Historia

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Historia

Antecedentes

La idea de recrear la ilusión del movimiento con una serie de dibujos es más antigua que el
nacimiento del cine. Algunos historiadores se remontan a la prehistoria, en la que, mediante
pinturas rupestres, se intentaba expresar movimiento, para que se mantengan estáticos. Otros
descubrimientos posteriores, en Egipto y en Grecia corroboran esta tendencia a representar
diferentes fases del movimiento en su arte.

El primer intento que se conoce de una animación mediante la proyección de imágenes data
de 1640, cuando el alemán Athanasius Kircher inventó el primer proyector de imágenes, la
«linterna mágica», en la que, mediante grabados en cristales, era capaz de proyectar
diferentes fases consecutivas del movimiento, cambiando los cristales de forma mecánica. En
una de sus proyecciones representaba a un hombre mientras dormía, abriendo y cerrando la
boca.

El incipiente mundo de la animación estuvo estancado hasta 1824, cuando Peter Mark Roget
descubrió el principio de persistencia de la visión, fundamento en el que se basan todas las
imágenes proyectadas que conocemos hoy en día. Demostraba que el ojo humano retiene la
imagen que ve durante el tiempo suficiente para ser sustituida por otra, y así sucesivamente,
hasta realizar un movimiento completo, como se ve en su taumatropo.

Aunque fueron muchos los inventos nacidos a la sombra del principio de persistencia de la
visión, ninguno pasó de la categoría de juguete hasta la llegada del «Phenakistoscopio» de
Joseph Antoine Plateau, en 1831, en el que conseguía plasmar un movimiento completo
mediante el uso de dibujos.

Entre las bases del origen de la animación está el mismo juego de sombras y la proyección de
siluetas de papeles recortados creados por la cultura china.

La película animada

La animación apareció antes que el propio cinematógrafo. En 1888 el francés Émile Reynaud,
padre del cine de animación, inventó el praxinoscopio, uno de los muchos juguetes ópticos de
la época, en el cual se utilizaba una técnica pre-cinematográfica de animación. Posteriormente
lo perfeccionó con su teatro óptico, que permitía proyectar películas animadas. Dotadas de
argumento en una pantalla para un público y, acompañadas de música y efectos sonoros,
mantuvo un espectáculo de dibujos animados desde 1892 hasta finales del siglo xxx. De su
producción, en la actualidad se conserva ¡Pobre Pierrot!, de 4 minutos de duración.

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La película Humorous Phases of Funny Faces de J. Stuart Blackton.

El siguiente pionero del cine de animación fue el francés Émile Cohl, que desde 1908 realizó los
primeros cortometrajes de dibujos animados, entre los que se destaca Fantasmagorie, de un
minuto y veinte segundos de duración. En 1912 creó el que seguramente sea el primer
personaje de la historia del cine de animación, Baby Snookum.1 Otro pionero fue George
Méliès, el cual utilizó en sus filmes abundantes efectos realizados con técnicas de animación.

James Stuart Blackton y el español Segundo de Chomón Suecia incorporó nuevos movimientos
en acción.

En 1906 J. Stuart Blackton estrenó Humorous Phases of Funny Faces, considerada la primera
película de animación, en la que unos personajes dibujados en tiza sobre una pizarra se
desplazan por la pantalla y hacen distintos gestos e incluso interactúan entre sí.

Encontramos también a Winsor McCay, quien en 1914 estrenó Gertie the Dinosaur, película
rodada con personajes y localizaciones reales, pero en la que aparece una secuencia animada
siguiendo una técnica parecida a la de Blackton. Una sucesión de dibujos de un dinosaurio dan
la sensación de que este está en movimiento. McCay elaborará otras películas como The
Sinking of the Lusitania (1918), en la que usa la misma técnica combinándola con un montaje
por capas como el que ya había usado Georges Méliès en sus películas, para darle profundidad
y cierto realismo.

En sus películas McCay dibujaba cada fotograma desde cero, lo que ralentizaba y por tanto
encarecía todo el proceso de animación. Fue Earl Hurd quien patentó el sistema de acetatos,
en el que se basaría la animación comercial clásica. Este consistía en dibujar los fondos fijos, y
a los personajes sobre láminas de acetato transparentes, lo que agilizaba mucho la producción
de películas animadas. Cabe destacar que el sistema de acetatos se inspiraba en el de John
Randolph, que en lugar de usar fondos fijos en sus películas, creó algunos de los elementos
invariables tanto del fondo como de los personajes sobre unas láminas que usaría en la
animación. Se considera que con este sistema creó la primera serie comercial de animación en
1913, titulada Colonel Heezaliar in Africa.2

Max Fleischer hizo una gran aportación al mundo de la animación al inventar en 19173 el
rotoscopio, un aparato que proyectaba una película real sobre una mesa, permitiendo dibujar
a los personajes ficticios basándose en el de los personajes reales, una técnica parecida a la de
captura de movimiento, que aparecería mucho después. Junto a su hermano, Dave Fleischer, y
a Lee De Forest, estrenó en 1924 la primera animación con sonido, Oh Mabel. Cabe destacar
que en la época, en la mayoría de casos no se proyectó con sonido puesto que los cines no
disponían todavía de la tecnología para reproducir el sonido. Los hermanos Fleischer fueron
creadores de algunos de los personajes más icónicos del cine sonoro de animación como son
Betty Boop o Popeye el marino (en su adaptación al cine animado).
Pero el creador de lo que hoy entendemos como cine de animación es el italo-argentino
Quirino Cristiani, que en 1917 creó la primera película animada de la historia, El Apóstol. El
Apóstol es una película sátira del presidente de Argentina de ese entonces Hipólito Yrigoyen. El
Apóstol estuvo dirigida, guionada y enteramente animada por Cristiani, es decir que el solo
hizo toda la película. Sin embargo hoy por hoy El Apóstol está perdida, ya que se quemó en un
incendio y no se conservan copias.

Pero sin duda el más famoso fue Walt Disney. Disney comenzó rodando spots publicitarios en
un garaje en el estado de Kansas con una cámara de alquiler. Fotografiaba unas letras que iban
moviéndose hasta colocarse en su posición correcta para transmitir un mensaje. Tras un breve
periodo trabajando en la productora Ad Films, donde aprendió técnicas de animación, fundó
junto a Ub Iwerks y otros tantos animadores y pequeños empresarios la productora Laugh-O-
Gram Films. Sus primeras películas eran adaptaciones revisitadas de los cuentos infantiles
tradicionales como Caperucita Roja o Cenicienta.

Walt Disney dibujando a Goofy

Walt Disney dibujando a Goofy.

Tras crear varias películas con esta productora, Disney comenzó a experimentar con otras
técnicas. A la inversa de M. Fleischer, Disney rodó una película de animación en la que aparecía
un personaje real: Alice in Cartoonland ("Alicia en el país de los dibujos animados"). Para ello
grabó a la actriz Virginia Davis sobre un fondo negro, lo que le permitía dibujar luego por
encima los personajes animados. Tras no encontrar una distribuidora que aceptase la película,
Disney decidió mudarse a Hollywood, a pesar de que el centro neurálgico de la producción de
películas animadas fuera en esos momentos Nueva York. Allí, para ganarse la vida, volvió a
realizar cartoons en un garaje y con una cámara alquilada. Sin embargo, una productora se
interesó en Alice in Cartoonland y propuso a Disney un contrato por una serie de 12 capítulos
del corto original. Así nació la Disney Brothers Cartoons Studio, que Walt decidió crear junto a
su hermano para llevar a cabo esta producción. Tras finalizar los primeros cortos, decidieron
contratar a algunos dibujantes. Disney diseñaba los personajes, pero eran los dibujantes
quienes los desarrollaban y elaboraban los distintos frames. La serie tuvo tanto éxito que se
negoció una segunda serie de la misma temática. En 1926 la compañía empezó a llamarse Walt
Disney Studio.

Después de esta serie comenzaron a trabajar en una nueva producción y un nuevo personaje:
Oswald, the Lucky Rabbit ("Oswald, el conejo afortunado"), en quien posteriormente se
inspiraría Mickey Mouse. El primer corto en el que aparecería Oswald se llamaría Poor Papa.
Ante la demanda de complicar los argumentos de estas películas por parte de las
distribuidoras, ya que hasta ahora la mayoría de películas eran una sucesión de gags, se
empezaron a dibujar bocetos sobre cómo se desarrollaría la historia, que se proyectaban en
muchos casos para ver si funcionaban antes de perfeccionar y entintar los dibujos. Aquí vemos
el precedente del guion gráfico.4 Será en 1928 cuando Walt Disney registre el personaje de
Mickey Mouse, que había creado a partir del conejo Oswald. Tras finalizar la primera película
de Mickey, para conseguir vender una serie de dibujos animados a alguna distribuidora, Disney
se propone ofrecer una película sonora. Se trataba de la época en la que el cine sonoro estaba
simplemente comenzando (El cantor de jazz, primera película sonora, se estrenó en 1927), y la
tecnología del momento era muy rudimentaria. Disney hizo algunas marcas en los fotogramas
de la película para medir el tempo de la música y los sonidos. Una de las opciones era grabar
los sonidos en un disco y luego sincronizarlo, como se hacía en los comienzos del cine sonoro,
pero Disney se empeñó en grabar el sonido en la propia película, para lo que se valió del
Cinephone de Pat Powers. Así, el 18 de noviembre de 1928 se estrenó Steamboat Willie en un
teatro de la Universal Studios.

A lo largo de los años 30 surgieron nuevos personajes como el pato Donald, Pluto o Goofy, y
nuevas películas como Los tres cerditos, que tuvieron un gran éxito, haciendo que los estudios
de Disney crecieran exponencialmente, llegando a contar con unos 800 trabajadores en la
década de los 40. Es entonces cuando el trabajo del estudio se empieza a mecanizar,
asemejándose al de una fábrica. La realización de los dibujos de cada fotograma se dividía
entre varios dibujantes. Había departamentos para la ideación de la narrativa, los nuevos
personajes, el trabajo del movimiento y la animación, etc. Se hacían bocetos que se pulían en
otros departamentos después de ser proyectados para conseguir que los personajes siempre
fueran iguales a pesar de ser realizados por distintos dibujantes.

Largometrajes de animación

La primera película animada de la historia fue hecha en Estados Unidos y se llamó "Creation"
en el año de 1915, solo sobreviven unos fotogramas de la película.

El primer largometraje de animación de Latinoamérica fue mudo y argentino El apóstol (1917)


de Quirino Cristiani, película que se ha perdido porque el celuloide en el que había sido
revelado fue utilizado posteriormente, siguiendo la costumbre de la época, en la fabricación de
peines.5

Otros largometrajes tempranos (que sí están a disposición del público actual) fueron Las
aventuras del príncipe Achmed (Alemania, 1926) de Lotte Reiniger y Le roman de Renard
(Francia, concluida en 1930 pero estrenada en 1937) de Starewicz. Finalmente, en 1937 Walt
Disney estrenó Blancanieves y los siete enanitos.

Previamente a la II Guerra Mundial, la animación era utilizada como arma política, en la que se
ridiculizaba a los grandes dictadores de la época. Durante la guerra, eran populares entre los
soldados estadounidenses las proyecciones y las tiras cómicas de "Ducktators", una serie de
cortometrajes de Warner Brothers. Los soldados decoraban las bombas y los aviones con
dibujos de "Ducktators".
Después de la Segunda Guerra Mundial hubo un enorme desarrollo de lo que ya era la
Industria del Cine de Animación.

En Estados Unidos, se consolidó el cartoon clásico con los largometrajes de Disney y los
cortometrajes de la Warner Bros. (con artistas como Chuck Jones y Friz Freleng; personajes
como Bugs Bunny, el pato Lucas, Elmer, Porky, etc.), de la Metro Goldwyn Mayer (con Tex
Avery), y posteriormente el nuevo estilo de la UPA.

El National Film Board of Canada promovió todo tipo de experimentos vanguardistas, lo que
convertiría a Canadá en una potencia de primer orden. Destaca el trabajo de uno de los
principales animadores experimentales y abstractos de todos los tiempos: Norman McLaren.
Aún hoy se pueden ver conceptos que inventó McLaren hasta en anuncios y videoclips. Hasta
nuestros días, el NFB ha producido la obra de numerosos artistas, entre los que se puede
destacar a Frédéric Back, Ryan Larkin, Ishu Patel, Caroline Leaf, Chris Landreth, etcétera.

En los países del bloque comunista, el Estado promovió intensamente la animación. Esto
permitió a muchos animadores trabajar sin presiones comerciales y crear obras de inmensa
variedad y riesgo (y en muchos casos realizaron películas contra el régimen político que
sufrían, en clave para pasar la censura). La primera gran figura de este desarrollo fue la del
animador checo de marionetas Jiri Trnka, un artista popular y delicado.

En estos años también empezaron a realizarse películas animadas en China y Japón.

La animación y la televisión

En los años 1960 y 1970, con la popularización de la televisión, los cortometrajes de animación
desaparecieron definitivamente de los cines, a partir de entonces limitadas a los largometrajes
comerciales, terreno dominado por Disney hasta los años 1990. A pesar de ello el cortometraje
floreció en otros canales de distribución (festivales, circuitos especializados, etc.), sobre todo
con la aparición de numerosas escuelas de animación en todo el mundo.

En Estados Unidos, Hanna-Barbera dominó la animación para televisión y Disney la animación


para cine. Sin embargo, en los años 70 algunas alternativas gozaron de favor del público. El
más conocido puede ser Ralph Bakshi, con sus primeras películas pertenecientes al
movimiento underground (Heavy Traffic, Fritz el gato caliente) y posteriormente sus películas
de fantasía (El señor de los anillos, Wizards, Tygra). Entre los cortometrajistas destacaron John
y Faith Hubley.

Las industrias de Europa del Este y la Unión Soviética, se convirtieron en las más potentes del
mundo: la producción fue enorme en volumen y variedad, desde las series de televisión para
niños hasta los cortometrajes artísticos más vanguardistas y radicales. De entre los muchos
artistas importantes, el más famoso es el checo Jan Švankmajer, que utiliza el stop-motion y la
plastilina para crear mundos surrealistas. Otros nombres que se pueden mencionar son los de
Marcell Jankovics, Sándor Reisenbüchler, Yuri Norstein, Walerian Borowczyk, Jan Lenica,
etcétera.

Osamu Tezuka protagonizó la explosión de los dibujos animados nipones, en lo sucesivo


conocidos como anime. Autor de historietas prolífico, adaptó varias de sus propias obras,
consiguiendo el primer éxito con la serie de televisión Astroboy, que definió los rasgos
habituales del anime: rasgos faciales de los personajes, animación limitada, narración
semejante al cine de imagen real, vínculo entre la industria de la animación y la del cómic.
Tezuka, un huracán creativo, también realizó largometrajes y hasta cortometrajes
experimentales. Durante los años 60 el anime fue habitual en las salas de cine, pero en la
década siguiente quedó confinado a la televisión. También hubo notables animadores
independientes como Yoji Kuri y Kihachiro Kawamoto.

En Europa occidental los logros fueron más puntuales: películas como El submarino amarillo de
George Dunning, Allegro non troppo de Bruno Bozzetto o El planeta salvaje de Réne Laloux
tuvieron repercusión. En el cortometraje destacaron artistas como Raoul Servais, Jean-François
Laguionie o Paul Driessen

En Estados Unidos

En Estados Unidos, Disney ha tenido un momento de esplendor a principios de la década de


1990, con algunas de sus más exitosas y mejores películas, sobre todo La bella y la bestia de
Trousdale y Wise. El auge de la infografía ha llevado a la compañía Pixar de John Lasseter
(inicialmente una pequeña productora que realizaba cortos infográficos experimentales en los
años 1980) a convertirse en la más exitosa productora del mundo, con películas tan bien
acogidas como los mejores Disney: Toy Story, A Bug's Life, Monsters, Inc., Cars, etc.

También se han producido algunas películas aisladas de gran calidad, como El gigante de hierro
de Brad Bird, Pesadilla antes de Navidad de Henry Selick, y las totalmente independientes y
artesanales Me casé con un extraño y Mutant aliens de Bill Plympton, un frenético humorista
que también es el autor de cortometrajes más conocido del período.

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