Definicion Gravedad
Definicion Gravedad
Definicion Gravedad
Introducción[editar]
La gravedad es una de las cuatro interacciones fundamentales observadas en la naturaleza. Origina
los movimientos a gran escala que se observan en el universo: la órbita de la Luna alrededor de
la Tierra, las órbitas de los planetas alrededor del Sol, etcétera. A escala cosmológica parece ser la
interacción dominante, pues gobierna la mayor parte de los fenómenos a gran escala (las otras tres
interacciones fundamentales son predominantes a escalas más pequeñas).
El electromagnetismo explica el resto de los fenómenos macroscópicos, mientras que la interacción
fuerte y la interacción débil son importantes solo a escala subatómica.
El término «gravedad» se utiliza para designar la intensidad del fenómeno gravitatorio en la
superficie de los planetas o satélites. Isaac Newton fue el primero en exponer que es de la misma
naturaleza la fuerza que hace que los objetos caigan con aceleración constante en la Tierra
(gravedad terrestre) y la fuerza que mantiene en movimiento los planetas y las estrellas. Esta idea
le llevó a formular la primera teoría general de la gravitación, la universalidad del fenómeno,
expuesta en su obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica.
Einstein, en la teoría de la relatividad general hace un análisis diferente de la interacción
gravitatoria. De acuerdo con esta teoría, la gravedad puede entenderse como un efecto geométrico
de la materia sobre el espacio-tiempo. Cuando cierta cantidad de materia ocupa una región del
espacio-tiempo, provoca que este se deforme, de este modo la deformación de este es como si el
mismo espacio-tiempo se comprimiera en dirección al centro de masa de un objeto. Visto así, la
fuerza gravitatoria deja de ser una «misteriosa fuerza que atrae», y se convierte en el efecto que
produce la deformación del espacio-tiempo —de geometría no euclídea— sobre el movimiento de
los cuerpos. Según esta teoría, dado que todos los objetos se mueven en el espacio-tiempo, al
deformarse este, la trayectoria de aquellos será desviada produciendo su aceleración.
Actualmente, los científicos continúan trabajando en una nueva teoría de gravedad cuántica que
describa unificadamente y de manera consistente los fenómenos gravitatorios y cuánticos. Se
requiere una teoría que unifique los dos tipos de fenómenos para poder entender los primeros
instantes del Big Bang o las singularidades gravitatorias en el interior de los agujeros negros.
Mundo antiguo[editar]
El antiguo filósofo griego Arquímedes descubrió el centro de gravedad de un triángulo.2 También
postuló que si dos pesos iguales no tenían el mismo centro de gravedad, el centro de gravedad de
los dos pesos juntos estaría en el medio de la línea que une sus centros de gravedad.3
El arquitecto e ingeniero romano Vitruvio en De Architectura postuló que la gravedad de un objeto
no dependía del peso sino de su "naturaleza".4
Revolución científica[editar]
Artículo principal: Revolución científica
Los trabajos modernos sobre la teoría gravitacional comenzaron con el trabajo de Galileo Galilei a
finales del siglo XVI y principios del XVII. En su famoso (aunque posiblemente apócrifo5) experimento
dejando caer bolas desde la Torre de Pisa, y más tarde con cuidadosas mediciones de bolas
rodando por un plano inclinado, Galileo demostró que la aceleración gravitatoria es la misma para
todos los objetos. Esto supuso un gran cambio respecto a la creencia de Aristóteles de que los
objetos más pesados tienen una mayor aceleración gravitatoria.6 Galileo postuló la resistencia del
aire como la razón por la que los objetos con baja densidad y una superficie elevada caen más
lentamente en una atmósfera. El trabajo de Galileo sentó las bases para la formulación de la teoría
de la gravedad de Newton.7 Galileo tomó de los calculadores de Merton College y de Domingo de
Soto la noción de que el movimiento en caída libre de un objeto sin efectos aerodinámicos
importantes, siguen un movimiento uniformemente acelerado, ya que él mismo explica que eso era
enseñado por "los doctores de París" a principio del siglo XVI.
Principio de equivalencia[editar]
El principio de equivalencia, explorado por una sucesión de investigadores, entre ellos
Galileo, Loránd Eötvös y Einstein, expresa la idea de que todos los objetos caen de la misma
manera, y que los efectos de la gravedad son indistintos de ciertos aspectos de la aceleración y la
desaceleración. La forma más sencilla de comprobar el principio de equivalencia débil es dejar caer
dos objetos de masas o composiciones diferentes en el vacío y ver si caen al suelo al mismo
tiempo. Estos experimentos demuestran que todos los objetos caen a la misma velocidad cuando
otras fuerzas (como la resistencia del aire y los efectos electromagnéticos) son despreciables. Las
pruebas más sofisticadas utilizan una balanza de torsión del tipo inventado por Eötvös. Para realizar
experimentos más precisos en el espacio se han previsto experimentos por satélite, por
ejemplo STEP.11
Las formulaciones del principio de equivalencia incluyen:
Las fuerzas gravitatorias son siempre atractivas. El hecho de que los planetas describan
una órbita cerrada alrededor del Sol indica este hecho. Una fuerza atractiva puede producir
también órbitas abiertas, pero una fuerza repulsiva nunca podrá producir órbitas cerradas.
Tienen alcance infinito. Dos cuerpos, por muy alejados que se encuentren, experimentan esta
fuerza.
La fuerza asociada con la interacción gravitatoria es central.
A mayor distancia menor fuerza de atracción, y a menor distancia mayor la fuerza de atracción.
A pesar de los siglos, hoy sigue utilizándose cotidianamente esta ley en el ámbito del movimiento de
cuerpos incluso a la escala del sistema solar, aunque esté desfasada teóricamente. Para estudiar el
fenómeno en su completitud hay que recurrir a la teoría de la Relatividad General.
Véanse también: masa inercial y Masa gravitacional.
Problema de los dos cuerpos y órbitas planetarias[editar]
Artículo principal: Problema de los dos cuerpos
La ley de Newton aplicada a un sistema de dos partículas o dos cuerpos, cuyas dimensiones físicas
son pequeñas comparadas con las distancias entre ellos, lleva a que ambos cuerpos describirán
una curva cónica (elipse, parábola o hipérbola) respecto a un sistema de referencia inercial con
origen en el centro de masa del sistema, que además coincidirá con uno de los focos de la cónica.
Si la energía total del sistema (energía potencial más energía cinética de los cuerpos) es negativa,
entonces las curvas cónicas que dan la trayectoria de ambos cuerpos serán elipses. Ese resultado
fue la primera deducción teórica de que los planetas reales se mueven en trayectorias que con
bastante aproximación, son elipses, y permitió explicar diversas observaciones empíricas resumidas
en las leyes de Kepler.