RE - Vol 01 - 07

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COLABORACIONES

¿POR QUE UNA "TEO- palabra, carecen hoy en su mayoría de


una cultura que les dé derecho a entrar
RIA" DE LA ARQUITEC- legítimamente en el debate histórico. La
TURA? cultura de los arquitectos -concluye- está
ligada demasiado frecuentemente sU
polémica"2.
Juan Miguel Ochotorena Elicegui
El recelo, la alarma incluso, ante la
hiperteorización de una disciplina de
suyo eminentemente práctica. e inmersa
en unas condiciones de desarrollo ope-
Se me brinda la oportunidad de escri- rativo ya por sí más que complejas,
podría inducir en más de una ocasión a
bir en el primer número de la Revista un cauto y hasta reconfirmado refugiarse
de Edificación, publicación que en el seguro parapeto de lo pragmático,
parece desea compaginar un tono gene- a la búsqueda de una progresivamente
ral de tipo técnico con incursiones en la creciente eficiencia técnica. La actitud se
teoría, la historia o el diseño. Nunca más refuerza, al cabo, visto el mar de confu-
a propósito, entonces, la pregunta: ¿por siones, quizá con manifestaciones ex-
qué una "teoría" de la arquitectura? tremas de cierta gratuita frivolidad, en
La cuestión se hace especialmente que la arquitectura se encuentra
acuciante en un momento en el que la sumergida en las últimas décadas por lo
profesión asiste a la proliferación de que se refiere a su expresión plástica :
títulos históricos, historiográficos y de dé- una pluralidad entrópica de alternativas
bate ideológico aplicado a la arquitec- linguísticas defendidas en términos de
tura, fruto de un de un despliegue edito- opción histórica a menudo desde angu-
rial sin precedentes. El problema se laciones puramente formalistas. El
agrava cuando se compueba que no se repliegue hacia un ejercicio razonable
trata de un bombardeo exterior más o del oficio, atento a los procesos -
menos poderoso, sino que la misma constructivos de la forma y sin prejuicios
profesión lo alienta desde circulos de ni especiales intereses estilísticos,·
opinión organizados en torno a las re- aparece entonces como efecto de la sa-
vistas especializadas y también en los turación de imágenes característica de la
propios ambientes académicos. El peli- memoria postmoderna, reponiendo corL·
gro que advierte un observador ajeno, alivio escarmentado el objetivo último e
particularmente quien se ocupa de pen- ineludible de la arquitectura de servir a la
sar en la arquitectura desde puntos de demanda social mas inmediata,
vista más próximos a su realidad cons- cumpliendo y satisfaciendo sus exigen-
tructiva o de gestión, es el de la posible cias mínimas con unos . indispensables
disociación esquizofrénica entre un resultados, realmente mensurables,- én
pragmático comercio del espacio y la términos de eficacia.
sofisticación autorreflexiva de las cada
vez más eruditas, lejanas y difíciles Pero ... : ¿no era precisamente el ideal
"culturas" de las élites arquitectónicas: de eficacia el estandarte de la vanguar-
disociación cuya consideración remite a dia heroica del Movimiento Moderno,
la pemanente contradicción que supone hace ya sesenta años? ¿y no ha -sido
el intento de construir la realidad a partir acaso su. desarrollo histórico lineal el
de uh mundo imaginario. Mas todavía, la caldo de culfivo de la teorización de la
visión de la explosión literaria experi- arquitectura en términos programáticos,
mentada últimamente en el seno de una con vistas a su transformación histórica y,
soci~dad cuya dirección el) el más am- en último término, a su actualización for-
plio sentido parece ser asumida progre- mal? ¿no es precisamente esta dinámica
sivamente por los mass-media y las la que deriva necesariamente en la dia-
léctica irreductible del enfrentamiento de
técnicas de marketing publicitario -el artisticidad e instrumentalidad de la ar-
"éxtasis de la comunicación ó,'l -, abona la quitectura, de compromiso social y auto-
desconfianza hacia todo lo que recae nomía disciplinar, para terminar en el es-
bajo el título "teoría de la arquitectura" cepticismo crítico y el subjetivismo inter-
com9 algo que no toca directamente a pretativo que sólo permiten el acuerdo
los problemas prácticos del ejercicio de básico en el reconocimiento extremo de
proyecto y puede ser manipulado y des- la condición de la propia viabilidad
orbitado, a la postre, en dependencia de pragmática de la arquitectura: su eficacia
los mecanismos de mercado, en función (eso sí, ahora ya como una afirmación
de sus expectativas de consumo. Por fin, inevitable hecha al regreso, en retirada,
gozarían también de plena vigencia en de una demasiado ingenua aventura
esta perspectiva las reservas expresadas utópica)? ¿se trata acaso de reiniciar la
por Bruno Zevi respecto de la especu- andadura de ese círCulo vicioso el de la
lación propia de los arquitectos : "los ar- dicotomía forma-función establecida
quitectos profesionales, que por sufrir los como dilema en términos dialécticos, de
problemas de la edificación contem- oposición?
poránea tienen una profunda pasión por
la arquitectura, en el sentido vivo de la La cuestión remite al análisis de las
bases de la conciencia moderna y a la

1 Cfr. J. BEAUDRILLARD, "El éxtasis de la comu-


nicación", en H. Foster ed., La postmoderni- 2 B. ZEVI, Saber ver la arquitectura, Poseidón,
dad, Kairós, Barcelona 1985. Barcelona 1976, pág. 13.

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revisión crítica del "proYQcto moderno" problemas de forma: sólo problemas de


tomado en toda su amplitud, en general: construcción. La forma no es el objetivo
un problema de raíces filosóficas una de de nuestro trabajo, sino sólo el resultado.
cuyas expresiones es la modernidad ar- La forma por sí misma no existe ... "6; etc.
quitectónica, como modo de enfrentarse Pero la historia ha confirmado implaca-
al ejercicio de proyecto presente ya en la blemente la inviabilidad de ese
historia al menos desde la lIustración3 , y propósito: Venturi, Stern, Rowe, etc., han
que. tiene como consecuencia, precisa- hecho hincapié en lo engaf'íoso de su
mente, un cambio trascendental en la puesta en práctica, en una arquitectura
definición del espacio del discurso que, pretendiéndose la exclusivamente
teórico aplicado a la disciplina; cambio funcional, no sólo no lo era sino que
que es correlativo del historicismo además tampoco lo procuraba de hecho,
básico que argumenta, la define como al ser concebida siempre en dependen-
tales, las actitudes de modernidad. Pero, cia de patrones estilísticos -el Estilo In-
dejando aparte tan ambiciosas y eleva- ternacional al fin- a los que quedaba
das perspectivas, entre otrás razones por confiada la mera significación simbólica
lo inabarcable de sus desarrollos en de aquella funcionalidad. La estricta
unas pocas líneas, cabe fijar la atención adaptación de la forma a la finalidad es
en la históricamente comprobada insufi- un criterio insuficiente para llegar a
ciencia del paradigma de funciona/is- definirla: un funcionalismo "de vía estre-
mOOltraducción directa del ideal moderno cha", como ya advirtiera también Zevi,
de eficiencia práctica absoluta, correlati- sólo puede tener sentido "en un planteo
vo a su vez del rechazo de la especu- polémico, y por tanto efímero"7.
lación teórica por su presunta inutilidad Como consecuencia, tras de su profe-
real;: sión inicial de un funcionalismo a ultran-
La perspectiva histórica permite, en za, la propia modernidad arquitectónica
efecto, advertir la insuficiencia de los se sometería históricamente a un proce-
planteamientos basados en la afirmación so ulterior de revisión práctica de sus
programática de un funcionalismo es- supuestos caracterizado por la creciente
tricto; insuficiencia que puede sef'íalarse relevancia adquirida por los valores
en una doble dirección: por una parte, en plásticos e iconográficos, a la búsqueda
su reduccionismo teórico al entender la de un universo formal actualizado. Un
arquitectura y a sus usuarios en una universo formal en favor del cual hubo
perspectiva unilateral de corte que acudir, lógicamente, a argumenta-
mecanicista; pero además, por otra, ciones históricas -Siegfried Giedon,
como insuficiencia argumental -éste Nikolaus Persner, etc.- que asumían las
es el aspecto que aquí interesa destacar- misiones "teóricas": confusión de histo-
, en la medida en que se trata de un riografía y teoría ... En definitiva, así, la
punto de vista negativo o exclusivo (el modernidad arquitectónica no pudo ofre-
enfoque de la arquitectura despojado de cer un modelo teórico cerrado; se con-
toda obra consideración que no sea la vertía en una dinámica sin fin en cuyo
utilitaria), en el sentido de que no consi- desarrollo podrían identificarse la mayor
gue "cerrar" la delineación propositiva de parte de las alternativas históricas de
una metodología de proyecto capaz de postmodernidad: nuevos universos
controlar y dirigir los procesos de gene- icónicos actualizados, ya en una preten-
ración de la forma arquifectónica. Inde- sión programática más o menos revolu-
pendientemente, pues, de su deficiente cionaria y utópica, ya con un carácter
atención a las exigencias habitativas desencantado y reivindicativo, unidos a
del usuario, el funcionalismo no alcanza sus respectivas argumentaciones
a definir desde sí un determinado camino históricas; proliferación de lenguajes y
de resultado formal. Bruno Taut había argumentos, ante la que las voces que
expresado lo contrario: "si todo se funda arrancan del escepticismo o del hastío
en una sólida eficiencia, ésta, o mejor di- sólo son capaces de reclamar un mo-
cho, su utilidad, formará su propia luz mento de serenidad y de cordura para no
estética"4; y Terragni: "la nueva arqui- olvidar la condición de oficio y servicio de
tectura, la verdadera arquitectura, debe la arquitectura y recuperar, desde un
ser resultado de una estricta adecuación principio de realismo , su malparado pero
a la lógica, a la racionalidad. Un cons- absolutamente irrevocable carácter de
tructivismo rígido debe dictar las reglas. ars utilitaria: la eficacia práctica in-
Las nuevas formas de la arquitectura de- mediata.
berán recibir valor estético del carácter Probablemente en las actuales cir-
de necesidad"S; y Mies: "Rechazamos cunstancias, la apelación a la eficacia no
toda especulación estética, toda doctrina es ya una afirmación grandilocuente o
y todo formalismo (... ). Rechazamos tener triunfalista para una arquitectura nueva,
sino el mero reconocimiento escueto y
precavido de una condición sine qua
non del arte edilicia, impuesta y recorda-
da desde su exterior. Ahora bien, ¿cómo
3 Cfr. T. MALDONADO, "El Movimiento Moderno y
la cuestión posf, en Arquitecturas bis, nQ 48, evitar caer de nuevo en aquella seduc-
1984
4 B. TAUT, Modern Architecture, The Studio Ud.,
Londres 1929, pág. 9. 6 L. MIES VAN DER ROHE, Escritos, diálogos y
5 G. TERRAGNI, Manifiestos, memorias, borrado· discursos, Ed. C.O. de Aparejadores de Murcia,
res y polémica, Ed. C.O. de Aparejadores de 1981, pp. 25-27.
Murcia, 1982, pág . 44. 7 B. ZEVI, op.cit., pág. 30.

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ción que condujera históricamente a filosofía) es superior al sentido común,


prolongar su alcance hasta hacerla pro- como el estado perfecto o científico de
gramática? ¿cómo, cuando la apelación un conocimiento verdadero es superior al
al realismo utilitarista -plant~ado en un estado imperfecto o vulgar de este mis-
sentido tan amplio como serjesee- con- mo conocimiento. Sin embargo, la
vive, e incluso resulta de él, lo mismo que filosofía puede ser accidentalmente juz-
en el caso del Movimiento Moderno, con
gada por el sentido común"1 o. Argu-
un desdelíoso recelo de los discursos
mentar ese sentido común: tal sería pre-
teóricos e históricos y de las ofertas lin-
guísticas impulsadas en buena medida cisamente el papel de la teoría. Respecto
en función de los mecanismos arbitrarios de su necesidad, baste selíalar la delica-
da y precaria posición del sentido común
de la moda? El "funcionalismo sólo" es el
funcionalismo moderno que acabara desarmado y desguarnecido al. socaire
convirtiéndose en muchas otras cosas de los vientos: la seducción de la razón
contradiciéndose a sí mismo; entonces: instrumental, el poder de las imágenes,
las contaminaciones ideológicas
sentido común; el buen sentido, una intrínsecas a todo ejercicio cultllral libre,
prudente cautela. la tendencia evasiva posible hacia un
¿Por qué, entonces, una "teoría" de la "narcisismo" esteticista 11 ...
arquitectura? Dada la complejidad de
relaciones e imbricaciones de arquitec- ¿Por qué, pues, "teoria" de la arqui-
tura e ideología, -complejidad que argu- tectura? Al fin y al cabo, hay una res-
menta paradigmáticamente Manfredo puesta contundente y m~cho más. sen~i­
IIa: por la misma oportunidad, pertmencla
Tafuri 8 -, el recurso al sentido común
y aún posibilidad, ~e la preg~nta; .?"a
aparece como un auténtico Deus ex misma es ya, en sentido pleno, teoría.
machina que todo lo resuelve, sin qu.e
por ello haya que dudar de suoportUnl-
dad concreta. Lo que sucede es que el
sentido común se ve afectado de lleno
por la ideología "moderna", la misma
frente a la cual -frente a su concepción,
formulación y desarrollo del funcionalis-
mo- parece estar llamado a situarse .
Hannah Arendt, por ejemplo, se refiere
precisamente a la transf0.rma?ión del
sentido común en otro más Intenor como
algo característico de las actitudes inte-
lectuales que impulsaran el "proyecto
moderno" : " ... el sentido común, que en
otro tiempo había sido el que ajust~ba a
los otros sentidos, con sus sensaciones
íntimamente privadas, en el mundo
común, al igual que la visión ajus~a~,a al
hombre al mundo visible, se convlrtlo en
una facultad interior sin relación con el
mundo. Se le llamó sentido común sim-
plemente porque era común a todos. Lo
que entonces tienen en común los hom-
bres no es el mundo, sino la estructura
de sus mentes, y ésta no pueden tene;la
en común, estrictamente hablando; solo
su facultad de razonamiento puede ser
común a todos. El hecho de que,
planteado el problema de saber qué
suman dos más dos, la respuesta de to-
dos sea la misma, cuatro, en adelante se
convierte en el modelo de razonamiento
del sentido común"9 . Es desde luego
. aquella otra, la c/~sica, la, a~epció,n de
la expresión "sentido comun segun la
cual éste puede moderar el racionalismo
moderno y su utilitarismo planteado más
o menos radicalmente.
Pero el sentido común no es refracta-
rio de la "teoría", entendida en su signifi-
cado último como discurso acerca de la
naturaleza ae la arquitectura. Dice
Jacques Maritain en relación con la
filosofía, "teoría" por excelencia: "(La

1o J . MARITAIN, Introducción a la Filosof{a, Ed.


Club de Lectores, Buenos Aires 1971, pág .
8 Cfr. M. TAFURI, La esfera y el laberinto, Gustavo 116.
Gifi, Barcelona 1984, Prólogo. 11 Clr. A. TZONIS y L. LEFAIVRE, "La lase Narci-
9 H. ARENDT, La condición humana, Seix Barral, sista de la arquitectura", en Arquitectura, nR
Barcelona 1974, pp. 370-371. 226, 1980.

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