Cubismo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

Cubismo

Taller
Giancarlo Cano Ramirez
Alumno:
CANO RAMIREZ, Dino Giancarlo

Arquitectos:
COLLINS CAMONES, Jose Carlos
MORZAN CAMERE, Javier Jorge Quinto

«Cuando hacíamos cubismo, no teníamos ninguna intenció n de hacer cubismo, sino


ú nicamente de expresar lo que teníamos dentro».
Pablo Picasso.
Cubismo
Pablo Picasso, el iniciador del cubismo, retratado por Juan Gris, 1912, ó leo sobre lienzo, 93,4 x 74,3
cm, Instituto de Arte de Chicago..
El cubismo fue un movimiento artístico desarrollado entre 1907 y 1914, nacido en Francia y
encabezado por Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Es una tendencia esencial pues da pie al
resto de las vanguardias europeas del siglo XX. No se trata de un ismo má s, sino de la ruptura
definitiva con la pintura tradicional.
El término cubismo fue acuñ ado por el crítico francés Louis Vauxcelles, el mismo que había
bautizado a los fauvistas motejá ndolos de fauves (fieras); en el caso de Braque y sus pinturas de
L'Estaque, Vauxcelles dijo, despreciativamente, que era una pintura compuesta por «pequeñ os
cubos». Se originó así el concepto de «cubismo».

Características
El cubismo es considerado la primera vanguardia, ya que rompe con el ú ltimo estatuto renacentista
vigente a principios del siglo XX, la perspectiva. En los cuadros cubistas, desaparece la perspectiva
tradicional. Trata las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, fragmentando
líneas y superficies. Se adopta así la llamada «perspectiva mú ltiple»: se representan todas las partes
de un objeto en un mismo plano. La representació n del mundo pasaba a no tener ningú n
compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado, sino con lo que se
sabe de ellas. Por eso aparecían al mismo tiempo y en el mismo plano vistas diversas del objeto: por
ejemplo, se representa de frente y de perfil; en un rostro humano, la nariz está de perfil y el ojo de
frente; una botella aparece en su corte vertical y su corte horizontal. Ya no existe un punto de vista
ú nico. No hay sensació n de profundidad. Los detalles se suprimen, y a veces acaba representando el
objeto por un solo aspecto, como ocurre con los violines, insinuados só lo por la presencia de la cola
del mismo.
A pesar de ser pintura de vanguardia los géneros que se pintan no son nuevos, y entre ellos se
encuentran sobre todo bodegones, paisajes y retratos.
Se eliminan los colores sugerentes que tan típicos eran del impresionismo o el fauvismo. En lugar
de ello, utiliza como tonos pictó ricos apagados los grises, verdes y marrones. El monocromatismo
predominó en la primera época del cubismo, posteriormente se abrió má s la paleta.
Con todas estas innovaciones, el arte acepta su condició n de arte, y permite que esta condició n se
vea en la obra, es decir es parte intrínseca de la misma. El cuadro cobra autonomía como objeto con
independencia de lo que representa, por ello se llega con el tiempo a pegar o clavar a la tela todo
tipo de objetos hasta formar collages.
La obra resultante es de difícil comprensió n al no tener un referente naturalista inmediato, y ello
explica que fuera el primero de los movimientos artísticos que necesitó una exégesis por parte de la
"crítica", llegando a considerarse el discurso escrito tan importante como la misma prá ctica
artística. De ahí en adelante, todos los movimientos artísticos de vanguardia vinieron acompañ ados
de textos críticos que los explicaban.

Historia
El cubismo tuvo como centro neurá lgico la ciudad de París, y como jefes y maestros del movimiento
figuraban los españ oles Pablo Picasso y Juan Gris y los franceses Georges Braque y Fernand Léger.
El movimiento efectivamente se inicia con el cuadro "Las Señ oritas de Avignon" (Demoiselles
D'Avignon)de Pablo Picasso. Como elemento precursor del cubismo destaca la influencia de las
esculturas africanas y las exposiciones retrospectivas de Georges Seurat (1905) y de Paul Cézanne
(1907).
El cubismo surge en la primera década del siglo XX, constituyendo la primera de las vanguardias
artísticas. Entre las circunstancias que contribuyeron a su surgimiento, se ha señ alado
tradicionalmente tanto la obra de Cézanne como el arte de otras culturas, particularmente la
africana. En efecto, Cézanne pretendió representar la realidad reduciéndola a sus formas
esenciales,2 intentando representar los volú menes sobre la superficie plana del lienzo de una
manera nueva, tendencia que fue seguida por los cubistas. Ya antes que él, los neoimpresionistas
Seurat y Signac tendieron a estructurar geométricamente sus cuadros. Lo que Picasso y Braque
tomaron de Cézanne fue la técnica para resolver ese problema de lograr una nueva figuració n de las
cosas, dando a los objetos solidez y densidad, apartá ndose de las tendencias impresionistas que
habían acabado disolviendo las formas en su bú squeda exclusiva de los efectos de la luz.
Por otro lado, el imperialismo puso a Occidente en contacto con otras civilizaciones con un arte
propio y distinto del europeo. A través de diversas exposiciones, Picasso conoció la escultura
ibérica y la africana, que simplificaban las formas y, ademá s, ponían en evidencia que la pintura
tradicional obedecía a una pura convenció n a la hora de representar los objetos conforme a las
ideas renacentistas de perspectiva lineal y aérea. Lo que parece actualmente excesivo a los
historiadores de arte es atribuir una influencia directa de las má scaras africanas con la obra
picassiana.
Todo ello no hubiera sido posible sin la aparició n de la fotografía pues esta, al representar la
realidad visual de manera má s exacta que la pintura, liberó a este ú ltimo arte de la obligació n de
representar las cosas tal como aparecen ante nuestros ojos y forzó a los artistas a buscarle un
sentido diferente a la mera transcripció n a las dos dimensiones de la apariencia externa de las
cosas. La aparició n del cubismo se ha relacionado, ademá s, con otros dos hechos acontecidos en la
misma década que revelan que las cosas pueden ser diferentes a como aparentan ser: el
psicoaná lisis al evidenciar que pueden existir motivaciones má s profundas para los actos y
pensamientos humanos, y la teoría de la relatividad, que revela que el mundo no es exactamente, en
su estructura profunda, como lo presentaba la geometría euclidiana.

Cubismo analítico o hermético (1909-1912)


En 1909 Braque y Picasso estrechan su amistad y consiguen desarrollar la nueva tendencia. Juntos
crearon las dos tendencias del cubismo. La primera es el cubismo analítico (1909-1912), en donde
la pintura es casi monocroma en gris y ocre. Los colores en este momento no interesaban pues lo
importante eran los diferentes puntos de vista y la geometrizació n, no el cromatismo. Fueron
elaborando un «nuevo lenguaje» que analiza la realidad y la descompone en mú ltiples elementos
geométricos. Los puntos de vista se multiplicaron, abandonando definitivamente la unidad del
punto de vista de la perspectiva renacentista. Se introducen en la pintura los «pasos», definidos
como ligeras interrupciones de la línea del contorno. Los volú menes grandes se fragmentan en
volú menes má s pequeñ os. Entre las obras de esta fase del cubismo se encuentra el Retrato de
Kahnweiler (1910, Instituto de Arte de Chicago).
A este período también se le llama de cubismo hermético, pues por la cantidad de puntos de vista
representados, algunas obras parecen casi abstractas. Al hermetismo se llega porque los planos
acaban independizá ndose en relació n al volumen de manera que es difícil descodificar la figuració n,
reconstruir mentalmente el objeto que esos planos representan. El color no ayudaba, al ser
prá cticamente monocromos y muchas veces convencionales, no relacionados con el auténtico color
del objeto. La imagen representada, en definitiva, era ilegible, casi imposible de ver, a no ser por
algunos objetos como una pipa, o letras de perió dico, que permiten distinguir lo que se está
representando.
Es en esta fase cuando el cubismo se presenta en pú blico. Pero no por obra de Picasso y Braque, que
exponían privadamente en la galería Kahnweiler, sino por otros pintores que conocieron la obra de
aquellos en sus talleres. Se presentaron al Saló n de los Independientes de 1911. En su sala 41
aparecieron obras de Jean Metzinger, Albert Gleizes, Henri Le Fauconnier, Fernand Léger y Robert
Delaunay. Provocaron el escá ndalo y rechazo de pú blico y crítica. Ello llevó a que se construyera ya
una obra doctrinal de primera hora explicando los hallazgos de la nueva tendencia. Así, el primer
estudio teó rico del cubismo lo hicieron en 1912 Gleizes y Metzinger: Du cubisme («Sobre el
cubismo»). Apollinaire, por su parte, escribió Les peintres cubistes («Los pintores cubistas.
Meditaciones estéticas») en 1913. Hubo otras adhesiones, como la de la mecenas Gertrude Stein o
los marchantes como Ambroise Vollard y Henry Kahnweiler. Otros poetas, ademá s de Apollinaire,
defendieron el nuevo estilo: Pierre Reverdy y Max Jacob.
Ademá s del rechazo de los tradicionalistas de la pintura, hubo posteriormente críticos que venían
de la propia vanguardia, centradas en dos problemas que planteaba el cubismo: su estatismo y su
adhesió n a lo figurativo. En efecto, sobre todo los futuristas objetaron al cubismo que en sus obras
el movimiento estuviera ausente, siendo así que el mundo actual es esencialmente diná mico. Guido
Severini, a quien se considera el má s cubista dentro del futurismo, lo criticó en Del Cubismo al
Clasicismo (1921), aunque con el tiempo (1960) reconoció que debía al cubismo gran parte de su
técnica. Algunos cubistas fueron sensibles a esta crítica y crearon obras influidas por el futurismo,
como hizo Marcel Duchamp con su primera versió n de Desnudo bajando una escalera (1911, Museo
de Arte de Filadelfia, col. Arensberg). Por otro lado, aunque en su época no resultaba fá cil deslindar
el cubismo de la abstracció n, hoy resulta evidente que siguen sujetos a una representació n
figurativa de las cosas reales. Se seguían representando sillas, botellas o figuras humanas, aunque
las descompusieran en planos y volú menes geométricos. No se apartaban de representar la
realidad, sino que querían representarla en el cuadro con un nuevo lenguaje.
El camino trazado por Picasso y Braque pronto fue seguido por los pintores Juan Gris (José
Victoriano Gonzá lez) y Louis Marcoussis, el primero influido por Picasso, el segundo por Braque.
Gris, tercer gran nombre del cubismo. Este madrileñ o malvivía en París dibujando para revistas y
perió dicos. A partir de 1911 se interesó por el problema de la luz sobre los objetos, creando
cuadros con iluminació n naturalista, en los que los rayos luminosos oblicuos y paralelos entre sí
inciden sobre formas rígidas, como puede verse en su Retrato de Picasso de 1912. É l mismo dijo
haber adoptado el cubismo «analítico», multiplicando los puntos de vista y usando colores vivos.
Para el añ o 1912, Braque y Picasso ya habían realizado collages, y Gris comenzó a introducir en sus
obras diversos materiales como la madera o la tapicería, bien imitándolos, bien pegá ndolos (El
lavabo, 1912).
Braque, por su parte, influyó en el polaco Marcoussis (Ludwig Markus). Má s ortodoxo y menos
original que Gris, creó una obra con colores intensos y cercana a veces al futurismo. Comenzó en
1912 a trabajar el cubismo analítico, con obras como Naturaleza muerta con damero (1912, Museo
Nacional de Arte Moderno, Centro Georges Pompidou).

Cubismo sintético (1912-1914)


En El Portugués (1911) de Braque aparecen palabras y nú meros, lo que abrió una nueva vía que
llevó al segundo período del cubismo, el cubismo sintético (1912-1914). Braque, que había sido el
primero en utilizar la caligrafía, y que má s de una vez intentó imitar la madera o el má rmol, fue
quien inició esta ú ltima fase del cubismo al realizar papier collés, pegando directamente papeles
decorados en la pintura. Picasso y Braque comenzaron a incorporar material grá fico como pá ginas
de diario y papeles pintados, técnica que se conoce como collage. En 1912 Picasso realizó su primer
collage, Naturaleza muerta con silla de paja (Museo Picasso, París), en el que añ ade al lienzo pasta
de papel y hule. El color es má s rico que en la fase anterior, como puede verse en los rojos y azules
de Botella de Suze (1913, Saint Louis, Misuri, Universidad Washington). Estas obras sintéticas son
má s simples, má s sencillas de entender en cuanto a que son má s figurativas, se ve claramente lo que
se pretende representar. Los objetos ya no se reducen a volú menes y planos expuestos en diversas
perspectivas hasta ser irreconocibles, sino que se reducen a sus atributos esenciales, a aquello que
los caracteriza de manera inequívoca sin lo cual no serían lo que son. Por ello, aunque reducido a lo
esencial, queda claro en todo momento lo que son. Para representar los objetos «tipo» de manera
objetiva y permanente, y no a través de la subjetividad del pincel, se recurre a lo que parece un
ensamblaje. Los cuadros está n formados por diversos materiales cotidianos que se pegaban o
clavaban a la tela, como tiras de papel de tapicerías, perió dico, partituras, naipes, cajetillas de
cigarros o cajas de cerillas. El cuadro se construye con elementos diversos, tanto tradicionales (la
pintura al ó leo) como nuevos (como el papel de perió dico). Los cafés y la mú sica inspiraron estos
bodegones. Otras obras de Picasso pertenecientes a esta fase del cubismo sintético son El jugador
de cartas (1913-14) o Naturaleza muerta verde (1914). Braque realiza en esta época El clarinete
(1913), el Correo (1913), Aria de Bach (1913-14) o Violeta de Parma (1914).
En este período Juan Gris realiza una pintura má s libre y colorista. Emblemá tica es su Place
Ravignan, naturaleza muerta ante una ventana abierta (1915), donde el exterior se representa a la
manera tradicional, con perspectiva renacentista, mientras que el interior de formas deconstruidas
y compuestas desde diversos puntos de vista con planos quebrados. Por su parte, Marcoussis llega a
la cumbre de su tarea creadora con obras má s poéticas y personales como Mú sico (1914, Galería
Nacional de Washington, col. Chester Dale)
María Blanchard nunca llegó a la total descomposició n de la forma pero dejó su manufactura en
forma de ricos colores. Su famosa "Mujer con abanico" (1916, Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía),"Naturaleza muerta" (1917, Fundació n telefó nica) o "Mujer con guitarra" (1917, Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía) son ejemplos del intenso estudio que realiza sobre la anatomía
de las cosas, como señ aló Ramó n Gó mez de la Serna y del peso del color en su pintura. Tras esta
etapa regresa a las técnicas figurativas donde queda impresa la influencia de las vanguardias.
La Primera Guerra Mundial puso fin a la fase má s creadora del cubismo. Muchos de los pintores
cubistas, al ser franceses, fueron llamados a la lucha (Braque, Léger, Metzinger, Gleizes, Villon y
Lhote). En la posguerra, só lo Juan Gris siguió trabajando el cubismo má s o menos ortodoxo, aunque
en un estilo má s austero y simple, en el que los objetos quedaron reducidos a su esencia
geométrica. Marcoussis creó una obra má s poética. Braque siguió trabajando en la misma línea del
cubismo sintético, con papel encolado. Nuevos pintores adoptaron un lenguaje cubista, como María
Blanchard. Pero la mayoría de los pintores hasta entonces cubistas, empezando por el propio
Picasso, fueron adoptando nuevas tendencias, como ocurre con Duchamp y Picabia, que crearon el
dadaísmo o Mondrian que se adhirió a la abstracció n. El cubismo, como movimiento pictó rico, se
puede dar por terminado hacia 1919.

El cubismo en otras artes


Fue el francés Apollinaire quien lo adaptó en la literatura. Busca recomponer la realidad mezclando
imá genes y conceptos al azar. Una de sus aportaciones fue el caligrama.
El cubismo repercutió en la escultura, a través de técnicas similares al collage del cubismo sintético.
La escultura empezó a construirse con materiales de desecho, elaborá ndose con piezas diversas y
no procedentes de un solo bloque de piedra o má rmol. Con ello se crea la llamada estética de
«ausencia de masa», al surgir huecos y vacíos entre las superficies. Como los arquitectos, los
escultores no dan forma a un volumen, sino que crean espacios.
El propio Pablo Picasso realizó esculturas cubistas. Escultores que crearon obras cubistas fueron
Alexander Archipenko, Jacques Lipchitz y Henri Laurens, ademá s de los españ oles Pablo Gargallo y,
sobre todo, Julio Gonzá lez, pionero en el uso del hierro gracias a la soldadura autó gena, lo que abrió
todo un mundo de posibilidades a la escultura del siglo XX.

Otros pintores del cubismo


Ademá s de Pablo Picasso y Braque, a los que se considera fundadores del cubismo, y Juan Gris y
Marcoussis, sus má s directos seguidores, el cubismo fue seguido por una multitud de artistas entre
1911 y 1914. Algunos de ellos se agruparon bajo la denominació n de Section d'Or o Grupo de
Puteaux: Albert Gleizes, Jean Metzinger, Juan Gris, Fernand Léger y André Lhote. De este colectivo
surgió , en 1912 el orfismo, cuyos má ximos representantes son Robert Delaunay y František Kupka,
quienes acabaron renunciando a la representació n figurativa y centrá ndose en el color se
aproximaron a la abstracció n geométrica, como anticipó ya su Villa de París, de Delaunay (1910). El
tema acabó desapareciendo totalmente en obras como Formas circulares (1912-13). Se ha
denominado a este estilo como cubismo abstracto o rayonismo. Kupka, pró ximo al cubismo,
comenzó a estudiar, a partir de 1912, la forma en que el espacio podía representarse mediante
planos de color (Planos verticales Amorpha, 1912) o líneas sinuosas. También Francis Picabia
recreó los volú menes de la realidad de manera bastante abstracta (Procesió n en Sevilla, 1912) lo
que le llevó , a partir de 1913, a la no-figuració n.
Gleizes cultivó un cubismo cezaniano má s figurativo que el resto y en el que aparecía la figura
humana esquematizada; no obstante, también tuvo una fase analítica. Obras destacadas de Gleizes
son: Á rbol (1910, París, col. part.), Caza (1911, París, col. comandante Houot), Hombres en el balcó n
(1912, Museo de Arte de Filadelfia, col. Arensberg), Desgranado de la cosecha (1912, Museo
Guggenheim de Nueva York), Bañ istas (quizá su obra má s conocida, de 1912, Museo de Arte
Moderno de la Ciudad de París), Retrato de Figuière (1913, museo de Lyon) y Mujeres cosiendo
(Otterlo, Museo Krö ller-Mú ller).
Su amigo Metzinger, con quien escribió Sobre el cubismo tuvo una primera fase analítica en la que
predomina el estudio de la estructura, para pasar luego a una fase cezaniana en la que predomina el
estudio de los volú menes. De Metzinger destacan sus Desnudos de 1910-1911, la Merienda (1910-
11, Museo de Arte de Filadelfia, col. Arensberg), el Pá jaro azul (1913, Museo de Arte Moderno de la
Ciudad de París), Bañ istas (1913, Museo de Arte de Filadelfia) y Mujer haciendo calceta (1919,
Museo Nacional de Arte Moderno, Centro Georges-Pompidou).
Henri Le Fauconnier (1881-1946) realizó estudios de desnudos cuyos volú menes fue
fragmentando, explorando la incidencia de la luz sobre ellos. Creó «una especie de de
Impresionismo cubista bastante personal» que puede verse en obras como Retrato de Paul Castiaux
(1910), Abundancia (1910-11) o Cazador (1912).
Má s original que todos ellos fue Fernand Léger. Desarrolló un estilo personal que refleja su
atracció n por la má quina. Célebre es su obra Figuras desnudas en el bosque [1](1909-1910, Otterlo,
Museo Krö ller-Mü ller), que se puede considerar obra intermedia entre el cubismo y el futurismo,
movimiento este ú ltimo fascinado con la má quina y el movimiento. En esta obra se aprecia
igualmente su predilecció n por las formas y los volú menes, propia del cubismo cezaniano. Después
de experimentar con los volú menes, comienza a dar preponderancia al color a partir de 1913, en
composiciones llenas de dinamismo.
Por una fase cubista pasó el gran pintor holandés Piet Mondrian al instalarse en París en 1911.
Cultivó el cubismo analítico en el período 1911-1914. Sus estudios sobre el á ngulo recto, y las
formas planas acabaron llevá ndole a la abstracció n. Al volver a Á msterdam fundó , junto a Van
Doesburg , el grupo De Stijl (1917). En torno a su revista se constituyeron artistas directamente
influidos por el cubismo.
Hubo otros que adaptaron el cubismo a su temperamento. Entre ellos cabe citar, en primer lugar, a
Jacques Villon, que conoció el cubismo a través de su hermano Marcel Duchamp. Estudió los
volú menes, compuso sus cuadros en estructuras piramidales y empleó colores vivos. Su cubismo
fue moderado, como el de Roger de la Fresnaye, que aunque adoptó la superposició n de planos, no
llegó a romper de manera clara con la figuració n y la perspectiva. Se vio influido por Delaunay, lo
que le llevó a realizar sus mejores obras construidas sobre todo con el color: Conquista del aire
(1913) y muchas Naturalezas muertas (1913-14). Después de la guerra volvió al clasicismo.
Finalmente, André Lhote se enmarca en una tendencia a adaptar el estilo cubista a las reglas de la
composició n clá sica.
Ademá s de los ya citados, se puede considerar que hicieron obras cubistas: Marcel Duchamp, Sonia
Delaunay, Emilio Pettoruti y Carlos Sotomayor.
El purismo de Charles Edouart Jeanneret y Amadée Ozenfant surgió en 1918 como una derivació n
del cubismo.

También podría gustarte