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201_3
Psicología
Psiquiatría �ichaelJ.IVfahoney
Psicoterapia

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199. R. D'Alvia (comp.)- El dolor. Un enfoque ínrerdisciplinario
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psicológica
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205. G. A. Kelly- Psicología de los construcros personales
206. A. Semerari- Historia, teorías y técnicas de la psicoterapia cognitiva
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208. M. Pay ne - Terapia narrativa
209. B. Biain de Touzet- Tartamudez. Una influencia con cuerpo y alma
210. E. Joselevich {comp.)- ADIHD: Qué es, qué hacer
211. C. Botella, R. M. Baños y C. Perpiñá (comps.)- Fobia social
'212. J. Coisi (comp.)- Maltrato y abuso en el ámbito doméstico
213. S. Velázquez- Violencias cotidianas, violencia de género
214. M. M. Linehan -Manual de tratamiento de los trastornos de personalidad Hmite
215. B. L. Duncan- Psicoterapia con casos "imposibles»
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222. E. Joselevich- ¿Soy un adulto con ADIHD?
223. J. Balbi -La mente narrativa
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228.
229.
bipolar. Una apoximación desde la terapia cognitiva
1. �oisi- Psicoterapia integrativa multidimensional
E. Dio-Bieichmar- Manual de psicoterapia de la. relación padres e hijos
PAIDó:$:
Barcelona
230. M. J. Mahoney- Psicoterapia constructiva Buenos Aires
43 México
 274 PSICOTERAPIA CONSTF",-TIVA

Así pues, con cuidado y admiración, co!l preguntas y con búsquedas

CAPÍTULO U
Sigues la senda que es ru camino¡
Sabiendo que has alcanzado la orilla de ru vida interna,
SER PERSONA Y TERAPEUTA
Y que viajes más profundos no pueden estar lejos.

Existirán muchos momentos en los que una visión antigua parezca

[muy fuerte
Y te preguntarás si realmente puedes cambiar;
Y todavía, en lo más profundo de tu interior, sientes que quedan
[cosas por venir
Y la visión antigua es la que ahora parece extraña. No había planeado ser terapeuta. La única sesión de una terapia im- ·

prevista determinó mi decisión de estudiar psicología. Sufrí un trauma

Cuídate, amigo, y escucha el murmullo de tu corazón durante la adolescencia que hizo que mi mundo se tambaleara. Marché
Mientras late al preciado ritmo de tus días; de casa sin terminar el instituto y realicé algunas aventuras arriesgadas.
Mis cálidos pensamientos y mis esperanzas están contigo en tus Las aventuras se vieron interrumpidas por la aparición repentina de
[viajes por todo... unos problemas respiratorios graves. Con 18 años, un médico me dijo
Y las sendas de la vida en proceso encuentran sus caminos. que mi condición era intratable y que moriría joven e incapacitado. Re­
comendó que, mientras tanto, abandonara el trabajo de la construcción,
Ten una existencia amable, Peregrino en Proceso; aprende a confiar
dejara de viajar, me trasladara a un clima más cálido y que volviera a es­
[que la confianza es valiosa,
tudiar. Mencionó Arizona.
Lo mismo ocurre con la risa y el descanso;
No había pensado i.r a la universidad y no tenía el título de bachi­
Recuerda que vivir es un amo1· en sí mismo,
llerato. Un colegio universitario me permitió seguir los cursos como
Y el secreto es permanecer siempre a la búsqueda ...
prueba. Mi salud continuaba empeorando. Me enteré en h biblioteca·
que había dos universidades en Arizona. Me jugué a cara o cruz cuál·de
ellas 'elegía. Cuando llegué a la escuela de verano, la responsable de se­
cretaría se divirtió ante mi ingenuidad. No sabía que era necesaria una
··; solicírud. Al revisar mi expediente, dijo que era aceptable, pero que te­
nía que declarar una· asignatura principal. No había pensado nada sobre
la especialidad y, en ese momento,-lo sentí como una elección abru­
madora. Le dij� que no sabía lo que quería hacer. Me dijo: ..vale, tienes
hasta el lunes para decidirte... Era viernes por la mañana. Conduje has­
ta Encanto Park, en el centro de Phoenix, y tuve un ataque de pánico.
El corazón me latía a toda ve�ocidad y la cabeza me daba vueltas. Fui a
una cabina telefónica. Busqué ..psicología" en las páginas amarillas. Ne­
cesitaba ayuda. No sabía prácticamente nada de psicoterapia, pero esta­
ba desesperado. Había cientos de nombres. Llamé a uno que enumeraba
69

1
varias especialidades. Le expliqué que sólo tenía dólares ahorrados y
que necesitaba tomar una decisión muy importante para el lunes. Algu­
nas citas canceladas me dieron una oportunidad. Anoté la dirección de la
1

44 consulta.
 . "''" 1
·.·,:·

.. ¡

276 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA �ER PERSONA Y TERAPEUTA 277

El terapeuta era un hombre mayor, que iba en silla de ruedas. Pare­ gía como especialidad, me asignaron un tutor. Era su primer año en la
cía sabio, amable y lleno de vida. Al comprobar que era nuevo en la zo­ enseñanza y me tomé gener<;>samente bajo su protección. Se Uamaba
na, me contó historias sobre las Montañas de la Superstición de la ciu­ Dave Rimm y me instruyó pacientemente para que me presentara a los
dad. La Mina perdida del holan.dés estaba escondida. en algún lugar. Me cursos de posgrado. En esa época, la Universidad del Estado de Arizo­
,,
contó las aventuras de sus hijos en zonas desconocidas de esas monta­ na era un enclave del conductismo skinneriano, pero Dave también es­
ñas, ·donde se escondían los bandidos. Antes de que me diera cuenta ya taba interesado por los trabajos de Albert Ellis, Joseph Wolpe y lArnold
casi habían pasado mis dos horas de sesión. Le expliqué nervioso por La:�arus. Invitó a uno de sus antiguos profesores a un coloquio en el de­
qué estaba allí. Tenía que elegir una especialidad. Dije: ·Siempre he partamento. Así fue como conocí a Albert Bandura, que sería íni men­
querido ser escritor, pero no creo que tuviera mucha seguridad en el tor durante el posgrado. Las oportunidades encuentran caminos en la
trabajo con una especialidad en inglés•. Asintió con la cabeza . y sólo
• vida. Las oportunidades y los encuentros se multiplicaron y mis cami-
·

hay otra cosa ... bueno, hice una asignatura de psicología en la escuela nos siguieron diferenciándose.1
nocturna y el profesor me animó a que tuviera en consideración esta Me formé en terapia de conducta y me vi inmerso en la revolución
área ... y las cosas sobre las que me gustaría escribir están en el interior cognitiva, cuando se extendió rápidamente por toda la psicología, tanto
de las personas ... pero ... p�ro ... Esperó. El corazón me latía de nuevo
• clínica como experimental. Sin embargo, mis cambios a nivel teórico
con fuerza. ·Pero me pongo nervioso y me deprimo ... ¿Cómo podría fueron mucho menos significativos que los cambios relacionados 'con mi
decirle a otras personas lo que tienen que hacer con sus vidas cuándo experiencia de lo que significa ser psicoterapeuta. Mis primeros clientes
no sé qué hacer lo �a mía?· me enseñaron rápidamente que tenía mucho que aprender. Era! experto
Se apoyó sobre sus brazos para cambiar de postura, después ladeó en teorías, en investigación y en técnicas de evaluación empíriaa.s, pero
la cabeza. Un largo silencio persistió. Todavía puedo recordar el sonido no estaba preparado para muchas de las cosas que encontré. Mis clien­
de la palma de su mano al acariciar su barba por toda la mandíbula. Fi­ tes no eran como los clientes de los libros. No cambiaban tan rápida o
nalmente, dijo: ·¿Sabes, Michael? Algunos de los mejores entrenadores fácilmente como los libros decían que debería ser. Los problemas con
de fútbol del país no han jugado un partido nunca•. No recuerdo si al­ los que llegaban no .eran simples o no siguieron siendo simples. :s:us pro­
guno de los dos dijo 3;lgo más que •adiós•. Recuerdo que me sentí muy gresos no eran tan lineales o consistentes como había esperado: Y era
aliviado. El lunes escogí como especialidad psicología. Durante los si­ un trabajo muy duro. Las demandas a nivel emocional eran a veces abru­
guientes dos años, tuve que esforzarme mucho para compensar las de­ madoras. No sé qué es lo que esperaba, pero la clí,nica exigió mucho de
ficiencias en esa área. En mi último curso; la Sociedad de Honor de psi­ mí. Los clientes, cada uno a su manera, me exigían más de lo que yo sa­
cología invitó a un terapeuta de la zona para que nos haBlara de la . bía. ·Trauma.. suele ser una ·palabra en una página. También lo son ·vida·
profesión que habíamos escogido. Mi terapeuta era el �onferencian­ y ·muerte•. Son abstracciones. Pensaba que conocía su significado hasta
te. No sabía que era conocido por su inteligencia y su sabiduría. Parece que me situé de corazón a corazón con las personas. ¿Qué le dkes a una
que, por casualidad, había elegido como primer terapeuta a Milton persona que ha matado accidentalmente a su propio hijo? ¿Cómo iayudas
Erickson. .-, ·a alguien a morir? ¿Qué sucede con aquellas personas que han si<;lo mal­
La pregunta que le hice fue muy versátil. Tenía que ver con las ex­ tratadas o violadas? Veía mucha fortaleza y valor, pero también �scucha­
pectativas y los roles, con la autenticidad y la responsabilidad. Esa pre­ ba muchas cosas que dejaban cicatrices en el corazón.
gunta se volvería a presentar una y otra vez durante toda mi carrera Decidí comenzar otra terapia personal, en esta ocasión para darme
profesional. Con el tiempo, llegaría a estudiar la vida personal de los te­ apoyo y para mirarme a mí mismo más de cerca. Comencé haciendo ta­
rapeutas y el impacto del trabajo en sus vidas. Llegaría a ser terapeuta lleres, que me permitían enc;ontrarme con o�os terapeutas y 'explorar
de terapeutas, otro acontecimiento que apenas podría haber anticipado. los di.(erentes métodos y enfoques relacionados con este trabajo. Co-
Pero, antes de ello, hubo muchas situaciones· casuales que dieron forma
a mi vida personal y profesional. Ese mismo lunes, al declarar psicolo- 45 l. Bandura (1982);.Mahoney (2000a).
 278 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
SER PERSONA Y TERAPEUTA 279

meneé a trabajar con clientes que suponían incluso un desafío mayor y, de hacer terapia más distanciada, pero los terapeutas suelen informar
que son más compasivos gracias a todo el sufrimiento que han presen­
finalmente, fui terapeuta de otros terapeutas. Me sigo sintiendo humil­
ciado.2 De hecho, aquellos terapeutas que se abren lo suficiente a la in­
de y privilegiado ante las demandas de esta profesión. Estoy convenci­
teracción emocional que impregna la psicoterapia, también parecen de­
do de que estas demandas merecen nuestra apreciación. Por ello, son
sarrollar una flexibilidad emocional mayor y un nivel de comodidad
el foco de este capítulo final.
más elevado frente a todo el espectro de emqciones. Este último aspec­
to se puede encontrar entre los beneficios derivados de ejercer la psi­
coterapia.
§ufrim.iento vicario: lla§ Jlr¡erldas de la. ayuda
Sin embargo, existe una paradoja implicada en este sufrimiento vica­
rio. Se podría denominar la paradoja de la lucha de la ..esperanza desde
Milton Erickson solía decir: "Mi voz te acompañará... Su voz acom­
el sufrimiento... Así es con frecuencia cómo se siente. Debido a nuestra
pañaba. Lo que no decía es que la voz de los clientes también nos
formación y titulación, tenemos privilegios y responsabilidades especia­
acompaña. Sus historias llegan a formar parte de nosotros: de nuestra
vida por el día y de nuestros sueños por la noche. No todas estas histo­ les. El privilegio de una comunicación confidencial nos permite invitar
al cliente a compartir los secretos que hay en su corazón. Este proceso
rias son n�gativas; de hecho, muchas son muy estimulantes. El punto
de compartir suele ser crucial para su capacidad de hacer frente a las si­
crucial es que nos cambian.
Las diferentes profesiones han llegado a definirse en parte por fa tuaciones y para su desarrollo. Pero los secretos que comparten con no­
sotros suelen producir dolor al escucharlos, son difíciles de imaginar y
distancia que se mantiene entre experto y sus clientes. En el desarrollo
de poder olvidar. Muchas de sus historias nos hablan de las peores cua­
de la psicoterapia como cuerpo profesional se ha seguido este mismo
lidades de los seres humanos: crueldad intencional, engaño, avaricia,
patrón. Estamos prevenidos para mantener la distancia con los clientes.
odio, insensibilidad, irresponsabilidad, violaciones de la integridad. Nos
¡·
1
Es necesario ser prudente, mantener la objetividad, vigilar todo lo que
decimos, no preocuparse demasiado (o, por lo menos, no demostrarlo)
exponemos repetidamente a historias de sufrimiento: tragedias, falta de
humanidad y provocaciones de dolor deliberad.as. Pueden suponer un
1 y seguir las normas (cuales sean que estén en vigor). Obrar con caute­
1 desafío para nuestra fe en la naturaleza del ser humano.
la. Un profesional es un técnico, no un amigo. Tomar notas. Prepararse
Esta paradoja proviene de las demandas que tenemos como profe­
1" para los aspectos legales y los pleitos. Mantener informado siempre al
sionales de la ayuda. Mientras escuchamos estas historias de los clien­
Estado o a sus delegaciones. No permitir que el cliente llegue a nuestro

l. corazón. Todos estos aspectos son los mensajes principales de muchos

programas de formación para psicoterapeut.as.
tes, se espera que extraigamos la esperanza de su sufrimiento. Junto a
.la iglesia y a los colegas de la medicina, somos protectores de la espe­
ranza sancionados socialmente. Cargamos profesionalmente con la res-
¿No resulta interesante que aun así, con todos esos limites y proto­
ponsabilidad de fomentar que el cliente mantenga una fe, que en no­
colos burocráticos, los clientes lo hagan por nosotros tan a menudo y
sotros puede encontrarse en constante desafío debido a nuestro trabajo.
con tanta fuerza? Nos toc�n y nos piden que toquemos sus vidas con
Tenemos que ayudar a los clientes a soportar su sufrimiento personal, a
nuestro consuelo, compasión y consejo. Más que ..casos", nombres en �,

tener confianza en que este sufrimiento irá desapareciendo, a creer que

una carpeta que requieren montones de impresOs ·para el seguro o
son personas valiosas y viables y a que su vida merece la pena ser vivi­
pruebas documentales, se convierten en seres humanos que se enfren­
da. Así pues, somos protectores de la esperanza, mientras presenciamos
tan con múltiples y continuas crisis, en mundos en los que sus opciones
con frecuencia insultos a la decencia y dignidad humanas. Creo que es­
son considerablemente: limitadas. Pensamos en ellos entre una cita y
ta paradoja es muy relevante. Los terapeutas con fuertes convicciones
otra. Se abren paso en nuestra conciencia, en nuestros sueños y, a ve­
religiosas pueden tener menos dificultades para hacer frente a este he-
ces, en nuestras reflexiones sobre la vida.
Nuestro trabajo nos cambia. ¿Llegamos a insensibilizarnos ·ante el
sufrimiento? Puede suceder a aquellos pocos que prefieren una forma 2. Guy (1987); Radelce y Mahoney (2000).
46
280 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA SER PERSONA Y TERAPEUTA 281 .,

cho, así: como a los clientes con una fe profunda en su religión se les sienten esta diferencia. Muchos curanderos se identifican con ¡los ,¡;:ami­
ayuda dt.: este modo a conducir sus vidas.3 Pero no somos inmunes a nos de sanación y ayuda desde muy pronto; otros se ven sorP,�endidos
estas afrentas y el terapeuta que carece de una filosofía de la vida que en este tipo de servicio a causa de un suceso vital posterior. Lp que es­
resulte protectora de la esperanza puede ser especialmente vulnerable tá ·herido· en el ·sanador de heridos· es una cuestión a interpretar. En
ante los desafíos que supone la paradoja de dar ..esperanza desde el su­ algunas culturas, ·herido· significa poco más que ser veterano¡ en la ex­
frimiento•. Podría ser la explicación de por qué terapeutas que no son periencia de la vida. Estar herido en estas culturas significa se experto�
religiosos comienzan a interesarse por las tradiciones espirituales en el en la vida y la experiencia de la vida es una fuente sagrada c:le sabidu­
mundo. ría: En algunas tradiciones espirituales, el amor se describe como una
· herida siempre abierta, un vacío en la vida siempre en movimi;<:;nto, que
se esfuerza por mantenerse abierto. El término ·herido.. tiendé a tener
La persona y la vida personal del terapeuta unas connotaciones más negativas en las culturas industrialirz;,adas, en
las que •vulnerabilidad· (literalmente, capacidad para ser qerido) se
Existen muchos mitos acerca de cómo es en realidad el terapeuta identifica con muerte. En. estos últimos, el sanador de herid¡os se en-
1
como persona.4 La descripción más negativa define al terapeuta como
•

tiende más como una figura miserable: que puede sanar a p�sar de su
un voyeur intrínsecamente neurótico, que hurga en la vida privada de grave herida o que puede dar consejos convincentes sobre loj que real-
otras personas para evitar ocuparse de sus propios problemas. Se asu­
·

mente él mismo no puede practicar.

me que ha tenido una infancia desgraciada y una familia disfuncional. Las conclusiones de la ¡.nvestigación no corroboran estos i estereoti­
Este •pseudoterapeuta• tiene importantes problemas personales y un la­ pos negativos sobre los psicoterapeutas.6 La mayoría de los ��rapeutas
do oscuro y siniestro. Sin duda, es lo contrario al estereotipo del te­ no han tenido una infancia problemática o una familia disfun,dional. La
rapeuta como gurú, el •superterapeuta•. Es un oráculo cálido y sabio, mayoría de ellos informa haber tenido una infancia feliz. Están sanos y
que puede leer las mentes y sanar los corazones. Su energía no tiene satisfechos con su vida. No se han realizado muchas compara�iones en­
límites y siempre sabe qué decir y qué es lo acertado. Entre estos dos tre profesiones, pero, en general, ofrecen descripciones posit��as de los
estereotipos extremos se encuentra el ·sanador de los heridos.., una terapeutas.' La d4J.1ensión en la que están menos satisfechos¡los tera­
imagen habitual de los curanderos y chamanes en diversas culturas in­ peutas es la corporal,8 lo que podría reflejar un fenómeno c:v�tural co­
dígenas.5 . . mún. Pero no habría que restar importancia a algunos hechos¡ que me­
Hipócrates, el padre de la medicina occidental, se inspiró en la fi­ recen nuestra atención, en concreto, que algunos terapeutas se ven
gura mítica de Asclepio (también Esculapio), que fue criado por el cen­ afectados por dificultades personales y otros, aunque técnicarpente no .
tauro Chirón. Asclepio· desarrolló unos poderes curativos poco frecuen­ tengan dificultades, pocas veces ayudan a sus clientes. En lilft mundo
tes, a pesar de sufrir una herida personal que no sanaría. Ha pabido ideal, los terapeutas que tuvieran dificultades buscarían y recili>irfan ayu,.
muchas interpretaciones de este mito, y lo he utilizado reiteradamente da fácilmente y los terapeutas que no fueran efectivos encontrarían otro
al trabajar con terapeutas como clientes. Se asume frecuentemente que .,.. tipo de trabajo. Pero no vivimos en un mundo ideal, y estajprofesión
·

los curanderos son veteranos de las dificultades de desarrpllo. Pueden sólo está comenzando a atender a los que atienden. Muchos! �e los te­
haber sobrevivido a un trauma y, con frecuencia, se sienten ·diferentes•. rapeutas a los que he asesorado estaban preocupados por un¡1 incapa-
Los curanderos en las culturas aborígenes suelen vivir en los límites en­ ::

tre su comunidad y la plena naturaleza. Tanto ellos como su comunidad '1

6. Elliott y Guy (1993); Guy (1987); Mahoney (1991, 1997b); Mahohey y Fer­
nández-Álvarez (1998); Orlinsky, Ambühl y otros (1999); Orlinsky, R0nnestad y
3. Brown (1994); Pargament (1997); Shafranske (1996). otros E1999); Radeke y Mahoney (2000); Skovholt y R0nnestad (1992). ·

4. Geller y Spector (1987). 7. Elliott y Guy (1993).

5. Hamer (1982); Walsh (1990). 8. Radeke y Mahoney (2000).
47
 ..,...
1•
'il

282 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA SER PERSONA Y TERAPEUTA 283

ddad o deficiencia personal. La gran mayoría de ellos eran profesiona­ y me pregunto si alguna teoría ha recogido toda la complejidad que im­
les muy competentes que ayudaban a sus clientes. plican. Por otra parte, creo que los desafíos que se encuentran en el tra­
Sinceramente, he llegado a preocuparme más por los terapeutas que bajo terapéutico exigen una evolución por parte del terapeuta y_ que los
confían demasiado en su competencia. Hay distinguidos "titulados.. en diferentes ritmos y direcciones de este desarrollo suelen provocar difi­
psicoterapia que son pésimos terapeutas y, en ocasiones, auténticos cultades en las relaciones humanas.
cretinos. Cómo se han licenciado estas personas y cómo mantienen su A veces, los clientes necesitan creer que la vida personal del tera­
licencia para ejercer es todo un misterio. Probablemente, todos nos he­ peuta sigue un guión de Hollywood, con un bienestar seguro; un apo­
mos encontrado con terapeutas que no nos han gustado. Nos puede yo estructurado de la familia y amigos; un tiempo de ocio satisfactorio
avergonzar compartir profesión con ellos. Desafían nuestra propia iden­ y enriquecedor; un régimen saludable de nutrición, ejercicio, y de .ora­
tidad.9 Si nos centramos sólo en ellos, con toda seguridad nos desani­ ción o meditación; y un sueño reparador, lleno de dulces sueños sobre
maremos. Afortunadamente, también encontramos auténticos menscben antiguos tesoros y placeres futuros. Puede ser ..humano, demasiado hu­
que encarnan el espíri�u de la autenticidad y de la .sabiduría compasi­ mano..,11 que los clientes necesiten creer este tipo de cosas. Puede ser el
va.10 También ellos luchan y evolucionan gracias a ello. corolario del mito de la llegada. El peligro real de estas creencias es que
El terapeuta medio, con un buen funcionamiento, sufre la mayoría pueden favorecer que los terapeutas crean finalmente que sus vidas
de los problemas que cualquier otro ser humano. La ansiedad es ha? i­ personales deberían ser perfectas. Cuando no es asi, pueden inclinarse
tual, y la ansiedad aguda puede predominar en los primeros años de a pensar y a sentir que ualgo va mal• (frecuentemente, en ellos mismos,
ejercicio profesional. La depresión también es frecuente, especialmente pero también en sus relaciones personales, en su trabajo terapéutico o
después de pérdidas personales o en pleno agotamiento crónico físico en. el mundo). Frente a las dificultades vitales o a algunos aspectos de
',i1'
- o emocional. Los sentimientos de soledad son comunes, quizá por estar infelicidad crónicos, tienden a criticarse, lo que suele estar asociado
aislado en la intimidad durante una gran parte del día. Los problemas a inferencias dolorosas e injustificadas (por ejemplo, que son malos te-·
de salud recorren toda la gama, sin ninguna excepción aparente en rapeutas [porque no tienen una vida personal completamente ..despreo­
comparación con el resto de la población. Los problemas relacionales cupada..], que son impostores [interpretando el papel de experto sobre
parecen ser una fuente habitual de preocupación personal para los psi­ la vida cuando su vida es un desastre] o que sufren el ..complejo de
coterapeutas. Sin duda, los motivos de ello son materia de especula­ Moisés", es decir, que pueden conducir a los otros a la utierra prometida·
ción. ¿Tienen los terapeutas más problemas para relacionarse? ¿Se co-. del bienestar, en la que ellos no pueden entrar por un pecado ante-
·

munican durante todo el día y después fallan en su comunicación en la rior).12

vida privada? ¿La forma que han aprendido de ser terapeutas interfiere El aumento reciente de la investigación sobre la vida personal del
en sus habilidades para estar p�esente de una forma auténtica con la terapeuta puede ser un buen reflejo de la fascinación personal y co­
pareja? Como respuesta a estas preguntas, a veces, he bromeado CO(l. -la lectiva que sentimos por quiénes somos como profesionales. También
impresión acerca de que los terapeutas desarrollamos una habilidad es­ es reflejo de la apreciación cada vez mayor del ·factor humano• en la
::¡;
pecial para que parezca que prestamos atención cuando no lo hacemos. relación de ayuda. Sólo recientemente, esta ·apreciación ha ganado
..·�

!L Esta habilidad nos podría ser útil en un día de trabajo duro, pero no nos preeminencia en la teoría e investigación en psicoterapia. Los enfoques
l es muy útil si penetra en nuestra vida íntima. Sin embargo, en muy po­ que inicialmente minimizaban el papel del terapeuta o de la relación
(
1! cas ocasiones, las dificultades relacionales son tan sencillas como esto,
1!

11. Titulo de la obra de Friedrich Nietzsche (1878).

9. Y, según mi experiencia personal, lo que encontramos más desagradable_ o 12. La otra cara del complejo de Moisés es el fenómeno de bodhisattva, ilustra�
acuciante en estos colegas suele suponer una gran lección sobre nosotros mismos do por.Gautama Bucla. Transmite la imagen de un ser que, finalmente, ha alcanza­
y sobre nuestras limitaciones. do la iluminación y podía mantenerse ahí, pero, en vez de ello, decide regresar al
10. Para mí, Jim Bugental es una de estas personas. reino del sufrimiento hu'mano para ayudar a los otros a alcanzarlo.
48
 /f�;
•.·

284 SER PERSONA Y TERAPEUTA 285

PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
'>\
terapéutica se han visto obligados a adaptarse a esta evidencia. I,.os te­ .j
· 1
Cuando conocí a Apolo·, un hombre muy reservado, había ejeraido de
psicoterapeuta durantP más de cuarenta años. Reproduje su flujo qe cof'l­
rapeutas no ·aportan únicamente teoría, conocimiento o técnica al pro­
ceso terapéutico;· también aportan su propio estilo, su presencia y su
1 ciencia en el capítulo 8. El curso y las circunstancias de su vida s<pn me­
'
corazón. Por tanto, no debería �orprendernos que la persona del tera­ 1 nos importantes, en este sentido, que el valiente conocimiento que ! tenía .
peuta sea la segunda dimensión más importante, después de las varia­
bles del cliente, ,para predecir el resultado de la psicoterapia.H
i de sí mismo y su complejidad. Vivía en una gran ciudad, a la que .me ha­
bían invitado para dar una conferencia. Conducía un taller sobre:¡ uLa vi­

La vida pelt'sonal de un terapeuta

1
!
da personal del psicoterapeuta•. En ese seminario, como en este ¡cipítu-
lo, me intentaba resaltar cinco aspectos:
·

l. La psicoterapia es un reto extremadamente difícil y complejo tan-

He tenido el privilegio de trabajar con muchos terapeutas, mientras to para el terapeuta cómo .Para el cliente. i :
conducían su vida como profesionales de la ayuda. No me siento có­ 2. El terapeuta cambia, al menos en la misma medida que �1 dien-
modo hablando de ·casos clínicos•, incluso en abstracto, debido.a mi te, durante el proceso psicoterapéutico. .
preocupación en torno a la privacidad y a la confianza. Con más fre­ 3. Muchos terapeutas soportan el peso de una expectativas que di­
cuencia de la que puedo contar, he sido testigo de •revelaciones.. sobre cen que deben/debemos ser extraordinariamente felices¡ ilumi-
los clientes tanto voluntarias como involuntarias. En conversaciones in­ nados o sabios para ser profesionales legítimos. 1
formales, he escucha�o detalles reveladores que conducían a la probable 4. El cuidado propio, la. compasión por uno mismo, es esenf:ial pa­
identificación del cliente de cuya vida hablaban. No es necesario vivir en ra el bienestar personal y para las responsabilidades profiesiona-
una ciudad pequeña, para haber experimentado en alguna ocasión estas les de los psicoterapeutas. ¡ ·

revelaciones •Sincrónicas". Y muchos terapeutas, especialment\'! aquellos 5. La terapia personal y la práctica espiritual pueden ser r¡;cursos
. ·

que siguen una terapia personal, son conscientes de hasta qué punto . inestimables para nuestra evolución.
puede ser delicada la privacidad. En mi propia experiencia como clien­
te, he sentido el dolor de darme cuenta de que se había violado mi in- · Me dirigía a un grupo de doscientos profesionales y me sentía. pro- · ·

tirnidad. Por tanto, cuando comencé a centrar mi práctica privada en fundamente afirmado por sus reacciones.
otros terapeutas, decidí reforzar y controlar con más detenimiento mi Esa noche, en mi habitación del hotel, recibí una llamada de1uno de
obligación de no discutir detalladamente el material de un caso con na­ los participantes del taller. Le llamaré ·Apolou, Era uno de los te$peutas
die.14 Pero un hombre, justo antes de morir, no sólo me dio p17rmiso p;:t­ más ancianos y con mayor experiencia de la ciudad. Nos hab��n pre­
ra hablar de su vida como terapeuta, también me animó a hacerlo. Te­ sentado brevemente al comienzo del día y había hecho todo loiposible
nía la esperanza de que partes de su historia ayudaran a otras personas por darme las gracias antes de marcharse por la tarde. Esa no�l;J.e, me
en la profesión. llamó para preguntarme si podríamos desayunar al día siguient� antes
de que saliera mi avión. Accedí. 1 ,
....,
13. Hubble, Duncan y Miller (1999); Lambert (1989).
Se encontró conmigo en la entrada del hotel, a la mañana sigpiente,
14. Esta obligación no me ha impedido busca� asesoramiento de un experto o y nos dirigimos a una pequeña cafetería a las afueras de la chiclad. Al
consejos de mis colegas, que han sido inestimables. Pero sí ha supuesto una ma­ comienzo del desayuno, me felicitó por los comentarios que h� .'bía he-
yor cautela con relación a cómo pedir este asesoramiento o consejo y ha hecho cho en el taller. Me sentí muy halagado. Era un terapeuta expe$enta-
que aumentara mi sensación de privilegio ante la privacidad compartida. He es­ do. Además, algunos de mis amigos que vivían en esa zona ya le ihabían
cuchado un sinfín de historias y nunca las he repetido, aunque eso pudiera ·ali­
señalado como uSU terapeuta personak Se alegraban de que aprobara
viarme• emocionalmente. He llegado a considerar que la confidencialidad no es
simplemente una responsabilidad ética y legal, también es una responsabilidad los beneficios de la terapia personal para los terapeutas y cantaban sus
sagrada. alabanzas. En esa zona, era el principal •terapeuta de terapeutl:J.s,, Un
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50
 ·��:·

288 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA SER PERSONA Y TERAPEUTA 289

nautas cambiaran inmediatamente la dirección, lo que equivalía a una la ·base segura• en Houston sabían ·lo que sucedería cuando se ¡Derdió
·vuelta• de i80°, invirtiendo el poco combustible que quedaba en lo el contacto por radio al volver a entrar en la atmósfera terrestre.! ífodos
que habría sido un intento vano de volver a ·casa.. (al campo gravita­ sufrieron, pero sobrevivieron. La misión del Apolo 13 se convirtió.ten un
cional de la tierra). Otros expertos (correctamente) estimaron que hacer moderno acto de heroísmo épico.
esto equivaldría a un suicidio, porque la energía que quedaba, sí daban Apolo tenía muchas anotaciones diarias con bosquejos de la itraye�­
marcha atrás, les conduciría sólo una parte del camino a casa y, des­ tqria del Apolo 13, la figura de un ·8· alargada yJadeada. Siguió toman­
pués, irían a la deriva en un limbo sin vida. do notas sobre su propia trayectoria evolutiva, � la que describía! como
Lo que mi cliente Apolo observó y utilizó (en su propia vida y en la círculos dé atracción gravitacional entre diferent�s'tefUaS personaies. Sus
de muchos de sus clientes) fue que la energía y la inercia de una trage­ dibujos me recordaban los croqui,s de un físico téór�co. Algunos incluían
dia imprevista podrían forzar al sistema a entrar en resonancia, de una Jos nombres de las personas que habían sido importantes en su vída: sus
forma delicada y protectora de la vida, con otras fuerzas que se podrían padres, un hermano que había muerto cuando eran adolescentes, una
utilizar para su supervivencia y desarrollo. Las soluciones claras y segu­ novia de la universidad, su mujer y sus dos hijos pequeños (toqlos ha­
ras aparecen en muy pocas ocasiones en la vida o en el espacio. La tri­ bían muerto a causa de un conductor bebido), el primer clienteique se
pulación del Apolo 13 estaba en un •territorio nuevo.. y había continuos suicidó, un cliente cuyos acosos y pleitos le habían obsesiQnado¡duran­
recordatorios de que se encontraban en los límites. Sin embargo, lo que te años, su principal mentor, su primer y segundo terapeutas, umi iarniga
!
resulta muy importante, gracias a una comunicación próxima y de con­ casada a la que amaba en secreto y, al fmal de los diario�, yo. Algunos
fianza con el •personal de tierra• que se esforzaba meticulosamente pa­ de sus dibujos eran lineas del tiempo, con las emociones dominarites tra­
ra simular la situación en niveles abstractos y fenomenológicos, se creó zadas como círculos más amplios. Leía trabajos de ciencia popular y de
un pequeño rayo de esperanza. El campo gravitacional de la Luna se ciencia ficción, y elementos de estas teorías también apar-ecían en stis dia­
podía utilizar para ·catapultar• el vehículo estropeado hacia la Tierra. rios: teoría del caos, agujeros negros, realidades virtuales, utopíasj holo­
Pero los ordenadores de conducción principales se tenían que apagar caustos, universos múltiples, sincronicidad. Además de los dibujos,: había
para conservar la energía y los tres hombres de la tripulación tenían que anotaciones q�e parecían los esbozos de artículos que nunca se estribie:­
salir del centro de mando, el "módulo de mando•, y dirigirse a la riave ron sobre la vida. y la terapia. Notas para él mismo. Ideas. Preoctipacio­
adosada, el umódulo de alunizaje·, que habían previsto utilizar y des­ nes sobre diferentes clientes. Recuerdos. Palabras o líneas sueltds seña­
pués abandonar en la superficie lunar. Aquello que habían previsto lando experienCias recientes. Una composición, un sueño, proppsitos,
abandonar, se convertía en su única forma de supervivencia. epifanías, pesadillas, reflexiones sobre la profesión.
La función del módulo de alunizaje se transformó en plena crisis. Nuestras conversaciones fueron a menudo sólo eso: conversdciones.
Pasó de tener un papel periférico a tener un papel central. Los recursos Se enfrentaba. a muchas de las mismas cuestiones. con las que¡ se en­
de supervivencia del módulo de alunizaje se convirtieron en algo esen­ frentaban sus .clientes terapeutas. Soledad. Desilusión. Desespclración.
cial, como su fuente de energía. Se habían diseñado los motores para Culpa. Ciclos ale agotamiento. Sensación de ser un impostor. Deseo, en­
· permitir un aterrizaje suave sobre la superficie de la Luna. Pero, en vez., vidia, remordil:nientos. No todos eran negativos, por supuesto. Con fre­
de esto, los motores se utilizaron en plena crisis par� ajustar la trayec­ cuencia, ApolÓ se sentía profundamente recompensado por su !trabajo
toria de la nave espacial averiada. Estos ajustes, sin orde!fadores, se rea-· y disfrutaba de muchas aficiones que le ayudaban a relajarse. Coh: el pa­
lizaron desde Houston, pero se llevaron a cabo por el instinto de la tri­ so de los áños, nuestras conversaciones fueron cambiando hal:ia una
pulación en el espacio. No estaba claro si, para el resto del viaje, esta mezcla de e¡;1señanza, reflexiones y recomendaciones. Le ofrecí irli apo­
•intervención estratégica• les permitiría sobrevivir. Un error inferior a yo y mi afecto. Le ofrecí consuelo y desafíos. Pero frecuentemente to­
una décima parte del 1 %, en cualquier dirección, les haría separarse de maba la _iniciativa y me pedía que escribiera lo que él no pudo. A :Veces,
la atmósfera terrestre para caer·en el vacío o entrar tan directamente en la me sentía como un joven periodista entrevistando a un sabio vererano
· 1
atmósfera que se incendiarían en pocos minutos. Ni la tripulación ni. 51 sobre los laberintos de la vida y sus consejos.
290 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA SER PERSONA Y TERAPEUTA 291
"

Conocí y trabajé con Apolo durante: más de ocho años. Algunos de alguna autoridad sobre la selección, formación y autorización de los
nuestros intereses y características eran sorprendentemente parecidos. profesionales de salud mental. Los estudiantes deberían conocer, since­
El trabajo con él fue diferente a cualquier trabajo que hubiera hecho an­ ramente, que se están introduciendo en una trayectoria vital con un de­
tes, y me cambió de formas que sólo he empezado a reconocer. Era un safío evolutivo considerable. Se debería informar a los psicoterapeutas
hombre agradable, fuerte y sabio. Fui la guía designada en nuestra re­ que provienen de familias felices y de una infancia sin problemas que
lación, pero nuestras interacciones eran fluidas. No le revelé mucho de escucharán historias reales que exigirán el máximo esfuerzo a su imagi­
mi vida personal, pero conocía profundamente las fluctuaciones de mi nación. Se debería prevenir a los estudiantes que provengan de familias
energía y de mi atención. A menudo, nos sentábamos o caminábamos disfuncionales que escucharán historias que pueden reavivar viejos re­
en silencio. Al caminar, era especialmente consciente de las sutilezas. El cuerdos y asuntos pendientes en su interior.
ritmo. Las pausas. Las miradas compartidas a un paisaje, a las nubes, a Nuestro trabajo nos exige constantemente que evolucionemos, mu­
la naturaleza. Solíamos dirigirnos a un banco de un parque (recordan­ chas veces, de formas y en momentos que no podríamos haber antici­
do nuestro primer encuentro) y observábamos sencillamente la vida pado o que no habríamos elegido. Igual que nuestros clientes, también
que pasaba frente a nosotros. necesitamos descanso, ánimo, ocio, apoyo emocional, risa, amor, pro­
Cuando se le presentó la enfermedad, se volvió incluso más dulce y pósitos y almas gemelas. Los psicoterapeutas, quizá como muchos otros
cristalino. Disfrutó en sus últimos tres años quizá más que otras perso­ profesionales de la salud, suelen encontrarse más cómodos dando cui­
nas en toda su vida. Continuó ejerciendo, incluso cuando estaba visi­ dados que recibiéndolos. Esto puede ser un factor relacionado con la
blemente débil y con dolotes. Hacia el final, comenzó a recordarme fí­ elección de .la profesión. La lección más fiable que se puede aprender
sicamente a Milton Erickson: un espíritu adusto cuya existencia radiante en las profesiones relacionadas con el cuidado es que el equilibrio y el
era inconfundible. Las conversaciones se fueron centrando cada vez intercambio son esenciales. Es necesario cuidarse a uno mismo. No só­
más en "el trabajo", como se refería a la profesión que compartíamos. lo para garantizar la calidad de .nuestro trabajo con los clientes. Tam­
Entonces, me reveló incluso más cosas, y creo que realizó algunos de bién es necesario cuidarnos porque merecemos disfrutar de nuestra vi­
sus mejores trabajos terapéuticos en esos últimos años. Yo tenía más di­ da personal. Resumo mis recomendaciones para el cuidado propio del
ficultades ante la inminencia de su muerte que él y me sentía culpable terapeuta en el apéndice M. Animo a los terapeutas a dedicar un mo­
cuando me consolaba en relación con su muerte. Acababa de comenzar mento a leer estas recomendaciones.
este libro. Me animó a que hiciera un "trabajo del corazón". El cuidad� de uno mismo es una cuestión delicada. Parece algo po­
Me dijo: .. cuéntales, cuéntales cómo puede ser. Cuéntales lo du�o sitivo y conveniente. Pero es necesario hacer tantas cosas, hay tantas
que es ayudar[. . ] y también lo agradable que es. Dales una idea•. E;so
. responsabilidades. Si no tenemos cuidado, el cuidado propio se puede
es lo. que intento hacer. convertir en otro punto de la larga lista diaria de ..cosas para hacer•. Una
cosa más que controlar. Sin embargo, el cuidado de uno mismo no es
algo que se puede hacer a primera hora de la mañana y después olvi­
JER cuidado propio dd 1!:erape1l.lrd:a �.
darlo (como una sesión de ejercicios o la medicación). El cuidado pro­
pio es una actitud de competencia que es neces�rio poner en práctica
No cabe duda: ser terapeuta no es fácil. Probablemente, tenemos durante todo el día. Es liberar la respiración al notar tensión muscular.
que ocuparnos de cualquier cosa que se pueda nombrar. Abuso, ira, an­ Es una lágrima o una sonrisa al ver una flor o una ardilla. Es la satisfac­
gustia, controversia, ansiedad, cretinos, abogados, burocracia, crueldad, ción de un impulso para relajarse y disfrutar. Con el paso de los años,
rechazo, dependencia, desesperanza, familias disfuncionales, vergüen­ he llegado a estar cada vez más convencido de to importante que es es­
za, tristeza, culpa, esperanza, injusticia, amor, propósitos, pólizas, polf­ te men�aje. En los talleres como en el que conocí a Apolo, he transmi­
tica, prejuicios, racismo, sexismo y auténtica estupidez. El rango de de­ tido este mensaje a muchos profesionales de la salud. He dado y he re­
safíos que supone debería ser valorado por las agencias que tienen cibido muchos abrazos, por lo que estoy agradecido. Pero las lecciones
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292 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
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SER PERSONA Y TERAPEUTA 293
nunca concluyen y sigo siendo estudiante. Hace años, después de una Me siento muy interesado por otros dos resultados de la inyestiga­
programación agotadora de talleres sobre el cuidado propio del tera­ ción. Con frecuenc::::, los terapeutas aseguran que su propio de�árrollo
peuta, tuve que ser hospitalizado repentinamente · debido al agotamien­ psicológico se ha visto acelerado gracias a su trabajo y que; i�depen­
to y a una neumonía. Permanecí en la cama lo que me pareció una eter­ dientemente de su trasfondo religioso o de sus creencias, sienter\. su tra­
nidad, escuchando la oscuridad y e l ruido de los instrumentos que bajo como una forma de servicio espiritual. Ambos resultados parecen
mantenían mis funciones vitales. Sonó el teléfono. Pensé que era uno lógicos. Sin duda, nuestras vidas se ven aceleradas. Una pers:o'na no
de mis hijos. En vez de él, era una amiga terapeuta de otro país que ha­ puede estar implicada íntimamente en tantas otras vidas, sin sentir de­
bía escuchado que me estaba muriendo. Gritó: ·¡No te puedes morir! ¡Te safíos en el proceso. Los terapeutas profe:;sionales serían ·objeto�� fasci­
necesitamos! ¡Te necesitamos para que nos recuerdes que nos cuide­ nantes para los estudios longitudinales sobre el desarrollo hUmano.
mos!». Aparté' la máscara de oxígeno sólo el tiempo suficiente como pa­ Aprendí mucho más con unos cuantos cien�qs de horas con ApÓlb, que
ra gritar con voz ronca unas palabras oportunas. con miles de estudiantes universitarios completando cuestionarios. Si
Mi cuidado propio va mejorando, poco a poco. Hoy en día, viajo los procesos de cambio humano se ven acelerados y amplificado6 ien los
menos por trabajo y más por placer. Tengo la fiel compañía de mi pe­ terapeutas, ¿no deberíamos estudiarlos? !

queña Lbasa Apso, que me acompaña al trabajo cada día. Siempre está La respuesta en relación al servicio espiritual también tiene c�da vez
preparada para jugar y para dar cariño, es un grato recuerdo para la más sentido. Después de todo, los terapeutas son semejantes a confeso­
confianza. Ahora hago más pausas para disfrutar de mis lugares favori­ res y clérigos modernos . Escuchamos, presenciamos y nutrimos �l cora­
tos y de puestas de ::;ol. Mantengo mejor el equilibrio. Pero soy persona zón de los seres humanos. Respondemos ante los golpes de la lvida: la
y cometo errores. Aun así, si vuelvo a trabajar demasiado duro y termi­ vida y la muerte, el bien y el mal, los vacíos y las virtudes. Ayudamos a
no agotándome, sólo pido un favor: que se me permita descansar. las p ersonas en los dÚelos y en las celebraciones, a perdonar y a' conti­
nuar con la vida. Los clientes tienen fe en nuestra fe en ellos. L6s ateos
y los místicos profesan fe del mismo modo. La fe es la esencia de la es­
Desarrollo personal y espiritual peranza, del compromiso continuo ante el misterio. Como expr�sa Rus­
ton Smith, el misterio de la vida no es igual que el misterio de un asesi­
Cuando pregunto a los terapeutas cómo ha afectado en su vida esta nato, de una •novela policíaca• que se resolverá en el Último capítulo.16
profesión, la mayoría de ellos enfatizan los aspectos de enriquecimien­ La vida es, en sí misma, un misterio sagrado, en el q�e los aspecjtos más
to por encima de los de deterioro.15 con frecuencia, los terapeutas co­ despiadadamente esquivos forman parte esencial de su santidad; ;La psi­
mentan que su trabajo les ha hecho más respetuosos ante las diferen­ �
coterapia es una forma de se�icio espiritual. Ejercer la psicotera ia pue-
cias individuales y ante la importancia de las relaciones humanas. de ser una forma de práctica espiritual. · · ·

Consideran que una profesión relacionada .con la ayuda les ha hecho

más sabios, más conscientes de ellos mismos, más tolerantes ante la am-
. bigüedad y más capaces de disfrutar de la vida. Las respuestas negativa&-, lLos desafios de ejercer de forma constructiva
son significativamente menos frecuentes (por ejemplo, sentimientos de
cinismo, impotencia, envejecimiento prematuro). Además; la diferencia Ser psicoterapeuta es un reto complejo. Ser psicoterapeu�a co ns­
entre los efectos positivos y negativos aumenta generalmente con los tructivo lo es todavía más. Considero que ·.la psicoterapia con�tructiva
años de experiencia como psicoterapeuta. La orientación teórica no pa-. s,upone unas demandas. exclusivas y poco corrientes para el te��peuta;
rece relevante. demandas que sobrepasan las que recaen sobr� los hombros de cual­
quier p �icoterapeuta:
¡
15. Mahoney (1991); Mahoney y Fernández-Álvarez (1998); Radeke y Mahoney
(2000). 16. H. Smith (1958).
53
 ''ti'1¡ "

.·
29 { ; PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
SER PERSONA Y TERAPEUTA 295

Las demandas psicológicas de la metateoría constructiva no son su­ dente. Este aspecto significa, entre otras cosas, que tanto el cliente co­
peradas por las de ninguna otra perspectiva contemporánea. Ninguna mo el terapeuta transmiten siempre mucho más de lo que verbalizan
otra familia de teorías moderna exige a sus defensores mantener un gra­ explícitamente para ellos mismos o para el otro. Asimismo, el aprendi­
do semejante de franqueza en el examen de uno mismo, tolerar tan mi­ zaje que tiene lugar en el contexto de la interacción terapéutica siempre
nuciosamente y recoger (miÍ.s que eliminar) la ambigüedad, o cuestionar­ es más profundo de lo que reconocen conscientemente. El reconoci­
se tan concienzudamente tanto las preguntas como las respuestas con las miento de estos puntos favorece que el terapeuta constructivo equilibre
que indagan. No es fácil ser construcrivista¡ un aspecto que puede ayu­
la atención que concede a los aspectos más y menos conscientes en el
dar a explicar el porqué, es que, hasta hace poco, ha sido menos cono­
trabajo con una persona, es decir, que atienda tanto a las formulaciones
cido que otros enfoqu es . ' S in embargo, conocido o no, sigue atrayendo a
· explícitas de la situación y de los recursos de un cliente, como a mu­
una minoría considerable y en continuo crecimiento de teóricos y de tera­
chas otras impresiones y tendencias más 9-ifíciles de especificar (intui­
peutas¡ una minoría, podría añadir (consciente del sesgo), cuyos frutos se
ciones, ·presentimientos .. , sueños p ei:-sonales, etc.).
encuentran representados desproporcionadamente en los límites de l a in­
vestigación moderna. Muchos de los progresos que surjan durante el pr6x:i­ La lista de desafíos que supone la práctica constructiva es muy ex­
mo siglo de estudio y servicio se presentarán o se verán influidos por aque­ tensa. He resumido algunas recomendaciones para ejercer de esta for­
llos que le han concedido al ser humano que conoce un papel proactivo ma en el apéndice N. Más que intentar elaborar todos estos desafíos en
tanto en el acto de conocer como en lo conocidoP palabras, me atrae más una imagen. Podemos imaginar que la vida es
un paisaje que sé extiende en el horizonte y que la persona que está en
Sin. duda, son afirmaciones muy potentes, pero considero que están psicoterapia es un viajero en apuros. Asustado, cansado 'y, con frecuen­
justificadas a la luz de las demandas conceptuales y prácticas del enfo­ cia, sintiéndose desorientado, presencia el movimiento de la humani­
que constructivo en los servicios de salud mental. Sin duda, los retos y dad por todos los sitios. Ve otros viajeros moviéndose en direcciones di­
las recompensas se pueden aplicar a todos los enfoques terapéuticos. ferentes, algunos corriendo con prisa, otros arrastrándose de dolor. La
Esos desafíos aumentan considerablemente cuando se hace psicoterapia mayoría de estas personas viajan por caminos trillados que comparten
de una forma constructiva. con otros viajeros. Unos pocos viajan solos y ·por caminos más aislados,
Los desafíos son muchos. El constructivismo es un enfoque no auto­ algunos de los cuales se van creando conforme ellos avanzan. Algunos
j ritario, en el que la apertura y el .. conocimiento relacionado" son pri­ no se mueven. Puede ser un panorama desconcertante .
¡;nordiales.18 Para ejercer de una forma constructiva es necesario honrar Junto a l camino, hay muchas personas pidiendo ayuda y otras ofre­
la individualidad y la diversidad, sin caer en el terreno resbaladizo del ciendo auxilio. Entre estas últimas se encuentran los psicoterapeutas, mu­
relativismo del ..todo vale .. 19 No existe un algoritmo fijo y lineal que se
. chos de los cuales se establecen en un lugar junto a los caminos que se
pueda aplicar a todas las personas. Las elecciones se deben realizar te­ utilizan con más frecuencia. Y en ese punto es donde los terapeutas co­
niendo en cuenta las limitaciones del conocimiento y las responsabili­ mienzan a mostrar· algunas de las diferencias más importantes en relación
dades existenciales. Un terapeuta constru�tivo reconoce que no puede con la estrategia de ayuda. Algunos de ellos son principalmente vendedo­
·

ser neutral, objetivo o impasible. res de mapas e información del terreno que se extiende por delante. Ase­
-
El terapeuta constructivo tamb�én es consciente de las limitaciones , guran conocer la mejor ruta para llegar al desti.ñ.o que buscan los clientes.
de su propio conocimiento. Aprecia el grado en el que los procesos de Pueden ofrecer consejos y opiniones sobre el valor de los mismos desti­
ordenamiento de la experiencia inmediata más básicos e importantes nos. Son, en cierto modo, agentes de viajes en el camino de la vida.
operan en niveles más allá de lo que consideramos conocimiento cons- Sin embargo, los terapeutas que ejercen desde una metateoría cons­
tructiva, en pocas ocasiones, venden mapas o son partidarios de un
destino concreto. Lo que distingue· a los constructivistas de otro tipo de
17. Mahoney (1988, págs. 312-313).
terapeutas es su disposición para unirse temporalmente al viaje de sus
18. Goldberger y otros (1996); Mahoney y Mahoney (2001).
. clientes. Como terapeuta está dispuesto a caminar con los zapatos de
19. Doherty (1995); Raskin (2001); B. H. Smírh (1988). 54
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296 PSICOTERAPIA CONSTRUCTIVA
•. •. 1
SER PERSONA Y TERAPEUTA 297
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aquellos a los que ayuda y está dispuesto a seguir y a llevar la delante­ :·...-
Sufres, buscas la curación.
ra alterm>ti:vamente. Un terapeuta constructivo respeta la necesidad de ¿Qué o quién ha repartido los papeles?
descanso del cliente, así como su necesidad ocasional de correr. Es
:: \
compasivo y ofrece consuelo <;:uando el diente se siente asustado o ha ·
1. Soy sanador.
perdido la esperanza. Si un cliente siente que no puede moverse por sí •
' 11 Soy dueño del corazón, ' ! .
mismo, está dispuesto a esperar o a sostener algunas de las cargas del vendo tiempo y sab ios consejos� . .
diente durante un tiempo. Pero el control del movimiento y la respon­ ciencia híbrida, arte sagrado.
sabilidad de elegir la dirección siempre vuelven al cliente. De hecho,
gran parte de lo que se habla y, de otra manera, de lo qt;te se intercam­ Somos seres en proceso.
Somos peregrinos, tú y yo.
bia en este diálogo móvil tiene que ver con elecciones, actividad y con
Ayúdame a ayudarte en nuestro proceso.
el significado que se construye en torno a estos aspectos.
Riamos y lloremos.
Cuando- hay peligros o desniveles en el camino, lo que resulta irie­
vitable, el terapeuta permanece centrado en la seguridad y bienestar qel
La sabiduría cui:a al corazón que anhela
cliente. Hacer algunas elecciones es doloroso; otras elecciones suponen
dar confianza por el rito de la sanación.
un sufrimiento adicional, al menos temporalmente. El terapeuta cons­
Sonriendo dulcemente, suavemente tarareando. !
tructivo se esfuerza por reducir los peligros cuando puede o por mini- . Ayuda y Presencia [. . . ] e[ Amor, la Vida·y la Luz.
mizar los daños derivados de las acciones que han producido él .sufri­
miento en el cliente. En los intercambios entre esos viajeros y en las :

interacciones con otros viajeros se van cosechando lecciones sobre la

vida, lecciones que nunca termin�n. Y, cuando es el momento, el tera­ '
'
peuta constructivo· y el cliente toman caminos vitales diferentes y los
dos se han enriquecido, gracias al tiempo y al viaje que han realizado 1 .
juntos. Así es mi imagen de lo que significa la orientación constructiva.
La formación como psicoterapeuta suele resaltar la importancia de '

los límites. El énfasis se pone en la distancia y en la diferencia entre el ! ¡

terapeuta y el cliente, y entre sus roles. Pero los límites también son
áreas de unión. Cuando un terapeuta es mi cliente, siento esa unión
aún más ·profundamente. Somos familia. Servimos al espíritu. Por tanto, i .
finalizaré con un poema escrito por un terapeuta para otro terapeuta. ·

Espero que refleje algunas de las gemas, que he ido puliendo en este y
en anteriores capítulos. Doy las gracias por la compañía durante estas i
.....
páginas, deseando todo lo mejor en la peregrinación.

La sanación del sanador20

¿Puedo ayudar sin sentir la atracción ; 1

de mi corazón por los dos polos?

20. Mahoney'(2003).
'1 1 .
'
55