TEMA 2 Resumen

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TEMA 2: EL GOBIERNO Y LA REPRESENTACION DE

LA ESPAÑA MEDIEVAL
1. EL ESTADO MEDIEVAL EN ESPAÑA

1.1.El estado feudal

En la Edad Media, el Estado experimenta una significativa transformación. Se da un nuevo


Modelo de Estado:

 Como fruto de un Pacto Feudal entre el Príncipe y sus vasallos, que a cambio de su
fidelidad reciben en feudo parte del territorio y de la jurisdicción del Estado.
 Se establecen Vínculos de Derecho Privado que predominan sobre los fines públicos.
Se preserva el carácter supremo de la soberanía del Príncipe en relación con sus
señores.

1.2.El Estado Estamental

En la Baja Edad Media, el Estado Feudal dio paso a una nueva organización basada en la
evolución de la sociedad, se dividió en órdenes o estamentos, grupos dotados de su propio
status jurídico que tienen una función concreta en la sociedad. Esto se denomina Estado
Estamental.

Estado Estamental es un cuerpo distinto e independiente de los miembros o estamentos que


lo componen. Por influencia de la Recepción del Derecho Romano Canónico, se confirma el
carácter unitario del Estado, aparece recogida en la obra jurídica y política de Alfonso X el
Sabio. Los Estados o estamentos son: nobleza, clero y ciudades, que participan activa y
directamente en el gobierno del Reino. Cada uno o varios de estos se convirtieron en
instrumentos de presión de carácter político. Su importancia es especial en los momentos de
debilidad de la Monarquía.

1.3.El Estado de los Reinos Peninsulares

El gran esfuerzo económico y la participación de toda la población, el sistema de ocupación de


tierras y la autoridad inalterada del monarca, impidieron, salvo en Cataluña, el establecimiento
en la Península de un sistema feudal, y la configuración de un modelo de Estado Feudal.
Existen en los Reinos cristianos la Noción de un Estado independiente del Soberano y de los
Súbditos, que mantiene su conciencia de utilidad y finalidad pública:

 Rey: representa la unidad soberana y ejerce directamente su acción sobre todos sus
súbditos a través de los oficiales y agentes.
 Oficios públicos: no siempre se atribuyen a vasallos. Cuando se constituyeron los
Señoríos, estos ya no suponían una enajenación de la soberanía, ni atacaban el
principio de unidad territorial, pudiendo los oficiales de la Corona actuar en ellos.
 Modelo del Estado Hispánico: pacto entre los súbditos del rey, pero con carácter
general, no individualmente.

1.4.Aspectos característicos de los Reinos Hispánicos

La influencia del Feudalismo se hizo notar en la Península.


Los Reyes concibieron en muchos aspectos la Potestad Real como Patrimonial, las
manifestaciones mas evidentes fueron la actuación testamentaria, disponiendo del reino en la
herencia de sus hijos, aun cuando este “Reparto del Reino” se hacía distinguiendo:

 Tierras de Abolengo: se habían heredado y constituían el núcleo originario. Quedaban


para el primogénito
 Tierras Ganadas: en Aragón o Navarra reciben el nombre de “acapetas”. Estas se
repartían.

A partir del siglo XII se extendió la costumbre de conceder a algunos vasallos el Beneficio o el
Honor del gobierno de ciertos territorios, esto suponía una cesión de jurisdicción y de otros
derechos propiamente regios.

Durante el siglo XI se establecieron relaciones de Vasallaje entre los distintos soberanos de la


Península, especialmente con los reyes de Taifas, concretándose lazos de vasallaje que se
reconocían mediante el pago de un tributo —paria—.

1.5.Fines del Estado

Había unos Fines Comunes y Públicos del Estado:

 Realización del Bien Público: procurar el bien del país


 Mantenimiento de la Paz y el Orden jurídico interno
 Conservación de la integridad del territorio del Estado
 Defensa Armada y la Guerra contra los enemigos exteriores.
 Protección de la Fe Cristiana y de la Iglesia
 Mantenimiento del Derecho Viejo o Tradicional
 Administración de Justicia

Estos fines determinaban obligaciones para el rey y para los súbditos.

 Rey: suponía una limitación de su poder y capacidad de actuación


 Súbditos: deber de cumplir con sus responsabilidades, acudirá las cargas del Estado, el
juramento de fidelidad, etc.

1.6. Elementos del Estado

Elementos:

A) Príncipe: tiene numerosos nombres: rey, príncipe, conde, referidos siempre a quien está
investido de la representación personal del Estado y de imperium para la realización del
bien público
B) Territorio: formado por el núcleo originario del reino y por las tierras o reinos que el rey
adquiría bajo su gobierno. Cuando era un Reino, se incorporada en la unidad del gobierno,
conservando su carácter diferenciado y por tanto su propio Derecho.

La corona fue la alternativa a la patrimonialización del territorio. Surge en Aragón y se


generaliza para toda la Península, basándose en la unión personal, se mantiene la
diferenciación territorial de los reinos que la integran, lo que se manifiesta en los títulos
que ostenta el rey. El monarca es único en toda en la Corona, pertenece a todos y cada uno
de los reinos individualmente, y reúne en su persona toda soberanía, reforzándose el
carácter público y único del Estado. Fundamentará políticamente la unión peninsular.
El imperio Castellano-Leonés, fue una de as mas relevantes formas de Estado desarrolladas
en el Reino Castellano-Leonés, y ciertos monarcas fueron titulados Emperadores, llegando
Alfonso VII a ser coronado como tal en 1135 en Santa María de León. El imperio Hispánico
se basa en el paralelismo con la Reconstrucción de España, siendo Alfonso III, el primero
que desempeñó tal dignidad.
El principio político del Imperio se basa en la existencia de unos soberanos que reconocían
la superioridad del monarca castellano-leonés a través de tributos y prebendas.
El imperio hispánico es un proyecto unificador del Estado Hispánico basado en el
reconocimiento de la superior autoridad del rey leonés como heredero del Estado Visigodo,
y su abandono tras Alfonso VII comporta también el abandono del proyecto unificador y la
aceptación de una pluralidad de reinos en plano de igualdad: la España de los Cinco Reinos.

Modalidades de ampliación de territorio:


 Herencia: directa (nudo originario) o a través de herencias de colaterales, de
hermanos.
 Matrimonio: a través de la dote o como vía indirecta por la herencia de la esposa
 Conquista militar: sistema tradicional en los reinos reconquistados a los musulmanes y
a través de pequeños enfrentamientos fronterizos entre los Estados cristianos.
 Concesión Pontificia: en la Baja Edad Media suponía la posibilidad de que el Papa
pudiera investir a un Príncipe en la soberanía de un reino cuando éste quedaba sin rey,
o porque nunca lo tuvo, o por haber quebrantado el monarca el principio de
legitimidad. Esto recibe el carácter de Justo Título, aplicándose en la integración de
Navarra en Castilla.

La integración de los Territorios no era definitiva, estaba sujeta a los principios de


Derecho Privado hasta la constitución de las Coronas, siendo estos territorios
“ganados” repartidos entre los descendientes. En castilla cayó en desuso esta
costumbre en tiempos de Fernando III, y en Aragón desde la unión con Cataluña en la
época de Ramón Berenguer IV y Petronila
C) Súbditos: nacidos o residentes permanentes en un territorio, son los naturales en León y
Castilla, y los vasallos en Aragón, y están obligados a la fidelidad a su señor natural, el rey.
Este concepto de naturaleza fue aplicado también a las relaciones entre los naturales de un
lugar y su señor en el marco de la institución señorial.
La naturaleza se adquiere de modo:
 Originario: por el nacimiento, y por descendencia de naturales de un reino.
 Derivado: por residencia. En el Espéculo se recoge un periodo de dos años de
residencia por ser natural de un territorio, en ocasiones, algunos grupos sociales nunca
adquieren esta condición, porque carecían de algunos de los elementos esenciales de
la naturaleza, como por ejemplo la religión cristiana.

Estaban sujetos al monarca por Lazos de Fidelidad. Con la proclamación de un nuevo


príncipe tenia lugar el juramento de todos los súbditos, de forma expresa o de forma
delegada (a través de los representantes en Cortes), bien tácticamente en la obediencia de
sus mandatos. Esta vinculación general de carácter público es independiente de los
juramentos de fidelidad de tipo señorial.

Los súbditos participan en el gobierno del reino a través de las Asambleas que se
generalizaron en todos los reinos: las Cortes. Funciones: colaboración en la actividad
legislativa y la confirmación de la soberanía del rey
Deberes de los súbditos: generales y estrictos para con el Rey y el Reino: fidelidad,
acatamiento de las leyes y órdenes del rey y participación en la defensa del reino.

Derechos de los súbditos: se basaban en la diversidad, y serán distintos y propios de cada


súbdito según el grupo al que pertenezca o el lugar de su naturaleza: libertades y
franquezas, conjunto de privilegios y exenciones particulares de los distintos grupos de
súbditos, se otorgan mediante concesiones en forma de fueros o privilegios.

Estos derechos individuales comienzan a recogerse en los fueros municipales, pero llegan a
reconocerse en ordenamientos generales, como la Carta Magna Leonesa o el Privilegio de
la Unión, otorgada a Cataluña por el rey Pedro III, cuyas confirmaciones siempre son
realizadas a través de reuniones de Cortes.

Derechos pueden ser:

 Particulares o privados: derecho a la condición de súbdito; derecho a ser juzgado en un


juicio; libertad de elección de domicilio; no responsabilidad colectiva de los delitos;
derecho de Habeas Corpus.
 Políticos o Públicos: derecho a que las leyes sean respetadas y cumplidas por los reyes;
el monarca no puede actuar arbitrariamente contra la persona y bienes de los
súbditos; la reunión de los nobles, obispos y hombres buenos de las ciudades es
obligatoria para declarar la guerra o concertar la paz, estas reuniones son llamadas:
Curias, Concilium y finalmente Cortes, convocadas por el soberano, estableciendo una
cierta periodicidad; en Aragón eran anuales.

2. LA MONARQUÍA Y EL PODER REAL

2.1.Concepto

Monarquía Medieval: el gobierno unipersonal “que mira al interés común”. La Monarquía


Cristiana nace con una vocación de totalidad integradora, de universalidad, de ahí se abren
camino las monarquías medievales como entidades políticas constituyendo las “totalidades
relativas”. El Rey es la representación de la unidad en lo terrenal, formando parte de una
unidad superior que es la Universitas Christiana.

2.2.Carácter

Hereda el carácter público de la monarquía visigoda, pero evoluciona por influencia de las
ideas y usos feudales hacia prácticas patrimoniales: sucesión hereditaria, reparto del reino
entre los hijos, etc. El Rey nuca es el dominus, el señor del Estado.

La monarquía es un deber que se cumple en el respecto a la ley, a la que el soberano esta


sometido como los naturales del reino. Los monarcas ven limitada su autoridad por el respeto
obligado a los fueros y privilegios que jura en el momento de su coronación. El carácter mas
especifico de la Monarquía hispana es el Pactismo: la legitimidad surge del juramento del Rey
de respetar el ordenamiento jurídico, general y particular, y el juramento recíproco de
obediencia prestado por los estamentos del reino.

A los súbditos les asiste siempre el derecho y la obligación de desobedecer al monarca que al
no respectar las leyes pierda su legitimidad. Esto es heredado de la doctrina de San Isidoro: la
Monarquía tiene un poder limitado. El rey tirano puede ser legítimamente depuesto.
2.3.Los poderes del Rey

Origen del poder real:

Surge de ese Pacto, pero la monarquía evoluciona en algunos aspectos desde la segunda mitad
del siglo XIV hacia formas de carácter absoluto.

El poder en su origen se remite siempre a Dios. El carácter divino de la monarquía se refiere al


origen divino de todo poder; dios es el único poder por sí mismo y todos los demás son
delegados por él, incluido el del monarca. Esto fue aceptado tradicionalmente, pero sin ningún
desarrollo doctrinal.

El ejercicio del poder: el Señorío del Reino

Señorío Real: el Gobierno del Territorio lo ejerce como un poder político y general sobre el
Reino y este se delimita por el territorio que forma el núcleo originario, obtenido por tres vías:

 Herencia: lo que permitiría la reunificación de los Estados


o Directa
o Indirecta
 Matrimonio:
o Como dote, en el momento de la unión
o Como herencia de hijas únicas
 Conquista: sobre las tierras de moros normalmente, y sobre los otros reinos, con
justificación jurídica

Los distintos territorios se integran bajo el concepto de Corona y permanecen siempre con su
propia personalidad, esto supone su propio Derecho, y se manifiesta en las titulaciones reales
que reconocen la soberanía del Rey sobre cada uno de los territorios.

El ejercicio del poder: la potestad real

a) Defensor Pacis: al Rey le corresponde dirigir las Relaciones Exteriores, lo fundamental es


garantizar la seguridad del reino, estará entre sus facultades las de declarar la guerra,
concertar paces y también las de designas las legaciones o embajadas a otros Estados. Los
príncipes europeos ejercen la facultad común que permite la relación internacional entre
los Estados.
b) Potestas Militaris: la seguridad sólo se ejerce mediante el poder militar, y le rey tiene la
capacidad de convocar al Ejército, a través de las huestes de los vasallos o directamente a
los súbditos, además es jefe se ese ejército.
La competencia militar es la primigenia de la Monarquía, pero el rey tiene limitada su
capacidad bélica en cuanto los vasallos no tiene que seguirle en una guerra injusta. La
guerra será justa si tiene como fin la paz, la defensa o imponer la Justicia. Las guerras contra
los musulmanes eran guerras de recuperación, de “Reconquista” de un territorio perdido.
c) Potestas Legislativa: el rey tiene poder de legislar. Pero esta potestad fue usada muy poco
por los monarcas hasta el siglo X, a partir del siglo XI no es individual, se ejerce en
colaboración con la Curia Regia y más tarde con las Cortes.
En Aragón la participación de las Cortes en el proceso legislativo se hizo preceptiva, pero en
Castilla el Rey siempre se reservó la posibilidad de legislar personalmente. Así consta en las
Partidas y el Ordenamiento de Alcalá de 1348. Lo que siempre correspondía al rey era la
sanción y promulgación de las leyes.
d) Potestas Judicial: es la mas característica misión de la monarquía; el rey entiende en todos
los litigios y administra personalmente justicia, pero delega en otros jueces, sobre los que
actúa siempre en apelación. Cuando la monarquía evolucione, los Consejos colaborarán en
el ejercicio de esta función.
e) Potestas Administrativa: el rey es la cabeza de la Administración del Estado, investido de la
facultad de nombrar y deponer a los oficiales públicos, y administra los recursos del Estado
a través de la Hacienda Real, que se confunde con la del Estado.
f) Las Regalías: el rey ejerce derechos, especialmente económicos sobre determinados bienes
que reciben el nombre de regalías. Estos bienes (bienes, bosques, salinas, etc) y los
usufructos, pertenecen al rey y está excluida su apropiación particular, así como su
enajenación.
g) Potestas eclesiástica: el Rey tenía entre sus atribuciones algunas referidas a asuntos
eclesiásticos. La ocupación musulmana y las dificultades en las comunicaciones con Roma
determinaron la intervención del Rey en la designación de Obispos, delimitación, creación y
supervisión de las Diócesis, fundación de Monasterios, etc., bajo el principio de la
protección de la Monarquía sobre la Iglesia.

2.4.La sucesión

La sucesión en León y Castilla

a) Orígenes: la monarquía Astur-Cántabra se presenta como heredera de la monarquía


visigoda, que mantuvo hasta el final el carácter electivo de la sucesión. Desde el primer
momento, y sobre todo desde Alfonso I, la condición hereditaria de la sucesión queda
plenamente establecida. Se establecía por la costumbre, sin unas reglas plenamente
efectivas, y por Tradición Germánica se impuso el derecho de Primogenitura. En el
siglo X arraiga el sistema hereditario y el monarca dispone del trono en favor de uno
de sus hijos o reparte el regnum entre todos ellos.
b) El reparto del reino: La presencia de la Monarquía Navarra de Sancho III en León a la
muerte de Bermudo III determinó el uso de un nuevo criterio sucesorio que
combinaba el Carácter Público y Privado de la Monarquía. El Rey reparte el reino entre
sus hijos, pero se hace sólo entre las partes que tienen personalidad, dejando al
primogénito el gobierno del nudo originario. Actuaba la voluntad del Rey en su
testamento.
c) Derecho sucesorio femenino: Las hijas tienen el mismo derecho que los varones en el
acceso al trono, siempre y cuando no hubiera hijos legítimos. Pueden ejercer
efectivamente el poder real.
d) La regulación sucesoria: Desde las Partidas el orden sucesorio quedó perfectamente
establecido, siendo convertido en ley en el Ordenamiento de Alcalá. Sólo heredan los
Primogénitos, la línea sucesoria se establece de mayor a menor por línea directa
masculina y, en ausencia de varones, las hijas, también de mayor a menor. El
primogénito de Castilla y León llevará el título de Príncipe de Asturias.

La sucesión en Navarra

El derecho sucesorio era de Carácter Consuetudinario: el Rey designaba a un sucesor en el


testamento, pero ajustándose a la costumbre, quedando sin efecto en caso contrario.
Establecía la herencia en el hijo primogénito varón, y a falta de varón, recaía en la mujer, pero
como mera transmisora de derechos: por ello se establecía la necesidad de casarse si no lo
había hecho ya, el marido asumía el ejercicio efectivo del poder real. El Reino de Navarra debía
de permanecer unido, Navarra era considerada como nudo originario y el reparto se realizaba
en las tierras incorporadas, acapetas.

El primogénito hereda la totalidad del reino, pudiendo recibir otros hijos en tenencia los
territorios adquiridos que forman la honor regalis.

El orden sucesorio quedó definitivamente establecido en el Fuero General de Navarra


acogiendo el “derecho de representación”, que señala al primogénito legítimo varón como
heredero, en defecto del cual los otros varones hermanos del monarca, y en su defecto, y a
falta de miembro varón de la dinastía, se reunían los ricoshombres, infanzones, caballeros y
pueblo de la tierra y elegían un nuevo Rey.

La sucesión de Aragón

No existió una normativa clara sobre los principios sucesorios.

La Costumbre como el elemento fundamental en el derecho sucesorio, así como el


reconocimiento en las mujeres de la posibilidad de transmitir derechos, pero no de ejercitarlos
por sí mismas, sino a través de sus maridos. Se estableció la costumbre feudal de designar al
heredero en el testamento, pero sujetándose a un orden de línea directa masculina. Si ésta se
extinguía, eran los estamentos, en representación de todos los súbditos, los que habrían de
reunirse, y elegir entre los parientes más próximos al que sería reconocido como Rey,
retornando así a los súbditos el derecho a establecer una nueva dinastía.

Cuando unos reinos son heredados y otros ganados, esos reinos suelen ser repartidos entre los
distintos hijos. Después se fija la indivisibilidad de la herencia con la consiguiente institución de
un heredero universa.

Una concepción distinta era la Corona. Aragón estaba integrado por tres Reinos pero constituía
una sola Corona, el primogénito heredaba esta condición, que suponía la soberanía sobre
todos los reinos y la unidad del territorio, mientras los demás hijos podían acceder al gobierno
de los distintos reinos o de distintos señoríos dentro de la Corona.

La sucesión en Cataluña

Los condados catalanes estuvieron regidos en el régimen sucesorio por el Derecho Feudal, y la
transmisión, según el principio patrimonial, se realizaba entre todos los hijos. El primogénito
de la Corona de Aragón llevará el título de Príncipe de Gerona.

Se trasmite por línea masculina en favor de los hijos, y en defecto de ellos pasa a los parientes
colaterales. Fueron frecuentes los casos de corregencia de hermanos en un mismo condado.
Las hijas pueden suceder a su padre, si bien en este caso, de conformidad con los principios
feudales, el marido ejerce de hecho el gobierno.

3. LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL

El príncipe, cabeza de la Administración en cada uno de los reinos , es auxiliado en los niveles
central, territorial y local por asambleas y funcionarios diversos.

Como consecuencias de la madurez de las organizaciones políticas de los reinos peninsulares


se obtiene el desarrollo de sus estructuras de gobierno y Administración y la especialización y
tecnificación correspondientes a la definición de tres grandes ámbitos de participación:
Magnates (Nobles) y Eclesiásticos, representantes en muchos casos de un poder territorial,
representantes del Estamento Ciudadano y Letrados, Juristas o Sabedores en Derecho,
acabarán desempeñando una importante función en los organismos especializados de la
Administración de Justicia y en la Administración Financiera.

Desde una Administración formada en los siglos VIII y IX en los núcleos resistentes al Islam,
convertidos en pequeños reinos que aspiran a encanar el Ideal Neogótico de restablecer un
Reino con sólidas bases institucionales, se llega a una Administración más desarrollada y
técnica, con precedentes organizativos en las obras de Alfonso X de Castilla y Pedro III de
Aragón, y finalmente de Alfonso XI y de Pedro IV para alcanzar la plenitud en el reinado de los
Reyes Católicos.

Surgidos en el territorio de la Península Ibérica parte de un modelo organizativo similar al


heredado del Reino hispanogodo y del Reino de los francos, en el cual el rey, príncipe o conde,
aparece como la cabeza de Administración, aconsejado por diversos organismos oficiales.

3.1.El palacio y la Corte

La representación orgánica de la Administración Pública tiene su centro en la Casa o Corte del


Rey, llamada Palacio (palatium), formada por la familia y séquito del monarca, por los oficiales
públicos y los servidores domésticos, por los grandes personajes representantes de los
estamentos de la nobleza y del clero y por gobernadores de distrito que frecuentan la cercanía
del monarca. Los Oficiales del Palacio tendrán a su cargo los oficios domésticos privados, los
oficios de la Administración económica de la Casa del Rey y los grandes Oficios de carácter
público.

El Palatium es designado desde el siglo XI como Curia, Corte o Cort, términos que hacen
referencia a la sede que alberga los servicios públicos y privados del monarca

Oficios Palatinos:

 Copero del Rey o Maestresala


 Oficiales Domésticos: dependen del Mayordomo Mayor: despensero, repostero,
aposentador y caballerizo.
 Oficiales que tienen a su cuidado el acceso a palacio: porteros y sayones
 Oficiales que tienen a su cuidado la caza: monteros y halconeros

Grandes oficios de la Casa y Corte:

 Alférez: el más importante de los oficiales públicos. Función de llevar el pendón real al
frente de los ejércitos, luego sustituido en la función de la más alta jerarquía militar
por el Condestable, instituido en Castilla por Juan I en 1392.
 Almirante Mayor de la Mar: al frente de las flotas armadas y al cargo de la jurisdicción
marítima. El titular ostenta un poder genérico sobre el mar, ríos navegables y personas
que allí desarrollan su actividad, correspondiéndole la jurisdicción civil y criminal, la
designación de oficiales y la percepción de determinados derechos y rentas.
 Justicia Mayor: al frente de la función ejecutiva de la justicia
 Guarda Mayor del Rey: el más significado, el Mayordomo, o Jefe de Palacio y de la
Administración de la Casa del Rey, de la Hacienda regia y de los dominios territoriales
de la Corona.
 Tesorero: se ocupa de la custodia de las arcas reales y la atención a los ingresos y
pagos.
En la Corona de Aragón el conjunto de oficios de la Casa y Corte del Rey recibe el nombre de
Hostal, y las actividades financieras se regularán desde una Cámara de cuentas —Cámara de
Comptos— reorganizada por Carlos II en 1365 con la misión de examinar y fiscalizar las
cuentas.

3.2.La Cancillería

Es un organismo u oficina para la formulación escrita de los documentos que contienen los
mandatos y decisiones del monarca, en la que se guardan los Sellos del Rey. Surgen como
consecuencia de la especialización de la actividad administrativa.

La Cancillería Regia de León quedó vinculada al Arzobispo de Santiago y la de Castilla al


Arzobispo de Toledo, siendo ambos honoríficos, apareciendo los oficios efectivos de un
Canciller Mayor y de un Canciller Secreto o de la Poridad para las cuestiones más reservadas.

El territorio de Castilla fue dividido en diversas Notarías Mayores: Castilla-León, Toledo y


Andalucía. Junto a los Notarios Mayores aparece la correspondiente serie de Escribanos,
Secretarios y Registradores.

La Cancillería de Aragón vinculada a un Arzobispo y los oficios efectivos (canciller, vicecanciller,


Pronotarios, Escribanos y Selladores) regulados por las Ordenaciones de Pedro IV de 1344.

En el Reino de Navarra se organizó desde fines del siglo XII la Cancillería Regia, utilizaba los
correspondientes formularios para la redacción de los documentos.

En todos los reinos hispánicos se llevaron los correspondientes Registros de Chancillería, allí se
anotaban las entradas y salidas de documentos con la data correspondiente.

3.3.La Curia Regia y Consejo Real

Se constituyó la Curia Ordinaria para asesorar al monarca, en ella participaban los magnates
eclesiásticos y seglares y los oficiales del Palacio. La Curia Regia se convirtió en un órgano
consultivo, viniendo a ser la institución política permanente para el Gobierno y la
Administración del Reino.

En Castilla y León se llamó Cort o Corte, formada por los miembros de la familia real, los
principales magnates, nobles y gobernadores del territorio, arzobispos, obispos y abades y los
más significados oficiales de la Corte. La Curia desarrolló funciones de órgano consultivo en los
más diversos asuntos militares, políticos y administrativos, pero también se convirtió en
Tribunal Judicial, al asesorar al monarca en la función principal que a éste correspondía para la
Administración de Justicia.

En el Reino de Aragón, la Curia Ordinaria ejerció desde el siglo XII funciones judiciales, y
asimismo la del Reino de Navarra.

En reuniones ordinarias, la Curia Regia evolucionó hasta formar el Consejo Real. En reuniones
extraordinarias, en las que participaba mayor número de gentes, dieron lugar a las Cortes
empezaron a participar los representantes del Estado Llano, burgueses o ciudadanos.

El Consejo Real era un organismo esencial de la Administración de cada uno de los grandes
reinos hispánicos, de la siguiente forma:
El Consejo Real de Castilla

Antecedente en el grupo de consejeros que acompañan a Fernando III, especializándose


dentro del mismo organismo, Consejo Secreto o de la Poridad. Consejo Real fue
institucionalizado por Juan I en las Cortes de Valladolid de 1385, configurándose como una
Junta Superior, formada por cuatro Prelados, cuatro Caballeros y cuatro representantes de las
Ciudades, su misión era asesorar al Monarca en los asuntos de la gobernación del Reino,
excepto lo relativo a la Administración de Justicia, que competía a la Audiencia.

Diversos Ordenamientos reorganizan el Consejo Real, que se fue convirtiendo en un órgano


técnicamente especializado, finalmente será regulado por los Reyes Católicos en 1480. El
Consejo Real libraba por cámara, dictaminando sobre los asuntos que se le solicitan, y por
expediente (adopta resoluciones administrativas y falla en algunos asuntos de justicia.)

Tuvo importancia en la época medieval y la tendrá en la moderna. Desde 1930 fueron


otorgadas facultades especiales a un consejero para que actuara como presidente.

El Consejo Real en la Corona de Aragón

Desde finales del siglo XIII debió diferenciarse en la Curia aragonesa una junta consultiva de
carácter estable, competente en los asuntos de gobierno y administración, y que con el tiempo
logró atribuciones judiciales

Se configura a fines del siglo XIII un Consejo Real que se reorganiza con carácter permanente
bajo el reinado de Pedro IV el Ceremonioso, el presidente era el Canciller, formando parte de
él los tres Mayordomos de Aragón, Cataluña y Valencia; el Camarlengo y el Maestre Racional,
interviniendo en los asuntos de gobierno y administración y actuando como Tribunal de
Justicia de última instancia. En Cataluña se organizó en el siglo XIV una Audiencia y Consejo,
integrada por el Canciller, el Vicecanciller y varios Jueces y Letrados.

El Consejo Real de Navarra

Órgano que auxiliará luego al monarca en las tareas de gobierno y judiciales. En los asuntos
importantes el rey se tenia que aconsejar de doce ricoshombres

Surge como una especialización de las funciones de la Curia Regia, y a él alude el Fuero General
de Navarra, se refiere a doce Sabidores, Ancianos de la Tierra o Ricos Hombres que aconsejan
al Rey. Los Consejeros se ampliaran en el siglo XIV con los representantes más significados de
la Nobleza y Clero y los más importantes Oficiales Reales.

4. LAS CORTES

En el siglo XII se dieron unas Asambleas Políticas presididas por el monarca, en las participaron
los estamentos de la nobleza y el clero y los representantes de los municipios (ciudadanos o
burgueses). Surgieron como consecuencia de la reafirmación de las instituciones públicas, de la
consolidación del poder real y de la ampliación de los territorios de los reinos hispánicos, así
como del desarrollo económico y mercantil y de los subsiguientes efectos que ello trae consigo
(desarrollo urbano y auge de la burguesía).

En cada uno de los Reinos, se formó el Parlamento, pasándose a llamar Cortes o Corts, la causa
principal de la consolidación de dicha institución la constituyó la necesidad del Rey de pactar la
recepción de los recursos extraordinarios para atender a las grandes necesidades militares, o
los propios gastos originados por la ampliación de las funciones de la Monarquía, así como el
propio carácter pactista del poder que se desarrolló en la Corona de Aragón.

4.1.Las Cortes de Castilla y León

Suele datarse la primera reunión de los tres estamentos del reino leonés en la Curia de León
de 1188, se documenta la presencia de ciudadanos, junto a los magnates y Obispos. Las Cortes
de los Reinos de Castilla y León se reunieron por separado hasta en 1230, se produjo su
definitiva unión, manteniendo su carácter itinerante. El monarca las presidía acompañado de
nobles y clérigos, luego representados por el Consejo Real, instituido formalmente por Juan I
en 1385.

La representación de las Ciudades, que habían sobrepasado el número de cien en el siglo XIV
fue reduciéndose hasta quedar conformada a partir de las Cortes de Madrid de 1435 por 17
Ciudades: Burgos, Toledo, León, Zamora, Toro, Salamanca, Ávila, Soria, Segovia, Cuenca,
Valladolid, Madrid, Guadalajara, Sevilla, Córdoba, Jaén y Murcia (serán 18 Ciudades con
Granada, tras la conquista). Había dos Procuradores por ciudad, llevando la voz primera
Burgos, esto fue discutido por Toledo. La Asamblea era convocada por el Rey, realizando el
monarca un discurso, proposición o razonamiento y presentando los Estados sus peticiones,
consignadas en los Cuadernos de Cortes junto a las decisiones o respuestas, formándose los
Ordenamientos de Cortes.

Principales competencias: otorgamiento de la Moneda y Pedido; la presentación de Peticiones;


la intervención en la Administración inferior del Reino, y la Política Exterior. Es debatido si
compartía con el Rey la potestad legislativa.

4.2.Las Cortes de Aragón

Las Cortes de Aragón se celebraban a convocatoria del Rey hasta la constitución de 1283, que
quedó establecida como obligatoria una reunión anual, y desde 1307 por cada dos años. Los
estamentos eran: Ricos Hombres, Caballeros, Clero y Estado Llano, representando por un
Síndico por cada ciudad y cinco por la ciudad de Zaragoza. El Justicia Mayor de Aragón se
ocupaba de la a resolución de contrafueros o juicios de agravios. Las Cortes recibían el
juramento del monarca y del heredero.

4.3.Las Cortes de Cataluña

A lo largo del siglo XII se consolidó la situación de las Cortes de Cataluña, organizadas por el
Privilegio General de 1283. Según la sesión de 1301 habría de reunirse cada tres años. Había
tres estamentos: Señorial o Militar, presidido por el Conde de Cardona, Eclesiástico y Real o
Popular, formado por los Síndicos que representaban uno a cada ciudad y cinco a Barcelona.

Los estamentos deliberaban por separado y la reunión de las tres Cámaras era presidida por el
Rey. Cortes de Cataluña votaban los impuestos y participaban en la función legislativa,
recibiendo las leyes aprobadas el nombre de Constitucions, y las presentadas por los distintos
estamentos y aceptadas por el monarca, Capitols de Cort. A fines del siglo XIII se formó una
Diputación Permanente (Diputació General), que también se formó en las Cortes de Aragón,
Valencia y Mallorca

4.4.Las Cortes de Valencia

Organizadas por estamentos o brazos, el Rey tenía que reunir las Cortes en el primer año de su
reinado para jurar los Fueros, y también debía de jurar en Cortes el heredero de la Corona.
4.5.Las Cortes de Navarra

Formadas por los tres Estados del reino: Eclesiástico, Nobiliario y Popular, este último
integrado por los representantes de las principales Universidades o Municipios, elegidos por
votación o insaculación. Le corresponde al monarca la función legislativa, pero se distingue en
que en las Cortes de Navarra se acuerdan tanto los impuestos ordinarios como los
extraordinarios.

5. LAS ADMINISTRACIONES TERRITORIAL, SEÑORIAL Y LOCAL

5.1.La administración territorial

La Consolidación de los Reinos de la Península Ibérica se produce, bajo Fernando III y Alfonso
X, incorpora una gran parte de Andalucía y el Reino de Murcia, y la Corona de Aragón y
Cataluña, bajo Jaime I, conquista los reinos de Mallorca y Valencia. Ello produce importantes
cambios en la gobernación territorial de cada uno de los reinos.

El Reino de Castilla y león

En la Alta y Plena Edad Media, la Administración Territorial se dividió en Condados o


Mandaciones, eran comarcas o tierras confiadas por el rey a un magnate para que las
gobernase en su propia representación, recibiendo sus titulares los nombres de ludex (juez),
Potestas (potestad) y Comes (conde), investidos de las más altas funciones políticas, judiciales,
militares y financieras.

A partir del siglo XI aparecieron como encargados de la Administración de los Distritos, los
Merinos, que se convirtieron en oficiales públicos con destacado poder jurisdiccional, este
nombre les correspondía inicialmente a los administradores de los señoríos o grandes
dominios territoriales, que pasaron a convertirse en delegados del Rey, a cuyo frente se colocó
un Merino Mayor en Castilla, León y Galicia. Tras la unión de los reinos en 1230, los tres
Merinos Mayores fueron en ocasiones sustituidos por los Adelantados Mayores en las cinco
grandes circunscripciones de Castilla, León y Galicia, y las dos nuevas de Andalucía (o la
Frontera) y Murcia. El oficio del Adelantado Mayor con más incidencia política, militar y judicial
perduró hasta los Reyes Católicos, vinculándose a los altos linajes de nobleza castellana. No
siempre reemplazaban a los merinos mayores.

La tierra de Vizcaya se organizó desde el siglo XI como un Condado o señorío jurisdiccional,


investido de amplia inmunidad, incorporado a la Corona bajo el reinado de Juan I de Castilla.
Se formaron las Juntas Generales o Juntas de Guernica. En los territorios de Álava (Junta de las
Hermandades de Álava) y de Guipúzcoa (Junta de Guipúzcoa), también se formaron Juntas
Generales en Galicia, en Asturias, en las Asturias de Santillana y en Castilla la Vieja.

El Reino de Aragón

Se dividió en Honores, Universidades y Merináticos, formándose las Juntas u organizaciones


supralocales, al frente de las cuales se colocó a un Sobrejuntero, constituyéndose cinco Juntas
en 1260 (Zaragoza, Huesca, Sobrarbe, Ejea y Tarazona). Las Merindades de Aragón tuvieron
también al frente un Merino, que ejercía competencias de carácter administrativo y
económico. Desde el siglo XIV se nombró un gobernador general, y un Procurador General con
la facultad de administrar Derecho y Justicia.
El Principado de Cataluña

Los antiguos Condados fueron divididos en distritos llamados Veguerías: quedando el territorio
en la época de Jaime II (1291-1327) dividido en dieciocho Veguerías: Barcelona y Vallés,
Ausona, Bergadá, Villafranca, Gerona, Besalú, Camprodrón, Ripollés, Tarragona, Tortosa,
Montblanch, Sarreal, Lérida, Cervera, Camarasa, Pallars y Vizcondado de CastellbotUrgellet. El
Veguer ejercía funciones gubernativas, judiciales y militares bajo la autoridad directa del
Procurador General de Cataluña, y a sus órdenes se encontraban los magistrados locales o
Batlles. Las Veguerías estaban subdividas en Subveguerías, esta división se instauró también en
el Reino de Mallorca.

El Reino de Valencia

La principal institución fue el Portant Veus (o gobernador), delegado del Gobernador General
de la Corona de Aragón, formándose el Reino a partir de 1347 en cuatro territorios: Valencia,
Játiva, Castellón y Orihuela. El Justicia era el titular en cada uno de los once Juzgados en que se
dividió el territorio, encargado de la Administración de Justicia, mantenimiento del orden y
percepción de los tributos.

El Reino de Navarra

Durante la Baja Edad Media, el Reino de Navarra, que había organizado su administración
territorial en tenencias, beneficios y honores, se dividió en cinco grandes Merindades:
Pamplona o Montaña; Tudela o Ribera; Estella, Sangüesa y Ultrapuertos o Baja Navarra,
creándose en 1407 con Carlos III la Merindad de Olite. Las Merindades incluían los Honores,
Municipios y los Valles, regidos por Bayles, Prebostes o Almirantes.

5.2.La administración señorial

Los Señoríos tienen su origen en las relaciones entre los labriegos que cultivaban los campos
como colonos y arrendatarios y los titulares de dichos territorios (linajes locales o titulares de
centros eclesiásticos), a quienes pagaban en especie o dinero diversos gravámenes y con
quienes realizaban vínculos de sometimiento personal a cambio de una cierta protección.

Los Señores recibieron de los monarcas concesiones para ejercer funciones públicas, y sobre
todas ellas el ejercicio de la jurisdicción civil y criminal, formándose los Señoríos
Jurisdiccionales, en ellos los Señores administraban la Justicia a través de sus propios oficiales.

El régimen señorial se extendió, generalizándose la concesión, por el Rey, de Inmunidades, que


sustraían la acción directa del poder público en aquellos territorios a favor de los Señores,
quienes gozaron de la jurisdicción y de la cesión de determinadas cargas, a excepción de la
Fonsadera y del Yantar.

Tipos de Señorío:

 De Realengo, o territorios que pertenecían a la Corona.


 De Infantazgo, cuya titularidad correspondía a los hijos del Rey.
 Eclesiásticos o de Abadengo, cuyos titulares eran los Obispos o Abades.
 De Solariego, cuando pertenecían a los nobles o Señores.
 De Behetría (hacer bien). Habitantes podían elegir libremente a un Señor, que podía
ser de mar a mar, es decir, desde el Atlántico al Mediterráneo, manifestando así la
amplitud de dicha capacidad de elección.
Los Señoríos de Behetría se dieron en el Norte del Reino de Castilla, realizándose en 1351 por
orden del Rey Pedro I el Libro Becerro de las Behetrías, que permitió conocer cuáles derechos
pertenecían al monarca y cuáles a los diferentes regímenes señoriales.

Los Señoríos de Abadengo decayeron a fines del siglo XII en beneficio de los Señoríos
Solariegos, que extendieron su radio de acción o surgieron como consecuencia de la concesión
de villas y lugares como Señorío Jurisdiccional por parte de los monarcas. Esto se incrementó
con los reyes de la Casa de Trastámara que concedieron numerosos privilegios a favor de la
nueva nobleza y de la Iglesia, teniendo que solicitar las Cortes de Valladolid de 1442 que el
Patrimonio de la Corona fuese considerado inalienable, imprescriptible e inembargable,
prohibiendo por tanto la concesión en señorío de las villas y lugares del reino. Pero esto no
concluyó hasta el reinado de los Reyes Católicos, quienes trataron de revisar (a través de las
Declaratorias de Toledo) las concesiones realizadas a los señores e incorporaron los grandes
territorios de las Ordenes Militares al Patrimonio Real. Otros grandes Señoríos habían ido
incorporándose a la Corona, como los de Vizcaya y Molina, y en Aragón el Señorío de
Albarracín y el Condado de Urgel.

5.3.La administración local

La decadencia de la vida municipal y el proceso de ruralización que se produjeron como


consecuencia de la crisis del Imperio Romano se volvieron a hacer presentes a causa de la
invasión musulmana. Solo cuando los territorios resistentes al islam se ampliaron y comenzó el
proceso de repoblación volvió a cobrar desarrollo la vida urbana en las ciudades, villas y
aldeas. Esto propició el origen de los núcleos de población y de las ciudades y se acentuó como
consecuencia del crecimiento mercantil, siendo burgos (barrios de mercaderes) y las ciudades,
en las cuales se desarrolló el régimen municipal. Las entidades de población recibieron una
carta, fuero municipal o Costum y, a causa del fortalecimiento progresivo de los vínculos que
ligaban a sus habitantes, surgió la Asamblea Vecinal, llamada Concilium o Concejo.

El Concejo era la expresión de la personalidad jurídica de los vecinos, reuniéndose en un lugar


determinado, y muchas veces a son de campana tañida para decidir sobre las cuestiones que
afectaban a la vida económica y administrativa. Los tipos de reuniones fueron el Concejo
Abierto, o reunión de todos los vecinos, y el Concejo Cerrado o Regimiento, que se impone en
Castilla a partir del siglo XIV como consecuencia de una política centralista, y que suponía que
un número concreto de Regidores era elegido anualmente por los vecinos para ejercer el
gobierno municipal.

El sistema de Regimiento posibilitó la constitución de oligarquías locales que se repartieron de


modo permanente y durante generaciones el gobierno municipal.

La vecindad se convirtió en un requisito indispensable para gozar del Fuero local, disfrutar de
los bienes comunales y participar en el gobierno municipal.

Oficiales de los Consejos:

 Alcaldes locales: elegidos por el Concejo


 Alcaldes de fuero
 Jurados o Fieles: atendían a la defensa de los intereses económicos y de la
representación de la Comunidad
 Merinos, Almotacén o encargado de la inspección de pesos y medidas
 Notario o Escribano: redactaba los acuerdos municipales
 Alguaciles u oficiales ejecutivos de la Justicia y otra serie de cargos (pregoneros,
montaneros, etc.

En Cataluña las autoridades locales tuvieron los nombres de Consols o Cónsules, Paers y Jurats
o Jurados. El Municipio se constituyó a partir del siglo XII como Universitas —Universitat—
desarrollándose la figura del Consejo o Consell, que sustituyó a la asamblea local, compuesto
por magistrados locales elegidos por compromisarios. Jaime I constituyó en Barcelona el
Consejo de Ciento, Consell de Cent, formado por cien prohombres o jurados.

En los Reinos de Mallorca y Valencia los magistrados locales llevaron asimismo el nombre de
Jurats gobernándose el municipio por un Consell.

En el Reino de Aragón el órgano municipal formó un Cabildo, formado por jurados de elección
popular, apareciendo a su frente la figura del Alcalde, Justicia o Zalmedina, de nombramiento
real, posteriormente propuesto al monarca según la ciudad en virtud de un sorteo.

6. ADMINISTRACION DE JUSTICIA

6.1.La Jurisdicción Ordinaria en la Alta Edad Media

Características

 La Justicia en la Alta Edad Media evoluciona desde el ámbito privado al público. La


Justicia era de los particulares. Eran los perjudicados los que tenían derecho a la
justicia y la ejercían personalmente apelando a la venganza de sangre, a la aprobación
de bienes debidos, la restauración del honor, etc., esto perdurará hasta el siglo XI,
permaneció indirectamente hasta la modernidad, en la declaración de enemigo, lo que
permitía que si el culpable era encontrado en campo abierto se le podía ejecutar in
situ.
 Se conservó como propio del Rey el deber de hacer justicia, llegando a establecerse
como uno de los poderes del Rey, que ejerce personalmente o delega en oficiales de la
Monarquía. Formaba parte de la obligación de preservar la paz y el orden en el reino.

La Curia y el Concilium

 El Rey administraba Justicia junto con su Corte, constituyéndose en un Tribunal Real,


presidido por el príncipe, y que entendía tanto en asuntos civiles como penales,
actuando en primera y única instancia o en apelación de otros tribunales menores. El
Tribunal actuaba públicamente como garantía de su imparcialidad.
 También estaban los Tribunales de los Territorios, eran los Concilium, asambleas
judiciales que, o bien eran tribunales territoriales presididos por un conde, un merino,
o simplemente un ludex en representación del Rey, integradas por gentes del lugar,
«hombres buenos», o bien eran asambleas judiciales locales integrada por los
miembros de la asamblea vecinal, que juzgaban los asuntos concernientes a dicha
comunidad.
 La asistencia a estas asambleas judiciales o Concilium era obligatoria. El Concilium
tenía competencia sobre asuntos civiles y criminales, y por naturaleza una jurisdicción
interna. Cuando afectaba a miembros de distritos distintos, se reunía la asamblea
judicial en un lugar intermedio, llamado «medianedo».
El proceso judicial

Fundamentado en el Derecho Consuetudinario heredado de la época visigoda. El rey o la


autoridad que preside el tribunal designa Jueces o Jurados, que se encargarán de recoger y
practicar las pruebas de las partes, asisten a las mismas y en virtud de su resultado se
dictamina el desenlace del pleito (la agnitio), un pacto entre ambas partes, cuyo cumplimiento
se garantizaba mediante fiadores. Los jueces eran elegidos entre los asistentes a la asamblea,
pero a partir del siglo X serán designados con carácter permanente, convirtiéndose en Jueces
de Distrito, contando con cierta formación jurídica, y comenzaron también a emitir sentencias
que sentaban jurisprudencia —fallos o Fazañas.

Las partes no siempre concurren al proceso, y lo hacen sus Adsertores o abogados en su


nombre. Se comenzaba con la alegación verbal, y luego se realizaban la prueba de testigos, la
prueba documental y los conjuradores. El Juramento Solidario y las Ordalías eran dos
instrumentos tradicionales en el proceso judicial.

La justicia local

Desde el siglo XII surgirá en todas las ciudades y villas la figura de un Juez, que tiene un ámbito
jurisdiccional que es la ciudad, actuando con un tribunal de vecinos. Con el tiempo este
tribunal desapareció y el juez fue designado por la propia ciudad a través del concejo,
produciéndose la independencia de la jurisdicción local, sustituyendo a la junta judicial de
distrito.

En Castilla y León la justicia local se independiza de la Monarquía, mientras que en Aragón y


Cataluña los presidentes de estas asambleas eran designados por el Rey.

6.2.La justicia en la Plenitud Medieval

La justicia se institucionaliza. Los jueces se profesionalizan y adquieren una mayor formación


jurídica, convirtiéndose en jueces técnicos, conocedores de los fueron y del entramado jurídico
que la influencia del Derecho Romano-Canónico trae consigo. Permitió una superación de la
justicia privada en beneficio de la pública y la sustitución de jueces populares por jueces
técnicos, nombrados por la Monarquía.

El Tribunal de la Corte

En las Cortes de Zamora de 1274 se ordenó el establecimiento de un tribunal permanente, el


Tribunal de Corte, compuesto por veintitrés jueces o alcaldes que se ocuparían de los procesos
especiales, llamados «casos de Corte», en cuya virtud, actuaban en primera y única instancia
en las causas criminales siguientes: muerte (cuando se da muerte estando bajo seguro real o
en tregua, con fianzas de no hacerle ningún mal); mujer forzada; tregua rota; salvo
quebrantado (cuando se rompía el «seguro de salvo», de no cometer actos dañinos); casa
quemada, incendio intencionado; camino estropeado, atentar contra la paz de los caminos;
traición al Rey o señor, o a la comunidad; aleve o traición a los particulares; y riepto (o reto
entre nobles, debiendo justificar el motivo del reto ante el tribunal).

Los Alcaldes de Corte se reunían bajo la presidencia del Rey, y una parte de ellos acompañarían
siempre al monarca en sus desplazamientos. Este Tribunal actuaba en apelación de las
sentencias de los otros jueces; eran tres de ellos, los alcaldes de alzadas, los encargados de
entender de las apelaciones o alzadas.
Este Tribunal no funcionará con regularidad debido a las protestas de la nobleza, pero fue
reimplantado en varias ocasiones por los Ordenamientos de Cortes de 1299, 1312 y 1329,
estableciéndose además como Tribunal ordinario y general en el «rastro» del Rey, en el
territorio de cinco leguas a la redonda de la residencia del Rey, de modo que tenía además una
jurisdicción general, civil y criminal, en un territorio cambiante.

Se establecieron Alcaldes de Fijosdalgos, que entendían exclusivamente en los pleitos de la


nobleza, y que se incorporarían al funcionamiento de la Audiencia, en número siempre
reducido de alcaldes.

Las Audiencias y Chancillerías

Las Cortes de Toro de 1371, convocadas por Enrique II de Castilla, reorganizaron el Tribunal de
Corte, constituyéndose entonces un Tribunal permanente de siete oidores (jueces), tres
eclesiásticos y cuatro técnicos juristas, que se reunían dos veces a la semana para impartir
justicia en el lugar de la Corte, llamado Audiencia, y sus sentencias, que eran necesariamente
colegiadas, se autentificarán con el sello de la Chancillería, por lo que llegaron a identificarse
ambos términos (Audiencia y Chancillería) originados para instituciones distintas, ya que la
Chancillería era, en principio, un órgano de expedición y registro documental.

Audiencia se convierte en el Tribunal Superior de Justicia, identificada con la justicia del Rey,
separándose así las funciones propias del gobierno, encargadas al Consejo, de las
exclusivamente judiciales de la Audiencia.

Fue reformada en tiempos de Juan I, aumentando el número de Oidores, y se estableció una


residencia permanente de la Audiencia fijada finalmente en Segovia. Con Enrique III las
funciones de la Audiencia fueron nuevamente desempeñadas por el propio monarca, y con
Juan II restablecida en su plenitud a partir de 1442, fijándose su sede en Valladolid. Fue, sin
embargo, en tiempos de los Reyes Católicos cuando se fijó allí definitivamente el lugar y
funciones de este Alto Tribunal.

En las Cortes de 1489 de Medina del Campo se reconstruyó el Tribunal de Audiencia y


Chancillería, con sede en Valladolid, y se constituyó como un Tribunal separado de la Corte,
integrado por un presidente eclesiástico, ocho Oidores, Alcaldes, Procuradores fiscales,
Abogados de pobres, Relatores y Escribanos. Había competencia civil y criminal (se encargó a
los alcaldes del crimen, pertenecientes a la Casa y Corte). El Consejo Real podía entender en
cualquier asunto visto en la Chancillería. La jurisdicción era en principio para todo el reino,
pero a partir de 1494 se creó una segunda Audiencia y Chancillería en Ciudad Real, trasladada
en 1505 a Granada, desdoblándose la jurisdicción castellana en dos, por la línea del Tajo.

La justicia local

Modificada en la Baja Edad Media. El reino castellano-leonés fue dividido en grandes


circunscripciones gobernadas por Merinos Mayores y Adelantados Mayores, encargados
fundamentalmente de la Administración, pero el monarca les asignó también las propiamente
judiciales, actuando como jueces de apelación de los jueces locales o incluso de los Merinos
menores.

Junto a los Alcaldes de Fuero designados por el concejo del municipio, aparecen los Alcaldes
Pesquisidores, o de salario, designados por el Rey, actuando en competencia jurisdiccional con
aquéllos. Recibirán el nombre de Corregidores y son los delegados del poder regio en el
territorio. Esta evolución responde al cambio en el procedimiento judicial que se basa en el
procedimiento inquisitivo, la pesquisa, superándose los sistemas probatorios más primitivos.

6.3.La jurisdicción extraordinaria

El Tribunal del Libro

Por influencia de los mozárabes se instituyó en la Alta y Plena Edad Media en León un tribunal
que juzgaba utilizando exclusivamente el Liber Iudiciorum. Era voluntario al que las partes
podían acudir en primera instancia o en apelación incluso de las sentencias de la Curia Regia,
sometiéndose a lo dispuesto en el Derecho Visigodo. Se remonta al siglo X y perduraba aún en
tiempos de Alfonso X. Se designaba como juez a un clérigo que, entendió de los pleitos en
primera instancia, y en apelación de la corte regia.

La jurisdicción señorial

Cuando casi todos los privilegios señoriales otorgaban la jurisdicción del territorio del Señorío,
la actuación directa de los señores se limitó posteriormente al nombramiento de jueces o
alcaldes sujetos a su jurisdicción. Se diferenciaba la competencia en los delitos penados con la
muerte el destierro y la mutilación, y la competencia en los litigios civiles o en las causas
penales que fueran castigadas con penas menores, fundamentalmente económicas. En Castilla
y León el monarca se reservó siempre el mero imperio de la jurisdicción señorial, mientras que
en Aragón y Cataluña se concedió a los señores el mero y mixto imperio con plenas
competencias, que desembocaron en ocasiones en abusos y en trato vejatorio a los vasallos.

La jurisdicción eclesiástica

La Iglesia estaba exenta de la jurisdicción ordinaria por razón de la materia de fe y


sacramentos, abarcando las causas matrimoniales, por usura, sacrilegio, etc. Toda causa civil o
criminal en la que el inculpado o demandado fuera un eclesiástico, quedaba en virtud del
«privilegio de fuero», sujeto a la jurisdicción eclesiástica. El juez ordinario es el obispo de cuyas
sentencias se puede apelar al arzobispo; de las de este al metropolitano y, en última instancia,
al papa. El profundo carácter religioso de la sociedad medieval, donde muchos delitos eran
pecado y viceversa, facilitó la extensión de la jurisdicción eclesiástica ocasionando no pocas
protestas de las Cortes.

La Jurisdicción la ejercía el Obispo de la Diócesis, pudiéndose apelar al Metropolitano, al


Primado y, en última instancia, al Papa.

Una forma especial de la jurisdicción eclesiástica fue la Inquisición, fue llamada así porque
inquirían o investigaban por si mismos la herejía, ejerciendo en el proceso la doble y anómala
función de “inquisidores” o acusadores y de jueces propiamente dichos

Desde fines del siglo XIII quedó establecido en Aragón un primer Tribunal de Inquisición para
atajar la herejía albigense, pero cayó en desuso. En tiempos de los Reyes Católicos se establece
el Tribunal de la Santa Inquisición a partir de 1478, cuyo principal desarrollo tiene lugar en la
Edad Moderna.

La jurisdicción mercantil

A partir del siglo XIII se desarrolla una jurisdicción específica sobre todo en las ciudades
comerciales de la Corona de Aragón. Juan I estableció la Universitat dels prohoms de la ribera,
que suponía la primera Corporación, luego dotada de unas Ordenanzas que la reconocieron
atribuciones jurisdiccionales.

Pedro III creó los Consulados del Mar, para Valencia, Mallorca y Barcelona. Eran tribunales
extraordinarios caracterizados por la brevedad y urgencia de sus actuaciones y estaban regidos
por dos cónsules elegidos por los consejeros de la ciudad o por la propia Corporación. Estos
Consulados, ampliaron su competencia a todas las causas comerciales, actuando en primera
instancia y constituyendo en el Consulado de Comercio un juez de apelaciones, ante el que
comparecían las partes y el juez que dictó la sentencia. Será este modelo de Tribunal de
comerciantes el que se impondrá en Burgos en 1494.

Característica del procedimiento mercantil fue su urgencia y brevedad. Al ser fundado el


Consulado de Gerona en fecha más tardía, los jueces quedan advertidos de que deben actuar
“brevemente y según la costumbre mercantil”.

El Justicia Mayor de Aragón

Origen en el Juez de Palacio que asesoraba al Rey y le acompañaba en todo momento, y en las
Cortes de Ejea de 1265 se convirtió en el defensor del Derecho Foral frente a las influencias
romano-canónicas. Habría de ser siempre un Caballero y defender los derechos tradicionales.

Funciones: actúa como juez en primera instancia y en apelación en cualquier lugar del Reino y
es el juez único para todos los litigios entre el Rey y la nobleza, es el único intérprete del
Derecho, tanto para las consultas del Rey como para la defensa del Fuero. Es, el supremo
intérprete del orden jurídico, que juzga los casos más graves y paraliza la acción de cualquier
juez ordinario, esgrimiendo la ilegitimidad del procedimiento.

El Justicia Mayor era sometido a control por las Cortes, que fueron las únicas que podían
indagar los posibles abusos del magistrado. Este cometido de las Cortes fue delegado en una
Comisión, «la de los Diecisiete», integrada por miembros de los tres brazos.

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