Perfil Lipidico Ultimo
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Aspectos generales
¿Por qué hacer el análisis?
Para tener un buen estado de salud es muy importante que los niveles de estos
lípidos se mantengan dentro de unos límites determinados. A pesar de que el
organismo puede producir el colesterol que necesita para asegurar su
funcionamiento, parte del colesterol proviene de la dieta. Si se comen grandes
cantidades de alimentos ricos en colesterol, en grasas saturadas y en grasas
trans insaturadas (grasas trans), o si se tiene una predisposición genética, las
concentraciones de colesterol en sangre pueden aumentar de manera
importante. El colesterol sobrante puede depositarse en forma de placas en las
paredes de los vasos sanguíneos. Estas placas pueden estrechar e incluso
bloquear la luz de los vasos sanguíneos, además de producir un
endurecimiento de las arterias (aterosclerosis) y un aumento del riesgo de
varias patologías como la enfermedad cardíaca o el accidente
cerebrovascular. Las concentraciones elevadas de triglicéridos en sangre
también se asocian a tener un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad
cardiovascular, aunque la razón aún no se conoce con seguridad.
¿Cómo se utiliza?
Los resultados del perfil lipídico se consideran en conjunto con otros factores
de riesgo cardíaco para orientar el tratamiento y seguimiento. En función de
todos ellos, se plantean distintas alternativas terapéuticas que incluyen
cambios en el estilo de vida como dieta y ejercicio físico o fármacos como
las estatinas para reducir el colesterol.
¿Cuándo se solicita?
Tabaquismo.
Sobrepeso u obesidad.
Dieta inadecuada.
Sedentarismo (no se realiza suficiente ejercicio).
Edad (hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55).
Hipertensión (presión sanguínea de 140/90 o superior), o recibir
tratamiento farmacológico para mantener la presión sanguínea en
niveles normales.
Historia familiar de enfermedad cardíaca a edades tempranas
(enfermedad cardíaca en un familiar de primer grado, en un varón menor
de 55 años o en una mujer menor de 65 años).
Antecedentes de enfermedad cardíaca o infarto agudo de miocardio.
Diabetes mellitus o prediabetes.
Los niños, adolescentes y adultos jóvenes (entre 2 y 24 años) sin factores de
riesgo se deben realizar un perfil lipídico al menos una vez entre los 9 y 11
años de edad, y otra entre los 17 y 21 años.
Seguimiento
Otra opción que se puede barajar cuando los cambios en el estilo de vida por sí
solos no surten el efecto deseado es el tratamiento farmacológico
con estatinas. El médico deberá asesorar al paciente sobre la indicación del
tratamiento en función de la historia clínica, los resultados de la determinación
del colesterol LDL y el cálculo del riesgo de desarrollar una enfermedad
cardiovascular. Generalmente, las estatinas son el tratamiento de primera
elección para disminuir el colesterol LDL. A los pacientes en tratamiento con
estatinas se les realizará la determinación del colesterol LDL de forma
periódica, para comprobar que el fármaco está ejerciendo su función. Si el
colesterol LDL no disminuye lo suficiente, es posible que el médico decida
aumentar la dosis o añadir fármacos adicionales.