Fallo TC Clínica Las Condes
Fallo TC Clínica Las Condes
Fallo TC Clínica Las Condes
CUATROCIENTOS SESENTA
2023
REPÚBLICA DE CHILE
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
____________
Sentencia
VISTOS:
1
0000461
CUATROCIENTOS SESENTA Y UNO
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Afirma la parte requirente, Clínica Las Condes S.A., que fue denunciada de
tutela laboral por vulneración de los derechos fundamentales con ocasión del
despido y cobro de indemnizaciones y prestaciones laborales. Se denuncia por los 8
demandantes, señoras y señores Jaime Urria Schwarzenberg; Felipe Ruiz-Peña
Villar; Erasmo Carlos Seguel Seguel; Nataly Andrea Alderete Gutiérrez; Graciela del
Tránsito Ávila Ramírez; Aída Yarela Miranda Pacheco; Ricardo Antonio Paillamilla
Hernández y Valeria Victoria Figueroa Cabello, la vulneración de sus derechos a la
integridad física y psíquica.
Y CONSIDERANDO:
Por su parte, los Ministros señores CRISTIÁN LETELIER AGUILAR, JOSÉ IGNACIO
VÁSQUEZ MÁRQUEZ, MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ GONZÁLEZ y la Suplente de
Ministra señora NATALIA MUÑOZ CHIU, estuvieron por acoger el requerimiento.
2°. En relación con tal gestión, la empresa requirente dedujo ante esta
Magistratura un requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 4°, inciso
primero, de la Ley N° 19.886 y del artículo 495, inciso final, del Código del Trabajo.
11°. Por su parte, la OCDE, de la cual Chile forma parte, tiene dos guías
fundamentales respecto a políticas horizontales en la contratación pública, ambas de
2015. En la Recomendación del Consejo sobre Contratación Pública sugiere a los
Estados adherentes que: “reconozcan que todo uso del sistema de contratación
pública que pretenda conseguir objetivos secundarios de política deberá sopesar
estas finalidades frente al logro del objetivo principal de la contratación” (el valor
por dinero), lo que conlleva una estrategia adecuada para integrarlos, considerando
una evaluación de riesgos y la realidad de cada país, para emplear una metodología
adecuada de evaluación de impacto para cuantificar sus efectos. Además, se lanzó la
guía “Principios de compra pública sostenible”, señalando que “la buena
contratación pública es contratación pública sostenible”, lo que implica discernir
acerca de lo que se está comprando o contratando en todas sus etapas: desde la
obtención de los materiales hasta la disposición final del producto, y la posibilidad
de abordar a todos los actores de dicha cadena, incluyendo a las autoridades
ambientales, el comprador, proveedor, a los trabajadores, etc. Estas guías pretenden
que los estados que son parte de la OCDE vayan incorporando estos criterios dentro
de sus ordenamientos, entregando apoyo y haciendo un seguimiento de tales
políticas para que se avance en su implementación.
aprovisionamiento de los poderes públicos, sino como un poderoso instrumento para llevar a
cabo políticas públicas tan diversas como la promoción de la innovación, el fomento de las
Pymes o la sostenibilidad social y ambiental” (Gallego Córcoles, M. I., 2017, “La
integración de cláusulas sociales, ambientales y de innovación en la contratación
pública”, Documentación Administrativa, (4), p. 93).
13°. De lo anterior resulta que, entre las diferentes políticas horizontales que
pueden adoptarse en la contratación pública, existen múltiples razones para que el
Estado exija contratar sólo con empresas que cumplan con las leyes laborales -como
exige el precepto legal impugnado en estos autos constitucionales- de manera de
evitar asociar al Estado con comportamientos ilícitos que vulneren los derechos de
los trabajadores. Ello puede lograrse proporcionando incentivos adicionales al
cumplimiento de la ley, para evitar así vulneraciones legales en el cumplimiento del
contrato y garantizar una competencia justa, entre otras razones, (Arrowsmith, p.
154). En nuestro sistema jurídico la finalidad de la sanción se puede sintetizar en las
siguientes razones:
Este derecho consiste en que las normas jurídicas deben ser iguales para
todas las personas que se encuentren en las mismas circunstancias y,
consecuencialmente, diversas para aquellas que se encuentren en situaciones
diferentes. No se trata de una igualdad de carácter absoluto, sino que ha de aplicarse
la ley en cada caso conforme a las diferencias constitutivas del mismo. La igualdad
supone, por lo tanto, la distinción razonable entre quienes no se encuentren en la
misma condición (STC N° 784, c. 19°) (En el mismo sentido STC 2664, c. 22°, STC
2841, c. 6° y STC 2895, c. 8°).
20°. Por otra parte, las garantías son funcionales a los derechos que tutelan y
no pueden quedar indexadas a una rigidez normativa que si se justifica en mayor
grado para las normas que los reconocen y configuran. De tal modo, el derecho a la
igualdad ante la ley se focaliza en la protección o distribución de otros bienes, en
especial de derechos fundamentales. Lo que hace la norma es proveer criterios para
evaluar si un determinado trato debe considerarse como igual o desigual.
b) Debido Proceso
26°. Por lo demás, los efectos que produzca tal sentencia sólo comenzarán
con la incorporación del requirente en el registro de proveedores que no pueden
contratar con el Estado. Desde entonces el afectado podrá reclamar contra tal acto
administrativo, impugnándolo por la vía de reposición o jerárquica y, estando a
firme el acto administrativo si no le es favorable, puede interponer las acciones
jurisdiccionales que correspondan, como son la que establece la propia Ley de
Contratación Pública o el recurso de protección, por lo cual no se aprecia que se
vulneren las garantías del debido proceso por la aplicación en el caso de los
preceptos impugnados.
28°. Asimismo, “en cuanto a la vertiente procesal del principio de non bis in
ídem, por una parte, están las reglas del debido proceso puesto que sería una
garantía de un procedimiento e investigación racional y justo. Sin embargo,
podríamos entender que una de las variantes del principio se encuentra consagrado
de modo indirecto al establecer la prohibición de que el “Presidente de la República
y el Congreso” Nacional pueda “hacer revivir procesos fenecidos” (frase final del
inciso primero del artículo 76 de la Constitución). Este precepto viene reiterándose
en la larga trayectoria constitucional chilena como una manifestación del principio
de cosa juzgada; Que de este modo, con base normativa concreta, es posible advertir
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que los fundamentos que explican el principio non bis in ídem se relacionan en la
Constitución chilena con el principio de legalidad penal y de tipicidad, en su
dimensión material, y con el debido proceso y la cosa juzgada en la vertiente
procedimental del principio non bis in ídem material. Y en ambas circunstancias,
complementadas por los tratados internacionales que regulan específicamente la
materia” (STC Rol N° 3054, cc. 21° y 22°).
que no cabe realizar, en esta sede, un juicio en abstracto de constitucionalidad del precepto
legal (c. 9°, Rol N° 4.696), sino que debe analizarse su aplicación en el contexto de la causa
judicial que se encuentra en curso al momento de ser deducida la acción y su devenir
ordinario, en la eventualidad de que ésta no haya sido del todo suspendida por este Tribunal,
ya que necesariamente la inaplicabilidad debe ser resuelta teniendo en cuenta los antecedentes
que obran en el expediente constitucional, puesto que ha sido la propia parte requirente la que
ha decidido la instancia procesal de la gestión pendiente para accionar en esta sede, o lo ha
hecho el juez, de acuerdo a la atribución que le confiere la Carta Fundamental” (STC Rol N°
5419 c. 30°)
1º. Que el requerimiento de autos es interpuesto por Clínica Las Condes S.A.
respecto de los artículos 4°, inciso primero, segunda frase, de la Ley N° 19.886, de
Bases sobre Contratos Administrativos de Suministro y Prestación de Servicios; y
495, inciso final, del Código del Trabajo, en el proceso RIT T-1923-2020, RUC
2040309629-7, seguido ante el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago, en
actual conocimiento de la Corte de Apelaciones de Santiago, por recurso de nulidad,
bajo el Rol N° 1230-2022 (Laboral Cobranza). La requirente fue demandada por 8
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7º. Que, en efecto, tratándose de un cuerpo legal -el de la Ley Nº 19.886- cuya
regulación se vincula con el establecimiento de un estándar de requisitos objetivos
de índole técnico, económico y de probidad que deben estar presente en todos
quienes pretendan contratar con la Administración del Estado, de modo de asegurar
un tratamiento igualitario de acceso a todos los potenciales oferentes, no se advierte
la justificación y fundamento de una norma de efectos absolutos en la exclusión de
contratantes, a partir de haber sido objeto de una determinada condena, con
prescindencia de considerar la entidad de la sanción impuesta, el cumplimiento de la
misma o las características particulares del reproche efectuado, cuestión que, además
y necesariamente genera un cuestionamiento desde la proporcionalidad y la
racionalidad de la sanción prohibitiva. En este caso basta haber sido objeto de una
sentencia condenatoria en materia laboral por infracción a derechos fundamentales
del trabajador o práctica antisindical, sin consideración alguna a su entidad para
quedar excluido de inmediato, ipso facto -y sin que se pueda revisar, impugnar o
siquiera ponderar la extensión- de la posibilidad de contratar con el Estado.
11º. Que de este modo, para verificar que una regulación legal que discrimina
en el ejercicio de un derecho fundamental, no exceda los límites constitucionales de
la discrecionalidad otorgada al legislador o no vulnere la prohibición de
arbitrariedad a la que está obligado constitucionalmente aquél, será necesario
examinar si tal regulación está debidamente motivada, justificada y fundada, de
manera que resulte idónea y necesaria para el fin perseguido por el legislador, línea
argumental que viene suficientemente desarrollada por la doctrina constitucional
alemana, Así lo formula el ex ministro del Tribunal Constitucional alemán, Gerhard
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Leibholz, como el jurista Heinrich Triepel (véase en Juan Carlos Gavara de Cara,
Derechos Fundamentales y Desarrollo Legislativo, Centro de Estudios
Constitucionales, 1994, pp. 318-319).
20º. Que por lo demás, y tal como lo ha señalado anteriormente este Tribunal
Constitucional “[l]a inconstitucionalidad del precepto contenido en el inciso 1° del
artículo 4° de la Ley N° 19.886 se manifiesta, fundamentalmente, en tanto aquel
obsta participar a todos los empleadores condenados por igual, con independencia
de su comportamiento individual y sin atender a que puedan haber cumplido el
respectivo fallo condenatorio, en su oportunidad. La disposición, entonces, opera
con desaprensión a las particulares circunstancias, que pueden constituir como
diverso un caso respecto de otro, imponiendo un tratamiento idéntico en todo
evento. Pese a que pueden cometerse infracciones no iguales –desiguales - la
respuesta del legislador, materializada en la norma impugnada, es y será siempre la
misma”. (STC 10018-20 c. décimo séptimo) Asimismo, esta Magistratura ha
entendido que “la disposición cuestionada desborda los límites que debe respetar el
legislador a la hora de perseguir y castigar a quienes cometen ilícitos, conforme a la
Carta Fundamental. Por cuanto, cualquiera sea la naturaleza o entidad de la falta
cometida, con prescindencia absoluta de su extensión o gravedad, siempre e
ineluctablemente la disposición legal objetada da lugar a esa sanción única de
obstrucción contractual durante el lapso inamovible e invariable de dos años” (STC
3750-17, c. noveno).
23º. Que los términos en que se encuentran establecidos los preceptos legales
impugnados determinan la imposición de una verdadera sanción de plano, con
grave trasgresión al mandato que le impone la Constitución al legislador, de
establecer siempre las garantías de un justo y racional procedimiento (19 Nº 3 inciso
sexto), lo que importa la existencia de un debido proceso que requiere toda
respuesta punitiva estatal. Tal restricción se refleja en la imposición de la medida
misma de exclusión, la que no puede ser discutida en su procedencia, así como
tampoco puede ser objeto de ponderación en su extensión. Ello en contrapartida a la
condena que en sede laboral se puede llegar a imponer por el ilícito reprochado, la
cual si deberá observar dicho estándar constitucional. De este modo, la imposición
por el legislador de una medida en los términos descritos -auténtica sanción
prohibitiva-, no resulta conciliable con la exigencia constitucional de un debido
proceso.
necesaria otra cosa que reiterarla nuevamente, ante una ley que hace de la aplicación
de cierta sanción un hecho puramente maquinal”. (STC 3570-17 c. decimocuarto).
SE RESUELVE:
C9477E88-036B-4883-99A9-DE4309FBC601
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