Caso Práctico de Los Juicios de Núremberg
Caso Práctico de Los Juicios de Núremberg
Caso Práctico de Los Juicios de Núremberg
Los juicios de Núremberg fueron una serie de tribunales militares promovidos por las naciones
aliadas realizados en la ciudad alemana de Núremberg. Tuvieron comienzo el 20 de noviembre
de 1945 y finalizaron el 1 de octubre de 1946. En este juicio se juzgaba a los principales
culpables de atentados contra la paz, contra la humanidad y, principalmente, crímenes de guerra.
Se trató de juzgar a la cúpula más alta de la jerarquía nazi, cosa que no fue posible ya que
muchos de ellos murieron o se suicidaron antes de que los juicios diesen comienzo. No obstante,
estos juicios han pasado a la historia como el fin de la barbarie humana y el marcador del
principio de una fuerte paz futura, basada en un orden internacional que no permitiese jamás la
repetición de los hechos vividos durante la Segunda Guerra Mundial.
De las 4850 peticiones individuales de procesamiento que fueron solicitadas, se acusaron tan
solo a 611 personas. Los más destacados fueron Herman Göring, comandante jefe de la
Luftwaffe; Karl Dönitz, gran almirante de la flota alemana y sucesor de Adolf Hitler tras su
suicidio, Rudolf Hess, secretario particular del Hitler, que, en misión secreta voló a Gran
Bretaña y fue capturado en 1941 por los aliados ingleses, así como diversos más.
Los cargos por los que fueron imputados los nazis se agruparon de la siguiente manera:
crímenes contra la paz, por desencadenar una guerra que iba en contra de los acuerdos de paz
internacionales. Crímenes contra la humanidad, por las persecuciones que se llevaron a cabo a
múltiples grupos sociales como los judíos junto con su deportación, esclavitud, asesinato, etc.
Por último, crímenes de guerra, por la violación de las leyes y usos de guerra. Se emplearon en
total 27 abogados. El carácter justo del tribunal también se evidencia por el hecho de que no
todos los procesados recibieron penas capitales.
Tras la exposición por parte de la acusación y la defensa de todos los alegatos, el tribunal de
Nuremberg dictó sentencia después de 206 sesiones de juicio, el 1 de octubre de 1946. En dicha
sentencia se encontraron culpables a 19 de los 22 imputados.
En esta práctica contrarrestaré las ideas sobre la acusación de los nazis de tres jueces con puntos
de vista diferentes diferentes: Sempronio, Cayo y Ticio. Sempronio y Cayo son completamente
diferentes y Ticio comparte características de ambos, y es con el cual yo, personalmente, me
siento más identificada.
Por supuesto ese derecho ya existía cuando los nazis cometían los mencionados delitos. Este
derecho natural es lo que condiciona que las leyes sean válidas. Por lo tanto las leyes que
seguían los nazis, las leyes del ordenamiento jurídico del nacionalsocialismo de Hitler, no
podían ser válidas, ya que atentaban contra el derecho natural, el cual incluye como dice este:
derecho a la vida, a la integridad física, a expresar opiniones políticas a ejercer cultos
religiosos, a no ser discriminado por razones de raza, etc. Por lo tanto, a pesar de que no
existiera una norma jurídica como tal que impidiera que los nazis hicieran todo lo que hicieron,
Sempronio tiene claro que es al derecho natural al que hay que obedecer, tomando la decisión
de que por su parte se debería condenar a los acusados
La objeción más típica de este pensamiento es la ambigüedad del mismo. Es muy complicado
hablar del iusnaturalismo como algo homogéneo. Se habla de un derecho natural que tenemos
todos los seres humanos. Esa afirmación no tiene en cuenta las diferentes culturas de los países
por ejemplo los cuales en muchas ocasiones no van a coincidir en lo que para ellos son derechos
fundamentales de la persona. Y dudo mucho que lleguen a un acuerdo de quién tiene el derecho
más válido. ¿Qué es el derecho natural?
Se puede apreciar que los aliados en los juicios de Núremberg, deseaban aplicar un derecho
natural por encima de un derecho positivo porque realmente en el ordenamiento jurídico nazi, sí
que estaba permitido realizar esas atrocidades. También es importante destacar que estas
acciones llevadas a cabo durante la Segunda Guerra Mundial se realizaron dentro de un régimen
autoritario. Sin embargo, dicho régimen estaba legitimado por medio de herramientas
democráticas, porque fueron los propios alemanes los que votaron a Hitler.
Para concluir diré que a pesar de que evidentemente lo sucedido durante la Segunda Guerra
Mundial fue algo que marcó un antes y un después en la historia por la crueldad con la que se
actuó, la postura del iusnaturalismo no es la más correcta ya que es fácilmente debatible.
A continuación hablaré sobre el juez Cayo, el cual no tiene nada que ver con Sempronio. El juez
Cayo opina que el derecho que prevalece es el derecho positivo sobre el derecho natural. Señala
que los juicios morales son relativos y subjetivos. Defiende el derecho positivo en el momento
que dice, por ejemplo: "el derecho de una comunidad es un sistema cuyos alcances pueden ser
verificados empíricamente, en forma objetiva y concluyente, con independencia de nuestras
valoraciones subjetivas". Argumenta que lo que para una civilización (como puede ser la
actual) ahora parece una aberración, para una civilización anterior, por ejemplo (como la
alemana que votó a Hitler y estaba de acuerdo con sus ideas) le puede parecer lo más normal e,
incluso, lo correcto. Otra frase en la que se hace notar postura positivista es cuando dice lo
siguiente: "Nosotros somos jueces, no políticos ni moralistas, y como tales debemos juzgar de
acuerdo con normas jurídicas. Son las normas jurídicas, y no nuestras convicciones morales, las
que establecen para nosotros la frontera entre lo legítimo y lo ilegítimo”. Dando a entender que
a pesar de que lo que hicieron los nazis le parece mal, el derecho se ha creado para algo, para
acudir a él cuando se nos presenta un conflicto, ya que no podemos ser las propias personas, y
menos los jueces, los que estimen subjetivamente si se debe condenar a una persona o no.
Por estas razones afirmaremos que el juez Cayo se trata de un positivista por que defiende la
idea de que “solo es derecho el derecho positivo” y que ese derecho positivo está por encima de
lo demás siendo éste al que hay que obedecer a la hora de resolver estos juicios, optando, por su
parte, por absolver a los acusados.
Una crítica bastante popular hacia el positivismo es que esta corriente cree que las teorías que
formula y acepta la ciencia reflejan la estructura de la realidad cuando no es así. Sin embargo,
este tipo de planteamientos manejan una determinada teoría de la justicia, al igual, por ejemplo,
que el pensamiento iusnaturalista, pero estos contenidos no determinan la validez o invalidez de
las normas o de las decisiones jurídicas como hace el iusnaturalismo ontológico, sino que sirven
en todo caso para calificarlas como moralmente correctas o moralmente incorrectas.
Por último hablaré sobre el juez Ticio. Este juez bajo mi punto de vista no es clasificable en una
corriente exacta como las dos anteriores, ya que este juez comparte características con ambos.
Puede que por esto, sea el juez con el que más de acuerdo esté y además me ha gustado que
después de toda la argumentación que ha dado de la que hablaré ahora, decidiera condenar a los
acusados.
Este juez es crítico tanto con la postura iusnaturalista como con la positivista.
Por un lado critica la postura del juez Sempronio porque no está de acuerdo en la afirmación
que el realiza de que el derecho natural, el cual está por encima de todo, es común para todas las
sociedades y épocas. Explica que si hay dos sociedades con unos juicios morales diferentes,
afirmaremos que ambos son válidos y por lo tanto no universales: “Del hecho de que las
sociedades difieran en sus juicios valorativos, ¿se infiere que todos ellos sean igualmente
razonables y válidos? ¿Tiene sentido sostener que ni a los hombres ni a las sociedades debemos
juzgarlos de acuerdo con los principios morales que nosotros sostenemos sino de acuerdo con
los que ellos sustentan?”
Argumenta, que no se puede negar que el conjunto de normas que seguían los nazis se trataba
de un sistema jurídico, cosa que Semproniono menciona en ningún momento.
Ticio está en desacuerdo con Sempronio por dar una definición muy ambigua de lo que significa
el derecho natural relacionado con este caso. Sin embargo, concuerda con él en que siempre hay
unos límites que todo el mundo sabe que no hay que sobrepasar, y que los propios nazis cuan do
seguían las normas establecidas se debieron plantear en muchas ocasiones, y muchos de ellos,
que lo que estaban haciendo a lo mejor, era injusto. Al igual que cualquier juez de la época. Esa
rebelión por parte del juez, nadie la vería ahora como algo negativo, al revés, con razón se le
aplaudiría. Pero a lo que yo creo que Ticio se refiere con esto es a que en ese caso no se hubiera
cuestionado si era legítimo rebelarse a pesar de estar prohibido en su sistema jurídico.
Por otro lado también critica la postura de Cayo en algunos aspectos. Opina que no se puede
negar la existencia del derecho natural ya que siempre va a estar en la mente de todos aunque
sea inconscientemente. Además explica que determinar que todo derecho positivo es válido
implica defender su cumplimiento y justicia en cualquier caso, cuando hay ciertas cosas que
superan los límites del conocido derecho natural. A pesar de que haya una norma que forme
parte del ordenamiento jurídico, no significa que debamos obedecer siempre a ésta.
También habla sobre que debemos plantearnos el por qué se obedece a cierta norma, porque es
verdad que se obedecen porque pertenecen al sistema jurídico vigente. Muy bien ¿y a ese
sistema por qué se le obedece? Si vamos tirando del hilo finalmente nos encontraremos con el
derecho natural.
Algo que está condenando todo Oriente, es algo malo seguro. Es algo que no se debe dejar pasar
ya que esto puede dar lugar a otras situaciones en las que se violen los derechos hmanos de una
forma más leve y también se deje pasar.
Como conclusión de esta práctica repito que Ticio me parece muy acertado porque a pesar de
darle la razón donde la tiene de una manera objetiva y modesta, finalmente no puede dejar de
condenar a los responsables de tales atrocidades. Esta postura que defiende Ticio me recuerda a
nuestro sistema jurídico actual, basado en el imperio de la ley pero sin dejar de lado nunca los
derechos humanos.