Conozca A Los Profetas Menores Ralph Earle 091124154711 Phpapp02
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Esta obra apareci en ingls con el ttulo de Meet the Minor Prophets. Fue traducida bajo los auspicios de Publicaciones Internacionales de la Iglesia del Nazareno.
Dcima edicin, 1985 Impreso en los E.U.A. Printed in U.S.A.
PREFACIO Los doce profetas menores no llevan este calificativo porque su mensaje sea de menor importancia, sino porque sus escritos son menos extensos que los de los profetas mayores. Ams, Oseas y Miqueas ocupan una posicin paralela a la de Isaassu famoso contemporneopor el nfasis en las sublimes verdades del judasmo, a saber: que Jehov es el nico Dios verdadero, cuya solamente es toda adoracin; que Dios siempre castiga el pecado; que la religin verdadera consiste de justicia antes que de ritualismo, de manera que Dios desea justicia y misericordia ms bien que sacrificios y ofrendas; que la salvacin se encuentra por la fe en la Palabra del Seor a travs de sus profetas, y por la obediencia a ella. El siglo octavo antes de Cristo seala la cspide de la profeca hebrea. En l encontramos a Ams, Oseas, Isaas y Miqueas, quienes posiblemente hayan aparecido y servido en ese orden. Es probable que los libros de Joel, Jons y Abdas, pertenezcan tambin a este perodo. Si tal suposicin resulta correcta, seis de los doce profetas menores escribieron en este siglo octavo A.C. Durante el siglo sptimo aparecieron otros tres profetas menores: Sofonas, Nahum y Habacuc. Ellos fueron contemporneos de Jeremas. El siglo sexto A.C. escuch las voces de Haggeo y Zacaras desafiando a los cautivos que haban regresado a Jerusaln a reconstruir el templo. Unas dcadas antesen el mismo siglo Ezequiel haba servido a los exiliados en Babilonia. Finalmente, el siglo quinto A.C. nos brind al ltimo profeta del Antiguo Testamento: Malaquas. El seal con ndice inconfundible hacia la venida del Mesas y de su predecesorJuan el Bautista cuatrocientos aos ms tarde. Posiblemente alguien desee saber por qu no hemos presentado a estos profetas en su orden cronolgico. La razn de ello es que nos ha parecido ms prudente seguir el orden que sus libros ocupan en el Antiguo Testamento. Hemos de observar que, generalmente, el primer versculo de cada profeca nos presenta el ttulo del libro y ofrece los datos cronolgicos. El ttulo de este volumen sugiere el mtodo de estudio. Hemos decidido considerar a cada profeta desde un punto de vista intensamente humano. Nuestro deseo ha sido que estos videntes de antao adquieran vida en nosotros. El autor abriga la esperanza de que su libro presente un reto a la juventudla juventud que resiente la ausencia de un desafo en sus libros de texto. Los profetas menores tienen un mensaje moderno de urgente necesidad en esta hora de confusin y crisis. Es nuestra oracin que los odos se abran y que los corazones se sintonicen para escuchar la Palabra de Dios a travs de estos varones. RALPH EARLE
CONTENIDO UNO. Oseas y Joel A. OseasEl Triunfo del Amor 1. 2. 3. B. 1. 2. 3. 4. DOS. Ams y Abdas A. AmsLa Lucha Entre la Justicia y el Ritual 1. 2. 3. 4. 5. 6. B. 1. 2. 3. 4. 5. A. El Llamado del Profeta La Predicacin del Profeta El Profeta de Justicia Justicia Antes que Ritual El Pecado de Samaria Cinco Visiones Jacob Versus Esa Israel Versus Edom El Orgullo de Edom La Crueldad de Edom con Israel El Mensaje Para Nuestros Das El Hombre El Mensaje El Estilo La Plaga de Langostas Los Ejrcitos Invasores El Da de Jehov Arrepentimiento y Promesa
TRES. Jons y Miqueas JonsSalvacin Para Todas las Naciones 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. B. 1. 2. 3. 4. 5. La Ciudad de Nnive Las Protestas del Profeta Las Oraciones del Profeta La Predicacin del Profeta Los Berrinches del Profeta La Interpretacin del Libro Los Milagros en Jons El Valor del Libro El Llamamiento del Profeta La Opresin de los Pobres Sentencia de Muerte Promesa de Restauracin El Pleito del Seor
6. 7. 8. A.
CUATRO. Nahum y Habacuc Nahum Maldicin de Dios Sobre la Crueldad 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. B. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. A. La Crueldad de Nnive La Fecha del Libro Una Descripcin de la Ciudad La Captara de Nnive El Hogar del Profeta La Ira de Dios El Mensaje de Nahum Para Nuestro Da El Problema del Profeta La Respuesta de Dios Fecha del Libro La Perplejidad del Profeta La Paciencia del Profeta La Respuesta del Seor La Oracin del Profeta
CINCO. Sofonas y Haggeo SofonasCuando Dios Invade el Escenario Humano 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. B. 1. 2. 3. 4. 5. 6. A. La Adoracin de Baal Otras Idolatras El Castigo de Jerusaln El Da de Jehov Un Llamado al Arrepentimiento Fecha del Libro El Gozo de Dios en su Pueblo El Primer Mensaje La Respuesta del Pueblo El Segundo Mensaje El Tercer Mensaje El Cuarto Mensaje La Naturaleza de Haggeo
SEIS. Zacaras y Malaquas ZacarasEl Triunfo Final de la Santidad 1. 2. 3. 4. 5. La Primera Splica del Profeta Ocho Visiones El Asunto del Ayuno La Unidad de Zacaras La Esperanza Mesinica
B.
MalaquasCuando la Gente es Tacaa con Dios 1. 2. 3. 4. 5. 6. El Mtodo de Malaquas El Pecado de los Sacerdotes El Pecado del Divorcio Mi Mensajero El Diezmo El Mesas Viene Ya
Nombre: Significa salvacin, liberacin. Fecha: Aproximadamente entre 750 y 736 A.C. Lugar de su ministerio: El reino de Israel (Norte). Divisin de su libro: I. II. La Vida Hogarea de Oseas (captulos 13). El Mensaje de Dios a Israel (captulos 414). 1. EL HOMBRE
Versculos sobresalientes para memorizar: 10:12; 14:4. La tarde caa en un humilde hogar del norte de Israel. Un personaje solitario sollozaba con el rostro hundido entre sus manos. El ser amado haba dejado el hogar y el desconsolado esposo comparta el funeral en su corazn. Por qu haba sucedido todo aquello? Esta pregunta obsesionaba la mente y atormentaba el alma de Oseas, nuestro joven profeta. a. Luna de Miel que se Vuelve de Angustia. La memoria tom a Oseas de la mano y lo condujo hacia atrs por los senderos del tiempo. Cun vvidamente recordaba la ocasin en que conoci a la hermosa doncella llamada Gomer! La escena apareca de nuevo ante sus ojos. El encanto de la juventud, la belleza fascinadora... la memoria de aquel momento agitaba y traspasaba su corazn en esta noche. Dndose cuenta de su llamamiento, el mozo profeta haba orado intensamente sobre el asunto. La instruccin divina haba llegado con la claridad de una campanada: Csate con Gomer. Y as, un da se unieron en matrimonio. Muy a pesar de la tragedia subsecuente, Oseas no poda dudar de que Dios le haba indicado que se casara con la mujer que lleg a ser su esposa. Pero, por qu? Por qu? Esta interrogacin resonaba como un lamento por todos los mbitos de su alma. Los primeros aos de su matrimonio fueron muy felices. Oseas y su joven compaera estaban mutua y profundamente enamorados. Como la fragancia de las lilas en primavera, las brisas de la memoria le traan el aroma de la dulzura de aquellos primeros das. El an ardiente enamorado prorrumpi en nuevos sollozos. Cmo recordaba al primer hijo que haba arrullado! Cuando se llen de orgullo por tener su primer hijo, le pareci que la copa de su gozo rebosaba. Cuando or sobre ello, se le indic que llamara al nio Jezreel. El nio era una seal para Israel de que Dios vengara la sangre de Jezreel sobre la casa de Jeh. Pero de pronto apareci un distanciamiento en la vida de la feliz pareja. Oseas observ con creciente congoja la atencin sealada que algunos jvenes demostraban para con su esposa. Sus ojos comenzaron a interceptar algunas miradas veladas, pero acariciadoras. No fue muy difcil descifrarlas. La belleza misma de Gomer estaba resultando ser una trampa para ella. Poco tiempo despus, otro beb naci en el hogar, slo que esta vez fue una hija. Pero el
entusiasmo de Oseas se enfri no porque aquel vstago fuera mujercita, sino porque en las honduras de su corazn se agitaba la negra sombra de una tremenda incertidumbre era esta nia realmente hija suya? El horizonte del profeta se obscureci con una horrible interrogacin. La voz divina le dio muy poco consuelo al indicarle el nombre de la nia: Ponle por nombre Loruhama: porque no ms tendr misericordia de la casa de Israel (1:6). Loruhamala no compadecida, la no amada. Lenta, pero seguramente, la cruz caa sobre sus hombros: la cruz oculta de un temor indescriptible. La senda del profeta se estaba volviendo una verdadera va dolorosa. Finalmente, otro hijo vino al hogar. En esta ocasin no hubo duda alguna... tan slo quedaba una horrible certeza. Dios le dijo: Ponle por nombre Loammi: porque vosotros no sois mi pueblo ni yo ser vuestro Dios (1:9). Loammino pueblo mo, no mi familiar. Aturdido y ofuscado, Oseas andaba como si estuviera soando. Gradualmente, como uno que vuelve en s, el agudo dolor regres. El alma sensitiva del profeta fue bombardeada con la realidad innegable de la verdad horribleel nio no era su hijo. Gomer, su esposa, le haba sido infiel. b. El Pecado Resulta en Separacin. Por fin, un da Gomer dej el hogar. Cuando el ruido de sus pasos se perdi, un horrendo sentido de vaco y soledad se apoder del alma del profeta. Pareca como si la luz del amor se hubiera apagado en su espritu. Despus, los sentimientos estallaron y Oseas encontr descanso dejando salir un torrente de lgrimas. Pareca que muchas horas haban transcurrido ya. Pero en realidad fue a los cuantos minutos que los nios llegaron corriendo. A dnde va mamacita? No contest cuando la llamamos. Por qu se va? S Por qu? Oseas no supo qu contestar. Esa noche, un extrao silencio rein a la hora de la cena. Todos se daban cuenta del asiento vaco en aquel crculo familiar. De pronto, la pequea Loruhama levant su carita y pregunt, Dnde est mam? La interrogacin penetr el alma del profeta como un agudo pual. En vano procur Oseas contener las lgrimas. Loruhama se subi a sus rodillas y comenz a llorar, mientras repeta, Yo quiero a mi mamacita. El profeta puso su cabeza junto a la de la inocente, y llor con ella. Pero comprendi que deba dominarse delante de los nios. En silencio se reunieron para tener su altar familiar. Con labios temblorosos implor desde lo ms profundo de su alma: Bendice a mam, cudala, y trela pronto a casa. Cuando los nios se acostaron, Oseas se ocup en limpiar y arreglar la casa. Los pequeos dorman profundamente. Entonces, en el rincn ms alejado de aquel hogar que solamente tena un cuarto, Oseas se ech sobre su rostro y dio rienda suelta a su dolor. Derram toda la angustia de su corazn delante de Dios, el nico que poda escucharle. Le pareci que la pesada cruz del sufrimiento que experimentaba se haba plantado y que los clavos ms crueles lo sujetaban a ella. La angustia se volvi agona, y de los profundos de su desesperacin, clam: Dios mo, por qu? La respuesta vino de manera inesperada. Agotado por el llanto, el profeta se haba quedado quieto por un momento. Y fue en aquella pausa de silencio que escuch un ruido. Sorprendido, levant la cabeza. No, los nios dorman profundamente y no tenan alterada la respiracin. Qu sera ese ruido? c. Las Lgrimas de Dios. Una vez ms sepult el rostro entre sus brazos, pero de nuevo escuch un ruido. Alguien estaba sollozandoAlguien que estaba junto a l. Quin podra ser? Casi sin atreverse a respirar esper en silencio perfecto. De nuevo se escucharon los sollozos. En esta vez alcanz a or algunas palabras. Escuchad! Cmo tengo de dejarte, Efran?... Qu har de ti, Efran? (11:8; 6:4). Era el sollozo del corazn quebrantado de Dios. Esa noche Oseas aprendi que no sufra solo. En el centro mismo del universo haba un Dios de amor quien sufra por los pecados de su pueblo. As como Gomer haba sido infiel a su esposo, Israel haba sido infiel a su Dios.
Oseas encontr en el compaerismo del sufrimiento no solamente la solucin a su problema personal, sino tambin un mensaje nuevo para la nacin. El pecado ms grande de Israel era el rechazamiento del amor de Dios; sin embargo, el amor de Dios, aunque despreciado, permaneca inclume. Pero el Calvario es slo el principio de la redencin. El precio que se paga en el sufrimiento no debe quedar sin galardn. El amor debe encontrar un camino, y lo encontrar. d. El Perdn no Conoce Fronteras. Una noche, cuando el profeta estaba orando, la Voz habl claramente a su corazn: Ve, ama a una mujer amada de su compaero, aunque adltera, como el amor de Jehov para con los hijos de Israel (3: 1). El da siguiente Oseas envi a los nios a jugar con sus amigos vecinos. Entonces tom el mismo camino que Gomer haba seguido varios meses antes. Aquel camino llevaba de su humilde finca campestre a la gran ciudad que quedaba a unos cuantos kilmetros. Cuando lleg a las calles de Bethel, Oseas observ los mismos espectculos y ruidos que haban escandalizado a Ams algunos aos atrs. Mucha gente viva an en medio del lujo, aunque la cubierta de la prosperidad estaba cayndose ya. Oseas atraves la mejor parte de la ciudad hasta llegar a los barrios bajos. Todo lo que vea le era novedoso pues nunca haba visitado aquel lugar. Pero indagando lleg hasta el mercado de los esclavos. Al acercarse le llam la atencin cierta esclava. Estaba vestida en harapos inmundos y, sin embargo, haba algo de familiar en su parecer. En ese instante la esclava volvi su rostro hacia l; sus ojos se encontraron por un segundo y ella vir rpidamente la vista en otra direccin. Mas en aquel segundo Oseas capt una mirada de reconocimiento. Era difcil creerlo, pero era cierto la esclava era Gomer. Mientras su corazn lata agitadamente, Oseas trat con el vendedor: Comprla entonces para m por quince dineros de plata, y un homer y medio de cebada (3:2). Cuando el profeta se acerc para recibir su prenda, aquella mujer que haba sido tan bella ocult el rostro avergonzada. Se haba vendido a s misma como esclava al pecado, y ahora se encontraba en la esclavitud literal. No obstante, su esposo haba venido a redimirla. Oseas la tom amorosamente de la mano, la dirigi a travs de los barrios bajos y por entre las avenidas donde viva la gente rica, hasta el campo libre y el sendero que conduca al hogar. e. El Amor lo Conquista Todo. Nadie haba dicho una sola palabra, pero ya en el camino las palabras tiernas y amorosas de Oseas produjeron una conmocin profunda en el alma de Gomer. Gomer, te amo con todo mi corazn. Nunca he dejado de amarte. Todos los das he orado por ti y he anhelado tenerte conmigo. Ni por un instante te he dado por perdida. Ahora te he comprado para que seas ma para siempre. Todo lo pasado queda perdonado. Debes quedarte conmigo y no serme infiel jams. Estableceremos un hogar feliz y seremos fieles el uno al otro mientras vivamos. Gomer caminaba difcilmente, cegada por las lgrimas. Por fin divisaron la casita que abrigaba su hogar. Cmo se vea encantadora comparada con las madrigueras del pecado y el horrible mercado de esclavos! Oseas abri la puerta y amorosamente le indic que entrara. Cuando Gomer se encontr de nuevo en su propio hogar con su esposo, la invadi un tremendo sentido de pecaminosidad. Se vio a s misma como en realidad era y odi intensamente su yo malvado. Cayendo de rodillas, abri su corazn y derram su alma en confesin y arrepentimiento; llorando y clamando, implor perdn. No pareca posible que Dios la perdonara, pero si Oseas le haba perdonado quiz Dios tambin se compadecera de ella.
Sbitamente, el resplandor del cielo brill en su corazn entenebrecido. Levant sus ojos y a travs de sus lgrimas se dej ver el destello de una sonrisa radiante. Oseas la estrech entre sus brazos. De nuevo ella era verdaderamente su prometida. El amor haba encontrado una solucin. La esposa prdiga regresaba al hogar para siempre. Como producto de la tragedia domstica acontecida en la vida de Oseas, encontramos el mensaje ms sobresaliente del Antiguo Testamentola historia del amor redentor de Dios. Ams haba dejado or su voz en tonos vigorosos de austera justiciaOseas imploraba con notas del amor ms tierno. A qu se debi esta diferencia? En parte, al sufrimiento y al quebranto que tocara en suerte al ltimo profeta. Qu precio tan exorbitante pag por su ministerio! Pero nadie puede proclamar el mensaje del Calvario sin haber comprendido primero el significado de la cruz. Oseas descubri que sin sufrimiento no hay verdadero amor, y que mientras ms se ama, ms se sufre. En la tragedia sin fondo de su propio dolor, descubri el secreto del amor expiatorio. Solamente as pudo comprender el amor redentor, aun cuando rechazado, de Dios. Los ruegos apasionados del ministerio de Oseas fueron un eco del sollozo que una noche escuchara en la oscuridad. 2. EL MENSAJE El libro de Oseas se divide muy naturalmente en dos secciones. En los primeros tres captulos encontramos la historia de un corazn y un hogar hechos pedazos. En los captulos cuatro al catorce, inclusive, tenemos el mensaje de Dios a Israel basado en la experiencia del profeta. Dios tena un gran mensaje para su pueblo; un mensaje de amor que redime. Mas dnde hallar un mensajero que estuviera a la altura de la tarea? No habiendo ninguno disponible, el Seor prepar a su propio profeta. a. La Redencin Requiere Sufrimiento. El amor abstracto significa exactamente nada. No se puede aprender a amar escuchando conferencias sobre el amor, ni estudiando volmenes que lo encomien. Es preciso experimentarlo. Por esta razn, Dios arroj a su profeta a los abismos de una tragedia dolorosa. Sobre el sensible espritu de aquel hombre cayeron golpe tras golpe, y el corazn se abri a pedazos hasta el lmite. Oseas tuvo su Getseman y su Calvario, y en el sitio del sufrimiento vicario encontr el secreto del amor redentor. Slo un amor que sufre puede ser un amor que salva. Cuando Oseas encontr a su esposa descarriada, hundida en el cieno de su pecado, su vergenza, su degradacin y su desgracia; cuando sinti un gran borbotn de amor inmenso fluyendo de su corazn hacia ella, y se vio posedo por un deseo incontrolable de libertarla de los grillos de su esclavitud; cuando pag el precio en dinero contante y sonante, como ya lo haba pagado con el sufrimiento desgarrador; cuando tom a Gomer de la mano con toda su inmundicia y sus harapos para regresarla al corazn y al hogarentonces el profeta comprendi el amor de Dios que redime. Entonces pudo dirigirse al pueblo con lgrimas en sus ojos y voz entrecortada, dicindole que Dios le amaba tambin, y que deseaba que regresara al hogar. b. El Amor Verdadero es Tierno. Solamente un profeta que amara con ternura podra proclamar el mensaje que encontramos en 2: 14-15: Empero he aqu, yo la inducir, y la llevar al desierto, y hablar a su corazn. Y darle sus vias desde all y el valle de Achor por puerta de esperanza; y all cantar como en los tiempos de su juventud, y como en el da de su subida a la tierra de Egipto. Este mensaje es un eco de lo que sucedi en el camino del mercado de esclavos al hogar, cuando Oseas cortej y conquist de nuevo el corazn de Gomer. Los felices das que siguieron cuando el profeta escuchaba a su esposa cantando mientras haca las labores domsticas y cuidaba de los nios, reservando para l las sonrisas que revelaban el amor que ella le brindaba, fueron recompensa suficiente por las horas de angustia. Verdaderamente, haba valido la pena. Oseas estaba
aprendiendo que el amor es la posesin ms valiosa de la humanidad. c. El Gran Pecado. El gran pecado de Israel era su trasgresin en contra del amor. Es cierto que la gente era culpable de perjurar, y mentir, y matar, y hurtar, y adulterar (4:2), pero en ltimo anlisis, todos estos pecados contra las dems personalidades humanas eran consecuencia de su pecado en contra de Dios. El pecado bsico, del cual brotaban todos los dems pecados, era el rechazamiento del amor de Dios. Y porque ellos se apartaron de Dios, El dijo que se apartara de ellos. Andar, y tornar a mi lugar hasta que conozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia madrugarn a m (5:15). Oseas estuvo de acuerdo con Ams en poner ms nfasis en la rectitud que en el ritual. Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios ms que holocaustos (6:6). 3. EL ESTILO El libro de Oseas abunda en figuras sencillas de lenguaje, aunque vvidas. Casi todas ellas estn tomadas del campo y parecen indicar que el profeta viva en las afueras de la ciudad. Por ejemplo, en 4:16 encontramos una figura indeleblemente fija en la mente de todo muchacho criado en el campo: como becerra cerrera se apart Israel. Y ms adelante Dios dice al pueblo: La piedad vuestra es como la nube de la maana, y como el roco que de madrugada viene (6:4). En 7:9 tenemos una figura triste: Vejez se ha esparcido por l, y l no lo entendi. Es un smbolo grfico de la decadencia inconsciente. Al insistir con urgencia en que la gente se volviera a Dios, Oseas recurre al campo para tomar una figura: Arad para vosotros barbecho: porque es el tiempo de buscar a Jehov, hasta que venga y os ensee justicia (10:12). Una figura hermosa, aunque pattica, la encontramos en 11: 3Yo con todo eso guiaba en pies al mismo Efran, tomndolos de sus brazos, y no conocieron que yo los cuidaba; y agrega el Seor: Con cuerdas humanas los traje, con cuerdas de amor. El punto culminante del libro se encuentra en el ltimo captulo. He aqu el llamado amoroso de Dios: Convirtete, oh Israel, a Jehov tu Dios: porque por tu pecado has cado. Tomad con vosotros palabras, y convertos a Jehov, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y daremos becerros de nuestros labios. Entonces Dios los recibe misericordiosamente. Escuchad su respuesta: Yo medicinar su rebelin, amarlos de voluntad (14:4). El mensaje final del libro se refiere al triunfo del amor. Cierto es que encontramos endechas fnebres y cantos quejumbrosos en claves menores, pero el oratorio termina en un resonante acorde de victoria. El amor venci al pecado.
B.
Nombre: Significa Jehov es Dios. Fecha: Incierta; quiz el siglo octavo, o el cuarto A.C. Lugar de su ministerio: Probablemente el reino del sur, o de Jud. Divisin de su libro: I. II. Joel Habla (1:22: 17). Jehov Habla (2: 183: 21). 1. LA PLAGA DE LANGOSTAS
Versculos sobresalientes para memorizar: 2:21; 2:25; 2:32a. Era una clida tarde de verano. Mientras Joel se detena en el umbral de su hogar amparndose bajo la sombra del techado, pensaba atemorizado en los resultados de la sequa que ya se dejaba sentir. El campo se divisaba an verde y hermoso, pero, qu tanto tiempo permanecera as? Recorriendo su vista por el rumbo noreste, observ de pronto una nube en el horizonte. La nube se acercaba rpidamente. Entonces lleg a sus odos un ruido sordo, el cual aument gradualmente hasta volverse como rugido de catarata, como huracn en la costa. Apresuradamente, Joel entr a la casa y dio el grito de alarma: Viene una nube de langostas! En unos cuantos minutos el aire se llen de miradas de insectos. El suelo, los rboles, las plantas, las paredes, las casastodo qued cubierto con aquella masa viviente. Cuando Joel oy el ruido que los insectos hacan al devorar hojas y tallos, espigas y troncos, un sentimiento de terror lo invadi. Esto era destruccin; destruccin incesante, incontenible. Por ms animales que se mataran, decenas de millares avanzaban sobre los espacios despejados. Joel vio a los insectos subir por las paredes de la casa y entrar por las ventanas. Por todos lados no se vea sino un continuo fluir de devastacin y muerte. No fue sino hasta que todo lo verde desapareci, que los millones de animales levantaron el vuelo. Con un estruendo ensordecedor avanzaron hacia los campos de algn pobre vecino indefenso. Cuando Joel examin sus sembrados, se sinti enfermo. Todos los rboles haban quedado desnudos de hojas y de corteza. Su jardn estaba tan desierto como si nunca hubiera arado y sembrado. En las parcelas no quedaba ni siquiera una hoja seca para una cabra hambrienta. Todo a su derredor era desolacin y ruina. Generalmente las plagas de langosta duran de dos a cinco meses. Cuando termin esta plaga en el tiempo de Joel, l escribi: Lo que qued de la oruga comi la langosta, y lo que qued de la langosta comi el pulgn; y el revoltn comi lo que del pulgn haba quedado (1:4). Algunos eruditos han pensado que se alude a ciertas etapas sucesivas de la misma plaga, pero George Adam Smith sostiene que el verso se refiere a cuatro plagas distintas de invasores. Las cuatro palabras hebreas eran nombres distintos dados a la langosta para describir sus diferentes actividades destructivas. El traduce as este versculo: Lo que dej el marchitador, comi el trepador; Lo que dej el trepador, comi el pulidor; Lo que dej el pulidor, comi el devorador.
2.
Mientras Joel observaba la aparicin y actividad de la langosta, con la terrible desolacin resultante, Dios le dio un mensaje para su pueblo. La devastadora plaga constitua una advertencia para Jud sobre los ejrcitos enemigos que pronto invadiran sus fronteras cual smbolo de los inminentes castigos de Jehov sobre la tierra. Es en esta forma que Joel nos ha dejado una descripcin vvida fcilmente aplicable tanto a la plaga de langostas como a los ejrcitos invasores. Observad las expresiones tan apropiadas de 2: 310: Como el huerto de Edn ser la tierra delante de l, y detrs de l como desierto asolado; ni tampoco habr quin de l escape. Su parecer, como parecer de caballos; y como gente de a caballo corrern. Como estruendo de carros saltarn sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla... Como valientes corrern, como hombres de guerra subirn la muralla; y cada cual ir en sus caminos, y no torcern sus sendas... Corrern por el muro, subirn por las casas, entrarn por las ventanas a manera de ladrones. Delante de l temblar la tierra, se estremecern los cielos: el sol y la luna se obscurecern, y las estrellas retraern su resplandor. Hay tres divisiones en la profeca de Joel. En la primera describe una plaga reciente de langostas y declara que es un castigo de Dios por los pecados del pueblo. En la segunda advierte a la nacin malvada que los ejrcitos enemigos descendern pronto del norte como una gran plaga de langostas, dejando una cauda de muerte y destruccin. En la tercera divisin toma el poderoso lente de la profeca y echa una mirada a travs de los siglos hasta distinguir el gran da final cuando Dios ha de juzgar a todos los pueblos. 3. EL DIA DE JEHOVA La frase clave de Joel es el da de Jehov, que ocurre cinco veces en los tres captulos de su breve profeca (1:15; 2:1, 11, 31; 3:14). a. El Da de Castigo. Pero, qu significa el da de Jehov? Joel lo describe como el da de castigo de Dios. Dice: Ay del da! porque cercano est el da de Jehov, y vendr como destruccin por el Todopoderoso (1:15). El trazo ms vvido del profeta se encuentra en los primeros versculos del segundo captulo. En ellos le omos decir: Tocad trompeta en Sin, y pregonad en mi santo monte: tiemblen todos los moradores de la tierra; porque viene el da de Jehov, porque est cercano. Da de tinieblas y de oscuridad, da de nube y de sombra. Ms vigorosas todava son las palabras que usa para cerrar el versculo once: porque grande es el da de Jehov, y muy terrible; y quin lo podr sufrir? Esta expresin encuentra eco en el versculo 31, en donde se menciona el da grande y espantoso de Jehov. El da de Jehov es un da de juicio, de castigo, de oscuridad y destruccin. b. Da Inminente. El profeta recalca la inminencia del da de Jehov. Por ejemplo: viene el da de Jehov, porque est cercano (2:1). Ms adelante declara: cercano est el da de Jehov en el valle de la decisin (3:14). Cundo exactamente vendr este da? Para responder a esta interrogacin hemos de reconocer la veracidad de lo que se ha llamado el principio telescpico de la profeca. Muchas predicciones del Antiguo Testamento encierran un cumplimiento parcial inmediato, y un cumplimiento absoluto mediato. El profeta se dirige a sus propias generaciones, pero tambin a las generaciones futuras.
En esto, Joel nos ofrece un ejemplo magnfico. La ocasin para su profeca la provey una plaga reciente de langostas. Ese fue el da de Jehov; un da de castigo divino sobre la nacin. Pero el da de Jehov an est por venir. Muy pronto, ejrcitos enemigos invadirn a Jud. Dios visitar a su pueblo y lo castigar por sus pecados. e. Da de Culminacin Final. En seguida, el vidente lleva el telescopio de la inspiracin divina a sus ojos y divisa a travs de los siglos el da grande y espantoso de Jehov. Ser el da en que Dios tome las riendas del gobierno, sujete a todos sus enemigos, y reine supremo. El perodo de tiempo que el hombre usa para gobernar y arruinar el mundo, ser substituido por el da de Jehov. Este sentido de contemporaneidad y a la vez de contemplacin de lo futuro, se ha expresado bien por G. Campbell Morgan en su obra Voices of Twelve Hebrew Prophets (Voces de Doce Profetas Hebreos). Este autor comenta: El da de Jehov es siempre presente y siempre futuro. Cada da es un da de castigo divino, pero en la historia humana hay crisis especiales de visitacin divina. Estas crisis pueden denominarse con toda propiedad: el da de Jehov. Puesto que la enseanza principal de Joel se refiere al castigo, es muy natural que la fraseologa del libro sea vigorosa. Esto se aprecia mucho ms en hebreo que en cualquiera traduccin al castellano. George Adam Smith un sobresaliente exgeta de los profetas menores describe esta singularidad del estilo de Joel: Joel sobrecarga sus frases con las palabras ms expresivas que puede encontrar y las dispara vertiginosamente, repitiendo una y otra vez el mismo vocablo contundente, como queriendo sacudir al pueblo indiferente y despertarlo a algn sentido del peso de la calamidad que pende sobre l. 4. ARREPENTIMIENTO Y PROMESA a. Llamado al Arrepentimiento. Pero el profeta no se detiene cuando termina de anunciar el castigo, sino que proclama un llamado al arrepentimiento. En 2:12-17, invita al pueblo a buscar la misericordia del Seor. Si el pueblo obrare as, la bendicin de Dios se derramar (2:18-27). El tendr compasin de los suyos (v. 18). Yo os envo pan, y mosto, y aceite, y seris saciados de ellos (v. 19). Los rboles darn fruto en abundancia (v. 22). Dios mandar abundantes lluvias para sus cosechas (v. 23). Y las eras se henchirn de trigo, y los lagares rebosarn de vino y aceite (v. 24). b. Las Promesas son Brillantes. En seguida encontramos uno de esos hermosos pasajes de promesas con que uno se tropieza a menudo en los libros profticos. Joel escribe (2:25-27): Y os restituir los aos que comi la oruga, la langosta, el pulgn, y el revoltn; mi grande ejrcito que envi contra vosotros. Y comeris hasta saciaros, y alabaris el nombre de Jehov vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros: y nunca jams ser mi pueblo avergonzado. Y conoceris que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehov vuestro Dios, y no hay otro: y mi pueblo nunca jams ser avergonzado. As como Dios los libr de la plaga de langostas, los librara de los ejrcitos enemigos que pronto invadiran sus fronteras. Las frases que Joel usa en este pasaje (2:20) traen a la memoria el hedor producido por los millones de langostas muertas. Y har alejar de vosotros al del aquiln, y echarlo en la tierra seca y desierta... y exhalar su hedor; y subir su pudricin, porque hizo grandes cosas. Este pasaje conmovedor encuentra su culminacin en la profeca ms importante de Joella prediccin del da de Pentecosts (vrs. 28-29): Y ser que despus de esto, derramar mi Espritu sobre toda carne, y profetizarn vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soarn sueos, y vuestros mancebos vern visiones. Y aun
tambin sobre los siervos y sobre las siervas derramar mi Espritu en aquellos das. Pedro identific inequvocamente esta profeca con los acontecimientos del da de Pentecosts, descrito en el segundo captulo de los Hechos: Esto es aquello, declar. La profeca esper largos siglos antes de realizarse, pero por fin, la hora lleg. As suceder con todas las promesas de Dios que permanecen sin cumplimiento. Cristo Jess s regresar y establecer su reinado de pureza y paz. Una de las lecciones ms importantes que los seres humanos debemos aprender, es la de esperar pacientemente a que Dios lleve a cabo sus planes y propsitos. En el cumplimiento del tiempo, Dios siempre aparece en escena. c. Destruccin de Jerusaln. Pero he aqu que la descripcin del derramamiento del Espritu viene seguida inmediatamente (vrs. 30-31), por un anuncio de oscuridad y destruccin. Cul es la relacin entre ambos? George L. Robinson ha dado una buena explicacin: La gracia y el castigo siempre caminan de la mano. La cada de Jerusaln no fue sino la secuela al da de Pentecosts. La ciudad de Jerusaln fue testigo de la visitacin de Dios con una bendicin especial en el Pentecosts, en el ao 30 D.C. Y porque la ciudad en masa rechaz la venida de Cristo y el descendimiento del Espritu Santo, el castigo vino en el ao 70 D.C. Con una venganza terrible. La ira de Dios siempre viene despus del rechazamiento de su amor. Al igual que otros profetas menores, Joel termina su libro con una promesa de bendicin futura para el pueblo de Dios (3:18-21). Tambin la Biblia se cierra con un cielo nuevo y una tierra nueva (Apocalipsis 21:1). Ese es el punto final de toda historia. Preguntas Para Discusin 1. 2. 3. 4. Cul es la relacin existente entre el sufrimiento y el servicio? Cul es la actitud de Dios hacia el que cae de la gracia? Qu significa para nosotros el da de Jehov? Qu debe hacer el hombre para recibir las bendiciones de Dios?
Nombre: Significa carga o cargador. Hogar: Tecoa, una villa de pastores, como dieciocho kilmetros al sur de Jerusaln. Fecha: Alrededor del 760 A.C. (probablemente el primero de los profetas que escribieron sus mensajes). Lugar de su ministerio: El norte de Israel, especialmente Beth-el, como diecinueve kilmetros al norte de Jerusaln. Divisin de su libro: I. II. III. Ocho Juicios Contra Naciones Vecinas (captulos 12). Tres Mensajes Contra Israel (captulos 36). Cinco Visiones de Juicio (captulos 79). 1. EL LLAMADO DEL PROFETA
Versculos sobresalientes para memorizar: 4: 12b; 5:15; 8:11. Era medianoche en el desierto de Jud. A la tenue luz de las estrellas titilantes, una figura solitaria se distingua apenas acurrucada junto a una colina. Ams, el pastor, estaba sumido en profunda meditacin. Mientras mova su capa hasta sus hombros para arroparse mejor y protegerse del helado cierzo nocturno, por la pantalla de su memoria desfilaban una tras otra una serie de imgenes. Su atencin estaba concentrada en escenas indelebles e inolvidables. a. Un Viaje a Beth-el. Haca apenas unas cuantas semanas que Ams haba partido de su aldea natal, Tecoa situada en la cumbre de un lomero desde donde se divisaba el Mar Muerto. Sobre los lomos de sus asnos haba atado las grandes pacas de lana, trasquilada de las ovejas que l pastoreaba; animales pequeos y feos, pero famosos por la excelente calidad de su lana. Cuando todo estuvo dispuesto, Ams se haba despedido de su familia. Dirigindose hacia el poniente, haba tomado la vereda que llevaba hasta el camino principal entre Hebrn y el norte. Una hora ms tarde, Ams y sus acmilas llegaban al camino principal y tomaban el rumbo de la Ciudad Santa. Como a las diez pasaron por la ciudad de David, Bethlehem, que se encontraba como diez kilmetros al norte de Tecoa. Ya era medioda cuando llegaron a las calles de Jerusaln, a dieciocho kilmetros de Tecoa. Se encontraban a la mitad del camino. Caa la tarde cuando divisaron Beth-el, que Jacob llamara casa de Dios, porque all sinti la presencia divina cuando hua de su hermano Esa. Actualmente, el rey Jeroboam haba edificado en Beth-el un gran templo para adorar a un becerro de oro. No obstante, la idlatra poblacin conservaba su nombre sagrado. Ams pas la noche al abrigo de las murallas de la ciudad, y se levant antes de que despertara el da. De hecho, el sol lo sorprendi tratando ya con los compradores en el mercado del pueblo. Siendo buen negociante, y honrado, pronto vendi su mercadera a buen precio y entonces volvi su atencin a la ciudad.
b. El Pecado de la Ciudad. Las escenas que contemplaron sus ojos sacudieron las sensibilidades de su alma. Criado en el regazo de la naturaleza y acostumbrado al aire claro y limpio del desierto, el pastor de Tecoa se asombr ante los espectculos y los ruidos de la civilizacin degenerada de la ciudad. Con un ojo penetrante y una percepcin aguda, Ams abarc toda la situacin. La idolatra y su hermana gemela, la inmoralidad, controlaban la sociedad de Beth-el El lujo y el libertinaje eran la orden del da. Por todas partes vio Ams injusticia y opresin de los pobres, iniquidad y borrachera. Su alma retrocedi ante aquel espectculo y resurgi con una reaccin tremenda. Indudablemente que el corazn de un Dios santo se henchira de indignacin al contemplar a los pecadores de esta ciudad perdida. La justicia exiga un castigo, y los pasos del morador del desierto se encaminaron pesadamente hacia el hogar. e. EL Llamado del Seor. Todas estas escenas desfilaban vertiginosamente por la mente del pastor mientras reviva las horas del viaje a Beth-el. La indignacin y el temor se disputaban el dominio de su razn. Unas pocas horas antes haba observado cmo Dios corra el velo de la noche sobre el firmamento y colocaba diez mil lentejuelas para indicar a sus hijos que los estaba vigilando. Pero ahora aun la brillantez haba desaparecido. Un silencio profundo dominaba el desierto solitario. El sentido de pavor ante lo infinito se apoder del espritu de Ams. Las races mismas de su alma se cimbraron. Pareca como si Dios mismo fuera a hablar. Repentinamentesin aviso algunoel silencio de la noche se rompi con un rugido ensordecedor. Un len merodeaba junto a las ovejas que Ams estaba vigilando. Probablemente estuviera matando a alguna ovejita, paralizada de terror. Bramar el len en el monte sin hacer presa? (3:4). Mientras el pastor se apresuraba a reavivar el fuego para ahuyentar al merodeador, tembl a pesar del calor sofocante. El rugido de un len a media noche estremece el corazn ms valeroso. Pero no slo el len buscaba presa en esa noche. El Dios de Israel se acercaba para castigar. Ams escuch en su corazn el rugido del cielo. El aviso de lo alto haba resonado en su alma. He aqu la probable descripcin que el profeta mismo hace de su llamamiento en aquella noche a la vera de la colina, mientras meditaba en los pecados de Israel y en los juicios que inevitablemente seguiran: Bramando el len, quin no temer? hablando el Seor Jehov, quin no profetizar? (3:8). Fue un momento dramtico en la historia de Israel. A la maana siguiente, cuando el sol se asom por sobre las colinas de Moab, Ams encarg a otros la vigilancia de las ovejas y se dedic a seguir las huellas del len, hasta encontrar su guarida. Pero todo lo que encontr de la ovejita desafortunada fueron los huesos y unos pedazos de piel. Y de nuevo escuch la voz divina entregndole un mensaje de Dios para su pueblo: As ha dicho Jehov: De la manera que el pastor libra de la boca del len dos piernas, o la punta de una oreja, as escaparn los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincn de la cama, y al canto del lecho (3:12). 2. LA PREDICACION DEL PROFETA Los das y las semanas continuaron pasandodas y semanas de or y de aprenderen la vida del nuevo profeta. Una tarde lo encontramos de nuevo en Beth-el. Muy pocos reconocieron al mercader que haba estado all unos cuantos das antes. Esta vez no haba venido a vender lana, sino a pregonar un aviso. Ams busc alguna prominencia segura desde donde fuera fcil verle y escucharle; observ a la gente por unos momentos, viendo cmo llegaba con sus ofrendas y sacrificios para el becerro de oro erigido en los santuarios del rey. Sbitamente grit con todas sus fuerzas: Jehov bramar desde Sin y dar su voz desde Jerusaln (1:2). Un ciento de ojos asombrados se volvieron para verlo, y un ciento de odos atnitos le pusieron
atencin. El Vocero se apag por completo. Quin era este fantico imbcil, este extrao rstico del desierto salvaje, este demagogo con su grito de guerra? a. Ayes Para los Vecinos de Israel. Habiendo captado la atencin del auditorio, Ams procedi con astucia y rapidez, aprovechando su ventaja. Con mucho tactocon esa sabidura divina que acompaa a la revelacin de Diosel profeta llev a sus oyentes en un rpido viaje circular por las naciones vecinas antes de llegar a casa. As ha dicho Jehov: por tres pecados de Damasco y por el cuarto, no desviar su castigo... (1:3-5). Ya nos parece escuchar a alguien exclamando: Muy bien dicho! Eso es lo que se merecen. El profeta contina: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no desviar su castigo... (1:68). La multitud aplaude con mucho entusiasmo este ataque contra sus enemigos juradoslos filisteos. De la costa suroeste, el profeta se mueve hacia el norte, hacia Tiro, la antiqusima fortaleza fenicia (1:9-10). Y de nuevo omos a alguien decir Amn! Dles duro. Habiendo divisado hacia el noreste, suroeste y noroeste, el profeta vuelve sus miradas hacia el sureste y declara juicio contra Edom (1: 11-12). Todava del lado oriental del Jordn, toca a Amn (1:13-15) y a Moab (2:1-3). La multitud se enardece de entusiasmo con la predicacin de este desconocido. Pero luego el profeta se acerca. Por tres pecados de Jud... (2:4-5). Algunos vuelven a aplaudir, pero otros guardan silencio sintindose un poco incmodos. En qu direccin seguir el profeta? b. Ayes Sobre los Pecados de Israel. Ams responde luego a su pregunta mental. As ha dicho Jehov: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no desviar su castigo... (2:6-8). La muchedumbre oye con un silencio hosco, mientras Ams traza el negro cuadro de las transgresiones de Israel. El profeta es el abogado acusador en nombre de Dios. Las acusaciones: opresin del pobre, esclavitud, injusticia, inmoralidad, idolatra y embriaguez. Implacablemente, el predicador contina. Dios destruy a los amorreos y os dio sus tierras, mas vosotros habis seguido sus pisadas de perdicin. Pues he aqu, yo os apretar en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces (2:13). La sentencia de Dios estaba para caer sobre su pueblo desobediente, y no habra escape alguno (2:14-15). 3. EL PROFETA DE JUSTICIA a. La Fealdad de la Injusticia. Ams es el gran profeta de la justicia. Su alma se rebela contra la codicia y la avaricia de los ricos. Mientras viven en sus lujosas mansiones de invierno, de verano y de marfil (3:15), oprimen a los pobres y quebrantan a los menesterosos (4:1). Ams describe con trminos altamente figurativos la avaricia extremada de ellos. En una de las hiprboles ms expresivas de toda la literatura, indica que codician hasta el polvo de la tierra que est sobre la cabeza de los desvalidos (2:7, V.M.). Cuando la ira se apoder del alma del vidente, su mensaje tom giros de irona: Id a Beth-el, y prevaricad; en Gilgal aumentad la rebelin, y traed de maana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres aos; pues que as lo queris, hijos de Israel, dice el Seor Jehov (4:4-5). Como muchos otros individuos de todas las edades, crean que las observancias religiosas podran tomar el lugar de una vida pura. El triste lamento de que no os tornasteis a m ocurre nada menos que cinco veces en el captulo cuatro (vrs. 6, 8, 9, 10, 11). En cada caso est precedido de un recordatorio de los castigos del Altsimo. El hambre, la sed, la destruccin de las cosechas, la peste y la guerratodos estos fueron avisos del cielo. Pero la gente haba tomado una actitud de insensatez y desprecio. Por tanto, Dios enva una ltima palabra de solemne advertencia: Aparjate para venir al encuentro de tu Dios,
oh Israel (4:12). b. La Misericordia de Dios es Menospreciada. Pero la misericordia da sazn a la justicia, y una vez ms la voz de Dios se vuelve splica angustiosa. Buscadme, y viviris (5:4). No es demasiado tarde para el arrepentimiento. Sin embargo, el pueblo se resinti del aviso. Aborrecieron en la puerta al reprensor (5:10). Dios torna a enviar otro recordatorio: Porque sabido he vuestras muchas rebeliones, y vuestros grandes pecados (5:12). Entonces la gentemal encaminada por conceptos halagadores de victorias nacionales comenz a inquirir sobre el da del Seor. Ay de los que desean al da de Jehov! Para qu queris este da de Jehov? Ser de tinieblas, y no luz: como el que huye de delante del len, y se topa con el oso; o si entrare en casa y arrimare su mano a la pared y le muerde la culebra. No ser el da de Jehov tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor? (5:18-20). Las expresiones usadas en este trozo traen a la memoria el refrn moderno sobre el que brinca de la sartn para caer en el fuego. Aquel pueblo no saba lo que estaba pidiendo. El cuadro trazado por Ams sobre el da de Jehov, concuerda con el que se encuentra en otros profetas menores. Es un da de oscuridad y destruccin. Es el da de castigo. 4. JUSTICIA ANTES QUE RITUAL. El corazn del mensaje de Ams se encuentra en 5:21-24: Aborrec, abomin vuestras solemnidades, y no me darn buen olor vuestras asambleas. Y si me ofreciereis holocaustos y vuestros presentes, no los recibir; no mirar a los pacficos de vuestros engordados. Quita de m la multitud de tus cantares, que no escuchar las salmodias de tus instrumentos. Antes corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo. Lo que Dios quiere no es tanto religiosidad como rectitud. Ninguna cantidad de la primera puede tomar el lugar de la segunda. Ams comprendi con absoluta certeza que la religin consiste en una vida pura y no en ceremonias. a. Prediccin de la Cautividad. El profeta termina esta parte de su mensaje con un aviso claro de cautividad: Haros pues transportar ms all de Damasco, ha dicho Jehov, cuyo nombre es Dios de los ejrcitos (5:27). Era difcil que sus oyentes no comprendieran que se refera a Asiria, la nacin que ya haba debilitado a Siria, y que constitua una amenaza a la seguridad de Israel. Pero la gente perda el tiempo en una languidez indiferente y descuidada. Por eso el profeta concentr su atencin en la capital: Ay de los reposados en Sin, y de los confiados en el monte de Samaria (6:1). Omri, el padre de Acab, edific Samaria en la cumbre de una colina, escogiendo un lugar muy propio para proteger y fortificar la ciudad. El y sus descendientes levantaron fuertes defensas, tanto as que ms tarde los asirios tardaron tres aos en tomar la ciudad. Pero la gente se arrullaba a s misma con un falso sentido de seguridad. Sus pecados causaran la destruccin de la capital israelita. 5. EL PECADO DE SAMARIA Ams visit a Samaria en uno de sus viajes anuales al norte para vender lana. All fue testigo del lujo y la comodidad que caracterizaban a los crculos elevados de la sociedad. El Reino del Norte, o de Israel, haba alcanzado su gran perodo de poder, prosperidad y paz bajo Jeroboam II (787747 A.C.). Esta era de bienestar nos ayuda a situar el libro de Ams alrededor de los aos 760 750, a mediados del siglo octavo A.C. El espectculo de Samaria provoc al profeta a denunciar severamente la situacin: Vosotros que dilatis el da malo, y acercis la silla de iniquidad; duermen en camas de marfil, y se extienden sobre sus lechos; y comen los corderos del rebao y los becerros de en medio del engordadero; gorjean al son de la flauta... Beben vino en tazones, y se ungen con los ungentos ms preciosos; y no
se afligen por el quebrantamiento de Jos (6:3-6). Reclinados en mullidos y suaves cojines, sobre costosos divanes, los israelitas coman y beban al sonido de la msica. Es una descripcin tpica de una sociedad amante del placer que cuadra a cualquier siglo. 6. CINCO VISIONES a. Una Plaga de Langostas. Ams vio en su primera visin una plaga de langostas que devoraba todo lo verde (7:1-3). Esto significaba hambreuna de las desgracias ms temidas en un pas donde casi toda la gente viva al da. El profeta implor misericordia y Dios retir su amenaza de castigo. b. Un Fuego Devorador. En la segunda visin, Ams vio un fuego destructor que amenazaba la tierra (7:4-6). De nuevo Dios escuch el ruego del profeta y retir su mano. c. Una Plomada de Albail. La tercera visin revel a Dios con una plomada de albail en su mano (7:7-9). En esta ocasin ninguna rogativa le hizo cambiar su propsito. Cuando Dios coloc su plomada de justicia junto a la vida econmica, religiosa, moral y social de Israel, el profeta reconoci con gran afliccin el resultado. La nacin se encontraba fuera de nivel, tan inclinada, que su pronta cada y ruina eran evidentes. Interludio: Ams y Amasas. En este punto se interrumpi sbitamente la predicacin del profeta. Amasas, el sacerdote de Beth-el, haba estado escuchando con enojo creciente al predicador rstico, pero implacable, del desierto de Jud. Las ltimas palabras que escuch demandaban que hiciera algo. El profeta estaba clamando: Levantarme con espada sobre la casa de Jeroboam (7:9). Como representante del rey, Amasas no poda permitir que estas amenazas quedaran sin protesta. Despus de enviar un mensajero a toda prisa para que llevara las nuevas a Jeroboam, el sacerdote enfrentse al profeta. Vidente, vete, y huye a tierra de Jud, y come all tu pan, y profetiza all: y no profetices ms en Beth-el, porque es santuario del rey, y cabecera del reino (7: 12-13). Inmediatamente Ams neg la acusacin de que fuera un profeta asalariado, que predicara para ganarse el pan. Entonces respondi Ams y dijo a Amasas: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y cogedor de cabrahigos: Y Jehov me tom de tras el ganado, y dijome Jehov: Ve, y profetiza a mi pueblo Israel (7:14-15). Era un hombre llamado y comisionado divinamente. Su ocupacin no se deba a un capricho momentneo. Dios lo haba tomado, se haba apoderado de l y lo haba arrojado al trabajo. Bien poda Ams decir, al igual que Pablo: Ay de m si no anunciare el evangelio! La ocupacin normal de este profeta era boyero es decir, uno que conduce los bueyesy cogedor de cabrahigos, o cosechador. Parte de su tarea era hendir, o pellizcar, los higos para hacer que maduraran ms pronto. El menciona una clase inferior de higos que slo los pobres coman. d. Un Canastillo de Fruta de Verano. Despus vino una cuarta visinun cesto lleno de fruta de verano (8: 1-3). En este pasaje encontramos un juego de palabras hebreas que no es posible traducir. En hebreo, el vocablo para verano es muy semejante al trmino que significa fin. Y Dios est declarando: Venido ha el fin sobre mi pueblo Israel; no le pasar ms. As como la fruta de verano pronto se pudrir en el cesto por causa del calor, la nacin ha de perecer. De nuevo el profeta denuncia vigorosamente las injusticias de los ricos. Od esto, los que tragis a los menesterosos, y arruinis los pobres de la tierra, diciendo: Cundo pasar el mes y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los alfoles del pan, y achicaremos la medida, y engrandeceremos el precio, y falsearemos el peso engaoso; para comprar los pobres por dinero y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos las aechaduras del trigo? (8:4-6). Estos eran hombres que ya tenan abundancia, pero que codiciosamente buscaban ms. Aun profanaban los das
santos, separados para la adoracin; tan ansiosos as estaban de ganar un cntimo ms si les era posible. Dios anuncia que ellos perdern el derecho a la herencia espiritual debido a su pasin consumidora por las ganancias materiales. He aqu vienen das, dice el Seor Jehov, en los cuales enviar a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de or palabra de Jehov (8:11). e. El Seor Sobre el Altar. La ltima visin del profeta revela al Seor de pie sobre el altar o junto a l (9:1). Aquel lugar, desecrado por la idolatra, se vuelve un lugar de castigo. Dios advierte que ni un solo pecador escapar de su ira. No importa a dnde huya uno, el Seor lo encontrar. En seguida tenemos una figura grfica del juicio de Dios. No es slo para la destruccin de los malignos, sino tambin para la salvacin de los justos. Porque he aqu yo mandar, y har que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra (9:9). El proceso de cernir es un proceso de separar. Pero solamente la paja se arrojar lejos. Todo el buen grano se almacenar cuidadosamente. El libro de Ams se cierra con una nota de esperanza y promesa. Los ltimos versculos trazan un incomparable cuadro de paz y prosperidad. Dios restaurar a su pueblo de la cautividad y lo bendecir en su tierra. La ltima promesaque sern plantados ah, y jams desarraigados de nuevoest cumplindose en nuestros das. En medio del caos y la confusin actuales, podemos refugiarnos en la seguridad de que los propsitos de Dios jams son derrocados. Por muy negra que sea la noche del pecado, nos espera un glorioso amanecer maana.
B.
Nombre: significa adorador de Jehov. Fecha: probablemente los siglos octavo o sexto A.C. Lugar de su ministerio: Jud. Divisin de su Libro: I. II. Destruccin de Edom (vrs. 1-16). Restauracin de Israel (vrs. 17-21). 1. JACOB VERSUS ESAU
Versculo sobresaliente para memorizar: v. 17. Se trata de un pleito familiar antiqusimo. Un pleito muy intenso y de gran repercusin. La madre estaba para dar a luz a su primer hijo. Pero cuando sinti el movimiento de la vida en su vientre, gradualmente percibi la lucha de dos vidas. Cuando or sobre el asunto, se le inform que en su interior latan ya dos gentes, dos pueblos (Gnesis 25:23). Y as fue. Rebeca fue madre de gemelos. Los dos muchachos, Esa y Jacob, crecieron juntos. Pero desde el principio fue evidente que integraban dos personalidades enteramente distintas. No se trataba slo de que Jacob fuera un hombre de tiendas y Esa un cazador que recorra los campos. La diferencia fundamental se encontraba en sus actitudes hacia la herencia ancestral. Esa vendi impertinentemente su primogenitura por un plato de lentejas. Habiendo despreciado los derechos de nacimiento, perdi tambin la bendicin. Este acontecimiento aviv los celos y las rivalidades de la infancia y la juventud. Fue muy censurable el hecho de que Jacob tomara ventaja de su hermano hambriento, pero mucho peor fue que engaara a su anciano padre ciego. Las cosas haban llegado demasiado lejos. Habindose propuesto asesinar, Esa esper el momento. Pero la madre obr con astucia y rapidez, y evit el fratricidio. Sin embargo, la disensin entre los dos hermanos se volvi odio malvado entre dos nacionesIsrael y Edom. Los descendientes de Jacob pagaron un precio muy elevado por el engao de su padre. 2. ISRAEL VERSUS EDOM Los siglos pasaron y el nuevo pueblo de Israel se diriga a la tierra prometida. Al llegar a la frontera de Edom, se envi una atenta splica de parte de tu hermano Israel, pidiendo salvoconducto para atravesar aquel pas montaoso. La respuesta fue una negativa terminante, acompaada de una amenaza: No pasars por mi pas, de otra manera saldr contra ti armado (Nmeros 20:18). De manera que los hebreos tuvieron que dar un largo rodeo por las fronteras de Edom. Cuando llegaron los siglos de monarqua, Sal guerre contra los edomitas, y David los conquist. Desde aquellos aos la lucha haba sido dura y prolongada. Pero probablemente haya sido en relacin con la destruccin de Jerusaln en el ao 586 A.C., que Edom se goz con toda perversidad en la dulzura de la venganza. Cuando los ejrcitos de Nabucodonosor invadieron Jud, depusieron al rey y dejaron en ruinas la capital, encontraron un aliado voluntario en el vecino Edom. En aquella hora tremenda de la cada de Jud, su hermano se puso a un lado y ri alegremente.
Probablemente haya sido en esta invasin, o alguna otra anterior, que se provocara la explosin de acusaciones profticas que encontramos en Abdas. Los veinticinco versculos de este libro, el ms corto del Antiguo Testamento, rebosan de protestas y declaraciones de castigo. Paterson lo ha llamado un himno de odio. Pero eso no es justo. Es ms bien una declaracin de la oposicin eterna de Dios a la ausencia del amor entre los hermanos. Las caractersticas sobresalientes de Edom eran las que el amor divino aborrece. 3. EL ORGULLO DE EDOM a. Petra, la Inconquistable. El orgullo de Edom se deba principalmente a dos cosas: La primera era la posicin casi inexpugnable de su capital, Petra. Este era un nombre apropiado, pues que en griego petra significa roca. La ciudad se encontraba situada en el extremo de un valle largo y angosto, de manera que era casi imposible capturarla. En Los Sarcfagos de una Civilizacin Antigua, (en ingls), George L. Robinson nos ha dado una descripcin extensa y vvida de la ciudad de Petra como est hoy. Todo un captulo se dedica al desfiladero que conduce directamente a la ciudad. El autor seala que en la antigedad, una docena de hombres poda defender el paso en contra de todo un ejrcito de invasores. Este hechojunto con el crculo de montaas inexpugnables que cercan la ciudaddio a los habitantes un tremendo sentido de seguridad. La estrecha caada es sinuosa y torcida, como el rastro de una serpiente. En ambos lados las paredes naturales se levantan a una altura de como setenta metros, ocultando la luz del sol, aun en medioda. En algunos lugares el paso no tiene ms de 3 6 metros de ancho. Esta hendidura en las montaas se prolonga por un poco ms de dos kilmetros, quebrndose de pronto en un pequeo valle situado transversalmente. Y all, frente a los ojos del viajero, est el Khazneh, o templo de Isis, que tiene treinta metros de altura y veinte de ancho, labrado en la hermosa piedra color de rosa de la regin. Los que han visto el lugar lo describen como un cuadro increblemente bello. Por supuesto, el templo que mencionamos est all desde tiempos romanos. Despus de seguir el desfiladero por medio kilmetro ms, se llega al sitio donde se encontraba Petra, la capital de los edomitas. En Petra se ven murallas con cientos de tumbas y habitaciones cavadas en ellas. Es la ciudad que viva segura en su fortaleza montaosa y miraba con indiferencia si no con desprecioal mundo que le rodeaba. Teniendo en nuestra imaginacin esta descripcin de la ciudad y sus alrededores, podremos comprender y apreciar mejor las palabras del profeta de la antigedad. En los versculos tres y cuatro de su breve profeca, clama: La soberbia de tu corazn te ha engaado, Oh t que habitas en las hendiduras de la pea, Y cuya morada est puesta en alto; El mismo que dice en su corazn: Quin me har bajar a tierra? Aunque te remontares como el guila, Y entre las estrellas pusieras tu nido, De all te har bajar yo! dice Jehov. (V.M.) En cierta ocasin estuve en una plataforma de observacin llamada Punto de Inspiracin, del Can de Yellowstone, en los Estados Unidos. Mientras contemplbamos absortos los colores indescriptiblemente bellos de la caada a nuestros pies, distinguimos un nido de guilas colocado firmemente sobre un solitario picacho. Cuatro aguiluchos se removan en el nido ignorantes de que los
observbamos por nuestros binoculares de larga vista. Se encontraban absolutamente seguros, porque ningn hombre ni bestia alguna podran llegar a su nido entre las estrellas. As se encontraba la antigua Petra. Pero Dios declar por medio de su vidente: De all te har bajar yo. Y hoy da, Petra, como Babilonia y Nnive, es tan slo un cmulo de ruinas. Aun los aliados de Edom la abandonaran y traicionaran (v. 7). La expresin los que coman tu pan, se refiere evidentemente a una costumbre muy popular en aquellas regiones del mundo. Aun en la actualidad es una ley no escrita entre los rabes, que si una persona come pan con otra, no le puede hacer dao despus. Comer juntos es smbolo de pacto y paz. Quien rompe esta costumbre comete uno de los crmenes ms graves entre los habitantes de los desiertos orientales. b. Los Sabios de Edom. Mencionamos anteriormente que el orgullo de Edom tena dos fuentes. La segunda era la gran fama que como sabios gozaban los descendientes de Esa. No har que perezcan en aquel da, dice Jehov, los sabios de Edom? (v. 8). Se mencionan especficamente tus valientes, oh Temn. La ciudad de Temn era considerada como uno de los grandes centros de sabidura en tiempos antiguos. Uno de los tres supuestos consoladores de Job era Eliphaz Temanita. Indudablemente, algn sabio famoso de aquel da. 4. LA CRUELDAD DE EDOM CON ISRAEL El orgullo de Edom condujo a la crueldad para con su hermano Israel. De esta manera llegamos a la mdula del lamento de Abdas en los versculos 10 al 14: La injuria de tu hermano Jacob te cubrir de vergenza, y sers talado para siempre. a. Saqueadores Voraces. Exactamente qu fue lo que hizo Edom? El da que estando t delante, llevaban extraos cautivo su ejrcito, y los extraos entraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusaln, t tambin eras como uno de ellos (v. 11). El siguiente versculo expresa con mayor claridad esta actitud: Pues no debiste t estar mirando en el da de tu hermano, el da en que fue extraado: no te habas de haber alegrado de los hijos de Jud en el da que se perdieron, ni habas de ensanchar tu boca en el da de la angustia (v. 12). Pero no se trataba solamente de una actitud negativa. Edom era culpable de acciones positivas: No habas de haber entrado por la puerta de mi pueblo en el da de su quebrantamiento... ni haber echado mano a sus bienes el da de su calamidad. La arqueologa ha descubierto que cuando los cautivos judos en Babilonia regresaron a Palestina, encontraron que los edomitas se haban posesionado de una parte considerable de Jud. Bajo la presin de los rabes nabateoshabitantes del desierto orientallos edomitas haban avanzado sobre el desierto de Negueb, la regin sureste de Palestina. De hecho, tenemos suficientes evidencias de que haban tomado posesin aun de Hebrn, muy al norte, tan slo a unos treinta kilmetros de Jerusaln. En tiempos de Jesucristo, esta regin era conocida como Idumea, y fue de all de donde sali el temido y odiado Herodes. b. Traidores en. Tiempo de Necesidad. El verso catorce registra una descripcin mucho ms vvida de las actividades de Edom. Tampoco habas de haberte parado en las encrucijadas (o pasos en las montaas), para matar los que de ellos escapasen; ni habas t de haber entregado los que quedaban en el da de angustia. Cuando los perseguidos habitantes de Jud quisieron huir cruzando el Jordn, cayeron en manos de los edomitas, quienes vigilaban su escape, los aprehendieron y los entregaron al enemigo. Aparentemente, Edom quera estar en el lado ventajoso de los invasores del oriente, pero su manera de obrar en contra de Israel no tuvo excusa alguna. Por tal razn, el profeta deja caer sobre esta nacin pagana las proclamas divinas de ruina y destruccin (vrs. 15-20). Dios librar a los suyos. Y como casi todos los profetas, Abdas termina con una nota de triunfo: El reino ser de Jehov.
5.
Cul es la leccin de este libro para nosotros actualmente? Una parte de la respuesta se encuentra en la descripcin que Hebreos 12:16 anota sobre Esa. Le llama profano. G. Campbell Morgan escribe: Una persona profana es la que no tiene ideas espirituales, cuya vida es un materialismo absoluto. Evidentemente, esta caracterstica marc a los descendientes de Esa. Es muy significativo que el Antiguo Testamento no hace referencia alguna a los dioses de Edom, aunque la arqueologa ha descubierto algunos restos de idolatra edomita. Abdas habla en nombre de Dios asegurando que en fin de cuentas, el bien triunfar; que Dios humillar a los soberbios y ensalzar a los humildes. Es un mensaje adecuado para todas las edades. Preguntas Para Discusin 1. 2. De qu manera influy el pasado de Ams en su manera de ver la vida? Cules son las consecuencias usuales de una vida de lujo?
3. Cul es el grado mnimo que Dios requiere en la prueba de la vida (referencia a plomada de albail)? 4. con Dios? 5. En qu forma alteran nuestras relaciones con los hombres las relaciones que tenemos Cul es la actitud de Dios hacia la crueldad nacional?
Nombre: significa paloma. Hogar: Gath-hepher (II Reyes 14:25), en Galilea, seis kilmetros al norte de Nazaret. Fecha: Durante el reinado de Jeroboam II, rey de Israel (787-747 A.C.). Lugar de su ministerio: Nnive. Divisin de su Libro: I. II. III. IV. Jons desobediente: huye de Dios (captulo 1). Jons arrepentido: corre hacia Dios (captulo 2). Jons predicando: camina con Dios (captulo 3). Jons disgustado: se adelanta a Dios (captulo 4). 1. LA CIUDAD DE NINIVE
Versculo sobresaliente para memorizar: 2:9. All estaba Nnive, extendida ante l con toda su majestuosa grandeza. Jons contempl la ciudad con mezcla de asombro y enojo. Esta era su destinacin divinamente sealada. Didoro, un historiador griego del primer siglo antes de Cristo, anot el dato de que la circunferencia de Nnive era de como noventa kilmetros. Muy de acuerdo con la indicacin de Jons (3:3), de que Nnive era ciudad sobremanera grande, de tres das de camino, es decir, alrededor de treinta kilmetros por da a pie. Los arquelogos han descubierto las murallas de Nnive antigua, que se extendan como cuatro kilmetros y medio de largo y dos de ancho. Pero es evidente que el trmino Nnive, tanto en Didoro como en Jons, se refiere a la ciudad y sus suburbios. Este gran centro contena una poblacin de ms de medio milln de habitantes. 2. LAS PROTESTAS DEL PROFETA (captulo 1) Jons fue enviado a este pueblo pagano, pero se resisti a cumplir su misin. Conoca el amor de Dios lo suficiente como para adivinar que el arrepentimiento de Nnive tendra como probable consecuencia el perdn de Jehov. Y no quera que esta metrpoli pagana fuera perdonada; quera que fuera destruida. Porquedespus de todo acaso no era Nnive el gran enemigo de la humanidad, el despiadado opresor del pueblo de Dios? Por qu habra de permitrsele continuar sus crueles conquistas? Y as, en lugar de iniciar la prolongada jornada hacia el norte y luego hacia el este, hasta Nnive, el rebelde profeta se dirigi hacia el poniente. Descendi a Joppe, el principal puerto marino israelita de aquel tiempo, y abord un buque hacia Tarsis. Indudablemente que esta ciudad era Tartessus, en Espaa, no lejos del estrecho de Gibraltar. Se diriga hacia el extremo occidental del Mediterrneo, lo ms lejos posible de la presencia de Jehov (1:3). Aparentemente todo sala a pedir de boca. El profeta pag su pasaje y descendi a su camarote
(?) en los costados del navo (1:5). Pronto se qued dormidoy roncando, como agrega la Versin Griega. Evidentemente roncaba tan fuerte que no escuch el creciente bramido de la tormenta sobre la mar, ni el rechinido de la madera al ser azotada por las olas. Pero pronto despert de su sueo (el original emplea el mismo trmino hebreo para sueo profundo empleado en Gnesis 2:21), y encontr sobre s al capitn que lo zarandeaba y le gritaba al odo: Levntate, y clama. Mas he aqu que el pobre Jons hua para esconderse de Dios y no estaba de humor para orar. La situacin se volvi tan desesperada que los marinos dedujeron que indudablemente haba un Jons a bordo como diramos ahora. De acuerdo con sus costumbres, echaron suertes para ver quin era el provocador de sus aflicciones, y de esta manera Jons se mud de una nave marina a un camarote submarino. Arrojado al mar enfurecido descubri que Dios ya le tena preparado un gran pez que le estaba esperando. 3. LAS ORACIONES DEL PROFETA (captulo 2) No se nos dice que Jons haya orado en el buque aun por orden del capitn mismo. Pero ahora, con las olas sobre s y su cabeza envuelta en algas marinas, implor auxilio con desesperacin. Cuando obtuvo respuesta a su oracin y estuvo dispuesto a acatar la voz de Dios, el pez lo deposit sano y salvo sobre la playa. Dios habl de nuevo y en esta ocasin el profeta obedeci. Aun en sus mejores momentos los hebreos eran muy malos marineros y Jons no tena deseo alguno de repetir sus hazaas en el mar. De manera que aunque de mala gana, se encamin hacia Nnive. Por fin lo encontramos sobre las mrgenes del ro Tigris. No quera avanzar, pero no se atreva a retroceder. Qu efecto tendra su predicacin? En todo caso, no le quedaba otra alternativa. 4. LA PREDICACION DEL PROFETA (captulo 3) Jons se abri paso hasta las orillas de la ciudad y empez a gritar con todas las fuerzas de sus pulmones: De aqu a cuarenta das Nnive ser destruida (3:4). Por tres das recorri las calles y puso sobre aviso a los habitantes. Y entonces sucedi exactamente lo que haba temido tanto. La gente se arrepintidesde el rey en su trono hasta el ltimo esclavo en la choza ms apartada. Dios tambin se arrepinti de acuerdo con el cambio de los ninivitas, y la ciudad condenada a desaparecer se salv. 5. LOS BERRINCHES DEL PROFETA (captulo 4) Eso puso a Jons de un humor insoportable. Un da suplic a Dios que lo rescatara de cierto sepulcro muy hmedo, pero ahora peda morir. Despus de censurar a Dios por su misericordia, expresa quejumbrosamente su dolor: Ahora pues, oh Jehov, rugote que me mates; porque mejor me es la muerte que la vida (4:3). El captulo cuatro es una extraa mezcla de humoradas y sentimientos. Alguien ha dicho que indudablemente Dios tiene un buen sentido de humor, o no hubiera hecho algunos de los animales tan extraos que vemos. Ciertamente, el Seor no est privado de una de las cualidades ms saludables de la personalidad humana. Jons estaba portndose no como un varn maduro de Dios, sino como un nio consentido. En este captulo lo vemos quejndose y haciendo berrinches, rencilloso y malvado. Qu predicador! Disgustado porque la gente se arrepenta cuando le oa predicar! Dios lo trat como un padre sabio trata a un nio malhumorado. Le dijo: Haces t bien en enojarte tanto? (4:4); o como dice la Septuaginta: Ests muy enojado? Quiz no debamos decir
que Dios estaba bromeando con el pobre profeta, pero cuando menos estaba procurando avergonzarlo y hacerle ver cun necias eran sus actitudes y acciones. Todo lo que Dios recibi por respuesta fue un silencio completo. Jons estaba portndose de acuerdo con todas las reglas. Estaba malhumorado al extremo y no se detena en demostrarlo. En lugar de responder, se sali de la ciudad y construy una choza pequea. Luego se sent bajo su sombra para ver qu aconteca a la ciudad. Entonces Dios decidi darle una buena leccin all mismo. Le dio una calabacera que aumentara la sombra y el fresco, pero luego la quit. Y para acrecentar la incomodidad del profeta desat un viento oriental caliente desde el desierto cercano. Muy pronto Jons se encontr otra vez con ganas de asistir a su propio funeral: Mejor sera para m la muerte que mi vida (4:8). Dios, entonces, aplic la leccin al profeta perverso. Jons se haba regocijado por la calabacera que apareca para protegerle, y despus haba tenido compasin de s mismo porque la mata se haba secado. Ahora, pues, Dios pregunta: Y no tendr yo piedad de Nnive? (4:11). Este es el versculo ms importante de la profeca de Jons. El vocablo lstima en el versculo 10, es la misma palabra empleada para piedad en el versculo 11. Pudiramos traducirla como tener cuidado de. El asunto que conmova era que Jons tena ms cuidado de una planta insignificante que de cientos de miles de almas en Nnive. Y el asunto es que una cantidad innumerable de supuestos cristianos cae diariamente en el mismo pecado. 6. LA INTERPRETACION DEL LIBRO Cmo debemos interpretar este libro? Algunos dicen: No es ms que otro cuento exagerado. Pero esa afirmacin no slo niega la inspiracin divina de las Escrituras, sino que constituye un insulto tanto para la inteligencia de los judos como para la de los cristianos, quienes han aceptado esta profeca como parte de su canon sagrado. De hecho, los judos tienen este libro en muy alta estima y lo escogieron como el pasaje especial para leerse en el Da de la Expiacin. Los eruditos bblicos han sostenido tres interpretaciones principales: la mtica, la alegrica y la histrica. Cul debemos escoger? a. La Teora Mtica. El punto de vista mtico sostiene que el libro de Jons es puro cuento, el producto de alguna imaginacin. Pero Raymond Calkins (en The Modern Message of the Minor Prophets, p. 168), ha sealado acertadamente que un escritor de historietas cortas le hubiera dado a su cuento un final diferente. Y tampoco puede tomarse como un reflejo de los mitos paganos, como lo aseguran algunos. b. La Teora Alegrica. La interpretacin alegrica encuentra simpatizadores entre los eruditos modernos, como George Adam Smith. De acuerdo con esta teora, Jons representa al pueblo de Israel, y el pez representa la cautividad babilnica. Dos escritores insignes recientes sobre los profetasRaymond Calkins y John Patersonofrecen una buena presentacin de este punto de vista. Obviamente, esta opinin tiene mucho en su favor. Pero George L. Robinson (The Twelve Minor Prophets, pp. 86 y ss.), ha sealado dos objeciones a esta interpretacin. La primera es que ninguna otra alegora del Antiguo Testamento tiene a un personaje histrico como su hroe. La segunda es la presencia del milagro, lo cual, segn lo afirma Robinson, nunca se encuentra en las parbolas ni en las alegoras. c. La Teora Histrica. El tercer punto de vista es la interpretacin histrica sostenida casi universalmente por judos y cristianos hasta el siglo pasado. Robinson cita en favor de esta teora la forma narrativa del libro; el testimonio de Tobas, III Macabeos, las Antigedades de Josefo, y la actitud tan distinta hacia la profeca de Oseas que por algn tiempo se crey ser una alegora, pero que ahora prcticamente todos la interpretan como historia verdica.
(1) Jons, su Lugar en la Historia. Por supuesto que uno de los principales argumentos en defensa de la historicidad de Jons es la referencia hecha a l en II Reyes 14:25. Los crticos admiten que en verdad hubo un hombre llamado Jons, que profetiz durante el reinado de Jeroboam II rey de Israel (787-747 A.C.). Que descendi de Gath-hepher, en Galilea, como seis kilmetros al norte de Nazaret. Y se ha sugerido con propiedad que ningn escritor de aos posteriores querra usar a Jons como ejemplo de un fanatismo estrecho, si no tuviera bases histricas para trazar la imagen del profeta. (2) Jons, Mencionado por Jesucristo. La mencin que Cristo hizo de Jons obtiene proporciones gigantescas en las consideraciones de los eruditos conservadores. El se refiri a la experiencia de Jons en el pez como un smbolo de su propia muerte y resurreccin. Tambin mencion la predicacin de Jons en Nnive en la misma conexin con la visita de la reina de Seba a Salomn. Ciertamente, este rey no fue tan slo una alegora. d. Para Nosotros: Una Combinacin. Qu teora, pues, hemos de aceptar nosotros? Probablemente una combinacin de las ltimas dos. La historia de Jons como historia, y tambin como una alegora de lo que habra de suceder a la nacin en los das infaustos de la cautividad babilnica. Una de las razones que tenemos para incluir la interpretacin alegrica, es la sorprendente semejanza entre las expresiones de la experiencia de Jons, y las de Jeremas 51:34, 44 Comime, desmenuzme Nabucodonosor rey de Babilonia... tragme como dragn, hinchi su vientre. Y Dios responde: Y visitar a Bel en Babilonia, y sacar de su boca lo que ha tragado. En ambos libros se emplea el mismo trmino (bala) para tragar. 7. LOS MILAGROS EN JONAS a. Un Gran Pez. Hay dos milagros en este libro que han causado mucha dificultad a los crticos. El primero es el del gran pez. Alguien ha comentado que el monstruo marino se ha tragado no slo a Jons, sino tambin a los comentaristas. G. Campbell Morgan observa: Los hombres han estado tan ocupados con las medidas tratando de encontrar las dimensiones del vientre del pez, que no parecen haber tenido tiempo para sondear las profundidades de la revelacin divina. Lo primero que debe decirse es que en el libro de Jons no se menciona ninguna ballena. Lo que se dice es que Jehov haba prevenido un gran pez que tragase a Jons (2:1). En Mateo 12:40 se usa una expresin popular y se dice que este gran pez era una ballena. A menudo se ha afirmado que los tiburones, los cuales son peces, han tragado a hombres enteros. Posiblemente el monstruo marino que se trag a Jons haya sido creado especialmente para esa ocasin. Pero la explicacin ms natural para el vocabulario del pasaje es que Dios arregl la aparicin de un gran monstruo marino en el momento apropiado. Problema ms difcil es el que presenta la supervivencia de Jons adentro del pez. Y no se puede arrancar de la Biblia lo milagroso sin hacer pedazos todo el edificio de la revelacin divina. Es parte integrante de la urdimbre y la textura de la Palabra de Dios. Como creyentes en la Biblia, no vacilamos en aceptar este milagro. b. Un Gran Avivamiento. El segundo milagro que ha sido censurado es el de la conversin de Nnive. Muchos eruditos occidentales no han tomado en cuenta la naturaleza tan voluble de los orientales. Entre los pueblos primitivos la histeria en masa se induce fcilmente. Adems, no carecen de significado los registros antiguos que describen un ayuno de cien das ordenado por los gobernadores de Nnive poco antes de su destruccin final en el ao 612 A.C. Por supuesto que no podemos identificar este ayuno con el que se menciona en Jons, pero provee un paralelo
sorprendente realizado en un siglo posterior. Muy comn ha sido burlarse de la inclusin de animales en el decreto del rey sobre el ayuno. Pero de nuevo cerramos los ojos a las costumbres del oriente. Herodoto, el historiador griego, describe cmo los persas cortaron el pelo a sus caballos y a sus bestias de carga como parte del luto nacional por la muerte de un famoso general. Cun lejos estn las palabras del gran erudito alemn C. H. Cornill, del modo burln con que a menudo se considera a Jons: He ledo el libro de Jons cuando menos cien veces, y lo he de afirmar pblicamente porque no me avergenzo de mi debilidad, que no puedo ni siquiera tomar este libro maravilloso en mis manos, ni siquiera hablar de l, sin que las lgrimas fluyan a mis ojos y mi corazn lata ms aprisa. Este libro aparentemente trivial es uno de los ms profundos y grandiosos que jams se hayan escrito, y he de decir a todos los que se acercan a l: Quita tus zapatos de tus pies; porque el lugar que pisas suelo santo es. 8. EL VALOR DEL LIBRO a. La Salvacin es Internacional. Por encima de todas las discusiones sobre este libro, encontramos lecciones obvias. El mayor mensaje de esta historia proftica es el deseo divino de salvar a todos los hombres. Jons es un ejemplo de la actitud intolerante de muchos judos hacia los gentiles. Segn el Talmud, los gentiles eran como el escupitajo que cae de la boca de un hombre. Esta actitud despreciativa ha tenido terribles repercusiones en tiempos modernos. La salvacin era slo para los judos. Los gentiles no estaban incluidos en el pacto de Dios con su pueblo. Para ellos no haba esperanza. El libro de Jons fue como el toque de una trompeta en contra de esta opinin nacionalista y estrecha. George Adam Smith cuenta que una vez pregunt a un culto laico de la Iglesia Ortodoxa Griega por qu Dios haba creado tantos mahometanos. La respuesta rpida y fervorosa fue: Para llenar el infierno! Esta actitud es muy semejante a la que el profeta demostr hacia los miles de habitantes de Nnive. El se hubiera regocijado al contemplar la ciudad y a todos sus habitantes, sepultados en ruinas. De esta manera vemos que el libro de Jons es uno de los libros misioneros ms grandes de todos los tiempos. Junto con el pequeo libro de Ruth, demuestra que los gentiles pueden participar en el pacto de Dios. La salvacin depende del arrepentimiento, no de la raza. b. Otras Lecciones. Podramos mencionar otras lecciones definidas de este libro. No es posible huir de la presencia de Dios. La desobediencia resulta muy costosa. Las amenazas de Dios son condicionalessi nosotros cambiamos, El tambin cambiar. La senda de la desobediencia siempre conduce hacia abajo. En este da de prejuicios raciales, religiosos y econmicos, cuando la urgencia de las misiones extranjeras es crucial, haramos bien en considerar de nuevo el mensaje del libro de Jons. Dios tiene otras ovejas.
B.
Nombre: Quin como Jehov? Hogar: Moreseth-Gath, o Morasti, como treinta kilmetros al suroeste de Jerusaln.
Fecha: Alrededor de los aos 740-700 A.C. (la misma poca de Isaas). Lugar: El reino de Jud, o reino del Sur. Divisin del Libro: I. II. III. Juicio (captulos 13). Consuelo (captulos 45). Reprensin y Promesa (captulos 6-7) 1. EL LLAMAMIENTO DEL PROFETA
Versculos sobresalientes para memorizar: 4:1-2; 5:2; 6:8. a. Crepsculo en la Tierra. El sol se pona sobre el Mediterrneo. Desde un punto elevado sobre una colina, como a trescientos metros sobre el nivel del mar y treinta kilmetros distante del mismo, Miqueas observaba los rayos de plata volverse amarillo oro y por ltimo rojo vivo. En la quietud del atardecer algunas avecillas cantaban y volaban de aqu para all. Era la hora de meditacin del profeta, su cita con Dios a la puesta del sol. A sus pies se extenda la ancha llanura entre la Shefelah y el mar, punteada con las ciudades del enemigo tradicional de Israellos filisteos. En las cercanas se encontraba su villa natal, Moresethgath, o Morasti, que le daba su nombre de Miqueas de Morasti. A su espalda, sobre colinas ms elevadas, se hallaba la cueva de Adullam, donde David se haba escondido de Sal. Esa noche pareca como si las caadas entre las colinas resonaran con los clamores de aos idos. Su mente lo llev an ms all, hasta la aldea de Bethlehem, encaramada sobre la altiplanicie de Jud a ms de mil metros de altura sobre el nivel del mar. La ciudad de David! Oh, que Dios enviara otro libertador a su pueblo, otro rey que los gobernara en justicia! El enclenque y malvado Jotham tena su corte asentada en esos das en el palacio del rey en Jerusaln, unos cuantos kilmetros al norte de Bethlehem. Indigno sucesor de su padre Uzzas, haba descarriado a la nacin por la idolatra y el pecado. Cunto tiempo pasara antes de que la ira de Dios descendiese sobre aquel pueblo desobediente? Tristemente, el profeta volvi sus ojos al sol poniente. Precisamente antes de que el globo de fuego se hundiera en las profundidades del ocano para extinguirse por otra noche, una nube obscura se levant del mar y cubri el rostro del sol. Un temblor fro estremeci el paisaje cuando la nube ascendi ms y ms. La oscuridad se tendi silenciosa por colinas y valles, y la noche le sigui en sus talones. El da dej caer sus instrumentos de ruido y desapareci. b. Crepsculo de una Nacin. Sentado en medio de la oscuridad creciente, el profeta tembl posedo por un presagio que le infunda temor. Le pareci que en la quietud de la noche se escuchaban pasos que se acercaban. Y dentro de su alma resonaron con gran significado proftico: Porque he aqu, Jehov sale de su lugar, y descender, y hollar sobre las alturas de la tierra. Y debajo de l se derretirn los montes, y los valles se hendirn como la cera delante del fuego, como las aguas que corren por un precipicio (1:3-4). Pero, por qu habra de visitarlos Dios? Todo esto por la rebelin de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel (1: 5). En dnde caera primero el castigo de Dios? El profeta no esper mucho la respuesta: Pondr pues a Samaria en majanos de heredad, en tierra de vias; y derramar sus piedras por el valle, y descubrir sus fundamentos (1:6). Miqueas perteneca al reino de Jud, o reino del Sur. Era una verdadera lstima que el castigo estuviera para caer pronto sobre Samaria, la capital del reino del Norte, o Israel. Pero, qu de
Jerusaln? La respuesta fue: Todava no. El profeta contempl la inundacin de la ira de Dios llegar hasta las murallas de Sin. Lleg hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusaln (1:9). Pero ah se detuvo. El castigo qued detenido por aquel tiempo. Y entonces, mientras pensaba en las ciudades y aldeas a sus alrededores, su mente inspirada encontr expresin en una serie de retrucanos. Moffat ha procurado reproducir en ingls el juego de palabras relacionadas con los nombres de estos pueblos: Derramad lgrimas en la Ciudad del Llanto (Gath), Revolcaos en el polvo en la Ciudad del Polvo (Beth-leaphrah), Encaminaos despojados a la Ciudad de la Feria (Saphir)! Ciudad de la Agitacin (Saanan), no te atrevas a agitarte, .. Apareja tus corceles y anda, oh Ciudad de los Caballos (Lachis), Oh fuente del pecado de Sin! Donde los crmenes de Israel se concentran! Oh Sin, doncella, has de apartarte de Moreseth de Gath; y los reyes de Israel son siempre impedidos en la Ciudad del Impedimento (Achzib). 2. LA OPRESION DE LOS POBRES De regreso en casa, la pluma del profeta se moj en lava ardiente. Ay de los que piensan iniquidad, y de los que fabrican el mal en sus camas! Cuando viene la maana lo ponen por obra, porque tienen en su mano el poder. Y codiciaron las heredades, y robronlas: y casas, y las tomaron: oprimieron al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad (2:1-2). El inters primordial de Miqueas era el pueblo sencillo del campo, oprimido por los ricos. Criado en un ambiente humilde, alejado de la capital por las montaas, Miqueas observ lo que aconteci al pueblo comn. Se transform en el profeta de los pobres. Cuando los ricos tenan que pagar fuertes impuestos al rey Jotham de Jerusaln, tan amante de lujo, pagaban las alcabalas apoderndose de las tierras de los campesinos pobres. El rey siguiente, Acaz, se vio en la necesidad de pagar tributos a Asiria, y llevar, adems, una costosa guerra contra Siria y Efran (734 A.C.). Los terratenientes avaros tuvieron buen cuidado de que los pobres llevaran el peso de estas cargas. El corazn del profeta se rebel iracundo en contra de todo esto. Le pareca que los codiciosos terratenientes no se detenan ante nada. A las mujeres de mi pueblo echasteis fuera de las casas de sus delicias: a sus nios quitasteis mi perpetua alabanza (2:9). a. El Pecado de los Prncipes. De Jerusaln llegaron algunos informes que avivaron el fuego en el alma de Miqueas. El origen de muchos de los males prevalecientes se encontraba en la ciudad sagrada misma. Y dije: Oid ahora, prncipes de Jacob, y cabezas de la casa de Israel: No perteneca a vosotros saber el derecho? Que aborrecen lo bueno y aman lo malo, que les quitan su piel y su carne de sobre los huesos; que comen asimismo la carne de mi pueblo, y les desuellan su piel de sobre ellos, y les quebrantan sus huesos y los rompen, como para el caldero, y como carnes en olla (3:1-3). Palabras mayores estas! Para Miqueas, los gobernantes crueles, avaros y egostas, eran canbales. Arrancaban la piel al pueblo menesteroso; quitaban la carne que rodeaba los huesos y hacan pedazos los huesos para ponerlos en el cocido. Era una acusacin custica, presentada en palabras que quemaban como fuego. En el alma del profeta resonaba el eco de la justicia santa de Dios. Cul sera la consecuencia? Entonces clamarn a Jehov y no les responder; antes esconder de ellos su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicieron malvadas obras (3:4). Ellos haban
dado odos sordos a los ruegos suplicantes de los pobres. Ahora Dios rehusaba escuchar sus clamores. b. El Pecado de los Profetas. El heraldo de Dios volvi su atencin de los prncipes a los profetas. As ha dicho Jehov acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, que muerden con sus dientes, y claman, Paz, y el que no les diere qu coman, aplazan contra l batalla (3:5). Aun los profetas se haban vuelto avaros y codiciosos. Puesto que predicaban por salario, se volvan salvajemente en contra de los que no les daban de comer. La nacin se encontraba en mala situacin cuando aquellos que deban hablar en nombre de Dios estaban interesados solamente en ellos mismos. Cul fue el veredicto de Dios? Ni visin, ni luz, ni respuesta de parte del Altsimo (3:6-7). Los profetas falsos seran avergonzados y confundidos. Eso no aconteca con Miqueas. Yo empero estoy lleno de fuerza del espritu de Jehov, y de juicio y de fortaleza, pero denunciar a Jacob su rebelda, y a Israel su pecado (3:8). Esta era la fuente de su ministerio proftico: el poder del Espritu de Dios. c. El Pecado de los Sacerdotes. Los sacerdotes se unieron a los prncipes y a los profetas en esta cabalgata de crimen. Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes ensean por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y apyanse en Jehov diciendo: No est Jehov entre nosotros? No vendr mal sobre nosotros (3:11). Este era su peor crimenel pecado de presuncin. Cometieron el error tan comn de suponer que porque eran el pueblo escogido de Dios, nada malo podra sucederles. Era la misma clase de actitud que muchos miembros de iglesia sostienen hoy da. 3. SENTENCIA DE MUERTE Estos hombres posean una manera de pensar muy turbia. Miqueas vio claramente que un Dios justo castigara inevitablemente el pecado. Jerusaln no era ms inviolable que Samaria. La misma suerte de su hermana nortea esperaba a Jud por su testarudez, su obstinacin y su desobediencia. La sentencia pronunciada sobre Jerusaln era notablemente similar a la de Samaria. Por tanto, a causa de vosotros ser Sin arada como campo, y Jerusaln ser majanos, y el monte de la casa como cumbres de breal (3:12). Miqueas pronunci esta profeca ms de cien aos antes de su cumplimiento en el ao 586 A.C., cuando Jerusaln fue destruida. 4. PROMESA DE RESTAURACION Esta sentencia de asolamiento fue seguida inmediatamente por una promesa de restauracin. En los primeros versculos del captulo cuatro, Miqueas traza uno de los cuadros ms brillantes de la gloria futura de Israel que puedan encontrarse en el Antiguo Testamento. Esto es lo que dice el versculo citado con tanta frecuencia: Y martillarn sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces: no alzar espada gente contra gente, ni ms se ensayarn para la guerra (4:3). Y Miqueas no se limit a predecir la devastacin de Jerusaln, sino que seal el lugar de la cautividad. A Babilonia ir Jud, y de Babilonia ser rescatada (4:10). Entonces aparece una de las grandes profecas mesinicas del Antiguo Testamentola misma que los escribas le citaron a Herodes cuando Cristo Jess naci: Mas t, Beth-lehem Ephrata, pequea para ser en los millares de Jud, de ti me saldr el que ser Seor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los das del siglo (5:2). El Mesas vendra de la familia y de la ciudad de David. 5. EL PLEITO DEL SEOR El sexto captulo se intitula El Pleito del Seor (6: 2). Tristemente, el Seor pregunta: Pueblo
mo, qu te he hecho, o en qu te he molestado? Responde contra m (6:3). Les recuerda su amor y sus cuidados en aos pasados. Miqueas se identifica con Ams y Oseas en su actitud hacia el ritualismo. Con qu prevendr a Jehov, y adorar al alto Dios? vendr ante l con holocaustos, con becerros de un ao? Agradarse Jehov de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? dar mi primognito por mi rebelin, el fruto de mi vientre por el pecado de mi alma? (6:6-7). 6. LA RELIGION VERDADERA La respuesta viene en uno de los pasajes ms grandiosos del Antiguo Testamento. Resume lo que Dios demanda del hombre. Oh hombre, l te ha declarado qu sea lo bueno, y qu pida de ti Jehov: solamente hacer juicio, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios (6:8). Nadie puede cumplir estos requisitos sin agradar a Dios, porque es necesario hacer la paz con Dios antes de caminar humildemente en su presencia. El Talmud dice que en el Salmo 15 David redujo a 11 los 613 requisitos de la ley mosaica. Miqueas los reduce a tres. Jess resumi toda la ley en dos mandamientos. En todo esto hay una pronunciada unicidad de nfasis. La religin significa tener buenas relaciones con Dios y buenas relaciones con los hombres. La justicia es la base de toda vida moral. Pero para ser cristiano hay que amar la bondad. Y no hay religin verdadera aparte de la comunin con Dios. 7. LA PERSPECTIVA Al llegar al ltimo captulo podemos imaginarnos a Miqueas de regreso en sus colinas de Morasti, observando otra puesta de sol. Haba entregado fielmente el mensaje de Dios al pueblo. Cul era el resultado? Ay de m! dice (7:1). Falt el misericordioso de la tierra (7:2). En lugar de hacer el bien, el pueblo procura completar la maldad con sus manos (7:3). Y el profeta se siente decididamente pesimista: El mejor de ellos es como el cambrn; el ms recto, como zarzal (7:4). No se puede confiar en nadie, ni siquiera en el mejor amigo o el ser ms amado (7:5). Es, realmente, un cuadro trgico que se acopla bien con la ms profunda oscuridad nocturna. Todo est oscuro. Hacia dnde volver su vista el profeta? 8. LA MIRADA HACIA ARRIBA Entonces viene la declaracin de fe. Yo empero a Jehov esperar... Aunque more en tinieblas, Jehov ser mi luz (7:7-8). La presencia de Dios provee consuelo y seguridad. Y debido a que Miqueas elev su vista hasta que distingui la luz, su profeca se cierra con una nueva visin de la fidelidad y la misericordia de Dios. En medio de las tinieblas reinantes, distingui al Salvador. Qu Dios como t, que perdonas la maldad?... echar en los profundos de la mar todos nuestros pecados (7:18-19). Con esta nota evanglica termina su profeca. Solamente faltaba que el Nio de Beln cumpliera esta descripcin de la salvacin. Preguntas Para Discusin 1. 2. 3. Qu sucede a quienes rechazan el llamado de Dios al ministerio? Cules son las bases de nuestra creencia en los milagros? Cul es el mensaje de Jons para nuestro da?
4. Hasta qu punto puede aplicarse el mensaje de Miqueas sobre la justicia a las relaciones humanas en la actualidad? 5. Cmo definira usted la religin verdadera?
Cuatro NAHUM y HABACUC A. Nombre: Consolador. Hogar: Elkosh, posiblemente como a treinta kilmetros al suroeste de Jerusaln. Fecha: Entre los aos 663 y 612 A.C. Lugar de su ministerio: Jud. Divisin del Libro: I. II. III. Declaracin Sobre el Asolamiento de Nnive (captulo 1). Descripcin de la Ruina de Nnive (captulo 2). Defensa de la Destruccin de Nnive (captulo 3). NahumMaldicin de Dios Sobre la Crueldad
Versculos sobresalientes para memorizar: 1:3; 1:7. Oyese estruendo de ltigos, Y estruendo de ruedas impetuosas, Y de caballos que corren, Y de carros que vuelan, Y de caballera que carga! Se ve tambin el brillo de la espada, Y el relampagueo de la lanza! Y hay una multitud de muertos; Montones de cadveres; Y no hay fin de los cuerpos muertos: Tropiezan las gentes contra los cuerpos muertos. (3:2-3, V.M.) Un momento! Qu pasa aqu? Qu pasa? Hombre, Nnive est siendo destruida! Nnive? No! S, Nnive! Nnive la grande. Nnive la inconquistable. Nnive la poderosa. El monstruo cruel lucha desesperadamente en las garras de la muerte, derrotado, vencido, acabado... muerto. Cmo? Por qu? Heme aqu contra ti, dice Jehov de los ejrcitos (2:13; 3:5). Esa es la respuesta. El Seor de los ejrcitos est atacndola. Su destruccin se decret. Pero, por qu? Porque fuiste vil (1:4). Las atrocidades inhumanas, las crueldades indescriptibles de la antigua Nnive, le hicieron sumamente vil a los ojos de Dios. Ay de la ciudad de sangres, toda llena de mentira y de rapia (3:1). Una ciudad as debera ser destruida. 1. LA CRUELDAD DE NINIVE Ms de un siglo haba transcurrido desde la profeca de Jons. Nnive haba cado de nuevo en su carrera de conquistas crueles. El reino de Israel, donde Jons vivi, haba sido pisoteado por las plantas del opresor. En el ao del 732 A.C., el territorio nativo del profeta, Galilea, fue capturado. Con la cada de Samaria, la capital, en 721, el reino de Israel desapareci. Pero las conquistas sangrientas siguieron. Senaquerib invadi el reino de Jud en el 701. Su sucesor, Esarhaddon, conquist Egipto extendiendo as las fronteras del imperio asirio hasta los lmites del Asia.
El siguiente rey, Ashurbanipal, rein sobre Asiria cuando sta se hallaba en el cenit de su gloria. Este rey era una mezcla extraa. Por un lado, probablemente haya sido el patrocinador ms grande de la literatura en tiempos antiguos. Por dondequiera que iba coleccionaba manuscritos antiguos. El descubrimiento de su biblioteca real en Nnive, conteniendo miles de tablas de barro, ha sido uno de los descubrimientos principales de los tiempos modernos. Pero la cultura de Ashurbanipal quedaba opacada por su crueldad. Se jactaba de despedazar a los reyes; oblig a tres reyes cautivos a tirar de su carro real por las calles. Oblig a un prncipe a llevar colgado de su cuello la cabeza sanguinolenta de su rey, y celebr un gran banquete teniendo la cabeza de un monarca caldeo colgando sobre s. Los asirios eran famosos por su crueldad desenfrenada, pero parece que Ashurbanipal los super a todos. Desde este punto de vista hemos de considerar las profecas de Nahum. El motivo del libro lo provey la crueldad extremada de Asiria. 2. LA FECHA DEL LIBRO Es probable que Nahum haya profetizado precisamente durante el reinado de Ashurbanipal. Sabemos que su profeca se pronunci despus del 663 A.C., porque fue en ese ao cuando Ashurbanipal conquist a Tebas en el Egipto superior. El profeta advierte a Nnive: Eres t mejor que No-amn (Tebas) que estaba asentada entre ros?... Tambin ella fue llevada en cautiverio (3: 8-10). La capital asiria correra la misma suerte que la capital egipcia. Por otra parte, la ltima fecha posible para Nahum sera el ao 612 A.C., cuando Nnive fue tomada por los ejrcitos combinados de los medos, los babilonios y los scythas. Los ninivitas declararon un ayuno de cien das en un esfuerzo por aplacar a sus dioses (vase Jons 3: 15). Pero esto no explicaba sus crueldades diablicas. Algunos eruditos colocan el libro de Nahum poco despus de la cada de Tebas en el 663 A.C. Pero los estudios modernos parecen indicar que se escribi en el perodo inmediatamente anterior a la cada de Nnive. Despus de la muerte de Ashurbanipal en el 626 A.C., el imperio asirio declin rpidamente. Perdi todos sus territorios extranjeros y pronto la ciudad misma cay. 3. UNA DESCRIPCION DE LA CIUDAD George Adam Smith nos ha dado una descripcin bastante extensa de Nnive y sus alrededores. La ciudad tena la forma de un eje, de donde salan los caminos en todas direcciones. A lo largo de estos caminos se encontraban numerosos fuertes, torres y guarniciones. El profeta anunci la cada inminente de estas avanzadas de defensa. Declar: Todas tus fortalezas cual higueras con breva; que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer (3:12). Todo el que haya sacudido un rbol cargado de fruta madura, puede apreciar la vividez de la expresin. La ciudad estaba protegida con una elevada muralla que meda ms de once kilmetros de largo, y era tan ancha que permita que tres carros anduvieran ampliamente por su terraza. A cierta distancia de la muralla se encontraba un foso de como cincuenta metros de ancho. La tradicin dice que tena veinte metros de profundidad. El agua para el foso vena de un canal y del ro Khusur, un tributario del Tigris. Todava puede apreciarse la solidez de las murallas por sus ruinas, que se levantan an hasta casi veinte metros sobre el nivel del terreno natural, notndose aqu y all las ruinas ms elevadas an de los torreones. En su da, Nnive fue la fortaleza ms importante de Asia Occidental. Pero todos estos fuertes formidables son como nada. He aqu, tu pueblo ser como mujeres en medio de ti: las puertas de tu tierra se abrirn de par en par a tus enemigos: fuego consumir tus barras (3:13). Y as, a la ciudad lleg el aviso de que se preparara para el sitio. El orgulloso sitiador de una gran ciudad tras de otra, debera probar ahora de su propio brebaje amargo. Provete de agua para el
cerco, fortifica tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, fortifica el horno (3:14). En otras palabras, preprate para lo peor. 4. LA CAPTURA DE NINIVE Dos de los versculos ms vvidos en todo el libro describen el primer ataque furioso a los suburbios de la ciudad: Los carros se precipitarn a las plazas, discurrirn por las calles: su aspecto como hachas encendidas; corrern como relmpagos (2:4). Sonido de ltigo, y estruendo de movimiento de ruedas; y caballo atropellador, y carro saltador (3:2). La arremetida de los carros viene acompaada de otra por la caballera: Caballero enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza (3:3). Los cuerpos muertos se apilaran en las calles al grado de que los defensores y los invasores tropezaran sobre ellos. Cuando los asirios se retiraron tras de la proteccin de las murallas, los sitiadores se prepararon para la tarea final de abrirse paso a la fuerza. El primer paso fue la construccin de burdos puentes sobre las zanjas. Los arquelogos han encontrado el foso del lado este lleno con desperdicios frente al gran hoyo abierto en la muralla. La tradicin asegura que una inundacin de las aguas del Tigris o de su tributario, facilitaron la captura de la ciudad. Evidentemente, echaron el agua contra las murallas o a travs de las compuertas, ayudando as a abrirse paso hacia la ciudad. Nahum previ esto cuando escribi: Las puertas de los ros se abrirn, y el palacio ser destruido (2: 6). En consecuencia, Nnive qued completamente destruida. El profeta ve la ciudad como un depsito de agua en cuyas paredes se ha abierto brecha para que toda el agua salga. Y as sucedi en Nnive. Aunque algunos clamaron: Parad, parad (2:8), el pueblo huy aterrorizado. Dejaron la ciudad vaca, asolada y despedazada (2:10). La vanidosa Nnive ha quedado asolada desde el da en que fue destruida. Dos mojones, identificados en 1842, son todo lo que queda del sitio. En el ao 331 A.C., Alejandro el Grande pas por aqu en su camino hacia la conquista del mundo. Aunque no pudo reconocer las ruinas de Nnive, ya que estaban enteramente cubiertas, bien pudieron ellas haber susurrado una palabra de advertencia: Todo lo que el hombre edifica sin Dios, caer ciertamente. 5. EL HOGAR DEL PROFETA Casi todos los pasajes observados hasta aqu se han tomado de los captulos segundo y tercero de Nahum. Volvamos ahora nuestra atencin al primer captulo. El primer versculo nos da el encabezamiento del libro. Carga (u orculo) de Nnive. Libro de la visin de Nahum de Elkosh. El pueblo natal de Nahum, Elkosh, no ha podido identificarse. Algunos creen que haya estado en una localidad al otro lado de Nnive, donde los habitantes sealan an la supuesta tumba del profeta. Otra tumba tradicional de Nahum se seala al sur de Babilonia. Jernimo dijo que haba sido un pueblo en el norte de Galilea, mientras que otros creen que fue Capernaum cuyo nombre arbigo significa: ciudad de Nahum. Quiz el sitio ms probable sea en el sur de Judea, como a treinta millas al sureste de Jerusaln. Es muy probable que Nahum haya venido de Jud, puesto que Israel, el Reino del Norte, ya se encontraba en cautiverio. 6. LA IRA DE DIOS G. Campbell Morgan ha hecho la interesantsima observacin de que en los primeros ocho versculos de Nahum se encuentran todos los vocablos del Antiguo Testamento hebreo que significan ira. En nuestra Biblia castellana de Reina y Valera, se traducen como celo, venganza, ira, furor, enojo,
(en una ocasin, indignacin se traduce como ira). Y Campbell Morgan seala con su mtodo expositivo y analtico tan caracterstico, que celo es el resultado del amor herido. Venganza, significa retribucin y no desquite. Ira, significa una actitud que ha cambiado por causa del pecado. Enojo e indignacin, expresan la actividad de la ira. Furor, significa calor y consuncin por el fuego. Mas, cul es la causa del furor del Seor? Es su amor por su pueblo oprimido. Su misma ira es una expresin de amor. No podemos creer en el amor de Dios sin creer tambin en la ira de Dios, porque el amor debe indignarse en contra del mal. El amor moral es ms que un mero sentimiento. 7. EL MENSAJE DE NAHUM PARA NUESTRO DIA El mensaje de Nahum es definitivamente un mensaje para nuestro da. A la luz de las atrocidades cometidas por los nazis en Europa, es ms fcil apreciar los fuertes sentimientos del profeta. Las crueldades indestructibles de los asirios de antao han quedado en evidencia en su libro de leyes recientemente descubierto. Los castigos infligidos incluan arrancar los ojos, cortar las manos, rajar las narices, tajar las orejas y derramar brea hirviendo sobre la cabeza. Cuando a los cautivos inocentes e indefensos se les haca vctimas de tales crueldades, podemos comprender cun justificada era la indignacin de Nahum. George A. Gordon dijo una vez que hay tres grandes pruebas de un gran carcter: la capacidad para amar intensamente; la capacidad para entusiasmarse intensamente, y la capacidad para indignarse intensamente. Sin un sentido de indignacin contra el pecado y el mal, no hay amor verdadero. Por lo tanto, necesitamos escuchar el mensaje que Dios tendra para este siglo nuestro por medio de Nahum. Raymond Calkins ha sealado su importancia. El escribi esta palabra de comentario: Indudablemente que hay lugar para un libro como el de Nahum en la revelacin de la gracia. En lugar de quitar de la Biblia esta profeca de Nahum, es mejor que la dejemos. La necesitamos. Nos recuerda que a menos de que el amor est equilibrado con la capacidad para indignarnos justamente, degenera en un sentimiento bondadoso, vago y difuso. Un hombre verdadera y profundamente religioso es siempre un hombre de ira. Porque ama a Dios y a sus semejantes, odia y desprecia la inhumanidad, la crueldad y la perversidad. Todo buen hombre profetiza a veces como Nahum. Y terminamos nuestro estudio de Nahum con un versculo sobresaliente para memorizar, que encontramos en 1:7: Bueno es Jehov para fortaleza en el da de la angustia; y conoce a los que en l confan. Esta es una joya incomparable, que brilla mucho ms intensamente por su posicin sobre la tenebrosidad intensa de la profeca de Nahum. Siempre, dondequiera, Dios es amor.
B. Nombre: Abrazo.
Fecha: Alrededor del 603 A.C. Lugar de su ministerio: Jud. Divisin del Libro: I. II. III. El Castigo de Jud (captulo 1). El Castigo de Babilonia (captulo 2). La Oracin del Profeta (captulo 3). Hasta cundo, oh Jehov, He de clamar, sin que t me oigas? Hasta cundo dar voces a ti, A causa de la violencia que se me hace, Sin que t me salves? (1:2, V.M.). Cansado de orar? Parece que s. De qu sirve orar si Dios no presta atencin? Para qu implorar ayuda si Dios no salva? Pero el profeta era perseverante. Estaba convencido de que haba un Dios que oa la oracin, y se propuso continuar orando hasta recibir alguna clase de respuesta. Por lo tanto, continu implorando: Por qu me haces ver la iniquidad, Y miras t innoble la maldad? Pues que la opresin y la violencia Estn delante de m; y hay contienda Y se levantan pleitos. (1:3, V.M.). 1. EL PROBLEMA DEL PROFETA A dondequiera que el profeta volva sus ojos en Jud, encontraba iniquidad y violencia, lucha y contencin. Una y otra vez inform al cielo sobre esta situacin corrompida, pero el cielo no pareca estar interesado. Pareca que a Dios no le importaba el que su pueblo continuara pecando. Pareca que haba cerrado los ojos a los vicios de los suyos, y los odos a la voz del profeta. Y eso no estaba bien! El silencio de Dios empeoraba las cosas. La gente haca lo que le vena en gana, puesto que Dios no haca nada. De seguir esto as, la moral de todo el pueblo se vendra abajo. Cualquiera poda ver eso. Por qu, entonces, Dios no poda ver las cosas as? El profeta nos dice lo que estaba sucediendo. Por tanto, se paraliza la ley, Y el juicio ya no sale conforme a la verdad; Porque el inicuo asedia al justo; Por tanto procede el juicio pervertido. (1:4, V.M.). La ley estaba entumecida, paralizada, porque Dios no la aplicaba rigurosamente con castigos adecuados. La justicia era cosa del pasado. De hecho, haba desaparecido, el juicio no sale verdadero. En lugar de ello, sale torcido el juicio. Las cosas estaban vueltas al revs nuevamente. El
bien estaba en el cadalso, y el mal en el trono. 2. LA RESPUESTA DE DIOS Hasta cundo? haba preguntado Habacuc. Como ha sealado Robinson, el profeta no se quej en contra de Dios, sino con Dios. Era el proceder ms justo y ms sabio porque Dios y solamente Dios, tena la respuesta. a Dios Obra Silenciosamente. La respuesta vino. Dios indic que se estaba preparando para realizar algo tremendo, algo horrible. Mirad en las gentes, y ved, y maravillaos pasmosamente; porque obra ser hecha en vuestros das, que aun cuando se os contare, no la creeris (1: 5). Dios estaba ocupado aunque el profeta no pudiera contemplar sus operaciones. Esta fue una de las lecciones ms importantes que habra de aprender el profeta. Algunas de las faenas ms grandiosas de Dios se desarrollan tras del escenario, fuera de la vista. Entonces, hemos de creer aun cuando no podamos ver. b. El Mtodo Extrao que Dios Usa. Pero, cul era esta cosa maravillosa que Dios estaba por hacer? Porque he aqu, yo levanto los Caldeos, gente amarga y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las habitaciones ajenas (1:6). Los caldeos se acercaban. Ellos eran la respuesta de Dios al clamor del profeta. Los judos s seran castigados por sus pecados. Los caldeos seran el instrumento en las manos de Dios para realizar este castigo. Esta gente amarga y presurosa.... espantosa es y terrible: De ella misma saldr su derecho y su grandeza (1:6-7). La correccin no sera agradable: Espantosa terrible (1: 7). El pueblo de Dios no le haba temido a El, ahora sentira el espantoso azote de una invasin. Los ejrcitos enemigos barreran la tierra como bestias salvajes. Y sern sus caballos ms ligeros que tigres, y ms agudos que lobos de tarde, y sus jinetes se multiplicarn Volarn como guilas que se apresuran a la comida (1:8). No haba escape alguno de la furia del asolamiento por el enemigo. El pueblo de Jud se haba regocijado en la violencia. Pero ahora las huestes invasoras vendrn a la presa (1:9). Por fin, la justicia se gozar en su da. 3. FECHA DEL LIBRO La referencia a los caldeos nos ofrece la clave central para encontrar la fecha de la profeca. A diferencia de casi todos los dems profetas, Habacuc no nos dice nada sobre quin era ni de dnde vena. No asienta ningn dato cronolgico al presentar su libro, pero la prediccin de la inminente invasin babilnica seala hacia cierto perodo definido en la historia de Israel. Aparentemente, los hebreos comenzaron a entregarse a un falso sentido de seguridad despus de la cada de Nnive en el 612 A.C. Su gran enemigo, Asiria, estaba cado y deshecho. Y no comprendieron la importante significacin del creciente podero de Babilonia. Cuando los babilonios derrotaron al ejrcito egipcio en Carchemis, en el 605 A.C., aseguraron la posicin dominante de su imperio. Bajo Nabucodonosor, Babilonia vino a ser el gran centro del poder mundial. Por esto, casi todos los eruditos colocaran la fecha de este libro de Habacuc entre el 605 A.C. y la invasin de Jud por Nabucodonosor en el 598 A.C. El nuevo imperio se levantaba poderoso sobre el horizonte noroeste, pero el pueblo judo no haba despertado a la amenaza contra su paz y seguridad. Continuaba confiado en sus pecados. Mas los cmulos indicadores de tormenta aumentaban, y ya un odo alerta podra escuchar el ruido del trueno en la distancia. 4. a. LA PERPLEJIDAD DEL PROFETA Para qu Usar a los Caldeos? El profeta escuch atento la respuesta de Dios. Pero he
aqu que ahora se encontraba ms perplejo que nunca. Reconoci el propsito de la venida de los caldeos. Oh Jehov, para juicio lo pusiste; y t, oh Roca, lo fundaste para castigar (1: l2cd). Eso es bastante claro, pero, por qu usar a los babilonios? Ellos son peores que los hebreos! El problema se volvi ms difcil y Habacuc se senta ms profundamente perplejo, por lo que se quej de nuevo: Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio: por qu ves los menospreciadores, y callas cuando destruye el impo al ms justo que l? (1: 13). Muy cierto, los habitantes de Jud eran bastante malos. Pero eran mejores que los caldeos. Por qu habran de usarse los ms inicuos para castigar a los menos impos? Eso no pareca muy correcto. b. Por qu ha de Sufrir el Justo? Este otro asunto confunda al profeta mucho ms que el anterior. Por qu debera prosperar el impo a costa del justo? Ese es el problema imperecedero de las edades. Parece que el universo no est sentado sobre principios de justicia. No obstante, nosotros necesitamos hacer lo que Habacuc hizo: esperar en el Seor hasta que venga la luz. El libro de Habacuc se divide en tres captulos. El primero explica el problemaque era de hecho un problema dobleque tena confundido al profeta. El segundo ofrece la solucin, la respuesta de Dios al problema. El tercero registra la invocacin del profeta, una oracin saturada de alabanza. 5. LA PACIENCIA DEL PROFETA La respuesta a la segunda pregunta de Habacuc (1:13), no vino tan pronto como la respuesta a la primera pregunta (1:2-4). Pero Habacuc rehus satisfacerse con el silencio. Se haba propuesto esperar hasta que Dios respondiera. Asumi una actitud de espera vigilante. Me pondr, dije, sobre mi atalaya, Me colocar sobre la fortaleza, Y estar mirando para ver qu me dir Dios, Y lo que yo he de responder tocante a mi queja. (2:1, V.M.). Si queremos aprender hemos de escuchar. Debido a que escuchamos tan poco, aprendemos casi nada. En este siglo en que literalmente miles de voces llegan a nuestras conciencias reclamando nuestro tiempo y atencin, parece que no es posible encontrar un rincn tranquilo para meditar brevemente. Pocas personas piensan seria y verdaderamente de manera de hacer preguntas inteligentes en sus propias mentes. Y ms pocas todava se toman el tiempo para ponderar sus dudas y orar acerca de ellas hasta que sean transformadas de piedras de tropiezo en peldaos ascendientes por los cuales puedan elevarse a los pinculos de la fe y la confianza en Dios. 6. LA RESPUESTA DEL SEOR El profeta recibi una respuesta a su problema porque esper paciente y persistentemente. Se le dice: Escribe la visin, y declrala en tablas, para que corra el que leyere en ella (2:2). A veces se traduce mal la ltima expresin, como si dijera: Para que el que corre pueda leer. Pero no dice eso. Debe escribirse claramente para que los que lean reciban instrucciones precisas de apresurarse en su sendero, e indicaciones sobre cmo conservarse en el camino recto. Y contina la respuesta del Seor: Aunque la visin tardar an por un tiempo, mas al fin hablar, y no mentir: aunque se tardare, espralo, que sin duda vendr; no tardar (2:3). Los planes de Dios estaban hechos; sus propsitos daran inevitablemente los resultados deseados. Pero se necesitaba tiempo. Mientras tanto, el consejo divino era: Paciencia. Qu actitud debera conservar el profeta mientras esperaba el cumplimiento de su visin? Debera ser fiel y verdadero: El justo en su fe vivir (2:4). Parece como si el nfasis principal de esta expresin fuera la fidelidad, pero el Nuevo Testamento toma estas palabras y las eleva hacindolas una de las piedras de esquina de la revelacin cristiana.
Tres veces las encontramos mencionadas (Romanos 1:17; Glatas 3:11; Hebreos 10:38). Fue la visin de Lutero sobre esta verdad lo que ayud a provocar la gran Reforma Protestante. Ha sido siempre un faro en las tinieblas del pecado mundanal que ha dirigido al marino al refugio del amor de Dios. Este gran pasaje bsico est precedido por una declaracin significativa de Habacuc: He aqu se enorgullece aquel cuya alma no es derecha en l. La referencia a Babilonia es obvia. Sera destruida por causa de su orgullo. Porque t has despojado muchas gentes, todos los otros pueblos te despojarn (2:8). La Palabra de Dios declara: Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la cada la altivez de espritu (Proverbios 16:18). George Adam Smith ha destacado esta verdad en el epigrama que usa como ttulo de un capitulo: La Tirana es Suicidio. La historia ha confirmado este hecho en ms de mil ocasiones. Solamente hemos de recordar nombres como Alejandro el Grande, Julio Csar y Napolen Bonaparte. Nuestra generacin ha contribuido ms que la porcin que le corresponda, con Mussolini, Hitler y Stalin. Pero la gente justa, temerosa de Dios, vive an mucho despus de que los tiranos hayan muerto y desaparecido. El futuro pertenece siempre a los fieles de Dios. Esta es, entonces, la respuesta al segundo problema del profeta. Despus de que Dios use a los babilonios para castigar al impo Jud, los castigar a ellos a su vez por su vanidad y crueldad. En el ao de 586 A.C., los ejrcitos de Nabucodonosor destruyeron Jerusaln, pero menos de cincuenta aos ms tarde, en el 539 A.C. el gran imperio que l haba fundado se desmoron cuando Ciro el Persa conquist a Babilonia. De esta manera se cumplieron tanto la profeca de 1:6, como la de 2:8. Dios tuvo una respuesta para los problemas del profeta. El siempre tiene una respuesta. Y El siempre est listo para compartir su solucin con nosotros si nos detenemos y escuchamos. Demasiados de nosotros no estamos dispuestos a esperar. En un pasaje por dems hermoso de su obra reciente (The Modern Message of the Minor Prophets) , Raymond Calkins seala la leccin del segundo captulo de Habacuc. La Biblia, recordemos, nunca termina en signo de interrogacin. Siempre termina en punto. Los escritores bblicos hacen preguntas, pero siempre obtienen respuestas. Los escritores modernos formulan muchas preguntas, provocan muchas dudas, planean toda clase de dificultades. Pero no presentan respuestas, no ofrecen soluciones. Nos dejan en una confusin mental y moral. No as la Biblia. Tambin hace muchas preguntas, presenta toda pregunta que torture la mente del hombre. Pero siempre termina dando las respuestas y sealando el camino que saca de la duda y el desaliento. Esta es una de las razones por las cuales la gente ama sus Biblias. El captulo dos concluye con una serie de cinco ayes (vrs. 6, 9, 12, 15, 19) pronunciados sobre el cruel dspota que est para oprimir a las naciones de la tierra. Este tirano, que ensancha como el infierno su alma, y es como la muerte (2:5), tendr un fin seguro y rpido. En este pasaje Habacuc pronuncia la ruina de los que codiciosamente acaparan todo debido a su inters egosta. El captulo termina con un pasaje muy conocido: Mas Jehov est en su santo templo: calle delante de l toda la tierra. Habacuc ha hecho una contribucin sobresaliente a la teologa y a la adoracin cristianas. 7. LA ORACION DEL PROFETA El tercer captulo es una incomparable invocacin de accin de gracias, que surge espontneamente del corazn satisfecho del profeta. Se inicia con una peticin por la preservacin del pueblo de Dios: Oh Jehov, aviva tu obra en medio de los tiempos (5:2). Esta plegaria se ha repetido por corazones consagrados e interesados a travs de las edades. Luego, el profeta alaba a Dios por su grandeza y bondad. Se puede sentir el descanso que ha venido a
su corazn. Dios, por fin, ha escuchado y respondido a su oracin y Habacuc da rienda suelta a su gratitud. Habacuc era como uno a quien su madre consuela. Reposa en los brazos de Dios con un sentido renovado y ms profundo de la confianza segura y de la certidumbre completa. Los ltimos versculos del libro revelan cun ilimitada era su fe. En palabras que constituyen un reto para todos nosotros, Habacuc declara: Aunque la higuera no florecer, ni en las vides habr frutos; mentir la obra de la oliva, y los labrados no darn mantenimiento, y las ovejas sern quitadas de la majada, y no habr vacas en los corrales. Con todo, yo me alegrar en Jehov, y me gozar en el Dios de mi salud. Oh fe sublime! Pero fue comprada a un preciola agona de la duda. La oracin perseverante y la espera paciente condujeron al profeta a una nueva experiencia con Dios. Ahora disfrutaba de la comunin de la fe, la cual es para todos los que se abren paso hasta el corazn de Dios. Y as, Habacuc nos llama a seguirlo a tales alturas. Jehov el Seor es mi fortaleza, declara, el cual pondr mis pies como de ciervas, y me har andar sobre mis alturas. Los paisajes ms elevados esperan a los que quieren escalar los picachos. Demasiadas personas se satisfacen con vivir en los pantanos cenagosos de la incredulidad, siendo que el aire pursimo de las montaas las invitan a terrenos ms elevados. Preguntas Para Discusin 1. 2. 3. 4. Qu leccin hay para nosotros en la destruccin de Nnive? Tiene su respuesta alguna relacin con la proximidad de la venida de Cristo Jess? Cul es la relacin existente entre las preguntas sinceras y la fe madura? Qu leccin aprendi usted de Habacuc?
Nombre: El protegido u ocultado de Jehov. Hogar: Probablemente Jerusaln. Fecha: Alrededor del 625 A.C. Lugar de su ministerio: Jud. Divisin del Libro: I. II. III. Castigo Sobre Jud (captulo 1). Castigo Sobre las Naciones Extranjeras (2:13:7). Salvacin del Remanente (3:8-20).
Versculos sobresalientes para memorizar: 2:3; 3:17. Silencio! Calla en la presencia de Jehov. Escucha! Porque el da de Jehov est cercano. Con estas palabras en el sptimo versculo de su libro, el profeta anuncia el corazn de su mensaje. Sofonas tiene un solo tema: el da de Jehov. El sonido de su primera declaracin es como el toque de la trompeta. Destruir del todo todas las cosas de sobre la haz de la tierra, dice Jehov. Qu? Hablas en serio? S seor, hablo en serio. Destruir los hombres y las bestias; destruir las aves del cielo, y los peces de la mar, y las piedras de tropiezo con los impos; y talar los hombres de sobre la haz de la tierra, dice Jehov (1:3). Seguramente te refieres a los paganos y a las naciones gentiles. No. Me refiero a la nacin de mi pueblo: Extender mi mano sobre Jud, y sobre todos los moradores de Jerusaln. Pero, por qu? Qu pasa? 1. LA ADORACION DE BAAL Sencillamente esto: mi pueblo se ha vuelto pagano. Adora a dolos paganos y a los astros del cielo. Me ha abandonado y ha abrazado la idolatra. Observa t cuidadosamente los registros: Exterminar de este lugar el remanente de Baal, y el nombre de los Chemarim con los sacerdotes; y a los que se inclinan sobre los terrados al ejrcito del cielo; y a los que se inclinan jurando por su rey; y a los que tornan atrs de en pos de Jehov; y a los que no buscaron a Jehov, ni preguntaron por l (1:4-6). Qu cuadro! El pueblo de Dios! Y en la ciudad santa! Sus cuerpos tan cerca del santuario sacrosanto y sus corazones tan llenos de pecado. Con razn Dios tuvo que hacer algo. Baal qu de memorias provocaba ese nombre. Los israelitas establecieron contacto con la adoracin de Baal cuando entraron en Canan. La perversa Jezabel inici la adoracin de Baal en el reino de
Israel, al norte. Su hija Atalia quiso imponer su culto en el reino del sur, el de Jud, y Elas desafi en una ocasin a Baal en el monte Carmelo, dando lugar a una de las escenas ms grandiosas de la historia sagrada. Jeh destruy a Jezabel y a los adoradores de Baal, pero el culto sobrevivi en ambos reinos y fue una de las causas de la cautividad. Una de las caractersticas ms desventuradas de la adoracin de Baal era sus ritos inmorales. A Baal se le consideraba el dios de la fertilidad, y en sus templos y altos haba prostitutas sagradas quienes eran usadas para los ritos religiosos de la reproduccin. Moralmente, el baalismo era degradante en grado sumo. Por esa razn los profetas de Dios lo atacaron duramente. Amenazaba destruir la fibra moral de la nacin. Evidentemente, los Chemarim eran los sacerdotes idlatras de Baal. 2. OTRAS IDOLATRIAS Algunos de los habitantes de Jerusaln se postraban sobre los techos de sus casas y adoraban al sol, la luna y las estrellas. Aunque era un tipo de religin ms elevado en muchos sentidos, que la adoracin de Baal, de cualquiera manera rehusaba al Creador la adoracin que le corresponda. Otras personas juraban en nombre de Milcom, o Moloch, el dios de los amonitas. La caracterstica horripilante de la adoracin de Moloch era la quema de los nios. La ley de Moiss prohiba estrictamente tal prctica en todo israelita, diciendo: No des de tu simiente para hacerla pasar por el fuego a Moloch (Levtico 18:21). Sin embargo, aqu estaban los hebreos adorando an a este repugnante dios pagano. Dios tiene una respuesta a todo esto. Por medio de su profeta anuncia que el da de Jehov est cercano. El castigar a los prncipes y a los lderes de la rebelin en contra de El. La mencin de los prncipes es muy significativa si tomamos en cuenta el hecho de que Sofonas mismo era biznieto de Ezequas, probablemente el famoso rey hebreo (1: 1). 3. EL CASTIGO DE JERUSALEN En seguida encontramos una excelente descripcin de lo que sucedera en Jerusaln cuando se realizara la invasin divina. Habr voz de clamor Procedente de la puerta del Pescado, Y un aullido de la ciudad segunda, Y un gran crujido desde las colinas. Aullad, oh habitantes del Mortero, Porque toda la gente traficante est callada. (1: 10-11, V.M.). Muy vvido es el cuadro que se nos da de Jerusaln. La Puerta del Pescado era, evidentemente, una extensin del barrio residencial donde vivan los ricos, como lo era tambin la ciudad segunda. Entre ellos se encontraba Mactes con sus mercados y enjambre de mercaderes. El profeta describe los alaridos de angustia de estos grupos, cuando cae sobre ellos la vara iracunda de Dios. Pero la visitacin divina no ser un asunto superficial. En una de las figuras ms sobresalientes de todos los escritos profticos, Sofonas describe a Dios recorriendo las calles de Jerusaln con lmparas, buscando el pecado. Nos recuerda a Digenes recorriendo las calles de Atenas, al medioda, con una lmpara encendida en su mano. Slo que el objeto de la bsqueda es distinto. Digenes dijo que andaba en busca de un hombre honrado. Dios andaba en Jerusaln a caza de los impos para descubrirlos y castigarlos. Los habitantes de Jerusaln, contra los cuales Dios tena un pleito especial, eran aquellos que se describen como sentados sobre sus heces. La figura es del vino que se deja reposar demasiado sobre su sedimento, hasta que se echa a perder. En otras palabras, el profeta se refera a los indiferentes, a los descuidados, a los que decan: No importa cmo nos comportemos, de cualquier
manera Dios no nos har nada. Pero Dios no pierde tiempo en decirles que El est por hacer algo, algo drstico. Sus bienes sern atrapados como botn de guerra, y sus propiedades destruidas. Sus hogares quedarn desiertos y sus vias abandonadas. 4. EL DIA DE JEHOVA Y entonces viene la descripcin notable de Sofonas del da de Jehov (1: 14-18). Primero recalca su inminencia: Cercano est el da grande de Jehov, cercano y muy presuroso. a. El Da Est Cercano. El da de Jehov est siempre cercano. Siempre que una persona olvida a Dios lo que sucede en todas las generacioneses de esperarse el castigo. No siempre viene de inmediato, pero la justicia divina es inescapable. Cmo es el da de Jehov? No se nos deja en duda alguna. En trminos sobrecargados de asolamiento y amenazantes como tormenta, el profeta proclama el da de Jehov. Da de ira es aquel da; Da de apretura y de angustia, Da de devastacin y desolacin, Da de tinieblas y de espesa oscuridad, Da de nubes y de densas tinieblas. (1:15, V.M.). Es interesante observar que las dos ltimas expresiones ocurren tambin en Joel 2:2. Tambin Joel, como Sofonas, las precede con un aviso de que viene el da de Jehov, porque est cercano. Ambos profetas estaban posedos por el sentido de la inminencia del da del Seor. Ambos declaran que es un da de ruina y destruccin, de muerte y asolamiento, de tinieblas y angustia. No pintaron estos hombres con luces de esperanza el cercano da de Jehov. Cmo aparecer este da? En el caso de Jud vendra como una invasin enemiga. Un da de trompeta y de algazara. b. Un Da de Castigo. Tan terribles sern los tiempos, que los hombres andarn como ciegos, tropezando y cayendo en las tinieblas creadas por su propia desobediencia. La muerte los alcanzar en la matanza general, hasta que la sangre de ellos ser derramada como polvo. Los ricos no podrn comprar su libramiento, ni su plata ni su oro podrn librarlos en el da de la ira de Jehov. Dios no acepta cohecho. El da de Jehov, tal y como se describe aqu y en todos los profetas, es el da de castigo divino. Es el da cuando Dios toma en sus manos los asuntos, cuando el da del hombre queda arrumbado, cuando lo eterno invade lo temporal, cuando lo infinito interrumpe lo finito. Es el da de la ira de Jehov en contra del pecado. e. Ms de un Da de Jehov. Ese da ha venido muchas veces y sigue viniendo. A menudo parece distante, sin embargo, siempre est a la mano. Cada generacin ha visto algn da de Jehov, cuando Dios visit y castig. La destruccin de Jerusaln en el da de Jeremas y en el ao 70 D.C., puede identificarse con el da de Jehov. Y tambin podramos llamar as al da en que Sodoma y Gomorra fueron destruidas, y aquel otro cuando Pompeya qued sepultada. La causa fue la misma en todas las ocasionesel pecado del hombre. Dios es magnnimo, ms all de toda comprensin humana. Pero si El ignorara el pecado, la justicia del universo se vendra por los suelos. Porque Dios es santo, y justo, y recto, su naturaleza misma demanda que haga cuentas con el pecado. Esas maneras de pensar sentimentales y delicadas sobre el pecado, nos dejan hundidos en el lodo y la miseria, la ruina y la bajeza de un mundo sin Dios. Necesitamos capturar de nuevo el profundo sentido que el profeta tena sobre lo terrible del pecado. Sus severas palabras en contra de la injusticia
abrieron el camino para que el espritu humano se elevara a mayores alturas. Nuestra religin nunca ser ms poderosa que nuestra actitud en contra del pecado. 5. UN LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO El segundo captulo de Sofonas se abre con un ruego en favor del arrepentimiento. El tercer versculo es uno de los pasajes ms bellos en todo el libro: Buscad a Jehov todos los humildes de la tierra, que pusisteis en obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre: quizs seris guardados en el da del enojo de Jehov (2:3). El nombre Sofonas significa protegido de Jehov. Puede reflejar el hecho de que sus devotos padres hayan sido amenazados durante el largo reinado del impo Manass. Sofonas naci durante el reinado de este monarca. Comenzando con el verso cuatro, y a travs del resto del captulo dos, el profeta se dirige a los pases circunvecinos. Primero profetiza la destruccin de las grandes ciudades filisteas. Haban de ser asoladas. 6. FECHA DEL LIBRO Esto nos trae al asunto de la fecha de la profeca de Sofonas. En el primer versculo que sirve como encabezado del libro se nos dice que la palabra de Jehov vino a l en los das de Josas, rey de Jud. Josas rein del 639 al 609 A.C. Parece que los scythas invadieron la regin costera de Palestina incluyendo Filistea, entre el 630 y el 624 A.C. Casi todos los eruditos sitan el libro de Sofonas alrededor del 625 A.C., poco antes de las reformas de Josas, iniciadas en el 621 A.C. De manera que es muy probable que Sofonas estuviera prediciendo la invasin scytha de la tierra de los filisteos. De no ser as, entonces la referencia fue a la prxima invasin caldea. Los primeros siete versculos del captulo tres continan los mensajes sobre las naciones. Los versos ocho al trece prometen que un remanente de Israel se salvar. Ellos sern apacentados y dormirn, y no habr quien los espante (v. 13). 7. EL GOZO DE DIOS EN SU PUEBLO Los versculos 14-20 tienen un tono distinto del resto del libro. Se incita a Sin a cantar, a regocijarse y a alegrarse. Dios, su Rey verdadero, est en medio de ella y la proteger. El versculo ms hermoso en todo el libro se encuentra en 3: 17Jehov en medio de ti, poderoso, el salvar; gozarse sobre ti con alegra, callar de amor, se regocijar sobre ti con cantar. El versculo describe lo que Alexander Maclaren ha llamado atinadamente, La alegra de Dios. La comunin entre Dios y sus hijos significa gozo mutuo. Qu privilegio producir gozo en el corazn de Dios! Cmo debiramos buscar los momentos de tranquila soledad con Dios, cuando nuestros espritus se inspiran y elevan, y Dios mismo se regocija al tener comunin con nosotros! Los ltimos tres versculos hablan especialmente de la restauracin de Jud de la cautividad. Obviamente, la primera aplicacin es al retorno de Babilonia. Pero las palabras ven ms all del perodo de la postrestauracin. Os dar por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra. Solamente en Cristo encuentra cumplimiento esta promesa. Esto es verdad tambin de muchas otras promesas del Antiguo Testamento. Puede verse en la historia un cumplimiento parcial e imperfecto, pero slo Cristo es el cumplimiento de la esperanza humana y las profecas. Qu privilegio tan grande tenerle en nuestros corazones, cumpliendo todas las preciosas y grandsimas promesas de la Palabra de Dios! Jams podremos exagerar todo lo que Cristo significa para nosotros.
B.
Nombre: festivo (posiblemente haya nacido en un da de fiesta). Fecha: 520 A.C. (septiembrediciembre). Lugar de su ministerio: Jerusaln. Divisin del Libro: I. II. III. IV. V. Exhortacin a Reanudar la Construccin (1: 1-11). Iniciacin de los Trabajos (1:12-15). Estmulo para los Constructores (2:1-9). Contaminacin de los Inmundos (2:10-19). Exaltacin de Zorobabel (2:20-23).
Versculos sobresalientes para memorizar: 1:7; 2: 7. Era septiembre del 520 A.C. Las calles de Jerusaln se apretaban ya con las muchedumbres que haban acudido a la fiesta de la nueva luna. El corazn del pueblo estaba embargado por distintos sentimientos. Haba sido un mal ao para las cosechas. La sequa y la ausencia de roco haban dejado el suelo seco y abierto. Con grandes esperanzas haban trabajado la tierra durante la primavera, sembrando gran cantidad de semilla con el anhelo de tener un buen ao. Pero las lluvias de primavera nunca llegaron. Las plantas se marchitaron, los olivares y las vias estaban casi sin fruta. La gente acudi a adorar en Jerusaln con bolsillos vacos y corazones entristecidos. La decepcin y el desaliento se lean fcilmente en los rostros. Pero, qu los atraa? La ciudad destruida haba sido reparada tan solo en parte. Las murallas permanecan casi todas en ruinas. Y el templo? Sus esplendores eran tan solo un recuerdo inquietante en la memoria de los ms ancianos. Era como si la, Jerusaln que haba sido, jams volvera a ser. Junto al rudo altar, sin techo protector, estaban tres varones observando la multitud apretujada. Tino de ellos era Zorobabel, el gobernador de Jud. El otro era Josu, el sumo sacerdote, y el tercero era Hageo, el profeta. Sbitamente, Hageo se volvi a sus dos compaeros. Jehov de los ejrcitos habla as, diciendo: Este pueblo dice: No es an venido el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehov sea reedificada. Alrededor de diecisis aos antes, el primer grupo de cautivos haba regresado de Babilonia como resaltado del decreto de Ciro. Ese edicto, registrado en la ltima parte del Segundo Libro de las Crnicas y en la primera parte de Esdras, estipulaba que el templo debera reconstruirse. En el registro ms detallado que nos da Esdras, se menciona tres veces que la reconstruccin de la Casa de Dios en Jerusaln era el propsito central del decreto. Pero qu sucedi? Los pocos que regresaron limpiaron de ruinas el sitio y atacaron la empresa de reconstruir el templo. Primero limpiaron lo suficiente de escombros como para poder sentar el altar del sacrificio y celebrar la fiesta de los Tabernculos (Esdras 3:1-4). Esto aconteci en el otoo. Y en la primavera siguiente se lanzaron a trabajar, propuestos a edificar la casa del Seor. Mas haba sido una tarea desalentadora. Cuando se terminaron los cimientos celebraron una
gran fiesta (Esdras 3:10-13). Mientras unos gritaban de gozo, otros lloraban al reconocer que este segundo templo apenas si podra ser un substituto muy pobre al glorioso edificio que Salomn haba levantado. Los meses pasaron y se volvieron aos. El aburrimiento y la inercia se combinaron con las amenazas de los oposicionistas para detener por completo las manos de los obreros. En el 520, el templo todava estaba sin reconstruir. De pronto, sobre el ruido del movimiento humano una voz se dej or, Es para vosotros tiempo, para vosotros, de morar en vuestras casas enmaderadas, y esta casa est desierta? (1: 4). Sorprendido, el pueblo se volvi para ver junto al altar a un profeta con su rostro encendido por el mensaje urgente de Dios. Y cuando todos guardaron silencio, los labios de Haggeo se abrieron de nuevo: Pues as ha dicho Jehov de los ejrcitos; pensad bien sobre vuestros caminos (1: 5). 1. EL PRIMER MENSAJE (1: 1-11) Dlares Para M y Cntimos Para Dios Pensad bien sobre vuestros caminos. Este fue el grito de guerra del profeta. Sembris mucho, y encerris poco En trapo horadado. Bien que saban ellos todo esto, pero, qu iban a hacer? As ha dicho Jehov de los ejrcitos. Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondr en ella mi voluntad, y ser honrado, ha dicho Jehov. Por qu sufran adversidad en lugar de disfrutar prosperidad? La respuesta era sencilla: Buscis mucho, y hallis poco; y encerris en casa, y soplo en ello. Por qu? dice Jehov de los ejrcitos. Por cuanto mi casa est desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Conque esa era la razn? Esa era la explicacin de la sequa y las maanas sin roco, de los campos sin grano y las huertas sin fruta? Bueno, pues en ese caso, hagamos algo! Amn, dijeron Zorobabel y Josu, y todo el resto del pueblo. Ya estaban hartos de la maldicin de Dios. Ahora estaban listos para hacer algo con el fin de obtener su bendicin. Tan pronto como el profeta not la buena disposicin y obediencia, entreg un nuevo mensaje de consuelo y estmulo. Entonces Hageo, enviado de Jehov, habl por mandato de Jehov, al pueblo, diciendo: Yo soy con vosotros, dice Jehov. Qu excelente modelo para los predicadoresel mensajero del Seor presentando el mensaje del Seor! 2. LA RESPUESTA DEL PUEBLO (1: 12-15) De Regreso al Trabajo Qu cosa fue la que provoc la accin en lugar de la inercia? Y despert Jehov el espritu de Zorobabel y el espritu de Josu y el espritu de todo el resto del pueblo. Cuando la gente est despierta, se mueve. De manera que el pueblo se entreg a la obra con todo empeo. A las tres semanas de que Haggeo haba empezado a profetizar (1: 15), la obra de reconstruccin estaba en plena actividad. Cuando las paredes comenzaron a levantarse, el corazn de los obreros se llen de orgullo y decepcin al mismo tiempo. Qu maravilloso sera tener de nuevo un santuario para adorar! Pero cun pobre se vera en comparacin con el gran templo de Salomn! 3. EL SEGUNDO MENSAJE (2:1-9) La Gloria Depende del Espritu, no del Tamao
El Seor envi entonces otro mensaje al pueblo por medio de su profeta. Fue en octubre del 520 A.C., cuando se proclam este segundo orculo. El pueblo se hallaba reunido para la fiesta de los Tabernculos. Algunos de los presentes haban visto el templo de Salomn (2:3), el cual haba sido destruido apenas 66 aos antes. Ahora eran ancianos, pero tenan memorias imborrables del antiguo esplendor. Cun lastimosa sera la comparacin de este nuevo templo con aqul! Mas ellos no habran de debilitar las manos de los albailes. Pues ahora, Zorobabel, esfurzate, dice Jehov, esfurzate tambin Josu, hijo de Josadac, gran sacerdote; y cobra nimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehov, y obrad: Porque yo soy con vosotros, dice Jehov de los ejrcitos (2:4). El privilegio de los hijos de Dios a travs de las edades es compartir con El la obra de reconstruir su templo. Enseguida viene una profeca atrevida (2:9), en vista de las perspectivas actuales del nuevo templo la gloria de aquesta casa postrera ser mayor que la de la primera. O como lo dicen algunos traductores modernos: La gloria futura de esta casa ser mayor que la anterior. Esta traduccin no es tan asombrosa como la primera, pero aun ella requera un gran paso de fe de parte del profeta, pues tan pobre y pequea en nmero as era la gente. Y, cmo vendr esta gloria mayor? El versculo siete nos da la respuesta: Y har temblar a todas las gentes, y vendr el Deseado de todas las gentes; y henchir esta casa de gloria, ha dicho Jehov de los ejrcitos. La mayor gloria vendr cuando un mayor Salomn apareciere. Cristo fue el cumplimiento de esta profeca. Esta ha sido la interpretacin de la iglesia cristiana desde el principio. Cuando Jernimo tradujo la Vulgata, lo hizo evidente; es ms, l aprendi esto de sus mentores judos, porque algunos de los rabinos judos aplicaban este pasaje al Mesas. Algunos eruditos modernos han llamado la atencin al hecho de que el trmino traducido como Deseado, va acompaado de un verbo en plural. Las naciones, estremecidas por los castigos de Dios; traern sus tesoros para embellecer la casa del Seor. Una versin traduce: cosas preciosas que es una traduccin exacta del original hebreo. Es difcil llega a una interpretacin dogmtica de este pasaje. Adam Clake discute el problema y concluye que la referencia al oro y la plata en el siguiente versculo, est de acuerdo con el punto de vista ms lgico de que las naciones traern sus cosas deseables para glorificar la casa del Seor. Dice: No veo cmo puedan aplicarse las palabras a Cristo Jess. Como punto de vista opuesto, es interesante notar que Raymond Calkins, un prominente predicador de nuestros das, dice que aun en la nueva traduccin este pasaje pierde muy poco de su significado mesinico. En esto estamos de acuerdo. Es muy cierto que los deseos ms profundos y las aspiraciones ms elevadas de todas las naciones se cumplen en Cristo, y slo en El. El tercer y cuarto mensajes se presentan el mismo da, en diciembre de 520 A.C. Exactamente tres meses haban transcurrido desde que el pueblo, en obediencia al mandato de Dios, por medio del profeta, se haba lanzado a la tarea de restaurar el templo. Por qu no haba recompensado Dios su trabajo? 4. EL TERCER MENSAJE (2:10-19) El Contagio del Mal Dios envi otro mensaje para responder a sus interrogaciones internas. Su tema fue la contaminacin de los inmundos. El profeta seal que si bien es cierto que una cosa o persona limpia se vuelve inmunda al entrar en contacto con la inmundicia, no sucede as a la inversa. Es una de las lecciones
obvias de la vida. Una manzana buena no har buena a la caja ms pequea llena de manzanas podridas. Pero una manzana podrida, si se le deja el suficiente tiempo, echar a perder todo un barril de manzanas buenas. Una persona enferma no se alivia por entrar en contacto con una persona sana, pero una persona sana puede fcilmente contraer la enfermedad si establece contacto con una persona infectada. La gente haba esperado que la restauracin del ritual los hara santos. Pero el profeta quera que vieran que su pecado ya tena mucho tiempo y requera un tratamiento ms drstico para ser limpiado. Su peor pecado era el de no querer arrepentirse (2:17). Dos veces en el versculo dieciocho el profeta llama al pueblo a poner el corazn, es decir, a reconsiderar. Est muy bien traducido, Poned ahora vuestro corazn. Todos los avivamientos verdaderos han principiado cuando la gente se ha detenido y ha reconsiderado sus caminos. Los cautivos que regresaban de Babilonia se preguntaban por qu Dios no haba comenzado a prosperarlos por su obediencia a reconstruir el templo. El profeta tuvo una palabra de estmulo de parte del Seor: Desde aqueste da dar bendicin (2:19). Su actitud diferente no haba pasado desapercibida. 5. EL CUARTO MENSAJE (2:20-23) Despus del AlborotoPaz El mismo da Dios habl de nuevo por medio de su mensajero. Este mensaje estaba dirigido especialmente a Zorobabel, el gobernador. Su perspectiva es mesinica y su forma es apocalptica. Dios dice que sacudir a las naciones y aniquilar su podero. Entonces tomar a Zorobabel y lo asentar como su escogido. Aqu encontramos otro vistazo clarsimo del Mesas. La poca de Hageo se distingui por un sacudimiento general de las naciones al cual l se refiere cuando menos cuatro veces (2:6, 7, 21, 22). Al asesinato de Cambises en el ao 522 A.C., el sucesor de Ciro, sigui una era de disturbios. Un usurpador trat de apoderase del trono, pero fue asesinado a los pocos meses. Cuando Daro tom el trono, en ese mismo ao, tuvo que sostener una batalla tras otra para establecer su dominio sobre las distintas naciones que integraban el imperio persa. Podemos ver un buen paralelo en nuestros das, en el sacudimiento de naciones y gobiernos nacionales. Es en tales tiempos que hacemos bien en elevar nuestros ojos con una esperanza renovada del Mesas. Es probable que el Prncipe de Paz no venga tan pronto como quisiramos o esperamos. Pero algn da, tan cierto como que la palabra de Dios es verdad, El reinar como Rey de reyes y Seor de seores. Nuestro es an el privilegio de cantar el gran antema Aleluya! 6. LA NATURALEZA DE HAGEO El nombre Hageo significa: festivo. Aunque vivi en tiempos tumultuosos, y afront un pueblo desanimado y descorazonado, se distingua por su espritu fervoroso y exuberante. Fue capaz de inspirar en otros el entusiasmo para la accin. Se ha dicho de l que lo deca con ladrillos. Crea no slo en hablar, sino tambin en hacer algo. Bien podramos aplicar a l la expresin una locomotora en pantalones. A veces se ha acusado a Hageo de tener una mente simple. La verdad es que vio que era necesario hacer algo cuanto antes, y puso toda su atencin en conseguir que se hiciera. Tambin se le ha censurado por concentrar la atencin en cosas terrenas, pero es que comprendi que la vida religiosa de Jud necesitaba concentrarse en un santuario central en Jerusaln. De otra manera, la nacin corra el peligro de ser asimilada por su medio ambiente pagano, y de perder a Dios. Una parte de nuestra herencia religiosa que viene de los judosque incluye la ascendencia humana de Cristo la debemos al ministerio fiel de Hageo, el profeta.
A diferencia de casi todos los profetas menores, el libro de Hageo no es poesa, sino prosa. Es que, como dice Raymond Calkins, necesitamos ms palabras claras sobre nuestros deberes diarios, sobre la ejecucin prosaica de tareas descuidadas. Todo el libro de Hageo es un comentario extenso sobre las palabras de Jesucristo: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas os sern aadidas (Mateo 6:33). Hageo nos ensea a poner primero lo primero. Preguntas Para Discusin 1. 2. 3. 4. 5. Qu relacin hay entre una advertencia y una promesa? Qu caractersticas de el da de Jehov recalca Sofonas? Qu lecciones aprendi usted de Hageo? Cmo podemos decir cuando la gente est buscando sus propias comodidades, y descuida la obra del Seor? Cmo revela Hageo el valor de la concentracin?
Nombre: Aquel a quien Jehov recuerda. Fecha: Noviembre de 520 A.C. diciembre de 518 A.C. Lugar de su ministerio: Jerusaln. Divisin del Libro: I. Tres Mensajes (captulos 18). 1. 2. 3. II. 1. 2. Un Llamado al Arrepentimiento (1:1-6). Ocho Visiones (1: 76: 15). Fiestas en Lugar de Ayunos (captulos 78). La Restauracin de Israel (captulos 911). La Purificacin y Bendicin de Israel (captulos 1214).
Versculos sobresalientes para memorizar: 14:9; 14:20. Es el mismo ao de 520 A.C. Slo dos meses haban pasado desde que Haggeo haba iniciado su ministerio pblico. Ahora aparece otro profeta en escena, estimulando tambin la reconstruccin del templo. Los dos se mencionan juntos en Esdras 6:14, donde leemos: Y los ancianos de los judos edificaban y prosperaban conforme a la profeca de Haggeo profeta, y de Zacaras, hijo de Iddo. Quin era este Zacaras? Nehemas 12:16 indica que era un sacerdote y no slo un profeta. En este respecto se asemejaba a Jeremas y a Ezequiel. 1. LA PRIMERA SUPLICA DEL PROFETA Cul fue el mensaje principal de Zacaras? El nos da la clave de su ministerio en el tercer verso de su primer captulo: Volveos a m, dice Jehov de los ejrcitos, y yo me volver a vosotros. El primer clamor del profeta es un llamado al arrepentimiento. Pero volverse a Dios significa alejarse del pecado (1:4). No se puede permanecer en Dios a menos de que se haya abandonado el pecado. El arrepentimiento significa ms que sentirse triste. Significa abandonar los pecados personales y volverse a Dios con todo el corazn. La introduccin del libro (1: 1-6), se cierra con el testimonio de que Dios ha guardado su palabra. La nueva generacin no necesita poner a prueba este punto. Puede muy bien aceptar el testimonio de sus padres, de que la verdad ha quedado plenamente demostrada. 2. OCHO VISIONES Esta primera splica presentada en noviembre de 520 A.C., fue seguida por un segundo mensaje en febrero de 519 A.C. El segundo mensaje hace resaltar una de las caractersticas sobresalientes de Zacaras, a saber, su contenido apocalptico, o revelaciones de Dios. Aparentemente, todo el material en 1: 76: 15 se proclam en el mismo da. Consiste de una serie de visiones simblicas, escritas en trminos altamente figurados. Zacaras tuvo estas visiones de noche (1:8). Calkins ha comentado de manera muy atractiva esta expresin: La inspiracin de la profeca apocalptica est en que cuando es de noche y otras personas pueden ver solamente tinieblas y oscuridad, los videntes de Dios descubren los poderes divinos operando en favor de la redencin humana. a. Los Exploradores de Dios. Las visiones son ocho. La primera (1:7-17), pudiera llamarse los exploradores de Dios. El profeta vio entre los mirtos de una hondonada cerca de Jerusaln, lo que pareca ser un grupo de jinetes persas en viaje de exploracin y reconocimiento. Pero pronto descubri que eran ngeles exploradores de Dios, reconociendo los asuntos terrenales. Y cul era su informe al jefe? Hemos recorrido la
tierra y he aqu, toda la tierra est reposada y quieta (1:11). (1) Quietud Antes de la Tormenta. Hay dos maneras de interpretar esta visin. En realidad, el perodo fue bastante alborotado. Cuando Daro ocup el trono en el 522 A.C. despus de la muerte de Cambises, tuvo que aplastar una revolucin tras otra. Aparentemente, vino un perodo de calma en la tormenta. Pero la calma estaba cargada con presagios para lo futuro. (2) Adelante a Toda Velocidad. Otra interpretacin relacionara esta visin a la tarea de reconstruir el templo. La oposicin estaba acallada y el trabajo podra proseguirse en paz: Ser edificada mi casa (1: 16). Las ciudades de Jud rebosaran de prosperidad. b. Los Obreros de Dios. La segunda visin (1: 18-21), podra llamarse los obreros de Dios. El profeta vio cuatro cuernos y cuatro carpinteros. Los cuatro cuernos representan a todos los enemigos de Israel, sus enemigos de todas las direcciones. Pero los carpinteros de Dios estn ocupados destruyendo los cuernos. Aquellos que un da esparcieron al pueblo de Dios, son ahora quebrantados por el poder de Dios. Estas dos visiones se suplementan. La primera ensea que Dios nos vigila amorosamente en cada instante. La segunda nos dice que los obreros de Dios estn siempre con la mano puesta en la obra, y que el poder de las tinieblas ser inevitablemente destrozado. c. El Hombre con un Cordel de Medir. La tercera visin (c. 2), es la visin de la ciudad sin murallas. Zacaras vio a un hombre con una cuerda para medir en su mano, que se dispona para medir el ancho y el largo de Jerusaln. Pero un ngel le fue enviado para indicarle que las antiguas medidas no seran suficientes para la gran cantidad de habitantes que la ciudad tendra en lo futuro. Jerusaln sera como las aldeas sin murallas, extendindose por los lomeros. La relacin de la visin en s (2:1-5) termina con una bellsima declaracin: Yo ser para ella, dice Jehov, muro de fuego en derredor, y ser por gloria en medio de ella (2:5). Nuestra mejor defensa no son las murallas de piedra, ni de acero, sino la gloria de la presencia de Dios. La visin viene seguida por un poema lrico (2:6-13), en el cual Dios asegura a Israel su proteccin. El corto pasaje est repleto de preciosas promesas. El Seor dice a su pueblo: El que os toca, toca a la nia de su ojo (v. 8). Qu cuadro tan claro de un cuidado amoroso. El poema termina con una palabra que combina el consuelo, y la advertencia: Calle toda carne delante de Jehov; porque l se ha despertado de su santa morada. d. Josu y Satans. La cuarta visin (c. 3), es la de Josu y Satans. El profeta vio a Josu, el gran sacerdote, de pie ante el ngel del Seor. Esto es, en la presencia de Dios. La segunda parte del primer versculo est traducido con mucha exactitud: Satn estaba a su mano derecha para serle adversario. La palabra Satn, significa adversario. La figura es la de una escena de juicio. Los judos crean que aquellos que se vean fustigados por el infortunio, haban sido acusados por el adversario, como en el caso de Job. Las muchas desgracias de los das del exilio, y posteriores, haban hecho que el pueblo hebreo se preguntara si acaso Satans no estara acusndolos delante de Dios. Pero por medio de esta visin, el profeta asegur a la gente que Dios haba reprendido al adversario y haba defendido a los suyos, un tizn arrebatado del infierno (v. 2). Pero quedaba otro problema. Josu estaba cubierto de trapos inmundos. Era urgente obtener purificacin tanto como perdn. Por esta razn le mandaron su vestidura y el profeta agreg: Pongan mitra limpia sobre su cabeza, lo cual se hizo inmediatamente. Ahora, el gran sacerdote estaba en pie, vestido con vestiduras limpias y coronado, un smbolo del Mesas venidero. La relacin se sugiere en el versculo ocho: He aqu yo traigo a mi siervo, el Pimpollo. Es probable que la piedra mencionada en el verso nueve simbolice el templo terminado. Los siete ojos en la piedra tipifican el cuidado absoluto de Dios sobre los suyos. El los vigila con tierno amor. El cuadro final del tercer captulo es una imagen de paz y prosperidad: En aquel da, dice Jehov de los ejrcitos, cada uno de vosotros llamar a su compaero debajo de la vid, y debajo de la higuera. Es el da del reinado del Mesas.
La leccin central de la cuarta visin es que la purificacin moral debe preceder a la paz y la prosperidad; Dios no puede derramar sus bendiciones sobre un pueblo inmundo. Cunto se necesita este mensaje en nuestros das. e. El Candelero del Templo y las Dos Ramas de Olivas. La quinta visin (c. 5), es la visin del Candelero del Templo y las Dos Ramas de Olivas. El ngel despert al profeta para que comprendiera enteramente bien la nueva visin. Ante l estaba el templo iluminado por el candelero de oro. Las siete lmparas eran alimentadas de aceite por siete canales que traan el aceite directamente de dos ramas de olivas. Estas dos ramas de olivasque tenan perplejo al profeta en particular (vrs. 11-13) son los dos ungidos, o hijos de aceite, Josu y Zorobabel. As como la visin anterior fue especialmente para consuelo de Josu, esta otra visin lleva el propsito de alentar a Zorobabel. El mensaje de Dios para l ha servido como exhortacin y consuelo a todas las generaciones posteriores. El versculo seis es uno de los pasajes ms grandes en el Antiguo Testamento: No con ejrcito, ni con fuerza, sino con mi Espritu, ha dicho Jehov de los ejrcitos. La energa ms poderosa en el mundo no es la potencia militar, ni el podero fanfarrn, antiguo o atmico, sino el Espritu de Dios. Una de las ms claras tergiversaciones de la religin ha sido el cambio que la iglesia ha hecho en ocasiones, de armas carnales por potencia espiritual. El versculo diez contiene otra expresin citada muy a menudo: los que menospreciaron el da de las pequeeces. Aunque los principios del segundo templo aparecan despreciables, Dios capacitara a Zorobabel para terminar su hazaa. Esta visin describe a la nacin recibiendo su luz tanto de los dirigentes civiles como de los religiosos. El gobernador y el sacerdote por igual habran de buscar el bienestar del pueblo. f. El Rollo Volador. La sexta visin (5:1-4), es la visin del Rollo Volador. Este rollo era grande, como de diez por cinco metros. En l se encontraban escritos los crmenes de la gente, especialmente el robo y el engao. El rollo traa una maldicin sobre el hogar de todo ladrn y de todo mentiroso. Todos los pecadores deberan ser cortados, y, como en la cuarta visin, se recalca el hecho de que la nacin debe ser purificada de sus pecados. g. El Epha. La sptima visin (5:5-11), describe lo que Paterson ha llamado Doa Maldad. El profeta vio un Epha, o medida de siete galones. Sbitamente, la cubierta se levant y vio a una mujer sentada sobre el barril. Esta mujer fue arrojada adentro del epha, encerrada, y dos mujeres la elevaron y volaron con ella hacia Babilonia. El significado es que el pecado ser purgado de sobre la tierra. George Adam Smith seala que, mientras que la visin anterior trat de las transgresiones actuales, esta visin tipifica la remocin del principio de pecado. No es suficiente que nos sean perdonados los pecados. Debe haber una purificacin del corazn arrancando la raz misma del pecado. h. Los Cuatro Carros. La octava visin (6: 1-8), es la de Los Cuatro Carros. Estos carros representan los cuatro vientos de los cielos (v. 5). Alguna versin traduce: espritu, en lugar de vientos, siendo que el trmino hebreo es el mismo para los dos vocablos. Estos cuatro vientos protegen al pueblo de Dios en todas direcciones. El carro con los caballos negros sali hacia el norte. El carro de los caballos blancos lo sigui, o, como traducen algunos, sali hacia el oeste. El cuarto carro, con los caballos overos, o del color del melocotn, se dirigi hacia el sur. No ha sido posible entender qu significa los rucios o de color blanquecino, pues que el trmino hebreo significa fuertes. La visin termina con la declaracin de que las condiciones en el norte se han calmado. En esa direccin quedaba la peor amenaza contra la seguridad de Jud, porque el centro del podero mundial radicaba en el norte. Egipto, en el sur, no era una potencia temible en aquel entonces. A la serie de ocho visiones sigue un corto eplogo (6:9-15), que describe una coronacin. El gran sacerdote Josu, est para ser coronado (algunos eruditos creen que la referencia debera ser a Zorobabel). El pasaje tiene implicaciones mesinicas. De nuevo encontramos la alusin al Pimpollo (v. 12). El templo ser reconstruido. La terminologa del versculo quince parece extender la vista hacia la era cristiana, por su aplicacin espiritual. 3. EL AUSNTO DEL AYUNO
El captulo sptimo se abre con otra fecha definida en el ministerio de Zacaras. Este mensaje se present en diciembre de 518 A.C. Por esto sabemos que el ministerio proftico de Zacaras cubri dos aos, ya que su primer mensaje tiene la fecha de noviembre del 520 A.C. Es probable que su ministerio haya continuado por mucho tiempo todava. Una comisin lleg a Jerusaln para solicitar consejo de los sacerdotes y los profetas. Lloraremos en el mes quinto? Haremos abstinencia, como hemos hecho ya algunos aos? (7:3). El hecho de que hayan llegado en el noveno mes, sugiere la probabilidad de que las preguntas vinieran de Babilonia, ya que el viaje se tomaba varios meses. Al responderles, el profeta menciona el ayuno del mes sptimo, y tambin el del mes quinto. a. La Cautividad ha Pasado. Ellos haban observado estos ayunos por setenta aos (7:5). Generalmente se fijan los setenta aos de la cautividad babilnica, entre los aos 606-536 A.C. Pero la nica referencia al 606 A.C. el ao tercero del reinado de Joacim, rey de Jud la encontramos en Daniel 1:1. En Reyes, Crnicas o Jeremaslos tres libros que registran el trmino de la historia de Judno se hace mencin alguna de esta invasin de Nabucodonosor. Es claro que los setenta aos mencionados aqu se refieren al perodo cuando el templo estuvo en ruinas despus de su destruccin en el 587 A.C. Si preferimos una fecha mejor conocida586 A.C. sera entonces ms apropiado fijar la cautividad babilnica en los aos 586-516 A.C. (casi todos los eruditos aceptan el ao 516 A.C. como la fecha en que se termin el segundo templo). Si queremos ser exactos, bien podemos decir que los setenta aos mencionados en Zacaras 7: 5, fueron los aos de 587-518 A.C. b. La Religin Debe ser Moral. Sin embargo, mucho ms importante que las fechas es la verdad imperecedera, pero siempre actual, que contiene la respuesta del Seor por medio de su profeta. Dios no deseaba el ayuno de los alimentos, sino la abstinencia de la injusticia. Juzgad juicio verdadero, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano: No agravis a la viuda, ni al hurfano, ni al extranjero, ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazn contra su hermano (7:9-10). Esta es la clase de ayuno agradable a Dios. El pasaje nos recuerda las palabras muy semejantes de Isaas en su captulo 58. La gente se inclina siempre a ofrecer actitudes religiosas en lugar de vidas religiosas. Uno de los nfasis ms pronunciados de los profetas hebreos, como tambin de la predicacin del Seor Jess, es que la religin significa justicia, rectitud. Una religin sin principios ticos es peor que intil. El captulo octavo es uno de los pasajes ms bellos del Antiguo Testamento. Describe las glorias del reinado del Mesas. No obstante, esas bendiciones no pueden disfrutarse sin verdad y justicia (vrs. 16-17). Entonces, los ayunos sern verdaderamente fiestas (v. 19). El ayuno del cuarto mes conmemoraba la cada de Jerusaln en el 587 o el 586 A.C. (Jeremas 52:6); el del quinto mes, la quema del templo (Jeremas 52:12); el del mes sptimo, el asesinato de Gedalas (Jeremas 41:1-2), quien fue nombrado como gobernador sobre Jud por los babilonios; el del mes dcimo, el principio del sitio de Jerusaln (II Reyes 25:1). Ha de observarse que todos estos ayunos estaban relacionados con la gran catstrofe, la destruccin de Jerusaln por los ejrcitos de Nabucodonosor. 4. LA UNIDAD DE ZACARIAS Durante los ltimos trescientos aos se ha puesto en tela de duda la unidad de la profeca de Zacaras. Los primeros ocho captulos estn cuidadosamente fechados, pero el resto del librolos captulos 9 al 14 parecen haber sido escritos en un perodo distinto. Los eruditos estn en desacuerdo sobre si se escribieron antes o despus de la primera parte. Los liberales sostienen que estos captulos no fueron anotados por la pluma de Zacaras, pero los eruditos conservadores han sugerido la posibilidad de que los escribiera en su vejez. Dado que el nombre del profeta no se menciona en los captulos 8 al 14, nuestra creencia en la inspiracin divina no nos ata a ninguna teora sobre quin haya sido el autor. Pero nos parece ms adecuado sostener la unidad del libro. 5. LA ESPERANZA MESIANICA Esta seccin contiene notablemente un nmero grande de pasajes mesinicos. La llamada Entrada Triunfal de Cristo en Jerusaln se profetiza en 9:9, y se cita en Mateo 21:5. La expresin Mirarn a m, a quien traspasaron (12:10), se cita en Juan 19:37. El captulo trece contiene cuando menos dos referencias mesinicas sorprendentes. El primer versculo
declara En aquel tiempo habr manantial abierto para la casa de David y para los moradores de Jerusaln, para el pecado y la inmundicia (13:1). El versculo sexto tiene un tono triste: Y le preguntarn: Qu heridas son estas en tus manos? Y l responder: Con ellas fui herido en casa de mis amigos. El libro se cierra con una imagen de la santidad triunfante. En aquel tiempo estar sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVA; y las ollas en la casa de Jehov sern como los tazones delante del altar. Y ser toda olla en Jerusaln y en Jud santidad a Jehov de los ejrcitos.
B. Nombre: Mi mensajero.
Fecha: Alrededor del 450 A.C. Lugar de su ministerio: Jerusaln. Divisin del Libro: I. II. Pecados de los Sacerdotes y del Pueblo (captulos 12). Castigos y Bendicin (captulos 3-4). Yo os he amado, dice Jehov; Y dijisteis: En qu nos amaste? Con esta declaracin divina y esta respuesta humana se abre el libro de Malaquas. Dios afirma su amor; Israel desafa la afirmacin. Qu sucede? Probablemente podamos encontrar la respuesta en los dichos de los dos profetas anteriores. Predijeron que las bendiciones de Dios estaban para derramarse sobre el pueblo redimido y purificado. Pero pasaron varias dcadas y las profecas de esperanza permanecan sin cumplirse. Los das se haban vuelto tediosos y lentos. Era un perodo de decepcin, de desilusin, de desaliento, de esperanzas deshechas y corazones quebrantados. La respuesta del pueblo en forma de interrogacin parece amarga. Suena sarcstica, casi petulante. Quiz lo mejor que podamos decir sea que tenemos aqu una explosin de amarga decepcin debido a los sueos rotos. A menudo el margen entre las lgrimas y la ira es muy estrecho. Las primeras al borde de la segunda. Con frecuencia la decepcin se expresa en reprensin. Es probable que los largos das de tediosa espera hayan dejado al pueblo lleno de dudas y embotado. El profeta tiene una respuesta, la prueba del amor de Dios. La primera evidencia es Edom. Dios ha escogido a Jacob y rechazado a Esa. Ved lo que ha sucedido a los edomitas, los descendientes de Esa. Poco despus del principio de la cautividad babilnica, los rabes nabateos los echaron fuera de su tierra y destruyeron cuanto encontraron. Ni siquiera se les permiti regresar a su tierra, como le fue permitido hacer a Israel. No, el infortunio de Jud no poda compararse con el de Edom. Dios amaba an a su pueblo escogido. Despus de este round con la gente (1:2-5), el profeta vuelve su atencin a los sacerdotes (1:6-14). Los censura por la pobre opinin que tienen de la majestad de Dios. No muestran a Dios ni siquiera el respeto que un hijo tiene para su padre, o un criado para su amo. Y entonces los acusa directamente de despreciar el nombre del Seor. Inmediatamente, el aire se vuelve denso. Casi podemos ver a los sacerdotes montar en clera y erizarse de resentimiento. En qu hemos menospreciado tu nombre? Cualquiera que sea el manto de bondad que podamos prender sobre el en qu? del pueblo en el verso dos, parcenos que no es posible ofrecer apologa alguna aqu. El tono de voz es definitivamente petulante, sarcstico, rencilloso, insolente. Casi nos parece or una actitud respondona. Esta es la fanfarronera que raya en blasfemia. La conversacin continua revela claramente que esta fue la reaccin de los sacerdotes. Cuando Dios respondi su primera rplica con: Ofrecis sobre mi altar pan inmundo, ellos protestaron inmediatamente: En qu te hemos amancillado? Cuando la gente responde a Dios de esta manera, es porque el pecado la ha endurecido. Cmo haban amancillado a Dios y a su casa? En que decs: la mesa de Jehov es despreciable. El desprecio por las cosas sagradas es la mayor bajeza en la religin. 1. EL METODO DE MALAQUIAS La expresin decs, o dijisteis, es la clave del libro. El autor usa el mtodo didcticodialctico; afirma algo
y presenta enseguida una supuesta objecin en la forma de una pregunta precedida de decs, o dijisteis. A esto sigue una refutacin de la objecin, probando la proposicin original. A travs del libro encontramos alrededor de siete ejemplos sealados de este mtodo (1:2-3, 6-7; 2: 10-16, 17; 3: 7, 8, 13-14). La lectura de estos pasajes revelar la fuerza de este mtodo de argumentacin. No es que el profeta inventara las objeciones. Sin duda alguna las haba escuchado o cuando menos habla visto ejemplos evidentes de actitudes que expresaban tales ideas. 2. EL PECADO DE LOS SACERDOTES En qu forma demostraron los sacerdotes su desprecio por Dios y su casa? Ofreciendo animales ciegos, cojos y enfermos para el sacrificio. Ofreceran ellos estos animales al gobernador? Los aceptara l? Entonces, deberan ofrecerlos a su Dios? Mientras que los gentiles alababan el nombre de Dios (1: 11), los judos lo profanaban. Cmo? En que decs: La mesa de Jehov es despreciable. Pero eso no era lo peor. Habis adems dicho oh qu trabajo! y lo desechasteis. Qu actitud tan insolente! En 2:1-9, el profeta produce una nueva acusacin en contra de los sacerdotes. Es su deber instruir al pueblo en la ley (v. 7), pero en lugar de ello, ni siquiera ellos mismos han guardado la ley, y de esta manera han hecho que el pueblo yerre (v. 8). 3. EL PECADO DEL DIVORCIO De nuevo el profeta se vuelve a los laicos (2: 10-16), y reprende a la gente por su pecado del divorcio. Dios declara que ya no le interesan sus ofrendas (v. 13). Mas diris: Por qu? Porque Jehov ha atestiguado entre ti y la mujer de tu mocedad, contra la cual t has sido desleal, siendo ella tu compaera, y la mujer de tu pacto. Este profeta tena ideas muy elevadas sobre el matrimonio, y odiaba el divorcio, como el Seor Jess. Para ambos, el matrimonio era un arreglo para toda la vida. El mensaje de Malaquas es urgente en este da, cuando es tan fcil divorciarse. Dios avisa que el castigo es inminente debido al pecado (2: 173: 6). Ellos haban rendido un servicio de labios para afuera, pero eso no expiaba sus pecados. Habis hecho cansar a Jehov con vuestras palabras. Y diris: En qu le hemos cansado? Cuando decs: Cualquiera que mal hace, agrada a Jehov, y en los tales toma contentamiento; de otra manera dnde est el Dios de juicio? 4. MI MENSAJERO La ltima pregunta encuentra respuesta inmediata en los primeros versculos del captulo tres. Una parte del versculo se cita en los evangelios sinpticos, y se aplica a Juan el Bautista. Hemos de notar que la expresin Malaquas, significa mi mensajero, en hebreo. Es exactamente la misma forma de 1:1. No hay manera alguna de saber si se aplica como nombre propio, o como sustantivo comn, como en este pasaje. Si este es el caso, entonces el libro es annimo. Esta es la forma en que la Septuaginta traduce 1:1, que es el encabezado del libro. Pero es probable que el autor haya adoptado el nombre Malaquas en el principio de su ministerio pblico. El primer versculo del tercer captulo anuncia que Vendr a su templo el Seor. Y para que nadie tome estas palabras de manera superficial, el profeta describe el carcter de Dios y el propsito de su venida. Y quin podr sufrir el tiempo de su venida? Quin podr estar cuando l se mostrar? Porque El es como fuego purificador y como jabn de lavadores. Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata. Cuando el Seor venga probar y purificar a su pueblo, pero contra los impos vendr con castigo apresurado (v. 5). Esta advertencia viene seguida de una splica de arrepentimiento y una reprensin por el olvido del diezmo (3:7-12). Dijisteis se menciona aqu dos veces en versculos sucesivos. Tornaos a m, y yo me tornar a vosotros, ha dicho Jehov de los ejrcitos. Mas dijisteis: En qu hemos de tornar? 5. EL DIEZMO Al responder, Dios revela al pueblo otro pecado que le impide a El bendecirlos. Para regresarse a El deben cesar de transgredir la ley. Robar el hombre a Dios? Pues vosotros me habis robado. Y dijisteis: En qu te hemos robado? Los diezmos y las primicias. En algunos, una sensacin extraa les recorre la espalda tan pronto como oyen la mencin de este tema prohibido. Pero una de las pruebas ms seguras de la consagracin cristiana es nuestra actitud hacia el dinero.
Es enteramente inconsistente que una persona afirme amar a Cristo, pero se rehse a ofrendar el diezmo. El diezmo es solamente el reconocimiento de que Dios es nuestro dueo y dueo de todo lo que poseemos. Rehusarnos a pagar el diezmo es negar que El sea el dueo. Evidentemente, el pueblo objet ruidosamente, porque Dios contina: Vuestras palabras han prevalecido contra m, dice Jehov. Y dijisteis: Qu hemos hablado contra ti? Habis dicho: por dems es servir a Dios. La gente afirma que el impo tiene mejor suerte que el justo (v. 15). Es otra manera de decir: Dnde est el Dios de juicio? (2:17). Algunas personas esperan que Dios haga balance todos los sbados por la tarde. La respuesta de Dios es que El conoce a los suyos (vrs. 16-17), y que eventualmente todos podrn ver la diferencia entre el justo y el malo (v. 18). Las promesas de los versculos 16 y 17 han sido de gran consuelo al pueblo de Dios en horas de tentacin y prueba. En el cielo se lleva un registro cuidadoso de todos los que confan en el Seor (Confiar en el Antiguo Testamento, se relaciona con creer en el Nuevo Testamento). 6. EL MESIAS VIENE YA El ltimo captulo de Malaquas es breve. Se abre con una declaracin del juicio venidero, que ser ardiente como un horno. Pero a l sigue inmediatamente la seguridad de que a vosotros los que temis mi nombre, nacer el Sol de justicia y en sus alas traer salud. La venida del Cristo ser como la aurora del sol, que provee vida, luz y calor. Cada amanecer proclama las glorias de nuestro Cristo. Hemos de iniciar cada da con una realizacin nueva de su presencia para iluminar nuestro sendero, para alentar nuestro corazn y para llenarnos con el sentido de la grandeza de Dios. El libro se cierra con la profeca de que Elas aparecer antes que venga el da de Jehov, grande y terrible. As encontramos de nuevo esta frase que es tan prominente en los profetas menores. No se nos deja en duda sobre la certeza de la venida del Seor, pero al mismo tiempo se nos asegura que Dios har lo mejor por avisar a los hombres y procurar que se vuelvan a El. Y as llegamos al trmino de nuestro estudio sobre los doce profetas menores. Fueron varones cuyos mensajes eran temporales y eternos. Predicaron a sus tiempos y a todas las generaciones. Los pecados que reprendieron son los mismos que acosan a la humanidad hoy da. Todava es verdad que la esencia del pecado es el egosmo y la voluntariedad. Los hombres se inclinan an a abandonar a Dios y seguir sus deseos torcidos. Y an el amor de Dios, inmutable, llama al arrepentimiento y ofrece salvacin. Las diferencias entre el Antiguo Testamento y el Nuevo, parecen a veces muy agudas en la superficie. Pero un estudio ms detenido revela inevitablemente que la naturaleza de Dios es la misma, y que la naturaleza humana tambin es la misma. El pecado sigue siendo esencialmente el mismo de siempre y la salvacin es una obra divina, y siempre lo ha sido. El tema central del Antiguo Testamento, tanto como el del Nuevo Testamento, es la redencin. A la luz de las condiciones religiosas, morales, sociales y econmicas de nuestra vida, no podemos menos que reafirmar de nuevo nuestra conviccin de que los profetas menores tienen verdaderamente un mensaje moderno para estos tiempos en que vivimos. Necesitamos que el eco de sus palabras llegue hasta los odos de nuestros contemporneos. Ojal que su ministerio proftico contine. Preguntas Para Discusin 1. 2. 3. 4. 5. 6. Cul es la actitud cristiana hacia el ayuno? Cules son los requisitos de la paz mundial? Por qu se llama a Malaquas el Scrates hebreo? Debemos diezmar? Cul es la primera mencin que se hace del diezmo en la Biblia? Cul fue la actitud de nuestro Seor hacia el diezmo? (vase Lucas 11:42).