TEMA 2 Resumen
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LA ESPAÑA MEDIEVAL
1. EL ESTADO MEDIEVAL EN ESPAÑA
Como fruto de un Pacto Feudal entre el Príncipe y sus vasallos, que a cambio de su
fidelidad reciben en feudo parte del territorio y de la jurisdicción del Estado.
Se establecen Vínculos de Derecho Privado que predominan sobre los fines públicos.
Se preserva el carácter supremo de la soberanía del Príncipe en relación con sus
señores.
En la Baja Edad Media, el Estado Feudal dio paso a una nueva organización basada en la
evolución de la sociedad, se dividió en órdenes o estamentos, grupos dotados de su propio
status jurídico que tienen una función concreta en la sociedad. Esto se denomina Estado
Estamental.
Rey: representa la unidad soberana y ejerce directamente su acción sobre todos sus
súbditos a través de los oficiales y agentes.
Oficios públicos: no siempre se atribuyen a vasallos. Cuando se constituyeron los
Señoríos, estos ya no suponían una enajenación de la soberanía, ni atacaban el
principio de unidad territorial, pudiendo los oficiales de la Corona actuar en ellos.
Modelo del Estado Hispánico: pacto entre los súbditos del rey, pero con carácter
general, no individualmente.
A partir del siglo XII se extendió la costumbre de conceder a algunos vasallos el Beneficio o el
Honor del gobierno de ciertos territorios, esto suponía una cesión de jurisdicción y de otros
derechos propiamente regios.
Elementos:
A) Príncipe: tiene numerosos nombres: rey, príncipe, conde, referidos siempre a quien está
investido de la representación personal del Estado y de imperium para la realización del
bien público
B) Territorio: formado por el núcleo originario del reino y por las tierras o reinos que el rey
adquiría bajo su gobierno. Cuando era un Reino, se incorporada en la unidad del gobierno,
conservando su carácter diferenciado y por tanto su propio Derecho.
Los súbditos participan en el gobierno del reino a través de las Asambleas que se
generalizaron en todos los reinos: las Cortes. Funciones: colaboración en la actividad
legislativa y la confirmación de la soberanía del rey
Deberes de los súbditos: generales y estrictos para con el Rey y el Reino: fidelidad,
acatamiento de las leyes y órdenes del rey y participación en la defensa del reino.
Estos derechos individuales comienzan a recogerse en los fueros municipales, pero llegan a
reconocerse en ordenamientos generales, como la Carta Magna Leonesa o el Privilegio de
la Unión, otorgada a Cataluña por el rey Pedro III, cuyas confirmaciones siempre son
realizadas a través de reuniones de Cortes.
2.1.Concepto
2.2.Carácter
Hereda el carácter público de la monarquía visigoda, pero evoluciona por influencia de las
ideas y usos feudales hacia prácticas patrimoniales: sucesión hereditaria, reparto del reino
entre los hijos, etc. El Rey nuca es el dominus, el señor del Estado.
A los súbditos les asiste siempre el derecho y la obligación de desobedecer al monarca que al
no respectar las leyes pierda su legitimidad. Esto es heredado de la doctrina de San Isidoro: la
Monarquía tiene un poder limitado. El rey tirano puede ser legítimamente depuesto.
2.3.Los poderes del Rey
Surge de ese Pacto, pero la monarquía evoluciona en algunos aspectos desde la segunda mitad
del siglo XIV hacia formas de carácter absoluto.
Señorío Real: el Gobierno del Territorio lo ejerce como un poder político y general sobre el
Reino y este se delimita por el territorio que forma el núcleo originario, obtenido por tres vías:
Los distintos territorios se integran bajo el concepto de Corona y permanecen siempre con su
propia personalidad, esto supone su propio Derecho, y se manifiesta en las titulaciones reales
que reconocen la soberanía del Rey sobre cada uno de los territorios.
2.4.La sucesión
La sucesión en Navarra
El primogénito hereda la totalidad del reino, pudiendo recibir otros hijos en tenencia los
territorios adquiridos que forman la honor regalis.
La sucesión de Aragón
Cuando unos reinos son heredados y otros ganados, esos reinos suelen ser repartidos entre los
distintos hijos. Después se fija la indivisibilidad de la herencia con la consiguiente institución de
un heredero universa.
Una concepción distinta era la Corona. Aragón estaba integrado por tres Reinos pero constituía
una sola Corona, el primogénito heredaba esta condición, que suponía la soberanía sobre
todos los reinos y la unidad del territorio, mientras los demás hijos podían acceder al gobierno
de los distintos reinos o de distintos señoríos dentro de la Corona.
La sucesión en Cataluña
Los condados catalanes estuvieron regidos en el régimen sucesorio por el Derecho Feudal, y la
transmisión, según el principio patrimonial, se realizaba entre todos los hijos. El primogénito
de la Corona de Aragón llevará el título de Príncipe de Gerona.
Se trasmite por línea masculina en favor de los hijos, y en defecto de ellos pasa a los parientes
colaterales. Fueron frecuentes los casos de corregencia de hermanos en un mismo condado.
Las hijas pueden suceder a su padre, si bien en este caso, de conformidad con los principios
feudales, el marido ejerce de hecho el gobierno.
3. LA ADMINISTRACIÓN CENTRAL
El príncipe, cabeza de la Administración en cada uno de los reinos , es auxiliado en los niveles
central, territorial y local por asambleas y funcionarios diversos.
Desde una Administración formada en los siglos VIII y IX en los núcleos resistentes al Islam,
convertidos en pequeños reinos que aspiran a encanar el Ideal Neogótico de restablecer un
Reino con sólidas bases institucionales, se llega a una Administración más desarrollada y
técnica, con precedentes organizativos en las obras de Alfonso X de Castilla y Pedro III de
Aragón, y finalmente de Alfonso XI y de Pedro IV para alcanzar la plenitud en el reinado de los
Reyes Católicos.
El Palatium es designado desde el siglo XI como Curia, Corte o Cort, términos que hacen
referencia a la sede que alberga los servicios públicos y privados del monarca
Oficios Palatinos:
Alférez: el más importante de los oficiales públicos. Función de llevar el pendón real al
frente de los ejércitos, luego sustituido en la función de la más alta jerarquía militar
por el Condestable, instituido en Castilla por Juan I en 1392.
Almirante Mayor de la Mar: al frente de las flotas armadas y al cargo de la jurisdicción
marítima. El titular ostenta un poder genérico sobre el mar, ríos navegables y personas
que allí desarrollan su actividad, correspondiéndole la jurisdicción civil y criminal, la
designación de oficiales y la percepción de determinados derechos y rentas.
Justicia Mayor: al frente de la función ejecutiva de la justicia
Guarda Mayor del Rey: el más significado, el Mayordomo, o Jefe de Palacio y de la
Administración de la Casa del Rey, de la Hacienda regia y de los dominios territoriales
de la Corona.
Tesorero: se ocupa de la custodia de las arcas reales y la atención a los ingresos y
pagos.
En la Corona de Aragón el conjunto de oficios de la Casa y Corte del Rey recibe el nombre de
Hostal, y las actividades financieras se regularán desde una Cámara de cuentas —Cámara de
Comptos— reorganizada por Carlos II en 1365 con la misión de examinar y fiscalizar las
cuentas.
3.2.La Cancillería
Es un organismo u oficina para la formulación escrita de los documentos que contienen los
mandatos y decisiones del monarca, en la que se guardan los Sellos del Rey. Surgen como
consecuencia de la especialización de la actividad administrativa.
En el Reino de Navarra se organizó desde fines del siglo XII la Cancillería Regia, utilizaba los
correspondientes formularios para la redacción de los documentos.
En todos los reinos hispánicos se llevaron los correspondientes Registros de Chancillería, allí se
anotaban las entradas y salidas de documentos con la data correspondiente.
Se constituyó la Curia Ordinaria para asesorar al monarca, en ella participaban los magnates
eclesiásticos y seglares y los oficiales del Palacio. La Curia Regia se convirtió en un órgano
consultivo, viniendo a ser la institución política permanente para el Gobierno y la
Administración del Reino.
En Castilla y León se llamó Cort o Corte, formada por los miembros de la familia real, los
principales magnates, nobles y gobernadores del territorio, arzobispos, obispos y abades y los
más significados oficiales de la Corte. La Curia desarrolló funciones de órgano consultivo en los
más diversos asuntos militares, políticos y administrativos, pero también se convirtió en
Tribunal Judicial, al asesorar al monarca en la función principal que a éste correspondía para la
Administración de Justicia.
En el Reino de Aragón, la Curia Ordinaria ejerció desde el siglo XII funciones judiciales, y
asimismo la del Reino de Navarra.
En reuniones ordinarias, la Curia Regia evolucionó hasta formar el Consejo Real. En reuniones
extraordinarias, en las que participaba mayor número de gentes, dieron lugar a las Cortes
empezaron a participar los representantes del Estado Llano, burgueses o ciudadanos.
El Consejo Real era un organismo esencial de la Administración de cada uno de los grandes
reinos hispánicos, de la siguiente forma:
El Consejo Real de Castilla
Desde finales del siglo XIII debió diferenciarse en la Curia aragonesa una junta consultiva de
carácter estable, competente en los asuntos de gobierno y administración, y que con el tiempo
logró atribuciones judiciales
Se configura a fines del siglo XIII un Consejo Real que se reorganiza con carácter permanente
bajo el reinado de Pedro IV el Ceremonioso, el presidente era el Canciller, formando parte de
él los tres Mayordomos de Aragón, Cataluña y Valencia; el Camarlengo y el Maestre Racional,
interviniendo en los asuntos de gobierno y administración y actuando como Tribunal de
Justicia de última instancia. En Cataluña se organizó en el siglo XIV una Audiencia y Consejo,
integrada por el Canciller, el Vicecanciller y varios Jueces y Letrados.
Órgano que auxiliará luego al monarca en las tareas de gobierno y judiciales. En los asuntos
importantes el rey se tenia que aconsejar de doce ricoshombres
Surge como una especialización de las funciones de la Curia Regia, y a él alude el Fuero General
de Navarra, se refiere a doce Sabidores, Ancianos de la Tierra o Ricos Hombres que aconsejan
al Rey. Los Consejeros se ampliaran en el siglo XIV con los representantes más significados de
la Nobleza y Clero y los más importantes Oficiales Reales.
4. LAS CORTES
En el siglo XII se dieron unas Asambleas Políticas presididas por el monarca, en las participaron
los estamentos de la nobleza y el clero y los representantes de los municipios (ciudadanos o
burgueses). Surgieron como consecuencia de la reafirmación de las instituciones públicas, de la
consolidación del poder real y de la ampliación de los territorios de los reinos hispánicos, así
como del desarrollo económico y mercantil y de los subsiguientes efectos que ello trae consigo
(desarrollo urbano y auge de la burguesía).
En cada uno de los Reinos, se formó el Parlamento, pasándose a llamar Cortes o Corts, la causa
principal de la consolidación de dicha institución la constituyó la necesidad del Rey de pactar la
recepción de los recursos extraordinarios para atender a las grandes necesidades militares, o
los propios gastos originados por la ampliación de las funciones de la Monarquía, así como el
propio carácter pactista del poder que se desarrolló en la Corona de Aragón.
Suele datarse la primera reunión de los tres estamentos del reino leonés en la Curia de León
de 1188, se documenta la presencia de ciudadanos, junto a los magnates y Obispos. Las Cortes
de los Reinos de Castilla y León se reunieron por separado hasta en 1230, se produjo su
definitiva unión, manteniendo su carácter itinerante. El monarca las presidía acompañado de
nobles y clérigos, luego representados por el Consejo Real, instituido formalmente por Juan I
en 1385.
La representación de las Ciudades, que habían sobrepasado el número de cien en el siglo XIV
fue reduciéndose hasta quedar conformada a partir de las Cortes de Madrid de 1435 por 17
Ciudades: Burgos, Toledo, León, Zamora, Toro, Salamanca, Ávila, Soria, Segovia, Cuenca,
Valladolid, Madrid, Guadalajara, Sevilla, Córdoba, Jaén y Murcia (serán 18 Ciudades con
Granada, tras la conquista). Había dos Procuradores por ciudad, llevando la voz primera
Burgos, esto fue discutido por Toledo. La Asamblea era convocada por el Rey, realizando el
monarca un discurso, proposición o razonamiento y presentando los Estados sus peticiones,
consignadas en los Cuadernos de Cortes junto a las decisiones o respuestas, formándose los
Ordenamientos de Cortes.
Las Cortes de Aragón se celebraban a convocatoria del Rey hasta la constitución de 1283, que
quedó establecida como obligatoria una reunión anual, y desde 1307 por cada dos años. Los
estamentos eran: Ricos Hombres, Caballeros, Clero y Estado Llano, representando por un
Síndico por cada ciudad y cinco por la ciudad de Zaragoza. El Justicia Mayor de Aragón se
ocupaba de la a resolución de contrafueros o juicios de agravios. Las Cortes recibían el
juramento del monarca y del heredero.
A lo largo del siglo XII se consolidó la situación de las Cortes de Cataluña, organizadas por el
Privilegio General de 1283. Según la sesión de 1301 habría de reunirse cada tres años. Había
tres estamentos: Señorial o Militar, presidido por el Conde de Cardona, Eclesiástico y Real o
Popular, formado por los Síndicos que representaban uno a cada ciudad y cinco a Barcelona.
Los estamentos deliberaban por separado y la reunión de las tres Cámaras era presidida por el
Rey. Cortes de Cataluña votaban los impuestos y participaban en la función legislativa,
recibiendo las leyes aprobadas el nombre de Constitucions, y las presentadas por los distintos
estamentos y aceptadas por el monarca, Capitols de Cort. A fines del siglo XIII se formó una
Diputación Permanente (Diputació General), que también se formó en las Cortes de Aragón,
Valencia y Mallorca
Organizadas por estamentos o brazos, el Rey tenía que reunir las Cortes en el primer año de su
reinado para jurar los Fueros, y también debía de jurar en Cortes el heredero de la Corona.
4.5.Las Cortes de Navarra
Formadas por los tres Estados del reino: Eclesiástico, Nobiliario y Popular, este último
integrado por los representantes de las principales Universidades o Municipios, elegidos por
votación o insaculación. Le corresponde al monarca la función legislativa, pero se distingue en
que en las Cortes de Navarra se acuerdan tanto los impuestos ordinarios como los
extraordinarios.
La Consolidación de los Reinos de la Península Ibérica se produce, bajo Fernando III y Alfonso
X, incorpora una gran parte de Andalucía y el Reino de Murcia, y la Corona de Aragón y
Cataluña, bajo Jaime I, conquista los reinos de Mallorca y Valencia. Ello produce importantes
cambios en la gobernación territorial de cada uno de los reinos.
A partir del siglo XI aparecieron como encargados de la Administración de los Distritos, los
Merinos, que se convirtieron en oficiales públicos con destacado poder jurisdiccional, este
nombre les correspondía inicialmente a los administradores de los señoríos o grandes
dominios territoriales, que pasaron a convertirse en delegados del Rey, a cuyo frente se colocó
un Merino Mayor en Castilla, León y Galicia. Tras la unión de los reinos en 1230, los tres
Merinos Mayores fueron en ocasiones sustituidos por los Adelantados Mayores en las cinco
grandes circunscripciones de Castilla, León y Galicia, y las dos nuevas de Andalucía (o la
Frontera) y Murcia. El oficio del Adelantado Mayor con más incidencia política, militar y judicial
perduró hasta los Reyes Católicos, vinculándose a los altos linajes de nobleza castellana. No
siempre reemplazaban a los merinos mayores.
El Reino de Aragón
Los antiguos Condados fueron divididos en distritos llamados Veguerías: quedando el territorio
en la época de Jaime II (1291-1327) dividido en dieciocho Veguerías: Barcelona y Vallés,
Ausona, Bergadá, Villafranca, Gerona, Besalú, Camprodrón, Ripollés, Tarragona, Tortosa,
Montblanch, Sarreal, Lérida, Cervera, Camarasa, Pallars y Vizcondado de CastellbotUrgellet. El
Veguer ejercía funciones gubernativas, judiciales y militares bajo la autoridad directa del
Procurador General de Cataluña, y a sus órdenes se encontraban los magistrados locales o
Batlles. Las Veguerías estaban subdividas en Subveguerías, esta división se instauró también en
el Reino de Mallorca.
El Reino de Valencia
La principal institución fue el Portant Veus (o gobernador), delegado del Gobernador General
de la Corona de Aragón, formándose el Reino a partir de 1347 en cuatro territorios: Valencia,
Játiva, Castellón y Orihuela. El Justicia era el titular en cada uno de los once Juzgados en que se
dividió el territorio, encargado de la Administración de Justicia, mantenimiento del orden y
percepción de los tributos.
El Reino de Navarra
Durante la Baja Edad Media, el Reino de Navarra, que había organizado su administración
territorial en tenencias, beneficios y honores, se dividió en cinco grandes Merindades:
Pamplona o Montaña; Tudela o Ribera; Estella, Sangüesa y Ultrapuertos o Baja Navarra,
creándose en 1407 con Carlos III la Merindad de Olite. Las Merindades incluían los Honores,
Municipios y los Valles, regidos por Bayles, Prebostes o Almirantes.
Los Señoríos tienen su origen en las relaciones entre los labriegos que cultivaban los campos
como colonos y arrendatarios y los titulares de dichos territorios (linajes locales o titulares de
centros eclesiásticos), a quienes pagaban en especie o dinero diversos gravámenes y con
quienes realizaban vínculos de sometimiento personal a cambio de una cierta protección.
Los Señores recibieron de los monarcas concesiones para ejercer funciones públicas, y sobre
todas ellas el ejercicio de la jurisdicción civil y criminal, formándose los Señoríos
Jurisdiccionales, en ellos los Señores administraban la Justicia a través de sus propios oficiales.
Tipos de Señorío:
Los Señoríos de Abadengo decayeron a fines del siglo XII en beneficio de los Señoríos
Solariegos, que extendieron su radio de acción o surgieron como consecuencia de la concesión
de villas y lugares como Señorío Jurisdiccional por parte de los monarcas. Esto se incrementó
con los reyes de la Casa de Trastámara que concedieron numerosos privilegios a favor de la
nueva nobleza y de la Iglesia, teniendo que solicitar las Cortes de Valladolid de 1442 que el
Patrimonio de la Corona fuese considerado inalienable, imprescriptible e inembargable,
prohibiendo por tanto la concesión en señorío de las villas y lugares del reino. Pero esto no
concluyó hasta el reinado de los Reyes Católicos, quienes trataron de revisar (a través de las
Declaratorias de Toledo) las concesiones realizadas a los señores e incorporaron los grandes
territorios de las Ordenes Militares al Patrimonio Real. Otros grandes Señoríos habían ido
incorporándose a la Corona, como los de Vizcaya y Molina, y en Aragón el Señorío de
Albarracín y el Condado de Urgel.
La vecindad se convirtió en un requisito indispensable para gozar del Fuero local, disfrutar de
los bienes comunales y participar en el gobierno municipal.
En Cataluña las autoridades locales tuvieron los nombres de Consols o Cónsules, Paers y Jurats
o Jurados. El Municipio se constituyó a partir del siglo XII como Universitas —Universitat—
desarrollándose la figura del Consejo o Consell, que sustituyó a la asamblea local, compuesto
por magistrados locales elegidos por compromisarios. Jaime I constituyó en Barcelona el
Consejo de Ciento, Consell de Cent, formado por cien prohombres o jurados.
En los Reinos de Mallorca y Valencia los magistrados locales llevaron asimismo el nombre de
Jurats gobernándose el municipio por un Consell.
En el Reino de Aragón el órgano municipal formó un Cabildo, formado por jurados de elección
popular, apareciendo a su frente la figura del Alcalde, Justicia o Zalmedina, de nombramiento
real, posteriormente propuesto al monarca según la ciudad en virtud de un sorteo.
6. ADMINISTRACION DE JUSTICIA
Características
La Curia y el Concilium
La justicia local
Desde el siglo XII surgirá en todas las ciudades y villas la figura de un Juez, que tiene un ámbito
jurisdiccional que es la ciudad, actuando con un tribunal de vecinos. Con el tiempo este
tribunal desapareció y el juez fue designado por la propia ciudad a través del concejo,
produciéndose la independencia de la jurisdicción local, sustituyendo a la junta judicial de
distrito.
El Tribunal de la Corte
Los Alcaldes de Corte se reunían bajo la presidencia del Rey, y una parte de ellos acompañarían
siempre al monarca en sus desplazamientos. Este Tribunal actuaba en apelación de las
sentencias de los otros jueces; eran tres de ellos, los alcaldes de alzadas, los encargados de
entender de las apelaciones o alzadas.
Este Tribunal no funcionará con regularidad debido a las protestas de la nobleza, pero fue
reimplantado en varias ocasiones por los Ordenamientos de Cortes de 1299, 1312 y 1329,
estableciéndose además como Tribunal ordinario y general en el «rastro» del Rey, en el
territorio de cinco leguas a la redonda de la residencia del Rey, de modo que tenía además una
jurisdicción general, civil y criminal, en un territorio cambiante.
Las Cortes de Toro de 1371, convocadas por Enrique II de Castilla, reorganizaron el Tribunal de
Corte, constituyéndose entonces un Tribunal permanente de siete oidores (jueces), tres
eclesiásticos y cuatro técnicos juristas, que se reunían dos veces a la semana para impartir
justicia en el lugar de la Corte, llamado Audiencia, y sus sentencias, que eran necesariamente
colegiadas, se autentificarán con el sello de la Chancillería, por lo que llegaron a identificarse
ambos términos (Audiencia y Chancillería) originados para instituciones distintas, ya que la
Chancillería era, en principio, un órgano de expedición y registro documental.
Audiencia se convierte en el Tribunal Superior de Justicia, identificada con la justicia del Rey,
separándose así las funciones propias del gobierno, encargadas al Consejo, de las
exclusivamente judiciales de la Audiencia.
La justicia local
Junto a los Alcaldes de Fuero designados por el concejo del municipio, aparecen los Alcaldes
Pesquisidores, o de salario, designados por el Rey, actuando en competencia jurisdiccional con
aquéllos. Recibirán el nombre de Corregidores y son los delegados del poder regio en el
territorio. Esta evolución responde al cambio en el procedimiento judicial que se basa en el
procedimiento inquisitivo, la pesquisa, superándose los sistemas probatorios más primitivos.
Por influencia de los mozárabes se instituyó en la Alta y Plena Edad Media en León un tribunal
que juzgaba utilizando exclusivamente el Liber Iudiciorum. Era voluntario al que las partes
podían acudir en primera instancia o en apelación incluso de las sentencias de la Curia Regia,
sometiéndose a lo dispuesto en el Derecho Visigodo. Se remonta al siglo X y perduraba aún en
tiempos de Alfonso X. Se designaba como juez a un clérigo que, entendió de los pleitos en
primera instancia, y en apelación de la corte regia.
La jurisdicción señorial
Cuando casi todos los privilegios señoriales otorgaban la jurisdicción del territorio del Señorío,
la actuación directa de los señores se limitó posteriormente al nombramiento de jueces o
alcaldes sujetos a su jurisdicción. Se diferenciaba la competencia en los delitos penados con la
muerte el destierro y la mutilación, y la competencia en los litigios civiles o en las causas
penales que fueran castigadas con penas menores, fundamentalmente económicas. En Castilla
y León el monarca se reservó siempre el mero imperio de la jurisdicción señorial, mientras que
en Aragón y Cataluña se concedió a los señores el mero y mixto imperio con plenas
competencias, que desembocaron en ocasiones en abusos y en trato vejatorio a los vasallos.
La jurisdicción eclesiástica
Una forma especial de la jurisdicción eclesiástica fue la Inquisición, fue llamada así porque
inquirían o investigaban por si mismos la herejía, ejerciendo en el proceso la doble y anómala
función de “inquisidores” o acusadores y de jueces propiamente dichos
Desde fines del siglo XIII quedó establecido en Aragón un primer Tribunal de Inquisición para
atajar la herejía albigense, pero cayó en desuso. En tiempos de los Reyes Católicos se establece
el Tribunal de la Santa Inquisición a partir de 1478, cuyo principal desarrollo tiene lugar en la
Edad Moderna.
La jurisdicción mercantil
A partir del siglo XIII se desarrolla una jurisdicción específica sobre todo en las ciudades
comerciales de la Corona de Aragón. Juan I estableció la Universitat dels prohoms de la ribera,
que suponía la primera Corporación, luego dotada de unas Ordenanzas que la reconocieron
atribuciones jurisdiccionales.
Pedro III creó los Consulados del Mar, para Valencia, Mallorca y Barcelona. Eran tribunales
extraordinarios caracterizados por la brevedad y urgencia de sus actuaciones y estaban regidos
por dos cónsules elegidos por los consejeros de la ciudad o por la propia Corporación. Estos
Consulados, ampliaron su competencia a todas las causas comerciales, actuando en primera
instancia y constituyendo en el Consulado de Comercio un juez de apelaciones, ante el que
comparecían las partes y el juez que dictó la sentencia. Será este modelo de Tribunal de
comerciantes el que se impondrá en Burgos en 1494.
Origen en el Juez de Palacio que asesoraba al Rey y le acompañaba en todo momento, y en las
Cortes de Ejea de 1265 se convirtió en el defensor del Derecho Foral frente a las influencias
romano-canónicas. Habría de ser siempre un Caballero y defender los derechos tradicionales.
Funciones: actúa como juez en primera instancia y en apelación en cualquier lugar del Reino y
es el juez único para todos los litigios entre el Rey y la nobleza, es el único intérprete del
Derecho, tanto para las consultas del Rey como para la defensa del Fuero. Es, el supremo
intérprete del orden jurídico, que juzga los casos más graves y paraliza la acción de cualquier
juez ordinario, esgrimiendo la ilegitimidad del procedimiento.
El Justicia Mayor era sometido a control por las Cortes, que fueron las únicas que podían
indagar los posibles abusos del magistrado. Este cometido de las Cortes fue delegado en una
Comisión, «la de los Diecisiete», integrada por miembros de los tres brazos.