Tesina
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Abstract:
¿Qué hombre que no sea Franz Liszt pudiera ser el protagonista de esta novela
apasionante, vertiginosa y muchas veces contradictoria que fue su vida?, él, que
encarnó y encarnará para toda la eternidad el ideal de hombre romántico, fue un
adelantado para su época, tanto a nivel musical como social. Era un hombre de
mundo, generoso con sus colegas y amigos, escribía fervientemente artículos en las
más variadas gacetillas de Paris acerca del quehacer del artista y su sociedad;
participaba activamente de obras benéficas para cuanto damnificado hubiese, era
aclamado por las multitudes como un artista héroe representante de la nueva
música, por tal motivo generaba seguidores y opositores.
Fue un gran pedagogo formador de una generación de grandes pianistas que
siguieron su escuela; hizo amistad con los más grandes filósofos, escritores,
músicos y pintores de su época, creó el concepto de recital de piano, llenando los
grandes auditorios de Europa con su sola presencia. En fin, quién diría que una
personalidad que tuvo el mundo en sus manos terminaría sus últimos años en un
claustro monástico en Roma para finalizar sus días en Weimar como un beato,
angélico de la música.
Esbozo biográfico:
1 De Protuales, G. (1948) Vida de Franz Liszt Buenos Aires. Argentina. Editorial: Siglo Veinte. Pag. 16
...Durante toda la quincena, mi mente y mis dedos han trabajado como si fueran dos almas
perdidas. Estoy rodeado de Homero, la Biblia, Platón, Locke, Byron, Hugo, Lammartine,
Chateubriand, Beethoven, Bach, Hummel, Mozart y Weber. Los estudio, medito sobre ellos, los
devoro con furia. Además, estudio ejercicios durante cuatro o cinco horas diarias (terceras, sextas,
octavas, trémolos, notas repetidas, cadenzas, etc.) ah! Llegarás a ver un artista en mí si no
enloquezco…
…”Llevo una profunda tristeza en el corazón que de vez en cuando debe estallar en sonido”…
Además la pareja planeó casarse en 1861, pero como Carolina ya había contraído
matrimonio y su marido aún estaba vivo tuvieron que convencer a las autoridades
eclesiásticas de que el matrimonio no era válido, luego de un intrincado proceso, en
septiembre de 1860 les concedieron el permiso para contraer matrimonio. El
casamiento tendría lugar en Roma para el 22 de octubre de 1861 (día de su
cumpleaños número cincuenta), Liszt llegó a Roma el día anterior, pero el
matrimonio no se pudo celebrar. El Zar Alejandro II de Rusia y el marido de la
condesa consiguieron anular el permiso que les había otorgado el Vaticano.
Ambos decidieron, a partir de ese momento, vivir como hermanos y no como
amantes, permaneciendo en departamentos separados.
Al enterarse de la muerte de su hija Blandina Liszt cerró inmediatamente su
residencia y, aceptando un ofrecimiento del archivero del Vaticano, fue a instalarse
con él en un pequeño claustro de la Madona del Rosario, en el Monte Mario. Dichos
acontecimientos le van haciendo considerar de nuevo una idea que lo había rondado
desde su adolescencia: su vocación religiosa. El 25 de abril de 1865 recibe las
órdenes menores en manos del cardenal Hohenlohe , la misma tarde el papa Pío IX
lo recibe en audiencia y le da su bendición. A partir de entonces será conocido como
el “Abate Liszt” vistiendo en todo momento su sotana.
Entre las décadas de 1860 y 1870 Liszt se dedicó a componer obras corales de
las cuales se destaca su Vía crucis para piano y coro, Ave María, O Roma nobilis,
etc.
Imparte clases gratuitas a un grupo selecto entre los que se incluyen Moriz
Rosenthal, Eugen D´Albert y Emil Von Sauer.
Sus viajes se alternan entre Weimar, Budapest y Roma en los que realiza
conciertos, clases magistrales y participa de festivales. Se dedica además a sus
últimas composiciones caracterizadas por un marcado estilo atonal muy alejado de
sus primeras obras, destacándose Nuages gris, Unstern: sinistre, disastro y la
Bagatela sin tonalidad.
En el verano de 1877 Liszt regresa a Roma y vuelve a establecerse en Tívoli. Allí
pasa días enteros bajo los cipreses y compone la famosa pieza que les dedicó. Si
bien sigue viajando constantemente entre Pest, Weimar, Bayreuth y Paris; Roma es
siempre su puesto de estudio y serenidad.
Ya en Weimar fue diagnosticado de principio de hidropesía. En el mes de junio
1881 se cayó de una escalera y su restablecimiento fue muy lento, sin embargo
continúa con sus giras de conciertos y clases.
En 1883 recibe la noticia de la muerte de su yerno y gran amigo Richar Wagner lo
cual sumerge a su hija Cósima en un luto que la mantuvo apartada del resto de la
gente, incluso de su padre, hasta que en 1886 movida por necesidad de publicar el
festival de Bayreuth. Vuelve a retomar contacto con su padre, aprovechando el
casamiento de su hija mayor, Daniela, convenciéndolo para realizar un viaje a la
ciudad alemana para ese mismo mes de julio y asistir al festival, logrando de esta
manera promocionarlo (Liszt era probablemente la personalidad musical más
conocida e influyente en el mundo artístico de aquella época).
En efecto, el compositor parte hacia Bayreuth para esa fecha.
Durante el viaje en tren sufre un principio de lo que sería un simple catarro, pero que
al final resulta ser una pulmonía.
Asiste a las presentaciones del Tristán de Wagner, luego vuelve a su hospedaje
cerca de la mansión de su hija (a la cual Wagner hizo llamar Wahnfried) y se
acuesta para nunca más levantarse. Liszt muere un 31 de julio de 1886. Es
enterrado en el cementerio de Bayreuth donde reposa hasta la actualidad.
2 Portuales, G. (1948) La vida de Franz Liszt, Buenos Aires. Argentina. Editorial: Siglo Veinte. Pag 264
La fe como expresión musical:
Como ya hemos visto, Liszt fue un músico que ha vivido intensamente todos los
aspectos de su vida, no ha tenido una vida fácil.
A partir de 1859, fecha en la que fallece a los 20 años su hijo Daniel, Liszt
experimenta en su propia piel el dolor de la pérdida de varios seres queridos en
relativamente poco tiempo: en 1863 su hija Blandina a los 23 años, en 1869 muere
Anna, su madre; en 1879 su tío-primo Eduard 4 a quien unía una gran amistad; en
1883 Wagner encuentra su muerte en Venecia. Tal es el profundo dolor que le
causan a Liszt estas pérdidas que solo encuentra consuelo en la fe, siendo la música
quien da testimonio de su desgarro interior, sintiendo que solo en la mano de Dios
podía confiar y abandonarse. “ O crux fidelis” tal fue el motivo gregoriano de tres
notas (sol-la-do) que utilizó para simbolizar a la cruz redentora (tema que tocaremos
más adelante en la tesina). Sin embargo, como ya hemos hablado, el profundo
interés religioso se manifiesta en Liszt desde muy pequeño, allí en sus primeros
años en el pueblo de Raiding en el seno familiar. Luego en su juventud, aunque
quizás para algunos un poco velado el espíritu religioso incluso en los momentos
que pudieron parecer más extraños a una vivencia sincera de la fe, en sus exitosas
giras de conciertos y sus discutibles amoríos. Liszt continua haciendo de Dios el
centro de su existencia. Cualquier cuestión que tuviera en su mente, como la
preocupación por la justicia social o el papel redentor de la música y el arte para la
humanidad estaba fomentado en el principio del amor a Dios y al prójimo. Más
adelante su fe adquiría fuerzas renovadas de la mano de la princesa Carolina de
Saint-Wittgentein. Este período en la vida del músico, conocido como “época de
Weimar” fue el más prolífero en cuanto a número de obras producidas y, no es de
3 Liszt, Franz: testamento escrito en Weimar el 14 de septiembre de 1860.
4 Eduard era hermano del padre de Liszt, pero había nacido seis años más tarde que su sobrino, por lo
que éste le llamaba «primo» y no «tío».
extrañar que la mayoría de ellas presenten, de forma más o menos evidente, un
programa que contenga temáticas religiosas y por lo tanto, símbolos referidos al
asunto.
Desde 1861 (década especialmente trágica en la vida del músico) hasta su muerte
en 1886 Liszt emprende un camino de introspección a nivel compositivo, realiza una
inmersión cada vez más profunda en su fe que lo impulsa a dedicar mayor tiempo a
la composición de música litúrgica. Lo hace a través de un revisionismo de la música
antigua , en el canto gregoriano, las liturgias medievales y las estructuras
renacentistas. Compone motetes, transcribe para el piano fragmentos religiosos
como el miserere de Palestrina y la pieza titulada Evocación de la capilla sixtina
(incluida en el ciclo de las armonías poéticas y religiosas) en la cual transcribe el
miserere de Allegri y el ave verum corpus de Mozart. Además de obras litúrgicas
propias como el Requiem para coro masculino, Via crucis y misa de coronación, Ave
María, Padre nuestro, etc.
Dichas obras, consideradas demasiado vanguardistas para los responsables de la
actividad musical de Vaticano, no llegaron a producirse sino varios años después de
la muerte del compositor.
Como dijimos anteriormente, Liszt compone a través del uso de símbolos
musicales, motivos melódicos y hasta incluso progresiones armónicas portadoras de
un símbolo determinado, llegando de esta manera a elaborar una de las formas
lisztianas por excelencia, el leit motiv, es decir la personificación musical, la
encarnación de un personaje a través de un motivo melódico, el cual es atravesado
por diferentes situaciones armónicas, rítmicas, cambio de modos, etc. dependiendo
de la situación poética por la cual esté pasando la obra. Este forma compositiva
deriva a lo que Liszt denomina “poema sinfónico”
De dichos símbolos podemos enumerar algunos, tales como:
Dichos símbolos son solo algunos de los utilizados por Liszt para desarrollar su
estilo compositivo; claro rasgo de la nueva música que, junto a Richar Wagner y
Hector Berlioz promulgaban, proclamando la unión de todas las artes, a través de la
música, en especial la literatura y la pintura.
Liszt, artista ávido de absorber cuanto le generaba inspiración, fue por naturaleza
un hombre que necesitó expandir las posibilidades expresivas de su arte. En cuanto
a la técnica, la desarrolló hasta los límites de lo posible para ponerla al servicio de su
obra; en cuanto a la música exploró los extremos más recónditos de la armonía,
abriendo paso, no solo a la tonalidad extendida del post-romanticismo, sino que fue
más allá, dando lugar al atonalismo e impresionismo de principios y mediado del
siglo XX. Disolviendo además las formas tradicionales heredadas del clasicismo,
creó el poema sinfónico, paradigma de la unión de las artes que tanto promulgaba.
Compuso su monumental sonata en si menor en un solo bloque, 2 conciertos para
piano, fantasías húngaras y rapsodias, etc.
Como ya hemos dicho, además de su vocación religiosa, Liszt tuvo otra pasión que
lo acompañó durante toda su vida, la pasión por la literatura: leía con avidez cuanto
libro se le cruzaba por el camino. Su interés iba desde la lectura religiosa de
Lamennais, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, San Francisco de Asis, San
Ignacio de Loyola; pasando por novelistas románticos como Lord Byron, Victor Hugo,
Goethe, Lamartine; y los poetas de la antigüedad como Petrarca, Dante Alighieri,
Virgilio y Homero. También él mismo tuvo su faceta como escritor, escribió ensayos
sobre diversos temas, entre ellos incluye una serie de artículos “De la situation des
artistes” (de la situación de los artistas) publicado en la parisina Gazette musicale en
1835 . Durante su estancia en Ginebra en 1835-36 redactó media docena de
ensayos.
Durante sus años en Weimar compuso una serie de ensayos sobre ópera que van
desde Gluck hasta Wagner. Además de ensayos escribió una biografía de Chopin
ente 1850 y 1851, así como un libro sobre los romaníes y su música en Hungría.
Como hemos hablado Liszt, a lo largo de casi cincuenta años compuso una
epopeya musical llamada Años de peregrinaje, situada básicamente en dos lugares
sumamente importantes en la vida artística y sentimental de Liszt; el primer año en
Suiza (principalmente sus años en Ginebra), el segundo y el tercero (dividido en dos
volúmenes) en Italia.
Nos centraremos en el segundo año, principalmente en los tres números centrales
del ciclo que se inspiran en tres de los sonetos que Francesco Petrarca escribió en
el siglo XIV.
Estas tres piezas nacieron originalmente como canciones para canto y piano,
cuyos textos eran precisamente los sonetos del gran autor italiano, luego las hizo
para piano solo.
Liszt, en su afán de perfeccionarlos, comienza la composición en 1830, pero
recién los publica en 1846. Después de terminar la primera versión de los sonetos
Liszt manifiesta un especial orgullo de la obra en una carta que le dirige a María de
Agoult, muy poco antes de la aparición de la obra en 1846:
Este soneto en particular es el más contemplativo de los tres que compuso Liszt,
compuesto en la tonalidad de La bemol Mayor comienza con una atmósfera onírica
que oscila entre armonías disminuídas y de dominante desembocando en un Mi
mayor apacible.
Esta introducción oscilante con un bajo que pende entre un re y un mi bemol
generan un clima anhelante que, luego de una progresión armónica, llega a la
dominante de la tonalidad original (La bemol Mayor).
Tema: “i vidi y terra angelici costumi” (Angélicas costubres vi en el suelo) en La
bemol Mayor. Todo este fragmento temático escrito en cantábile con rasgos típicos
del bel canto de la ópera italiana (como anteriormente hablamos, símbolo lisztiano
de la contemplación de la belleza del eterno femenino), nos remite a las canciones
populares italianas.
6 Merrick, P. (1987), Revolución y religión en la música de Franz Liszt. New york , universidad de
Cambridge.
ilustra Jonh Milton en su poema “El paraíso perdido”7. Lo cierto es que en esta obra
colosal del piano encontramos la lucha entre dos fuerzas que pelean por la
supremacía. La lucha y ala victoria, la sublimación del leit motiv que encarna el
héroe que se embarca en la travesía a través de un océano de luchas espirituales
entre el bien y el mal.
Tomaremos como punto de referencia, la leyenda del Fausto para reconocer los
símbolos que aparecen en la sonata.
Perteneciente al período de Weimar, Liszt la compuso en 1853, fue publicada en
1854 por Breitkopf & Hartel y estrenada el 27 de enero de 1857 en Berlín por el
pianista y discípulo Hans von Bulow.
El enigmático final, calmo, pudo haber sido una ocurrencia tardía de Liszt; pues el
manuscrito contiene un final que hubiera terminado mucho más sonoramente.
La sonata comienza con dos notas sol en el registro grave del piano, a la manera de
pizzicati de orquesta, mismo comienzo que evoca el poema sinfónico Los preludios;
luego, de manera descendente, como un canto gregoriano, una escala en modo
frigio (cc. 2-3) que se hunde en las profundidades nuevamente del sol pizzicato,
finaliza esta introducción con una nueva escala descendente, pero esta vez en modo
7 Syasz, T. Los símbolos de Liszt sobre lo divino y lo diabólico: revelaciones sobre el programa de la sonata
en si menor de Liszt.
zíngaro (cc.5-6), dándole un color más oscuro. Una escala frigia y otra zíngara, una
eclesiástica y otra popular, dos escalas como dos almas, las del doctor Fausto o las
de Liszt: el franciscano y el gitano. Las dos escalas son el perfecto vaticinio de los
conflictos de toda la sonata.
Súbitamente hace aparición el primer motivo principal, en octavas dobles. Este
motivo, compuesto sobre el tritono, la interválica de 5ta disminuída, como hablamos
anteriormente, simboliza al diabolo in música, he aquí una primer imagen de
Mefistófles (A) (c.8), quizás la visión más poderosa de las fuerzas oscuras, seguido
de la segunda visión mefistofélica, quizás más sarcástico simbolizado por las notas
repetidas en la mano izquierda (cc. 16) motivo también utilizado con variaciones
para el tema de Fausto; Ambas visiones, en esta especie de exposición, se debaten
en una lucha a muerte (cc. 18-104) hasta el segundo segmento Grandioso (cc.105).
Aquí podemos hablar del único tema que no sufre modificaciones en su carácter
durante toda la sonata. El tema, compuesto por un intervalo de segunda mayor y
otro de tercera menor (la la la la si si re) no es más que el motivo de crux fidelis, ha
aquí el motivo de la cruz redentora ( C ), que rompe con la lucha de las fuerzas
oscuras. Aquí se encuentra el poder de Dios por sobre las fuerzas del mal, la
magestuosidad del Todopoderoso8 , la victoria de la luz por sobre las sombras.
Luego de este pasaje épico da lugar al desarrollo del tema de Mefistófeles (A),
pero esta vez totalmente transfigurado (cc.125-140). Del sarcasmo mefistofélico a la
dulzura casi femenina. Podríamos decir que en este tema se encarna la figura de
Gretchen, casi suplicante por el perdón o la salvación.
Un pasaje repentino nos muestra el tema de Mefistófeles (B) (cc.141-152), esta
vez desde las sombras (sempre p) como una fiera agazapada, pero se disuelve
rápidamente para dar paso al tema de amor, en forma de nocturno, entre Fausto y
Gretchen (B) (c 153). Este idilio se transfigura a través de la aparición del primer
tema de Mefistófeles (A) (cc.179-190) en una serie modulatoria que comienza en el
registro agudo del piano descendiendo desde el mi menor, sib M, Fa sostenido, DoM
,Sol, Mi, Fa, para desembocar en un agitato exponiendo el tema mefistofélico (B) (cc.
191-196), de carácter modulante.
A partir de esta sección comienza una nueva batalla entre (A) y (B) en donde
Liszt utiliza todos sus recursos compositivos en cuanto a modulación, dificultad
técnica e intensidad sonora.
8 Horowitz, J (1982) Claudio Arrau Bs. As. Argentina. Ed. Javier Vergara. Pág. 164
Todo desencadena en la exposición de (A) (c.239) pero esta vez en tonalidad
mayor (Re Mayor) quizás simbolizando un supuesto triunfo del mal dando lugar al
tema (B) (cc.255) como una batalla entre Fausto y Mefistófeles, batalla que llega a
los extremos más poderosos de la sonata, irrumpiendo de manera implacable y
amenazante el tema de la cruz ( C ) (c.297), esta vez en tono menor y stacattissimo.
La imagen de lo divino como única y poderosa verdad. Seguido de dos recitativos,
imagen de la vulnerabilidad del hombre frente al temor divino, cerrando esta primer
parte con los dos temas de Mefistófeles entrelazados (cc 319), diluyéndose en un
pp.
Dando final con un idilio del cual Wagner pudo haber sacado ideas para su
Tristán, con etéreas escalas descendentes en el registro agudo del piano, a través
de una disolución del tema, regresa otra vez al staccatto inicial, pero esta vez en fa
sostenido, seguida de ambas escalas descendentes, frigia y zíngara, dando
comienzo a la tercer sección.