Don Quijote
Don Quijote
Don Quijote
Acto 1:
Don Quijote: Muy bien, gracias por preguntar. He estado meditando sobre mi pasado y creo haber
encontrado la paz interior.
Barbero: Nos alegra oír eso, don Quijote. Nos preocupaba que tuvieras una recaída.
Don Quijote: No os preocupéis por mí. Estoy más cuerdo que nunca.
Cura: Me alegro de oír eso. Pero tengo que preguntarte algo para estar seguro de que estás en tus
cabales.
Cura: He oído que los turcos planean atacar nuestras costas con una poderosa armada. ¿Qué
opinas al respecto?
Don Quijote: Si me lo permitís, os diré que la potestad del turco no es rival para un puñado de
caballeros andantes. Con un poco de valor y coraje, podemos derrotarles.
Barbero: Eres un hombre valiente, don Quijote. Me alegra oír esas palabras.
Acto 2:
Don Quijote: Lo siento, sobrina, pero no puedo. Soy un hombre distinto al que era antes. No quiero
volver a cometer los mismos errores.
Ama: ¿Qué quieres aquí, Sancho? Eres tú quien empuja a mi amo y le lleva por esos andurriales.
Sancho: (exaltado) Ama de Satanás, el empujado y el llevado por esos andurriales soy yo; que me
prometió una ínsula y hasta ahora la espero.
Don Quijote: No digas eso, Sancho. Juntos salimos y juntos peregrinamos; una misma fortuna ha
corrido para los dos.
Sancho: (dudoso) Así había de ser, pero debo deciros que el vulgo tiene a vuestra merced por
grandísimo loco, y a mí por no menos mentecato. Y eso es nada. Anoche llegó el hijo de Bartolomé
Carrasco, que viene de Salamanca hecho bachiller, y me dijo que andaba ya en libros la historia de
vuestra merced, con todas las cosas que pasamos nosotros a solas, que me hice cruces de espanto
de cómo las pudo saber el que las escribió.
Don Quijote: (sorprendido) ¿Verdad que hay una historia sobre mí?
Acto I
Escena 1
Don Quijote va pensativo, cuando Sancho le saca de su ensimismamiento. Tras una breve
conversación, aparece una carreta con extraños personajes. Don Quijote se emociona al creer que
se le presenta una gran aventura y se enfrenta a los actores para saber quiénes son.
Escena 2
Uno de los actores se presenta como el diablo y les explica que son de la compañía de Angulo el
Malo, que se dedica a hacer representaciones teatrales. Don Quijote se desilusiona al saber que no
hay peligrosa aventura por delante.
Acto II
Escena 1
Uno de los actores empieza a dar grandes saltos, lo que asusta a Rocinante, quien huye con su amo
a lomos. Don Quijote quiere vengarse del actor, pero Sancho le aconseja que es mejor dejarlo
pasar.
Escena 2
Por la noche, don Quijote y Sancho duermen en el campo. Don Quijote es despertado por dos
hombres a caballo, uno de los cuales hace ruido de armas al caerse de su silla. Don Quijote se
despierta sobresaltado.
Acto III
Escena 1
Los dos hombres a caballo resultan ser amigos de don Quijote, quienes han venido a verlo y
acompañarlo en su aventura. Don Quijote se emociona al ver a sus amigos y les cuenta sus
aventuras.
aquí te presento una posible obra de teatro con tres personajes principales: Don Quijote, Sancho
Panza y don Diego de Miranda
Escena 1:
Don Quijote: (con alegría y contento) ¡Vamos, Sancho! ¡Nada puede detenernos en esta jornada!
Don Quijote: (a don Diego) Señor, si vuestra merced lleva el mismo camino que nosotros, ¿nos
permitiría que viajáramos juntos?
Don Diego: (mirando a Don Quijote) Por supuesto, caballero. Me llamo don Diego de Miranda, un
hombre sencillo y amante de los libros.
Sancho Panza: (interviniendo) Y yo soy Sancho Panza, escudero fiel de mi señor Don Quijote.
Don Quijote: (orgullosamente) Soy don Quijote de la Mancha, también conocido como el Caballero
de la Triste Figura.
Don Diego: (asombrado) He oído hablar mucho de vos, caballero. Pero, ¿cómo es que lleváis un
escudero y un caballo tan modesto?
Sancho Panza: (ofendido) ¡Mi rucio es el más honesto del mundo! Y jamás ha hecho ninguna vileza.
Don Quijote: (interviniendo) Y Sancho es mi leal escudero, quien me acompaña en todas mis
aventuras.
Don Diego: (admirado) Vaya, sois un caballero verdaderamente valiente y fiel a vuestras
convicciones.
Escena 2:
Don Diego: (hablando de su vida) Paso la vida con mi mujer, mis hijos y amigos. Tengo una gran
colección de libros, de los que disfruto con gran deleite.
Don Diego: (respondiendo) Solo uno, que ha estudiado en Salamanca durante ocho años. Pero
ahora, solo quiere estudiar poesía.
Don Quijote: (interviniendo) Los hijos son pedazos de las entrañas de sus padres. Y debemos
amarlos, sean buenos o malos. Aunque, tu hijo no debería despreciar la poesía en romance, es una
forma de arte muy valiosa.
Escena 3:
Don Quijote: (con humildad) Muchas gracias, don Diego. Pero recuerde que soy solo un hombre, y
tengo muchas fallas como cualquier otro.
Don Diego: (riendo) Tienen razón, Sancho. Y vuestro caballero es una inspiración para todos los
que lo conocen.
Personajes:
- Don Quijote
- Sancho Panza
- Cocineros y cocineras
- Labradores y labradoras
- Basilio
Diálogos:
Don Quijote y Sancho llegan a un lugar donde se está llevando a cabo una gran celebración de
bodas.
Sancho: (roncando)
Don Quijote: (observando a Sancho) "Ni la ambición te inquieta, ni la pompa vana del mundo te
fatiga, pues los límites de tus deseos no se extienden a más que a dar pienso a tu jumento.
Duerme el criado, y está velando el señor, pensando cómo le ha de sustentar, mejorar y hacer
mercedes."
Sancho: (despertando) "De la parte de esta enramada, si no me engaño, sale un tufo más de
asados que de juncos y tomillo bodas que por tales olores comienzan deben de ser abundantes y
generosas."
Don Quijote: "Acaba, glotón. Ven, iremos a ver esos desposorios."
Sancho y Don Quijote se acercan a la celebración y ven que hay un gran banquete y fiesta.
Cocinero: (a Sancho) "Sobre este día no tiene jurisdicción el hambre. Apeaos, mirad si hay ahí un
cucharón, espumad de la olla una gallina o dos, y buen provecho os haga."
Don Quijote observa cómo llegan los labradores y labradoras, todos vestidos de fiesta.
Labradores: "¡Vivan Camacho y Quiteria, él tan rico como ella hermosa, y ella la más hermosa del
mundo!"
Don Quijote: (para sí) "Bien parece que éstos no han visto a mi Dulcinea del Toboso."
Luego, empiezan a entrar diferentes danzas de mozas con guirnaldas compuestas de jazmines,
rosas, amaranto y madreselva.
En ese momento, se escucha una voz que interrumpe la celebración y todos se voltean a ver a un
hombre vestido de negro que resulta ser Basilio.
Basilio: "Bien sabes, ingrata Quiteria, que, viviendo yo, tú no puedes tomar esposo. ¡Muera pues el
pobre Basilio, cuya pobreza cortó las alas de su dicha y le puso en la sepultura!"
Basilio desenvaina medio estoque del bastón y se arroja sobre él mostrando la punta sangrienta a
las espaldas. Sus amigos acuden a socorrerle, y el cura sugiere que no le saquen el estoque hasta
confesarle.
Basilio: "Si quisieses, cruel Quiteria, darme en este último trance la mano de esposa, aún pensaría
que mi temeridad tendría disculpa."
Camacho, sin saber qué hacer ni qué decir, escucha las voces de los amigos de Basilio