Grupo 3-Informe
Grupo 3-Informe
Desarrollo económico
al
Desarrollo humano
INTEGRANTES
• Balderrama Daniel
• Ureña Zambrana Erick Alejandro
• Zabala Sosa Miguel
•
Del desarrollo económico al desarrollo humano
3.1. El concepto de desarrollo humano.
El desarrollo humano es el proceso en el cual una nación o región geográfica invierte un
porcentaje de sus recursos económicos en el mejoramiento de las condiciones de vida de los
ciudadanos. Generalmente se produce a través de la creación de las condiciones para que
las necesidades fundamentales de la población sean satisfechas y sus derechos humanos
básicos respetados.
Este concepto puede entenderse como una medida de la calidad de vida del ser humano en
una nación o sociedad determinada, que se aleja de las consideraciones puramente
económicas como son la medición del PBI (Producto Interno Bruto), por ejemplo.
Fue propuesto con esos fines por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
entidad internacional y multilateral encargada de medirlo, a través del Índice de Desarrollo
Humano (IDH) y su Informe Anual Mundial sobre el tema.
El PNUD define el Desarrollo humano como “el proceso de expansión de las capacidades
de las personas que amplían sus opciones y oportunidades”. A dicho proceso lo componen
el desarrollo social, el desarrollo económico y el desarrollo sostenible.
El desarrollo humano también puede comprenderse como la satisfacción de las necesidades
identificadas por Abraham Maslow (1908-1970) en su famosa pirámide.
Por otro lado, suele estudiarse dentro de comunidades específicas, identificadas
étnicamente, por género, por segmentación geográfica regional, local o incluso dentro de
una misma ciudad. De ese modo, puede estudiarse el grado de mejoramiento en la calidad
de vida de un cierto tipo de individuos y cotejarlo con el promedio general, o visualizar su
progresión en el tiempo.
Otro concepto sobre el desarrollo humano tenemos:
Se entiende por desarrollo humano al grado de satisfacción de las necesidades humanas
básicas y de respeto a los derechos humanos fundamentales, que una sociedad determinada
haya alcanzado. Es decir, se trata de un indicador de la calidad de vida que poseen los
ciudadanos de un país o una región determinada, en base a su capacidad de participar activa
y efectivamente en la construcción de una sociedad próspera en términos materiales y
espirituales.
La más importante de las organizaciones encargadas en el mundo de medir y estudiar el
desarrollo humano es el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual
lo define como “el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían
sus opciones y oportunidades”, lo cual toma en consideración variantes más simples como
el desarrollo económico, el desarrollo social y el desarrollo sostenible. Esta organización,
adscrita a la ONU, se encarga de elaborar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) con el que
se miden y comparan las distintas calidades de vida entre los países del mundo.
Resumen de los contenidos de los Informes sobre desarrollo humano
1990 La definición del concepto de desarrollo humano y la propuesta del índice de
desarrollo humano (IDH). Contiene las bases teóricas del enfoque.
1991 La financiación del desarrollo humano. Propone la reestructuración de los actuales
presupuestos de ayuda al desarrollo por entender que en ellos se ofrecen suficientes
recursos para financiar los servicios sociales básicos para todas las personas, y que es la
falta de voluntad política más que la escasez de recursos financieros lo que impide alcanzar
ese objetivo.
1992 Las dimensiones internacionales del desarrollo humano. La tesis central es que para
conseguir el acceso equitativo a las oportunidades que ofrece el mercado hay que extender
el campo de acción más allá de las fronteras nacionales y plantearse el sistema global.
Destaca las diferencias económicas entre la población más rica y la más pobre, que se han
doblado en las tres últimas décadas, y denuncia que una situación que se considera
inaceptable política y socialmente para cualquier país, sin embargo se acepta a nivel global.
1993 La participación popular. Denuncia la realidad de nuestro mundo, marcada por las
diferencias, donde muy pocas personas tienen la oportunidad de participar plenamente en la
vida económica y política de sus países. Las propuestas políticas deben asegurar que la
gente participe plenamente en los mercados y que sus beneficios se distribuyan
equitativamente. Se necesitan nuevos modelos de gobierno nacional y global para poder
integrar las aspiraciones crecientes de las personas. La creciente ola de participación
popular debe canalizarse hacia la fundación de una nueva sociedad humana, en la que las
personas tomen por fin el destino en sus manos.
1994 La seguridad humana. El concepto tradicional de seguridad debe modificarse en la
post-Guerra Fría y ahora debe interpretarse como la seguridad de las personas en sus vidas
cotidianas. La seguridad humana debe mirarse como universal, global e indivisible. Este
concepto emergente de seguridad humana conlleva muchos cambios de pensamiento y una
nueva visión de las funciones de la cooperación para el desarrollo.
1995 La cuestión de género. Plantea las múltiples dimensiones de las desigualdades en
función del género, como una aportación a la Conferencia Mundial de Beijing que tuvo
lugar ese año. Propone dos nuevos indicadores: el índice de desarrollo relativo al género y
el índice de potenciación de género.
1996 La relación entre crecimiento económico y desarrollo humano.
1997 La pobreza humana. Analiza la situación de pobreza en el mundo y propone el
índice de pobreza humana como indicador de pobreza propio del enfoque de desarrollo
humano.
1998 La relación entre los modelos de consumo y el desarrollo humano.
1999 La globalización. El Informe hace una fuerte denuncia de los efectos desigualadores
de la globalización.
2000 Los derechos humanos[Defensa de los derechos humanos, Declaración Universal de
los Derechos Humanos].
3.2. El desarrollo como impulsor del ser humano.
Si bien la definición actual de desarrollo humano va más allá de los indicadores
económicos, el poder económico sigue siendo la única herramienta por la que se impulsa el
desarrollo. Los países ricos invierten poder económico principalmente en infraestructuras y
servicios centralizados que, a su vez, hacen que la sociedad pueda retroalimentar el poder
mediante, por ejemplo, impuestos. Pero, ¿es este modelo de poder económico como único
motor de desarrollo sostenible y adecuado para todas las sociedades? Los países con
instituciones débiles pierden poder económico a través de la corrupción, por ejemplo. Si el
desarrollo no fuera posible únicamente a través del poder de la moneda económica, ¿podría
reducirse la pérdida de desarrollo para esos países? ¿Y podemos confiar en que los
gobiernos proveerán para todos, cuando globalmente, incluso la democracia ha sido
sacudida por el uso de información errónea con fines políticos?
Entonces, exploremos lo que sucedería si cambiáramos la expectativa, el vocabulario, la
narrativa, el espíritu mismo del desarrollo humano, a uno en el que la propiedad del
desarrollo no recaiga tanto en las estructuras gubernamentales sino más bien en las
estructuras individuales y comunitarias empoderadas. al suelo.
Debemos enfatizar que no se trata de transferir completamente la propiedad del gobierno a
los individuos, sino de una mayor participación en la propiedad. Más importante aún, se
trata del espíritu de empoderar a las personas para que sean más resilientes por sí mismas.
Este podría ser un tema muy delicado en muchos países, ya que implica cambiar la forma
en que hemos sido preparados para pensar como sociedad. Esto es especialmente cierto en
sociedades muy desiguales donde se espera que el gobierno provea a los pobres, dada la
cantidad de ricos que hay dentro de esa sociedad. Una anécdota de la Sudáfrica rural para
ilustrar esto: al intentar instalar digestores de biogás para desechos humanos en una aldea
remota, los implementadores del proyecto enfrentaron un desafío de adopción por parte de
la comunidad local, y se les preguntó '¿por qué deberíamos tener que palear los nuestros?
¿Mierda cuando los ricos del país pueden presionar un interruptor?
Compartir la propiedad no implica la eliminación de la responsabilidad de los gobiernos de
servir a su pueblo, ni implica una menor necesidad de estructuras de gobierno en la
sociedad. Una narrativa del desarrollo centrado en el ser humano que es propiedad de los
propios seres humanos significa que las estructuras de gobierno centran sus energías más en
el empoderamiento de las personas y las comunidades para cumplir los objetivos de
desarrollo, permitiendo que el desarrollo humano florezca en su propio contexto.
En la práctica, esto significaría que lograr el objetivo del hambre cero, por ejemplo, se basa
en el espíritu de desconectar este objetivo de la dependencia económica y avanzar hacia la
inversión en la autosostenibilidad. En lugar de invertir en alimentos más baratos mediante
importaciones y producción en masa, o trasladar grandes cantidades de alimentos a grandes
distancias, a menudo a costa del valor nutricional y del medio ambiente, los gobiernos
invertirían más en empoderar a las personas proporcionándoles acceso a la tierra y
estimulando los huertos comunitarios. , difundiendo la educación sobre técnicas sostenibles
de producción de alimentos y nutrición. Cambiar la narrativa significa cambiar la forma en
que pensamos sobre un objetivo de desarrollo en particular.
Es importante destacar que la creación de un espíritu de empoderamiento significa que la
sociedad se vuelve menos dependiente de 'la economía' y un sistema más sostenido de
derechos humanos.impulsados se logra el desarrollo. Si el desarrollo tiene que ver con la
libertad, como descrito por Sakiko Fukuda-Parr En su contribución a este volumen, los
gobiernos pueden esforzarse por garantizar que su gente tenga la libertad de cuidarse a sí
misma. Desarrollo impulsado por el ser humano significa que un gobierno debería
esforzarse por empoderar a su pueblo, a través del conocimiento y los recursos, para que
pueda cuidarse a sí mismo y apropiarse de los medios de su desarrollo. Ahí es donde reside
la verdadera resiliencia.
En la educación e investigación astronómica, un gran enfoque está en la parte del
'conocimiento' del empoderamiento. Abordamos algunas de las preguntas más importantes
imaginables y empujamos los límites de la tecnología para tratar de encontrar respuestas:
¿de dónde vino el universo? ¿A dónde va? ¿Hay vida más allá del planeta Tierra? Sin
embargo, en los últimos años ha surgido el campo de la 'astronomía para el desarrollo',
donde, a través de estas preguntas, también intentamos inspirar a cada ser humano a darse
cuenta y liberar el increíble potencial de sus propias mentes. Nos esforzamos por crear
solucionadores de problemas. Usamos la emoción de la exploración para superar los límites
de nuestras habilidades de resolución de problemas y luego aplicamos estas habilidades
directamente a los desafíos del desarrollo en la tierra. Dentro de cada mente individual se
encuentra la capacidad de comprender la mecánica del universo, y esa capacidad, si se
apoya y celebra adecuadamente, nos llevaría más allá de los desafíos de hoy y los desafíos
imprevistos del mañana.
Un ejemplo para ilustrar: uno de los autores de este artículo llevó telescopios a un campo de
refugiados y explicó lo que la gente podía ver a través de él. En medio de toda la
desesperación y desesperanza que rodeaba el campamento, el autor se sintió abrumado por
preguntas, conversaciones y debates entusiastas sobre todo, desde la forma de la tierra hasta
la existencia de vida en otros planetas. Cuando una de las personas del campamento, que
había ayudado voluntariamente con las traducciones, estaba ayudando a empacar los
telescopios, apenas pudo contener su emoción: `` Nunca pensé que realmente podría
entender y explicar a la gente cosas como el planeta Júpiter ''. ! ' Continuó: 'Siempre quise
estudiar periodismo, pero nunca pensé que era lo suficientemente bueno. Pero si realmente
puedo entender algo como Júpiter, entonces sé que puedo hacer periodismo '. Una mente
inspirada puede hacer grandes cosas.
3.3. Aspectos sociales del desarrollo.
Cuando se habla de desarrollo social, se hace alusión al mejoramiento de las condiciones
del capital humano y el capital social de una sociedad determinada, es decir, el aumento en
su bienestar y en sus condiciones de producción y de vida. Una sociedad con mayor índice
de desarrollo social contará con individuos de mayor potencialidad en asuntos laborales,
con mayores capacidades de consumo de bienes y servicios, así como de satisfacción de sus
necesidades puntuales, de modo que este concepto está vinculado también al desarrollo
económico de dicha sociedad.
Sin embargo, lo que distingue al desarrollo social del meramente económico tiene que ver
con los aspectos políticos, sociales y tecnológicos de una sociedad, los cuales suelen estar
tan interrelacionados que resulta complejo estudiarlos por separado. Así, la inversión en la
educación, en el acceso a las tecnologías y en la estabilidad política y el acceso a la
participación y la organización social, son elementos fundamentales para garantizar a una
población su desarrollo social.
Características de desarrollo social
La ONU se preocupa tanto por los países en vía de desarrollo como los que se encuentran
en subdesarrollo o en pobreza
Los países que se encuentran en vía de desarrollo suelen ser los objetivos de grandes
industrias debido a que ven el potencial en los mismos.
Un país que no presenta mayor esfuerzo en el ámbito del desarrollo, suele verse afectado en
el área poblacional, puesto que los ciudadanos empezaran a emigrar en la búsqueda de
mejor bienestar para su vida.
Los países desarrollados compiten por posicionarse dentro de los diferentes ámbitos de
mayor impacto mundial para postularse como otra potencia mundial.
Los habitantes de los países que presentan déficit en las diversas areas de las que se encarga
el gobierno como la salud, la justicia y los ámbitos migratorios o ministeriales: tienden
padecer graves problemas psicológicos generados por consecuencia de los problemas
anteriormente nombrados.
3.4. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
¿Qué es?
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es la red
mundial de la ONU para el desarrollo, que propugna el cambio y hace
que los países tengan acceso al conocimiento, a la experiencia y a los
recursos necesarios para ayudar a que las personas se labren un futuro
mejor. El programa está presente en 177 países y territorios, y colabora
con gobiernos y ciudadanos para que den con sus propias soluciones
frente a los desafíos que plantea el desarrollo nacional y mundial. De
este modo, a medida que desarrollan su capacidad local, los países se
benefician del personal del PNUD y de su amplia variedad de asociados
para obtener resultados.
Asimismo, el PNUD es miembro fundador y copatrocinador de ONUSIDA,
asociado del Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis
y la Malaria (Fondo Mundial), y copatrocinador de otras asociaciones
de salud internacionales. La labor del PNUD en el ámbito del VIH, la
salud y el desarrollo impulsa las principales acciones y mandatos de la
organización en materia de desarrollo humano, gobernanza y desarrollo
de la capacidad; y sirve para complementar los esfuerzos de otras
agencias de las Naciones Unidas especializadas en la salud.
Por otra parte, el Plan Estratégico del PNUD 2014-2017 reconoce
el gran alcance de las consecuencias económicas y sociales que
ocasiona el VIH, así como la correlación existente entre la salud y el
desarrollo sostenible. Para hacer frente de forma eficaz al VIH, así como
a las futuras amenazas contra la salud y a los desafíos en materia de
desarrollo que estas implican, el PNUD afronta la cuestión del VIH de
forma transversal, centrándose en dos áreas de trabajo principalmente.
Por un lado, a través de la adopción de vías sostenibles de desarrollo;
por otro, reforzando una gobernanza democrática incluyente y efectiva.
¿Cuáles son los objetivos del PNUD?
Ayudamos a los países a desarrollar políticas, alianzas, habilidades de liderazgo,
capacidades institucionales y resiliencia con el fin de mantener los avances del desarrollo.
Además, trabajamos para fortalecer los nuevos marcos para el desarrollo, la reducción del
riesgo de desastres y el cambio climático.
El PNUD trabaja en unos 170 países y territorios, ayudando a erradicar la pobreza, reducir
las desigualdades y la exclusión y desarrollar la resiliencia para que los países puedan
progresar. Como agencia de desarrollo de la ONU, el PNUD desempeña un papel
fundamental para ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible
¿Que paises forman parte del PNUD?
Estados Árabes (8 miembros):
Algeria
Cameroon
Chad
Côte d’Ivoire
Ethiopia
Kenya
Lesotho
Nigeria
Países de Asia y el Pacífico (7 miembros)
Bangladesh
China
Iran (Islamic Republic of)
Kazakhstan
Myanmar
Republic of Korea
Qatar
Estados de Europa Oriental (4 miembros)
Republic of Moldova
Russian Federation
Slovakia
Ukraine
Países de América Latina y el Caribe (5 miembros)
Colombia
Costa Rica
Cuba
Ecuador
Guatemala
Países de Europa Occidental y otros Estados (12 miembros)
Belgium
Canada Denmark
Germany
Iceland Ireland Japan Norway
Sweden
Turkey
United Kingdom
United States
¿Como se financia?
A fin de cumplir con nuestro mandato, todos los fondos del PNUD provienen de
contribuciones voluntarias de los Estados Miembros de la ONU, las organizaciones
multilaterales, el sector privado y otros recursos, en calidad de contribuciones no reservadas
(recursos ordinarios) y contribuciones asignadas a una región, proyecto o área de desarrollo
en particular.
¿Qué problema plantea el PNUD?
Para el PNUD, ayudar a las personas a salir y mantenerse fuera de la pobreza es el enfoque
principal. Se incluye en nuestro trabajo a los gobiernos, comunidades y socios en los 170
países y territorios en los que operamos.
¿Dónde se encuentra la sede principal de PNUD?
El PNUD tiene su sede en la ciudad de Nueva York (EE-UU), pero principalmente realiza
sus actividades por conducto de sus oficinas en todo el mundo, la mayoría de las cuales
tienen su propio sitio Web.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) está presente en unos 170
países y territorios, trabajando para erradicar la pobreza y reducir las desigualdades y la
exclusión. Ayudamos a los países a desarrollar políticas, alianzas, habilidades de liderazgo,
capacidades institucionales y resiliencia con el fin de mantener los avances del desarrollo.
Además, trabajamos para fortalecer los nuevos marcos para el desarrollo, la reducción del
riesgo de desastres y el cambio climático.
Apoyamos los esfuerzos de los países para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible,
conocidos también como Objetivos Mundiales, que orientan las prioridades generales del
desarrollo hasta 2030.
¿Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos
Globales, fueron adoptados por las Naciones Unidas en 2015 como un llamamiento
universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas
las personas disfruten de paz y prosperidad.
Los 17 ODS están integrados: reconocen que la acción en un área afectará los resultados en
otras áreas y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad social, económica y
ambiental. Los países se han comprometido a priorizar el progreso de los más rezagados.
Los ODS están diseñados para acabar con la pobreza, el hambre, el sida y la discriminación
contra mujeres y niñas.
La creatividad, el conocimiento, la tecnología y los recursos financieros de toda la sociedad
son necesarios para alcanzar los ODS en todos los contextos.
Objetivo 1
FIN DE LA POBREZA
Erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los principales desafíos que
enfrenta la humanidad. Si bien la cantidad de personas que viven en la extrema pobreza
disminuyó en más de la mitad entre 1990 y 2015, aún demasiadas luchan por satisfacer las
necesidades más básicas.
Para el año 2015, a nivel mundial, alrededor de 736 millones de personas aún viven con
menos de USD 1,90 al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y
saneamiento adecuados. El crecimiento económico acelerado de países como China y la
India ha sacado a millones de personas de la pobreza, pero el progreso ha sido disparejo. La
posibilidad de que las mujeres vivan en situación de pobreza es desproporcionadamente alta
en relación con los hombres, debido al acceso desigual al trabajo remunerado, la educación
y la propiedad.
Los avances también han sido limitados en otras regiones, como Asia meridional y África
subsahariana, donde vive el 80 % de la población mundial que se encuentra en condiciones
de extrema pobreza. Además, las nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los
conflictos y la inseguridad alimentaria necesitan mayores esfuerzos para sacar a las
personas de la pobreza.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un compromiso audaz para poner fin a
la pobreza en todas sus formas y dimensiones para 2030. Esto requiere enfocarse en los más
vulnerables, aumentar el acceso a los recursos y servicios básicos y apoyar a las
comunidades afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima.
Objetivo 2
HAMBRE CERO
Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola en las
últimas dos décadas, el número de personas desnutridas disminuyó casi a la mitad. Muchos
países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en condiciones de satisfacer las
necesidades nutricionales de los más vulnerables. Regiones como Asia Central y Oriental y
América Latina y el Caribe han avanzado enormemente en la erradicación del hambre.
Desgraciadamente, el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el
desarrollo de muchos países. Se estima que 821 millones de personas sufrían de
desnutrición crónica al 2017, a menudo como consecuencia directa de la degradación
ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños menores de
cinco años tienen un peso peligrosamente bajo. La desnutrición y la inseguridad alimentaria
parece estar incrementándose tanto en casi todas las de regiones de África, como en
América del Sur.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre y
desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a
una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta tarea implica promover
prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores y el acceso
igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados. Además, se requiere el fomento de la
cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología
necesaria para mejorar la productividad agrícola.
Objetivo 3
SALUD Y BIENESTAR
Hemos logrado grandes avances en la lucha contra varias de las principales causas de
muerte y enfermedades. La esperanza de vida ha aumentado drásticamente, las tasas de
mortalidad infantil y materna han disminuido, hemos cambiado el curso del VIH y la
mortalidad por la malaria se ha reducido a la mitad.
La buena salud es esencial para el desarrollo sostenible y la Agenda 2030 refleja la
complejidad y la interconexión de ambos. Toma en cuenta la ampliación de las
desigualdades económicas y sociales, la rápida urbanización, las amenazas para el clima y
el medio ambiente, la lucha continua contra el VIH y otras enfermedades infecciosas, y los
nuevos problemas de salud, como las enfermedades no transmisibles. La cobertura
universal de salud será integral para lograr el ODS 3, terminar con la pobreza y reducir las
desigualdades. Las prioridades de salud global emergentes que no se incluyen
explícitamente en los ODS, incluida la resistencia a los antimicrobianos, también demandan
acción.
Sin embargo, el mundo no está bien encaminado para alcanzar los ODS relacionados con la
salud. El progreso ha sido desigual, tanto entre países como dentro de ellos. Sigue habiendo
una discrepancia de 31 años entre los países con la esperanza de vida más corta y la más
larga. Si bien algunos han logrado avances impresionantes, los promedios nacionales
ocultan el hecho de que algunas poblaciones, grupos y comunidades se están quedando
atrás. Los enfoques multisectoriales, basados en los derechos y con perspectiva de género,
son esenciales para abordar las desigualdades y asegurar una buena salud para todas las
personas.
Objetivo 4
EDUCACIÓN DE CALIDAD
Desde el año 2000 se ha registrado un enorme progreso en la meta relativa a la educación
primaria universal. La tasa total de matrícula alcanzó el 91 % en las regiones en desarrollo
en 2015 y la cantidad de niños que no asisten a la escuela disminuyó casi a la mitad a nivel
mundial. También ha habido aumentos significativos en las tasas de alfabetización y más
niñas que nunca antes asisten hoy a la escuela. Sin duda, se trata de logros notables.
Sin embargo, el progreso también ha sido difícil en las regiones en desarrollo debido a los
altos niveles de pobreza, conflictos armados y otras emergencias. En Asia Occidental y el
Norte de África, los conflictos armados en curso han aumentado la proporción de niños que
no asisten a la escuela, constituyendo una tendencia preocupante. Si bien África
subsahariana consiguió los avances más notables en la matriculación en la escuela primaria
entre todas las regiones en desarrollo (de 52 % en 1990 a 78 % en 2012), aún hay grandes
disparidades, especialmente entre las zonas rurales y urbanas. Por su parte, los niños de los
hogares más pobres tienen hasta cuatro veces más probabilidades de no asistir a la escuela
que aquellos provenientes de familias con más recursos.
El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos se basa en la firme
convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y probados para
garantizar el desarrollo sostenible. Con este fin, el objetivo busca asegurar que todas las
niñas y niños completen su educación primaria y secundaria gratuita para 2030. También
aspira a proporcionar acceso igualitario a formación técnica asequible y eliminar las
disparidades de género e ingresos, además de lograr el acceso universal a educación
superior de calidad.
Objetivo 5
IGUALDAD DE GÉNERO
Terminar con las formas de discriminación contra las mujeres y niñas no es solo un derecho
humano básico, sino que además es crucial para el desarrollo sostenible. Se ha demostrado
una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a
promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial.
El PNUD le ha otorgado a la igualdad de género un lugar central en su trabajo y hemos
visto un progreso notable en los últimos 20 años. Más niñas van a la escuela que hace 15
años, y la mayoría de las regiones ha alcanzado la paridad de género en la educación
primaria.
Pero aunque hay más mujeres que nunca en el mercado laboral, todavía hay grandes
desigualdades en algunas regiones, y sistemáticamente a las mujeres se les niegan los
mismos derechos laborales que tienen los hombres. La violencia y la explotación sexual, la
división desigual del trabajo no remunerado -tanto doméstico como en el cuidado de otras
personas- y la discriminación en la toma de decisiones en el ámbito público son grandes
obstáculos que aún persisten. El cambio climático y los desastres continúan teniendo un
efecto desproporcionado en las mujeres y los niños, al igual que el conflicto y la migración.
Garantizar el acceso universal a salud reproductiva y sexual y otorgar a la mujer derechos
igualitarios en el acceso a recursos económicos, como tierras y propiedades, son metas
fundamentales para conseguir este objetivo. Hoy, más mujeres que nunca ocupan cargos
públicos, pero alentar a más mujeres para que se conviertan en líderes ayudará a alcanzar
una mayor igualdad de género.
Objetivo 6
AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO
La escasez de agua afecta a más del 40 % de la población mundial, una cifra alarmante que
probablemente crecerá con el aumento de las temperaturas globales producto del cambio
climático. Aunque 2.100 millones de personas han conseguido acceso a mejores
condiciones de agua y saneamiento desde 1990, la decreciente disponibilidad de agua
potable de calidad es un problema importante que aqueja a todos los continentes.
Cada vez más países están experimentando estrés hídrico, y el aumento de las sequías y la
desertificación ya está empeorando estas tendencias. Se estima que al menos una de cada
cuatro personas se verá afectada por escasez recurrente de agua para 2050.
Con el fin de garantizar el acceso universal al agua potable segura y asequible para todos en
2030, es necesario realizar inversiones adecuadas en infraestructura, proporcionar
instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene.
Asegurar el agua potable segura y asequible universal implica llegar a más de 800 millones
de personas que carecen de servicios básicos y mejorar la accesibilidad y seguridad de los
servicios por más de dos mil millones.
En 2015, 4.500 millones de personas carecían de servicios de saneamiento administrados de
manera segura (con excrementos adecuadamente dispuestos o tratados) y 2.300 millones
carecían incluso de saneamiento básico.
Objetivo 7
ENERGÍA ASEQUIBLE Y NO CONTAMINANTE
Entre los años 2000 y 2018, la cantidad de personas con acceso a energía eléctrica aumentó
de 78 a 90 % y el número de personas sin energía bajó a 789 millones.
Sin embargo, a la par con el crecimiento de la población mundial, también lo hará la
demanda de energía accesible, y una economía global dependiente de los combustibles
fósiles está generando cambios drásticos en nuestro clima.
Para alcanzar el ODS 7 para 2030, es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como
la solar, eólica y termal y mejorar la productividad energética.
Expandir la infraestructura y mejorar la tecnología para contar con energía limpia en todos
los países en desarrollo, es un objetivo crucial que puede estimular el crecimiento y a la vez
ayudar al medio ambiente.
Objetivo 8
TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
Durante los últimos 25 años, la cantidad de trabajadores que viven en condiciones de
pobreza extrema ha disminuido drásticamente, pese al impacto de la crisis económica de
2008 y las recesiones globales. En los países en desarrollo, la clase media representa hoy
más del 34 % del empleo total, una cifra que casi se triplicó entre 1991 y 2015.
Sin embargo, mientras la economía mundial continúa recuperándose presenciamos un
crecimiento más lento, un aumento de las desigualdades y un déficit de empleos para
absorber la creciente fuerza laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), en 2015 hay más de 204 millones de personas desempleadas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible apuntan a estimular el crecimiento económico
sostenible mediante el aumento de los niveles de productividad y la innovación tecnológica.
Fomentar políticas que estimulen el espíritu empresarial y la creación de empleo es crucial
para este fin, así como también las medidas eficaces para erradicar el trabajo forzoso, la
esclavitud y el tráfico humano. Con estas metas en consideración, el objetivo es lograr
empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos los hombres y mujeres para
2030.
Objetivo 9
INDUSTRIA, INNOVACIÓN E INFRAESTRUCTURA
La inversión en infraestructura y la innovación son motores fundamentales del crecimiento
y el desarrollo económico. Con más de la mitad de la población mundial viviendo en
ciudades, el transporte masivo y la energía renovable son cada vez más importantes, así
como también el crecimiento de nuevas industrias y de las tecnologías de la información y
las comunicaciones.
Los avances tecnológicos también con esenciales para encontrar soluciones permanentes a
los desafíos económicos y ambientales, al igual que la oferta de nuevos empleos y la
promoción de la eficiencia energética. Otras formas importantes para facilitar el desarrollo
sostenible son la promoción de industrias sostenibles y la inversión en investigación e
innovación científicas.
Más de 4.000 millones de personas aún no tienen acceso a Internet y el 90 % proviene del
mundo en desarrollo. Reducir esta brecha digital es crucial para garantizar el acceso
igualitario a la información y el conocimiento, y promover la innovación y el
emprendimiento.
Objetivo 10
REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
La desigualdad de ingresos está en aumento: el 10 % más rico de la población se queda
hasta con el 40 % del ingreso mundial total, mientras que el 10 % más pobre obtiene solo
entre el 2 y el 7 % del ingreso total. En los países en desarrollo, la desigualdad ha
aumentado un 11 %, si se considera el aumento de la población.
La desigualdad de ingresos ha aumentado en casi todas partes en las últimas décadas, pero a
diferentes velocidades. La más baja es en Europa y la más alta es en el Medio Oriente.
Para frenar este aumento de las disparidades, es necesario adoptar políticas sólidas que
empoderen a las personas de bajos ingresos y promuevan la inclusión económica de todos y
todas, independientemente de su género, raza o etnia.
La desigualad de ingresos es un problema mundial que requiere soluciones globales. Estas
incluyen mejorar la regulación y el control de los mercados y las instituciones financieras y
fomentar la asistencia para el desarrollo y la inversión extranjera directa para las regiones
que más lo necesiten. Otro factor clave para salvar esta distancia es facilitar la migración y
la movilidad segura de las personas.
Objetivo 11
CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES
Más de la mitad de la población mundial vive hoy en zonas urbanas. En 2050, esa cifra
habrá aumentado a 6.500 millones de personas, dos tercios de la humanidad. No es posible
lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que construimos y
administramos los espacios urbanos.
El rápido crecimiento de las urbes en el mundo en desarrollo, como resultado de la
creciente población y del incremento en la migración, ha provocado un incremento
explosivo de las mega urbes, especialmente en el mundo desarrollado, y los barrios
marginales se están convirtiendo en una característica más significativa de la vida urbana.
Mejorar la seguridad y la sostenibilidad de las ciudades implica garantizar el acceso a
viviendas seguras y asequibles y el mejoramiento de los asentamientos marginales.
También incluye realizar inversiones en transporte público, crear áreas públicas verdes y
mejorar la planificación y gestión urbana de manera que sea participativa e inclusiva.
Objetivo 12
PRODUCCIÓN Y CONSUMO RESPONSABLES
Para lograr crecimiento económico y desarrollo sostenible, es urgente reducir la huella
ecológica mediante un cambio en los métodos de producción y consumo de bienes y
recursos. La agricultura es el principal consumidor de agua en el mundo y el riego
representa hoy casi el 70 % de toda el agua dulce disponible para el consumo humano.
La gestión eficiente de los recursos naturales compartidos y la forma en que se eliminan los
desechos tóxicos y los contaminantes son vitales para lograr este objetivo. También es
importante instar a las industrias, los negocios y los consumidores a reciclar y reducir los
desechos, como asimismo apoyar a los países en desarrollo a avanzar hacia patrones
sostenibles de consumo para 2030.
El consumo de una gran proporción de la población mundial sigue siendo insuficiente para
satisfacer incluso sus necesidades básicas. En este contexto, es importante reducir a la
mitad el desperdicio per cápita de alimentos en el mundo a nivel de comercio minorista y
consumidores para crear cadenas de producción y suministro más eficientes. Esto puede
aportar a la seguridad alimentaria y llevarnos hacia una economía que utilice los recursos
de manera más eficiente.
Objetivo 13
ACCIÓN POR EL CLIMA
No hay país en el mundo que no haya experimentado los dramáticos efectos del cambio
climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando y hoy son
un 50 % superior al nivel de 1990. Además, el calentamiento global está provocando
cambios permanentes en el sistema climático, cuyas consecuencias pueden ser irreversibles
si no se toman medidas urgentes ahora.
Las pérdidas anuales promedio causadas solo por catástrofes relacionadas al clima alcanzan
los cientos de miles de millones de dólares, sin mencionar el impacto humano de las
catástrofes geofísicas, el 91 % de las cuales son relacionadas al clima, y que entre 1998 y
2017 tomaron la vida de 1,3 millones de personas y dejaron a 4.400 millones heridas. El
objetivo busca movilizar USD 100.000 millones anualmente hasta 2020, con el fin de
abordar las necesidades de los países en desarrollo en cuanto a adaptación al cambio
climático e inversión en el desarrollo bajo en carbono.
Apoyar a las regiones más vulnerables contriubuirá directamente no solo al Objetivo 13
sino tamién a otros Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estas acciones deben ir de la mano
con los esfuerzos destinados a integrar las medidas de reducción del riesgo de desastres en
las políticas y estrategias nacionales. Con voluntad política y un amplio abanico de medidas
tecnológicas, aún es posible limitar el aumento de la temperatura media global a dos grados
Celsius por encima de los niveles pre-industriales, apuntando a 1,5 °C. Para lograrlo, se
requieren acciones colectivas urgentes.
Objetivo 14
VIDA SUBMARINA
Los océanos del mundo, su temperatura, composición química, corrientes y vida son el
motor de los sistemas globales que hacen que la Tierra sea un lugar habitable para los seres
humanos. La forma en que gestionamos este recurso vital es fundamental para la
humanidad y para contrarrestar los efectos del cambio climático.