16 Libertad Personal y Seguridad Ind

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Libertad personal y seguridad individual 1 Francisco Vega Méndez

CAPÍTULO VII
LIBERTAD PERSONAL Y SEGURIDAD INDIVIDUAL

Sumario: 2. Derecho a la libertad personal y a la seguridad individual. 2.1. Derecho a la libertad


personal en la historia constitucional de Chile. 2.2. El derecho a la libertad personal en la
Constitución Política de 1980. 3. El derecho a la seguridad individual. 3.1. El derecho a la
seguridad individual en la historia constitucional chilena. 3.2. El derecho a la seguridad individual
en la Constitución Política de 1980. 3.3. Mecanismos tutelares de la seguridad individual. 3.3.1.
Garantías materiales de la seguridad individual. 3.3.2. Garantías procesales de la seguridad
individual.

2.- DERECHO A LIBERTAD PERSONAL Y A SEGURIDAD INDIVIDUAL

La libertad personal –vinculada a la seguridad individual- se inserta


en la tradición de la libertad liberal, llamada también libertad jurídica o libertad
negativa, esto es, libertad como ausencia de restricciones. Alessandro
Pizzorusso, comentando la regulación de la libertad personal en la Constitución
italiana indica que supone “un compendio de libertades “negativas” dirigidas a
impedir interferencias en la esfera individual por parte de la autoridad, sobre
todo, aunque también eventualmente por parte de los particulares”.1
Existe una tradición jurídica que vincula el derecho a la libertad
personal y el derecho a la seguridad individual, en el sentido de que la libertad
individual se ha reconocido como un derecho íntimamente ligado a las
instituciones que la protegen, de tal modo que “la libertad individual así
protegida, es la seguridad”.2
Se define jurídicamente la libertad personal como la libertad física,

1
Pizzorusso, Alessandro: Lecciones de Derecho Constitucional. Ed. Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1984, trad. Javier Jiménez Campos, Tomo I, p. 197.
2
Duguit, León: Manuel de Droit Constitutionnel, Ed. Ancienne Librairie Fontemoing & Cie.
Éditeurs, París 1918, pp. 230-231.
Libertad personal y seguridad individual 2 Francisco Vega Méndez

de movimiento y de actividad.3 Así, v. gr., Maurice Hauriou, señala, entre las


libertades primarias, a “la libertad física o libertad individual propiamente dicha, o
libertad de movimientos (de ir y venir), o sea el hecho de no ser ni esclavo ni
siervo de la gleba”.4 En el mismo sentido la definió Alcibíades Roldán, para
quien, “la libertad personal consiste en el derecho que tenemos para disponer de
nuestra persona, permaneciendo en cualquier punto de la República,
trasladarnos de una parte a otra y salir de su territorio”.5. Actualmente, sin
embargo, se tiende a considerarlas como libertades separadas de la libertad
personal, aun cuando arranquen de ella, y “su sentido propio es el de refuerzo y
garantía de la libertad personal, si bien son libertades distintas.6

2.1.- LIBERTAD PERSONAL EN LA CIDH

“En lo que atañe al ámbito protegido por el derecho a la libertad


personal, el artículo 7 de la Convención ampara frente a toda clase de
privaciones de la libertad. La Corte ha tenido la oportunidad de establecer que
dicho artículo protege incluso en el caso de controles de la identidad que
comporten la ‘demora’ o retención por pocas horas de un individuo a los fines de

3
En tal sentido se la ha llamado en el pasado “libertad del cuerpo, preciosa garantía, es
verdad, que no sabemos apreciar sino cuando está suspendida en los estados de sitio, como no
apreciamos la salud sino cuando estamos enfermos”. Carrasco Albano, Manuel: Comentarios
sobre la Constitución Política de 1833, Ed. Imprenta de la Librería del Mercurio, Santiago, 1874,
p. 50. En el mismo sentido, cf., v. gr., Duguit, León: Manuel de Droit Constitutionnel. Ob. cit., p.
229; Hauriou, Maurice: Principios de Derecho Público y Constitucional. Ob. cit., p. 107;
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Derecho Constitucional, Ed. Jurídica de
Chile, Santiago, 1994, Tomo I, p. 235.
4
Hauriou, Maurice: Principios de Derecho Público y Constitucional. Ob. cit., p. 107
5
Roldán, Alcibíades: Elementos de Derecho Constitucional de Chile, Soc. Imprenta
Litografía Barcelona, Santiago de Chile, 1917, p. 163.
6
Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Servicio de
Publicaciones de la Facultad de Derecho. Universidad Complutense. Madrid, 1993, Tomo I, p
397. Por su parte, Alejandro Silva B. expresaba en la Sesión 106 de la Comisión de Estudio para
la Nueva Constitución, de 13 de marzo de 1975, que “en torno de lo que pudiera llamarse
libertad personal, hay (...) tres (...) expresiones que es preciso distinguir (...) [la libertad
individual], la libertad de permanencia, y las garantías de la detención, [pues] se habla de la
facultad de poder actuar libremente para el pleno desarrollo de la personalidad, sin más
limitaciones que las que provienen de las prohibiciones establecidas por la ley y de todo aquello
que vaya en perjuicio de terceros. Insiste en que es menester consagrar esta libertad individual
básica; las demás son expresiones: la libertad de locomoción es una expresión, y la garantía de
seguridad en contra de la detención arbitraria también lo es”. Citado por Evans De la Cuadra,
Libertad personal y seguridad individual 3 Francisco Vega Méndez

su identificación. En este sentido sostuvo que: …para los efectos del artículo 7
de la Convención, una ‘demora’, así sea con meros fines de identificación de la
persona, constituye una privación a la libertad física de la persona y, por lo tanto,
toda limitación a la misma debe ajustarse estrictamente a lo que la Convención
Americana y la legislación interna establezcan al efecto, siempre y cuando ésta
sea compatible con la Convención.”7
En la síntesis de Jesús María Casal, “el numeral 1 del artículo 7
enuncia el contenido general del derecho a la libertad personal y los demás
numerales de ese mismo artículo consagran sus garantías específicas. En
palabras de la Corte: ‘El artículo 7 de la Convención tiene dos tipos de
regulaciones bien diferenciadas entre sí: una general y otra específica. La
general se encuentra en el primer numeral: ‘[t]oda persona tiene el derecho a la
libertad y a la seguridad personales”. Mientras que la específica está compuesta
por una serie de garantías que protegen el derecho a no ser privado de la
libertad ilegalmente (art. 7.2) o arbitrariamente (art. 7.3), a conocer las razones
de la detención y los cargos formulados en contra del detenido (art. 7.4), al
control judicial de la privación de la libertad y la razonabilidad del plazo de la
prisión preventiva (art. 7.5), a impugnar la legalidad de la detención (art. 7.6) y a
no ser detenido por deudas (art. 7.7). La conexión entre el derecho y sus
garantías determina que toda vulneración de los numerales 2 al 7 del artículo 7
de la Convención comporte igualmente una violación de su numeral 1: …la Corte
resalta que cualquier violación de los numerales 2 al 7 del artículo 7 de la
Convención acarreará necesariamente la violación del artículo 7.1 de la misma,
puesto que la falta de respeto a las garantías de la persona privada de la libertad
desemboca, en suma, en la falta de protección del propio derecho a la libertad
de esa persona”.8

Enrique: Los derechos constitucionales, Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 1986, Tomo II, p. 65.
7
Casal, Jesús María: “Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Cristhian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario.
Fundación Konrad Adenauer, Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, Impreso en
Santiago de Chile, 2014, pp. 184-185.
8
Casal, Jesús María: “Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Cristhian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob.
Cit., p. 186.
Libertad personal y seguridad individual 4 Francisco Vega Méndez

2.1.- DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL EN LA HISTORIA


CONSTITUCIONAL DE CHILE

La Constitución conservadora de 1833, aseguraba a todas las


personas, en su artículo 12 N° 4 “la libertad de permanecer en cualquier punto
de la República, trasladarse de uno a otro, o salir de su territorio, guardándose
los reglamentos de policía i salvo siempre el perjuicio de tercero; sin que nadie
pueda ser preso, detenido o desterrado, sino en la forma determinada por las
leyes. La Constitución de 1925 contemplaba esta libertad en el artículo 10 N° 15,
que aseguraba a todos los habitantes “la libertad de permanecer en cualquier
punto de la República, trasladarse de uno a otro o salir de su territorio, a
condición de que se guarden los reglamentos de policía y salvo siempre el
perjuicio de terceros”.

2.2.- DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL EN LA CARTA POLÍTICA DE


1980

La Constitución de 1980 concibe la libertad personal desde la


perspectiva del liberalismo político, esto es, como ausencia de coacción. Las
referencias a una libertad positiva o republicana están ausentes. Además, la
concepción liberal de libertad como ausencia de coacción está acotada
exclusivamente a la capacidad de movimiento de las personas, como
expresamente declara la letra a) del N° 7 del artículo 19 de la Constitución de
1980.

2.2.1.- ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA a)

La letra a) del artículo 19 Nº 7, expresa: “Toda persona tiene


derecho de residir y permanecer en cualquier lugar de la República, trasladarse
de uno a otro y entrar y salir del territorio, a condición de que se guarden las
normas establecidas en la ley y salvo siempre el perjuicio de terceros”.
Libertad personal y seguridad individual 5 Francisco Vega Méndez

Por tanto, la libertad personal en Chile es concebida en términos


liberales como ausencia de restricciones innecesarias; pero no en sentido amplio
como libertad de acción en general, sino restringida al ser configurada como
simple libertad de movimiento. Así lo ha declarado el Tribunal Constitucional al
precisar el sentido del derecho a la libertad personal del art. 19, Nº 7, CPR.: “La
libertad que contempla el art. debe ser entendida como libertad ambulatoria, es
decir, como derecho a residir y moverse de un lugar a otro dentro del territorio y
de entrar y salir de éste. En este sentido, la libertad que contempla tal precepto,
no comprende, por ejemplo, el derecho al desarrollo libre de la personalidad”.9
Respecto a diversos aspectos relacionados con la letra a) del N° 7
del artículo 19 de la Carta Política de 1980, el Tribunal Constitucional ha
declarado:

Libertad de circulación y cierre de pasajes y calles por motivos de


seguridad ciudadana. La amplitud del concepto “vía local” usado en un
proyecto de ley permite concluir que el cierre y las medidas de control de acceso
a las vías locales que él prevé afectan el ejercicio del derecho a la libertad de
circulación por las mismas, que es parte del conjunto de garantías de la libertad
ambulatoria (art. 19, N° 7). En consecuencia, es contrario a la CPR establecer el
cierre o medidas de control de acceso a vías locales. Sin embargo, en lo que
respecta a las calles, el TC considera ajustado a la CPR el proyecto sometido a
examen, en el entendido que habilita al cierre y al establecimiento de medidas
de control sólo respecto de aquellas calles que tengan una única vía de acceso y
salida y no respecto de calles que comunican con otras vías. Lo anterior dado
que el proyecto de ley permite a la ciudadanía organizarse y cooperar con el
aparato estatal en el cumplimiento de su deber de brindar protección y seguridad
a la población (art. 1°, inc. final). Es por esta razón, que el TC estima que el
proyecto concilia bienes jurídicos de relevancia como el derecho a la libre
circulación y el deber del Estado de brindar protección y seguridad a la

9
STC Rol 1.683, cc. 48-50, citada en Navarro Beltrán, Enrique y Carmona Santander,
Carlos (Editores): Recopilación de jurisprudencia del Tribunal Constitucional (1981-2015). Ed.
Tribunal Constitucional de Chile, Santiago, 2015, Cuaderno N° 59, p. 201.
Libertad personal y seguridad individual 6 Francisco Vega Méndez

población, marco en el cual se contemplan garantías de temporalidad de las


medidas y requiere de participación y voluntad de la ciudadanía. Además, es
necesario tener presente que el cierre y las medidas de control son revocables
en cualquier momento y deben elaborarse, previamente a su adopción, informes
de carácter técnico y acreditarse motivos de seguridad, sumado a la obligación
de no entorpecer el tránsito, presupuestos todos sin los cuales no puede
procederse al cierre de las calles”. (STC 1869, cc. 11 a 13)
Como una consecuencia del principio de libertad personal, esta
norma establece el principio de libertad de residencia y movilización, el cual
admite las siguientes limitaciones en el ordenamiento chileno:
* Obligación de residencia:
El artículo 311 del Código Orgánico de Tribunales establece la
obligación de residencia continua de los jueces en la ciudad en que tenga
asiento el tribunal. El artículo 474 extiende esta obligación para los auxiliares de
la administración de justicia.
* Autorización para salir del país:
El Presidente de la República requiere acuerdo del senado para
ausentarse del territorio nacional por más de treinta días o en los últimos 90 días
de su mandato; los senadores y diputados, por su parte, deben solicitar permiso
de la cámara respectiva, o en receso de ella, a su presidente, para ausentarse
del país por más de 30 días.
* Restricciones circunstanciales y transitorias:
“En casos graves y urgentes, el juez puede prohibir la salida del
territorio nacional al inculpado, mediante la dictación de una orden de arraigo por
un lapso no superior a 60 días (Art. 305 bis A, del C. de Procedimiento Penal)”10.
* Situación de los extranjeros:
Los extranjeros “en materia de su ingreso o permanencia en el
territorio nacional, la legislación contiene ciertas limitantes a fin de precaverse
contra elementos que puedan resultar indeseables”.11

10
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.
11
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Libertad personal y seguridad individual 7 Francisco Vega Méndez

* Aplicación de penas:
En nuestro ordenamiento existen diversas penas que pueden
afectar la libertad de movilización:
- Confinamiento: Consiste en “la obligación de residir forzosamente en un
lugar determinado del extranjero” Artículo 33 del Código Penal.12
- Pena de extrañamiento: “Consiste en la expulsión del condenado fuera
del territorio de la república a un lugar de su elección”. Artículo 34 del Código
Penal.13
- Pena de relegación: “Impone al individuo la residencia en un lugar
determinado dentro del territorio nacional con prohibición de salir de él”. Artículo
35 del Código Penal.14
- Pena de destierro: “Consiste en la prohibición de residir en un lugar de la
República” Artículo 36 del Código Penal.15
* Estados de excepción constitucional:
En ellos la autoridad puede adoptar diversas medidas que
restringen la libertad de movilización de la población.
Finalmente, respecto a las personas jurídicas el Tribunal
Constitucional ha declarado: “El reconocimiento de las personas jurídicas como
titulares de derechos fundamentales ser excepcional y restrictivo en términos de
los derechos fundamentales tutelados y en lo que respecta al sentido y alcance
de los mismos. Dicha titularidad será posible en la medida que exista la
posibilidad y justificación para su otorgamiento. En el caso de la libertad
personal y la seguridad individual, no pueden ser atribuidos a personas jurídicas
sin alterar de modo sustantivo su contenido”.16

Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.


12
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.
13
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.
14
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.
15
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio, y Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp. 235-236.
16
STC 2.381, cc. 22, 23, 24, citada en Navarro Beltrán, Enrique y Carmona Santander,
Carlos (Editores): Recopilación de jurisprudencia del Tribunal Constitucional (1981-2015). Ob.
cit., p. 202.
Libertad personal y seguridad individual 8 Francisco Vega Méndez

3.- DERECHO A SEGURIDAD INDIVIDUAL

En cuanto a la seguridad individual, “siguiendo la jurisprudencia del


TEDH [Tribunal Europeo de Derechos Humanos] acerca de la interpretación de
esta cláusula en el artículo 5 del CEDH [Convención Europea de Derechos
Humanos], la Corte Interamericana ha sostenido que la “seguridad también debe
entenderse como la protección contra toda interferencia ilegal o arbitraria de la
libertad física”.17

3.1.- DERECHO A SEGURIDAD INDIVIDUAL EN LA HISTORIA


CONSTITUCIONAL DE CHILE

El artículo 18 del Reglamento Constitucional Provisorio de 1812


prescribe: “Ninguno será penado sin proceso y sentencia conforme a la ley”. En
los artículos 19 a 22 contempla diversas garantías penales.
El artículo 117 de la Constitución Política de 1822, establece, entre
los límites y facultades del poder ejecutivo, en su Capítulo II: “A ninguno privará
de su libertad ni le castigará con pena alguna por sí: el Ministro que firmase
orden para esto y la autoridad que la ejecute, serán responsables a la Nación
como de un grave atentado contra la seguridad individual”.

3.2.- DERECHO A SEGURIDAD INDIVIDUAL EN LA CONSTITUCIÓN


POLÍTICA DE 1980.-

El artículo 19 Nº 7, letra b, de la Carta de 1980 dispone: “Nadie


puede ser privado de su libertad personal ni ésta restringida sino en los casos y
en la forma determinados por la Constitución y las leyes”.

17
Casal, Jesús María: “Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Cristhian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob.
Cit., p. 184. El autor cita a este propósito: Corte IDH. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez vs.
Ecuador, op. cit., párr. 53. Ídem.
Libertad personal y seguridad individual 9 Francisco Vega Méndez

Enrique Evans, siguiendo una tradición representada por León


Duguit, considera que la seguridad individual “consiste en rodear a la garantía de
la libertad personal de un conjunto de mecanismos tutelares que impidan que el
abuso y/o la arbitrariedad la anulen en la práctica”.18
Cabe destacar que “el precepto no sólo se refiere a una privación
de libertad, sino que también tutela la eventual restricción de la misma (...) Por
consiguiente (...) el recurso de amparo (...) puede interponerse frente a simples
amenazas o perturbaciones de la libertad”.19
“El derecho a la libertad y a la seguridad personal es acaso el de
más antiguo reconocimiento. La Carta Magna de 1215 lo formulaba así: “Ningún
hombre libre será detenido, ni preso, ni privado de su propiedad, de sus
libertades o libres usos, ni puesto fuera de la ley, ni arrestado, ni molestado de
manera alguna, y Nos no pondremos ni haremos poner mano alguna sobre él, a
no ser en virtud de juicio legal de sus pares y según la ley del país”. Por su
parte, “la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789
prescribió que nadie podía ser acusado, ni detenido, ni preso, sino en los casos
determinados por la ley y con arreglo a formas por ella establecidas. La
exigencia de ley es la suprema garantía. En Inglaterra, la garantía de la libertad
personal adopta, en cambio, la forma de un procedimiento judicial denominado
habeas corpus. En la Constitución española - como en la Chile de 1980- han
terminado confluyendo estas dos concepciones, y a la reserva de ley se le
añade el mencionado procedimiento judicial.
La libertad y la seguridad personal están estrechamente unidas y
no puede darse la una sin la otra. En efecto, la seguridad personal, concepto no
equivalente al de seguridad jurídica, consiste, dice el Tribunal Constitucional
español, en la ausencia de perturbaciones procedentes de detenciones u otras

18
Duguit, León: Manuel de Droit Constitutionnel. Ob. cit., p. 230. Evans de la Cuadra,
Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit. Tomo II, p. 53.
19
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
237.
Libertad personal y seguridad individual 10 Francisco Vega Méndez

medidas similares que puedan restringir la libertad personal o ponerla en


peligro”.20
Del precepto de la Carta Magna emanan las garantías de la ley y
del proceso judicial.
Por su parte, León Duguit considera el desarrollo de la libertad
personal estrechamente ligado a los mecanismos de protección de ella, que
constituyen la seguridad individual, a partir de la Constitución francesa de 1791.
“Tres condiciones se reúnen: 1° El hecho de que ningún individuo puede ser
arrestado ni detenido sino en aquellos casos expresamente determinados por la
ley; 2° El hecho de que el arresto y la detención de un individuo no puede ser
ordenado sino por funcionarios que ofrezcan garantías particulares de
independencia, garantías que, en la organización francesa y en las
organizaciones similares, no parecen presentar sino los funcionarios judiciales;
3° El hecho de que una responsabilidad efectiva existe respecto de aquellos
funcionarios que permiten, ordenan o mantienen arrestos ilegales (...) De este
modo, la libertad individual ha sido conocida, por los autores de nuestras
Declaraciones y de nuestras constituciones, como íntimamente ligada a las
instituciones sociales que la protegen (...) La libertad individual así protegida es
la seguridad”.21

3.3.- MECANISMOS TUTELARES QUE CONFIGURAN LA SEGURIDAD


INDIVIDUAL

En consecuencia, con lo expuesto, la Carta Política de 1980, luego


de establecer la libertad personal en el artículo 19 N° 7, letra a), pasa a ocuparse
de las garantías que rodean a la libertad personal, esto es, establece los
mecanismos tutelares de la libertad personal que configura el derecho a la

20
Torres del Moral, Antonio: Principios de Derecho Constitucional español. Ob. cit.,
Tomo I, p 397.
21
Duguit, León: Manuel de Droit Constitutionnel. Ob. cit., p. 230. El autor, reproduce los
términos del artículo 2° de la Declaración de Derechos de 1789, indicando que “la seguridad es
un derecho individual, el legislador no puede efectuar atentado alguno contra ella, es decir, a
ninguno de los tres elementos que constituyen la protección de la libertad individual”.
Libertad personal y seguridad individual 11 Francisco Vega Méndez

seguridad individual. Estas garantías establecidas en el artículo 19 N° 7, letras b)


a i), pueden clasificarse en:
* Garantías Materiales: Son aquellos mecanismos de protección de la
libertad personal establecidos en el artículo 19 N° 7 letras b), c), d), f), g), y h),
que consisten en diversos resguardos constitucionales y legales a favor del
detenido o arrestado, procesado o preso.
* Garantías Procesales: Son aquellas garantías jurisdiccionales
establecidas para resguardar la libertad personal, y consisten en la garantía de
la libertad provisional (Art. 19 N° 7, letra e); la indemnización por error judicial
(Art. 19 N° 7 letra i); y el recurso, o mejor acción de amparo (Art. 21 de la Carta
Política de 1980). Esta última garantía material está en armonía con lo previsto
en el sistema interamericano de derechos humanos, pues “el artículo 7.6 de la
Convención [Americana de DDHH] otorga a toda persona privada de libertad el
derecho a recurrir ante un “juez o tribunal competente”, para que éste decida,
“sin demora”, sobre la legalidad de la medida privativa correspondiente y ordene,
si fuere ilícita, la liberación del afectado. Este derecho va dirigido a permitir el
control judicial sobre las privaciones de libertad y se corresponde con la acción o
recurso de hábeas corpus contemplado en muchos Estados del sistema
interamericano, aunque contiene exigencias y conceptos autónomos de la
Convención”.22

1° Artículo 19 N° 7 letra b)

La letra b) del N° 7 del artículo 19 de la Carta Fundamental


preceptúa que “nadie puede ser privado de su libertad personal ni ésta
restringida sino en los casos y en la forma determinados por la Constitución y las
leyes”, se configura como la primera expresión de la tutela que brinda la
seguridad individual a la libertad personal. Se trata en este caso de una garantía
genérica por los términos amplios en que se manifiesta. Cabe hacer presente

22
Casal, Jesús María: “Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Cristhian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob.
cit., p. 203.
Libertad personal y seguridad individual 12 Francisco Vega Méndez

que esta tutela comprende tanto la privación como la restricción de la libertad


personal.
Como jurisprudencia constitucional respecto a esta letra b) del N° 7
del artículo 19 de la Carta Política de 1980 se puede citar:
Apremio que importe privación de libertad debe aplicarse respetando el
principio de proporcionalidad. El apremio que importe privación de libertad,
debe decretarse con una indudable determinación y con parámetros
incuestionables, esto es, respetando el principio de proporcionalidad entre la
limitación del derecho fundamental a la libertad y el objetivo constitucionalmente
válido que se busca perseguir. En tal sentido, una limitación a un derecho
fundamental es justificable cuando dicho mecanismo “es el estrictamente
necesario o conveniente para lograr un objetivo constitucionalmente válido,
debiendo consecuentemente el legislador elegir aquellas limitaciones que
impliquen gravar en menor forma los derechos fundamentales”. (STC 1518, c.
14)
El arresto por incumplimiento de cotización previsional es una privación de
la libertad legítima. El arresto en el ámbito de la cotización previsional afecta al
empleador que no ha consignado el descuento a la remuneración en la
administración de fondos. Es una medida de privación de libertad dictada por
juez competente en un debido proceso para el cumplimiento de un deber legal
con la observancia de garantías constitucionales. En este caso es una forma
legítima de privación de libertad. El arresto es una figura diferente a la detención
y que no presume persecución penal, sólo está dirigida al cumplimiento de una
conducta socialmente necesaria. (STC 576, cc. 17 a 22)
El arresto por incumplimiento de cotización previsional no es prisión por
deudas prohibida por los tratados internacionales. Los tratados
internacionales que prohíben la prisión por deudas tienen por objetivo que no se
utilice el poder coactivo del Estado en obligaciones netamente civiles donde rige
la voluntad de las partes. Sin embargo, la obligación de cotizar es un deber legal
de orden público persigue el interés público, por lo que no hay vulneración a los
tratados. (STC 576, cc. 25 a 29)
Libertad personal y seguridad individual 13 Francisco Vega Méndez

No existe prisión por deuda cuando la obligación se encuentra prevista en


la ley. La doctrina ha señalado que “la prisión por deudas” se refiere al
apresamiento del deudor por el incumplimiento de una obligación civil
contractual, no legal. Entonces, el legislador entendió que el arresto al alcalde
era una de las medidas que el juez, que conoce una causa en que una
municipalidad resulta condenada a un pago, puede decretar ante el evento que
el alcalde no dicte el decreto que ordena materializar dicho pago. Así, no puede
estimarse que se configure la hipótesis propia de una “prisión por deudas”,
puesto que la obligación cuyo cumplimiento se procuraba asegurar mediante la
imposición de la medida de arresto se encuentra prevista en la ley y no tiene su
origen en un contrato civil. (STC 1145, cc. 29 y 31).

2° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA C)

La letra c) del N° 7 del artículo 19 prescribe: “nadie puede ser


arrestado o detenido sino por orden de funcionario público expresamente
facultado por la ley y después de que dicha orden le sea intimada en forma legal.
Sin embargo, podrá ser detenido el que fuere sorprendido en delito flagrante,
con el solo objeto de ser puesto a disposición del juez competente dentro de las
veinticuatro horas siguientes”.
En la Sesión N° 107 de la Comisión de Estudios de la Nueva
Constitución se expresó que “en general el arresto es una privación provisional
de la libertad sujeta al cumplimiento de un acto por parte del arrestado (...) Por
eso (...) [es] fundamentalmente una medida de apremio [legítimo]. En cambio, la
detención es una de las medidas que se configuran en el proceso criminal con el
objeto de asegurar la persona del eventual delincuente, y su destino no depende
de un acto que realice el detenido, sino del concepto que se forme el juez en
cuanto da término a la detención con la libertad incondicional o con la
encargatoria de reo, caso en que se transforma en prisión preventiva en ese
momento”.23

23
Citado en Evans de la Cuadra, Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo
Libertad personal y seguridad individual 14 Francisco Vega Méndez

De la disposición citada se coligen las formalidades necesarias


para que proceda una detención o arresto:
a) Existencia de orden de funcionario público expresamente facultado por la
ley para proceder a una detención o arresto.
“Los funcionarios expresamente facultados por la ley se
encuentran principalmente mencionados en el artículo 254 del Código de
Procedimiento Penal (juez del Crimen, intendente regional o gobernador
provincial, agentes de policía e incluso particulares en caso de delito
flagrante)”.24
b) Necesidad de que la orden sea intimada en forma legal.
El Diccionario de la Academia española de la lengua indica que la
voz intimar proviene del latín intimare, y significa, en su primera acepción:
“requerir, exigir el cumplimiento de algo, especialmente con autoridad o fuerza
para obligar a hacerlo”. Por tanto, la doctrina ha estimado que este requisito
exige que la orden sea escrita, pues la intimación precisa que la orden sea
exhibida y, con derecho a leerla por parte del destinatario.25
Por otra parte, el artículo 19 N° 7, letra c, en su inciso segundo,
señala: “Si la autoridad hiciere arrestar o detener a alguna persona, deberá,
dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, dar aviso al juez competente,
poniendo a su disposición al afectado. El juez podrá, por resolución fundada,
ampliar este plazo hasta por cinco días, y hasta por diez días, en el caso que se
investiguen hechos calificados por la ley como conductas terroristas”.

II, p. 55. Cabe asimismo precisar que el procesado es quien se encuentra sometido a proceso y,
eventualmente sujeto a prisión preventiva; en cambio, la voz preso alude a quien ha sido
condenado por sentencia que se encuentra firme o ejecutoriada.
24
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
238. El artículo 263 del Código de Procedimiento Penal preceptúa: “Se reputa delincuente
flagrante: 1° Al que actualmente está cometiendo un delito; 2° Al que acaba de cometerlo; 3° Al
que en los momentos en que acaba de cometerse huye del lugar en que se cometió y es
designado por el ofendido u otra persona como autor o cómplice; 4° Al que, en un tiempo
inmediato a la perpetración del delito, fuere encontrado con objetos procedentes del delito o con
señales en sí mismo o en sus vestidos que induzcan a sospechar su participación en él, o con
las armas o instrumentos que se emplearon para cometerlo; y 5° Al que personas asaltadas o
heridas, o víctimas de un robo o hurto, que reclaman auxilio, señalen como autor o cómplice de
un delito que acaba de cometerse”.
25
Cf. Evans de la Cuadra, Enrique: Los Derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo II, pp.
53-54. También, Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo
Libertad personal y seguridad individual 15 Francisco Vega Méndez

En la norma citada aparecen dos garantías a favor del arrestado o


detenido. “Por una parte, la autoridad que ejecuta la medida debe informar de
ello al juez. Por la otra, debe poner al detenido o arrestado a disposición del
tribunal dentro del plazo de 48 horas. Sin embargo, este plazo puede ser
ampliado hasta por cinco días por resolución fundada del juez”.26
En ámbito de la CIDH, “El artículo 7.5 de la Convención reconoce,
en su primera parte, el derecho de todo detenido o retenido a ser conducida sin
demora ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales. Este derecho constituye otra de las garantías de la libertad
personal que se traduce en obligaciones positivas a cargo del Estado. Su
finalidad es también evitar detenciones ilegales o arbitrarias, lo cual alcanza en
este numeral 5 del artículo 7 una especial significación, ya que el derecho y
obligación de pronta conducción ante una autoridad judicial responde a la idea
de que a ella corresponde verificar la observancia del conjunto de garantías de
la libertad personal, incluyendo el examen de la licitud de la privación de libertad.
De allí que la Corte haya advertido que: …el control judicial inmediato es una
medida tendiente a evitar la arbitrariedad o ilegalidad de las detenciones,
tomando en cuenta que en un Estado de Derecho corresponde al juzgador
garantizar los derechos del detenido, autorizar la adopción de medidas
cautelares o de coerción cuando sea estrictamente necesario y procurar, en
general, que se trate al inculpado de manera consecuente con la presunción de
inocencia”.27
El Tribunal Constitucional de Chile ha declarado en esta materia:

I, pp. 235-236.
26
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
239. Los autores señalan que el carácter fundado de la resolución judicial que amplía el plazo de
detención o arresto se exige “a fin de que contra ella pueda interponerse un eventual recurso de
amparo”, según se indicó en las Sesiones N° 11 y 112 de la Comisión de Estudio de la Nueva
Constitución.
27
Casal, Jesús María: “Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Cristhian
Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob.
Cit., p. 196. El autor cita a este propósito: Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs.
México, op. cit., párr. 93.
Libertad personal y seguridad individual 16 Francisco Vega Méndez

Alcance de la expresión “arresto”. Del sentido natural y obvio de la expresión


“arresto” usada en el art. 19, Nº 7, CPR, puede afirmarse que como medida de
apremio no fue referida necesariamente al proceso penal. En cambio, fue
expresamente contemplada en la CPR como una restricción o limitación a la
libertad personal, sujetándolo a dicho régimen jurídico, de modo que sólo
pudiera adoptarse de manera excepcional con plena observancia de las
garantías constitucionales. El arresto sólo puede ser decretado cuando una ley
lo prescriba, mediante una orden expedida por un funcionario público facultado
para hacerlo y previa intimación legal de la misma. Adicionalmente, el art. 19, Nº
1, CPR prohíbe la aplicación de todo apremio ilegítimo, no de apremios
considerados legítimos dentro de nuestro sistema legal, como lo constituye el
caso del cumplimiento de resoluciones judiciales que determinan obligaciones
tributarias. Por otra parte, entre las garantías mínimas del afectado, se
encuentran el que deba ser puesto a disposición del juez dentro de un plazo
determinado, para la obtención de una determinada conducta; que la privación
de libertad deba materializarse en la casa del arrestado o en lugares públicos
destinados al efecto; y que su aplicación no puede implicar la privación de
determinados derechos, respetándose a su vez los derechos legítimos de
terceros. Por consiguiente, si se produce alguna restricción eventual a la libertad
personal, específicamente una orden de arresto judicialmente decretada y, a la
vez, se advierte que la misma no deriva del incumplimiento de obligaciones
meramente particulares ni encuentra su origen en la existencia de una deuda
contractual, sino que proviene de la infracción de un deber que impone la ley, en
atención a razones de bien común –tal es el caso de una orden de arresto
decretada judicialmente por incumplimiento de deberes legales vinculados al
pago de tributos establecidos en beneficio de toda la comunidad– forzoso es
concluir que, en este caso, lo dispuesto en el art. 19, Nº 7, CPR no resulta
contrario a la prohibición de la prisión por deudas contemplada en el art. 7, Nº 7,
CADH, toda vez que la obligación tributaria perseguida encuentra su origen en la
ley y no corresponde a una deuda entre particulares que emane de un vínculo
contractual. (STC 1971, c. 7).
Libertad personal y seguridad individual 17 Francisco Vega Méndez

3° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA d)

El artículo 19 N° 7, letra d) prescribe: “nadie puede ser arrestado o


detenido, sujeto a prisión preventiva o preso, sino en su casa o en lugares
públicos destinados a este objeto.
Los encargados de prisiones no pueden recibir en ellas a nadie en
calidad de arrestado o detenido, procesado o preso, sin dejar constancia de la
orden correspondiente, emanada de autoridad que tenga facultad legal, en un
registro que será público.
Ninguna incomunicación puede impedir que el funcionario
encargado de la casa de detención visite al arrestado o detenido, procesado o
preso, que se encuentre en ella. Este funcionario está obligado siempre que el
arrestado o detenido lo requiera, a transmitir al juez competente la copia de la
orden de detención, o a reclamar para que se le dé dicha copia, o a dar él mismo
un certificado de hallarse detenido aquel individuo, si al tiempo de su detención
se hubiere omitido este requisito”.
El carácter de garantía de este precepto aparece destacado en la
Sesión 107 de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, al indicarse
que “el lugar tiene que ser público en un doble aspecto: primero, para que el
público sepa que es un lugar de detención, y segundo, para que el público,
dentro del reglamento respectivo, tenga acceso para visitar a los detenidos”.28
En consecuencia, la disposición citada establece el derecho a la
publicidad de la detención, “que se expresa en tres ámbitos:
- Publicidad de los recintos de detención.
- Publicidad de los registros de detenidos.
- Prohibición de la incomunicación absoluta”.29
Por otra parte, se ha precisado también que “los lugares públicos

28
Citado por Evans de la Cuadra, Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo
II, p. 57. El Reglamento Constitucional de 1812 ya se ocupaba de este tema al señalar en su
artículo 21 que “Las prisiones serán lugares cómodos y seguros para la detención de las
personas, y de ningún modo servirán para mortificar a los delincuentes”.
29
Quinzio Figueiredo, Jorge M.: Tratado de Derecho Constitucional, Ed. Universidad La
República, Santiago, 1994, Tomo II, p. 112.
Libertad personal y seguridad individual 18 Francisco Vega Méndez

destinados a mantener a los detenidos, procesados o presos son aquellos


establecimientos de rehabilitación y tratamiento penitenciario que se encuentran
a cargo del Servicio llamado de Gendarmería de Chile, dependiente del
Ministerio de Justicia. Esos recintos se denominan cárceles, presidios y
penitenciarías”.30
Finalmente, la disposición del artículo 19 N° 7, letra d) en sus
incisos segundo y tercero, establece ciertos deberes a los funcionarios
encargados de las casas de detención o prisión, referidas al ingreso de los
detenidos o arrestados, o procesados o presos a los recintos de detención o
prisión de acuerdo con la orden respectiva emanada de autoridad competente;
asimismo el deber de mantenerse en comunicación con el incomunicado y, de
hacer llegar al juez los documentos de éste que la norma indica.
En el ámbito del Sistema Interamericano de DDHH, la CIDH ha
establecido que “En cuanto al registro de detenidos, la jurisprudencia ha
precisado que debe reflejar la identificación de los detenidos y de quien haya
practicado la detención; el motivo de la detención; el día y hora de ingreso y de
liberación; información sobre la orden de detención, y la constancia de haber
dado aviso al juez competente”.31

4° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA e)

La norma indica que “la libertad provisional procederá a menos que


la detención o la prisión preventiva sea considerada por el juez como necesaria
para las investigaciones del sumario o para la seguridad del ofendido o de la
sociedad. La ley establecerá los requisitos y modalidades para obtenerla.
La resolución que otorgue la libertad provisional a los procesados
por los delitos a que se refiere el artículo 9°, deberá siempre elevarse en
consulta. Esta y la apelación de la resolución que se pronuncie sobre la

30
Evans de la Cuadra, Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo II, p. 56.
31
Corte IDH. Caso Gudiel Álvarez (Diario Militar) vs. Guatemala, op. cit., párr. 197; y Corte
IDH. Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras, cit., párr. 189, citado por Casal, Jesús María:
Libertad personal y seguridad individual 19 Francisco Vega Méndez

excarcelación serán conocidas por el Tribunal superior que corresponda


integrado exclusivamente por miembros titulares. La resolución que apruebe u
otorgue la libertad requerirá ser acordada por unanimidad. Mientras dure la
libertad provisional el reo quedará siempre sometido a las medidas de vigilancia
de la autoridad que la ley contemple”.
En la Comisión de Estudio se tuvo el propósito de otorgarle a esta
institución una mayor amplitud que la contemplada en (...) la Constitución de
1925 y al efecto fue calificada como un derecho del detenido o sujeto a prisión
preventiva. A fin de que no se establecieran en la ley situaciones de
inexcarcelabilidad, se puntualizó que ella procedería “siempre” a menos que, en
apreciación del juez, la prisión fuese considerada “estrictamente” necesaria por
alguna de las tres razones que taxativamente el texto constitucional señala.
Sin embargo, en definitiva prevaleció el criterio del Consejo de
Estado, órganos asesor que en su informe opinó: a) que la libertad provisional
no es un derecho sino una garantía de la libertad personal (por tal motivo se
suprimió la voz “derecho”); b) que pueden existir delitos no excarcelables y de
hecho el mismo texto constitucional contemplaba, hasta su modificación el 1° de
abril de 1991, el caso de las conductas terroristas en el artículo 9° (por tal motivo
eliminó la expresión “siempre”), y c) a fin de dar mayor libertad al juez, se
suprimió el término “estrictamente”.32
El Tribunal Constitucional ha declarado que “la determinación del
monto de la fianza a una de las partes del juicio impide ejercicio de la libertad
personal. No se condice con parámetros incuestionables de razonabilidad y
justificación que la estimación o cálculo que sirve de base a la fijación de la
fianza, sea confiado por el legislador a una de las partes del juicio criminal (el
SII), sobrepasándose la indispensable objetividad que debe inspirar una
operación de esa naturaleza, y sustrayéndole al juez su potestad para regular
soberanamente el monto de la caución. De esta forma se impone un requisito

“Artículo 7° Derecho a la libertad personal”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores):


Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 206
32
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
242.
Libertad personal y seguridad individual 20 Francisco Vega Méndez

que impide el libre ejercicio del derecho a la libertad personal. (STC 728, cc. 16,
17 y 19).

5° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA f)

“En las causas criminales no se podrá obligar al inculpado a que


declare bajo juramento sobre hecho propio; tampoco podrán ser obligados a
declarar en contra de éste sus ascendientes, descendientes, cónyuge y demás
personas que, según los casos y circunstancias, señale la ley”.
La disposición citada expresa un principio reconocido ampliamente
en el Derecho Internacional y en el Derecho Constitucional comparado. Como se
ha indicado “las razones [de esta norma] son obvias: liberar a estas personas de
una disyuntiva en extremo ardua, cual es la de romper la promesa –perjurar- o
perjudicarse personalmente o a un tercero con quien existen vínculos
afectivos”.33 En este punto, el Derecho expresa el dilema inveterado expresado
por Hegel, en su dicotomía entre la ley clara y la ley oscura, esto es, la ley que
rige el orden político y la ley que rige el orden familiar.34 El tema es antiguo y ha
sido reconocido por la doctrina clásica, v. gr., para Hobbes, “si un hombre es
interrogado por el soberano, o por su autoridad, en lo concerniente a un crimen
por él cometido, no está obligado, a menos que se le garantice el perdón, a
confesarlo; pues ningún hombre puede ser obligado por un convenio a acusarse
a sí mismo”.35
Según señala Enrique Evans, “es conveniente aclarar que lo que la

33
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
244.
34
Hegel, Georg Wilhelm Friedrich: Fenomenología del Espíritu. Ed. Fondo de Cultura
Económica, México, 1997, trad. Wenceslao Roces, pp. 262-263. Cf. asimismo, Trías, Eugenio:
El lenguaje del perdón. Un ensayo sobre Hegel. Ed. Anagrama, Barcelona, 1981, p. 140, donde
dice: “esas masas espirituales en que se escinde la sustancia ética son la ley clara y la ley
oscura, la ley que rige el orden político y la ley que rige el orden familiar. La ley clara es la ley
humana, creada por el propio hombre y mediante la cual se rige el sujeto en su comportamiento
como ciudadano. Se actualiza mediante el poder del gobierno. Es una ley pública y reconocida
por todos. Frente a esa ley está la ley divina, la que preside esa comunidad ética natural que es
la familia. Ambas leyes dirigen el comportamiento entero del sujeto ético, que pasa de ser
miembro de una familia (sometido a la ley oscura). a ser miembro de la ciudad (sometido a la ley
clara).
Libertad personal y seguridad individual 21 Francisco Vega Méndez

Constitución prohíbe es que determinadas personas declaren bajo juramento,


pero ello no las exime de declarar”.36
La CIDH ha declarado en su jurisprudencia que “este derecho
‘también se tien[e] que respetar en procedimientos o actuaciones previas o
concomitantes a los procesos judiciales que, de no someterse a tales garantías,
pueden tener un impacto desfavorable no justificado sobre la situación jurídica
de la persona de que se trata”.37
Por su parte, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Chile
ha declarado al respecto:

Extensión de la garantía de no autoincriminación a procedimientos


jurisdiccionales no criminales. El Constituyente ha querido reconocer dicha
garantía para un procedimiento en particular, situación distinta a la de aquellas
garantías establecidas en el N° 3 del art. 19 CPR, que sí son de aplicación
general. En lo que respecta a la extensión de esta garantía a procedimientos
jurisdiccionales no criminales o actuaciones administrativas que pudiesen afectar
la libertad personal o la seguridad individual, indistintamente, no procedería
directamente, debido a que ella, de modo explícito y con un propósito claro, se
refiere sólo a las causas criminales. Sin perjuicio de lo anterior, la ley podría
extender el derecho a guardar silencio para otras personas en otros
procedimientos de acuerdo a los casos y circunstancias, siempre de
conformidad con el propio contenido de la garantía establecida en el art. 19, N°
7, letra f), CPR. (STC 2381, cc. 10, 11 y 15).

35
Hobbes, Thomas: Leviatán. Ob. cit., Tomo I, Parte II, Capítulo XXI, p. 179.
36
Evans de la Cuadra, Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo II, p. 59.
“Lo que la Constitución prohíbe es que determinadas personas declaren bajo juramento en
calidad de testigos, pero ello no las exime de declarar, debiendo el tribunal simplemente
exhortarlas a decir la verdad”. Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional.
Ob. cit., Tomo I, p. 245.
37
Corte IDH. Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia
de 27 de noviembre de 2003. Serie C No. 103, párrafos 120 y 121, citados por Ibáñez Rivas,
Juana María: “Artículo 8° Garantías judiciales”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores):
Convención Americana sobre Derechos Humanos. Comentario. Ob. cit., p. 243.
Libertad personal y seguridad individual 22 Francisco Vega Méndez

Contenido esencial de la garantía de no autoincriminación. Esta garantía


comprende dos principales elementos: un sujeto y una acción. El sujeto puede
ser un imputado o un acusado beneficiado por el derecho a la libertad personal o
a la seguridad individual. En cuanto a la acción, es aquélla que puede generar
una afectación a una u otra, que consiste en la declaración de un “hecho propio”.
La ausencia de cualquiera de estos dos elementos impide reconocer la garantía
de la no autoincriminación. (STC 2381, c. 13)

6° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA g)

“No podrá imponerse la pena de confiscación de bienes, sin


perjuicio del comiso en los casos establecidos por las leyes; pero dicha pena
será procedente respecto de las asociaciones ilícitas”.
Esta norma ya se encontraba en el inciso 2° del artículo 18 de la
Constitución de 1925. “Se proscribe la pena de confiscación de bienes por
cuanto ella implica una sanción colectiva para toda la familia del delincuente, con
lo cual la pena pierde su carácter de personal”.38
Por otra parte, cabe señalar que “el concepto de bienes es aquí
genérico y está referido a todo derecho adquirido [de carácter] patrimonial”.39
Comprende, por tanto, a “toda clase de bienes, corporales e incorporales, que
tengan algún contenido patrimonial”.40
Sin embargo, la Constitución permite dicha pena con respecto de
las asociaciones ilícitas. “En el Código Penal, las asociaciones ilícitas son
aquellas que han sido formadas con objeto de atentar contra las buenas
costumbres, contra las personas o la propiedad (Art. 292)”.41
“En cuanto al comiso, se autoriza en los casos establecidos por las
leyes. En sentido amplio se emplea como sinónimo de toda especie de

38
Verdugo Marinkovic, Mario et al.: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I,
p. 245.
39
Evans de la Cuadra, Enrique: Los derechos constitucionales. Ob. cit., Tomo II, p. 62.
40
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, pp.
245-246.
41
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
Libertad personal y seguridad individual 23 Francisco Vega Méndez

confiscación, pero en nuestro Código se emplea como sinónimo de la pérdida de


los instrumentos o efectos del delito. Los instrumentos del delito son los medios
materiales de que los autores se han valido para perpetrarlo. Los efectos del
delito son los objetos materiales sobre los cuales ha recaído la acción delictiva o
que sean producto de ella”.42
La jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Chile ha declarado:

Concepto de confiscación. Confiscación es, según el Diccionario de la Real


Academia de la Lengua Española, “pena o sanción consistente en la apropiación
por el Estado de la totalidad del patrimonio de un sujeto”. En doctrina, se la
considera como un apoderamiento de los bienes de una persona –generalmente
cuando ellos constituyen una universalidad–, los que se traspasan desde el
dominio privado al del Estado, sin ley que justifique la actuación ni proceso en
que se ventilen los derechos del afectado. (STC 541, c. 12).

Distinción entre enriquecimiento injusto, expropiación y confiscación. Un


requisito indispensable del enriquecimiento injusto es la carencia de causa, esto
es, de un antecedente jurídico que justifique el beneficio y perjuicio que
correlativamente se producen. Si es el texto legal expreso el que ampara el
acrecimiento patrimonial del perjudicado la ley resulta ser la causa del mismo y,
por ende, descarta el injusto. La expropiación es un acto con caracteres de
unilateralidad por parte de la Administración, es decir, uno que no viene
precedido ni justificado en conducta alguna del expropiado. Se expropia por
utilidad pública o por el interés general; no como consecuencia de alguna
obligación particular que pesa sobre el administrado ni como producto de alguna
sanción que se pretenda imponer al mismo. La confiscación importa un
apoderamiento de los bienes de una persona –generalmente cuando ellos
constituyen una universalidad jurídica–, que se traspasan desde el dominio

246.
42
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
246.
Libertad personal y seguridad individual 24 Francisco Vega Méndez

privado al del Estado, sin ley que justifique la actuación ni proceso en que se
ventilen los derechos del afectado. (STC 1564, cc. 44).
Prohibición de pena de confiscación de bienes o la de pérdida de los
derechos previsionales como límites de las penas. Las penas deben
obedecer a fines constitucionalmente lícitos sin que se vulneren los límites
precisos que la CPR ha impuesto, como, por ejemplo, en el caso del art. 19, Nº
1, que prohíbe la aplicación de apremios ilegítimos, del art. 19, Nº 7, inc. 2º,
letras g) y h), que impiden establecer la pena de confiscación de bienes o la de
pérdida de los derechos previsionales, todo lo cual tiende, finalmente, a dar
cumplimiento al deber que el inc. 2º del art. 5º CPR, que impone a los órganos
del Estado a respetar y promover los derechos esenciales del ser humano. (STC
786, c. 30).

7° ARTÍCULO 19 N° 7 LETRA h)

“No podrá aplicarse como sanción la pérdida de los derechos


previsionales”.
“La pérdida de los derechos previsionales como sanción quedó
eliminada de nuestro ordenamiento jurídico desde la vigencia de la Ley N°
17.902, de 15 de febrero de 1973 (derogó el N° 4 del Art. 38 del Código Penal y
la disposición pertinente del Estatuto Administrativo) (...)
El fundamento de esta disposición se resume en el siguiente
argumento: la responsabilidad penal es por esencia personal y en la pérdida de
los derechos previsionales, ella se generaliza al grupo familiar (Sesión 114).
La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de
San José de Costa Rica), establece que la pena no puede trascender de la
persona del delincuente”.43
Por su parte, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Chile
ha declarado que la prohibición de pena de confiscación de bienes o la de

43
Verdugo, Pfeffer, Nogueira: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p.
246.
Libertad personal y seguridad individual 25 Francisco Vega Méndez

pérdida de los derechos previsionales se configura como límites de las penas.


“Las penas deben obedecer a fines constitucionalmente lícitos sin que se
vulneren los límites precisos que la CPR ha impuesto, como, por ejemplo, en el
caso del art. 19, Nº 1, que prohíbe la aplicación de apremios ilegítimos, del art.
19, Nº 7, inc. 2º, letras g) y h), que impiden establecer la pena de confiscación
de bienes o la de pérdida de los derechos previsionales, todo lo cual tiende,
finalmente, a dar cumplimiento al deber que el inc. 2º del art. 5º CPR, que
impone a los órganos del Estado a respetar y promover los derechos esenciales
del ser humano. (STC 786, c. 30).

8° INDEMNIZACIÓN POR ERROR JUDICIAL

1.- INTRODUCCIÓN

El artículo 19 Nº 7, letra i, de la Carta de 1980 establece la


segunda garantía procesal, la primera es la letra e, referida a la libertad
provisional, del siguiente modo: “Una vez dictado sobreseimiento definitivo o
sentencia absolutoria, el que hubiere sido sometido a proceso o condenado en
cualquier instancia por resolución que la Corte Suprema declare
injustificadamente errónea o arbitraria, tendrá derecho a ser indemnizado por el
Estado de los perjuicios patrimoniales y morales que haya sufrido. La
indemnización será determinada judicialmente en procedimiento breve y sumario
y en él la prueba se apreciará en conciencia”
Esta disposición equivale al artículo 20 de la Carta de 1925, y
constituyó una norma programática, pues nunca se dictó la ley que debía
reglamentarla.

2.- REQUISITOS PARA QUE PROCEDA INDEMNIZACIÓN POR ERROR


JUDICIAL

1º Se requiere la existencia de un proceso criminal.


Libertad personal y seguridad individual 26 Francisco Vega Méndez

2º Es necesario que una persona haya sido sometida a proceso. No basta,


por tanto, la detención o la citación de una persona para que se configuren
hipótesis indemnizables, aunque pudiesen ser calificadas de arbitrarias.44 Por
cierto, la hipótesis comprende al condenado en cualquier instancia en forma
injusta, pues la exigencia de que el inculpado sea sometido a proceso constituye
el presupuesto mínimo para el ejercicio de la acción.
3º Se requiere la dictación de sobreseimiento definitivo o de sentencia
absolutoria en favor del titular de la acción indemnizatoria.
4º Es preciso, además, que exista una resolución de la Corte Suprema que
declare injustificadamente errónea o arbitraria la resolución que sometió a
proceso o condenó al titular de la acción indemnizatoria.
Se suele estimar que habría injustificado error judicial cuando
faltan elementos racionales para fundar la resolución cuestionada.45
“La Corte Suprema ha interpretado y aplicado con un criterio
restrictivo la expresión “injustificadamente errónea o arbitraria”, lo que ha
conducido al rechazo de casi todas las acciones intentadas sobre la materia.
En efecto, ha dicho que para que una resolución tenga el carácter
de errónea o arbitraria en grado de injustificable, es necesario que, además de
ser contradictoria con la razón, se haya decretado de manera irregular o
caprichosa. Debe carecer rotundamente de motivación y racionalidad...” 46 Esta
interpretación aparece como excesivamente restrictiva para lograr el objetivo
constitucional de resguardo perseguido con el establecimiento de la acción.

3.- EFECTOS

Dictada por la Corte Suprema la resolución que declare


injustificadamente errónea o arbitraria la resolución que sometió a proceso o

44
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional, Ed. Jurídica de Chile, Santiago, 1997, Tomo I, p. 247.
45
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 247.
46
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 247.
Libertad personal y seguridad individual 27 Francisco Vega Méndez

condenó al titular de la acción indemnizatoria. El titular de la acción


indemnizatoria deberá demandar ante la justicia ordinaria para determinar el
monto de la indemnización que pagará el Estado, sin perjuicio del derecho de
éste de repetir en contra del funcionario responsable.
“A la Corte Suprema sólo le corresponde decidir si el error judicial
que se pretende resarcir alcanzó o no la extensión o magnitud requerida para
estimar que la resolución que se dictó como consecuencia de esa equivocación
padece del vicio de ser injustificadamente errónea o arbitraria y que una vez
obtenida esa declaración el interesado deberá recurrir al juez civil competente a
fin de que se determine el monto de la indemnización a que tiene derecho”.47
La indemnización comprende el daño patrimonial y el daño moral
sufrido por el afectado. Este último es “aquel que resulta lesivo a las facultades
espirituales, a los afectos o a las condiciones sociales o morales, inherentes a la
personalidad humana”.48

4.- PROCEDIMIENTO

El auto acordado de la Corte Suprema, publicado en el Diario


Oficial de 11 de agosto de 1983, reglamenta el procedimiento de la acción
indemnizatoria que concede la letra i, del Nº 7, del artículo 19 de la Constitución
Política de 1980, del siguiente modo:
1º La solicitud en que se deduzca la acción se presentará ante la Corte
Suprema dentro del plazo de seis meses, contados desde que quede
ejecutoriada la sentencia absolutoria o el auto de sobreseimiento, dictados en la
acusa, y deberá ser acompañada, según el caso, con alguno o algunos de los
siguientes antecedentes:
- Copia autorizada de la sentencia absolutoria expedida en favor del
demandante, con sus notificaciones y certificado de encontrarse ejecutoriada.

47
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 249.
48
Verdugo, Mario; Pfeffer, Emilio; Nogueira, Humberto: Tratado de Derecho
Constitucional. Ob. cit., Tomo I, p. 249.
Libertad personal y seguridad individual 28 Francisco Vega Méndez

- Copia autorizada del auto de sobreseimiento definitivo dictado en la


causa, ya sea total o parcial, y en el último caso, con copia de las notificaciones
del procesado a quien se refiera y certificado de encontrarse ejecutoriado.
- Copia autorizada del auto de procesamiento, dictado contra la persona a
quien favorece el auto de sobreseimiento total o parcial a que se ha hecho
referencia, con sus notificaciones.
- Copia autorizada de la sentencia condenatoria de cualquier instancia
expedida contra el que deduce la acción con sus notificaciones y constancia
autorizada de haber sido apelada o remitida en consulta.
- Copia autorizada de la sentencia absolutoria dictada en virtud de la
apelación o consulta a que se refiere el número anterior o de algún recurso
deducido para ante la Corte Suprema, con sus notificaciones y certificado de
encontrase ejecutoriada.
- Cualquier otro instrumento público o privado que la parte desee
acompañar.
2º De la demanda se conferirá traslado al Fisco por el término de quince
días, y transcurrido que sea este plazo, con su respuesta o sin ella, se enviarán
los autos al Fiscal de la Corte Suprema para su dictamen; y evacuado que sea
este trámite, se colocará la causa en tabla para su conocimiento por el Tribunal
Pleno.
3º La sentencia podrá condenar en costas a la parte vencida, cuando así lo
estime el tribunal.

5.- EVALUACIÓN CRÍTICA

La acción de indemnización por error judicial se enmarca dentro de


la responsabilidad extracontractual del Estado, y en particular dentro de la
responsabilidad proveniente de la actividad jurisdiccional estatal. En este
contexto en el ámbito del Sistema Interamericano de DDHH, el artículo 10 de la
Convención Americana de DDHH dispone: “Derecho a Indemnización Toda
Libertad personal y seguridad individual 29 Francisco Vega Méndez

persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber


sido condenada en sentencia firme por error judicial.”
Thomas Antkowiak ha señalado, a partir del caso “García Fajardo y
Otros v/s Nicaragua” ante la Comisión IDH, que “algunos comentaristas han
propuesto una interpretación más amplia del artículo 10, el cual podría incluir
asuntos civiles y administrativos, además de condenas penales”. 49 En Chile,
dicha responsabilidad está restringida exclusivamente al ámbito judicial penal,
en los términos de la letra i) del N° 7 del artículo 19 de la Constitución.

49
Isaías Losada-Revol y Soledad Ribeiro-Mieres, El Artículo 10 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos: Alcance y Contenido en Problemas Actuales de Derechos
Humanos, Número 1 (2012), citado por citado por Antkowiak, Thomas: “Artículo 10. Derecho a
Indemnización”, en Steiner, Christian Uribe, Patricia (Editores): Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Comentario. Fundación Konrad Adenauer, Programa Estado de Derecho
para Latinoamérica, Impreso en Santiago de Chile, 2014, (pp. 263-271), p. 265.
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Francisco Rivera Pastor.


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