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Tesis Sobre El Suicidio

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+TESIS:

CAUSAR LA MUERTE DIRECTAMENTE A UN SER HUMANO INOCENTE ES


GRAVEMENTE CONTRARIO A LA DIGNIDAD DE LA PERSONA Y A LA
SANTIDAD DEL CREADOR. DE AQUÍ SE DESPRENDE QUE EL ABORTO,
BUSCADO COMO FIN Y COMO MEDIO, CONTRADICE GRAVEMENTE  LA LEY
MORAL. ASÍ MISMO EL SUICIDIO EN LA MEDIDA QUE ES CONTRARIO AL
AMOR DEBIDO ASÍ MISMO, A LA SOCIEDAD Y AL CREADOR.

FABIO ANDRÉS MÉNDEZ LEÓN


SEMINARISTA

SEMINARIO MAYOR DE SAN ESTEBAN


III DE CONFIGURACIÓN
SINTESIS DE MORAL

JUAN CARLOS LIEVANO, PBRO


FORMADOR

MARZO 29 DE 2023
Tesis sobre el suicidio

La vida humana es el fundamento de todos los bienes, la fuente y condición necesaria de


toda actividad humana y de toda convivencia social. La vida humana es don del amor de
Dios, que se llama a conservar y hacer fructificar. De esta última consideración brotan las
siguientes consecuencias: Nadie puede atentar contra la vida de un hombre inocente sin
oponerse al amor de Dios hacia él, sin violar un derecho fundamental, irrenunciable e
inalienable, sin cometer, por ello, un crimen de extrema gravedad. (Iura et bona, 1)

Todo hombre tiene el deber de conformar su vida con el designio de Dios. Esta le ha sido
encomendada como un bien que debe dar sus frutos ya aquí en la tierra, pero que encuentra
su plena perfección solamente en la vida eterna. (Iura et bona, 2)

La muerte voluntaria o sea el suicidio es, por consiguiente, tan inaceptable como el
homicidio; semejante acción constituye en efecto, por parte del hombre, el rechazo de la
soberanía de Dios y de su designio de amor. Además, el suicidio es a menudo un rechazo
del amor hacia sí mismo, una negación de la natural aspiración a la vida, una renuncia
frente a los deberes de justicia y caridad hacia el prójimo, hacia las diversas comunidades y
hacia la sociedad entera, aunque a veces intervengan, como se sabe, factores psicológicos
que pueden atenuar o incluso quitar la responsabilidad. (Iura et bona, 3)

El Suicidio es darse muerte a sí mismo, ya sea como fin o como medio. Esta definición
excluye el suicidio indirecto o muerte por imprudencia. La sociedad actual agrava el
problema del suicidio, ya que el motivo inmediato de éste nace casi siempre de la
desesperación y ésta no es sino el índice de la pérdida del sentido de la vida. El suicidio se
da con frecuencia en personas con tendencia a la depresión. El alcoholismo y la
drogadicción se cuentan también entre las causas del suicidio. El suicidio es una triple
deserción: individual (de las tareas que nos aguardan), social (de los servicios que debemos
a los demás), religiosa (del puesto que Dios nos ha otorgado en la construcción del Reino).
(Bonnin, 2005)

la doctrina moral cristiana rechaza totalmente el suicidio, especialmente por estas razones:
Porque solo a Dios depende determinar la tarea final de la vida, fijada por Él. El suicida
contradice el exclusivo derecho que tiene el Padre sobre la existencia de la persona; Porque
el suicidio esta en contradicción con el recto amor a sí mismo y con la tarea de perfeccionar
la imagen de Dios en la persona del que se suicida; Porque el suicida priva, a menudo, a la
comunidad de la comunicación de bienes que está llamado a participar. (Muñoz, 2019)

El suicidio, como mal que es por su misma naturaleza, no puede ser justificado por razón
alguna: ni por librarse de una enfermedad o de otros sufrimientos, ya que estos pueden
contribuir a la madurez de la personalidad, tienen su valor redentor; ni como expiación de
pecados, pues lo que vale es el espíritu continuado de penitencia; ni con el pretexto de un
servicio a los demás o una causa, ya que esto sería una falsa concepción de la oblación o un
error de conciencia. (Muñoz, 2019)
Como responsabilidad social, más que condenar al suicida, la sociedad y la Iglesia deben
descubrir y eliminar las causas que pueden conducir a serlo. Hay tres factores en que la
sociedad es particularmente responsable: a) La sociedad con frecuencia propone a sus
miembros “valores” que no satisfacen las exigencias más profundas del ser humano (por
ejemplo, la belleza en la mujer, el ganar dinero o la virilidad sexual en el hombre). La
persona puede llegar a encontrarse vacía cuando le falta lo que es su máximo deseo. b) La
sociedad se preocupa muy poco por la formación del carácter de la persona y por su
fortaleza moral para superar las dificultades. c) La sociedad evolucionada frena e inhibe la
agresividad individual, sin ofrecer a sus miembros la posibilidad de canalizarla en sentido
responsable y productivo. Esto lleva, sobre todo en los introvertidos, a volcar la agresividad
contra sí mismos. (Bonnin, 2005)

Desde un punto de vista pastoral conviene recordar que el sacerdote tiene que continuar
siendo siempre un hombre capaz de escuchar. Y todos tenemos que aprender el arte de
“saber perder el tiempo” escuchando a todo el que necesita a alguien con quien hablar,
especialmente a los enfermos y a los ancianos. (Bonnin, 2005)

Debido a la dificultad para determinar en casos concretos el grado de culpabilidad del


suicida, la Iglesia es muy cauta en la aplicación de penas, para el delito del suicidio,
especialmente en lo relacionado a los funerales. Hay situaciones en la que no es correcto
hablar de suicidio, como es el caso de quien sacrifica su vida por salvar un inocente o
quienes se ven enfrentados a una situación de lavado de cerebro y forzados a traicionar su
conciencia o entregar vidas inocentes. Esta acción puede revestir el aspecto material de
suicidio, pero su significado formal es una cosa muy distinta de lo que se entiende por
suicidio en su malicia moral. (Muñoz, 2019)

Bibliografía
Bonnin, E. (2005). Manual de bioética teológica. Mexico D.F.: Ediciones Dabar S.A. .

Muñoz, L. J. (2019). Manual de Moral Cristiana. Bogotá D.C.: San Pablo.

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