Presuncion de Legitimidad de Los Actos Administrativos
Presuncion de Legitimidad de Los Actos Administrativos
Presuncion de Legitimidad de Los Actos Administrativos
SUMARIO
* Abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela (Mención “Magna Cum Laude”, 1971). Ha
sido Profesor de Derecho Administrativo y Derecho Tributario en la Universidad Católica Andrés Bello,
Universidad Central de Venezuela y Universidad Metropolitana (UNIMET). Abogado asesor y litigante
en las materias de su especialidad. Ex-Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario.
Miembro de la lista de árbitros del CEDCA y del Centro de la Cámara de Comercio de Caracas. Autor
de 30 publicaciones jurídicas. Socio de la firma AraqueReyna. Individuo de Número de la Academia
de Ciencias Políticas y Sociales de Venezuela (2004).
BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES N° 152 – ENERO-DICIEMBRE 2013
Página: 599-635 ISSN: 0798-1457
Resumen de la cuestión
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La presunción de legitimidad de los actos administrativos
1
“El Mito de la Presunción de Legitimidad del Acto Administrativo: Límites de su Alcance. Especial
Referencia a los Actos de Determinación Tributaria y a las Actas Fiscales”, por Gabriel Ruan Santos.
En Libro Homenaje a José Andrés Octavio, Asociación Venezolana de Derecho Tributario, Caracas
1999. También en Revista de Derecho Probatorio, N° 12. Editorial Jurídica Alva, Caracas 2000.
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antes de hacer efectiva una pretensión contra una persona, tienen que acudir a
un tribunal competente para que éste certifique y declare la legitimidad de
su pretensión. Los actos administrativos se presumen legítimos y por lo
tanto, no es necesario para ejecutarlos obtener previamente la declaración
de un juez sobre dicha legitimidad”.2
Con posterioridad y como consecuencia de un juego lógico (sofisma) mo-
tivado por las necesidades de la defensa administrativa en litigio, la presunción
de legitimidad, veracidad y legalidad de los actos administrativos, en sus varias
denominaciones, pasa a desempeñar la función de dispensa de prueba en el
proceso judicial, a fin de relevar a los órganos administrativos de su deber de
demostrar los fundamentos de sus actos y de transferir la carga de la prueba en
el debate judicial a la parte impugnante que hubiera solicitado su declaración
de nulidad. De esta manera se ha pretendido preservar la estabilidad jurídica de
las actuaciones de la Administración Pública, liberándola de su deber –como
parte de un proceso– de probar los fundamentos de hecho y de derecho de sus
actos de autoridad, más allá del fin de asegurar la ejecución de los mismos
hasta tanto recayera decisión judicial sobre su legalidad.
Así parece haberlo apreciado también el Profesor Brewer-Carías, al
referirse a “La vigencia del principio de la presunción de veracidad del acto
administrativo como fundamento de la carga de la prueba”, en la jurispruden-
cia de la Corte Suprema de Justicia de Venezuela. Señalaba dicho autor: “En
efecto, en materia contencioso-administrativa de anulación, la presunción de
legitimidad, veracidad y legalidad del acto administrativo lo que va a provocar
es que sea el recurrente quien tenga que desvirtuarla, probando la ilegalidad
o la incorrección, o la falsedad del acto, o la inexactitud de los hechos que
le dieron fundamento”. En forma precisa, Brewer-Carías indicaba que dicha
presunción provocaba “la inversión de la carga de la prueba” en el procedi-
miento de impugnación de un acto administrativo, lo cual alteraba el principio
general de distribución de esa carga establecido en el Código de Procedimiento
Civil. A pesar de ello, este importante autor se esforzaba, como otros autores
venezolanos, por encontrar límites jurídicos a dicha inversión.3
2
Ver: Manual de Derecho Administrativo, por Eloy Lares Martínez, UCV, Caracas, Edición Novena,
1992, p. 191. Lares cita al autor italiano Guido Zanobini, a quien pertenecen las frases resaltadas por
su texto.
3
Ver: “La Carga de la Prueba en el Derecho Administrativo”, por Allan R. Brewer-Carías, publicado
en Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia 1930-74 y Estudios de Derecho Administrativo,
Caracas, 1978, Tomo V, Volumen 2, pp. 463 y ss. En particular, pp. 477 y 489.
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Sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Sala Político Administrativa de fecha 17 de junio de
1980, Magistrado Ponente: Nelson Rodríguez. http://jca.tsj.gov.ve/decisiones/2013/julio/1477-29-AP42-
R-2012-000630-2013-1449.html, subrayado mío. Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, 29
de julio de 2013, Sentencia N° 2013-1449, Exp. AP42-R-2012-000630; María Victoria Martignetti de
Bastidas contra la Gobernación del Estado Portuguesa.
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5
Ver: “La Carga de la Prueba”, obra citada, p. 478.
6
Ver: Gaceta Forense No 25, pp. 99 y 100.
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Ver: Las Grandes Decisiones de la Jurisprudencia Contencioso Administrativa (1961-1996), compiladas
por Allan R. Brewer-Carías y Luis Ortiz-Alvarez, Editorial Jurídica Venezolana, Caracas, 1996, página
325. Caso: Arnaldo Lovera de fecha 21-11-89.
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Entre las múltiples sentencias que han concedido dicha función proba-
toria a la presunción de legitimidad, destaca la dictada por la Sala Político-
Administrativa en fecha 28 de enero de 1965, en la cual declaró la Corte lo
siguiente:
8
Ver: Sentencia de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, de fecha 28-01-65,
Caso Shell de Venezuela Ltd contra Fisco Nacional. Gaceta Forense, No 47, pp. 66 y 67. Igualmente,
Sentencia de la misma Sala del 04-04-63, en Gaceta Forense No 40, p. 38.
9
Ver: Revista de Derecho Público N0 1, pp. 140 y ss.; No 2, pp. 137 y ss.; No 3, pp. 130 y 131; No 5, pp. 121
y 122; No 15 pp. 146 y 147 y No 24, p. 121; y Boletines de Impuesto Sobre la Renta No 44, página 50;
No 46, página 43; No 47, página 87; No 53, página 24; No 58, pp. 92 y ss.; No 61, p. 57; No 62, p. 108;
No 63, p. 34; No 64, pp. 22 y 23 y No 72, pp. 93 y ss.
10
Ver: Sentencia de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia de fecha 04-04-63,
Gaceta Forense No 40, p. 38.
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Ver: Sentencia de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia de fecha 04-02-80,
Revista de Derecho Público No 1, pp. 140 y 141.
12
Ver: “La carga de la prueba...”, obra citada, p. 491.
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13
Ver: Sentencias de la Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia de fechas 04-12-80
y 15-12-80. Revista de Derecho Público No 5, pp. 121 y 143.
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Ver: “La Admisibilidad de las Pruebas y la Carga de la Prueba en el Proceso Contencioso Administra-
tivo”, por Román Duque Corredor, en la Revista de Derecho Probatorio N° 5, Caracas, 1995, p. 128.
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Ver: Corso di Diritto Amministrativo, por Guido Zanobini, Milano, 1958, Volumen Primero,
pp. 294 y 295.
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Ver: “La Ejecutoriedad de los Actos Administrativos”, por Alberto Blanco-Uribe Quintero, en Revista
de Derecho Público, N° 27, Caracas 1986, p. 159.
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Esta norma es comentada por todos los autores argentinos citados y por
Brewer-Carías, como una asunción legislativa expresa de un principio que ya
existía como dogma del derecho público, siempre vinculado con la necesidad
de las prerrogativas de ejecutividad y de ejecutoriedad de los actos administra-
tivos, para dar fundamento a sus efectos obligatorios y a su eventual ejecución
forzosa o acción de oficio. Lo cual, como asienta el tributarista argentino Juan
Carlos Luqui, se extiende plenamente al acto administrativo tributario, porque
la recaudación es una función que el Estado debe cumplir ineludiblemente.17
Por su parte la Ley Española 30/1992 de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común, ha establecido en su artículo 57.1 lo siguiente:
17
Ver: La Obligación Tributaria, por Juan Carlos Luqui, Buenos Aires, 1989, p. 297.
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18
Ver: Régimen Jurídico y Procedimiento de las Administraciones Públicas, por F. Garrido Falla y
J.M. Fernández Pastrana, Madrid, 1995, p. 112.
19
Ibid, pp. 113 y 114.
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“La Llamada Presunción de Legitimidad de los Actos Administrativos”, por Gonzalo Pérez Luciani. En
Revista de Derecho N° 1, publicación del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, Caracas, 2000,
pp. 113 y ss.
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El autor venezolano Herrera Orellana confirma esta conclusión, al señalar que Pérez Luciani sostenía
que “la llamada presunción de legitimidad de los actos administrativos –que ha sido empleada junto
con el principio de supremacía de la Administración frente al administrado, para explicar la autotutela
administrativa– derivaría, en última instancia, de su condición de actos emanados de órganos en ejercicio
del Poder Público y no de criterios técnicos o vinculados con la gerencia pública o el interés público”.
Ver: La Potestad de Autotutela Administrativa, por Luis Alfonzo Herrera Orellana. Ediciones Paredes,
Caracas 2008, p. 178.
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22
Ver: obra antes citada, p. 113.
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Ver: Curso de Derecho Administrativo, por Eduardo García Enterría y Tomás Ramón Fernández, Madrid,
1989, Volumen I, pp. 500 y 562.
24
Ver: “La Prueba en el Derecho Procesal Administrativo”, por Agustín Gordillo, Primeras Jornadas
Internacionales de Derecho Administrativo. Allan R. Brewer-Carías, Caracas, 1995, p. 312.
25
“Consideraciones Generales sobre la Prueba en el Proceso Contencioso Tributario”, por Luis Fraga
Pittaluga. En Contencioso Tributario Hoy, FUNEDA-AVDT, Caracas 2004, pp. 133 y ss.
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26
Ver: La Carga de la Prueba, por Gian Antonio Micheli, traducido al español por Santiago Sentís Me-
lendo, Buenos Aires, 1961, pp. 276 y ss., en especial la 281. La edición original en italiano es del año
1942.
27
Ibid, p. 281.
28
Ibid, pp. 278 y 282. El eminente procesalista colombiano Hernando Devis Echandía explica la noción
de la carga de la prueba como “regla de juicio”, del modo siguiente: “Para saber con claridad que debe
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entenderse por carga de prueba es indispensable distinguir los dos aspectos de la noción: 1) Por una parte
es una regla para el juzgador o regla de juicio, porque le indica cómo debe fallar cuando no encuentra
la prueba de los hechos sobre los cuales debe basar su decisión, permitiéndole hacerlo en el fondo y
evitándole el proferir un non liquet, esto es una sentencia inhibitoria por falta de pruebas, de suerte que
viene a ser un sucedáneo de la prueba de tales hechos; 2) Por otro aspecto, es una regla de conducta
para las partes, porque indirectamente les señala cuáles son los hechos que a cada uno le interesa probar
(a falta de prueba aducida oficiosamente o por la parte contraria) para que sean considerados como
ciertos por el juez y sirvan de fundamento a sus pretensiones o excepciones”. A lo cual agrega Devis
Echandía que “el primer aspecto implica una norma imperativa para el juez quien no puede desatenderla
sin incurrir en violación de Ley
el segundo significa un principio de auto responsabilidad de las partes,
meramente facultativo, porque bien les otorga poder para aducir esas pruebas, las deja en libertad para
no hacerlo, sometiéndose en estos casos a las consecuencias adversas”. Ver: Teoría General de la Prueba
Judicial, por Hernando Devis Echandía, Medellín, 1993, Tomo I, pp. 424 y ss. Lo anterior le permite
a este autor concluir que la regla de juicio determina sobre todo “Quién asume el riesgo de que no se
produzcan las pruebas” y “Quién debe evitar que falte la prueba de cierto hecho”. Esta noción de regla
de juicio resulta indispensable cuando el prejuicio de la presunción de legitimidad provoca la omisión
de comprobación de los fundamentos de los actos administrativos.
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29
Ver: “El Procedimiento Administrativo”, en Archivo de Derecho Público y Ciencias de la Administración,
Facultad de ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV, volumen IV, 1980-1981, pp. 305 y ss.
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Ver: Diritto Amministrativo, por M.S. Giannini, Milano 1970, Volumen I, pp. 588 y ss.
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31
Ver: “La Ejecutoriedad de los Actos Administrativos”, por José Ramón Parada Vásquez; publicado en
las III Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo “Allan R. Brewer-Carías”, Caracas, 1997,
pp. 186 y 187.
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La atipicidad de la Presunción de Legitimidad del acto Administrativo y la Carga de la Prueba en el
Proceso Tributario, por Serviliano Abache, Editorial Jurídica Venezolana, Colección de Estudios N° 93,
Caracas 2012, pp. 294 y ss.
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33
Ver: Sentencia de la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, de fecha 20 de julio
de 1965. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia 1930-1974 y Estudios de Derecho Adminis-
trativo, por Allan R. Brewer-Carías, Tomo V, Volumen 2, pp. 621 y 622.
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34
Ver: “Autenticidad, Fe Pública y Fehaciencia Documental en Venezuela”, por Antonio J. Pacheco
Amitesarove; en Revista de Derecho Probatorio No 8, Caracas, 1997, pp. 61 y 62.
35
Ver: Micheli, obra antes citada, p. 289.
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aparezcan o que deban estar en los archivos oficiales, o que haya constancia
de su presentación o entrega a los funcionarios requirentes, o que se hayan
consignado con anterioridad, o que se encuentren adquiridos ya por la instruc-
ción del expediente, o de hechos absolutamente negativos, o de hechos que
no sean materia de comprobación, como las máximas de experiencia y los
hechos notorios. De allí que la mención que se haga de un hecho en las actas
fiscales hace presumible su ocurrencia, pero sólo hasta el momento en que
planteada su incertidumbre se haga necesario asignar a la Administración o al
contribuyente las consecuencias negativas de esa incertidumbre, mediante la
aplicación de la regla de juicio idónea y justa.
Han sido unánimes tanto la doctrina como la jurisprudencia en reconocer
además que la eficacia probatoria de las actas fiscales no se extiende a ningún
tipo de calificación jurídica o a juicios valorativos de los funcionarios fiscales
que formen parte del contenido de dichos documentos, ya que el valor proba-
torio de las actas sólo alcanza a los hechos que los funcionarios fiscalizadores
hayan comprobado personalmente, dentro de los límites del ejercicio de sus
funciones.
A nuestro juicio, las características y valor de las actas fiscales –como
medios de prueba– podrían trasladarse a la de los informes levantados por
otros funcionarios de inspección de la Administración Pública, para el le-
vantamiento de los hechos constitutivos de infracciones en procedimientos
sancionatorios o en la determinación de las circunstancias justificadoras de
medidas administrativas de diversa naturaleza, siempre que acataran los re-
quisitos de competencia, forma y procedimiento exigibles a las actas fiscales,
sin que ello requiera en modo alguno acudir a la presunción de legitimidad de
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Conclusiones
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Bibliografía Utilizada
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RESUMEN
Extenso estudio crítico, doctrinario y jurisprudencial sobre la presunción
de legitimidad de los actos administrativos, analizando el alcance de dicho
principio, su inutilidad así como los aspectos probatorios.
PALABRAS CLAVE
Administración Pública
Presunción
Legitimidad
Actos administrativos
Autoridad
Derecho Público
Validez
Carga de la prueba
Dispensa de prueba
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