Año de La Unidad Arreglado x4
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GRADO: Selección.
SECCIÓN: III.
2023
DEDICATORIA
Los derechos humanos son normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los
seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se
relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado
hacia ellos.
Las leyes relativas a los derechos humanos exigen que los gobiernos hagan
determinadas cosas y les impide hacer otras. Las personas también tienen responsabilidades;
así como hacen valer sus derechos, deben respetar los derechos de los demás. Ningún
gobierno, grupo o persona individual tiene derecho a llevar a cabo ningún acto que vulnere
los derechos de los demás.
Existen diversas formas de clasificar los Derechos Humanos, una de las más
conocidas es la llamada tres generaciones, en la que se toma en cuenta su protección
progresiva.
En 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la
DUDH como referencial internacional para definir los derechos reconocidos que deben ser
respetados y consolidados para todo individuo sin discriminación. Se trata de un mínimo de
derechos humanos capaces de garantizar el desarrollo, la justicia, la igualdad, la paz y la
seguridad internacional.
En este caso nos centraremos en lo que es la Tercera Generación de los Derechos
Humanos (1948), que fueron la actualización de la Segunda Generación, esta generación tuve
la finalidad de solucionar una gran serie de preocupaciones a finales del siglo XX y a
principios del siglo XXI este se centró principalmente en el deterioro del medioambiente y
sus efectos negativos en la calidad de vida de las personas.
Este informe tiene la finalidad de llegar a brindarnos un concepto más claro y objetivo
sobre cuáles fueron las modificaciones y cambios necesarios que tuvo la Tercera Generación
comparado con la Segunda Generación, también veremos su historia, por quienes fue
propuesta este cambio, quienes aprobaron esta propuesta, cuáles fueron sus puntos más
importantes en el cambio que se tuvo y en que consiste cada cambio.
ÍNDICE
TERCERA GENERACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS................................................................6
CAPÍTULO I: DERECHOS HUMANOS................................................................................................... 6
1.1 CONCEPTO:............................................................................................................................................6
1.2 PRINCIPIOS:................................................................................................................................................6
1.3 CLASIFICACIÓN..........................................................................................................................................6
1.4 HISTORIA:........................................................................................................................................... 6
CAPITULO II: TERCERA GENERACION............................................................................................... 6
1.1 ORIGEN:..................................................................................................................................................... 6
1.2 CONCEPTO:................................................................................................................................................ 6
1.3 LA GÉNESIS DEL DERECHO AL DESARROLLO:...........................................................................................6
1.4 CRÍTICAS AL DERECHO AL DESARROLLO:.........................................................................................6
1.5 RECONOCIMIENTO DEL DERECHO A LA PAZ EN DIVERSOS ÁMBITOS:......................................................6
1.6 RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DEL DERECHO A LA PAZ:................................................................6
Tercera generación de los derechos humanos
“Surgen como respuesta a la necesidad de colaboración entre las naciones. Se forman con
los llamados Derechos de Solidaridad o de Derechos de colaboración Internacional.”
(Cuevas)
1.2 Principios:
Universalidad e inalienabilidad: Los derechos humanos son universales e
inalienables. En todas partes del mundo, todas las personas tienen derecho a ellos.
Nadie puede renunciar voluntariamente a sus derechos. Y nadie puede arrebatárselos a
otra persona.
Indivisibilidad: Los derechos humanos son indivisibles. Ya sean civiles, políticos,
económicos, sociales o culturales, son inherentes a la dignidad de todas las personas.
Por consiguiente, todos comparten la misma condición como derechos. No hay
derechos “pequeños”. En los derechos humanos no existen jerarquías
Interdependencia e interrelación: El cumplimiento de un derecho a menudo
depende, total o parcialmente, del cumplimiento de otros derechos. Por ejemplo, el
ejercicio efectivo del derecho a la salud puede depender del ejercicio efectivo del
derecho a la educación o a la información.
Igualdad y no discriminación: Todas las personas son iguales como seres humanos
y en virtud de su dignidad intrínseca. Todas las personas tienen derecho al disfrute de
sus derechos humanos, sin discriminación alguna a causa de su raza, color, género,
origen étnico, edad, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen
nacional o social, discapacidad, posición económica, circunstancias de su nacimiento
u otras condiciones que explican los órganos creados en virtud de tratados de
derechos humanos.
Participación e inclusión: Todas las personas y todos los pueblos tienen derecho a
contribuir, disfrutar y participar activa y libremente en el desarrollo civil, político,
económico, social y cultural, a través de lo cual los derechos humanos y las libertades
fundamentales pueden hacerse efectivos.
Rendición de cuentas y Estado de Derecho: Los Estados y otros garantes de
derechos deben respetar las normas y los principios jurídicos consagrados en los
instrumentos de derechos humanos. Cuando no lo hacen, los titulares de derechos que
han resultado perjudicados tienen derecho a entablar un proceso ante un tribunal
competente u otra instancia judicial, en busca de una reparación apropiada, y de
conformidad con las normas y los procedimientos previstos en la ley. (UNICEF,
2015)
1.3 Clasificación
Los derechos humanos son clasificados en tres grupos: derechos civiles y políticos;
derechos económicos, sociales y culturales; y derechos colectivos.
Derechos civiles: Los derechos civiles refieren a los individuos y garantizan que la
vida sea posible y respetada. Estos derechos corresponden a todas las personas:
nacidas en el país o el extranjero. Estas son sus características:
1.2 Concepto:
Los derechos de tercera generación, se afirma que los derechos humanos de tercera
generación son una actualización de la carta universal de 1948. Están motivados por una serie
de preocupaciones globales propias de finales del siglo XX y principios del XXI,
principalmente el deterioro del medioambiente y sus efectos negativos en la calidad de vida
de las personas.
Entonces, lo que son los derechos de tercera generación, también conocidos como
derechos de solidaridad o de los pueblos, estos contemplan cuestiones de carácter
supranacional como el derecho a la paz y a un medio ambiente sano. La aparición de estos
derechos se debe a la necesidad de cooperación entre grupos y naciones para afrontar
problemas globales. Descubre aquí más sobre los derechos de tercera generación.
Los derechos humanos de tercera generación (en inglés: third-generation human rights)
llamados también derechos de los pueblos, derechos de la cooperación, derechos de
solidaridad, derechos de tercera dimensión, derechos colectivos, han aparecido a partir de los
años 70 del siglo XX y tratan de responder a los nuevos retos que a los que se enfrenta la
comunidad internacional, consecuencia de la mundialización (globalización).
La clasificación de los derechos humanos en tres generaciones (dimensiones, para otros
autores) muestra la evolución que estos han experimentado junto al desarrollo de los Estados.
Aún no existe un consenso total respecto al número de generaciones de derechos existentes ni
a la delimitación de las mismas, no obstante, lo más común es aceptar las tres generaciones y
es habitual la utilización de esta teoría con una perspectiva didáctica.
Entre estos nuevos derechos humanos tenemos a:
El derecho al desarrollo.
El derecho a la paz.
El derecho al medio ambiente.
El derecho a la libre determinación de los pueblos.
El derecho a la protección de datos personales.
El derecho a gozar de un medio ambiente sano.
Muchos de estos aún están en proceso de ser admitidos o reconocidos, puesto que aún
distan de formar un conjunto preciso y bien definido.
Si la libertad es el valor guía de los derechos de primera generación; la igualdad, el de los
derechos de segunda generación; los derechos de tercera generación tienen como valor de
referencia la solidaridad. Los nuevos derechos humanos se caracterizan por el carácter
colectivo de su titularidad, muchas veces, a escala planetaria.
Derecho al desarrollo:
El derecho al desarrollo no se encuentra recogido como tal en ninguno de los tratados
de derechos humanos. Más bien ha emergido en las últimas décadas del aporte de
instrumentos y resoluciones de organismos internacionales. En 1968, la Proclamación de
Teherán resaltó la estrecha relación que existe entre la realización de los derechos
humanos y el desarrollo económico. Asimismo, uno de los primeros documentos que,
aunque de manera incipiente, planteó la idea del derecho al desarrollo fue la Resolución
1161 (XII) de la Asamblea General de Naciones Unidas, la cual señaló que un desarrollo
económico y social equilibrado e integrado contribuiría a fomentar y mantener la paz y la
seguridad, el progreso social y un mejor nivel de vida, esbozando el derecho al desarrollo
como medio para alcanzar una serie de metas relacionadas con el bienestar de la sociedad.
Años más tarde, en 1986, el Grupo de Trabajo sobre el Derecho al Desarrollo aprobaría la
Declaración sobre el Derecho al Desarrollo.
Si bien este es, sin duda, el instrumento de referencia en torno al derecho al desarrollo,
su redacción es un tanto vaga, por lo que para comprender cabalmente este concepto se
debe recurrir necesariamente a ideas posteriores.
De acuerdo con el preámbulo de esta declaración, el desarrollo se configura como
derecho humano inalienable, entendiéndolo como el “proceso global económico, social,
cultural y político, que tiende al mejoramiento constante del bienestar de toda la
población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y
significativa en el desarrollo y en la distribución justa de los beneficios que de él se
derivan”.
También el artículo 1 de la Declaración lo postula como un derecho humano
inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados para
participar en un desarrollo económico, social, cultural y político, en el que puedan
realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a
contribuir a ese desarrollo, y a disfrutar de él. Según Arjun Sengupta, experto
independiente sobre el derecho al desarrollo, son tres los principios básicos que pueden
extraerse de este panorama:
a) Se trata de un derecho humano inalienable.
b) De un proceso particular de desarrollo económico, social, cultural y político
en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos.
c) De un derecho por el cual todo ser humano y todos los pueblos están
facultados para participar en ese proceso particular de desarrollo.
(IDEHPUCP, 2012)
1.3 La génesis del derecho al desarrollo:
La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, mediante la resolución 4 de
21 de febrero de 1977 reconoce por primera vez oficialmente la existencia del derecho al
desarrollo. En esta resolución se pide al secretario general que efectúe un estudio sobre las
dimensiones internacionales del derecho al desarrollo como derecho humano. En 1979, la
Comisión de Derechos Humanos, en su resolución de 2 de marzo, reitera que el derecho al
desarrollo es un derecho humano y que la igualdad de oportunidades es una prerrogativa tanto
de las naciones como de los individuos que forman las naciones.
También la Asamblea General de las Naciones Unidas ha reconocido en diversas
resoluciones que el derecho al desarrollo es un derecho humano, como afirma la resolución
34/46 de 23 de noviembre de 1979.
En 1981, la Comisión de Derechos Humanos creó un Grupo de Trabajo de Expertos
Gubernamentales para que trabajase en la caracterización del derecho al desarrollo como
derecho humano y sobre la redacción de un proyecto de Declaración sobre el Derecho al
Desarrollo.
Tras varios períodos de sesiones, y con profundas divergencias en su seno, se presentó a la
Asamblea General el proyecto de Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, aprobada el 4
de diciembre de 1986 mediante la resolución 41/128, que constituye el principal instrumento
jurídico en la materia. Un hecho a resaltar es que contó con el voto en contra de Estados
Unidos y con la abstención de ocho países occidentales de importancia: Dinamarca,
República Federal de Alemania, Reino Unido, Finlandia, Islandia, Suecia, Japón e Israel. A
pesar de ello, la Declaración fue aprobada con el voto favorable de 146 Estados. El artículo
10 (y último) de la Declaración establece:
Deben adoptarse medidas para asegurar el pleno ejercicio y la consolidación progresiva
del derecho al desarrollo, inclusive la formulación, adopción y aplicación de medidas
políticas, legislativas y de otra índole en el plano nacional e internacional.
La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, fruto de la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en junio de 1992,
vuelve a proclamar el derecho al desarrollo, vinculándolo de una forma muy estrecha con la
protección del medio ambiente; el derecho al desarrollo se debe ejercer de tal forma que no
ponga en peligro el ecosistema global ni las necesidades de las generaciones futuras. Así, el
Principio 3 de esta Declaración establece:
El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las
necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
Y el Principio 4 insiste en la necesidad de vincular derecho al desarrollo y sostenibilidad:
A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituir
parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada.
La Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena celebrada en esta ciudad
austríaca en junio de 1993, en su Declaración Final (documento de acuerdos de la
Conferencia) reafirma el reconocimiento del derecho al desarrollo y del triángulo derechos
humanos-democracia-desarrollo. En el párrafo 10 de la Declaración y Programa de Acción de
Viena, podemos leer.
La Conferencia Mundial de Derechos Humanos reafirma el derecho al desarrollo, según se
proclama en la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo, como derecho universal e
inalienable y como parte integrante de los derechos fundamentales.
El progreso duradero con miras a la aplicación el del derecho al desarrollo requiere de
políticas eficaces de desarrollo en el plano nacional, así como relaciones económicas
equitativas y un entorno económico favorable en el plano internacional.
El valor jurídico internacional del derecho al desarrollo
El valor jurídico, esto es, el grado de normatividad jurídico-internacional alcanzado por
este derecho es una cuestión de relevancia en relación al condicionamiento sobre la puesta en
práctica del mismo.
El único documento vinculante regionalmente es la Carta Africana de los Derechos
Humanos y de los Pueblos de 1981. El resto de documentos internacionales que reconocen
este derecho son resoluciones de la Asamblea General y de la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.
No obstante, a pesar de que el derecho al desarrollo no ha sido reconocido
convencionalmente de forma expresa en un tratado internacional, su reconocimiento se puede
deducir de diferentes instrumentos internacionales de carácter convencional. Entre estos
textos citan la Carta de las Naciones Unidas y los pactos internacionales de derechos
humanos y toda una serie de resoluciones y Declaraciones de la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Para otros, el derecho al desarrollo es un derecho en vías de desarrollo.
1.4 Críticas al derecho al desarrollo:
Ahora bien, no todos los autores aceptan la idea de un derecho humano al desarrollo. Para
determinados internacionalistas, como Donelly (1985), provenientes en su mayor parte del
ámbito occidental, además de no contar con ninguna base ni ética ni jurídica, supone un daño
grave para la teoría de los derechos humanos, dado que contribuye a diluir y a difuminar la
primera y segunda generaciones de derechos humanos. El poner el acento en los derechos
humanos de la tercera generación supondría dejar de lado los derechos civiles y políticos y
los derechos económicos, sociales y culturales.
Derecho a la paz
El derecho a la paz o derecho humano a la paz es un derecho de los llamados derechos
de tercera generación, derechos de la solidaridad, derechos síntesis o nuevos derechos
humanos. Si los derechos de primera generación están centrados en la libertad; los de
segunda, en la igualdad; los de tercera consagran el valor de la fraternidad (o solidaridad).
Entre los derechos de tercera generación se incluyen: el derecho al desarrollo, el derecho
al medio ambiente, el derecho al patrimonio común de la humanidad, el derecho a la
asistencia humanitaria, el derecho a la paz.
El artículo 28 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Toda persona tiene
derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos; a ese orden
social e internacional se refieren los derechos de tercera generación, que tienen una
esencial dimensión internacional (derecho al medio ambiente, derecho al patrimonio
común de la humanidad). La garantía del ejercicio de los derechos de tercera generación
no depende de un único Estado, sino del esfuerzo común de todos (Estados,
organizaciones nacionales e internacionales, individuos).
El artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas establece que el mantenimiento de la
paz es uno de los principios fundamentales de esta organización:
Los Propósitos de las Naciones Unidas son: Mantener la paz y la seguridad
internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y
eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros
quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad
con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo
de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a
quebrantamientos de la paz.
Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al
principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los
pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal;
Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el
desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o
religión; y
Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos
propósitos comunes.
La paz no solo es la ausencia de violencia (concepto clásico de la paz), sino que
es la plenitud de un estado en el que se goza de la libertad y la justicia
(fundamento de los derechos humanos de la primera y segunda generación). El
derecho a la paz es un derecho síntesis sin el que el resto de derechos no tienen
posibilidad de realizarse.
La paz se concibe como un derecho base para la existencia de los demás (un
derecho síntesis), sin la paz la existencia de los demás derechos fundamentales
resulta ilusoria.
El derecho a la paz tiene dos vertientes:
Es un derecho colectivo: el derecho de cada comunidad a la seguridad y a
la protección por parte del Estado, contra la violencia individual o
colectiva que provenga exteriormente a sus territorios.
Es un derecho individual: siendo a la vez un derecho privado y un derecho
público del individuo; como derecho privado se refiere al derecho de
manifestar las objeciones de conciencia con origen en las creencias
filosóficas o religiosas del individuo y como derecho público se manifiesta
en el derecho que asiste al individuo a llevar una vida pacífica, el derecho
a la seguridad y la tranquilidad de vivir en paz (el derecho que ostenta el
individuo de verse libre de intromisiones en su vida personal).
Nótese que para que se dé el derecho a la paz es necesaria la vigencia y
respeto de los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y
culturales. El derecho a la paz también se compone o construye a partir del
resto de derechos, igualmente, una violación de estos otros derechos,
implica también una violación del derecho a la paz.
La paz duradera exige que los seres humanos gocen de una libertad
verdadera, sin ningún tipo de represión, sin hambre, sin ignorancia, sin
injusticias, de forma que cada persona puede desarrollar todas sus
capacidades. Este tipo de paz requiere de la existencia de una igualdad que
permita las mismas posibilidades a todos, para que los pueblos puedan
desarrollarse de forma colectiva, respetando la individualidad de cada ser
humano.
En definitiva, el derecho a la paz se concibe como un derecho de síntesis,
que si bien es cierto, implica la ausencia de guerra y la protección de los
seres humanos ante esta, individual y colectivamente, también encierra en sí
mismo la protección y vigencia de todos los derechos humanos que son
inherentes a la persona y que sin paz no se pueden disfrutar plenamente,
también el derecho a la paz, como derecho de síntesis, implica el derecho a
una mejor calidad de vida y por tanto el derecho para los seres humanos de
tener una existencia digna. Es imposible la existencia del derecho a la paz
mientras exista miseria, hambre e injusticia, lo que habitualmente
constituye la causa de la guerra.
1.5 Reconocimiento del derecho a la paz en diversos ámbitos:
La Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes, una aspiración de la
sociedad civil, aprobada en el Fórum de Monterrey de 2007 y que pretenden una visión
integradora de los derechos humanos (superando las dicotomías derechos individuales-
derechos colectivos y derechos civiles y políticos-derechos económicos, sociales y culturales)
define en su artículo 2 el derecho a la paz.
Todos los pueblos tienen el derecho a la paz y a la seguridad nacional e internacionales.
Los principios de solidaridad y relaciones amistosas implícitamente afirmados por la Carta de
las Naciones Unidas y reafirmados por la Carta de la Organización de la Unidad Africana
regirán las relaciones entre los Estados.
El derecho a la paz aparece como un derecho humano en gestación, ya reconocido en
ámbitos nacionales y regionales, aunque no en el ámbito universal. Aparece en diversos
documentos y declaraciones del sistema de las Naciones Unidas, aunque aún no en un tratado
internacional que obligue a las partes.
Declaración sobre la preparación de las sociedades para vivir en paz, aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 15 de diciembre de 1978, donde se reafirma el
derecho de las personas, los Estados y toda la humanidad a vivir en paz y se insta
solemnemente a todos los Estados a observar los deberes que les incumben para garantizar
este derecho
Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz, aprobada por la Asamblea General
en su resolución 39/11 de 12 de noviembre, en el contexto de la crisis de los euromisiles,
donde se Proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tienen el derecho
sagrado a la paz, se declara solemnemente que proteger el derecho de los pueblos a la paz y
fomentar su realización es una obligación fundamental de todo Estado, se requiere que la
política de los Estados esté orientada hacia la eliminación de la amenaza de la guerra,
especialmente de la guerra nuclear, a la renuncia del uso de la fuerza en las relaciones
internacionales y al arreglo de las controversias internacionales por medios pacíficos de
conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y se
hace un llamamiento a todos los Estados y a todas las organizaciones internacionales para que
contribuyan por todos los medios a asegurar el ejercicio del derecho de los pueblos a la paz
mediante la adopción de medidas pertinentes en los planos nacional e internacional. Esta
Declaración establece una diferencia muy clara entre el titular del derecho (los pueblos) y el
deudor del derecho (todos los Estados).
Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz (A/RES/53/243), aprobada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas el de 6 de octubre de 1999.
Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no Violencia para los Niños del Mundo, 2001-
2010 (A/RES/57/6), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 27 de
noviembre de 2002.
1.6 Reconocimiento internacional del derecho a la paz:
Existen varias posibilidades para el reconocimiento internacional del derecho a la paz. Una
podría ser la elaboración de un tratado o pacto internacional aprobado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas, que los Estados ratificarían o al que adherían, aunque solo
los estados parte estarían obligados por el mismo.
Otra posibilidad sería la elaboración de un protocolo adicional al Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. Este protocolo tendría la validez de un tratado internacional,
autónomo, en cuanto a la ratificación o adhesión al mismo, y vinculado a un tratado principal.
De este modo se consideraría que el derecho humano a la paz es de naturaleza civil y política
y por tanto debería incluirse en el Pacto antes mencionado junto a otros derechos civiles y
políticos. Sin embargo, este camino tropieza con el inconveniente de que el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos se refiere únicamente a derechos individuales,
civiles o políticos, y no a derechos complejos, a la vez individuales y colectivos, como son
los nuevos derechos humanos. Estos nuevos derechos, entre ellos el derecho humano a la paz,
necesitan un marco que contemple sus características peculiares, con un sistema propio de
aplicación y control. Lo contrario no sería jurídicamente conveniente ni políticamente útil.
La tercera posibilidad sería la elaboración de una declaración para ser adoptada por la
Asamblea General de Naciones Unidas o por otra Conferencia General. Según la doctrina de
Naciones Unidas, una declaración es un instrumento formal y solemne en el que se enuncian
principios de gran importancia y de valor durable. El ejemplo más significativo es la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. El Derecho Internacional no otorga a
tales declaraciones valor obligatorio para los Estados, pero sí una autoridad moral y política.
Esta autoridad puede ser tan importante que fuerce la posterior conclusión de instrumentos
jurídicamente vinculantes.
La Declaración Universal de Derechos Humanos fue seguida por los dos Pactos
Internacionales de Derechos Humanos. Nada impide además que una Declaración contenga
un mecanismo de aplicación y seguimiento, que, sin constituir un procedimiento estricto de
control, pudiera permitir una evaluación informativa permanente. Es lo que se ha hecho con
la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos. Mientras no se
den las circunstancias para la adopción de un Pacto Internacional de los derechos de la
solidaridad, en su conjunto, una declaración solemne podría ser también el camino para
reconocer el derecho humano a la paz. Muchos otros tratados o convenios internacionales han
comenzado de este modo, con la adopción de una declaración.
Todas las conferencias de Naciones Unidas han coincidido en proclamar, sea cual sea el
tema abordado (medio ambiente, población, desarrollo social, derechos humanos y
democracia, mujer, vivienda) que la educación es la clave para esta perentoria inflexión del
rumbo actual del mundo, que agranda la distancia que nos separa en bienes materiales y en
saberes, en lugar de estrecharla. Invertir en educación no es tan sólo atender un derecho
fundamental sino construir la paz y el progreso de los pueblos. Educación para todos, por
todos, durante toda la vida: éste es el gran desafío. Desafío que no admite dilaciones. Cada
niño es el más importante patrimonio a salvaguardar.
Derecho al medio ambiente
En los últimos tiempos, el desarrollo jurídico internacional establece una
relación entre la protección del medio ambiente y los derechos humanos. Así, la
Declaración sobre Medio Ambiente Humano de Naciones Unidas (Declaración de
Estocolmo, 1972), la Declaración de La Haya (1989) y la Declaración sobre
Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas (Río de Janeiro, 1992) son ejemplos
del reconocimiento del vínculo entre derechos humanos y medio ambiente.
La situación internacional del derecho al medio ambiente es similar a la del
derecho a la paz, un derecho explicitado numerosas veces en declaraciones, planes
de acción y otros documentos, pero aún no reconocido en un tratado vinculante de
carácter internacional.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los pueblos
indígenas (2007), reconoce en su artículo 29, párrafo 1, que los pueblos indígenas
tienen derecho a la conservación y protección del medio ambiente y de la
capacidad productiva de sus tierras o territorios y recursos. Los Estados deberán
establecer y ejecutar programas de asistencia a los pueblos indígenas para asegurar
esa conservación y protección, sin discriminación alguna; reconocido aquí el
derecho al medio ambiente como un derecho colectivo.
En dos documentos vinculantes de derechos humanos de carácter regional
podemos encontrar un reconocimiento del derecho al medio ambiente sano:
En el Protocolo de San Salvador (nombre completo: Protocolo Adicional a la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, adoptado en 1988 y entrada en vigor el 16 de
noviembre de 1999) el artículo 11 está dedicado al derecho a un medio ambiente
sano, aunque la vulneración del mismo no está contemplada entre los casos de
recurso ante la Corte Interamericana de derechos humanos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha definido el derecho al medio
ambiente en la Resolución 45/94, del 14 de diciembre de 1990, como el derecho
que toda persona tiene a vivir en un medio ambiente adecuado para garantizar su
salud y su bienestar, en este caso el derecho es reconocido como individual.
La Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes (una propuesta
de la sociedad civil, ONG, movimientos sociales, aprobada en el Fórum de
Monterrey, México, 2007), reconoce el derecho al medio ambiente, como un
derecho individual y colectivo en el artículo 3:
Todo ser humano y toda comunidad tienen derecho a vivir en un medio
ambiente sano, equilibrado y seguro, a disfrutar de la biodiversidad presente en el
mundo y a defender el sustento y continuidad de su entorno para las futuras
generaciones.
Como aún no existe un reconocimiento explícito y vinculante del derecho al
medio ambiente, la protección de este derecho debe realizarse desde las relaciones
con otros derechos humanos reconocidos. Así los derechos a la vida, a la
alimentación, a la salud, requieren como complemento necesario para realizarse el
derecho al medio ambiente. El derecho al medio ambiente aparece como un
requisito necesario de algunos derechos, en especial, el derecho a la vida, y los
derechos a la alimentación y la salud. Esto se refleja en algunos casos en el
conjunto de acuerdos internacionales para combatir el calentamiento global, cuyo
documento fundamental es la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático aprobada en 1992.
El derecho a la vida (artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos) implica que los estados adopten medidas positivas para respetar, proteger
y conservar el medio ambiente, al ser necesario un medio ambiente sano y
equilibrado la condición necesaria para la vida humana. De este modo, en la
medida en que el cambio climático está poniendo en peligro las vidas de millones
de personas en todo el mundo, la cooperación internacional para luchar contra este
fenómeno se presenta como un deber de los estados para la salvaguardia del
derecho a la vida.
Los derechos un nivel de vida adecuado (alimentación, vestido, vivienda) y a
la salud (disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental), reconocidos
en los artículos 11 y 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales, también están relacionados con el derecho al medio ambiente, puesto
que el cambio climático puede acarrear la desertificación de áreas cultivables y,
como consecuencia, afectar notablemente a la producción de alimentos y a los
precios de los mismos, global o localmente. Asimismo, el citado artículo 12, entre
otros, reconoce que los Estados Partes en el Pacto habrán de tomar medidas para el
mejoramiento de todos los aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente.
Los estados tienen obligaciones sobre la protección y realización de los
derechos a la vida, a la alimentación y a la salud, en la medida en que el cambio
climático afecta a estos derechos, también tienen la obligación de cooperar para
mitigarlo. La dimensión ambiental de los derechos humanos no debe limitarse a la
interpretación ambiental de derechos ya reconocidos, sino que requiere además el
reconocimiento expreso de derechos específicos con el desarrollo y reconocimiento
internacional del derecho al medio ambiente como derecho individual y colectivo.
Puesto que el cambio climático implica peligros para el goce efectivo de los
derechos humanos es necesario vincular los acuerdos adoptados en materia de
derechos humanos con los objetivos del desarrollo sostenible, así como lograr un
reconocimiento internacional del derecho al medio ambiente con mecanismos de
control y garantías.
La Declaración sobre el derecho al desarrollo (resolución 41/128, 4 de
diciembre de 1986) establece que "el derecho al desarrollo es un derecho humano
inalienable en virtud del cual todo ser humano y todos los pueblos están facultados
para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que
puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades
fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar del él" (artículo 1) y que
"la persona humana es el sujeto central del desarrollo y debe ser el participante
activo y el beneficiario del derecho al desarrollo (artículo 2)
La Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales para
con las Generaciones Futuras (UNESCO, 1997) expresa los derechos los derechos
actualmente reconocidos como deberes para con las generaciones, en el artículo 4
de esta Declaración podemos leer:
Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de legar a las generaciones
futuras un planeta que en un futuro no esté irreversiblemente dañado por la
actividad del ser humano. Al recibir la Tierra en herencia temporal, cada
generación debe procurar utilizar los recursos naturales razonablemente y atender a
que no se comprometa la vida con modificaciones nocivas de los ecosistemas y a
que el progreso científico y técnico en todos los ámbitos no cause perjuicios a la
vida en la Tierra.
Derecho de libre determinación de los pueblos
Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación. En virtud de este
derecho establecen libremente su condición política y proveen asimismo a su
desarrollo económico, social y cultural.
Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus
riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la
cooperación económica internacional basada en el principio del beneficio
recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso podrá privarse a un
pueblo de sus propios medios de subsistencia.
Los Estados Partes en el presente Pacto, incluso los que tienen la
responsabilidad de administrar territorios no autónomos y territorios en
fideicomiso, promoverán el ejercicio del derecho de libre determinación, y
respetarán este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta de las
Naciones Unidas.
Artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1966
El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de
autodeterminación es un principio del derecho internacional que establece que cada
pueblo tiene la facultad colectiva de determinar la forma de su sistema político,
con independencia de cualquier influencia extranjera; se considera un derecho
humano de tercera generación.
Las Naciones Unidas han de la libre determinación un principio jurídico del
Derecho internacional y un derecho de los pueblos, la Carta de las Naciones
Unidas (1945), en el artículo 1.2 dice:
Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al
principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y
tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.
El derecho de autodeterminación no está recogido en la Declaración Universal
de Derechos Humanos de 1948, puesto que la propuesta soviética en dicho sentido
fue rechazada.
La resolución 2625 (XV), una de las dificultades de la aplicación de este
principio está en la definición de pueblo. La Resolución 2625 (XXV), Declaración
sobre los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad
y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas, de 24 de octubre de 1970, en el apartado El principio de la igualdad de
derechos y de la libre determinación de los pueblos, proclama:
En virtud del principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación
de los pueblos, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, todos los pueblos
tienen el derecho a determinar libremente, sin injerencia externa, su condición
política y de procurar su desarrollo económico, social y cultural, y todo Estado
tiene el deber de respetar este derecho de conformidad con las disposiciones de la
Carta.
Añade en el mismo apartado que el sometimiento de los pueblos a la
subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una violación del
principio, así como una denegación de los derechos humanos fundamentales, y es
contraria a la Carta. Pero en la misma sección, se especifica:
Ninguna de las disposiciones de los párrafos precedentes se entenderá en el
sentido de que autoriza o fomenta cualquier acción encaminada a quebrantar o
menospreciar, total o parcialmente, la integridad territorial de Estados soberanos e
independientes que se conduzcan de conformidad con el principio de la igualdad
de derechos y de la libre determinación de los pueblos antes descrito y estén, por
tanto, dotados de un gobierno que represente a la totalidad del pueblo perteneciente
al territorio, sin distinción por motivos de raza, credo o color.
Todo Estado se abstendrá de cualquier acción dirigida al quebrantamiento
parcial o total de la unidad nacional e integridad territorial de cualquier otro Estado
o país.
Según esta resolución, son formas del ejercicio de libre determinación de los
pueblos:
El establecimiento de un estado soberano e independiente.
La libre asociación o integración con un Estado independiente.
La adquisición de cualquier otra condición política libremente decidida por el
pueblo (que pudiera referirse a la creación de una entidad dotada de cierto grado de
autonomía dentro de un Estado preexistente).
Las resoluciones 1514 y 1541 en la década de 1960, los Estados africanos y
asiáticos que habían accedido a la independencia desde 1945, estaban en
condiciones de imponer su mayoría sobre las potencias coloniales en la Asamblea
General. El 14 de diciembre, la Asamblea aprobó la resolución 1514, cuyo título es
Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos
coloniales, sin votos en contra, pero con la abstención de nueve países, entre los
que se encontraban las principales potencias coloniales. La declaración condenó el
colonialismo y declaró que todos los pueblos tienen el derecho de libre
determinación, derecho que se ejercería a través de la consulta a la población,
mediante plebiscito o referéndum.
La proclamación produjo gran controversia. Existía una colisión entre los
intereses de las potencias coloniales y de los países del tercer mundo, a la que se
sumó la tensión entre el derecho de libre determinación de los pueblos y la
integridad territorial de los Estados. La resolución 1514 (XV) afirmaba que todo
intento de quebrantar la unidad nacional era incompatible con la Carta de las
Naciones Unidas, por lo que resultó necesario establecer cómo se compatibilizaban
los dos principios. La cuestión fundamental fue la identificación de las entidades
legitimadas para invocar el derecho a la libre determinación.
Al día siguiente se proclamó la resolución 1541 (XV), de 15 de diciembre de
1960, titulada Principios que deben servir de guía a los Estados Miembros para
determinar si existe o no la obligación de transmitir la información que se pide en
el inciso 3 del artículo 73 de la Carta.
Esta resolución profundizaba en las cuestiones referentes al ejercicio del
derecho a la libre determinación, manteniendo que es indispensable que la
población autóctona exprese su voluntad libremente.
El ejercicio del derecho de autodeterminación podría llevar a la independencia,
a la libre asociación o a la integración en otro Estado. Además, la resolución 1541
(XV) concretó qué pueblos son titulares del derecho de libre determinación, en
función de dos criterios básicos.
La Declaración sobre relaciones de amistad muestra que la descolonización es
una importante manifestación de la autodeterminación, pero que el ámbito de este
derecho es más extenso, también la asocia con la existencia de un gobierno
representativo. La Declaración afirmó que la libre determinación es un derecho de
todos los pueblos y que conlleva obligaciones para todos los Estados, y que su
respeto es condición necesaria para el establecimiento de relaciones amistosas y de
cooperación entre los Estados.
El principio de autodeterminación continúa siendo una cuestión candente en la
política internacional, y más aún desde el final de la Guerra Fría, cuando el
principio experimentó una revitalización. En la actualidad son numerosos los
pueblos que, en cada uno de los continentes, se consideran naciones sin estado.
Derecho a la protección de datos personales
Los datos personales son cualquier información que permite identificar a una
persona. El nombre, los apellidos, la fecha de nacimiento, la dirección del
domicilio, la dirección de correo electrónico, el número de teléfono, el número de
RUC, el número de la placa del vehículo, la huella digital, el ADN, una imagen, el
número del seguro social, etc. son datos que identifican a una persona, ya sea
directa o indirectamente.
Datos sensibles: Dentro de los datos personales hay una categoría
denominada “datos sensibles” que están constituidos por: Los datos
biométricos que por sí mismos pueden identificar a la persona, como la
huella digital, la retina, el iris; Datos referidos al origen racial y étnico;
Ingresos económicos; Opiniones o convicciones políticas, religiosas
filosóficas o morales; la afiliación sindical; Información relacionada a la
salud o a la vida sexual. Estos datos requieren de especial protección y
solamente pueden ser objeto de tratamiento con el consentimiento expreso
y por escrito del titular de los datos.
Derecho a gozar de un medio ambiente sano
En una resolución aprobada en la mañana del jueves 28 de julio, en la sede de
la ONU en Nueva York, los Estados Miembros de la Asamblea General afirmaron
que el cambio climático y la degradación ambiental hacía parte de las amenazas
más urgentes para el futuro de los seres humanos. Se solicitó a los Estados
Miembros que redoblen sus esfuerzos para garantizar que todas las personas del
planeta cuenten con acceso a un "medio ambiente limpio, saludable y sostenible".
La resolución no es jurídicamente vinculante para los 193 Estados miembros
de las Naciones Unidas. Sin embargo, quienes defienden esta decisión tienen la
esperanza de que tendrá un efecto de goteo; en otras palabras, este reconocimiento
impulsará a los países a consagrar el derecho a un medio ambiente saludable en las
constituciones nacionales y los tratados regionales, y alentará a los Estados a hacer
cumplir dichas leyes. Quienes apoyan la decisión aseguran que eso daría a los
defensores y defensoras del medio ambiente más herramientas para hacer frente a
las políticas y proyectos destructivos en términos ecológicos "Esta resolución
transmite el mensaje de que nadie puede quitarnos la naturaleza, ni el aire limpio ni
el agua limpia, ni privarnos de un clima estable. Al menos no sin luchar por ello",
declaró Ingeniero Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). (ONU, 2022)
CONCLUCIONES:
APRECIACION:
En general, la monografía presenta una sólida investigación sobre la tercera
generación de los derechos humanos, abordando de manera completa y sistemática
los diferentes aspectos relacionados con esta categoría de derechos. Hemos logrado
ofrecer una visión clara y concisa de los derechos de solidaridad, destacando su
importancia en la sociedad contemporánea.
Nota: En el cuadro podemos observar que los derechos de tercera generación el valor que
defienden principalmente es la solidaridad.
http://recursostic.educacion.es/secundaria/edad/4esoetica/quincena5/
quincena5_contenidos_5.htm
https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Ffanyv88.com%3A443%2Fhttp%2Fwww.juicios.org%2Fleyes
%2Fderecho-a-un-medio-ambiente-sano
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