Resumen de Macionis y Plummer - Poder, Gobierno y Movimiento Social (Cap
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16)
Diana Sosa
Comenzó a principios de diciembre de 1997 en las calles de Seattle, que durante un breve
tiempo fue el escenario de un conflicto político importante sobre el sistema financiero global. La
Organización Mundial del Comercio (OMC). La OMC se creó en 1995 y presume de ser la única
organización global e internacional que negocia las reglas del comercio entre naciones. Según la
OMC, el objetivo es ayudar a los productores de bienes y servicios, exportadores e importadores a
llevar su negocio.
Su tarea principal es asegurar que el comercio fluya de la manera más fácil, predecible y libre
posible. La OMC tiene una plantilla de 500 personas, un presupuesto que ronda los 83 millones de
dólares y más de 130 países miembros con sede en Ginebra. Los manifestantes de Seattle decían que
este organismo no era democrático: había sido formado por las élites poderosas del mundo financiero
global y que no representaba a los ciudadanos del mundo. Acusaron a la OMC de negligencia por
causa al medio ambiente, los países pobres, el trabajo infantil y la explotación. Al celebrar el
comercio libre, la OMC se convirtió en el símbolo del nuevo orden mundial de las altas finanzas y las
empresas multinacionales. La gente comenzó una protesta, unos 30.000 manifestantes tomaron las
calles de la ciudad. Las distintas marchas, teatros callejeros, sentadas y acciones de desobediencia
civil no violenta contra la reunión ministerial de la OMC se enfrentaron a gases lacrimógenos, balas
de goma, cargas policiales y arrestos masivos. Sin embargo, los grupos ecologistas y anarquistas, las
fuerzas sindicales, redes feministas, trabajadores y activistas de toda clase reunidos en Seattle optaron
por resistir. Y en ese honorable acto de resistencia demostraron a las y los explotados y oprimidos del
mundo que también se puede ganar.
El éxito de las protestas ante una de las instituciones insignia del capitalismo global extendió el
espíritu de Seattle por todo el mundo. Nuevos activistas se lanzaron a organizar protestas en cualquier
ciudad donde se reunieron las instituciones económicas globales como el Banco Mundial , el Fondo
Monetario Internacional o el G8.