Los Tópica de Cicerón: un eslabón perdido, traducción, notas y estudio contextual.

Mercedes Giglio

Carrera: Letras

Departamento de Letras

[email protected]

El objetivo del presente trabajo es rastrear en los Tópicos de Cicerón cómo

aparecen los principales conceptos de Aristóteles, esto es: los cuatro predicables (propio,
definición, género y accidente); lugares sobre los contrarios y lugares sobre la oposición y,
por último, sobre la práctica de la discusión. El propósito es señalar similitudes y diferencias
por medio de un estudio comparatístico y contextual. Coincidimos con Bulmaro Reyes Coria
en que el arpinate no compuso los suyos enteramente de los Tópicos aristotélicos sino que
su principal fuente es la producción lógica y retórica de Aristóteles en general, la que adaptó
y retransmitió a su manera. Asimismo, en la presente comunicación se comentará
brevemente el trabajo realizado durante el año en el proyecto de investigación y las
dificultades y logros que han surgido en el mismo.

El trabajo se dividirá en tres partes: una breve biografía del autor latino y
características principales de los Topica; el análisis comparatístico arriba mencionado y por
último una conclusión en la que se sintetizarán los puntos más importantes.

Marco Tulio Cicerón nació en Túsculo, ciudad de Arpino en el año 106 a.C en el seno
de una familia ecuestre. Estudió griego y manifestó una inclnación poética que luego
cambió, en el comienzo de su adolescencia, por el estudio de la jurisprudencia, la filosofía y
la elocuencia. Fue un brillante abogado y orador y este prestigio le permitió participar en la
carrera política a pesar de no pertenecer a la nobilitas. Ocupa todos los cargos del cursus
honorum: cuestor, edil, curul, pretor y cónsul; luego fue senador. Durante su consulado tuvo
lugar un intento de golpe de estado, la famosa conjuración de Catilina, que el propio Cicerón
se encargó de desenmascarar y desarticular; fruto de esta intervención política son las
famosas Catilinarias. Murió en el 43 a.C, durante la matanza de los senadores, ordenadas
por el Segundo Triunvirato (Octavio, Marco Antonio y Lépido), episodio que se inserta dentro
de las acciones de la tercera guerra civil, durante la República Tardía. Pertenece al siglo de
Oro de la literatura latina, al primer período que lleva su nombre. Él representa el punto
culminante de la prosa latina. Su obra es enorme y abarca cartas, discursos, obras retóricas
y obras filosóficas.
 Cicerón escribió los Tópicos en su viaje de regreso de Velia a Regio, hacia el año 44
a.C, en respuesta al pedido de su amigo Cayo Trebacio quien había intentado la lectura del
libro homónimo de Aristóteles sin llegar a comprenderlo cabalmente. A pesar de que Cicerón
se rehúsa en primera instancia a explicárselos y le aconseja que se asesore con un
‘doctísimo retor’ finalmente accede y compone este opúsculo en base a los Tópicos del
estagirita que recordaba de memoria. La palabra Tópica debe entenderse como “disciplina
de encontrar argumentos” o en general como inveniendi ars, “el arte de invenir”. Se trata de
un tratado de retórica de no fácil comprensión, que requiere paciencia y tiempo, en el cual
se pueden encontrar todos los argumentos para convencer al oyente de algo. Señala
Bulmaro Reyes Coria: “Todo en el ejercicio de la palabra, llámese oración o discurso, está
encaminado a producir o delectación, o enseñanza, o fe, ese algo indefinible que nos hace
creer en las personas o en las cosas, tangible de algún modo cuando el orador alcanza sus
objetivos porque el oyente cree en él” (p. 26 a 27). La fe en el sentido ciceroniano, es ese
algo que se anida en el espíritu de los oyentes que hace que sufran, ríen, lloren o teman, en
suma, sean conducidos a donde el orador lo desee. Pero la fe no viene dada por la
categoría del orador sino por los argumentos, y estos se hallan en ciertos lugares. Los
Tópicos son una síntesis de los principales lugares de que se servían los abogados de
aquellos tiempos para ganar las controversias. Argumentos que se siguen empleando en la
actualidad para los discursos políticos