Proyecto - Nohemi González Monsalvo. Los Placeres de La Transgresión-1

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN


LICENCIATURA EN PERIODISMO Y COMUNICACIÓN
COLECTIVA

El placer de la transgresión.

Las significaciones de las prácticas sexuales


alternativas, una mirada desde la comunicación.

Seminario de Titulación: Comunicación, prácticas sociales, producción, circulación


y consumo de bienes culturales.

Licenciatura en Comunicación

Nohemí González Monzalvo

18 de julio del 2009, México, D.F.

1
ÍNDICE

1. Introducción………………………………………………………………3
2. Repaso bibliográfico de la sexualidad en las ciencias sociales…….5
3. Descripción del Objeto de Estudio…………………………………….14
4. Construcción del problema……………………………………………..20
5. Pregunta General de Investigación y preguntas particulares……….28
6. Delimitación………………………………………………………………30
7. Justificación social, comunicativa y personal…………………………31
8. Hipótesis…………………………………………………………………..41
9. Objetivos…………………………………………………………………..42
10. Índice Tentativo………………………………………………………….45
11. Bibliografía……………………………………………………………….47

2
INTRODUCCIÓN

La finalidad de este trabajo es presentar el proyecto de investigación que se


realizará a lo largo del Seminario de titulación, Comunicación, prácticas sociales,
producción, circulación y consumo de bienes culturales, para la licenciatura de la
carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva.

El tema que ocupará a esta investigación es el de las significaciones de las


prácticas sexuales alternativas con un sentido de transgresión, por lo que nos
enfocaremos a analizar la manera en que los sujetos que las practican les
atribuyen ciertos significados que dejan ver lo que somos como sociedad y lo que
concebimos respecto a lo aceptado de nuestro placer.

Para lo cual elegimos únicamente tres prácticas que consideramos son las
que tienen un sentido de transgresión más social, ya que no sólo sirven para que
quienes las realizan obtengan su placer carnal, sino que involucran una serie de
símbolos sociales y culturales que cuestionan los valores, incluyendo los morales,
establecidos; además, de que se sirven de una expresión que va más allá de la
que hay entre una pareja y se atreve a existir, aunque no sea aceptada
socialmente. Estas prácticas sexuales son las siguientes: sadomasoquismo,
travestismo y transexualismo.

Así que la delimitación de esta investigación quedó de la siguiente manera:


Análisis de las significaciones de las prácticas sexuales alternativas
(sadomasoquismo, travestismo y transexualismo) que tienen hombres y mujeres
de 25 a 35 años, de la Ciudad de México, que le otorgan un sentido de
transgresión.

En este documento presentaremos el planteamiento del problema,


mediante el cual mostramos, en primer lugar, una revisión bibliográfica sobre lo
que las Ciencias Sociales han abordado respecto a la sexualidad.

Enseguida, describiremos panorámica y brevemente mente la manera en


que se mira el tema de la sexualidad desde algunos teóricos como Michael

3
Foucault, Anthony Giddens, Jeffrey Weeks, y Jean Bourdrillard, por mencionar
algunos. Asimismo, se mostrarán los resultados que han arrojado estadísticas
recientes sobre la importancia de la vida sexual de los mexicanos en la actualidad.

También se realizará la construcción del problema a partir de los conceptos


de cultura y sus dimensiones, así como de las matrices culturales establecidos por
teóricos de la comunicación como John B. Thompson y Jesús Martín Barbero.

Cerraremos el apartado del planteamiento del problema con la pregunta de


investigación general y las preguntas particulares que engloban los conceptos
teóricos vistos anteriormente y los interrelacionan con el tema de las prácticas
sexuales.

El siguiente bloque que conforma el proyecto de investigación está


dedicado a la delimitación del tema, a la justificación, a la hipótesis y a los
objetivos de este trabajo.

Luego de presentar la delimitación, lo que se hace primeramente es una


justificación social, que tiene que ver con la importancia de estudiar la sexualidad
en nuestros tiempos y en nuestro territorio, y especialmente de prácticas como las
mencionadas. Posteriormente, se realiza la justificación comunicativa, que es
mediante la cual enlazamos un problema social y cultural que puede ser objeto de
estudio para una investigación de la disciplina de las Ciencias de la Comunicación.
Y la última es la justificación personal, que da los puntos de vista por los cuales
elegí el tema de las prácticas sexuales alternativas.

Cerraremos el proyecto de investigación con la presentación de los


objetivos del trabajo, así como con un índice tentativo para la tesis final, sin dejar
atrás la presentación bibliográfica de los trabajos que se han presentado.

Una vez explicado todo esto comenzamos con el desarrollo del proyecto de
investigación, de este trabajo titulado El placer de la transgresión. Las
significaciones de las prácticas sexuales alternativas, una mirada desde la
comunicación.

4
I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

La sexualidad es uno de los aspectos más complejos del ser humano, en


ella se mezclan condicionantes físicos, biológicos, emocionales, culturales y
sociales. Por eso, más allá de ser considerada como un conjunto de condiciones
anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo, así como de su función
reproductiva, la sexualidad y sus prácticas son parte de una construcción social y
cultural.

El comportamiento sexual de cada individuo puede servir a los fines de la


gratificación física, la expresión de afecto, la formación de vínculos y la
trascendencia espiritual. Pero, también promueve la variabilidad y la diversidad
individual, así como la estructuración y la organización social.1

A lo largo de la historia, se ha analizado la sexualidad desde diferentes


disciplinas, que han permitido desarrollar diversas teorías y puntos de vista sobre
ella. La biología, la etología, la medicina, la epidemiología y la psiquiatría, fueron
las primeras disciplinas que se interesaron por la sexualidad, pero en los últimos
años se ha abierto un campo interesante que ocupa a las ciencias sociales,
especialmente con la demografía, la historia, la filosofía, la antropología, la
sociología, la pedagogía y la psicología.

Los estudios con un enfoque de género también han puesto una especial
atención a este tema, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XX con los
movimientos feministas, y, recientemente con la expansión de las expresiones de
la comunidad lésbico-gay.

Sin embargo, a pesar de que la sexualidad puede considerarse también


como una práctica comunicativa2 de la intimidad, las ciencias de la comunicación

1
GARCÍA RODRÍGUEZ, Georgina. Conducta Sexual: Un Modelo Psicosocial, Tesis de Doctorado, 2007, Facultad de
Psicología, UNAM. pp. 1-3

2
“Lo amoroso no es en sí mismo un sentimiento, sino un código de comunicación de a cuerdo con cuyas reglas se
expresan, se forman o se simulan determinados sentimientos” (Luhmann, 1985:21). De este modo, el “mecanismo
simbólico” específico del amor como código comunicacional es la sexualidad; a través de ella, los individuos logran la
interpretación, la fusión”.

5
han ejercido poco interés respecto a éste tema; excepto aquellas investigaciones
que se ocupan de los mensajes sobre sexualidad y erotismo transmitidos en
medios de comunicación.

En esta revisión bibliográfica, particularmente en tesis, encontramos que el


estudio de la sexualidad se ha realizado más que nada en el ramo de la
psicología, independientemente de la clínica, aquí nos enfocamos a la social.

Una de las aportaciones más interesantes en este campo es la de Georgina


García Rodríguez, que en su tesis de doctorado en Psicología, titulada Conducta
Sexual: Un Modelo Psicosocial, en la que relaciona la conducta sexual a un
relativismo individual y sociocultural, que se hace evidente en los valores, ideas,
creencias y actitudes, las sensaciones, emociones y afectos, y las normas y
costumbres que existen en torno a la experiencia sexual, lo que contribuye a su
variabilidad y transformación dentro y entre las personas a lo largo del tiempo y en
diversas socioculturas.

“La concepción y la experiencia que tienen sobre la sexualidad, tanto a nivel


individual como colectivo, son en gran medida producto de las costumbres y
normas sexuales que han existido a lo largo de las culturas y los periodos
históricos”3.

Georgina García explica que el placer y el afecto que pueden derivarse del
comportamiento sexual, también tienen la capacidad de generar y mantener la
unión entre las personas y de influir en la organización social. Para llegar a esta
conclusión, aplicó una investigación sobre el comportamiento sexual de las
personas adultas en el contexto de la sociocultura mexicana contemporánea,
desde un perspectiva psicosocial y empleando un abordaje metodológico
cuantitativo.

El Amor Como Vínculo Social, Discurso e Historia: Aproximaciones Bibliográficas. CORONA BERKIN, Sahara y
RODRÍGUEZ MORALES, Zeyda. ESPIRAL, Estudios Sobre Estado y Sociedad, Vol. I No. 17. Enero/abril de 2000. pp. 51

3
Ibid. GARCÍA RODRÍGUEZ, Georgina.

6
Otro de los trabajos académicos que destacan en éste tema es del María
del Pilar Valdés Rodríguez, con su tesis para obtener la licenciatura en Psicología,
Pilar. Buscando la significación de la satisfacción sexual en hombres y mujeres a través
del enfoque de género, cuyo objetivo fue buscar la significación (representación
social) que tiene la satisfacción sexual para hombres y mujeres, para lo que aplicó
una metodología cualitativa, a través de entrevistas semi estructuradas, a cuatro
hombres y tres mujeres.

La conclusión a la que llegó se refiere únicamente a cuáles son los


indicadores de hombres y mujeres para medir su placer y que ambos coinciden en
la obtención del orgasmo; además, de que la importancia de la sexualidad entre
géneros es muy diferente: la de los hombres es reduccionista, casi genital,
mientras la de las mujeres depende también de otros aspectos de la relación
sentimental.

Sin embargo, María del Pilar defiende la sexualidad como parte de una
construcción simbólica que condiciona patrones comportamentales por el sólo
hecho de pertenecer a cualquiera de los bandos (o géneros).

Quien retoma nuevamente el papel social y cultural de la sexualidad en un


trabajo de tesis, también dentro de la Psicología, es Ofelia Sánchez Vázquez, con
la investigación titulada Significado e implicaciones socioculturales de la
sexualidad de mujeres del Ejido Loma de Malacota. México.. Su objetivo es
identificar y describir los significados e implicaciones socioculturales que tiene la
sexualidad en la vida de las mujeres del “Ejido, Lomas de Malacota”, bajo una
perspectiva de género y aplicando técnicas cualitativas, entre ellas, el método
etnográfico y la entrevista de profundidad.

Las categorías analizadas en esta tesis son las siguientes: Contexto


sociocultural de las mujeres; aspectos socioculturales vinculados a la
segmentación de las etapas y las relaciones de parentesco; significado y aspectos
socioculturales vinculados al ejercicio de la sexualidad de las mujeres;

7
implicaciones sociales de las mujeres que ejercieron su sexualidad y significados y
experiencias subjetivas de las mujeres sobre su sexualidad.

Los temas sobre significados y experiencias de las prácticas sexuales son


las más recurrentes en investigaciones del área de Psicología; mientras que en el
área de Sociología predomina el enfoque de género; tales como Locas,
Maricones, Mayates, hombres, homosexuales, gays: apuntes históricos de la
identidad y relaciones de género en varones con sexualidad del mismo sexo en el
México moderno (2007).

O la tesis El Erotismo Como Proceso Simbólico de la Cultura:


Aproximaciones teóricas, que se concentra en hacer un análisis sobre la literatura
y teorías que existen en torno a la sexualidad.

Mientras que los temas referentes a la educación sexual en secundarias y


preparatorias ocupa mayormente a los egresados de Pedagogía.

En el área de comunicación, encontramos dos reportajes y una tesis que


abordan el tema de la sexualidad. Una de ellas es: El erotismo y la Pornografía
¡De la integración a la Degradación!, la cual consiste en realizar entrevistas a
diferentes especialistas sobre el tema de la pornografía, los cuales van desde
periodistas, hasta sexólogos reconocidos, que dan su punto de vista respecto al
consumo de pornografía.

La siguiente tesis, Vamos a jugar, los juguetes también son para adultos:
reportaje sobre juguetes sexuales, sex shops y sexualidad, se trata de una
descripción sobre el tipo de juguetes sexuales que se venden en la Ciudad de
México, de las sex shops como un negocio en ascenso, así como de la
proliferación de plazas y espectáculos relacionados con el sexo, desde Sex
Capital, hasta la Expo Sexo.

Es un reportaje cuantitativo sobre los productos y el consumo, pero no se


enfoca a las cuestiones sociales y culturales de la sexualidad y sus
representaciones.

8
Finalmente, tenemos En Nombre del Porno…Sorbo a Sorbo. Aquí se
reconoce la pornografía como un fenómeno social que muestra los placeres, las
fantasías y los deseos más irresistibles del ser humano. La propuesta de Marisol
Clorio Miranda es la de ubicar a la pornografía como una forma simbólica que
expresan los juntos para otros sujetos y como una práctica comunicativa donde
hay una interacción a través de las mediaciones. Se planteó como objetivo
estudiar cómo es el consumo cultural de la pornografía para conocer cómo los
consumidores se apropian de ella, qué valor simbólico y uso le dan; así como
explicar el consumo cultural de la pornografía entre hombres y mujeres, desde la
perspectiva de García Canclini4.

La sexualidad en artículos especializados en revistas


A diferencia de las investigaciones para tesis, los estudios sobre sexualidad
son más variados cuando se publican en artículos de revistas especializadas,
entre las que encontramos destacan: Descatos, Espiral, Salud Pública de México y
la Revista Mexicana de Sociología.

Aunque los enfoques son diferentes en cada uno, y van desde el


sociodemográfico hasta el filosófico o ético moral, la mayoría de los investigadores
coincide en que el estudio de las prácticas sexuales en las ciencias sociales aún
es escaso; a pesar de que la sexualidad estructura, a su vez, la vida cotidiana, las
creencias, los significados y los sentidos de vida de los sujetos individuales y
actores sociales5.

Las investigaciones predominantes en el tema de la sexualidad tienen un


enfoque biomédico o sociodemográfico, y destacan aquellas relativas a la

4
CLORIO MIRANDA, Marisol. En el nombre del porno… Sorbo a Sorbo. El consumo cultural de la
pornografía en la Ciudad de México. Tesis de licenciatura en Comunicación. 2009, México,
EdoMex, FES Acatlán, UNAM, Introducción.
5
TUÑÓN Pablos, Esperanza. Reseña de “Sexualidades en México. Algunas Aproximaciones
desde la perspectiva de las Ciencias Sociales”, de I. SZASZ y S. LERNER (COMPS) Salud Pública
de México, noviembre-diciembre, año/vol. 41, número 006. Instituto Nacional de Salud Pública,
Cuernavaca México, pp. 498-500.

9
psicología o a la pedagogía. Aunque cada vez más, la sociología y la antropología
se han abierto campo en la investigación de este tema.

Esperanza Tuñón Pablos hace una reseña del libro de Ivonne Szasz
“Sexualidades en México. Algunas Aproximaciones Desde La Perspectiva de las
Ciencias Sociales” (1998), en la que resalta la pertinencia de enfocar en los
estudios sobre la sexualidad tres enfoques académicos: la búsqueda histórica de
los significados, la comparación de comportamientos sexuales entre grupos
sociales específicos y la urgente necesidad de contar con cuerpos teóricos que
hagan posible acceder a la complejidad del tema.

También enfatiza el uso inadecuado de los conceptos género y sexualidad,


que desembocan en la vida cotidiana y han formado parte de la construcción
cultural e histórica, así como en la construcción de la identidad de los sujetos y el
sustento del poder.

Las autoras Sarah Corona Berkin y Zeyda Rodríguez Morales ofrecen una
revisión bibliográfica sobre los estudios de sexualidad en México, a través de su
artículo El amor como vínculo social, discurso e historia: aproximaciones
bibliográficas.

La tesis principal se sustenta en exponer tres ejes –en el entendido de que


la sexualidad es un mecanismo del amor--: el amor como vínculo social, en la que
se aborda desde la sociología; el amor y el discurso amoroso, que a su vez
explora lo “decible” sobre el cuerpo, la codificación de este discurso y su
aprendizaje; finalmente, la experiencia amorosa desde la perspectiva histórica.

La conclusión a la que llegan las investigadoras tapatías es que al


acercarse a los múltiples y contradictorios sentidos en el intercambio amoroso
puede ilustrarse no sólo los sentimientos, sino conflictos sociales, roles de géneros
y aprendizaje sentimental.

A diferencia de los artículos anteriores, Patricia Ponce ofrece una


investigación no de tipo bibliográfico, sino de campo, en su artículo para la revista

10
Desacatos, Sexualidades Costeñas. Su objeto de estudio es cómo viven la
sexualidad los pobladores del municipio Boca del Río, Veracruz, y basa su
investigación en la teoría de la corriente construccionista que concibe a la
sexualidad no como un hecho dado, fijo o permanente vinculado directamente con
un impulso biológico natural, sino como una construcción histórica y sociocultural
cambiante, y como producto de una compleja y diversa red de prácticas
discursivas y sexuales en donde las premisas, significados y acciones son
partícipes en las percepciones que los seres humanos construyen sobre su
conducta sexual, al mismo tiempo que regulan sus sentimientos, deseos y
fantasías eróticas.

Los procesos mentales en la conformación de la sexualidad son una serie


de potencialidades que se transforman y adquieren sentido y significados en las
relaciones sociales6.

Mediante un censo socioeconómico a 500 familias y la aplicación de 458


encuestas a hombres y mujeres (de diferentes edades y niveles escolares), así
como 20 historias de vida, busca conocer las concepciones que tienen los
pobladores respecto al matrimonio, la familia y la sociedad, y cuáles son sus
valores y prácticas sexuales.

La investigadora concluye que los habitantes de Boca de Río sostienen un


discurso esencialista respecto a las diferencias de los géneros: masculino es igual
a proveedor, autoridad, espacio público, sexualidad instintiva y desbordante;
femenino es igual a ámbito doméstico, sexualidad controlada y sumisión. Y las
relaciones sexuales, dentro del matrimonio, están concebidas para satisfacer las
necesidades sexuales de los varones y la reproducción de la especie. En cambio,
fuera del matrimonio existen espacios de resistencia, lucha y transgresión, lo cual
que permite que coexistan valores y prácticas tradicionales y modernas, en las
relaciones sociales.

6
PONCE, Patricia. Sexualidades Costeñas. Desacatos. Primavera-verano, No. 006. Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Distrito Federal, México, pp. 111-
136

11
Finalmente, mencionamos el trabajo de Rocío Córdoba Plaza, Reflexiones
teórico-metodológicas en torno al estudio de la sexualidad, en el que propone dos
aspectos centrales para el estudio de la sexualidad: a) reflexionar sobre el carácter
teórico del concepto, y b) proponer que la sexualidad –al ser un punto de
confluencia entre la normatividad social y la acción ética de los individuos—puede
contemplarse como una herramienta metodológica privilegiada para el análisis de
las oscilaciones en el equilibrio de poder entre los géneros.

Rocío Córdoba considera a la sexualidad como una construcción social,


donde el proceso enculturativo proporciona no sólo las normas y los
comportamientos, sino los estímulos y los satisfactores. Esta corriente propone
que la sexualidad no es ni una fuerza vital poderosa que se desborda sin importar
los constreñimientos culturales, ni un impulso natural idéntico en todos los
individuos que deba ser canalizado por la sociedad.

En general, podemos concluir que casi todos los investigadores coinciden


en la necesidad de seguir estudiando la sexualidad desde las ciencias sociales,
por su importancia en los vínculos y relaciones sociales y en la estructuración de
una sociedad y de una cultura.

Los métodos cualitativos y cuantitativos son complementarios entre sí para


este tipo de investigaciones, ya que permite crear desde estadísticas hasta
conocer los significados más profundos de la sexualidad y sus prácticas en los
individuos, y cómo éstas van creando estructuras para la conformación cultural y
social.

Es importante resaltar la pertinencia de las ciencias comunicación en los


estudios sobre sexualidad, ya que, a pesar de que la sexualidad está constituida
por prácticas comunicativas intrínsecas, al parecer, ésta disciplina tiene
descuidado el tema.

Martha Rizo García, en el texto de Interacción y comunicación. Exploración


teórica-conceptual del concepto de interacción, citando a Jesús Galindo,
demuestra una paradoja que demuestra el casi nulo interés por los fenómenos

12
comunicativos que se dan a nivel interpersonal, en el campo académico sobre los
aspectos sociales: “la interacción cara a cara y todo lo demás no mediático no es
comunicación en un sentido oficial”.

En cambio, Jesús Martín Barbero, en crea un nuevo campo de los estudios


de la comunicación, pensado a partir de la realidad de América Latina. Una de sus
propuestas es estudiar la comunicación y su relación con las prácticas cotidianas,
que es uno de los enfoques que aquí nos interesan7 y que se desarrollarán
posteriormente.

Pero antes, intentaremos ubicar a las prácticas sexuales como fenómenos


culturales, dignos de ser considerados en campo de investigación de la
comunicación. El estudio de fenómenos culturales puede interpretarse como el
estudio de las maneras en que los individuos situados en el mundo socio histórico
producen, construyen y reciben expresiones significativas de diversos tipos8.

Para ello, empezaré por retomar el concepto de cultura de John B.


Thompson, quien, en el libro Ideología y Cultura Moderna, y ubicar las prácticas
sexuales como formas simbólicas.

Thompson propone una concepción estructural de la cultura –creada a


partir del análisis de dos concepciones de cultura generadas con el surgimiento de
la Antropología en el XIX--, en la que los fenómenos culturales pueden entenderse
como formas simbólicas en contextos estructurados, y el análisis cultural puede
interpretarse como el estudio de la constitución significativa y de la
contextualización social de las formas simbólicas9.

Las prácticas sexuales pueden ser consideradas formas simbólicas, si se


ubican dentro de la definición de éstas. Para Thompson la forma simbólica es una

7
MARTÍN BARBERO, Jesús (2002), Oficio cartógrafo. Travesías latinoamericanas de la
comunicación en la cultura, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 207-255.
8
THOMPSON B., John. Ideología y Cultura Moderna. pp.135
9
Ibid. THOMSON John, pp. 149.

13
amplia gama de acciones y lenguajes, imágenes y textos, que son producidos por
los sujetos y reconocidos por ellos y por otros como constructos significativos.

En ese sentido, las prácticas sexuales al ser consideradas formas


simbólicas, a la vez son fenómenos culturales y éstos en tanto están involucrados
directamente con las prácticas cotidianas de los sujetos, son propias para incluirse
dentro del campo académico de la investigación.

Además, parafraseando a Thompson nuevamente “la sensibilidad de un


intérprete que busque descifrar patrones de significado, discriminar entre distintos
matices de sentido y volver inteligible una forma de vida que ya de por sí es
significativa para los que viven”10.

1.2. DESCRIPCIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO

El objeto de estudio de este trabajo son las prácticas sexuales alternativas


que contengan en sí mismas un sentido de transgresión social. Para ello, primero
empezaremos por definir las prácticas sexuales como los patrones de actividad
sexual presentados por individuos o comunidades con suficiente consistencia
como para ser predecibles, según la definición de la Asociación Mexicana para la
Salud Sexual A.C11.

Como prácticas sexuales alternativas consideraremos aquellas que se den


entre dos o más sujetos, que haya de por medio expresiones y mensajes y que
tengan implícitos o explícitos tintes sociales. Sólo excluiremos las que se realicen
individualmente, las que afecten la integridad física y psicológica de otros (niños,
discapacitados, violaciones, etcétera) y las que tengan que ver con animales o
seres inanimados.

10
Ibid, pp 146.
11
http://www.amssac.org/biblioteca%20sexualidad%20conceptos.htm. Conceptos Básicos de
Sexualidad.

14
De toda la gama existente de alternativas sexuales, elegiremos para esta
investigación solamente tres prácticas sexuales: sadomasoquismo, travestismo y
transexualismo.

Es importante subrayar que la elección de estas prácticas más que por


encasillarlas como transgresoras, queremos enfatizar sobre las expresiones que
hombres o mujeres hacen de ellas en el ámbito público. Es decir, respecto a
aquellas personas que han decidido abiertamente salir del clóset, como
vulgarmente se dice, de expresarse y manifestarse ante la sociedad.

En el libro Historia de la Sexualidad I. La Voluntad del Saber12, el teórico


Michael Foucault plantea la idea del sexo reprimido como una cuestión que surge
en la época victoriana, con una sociedad burguesa e hipócrita que condenó las
prácticas sexuales a la alcoba de los padres, cuidadosamente encerrada.

“Todavía a comienzos del siglo XVII las prácticas no buscaban el secreto,


las palabras se decían sin excesiva reticencia y las cosas sin demasiado disfraz;
se tenía una tolerante familiaridad con lo ilícito. Los códigos de lo grosero, de lo
obsceno y de lo indecente, si se los compara con los del siglo XIX eran muy
laxos”13.

Fue a lo largo del siglo XVII que nacieron las grandes prohibiciones, explica
Foucault, que se valoró la sexualidad adulta y matrimonial únicamente, dejando
fuera de lo que no se considera decente aquellas prácticas que rompieran con las
leyes del matrimonio o buscara placeres extraños.

“En la lista de los pecados graves, separados solo por su importancia,


figuraban el estrupo (relaciones extramatrimoniales), el adulterio, el rapto, el
incesto espiritual o carnal, pero también la sodomía y la “caricia” recíproca. En
cuanto a los tribunales podían condenar tanto la homosexualidad como la
infidelidad, el matrimonio sin consentimiento de los padres como bestialidad. Lo

12
FOUCAULT, Michael. Historia de la Sexualidad 1. La Voluntad de Saber, Editorial Siglo XXI,
México, D.F, 194 pp.
13
Ibidem, 9-11 pp.

15
que se tomaba en cuenta tanto en el orden civil como en el religioso, era una
ilegalidad en conjunto”14.

Uno de los cuestionamientos de Michael Foucault es: ¿la prohibición, la


censura, la degeneración son las formas según las cuales el poder se ejerce de un
modo general, tal vez en toda sociedad, y seguramente en la nuestra?

Foucault explica que en el siglo XX la represión comenzó a aflojarse, se


pasó de las prohibiciones sexuales apremiantes a una tolerancia relativa respecto
de las relaciones prenupciales o extramaritales, la descalificación de los perversos
se habría atenuado y borrado en parte de su condena en parte por la ley.

Finalmente, Michael Foucault expone que la sociedad moderna es


perversa, no a despecho de su puritanismo o como contrapartida a su hipocresía;
es perversa directa y realmente15.

El sociólogo Anthony Giddens, en su libro La Transformación de la


Intimidad. Sexualidad, Amor y Erotismo en las Sociedades Modernas 16, retoma los
planteamientos que quedaron de manifiesto en 1905 con la publicación de los Tres
Ensayos sobre la Teoría de la Sexualidad, de Sigmund Freud, donde se establece
que los rasgos sexuales asociados con las perversiones, lejos de restringirse a
pequeñas categorías de personas anormales, son rasgos comunes a la sexualidad
de cada persona.

Giddens sugiere que la incipiente sustitución de la perversión por el


pluralismo actual es parte de una gama de cambios muy amplia, ligada
íntegramente con la expansión de la modernidad.

“La modernidad va asociada con la socialización del mundo natural: la


sustitución progresiva de estructuras y acontecimientos, que serían los parámetros
externos de la actividad humana, por procesos socialmente organizados. No sólo

14
Ibidem, 50 pp.
15
Ibidem, 62 pp.
16
GIDDENS, Anthony. La Transformación de la Intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las
sociedades modernas. Editorial Cátedra, Colección Teorema, Quinta Edición, Madrid, España,
2006, 183 pp.

16
la vida social misma, sino lo que solía ser considerado como “naturaleza” se
convierte en algo dominado por sistemas socialmente organizados (…) Una vez
que la sexualidad ha llegado a ser un componente “integral” de las relaciones
sociales, la heterosexualidad ya no es un modelo para juzgarla. Todavía no hemos
alcanzado el nivel en el que la heterosexualidad se acepte sólo como un registro
entre otros, pero es la implicación de la socialización de la reproducción. La
decadencia de la perversión proporciona una interpretación en la que la
emergencia de la sexualidad plástica tiene un papel importante”17.

Sin embargo, creemos que las personas que tienen buscan romper con lo
establecido y tienen una preferencia sexual diferente, no siempre lo hacen
abiertamente y dentro de sus círculos sociales frecuentes. Sucede, en gran parte
de los casos, que buscan espacios semi clandestinos dónde ejercer sus prácticas
sexuales. Es decir, la práctica sexual no siempre está ligada con vínculos
afectivos, no siempre se hacen con la mujer o el hombre al que se ama, sino que
se busca lo efímero, abriendo otros espacios donde tal vez haya más anonimato.

Con esto, veremos también que en muchas de las veces quienes


transgreden tienen una personalidad ordinaria en la vida cotidiana. Puede ser el
padre de familia, el hermano, el compañero de trabajo, el vecino quienes ejerzcan
estas prácticas. En algunos casos lo hacen público en su vida diaria, pensemos en
el caso de los travestis algunos viven con ello diariamente, salen a la calle a hacer
el súper vestidos de mujer, pero otros, esperan cambiar de escenario y de
momento para develar esta otra identidad.

La importancia de la satisfacción y las actitudes sexuales en el


mexicano actual

La idea de incluir las siguientes estadísticas en la descripción de nuestro


objeto de estudio tiene la finalidad de mostrar lo importante o no que es para los
mexicanos del 2009 su vida sexual y la calidad de ésta. Aunque las cifras que
presentamos a continuación se basan en relaciones heterosexuales, nos da un

17
Ibid, GIDDENS, 41 pp.

17
panorama general sobre el disfrute de hombres y mujeres de sus prácticas
sexuales.

El Laboratorio Pfizer, en conjunto con la empresa de investigación IPSOS-


BIMSA y la Facultad Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, realizaron
la encuesta Satisfacción y Actitudes Sexuales en el Mexicano18, durante los
primeros meses del 2009 y a lo largo de la República Mexicana.

Dicha encuesta se llevó a cabo vía internet y consistió en 2 mil 400


entrevistas y un cuestionario de 41 preguntas. Se realizó entre el 23 de febrero y
el 20 de marzo del 2009. El País se dividió en 6 áreas (Región 1 Noroeste, Región
2 Noroeste, Región 3 Occidente, Región 4 Centro, Región 5 Valle de México,
Región 6 Sureste), para tener representatividad nacional.

Los cuestionarios se aplicaron a hombres y mujeres entre 18 y 70 años de


edad de nivel socioeconómico AB y C. El total de cuestionarios fueron 2 mil 400, 1
mil 200 hombres y 1 mil 200 mujeres.

Hábitos de la sexualidad

A la pregunta: ¿Qué tan importante es para usted su vida sexual?, del total
de los hombres el 86 por ciento respondió que era muy importante, mientras que
el 78 por ciento de las mujeres tuvo la misma respuesta.

La segunda pregunta en este inciso fue ¿Cuál de las siguientes opciones


(juego erótico, complemento de un romance, satisfacción sexual, cumplir con el
compromiso de una relación y una forma de comunicación) explica mejor el
principal objetivo de una relación sexual? El 37 por ciento de la muestra de los
hombres expuso que buscan el complemento de un romance; el 25 por ciento dijo
que la satisfacción sexual; otro 25 por ciento respondió que el objetivo es una
forma de comunicación y sólo el 10 por ciento dijo que por satisfacción sexual, y
un 3 por ciento confesó que era únicamente para cumplir con el compromiso de

18
Satisfacción y Actitudes Sexuales en el Mexicano. Encuesta Pfizer 2009, Universidad La Salle,
México, D.F., 13 pp.

18
una relación. En cambio, las mujeres respondieron en un 49 por ciento que se
trataba de complementar un romance; el 26 por ciento dijo que era una forma de
comunicación; el 19 por ciento confesó que era por satisfacción sexual, y sólo el 3
por ciento dijo que era por juego erótico.

La tercera cuestión fue la siguiente: ¿Cuántas relaciones tiene en promedio


la población mexicana? Las categorías fueron: una, de 2-4, de 5-6, 7-8, más de 8,
y ninguna; el promedio fue de 6.1 relaciones sexuales al mes tienen los
mexicanos.

La cuarta pregunta fue: En un encuentro sexual, ¿cuántas relaciones


sexuales lleva a cabo en promedio? Las categorías: Una, entre 2 y 3, y más de 3;
el promedio entre hombres y mujeres fue de 1.4 relaciones sexuales en un
encuentro.

Satisfacción y comunicación en sexualidad

La satisfacción sexual es un componente muy importante de la calidad de


vida de las personas. En este apartado se exponen la duración de las relaciones
sexuales y la calificación que los sujetos le dan a éstas.

La primera pregunta es: ¿En su percepción cuánto tiempo debe durar un


encuentro sexual para ser calificado como satisfactorio? Los rangos fueron: 1-5
minutos, de 6-10, de 11-15 y más de 15 minutos. El promedio entre hombres y
mujeres fue de 14 minutos.

Para la siguiente pregunta se les pidió que calificaran en una escala de 1 al


10 qué tan satisfactorias eran sus relaciones sexuales, por lo que los resultados
arrojaron que hombres (75 por ciento) y mujeres (75 por ciento), de los 18 a los 60
años de edad, calificaron con 8.0, en promedio, como muy satisfactorias sus
relaciones sexuales. Sólo las personas mayores a 61 años (59 por ciento)
consideraron que sus relaciones sexuales eran ‘algo satisfactorias’.

19
Orgasmos y satisfacción sexual

La población mexicana, a pesar de calificar la frecuencia de sus relaciones


sexuales como buena y sentirse muy satisfecha con ella, no siempre alcanzan el
orgasmo, en especial las mujeres.

A la pregunta: En general, de cada 10 relaciones sexuales ¿en cuántas es


capaz de alcanzar el orgasmo? Las mujeres mencionaron que lo consiguen el 68
por ciento de las veces, mientras que los hombres llegan a él el 82 por ciento de
las veces. En promedio, hombres y mujeres alcanzan el orgasmo 74 de las veces.

La última pregunta en este inciso fue: ¿Usted ha hablado con su pareja


acerca de la calidad de su vida sexual? A lo que el 85 por ciento de los
encuestados hombres y mujeres respondió que sí lo ha hecho.

Curiosamente, entre los jóvenes de 18 a 20 años y los adultos de 51 años


en adelante existe más comunicación con la pareja que en los demás grupos de
edad. En las parejas casadas con hijos hay menos comunicación sobre el tema.

En el siguiente apartado, dedicado a la construcción del problema,


trataremos de plantear el estudio de las prácticas sexuales alternativas como el
objeto de estudio de una investigación de comunicación. Brevemente, se realizará
un repaso sobre las teorías que apoyan el análisis de los fenómenos culturales,
que impliquen acciones comunicativas, para los nuevos estudios académicos de la
Comunicación.

1.3 CONSTRUCCIÓN DEL PROBLEMA

El objetivo de este trabajo es plantear a las investigaciones de


comunicación como un espacio estratégico desde el cual es posible adentrarse al
estudio de la cultura y sus prácticas cotidianas.

John B. Thompson parte de la idea de que los fenómenos culturales pueden


entenderse como formas simbólicas en contextos estructurados. Y las formas

20
simbólicas son las acciones, objetos, expresiones significativas de diversos tipos,
en relación con los contextos y procesos históricamente específicos y
estructurados socialmente dentro de los cuales, y por medio de los cuales, se
producen, trasmiten y reciben.

Los contextos y los procesos sociohistóricos en los que se dan dichas


formas simbólicas pueden estructurarse de diferentes maneras: por relaciones
asimétricas de poder, por un acceso diferencial a los recursos y oportunidades, y
por mecanismos institucionalizados para la producción, transmisión y recepción de
las formas simbólicas.

Las prácticas sexuales pueden considerarse formas simbólicas, según el


concepto de John B. Thompson, en tanto que son acciones, expresiones
significativas de diversos tipos, que se dan en contextos estructurados y procesos
históricamente específicos y estructurados socialmente, en los que se producen,
transmiten y se reciben.

Las prácticas sexuales constituyen un producto histórico y social. Son un


producto de las costumbres y las normas sociales que han existido a lo largo de
las culturas y los periodos históricos. La sociedad opera como el principio
indispensable de producción de conductas sexuales, y de las significaciones que
les están ligadas. 19

1.3.1 Dimensiones de las formas simbólicas

La dimensión intencional de las formas simbólicas recae en los objetivos y


propósitos que los sujetos, al producirlas, construirlas y expresarlas a otros
sujetos, persigue.

A través de las prácticas sexuales, los sujetos expresan sensaciones,


emociones y afectos, pero también valores, creencias, tabúes y normas. Pueden
poner en juego diversas e infinitas intenciones, aunque la primordial será la de
19
Ibid, Thompson, 149-150 pp

21
alcanzar el placer sexual individual, de pareja o grupal. Sin embargo, dependiendo
del contexto en el que se dan, los sujetos podrán perseguir otro tipo de
intenciones, que bien pueden ir desde la creación o el reforzamiento de un vínculo
afectivo, hasta el de mostrar transgresión a las normas establecidas, sobre todo,
aquellas que tienen que ver con formas no conservadoras de ejercer la
sexualidad, como las perversiones y parafilias.

Una de las dimensiones de las formas simbólicas que mejor se reflejan en


las prácticas sexuales es la convencional. Esta dinámica implica necesariamente
procesos de aplicación de reglas, códigos y convenciones de diversos tipos.

Los sujetos construyen y ejercen sus prácticas sexuales, de acuerdo las


con reglas, códigos y convenciones que prevalecen en el contexto sociocultural y
económico en el que producen. Es decir, no son los mismos códigos que las
rigieron en la época victoriana que las que actualmente las norman, aunque haya
patrones que permanezcan hasta nuestros días. Sin embargo, estas reglas,
códigos y convenciones también pueden ser flexibles y establecerse de acuerdo al
grupo o a los sujetos entre quienes se dan y pueden ser diferentes entre sí; varían
según los objetivos de los sujetos el tipo de práctica sexual en la que se dé. Las
convenciones internas aparentemente no están sujetas a las predisposiciones
establecidas hegemónicamente, pero los sujetos, a partir de ellas, pondrán en
juego sus propias reglas.

En cuanto a la dimensión estructural de las formas simbólicas, ésta se


refleja en los modos de expresión y los elementos que constituyen a las prácticas
sexuales. Es decir, si es una relación monógama heterosexual o un encuentro en
un club swingger, los elementos que las constituyen son diferentes, y, en
ocasiones, opuestos; las reglas del juego, los rituales, los patrones, los valores, las
expresiones y los objetivos cambian de una a otra, y son justamente estos
elementos los que estructuran a cada una de las prácticas sexuales.

La dimensión referencial, como su nombre lo expresa, son los referentes y


las representaciones que se mueven dentro de las prácticas sexuales. No son

22
estáticos ni están determinados por igual para todo tipo de prácticas, sino que
varían de acuerdo al contexto sociocultural y al contexto de los sujetos entre
quienes se producen. En algunos casos, los referentes en una práctica sexual
pueden ser el amor, la entrega, la familia, la fidelidad, pero en el caso de las
prácticas sexuales alternativas estos pueden ser totalmente diferentes: para los
travestis el usar ropa femenina puede ser un gran referente de sus deseos de
parecer mujer; en una relación sadomasoquista las representaciones están en el
dolor y la humillación ligados al placer sexual. Lo mismo ocurre en el fetichismo:
los objetos (los pies, los zapatos, la ropa de látex…) tienen un referente sexual y
erótico que para otras personas carecen de significado.

El universo de las prácticas sexuales puede antojarse infinito en cuanto a


representaciones, sobre todo en el aspecto de las fantasías eróticas, las
perversiones y las parafilias. Los juegos eróticos justamente radican en eso, en
establecer roles imaginarios, en apoderarse de posiciones idealizadas, en
atribuirle un valor específico a ciertos objetos o espacios. Las representaciones y
los referentes dentro de las prácticas sexuales son tan variados y tan infinitos
como la personalidad de cada uno los seres humanos.

En cuanto a la dimensión contextual, el proceso socio-histórico y el contexto


social y cultural en el que se dan las prácticas sexuales es determinante para su
existencia, para su aprobación o su reprobación. Depende del momento en el que
se produzcan tal o cual práctica, de la escala de valores de la sociedad, de la
situación política que se viva en la sociedad, de los movimientos sociales que
existan en ese momento que ciertas prácticas sexuales serán legítimas o
ilegítimas, aceptadas o condenadas.

Las formas simbólicas se dan en campos de interacción determinados por


un espacio de posiciones y trayectorias de los sujetos. El campo de interacción de
las prácticas sexuales alternativas está dentro de las prácticas sexuales
tradicionales y no. Esto implica la forma en que se mueven este tipo de prácticas
socialmente, ¿qué espacio ocupan dentro de la sexualidad de una sociedad?,
¿cómo son vistas por quienes las practican?, ¿qué significados tienen? Al mismo

23
tiempo que dentro de cada práctica destaca la trayectoria de quienes las ejercen,
el nivel cultural, económico o educativo que tienen los sujetos, ¿qué los hace
preferir ciertas prácticas sexuales?, ¿qué los hace a ellos sujetos deseables?,
¿qué representan las personas para elegirlas o no en cierto tipo de prácticas
sexuales?

Un ejemplo en el que podemos entender mejor este concepto es que


algunas personas tienen que salir a buscar un espacio propio para realizar sus
prácticas sexuales. Quizá un hombre que gusta del sadomasoquismo pero su
esposa no sabe ni siquiera de su preferencia, sale a buscar a una persona y un
sitio donde pueda desahogar su preferencia. En este sentido, la posición que
ocupa en cada espacio determina sus actos y sus roles, la trayectoria de su vida
se posicionada desde diferente perspectiva.

Quiero señalar en este apartado, que es muy frecuente que quienes ejercen
este tipo de prácticas sexuales transgresoras no siempre lo son en otros ámbitos
de la vida cotidiana, tienen que crear instituciones separadas de la vida diaria, que
vayan más allá de los espacios de la familia o del trabajo. Ahí es donde se
generan las instituciones no oficiales, partiendo de la intencionalidad de los
sujetos.

En el campo también se da un intercambio de valores económicos,


simbólicos y culturales, de los que los sujetos hacen uso para conseguir sus fines.

El valor económico se refleja cuando las personas necesitan de ciertos


espacios, ciertos objetos para poder complementar el escenario donde ejercerán
su sexualidad, o bien, en la manera en que se posiciona un hombre o una mujer
respecto a sus parejas, si es que el prestigio que tiene es un factor importante
para que otras personas se sientan seducidas y acepten las prácticas alternativas.
El simbólico se da, quizá, en las características de quienes están involucrados, ya
sea a nivel físico, por su color de piel, estatura, peso, o edad, o a nivel de
posiciones sociales: patrón-empleado, rico-pobre, hombre-mujer, hombre-hombre,
mayor de edad-menor de edad, etcétera. Y el cultural, si es que el nivel educativo

24
y de conocimientos determina el ejercicio o no de las prácticas sexuales
alternativas, si las enriquece o las elimina, si tienen mayor conciencia de lo que es
hacerlas o simplemente es la obediencia a un impulso casi instintivo.

Por otro lado, la ejecución de las prácticas sexuales lleva consigo a la


creación de instituciones sociales. Puede considerarse ya como una institución
una pareja en el sentido en que los sujetos que la conforman establecen sus
propias reglas y recursos, pero este mismo término se puede aplicar a cualquier
conjunto que tenga la finalidad de satisfacer sexualmente a los integrantes que lo
conforman, pero bajo reglas, recursos y relaciones.

La estructura social entre los sujetos que ejercen las prácticas sexuales
alternativas está conformada a partir de posiciones que revelan asimetrías y
diferencias sistémicas; es decir, los sujetos establecen jerarquías y posiciones
dentro del campo de las prácticas sexuales. Podemos pensarlo por ejemplo desde
posiciones de poder, hay dominante y un dominado, en la estructura se reproduce
las clases sociales, la división entre hombres y mujeres, las formas asociadas con
la asimetría y la desigualdad.

Para esta investigación, retomaremos los ejes que propuso Jesús Martín
Barbero para el análisis de fenómenos culturales desde un enfoque comunicativo.
Estos ejes son: socialidad, institucionalidad, ritualidad, tecnicidad, dinámicas,
lógicas de producción y gramáticas discursivas. Además, de que se evalúan tres
esferas: política, cultural y económica.

En el marco de la socialidad se determinan los fines de las prácticas


sexuales que ejercen los sujetos, ya que es el espacio donde se expresan y se
movilizan dimensiones clave de ser social. Es en esta dinámica donde se
establecen el tipo de relación para ejercer cierto tipo de prácticas sexuales, la
manera en que se realizarán, el espacio donde se producirán, las reglas y los
rituales a seguir; aquí se reflejan también las repeticiones y las innovaciones que
existen dentro de ellas; se revela la manera en que los medios de comunicación

25
ha afectado en los cambios de los sentidos o significaciones de ciertas prácticas
sexuales.

En términos de prácticas sexuales, podemos equiparar este concepto a los


programas y leyes creados en los últimos años por el Estado para promover el
libre y responsable ejercicio de la sexualidad. Desde la promulgación de los
derechos sexuales y reproductivos, pasando por el respeto a la libertad de la
diversidad sexual, la aprobación de la ley de las sociedades de convivencia, la
legalización de la interrupción del aborto, la difusión de la no violencia de género o
discriminación hacia las minorías de preferencia sexual, la información de las
enfermedades de transmisión sexual y la difusión de métodos anticonceptivos.
Todo esto para deslindar las prácticas sexuales de la fecundidad, para tener un
control sobre la planificación familiar; disminuir los casos de transmisión de
enfermedades sexuales como el VIH y para fomentar el respeto a los derechos
humanos.

Pero también podemos categorizar otro tipo de instituciones no oficiales.


Cuando un grupo de personas se reúne con la finalidad de tener sexo en grupo,
como sucede en los clubs swinggers, se establecen entre ellos ciertas reglas y
condiciones para estar dentro de la misma dinámica; lo mismo puede ocurrir con
una pareja de amantes, o de esposos, o cualquier grupo de personas que para
tener sexo tengan que establecer reglas y convenciones.

La seducción es un juego al que los sujetos le han puesto sus propias


reglas y no pueden romperlas, y las reglas se convierten en una cadena espiral de
acontecimientos, que se repetirán invariablemente. A esto le podemos llamar
ritualidad a las reglas del juego erótico, al igual que en la dimensión convencional,
aquí los sujetos no pueden salirse de las normas que han establecido, no pueden
transgredirlas, de lo contrario, estarán rompiendo con la intención de sus prácticas
sexuales. En la obediencia a los rituales está también la pasión del placer sexual
determinado, estructurado y realizado de una forma y no de otra.

26
Más que hablar de una tecnidad en la ejecución de las prácticas sexuales,
podemos hablar de los medios técnicos y tecnológicos que hay alrededor de ellas.
Por tecnología entenderemos aquellos instrumentos que se incorporan a las
prácticas sexuales, y que pueden ser desde una cámara de video para filmar el
acto sexual, o para filmar aspectos eróticos, hasta el internet para difundir y
consumir pornografía, o simplemente, para compartir fotografías, textos con
contenido sexual que tengan el fin de excitar a su destinatario, o hasta tener
cibersexo por medio del chat u otros foros, pero también podemos considerar un
instrumento indispensable dentro de las prácticas sexuales los juguetes eróticos
que van desde los más rudimentarios hasta los más sofisticados.

A últimas fechas, la tecnología ha generado una industria importante


entorno al sexo, con la producción y comercialización de videos, juguetes sexuales
y otros enseres útiles para las prácticas sexuales y para ayudar a alcanzar el
placer sexual.

Sin embargo, la radio, la televisión y el cine son medios que también sirven
para regular las prácticas sexuales, si no directamente, sí al menos al reproducir el
pensamiento hegemónico sobre las prácticas sexuales, emitiendo información
preventiva, de equidad de género, de derechos humanos y reproductivos o de
orientación sexual, información de género, de orientación sexual, de toma de
decisiones reproductivas.

Enseguida, plantearemos preguntas sobre la investigación con las mismas


categorías que hemos desglosado de Martín Barbero y Thompson y que nos
orientarán en esta investigación.

27
1.4 PREGUNTA GENERAL DE INVESTIGACIÓN

¿Cuáles son las significaciones de las prácticas sexuales


(sadomasoquismo, travestismo y transexualismo) alternativas que los hombres y
mujeres de 25 a 35 años de edad, que habitan en la Ciudad de México, tienen con
respecto a la idea de transgresión?

1.4.1 PREGUNTAS PARTICULARES DE INVESTIGACIÓN

1. ¿Qué objetivos o propósitos persiguen los sujetos al ejercer ciertas prácticas


sexuales alternativas?
2. ¿Qué tipo de reglas, códigos y convenciones se establecen en las prácticas
sexuales alternativas?
3. ¿Cómo están estructuradas las prácticas sexuales alternativas?
4. ¿Cuáles son los patrones que prevalecen en las prácticas sexuales
alternativas?
5. ¿Cuáles son las referentes o representaciones que los sujetos ponen en juego
al ejercer las prácticas sexuales alternativas?
6. ¿Cuál es la posición de las prácticas sexuales alternativas en el campo de
interacción respecto a otras prácticas sexuales?
7. ¿Cuál es la trayectoria de los sujetos que ejercen prácticas sexuales
alternativas?
8. ¿Tienen un valor económico, simbólico o cultural las prácticas sexuales para
los sujetos?
9. ¿Cómo son las relaciones cotidianas de los sujetos respecto a las prácticas
sexuales que ejercen (quiénes son, a qué se dedican,
10. con quien viven, cómo se relaciona con otros sujetos para las prácticas
sexuales)?
11. ¿Cómo se conforman, y bajo qué reglas, las instituciones no oficiales de las
prácticas sexuales como los clubs swinggers, las fiestas fetiche, las relaciones
de pareja heterosexual, homosexual, sadomasoquista, etcétera?

28
12. ¿Qué tipo de rituales (espacio, tiempo, sujetos, ritos) anteceden a las prácticas
sexuales alternativas, (es decir, desde el contacto visual, la propuesta, la
seducción, la realización del acto sexual, los elementos)?
13. ¿De qué manera se apropian los sujetos de los instrumentos tecnológicos
(internet, videocámaras, celulares, juguetes sexuales) derivados en torno de la
sexualidad?
14. ¿Cómo se manifiestan las asimetrías sociales en las prácticas sexuales
alternativas?

Después de estos cuestionamientos podemos realizar la siguiente delimitación,


que englobará los conceptos planteados en las preguntas de investigación.

29
2. DELIMITACIÓN

Análisis de las significaciones de las prácticas sexuales alternativas


(travestismo, transexualidad y sadomasoquismo) que ejercen actualmente
hombres y mujeres, de un rango de edad de 25 a 35 años, de la Ciudad de
México, para conocer el sentido que le otorgan a la trasgresión.

3. JUSTIFICACIÓN
3.1. Justificación Social
La sexualidad es un tema que puede parecer de poca relevancia pública, en
principio porque es una cuestión de índole privada, sin embargo, el tema del sexo

30
siempre es de dominio público y se ha insertado en las preocupaciones de la
sociedad en todos los niveles.
El momento en que nos disponemos a realizar este trabajo académico,
concentrado en la Ciudad de México, podemos definirlo como una época de
paradojas y contradicciones respecto a sexualidad.
Por un lado, el tema del sexo, el erotismo y la sexualidad ha dejado de ser
un tabú para los medios de comunicación, cada vez más hay programas de
televisión y radiofónicos, revistas, suplementos, blogs, etcétera, especializados en
materia de sexualidad. La educación sexual, aparentemente, ha permeado en la
instituciones, en las familias, en las escuelas, en los centros de salud, con la idea
de generar mayor responsabilidad en las personas, desde edad temprana, sobre
su cuerpo, su sexualidad, su placer y sus derechos, para evitar desde embarazos
no deseados hasta discriminación social por tener VIH Sida, por ser homosexual
o, incluso, por ser mujer.
El Gobierno Federal y del Distrito Federal, a través de la creación de
nuevas leyes y programas sociales, promueve el respeto y la tolerancia a las
expresiones y manifestaciones de la diversidad sexual. Por ejemplo, la aprobación
de la ley de las sociedades de convivencia que, con la reforma al artículo 146 del
Código Civil del DF, permite el matrimonio entre personas del mismo sexo,
respetando sus derechos civiles; promueve el ejercicio de los Derechos sexuales y
reproductivos, establecidos por OMS, para acceder a la igualdad y la equidad
sexual en el DF; proporciona métodos anticonceptivos gratuitos a hombres y
mujeres en los centros de salud, y en el 2006 legalizó la interrupción del aborto
hasta las primeras 12 semanas, mediante la reforma a los artículos 144, 145, 16 y
17 del Código Penal para el Distrito Federal.
Aunque cada una de estas iniciativas y procesos ha estado inmerso en una
discusión o en un debate de poderes entre quienes desean impulsarlo y entre
quienes quieren frenar el control individual de los sujetos sobre su sexualidad.
Además, aún frente un panorama supuestamente abierto del ejercicio de la
sexualidad, todavía son frecuentes los episodios de violencia, temor, odio,
discriminación y prejuicio en la sociedad relacionados con ella y con los grupos

31
considerados minoritarios debido a su orientación sexual. Se siguen realizando
prácticas homofóbicas que llegan a los grados más extremos como la muerte.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Cultura Política y
Prácticas Ciudadanas 20011 las demostraciones de homofobia se reflejan en los
siguientes datos: el 30 por ciento de los hombres y mujeres homosexuales en
México sufrió burlas y humillaciones durante su infancia y adolescencia; el 21 por
ciento no había sido contratado en un trabajo por ser homosexual, se cometieron
290 asesinatos de homosexuales registrados entre 1995 a 2003, 275 y 15
mujeres.

La difusión tanto en medios de comunicación como en instituciones


educativas sobre métodos anticonceptivos tampoco ha garantizado el uso de ellos
entre los jóvenes, ya que a pesar de que estos conocen por lo menos algún
método de anticoncepción, el 35 por ciento de las y los jóvenes sexualmente
activos no utilizan ninguno y las cifras de embarazos no deseados van en
ascenso, ya que uno de cada seis embarazos ocurren en mujeres menores de 19
años, según datos de MEXFAM1.

Lo mismo sucede respecto al tema de la violencia de género. Por un lado


se ha hecho gran difusión sobre los derechos sexuales y reproductivos
establecidos en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra la Mujer de la ONU1; por otro, el 49 por ciento de los
hogares mexicanos presentan indicadores de algún tipo de violencia física,
psicológica, sexual y económica contra las mujeres, según declaraciones de
Emilio Álvarez Icasa, de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal1.

Asimismo México es considerado como el segundo país a nivel mundial en


producción de pornografía infantil, por Microsoft y organizaciones internacionales
contra el abuso de menores1, y recientemente fue capturada un banda de
pederastas que distribuían pornografía infantil y entre quienes estaban un
sacerdote, un maestro y un ingeniero de sistemas empleado de la oficina de la
Secretaría de Relaciones Exteriores.

32
Pero, ¿por qué elegir las prácticas sexuales alternativas? Porque tanto las
mujeres que han buscado su liberación sexual de la reproducción como los
hombres y mujeres que son homosexuales, como ejemplos de la amplia gama de
posibilidades de existir con el cuerpo, han cuestionado los estereotipos
heterosexuales dominantes. He ahí que la elección de las siete prácticas sexuales
son una muestra de un sector de la población que ha decidido romper con la
reglas y expresarlo socialmente.

Al analizarlas las significaciones que tienen para quienes las practicas se


abre la posibilidad de saber cuáles y cómo se han transformado ciertos valores,
qué se considera en la actualidad como lo legítimo o ilegítimo, lo moral o inmoral,
lo correcto y incorrecto, lo aceptado y reprobado.

Con eso, se desplegará una escala de valores o antivalores acerca de lo


que los sujetos piensan sobre sus prácticas sexuales, y, a su vez, esto dejará
entrever cómo las normas y las costumbres se van modificando y transformando
en cada época y cómo es que algunas de las tradiciones sexuales han
permanecido implícitas en las prácticas sexuales, aún cuando pretendan ser
alternativas y su fin sea transgredir.

De acuerdo con Jeffrey Weeks1, un teórico de la sexualidad que ha


realizado estudios con mexicanos acerca de la transformación de los valores a
fines de siglo XX, afirma que actualmente las personas se han alejado de los
tradicionales valores buscando mayor apertura a la diversidad y a la relatividad de
ellos.

“La pérdida de credibilidad de las instituciones fundamentales como la


escuela, las iglesias, el Estado, transmisoras de valores por antonomasia;
revalorización y diversificación de la familia; mayor participación de las mujeres en
el trabajo y en la vida pública en general; mayor 'permisividad' sexual; irrupción de
formas alternativas de vida; desplazamientos masivos de población hacia las
ciudades u otros países, etcétera, son algunos de los cambios que provocan
inquietud y pánico moral. Pero esta incertidumbre, se hace sentir de forma muy

33
especial en el ámbito de la sexualidad, "que ha sido recientemente el centro de
una multitud de miedos y controversias morales", sobre todo a partir de la
pandemia de sida. En particular, la liberalización del comportamiento sexual de los
y las jóvenes es motivo de inquietud en el mundo adulto. Es ahí donde más se han
transgredido las normas morales tradicionales”.

En términos de Jeffrey Week, la misma sexualidad ya no se concibe como


algo esencialmente determinado por la naturaleza sino como un fenómeno social
cambiante que sólo puede entenderse en su contexto histórico y cultural
específico de ahí el carácter relativo de las normas sexuales establecidas.
En cuanto a la elección de las tres prácticas sexuales explicaremos a
continuación el motivo de porqué fueron elegidas.
El sadomasoquismo, en primer lugar es una práctica sexual que emplea
elementos culturales identificados con el poder en diferentes ámbitos, de acuerdo
con el filósofo mexicano Naief Yeyha, quien escribió el libro Pornografía, sexo
mediatizado y pánico moral.
Los escenarios y la parafernalia a los que recurren los sadomasoquistas
está ligados con la forma en que el Estado y la Iglesia controlan la intimidad de las
masas, por lo que se recrean en lugares como la cocina, la recámara, la escuela,
el calabozo, la prisión y el convento; y se utilizan algunos uniformes militares y
policiacos, macanas, cadenas, y otros objetos que representan el castigo público.
Asimismo, el escritor observa que el sadomasoquismo tiene un estrecho
paralelismo con la iconografía cristiana y con los rituales de penitencia donde el
dolor es celebrado.
En cuanto al travestismo, Nayef Yehya expone que el travestismo es una de
las características erótica de nuestro tiempo y contiene una ansiedad por
transgredir las fronteras de los géneros sexuales.

Esta práctica ha sobrevivido a diversos embates de religiones como el


cristianismo, el islamismo y el judaísmo que reprueban la idea de un hombre en
ropajes femeninos, pero ha permanecido el culto a las diosas madre a tavés de
ciertos espectáculos donde los hombres personifican a celebridades.

34
En cuanto al transexual, el mismo autor indica que el transexual es un ser
artificial, una mujer fálica o un hombre con senos, que representa la dualidad de lo
femenino y lo masculino.
Una de las maneras en que el hombre puede “adquirir” el sexo opuesto es
mediante la castración, por lo que se considera una práctica muy antigua que tiene
sus orígenes desde el neolítico; lo aún no es claro es a partir de cuándo,
históricamente, se empezó a considerar al castrado como objeto de deseo erótico.

3.2 JUSTIFICACIÓN COMUNICATIVA


Las investigaciones académicas sobre prácticas sexuales desde la
Comunicación son casi nulas, a diferencia de la sociología y la psicología donde
es un tema constante en los trabajos de titulación. En esta disciplina, existen a
penas algunas tesis que o se encargan de analizar los mensajes en medios de
comunicación sobre sexualidad o son reportajes sobre algún tema de sexualidad
como las sex shops. Sólo la tesis En Nombre del Porno…Sorbo a Sorbo, de
Marisol Clorio Miranda, que surgió de este seminario, no hay otra que aborde el
tema de las prácticas sexuales como fenómenos culturales y fenómenos
comunicativos.
De ahí que este vacío de conocimiento en la Comunicación sea el primer
pretexto para realizar un trabajo sobre las prácticas sexuales, y, en este caso,
sobre aquellas consideradas como alternativas y con una idea de transgresión
(sadomasoquismo, travestismo y transexualismo).
Considero que se puede considerar a las prácticas sexuales alternativas
como un objeto de estudio propio de la comunicación en tanto que están inmersas
en la vida cotidiana de las personas, a nivel íntimo, obviamente, y a nivel social.
En el microcosmos que representa la interacción sexual de una pareja o trío
o grupo, se refleja lo que somos como sociedad en cuanto al tema de la
sexualidad; ahí, en los modos de organizarse, de expresarse, de permitirse,
prohibirse están los valores y antivalores que rigen socialmente en la actualidad y
que nos permiten ver lo que pensamos, deseamos, hacemos y rechazamos.
Las prácticas sexuales, en tanto que son expresiones, pueden catalogarse
como formas simbólicas, ya que son acciones, expresiones y objetos con una

35
carga significativa, que se producen, transmiten y reciben en un contexto cultural y
en un periodo histórico.
Están reguladas por instituciones oficiales y no oficiales que las determinan;
se mueven bajo reglas y convenciones propias y externas; y están cargadas de
valores simbólicos, económicos y culturales. Se mueven dentro de un campo de
interacción de las prácticas sexuales, donde las prácticas alternativas ocupan un
espacio más bien negativo respecto a las tradicionales, y, obviamente, están
determinadas por la trayectoria de quienes las ejercitas, desde su nivel escolar, su
edad, su género y sus ingresos económicos.
En ese sentido, y de acuerdo al concepto de cultura estructural de John B.
Thompson, las prácticas sexuales, en tanto formas simbólicas, pueden entenderse
como fenómenos culturales, cargados de sentidos, significados o significación.
Y si las prácticas sexuales (alternativas o no) son fenómenos culturales,
entonces, son parte de la cultura y la cultura –parafraseando al teórico Jorge A.
González — es un modo de organizar el movimiento constante de la vida
concreta, mundana y cotidianamente. Es memoria de lo que hemos sido y
perspectiva del porvenir. La cultura nos permite definir lo que somos dentro de la
vida social y colectiva. Es decir, las prácticas sexuales no pueden ser socialmente
y no significar, deben tener una representación y una especificidad sígnica.
“La cultura entendida como el universo de todos los “signos” o discursos
socialmente construidos, no agota su eficacia en el hecho de “ser” sólo
significante, pues precisamente porque significa, sirve; por eso, la cultura también
es un instrumento de primer orden para accionar sobre la composición y la
organización de la vida y del mundo social” .
Retomando nuevamente a Jorge A. González, el análisis de las culturas
contemporáneas debería darnos algunas pistas y aportaciones al conocimiento de
diversos procesos sociales de construcción de sentido mediante luchas por
mostrar quién de los contendientes es capaz de sostener y elaborar las
definiciones y visiones más plausibles de la realidad, de la vida y del mundo social.
El semiólogo español Jesús Martín Barbero es quien propone legitimar las
investigaciones la comunicación, aplicadas a las prácticas cotidianas, siempre y

36
cuando se planten a partir del estudio de tres esferas esenciales: la política, la
económica y la cultural. Siempre y cuando se desmenucen (las prácticas
cotidianas, en este caso sexuales) bajo los criterios que establece su mapa
diacrónico y sincrónico, que revelan las matrices culturales y los formatos
industriales, por un lado, y por otro, las lógicas de producción y las competencias
de recepción.
Todos estos ejes derivarán los conceptos de institucionalidades,
socialidades, tecnicidades y ritualidades, que a su vez estarán determinados por
procesos de valoración de parte de los sujetos.
Este análisis aplicado a las prácticas cotidianas (sexuales, para este
trabajo), reflejará los actuales procesos de producción y circulación de la cultura,
generados de las nuevas dinámicas sociales y culturales, producto de la
globalización mundial y la hibridación cultural en América Latina.
¿Cómo llegar al análisis cultural desde la metodología? La hermenéutica
profunda es el método más adecuado para analizar la cultura, y que, en esta
investigación de titulación, aplicaremos al estudio de las significaciones de las
prácticas sexuales alternativas con idea de transgresión.
El método creado por John B. Thompson pone de relieve que su objeto de
análisis es una construcción simbólica significativa que requiere de una
interpretación.
“Las formas simbólicas son construcciones significativas que requieren de
una interpretación; son acciones, expresiones y textos que se pueden comprender
en tanto construcciones significativas. Por lo tanto, el estudio de las formas
simbólicas es fundamental e inevitablemente una cuestión de compresión e
interpretación” .
Aunque Thompson plantea que los sujetos hacen una interpretación propia
de las formas simbólicas que viven, será el analista quien ofrezca la interpretación
de una interpretación, es decir, reinterpretan un campo preinterpretado. Y los
resultados de su análisis y su interpretación sobre las prácticas cotidianas y las
formas simbólicas, serán apropiados por los sujetos nuevamente y ellos los
emplearan para transformarse a sí mismos.

37
El análisis de la cultura mediante el método de la hermenéutica profunda se
define bajo este esquema : Hermenéutica de la vida diaria/interpretación de la
doxa y marco metodológico de la hermenéutica profunda: análisis sociohistórico,
análisis formal o discursivo e interpretación/reinterpretación.
Esto quiere decir, que al analizar las prácticas sexuales alternativas como
formas simbólicas y mediante la hermenéutica profunda, puede servir como un
vehículo de interpretación y reinterpretación sobre lo que los sujetos perciben de
de sí mismos y de sus prácticas sexuales y culturales.
Esta investigación será un aporte para abrir una brecha n los estudios de
investigación sobre temas relacionados con las prácticas cotidianas y culturales,
que no necesariamente están relacionadas con los medios de comunicación o con
la comunicación de masas.
Y será un ejemplo, si se logra la investigación, de que la comunicación es
una disciplina estratégica para analizar fenómenos culturales, sin ser superficial.
3.3 JUSTIFICACIÓN PERSONAL
El sexo, el erotismo, la sensualidad son temas que en lo personal me
atraen, por permanecer ocultos y contener una fuerza poderosa que seduce a
cualquiera, porque hace voltear las miradas, poner atentos los oídos, querer
contar las historias más asombrosas.
Porque tocar el tema del sexo es un camino peligroso y siento que es un
espacio en el que todos los seres humanos, cuando lo visitan, se ponen al borde
del precipicio: el sexo puede hacer perderlo todo, desde la razón, hasta el
prestigio, la seguridad o la libertad y hasta la vida; o lo contrario, puede hacer que
lo ganes todo: el amor, el reconocimiento, la confianza en uno mismo, la salud, las
ganas de vivir día a día, la conformación de una familia. El sexo tiene dos rostros
opuestos: el negativo y el positivo, y se reflejan en las prácticas sexuales.
Porque a últimas fechas, sobre todo comercialmente, se ha visto un
crecimiento sorprendente en torno a la industria del sexo, ha dejado atrás el
closet, ha salido a la sociedad con la cara limpia aunque soberbia de decir ‘existo
y vendo’.

38
Porque actualmente hombres se besan con hombres y mujeres con mujeres
libremente, sin culpas ni falsas morales, en espacios públicos, en las calles, en el
metro, y a todas horas, sin importar de quiénes sean los ojos que los miran.
Porque los homosexuales no se conforman con tener legalmente derechos
civiles y poder conformar un matrimonio, sino que, en algunos casos, quieren más
y quieren instituirse como familia, con capacidad de engendrar o de adoptar niños.
Porque en las Marchas Gay los hombres y mujeres salen a la luz pública, y
en medio de un festín mediático, muestran ese yo que anhelan ser, lleno de
colores y extravagancias, de expresión y libertad, o libertinaje.
Porque las mujeres ya no piensan en hacer el amor para tener hijos, sino
que pelean y exigen la satisfacción de su propio placer, sea dentro, fuera, con o
sin matrimonio, y, sin procreación.
Y también me interesa conocer las prácticas sexuales, porque el tema de la
sexualidad ha dejado de ser una cuestión meramente privada para ser pública,
para ser una preocupación y una obligación más para el Gobierno, y menos para
la Iglesia.
Finalmente, porque hablar de sexo, de erotismo, de sexualidad, de
perversión, de placer, de seducción, siempre será una astilla. Será como entrar
hasta las entrañas de una fruta con el filo de un chuchillo, abrirlo, y mostrarlo en
todas sus partes.

39
4. HIPÓTESIS

VARIABLE INDEPENDIENTE:

Las prácticas sexuales alternativas: sadomasoquismo, travestismo y


transexualismo.

VARIABLE DEPENDIENTE:

Sentido de la transgresión en hombres y mujeres jóvenes

HIPÓTESIS:

40
Las significaciones de las prácticas sexuales alternativas determinará el
sentido de la transgresión en hombres y mujeres jóvenes

5. OBJETIVOS

Objetivo General:

Analizar los significados de las prácticas sexuales alternativas que ejercen


actualmente hombres y mujeres de un rango de edad de 25 a 35 años de la
Ciudad de México, para conocer el sentido que le otorgan a la transgresión.

Objetivos Particulares:

1. Describir la concepción estructural de cultura


1.1. Definir el concepto de cultura y forma simbólica
1.1.1Explicar las dimensiones de las formas simbólicas

41
1.1.3 Describir los contextos de las formas simbólicas
1.1.3 Definir los procesos de valoración de las formas simbólicas

1.2 Exponer el concepto de frentes culturales


1.2.1 Descripción del concepto de hegemonía
1.2.3 Definición del concepto de legitimación cultural
1.2.3 Exposición de los niveles de análisis de cultura según
Jorge A. González
1.2.4 Definición del concepto de frentes culturales
1.3 Definición del constructivismo estructuralista

1.3.1 El habitus como sentido del juego


1.3.2 El espacio social como articulación de campos
1.4 Definición de las prácticas sexuales

1.4.1 Descripción de poder, moral sexual y transgresión

1.4.2 Sadomasoquismo

1.4.3 Travestismo

1.4.4 Transexualismo

1.1.
2. Definir el método cualitativo y las técnicas de la entrevista semi-
profunda y la historia de vida para abordar el tema de las prácticas sexuales
alternativas
2.1. Explicar la pertinencia del método cualitativo para investigar las
significaciones de las prácticas sexuales alternativas y la idea de la transgresión
2.2. Exponer las características generales del método cualitativo en
investigación en Ciencias de la Comunicación
2.3. Describir la técnica de la entrevista semi profunda
2.4. Describir la técnica de la historia de vida

42
2.5. Diseñar cada una de las técnicas seleccionadas y el procedimiento
para su aplicación
2.6. Aplicar las técnicas de la entrevista profunda y la historia de vida al
objeto de estudio de las prácticas sexuales alternativas
2.7. Analizar la información sobre la idea de la trasgresión en las
prácticas sexuales alternativas obtenida por medio de las técnicas aplicadas
2.8. Interpretar los resultados de las entrevistas semi profundas y las
historias de vida técnica por técnica
2.9. Interpretar los resultados a través del cruce de las entrevistas semi
profundas y las historias de vida
3. Explicar las significaciones de las prácticas sexuales alternativas
desde la idea de la trasgresión, en hombres y mujeres de un rango de edad de 25
a 35 años, que habiten en la Ciudad de México actualmente.
3.1. Describir la concepción de las prácticas sexuales alternativas
3.2. Describir la idea de la trasgresión, en hombres y mujeres, a partir del
ejercicio de las prácticas sexuales alternativas
3.3. Desarrollar los significados hegemónicos de las prácticas sexuales
alternativas en la actualidad en la Ciudad de México
4.3.1 Explicar los significados hegemónicos de las prácticas sexuales
alternativas desde las estructuras
3.4. Explicar las diferentes valoraciones de las prácticas sexuales
alternativas y la idea de la transgresión que le otorgan los sujetos desde las
instituciones
3.5. Explicar el significado de las prácticas sexuales alternativas como
forma simbólica
4.5.1 Explicar el significado de las prácticas sexuales desde sus
dimensiones: institucional, contextual, referencial, convencional y
estructural.
4.5.2 Interpretar el significado de las prácticas sexuales alternativas, que
arrojaron los resultados de las entrevistas, como fenómenos culturales
desde un enfoque comunicativo

43
4. Conclusiones

ÍNDICE TENTATIVO

CAPÍTULO I

Las prácticas sexuales como cultura

Comunicación y cultura…………………………………………………………….9

Forma simbólicas…………………………………………………………………..13

Frentes culturales………………………………………………………………….18

Definición del constructivismo estructuralista…………………………………25

44
Definición de las prácticas sexuales……………………………………………28

Definición de moral y transgresión……………………………………………..33

CAPÍTULO II

Las prácticas sexuales alternativas como transgresoras a través de los años

2.1 Dos siglos de oscuridad


victoriana…………………………………………………………………………….35
2.3 Las perversiones son de
todos…………………………………………………………………………………39
2.2 El relajamiento del siglo
XX…………………………………………………………………………………….41
2.3 Las revoluciones sexuales: los 30 y los
60...............…………………………………………………………………………..45
2.4 El VIH
SIDA…………………………………………………………………………………..47
2.5 La sexualidad actual en
México………………………………………………………………………………..52

CAPÍTULO III

Construcción de las perversiones

3.1 Metodología cualitativa y las técnicas de entrevista semi profunda e historia


de
vida…………………………………………………………………………………….56
3.1.1 Pertinencia de la metodología cualitativa en la comunicación y la
cultura…………………………………………………………………………......61

3.1.2 Pertinencia de las técnicas de entrevista semi profunda e historia de


vida...............................................................................................................68
3.2 Aplicación de las técnicas y la metodología al objeto de
estudio…………………………………………………………………………………….72

3.2.1 Descripción de los datos y los resultados de las entrevistas y las


historias de vida
……………………………………………………………………………………..77

CAPÍTULO IV

Análisis de las significaciones

4.1 Interpretación de las entrevistas de los sujetos sobre las prácticas sexuales
alternativas……………………………………………………………………………….83

45
4.2 El sentido de transgresión social desde las prácticas sexuales alternativas…87

4.5 Los significados de las prácticas sexuales alternativas que los sujetos le
otorgan…………………………………………………………………………………….90

CONCLUSIONES

GLOSARIO

FUENTES DE CONSULTA

ANEXOS

BIBLIOGRAFÍA
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