la venta a la señorita Esther M. prometieron —a costa suya— a construir los muros
Cuéllar. correspondientes a los linderos de esta propiedad
Transcurridos los difíciles años de la violenta (figura 8).
persecución, y ante nuevos aires políticos en la en- Así, el monasterio de Santa Mónica volvió a te-
tidad y en el país, la madre María Guadalupe del ner un hogar, y con ahínco se expandió hasta en-
79 Hugo Leicht, Las calles de Puebla, Puebla, jmmcmmp, 1987, gendrar otras casas monacales en diversos puntos
p. 230a.
80 aap, Libros de cabildo, núms. 181, 182a, 187, 188 y 189, donde 81Lope Cilleruelo, “Semblanza de la Madre María Guadalupe
se ubica la composición de las administraciones municipales de Vadillo”, en Archivo Agustiniano, vol. LXVIII, núm. 186, 1984. p.
los años referidos. 466; Teófilo Aparicio López, op. cit., p. 70.

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Figura 8. agustinas recoletas de visita en el Museo ex Convento de santa Mónica, 2005.

en 1950 la estabilidad y esperanza de vida habían


anclado en el monasterio. Una comunidad histó-
rica de vida perenne con sus momentos críticos
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generados por el drama de las exclaustraciones su-
cedidas desde 1861 hasta 1934. Para generaciones
de religiosas marcó un estado de la espiritualidad
heroica, probada en el crisol de la persecución y
los cambios en el mundo.
El antiguo monasterio de Santa Mónica, con-
vertido en museo desde hace varias décadas,
es un referente fundamental en la vida de los
Figura 9. detalle del claustro en el actual monasterio de santa Mónica, 2004.
poblanos. A pesar de que muchos al visitarlo
del país y el extranjero; además formaron parte conocieron esas versiones difamatorias, recuer-
de la estrategia catequética desplegada por el ar- dan los objetos que manifiestan una forma de
zobispo Octaviano Márquez. Es sintomático que la vida, una opción de pasar y dejar huella en el
restauración de aquella agonizante casa en 1892 mundo. Actualmente la comunidad de agusti-
no dejara de recibir novicias entre 1899 a 1925, nas recoletas vive esa opción, trabaja cotidia-
mientras que entre 1927 y 1940 no hubo ningún namente y custodia una de las imágenes de
ingreso, y en 1941 profesaron cinco como novicias; mayor devoción en Puebla, el Señor de las Ma-
igual cantidad en 1943 y en 1949, de tal forma que ravillas (figura 9).

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