Apunte N°2 Constitucional
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Principales características:
Por ejemplo, pueden elegir su propio Poder Legislativo, también eligen por la
voluntad popular su Poder Ejecutivo (los cuales son autónomos del Poder
central), e incluso, en el caso del Estado federal, poseen un Poder Judicial
autónomo del poder central. No obstante dicha autonomía, siempre el órgano
descentralizado políticamente se encuentra supeditado, en última instancia, a
la estructura constitucional del Poder Central, ya que, no obstante su
autonomía, dentro de un Estado debe privilegiarse el principio de la unidad
(especialmente la unidad constitucional).
Paralelo
B) El Estado Federal
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1.- En primer lugar está el autor francés Marcel Prélot, quien define el Estado
Federal desde el punto de vista de la Constitución, y lo define como aquél
donde existe una pluralidad de ordenamientos constitucionales, entre los
cuales destaca uno como el principal, al cual deben someterse los otros
ordenamientos (existe lo que se denomina la supremacía de la Constitución
Federal).
Dicho todo esto, se puede decir que la unión de estos dos principios
estructurales, es el reflejo de una conciliación entre pluralidad y unidad, de ahí
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que se diga que el Estado Federal es, en última instancia, una unidad en la
diversidad.
Los Estados, a través del tiempo, se han relacionado entre si, formando ciertas
uniones que no constituyen un nuevo Estado, pero si tienen relevancia en el
ámbito internacional. Estas uniones de Estados no son ni un Estado unitario ni
un Estado federal
Principales características:
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1) Sólo puede tener lugar dentro de una base territorial.
2) Dentro de dicho ámbito territorial lo que se distribuye no son las funciones
estatales, sino más bien el poder político estatal.
3) Las autoridades que desempeñan las funciones normativas o de gobierno
son generalmente elegidas con una fuerte participación de los miembros de
la región.
4) Las autoridades regionales poseen cierta autonomía en su gestión. Por
ejemplo, los parlamentos regionales poseen la facultad de crear su Derecho
propio.
A) Antecedentes históricos:
Características:
Sistema Presidencialista:
1. Sistemas Democraticos
2. Sistemas Autoritarios
3. Sistemas Totalitarios
1) Existe un único detentador del poder que impide a los destinatarios del
mismo participar en las decisiones políticas.
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2) Existe una ideología que se limita, en el mayor número de los casos, a
defender y justificar la configuración del poder existente, es decir, es
una característica propia del régimen autoritario el llevar a cabo una
apología que justifique la estructura del poder existente.
3) Existe una monopolización del poder político, con lo cual se excluye toda
participación o ejercicio de los derechos políticos de los individuos, y
también de algunos derechos civiles, estrechamente vinculados con
aquellos. Por ejemplo, se restringe el derecho a la participación en actos
eleccionarios, y como consecuencia de ello se limita un derecho civil
esencial, cual es la libertad de expresión.
Como señala VERDUGO, si bien pocos son los ciudadanos que pueden aportar
ideas creadoras, todos son, por el contrario, buenos jueces de una política, en
razon de un sistema democratico.
Participación efectiva: significa que todos los miembros del Gobierno deben
tener oportunidades iguales y efectivas para hacer que sus puntos de vista
sobre cómo ha de ser la política sean conocidos por los otros miembros.
a) Democracia directa
De ahí que la democracia implique -como elemento esencial de ella- que los
individuos alcancen una compresión ilustrada (DAHL) de la realidad política,
económica y social que viven.
Ahora bien, como es muy conocido, la temática del sistema electoral en Chile
es un asunto controvertido. Hay que comenzar indicando, que era una materia
que no estaba expresamente sistematizada en la Carta Política, pero respecto
de la cual apuntaban una serie de normas constitucionales.
La reforma constitucional de 2005 hace descender su tratamiento, en una
situación de verdadera ficción constitucional (ya que formalmente no sería una
temática constitucional, pero si lo es desde la perspectiva material), a rango de
ley orgánica, por cuanto la propia Carta exige que “las modificaciones a la
referida Ley Orgánica sobre Votaciones Populares y Escrutinios que digan
relación con el número de senadores, las circunscripciones existentes y el
sistema electoral vigente, requerirán del voto conforme de las tres quintas
partes de los diputados y senadores en ejercicio” (Disposición Decimotercera
transitoria), esto es, “rebaja” su tratamiento exclusivamente a la ley orgánica
y, de paso, exige un quórum reforzado, de clara jerarquía constitucional y no –
como lo es aquélla- de una norma complementaria. Con lo cual mantiene
dentro de la estructura constitucional la vigencia de un instrumento que, a mi
parecer, deliberadamente fue establecido a fin de posibilitar que una minoría
constituida nacionalmente pudiera tener en el Congreso Nacional las
posibilidades de contar con los quórum necesarios para evitar que la mayoría
ejerza efectivamente su representatividad en el Parlamento.
Asunto que, además, ha impulsado a que todavía los partidos políticos
representativos en el Congreso sean herederos de una correlación de fuerzas
nacida en el anterior régimen autoritario, lo que no es concordante con la
realidad y necesidades actuales de un país que ha entrado de lleno al siglo XXI.
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Esto ha llevado que en el año 2015 se haya modificado el sistema electoral
para elegir a los miembros del Congreso Nacional, que bajo el anterior sistema
binominal-mayoritario se elegían dos cargos parlamentarios por distrito
(diputados) o circunscripción (senadores), y para obtener ambos (doblaje) una
lista debía obtener el 66,6% de los votos.
En efecto, respecto a la elección de diputados y senadores se aplicaba, como
ya se ha adelantado, el sistema mayoritario-binominal, que según el
modificado artículo 109 bis, de la ley nº 18.700, “en el caso de elecciones de
Parlamentarios, el Tribunal proclamará elegidos Senadores o Diputados a los
dos candidatos de una lista, cuando ésta alcanzare el mayor número de
sufragios y tuviere un total de votos que excediere el doble de los que
alcanzare la lista o nómina que le siguiere en número de sufragios.
Si ninguna lista obtuviere los dos cargos, elegirá un cargo cada una de las
listas o nóminas que obtengan las dos más altas mayorías de votos totales de
lista o nómina, debiendo el Tribunal proclamar elegidos Senadores o Diputados
a aquellos candidatos que, dentro de cada lista o nómina, hubieren obtenido
las más altas mayorías”.
Por último, hay que indicar que mediante reforma constitucional de 4 de abril
de 2009, se modifica el inciso 1º del artículo 15 de la Carta, que transforma el
sufragio en voluntario, y también se enmienda el inciso 2º del artículo 18, en
donde se constitucionaliza la inscripción automática, “por el sólo ministerio de
la ley”, de quienes cumplan los requisitos para ser ciudadanos. Todo lo cual,
por ahora, debe coordinarse con la disposición vigésimo tercera transitoria de
la Constitución.
b) Concepto y clasificación de los sistemas electorales
Los criterios más simples para la atribución de los votos a los candidatos, y
consecuentemente la distribución entre ellos de los escaños, son las fórmulas
de mayoría simple y absoluta: es decir, resulta elegido el candidato que
obtiene mayor número de votos o el que consigue más de la mitad de los
votos, siempre computados sobre los válidamente emitidos, por ende se
excluyen los votos nulos y los votos en blanco.
Dentro del sistema mayoritario las variantes más importantes son las
siguientes:
Entre las muchas variantes del sistema proporcional, podemos señalar las
siguientes: