Autobiografía y Mujeres
Autobiografía y Mujeres
Autobiografía y Mujeres
¿De qué, para qué y por qué escriben diarios las mujeres? ¿Qué aportan
las autobiografías y memorias escritas por mujeres a la historia de las
mujeres? Estas son algunas de las interrogantes que me llevaron a bus-
car este tipo de fuentes escritas en los últimos diez años del siglo XX en
México. La tarea no fue fácil, pues la historia ha privilegiado, hasta aho-
ra, la búsqueda y el rescate de las biografías de los grandes hombres y
políticos que han destacado en la historia nacional contemporánea y
¿dónde quedaron las memorias de las mujeres, dónde quedaron sus his-
torias? De ahí que nuestro interés, sea dar a conocer el trabajo que rea-
liza Clío en el intento de recuperar su propia historia, apoyada por sus
cómplices, las historiadoras.
El acceso de las mujeres a la educación contribuyó de alguna manera,
a que algunas de ellas se apropiaran de las letras para dar paso a narrar
sus experiencias privadas, las cuales hoy podemos leer en los diarios, me-
morias, biografías o autobiografías escritas por mujeres. La educación y
costumbres marcadas en cada época en algunos grupos y clases sociales
establecían que las mujeres debían escribir el diario personal, en el cual
narraban sus experiencias e intimidades y a través de los cuales podemos
estudiar la construcción de sus identidades y el reencuentro con ellas mis-
mas. Algunos de estos escritos, los encontramos en las biografías escritas
sobre mujeres y por mujeres en los últimos años, los cuales rescatan el
papel de las primeras profesionistas o de algunas políticas que participa-
ron en los movimientos armados del México revolucionario y
posrevolucionario, las cuales han sido investigadas y rescatadas por his-
toriadoras mexicanas. Para otro grupo de mujeres, las que viven “sin li-
bertad ”, el tener acceso a las letras les ha servido como espacio de
reflexión y así poder narrar sus experiencias y compartir así con un públi-
co más amplio sus testimonios, me refiero a las mujeres que escriben y vi-
ven en las cárceles mexicanas; para otros grupos de mujeres, las letras
forman parte de un discurso académico, político, científico o poético. Sin
embargo, en este grupo, pocas son las mujeres que se atreven a compartir
Cuando releo mis diarios me doy cuenta del cambio de mi letra. Ahora que escribo
esto, es clara, precisa, sin adornos y ha perdido la belleza de antes. La letra es como
el cuerpo... Empieza en la niñez, cuando el cuerpo es algo más que se tiene que
manejar en un mundo pleno de cosas, y sigue en la adolescencia, como una promesa
misteriosa. La adolescencia es el inicio del cuerpo, a menos que sufra enfermedades
o carencias. La promesa misteriosa la traen consigo los cambios del cuerpo... todo lo
cual culmina en la plenitud de la pasión, en la juventud, y lentamente se va modi-
ficando como el mar que ya no se agita por el viento, pero aún es capaz de grandes
pasiones... Se va perdiendo la belleza del cuerpo y sólo preocupa la exactitud de su
funcionamiento... La letra, el cuerpo, todo se va.
Para mí, el oficio de madre siempre ha seguido una idea... Por mis hijos daría mi
vida, pero no mi ser. He conservado mi vida propia y la maternidad... La tarea difícil
es ser madre, ser abuela presupone cariño, ninguna crítica. Ser madre es la empre-
sa imposible... Ser madre, parece que sólo presenta dos opciones, como las que nos
ofrecen a las mujeres: “buena madre” y “mala madre”. No hay sitios intermedios. La
buena madre que da todo, y la mala que lo escatima. Y así caminamos por la vida
tratando de evitar las caídas y los escollos que se nos presentan.
Conclusiones
B I B L I O G R A F Í A
Burgos, Martine. “Historias de vida. Narrativa y la búsqueda del yo”, en Aceves Lozano,
Jorge (comp.) Historia oral. México, Instituto Mora, 1997.
D. Aron-Schnapper y D. Hanet. “De Hérodo a la grabadora”, en Aceves Lozano, Jorge
(comp.) Historia oral. México, Instituto Mora, 1997.
Díaz de Kuri. Margarita Chorné y Salazar. La primera mujer titulada en América Latina.
México, DEMAC, 1998.
Hernández Téllez, Josefina. “Escribimos lo que somos” en revista Fem, no. 233, agosto de
2002.
MISCELÁNEA 97