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bogota/202050/
Entrevista
El nuevo Plan de lectura, escritura y oralidad ‘Leer para la vida’ 2021-2023 es la apuesta del Distrito
para que todos los bogotanos se sientan incluidos en la cultura escrita. Dicho de otro modo, que
participen en los procesos y desarrollen las habilidades implicadas en las prácticas de lectura y
escritura, y que interactúen con los diferentes soportes a través de los cuales circulan los textos.
Como lo dice la especialista en lengua escrita y cultura digital, Judith Kalman, parafraseando a Paulo
Freire: “leer no es un problema de descifrar letras sino de leer el mundo, es decir, de comprender
cómo los textos escritos se insertan en la vida y se utilizan para fines sociales, económicos,
culturales, ideológicos y políticos.”
Esto implica dos grandes retos: 1) hacer de la lectura y la escritura prácticas de la vida cotidiana; 2)
ampliar la comprensión de lectura de los bogotanos. Esto último entendido como el proceso
mediante el cual un lector es efectivamente interpelado por un texto. Las palabras escritas dejan de
ser solo signos en un papel para pasar a formar parte de su mundo interior, y ser herramientas para
enriquecer y transformar el entorno que lo rodea. Estos retos atraviesan tanto el ámbito público y
social, como el íntimo y personal.
Desde la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte proponemos a través del nuevo Plan de
Desarrollo, fortalecer la vocación de Bogotá como una ciudad creadora, en la que el ejercicio de la
lectura se convierte en una práctica de la vida cotidiana, y se consolida como un eje articulador de
nuevas dinámicas sociales.
Algunas de las acciones estarán enfocadas a garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a
la cultura escrita. Se promoverán programas que fortalezcan las bibliotecas, los espacios de
circulación de materiales de lectura y el encuentro de los ciudadanos con los libros.
También queremos adelantar acciones en el marco de una estrategia de cultura digital e innovación,
que fomente la movilización y los vínculos de los ciudadanos con la cultura escrita. Esto implica
generar espacios de diálogo, debate y encuentros alrededor de la lectura, la escritura y la oralidad.
Y buscamos robustecer la Biblioteca Digital de Bogotá con nuevas bases de datos, contenidos y
proyectos editoriales digitales para poner en circulación la memoria histórica de la ciudad, entre
otros.
¿Se basaron en algún plan de lectura para crear “Leer para la vida”?
Revisamos las iniciativas, logros y proyectos de administraciones anteriores. Por el ejemplo el Plan
“DICE” (2011-2015), el decreto 136 de 2006 que definió los lineamientos para la formulación de
políticas públicas de lectura y escritura para Bogotá con una vigencia de 10 años, y, finalmente, el
Plan “Leer es volar” 2016-2019.
“Leer para la vida” está diseñado para nuestra ciudad, con propósitos construidos con y para los
ciudadanos, y con el objetivo de entregar una política de lectura, escritura y oralidad como quedó
establecida en el actual Plan de Desarrollo.
Debemos continuar con los esfuerzos de garantizar el acceso al libro, a la lectura, al conocimiento,
al arte y a la cultura como una forma de contribuir al bienestar y desarrollo humano de los
habitantes de Bogotá, y, con ello, crear una sociedad más igualitaria.
El que entiende lo que lee, puede inventar el mundo a la medida de esa comprensión. Tenemos que
hacer de la lectura un vínculo que permita resignificar la vida. Tenemos la certeza de que la
comprensión de lectura es vital para el progreso de cada niña, niño, joven y adulto.
Con respecto al Plan de lectura, ¿cuáles son las metas de la Secretaría de Cultura?
Tenemos como propósito mejorar los niveles de comprensión de lectura mediante acciones de
acceso, formación, participación y apropiación. Por eso, entre todo lo mencionado anteriormente
fortaleceremos el funcionamiento de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed) y
trabajaremos en un sistema distrital -que incluya las bibliotecas comunitarias- con recursos que las
potencien, las fortalezcan y estimulen su crecimiento.
También impulsaremos las salas de lectura familiares, adecuando espacios en hogares voluntarios
con colecciones básicas y materiales de lectura para acoger a lectores que no tienen cerca una
biblioteca. Fortaleceremos el acercamiento de las bibliotecas con los barrios y la ruralidad de Bogotá
a través de proyectos de extensión bibliotecaria, entre otras.
https://www.semana.com/economia/opinion/columnistas/articulo/nuevos-habitos-de-
lectura/202153/
En Colombia, los hábitos de lectura también se modificaron con el paso de la cuarentena por
nuestras vidas. Aunque las cifras muestran que desafortunadamente es un hábito no muy arraigado
en los colombianos, definitivamente se ha mantenido como una opción en medio de nuestro
confinamiento obligatorio, que no dejará de prolongarse en 2021.
Según datos del Dane, tomado de la Encuesta Nacional de Lectura 2017 (tristemente, la más
reciente), un colombiano mayor de cinco años lee, en promedio, 2,7 libros al año. Un número
realmente bajo si se compara con países como Chile (5,4), Argentina (4,5) y Brasil (4). Según la
Encuesta, al 28,3 % de los colombianos no le gusta leer.
La industria editorial tiene un enorme reto. Motivar la lectura no es tarea fácil, y menos posicionarla
como un hábito de preferencia en un país con tan bajos índices de lectura al año. Y es un desafío de
mayor complejidad cuando ha tenido que batallar en la nueva era, en la que la cultura y el ocio
tienen una variante de tipo virtual.
Así, para buscar la supervivencia de esta importante industria, es importante analizar la posibilidad
de combinar los libros con el mundo digital, de tal forma que este tipo de enriquecimiento esté a un
solo clic. Ahora, hay una parte del ecosistema que prioriza leer sin importar el formato.
El consumo de libros electrónicos, por ejemplo, hizo al lector Kindle, el primer dispositivo de
consumo de Amazon, todo un éxito a inicios de la década pasada. Aunque si bien no fue el primer
lector de este tipo de libros, en definitiva ayudó a popularizar este formato. Por supuesto, para
Amazon esto significó un crecimiento, casi exponencial, en la expansión de los dispositivos de
consumo, en la medida que ofrecía su propia línea de tabletas.
Lo interesante es que, aunque se pueda pensar que los libros impresos pasarían a la historia, estos
aún se mantienen en rigor con el mayor porcentaje de las ventas. Para aquellos que gustan de una
lectura habitual, saben que nada se compara con el olor de las páginas de un libro, acompañado de
su bebida favorita, desde cualquier parte del mundo. Es una desconexión total del exacerbado
mundo tecnológico que nos consume hoy día.
De hecho, el estudio Global Happiness de 2020 concluyó que lo más importante para ser feliz es el
cuidado de la salud mental y física. Y para el cuidado de la salud mental, la lectura es crucial; estimula
la imaginación y la creatividad, libera el pensamiento, así como enriquece nuestro conocimiento,
léxico, ortografía y hasta nuestra memoria.
Así, en todo el contexto de aislamiento que rigió bajo estrictas medidas de cuarentena y
confinamiento, algunas personas encontraron nuevos pasatiempos para alivianar un poco la carga
pesada de vivir alejados de su rutina con el mundo exterior. De este modo, algunos de los libros más
vendidos tuvieron que ver con los cuidados de la salud y el bienestar, aunque también de literatura.