Guía Didáctica #3 11º (2021)

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INSTITUTO TÉCNICO DE COMERCIO BARRANQUILLA

EDUCACIÓN A DISTANCIA BAJO EL MODELO ESCUELA HOGAR


GUÍA DIDÁCTICA DE APRENDIZAJE No 3

1. IDENTIFICACIÓN
GRADO: 11º
ÁREA – ASIGNATURA: FILOSOFÍA
DOCENTE RESPONSABLE: DEIVID BOLÍVAR RANGEL
FECHA DE ENTREGA POR EL DOCENTE:
FECHA DE DESARROLLO
COMPETENCIAS Y APRENDIZAJES ESPERADOS (¿Qué voy a Aprender?)

COMPETENCIA OBJETIVO:
 Evalúo el lugar que ocupa el arte en la cultura contemporánea y su relación con
otros ámbitos del capitalismo posindustrial, involucrando mis propias experiencias
estéticas en calidad de ciudadana contemporánea.

APRENDIZAJES QUE FUNDAMENTAN EL ALCANCE DE LA COMPETENCIA


OBJETIVO:

 Identifico las características fundamentales del pensamiento contemporáneo


mediante la lectura de fragmentos filosóficos alusivos al tema.
 Relaciono las variables contextuales de la producción del arte contemporáneo con
el valor crítico que poseen las obras en la actualidad.
 Ejemplifico algunos diagnósticos filosóficos alusivos al capitalismo posindustrial
mediante experiencias personales de consumo estético.
 Confirmo el valor práctico de los postulados filosóficos alusivos al arte
contemporáneo mediante el análisis de obras de arte concretas.

2- PRESENTACIÓN DE TEMÁTICAS Y ACTIVIDADES A TRABAJAR (¿Qué


actividades haré?)
TEMA 1: RASGOS ESENCIALES DE LA CULTURA CONTEMPORÁNEA (O POSMODERNA).
Ver los siguientes videos explicativos del concepto de posmodernidad (Las explicaciones se
complementarán con la explicación del profesor en los encuentros virtuales respectivos)

https://www.youtube.com/watch?v=EoCH_Bvuwzg

https://www.youtube.com/watch?v=NmAbTg9V2i8
https://www.youtube.com/watch?v=NvbWFD7jax4

https://www.youtube.com/watch?v=OoMU654MEP4

ACTIVIDAD DEL TEMA 1:

Luego de haber escuchado y socializado las explicaciones de los videos sugeridos, debes responder, en
relación con lo que explicaban los videos y en un foro abierto de discusión lo siguiente:

Dadas las circunstancias históricas, sociales, políticas y culturales que definen la época actual,
¿será posible entonces diferenciar entre lo que es arte y lo que no lo es con base en criterios
universales? Justifica tu respuesta.

Criterios de la participación en el foro: la respuesta debe guardar coherencia con los videos abordados
y estar correctamente estructurada: coherencia, claridad, argumentación. Debe contener, como mínimo,
ochenta palabras; como máximo, 100. Otro aspecto que completa la valoración de tu aporte es el hecho de
refutar la respuesta de cualquiera de tus compañeras dentro del foro.

TEMA 2. CONSUMISMO ESTÉTICO Y ARTE EN EL CAPITALISMO POS-INDUSTRIAL

Lectura de un fragmento de Lipovetsky que explica cuáles son las nuevas condiciones del consumo en la
cultura contemporánea, y cómo se organiza la oferta alrededor del consumo experiencial (la lectura se
acompañará de los comentarios del profesor en los encuentros virtuales respectivos para despejar
conceptos clave)

LA INFLACIÓN DEL DOMINIO ESTÉTICO


El crecimiento de los dominios estéticos constituye el aspecto del capitalismo artístico que se reconoce
más inmediatamente. Sus manifestaciones son numerosísimas. Sin embargo, podemos tratar de construir
un modelo de explicación a partir de cinco lógicas mayores que afectan tanto a los objetos industriales
como a la cultura, la distribución y el consumo.
El estilo como nuevo imperativo económico: La generalización del diseño en las industrias de consumo
aparece como el rasgo más patente del avance espectacular del capitalismo transestético. Ningún objeto,
por banal que sea, escapa ya a la intervención del diseño y de su trabajo estilístico. Incluso los productos
que antaño eran estrictamente utilitarios y tenían poco que ver con la dimensión estética (teléfonos,
relojes, gafas, material deportivo o de oficina, ropa interior, transporte colectivo), ahora son
reproyectados por diseñadores, incluso por artistas de vanguardia, rehechos continuamente para
que tengan otro look y transformados en accesorios de moda. Un estilismo que se introduce incluso en el
territorio de los olores, los sonidos, las sensaciones táctiles. Todo el universo de los objetos de consumo
es ahora intervenido, mimado, arropado por procesos de tipo artístico como el diseño, el envasado,
la comercialización visual, la publicidad, el grafismo. Esta dinámica no es nueva, ni mucho menos, pero, sin
parangón con nada del pasado, ha adquirido una importancia estratégica primordial en la administración de
las marcas y en la competencia económica. El capitalismo artístico funciona como un sistema
caracterizado por la intensificación de las inversiones en materia estética y la generalización del
imperativo del estilo en las industrias de consumo. Ya no hay producción de bienes de consumo fuera del
proceso diseñador y esto no sólo en los países ricos, sino también en los emergentes.
Todo producto destinado a los mercados del consumo se encuentra aureolado, nimbado por una dimensión
estilística. Incluso se empiezan a proponer indumentarias decorativas, kits adhesivos personalizados para
los cubos de basura y los contenedores de las fincas urbanas. No sólo los productos industriales, sino
también la publicidad, los grandes almacenes, los platós de televisión, los sitios de Internet son objeto de
un trabajo estilístico (puesta en escena, ambientación original, decoración de moda, renovación rápida de
formas y estilos) realizado por profesionales especializados.
No se vende sólo un producto, sino también estilo, elegancia, belleza, cool, emociones, imaginación,
personalidad. El mundo comercial se ha convertido a la vez en valor de uso, valor de cambio y valor
estético: el capitalismo artístico es el sistema en el que industria y arte, mercado y creación, utilidad y
moda, marca y estilo no están ya separados.
Nada escapa ya a las operaciones diseño-decorativas, todo se piensa y realiza para que parezca una
«iniciativa», para seducir, para dar una imagen, para que parezca nuevo, para producir efectos visuales y
emocionales. Los grandes almacenes, los hoteles, los bares y restaurantes son objeto de decoración
personalizada, de alarde comercial, de teatralización en materia de ambiente, de
concepto, de color, de iluminación.⁸ Las fábricas, los depósitos, las cárceles, los monasterios secularizados
son transformados en hoteles chic o en centros de arte. Las ciudades históricas son acicaladas y
rehabilitadas con puestas en escena, efectos de luz, itinerarios patrimoniales, explotación de zonas
dedicadas a los placeres urbanos y turísticos. Las costas, los sitios de montaña, los paisajes de todas
clases se reorganizan para valorizar su belleza y su «autenticidad». Al mismo tiempo se multiplican los
parques de atracciones y temáticos con espectáculos, puestas en escena arquitectónicas, pueblos
reconstruidos, escenificaciones temáticas ambientes encantados, decorados kitsch. Todos los objetos,
imágenes y signos de nuestro entorno se retocan, se diseñan, se vuelven paisaje con vistas a la conquista
de mercados: el capitalismo de hiperconsumo es el capitalismo de la artistización exponencial de todo,
desde la ampliación del dominio de lo bello, desde el estilo y las actividades artísticas hasta
el conjunto de los sectores relacionados con el consumo.⁹ Cuanto más triunfa la lógica mediático-
comercial, más se somete al estilo la oferta comercial: con el capitalismo creativo y transestético lo que
vemos no es tanto un retroceso de lo bello cuanto una superoferta de arte, una movilización estética sin
fronteras, una cosmetización ilimitada del mundo. Bajo este régimen se pone de manifiesto «la es-
tetización total de la vida cotidiana»,¹⁰ la erosión de las fronteras entre arte e industria, el estilo y el
entretenimiento, el arte y la vida de todos los días, el arte de minorías y el arte de masas.
En su famoso Manifiesto del futurismo (1909) decía Marinetti: «La magnificencia del mundo se ha
enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad
[...]. Un automóvil rugiente [...] es más bello que la Victoria de Samotracia.»¹¹ Todo se presenta como si
el capitalismo hubiera conseguido realizar a lo grande, a la escala de la sociedad, la provocación de
Marinetti, hasta tal punto los productos comerciales han tomado el relevo del arte «elevado». Hoy hay
más belleza en el universo tecno-comercial que en el arte contemporáneo, que, por lo demás,
ha renunciado casi por entero al ideal clásico de belleza. Una diversificación proliferante. El segundo
rasgo indicativo de la explosión artística hipermoderna remite al pro- ceso de supermultiplicación y
heterogeneización estéticas que se observa no sólo en el arte, el diseño y la decoración, sino también en
la moda y las industrias culturales. El dominio del arte propiamente dicho es contemporáneo de su
desdefinición y de una proliferación de formas, prácticas y experiencias profundamente heteróclitas: un
régimen artístico excepcional que se ha podido calificar de «pos- histórico», pues la idea de búsqueda de
la esencia del arte, de exclusivismo y
de «línea histórica correcta» ya no tiene sentido.¹² El diseño, que ha dejado de estar gobernado por un
estricto funcionalismo, acoge en este mismo momento los estilos más dispares. Son incontables las marcas
de moda que ofrecen, a todos los precios y para todas las edades, los looks más variados, étnico o retro,
sexy o hip- hop, clásico o barroco, de calidad o deportivo. Jamás se han producido tantas películas,
teleseries, espectáculos y músicas de todo género: la plataforma iTunes
Store de Apple ofrece 20 millones de títulos musicales, los sitios de música a la carta Deezer y Spotify
ofrecen 13 y 15 millones de títulos respectivamente. Si accedemos a YouTube o a cualquier plataforma
musical de la red, vemos una hipertrofia de grupos, de títulos musicales, de ritmos, de estilos que
componen una esfera estética mastodóntica, casi ilimitada. Después de los tiempos de la unidad estética,
he aquí la época plural en la que todo es posible, en la que todo puede coexistir, superponerse, mezclarse
como en un gran bazar caleidoscópico. Sin duda ha habido siempre, en las sociedades históricas
diferenciadas, diversos tipos de estéticas: la oposición entre cultura minoritaria y cultura popular ha
sido durante siglos un ejemplo claro. Pero el fenómeno de nuestros días se da a una es- cala
completamente distinta y con un significado diferente: ya no se manifiesta dentro del modelo
convencional de una oposición dicotómica encuadrada por una jerarquía de criterios establecidos, sino
dentro de una nebulosa resplandeciente, abierta, dominada por un pluralismo estético asumido y
generalizado. Lo notable en la actualidad es que carecemos de puntos de referencia consensuados, de
centro dominante que fije una jerarquía estable. Ya no disponemos de polo hegemónico con autoridad
suficiente para imponer desde arriba una jerarquía indiscutible de criterios y normas. La era de la
inflación estética es descentrada, desjerarquizada, estructuralmente ecléctica. Vivimos en una cultura
fragmentada, balcanizada, en la que se multiplican los mestizajes más diversos, en la que conviven los
estilos más desemejantes, en
la que las tendencias cool proliferan sin orden, sin regularidad temporal, sin unidad de valor. Con el
capitalismo transestético triunfa una profusión caótica de estilos en un inmenso supermercado de
tendencias y de looks, de modas y diseños. Es una proliferación discordante, desregulada, la que
caracteriza el dominio estético actual, paralela a las desreglamentaciones económicas que constituyen el
turbocapitalismo. No obstante, y esto hay que subrayarlo de entrada, la inflación de la variedad
que vemos desplegarse es de tipo paradójico. Porque aunque los estilos más heterogéneos en moda,
música, cine o arte tienen carta de ciudadanía, ello no impide que el fenómeno venga acompañado de una
fuerte concentración de éxitos que generan una profunda sensación de monotonía, de cosa ya vista. La
oferta musical es inmensa, pero lo que se oye es siempre lo mismo, los mismos éxitos y los
mismos intérpretes. Los desfiles de moda ofrecen el espectáculo de una gran variedad de estilos, pero el
de la calle es cada vez más parecido en todo el mundo. Y en todos los grandes museos del mundo vemos
siempre las obras o las exposiciones de los
mismos artistas actuales que están en el candelero. El capitalismo artístico y su orden mediático-
publicitario es un sistema que produce
«diversidad homogénea»,¹³ repetición en la diferencia, lo mismo en la pluralidad.
La escalada de lo efímero: Un tercer rasgo define la hipertrofia del capitalismo artístico. Que no es otro
que el proceso de aceleración de los cambios de estilo que se expresan en la moda, los productos
culturales, la publicidad, los objetos, la decoración de los grandes alma- cenes. Con la primera
modernidad, la moda aparecía como el paradigma de lo efímero. Esta lógica ha conquistado hoy los demás
sectores: diseño, decoración, cosméticos, deporte, mobiliario, hostelería, restauración, sector
agroalimentario, ya no hay dominio que escape al fenómeno de la moda y sus tendencias, sólo que el ritmo
del proceso se ha acelerado considerablemente. En un mundo en acele-
ración creciente,¹⁴ el universo del estilo no ha podido escapar a la dinámica de la fluidificación intensiva
de la era hipermoderna, pues la producción, el consumo, la distribución, la comunicación en materia
estética se transforman sin parar. También aquí hay que decir que nada de esto es totalmente nuevo, pues
el dominio del estilo estaba llamado a cambiar desde hacía mucho. Sin embargo, la generalización y la
aceleración del ritmo de las renovaciones son patentes. En la década de 1960, una película completaba su
circuito proyectándose en salas dos o tres años: en la actualidad, según el Centro Nacional de Cinema-
tografía, las películas realizan en Francia el 80% de los beneficios en los quince primeros días de su
explotación en salas. Inflación de novedades, acortamiento de la duración de la explotación, retirada
extremadamente rápida del mercado si tiene poco público: el sistema se recalienta. La proliferación de
los éxitos efímeros afecta del mismo modo al universo de la música grabada. Según los profesionales
del sector, cada vez es más difícil imaginar carreras artísticas de treinta o cuarenta años. Lo más
frecuente es ver que el gran éxito de un álbum no se confirme con el siguiente: la regla tiende a ser el
hundimiento o el debilitamiento de las ventas después de un primer éxito. Si los éxitos efímeros
representaban hace poco entre el
10 y el 15 % del mercado, hoy representan por lo menos el 30 %.¹⁵ Mientras que la vida de los productos
industriales es cada vez más corta, su fa- ceta visual, su diseño no cesan de cambiar a enorme velocidad.
Lo mismo cabe decir de la decoración de bares, restaurantes, tiendas y sitios de Internet. Google cambia
su logotipo con frecuencia y a veces se modifica en el curso de un solo día con ocasión de acontecimientos
particulares. Asimismo, se ha sobrepasado el
momento de las grandes tendencias semestrales que organizaba el mundo de
la moda: hoy vivimos en el tiempo de la fast fashion, la creatividad y la innovación en flujo permanente,
pero lo mismo sucede con las micronovedades, las mil nuevas tendencias que aparecen cada día, casi en
tiempo real, en los sitios y blogs de coolhunting que proliferan en la red. Quien quiere informarse de las
tendencias a la antigua comprende inmediatamente que este mundo institucionalizado, reglamentado, de
ritmo bien definido, ha caducado ya. No hay duda de que las grandes agencias de estilo publican en sus
páginas de tendencias, a dos años vistas, los motivos, colores y tejidos de
las próximas temporadas. Pero al mismo tiempo las trends firms y otras trends briefings no dejan de
anunciar, con gran alarde de neologismos, las novedades creativas, los looks a la última. Y todas las
informaciones y fotos se publican sin cesar y están disponibles al instante. Se ha vuelto imposible hacer la
radiografía exacta de las tendencias, hasta tal punto cambian de un día para otro, rebautizadas sin des-
canso por los analistas de lo cool. En el universo de los últimos gritos adoles- centes, lo que cuenta no es
la tendencia de la temporada, sino la del instante. Y cada cual, en la época del ciberespacio, puede
anunciar en todo momento la aparición de la enésima tendencia. De ahí la increíble profusión de looks
«desfasados»:
La explosión de lugares del arte. La dinámica inflacionista no afecta sólo a los objetos, los estilos y las
tenden- cias, sino también a los monumentos clasificados¹⁶ y a los lugares de exposición de arte. Los
museos y centros artísticos actuales ante todo: cada cinco años aumenta en un 10 % el número de museos
en el mundo; antes de 1920 había en Estados Unidos 1.200 museos; a principios de los años ochenta había
ya casi 8.000.¹⁷ Se dice a veces en broma que en Europa se inaugura un museo al día: hoy hay registrados
más de 30.000 en los 27 países de la Unión Europea. Por fijarnos sólo en París, allí hay más de 150. La
cantidad de museos de toda Francia es objeto de debate: en 2003, la Dirección de Museos de Francia
declaró la existencia de 1.200 calificados como «Museos de Francia», pero al margen de esta
categoría ciertas guías presentan listas que oscilan entre 5.000 y 10.000. Los nuevos mu- seos se abren
hoy no sólo en las grandes ciudades, sino también en ciudades medias, es decir, en poblaciones pequeñas.
Prácticamente no hay municipio que no quiera tener «su» museo como signo de afirmación identitaria y, lo
que no es menos importante, como centro de atracción turística capaz de generar visitantes y, en
consecuencia, repercusiones comerciales.

Tomado de Lipovetsky, Gilles (2014). La estetización del mundo. Vivir en la época del capitalismo artístico.
Bogotá. Editorial Anagrama.

ACTIVIDAD DEL TEMA # 2:

En grupo de 5, seleccionen un objeto, una imagen o una publicidad que ustedes consideren representativo
(a) de los valores asociados al consumo estético, y justifiquen su elección basándose en el fragmento leído
de Lipovetsky. En la misma exposición, debe responder las siguientes preguntas: si la estética o el
consumo de experiencias sensibles se está explotando dentro de la agenda capitalista y mercantilista
actual, ¿cómo podría diferenciarse entonces el mundo del arte del simple consumo estético? ¿Cuál sería
su sello distintivo? ¿Lo tiene o no lo tiene en estos tiempos?

IMPORTANTE: La exposición debe ser grabada con la cámara de su celular y colgada en la plataforma
dentro de las fechas establecidas en el cronograma de actividades. Todas las integrantes del grupo deben
hablar, por lo menos, un minuto.

TEMA # 3 LOS EFECTOS DEL ARTE CONTEMPORÁNEO. UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS MODOS
DE PRODUCIR Y CONSUMIR ARTE HOY.

Lectura de Lipovetsky (La lectura será ampliada y comentada por el profesor en un encuentro virtual)
EL ARTE LIGERO DE HOY, DESPOJADO DE SIGNIFICADOS GRANDILOCUENTES
El reinado moda o ligero del arte se patentiza en el proceso de eliminación de la dimensión seria y grave
de las grandes obras clásicas y modernas. Después de un Gran Arte que buscaba la pureza, la Belleza y la
Verdad, aparece un nuevo espíritu artístico que predica sin complejos lo fútil, lo gracioso, las ñoñeces de
otros tiempos. Jeff Koons es su mascarón de proa, la ilustración más famosa del mundo. Ya Warhol había
transformado en obras de arte objetos de la vida cotidiana, dignificado y reproducido en forma de gran
arte productos e imágenes de la ligereza.
consumista (cómics, estrellas del espectáculo, latas de sopa). Jeff Koons ha en-
trado en una nueva fase en este esfuerzo por borrar la división entre high y low. Tras la reproducción
fría y «mecanotécnica» de las cajas de jabón Brillo, viene
la celebración jubilosa y sensiblera de criaturas del mundo infantil.³¹ Lejos de la seve- ridad del
minimalismo, Koons pone en escena un universo abigarrado, pueril y divertido que anula las fronteras entre
arte y Disneylandia, escultura y bibelot rococó, artesanía y kitsch, creación y juguete. Con sus perritos,
sus gigantescos conejos hinchados con helio y su pantera rosa, Koons transforma el mundo del ju- guete
en obra de arte arrebatada al espíritu de la seriedad, presta al arte un aire de ligereza que es el de la
infancia, y crea un universo artístico cuya sola finalidad es divertir de manera instantánea, al primer
vistazo, evocando los placeres del pasado infantil.³² En Jeff Koons, por último, todo se vuelca hacia la
estéticamoda de lo encantador, lo divertido, lo fácil y accesible a todos. De los angelitos rococó a la efigie
de Michael Jackson, de San Juan Bautista a la Pantera Rosa, de Rabbit a Puppy, reina por doquier el arte
lúdico de lo insignificante, de la diversión ligera. Incluso la porno- grafía cae en las redes de lo ligero y se
trata con un espíritu-moda de despreocupación y amable desenvoltura: triunfa el principio de ligereza,
renunciando a la
dimensión crítica, a la del sentido y la profundidad. Warhol afirmaba que detrás de sus obras no había
nada: es todavía más manifiesto en Koons, que ya no pone en escena los grandes símbolos de la sociedad
de consumo (el dólar, Marilyn, la Coca-Cola), sino las pequeñas cosas sentimentales, los signos de la
infancia despojados de valor o de dimensión colectiva. Arte-moda y ligereza joven aparecen igualmente en
Takashi Murakami, cuya obra prosigue el legado de Warhol y se inspira en los dibujos animados y la
imaginería manga y kawaii. Con sus globos gigantes de plástico, sus cuadros de estética tebe- ística, sus
dibujos infantiles, sus colores fosforitos y sus esculturas de flores coloreadas, Murakami crea un
universo de aspecto lúdico, enternecedor y destellante. Su personaje fetiche, el señor Dob, unas veces es
encantador y gracioso y otras monstruoso; otro personaje, Kaiki, es una especie de conejo blanco que
sonríe, y Kiki es un demonio rosa con dientes de vampiro. Son aspectos que, importados
de los mangas y la subcultura otaku, componen una estética lúdico-moda-juvenil. Murakami, sin duda,
denuncia ciertos aspectos de la cultura de masas japonesa y de sus efectos en una juventud adicta a los
dibujos animados y a los videojuegos. Ello no impide que la actividad de su empresa participe totalmente
del capitalismo artístico, del imperio de la moda y de los iconos kawaii, desviando sus personajes-símbolo
hacia multitud de productos derivados: pins, llaveros, camisetas, relojes, broches, papel pintado, juguetes
de peluche. Incluso la crítica artística de la civilización ligera reproduce sus mecanismos y se esfuerza
activamente para que se amplíe. Tanto en Occidente como en Japón, la estética de la ligereza frívola se
ha apoderado del arte y la cultura cotidiana.
Tomado de Lipovetsky, Gilles (2016). De la ligereza. Bogotá: Editorial Anagrama.

ACTIVIDAD DEL TEMA # 3:

En un foro de discusión que tendrá lugar dentro de la plataforma Moodle, responde si estás de acuerdo o
no con una concepción del arte contemporáneo como la que ofrece Lipovetsky en su fragmento.

ACTIVIDAD GLOBAL # 4
Presentar un examen-competencia en línea con tus compañeras desde la plataforma Quizziz para
determinar si hubo una comprensión óptima de las temáticas abordadas en la guía de aprendizaje # 2. La
fecha de realización de la prueba se dará a conocer a finales del mes de junio.

3- PLAN DE EVALUACIÓN DETALLADO (¿Cómo me voy a evaluar?)

Para efectos de claridad a la hora de valorar su proceso formativo durante el desarrollo


de la guía # 3, se establecen los criterios evaluativos dentro de una rúbrica que fue
entregada anexa al presente documento. La rúbrica de autoevaluación consta de los
aspectos evaluables, los indicadores de cada aspecto y el valor porcentual asignado a
cada uno de esos indicadores.

Es su deber ir diligenciando esta rúbrica parejo al proceso de ejecución de la guía.

4- RECOMENDACIONES - EVIDENCIAS DE LA GUÍA DE APRENDIZAJE

Cualquier duda respecto a la realización de las actividades o a los conceptos que aborda
cada tema, por favor remitirla al correo [email protected]
5- CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES

DIA Y FECHA SEGÚN ACTIVIDAD


HORARIO DE CURSO
Hasta el 25 de agosto #1

Hasta el 10 de septiembre #2

Hasta el 30 de septiembre #3

Hasta el 07 de octubre #4

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