La Personalidad y Su Relación Con La Salud Word

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

CAPITULO 4

PERSONALIDAD Y SALUD

La palabra personalidad proviene del latín persona (máscara), hace referencia al conjunto de
rasgos y características emocionales y conductuales de un individuo que hacen que tenga un
patrón constante en su forma de actuar y reaccionar, sentir e interpretar. La personalidad es
un concepto complejo que hace referencia a la organización relativamente estable de aquellas
características estructurales y funcionales que definen el patrón peculiar y definitorio de
conducta de cada individuo.

Esa máscara hace que el individuo sea único y singular, hace que la conducta de ese individuo
sea predecible. La personalidad puede tener una gran influencia sobre la salud de una persona.
El estudio de la personalidad nos permite entender la variabilidad individual en los procesos de
salud-enfermedad. Analizar en qué medida el patrón de conductas características de las
personas (incluyendo pensamiento, emoción y comportamiento) ejerce su influencia en
ámbitos como la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el tratamiento
propiamente dicho y su adhesión o la rehabilitación.

Por ejemplo, las personas que se caracterizan por ser extrovertidas o emocionalmente
estables, pueden tener menos riesgo de desarrollar enfermedades mentales como la
depresión. Además, ciertos rasgos de personalidad, como el neuroticismo, pueden aumentar
el riesgo de desarrollar enfermedades físicas como enfermedades cardíacas.

La personalidad está constituida por el temperamento y el carácter. La parte biológica innata


de la personalidad es el temperamento en cambio el carácter se moldea a través del
aprendizaje y la experiencia de cada individuo a lo largo de su proceso de maduración sobre
todo de los primeros años.

Psicología tiene como objeto de estudio el comportamiento humano. se hace en función de la


personalidad y del entorno social, del cual el ser humano es siempre integrante. Por ejemplo,
la exposición al estrés crónico, en etapas sensibles de la vida, los malos hábitos en la
alimentación y la falta de actividad física pueden tener un impacto negativo en la salud tanto
física como emocional. Entender la personalidad puede ayudar a buscar estrategias de
prevención que benefician a la salud. Una personalidad sana tiene una serie de características
que mantienen un nivel adaptativo a nivel psicosocial.

Empezaremos analizando algunas características psicosociales que pueden modificar tanto la


condición de carácter e incluso la condición temperamental tomando en cuenta que los
factores epigenéticos pueden influir en la expresión de ciertos genes en relación con el
aprendizaje y la memoria en el sistema nervioso. Los cambios en la acetilación de las histonas
pueden afectar la expresión de ciertos genes. Los cambios epigenéticos pueden transmitirse
de una generación a otra y de alguna manera éstos también influyen en el temperamento y en
el carácter.

Ambiente, familia y personalidad

La familia es parte de las raíces que van formando la personalidad desde el inicio de la vida, ya
que es el medio en el que se desarrolla gran parte de comportamientos, creencias y actitudes,
aunque no todo se construye gracias a la familia, pero si se puede mencionar que esta influye
en gran parte. La personalidad se termina de construir por las vivencias individuales y la serie
de aprendizajes que el individuo va aportando a su código de ética por medio de sus
experiencias y voluntad propia. “El hombre completa la formación física, psíquica y espiritual
bajo la influencia y con la cooperación activa de un medio personal, espiritual, cultural. Este
medio es la familia”.

Es muy bien sabido desde tiempos pasados, que la cantidad y calidad de los cuidados maternos
afectan al desarrollo normal de un niño dentro de los primeros meses de vida y a lo largo de su
crecimiento hasta que se defina su personalidad. Todos los conocimientos científicos dentro
de la psicología nos muestran que la salud mental y el bienestar están estrechamente ligados
con el lazo familiar debido a que el ser humano es por ley un ser sociable; Comparando la
biología con los humanos, nos diferenciamos en que somos seres que nacemos con una
inmadurez superior a la de los animales debido a la dependencia que poseemos hasta la edad
de 18 años aproximadamente. La biología nos dice que existen dos tipos de divisiones en
cuanto a los mamíferos. Los humanos somos altricios, es decir, dependemos completamente
de un adulto al nacer y al ir creciendo hasta cierta etapa, de allí que somos seres sociables,
nuestro desarrollo de la personalidad depende de dicho ambiente o entorno psicosocial en el
que el individuo se desenvuelva, en consecuencia, es que se dan los diferentes trastornos
emocionales o afectivos que alteran nuestra salud mental a futuro.

Existen algunos modelos explicativos de la personalidad, consultaremos en el capítulo de bases


psicológicas de la conducta para recordar las teorías psicodinámicas de Freud, el desarrollo
cognoscitivo y del desarrollo psicosocial y las teorías conductistas que hablan acerca de la
influencia de las experiencias temprana de la vida y su organización inconsciente, del valor del
modelado y del aprendizaje social.

En si las múltiples formas de explicar la personalidad, pero las que nos interesan son las que
competen al campo de la salud, es decir la que estudia los trastornos y las que se relacionan
con características conductuales que tienen que ver con la enfermedad, el tratamiento y la
rehabilitación. Si la personalidad es un modo de ser, entendemos que ese modo de ser
conlleva a que los individuos tengan conductas que les permitan adaptarse o no a la sociedad.
Si bien esas conductas están presentes desde el inicio de la vida de un individuo, son
moldeables hasta antes de culminada la adolescencia e inicios de la vida adulta, luego de ella
adoptan un patrón constante de comportamiento dirigido por pensamientos y sentimientos
que distinguirán a las personas entre sí y que persistirán a lo largo del tiempo y de las
situaciones.

Estas conductas pueden manifestarse en el área de los procesos mentales (1), el área de los
procesos o fenómenos corporales – cuerpo (2) y el área de los procesos o fenómenos sociales -
mundo Externo como se aprecia en el siguiente dibujo:

En el caso 1. Daría lugar a ser un individuo poco participante,


observador, pero poco observador. Estas personas se
caracterizan por tener una casi nula reactividad corporal y
tampoco actúan socialmente, son personas que tienen a aislarse.

En el caso 2 puede dar paso a una tipología ya sea dependiente o


por el contrario demostrativa. El dependiente adopta un carácter
infantil comunicándose a través de la queja con manifestaciones
corporales, palpitaciones, aumento de apetito, constipación,
enojo, malestar o acidez estomacal y se enojan o tienen una preocupación. Su opuesto es la
personalidad es la demostrativa (carácter histeroide) se comunican a través del lenguaje
corporal o gestual provocando u lenguaje estético con manifestaciones seductoras y
superficiales. Finalmente, en el área 3 predomina lo social, actúan en el mundo, son impulsivos
con el mundo externo. Esta forma de ser o comportarse no es exclusiva de los pacientes sino
también de los profesionales de salud.

Quizás para el profesional de la salud lo más importante es aprender a entender a los


individuos con los que tratamos desde varias explicaciones teóricas de la psicología y realizar
inferencias acerca de la relación con la salud. Tal vez nos equivoquemos en pensar que a
simple vista podemos identificar la personalidad de los sujetos con los que tratamos, sin ese
conocimiento teórico corremos el riesgo de prejuzgar desde nuestros valores morales y
equivocarnos en nuestras apreciaciones. No hay la posibilidad de observar de manera
inmediata la personalidad de un individuo, para ello se recurre a un entrenamiento para poder
tipificar o categorizar y solo se puede hacer eso después de aprender a observar las
características de las conductas de cada sujeto.

Características de la Personalidad
Unidad. Centrarse en lo propio y característico del individuo, armonizando la unidad y
continuidad.
Estructura durable. Construir una organización personal, continua y persistente.
Dinámica de cambio. Disponible a un desarrollo dinámico y permanente. Los cambios
se producen dentro de una línea de comprensibilidad psicológica que da continuidad
de sentido a la personalidad.
Relacionabilidad. Abierto a la riqueza del mundo circundante.
Organización e integración. La personalidad no es solo una suma, una totalidad de
funciones.
Temporalidad. La personalidad es temporal porque es siempre la de un individuo que
vive históricamente.
Permanente y fija. Es la configuración única, que toma en el transcurso de la historia
de un individuo, el conjunto de los sistemas responsables de su conducta.
Dinamismo. No es un proceso cerrado o estático.
Estabilidad. A lo largo del tiempo. Se presenta como una variable intermedia, se afirma
como un estilo a través de la conducta y por medio de ella.
Asintomática. Desprovista de ansiedad.
Egosintónica. No siente los síntomas como propios.

Cuando tipificamos a la personalidad estamos basándonos en formas categoriales, decimos


que una persona pertenece a una categoría y queda excluida de otra. Esta categorización deja
de lado ciertas características que no encajan en ella por eso, las diferentes categorías que
tipifican a la personalidad han caído en desuso.

La clasificación de los tipos de personalidad A, B y C no fue definida por un autor en particular,


sino que fue producto del trabajo de varios investigadores en diferentes campos relacionados
con la psicología y la salud. En particular, la clasificación de los tipos A, B y C se originó en la
década de 1950 por los cardiólogos Meyer Friedman y Ray Rosenman como una forma de
estudiar la relación entre la personalidad y la enfermedad cardíaca. Desde entonces, la
clasificación se ha utilizado en otros campos y ha sido objeto de controversia y debate en
cuanto a su validez y utilidad en la comprensión de la personalidad y la salud. De acuerdo a
esta tipología, las características de la personalidad tipo A, tipo B y tipo C son las siguientes
Las características de la personalidad tipo A, tipo B y tipo C son las siguientes:
Personalidad tipo A: personas competitivas, ambiciosas, orientadas al éxito, impulsivas,
impacientes, rápidas en la toma de decisiones y con una gran necesidad de control y poder. A
menudo experimentan niveles elevados de estrés y ansiedad.

Personalidad tipo B: personas relajadas, creativas, no competitivas y menos orientadas al


éxito. Tienden a disfrutar más de las relaciones humanas y experimentan niveles bajos de
estrés.

Personalidad tipo C: personas analíticas, perfeccionistas, cautelosas y reservadas. Tienen una


preocupación constante por los detalles y una fuerte necesidad de control. Experimentan
niveles altos de estrés relacionados con el trabajo o la vida cotidiana.

Es importante tener en cuenta que estas clasificaciones son solo una herramienta para
comprender los diferentes tipos de personalidad y que las personas no siempre encajan
perfectamente en una sola categoría. Además, cada tipo de personalidad tiene sus fortalezas y
debilidades, y no hay una personalidad "correcta" o "mejor" que otra. La personalidad es una
característica compleja y multidimensional y siempre hay excepciones a las reglas.

También podría gustarte